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Índice
1 Fundamentos del arte efímero
2 Arquitectura
3 Elementos naturales
3.1 Jardinería
3.2 Agua
3.3 Fuego: la pirotecnia
3.4 Aerostación
4 El cuerpo humano
4.1 Peluquería
4.2 Maquillaje
4.3 Tatuaje
4.4 Piercing
5 Moda
6 Perfumería
7 Gastronomía
8 Arte urbano: el grafiti
9 Arte de acción
10 Arte conceptual
10.1 Body art
10.2 Land art
11 Nuevas tecnologías
11.1 Arte nocturno: el neón
11.2 Vídeo
11.3 Láser
11.4 Informática
11.5 Sonido
12 Véase también
13 Referencias
14 Enlaces externos
Fundamentos del arte efímero
Arquitectura
The Crystal Palace, construido para la Gran Exposición de 1851 en Londres, obra de
Joseph Paxton.
Artículo principal: Arquitectura efímera
La arquitectura es el arte y técnica de construir edificios, de proyectar espacios
y volúmenes con una finalidad utilitaria, principalmente la vivienda, pero también
diversas construcciones de signo social, o de carácter civil o religioso. En su
proyección tiene un valor primordial la ordenación del espacio, tanto a nivel
constructivo como urbanístico, planificando la ubicación del edificio a construir
conforme al entorno que le rodea, tanto natural como social. Así pues, el espacio,
al ser modificado por el ser humano, se transmuta, adquiere un nuevo sentido, una
nueva percepción. Por tanto, el espacio adquiere una dimensión cultural, ligada al
desarrollo material de la humanidad, al tiempo que cobra una significación
estética, por cuanto es percibido de forma intelectualizada y artística, como
expresión de unos valores socioculturales inherentes a cada pueblo y cultura. Este
carácter estético puede otorgar al espacio un componente efímero, al ser utilizado
en actos y celebraciones públicas, rituales, fiestas, mercados, espectáculos,
oficios religiosos, actos oficiales, eventos políticos, etc.12
Uno de los ejes vertebradores del espacio para la sociedad humana es la ciudad, que
cumple la función de un macroespacio que articula la vida social en todos sus
sentidos, desde el más íntimo —como receptáculo de viviendas individuales— hasta el
más interrelacionado, con una serie de espacios y edificios públicos destinados a
diversas finalidades, como la administración política, el intercambio comercial o
el culto religioso. Cada uno de estos ámbitos se traduce en distintas celebraciones
y rituales, monumentos y expresiones de poder y riqueza, que fluctúan con el tiempo
a través de la moda y los estilos artísticos, confiriendo al espacio urbano una
fisonomía particular y característica de cada época y lugar. El espacio urbano es
un arte de relación, cada elemento está interrelacionado con otro, es el conjunto
el que marca una tendencia o estilo por el que ese espacio es reconocido. Dicha
relación tiene un carácter multidisciplinar, ya que son muchos los elementos
artísticos que intervienen en la percepción del espacio, desde la arquitectura y
sus elementos auxiliares o complementarios (como la pintura y la escultura, o
elementos naturales como jardines y fuentes) hasta la propia presencia del ser
humano que habita el entorno, con sus vestidos, sus perfumes, sus peinados, sus
maquillajes, todo interviene en conferir un carácter particular a cualquier
espacio. Una de las características de esta cualidad de relación es la efimeridad,
ya que la combinación de factores que intervienen en la percepción estética del
espacio es en todo momento única e irrepetible, y no conservable o coleccionable
como el resto de obras artísticas conservadas en los museos —factor que ha relegado
sin duda las artes efímeras a un segundo plano en la materialista civilización
occidental—.13
Dentro del espacio urbano se pueden distinguir tres ámbitos principales: el espacio
público, el privado y un tercero intermedio, el espacio «restringido», propio de
lugares de uso público pero acotados a una zona o construcción concreta, como
pueden ser templos, teatros, circos, plazas de toros, estadios de fútbol, etc. En
estos espacios se desarrollan fiestas, rituales o eventos públicos que implican una
escenificación, la recreación de un ambiente determinado, que confiere a ese
espacio unas particularidades únicas y diferenciadas de otro tipo de espacios. Por
ejemplo, una catedral tiene una significación religiosa que trasciende la simple
arquitectura del edificio, con una ornamentación particular, un ambiente de
recogimiento y meditación propiciado por la luz filtrada de las vidrieras y por la
velas votivas, por el humo del incienso quemado, los cantos litúrgicos, etc.
También existen espacios privados pero diseñados para la asistencia de un público
general, como unos grandes almacenes, que presentan unas características
particulares encaminadas a incitar al cliente al consumo, como la ausencia de
ventanas, la iluminación constante, la temperatura controlada, la música de fondo,
y demás elementos que aíslan del exterior y hacen concentrar al público en la
mercancía ofrecida.14
Arco de Triunfo en honor de Alfonso XIII, con motivo de la visita del rey a
Barcelona, el 6 de abril de 1904, obra de Enric Sagnier i Villavecchia.
Durante el Barroco, el carácter ornamental, artificioso y recargado del arte de
este tiempo traslucía un sentido vital transitorio, relacionado con el memento
mori, el valor efímero de las riquezas frente a la inevitabilidad de la muerte, en
paralelo al género pictórico de las vanitas. Este sentimiento llevó a valorar de
forma vitalista la fugacidad del instante, a disfrutar de los leves momentos de
esparcimiento que otorga la vida, o de las celebraciones y actos solemnes. Así, los
nacimientos, bodas, defunciones, actos religiosos, o las coronaciones reales y
demás actos lúdicos o ceremoniales, se revestían de una pompa y una artificiosidad
de carácter escenográfico, donde se elaboraban grandes montajes que aglutinaban
arquitectura y decorados para proporcionar una magnificencia elocuente a cualquier
celebración, que se convertía en un espectáculo de carácter casi catártico, donde
cobraba especial relevancia el elemento ilusorio, la atenuación de la frontera
entre realidad y fantasía.18
Por último, cabría mencionar el auge desde mediados del siglo XX de la arquitectura
en hielo, especialmente en los países nórdicos —como es lógico dado las especiales
circunstancias climáticas que requieren este tipo de construcciones—, donde han
empezado a proliferar diversas tipologías de edificaciones en hielo como hoteles,
museos, palacios y demás estructuras concebidas por lo general para uso público y
con carácter lúdico o cultural. Estas construcciones se basan en estructuras
tradicionales como el iglú, la vivienda típica de los esquimales, pero han
evolucionado incorporando todos los adelantos teóricos y técnicos de la
arquitectura moderna. Entre otras edificaciones realizadas en hielo conviene
destacar el Hotel de hielo de Jukkasjärvi, en Suecia, construido en 1990 de forma
provisional y mantenido gracias al éxito de la iniciativa, siendo redecorado cada
año con la participación de diversos arquitectos, artistas y estudiantes de varias
disciplinas.
Elementos naturales
Jardinería
El jardín, como la naturaleza en general, tiene para el ser humano un fuerte valor
simbólico, relacionado con la vida y los dones que nos proporciona (fruta, madera).
