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Sociología.

Unidad 2

El hombre como animal social

"El hombre es un ser social por naturaleza" es una frase del filósofo Aristóteles (384-322, a. C.)
para comprobar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo de
nuestra vida, ya que necesitamos de los otros para sobrevivir.

Para satisfacer las necesidades físicas y espirituales, el hombre necesita vivir en sociedad, ya
que no es autosuficiente y requiere de la ayuda y protección de los demás de su especie. Un
hombre aislado no puede desarrollarse como persona y de ahí nuestra tendencia a agruparnos,
y es por eso que continuamos inventando nuevas formas de comunicarnos y convivir en
sociedad. El término “animal” se refiere a que el hombre, como otros animales, tiene
características biológicas que lo impulsan a la necesidad de vivir en sociedad.

Aristóteles también va a decir que “El hombre es un animal político”, lo que significa que el
hombre se diferencia de los animales, entre otras cosas, porque vive en sociedades organizadas
políticamente, en cuyos asuntos públicos participa en mayor o menor medida, con el objetivo de
lograr el bien común: la felicidad de los ciudadanos. Plantea que el hombre no puede ser
imaginado fuera de su relación con el Estado en su condición de ciudadano.

Sujeto social: El concepto de sujeto social está vinculado a las características del ser humano.
Cada persona es un individuo, con características y motivaciones únicas. No existe ser humano
que puede vivir únicamente como individuo, aislado de los demás. El ser humano adquiere su
condición humana a partir de su vínculo con otros.

En el ámbito de la sociología, la idea de sujeto social se emplea sobre todo con referencia al
individuo que, conciente de su realidad, se agrupa con otras personas que tienen intereses y
problemas similares y comienza a actuar en grupo para lograr mejorar su posición. Los sujetos
sociales, de este modo, forman un colectivo social (un partido político, una asociación civil, etc.).

Interacción y socialización cultural

Como sujeto social, el ser humano necesita de la interacción y de la convivencia con otros seres
humanos para educarse, desarrollarse y hasta reproducirse. No sólo los vínculos directos con
otras personas influyen sobre él, sino que también las instituciones que se crean por consenso
(como la ley) determinan su conducta. Así como la sociedad influye sobre el sujeto social, éste
influye en la sociedad: la relación que se establece es mutua, creándose un vínculo muy
estrecho. El individuo cuando nace no posee conductas aptas para actuar en sociedad. Por eso
se le estimula para que se integre en la misma mediante la socialización. A través de la
socialización el sujeto interioriza los aspectos más importantes de la cultura del grupo social en
el que está inserto, formándose un código de comportamiento social y un sistema de creencias
en los que fundamentar su conducta social.

La socialización es un complejo proceso que se inicia con el nacimiento del individuo y termina
con su muerte, a partir del cual se incorporan progresivamente (primero en la familia y luego en
otros submundos institucionales como la escuela o el trabajo) las pautas de comportamiento,
costumbres, tradiciones, valores, normas y pautas culturales que caracterizan la vida en una
determinada sociedad.

Características de la socialización:

*Es un proceso que dura toda la vida, aunque hay períodos en los que los cambios se producen
con más intensidad (infancia, adolescencia y juventud).
*Parte de la capacidad de relación social de los seres humanos.
*Consiste en la internalización de pautas y normas de convivencia, por las que el individuo se
humaniza.
*Busca preservar un determinado sistema social a través de la interiorización de ciertos
contenidos culturales.
*El sujeto se introduce y se adapta al grupo, perteneciendo a una colectividad.

Elementos claves de la socialización:

- Adaptación social del individuo: nacimiento del “ser social”.


- Aprendizaje: internalización de normas y valores.
- Transmisión del orden social: garantizar el comportamiento unánime y reducir la desviación.
Tipos de socialización:

-Socialización primaria: se produce en las primeras etapas de la vida del individuo dentro de
su grupo familiar, mediante relaciones directas basadas en la afectividad. Permite la adquisición
de una serie de requisitos que se consideran básicos para una adecuada integración social:
lenguaje, hábitos de alimentación, control de esfínteres, ciclos de sueño, creencias, etc.
-Socialización secundaria: aparece cuando se ha asegurado la socialización primaria. El
individuo interioriza valores y normas más objetivas y concretas que se relacionan más
estrechamente con los roles que se van a desempeñar en su vida. Los agentes que intervienen
en este tipo de socialización son: instituciones escolares, medios de comunicación, asociaciones,
etc.
-Socialización terciaria: Se relaciona con el proceso de resocialización o de reinserción. Se
preocupa por reintegrar a la sociedad a los sujetos disocializados: educación correccional o
terapéutica. Ejemplos: delincuentes, víctimas de amnesia, etc. Dificultad: necesidad de generar
un proceso de socialización primaria pero en el contexto de la edad adulta.
Agentes de socialización

1. La familia: Su influencia es muy profunda, inicia el proceso de socialización, es la primera


agencia que recibe el niño. Transmite los aspectos básicos a partir de los cuales se construye la
personalidad del individuo. Ejerce su función de una manera íntima, existe una gran proximidad
entre los actores implicados. Su labor persiste en el tiempo.

