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BANCA

Si bien, bajo la administración del Mariscal Antonio José de Sucre se crearon cuatro
oficinas de rescate de minerales (Potosí, Oruro, La Paz y Tupiza) en sustitución del
Banco de San Carlos que, tanta importancia tuvo en nuestra vida colonial; ninguna de
esas instituciones pudo desarrollar sus labores con eficiencia. El Mariscal Santa Cruz,
por Decreto de l8 de febrero de 1830, estableció en La Paz un Banco para el rescate
de pasta de oro y plata, según su ley y calidad, a los precios asignados en el cartel
que se fijaba en las puertas de la oficina. Según el Art. 2 del merituado decreto, en el
edificio de la Tesorería y Aduana Nacional, se disponía de las oficinas necesarias para
el rescate, fundición y ensaye, Acopiada la cantidad de cien marcos de oro, sea su
fundición en tejos de doce marcos máximum que se remitían a la Casa de Moneda de
Potosí, para su cambio en oro sellado que servía para nuevas adquisiciones e
incremento del Banco.
El Banco de Rescate de Potosí, podía hacer anticipaciones a cuenta de piñas, y el
Banco de Oruro, recibió un aumento de fondos para llenar su objeto. Por Resolución
de 2 de abril de 1833, se estableció el Banco Refaccionario de Potosí, sobre la base
del de Rescates con el
objeto de habilitar a la minería; habiendo cesado en sus funciones el año 1838, en que
un Decreto lo suprimió. Es de recordar la fundación del Banco de Descuentos y de
Circulación, creado por Ley de 12 de noviembre de 1834, como una sociedad de
accionistas con el capital de un millón de pesos con sede en Potosí. Estaba autorizado
para emitir "cédulas de circulación" convertibles en moneda metálica, cuyo valor
representativo no procedía podía ser mayor de mil pesos ni menor de cinco. Podía
efectuar operaciones de descuento de letras y anticipos de dinero, con garantías de
oro, plata y otros efectos realizables en comercio; recibir dinero a intereses y depósitos
de monedas y de pastas de oro y plata. El gobierno nombro un Directorio provisional
integrado por personal competente.
Los acontecimientos bélicos en los que se vio comprometido el país con motivos de
Confederación Perú-Bolivia impidieron que el banco se estabilice.

COMERCIO
El comercio de importación hecho en poca escala a cambio del oro y la plata que salían
a raudales, se incrementó con el auge de las minas, como se deduce de los numerosos
países que introducían los más preciados artículos a Potosí, allá por los años de 1572
al 1790.
Independizado el Alto Perú, decayó este comercio, tocando al Gobierno Santa Cruz,
levantarle de su postración. Desde luego, para obviar las hostilidades y gravámenes
de los puertos peruanos, fue menester habilitar el alejado puerto de Cobija.
Ya el Libertador Bolívar, convencido de que no podía vivir la nueva nación sin acceso
libre al mar, comisionó en septiembre de 1825 al General Burdett O'Connor para que,
en la costa de Atacama, buscase un lugar aparente para puerto. Este fue Cobija, no
obstante, sus deficiencias; en consecuencia, Bolívar en fecha 28 de diciembre, expidió
el Decreto para que, desde el 1 de enero de 1826, se lo habilitase como puerto mayor,
con el nombre de Puerto La Mar, en homenaje al Gran Mariscal de este nombre que
triunfara en Ayacucho. El puerto no pudo utilizarse de inmediato por la distancia y falta
de caminos. El Mariscal Antonio José de Sucre, pudo tan sólo dictar un Decreto el 10
de septiembre de 1827. habilitándolo bajo la base de grandes franquicias para quienes
se estableciesen.
El Mariscal Santa Cruz, por Decreto de 1 de julio de 1829, erigió en Cobija un gobierno
litoral, independiente del Departamento de Potosí; encomendando a su Gobernador,
tenga bajo su inmediata autoridad, la jurisdicción de Atacama, debiendo entenderse
directamente con el Gobierno. Señaló donde debía empezarse y en qué se invertiría
la contribución indigenal y ordeno se cumpla estrictamente el Decreto de 10 de
septiembre de 1827.
Por Decreto de 2 de julio de 1829, se declaró franco el puerto de Cobija; pudiendo los
buques que descarguen en él, hacerlo libremente, depositando sus mercancias en los
almacenes destinados al efecto, sin pagar ningún derecho por razón de desembarco
o reembarco. Especificáronse las obligaciones de los sobrecargos o capitanes, con
reglas para los casos de venderse o no los efectos y de internarse o extraerse con la
imposición de penalidades por ventas clandestinas.
Arancel de Aduanas. En la misma fecha, se fijaron los derechos que debían
satisfacerse en el puerto La Mar. Los principales artículos del merituado Decreto,
establecen: 1) Los tejidos y manufacturas de lino y seda, de cualquier especie,
merceria, cristalería, lozas, relojes y alhajas de plata, oro y piedras, satisfarán el 5%.
Se prohibe la introducción de tocuyo extranjero, madapollanes, porverlon y cuantas
telas ordinarias perjudiquen a los tocuyos que se fabrican en la República.
Son libres de derecho, el azogue, el acero, hierro, las máquinas para la explotación de
las minas, o los instrumentos de agricultura, ciencias y oficios, igualmente que los
libros que no son contrarios a la moral pública. La plata amonedada en su extracción
satisfará el 3%; el oro de igual clase, y en tejos quintados y marcados el 2% Se prohíbe
de nuevo la extracción de la plata en piña o comiso. Sn libres de derechos en su
extracción, el cobre, el estaño y todas las producciones naturales e industriales.
Por Decreto de 3 de julio, se fijaron los derechos de alcabala, sobre internación,
extraceión y tránsito de los efectos introducidos por las fronteras, y sobre las
producciones de la Repúbliea. Se determinaron los artículos cuya introducción se
prohibe, así como la extracción de pastas de plata y otros libres de derechos; con
penalidades a los defraudadores.
Siempre con la mira de velar por el correcto y normal desarrollo del comercio, se dieron
los siguientes Decretos: barras, bajo la pena de industriales de Bolivia.
Decreto de 20 de noviembre de 1829, separando la Aduana de La Paz de la Tesorería
Nacional; ya que, por ser más inmediato a la frontera del Perú, crece en actividad.
Decreto de 26 de noviembre, por el que velando por un comercio libre y protegido que
constituye una fuente de prosperidad y riqueza de los estados, y considerando que las
franquisias y restricciones con que en moderado, son los resortes de que el Gobierno
se sirve para promover la industria nacional y los ingresos de erario, da para la
percepción de derechos aduaneros.
Decreto del 27 de noviembre, que decía medidas para evitar fraudes como
introducción clandestina de efectos comerciales y extracción de plata en piña o barras.
Resolución de 2 de enero de 1830, que ordena el cobro del 6 por ciento por la segunda
y posteriores ventas de los artículos comerciales.
Decreto de 18 de febrero, otorgando concesiones para quienes quieran establecer
postas en el trayecto Oruro, Potosí y Cobija.
Resolución de 18 de marzo, que impone el 10 por ciento sobre el valor de las pieles
de chinchilla que se exporten por el puerto La Mar.
Resolución de 2 de julio; por la que no pueden los comerciantes extranjeros, vender
sus efectos al menudeo, sino por mayor; tampoco puede nadie hacer baratillo de los
suyos, sin licencia de la Junta de Comercio.
Orden de 23 de julio; por la que los comerciantes argentinos que se proveen de
mercaderías en La Mar para llevarlas a su país, sólo satisfagan el tres por ciento.
Orden de 3 de noviembre de 1831, para que el Gobernador de Cobija, haga una
distribución de tierras con el fin de aumentar la población y establezca postas en los
caminos al interior.
Orden de 28 de febrero de 1832, por la que los efectos del Perú sólo paguen por
derechos de internación en Bolivia, el seis por ciento sobro los avalúos de plaza, fuera
de los municipales.