Desde antaño la naturaleza ha sido fuente de veneración, y origen de muchos ritos
ancestrales y cultos a la fertilidad, algunos de ellos que aún perduran, como la
costumbre de hacer fogatas en San Juan (solsticio de verano) o de adornar abetos en
Navidad (solsticio de invierno). Muchas religiones tienen entre sus ritos la
costumbre de hacer ofrendas florales, costumbre extendida en todos los ámbitos
sociales, presente en ceremonias como la boda o el velatorio.22 En Japón, tiene una
especial significación el arte de los arreglos florales (kadō o ikebana), donde no
importa el resultado, sino el proceso evolutivo, el devenir en el tiempo (naru),
así como el talento demostrado en la perfecta ejecución de los ritos, que denota
destreza, así como un empeño espiritual de búsqueda de la perfección. Según el
budismo zen, cualquier labor cotidiana trasciende su esencia material para
significar una manifestación espiritual, la cual queda reflejada en el movimiento y
el paso ritual del tiempo. Este concepto queda perfectamente reflejado en el jardín
japonés, que llega a un grado tal de trascendencia donde el jardín es una visión
del cosmos, con un gran vacío (mar) que se llena con objetos (islas), plasmados en
arena y rocas, y donde la vegetación es evocadora del paso del tiempo. Esta idea de
una búsqueda ideal de la belleza, de un estado de contemplación donde se unen el
pensamiento y el mundo de los sentidos, es característica de la innata sensibilidad
japonesa para la belleza, y queda patente en la fiesta del Hanami, basada en la
contemplación de los cerezos en flor.23
Entre el siglo XVIII y el XIX se impuso el jardín inglés, que frente al geometrismo
del italiano y el francés defendía una mayor naturalidad en su composición,
interviniendo únicamente en una serie de detalles ornamentales, como templetes o
pérgolas, o incluso la colocación de ruinas —naturales o artificiales—, en
consonancia con los conceptos románticos de lo sublime y lo pintoresco, como en
Regent's Park, de John Nash, o Kew Gardens, de William Chambers). Gracias al
colonialismo se introdujeron especies exóticas provenientes de lugares como China y
la India. Los muros de cerramiento se sustituyeron por canalizaciones de agua o por
grandes setos o grupos de árboles como cedros y cipreses. Se buscaba la variedad
cromática, combinando árboles perennes con otros caducifolios. En el siglo XIX tuvo
un gran auge el urbanismo, con la adecuación de zonas verdes dentro de las
ciudades. Se puso de moda entonces el jardín mediterráneo, que combinaba elementos
clásicos con una cierta influencia del jardín islámico, como en el parque de María
Luisa de Sevilla, de Jean-Claude Nicolas Forestier, el de Montjuïc de Barcelona, de
Forestier y Nicolau Maria Rubió i Tudurí, o el Parque Güell de Barcelona, de Antoni
Gaudí. En el siglo XX surgió —principalmente en Norteamérica y los países del norte
de Europa— el wild-landscape, tendencia que buscaba respetar al máximo la
naturaleza, con extensos bosques y grandes lagos, como el Stanley Park de Vancouver
y el Central Park de Nueva York. Las últimas décadas se han caracterizado por el
eclecticismo, tomando elementos de las diversas tradiciones que se han sucedido en
jardinería a lo largo del tiempo, como los Jardines Billy Rose de Jerusalén,
diseñados por Isamu Noguchi.31
Agua
Fuente del Milenio con la obra Tríada, del artista Gyula Kosice, en Junín,
Argentina.
Otro arte relacionado con el agua es la escultura, especialmente por lo que se
refiere a fuentes y surtidores. La ornamentación de las fuentes comenzó de forma
asidua en el Renacimiento, especialmente en los jardines señoriales, donde se
recreaban numerosas figuras de inspiración mitológica o alegórica, siendo frecuente
además la presencia de grutas artificiales donde se solían ubicar autómatas
accionados de forma hidráulica, como en la gruta del Mugnone en Pratolino, o la de
los Animales en Villa di Castello. En las ciudades italianas se construyeron
grandes grupos escultóricos para decorar fuentes, como la Fuente de Neptuno en
Florencia o la de Piazza Navona en Roma, costumbre que pasó al resto de países,
como se percibe en las fuentes de los Jardines de Versalles, o de los Reales Sitios
españoles. Con la introducción de la electricidad a nivel urbano, entre los siglos
XIX y XX, las fuentes cobraron un elemento añadido, la luz, siendo uno de los
ejemplos más notables la Fuente Mágica de Montjuïc en Barcelona, obra de Carles
Buïgas, que en su inauguración en 1929 asombró al público por su fantástico juego
de luces y surtidores de agua; aún hoy es una obra emblemática de la capital
catalana, donde suelen celebrarse espectáculos piromusicales en las fiestas de la
Mercè y todos los fines de semana del año se ponen en marcha en un recital de agua,
luz, color y música (añadida a finales de los años 1980). En relación con las
últimas tendencias artísticas, el agua ha tenido una especial relación con el arte
cinético, gracias a sus propiedades maleables y de movimiento natural, pasando a
ser la materia escultórica de obras concebidas expresamente para este medio, como
el Ballet de los surtidores de agua de Alexander Calder (para la Feria
Internacional de Nueva York de 1938), las «fuentes escultóricas cinéticas» de Naum
Gabo (como la del Hospital de Santo Tomás en Londres), o la obra de Gyula Kosice,
uno de los artistas más interesados en otorgar movimiento a la escultura a través
del agua, como en Vibración del espectro del agua (1962-1963), Lenguaje cifrado del
agua (1963) o Hidromural móvil, en el Embassy Center de Buenos Aires. También cabe
mencionar la reciente introducción de la tecnología informática para el control de
las fuentes, como la Memorial Fountain de Detroit, diseñada por Isamu Noguchi.37
Fuego: la pirotecnia
Espectáculo pirotécnico.
Artículo principal: Pirotecnia
La pirotecnia es el «arte del fuego» (del griego πυρός, «fuego», y τέχνη, «arte»),
realizado mediante la obtención y dominio del fuego con procesos químicos («fuegos
artificiales»). Utilizada tanto en el terreno civil como el militar, hoy día la
pirotecnia se asocia generalmente con celebraciones y actos festivos, donde el
fuego es un medio de expresión que manifiesta —como la pintura— unos valores
cromáticos, desarrollado en el espacio adquiriendo un carácter tridimensional —como
la escultura—. El espectáculo pirotécnico presenta múltiples variantes sensitivas,
desde las visuales hasta las auditivas y olfativas, al tiempo que su carácter
temporal lo convierte en un evento de marcada efimeridad.38
El fuego ha sido desde antaño uno de los elementos que más ha atraído al ser
humano, por su vistosidad y su naturaleza a la vez material y etérea, al tiempo que
su función práctica como fuente de calor y para cocinar alimentos lo ha convertido
en un elemento esencial en la vida humana. Desde la prehistoria se ha asociado el
fuego con la magia y con multitud de rituales y celebraciones, y muchas divinidades
y personajes mitológicos están relacionados con el fuego (Mitra, dios del sol y el
fuego; Prometeo, que robó el fuego a los dioses para darlo a los hombres; Yahvé
mostrado a Moisés como zarza ardiente). Aún hoy en día se siguen realizando ritos
relacionados con el fuego, como las hogueras de san Juan en el solsticio de verano,
o la costumbre de encender velas en las iglesias o de quemar incienso, cuyo humo se
considera un mediador entre el mundo terrenal y el sobrenatural. Por otro lado,
según la creencia popular el fuego espanta a los demonios y los malos espíritus,
creencia que está en el origen de numerosos festivales ígnicos, como las fallas,
los disparos de los trabucaires en las fiestas populares catalanas, el chupinazo de
las fiestas de San Fermín, etc.39
La pirotecnia es un arte temporal, que se genera y consume en un breve lapso de
tiempo, requiriendo una percepción instantánea similar a la audición de la música,
la lectura de una poesía o la contemplación de un espectáculo escénico. Así pues,
como las otras artes ha tenido una evolución estética paralela a las formas
culturales vigentes en cada período histórico: durante la Edad Media y la Moderna
su concepción ha sido básicamente figurativa, basada en la iconografía del extracto
cultural imperante en cada momento (religión en el Medievo, mitología en el
Renacimiento, exaltación áulica en el Barroco); en cambio, en época contemporánea
la pirotecnia ha tendido hacia la abstracción y la expresión cinética y gestual,
como fiel reflejo de una época donde se valora más la expresividad del artista que
no la realización material de la obra de arte. En la actualidad, en el espectáculo
pirotécnico se valora más la pureza del fuego de artificio que no la elaboración de
unas determinadas formas, en una conjunción de luz, color, humo y sonido que crean
una atmósfera especial que embriaga y seduce al espectador por sus cualidades
intrínsecas, sin la necesidad de ornamentos adicionales.40
Aerostación
El cuerpo humano
Peluquería
El peinado guarda una estrecha relación con el resto del cuerpo, por lo que es
conveniente establecer una serie de parámetros para favorecer una impresión de
conjunto, especialmente en la proporción entre el cabello y la altura, y en
relación con el cuello y la cara. Por ejemplo, en relación con las facciones se
siguen una serie de recomendaciones: las modernas o exóticas (labios gruesos,
pómulos salidos) admiten prácticamente cualquier peinado; para las clásicas (perfil
griego) se recomienda un peinado moderno, para no dar una imagen anticuada; para
las grandes (rasgos duros) es recomendable un peinado sencillo, que dulcifique el
rostro; para las aniñadas es conveniente el pelo corto o recogido.48
Para la peluquería son esenciales factores como los utensilios de peinado y los
productos químicos para teñir el cabello (tintes), limpiarlo (champú, suavizante) o
para darle forma (laca, gomina). La tecnología del peinado ha evolucionado desde el
simple peine hasta toda una serie de instrumentos para efectuar las múltiples
técnicas utilizadas actualmente, con utensilios cada vez más específicos. Así, por
ejemplo, un utensilio como el peine se ido diversificando según su función: peine
batidor, para cabellos lisos; peine con púa de hierro, para hacer separaciones en
el pelo; peine africano, para cabellos rizados y con permanente; cepillo esqueleto,
para dar volumen a cabellos degradados; cepillo térmico, empleado para el brushing.
