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JAMES RIORDAN

Jasón y los
argonautas
Ilustrado por JASON COCKCROFT

Introducción, notas
y actividades
Agustín Sánchez Aguilar

Versión
Agustín Sánchez Aguilar
Susana Camps
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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
En busca del tesoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Una aventura extraordinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

JASÓN Y LOS ARGONAUTAS


El vellocino de oro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
El centauro Quirón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
La travesía del río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Una misión imposible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
El Argo y los argonautas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Las mujeres de Lemnos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
La isla de los Osos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Hilas y las ninfas del estanque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Los puños de Ámico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
El ciego Fineo y las harpías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Las rocas Simplégades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Medea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
En la llanura de Ares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
La conquista del vellocino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
La persecución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
La ira de Zeus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
El regreso del Argo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
La muerte de Jasón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
La ruta del «Argo» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Vocabulario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

ACTIVIDADES
Guía de lectura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Personajes y temas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
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INTRODUCCIÓN

EN BUSCA DEL TESORO

En la memoria de los cuentos que oímos en la infancia, todos guardamos el


recuerdo de alguna historia que relata la búsqueda de un valioso tesoro. Se
trata, por lo común, de la aventura de un héroe que emprende un largo via-
je lleno de peligros con tal de encontrar un cofre lleno de piedras preciosas
o una reliquia mágica codiciada por todos. El asunto aparece en leyendas y
cuentos populares de épocas y naciones muy diversas, pues pertenece al pa-
trimonio del folclore universal. En la Europa de la Edad Media, tomó
cuerpo en la leyenda del Santo Grial, que contaba el temerario viaje de los
caballeros de la Mesa Redonda en pos de la copa sagrada que recogió la
sangre de Cristo en la cruz. Muchos siglos antes, los griegos se habían de-
jado cautivar por el mito de Jasón y los argonautas, quienes viajaron hasta
la lejana región oriental de la Cólquide para conquistar el vellocino de oro,
dorado pelaje de un carnero mágico que permanecía custodiado día y no-
che por una serpiente de poderosas fauces. Para hacerse con esa reliquia,
Jasón y sus compañeros tuvieron que superar una serie de pruebas dificilí-
simas de las que parecía imposible escapar con vida. Es más: según cierta
tradición, los argonautas fueron los primeros navegantes de la historia, por
lo que asumieron un riesgo similar al de unos astronautas que hoy en día
viajasen a un planeta situado a miles de años luz de la Tierra.
Es posible que el mito de los argonautas sea el eco fabuloso de ciertas
expediciones reales. Desde épocas remotas, los griegos viajaron a las tierras
que rodeaban el mar Negro en busca de oro, plata y estaño, metales precio-
sos que el vellocino vendría a simbolizar. Tras mezclarse con elementos
Jasón y Medea, en un óleo pintado en 1907 por John William Waterhouse. imaginarios, el recuerdo de aquellas expediciones dio pie a la leyenda de

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Jasón, que debió de divulgarse durante siglos a través de uno o varios poe-
mas épicos. Tales poemas se han perdido, quizá porque nadie se tomó la
molestia de ponerlos por escrito, pues se difundieron de forma oral, por
medio de rapsodas ambulantes que se ganaban la vida recitando sus versos
en público por pueblos y ciudades. Gracias a esos rapsodas, la historia de
Jasón y los argonautas alcanzó gran popularidad, como lo demuestra el he-
cho de que, en el siglo viii antes de Cristo, Homero la citara en la Odisea
dando por sentado que todo el mundo la conocía.
El relato más antiguo que conservamos sobre el mito es el que ofrece
Píndaro en una de sus Píticas, conjunto de odas escrito a mediados del si-
glo v antes de Cristo. Píndaro narró la gesta de Jasón en unos trescientos
versos de acusado lirismo que resumían mucho la aventura de los argonau-
tas. Poco después, en el año 431 antes de Cristo, Eurípides estrenó una
tragedia titulada Medea que abordaba uno de los episodios más sombríos
de la vida de Jasón. Según el mito, el héroe había logrado el vellocino de
oro gracias a la ayuda de una princesa llamada Medea, con la que contrajo
matrimonio y tuvo dos hijos, pero a la que acabó por abandonar para ca-
sarse con la hija del rey de Corinto. Pues bien, lo que nos cuenta Eurípides
es la terrible venganza que llevó a cabo Medea al sentirse traicionada: pri-
mero mató a la princesa de Corinto enviándole un vestido envenenado, y
después asesinó a sus propios hijos para que Jasón se desesperara de dolor.
Hoy en día, nuestra fuente fundamental para el conocimimento del
mito de Jasón es un poema épico del siglo iii antes de Cristo: las Argonáu-
ticas. Se trata de una obra de Apolonio de Rodas, quien nació en la ciudad
egipcia de Alejandría, entonces perteneciente al ámbito cultural griego
porque había sido fundada por Alejandro Magno. Apolonio, que era un fi-
lólogo de amplísima cultura, ejerció como director de la biblioteca de Ale-
jandría, una auténtica maravilla de la antigüedad que llegó a reunir
700.000 manuscritos y que acabaría ardiendo en un incendio provocado
por Julio César. Gran admirador de Homero, Apolonio soñaba con escri-
bir una obra semejante a la Odisea, es decir, un poema épico de aventuras
marítimas inspirado en la tradición mítica. Así nacieron las Argonáuticas,
que relatan con todo detalle el viaje de Jasón a la Cólquide, su conquista El 1838, el francés Eugène Delacroix recreó con el dramatismo propio de la pintura romántica el mo-
del vellocino de oro y su regreso a Grecia. El poema se dio a conocer pri- mento en que Medea se venga de Jasón dando muerte a sus propios hijos.