Resolución de 12 de octubre, determinando los derechos que deben satisfacer la plata
en pasta o chafalonia, y el oro en pasta, que se extraigan con permiso del Gobierno.
Ley de 12 de octubre, que declara franco y libre el puerto de Cobija o La Mar; debiendo
la Aduana del puerto, con todas sus dependencias, trasladarse a Calama. Dispone
que el Presidente de la República visite personalmente aquel establecimiento, para
promover sus mejoras.
En virtud de esta Ley, se realizó el viaje del Presidente al puerto La Mar, en fecha 3 de
diciembre de 1832; autorizándose al Ministro de Hacienda se encargue del despacho
oficial durante la ausencia de éste.
Nombróse al Vicepresidente Velasco, Ministro General, acompañe en este carácter.
Ya en expedida, invitó Santa Cruz a los que por empresa particular quieran establecer
carros para el tráfico de Cobija a Potosí, así como a los que quisieran servir las postas
de tránsito. Ordenó la habilitación de caminos; autorizó a las autoridades del Litoral, la
compra de taladros, artesianos, perfeccionar y adelantar las aguadas de Cobija.
Asimismo, por Decreto de 30 de diciembre, se encargó la construcción de una fortaleza
y una batería para la seguridad del puerto y bahía. Como impostergable necesidad, se
ordenó la compra y distribución de yuntas de bueyes en Cobija y pueblos del distrito,
obligando a los adjudicatarios, en compensación, a construir locales escolares.
Un Decreto de fecha 1" de enero de 1833, puso en vigencia la Ley de 12 de octubre
de 1832, quede el puerto La Mar, absolutamente franco y libre, suprimiéndose su
Aduana con la sustitución de una comisaría de guías.
indicada sólo debieran pagarse por derechos de alcabala, todas las mercaderías
internadas por el puerto mencionado el 5% fuera del 2% del consulado. Se trazaron
los caminos por donde se conducirian las mercaderías al interior; prohibiéndose la
extracción de oro y plata en pasta o vajilla; indicáronse los efectos libres de derechos
y otros por cuya extracción debia otorgarse un premio (cascarilla, lanas, estaño, cacao
y café, con un premio del 2% sobre el valor de su aforo), etc., etc. Al mismo tiempo,
instaló oficinas de correos en el puerto y Calama, asiento de la nueva aduana, y
finalmente se dictaron disposiciones para el funcionamiento de postas y distribución
de terrenos a los habitantes.
Bien puede calificarse de proeza el viaje efectuado por el Mariscal Santa Cruz, a un
territorio inhóspito, sin caminos y falto de los auxilios indispensables en tan largo
trayecto. Atravesó desde Potosí a Cobija 156 leguas, es que, saliendo de Chuquisaca
a principios de diciembre de 1832, estuvo
de regreso al asiento de sus funciones el 25 de enero de 1833, la que expidió el decreto
suprimiendo el Ministerio General, una vez que fue llenada su misión.
Con sobrada razón y en justicia, la Cámara de Representantes dictó la Ley de 7 de
noviembre, aprobando los decretos, reglamentos y demás disposiciones dictadas por
el Gobierno sobre la mejora y franquicias del puerto de La Mar; premiando al mismo
tiempo su labor con el Decreto siguiente:
"LA CÁMARA DE SENADORES
En uso de las facultades que le concede el Art. 47 de la Constitución; DECRETA.
Artículo único. Se concede al presidente de la pública Andrés Santa Cruz, una medalla
de oro guarnecida de diamantes que llevará en el anverso unas rocas batidas por el
mar, un genio derramando sobre los edificios nacientes en ella el cuerno de la
abundancia, can esta inscripción alrededor: Por el decreto de 1° de noviembre de
1833, y visita al puerto de Cobija. En el reverso irán las armas nacionales con esta
leyenda: El Senado reconoce los servicios de su GRAN CIUDADANO.
Comuníquese al Poder Ejecutivo para su publicación y cumplimiento.
Sala de sesiones de Chuquisaca, a 5 de noviembre de 1833.- Manuel Cabello,
Presidente, - Manuel de la Zerna y Jordán, Secretario".
Sensiblemente, como emergencia de la Confederación Peru-Bpliviana y bajo el
pretexto de que las rentas de la Aduana de Arica disminuyeron notablemente por el
contrabando, se decretó de 21 de junio de 1936, disponiendo que en el puerto de Arica
se organice una aduana común para el Perú y Bolivia. “La medida fue perjudicial, cual
don Casto Rojas, porque si bien simplificaba las operaciones y la fiscalización, le
quitaba a Bolivia su autonomía aduanera y le restaba buena parte de sus ingresos.
Mas fácil habría sido, y estaba en manos del Protector de la confederación el hacerlo,
habilitar el puerto de Arica.
En verdad la suerte no nos fue favorable en la consecuencia del puerto de Arica, no
obstante, de que este fundo para el servicio comercial exclusivo de Potosí.
Examinemos los casos.
Los tratados de la Federación boliviana, suscritos en Chuquisaca el 15 de noviembre
de 1826, fijaron una línea divisora que dejaba Arica en Bolivia junto con los territorios
comprendidos desde el grado 18 al 21, a cambio de Copacabana y Caupolicán; Santa
Cruz que se hallaba de presidente de la republica de Perú, los rechazo de plano
conforme acredita la parte pertinente de su Mensaje al Congreso Constituyente de
Lima en junio de 1827, donde dice “ Habiéndose mezclado en las negociaciones,
proposiciones poco favorables y gravosas a nosotros, principalmente en la
demarcación de límites, hemos contestado negando nuestro advenimiento y
reservando estas cuestiones a vuestra decisión definitiva porque el Gobierno nunca se
ha creído con facultades, ni ha encontrado motivos para enajenar una parte del
territorio y resolver sobre asuntos de tanta trascendencia”.
Después del triunfo de Sacabaya, se produjo un pronunciamiento de los pueblos de
sud peruanos: Moquegua, Tacna, Arica, Locumba y Tarapacá, pidiendo su anexión a
Bolivia; pero Santa Cruz negó la solicitud, ya que como se ha dicho, tenía por mira
principal la confederación Perú-Boliviana.
Dos sucesos merecen citarse en la vida del puerto de Cobija. El primero, se refiere al
intento de bloqueo en julio de 1830, al arribo de la corbeta peruana la persecución que
sufría a raíz de sutil "Congreso", que venía para capturarla, sin previo aviso y con una
punible precipitación, hizo el bloqueo; pero ante la enérgica actitud de las autoridades,
la tripulación optó por pedir su nacionalización en Bolivia, al igual que la tripulación de
la corbeta; enarbolando ambas en seguida nuestro pabellón. En este trance, amaneció
en el puerto la goleta "Galgonales. Los barcos permanecieron en aguas bolivianas,
hasta que las bases de paz firmadas en Tiquina, entre Santa Cruz y Gamarra, pactaron
su retorno al Perú.
El segundo acontecimiento que conmovió al país, fue el ataque que sufrió durante la
intervención de las fuerzas bolivianas en el Perú. La población se vio invadida,
saqueada e incendiada por las huestes de Salaverry que, desembarcando de la
corbeta "Libertad" y la goleta "La Limeña" en Mejillones, hicieron un viaje de 16 leguas
por tierra para combatir a 80 escasos defensores que sólo contaron con su bravura
para esta emergencia. Como trágico resultado, cayeron numerosas victimas, entre
ellas el Gobernador Coronel Gaspar Aramayo. A su regreso los invasores celebraron
las calles de Pisco.
Tal ultraje, fue vengado con el triunfo de Socabaya. Por su parte el gobierno peruano,
dio las más amplias satisfacciones, como se infiere del Decreto del Presidente
Orbegoso, que en su considerando dice:
"Los rebeldes con una barbarie sin nombre, arrastraron y vilipendiaron esta gloriosa
bandera. - Que es preciso que el Perú dé un público testimonio de satisfacción por tan
horrendo desacato", etc. (20).