La química también ha evolucionado desde los productos naturales hasta los
sintéticos. Por ejemplo, los productos para coloración se dividen en tres tipos: de
origen vegetal (alheña, camomila, índigo, nuez de agalla, ruibarbo, campeche,
azafrán), de sales metálicas (nitrato de plata, sales de plomo) y tinturas
orgánicas de síntesis (parafenilendiamina, paratomilendiamina, paraminofenol,
resorcina).49
Las técnicas empleadas en peluquería son de diversa índole, y han ido evolucionando
con el tiempo. Para el corte, el «sistema directo» es rápido y sencillo, con pocos
golpes de tijera para cada posición de la cabeza, y con diversas formas de corte
como el vertical, el abatido, a contrapelo, por zonas, a coletas o gradual; la
«técnica más tiempo» valora más la observación previa al corte, destacando las
particiones del cabello o los remolinos para considerar la globalidad del peinado;
la «técnica horizontal» parte de líneas horizontales de cabello, pudiendo hacerse
de menos a más (con lo que se consiguen movimientos en degradado) o de más a menos
(para melenas o cabellos cortos de capas enteras); la «técnica plumada» (corte
pluma y degrafilado pluma) se realiza con una tijera dentada, para dar volumen.
Para el teñido, a la coloración tradicional se añadió a mediados del siglo XX el
coup de soleil, con tres variedades: mechas, barridos y degradados. Para dar forma,
las principales técnicas son: permanente, un proceso químico que actúa sobre la
elasticidad del cabello, a través de un producto rizador y otro neutralizador;
marcado, proceso consistente en rizar el cabello con rulos, anillas o moldes;
brushing, técnica basada en la aplicación del cepillo con secador, para alisar el
cabello, dar forma a las puntas o movimiento a los cabellos largos.50
Desde la prehistoria uno de los hallazgos arqueológicos comunes a todos los pueblos
de la Tierra es el de un instrumento como el peine, confeccionado con diversos
materiales, como hueso, madera, concha, etc. Se conocen algunos peinados
prehistóricos gracias principalmente a figuras escultóricas, como la Dama de
Brassempouy, de cabellos trenzados y envueltos en una redecilla. Muchos de estos
peinados son aún perceptibles en pueblos primitivos: en Sudán las mujeres casadas
se distinguen de las solteras por peinarse con trenzas; en Melanesia se peinan en
forma de torre y se tiñen el cabello de ocre rojizo; en Senegal las mujeres se
confeccionan un peinado llamado gossi, con trenzas de pita negra; en Nigeria tienen
tal cantidad de peinados que les ponen nombre: «gas de sol», «cascada sobre la
oreja», «sin piernas», «perro agachado», «cesto de ropa sucia».51
En el siglo XX, como en tantos otros terrenos del arte y la estética, la peluquería
se ha visto envuelta en una rápida sucesión de modas y estilos, siendo factores
esenciales en su desarrollo el auge de los medios de comunicación y la publicidad,
así como elementos influyentes como el cine, la música y el fenómeno fan. Con los
movimientos de emancipación de la mujer, en los años 1920 se puso de moda el pelo
corto femenino, llamado garçonne, parte de una nueva imagen femenina conocida como
flapper. En los años 1940 surgió una nueva técnica de coloración, denominada coup
de soleil («golpe de sol»), encaminada al aclarado natural mediante la acción del
sol. Desde la Segunda Guerra Mundial los establecimientos de peluquería han crecido
en número de forma exponencial, dedicados muchas veces no ya sólo al peinado, sino
a tratamientos estéticos integrales. También han tenido relevancia desde los años
1960 los movimientos juveniles, como los hippies y las diversas tendencias surgidas
en torno a la música (pop, rock, heavy, techno, punk, reggae, skinhead), cada uno
con un peinado característico, como el tupé de los rockers, la melena de los
heavies, las crestas de los punkies o las rastas de los reggae. Por otro lado, el
oficio de peluquero ha ido ganando prestigio y glamour, convirtiéndose muchos de
ellos en auténticos gurús de la moda. Han creado tendencia peluqueros como Luis
Llongueras, Frank Bongiovi, Jamal Hammadi, Teddy Charles, George Westmore, etc.57
Maquillaje
Maquillaje étnico.
Artículo principal: Maquillaje
El maquillaje es la ornamentación del cuerpo mediante sustancias colorantes, con
fines estéticos o rituales. El vocablo procede del término francés maquillage, que
designa tanto la aplicación de pintura sobre la piel como la utilización de
cosméticos. La aplicación del maquillaje requiere un diseño previo, realizado por
un visagista, así como su ejecución, efectuada por el maquillador o esteticista;
aunque ambas actividades pueden ser realizadas por una única persona, así como el
receptor del maquillaje puede ser pasivo o puede ser él mismo quien se lo realice.
El maquillaje puede ser apenas perceptible o puede tener una gran vistosidad,
reflejando en su esencia la personalidad del individuo, o diversos gustos y
sentimientos, o incluso factores sociales o culturales. También hay que tener en
cuenta que el maquillaje está sujeto a los dictámenes de la moda, y que se adapta a
otras expresiones corporales como el peinado, el vestido, etc.58
En Grecia las mujeres solían sombrear sus ojos de negro y azul, y se aplicaban
carmín en las mejillas, mientras que preferían la piel blanca, para lo cual
ingerían grandes cantidades de comino. En Roma los hombres solían maquillarse casi
tanto como las mujeres, y era frecuente la aplicación nocturna de mascarillas de
miga de pan amasada con leche. Las damas usaban pestañas postizas, y se pintaban
los párpados con antimonio, mientras que en las mejillas se aplicaban pigmentos
blancos (albayalde) o rojos (arrébol). En Oriente también ha existido una larga
tradición en cuanto al maquillaje: en China utilizaban productos naturales como el
polen, la quina, el azafrán o el polvo de arroz, diluidos en agua o aceite, así
como empleaban con profusión la tinta china; en Japón, era típica la aplicación de
una capa blanca de polvo de arroz sobre la cara, sobre la que se realizaban
diversas modalidades de maquillaje, teniendo para tal efecto numerosos tipos de
pinceles que permiten diversas líneas y grosores para conseguir el efecto
deseado.61
Durante la Edad Media era frecuente el uso en Occidente de cerusa para blanquear la
cara, y se pintaban labios y mejillas de carmín. Con el Renacimiento surgieron los
primeros tratados de belleza, como Instructions pour les jeunes femmes, aparecido
en París en 1573, donde se daban consejos de belleza y se consignaban diversas
recetas para elaborar cosméticos. En esta época era típico en las mujeres depilarse
la frente para ensancharla y reducir las cejas, así como el uso de belladona para
agrandar los ojos. En el siglo XVII se extendió el uso del tocador, donde se
guardaban los cosméticos y las damas efectuaban su maquillaje de forma cómoda y
atenta. El rostro se blanqueaba con azogue, y en mejillas y labios se usaba
bermellón de granada. El siglo XVIII produjo una gran exageración del maquillaje,
en especial el uso del colorete y de las pelucas empolvadas, mientras que los
labios se maquillaban en forma de corazón. En el siglo XIX estuvo de moda la piel
pálida, siendo frecuente el beber vinagre y agua de comino para aclarar el cutis,
que debía tener una apariencia de porcelana, efecto conseguido con la blanquette,
una pasta de polvo de arroz y talco con unas gotas de benjuí. También aparecieron
las primeras cremas para la conservación de la piel.62
Tatuaje
Ejemplo de tatuaje.
