Está en la página 1de 7

El Aroma Socio-Político del Café en Colombia

Por: Luisa Gabriela Toro Guerrero1

RESUMEN:

Con este artículo se pretende ofrecer al lector un análisis general del proceso
histórico que rodea la cultura cafetera partiendo de las prácticas socio políticas de los
habitantes y su incidencia en el espacio, además de mencionar las nuevas
construcciones territoriales influenciadas por el cultivo del café que llevó a considerar
nuevos centros poblados cafeteros y a la consolidación de regiones productoras, así
como mostrar las diferencias que existen en la construcción de las nociones en torno al
café desde las clases populares hasta la élite, y su influencia en el espacio geográfico.

Palabras clave: política, cultura cafetera, territorio.

INTRODUCCIÓN

Históricamente la construcción socio política del territorio colombiano ha


presentado tensiones en torno a la desigual distribución de la tierra producto de la
permanencia de herencias coloniales como las grandes haciendas y su posterior
transformación en haciendas cafeteras, debido a esto, el desarrollo económico se ha
visto limitado y la tendencia a depender económicamente de un solo producto tomó
fuerza en el país, siendo el café el producto que por años sostuvo la economía
colombiana.

No obstante, las plantaciones cafeteras no deben entenderse exclusivamente


como un proceso que ha contribuido al desarrollo económico del país, sino que se trata
a su vez de un sistema de relaciones que trascienden el aspecto productivo para situarse
en la consolidación de entramados culturales, sociales y políticos, que llevan a la
creación de imaginarios y estructuras mentales propios en cada región.

1
Estudiante de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad de Caldas. Correo electrónico:
luisa.211624452@ucaldas.edu.co
La expansión de la cultura cafetera ha llevado a la creación de una identidad
común en torno al grano y su consumo. El cultivo del café permitió que se establecieran
en Colombia unas prácticas socio culturales ligadas a una narrativa homogénea que no
se habían visto antes dada la diversidad del territorio. De este modo, los procesos de
creación de una cultura cafetera han estado permeados por factores tradicionales
comunes a gran parte de la población, como el papel de la familia y las relaciones
jerárquicas que se presentan en ella, los valores guiados por la religiosidad católica y la
constante búsqueda de unidad del gremio cafetero para la consecución de políticas
públicas que les favorezcan.

Aun así, la cantidad de variaciones que se presentan en torno a dicha identidad


lleva a considerar aspectos que aparentemente no están inmersos en el tema, pero que
en el fondo tienen gran relevancia. En este sentido, se desarrollarán cuatro apartados
con el objetivo de analizar la influencia de la cultura cafetera en las prácticas socio-
políticas de la población y su influencia en el espacio. En primer lugar se tendrá en cuenta
las nociones que ha construido el pueblo llano hacia la cultura cafetera. Seguidamente
se tomará el desarrollo de una parte de la élite colombiana relacionada a la cultura
cafetera, así como los intereses en la toma de decisiones políticas que afectan o
benefician a los productores y la apuesta hacia la consolidación de la región cafetera.
Así mismo se responderá si la construcción de la cultura cafetera ha estado determinada
por la geografía de la región, o si por el contrario se trata de procesos donde intervienen
factores diferentes al geográfico que han formado parte de la consolidación de dicha
cultura. Y por último las consideraciones finales recogerán los aspectos más relevantes
del documento.

Cultura, pueblo y café

El inicio del auge cafetero llevó a muchos campesinos a buscar nuevos territorios
para seguir expandiendo el cultivo de café, de esta manera se dio la colonización de
zonas antes inexploradas que fueron aptas para la plantación del grano y que
posteriormente se consolidaron como las grandes zonas productoras del país.
Especialmente el proceso de colonización en la región andina conllevó a una expansión
considerable de dicho cultivo, a la transformación del espacio natural y social2.

La nueva ubicación de cafetales creó a su vez una serie de relaciones que se


desarrollaron mayormente en zonas rurales consideradas como periféricas, y trajo como
consecuencia la aglomeración de productores en lugares aptos para el cultivo y la
creación de minifundios.

Además, la expansión del cultivo del café posibilitó el desarrollo de regiones


(principalmente la zona andina), que no habían sido tenidas en cuenta por parte del
Estado, de manera que se empezaron a desarrollar vías de comunicación terrestre –
carreteras- que facilitara a los caficultores comerciar sus productos en mercados
regionales. La construcción de dichas vías trajo consigo transformaciones profundas en
el ambiente y en la organización de las fincas productoras, puesto que las vías se
consolidaron como puntos nodales estratégicos de circulación y se establecieron nuevos
patrones de asentamiento alrededor de ellas, pues se reducían los costos de transporte
del grano y era posible sacar provecho económico del paso de la vía por las fincas.