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En el siglo VIII antes de Cristo, Homero aludió en la «Odisea» a “la Argo, por todos celebrada”. Cinco Las mujeres y los niños despiden apesadumbrados a los valerosos argonautas cuando la robusta y lige-
siglos después, Apolonio de Rodas recreó la gesta de los argonautas tomando como modelo la épica de rísima nave «Argo» zarpa hacia la Cólquide desde el puerto griego de Págasas. Óleo del pintor deci-
Homero. A la derecha, portada de la espléndida adaptación de la «Odisea» realizada por R. Sutcliff. monónico Cesare Felix Georges dell’Acqua.

mero en Alejandría, donde fue recibido con frialdad o incluso con desdén. se baña todas las tardes la diosa Artemisa antes de subir al cielo convertida
Dolido por el fracaso, Apolonio abandonó entonces su patria y se trasladó en luna. Sin embargo, las Argonáuticas no es una simple acumulación de
a la isla de Rodas, donde corrigió su poema y lo publicó por segunda vez. datos, sino un poema de alta categoría literaria, estructurado con destreza
Y sin duda logró resarcirse, pues las Argonáuticas obtuvieron un éxito ex- y cargado de fascinantes detalles novelescos, momentos de intriga, notas
traordinario y Apolonio fue agasajado con multitud de honores, a los que humorísticas y desgarradores pasajes trágicos. Sin desmerecer del tono épi-
correspondió adoptando la ciudadanía rodia. co, Apolonio se ocupa a menudo de los sentimientos de sus personajes
En la actualidad, sólo conocemos la segunda versión de las Argonáuti- porque desea conmover a sus lectores y no sólo narrarles una apasionante
cas, que consta de unos seis mil versos. A diferencia de la Odisea, no es un aventura. En general, aspiraba a dejar en su público un buen sabor de bo-
poema popular pensado para la recitación en público, sino una obra culta ca, de ahí que cerrase su poema con un final feliz que dejaba de lado la te-
destinada a la lectura, propia de un hombre que creció entre libros. A rrible venganza de Medea y la trágica leyenda sobre la muerte de Jasón.
Apolonio le gustaba exhibir sus conocimientos, así que insertó en su relato Gracias en buena medida al atractivo literario de las obras de Eurípides
un sinfín de datos geográficos, antropológicos y mitológicos. Cuando los y Apolonio, la historia de Jasón y Medea ha conservado su fama durante
argonautas llegan a la Cólquide, por ejemplo, Apolonio nos explica que las cerca de tres mil años. En Grecia y Roma, Jasón se hizo tan famoso que
gentes del lugar no entierran a sus muertos, sino que los cuelgan de los ár- fue caricaturizado en algunas vasijas de cerámica, y hubo escritores que se
boles para que el viento seque los cadáveres, mientras que, cuando Jasón negaron a contar su historia por no repetir una aventura conocida por to-
pasa junto al Partenio, nos recuerda que en las aguas cristalinas de ese río dos. Las Argonáuticas sirvieron como fuente de inspiración para poetas la-

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Jasón y los
argonautas
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LA TRAVESÍA DEL RÍO

