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El progreso en el bienestar de la humanidad está íntima e indisolublemente ligado

al progreso en la comprensión de cómo funciona la materia, de su naturaleza y de


sus cambios.
Para que en la actualidad dispongamos de los objetos y materiales que forman parte
de nuestro entorno cotidiano, ha sido necesario comprender la estructura de la
materia. Esto ha permitido un gran salto en la evolución y variedad de los materiales
disponibles: pinturas, tinta, plásticos, aleaciones, combustibles, caucho, nylon,
rayón, acrílicos, medicamentos, aleaciones para usos médicos, prótesis para
cirugía, teflón, hormigón. etc…Este progreso tiene su cara negativa. Los procesos
para obtener estos materiales y fabricar los productos afectan al medio ambiente.
Algunos científicos sostienen que el equilibrio natural de nuestro planeta está siendo
alterado por ciertos cambios químicos, lo cual pudiera desencadenar en una
catástrofe de incalculables y nefastas consecuencias. Etanol: la cantidad y las
circunstancias del consumo del alcohol juegan un rol importante a la hora de determinar la
duración de la intoxicación. Se sabe que un consumo excesivo provoca un deterioro gradual
de las funciones cerebrales.

Tolueno: es una materia prima usada en la elaboración de detergentes, perfumes,


medicamentos, poliuretano y colorantes. Afecta al sistema nervioso, pudiendo provocar
cansancio, somnolencia, pérdida de memoria, náuseas,… Además, presenta cierta
toxicidad sobre la vida acuática y está catalogado como sustancia peligrosa.

Binefilos policlorados: material en desuso que está presente en aislantes para equipos
eléctricos, transformadores, interruptores, condensadores y termostatos. Las principales
vías de absorción en los humanos son la inhalación y la comida. Los síntomas de una
intoxicación suelen ser náuseas, vómitos, pérdida de peso, dolores en el bajo vientre,
incremento de secreciones oculares, ictericia, edemas, cansancio,…

Arsénico: presente en preservantes de la madera, circuitos, aleaciones de plomo y latón,


insecticidas, herbicidas,… Es un compuesto extremadamente tóxico y puede pasar con
facilidad a los pozos y depósitos de agua potable. El arsénico también está presente en el
aire, y se ha demostrado su influencia en la prevalencia del cáncer de pulmón.

Metilmercurio: compuesto que surge en la síntesis de plásticos, pinturas, lacas, en la


industria del caucho, del papel y del cuero. Considerado un neurotóxico, se acumula en el
sistema nervioso, el hígado y los riñones.

Plomo: Actualmente, podemos encontrarlo en las tuberías del agua o como cubierta de
cables de teléfono, de televisión, de Internet o eléctricos. Es un compuesto dañino después
de ser ingerido en la comida, o a través del aire o el agua.

Fluoruros: los fluoruros inorgánicos se encuentran sobre todo en los productos para la
higiene dental. En concentraciones altas son tóxicos.
Clorpirifós: es un compuesto presente en insecticidas con potencial para una toxicidad
aguda en grandes concentraciones, y con efectos neurológicos en el feto y los niños, incluso
en cantidades muy pequeñas.

Tetracloroetileno: Normalmente usado como disolvente en la limpieza de textiles y metales.


Elimina la capa protectora de grasa de la piel y, a partir de una concentración de 100 ppm,
se produce irritación de ojos, vías respiratorias, piel y mucosidades. La inhalación puede
llegar a provocar edema pulmonar.

Con la intención de evitar parte de las consecuencias negativas que tienen estas
sustancias para la salud de las personas y para el medioambiente, ha aparecido una
amplia variedad de productos respetuosos con el medioambiente y con los seres vivos.
Desde hace un tiempo, es fácil encontrar productos de limpieza y de higiene personal
ecológicos. Éstos se caracterizan por estar fabricados con sustancias que no dañan el
medioambiente y que son biodegradables. Además, los productos ecológicos de
higiene personal se elaboran a partir de elementos naturales (casi siempre de origen
vegetal) que son inofensivos en comparación con los usados en los cosméticos
industriales, de manera que provocan menos alergias y efectos indeseados. Estos
compuestos están presentes en casi todo lo que nos rodea, como los pesticidas
usados en la agricultura, los aditivos y conservantes de la alimentación industrial,
los productos cosméticos, los detergentes, el plástico, la ropa o los artículos de
cocina, entre muchos otros. La producción industrial, junto con la cultura del
consumo en masa, requiere que nos pongamos a pensar sobre cómo estas
sustancias afectan a nuestra salud y si necesitamos afrontar ciertos riesgos.

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