Artículo principal: Tatuaje
El tatuaje es una técnica artística que consiste en la representación de imágenes
en el propio cuerpo humano, realizadas sobre la piel mediante diversos
procedimientos. La palabra «tatuaje» deriva del tahitiano tatawo, que designaba la
práctica de realizar dibujos en la piel, y llegó a Europa en el siglo XIX. El
tatuaje está muy ligado al maquillaje, siendo ambas técnicas de ornamentación del
cuerpo humano, pero así como el maquillaje tiene una vida más corta —apenas unas
horas—, el tatuaje puede ser permanente, puede pervivir durante toda la vida de una
persona. Por otro lado, así como el maquillaje se sitúa sobre la piel (epidermis)
el tatuaje se realiza bajo la piel (dermis). En la técnica del tatuaje los
colorantes se colocan bajo la piel mediante cortes o punciones, formando líneas o
figuras que forman un dibujo. Sin embargo, hay que tener en cuenta el color de la
piel: en el caso de los melanodermos, cuya piel oscura dificulta la correcta visión
del colorido, se efectúa otra técnica tatuística, la escarificación, que consiste
en una serie de heridas que al cicatrizar forman un relieve en la piel.64
Piercing
Ejemplo de piercing.
Artículo principal: Piercing
El piercing (en inglés «abertura, penetración») es una técnica que consiste en
perforar la piel humana para colocar diversos objetos ornamentales, como
pendientes, zarcillos, aros, colgantes, dilatadores, etc. Estas perforaciones son
una forma de modificación corporal, y reflejan tanto valores culturales como
religiosos o de otra índole, pudiendo formar parte de una determinada subcultura
como elemento identificativo de una tribu urbana. Se suele considerar como un
elemento más de la moda, junto al vestido, el peinado y demás factores
determinantes de la imagen personal. También se suele asociar al inconformismo o la
rebeldía, por lo que suele estar más frecuente en estratos de población entre la
adolescencia y la juventud, y a menudo se le otorga una vinculación con el
erotismo, sobre todo cuando se encuentra en zonas íntimas del cuerpo. Para la
colocación del piercing es fundamental extremar al máximo las medidas sanitarias y
de higiene oportunas para evitar las infecciones, rechazos o reacciones alérgicas,
así como no intercambiar elementos con otras personas, ya que pueden ser
transmisores de enfermedades como la hepatitis C, el sida o el hepatocarcinoma.
El material del pendiente suele ser de acero quirúrgico o titanio, que tiene la
ventaja de tener una curación más rápida, menos peso, más variedad de colores y ser
el más biocompatible con el ser humano. En cambio, la plata facilita el riesgo de
infecciones, y retrasa el proceso de cicatrización, además de que se vuelve negra
con el tiempo. Otros materiales son el oro y el platino —más escasos por su coste—
y la silicona plástica, recomendada esta última para perforados bucales. Para
realizar la perforación, primero se marca el lugar a perforar, y se hace la
incisión con la aguja, siendo recomendable usar algún tipo de anestesia local
durante el proceso, que puede ser desde hielo hasta pulverizaciones de líquidos,
como la benzocaína. Se suele emplear una aguja especial llamada cánula o catéter, y
una vez practicada la cavidad se procede a introducir el pendiente, que debe estar
esterilizado. La piel debe estar limpia y desinfectada antes de perforarse, y el
practicante debe trabajar con guantes de tipo quirúrgico. Después de la
perforación, la persona no debe exponerse a baños de piscina o hidromasaje durante
los dos primeros meses, ni exponerse al sol, ya que los rayos ultravioletas no son
beneficiosos para la desinfección de la piel y no favorecen la cicatrización. Los
aros deben limpiarse bien durante el período de curación y con las manos lavadas
con jabón neutro. La cicatrización puede tardar entre cuatro y ocho semanas,
dependiendo de la zona del cuerpo. Las partes del cuerpo que más se suelen perforar
son las orejas, las cejas, la nariz, los labios, la lengua, los pezones, el ombligo
y los genitales.
Moda
Diseño de moda de 1909.
Artículo principal: Diseño de modas
La moda es el arte del vestido, de la confección de prendas según parámetros
funcionales y estilísticos, tanto en ropa como accesorios (sombreros, guantes,
cinturones, bolsos, zapatos, gafas). El vestido es una necesidad básica para el ser
humano, para protegerse del frío y de las inclemencias del tiempo. Durante su
evolución, el ser humano ha ido perdiendo el pelo, que ha tenido que suplir con
pieles de otros animales o, más tarde, con lana o productos vegetales como el lino
y el algodón. Sin embargo, partiendo de esta primera necesidad, con el tiempo el
vestido ha adquirido un carácter estético por cuanto ha reflejado el gusto y el
carácter de su portador, y se ha ido convirtiendo en un adorno más de la persona,
sujeto a los cánones de la moda y del devenir artístico de cada civilización.
Asimismo, en el vestido intervienen factores climáticos y geográficos, así como
sociales —el vestido como reflejo de una determinada posición social—, religiosos o
sexistas —el vestido ha servido a menudo como objeto de diferenciación sexual—.69
El vestido ha estado marcado desde sus orígenes por una amplia variedad de
materiales y técnicas que han influido en su evolución tanto práctica como
estética. Los principales materiales para la elaboración de tejidos son de
procedencia animal, vegetal o sintética: de origen animal son la lana, la seda o el
pelo de camello; vegetales son el lino, el cáñamo y el algodón; y sintéticos son el
rayón, el nylon, el poliéster, las poliamidas y los vinilos. Estos materiales deben
pasar por diversos procedimientos antes de su utilización: la lana deber ser lavada
y vareada; el lino ha de ser vareado y peinado; el algodón, vareado y cardado; la
seda, desenvuelta del capullo y bobinada. A partir de aquí entran en funcionamiento
las diversas técnicas empleadas para confeccionar las prendas, las principales de
las cuales son el hilado, el teñido y el tejido. El hilado comenzó siendo manual,
para realizarse después con huso, mecanizado desde la Edad Media con rueda y pedal.