2. La escuela: Adquiere importancia en las sociedades complejas. Transmite la cultura y los


conocimientos a las nuevas generaciones. Juega un papel primordial como contexto donde se
adquiere experiencia vital, se entablan relaciones sociales o se asimilan valores como la
disciplina o el respeto. Es un instrumento esencial en la formación de la identidad individual. Su
función socializadora se ejerce a través de asignaturas, contenidos, libros de texto, métodos
pedagógicos y criterios de evaluación, transmisión de conocimientos y comportamientos.

3. Grupos de iguales: Tienen un importante papel ya que el grupo es un referente en el cual


identificarse. Permite adquirir habilidades sociales, capacidad de relacionarse con los demás.
Transmite valores de diversa índole: igualdad, respeto a la jerarquía, lealtad al grupo. Posibilita
la “comprensión social” del individuo y la existencia de objetivos y actividades compartidas. Sus
miembros por lo general son de la misma edad y sexo, de parecida procedencia social y la
identificación con el grupo es plena.

4. Los medios de comunicación: Ejercen la socialización a través de la emisión de mensajes


que contienen información de nuestra sociedad, la elaboración de un discurso que sienta las
bases de la comunicación social, la difusión de símbolos, la transmisión de la cultura y el
conocimiento.
Tienen un gran poder socializador porque llegan a un volumen de población mayor que cualquier
otro agente. No hay prácticamente barreras que frenen su difusión. Dedicamos gran parte de
nuestro tiempo diario al consumo de los medios de comunicación.
Su aspecto negativo es la concentración en grandes grupos empresariales que controlan el
mercado de la comunicación.

Diferencias entre socialización primaria y socialización secundaria:

Cultura

Una de las definiciones más aceptadas, entre tantas otras, es la del antropólogo Marvin Harris:
“Cultura: son pautas de conducta y pensamiento aprendidas y compartidas
características de un grupo social”.
Es un conjunto de creencias, significados sociales, producciones materiales, costumbres y
valores que orientan la conducta individual y colectiva, dentro de una sociedad.
Cada sociedad tiene una manera de vivir diferente, dependiendo de todas sus creencias
(educativas, religiosas, morales) y de sus costumbres, que incluye la vida familiar, modos de
vestir, celebraciones religiosas, pasatiempos, pautas laborales, costumbres, tradiciones, etc.

La cultura es un dispositivo de adaptación. Mientras las especies animales se adaptan


