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UNIVERSIDAD FERMIN TORO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE DERECHO
CATEDRA: DERECHO CIVIL OBLIGACIONES

TEMA 6
LA RESPONSABILIDAD CIVIL

CONCEPTO
Desde el punto de vista técnico-legal, por responsabilidad debe entenderse aquella
especial situación en que se encuentra un sujeto de poder ser sancionado como
consecuencia del incumplimiento de un deber u obligación. En pocas palabras,
Responsabilidad no es otra cosa que sujeción a una sanción, así por ejemplo, si un
sujeto da muerte a otro puede ser sancionado; si un funcionario público toma los dineros
del Estado puede ser sancionado; si un conductor cruza la calle con el semáforo en rojo
puede ser sancionado; lo que se quiere decir con todo esto, es que todo sujeto que viola
una norma cualquiera, sencillamente puede ser sancionado.

En materia de responsabilidad civil, para que haya la posibilidad de sancionar al deudor


que ha incumplido una obligación, basta por lo menos la simple culpa, entendida ésta
como imprudencia o negligencia.

Savatier nos trae una definición de Responsabilidad Civil diciendo que es la obligación
que incumbe a una persona de reparar el daño causado a otra por su propio hecho, o
por el hecho de las personas o cosas dependientes de ella.

CLASES DE RESPONSABILIDAD CIVIL


La doctrina tradicional distingue dos clases de responsabilidad civil:

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1. La Responsabilidad Civil Contractual; la cual comprende todo el régimen aplicable a
la indemnización de los daños y perjuicios causados por el incumplimiento culposo de
una obligación originada de un contrato.

2. La Responsabilidad Civil Extracontractual; la cual comprende todo el régimen


aplicable a la indemnización de los daños y perjuicios causados por el incumplimiento
culposo de una obligación o de una conducta preexistente que no se deriva de ningún
contrato ni de ninguna convención entre agente y victima; es decir, de toda fuente
distinta del contrato.

La Doctrina Moderna sostiene una sola categoría de responsabilidad civil; ya que


entiende por ella una única noción, una sola figura, con algunas derivaciones o efectos
particulares. En tal sentido Mazeaud dice que “no existe diferencia fundamental entre
los dos órdenes de responsabilidades, solo existen algunas diferencias accesorias”.

Pareciera ser verdadera esta última posición de la doctrina moderna, por cuanto si se
observa detalladamente, en toda reparación de un daño, encontraremos elementos
invariables, constantes, presentes en todos los casos de responsabilidad civil como lo
serían:

1. El incumplimiento de una conducta, bien sea contractual o preexistente, que en


muchos casos es protegida, preestablecida o impuesta por el legislador;
2. Una Culpa en su sentido más amplio;
3. Un Daño causado por el incumplimiento;
4. La relación de Causalidad entre el Incumplimiento Culposo y el Daño causado.

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También para dar mayor profundidad a este criterio, cuando concurren estos cuatro
elementos constantes, tenemos que producen el mismo efecto, el cual no es otro que la
obligación de reparar el daño causado.
Por ello es que nos vamos a ocupar de una sola noción de responsabilidad civil,
siguiendo el criterio de la doctrina moderna.

ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL


Como lo mencionamos anteriormente, la doctrina señala como elementos de la
responsabilidad civil:

1. Un incumplimiento.
2. Una culpa, o dicho de otra forma, el carácter culposo del incumplimiento.
3. Un daño causado por el incumplimiento;
4. La relación de causalidad entre el incumplimiento culposo y el daño causado.

Con respecto a estos elementos, el incumplimiento ya fue examinado en el tema


anterior; el daño y la culpa serán examinados en los dos temas siguientes, solo vamos a
referirnos en el presente tema al cuarto elemento que lo constituye la relación de
causalidad.