Para finalizar este capítulo, consignamos las disposiciones pertinentes a este ramo:
El congreso Constitucional de 1834, sanciono el Código Mercantil Santa Cruz en fecha
5 de noviembre; habiendo el ejecutivo promulgado para su inmediata vigencia en el
país.
Resolución de 25 de octubre de 1836, que establece el aforo de elementos de
comercio.
Decreto de 3 de abril de 1837; aboliendo el impuesto de un real en marco sobre las
pastas de plata, y los gastos a que se destinaba esta contribución, se cubran con el
cinco por ciento, con que dichas pautas se hallan gravadas.
Decreto de 9 de abril; que crea el impuesto de un real para todo bulto de mercaderías
y 7 $ a todo buque que cargue y descargue suma que se destina para la construcción
de un muelle y conservación de reparticiones.
Decreto de 10 de abril, que prohíbe cortar cascarilla por cinco años.
Orden de 27 de diciembre, cobrando comisión para fraccionar el Arancel de aforos de
comercio.
Decreto de 31 de diciembre, concediendo premio a los descubridores de vetas de
azogue y a los introductores de él.
Decreto de la misma fecha, que declara libre la introducción de algodón.
Decreto de 18 de enero de 1838, que concede a los comerciantes franca exportación
hasta 200 $ en oro o plata moneda. El exceso de esta suma exportada sin guía, caerá
en comiso adjuntable al denunciante.
Decreto de 28 de marzo, por el que la plata sellada sólo pague el tres por ciento de
derecho de extracción, cualquiera que sea el puerto o frontera de salida al exterior.
Decreto de 19 de junio; sobre guías que han de expedirse para la exportación del oro.
- Derechos alcabalatorios Contrabandos, etc.
Decreto de 16 de noviembre; por el que se deroga el decreto de 24 de marzo de 1836
y restablece el derecho que antes de promulgaran aquel, pagaba la plata sellada a su
extracción por los puertos o fronteras de la Confederación; con el fin de incrementar el
erario público
Es también de recordar el interés del Mariscal para facilitar la movilidad a Cobija, con
objeto de acrecentar el intercambio comercial. La idea no era tan ilusoria, si tenemos
en cuenta que, durante nuestra vida colonial, un español, Alejandro de la Reynaga,
vino de la península trayendo una partida de camellos destinada al desierto de la costa
del Pacifico.
MINERÍA
El Mariscal Santa Cruz, en su Manifiesto publicado en Quito el año 1840, dice: "Potosí
y Oruro, propiamente hablando, eran unos esqueletos en el año 1828, por haber
perdido más de las cuatro quintas partes de la población que tuvieron bajo la
dominación española, y por hallarse paralizados los establecimientos mineros, que son
los manantiales de su caimiento de Potosí, cuyo cerro argentifero asombró al mundo,
fue tal que, su población que otrora alcanzara a 160.000 almas, tenia 6.000 al ingresar
a la República, con sus ingenios desmantelados y sus lagunas en destrucéión.
El Libertador Bolivar, con el anhelo de obtener alguna utilidad económica de esa fuente
abandonada, dictó en Pucara el 2 de agosto de 1825, un Decreto cuyas partes
principales expresan: "Considerando que sobre el Gobierno de la República gravita
una inmensa deuda.- Que debe procurar el Gobierno, por todos los medios posibles la
extinción de dicha deuda.
pertenecen de derecho al Estado.- Decreto: 1.-Que las minas derrumbadas y
abandonadas por sus antiguos poseedores, que eran denunciables según las
ordenanzas de minería, son de la propiedad del Estado.
2. Que se entiendan comprendidas en el artículo anterior las minas que al tiempo de
proclamarse la independencia en los diferentes departamentos de la república se
hallaban despobladas o abandonadas, conforme a las dichas ordenanzas 4 Que las
minas se arrienden a los acreedores del Estado, en pago de sus créditos calificados
(2)
A raíz de este Decreto, puesto en vigencia en el Alto Perú por Resolución de 29 de
agosto de 1825, y con motivo de la llegada de Bolívar a Potosí, se hicieron diferentes
proposiciones por diversas compañías para comprar estas minas. Una Compañía
inglesa, presentó la primera propuesta sobre la base de un millón de pesos, y cuando
estaba ya por firmarse la transacción, se presentó don Joseph Andrews a nombre de
la Compañía Mineralógica de Chile y Perú, con una oferta mejor (Potosí 19 de octubre
de 1825), consistente 1. en pagar 1200.000, pesos en periodos de cuatro, ocho y doce
meses de vistas las letras de cambio de Londres.2 suplir 300.000 $ más, como un
empréstito para el fomento de la Casa de Moneda y Banco de Potosí, al interés del 6
por ciento anual.
Al respecto, el Mariscal Santa Cruz dio la siguiente Orden de 5 de agosto de 1829:
"Las minas yermas y despobladas, por las ordenanzas del ramo, han sido en todos
tiempos una propiedad del Estado, disponible a favor de los que las pidan para
laborearlas. Desde el decreto dictatorial de 2 de agosto de 1825, no han podido
venderse ni arrendarse, porque en tal estado nada valen de ordinario. Para hacer
grandes gastos en ellas, a fin de ponerlas en corriente, los emprendedores desean
asegurarse de su propiedad en los términos que se concedían conforme a ordenanza.
S.E. dispuesto a fomentar por todos los medios posibles, el importante ramo de
minería, declara en todo su vigor y fuerza las ordenanzas mineralógicas de Nueva
España, especialmente el título de despoblados, para que cualquier ciudadan0 de
Bolivia las pueda denunciar con las formalidades que ellas prescriben, y con la calidad
de ponerlas en corriente trabajo en el término de la ley. Los pedimentos que han de
dirigir a los prefectos y gobernadores en sus respectivas provincias y actuarse ante
ellos las diligencias de despueble; su adjudicación se reserva al Supremo Gobierno,
con conocimiento de ellas"
Luego, con esa obsesión de ver y hacer todo personalmente, viajó a Potosí a fin de
poner en orden y garantizar los trabajos y con fecha 15 de octubre de 1829, lanzó un
Decreto estableciendo un tribunal general de Minería en Potosí, con jurisdicción
gubernativa y económica, y la contenciosa en segunda instancia, y con los recursos
de súplica, nulidad e injusticia notoria ante la Corte Suprema; señala el número de sus
miembros, sus calidades y forma de elegirlos sin goce de sueldo faculta tener asesor
y subalternos dotados, así como nombrar en las provincias diputados y sustitutos para
conocer en primera instancia las causas del ramo, modo de proceder, etc.
Es interesante el Considerando. de este Decreto, por lo que transcribimos a
continuación:
“Deseando restablecer dice, el estado decadente de la minería, y fomentar este
manantial de riqueza pública, he accedido a las repetidas súplicas de los azogueros
de Potosí en que solicitan la formación de un cuerpo organizado, a imitación de los
consulados de comercio para la permanencia, fomento y dirección de esta importante
industria; la creación de un tribunal especial que privativamente promueva sus
intereses generales y conozca sus causas civiles y criminales; la restitución del Banco
de Rescates que sus antepasados cediendo al Estado para ocurrir todos sus fondos
totales a la mejora y adelantamiento de la minería.
Por decreto de 15 de octubre, extingue el derecho de Cobos en la plata. (este derecho
consistía en un atributo de 1.5 por ciento que Carlos I estableció sobre el valor de
pastas de plata fundidas y ensayadas en las Cajas Reales de Potosí, en favor de su
Secretario don Francisco Tomás de los Cobos y Molina) (24), rebaja el diezmo,
declarándolo único derecho metálico, señala el precio que se pagará por ellos según
su ley; fija el impuesto sobre el oro, que se ensaye por puntos sin exigirse derechos;
fija quién, y cómo ha de graduarlo donde mores, en qué y a qué respecto se pagará
en, la Casa de Moneda; revoca la Orden de 12 de diciembre de 1825 (en la que se
previene que las onzas de oro selladas, se den y reciban por las tesorerías a 17 $). En
su Considerando dice: "Que la ruina de la minería ha sido el resultado necesario de la
pérdida del equilibrio, que había entre el producto de las minas y los gastos que son
menester emprender para su laboreo.--2) Para ser explotables muchas minas de corta
ley, es preciso que los impuestos sean moderados; por su excesiva carga queda una
inmensa cantidad de plata abandonada en las entrañas de la tierra, la que se extraería
y entraría en circulación, disminuyéndose los derechos que sofocan esta importante
industria, origen y manantial de la riqueza pública".