pasivamente a su medio ambiente, los hombres han elaborado distintas respuestas a los
desafíos de su medio natural. Esto explica la expansión de la especie humana sobre el globo
terrestre, superando todas las barreras ambientales.
La cultura es una construcción humana: no se trata de algo innato en el hombre, sino de algo
hecho por el hombre. Pero además la cultura hace al hombre, lo transforma constantemente.
Se pueden distinguir en ella diversos componentes que, de acuerdo a sus características, se
agrupan en cultura inmaterial y cultura material.
-Cultura inmaterial: compuesto por los símbolos, el lenguaje, los valores, las creencias y las
normas.
Los símbolos es todo aquello que, para quienes comparten una cultura, tiene un significado
determinado o específico: una cruz, una luz roja, una mano extendida; trasmiten un mensaje.
Como cada cultura tiene símbolos propios, es posible que estos mismos elementos o gestos
tengan significados distintos en otros contextos; también puede ocurrir que lo que para nosotros
es señal de simpatía o amistad, en otras sociedades sea altamente agresivo y ofensivo. Lo
mismo puede ocurrir dentro de una misma sociedad, cuando existen grupos con costumbres o
valores diferentes. Los símbolos pueden cambiar a lo largo del tiempo.
El lenguaje, oral y escrito es un elemento fundamental de la cultura. Su función básica es
posibilitar la comunicación entre los individuos. Además, la lengua es el mecanismo más
importante de reproducción cultural, permitiendo la transmisión de la cultura de una generación
a la otra. El lenguaje escrito posibilita el almacenamiento, conservación y transmisión de los
conocimientos sociales; surgida hace unos seis mil años, la escritura ha constituido un elemento
fundamental del progreso humano. El lenguaje es una adquisición cultural. Es un resultado de la
interacción social: aprendemos la lengua de aquellos con los que convivimos desde nuestro
nacimiento.
Los valores y las creencias son otros componentes fundamentales de una cultura. Valores son
las definiciones que elabora cada sociedad acerca de lo que es deseable, bueno o bello; las
creencias son afirmaciones que los miembros de una sociedad determinada consideran como
ciertas. Unos y otras determinan la visión del mundo que tienen los individuos de una sociedad
y orientan sus acciones. Los valores y creencias varían de una sociedad a otra y también cambian
en una misma cultura.
Las normas son las reglas y expectativas sociales a partir de las cuales una sociedad regula la
conducta de sus miembros. Las normas pueden ser proscriptivas (indican lo que no debe
hacerse: robar, matar) o prescriptivas, que indican qué debe hacerse: respetar al prójimo,
trabajar.
Las costumbres, son reglas de conducta referidas a aspectos de la vida cotidiana: las llamadas
‘normas de cortesía’, el ‘comportamiento en público’ y el ‘comportamiento en la mesa’, etc.,
distinguen cuál es el comportamiento ‘apropiado’ o ‘inapropiado’ en determinadas circunstancias.
Muchas normas están establecidas en leyes que establecen penalidades por su incumplimiento.

-Cultura material: está constituida por los diversos artefactos propios de una sociedad: armas,
instrumentos de trabajo (herramientas, máquinas), utensilios de uso cotidiano, construcciones,
objetos diversos. Cada cultura otorga determinadas significaciones a los objetos que utiliza, que
son extraños para los individuos pertenecientes a otras culturas. Por ejemplo: ¿Qué representa
una afeitadora eléctrica para un indígena de la Amazonia?
Los artefactos encierran valoraciones sociales que pasan desapercibidas a los individuos de
otras culturas: pueden ser ‘signos de estatus’, como determinado tipo de ropa o ciertas marcas
de automóviles; que una casa esté localizada en cierto barrio de una ciudad y no en otro tiene
significaciones sociales que sólo se entienden internamente.

Los pensadores europeos del siglo XIX expresaron que la cultura era sinónimo de civilización,
urbanidad, acumulación de saberes racionales, saber «enciclopédico», etc. Esta visión suponía
que la cultura europea era el punto más alto de la evolución humana, y que «su civilización»
representaba una “cultura universal”. De acuerdo a esta concepción, las poblaciones rurales y
los pueblos indígenas no tenían cultura: representaban a la “barbarie”, la “superstición”, hombres
en “estado de naturaleza”, en “estadios inferiores” de desarrollo de las sociedades. El hombre
blanco europeo fue identificado como el portador de “la cultura”, el resto de los pueblos fueron
considerados inferiores y poco aptos para alcanzar este desarrollo.
Estas definiciones fueron funcionales al colonialismo y a la conquista económica y cultural de los
pueblos menos evolucionados, como los que habitaban nuestra América.

Subcultura
Es un conjunto de normas, valores, creencias y símbolos más o menos opuestos, compartidas
por un grupo de personas dentro de una misma sociedad. Esos rasgos no contradicen a la cultura
general que comparte la sociedad. Las subculturas, en general, refuerzan la cultura dominante
ofreciendo la oportunidad de expresar individualmente intereses especiales sin abandonarla.