El teñido se utiliza para dar color, con tintes de origen animal o vegetal, como la
rubia o granza para el color rojo; la cochinilla y el quermes para rojo, rosa y
violeta; índigo y glasto para azul; palo (campeche y del Brasil) para azul oscuro,
violeta y negro; zumaque para el amarillo; gualdo y catú para amarillo y marrón;
azafrán y cártama para el color azafrán. El tejido se realiza en el telar,
combinando unos hilos paralelos y tirantes llamados «urdimbre» con otros
perpendiculares a los anteriores llamados «trama». Estos hilos se van
entrecruzando, y después se peinan para apretarlos y darles uniformidad. De aquí se
obtienen distintos tipos de tejido según su calidad: tela, sarga, satén o raso para
armadura de dos hilos; tafetán, tela tejida en seda; paño, tejido de lana cardada;
y popelina, tejido de lana o algodón peinado. También existen armaduras de fantasía
como el damasco y el terciopelo.71
La historia del vestido comienza con la aparición del Homo Sapiens, que en
principio se cubrió de pieles de los animales que cazaba. En el neolítico el ser
humano sabe ya hilar y tejer, pero las ropas que utiliza son trozos de pequeñas
dimensiones, que no se adaptan al cuerpo, aunque aparecen ya los primeros dibujos
ornamentales, en forma de cenefas. En Egipto ya se dan vestigios de prendas muy
elaboradas, siendo el lino su principal materia para confeccionar telas. La base de
su indumentaria era el shenti, una pieza de lino que envolvía las caderas, sujeta
con un cinturón. Durante el Imperio Nuevo apareció el calasiris, una túnica ceñida
al cuerpo, considerada de lujo. La principal prenda femenina era la blusa, una
túnica larga y ceñida de distinto color según la posición social: blanca para las
campesinas, rojo o azafrán para rangos más elevados. En Mesopotamia, la otra gran
civilización del Próximo Oriente, los sumerios solían vestir con largos mantones de
lana, de tipo falda, adornados con franjas de vivos colores y con pliegues y largos
mechones de tela. Los asirios usaban túnicas de lana, cuya largura dependía de la
clase social, hasta las rodillas el pueblo llano, hasta los pies las clases
dirigentes. Los persas usaban prendas de vivo colorido, destacando el púrpura y el
amarillo, y adornados con dibujos de colores, generalmente círculos, estrellas y
flores, de color azul, blanco o amarillo.72
Una mujer con un quitón (izquierda) y dos mujeres con un himatión sobre un quitón
(derecha).
En Grecia se usaba el lino, la lana y el algodón, y más tarde la seda —proveniente
de Oriente—, con prendas de piezas rectangulares ribeteadas por los cuatro lados,
sin costura ni dobladillo, acompañadas de fíbulas y cinturones. El vestido más
antiguo era la exomis, una tela rectangular sujeta al hombro izquierdo, anudada
bajo el brazo derecho y ceñida por un cinturón. Los campesinos llevaban pieles
curtidas o vestidos gruesos de lana, con un gorro de cuero llamado kyné. Las clases
más favorecidas portaban vestidos de lino o lana fina, llamados quitón, cubiertos
por un manto denominado himatión. Las mujeres llevaban una túnica larga llamada
peplo, y también usaban himatión, plegado de otra forma. En Roma se usaba
igualmente la lana, el lino y la seda, a veces entremezclados. La prenda más
antigua era el subligaculum, un taparrabos alrededor de los riñones. En época
republicana surgió la subúcula, una túnica que podía ser de dos tipos: dalmática,
con mangas, o colobium, sin mangas. Encima llevaban una toga, una capa semielíptica
drapeada según la ocupación: estrecha para los filósofos, ceñida para los
guerreros, con una banda púrpura para sacerdotes y magistrados, púrpura con
bordados de oro para altos dignatarios. El vestido femenino se componía de
taparrabos y strophium —antecedente del sujetador—, sobre el que iban dos túnicas,
la subúcula, larga hasta los pies y sin mangas, y el supparum, túnica corta
semejante al quitón griego, que podía sustituirse por la stola, túnica de mangas
cortas, o la palla, un paño rectangular sujeto al hombro por fíbulas. Encima podían
llevar un manto llamado pallium, que colocado sobre la cabeza significaba viudez.73
Los pueblos germánicos que acabaron con el Imperio Romano introdujeron la práctica
de coser la ropa, y usaban prendas de lana, generalmente una túnica corta de mangas
largas, unos calzones largos o pantalones —que adoptaron los soldados romanos tras
la conquista de la Galia— y un sayo sobre los hombros. En la Edad Media el material
más utilizado fue la lana, siendo muy apreciados los paños de Frisia; el lino fino
—llamado cainsil— se usaba para camisas y calzas. Por lo general, el hombre llevaba
dos túnicas: una fina de hilo a modo de camisa, llamada brial, y otra de lana más
larga, de mangas estrechas y ceñida con un cinturón de cuero; además, llevaba
calzones y una capa. La mujer también llevaba dos túnicas, la camisia, interior de
mangas estrechas, y la estola, larga hasta los pies y de mangas anchas; encima
podían llevar una capa, un manto o una clámide, y era común el uso de un velo que
cubría la cabeza. En el Medievo también fue corriente el uso de guantes, de hilo
para el verano y de piel para el invierno. Desde el siglo XII aumentó el uso de la
seda, así como del algodón, que tenía su principal centro de producción en Italia.
En el siglo XIII apareció el vellux (terciopelo), y aumentó la elaboración de
peletería. En el siglo XIV se acortaron los calzones, que pasan a llamarse calzas
altas, y sobre la camisa se llevaba un jubón, prenda ajustada al cuerpo que cubría
desde los hombros hasta la cintura.74
La actriz Norma Talmadge, prototipo del estilo flapper, de moda en los años 1920.
En el siglo XVIII el atuendo era similar al del siglo anterior, con camisas de
mangas anchas con corbata y chaqueta, y calzones hasta las rodillas y medias. La
casaca se estrechó hasta el punto de no poder abrocharse, apareciendo el frac. En
el traje femenino se dio el «estilo Watteau», con faldas muy voluminosas sobre
crinolina, con grandes drapeados en forma de pliegues y cola hasta el suelo. La
Revolución Francesa supuso una mayor uniformización en la forma de vestir, con
casacas cortas y pantalones largos para el hombre, y corpiños, faldas redondas y
chal de tela para la mujer. El liderazgo de la moda pasó a Inglaterra, donde el
hombre vestía casaca con cuello ancho y vuelto, calzón hasta la rodilla y sombrero
de copa; la mujer abandonó el corsé y la crinolina y se inspiró en la Antigua
Grecia, con vestidos largos ajustados con una cinta bajo el pecho. En el siglo XIX
la vestimenta era prácticamente la del hombre «moderno»: el frac se fue acortando y
anchando, tomando la forma de la actual chaqueta; el pantalón era amplio por arriba
y se fue estrechando hasta el tobillo, apareciendo la raya por delante y por
detrás; la capa se sustituyó por abrigos de corte recto. En la mujer el talle se
bajó a la cintura, con mangas anchas y hombreras, y faldas anchas de amplio vuelo y
pasamanería. En este siglo apareció la figura del modisto como creador de
tendencias, así como la modelo para el pase de ropas. También apareció el género de
punto, y se inventó la máquina de coser.76
Perfumería
Los perfumes se agrupan en diversas familias olfativas según sus notas dominantes:
cítrica, basada en olores cítricos como naranja, limón, bergamota, neroli o
petitgrain, de donde procede la «eau de cologne», así como las eaux fraîches y las
eaux florales; lavanda, un aroma tradicionalmente masculino; aromática, basada en
productos como tomillo, salvia o artemisa, también generalmente de uso masculino;
verde, dirigido a un público joven y deportista, surgió en 1945 con Vent Vert de
Balmain; floral, destinada a una clientela femenina, basada en flores como la rosa,
el jazmín o la gardenia; aldehídica, basada en aldehídos grasos, es la familia con
mayor número de perfumes, y una de las que goza de más popularidad; chipre,
fundamentada en materias como el musgo, la madera, el ámbar o el almizcle,
popularizada desde 1917 con Chypre de Coty; fougère, derivada de aromas como la
bergamota, el ámbar y el musgo de encina, combinados con lavanda, geranio,
salicilato o cumarina; cuero-amaderada, una de las más antiguas y aplicada a
perfumería masculina, retomada recientemente después de haber sido abandonada en
los años 1920; y oriental, de tonalidades pesadas y dulces, con fondo animal
(ámbar, almizcle, civeta) y avainillado, apareció en 1889 con Jicky de Guerlain.83
Gastronomía
Como en tantos otros terrenos, fue en la Antigua Grecia donde se sentaron las bases
de la gastronomía como ciencia, y fueron los creadores de los recetarios y la
literatura gastronómica. En principio, los griegos despreciaron el pescado como
comida de pobres, pero alrededor de los siglos III y II a. C. se revalorizó,
pasando posteriormente a la cocina romana, que valoró mucho el pescado y el
marisco. En Grecia se inventó la cazuela mediterránea de pescado, con aceite de
oliva y cocida sobre leña. También se consumía todo tipo de carnes, prácticamente
las mismas de hoy en día, siendo los griegos los primeros en dar primacía al cerdo,
hasta entonces no muy valorado. También eran bases fundamentales de su cocina el
pan y el vino, y según el escritor Ateneo en el siglo II a. C. existían 72 clases
diferentes de pan en Grecia. El vino lo tomaban mezclado con agua y aromatizado, y
se usaba mucho en guisados. La cocina griega se difundió por todo el Mediterráneo,
siendo la base de la actual cocina occidental.93
Ave asándose en un espetón. Bajo el mismo hay una vasija para recoger los jugos y
reutilizarlos para salsas. Ilustración del Decamerón, Flandes, 1432.
