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El 5 de abril de 1818, San Martín venció a las fuerzas realistas en la batalla de Maipú. Liberó y consiguió
definitivamente la independencia de Chile. Esto debilitó enormemente al virreinato del Perú privándolo de sus
mejores tropas. El objetivo era conseguir la libertad del Perú.
TOMAS ALEXANDER COCHRANE
En 1819, el marino escocés Lord Cochrane fue designado comandante de la flota naval. Su intervención sembró el
optimismo entre los peruanos al realizar dos expediciones en el Callao.
Cochrane penetró el puerto del Callao con 14 botes a remo y capturó a la fragata Esmeralda, el buque insignia
español y el más poderoso en el Pacífico poniendo así fin al dominio marítimo español en la región.
Corriente Libertadora del Sur se denomina así al proceso de independencia de Argentina, Chile y Perú. Fue liderada
por el general José de San Martín.
El primer país en proclamar su independencia fue Argentina, en 1816. Luego ejecutó planes para liberar el Perú y
para ello preparó el ejército de los Andes en Mendoza. El problema más grave fue el dinero.
Argentina financió la expansión hacia Chile y se negó a hacerlo con la del Perú. Solo envió 300 mil pesos en efectivo
y 200 mil en materiales de guerra. El apoyo económico de los chilenos tampoco fue significativo.
LA BATALLA DE CHACABUCO
Don José de San Martín atravesó la Cordillera de los Andes el 12 de enero de 1817 y derrotó a los realistas en la
batalla de Chacabuco con la intención de salvar la monarquía en el virreinato. Y en una segunda expedición, el
general argentino fue derrotado en la batalla Cancha Rayada en 1818.
1. Conferencia de Miraflores:
Se llevó a cabo el 14 de setiembre de 1820. La comisión independiente la formaban: Tomás Guido, Juan García del
Río y Juan Antonio Álvarez de Arenales; por los coloniales Dionisio Capaz, José Fuente y Gonzáles e Hipólito
Unanue. Los coloniales plantearon que acatara la constitución Liberal (1812)
2. la expedición de Juan Antonio Alvares de Arenales:
Por orden de San Martín se internó en la Sierra Central, partió de Pisco llego a Ica y derroto al coronel Quimper en
Changuillo. Luego fue a Tarma apoderándose de municiones con ayuda de Pául Otero.
Y derroto al general Diego de O’Reilly en Cerro de Pasco en el año 1820.
3. Segundo cuartel: Huaura y la ocupación de Lima:
Por lo inadecuado que era Pisco, determinó trasladar el cuartel al norte de Lima, Huaura fue el lugar escogido, los
acontecimientos que se producen fueron todos ventajosos para la causa sanmartiniana, pues, en octubre de 1820
Guayaquil se independiza. El 5 de noviembre se captura el barco español “Esmeralda” en osada acción dirigida por
Cochrane, el 3 de diciembre el batallón el 29 proclama su independización nombraron a Don José de La Serna,
conde de los andes, nievo Virrey.
BALCÓN DE HUAURA:
En el pueblo de Huaura, San Martín proclamó por primera vez la independencia. El 29 de diciembre el intendente
de Trujillo, José Bernardo de Tagle, marqués de torre Tagle, declaró la independencia del lugar. .El 3 de enero de
1821, Piura se unió a la revolución independentista. En ese mismo mes de enero lo hicieron Cajamarca y chacha
poyas. . El 39 de enero de 1821, dieciocho altos jefes reunidos en aznapuquio –campamento cercano a lima – entre
los cuales se encontraban José Canterác, jerónimo Valdez, Andrés García camba, José ramón rodil, cursaron una
representación a Pezuela, lo culpan de debilidad ante los patriotas y le pedían que entregue el mando al general José
de la Serna, quien sería el último virrey del Perú. En aznapuquio ocurrió un motín. Fue un golpe de estado. Se puso
en tela de juicio el principio de legitimidad. Nada semejante había ocurrido en cerca de trescientos años de
interrumpido dominio español, descontados los turbulentos episodios de la conquista. Jamás se había contradicho la
autoridad del virrey. El motín de aznapuquio hizo entrar en de composición el virreinato del Perú.
"El caudillismo es el paradigma de cualquier liderazgo político exitoso... En el caudillismo - argumenta Jorge
Basadre - hay que tomar en consideración tanto su propia capacidad arrolladora, como la pasividad de la sociedad"1
Un caudillo es, gramaticalmente, un jefe, un capitán; el que dirige un gremio, comunidad o cuerpo. Si tenemos
que definir las características de un caudillo se podría decir que:
Los caudillos tienden a permanecer en su puesto por un periodo extenso de tiempo (continuismo)
En tanto que se tiende a despreciar el orden legal y domina, doméstica o cancela las instituciones de la democracia
liberal, construye las condiciones necesarias para su perpetuación en el poder. La experiencia histórica señala que
ningún caudillo permanece poco tiempo en supuesto, y que su salida siempre es forzosa.
Los caudillos generalmente gobiernan de una manera autocrática, que con frecuencia implica la
supresión de la oposición, la creación de partidos y movimientos oficiales y la supresión de otros.