E l sol de la mañana bañaba los campos cuando Jasón comenzó a bajar


la escarpada montaña. Tras cruzar un sombreado pinar, se abrió ca-
mino por un viñedo de cepas* enmarañadas. Ya a media tarde, se extendió
ante sus ojos una amplia llanura llena de campos de maíz y salpicada de
verdes limonares. Pero, para alcanzarla, Jasón debía cruzar el río Anaurio,
que bajaba muy crecido por el deshielo de las nieves.
Se disponía a meter los pies en el agua helada cuando vio a una anciana
que observaba la corriente. Iba vestida con harapos y deambulaba junto a
la orilla con los ojos clavados en el curso torrencial del Anaurio. Al ver a
Jasón, dijo con débil voz:
—¡Ayúdame, muchacho, por favor! ¡Ayúdame a cruzar el río!
Jasón miró a la mujer y dudó por un instante. Si se echaba a aquella an-
ciana sobre los hombros y él resbalaba, el agua los arrastraría fatalmente.
Pero Quirón le había enseñado a ser generoso, así que contestó:
—Mis hombros son anchos y tu cuerpo es ligero. ¡Sube a mis espaldas!
Con la mujer a cuestas, Jasón hundió sus pies en el cauce cenagoso* del
río y empezó a luchar contra la corriente. Pero la mujer se mostró quisqui-
llosa y no paró de quejarse.
—¡Me estás mojando la ropa! —decía—. ¿Es que pretendes ahogarme?
Jasón tuvo que emplear todas sus fuerzas para alcanzar la otra orilla,
pero al fin lo logró. Dejó a la anciana en el suelo y entonces notó que
había perdido una de sus sandalias en el lecho del río. Se había
cortado con el filo de una piedra, y de la planta del pie le
manaba un hilillo de sangre.

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—Me he cortado —dijo Jasón.


Entonces alzó la mirada, y lo que vio le dejó maravillado. La anciana a
la que había llevado sobre sus hombros acababa de transformarse en una
mujer alta y bellísima que vestía una deslumbrante túnica blanca. Lleno de
asombro, Jasón preguntó:
—¿Quién eres?
Pero la respuesta saltaba a la vista: los ojos de la mujer resplandecían
con una luz tan intensa que no había duda de que era una diosa.
—No sufras por tu sandalia —dijo la mujer—, pues no la has perdido UNA MISIÓN IMPOSIBLE
en vano. Yo soy Hera, madre de todos los dioses,8 y te he pedido que me
ayudases a cruzar el río para ponerte a prueba. Y como me has ayudado, de
hoy en adelante te protegeré y te orientaré con mis consejos siempre que lo
necesites. Ahora ve a Yolco y reclama lo que es tuyo.
L a tarde empezaba a cubrir el camino con su manto de sombras cuan-
do Jasón franqueó las puertas de la ciudad de Yolco. Sin perder un
instante, se dirigió al palacio real, y todos los que se cruzaron con él que-
Jasón se arrodilló y bajó la cabeza en señal de gratitud y, cuando volvió daron asombrados al verlo, pues Jasón era bello como Apolo y fuerte como
a alzar los ojos, Hera ya había desaparecido. Todo había sido tan extraño Ares.9 Cuando llegó al palacio, pidió ver al rey Pelias. Y entonces uno de
que el muchacho se pasó un buen rato preguntándose si su conversación los criados se presentó ante Pelias y le dijo:
con la diosa habría sido algo más que un simple sueño. —Ha venido a veros un joven muy extraño. Dice que se llama Jasón,
viste una piel de pantera y calza una sola sandalia.
Cuando Pelias oyó aquellas palabras, quedó aterrorizado. El oráculo se
lo había advertido con suma claridad: «Guárdate del hombre que lleva una
sola sandalia, guárdate de él porque vendrá a destronarte».
«¿Qué debo hacer?», se preguntó Pelias. Y enseguida pensó que lo me-
jor era recibir a Jasón y tratar de quitárselo de encima con alguna astuta ar-
timaña.
—Rey Pelias —dijo Jasón cuando se halló en presencia de su tío—, he
venido a reclamar el trono de Yolco, pues sé que se lo arrebatasteis a mi
padre y que yo soy su legítimo heredero.
Pelias miró de reojo a su sobrino y replicó con estudiada calma:
—El trono es tuyo si así lo deseas, pero ¿cómo puedo saber que vas a
ser un buen rey? Dime: ¿qué guerras has vencido, de qué laureles* y haza-
ñas puedes presumir?
—Por ahora, de ninguna —confesó Jasón—, pero aceptaré cualquier
reto que me planteéis con tal de conseguir el trono de Yolco.
El malicioso Pelias se frotó el mentón y preguntó:

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—¿Serías capaz de traerme el vellocino de oro?