LA RELACION DE CAUSALIDAD
La Relación de Causalidad no es otra cosa que la relación de causa a efecto entre el
incumplimiento culposo en función de causa y los daños y perjuicios en función de
efecto. En otras palabras, para que el deudor quede obligado a reparar los daños y
perjuicios, es necesario que esos daños y perjuicios sean producto del incumplimiento
culposo de una obligación.
Ahora bien, cuando el daño es consecuencia de un solo hecho, la relación de causalidad
es fácil de establecer, fácil de encontrar el hecho dañoso porque es solo uno. Pero la
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situación se complica cuando en vez de existir una sola causa determinante del daño, un
solo hecho dañoso; existen a su vez varios hechos o causas que han contribuido a causar
ese daño; esto sumado al hecho de que, en la mayoría de los casos, esas causas aparecen
frecuentemente con gran complejidad; y esto es lo que normalmente se da en la práctica;
por ejemplo un peatón, atropellado por un vehículo, muere; su muerte se debe a
circunstancias diversas: el hecho del peatón ser cardíaco, el hecho de no haber tomado el
peatón las previsiones necesarias, el hecho de que era de noche y el conductor tenía poca
visibilidad, el hecho de que el conductor fue encandilado por otro vehículo que circulaba
con las luces altas, y otras circunstancias más. Fíjense que todos estos hechos en sentido
físico, son causantes de la muerte del peatón, porque al faltar alguno de ellos, la muerte
no se hubiese producido; ahora bien, desde el punto de vista jurídico, no es fácil
determinar a cual, o cuales de ellos se puede atribuir la responsabilidad.

Entonces tenemos que el verdadero problema que se plantea con respecto a la relación
de causalidad es cuando coexisten varios hechos que físicamente pueden ser
considerados como causas en la producción de un daño; y hay que determinar, desde el
punto de vista jurídico, a cual de esos hechos los vamos a catalogar como causa, es
decir, cual hecho va a originar la responsabilidad del agente; para lo cual se han
originado algunas teorías, denominadas teorías sobre el vínculo de causalidad, que
examinaremos a continuación.

TEORÍAS SOBRE EL VÍNCULO DE CAUSALIDAD


Varias son las teorías propuestas para tratar de solucionar tan grave problema; pero solo
dos han tenido mayor aceptación universalmente tanto en la doctrina como en la
jurisprudencia.

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1. Teoría de la Equivalencia de Condiciones:
Esta teoría tiene como principio de que todos los hechos que han participado en la
generación del daño, son equivalentes; y a cualquiera de estos hechos, mientras sean
culposos, se les puede atribuir el daño. En consecuencia, la victima podrá reclamar la
reparación total del daño a cualquiera de los agentes, y al que pague no le quedará más
remedio que repetir el pago de los otros.
El Dr. Palacios Herrera, en su obra Apuntes de Obligaciones nos trae un ejemplo muy
ilustrativo para indicar esta situación; imaginen ustedes una calle en la cual la víctima,
de noche, ha estacionado su automóvil; los escombros de una fabrica obstaculizan una
pequeña parte de la calle; está húmedo el piso; un vehículo que rueda en sentido
contrario, trae luces altas, el agente deslumbrado por estas luces, adivina los escombros
de la fabrica que obstaculizan su paso, para evitarlos gira hacia el automóvil que está
estacionado; al verlo trata de frenar, pero la humedad del piso hace que su vehículo
resbale y choque contra el vehículo estacionado. Fíjense todas los hechos que se
encuentran presentes en la producción de ese daño; la tarea que tiene el juez será, en
primer lugar, investigar cuales son los hechos determinantes en la producción del daño,
que en realidad lo son todos; ahora bien, entre todos estos hechos se pueden considerar
como culposos, el haber obstaculizado la calle, el conducir vehículos con luces altas, el
no poder detener el automóvil por falta de destreza; ahora bien, según ésta teoría, todos
estos hechos juegan un papel idéntico en la producción del daño y en consecuencia el
juez no deberá considerar a unos como más determinantes que otros, deberá apreciarlos
a todos como “EQUIVALENTES”; de allí la denominación de la teoría.