Pero, como el problema fundamental radicaba en la falta de brazos, Santa Cruz
concibió la idea de reenganchar gente del campo para tan sacrificados trabajos. He
aquí el Decreto: hayan ensayado "El Presidente de la República Boliviana, &
"Considerando: Que a proporción del número de trabajadores crecen la explotación y
los rendimientos de las minas; que los emprendedores de este importante y penoso
trabajo, por lo común abandonan intereses de que podían sacar conocidas utilidades,
por falta de gente; que de su desmoralización resulta la ruina de la minería y de los
mineros; y que si bien es consultar el buen tratamiento de los operarios y jornaleros,
es necesario no desentenderse de la relajación de las costumbres de estos, con
quienes ningún minero puede contar para empresa de
importancia. Y conviniendo a la causa pública que este servicio sea regularizado sobre
bases de recíproca justicia y conveniencia entre patrones y sirvientes, ha venido en
decretar y
DECRETA
1. Habiendo manifestado muchas provincias del territorio de la República, el deseo
de concurrir a los trabajos mineralógicos de este cerro e ingenios de beneficio,
y debiendo esperarse grandes ventajas y adelantamientos de esta clase de
operarios menos viciados y corrompidos; aceptando su libre y espontáneo
ofrecimiento y garantizándoles el cumplimiento de las condiciones del buen
tratamiento, sancionadas en las ordenanzas del Perú y leyes vigentes; que
gozarán de las dos semanas de descanso; que como a los mitayos se les
regulará el viaje de ida y vuelta por cuatro leguas cada día, y que se les pagara
por este tiempo la mitad del jornal que deben percibir; que este será de cuatro
reales y se les abonará en plata efectiva por cada día de los que trabajen en las
minas e ingenios, y esta paga se les hará en presencia del diputado territorial y
alcalde veedor que por ningún caso se les hará trabajar más horas que las
dispuestas por ordenanza, y que cumplido el término de concierto no podrán
ser detenidos.
2. Se señalará la capital de la provincia y día determinado en que puedan reunirse
todos los que quieran alistarse voluntariamente para este servicio. De ellos
formará el gobernador compañías de a cincuenta hombres, que bajo la
conducta y responsabilidad de un capitán enterador y un segundo, sean
conducidos a este mineral, ocurriendo los azogueros interesados a auxiliarles
con la mitad del valor del lenguaje; bien entendido que, para tener derecho a él,
es necesario que el servicio a que vengan no sea por menos tiempo que el de
un año, y que, en caso de desertarse antes, serán perseguidos por los
gobernadores y corregidores convenios.
3. En esta ciudad serán revistados por el alcalde veedor y diputado de minería,
asignándolos al azoguero que les anticipe los auxilios para el viaje.
4. Estos operarios serán satisfechos de sus jornales en huaina, los lunes de cada
semana, a cuyo efecto deben concurrir el diputado territorial y el alcalde veedor;
y aunque los demás empleados en la minería hayan recibido el domingo, el todo
o parte de sus haberes, en agravios sobre excesos en tareas y malos
tratamientos.
5. Con igual diligencia se averiguará los que habiendo recibido alanocas dejaren
de acudir al trabajo, para solicitarles e imponerles la pena correccional en los
trabajos públicos por los días que venga; sin perjuicio de ser entregados
después al patrón a efecto de cumplir sus conciertos y satisfacer con su qué
anticipadamente habían recibido.
6. Para poner remedio al criminal abuso que estos hombres hacen de su libertad,
al tiempo de concertarse serán alistados con expresión del día de su conchabo,
destino y salario que ganan. Con referencias a este asiento, el azoguero dará a
cada uno de ellos un boleto con el cual únicamente estarán libres del servicio
militar. Los que carezcan de documento, serán presentados al alcalde veedor,
para que, informado de sus ocupaciones, les del destino que corresponde a los
vagos y mal entretenidos
7. El alcalde veedor, cada mes reconocerá las minas e ingenios que están en
labor, para consultar su seguridad y comodidad, el arreglo de las tareas y
puntual pago de los salarios en dinero efectivo, y no en víveres ni otros efectos.
8. Para el abrigo de los trabajadores, se reedificarán los huasis en las bocaminas,
y que se provean de agua, protegiendo la libre concurrencia de los vendedores
de chicha, coca, pan y otros comestibles.
9. El alcalde veedor se informará de la pericia, inteligencia, honradez y buena
conducta de los mineros, y demás empleados que ejercen el arte; no
permitiendo que se ocupen en tan delicados destinos, hombres viciosos, y que
carecen de los conocimientos prácticos para la buena dirección y seguridad de
las labores.
10. El mismo conocerá breve y sumariamente, sobre las faltas en que incurran
operarios y jornaleros, sin disimularles los excesos habituales que de ordinario
cometen, cuya tolerancia e impunidad, ha desmoralizado enteramente esta
clase de gentes; siendo necesario con todo rigor restablecer el orden de la
disciplina y subordinación de ella.
11. Los robos de metal y demás especies, no excediendo de veinticinco $, serán
castigados por el alcalde veedor, averiguada la verdad sin forma de juicio. Sobre
las causas mayores, informará el diputado territorial, poniendo a su disposición
al reo, con la sumaria que debe formar para justificación del crimen y del
criminal.
12. En todo lo demás se observará puntualmente lo dispuesto por las Ordenanzas
del Perú, y subsidiariamente por las de Méjico; a excepción de lo mandado por
orden suprema de 5 de agosto último, en que se ordenó que los pedimentos de
minas y socavones despoblados, se hiciesen a los prefectos de los
departamentos, que dando sus adjudicaciones reservadas al supremo
gobierno.
13. Oportunamente se someterá al conocimiento y deliberación del próximo futuro
Congreso, este reglamento orgánico de los servicios y trabajos de la minería.
El ministro de estado del despacho de hacienda, cuidará de la ejecución de este
decreto y lo hará imprimir, publicar y circular. Dado en el palacio de Gobierno
en Potosí, a 15 de octubre de 1829. Andrés Santa Cruz el ministro de hacienda
José María de Lara.
Se ha acusado este Decreto, como un intento de hacer renacer la mita, tan
trágicamente descrita por los historiadores de la colonia; siendo así que ella no es sino
un sistema de trabajo que si se hizo odioso fue por los procedimientos inhumanos
empleados que lidiaron en la esclavitud.
No obstante, las buenas intenciones de disciplinar el trabajo, no fueron comprendidas,
y han debido cometerse abusos de parte do los patrones, cuando Santa Cruz, al dar
cuenta de haber prestado su gobierno todo apoyo a la minería, añade: "Sólo les negó
la continunclon del bárbaro uso de las mitas por ser contrario a todo principio de
igualdad, de libertad y de moral" Antes de salir de Potosí el Mariscal, llenó todos los
pormenores y salvó las fallas de sus Decretos y Resoluciones. Señaló el local donde
debía funcionar el Tribunal de Minería; aclaró las dudas suscitadas con respecto al
Decreto de 15 de octubre. Convirtió en mineralógico el Colegio de Ciencias y Artes de
Potosí, variando su organización y plan de estudios a fin de que sea destinado a la
enseñanza del ramo de minas por ser centro de industria y producción minera el
departamento. Señaló la época en la que debe reunirse la Junta General de Mineros
y ordenó finalmente que comience el pago del aumento en el precio de la plata con el
descuento para el fondo dotal.