Pelias sabía que el vellocino se hallaba en el límite oriental del mundo
conocido, al otro lado de mares que nadie había surcado, protegido por
una poderosa serpiente de fauces venenosas. Conquistar el vellocino de oro
era un trabajo inaccesible a las fuerzas humanas. De modo que, si Jasón
aceptaba aquella misión, no había duda de que perdería la vida en el inten-
to de llevarla a cabo.
Jasón permaneció pensativo unos instantes. Su maestro Quirón le había
hablado muchas veces del vellocino de oro, y Jasón siempre había soñado
con conquistarlo. Aquella aventura era una temeridad, pero Jasón estaba
decidido a demostrar su valentía, así que miró a su tío con gesto seguro y
respondió:
—Sí, soy capaz: ¡traeré a Grecia el vellocino de oro!

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LA RUTA
DEL «ARGO»
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Río
Da
nu
bi
o

grecia Mar Negro

Simplégades CÓLQUIDE
tracia Salmideso

italia Mar de
• Bósforo

Isla de Ares
á
M •
rmara bitinia
Monte Isla de los Osos
Olimpo • Helesponto
Monte • Troya
Dodona Pelión Lemnos
Feacia • •
Yolco •
Págasas•

• Delfos
Mar Egeo
asia menor
• Tebas
Lago • Corinto
Estínfalo • Micenas

CRETA
Mar Mediterráneo
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VOCABULARIO

abdicar: renunciar al cargo de rey. horda: grupo de salvajes o de individuos


agasajar: ganarse el cariño de alguien por violentos.
medio de regalos. hueste: ejército.
arredrarse: asustarse, atemorizarse. ilesa: que no ha sufrido lesión o daño al-
bálsamo: pócima que se aplica untándola guno.
sobre el cuerpo. invulnerable: que no puede ser herido.
bonanza: tiempo tranquilo o sereno en el inmune: invulnerable, que no puede sufrir
mar. daños ni heridas.
canicular: muy caluroso. júbilo: alegría muy grande.
cenagoso: lleno de lodo o barro. laurel: gloria o fama conseguidas desta-
cepa: cada una de las plantas de una viña. cando en acciones heroicas.
címbalos: instrumento musical muy pare- letal: mortal.
cido a los platillos que los antiguos grie- longevo: muy anciano.
gos usaban en ciertas ceremonias reli- malquistarse: enemistarse.
giosas. mascarón de proa: figura o escultura que
concubina: mujer que convive con un hom- se coloca como adorno en la parte de-
bre sin haberse casado con él. lantera de un barco.
defecar: expulsar los excrementos. mesarse: ‘arrancarse los cabellos o las bar-
embelesado: fascinado, maravillado. bas con las manos’; los antiguos lo ha-
escuálido: muy flaco. cían para expresar el dolor que les pro-
estuario: ‘desembocadura de un río cauda- vocaba una desgracia.
loso en el mar’; como el estuario es una narcótico: droga que produce sueño.
desembocadura muy ancha, la marea ha- ollares: orificios de la nariz de los caballos,
ce que el agua del mar entre en el cauce los bueyes y otras bestias.
del río. oráculo: templo, estatua o imagen de un
extenuación: agotamiento o debilitamien- dios al que se le pregunta por el porvenir
to absolutos. o se le pide un consejo.
fragua: fuego en que se calientan los me- pócima: brebaje, bebida medicinal que se
tales para darles forma. hace cociendo vegetales.
gacha: encorvada, inclinada hacia la tierra. popa: parte posterior de un barco.
graznar: gritar como lo hacen el cuervo, el proa: parte delantera de un barco, con el
ganso u otras aves. que la nave corta las aguas.

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proceloso: tormentoso. vellocino: vellón, lana de un carnero o de


pugilato: boxeo, pelea a puñetazos. una oveja.
NOTAS
pupilo: muchacho que está a cargo de un venerado: adorado.
tutor. vianda: comida que se sirve en la mesa du-
uncir: atar o sujetar una bestia al yugo, rante un banquete.
que es el instrumento en el que se en- vítores: gritos que se dan para aplaudir a
gancha el arado. una persona.
varar: arrastrar una nave hasta la playa pa- yugo: instrumento de madera al que se
ra sacarla del mar y evitar que las olas la atan o sujetan los bueyes u otras bestias
dañen o destruyan. para que arrastren el arado.

