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En este documento se dara a conocer la comparación de la salud actual y la del siglo xx en chile, junto con la inmigración actual y la del siglo xx en Chile
Título original
Comparación de la salud e inmigración, actual y del siglo xx en Chile
En este documento se dara a conocer la comparación de la salud actual y la del siglo xx en chile, junto con la inmigración actual y la del siglo xx en Chile
En este documento se dara a conocer la comparación de la salud actual y la del siglo xx en chile, junto con la inmigración actual y la del siglo xx en Chile
Primero, partamos definiendo ambos conceptos, la inmigración en sí, en viajar a otro país para mejorar tanto la situación económica, como social de una persona. La Cuestión Social fue, un problema económico y social de principios del siglo XIX. Desde principios de este siglo, el concepto de cuestión social apareció en Europa para señalar las consecuencias laborales, sociales e ideológicas producidas por la Revolución Industrial. En Chile, el término cuestión social fue utilizado por primera vez por Augusto Orrego Luco. Rápidamente fue asociado a los diversos problemas sociales que afectaron al mundo popular, como el analfabetismo; la prostitución; el alcoholismo; el hacinamiento; la promiscuidad; las enfermedades; las huelgas; la inflación; la actividad sindical; la lucha de clases; los trabajadores y la proletarización. En pocas palabras, un concepto sumamente amplio, de difícil consenso, que ha sido motivo de múltiples debates y discusiones. Muchas personas viajaron desde el campo a la ciudad en donde había una mejor estabilidad económica. En ambos casos, las personas tuvieron problemas económicos y sociales por una parte, en la cuestión social, hubo un descontento de los trabajadores que se manifestaron en forma de huelgas, destrucción de material, etcétera. Y en parte la inmigración, pues las personas inmigrantes tenían una condición tan precaria en su país, que deciden alejarse de ahí lo más pronto posible. Ahora bien, en este año 2019, existe todavía la inmigración, hay personas que no pueden más en su país y se van a otro en donde hayan mejores oportunidades. Aún existe el caso de gente que huye de su país hasta para no morir, está el caso de personas Sirias, Israelíes y Pakistaníes, que huyen producto de la guerra que existe entre esos países. No estamos muy alejados de la cuestión social como se piensa, pues aún hay desgracias, hay gente que muere intentando escapar, gente que está retenida porque no puede ingresar a un país producto de papeles de pasaporte, hay un descontento de parte de personas que no pueden más con lo mal que está su país, el ejemplo más claro es Venezuela, pues los venezolanos cada día salen de su propio país para comer bien, trabajar y sobrevivir, muestran un descontento hacia su propio Estado, pero lamentablemente, no reciben ninguna respuesta, es por eso, que no estamos tan alejados de la realidad de hace tres siglos, aún existe la desgracia de personas inmigrantes y existirá por siempre, a menos de que el mundo y los Estados de cada país propiamente tal, hagan algo para que las personas vuelvan a su país para prosperar nuevamente, aunque eso se ve muy difícil. La salud en la Cuestión Social A medida que el país se internó en un proceso de urbanización e industrialización en 1910, algunos problemas sociales comenzaron a sentirse cada vez con mayor intensidad, especialmente en lo que respecta a la salud de la población. La falta de una vivienda y de un entorno urbano adecuado afectó directamente las condiciones de vida y por añadidura, aumentó la mortalidad de la población. En forma creciente, la enfermedad y la muerte se convirtieron en un grave problema para las elites dirigentes del país. Además de los cuestionamientos morales, la inhabilidad de los trabajadores por enfermedad o muerte implicaba una menor fuerza de trabajo y pérdida de producción económica. Para solucionar esto, intervino primeramente la iglesia católica financiando establecimientos hospitalarios, orfanatos, y casas de cuidados para gente mayor. Más tarde y paulatinamente el Estado empezará a intervenir en los problemas de salud pública, creando así en 1924, el ministerio de higiene, asistencia, trabajo y prevención social, para proyectar el carácter estatal que había adquirido la salud pública. Salud actual en chile El sistema de salud chileno está compuesto por un sistema mixto de atención integrado por el seguro público, que se denomina FONASA, que es el Fondo Nacional de Salud, y uno privado denominado ISAPRE. En Fonasa, existen 4 grupos de calificación: Grupo A: Son consideradas en este grupo las personas carentes de recursos, se atienden de manera gratuita en Hospitales y Consultorios públicos. Grupo B: Personas cuyo Ingreso Imponible Mensual sea menor o igual a 276.000, por lo que se atienden de manera gratuita en Hospitales y Consultorios públicos. Grupo C: Personas con un ingreso imponible mensual mayor a 276.001 y menor o igual a 402.960, por lo que pagan un 10% del arancel en Hospitales públicos. Con 3 o más cargas familiares pasará a grupo B. Grupo D: Personas con un ingreso imponible mensual mayor a 402.961, por lo que pagan un 20% del arancel en Hospitales públicos. Con 3 o más cargas familiares pasará a grupo C Por otra parte, las Isapres funcionan en base a un esquema de seguros, los cuales están facultados para recibir y administrar la cotización obligatoria de salud, esto es, un 7% de la remuneración imponible de trabajadores y personas afiliados a este sistema. Ahora bien, luego de un sondeo realizado por la Encuesta Nacional de Salud de la Universidad Andrés Bello, la cual indicó que un 52% de los chilenos consideran que la calidad tanto del sector público como privado ha ido en bajada, evaluándolo con un 4,3. Se estableció la peor calificación en cuanto a los accesos a horas de médicos especialistas y atención en urgencia.
No es nada nuevo que la salud tiene falencias estructurales, si nos
referimos a la salud pública siempre ha tenido un carácter más precario; menos médicos especialistas, largas filas para atención, plazos gigantescos de espera para operaciones, entre otros. Y son las personas más pobres los que están subordinados a un sistema de salud que no de abasto con la demanda de las familias de la clase trabajadora. Además de ser los más afectados las personas de la tercera edad, que junto a sus pensiones de hambre no son capaces de cubrir los altos gastos que entrega el servicio de salud.
Por otro lado, el servicio privado tiene un nivel de oportunidad y
acceso mayor, pues tiene un mayor financiamiento estatal, permitiendo tecnología más avanzada, accesos más rápido, mayor cantidad de médicos, etc. Lo cual está dirigido a un sector muy reducido de la población, sólo aquellos que tienen los medios para poder costear los altos precios de este servicio.