La cultura popular cafetera, en su mayoría rural, ha construido históricamente


unas nociones particulares alrededor del café, las cuales se enmarcan en grandes
categorías: en primer lugar la familia, considerada núcleo central de la sociedad cafetera,
coadyuvó al crecimiento de la producción en tanto que todo miembro se considera mano
de obra, y se convirtió en determinante al momento del ejercicio electoral.

Seguidamente, el valor que toma la tierra para los cafeteros pasa del aspecto
netamente monetario hacia los afectos con el terruño. Este apego por la tierra –
denominado teóricamente como topofilia3- lleva a unas formas de apropiación del
territorio que implican el cuidado y manejo sostenible del mismo. Este concepto,
aparentemente tan abstracto, permite comprender cómo una categoría como el territorio
transgrede hacia el espacio vital y hacia la consideración de la percepción de los

2
Véase en: Londoño, Jaime El modelo de colonización antioqueña de James Parsons. Un balance
historiográfico. Fronteras de la Historia, núm. 7, anual, 2002, pp. 187-226. Instituto Colombiano de
Antropología e Historia Bogotá, Colombia
3
Véase en: Topofilia: un estudio de las percepciones, actitudes y valores sobre el entorno. Yi-Fu Tuang,
1974.
habitantes, así, los caficultores ven en sus predios no solo puntos de espacio que les
sirven de sustento económico, sino también un lugar lleno de sentido y significaciones
del que forman parte.

Cultura, élite y café

La construcción socio-política de la identidad cafetera se dio de manera diferente


en las denominadas elites locales. La concepción que del café tienen las familias
privilegiadas pertenecientes a la élite difiere de las del pueblo llano. En primer lugar
porque no son participes de la producción, por ende, en su mayoría, no conocen ni
reconocen los innumerables esfuerzos que hay detrás de ella, segundo porque las
decisiones que se toman se amparan en intereses particulares de los gremios,
excluyendo de dichas políticas a la mayoría de caficultores. Y tercero porque se
desarrollan en los centros urbanos, que aunque no se pueden oponer del todo a la zona
rural, si presentan condiciones diferentes.

En este sentido, el auge cafetero permitió en muchos casos la consolidación de


una elite proveniente de las grandes haciendas cafeteras que empezaron a adquirir
posición social y prestigio político4. Así, “en Colombia desde comienzos del siglo XX, con
la creación de dos poderosas instituciones: la Federación Nacional de Cafeteros y el
Fondo Nacional del Café, que ejercieron un poder similar a aquel que tuvieron los
políticos en los principales cargos del Estado: la presidencia de la República y la
representación en las corporaciones democráticas”5, tomaron el poder en nombre de los
caficultores, bajo la bandera de trabajar hacia políticas públicas que favorecieran el
cultivo, producción, transformación y comercialización del grano en las regiones
productoras. Hecho que benefició significativamente a los grandes productores por la
toma de decisiones en defensa de sus intereses y en ocasiones en detrimento de los
intereses de los pequeños caficultores.

4
Véase en: Palacios, Marco (2002).Negocio cafetero y ascenso de una oligarquía. El café en Colombia
1850-1970. Una historia económica, social y política. Extraído de:
https://www.jstor.org/stable/j.ctv51304h.11
5
Extraído de: artículo: élite y poder en la economía cafetera.
Se debe aclarar que las bonanzas cafeteras dieron paso a la creación y
financiación de una élite que posteriormente asumiría el poder gremial de los caficultores
y su representación en las instituciones del estado, a través de la creación de entidades
como la Federación Nacional de Cafeteros, fundada en 1927.6

Además, la toma de decisiones que se han presentado en torno al café puede


considerarse de corte geopolítico por los intereses locacionales y económicos que
presenta, y han participado en la modelación del espacio geográfico especialmente
urbano, debido al establecimiento de lugares –cafés- que de alguna manera brindan
status a quien accede a ellos, y los cuales se relacionan con mayor calidad del grano
debido a los altos costos de consumo.

De la misma manera, la búsqueda de la integración regional en torno al café llevó


a la creación del paisaje cultura cafetero, que si bien no es posible afirmar su relación
directa con las elites cafeteras, si es producto de una decisión geopolítica en búsqueda
de la consolidación de una región que mostrara lo tangible e intangible de la cultura
cafetera, pero que paralelamente desarrollara otras actividades productivas en la misma
espacialidad del café que generaran mayores ingresos para los territorios implicados,
dentro de las cuales se encuentra el turismo.

¿Determinismo geográfico?