1 Tebas es una de las numerosas ciuda- cometer errores a la hora de descifrar


des griegas que se citan en la leyenda sus respuestas y avisos.
de Jasón. Está señalada en el mapa de 4 El Helesponto es el brazo de mar hoy
las páginas 76-77, donde se indican conocido como estrecho de los Dardane-
además las otras poblaciones y acciden- los.
tes geográficos mencionados en el li- 5 La Cólquide era un territorio mítico
bro. que los griegos situaban en el Asia Me-
2 Zeus era el dios supremo de los grie- nor, entre las montañas del Cáucaso y
gos. Mantenía el orden en el mundo, el mar Negro.
castigaba los crímenes y dispensaba el 6 Los centauros eran seres que tenían
bien y el mal. Los griegos creían que apariencia de hombre de la cintura para
las lluvias torrenciales, los rayos y los arriba y anatomía de caballo de la cin-
truenos eran manifestaciones de la có- tura para abajo. La mayoría eran muy
lera de Zeus, quien vivía, como los otros agresivos, pero existieron dos centauros
dioses, en la cima del monte Olimpo, sabios y pacíficos: Quirón y Folo.
en el noroeste de Grecia. 7 Hércules es el nombre que le dieron
3 El oráculo de Delfos era un santuario los romanos a Heracles, un héroe grie-
consagrado al dios Apolo al que acudían go nacido de los amores de Zeus con
peregrinos de toda Grecia para pregun- una mortal llamada Alcmena. La repu-
tar por su futuro y pedir consejos. Las tación épica de Hércules depende sobre
respuestas de Apolo llegaban por me- todo de sus doce hazañas o trabajos, de
dio de una joven sacerdotisa que en- los que se ofrece información en la no-
traba en una especie de estado hipnóti- ta 16. En cuanto a Aquiles, es el gue-
co tras inspirar el humo de un fuego en rrero de origen semidivino que prota-
el que ardían hojas de laurel. De esa goniza la Ilíada, donde destaca por la
forma, se suponía que la sacerdotisa vehemencia de su carácter y por la fie-
entraba en contacto con Apolo, si bien reza con que batalla en la guerra de
no transmitía las advertencias del dios Troya.
por medio de palabras sino de gritos, 8 Hera era la diosa principal de los grie-
gemidos y balbuceos que un profeta se gos, a la vez hermana y esposa de Zeus.
encargaba de interpretar. Según los Aunque en varios mitos obra de modo
griegos, el oráculo no se equivocaba violento y vengativo, también se la
nunca, si bien sus intérpretes podían consideraba como una divinidad pro-