Ya en La Paz, sin descuidar las demás ramas de su administración dictó las siguientes
Ordenes, Resoluciones y Decretos:
Orden de 3 de enero de 1830; aumentando los fondos del Banco de Rescates de
Oruro, hasta la cantidad de 25.600 $ con la contribución indigenal que debe cobrarse
por el tercio de navidad pasado.
Decreto de 18 de febrero, sobre establecimiento de un Banco en La Paz, para el
rescate de oro y plata; edificio y fondos; dispone que la maneje el Administrador del
Tesoro con la intervención de un oficial se reglamentan sus deberes; remisiones a la
Casa de Moneda de Potosí y lo que ha de observarse en ella; los vendedores de pastas
dejarán él, un real por marco; aplicación de este derecho.
Orden de 19 de marzo, señalando los derechos que han de cobrarme de la plata en el
Banco de Rescates de La Paz; supresión del medio real destinado al Colegio de
Potosí.
Orden de 25 de abril, que modifica el Art. 1 del Decreto de 15 octubre de 1829,
prohibiendo el cobro del tres por ciento de derecho metálico sobre el oro.
Este Reglamento, por sus disposiciones encaminadas a proteger la situación del
minero, está señalado como el primer paso hacia el Seguro Social (26).
Resolución de 5 de noviembre. Exime de la contribución a los capitanes y sus
segundos encargados del servicio de los indígenas que se comprometen
voluntariamente a los trabajos mineralógicos de Potosí.
Orden de 23 de diciembre. Revocando el Art. 26 del Decreto de 26 de noviembre de
1829. Suspende el permiso de extraer de la República el oro en tejo, pepita y
chafalonía; donde ha de aprehenderse para ser decomisado.
Resolución de 31 de diciembre; disponiendo que el real descontado al marco de plata
que se rescata en el Banco de La Paz, se aplique a éste para los gastos de conducción
y remisión de barras a Potosi.
1831
Orden de 1 de marzo para que en los Bancos de Rescate se haga el descuento
designado para los fondos de la minería; el Cuerpo, corra con estos y el Tribunal
decrete los gastos.
Resolución de 4 de junio; declarando que la prohibición de remitir barras por la valija,
no comprende los tejos de oro.
Resolución de 4 de diciembre; autorizando al Tribunal de Minería de Potosi para el
acopio de azogues.
1832
Decreto de 19 de julio. En cumplimiento de la Ley de 31 de agosto anterior, se previene
el cobro del cinco por ciento sobre el valor de las pastas; precio que debe pagarse
según la calidad de las platas; qué rebaja ha de hacerse en Potosí y con qué objeto.
Resolución de 14 de agosto; rebaja a diez marcos el peso de treinta, fijado para el
rescate de piñas en decreto de 19 de julio anterior; se repite al Prefecto de Oruro la
Orden de 3 de enero de 1830.
Resolución de 12 de octubre: fija derechos que debe satisfacer la plata en pasta o
chafalonla, y el oro en pasta que se extraigan con permiso del Gobierno.
1835
Orden de 15 de junio, fijando precios en que ha de rescatarse el oro en el Banco de
La Paz.
1836
Resolución de 11 de diciembre: Real en marco que deben satisfacerse en los bancos
de Rescates de La Paz y Oruro, las pastas de plata vendidas en ellos.
Decreto de 3 de abril. Abolido el impuesto de real en marco que pagaban las pastas
de plata. Los gastos que se hacían con él, se saquen del cinco por ciento señalado por
la Ley de 31 de agosto de 1811, Decreto de 17 de junio. Premio a los buques que
traigan azogue a cualquier puerto de la Confederación.
Decreto de 31 de diciembre. Premio a los descubridores de votas de azogue y a los
introductores de él.
1838
Decreto de 28 de marzo, sobre derechos de extracción de la plata y el oro.
Decreto de 19 de abril. Extinción del Banco Refaccionario.
Decreto de 30 de abril. Disuelve la mancomunidad de los azogueros por auxilios que
recibieron del Gobierno español.
Decreto de 7 de mayo. Establece sociedad en los bancos de Rescates de pastas, entre
el Estado, beneficencia y los azogueros. Habilitación que pueden dar Requisitos para
ellos.
Resolución de 29 de mayo, Contribución de la industria mineral
Decreto de 29 de junio. Guías que han de expedirse para exportación del oro.
Derechos alcabalatorios. Contrabandos. Supresión de Aduanas.
Orden de 28 de julio. Partición de las utilidades que ha producido el Banco
Refaccionario.
Orden de 4 de octubre. Habilitación de azogue a los mineros.
Decreto de 16 de noviembre. Derechos de exportación de la plata sellada
CÓDIGO DE MINERÍA SANTA CRUZ. La Ley de 23 de septiembre de 1831, autorizó
al Gobierno para que, mandando revisar por la Corte Suprema y por la Corte Superior
de Chuquisaca, los Códigos y Procederes de Minería y Comercio, formen con ellos un
solo cuerpo denominado Código Santa Cruz. Este, una vez sancionado por el
Congreso, fue promulgado el 13 de noviembre de 1834; pero se den de 5 de octubre
de 1836 por las dificultades presentadas en la práctica y consiguientes reclamos. Con
este motivo, se nombró una Comisión con asiento en Potosí para que formule otro
proyecto; poniéndose entre tanto, nuevamente en vigencia las antiguas Ordenanzas.
A Santa Cruz, le disgustaban los procedimientos dilatorios en los juicios mineros, como
se colige de la Nota pasada al Tribunal de Minería en fecha 23 de octubre de 1830 y
que dice: "Los hombres contenciosos y porfiados con sus cavilaciones sostienen en
mil tribunales, si hubiera otros tantos grados, una guerra de papeles interminable. El
Tribunal de Minería debe observar religiosamente el Art. 16 del Supremo Decreto de
15 de octubre de 1829 y los del título 39 de las Ordenanzas de la Nueva España, que
guardan consonancia con las del Perú, decidiendo las controversias, verdad sabida y
buena fe guardada, a estilo de comercio, sin admitir artículos dirigidos a embrollar y
oscurecer la justicia. Los negocios enredados ya que no pueden desatarse como el
nudo gordiano, deben cortarse despreciando sutilezas y formalidades de derecho;
pues en cualquier estado que se descubra la verdad, se ha de poder determinar y
sentenciar la causa. Lo que de orden de S.E. el Presidente, comunico a U.S. en
contestación a su nota de 18 del corriente. Dios guarde a U.S José María de Lara".
INDUSTRIA
La industria del país, muy incipiente por ciento, decayó más privada como vio de la
materia prima a consecuencia de la guerra de la independencia. Es de hacer constar
que el Gobierno se interesó mucho por el progreso de la industria nacional, creando
colegios de artes e industrias y contratando maestros para la enseñanza práctica de
los oficios. Con acento convencido sostenía Santa Cruz que: "Las naciones no sólo
tienen necesidad de sabios para ser poderosas y libres, sino que la tienen mayor
todavía de ciudadaos industriosos y de buenas costumbres para reprimir el estado
anárquico que se fomenta en nuestras repúblicas por los vicios que comúnmente
engendra el ocio, y por esa funesta 'empleomanía, que predomina las pasiones de los
hombres sin ocupación.
A este respecto, es del caso citar el siguiente Decreto de 27 de fobrero de 1835:
"Andrés Santa Cruz, Presidente Constitucional de la República Boliviana, & Deseando
fomentar la industria nacional por todos los medios posibles y presentar artículos que
despierten el espíritu de empresas útiles a la riqueza pública; por ley de 5 de noviembre
de 1835, he venido en decretar y en uso de la autorización que ha obtenido el Gobierno
Decreto:
1) Se declara el premio de seiscientos pesos en dinero y una medalla de oro al que
pusiera que cultive de su cuenta y lograre presentar a lo menos una cosecha de
trescientas arrobas.