2. Teoría de la Causalidad Adecuada:


Esta teoría expresa que entre el hecho considerado como causa y el dañó que produjo,
debe existir cierta adecuación; es decir, que como causa del daño, deben tomarse en
cuenta no todos los hechos que han participado en el mismo, sino solo aquellos que
normalmente deberían producir ese daño. Tenemos el ejemplo de una persona que sufre
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del corazón y por culpa de otro se le causa un accidente que constituye un daño físico
menor; pero por el estado especial de salud en que se encontraba la víctima, el accidente
trae una consecuencia mayor, le produce la muerte. Ese acto del agente fue una de las
causas, pero ha producido un resultado inadecuado; entonces no podríamos considerar
como causa plena el hecho del agente; por lo tanto, según esta teoría, el autor del golpe
no puede ser responsabilizado.

Las otras teorías al respecto, pero que en mi opinión no revisten ninguna importancia,
son:
1. La teoría de la causa más próxima al daño: su fundamento dice que la causa del daño
es el hecho más inmediato, más próximo al mismo; por ejemplo, el caso del automóvil
que siendo impactado por otro, lesiona a un peatón; entonces según esta teoría el hecho
causante que ha de establecer la responsabilidad es la colisión del automóvil con el
peatón, ya que este fue el hecho inmediato y anterior al daño, y no el hecho mediato,
más remoto, el choque entre los dos automóviles. Como observamos ésta teoría se cae
en su propio fundamento, por ilógico e insostenible, y por ello tiene poca importancia y
ha sido descartada por la doctrina.
2. La teoría del hecho desencadenante: Para ésta teoría el hecho causante del daño, es el
hecho que desencadenó la fuerza que lo produjo; es decir el hecho desencadenante de las
demás circunstancias que originaron el daño. A esta teoría se le critica la extensión del
concepto de causa, prolongándolo hasta el infinito y tener que estudiar la causa de las
causas.

DETERMINACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL


Este punto nos va a responder a la pregunta: ¿cómo se establece la responsabilidad civil
contractual? Examinemos las diferentes situaciones.

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Determinación de la responsabilidad civil contractual por las partes.
La responsabilidad civil contractual no es materia de orden público, es por ello que las
partes pueden regular mediante cláusulas convencionales, la correspondiente
responsabilidad civil contractual a que hubiere lugar.
En éste aspecto debemos examinar tres supuestos que se pueden presentar:

1. Las cláusulas exoneradoras de responsabilidad: Son aquellas cláusulas en virtud de


las cuales, las partes se exoneran de responsabilidad en caso de incumplimiento
derivado de determinadas causas. En éste supuesto, cuando el incumplimiento se debe
a dolo o culpa grave, es unánime la doctrina en negar la validez a éste tipo de
cláusulas. El art. 1506 CC en materia de venta, constituye un ejemplo de aplicación
del éste principio de nulidad de las cláusulas exoneradoras en caso de un
incumplimiento doloso por alguna de las partes.

2. Cláusulas limitativas de responsabilidad: Son aquellas cláusulas en virtud de las


cuales las partes establecen una suma fija de reparación por los daños causados; es
decir, limitan la cuantía de la reparación a una suma determinada. Estas cláusulas son
muy corrientes en los contratos de adhesión y en los contratos prerredactados.

3. Cláusulas penales. En éste supuesto, las partes mediante estipulación disponen que en
caso de inejecución culposa de la obligación o de retardo en la ejecución, el deudor se
compromete a cumplir una determinada prestación de dar o hacer.

Determinación de la responsabilidad civil contractual por la Ley


En algunos casos es la Ley la que fija la reparación por el incumplimiento de una
obligación contractual; en primer lugar, cuando se trata de obligaciones dinerarias, es
decir, las que tengan por objeto el pago de una suma de dinero (art. 1277 CC); y en

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segundo lugar, cuando se trata de contratos en los cuales existe un interés público de por
medio; caso del contrato de trabajo.

Determinación de la responsabilidad civil contractual por el Juez.


Constituye una determinación de los daños de carácter supletorio, ya que se produce a
falta de determinación legal y convencional de los mismos, o cuando ésta última no
puede producir efectos por violar principios de orden público.

El principio fundamental en este tipo de fijación de daños y perjuicios, lo constituye el


hecho de que la parte que ha sufrido los daños (acreedor) debe especificar y demostrar
su existencia y causa, de lo contrario el Juez no podrá acordar ninguna reparación;
tenemos en art. 237 CPC que dispone: “Si se demandare la indemnización de daños y
perjuicios, se especificarán éstos y sus causas”.