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tectora, en particular con respecto a las da. Por orden del rey Minos de Creta, mirar a su esposa, por lo que perdió a les muerte, sino que se limitó a alejarlas
mujeres casadas y la familia. los atenienses tenían que enviar cada Eurídice para siempre. del lago espantándolas con un ruido en-
9 Apolo era el dios del sol, la música, la cierto tiempo al Laberinto a un grupo 15 Aurora, la diosa a la que los griegos lla- sordecedor.
poesía y la adivinación, y destacaba por de siete hombres y siete doncellas para maman Eos, era la personificación del 19 Afrodita y Eros eran los mismos dio-
su belleza: era muy alto y tenía un ros- que fuesen devorados por el Minotau- amanecer. Cada mañana abandonaba ses a los que los romanos llamaban Ve-
tro perfecto y una hermosa melena ne- ro. Teseo viajó a Creta en el tercer en- su lecho para abrir las puertas del cielo nus y Cupido. Afrodita era la divinidad
gra que despedía reflejos azulados. En vío, y consiguió matar al Minotauro y al carro del sol, que comenzaba así su de la belleza y el amor, tenía fama de
cuanto a Ares, era el dios de la guerra, y escapar del Laberinto, para lo cual se trayecto de Oriente a Occidente. En la frívola y era infiel a su esposo, mientras
se le solía representar armado con cas- valió de una estratagema: a medida que poesía épica griega, a la Aurora se le so- que su hijo Eros era un niño capricho-
co, escudo, coraza, espada y lanza. entraba en el edificio, fue soltando un lían aplicar epítetos tales como “la de so, tenía alas en la espalda y llevaba
10 En Dodona existió en la antigüedad hilo de oro que le había ofrecido su rosados dedos” o “la de lucientes ojos”. colgado un carcaj lleno de flechas que
un viejo roble del que se decía que amada, la joven Ariadna, así que, para 16 Hera odiaba a Hércules porque era el disparaba contra el corazón de los dio-
anunciaba el porvenir. No es que el ár- encontrar la salida, le bastó con recoger fruto de una relación adúltera que su ses y los mortales. Sus saetas eran de
bol hablara, sino que los sacerdotes in- el hilo que había desovillado. esposo, el dios Zeus, había tenido con dos tipos: las de punta de oro causaban
terpretaban como profecías los ruidos 13 Néstor era un capitán griego al que una mortal. En consecuencia, siempre el amor, mientras que las de punta de
que las palomas hacían al posarse en Apolo le concedió el don de vivir du- hizo lo posible por amargarle la vida al plomo provocaban el aborrecimiento.
sus ramas, el murmullo que se origina- rante más de tres generaciones. Desta- héroe. Cuando Hércules había forma- 20 Los dientes que Eetes le entregó a Ja-
ba cuando el viento rozaba la copa del caba por su prudencia y por la sabiduría do una familia feliz, Hera le infundió són pertenecían a un fiero dragón que
roble o el sonido que producía el aire de sus consejos y tomó parte en la gue- un rapto de locura que le hizo asesinar durante cierto tiempo había vigilado
en ciertas vasijas dispuestas en torno al rra de Troya, que se originó cuando el a su esposa y sus hijos. Para purificarse una fuente consagrada al dios Ares. El
tronco. Por otro lado, el verdadero ro- troyano Paris raptó a una hermosa mu- del crimen, Hércules tuvo que llevar a dragón fue matado por un héroe de
ble de Dodona no estaba consagrado a jer griega llamada Helena. Para resca- cabo doce trabajos o hazañas, entre ellas Tebas llamado Cadmo. Una vez muer-
Hera sino a Zeus y Dione, diosa de la tarla, capitanes de toda Grecia se diri- acabar con fieras tan poderosas como el to el dragón, Atenea le ordenó a Cad-
tierra. gieron contra Troya en una flota for- león de Nemea, el jabalí de Erimanto y mo que le sacase los dientes a la fiera y
11 Atenea era la diosa de la inteligencia, mada por más de cien naves, con lo que el toro de Creta, y luchar contra mons- que sembrase la mitad. De esos dientes
la habilidad práctica, el ingenio, la cau- comenzó una guerra de diez años que truos peligrosísimos como la Hidra de nacieron una serie de guerreros a los
tela y la estrategia militar. Además de concluyó con la victoria de los griegos y Lerna y las aves del lago Estínfalo, que que Cadmo logró confundir para que
dirigir la construcción de la nave de Ja- la destrucción de Troya. se alimentaban de carne humana. En el acabasen batallando entre sí. Cinco de
són, inventó la cuadriga y el carro de 14 Orfeo era un músico, cantor y poeta interludio entre su cuarto y su quinto los guerreros sobrevivieron y se convir-
guerra. Se la solía representar como del reino de Tracia cuya bellísima mú- trabajos, Hércules se sumó a la expedi- tieron en los fundadores de la clase no-
una diosa alta, de porte majestuoso y sica daba vida a los árboles y hechizaba ción de los argonautas, si bien nunca ble de Tebas. Los dientes que Cadmo
rasgos serenos. a las fieras. Quedó viudo al poco de ca- llegaría a la Cólquide. no sembró fueron entregados por Ate-
12 El ateniense Teseo derrotó a la mortí- sarse con la ninfa Eurídice, que murió 17 Bóreas era la personificación del viento nea a Eetes, y son los que Jasón recibe
fera cerda de Cromión, dio muerte a por culpa de la mordedura de una ser- del norte, a quien los griegos solían re- del rey.
varios bandidos y participó en la cacería piente. Orfeo decidió entonces bajar a presentar como un genio alado, vigoro- 21 El Istro es el río Danubio, cuyo curso
del terrible toro de Maratón, si bien su los infiernos para rescatar a su esposa, y so y de espesa barba. Era hijo de la Au- no fue bien conocido hasta la época del
proeza más célebre fue su victoria sobre los dioses aceptaron que se la llevase al rora y hermano de Noto, Euro y Céfi- imperio romano. En realidad, el Danu-
el Minotauro, monstruo mitad hombre mundo de los vivos con una condición: ro, que eran respectivamente los vientos bio nace en tierras de Alemania y de-
y mitad toro que habitaba en Creta. En Eurídice seguiría a Orfeo en su camino del sur, el este y el oeste. semboca en el mar Negro, pero los
concreto, el Minotauro vivía recluido hacia el exterior, pero el músico no po- 18 En su sexto trabajo, Hércules intentó griegos creían que comunicaba el mar
dentro del Laberinto, un edificio de es- dría girarse para mirar a su esposa hasta acabar con las aves carnívoras del lago Negro con el Adriático, lo que, en teo-
tructura tan compleja que entrar en él que los dos hubiesen salido a la luz del Estínfalo, que son las mismas que los ría, permitía que una nave viajase desde
equivalía a la muerte, pues, una vez día. Orfeo aceptó el requisito, pero ce- argonautas encuentran en la isla de Ares. la Cólquide a Grecia sin pasar por el
dentro, era imposible encontrar la sali- dió a la tentación de volver la cabeza y Sin embargo, Hércules no llegó a dar- Mediterráneo.