2) Si el planteo fuera de añil, y el empresario presentarse a lo menos cincuenta libras
del producto, obtendrá el premio de quinientos peso
3) El que explotare el zinc de que abundan algunos asientos minerales de la República,
y enseñare el medio de fundirlo para la fabricación de latón, será premiado con mil
pesos y una medalla de oro.
4) Se ofrecen dos mil pesos de premio al que habiendo descubierto uno veta de
cinabrio, presentare a los menos dos quintales de azogue ya extraídos.
5) Igual suma se ofrece al que estableciere en Bolivia una fábrica de cristal fino, o loza
semejante a la de Ultramar.
6) Una fábrica corriente de pañetes bien tejidos y abatanados y capaz de rendir por lo
menos dos mil varas de producto mensual, será gratificada con mil pesos y además
se preferirá al empresario las propuestas para vestuario del ejército.
7) Si los tejidos fueren de algodón, el premio será de quinientos pesos, bajo las mismas
calidades del artículo anterior.
8) El establecimiento de un ingenio de azúcar refinada, que diera quinientas arrobas
de producto anual, obtendrá por premio mil pesos.
9) A los premios que designan los artículos anteriores, sólo tendrá derecho el primero
que en su respectiva clase llenare las condiciones que se exigen.
10) Todo el que introdujere en la República, una nueva máquina de hilar o tejer, o
cualquier otra con cuyo uso se aceleren los productos de la industria agrícola o fabril,
será gratificado con el tercio de su costo sin perjuicio de su absoluto dominio. Igual
suma recibirá el que la inventare o construyere en Bolivia.
El Ministro de Estado del despacho del Interior, queda encargado del cumplimiento de
este Decreto y de hacerlo imprimir, publicar y circular. Dado en el Palacio de Gobierno
de Chuquisaca, a 27 de febrero de 1835.
Andrés Santa Cruz El ministro del Interior, Mariano Enrique Calvo".
La Ley de 5 de noviembre de 1833, autorizó al Poder Ejecutivo para librar cartas de
naturaleza y ciudadanía llenen los requisitos exigidos por la Constitución. Ofreció
asimismo la gratificación de diez a veinte mil pesos al primero que en buque de vapor
atraviese desde el océano Atlántico por algunos de los ríos de la república que corren
de sud a norte; y de cinco a diez mil pesos, al primero que en igual buque de vapor
navegue desde el mismo océano hasta el territorio de la república por los ríos que
corren de norte a sud.
Por decreto de 9 de marzo de 1835 se establecieron en las capitales de departamento,
sociedades de industria agrícola y fabril, para recoger todos los conocimientos
artísticos y hacer ensayos sobre su aplicación en la república.
OBRAS PUBLICAS
La administración Santa Cruz se esmeró en atender a todas las jurisdicciones del
extenso territorio nacional, con visitas frecuentes de inspección.
Los intendentes, corregidores y gobernadores, encargados de velar y conservar las
obras públicas, promoviendo la construcción de otras, aprovechando los brazos de los
reos de las cárceles. Para estimular tal actividad, dispuso el Decreto de 14 de julio de
1838, perpetuar gravada en magistrados y funcionarios públicos que hayan llevado de
urbanización y construcciones nuevas.
Se verificó el tráfico a Cobija por tres vías, caminos a los Yungas a Río Abajo y otras
poblaciones. Se iniciaron los trabajos camineros de La Paz a Apolobamba, de
Cochabamba a Mojos para salir a San Ignacio, y otros tantos en Tarija, etc. Se
construyeron puentes sobre los ríos Tamampaya y Pilcomayo; así como en La Paz
sobre el Choqueyapu. Se empezaron vigoroso impulso los trabajos de la catedral de
La Paz. Se remodeló el templo de Santo Domingo y se restauró el Santuario de
Copacabana. Se dio término a la hermosa basílica de Potosí; cuya construcción
empezada a consagrarse el 24 de abril de 1838, actuando como padrino el Mariscal
Santa Cruz. Se refaccionaron las catedrales de Chuquisaca, Cochabamba y otros
templos. Se reconstruyeron el palacio de gobierno de Chuquisaca, varios hospitales y
numerosos edificios. Concluyese asimismo el cementerio de La Paz con su imponente
arco.
A más de su empeño por difundir establecimientos educacionales se ocupó también
de la cultura general por medio de bibliotecas y teatro. Para este efecto, puso en
práctica la construcción del teatro municipal de La Paz, a partir del mes de julio de
1834, en que impartió las instrucciones al Prefecto, General Otto Felipe Braun, para
que acelere la formación de una sociedad de accionistas; inscribiéndose por su parte
con 1.000 acciones.
SALUBRIDAD
El Mariscal Santa Cruz, "Considerando, que la salud y la vida de los ciudadanos han
llamado siempre imperiosamente la atención de un gobierno ilustrado", se preocupó
con preferencia de velar por la medicina preventiva y curativa.
Por Decreto de 6 de abril de 1830, eligió en La Paz un tribunal provisional de
Protomedicato, compuesto de un Protomédico y los examinadores nombrados por el
Gobierno; designándose a la vez como a tenientes a los médicos titulares de las
capitales de departamento. Entre sus obligaciones se hallaban las de autorizar el
ejercicio de la profesión a nacionales y extranjeros, mediante un examen; juzgar los
crímenes o faltas profesionales; visitar boticas para controlar el despacho de drogas.
Quedaron asimismo por Orden de 18 de mayo de 1832, encargados de distribuir
vacuna antivariolosa a todos los departamentos.
El Reglamento dictado el 24 de enero de 1834, modificó la composición de este
tribunal, ordenando sea compuesto por el Director y catedráticos del Colegio de
Medicina; siendo sus tenientes por especial delegación, los médicos titulares
departamentales.
Es revelador para la época, el contenido del Art. 25 de este Reglamento que expresa
lo siguiente: "La Higiene pública, objeto de que deben ocuparse el Protomedicato y
sus tenientes describiendo las epidemias y enfermedades endémicas que predominan
en el país e indicando clara y sencillamente las prescripciones de que deben valerse
las gentes para evitar el contagio, y los remedios caseros de que pueden usar los que
se sientan atacados de ellas en su principio para evitar los progresos del mal, entre
tanto que ocurran a facultativos que los auxilien y dirijan científicamente".
Finalmente, por Resolución Suprema de 6 de noviembre de 1838, declara que los
delitos cometidos por los médicos, cirujanos, farmacéuticos, comadrones y
sangradores en el ejercicio de su profesión, deben juzgados en primera instancia por
el Protomédico y sus tenientes o auto interlocutorio, el Protomédico y sus tenientes
formen tribunal con asesoría del Juez de Letras.
Tan ilustre profesor, hizo una labor proficua no solo en la enseñanza sino en la
legislación sanitaria salud pública y medicina legal. Su proyecto sobre Inspección de
Policía Médica "debe ser considerado como la más valiosa iniciativa de la legislación
sanitaria boliviana", al decir del Dr. Emilio Fernández M., catedrático de la Facultad de
Medición de la Universidad Mayor de San Francisco Xavier; que acaba de publicar
documentos inéditos descubiertos por el en el Archivo Nacional.
Como medidas profilácticas, podemos también citar la Orden de 25 de febrero de 1835,
obligando a los cirujanos de los cuerpos de ejercito a reconocimientos médicos
periódicos a la tropa, para aislar a los enfermos en su caso; la Orden de 24 de
noviembre de 1831 que obliga la construcción de panteones en todos los pueblos,
prohibiendo los entierros en los templos, y sobre todo, el establecimiento en el puerto
La Mar, de una Junta de Sanidad para velar por la salud con las mismas obligaciones
de las Juntas de Sanidad de la República que se complementaron con la implantación
de la cuarentena, con su división de: "Cuarentena de los enfermos, cuarentena de
observación y cuarentena de efectos", con prescripciones dictadas por el mismo Dr.
Passaman.