Herederas de la cocina griega y romana fueron la bizantina y la árabe: de la
primera destacó su repostería, así como la elaboración de quesos y el gusto por los
rellenos y la carne picada; la segunda recogió todas las influencias anteriores,
junto las derivadas de Persia y el Oriente, mientras que en España (al-Andalus)
desarrolló nuevos productos agrícolas, como el arroz, la caña de azúcar, la granada
y la berenjena. La cocina árabe influyó en buena medida en la gastronomía medieval,
aunada a la rica tradición grecorromana. A pesar de las épocas de intensa hambruna,
en el Medievo fue muy valorada la gastronomía, desarrollándose en gran medida la
literatura gastronómica, con tratados como The forme of Cury, escrito por el
cocinero de Ricardo II de Inglaterra; Daz Buch von guter Spise, obra anónima
editada en Alemania; Le Viandier, del francés Guillaume Tirel, apodado Taillevent;
y Libre del Coch, del catalán Robert de Nola.95
Arte de acción
Entre las múltiples formas de expresión del arte de acción figuran el happening, la
performance, el environment y la instalación. El happening es una forma de creación
artística donde el autor colabora con el público para la confección de la obra, que
no tiene por qué ser una obra material, sino que se valora el acto creador, el
mensaje, la interrelación entre artista y espectador. Suelen intervenir la música y
los diálogos (o monólogos), por lo que tiene un cierto componente teatral. Aunque
pueda parecer que está todo dejado al azar, el happening no es una mera
improvisación, existe un guion previo con unos parámetros mínimos fijados por el
autor, al partir del cual interviene la espontaneidad del medio y las personas. Se
puede realizar tanto en espacios cerrados como al aire libre, aunque por lo general
no hay un espacio ni un tiempo determinados, a veces una acción puede tener varios
escenarios, y puede dividirse en varios momentos inconexos, para romper el
estatismo del teatro tradicional. Según Jean-Jacques Lebel el happening «es un arte
plástico, pero su naturaleza no es exclusivamente “pictórica”; es también
cinematográfica, poética, teatral, alucinatoria, social-dramática, musical,
política, erótica, psicoquímica».102 Por su parte, la performance es una acción
similar en cierta forma al happening, pero donde se valora más el carácter teatral
y gestual de la acción, así como la intervención del cuerpo humano (por lo que está
ligado con el body art) y el uso de nuevas tecnologías, especialmente el vídeo.103
Uno de los pioneros de la acción artística fue John Cage, quien desde su escuela en
el Black Mountain College de Carolina del Norte creó en los años 1950 una serie de
theater events («acontecimientos teatrales») donde se compaginaba la música con la
poesía, el teatro, el baile y otros elementos escénicos, desarrollados al azar
dentro de un contexto predeterminado. En Estados Unidos tenían muy presente el
ejemplo del action painting, la pintura gestual del expresionismo abstracto
norteamericano, uno de cuyos máximos exponentes fue Jackson Pollock. Así pues, la
interrelación entre arte, música, teatro y demás disciplinas, destacando el aspecto
vital, activo, de este tipo de representaciones, fructificó en una serie de
artistas que desarrollaron este tipo de acciones entre los años 1950 y 1960, como
Allan Kaprow, Red Grooms, Jim Dine y Claes Oldenburg. En 1959 Kaprow realizó el
primer happening en la Reuben Gallery de Nueva York, titulado 18 happenings en 6
partes. En Europa otro pionero fue Yves Klein, artista francés adscrito al Nuevo
Realismo, artífice de diversos eventos realizados en paralelo a su obra material,
como su Salto al vacío (1960), donde el propio artista se lanzaba desde un muro de
dos metros de altura, significando en el acto de volar el desligamiento de la
actividad creadora del mundo comercial de las galerías de arte. Desde entonces la
acción artística fue una práctica corriente de numerosos artistas de muy diverso
signo, desde los neodadaístas norteamericanos y los nuevos realistas franceses
hasta artistas minimalistas y conceptuales, así como inspiró a movimientos como el
E.A.T. (Experimentos de Arte y Tecnología) y el Judson Dance Theater.104 El primer
happening en Europa fue El teatro está en la calle (1958), realizado en París,
seguido de Cityrama (1961), ambos de Wolf Vostell.105
Instalación del grupo Gutai, en la Bienal de Venecia de 2009.
Posteriormente el arte de acción estuvo representado por dos grupos de artistas:
Gutai, surgido en Japón, y Fluxus, de corte internacional. Los artistas de Gutai
asimilaron la experiencia de la Segunda Guerra Mundial a través de acciones
cargadas de ironía, con un gran sentimiento de crispación y agresividad latente.
Entre sus miembros destacan: Jirō Yoshihara, Sadamasa Motonaga, Shozo Shimamoto y
Katsuō Shiraga. Fluxus nació en 1961, agrupando a una serie de artistas de diversa
procedencia, como George Maciunas (que ideó el nombre del grupo), Dick Higgins,
George Brecht, Yoko Ono, Nam June Paik, Daniel Spoerri, Wolf Vostell, Joseph Beuys,
Emmett Williams y otros. Para los miembros de Fluxus la vida puede experimentarse
como arte, y otorgan igual relevancia a la música y la poesía que el chiste y el
vodevil, al tiempo que asumen diversas influencias, desde el neodadaísmo y el Nuevo
Realismo hasta el letrismo, el beat art, el funk art y la Internacional
situacionista. También asumieron un claro compromiso político, añadiendo un
componente reivindicativo a sus acciones, al tiempo que criticaban el mercantilismo
del arte. Igualmente, buscaban la participación del espectador, participando de la
idea de que cualquiera puede ser artista, que ejemplificaron en su eslogan «hazlo
tú mismo». Maciunas manifestó en 1965 que pretendía «demostrar que cualquier cosa
puede ser arte y cualquiera puede hacerlo».106
La acción siguió desarrollándose entre los años 1960 y 1970, asumiendo muchas veces
reivindicaciones políticas y sociales, como el racismo, el sexismo, el ecologismo,
la guerra, la homofobia, el sida, etc. También recibió numerosas influencias y se
abrió a un amplio abanico de actividades culturales, desde el teatro y el cine
hasta el circo, el cabaret, el music-hall, la pantomima y el rock'n'roll, así como
se relacionó estrechamente con el body art, como en la obra de Vito Acconci y
Carolee Schneemann. También incorporó las nuevas tecnologías, en espectáculos
multimedia que incluían vídeos, láser y otros elementos visuales, como en la obra
de Laurie Anderson.107
Por su parte, la instalación artística es una mezcla entre la obra de arte como
objeto —generalmente en forma de assemblage— y el environment o espacio envolvente,
pudiendo tener incluso un componente de acción como escenario de happenings o
performances. Uno de sus pioneros fue nuevamente Marcel Duchamp, quien en 1942
realizó un montaje en el seno de la Exposición Surrealista de Nueva York titulado
Milla de cuerda, donde llenó una galería de arte con cuerda enlazando los paneles
que contenían los cuadros de la exposición. Otro precedente se encuentra en el
Nuevo Realismo francés, con la exposición El vacío realizada en 1958 por Yves
Klein, donde vendió el espacio vacío de la sala, contestada en 1960 por Arman con
Lo lleno, una galería llena de basura. La instalación se desarrolló en los años
1960 en paralelo a la obra de artistas de acción como Allan Kaprow y Jim Dine,
artistas funk como Edward Kienholz o pop como George Segal, Claes Oldenburg y Tom
Wesselmann. También recogió numerosas influencias, como el minimalismo, el arte
cinético, el arte povera, el sound art y el videoarte. Desde entonces se ha
desarrollado como un medio de gran efectismo para el espectador, y numerosas
galerías y museos han recogido instalaciones en sus exposiciones temporales,
creándose incluso un museo específico para este medio, el Museum of Installation de
Londres en 1990. Entre los artistas dedicados a este medio destacan: Maurizio
Cattelan, Robert Gober, Mona Hatoum, Barbara Kruger y Claude Simard.108
Arte conceptual
Body art
Artículo principal: Body art
El body art utiliza el cuerpo humano como medio de expresión artística. Surgido a
finales de los años 1960 y desarrollado en los 1970, este movimiento tocó diversos
temas relacionados con el cuerpo, en especial en relación con la violencia, el
sexo, el exhibicionismo o la resistencia corporal a determinados fenómenos físicos.