En el caso de Colombia, las distintas condiciones naturales que presenta el


territorio permiten la creación y convivencia de muchísimas prácticas sociales que se
desarrollan en el espacio, dicha diversidad presenta un gran catálogo de posibilidades
en cuanto a construcción de imaginarios propios de cada lugar que pueden llevar a la
creación de regionalismos y a la transformación del entorno.

En este sentido, ¿es posible hablar de una cultura cafetera determinada


exclusivamente por el espacio geográfico? Sin lugar a dudas la influencia del espacio si
condiciona muchas de las actividades a desarrollar, en el caso del cultivo del café, las

6
Historia de la Federación nacional de Cafeteros. Recuperada de:
https://www.federaciondecafeteros.org/particulares/es/quienes_somos/nuestra_historia-1/
amplias zonas productivas de Colombia se encuentran distribuidas por todo el territorio
y cuenta con unas características similares que permiten que se desarrolle, no obstante,
no es posible considerar que las condiciones naturales como el clima, la altitud o el
relieve determine rotundamente las formas de organización del cultivo del café y el
desarrollo de la cultura alrededor del mismo, puesto que los pobladores se han adaptado
a lo largo de los años a las condiciones muchas veces hostiles que presenta el territorio,
dando lugar a la búsqueda de estrategias que permitan continuar con la producción en
lugares que no son propicios para el desarrollo de determinada actividad productiva. Un
ejemplo de ello es el cultivo de café en ladera predominante en la región andina.

Incluso es posible afirmar que el cultivó de café posibilitó pero no determinó la


creación de nuevas territorialidades y nuevos límites geográficos –linderos- donde se
desenvolvieron actividades productivas en conjunto con el cultivo del grano.

Consideraciones finales

Sin lugar a dudas el proceso de producción, trasformación y comercialización del


café ha estado asociado a la creación de nuevas formas de apropiación del territorio7, a
la transformación del paisaje urbano y rural y a la consolidación de regiones productoras
a lo largo de todo el país, así pues no se puede considerar como un proceso único y
convergente dada la diversidad del territorio.

El proceso de expansión del cultivo del café debe comprenderse desde múltiples
dimensiones –fisicas, naturales y humanas- que llevaron a la consolidación de una
identidad cafetera y al desarrollo de prácticas culturales similares en torno a la
producción cafetera. Reconocer al café como un suceso histórico con influencias
diferentes a la económica, que impulsó transformaciones, adaptaciones y permanencia
dentro del espacio, permite considerar este último como un elemento activo dentro del
cual confluyen los factores anteriormente mencionados.

7
Territorio: entendido como las prácticas de apropiación y delimitación del espacio.
Además es importante analizar las nociones que el pueblo llano creó a partir del
cultivo de café, hecho que dará los cimientos necesarios para la construcción de una
geografía local desde la cotidianidad de los implicados, reconociendo nuevos procesos
espaciales que se formaron en torno al grano, como la aglomeración de caficultores en
las regiones de mayor productividad, la creación de minifundios y grandes haciendas.
Así mismo reconocer que el cultivo ha permitido el desarrollo de otras actividades
productivas que han modificado el espacio y mejorado la calidad de vida de los
caficultores.

De igual manera, se debe entender que el café ha posibilitado la toma de


decisiones geopolíticas con base en argumentos de ubicación geoestratégica que han
producido transformaciones espaciales, así como la interacción a nivel regional de
sectores públicos y privados y su cada vez mayor intervención a nivel territorial y
consolidación del espacio, además de pensar el café como un producto que ha permeado
las condiciones sociales y físicas de todo el país.

Por último, el aroma socio-político del café implica pensar en el cultivo del grano
más allá de su importancia económica, hace referencia al proceso de adaptación
territorial que se vivió en Colombia a partir de la producción cafetera, desde el aspecto
económico hasta el cultural y su incidencia en el espacio, así como a las nociones que
se crearon en los distintos estratos sociales desde el desarrollo de la caficultura.

Referencias
CASTAÑO, Gonzalo. El café en la sociedad colombiana. Revista de economía
institucional, Vol. 14 N° 27, segundo semestre/2011, PP 255-272.
ESTRADA, Fernando. La bebida del diablo: historia económica y política del café en
Colombia. Revista credencial, 2011. Bogotá, Colombia.
GONZÁLEZ, Clara. Editorial: poder y derecho en geopolítica global. Revista CES
derecho, Vol. 6 N° 1, 2015.
LONDOÑO, Jaime. El modelo de colonización antioqueña de James Parsons. Un
balance historiográfico. Fronteras de la Historia, núm. 7, anual, 2002, pp. 187-226.
Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Bogotá, Colombia.
PALACIOS, Marco. El café en Colombia 1850-1970: una historia económica, social y
política. Editorial planeta colombiana S.A, 2002. Bogotá, Colombia.

También podría gustarte