En 21 de abril de 1837, se fundó en La Paz una Escuela de Maternidad con alumnas
becadas de los colegios de Chuquisaca, Potosí, Cochabamba y Oruro, bajo la
dirección de la profesora Juana Reyes, con tratada para el efecto en Lima por el
Mariscal Santa Cruz.
La Resolución Suprema de 10 de julio de 1837, dispone que, para eximir de la
contribución indígena crónicos, deben practicarse conforme al Art. 885 del Código de
Procederes, reconocimientos médicos por dos facultativos para calificar la
enfermedad, Pero, en lo que el Gobierno puso mayor empeño, fue en combatir la
viruela; temible flagelo que arrasaba las poblaciones por falta de medidas profilácticas
oportunas. A la Orden de 29 de junio de 1829 que obliga al cumplimiento de otra
dictada en 14 de junio de 1826 que encarga a los prefectos el envío de cuadros
trimestrales de vacunaciones anti variolosas practicadas en sus respectivas
jurisdicciones, siguió la Orden de 23 de enero del mismo año que encomienda todas
las parroquias, la inoculación del fluido anti varioloso, previa instrucción recibida de un
profesor. Al recomendar el cumplimiento estricto de estas órdenes, expresa en fecha
21 de junio de 1830, lo siguiente.
Este afán, prosigue con la oferta de un premio pecuniario a quien presente una vaca
que proporcione fluido vacuno. En junio de 1835, responsabiliza a los vacunadores y
tenientes del Protomedicato, a los prefectos y gobernadores, imponiendo severas
penalidades por el cumplimiento de la vacunación. Obliga a los maestros de provincia
a practicar este procedimiento y por Orden de 6 de junio de 1835, retiene los sueldos
de los funcionarios que no remitan cuadros demostrativos de esta labor; Orden que se
repite con la reglamentación de fecha 6 de junio de 1838. El Art. 1 de este reglamento
dice: "que no se mande pagar al teniente del Protomedicato, al médico o cirujano titular
de la ciudad, de los hospitales, catedráticos de medicina y boticarios rentados por el
Gobierno, los sueldos que devenguen y les corresponden por cualquier título, sin que
presenten el fluido en el brazo del cuerpo humano; que en el decreto de "páguese" se
haga mención de la presentación del fluido y que la Contaduría declare cargo líquido
contra los jefes de las oficinas que paguen los sueldos de los tenientes del
Protomedicato y demás funcionarios expresados en este artículo sin el decreto que
exprese este requisito". Así mismo se refiere a los vacunadores y maestros de
instrucción primaria elemental, abona el sueldo, sin que acompañen al presupuesto la
certificación del teniente del Protomedicato y del Patricio notable de turno en las
capitales del departamento, del Consejo Provincial en las capitales de Provincia y de
la Junta Inspectora en los cantones; por la que se acredita que unos y otros han
inoculado cada mes con buen resultado el mencionado fluido.
Al imponer estas sanciones, el Mariscal Santa Cruz, manifiesta airado: “Es muy
doloroso observar que todas las medidas que ha tomado el Gobierno sobre esta
materia, y se hallan registradas casi en todos los volúmenes de la Colección Oficial,
hayan sido frustradas por la indolencia de los funcionarios públicos; y parece que es
llegado el caso de emplear medios rigurosos, cuyo temor obligue a los funcionarios
públicos al cumplimiento de sus deberes, ya que la humanidad, el patriotismo, el deber
y las recompensas mismas han sido insuficientes”.
HOSPITALES
El servicio de los hospitales era atendido con el noveno mayor y noveno y medio menor
de los diezmos departamentales. Además, tenía ingresos pecuniarios de sociedades
de beneficencia y de legados hechos por personas de reconocida filantropía. El manejo
de fondos estaba confiado a un administrador o ecónomo, con cargo de cuenta. Todo
hospital tenía su reglamento, y estaba sujeto a estricta vigilancia de las autoridades,
como se colige de las circulares de 7 de marzo de 1837.
Se mantenían los locales y útiles con el requerido confort; habiendo reedificado el
Hospital de La Paz con recursos nacionales. Es de recordar que, en una visita a este
hospital, el Mariscal Santa Cruz, extrañado por la falta de drogas, entregó una fuerte
suma de su propio peculio para un pedido urgente a Chile
AGRICULTURA Y GANADERÍA
La agricultura y la ganadería habían sido preferidas en el país, no obstante, de tener
extensas tierras aptas en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Potosí y Tarija;
con puna, valle, yungas y semitropicales. Y si nos referimos a las ubérrimas regiones
de Santa Cruz, Beni y Pando, no podemos menos que sentirnos felices por haber sido
tan favorecidos por la Naturaleza. Mas, solo hemos vivido con la vista pendiente de la
riqueza mineral, que si bien, ha convertido yermos en populosas poblaciones y
potentados a cuantos se dedicaron ricos filones del subsuelo, no deja de constituir una
riqueza precaria
El Gobierno de Santa Cruz, comenzó su obra con la protección del indio (decreto de 2
de julio de 1829) manifestando explícitamente que, siendo estos ciudadanos
empleados en el cultivo de las tierras, cría de ganados y otros servicios rurales y
domésticos, deben ser tratados con humanidad e indemnizados en justicia. Sin
embargo, en este decreto se interpolaron los siguientes artículos: "Art. 2).
Por Orden de 13 de noviembre de 1829, se dispone que los curas que obliguen a los
indígenas a pasar fiestas contra su voluntad, paguen el triple del valor de ellas y se
señalan los trámites para la averiguación e imposición de esta pena.
La ley de 30 de octubre de 1833, autoriza al Poder Ejecutivo, para distribuir
gratuitamente todos los terrenos baldíos que posee la República; con la obligación de
parte de los agraciados de cultivar los terrenos dentro del término de un año y en los
destinados a estancias a proveerlos de algunas cabezas de ganado lanar y vacuno
dentro del mismo término, so pena de perder el dominio; debiendo gozar los nuevos
pobladores de la exención de pagar diezmos y primicias por el término de diez años.
El decreto de 28 de febrero de 1835, al considerar que la agricultura y demás ramos
de la industria nacional abandonados a la rutina, no pueden progresar en materia
alguna, establece en cada capital de departamento, una sociedad de industria agrícola
y fabril, compuesta de siete individuos de todas las profesiones para recoger todos los
conocimientos artísticos y hacer ensayos sobre su aplicación en la República;
debiendo dar cuenta al Gobierno cada tres meses del estado de sus trabajos y su
resultado con las observaciones convenientes.
No obstante, de que se ha dicho que el Gobierno Santa Cruz, no se preocupó mucho
de la cuestión agraria, haremos un pequeño análisis de ella durante dicho período.
Por imperio de la primera Constitución Política del Estado (6 de noviembre de 1826):
"la Nación Boliviana es la reunión de todos los bolivianos; Bolivia es y será para
siempre independiente de toda dominación extranjera, y no puede ser patrimonio de
ninguna persona ni familia. La mente de esta Carta Magna, confronta el derecho de
dominio territorial de la Nación que transitó del Derecho Colonial a la libre disposición
de la nueva República con todos sus usos y costumbres". Por consiguiente, el régimen
agrario vigente en ese primer lapso, puede conceptuarse de plena juridicidad colonial.
La Constitución de 14 de agosto de 1831 que derogó la primera, conserva en lo
fundamental del Derecho dominial republicano, la libre disposición de los bienes de la
Nación, entre ellos la tierra.
En consecuencia, en fecha 28 de febrero de 1831, se dictó el Reglamento de Revisitas
y matrícula de indígenas contribuyentes, cuyos principales artículos determinan: "1) La
revisita, ya sea general de una provincia, o particular de algún cantón, deben contener
el número, nombre, estado, edad y sexo de las familias contribuyentes que habitan en
cada repartimiento, pueblo y doctrina, con la conveniente distinción de los originarios,
que se clasifican por el goce de las tierras comunes, y forasteros que carecen de ellas.