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22 Los antiguos griegos se imaginaban la sina, que es el brazo de mar que separa
Tierra como una especie de enorme Sicilia de la Italia continental. Según la
disco sólido rodeado por un río llama- tradición, cuando los marineros pasaban
do Océano. por el estrecho, debían elegir entre dos
23 En realidad, las islas de Artemisa eran opciones igualmente peligrosas: acercar-
dos: estaban situadas en el Adriático, se a Escila, que devoraba con sus seis
donde se suponía que desembocaba el cabezas todo lo que pasaba a su alcance,
brazo occidental del Danubio. En cuan- o aproximarse a Caribdis, que absorbía
to a Artemisa, era la diosa de la caza y enormes cantidades de agua del mar y
la virginidad, y en varios mitos aparece se tragaba todo lo que había en ella.
como una diosa arisca, vengativa y sal- 27 En la época, Libia era el topónimo con
vaje, lo que puede explicar en parte que el que se aludía en general al norte de
el episodio más horrible de la leyenda África.
de los argonautas tenga por escenario 28 Existen dos versiones sobre el origen
una isla consagrada a Artemisa. de Talos: que era el último represen-
24 Las Gracias, a las que los griegos lla- tante de una raza de seres de bronce
maban Cárites, eran divinidades de la que había existido al principio de los
belleza. Se trataba de tres hermanas tiempos, o que era un autómata o robot
que dispensaban alegría a los seres hu- creado por Hefesto.
manos y confeccionaban prendas de 29 El carro en que huye Medea es el de su
vestir tan preciosas como delicadas. abuelo Helio, que era la personificación
25 Los feacios eran los habitantes míticos del sol y recorría a diario el cielo a bor-
de un país que suele identificarse con la do de un carro tirado por raudos corce-
isla griega de Corfú. Se dedicaban al les.
comercio marítimo y tenían un carácter 30 La constelación citada es la Argo Na-
muy hospitalario. Ulises, por ejemplo, vis, descrita ya en la antigüedad por el
fue agasajado por ellos cuando volvía astrólogo Ptolomeo. Desde principios
de la guerra de Troya. del siglo xix, la Argo Navis quedó divi-
26 Escila y Caribdis eran dos monstruos dida en tres constelaciones menores,
marinos. Cada uno de ellos estaba si- que se pueden identificar con la quilla,
tuado en una orilla del estrecho de Me- la popa y las velas del barco de Jasón.

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ACTIVIDADES
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por amor, y la de mujer astuta y vehemente que no duda en ejercer la violen-


cia con tal de hacer realidad sus deseos.
a) ¿En qué momentos destaca Medea por su comportamiento violento?
¿Crees que Medea es responsable de sus fechorías, o más bien es una
mujer que ha perdido las riendas de la razón por culpa de una pasión
incontrolable?

Medea ejerce como sacerdotisa de Hécate, por lo que conoce los más va-

2 riados ensalmos y los poderes ocultos de las plantas.


b) ¿En qué medida puede haber influido su condición de bruja en la ima-
PERSONAJES Y TEMAS gen negativa que la tradición clásica ofreció a menudo de Medea? Pa-
ra responder, puedes consultar la p. 18 de la Introducción.
Aunque consigue la hazaña de conquistar el vellocino de oro, Jasón
2.1 no tiene la grandeza épica de otros héroes griegos, que destacaban por Los argonautas forman una casta de semidioses que acompaña a Ja-
su valentía temeraria, su fuerza sobrehumana o su orgullo desmesurado. 2.3 són en su aventura. Algunos son meras sombras que apenas destacan
a) ¿Consideras que Jasón es un hombre osado o más bien prudente? ¿Te en el conjunto de la expedición, pero otros alcanzan cierto relieve, como le
parece sentimental e instintivo o práctico y calculador? ¿Podemos de- sucede a Hércules, un personaje dotado de una arrolladora personalidad.
cir que su victoria es el resultado de sus propias virtudes heroicas? a) ¿Cómo definirías el carácter de Hércules teniendo en cuenta su com-
b) ¿Hay algún momento en que el comportamiento de Jasón te haya pa- portamiento en Lemnos, la isla de los Osos y la competición de remo?
recido indigno de un héroe? (pp. 40, 42 y 45)