Se evidencian dos líneas principales: la estadounidense, más analítica, donde se
valora más la acción, el componente vital, instantáneo, valorando más la percepción
y la relación con el espectador, y se documentan con vídeos; y la europea, más
dramática, que tiende más a tratar el cuerpo objetualmente y tocar temas como el
travestismo, el tatuaje o el dolor, documentando los resultados mediante
fotografías, notas o dibujos.110
Uno de los pioneros de esta tendencia fue nuevamente Yves Klein, que en 1958 empezó
sus «antropometrías», donde una modelo desnuda —que él llamaba sus «pinceles
vivientes»—, embadurnada de pintura, se acostaba sobre un lienzo, dejando la huella
de su cuerpo pintada en la tela, en diversas improntas que variaban según la
posición del cuerpo, o según el movimiento, ya que a veces hacía girar a las
modelos sobre la tela. En ocasiones, también realizaba «antropometrías en
negativo», es decir, situando la modelo delante de la tela y pulverizando pintura,
con lo que quedaba marcada su silueta. Estas experiencias estaban a medio camino
entre el body art y el happening, por la escenificación que Klein confería a estas
realizaciones, desarrolladas a menudo en galerías ante el público, en veladas con
música y degustando un aperitivo.111
Entre los principales artistas de esta tendencia destacan: Dennis Oppenheim, que
experimentó con el bronceado, dejando partes del cuerpo en blanco; Gilbert and
George, famosos por ejercer de «esculturas vivientes»; Bruce Nauman, autor de un
Autorretrato como fuente (1966), en que se colocó él mismo detrás de un marco
pictórico; Stuart Brisley se hacía manchas en el cuerpo, imitando la sangre; el
grupo Wiener Aktionisten (Günther Brus, Otto Mühl, Hermann Nitsch y Rudolf
Schwarzkogler) realizaban automutilaciones, incidiendo en su propio cuerpo; Youri
Messen-Jaschin se centró en el body painting, recubriendo integralmente cuerpos
desnudos con colores psicodélicos y biológicos; Urs Lüthi empleaba diversos medios
(fotografía, pintura, escultura, vídeo), explorando su propio cuerpo, en
autorretratos de estilo kitsch, con una fuerte carga irónica, que constituyen una
reflexión sobre el cuerpo, el tiempo y la vida, así como la relación con los
otros.112
Land art
Spiral Jetty, considerada la obra más importante de Robert Smithson, una escultura
earthwork construida en 1970 (fotografía de 2005).
Artículo principal: Land Art
El land art (o earth art, «arte de la tierra») es una tendencia que utiliza la
naturaleza como soporte artístico. Surgió a finales de los años 1960,
contraponiendo el retorno a la naturaleza frente al arte urbano del pop art de moda
en el momento. En su génesis figura un fuerte componente de reivindicación
ecológica, en una era de intensa industrialización y de destrucción de los recursos
vitales del planeta. Vinculado principalmente a la cultura anglosajona, se
desarrolló en Estados Unidos y el Reino Unido, con figuras como Robert Morris, Sol
LeWitt, Christo, Walter de Maria, Robert Smithson, Richard Serra y Dennis
Oppenheim. También estuvo vinculado al minimalismo, pudiéndose considerar la
vertiente natural de ese movimiento, especialmente por lo concerniente al uso de la
geometría para las realizaciones de este estilo. Su punto de partida fue la
exposición Obras de la Tierra, organizada en la Dwan Gallery de Nueva York en 1968,
que presentaba fotografías de obras earthwork («trabajo de la tierra») de diversos
artistas. Por lo general, las obras se realizan en lugares remotos, como desiertos,
montañas o praderas, donde la naturaleza se encuentra inalterada y el artista
disfruta de la soledad necesaria para efectuar su trabajo.113
Entre las principales realizaciones del land art se encuentran: Spiral Jetty de
Robert Smithson (1970), un malecón en espiral de piedras negras de basalto y tierra
enrojecida por las algas, en el Gran Lago Salado de Utah; El rayo en el campo de
Walter de Maria (1977), un conjunto de 400 varas de acero situadas en un campo
desértico de Nuevo México, que atraen los rayos, habituales en las tormentas de
verano de la zona; y la obra de Christo y su compañera Jeanne-Claude,
característica por el embalaje de paisajes, arquitecturas o monumentos de grandes
dimensiones, con la intención de poner en evidencia el anonimato de los objetos en
la sociedad consumista, enfatizándolos con el aire de misterio y sorpresa que
presenta un objeto envuelto (Costa cubierta, Little Bay, Sídney, 1969; Cortina del
valle, Rifle, Colorado, 1970-1972; Cerca corredera, costa de los condados de Sonoma
y Marin, California, 1972-1976; Islas rodeadas, Biscayne Bay, Miami, 1980-1983).114
Nuevas tecnologías
Carteles luminosos en Times Square, uno de los hitos urbanos de Nueva York.
Arte nocturno: el neón
Desde antaño el ser humano ha buscado fuentes de luz alternativas al sol,
especialmente para la iluminación nocturna, indispensable en la vida moderna de las
ciudades. Desde velas y antorchas, pasando por el alumbrado de gas y llegando hasta
la electricidad, la luz artificial se ha convertido con el tiempo en un elemento
habitual en la vida del hombre moderno, que ha permitido prolongar su actividad
diaria y crear ambientes nocturnos. Especialmente significativo fue el
descubrimiento de la bombilla en 1879 por Thomas Edison, que permitió el alumbrado
nocturno de los centros urbanos, siendo el primero Nueva York en 1882. Desde
entonces incluso la arquitectura se adaptó a la luz eléctrica, que permitía nuevas
posibilidades en el diseño de interiores, creando espacio y ambiente.115
Vídeo
El vídeo es una técnica que consiste en la captación de imágenes mediante un
aparato basado en la tecnología óptica y su almacenamiento en una cinta magnética,
para posteriormente ser reproducido en una pantalla de televisión. Aunque está
ligado a la cinematografía, tiene unas especificidades propias, empezando porque su
fácil manejo permite la utilización individual y amateur de este medio. En el
terreno del arte la imagen de vídeo tiene ilimitadas posibilidades, siendo el
videoarte uno de los nuevos procesos artísticos que más ha crecido en los últimos
tiempos. Así, el vídeo ha trascendido su inicial carácter meramente técnico para
convertirse en un lenguaje expresivo, una nueva forma de comunicación y de creación
artística.117 El videoarte surgió en 1965 con la aparición de la primera cámara de
vídeo portátil (la Portapak de Sony). En esta modalidad destaca no sólo su
componente físico —la emisión de imágenes, generalmente en el marco de
instalaciones o performances—, sino el mensaje inherente a la imagen filmada,
fusionando el mundo de la comunicación con la cultura popular. Exponentes de esta
modalidad son Nam June Paik, Dan Sandin, Bill Viola, Tony Oursler, etc.