2). Las provincias deben ser visitadas cada cinco años, actuándose en este período,
nuevo padrón y matricula de contribuyentes: 3). Para su formación deberá tenerse
presente la última revisita, que esté rigiendo la recaudación del ramo, para formarse
cotejo del mayor o menor número de los contribuyentes: el aumento o justicia de la
matrícula, la deberá ejecutar personalmente el gobernador de la provincia, con
intervención y asistencia a todos los actos de ella, de un ciudadano de integridad,
rectitud, pureza y honor, que el Gobierno supremo nombre, de los que en terna le
proponga el prefecto del departamento, para desempeñar las funciones de apoderado
fiscal.
5).-Este apoderado fiscal recibirá de la administración del tesoro público la matricula
vigente, para que a presencia de ella se ordene la nueva, con sujeción a los artículos
de este reglamento, de que se le pasará un ejemplar con cargo de devolución. 10).-Se
publicará por bando la Orden suprema que dispone la nueva revisita, y el
nombramiento del apoderado fiscal, más pueblos de su comprensión, para que en el
día señalado comparezcan ante el gobernador todos los indígenas contribuyentes, con
sus mujeres, hijos y familia, te adeudan la única contribución.
indígenas originarios y forasteros sin tierras, (pues a este respecto se halla regulada
la tasa de unos y otros), tomando informes de los alcaldes principales y ancianos, para
no confundir la segunda clase con la primera; advirtiéndose que para ser originarios
basta poseerlas por matrimonio con mujer que las hayan heredado de sus padres".
Como hubo una mala interpretación de esta Orden de 30 de enero "torpe y cavilosa"
segán expresa la Resolución de 11 de marzo de 1833, se declaró no haberse derogado
la "sagrada obligación de satisfacer los diezmos de los frutos de la tierra y las crías de
ganado, ni la veintena.
La Ley de 28 de septiembre de 1831, declara a los extinguidos caciques de sangre y
sus descendientes, propietarios de los terrenos que poseían; lo propio que los
indígenas que han disfrutado por más de diez años.
Las disposiciones reglamentarias de esta misma fecha, señalan las atribuciones y
deberes de los prefectos, gobernadores, corregidores y alcaldes para la dirección y
administración de los ramos de hacienda, correos, beneficencia y policía; encargando
en su Art. 59 la recaudación de la contribución indigenal y demás impuestos legales;
debiendo entregar su producto en el Tesoro Público, a los tiempos que le estén
señalados. En su Art. 80, expresa que el gobierno de cada cantón reside en el
corregidor nombrado conforme a ley, y encarga en el artículo que le sigue el cobro de
la contribución de indígenas, y las que provengan de leyes, con la gratificacióón del
1%, deducido del sueldo o asignación del gobernador. Los alcaldes que recauden en
sus aldeas o ayllu dichas contribuciones, percibirían % del uno que corresponde al
corregidor
En fecha 15 de noviembre de 1831, se dictó una resolución, adoptando un método de
practicarse las matrículas de contribuyentes en adición al Reglamento de revisitas.
Por decreto de 7 de abril de 1836, son declarados propietarios los indígenas que
poseen terrenos por más de diez de años, en conformidad a la ley de 28 de septiembre
de 1831 y con el objeto de evitar trámites contenciosos en juzgados y tribunales
declara su plena vigencia; debiendo los funcionarios que, contra esta disposición
expresa, privasen o perturbasen la posesión pacífica de más de diez años, ser
castigados como despojadores y sufrir la pena de suspensión por un año.
La Resolución Suprema de 22 de noviembre de 1838, declara: "que la sucesión de los
terrenos de repartimiento poseídos por los indígenas, debe seguir guardándose la
práctica establecida de sucesión por el orden de primogenitura; prefiriéndose el varón
a la hembra y el mayor al menor entre los herederos forzoso del ultimo poseedor hasta
que se reglamente la ley de 24 de septiembre de 1831.
Posiblemente por desmanes sobrevenidos con motivo de los conflictos
internacionales, se dictó en defensa de la clase indígena, el decreto de 6 de abril de
1837, cuyas partes principales dicen: "Considerando que los indígenas privados de la
protección que les concedían las leyes antiguas, han desmejorado su condición. Que
las garantías que les concede la Carta no los ha liberado de los vejámenes que sufren
y que su indigencia e ignorancia son títulos para el Gobierno autorizado
extraordinariamente, los restituya al amparo de sus personas, propiedades y demás
derechos encomendados a sus protectores. - Decreto: Art. 1 Se restablece el Ministerio
de Protector de Indígenas, con las atribuciones de este decreto. Art. 2) Son indígenas
para los efectos de este decreto, las personas que pagan la única contribución
personal, denominada por los españoles tributo, sus padres e hijos".
GANADERÍA
En cuanto a la ganadería, sensible es confesar que, nada práctico se pudo hacer para
su incremento. Las epizootias como el carbúnclo, hemático y sintomático, la fiebre
aftosa, etc. diezmaron los ganados vacuno, ovino, caprino, caballar, etc. sin que ningún
auxilio veterinario se prestase.
Sin embargo, el Gobierno Santa Cruz, convencido de que la ganadería es una fuente
segura de riqueza nacional, estableció en la frontera de Chuquisaca, estancias
ganaderas, estimulándolas con medidas protectoras y las garantías consiguientes
para su desarrollo.
Como una determinación favorable, se puede citar el decreto de 23 de agosto de 1836
que prohíbe la internación de ganado vacuno; declarándolo decomisable caso
contrario.
La pasión política, se desbordó a raíz de que Santa Cruz expresó en su Manifiesto lo
siguiente acerca de este punto: "Y también puedo lisonjearme de que los fecundos
establecimientos de ganadería, que se fundaron en la frontera, fueron estimulados por
las medidas protectoras y por las garantías de que no han gozado los habitantes de
aquella interesante provincia, antes de mi administración.
Durante la larga y obstinada guerra de la independencia; en esos tiempos en que
Fernández, Padilla, Mercado y otros jefes de la patria, habían establecido sus cuarteles
en aquellos puntos; cuando los españoles en persecución de ellos marcharon allí
diferentes veces con grandes fuerzas; cuando por consiguiente, patriotas y realistas
habían hecho destrozos inmensos en los ganados, y ahuyentado a los propietarios,
entonces estas provincias en absoluta incomunicación con las de abajo, las fronteras
solas de Chuquisaca y Tarija, proveían de ganado casi a toda la república. Este es un
hecho que lo sabe Santa Cruz y que no hay boliviano que lo ignore; terminada la guerra
de independencia, restituidos a sus hogares los propietarios, y gozando de seguridad
desde entonces hasta el presente, sin que allí se hubiese sentido efecto alguno de
motín de 18 de abril de 1828 ni de la invasión de Gamarra en el mismo año, no es
natural que se hubiesen repoblado los campos de ganados, y reparándose las
pérdidas del tiempo de la guerra de independencia. Este era un consiguiente de la paz,
como el crecimiento de los pastos, cuando no hay incendios y la tierra es favorecida
con lluvias "El enemigo formidable de aquellas fronteras es la vecindad de los
bárbaros, que frecuentemente invaden las estancias y roban por miles los ganados. Si
Santa Cruz, hubiese tratado de proteger de veras las fronteras de Chuquisaca, habría
establecido algunos fortines y puesto buenas guarniciones que las defendieran de los
bárbaros; este era el medio verdadero de hacerles prosperar: esto fue lo que le
mandaron las cámaras del año 33, cuando en el Art. 4 de la ley de 3 de octubre de
dicho año, dijeron: "El Gobierno tomará las medidas convenientes, a efecto de que las
nuevas posesiones queden completamente garantizadas de los bárbaros colindantes",
"Posteriormente se mandó que se estableciesen dos fuertes, y se destinase un batallón
para guarnecerlos, y donde están los fuertes, cual es la guarnición que destinó Santa
Cruz para proteger esas fronteras, y cumplir con las benéficas disposiciones de las
cámaras?"

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