En las epopeyas clásicas, nunca faltaban los episodios amorosos, si bien Por su enorme audacia y su fuerza descomunal, Hércules parece el único
la trama sentimental discurría a menudo a contracorriente de la trama épica, argonauta capaz de hacer sombra a Jasón. Sin embargo, durante el viaje ha-
ya que el héroe abandonaba la guerra para dedicarse al amor. Por el contra- cia la Cólquide hay un episodio que nos deja claro que Hércules y Jasón po-
rio, la relación de Jasón con Medea queda perfectamente integrada en la seen méritos semejantes.
aventura del héroe. b) ¿De qué episodio estamos hablando?
c) ¿Por qué?
Muchos de los argonautas están dotados de dones extraordinarios que re-
d) ¿Dirías que el amor de Jasón por Medea es sincero o más bien intere- sultan muy útiles durante el viaje hacia la Cólquide, pero que no son explota-
sado? A juzgar por la actitud final del héroe, ¿crees que le da mayor dos cuando llega el momento de conquistar el vellocino.
importancia al amor y a la vida familiar o al poder y la gloria?
c) ¿Qué argonautas aprovechan sus facultades excepcionales durante la
aventura? Según se explicó en la p. 17 de la Introducción, ¿a qué po-
Medea es un personaje complejo que presenta dos facetas contradic- dría deberse el hecho de que los argonautas no ayuden a Jasón en la
2.2 torias: la de doncella tierna e ingenua que está dispuesta a darlo todo conquista del vellocino?

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A lo largo de su ajetreado itinerario épico, Jasón ha de lidiar con va- f) Cuando Jasón zarpa de Págasas, ¿qué presagios le hacen intuir que le
2.4 rios antagonistas, entre los que destacan dos monarcas de países dis- espera una gran victoria? (p. 38)
tantes: Pelias y Eetes.
a) ¿Qué rasgos comparten esos dos personajes? ¿Por qué podemos decir El lenguaje de la poesía épica antigua se caracterizaba por el uso ex-
que ambos utilizan la misma estrategia con Jasón? ¿Crees que Pelias y 2.6 haustivo de determinados procedimientos estilísticos como el símil.
Eetes son hombres de palabra? En la historia de Jasón, por ejemplo, se nos dice que la bandada de aves de la
isla de Ares «se alejó aterrada como la paloma ante el halcón».
En los mitos es usual que los dioses apliquen una justicia retributiva que
consiste en premiar a los buenos y castigar a los malvados. a) Busca otros símiles relacionados con la vida o la manera de ser de los
b) ¿Qué castigo reciben Pelias y Eetes por su indigno comportamiento? animales en las pp. 50 y 66.
b) ¿Con qué se compara a los argonautas por sus excepcionales cualida-
des? (p. 38) ¿Y a Pólux por su belleza? (p. 48) ¿Y a Medea por su her-
En la Ilíada y otras epopeyas clásicas, los dioses se entrometen de
2.5 mosura? (p. 57)
continuo en la vida de los héroes para favorecerles en su aventura,
condenarlos a la derrota o castigarlos por sus faltas. Otra costumbre estilística propia de los poetas épicos es el uso continua-
a) ¿Qué divinidades ayudan a Jasón y en qué momentos lo hacen? Por el do del epíteto. Homero, por ejemplo, solía llamar a Ulises “el de los muchos
contrario, ¿qué dios le opone un sinfín de obstáculos y por qué razón? recursos” y a Aquiles “el de los pies ligeros”. En la historia de Jasón y los ar-
gonautas,
b) A juzgar por cómo tratan a Jasón, ¿te parece que los dioses griegos
eran justos e imparciales, o más bien arbitrarios y partidistas? c) ¿Qué epíteto se le aplica a la diosa Aurora? (p. 38) ¿Y a la princesa Cli-
te? (p. 42)
Para determinar los actos de los hombres, los dioses se valen a menudo
de su control sobre las fuerzas de la naturaleza.
c) ¿Qué medios utiliza Hera para señalarles a los argonautas la desembo-
cadura del Istro y para despistar a los hombres de Eetes? (pp. 64 y 66)

La religión griega establecía que los seres humanos debían llevar a cabo
ciertas prácticas religiosas para ganarse la benevolencia de la divinidad.
d) ¿Qué medidas toma Jasón durante su largo viaje con el objeto de ase-
gurarse de que los dioses le serán propicios? (pp. 38 y 50)

El mito de Jasón testimonia ciertas creencias religiosas de los antiguos


griegos, tales como su costumbre de consultar el oráculo y de interpretar al-
gunos hechos naturales como augurios dignos de crédito.
e) ¿En qué momentos se hace evidente la importancia que le daban los
griegos al oráculo? (pp. 22-23 y 33)

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