El videoarte ha tenido una constante evolución desde sus inicios hasta nuestros
días: la primera generación de videoartistas (liderada por Paik) asimilaron el
lenguaje televisivo —caracterizado por la espontaneidad y un componente lúdico en
cuanto medio de entretenimiento— transformándolo en una crítica a la simplificación
de un medio potencialmente tan expresivo e idóneo para la difusión de la cultura.
Para estos artistas, la tecnología era un medio para denunciar la pérdida de
valores inherente a la nueva sociedad del consumo y de los medios de comunicación
de masas, hecho que Paik sintetizó en su famosa frase «ridiculizo la
tecnología».118 Poco a poco el videoarte entró en los circuitos del arte
convencional, y ya en 1969 la Galería Howard Wise de Nueva York dedicó una
exposición a este medio, titulada La televisión como medio creativo. El desarrollo
de esta técnica artística fue paralelo al de los nuevos adelantos tecnológicos: Dan
Sandin fue uno de los principales introductores de los efectos especiales, que
tendrían un eco posterior en numerosas producciones televisivas y en vídeos
musicales; Woody y Steina Vasulka introdujeron el articulador digital de imagen,
que permitía numerosos efectos de posproducción. En los años 1970 y 1980 el
videoarte fue uno de los medios preferidos por numerosos artistas por su
versatilidad y su rico lenguaje expresivo, por lo que atrajo especialmente a
colectivos como el feminista o los de reivindicación racial o de identidad sexual.
Desde los años 1980 y durante los años 1990 el medio videoartístico se fue
sofisticando, con creaciones cada vez más elaboradas que requerían un complejo
trabajo de posproducción, como en la obra de Bill Viola, caracterizada por sus
grandes instalaciones centradas a menudo en temas tan trascendentales como el
nacimiento o la muerte. Por último, desde los años 1990 y en la primera década del
nuevo milenio el videoarte se acercó al mundo de la informática, aprovechando los
nuevos adelantos —especialmente la tecnología digital— para explorar nuevos campos
de creatividad en el mundo de la imagen, siendo de destacar en ese contexto la obra
de Tony Oursler, que explora la emotividad humana en campos tan diversos —y a veces
contrapuestos— como el humor y el miedo.119
Láser
El músico francés Jean Michel Jarre empleando el instrumento musical conocido como
Arpa láser, en la que las cuerdas son sustituidas por rayos láser.
El láser es un dispositivo amplificador de luz por emisión estimulada de radiación,
que emite haces de luz de fase y amplitud controladas. Los fundamentos teóricos
para su descubrimiento fueron formulados por Einstein en 1917, pero no se
desarrolló en la práctica hasta 1960 gracias a Theodore Maiman. El láser tiene
múltiples aplicaciones, desde las telecomunicaciones y la holografía hasta la
medicina, e igualmente ha adquirido un valor artístico al ser utilizado como medio
de expresión, ya que la luz ha sido siempre uno de los más potentes factores
estéticos para el ser humano, dadas sus cualidades visuales y su naturaleza etérea
e inasible. El láser emite una luz homogénea e inmutable, por lo que sus cualidades
intrínsecas y predecibles permiten su manipulación y su concepción basada en un
diseño previo. Otra característica que lo diferencia de otros medios artísticos
basados en la tecnología es la tridimensionalidad, ya que diversos haces de luces
generan volumen, por lo que en su concepción debe tenerse muy en cuenta la relación
con el espacio que lo envuelve. Igualmente hay que apreciar en su percepción el
factor temporal, indisoluble en un medio que genera formas en el espacio. En arte
se utiliza básicamente en dos terrenos: la holografía láser y la animación láser.
La holografía se basa en la reproducción de una imagen incorporando el fenómeno de
la difracción, que está ausente en fotografía, por lo que ésta es bidimensional y
el láser permite la reproducción tridimensional de una imagen. Esto se consigue con
la interacción de las ondas originadas por una fuente luminosa y las reflejadas en
un objeto determinado, incidiendo la luz difractada y la reflejada en la placa
holográfica; al incidir el láser sobre el objeto éste se refleja en la placa, que
luego restituye la imagen iluminando el holograma con el mismo tipo de luz, creando
por sustracción una imagen virtual del objeto. Por su parte, la animación láser se
usa preferentemente en espectáculos luminosos, dada la alta potencia luminosa de la
radiación y su manipulabilidad de espesor y direccionalidad, así como las múltiples
variantes ópticas derivadas de su capacidad de filtrado y coloración. Estas
características permiten su aplicación en grandes espacios, por lo que el uso del
láser es habitual en grandes eventos y espectáculos públicos, así como locales de
ocio como discotecas.120
Informática
Uno de los medios que más ha favorecido la creación artística con tecnología
informática ha sido Internet, que por su rapidez de difusión a nivel mundial ha
permitido la interacción de numerosos artistas de todas partes del mundo. Esta
modalidad ha recibido numerosos nombres, como arte interactivo, arte web o net.art,
y desde los años 1990 ha sido de los sectores artísticos que más ha crecido, tanto
a nivel de artistas consolidados como de artistas sin formación y amateurs. El
aspecto más relevante de esta modalidad es el contacto inmediato entre artista y
espectador, sin necesidad de intermediarios, con la opción en numerosas ocasiones
de que el público participe en la creación artística, y que provoca que se diluya
la determinación de la autoría artística. Así, artistas como Olia Lialina, Jake
Tilson y Heath Bunting han sido los responsables de numerosas iniciativas de arte
en la red que han tenido una rápida difusión internacional, algunas de ellas con
planteamientos que trascendían el medio informático y conectaban con la vida real
en un conjunto multidisciplinar cercano a la performance, como el proyecto King's-
Cross Phone-In de Bunting, en el que anunciaba en Internet varios números de
teléfono de una estación ferroviaria de Londres para que la gente llamara y
estableciera comunicaciones entre personas al azar.122
El principal desarrollo de esta modalidad artística se produjo entre los años 1970
y 1990, con artistas como Laurie Anderson, Lee Ranaldo, Brian Eno y Robin Rimbaud
(apodado Scanner). Desde entonces, esta modalidad se ha enriquecido con las nuevas
tecnologías, y ha proliferado sobre todo gracias a Internet. El año 2000, la
exposición Estampido sónico: el arte del sonido, organizada en la Hayward Gallery
de Londres, puso de manifiesto el creciente interés de los nuevos artistas por el
sonido, cada vez más ligado a la imagen en las nuevas creaciones multimedia de los
artistas experimentales.124
Véase también
Arte
Historia del arte
Psicología del arte
Sociología del arte
Estética
Historia de la estética
Arte contemporáneo
Arte de los nuevos medios
El sueño (ópera gastronómica)
Arquitectura efímera barroca española
Arte urbano de Barcelona
Referencias
Notas
El término «efímero» proviene del griego ἐφήμερος (ephêmeros), que significa «que
dura sólo un día», aunque por extensión acabó significando «de corta duración», sin
especificar un tiempo determinado, pero siempre con la condición de su caducidad.
Término proveniente del italiano, donde graffiti es el plural de graffito, que
significa «marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro».
Referencias
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