Es decir, una subcultura se relaciona con la cultura general de la sociedad, compartiendo algunas
pautas en común pero también teniendo otras pautas que son propias de ese subgrupo (pueden
ser ocupacionales, religiosas, nacionales, regionales, de clase social, de edad, de sexo, de ocio).
Un ejemplo es la subcultura juvenil que está compuesta por un conjunto de valores, conceptos y
prácticas compartidas por los jóvenes que van desde una forma particular de vestirse a
expresiones específicas a la hora de comunicarse.
Contracultura
Hace referencia a un conjunto heterogéneo de acciones sociales dotadas de recursos simbólicos,
y que tienen como objetivo desafiar o poner en duda un determinado modelo cultural o parámetro
ideológico que predomina en una sociedad, en un momento histórico dado.
En este sentido, la noción de contracultura hace referencia a las prácticas culturales de
enfrentamiento, oposición o resistencia a la cultura dominante. En lugar de reforzar la cultura de
la que forma parte, va en contra de ella, se le opone. Desafía o pone en cuestión modelos
culturales.
La década de 1960 hizo historia en relación a las llamadas “contraculturas”. Fue una década
convulsionada, en Argentina y en el resto del mundo, marcada tanto por el florecimiento de
diversas expresiones de la cultura contra hegemónica, como por la intensa politización del
período. América Latina estuvo atravesada por acontecimientos como la Revolución Cubana, la
“teoría de la dependencia” y el boom de la novela latinoamericana. El mundo se vio
convulsionado por constantes revueltas como la Revolución Argelina (la liberación de la colonia
francesa de Argelia), la primavera de Praga (la invasión soviética de Checoslovaquia), el Mayo
francés, los movimientos contra la Guerra de Vietnam, protestas de los estudiantes y la posterior
lucha por los Derechos Civiles de la comunidad negra norteamericana.
Si bien la economía atravesaba un período de avances científicos y técnicos y de relativo
bienestar material, en Europa y en los Estados Unidos afloraron diferentes movimientos sociales
que tenían una perspectiva crítica de la sociedad del progreso y del consumo. La juventud
protagonizó una verdadera “revolución cultural” que se expresó en diferentes experiencias
individuales y comunitarias: como el hipismo, el activismo estudiantil del ´68 y la resistencia
contra la guerra. Fue todo lo que implicó un movimiento generacional que intentaba romper con
las tradiciones preexistentes y con los esquemas autoritarios.
Formas de la contracultura
Los Grafitis
Los grafitis callejeros nacieron en el medio urbano como expresión de una “subcultura” o cultura
“under” (subterránea). Con una fuerte carga reivindicativa, los grafitis consisten en inscripciones
en las paredes de la ciudad con un mensaje crítico. Durante las revueltas del Mayo Francés, en
1968, los estudiantes se apropiaron del espacio urbano y de los edificios de las instituciones
universitarias, para expresar sus demandas y protestas. Estos mensajes perduraron en la
memoria cultural, y entre ellos podemos destacar los grafitis más representativos de ese
acontecimiento de masas:
-Ser libre en 1968 es participar- La imaginación al poder- Seamos realistas, pidamos lo imposible-
Queda estrictamente prohibido prohibir-La poesía está en la calle- Olvídense de todo lo que han
aprendido, comiencen a soñar.
Ejemplos de manifestaciones contraculturales:
Las tribus urbanas, como rockers, punks, skin, siniestros, emo, góticos, etc. Las forman jóvenes
preocupados por descubrir una identidad que ni la sociedad ni la familia les proporcionan. Se
reúnen normalmente en torno a un ídolo o líder y adquieren un código de expresiones culturales
(jerga, ropa, música, lugares de reunión, etc.) que les diferencian de los demás.
Los grupos de ataque social. Cabe destacar entre estos grupos las bandas de delincuentes, que
constituyen una forma violenta y directa de ataque al sistema establecido. El carácter agresivo
del acto delictivo también es típico de otros grupos de adolescentes que intentan desestabilizar
la sociedad para crear un nuevo estado social, transgrediendo las leyes y haciendo uso de la
violencia.
Los grupos sociales alternativos responden al vacío que muchos sienten ante un futuro incierto
y un presente fugaz. Intentan encontrar un sentido a la existencia a través de distintos medios,
como salidas del núcleo familiar, reuniones, actividades, charlas y rechazan el materialismo
social.

Cultura real e ideal


La cultura ideal incluye las costumbres y tradiciones aprobadas formalmente que se supone la
gente sigue (lo que se pretende hacer). En cambio, la cultura real consiste en las que realmente
se practican y se vivencian (lo que realmente se hace).
Estas diferencias entre la cultura ideal y la cultura real se dan en todas las sociedades, en donde
por un lado la moralidad oficial sirve para evitar una discusión pública perjudicial, pero por el otro
eso no modifica la práctica real.
Cultura ideal: son las normas y valores a los que las personas se adhieren abierta y
formalmente. Es aquella que anhelamos poseer. Por ejemplo nuestra cultura necesitaría mayor
práctica de justicia, tolerancia y solidaridad, para poder ser una cultura ideal.
Cultura real: son las normas y valores que las personas no pueden admitir abiertamente o
formalmente, pero las practican. Esta cultura es heredada por nuestros padres y guarda patrones
de tradición, los cuales se ven modificados por los avances tecnológicos que dan lugar a la
difusión de nuevos sistemas de valores. Por ello la cultura real es el producto de las
supervivencias de las generaciones.