DIFERENCIAS ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL Y


LA EXTRA-CONTRACTUAL

1. La responsabilidad contractual proviene del incumplimiento de una obligación


contractual; la responsabilidad extracontractual proviene del incumplimiento de una
obligación preexistente, diferente al contrato.

2. En la responsabilidad contractual las partes responden por los daños previstos al


tiempo de la celebración del contrato, a menos que hayan obrado dolosamente;
mientras que en la responsabilidad extracontractual responden tanto por los daños
previstos como por los imprevistos.
3. La responsabilidad civil contractual es eminentemente patrimonial, por lo que excluye
la indemnización del daño moral por incumplimiento; en la responsabilidad

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extracontractual por hecho ilícito, se da la obligación de indemnizar a la victima tanto
por el daño patrimonial como por el daño moral causado.

BASES LEGALES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Nuestro Código Civil contiene ciertas normas que ayudan al Juez a la toma de
decisiones:

1. En el art. 1195 CC conseguimos los siguientes parámetros:


a. En primer lugar, cuando son varios los agentes de daño, cualquiera de ellos puede
ser obligado a pagar a la victima la totalidad del mismo.
b. En segundo lugar, quien pague tiene derecho de repetición contra los otros agentes.
c. En tercer lugar, la autoridad judicial debe establecer el grado de culpa de cada
quien, y en base a ello, ordenar el monto de reparación para cada uno de ellos.
d. En cuarto lugar, de no ser posible establecer el grado de culpa de cada agente del
daño, la reparación del mismo se hará por partes iguales.

2. En el art. 1189 CC, de acuerdo a ésta norma, el juez debe determinar el grado de
culpa tanto del agente como de la victima y, por analogía, de serle posible, establecer
diferencias de grado, no podrá condenar al autor más que a reparar la mitad del daño.

3. En el art. 1275 CC, aún existiendo dolo del deudor, solo son reparables aquellos
daños que son consecuencia inmediata y directa del incumplimiento. El problema se
presenta cuando un hecho puede generar un daño, y este generar otro daño, y este otro
daño y así sucesivamente casi ad infinitum, es decir, lo que se conoce como efecto
cascada.

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En algún lado hay que cortar la cadena de daños que se suceden, pero el problema es
establecer dónde se hace; tomemos estos ejemplos;
1. Un sujeto, arreglando una instalación eléctrica, daña una pieza de una maquinaria;
Primer daño, el valor de reparación o reposición de la pieza de la máquina; Segundo
daño, la producción de la fabrica se paraliza por efecto de la pieza dañada con la
consiguiente pérdida económica; Tercer daño, al no poder producir por algún tiempo, la
empresa incumple con un contrato de suministro con determinado cliente, lo que
también le acarrea pérdidas económicas. La pregunta es, ¿hasta donde hay la obligación
de reparar, donde debe cortarse esa cascada de daños?
2. Un músico es atropellado por un conductor imprudente: Primer daño, los gastos
médicos; Segundo daño, el músico tenía previsto dar un concierto ese día y ya no podrá
cumplir.
3. Un vendedor de ganado le vende a un hacendado una vaca enferma; esta vaca enferma
contamina a todas las demás vacas del comprador; el comprador en la quiebra, no puede
pagarle a sus acreedores, quienes lo embargan y lo dejan en la calle; ¿hasta donde
alcanza la responsabilidad del vendedor de la vaca enferma en este caso?

En consecuencia, la pregunta es ¿Qué se entiende por daño directo y por daño indirecto?

Un daño es directo en la medida en que, analizadas las circunstancias del caso, era
necesario que se produjera; o dicho en otras palabras, es directo el daño en la medida en
que no haya habido forma ni manera, razonablemente de evitarlo.
Por lo contrario, tomando en cuenta el mismo punto de vista, el daño es indirecto en la
medida en que existe la posibilidad de que el mismo no se de, aunque de hecho se haya
dado.

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