Etnocentrismo
Es una ideología o tendencia a considerar la propia cultura como el único criterio válido para
interpretar o valorar los comportamientos, costumbres, tradiciones o valores de otros grupos,
etnias o sociedades. Consiste, fundamentalmente, en que un grupo, sociedad o cultura se
considere superior en su forma de vida a los demás grupos, sociedades o culturas, y, según esto,
rechace, excluya y margine a todo aquel que no forme parte de ella.
En el etnocentrismo, la cultura propia adquiere un lugar central a partir del cual se evalúan a los
otros grupos, aunque siempre valorando de manera más positiva al propio, sus particularidades
y sus logros, que a aquellos que son diferentes a estos.
El etnocentrismo, como fenómeno social, también tiene sus razones: implica la distinción entre
la pertenencia o no al propio grupo, mantiene la cohesión social (lealtad, cooperación, solidaridad
y defensa mutua) y la cultura del grupo cultural. También fomenta valores que, al radicalizarse,
pueden tornarse negativos y hasta violentos, como la discriminación, la xenofobia, el racismo o
el nacionalismo.
Relatividad cultural.
Es una corriente de pensamiento que consiste en entender las bases culturales distintas a las
nuestras para ponernos en el lugar del otro. Sostiene que todas las culturas son igualmente
válidas y dignas de respeto, por lo que no tiene sentido juzgarlas.
Todo su valor es relativo a la cultura a la cual pertenecen, es decir, que los rasgos característicos
de cada una de las culturas tienen que ser evaluados y explicados dentro del sistema en el que
aparecen.
La visión intercultural, según esta posición, es la única que vale. La comparación entre culturas
es indebida y no existen por lo tanto valores universales, culturas superiores o verdades
absolutas, sino creencias y prácticas, que varían en el tiempo y en el espacio, siendo todas
aceptables sin excepción.
Uno de los ejemplos más usados en contra del relativismo cultural es el caso de las culturas o
civilizaciones en las que se realizan sacrificios humanos, o una cultura que denigra a la mujer es
considerada una cultura inferior, primitiva o retrasada. Por ejemplo hay muchas culturas africanas
en las que la mutilación genital femenina es una pauta cultural normal.
El relativismo cultural aborda las diferencias culturales desde una perspectiva más racional,
buscando comprender y explicar estas diferencias, pues entiende que los valores no son sino
convenciones sociales que pueden variar de cultura a cultura.
Nace como una reacción al evolucionismo etnocentrista que compara y concede un valor superior
a la propia cultura frente a la ajena. Se enfatiza la identidad cultural y la diversidad cultural, ya
que no existe una única perspectiva y cada cultura debe ser explicada en sus propios términos.
La interpretación radical del concepto de relativismo cultural nos llevaría a aceptar prácticas
culturales desechables por entero, como las que se refieren al sometimiento de la mujer, o a su
lapidación.

Integración cultural
Una cultura es un sistema integrado en el que cada rasgo encaja en el resto de la cultura. Las
diferentes partes de una cultura deben encajar una con otra, para evitar el conflicto y la confusión.
Los teóricos del conflicto dirán que debajo de la superficie tranquila de una cultura integrada
pueden estar escondidos muchos conflictos de intereses no reconocidos y una gran injusticia, y
que una cultura integrada no expresa necesariamente una sociedad justa.
La integración cultural es un proceso que cuenta sucesivas integraciones, desintegraciones y
nuevas integraciones en donde se amplían los contactos culturales y generalmente observamos
que hay fuerzas culturales que entran en juego, distintas formas de interacción cultural y
tendencias.
La integración social es la mezcla y la unificación de grupos sociales, más comúnmente visto en
la segregación de razas a lo largo de la historia. La integración en sociología y otras ciencias
sociales es más precisamente el movimiento de grupos minoritarios como las minorías étnicas,
los refugiados y los sectores desfavorecidos de una sociedad en la corriente principal de las
sociedades.
Es un proceso dinámico y multifactorial que supone que las personas que están en diferentes
grupos sociales (ya sea debido a problemas económicos, culturales, religiosos o nacionales) se
encuentran bajo el mismo objetivo o precepto.
Este es un término de ciencias sociales, que se refiere a la aceptación de minorías y grupos
desfavorecidos en el área principal de la sociedad. Esto proporciona más oportunidades que de
otro modo no podría recibir.

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