Los caudillos eran militares, sobre todo, los que participaron en la guerra de independencia. Esto fue lo que les llevo
a pensar que tenían el derecho a gobernar el país. Algunas de sus características más resaltantes era que, se
consideraban los fundadores de la república; gozaban de mucho prestigio ante la sociedad; y por sobre todo eran
muy carismáticos y profundo patriotismo. En el Perú quizá, los más importantes caudillos, fueron mestizos.
Muchos caudillos militares pasaron a ser presidentes. Y la mayoría de ellos fueron autoritarios pues, al convertirse
parte del gobierno, se expresaron, notoriamente con ambiciones personales e intereses regionales. Aunque no todos
eran así, ya que, hubieron caudillos que pasaron a a la presidencia con ideas libertadoras y conservadoras. Ellos
querían un estado fuerte, centralizado y que aplicara políticas económicas proteccionarias.
La Confederación Perú-Boliviana fue un estado confederado de vida corta que existió en América del Sur entre los
años 1836 y 1839. Este Estado confederado estaba conformado por la unión de tres Estados, a saber, El Estado Nor-
Peruano, el Estado Sud-Peruano y el estado de Bolivia. Su primer y único jefe de estado, Titulado Supremo
Protector, Fue el Presidente de Bolivia, Mariscal Andrés de Santa Cruz.
La Confederación peruano-boliviano era una unión débil entre los estados del Perú (que fue dividida en una
República de El norte del Perú y una República de El sur del Perú, ) y la Republica de Bolivia. La Confederación se
desintegro después de haber sido derrotada por un ejército combinado de Chilenos, peruanos y Argentinos
Durante la época colonial, el territorio que comprende la Audiencia de Charcas, También conocido como Alto Perú,
Actual Bolivia, era un territorio integrante del Virreinato del Perú desde su creación. En 1776 la región del Alto Perú
fue separada administrativamente y se convirtió en una provincia del recién creado Virreinato del Río de la Plata. Sin
embargo, por razones geográficas e históricas siempre se mantuvo más cerca de Lima que a su capital administrativa,
Buenos Aires, En la actual Argentina. La Confederación Perú-Boliviana fue el único intento eficaz para unir dichos
territorios.
El territorio del Alto Perú (actual Bolivia) se independizó del gobierno español en 1826. En este tiempo una unión
con el Perú recibía un amplio apoyo. Sin embargo el Libertador Simón Bolívar y en especial su comandante Antonio
José de Sucre quienes liberaron el territorio y destruyeron a los últimos vestigios del ejército español, no estaban de
acuerdo, y se instó a la creación de un estado separado e independiente. Así, fue creada la nueva República de
Bolivia (Nombrada en honor de Simón Bolívar) nació con Bolívar como su primer presidente. La inestabilidad
política y disturbios obligaron a Bolívar a regresar a Colombia muy poco después, dejando a Don Antonio José de
Sucre a cargo. Sin embargo, el plan para reunir a Perú y Bolivia no se desvaneció.
El Mariscal Antonio José de Sucre fue elegido presidente de Bolivia en 1826, pero la agitación interna y presión
política del Perú, imposibilitaron organizar a el nuevo estado. Al año siguiente, un levantamiento armado en
Chuquisaca fue utilizada rápidamente por el Perú como una excusa para invadir Bolivia. El General Agustín Gamarra
marchó con un ejército de cerca de 5.000 soldados peruanos, tenía dos órdenes claras: exigir el retiro de las fuerzas
del ejército Colombiano y promover la creación de una nueva constitución para ese país.
El Ejército peruano ingreso en La Paz, Bolivia el 28 de mayo de 1828. En estas circunstancias, Sucre se vio obligado a
dimitir en septiembre, dejando el país para siempre. El Mariscal Andrés de Santa Cruz fue elegido presidente de
Bolivia en 1829 para reemplazarlo, un cargo que mantendría por los próximos diez años. Tanto Agustín Gamarra
como Andrés de Santa Cruz estaban de acuerdo en que la separación de Perú y Bolivia fue un error que debía
corregirse. Su plan incluía una federación, o por lo menos una confederación,
Bolívar no estaba de acuerdo con los planes de Gamarra y de Santa Cruz, ya que el contaba con su propio proyecto
de federación para unir a la mayor parte de las antiguas colonias españolas "Federación de los Andes". El Libertador
furioso por la noticia en Bolivia, decidió declarar la guerra al Perú el 3 de junio de 1828. El Mariscal José de Sucre
fue nombrado comandante del Ejército grancolombino pero poco después fue asesinado. Después de la muerte de
Bolívar en 1830, las tropas colombianas se retiraron y la guerra llegó a su fin.
Durante la guerra, y con el ejército peruano deteniendo la ofensiva de Colombia, Agustín Gamarra depone al
presidente peruano José de la Mar y se proclamó el nuevo jefe de Estado. Un Parlamento fue reunido y con una
mayoría de los miembros a favor de su gobierno, fue capaz de legalizar su situación. Su gobierno fue difícil, ya que
las revueltas armadas en todo el país desafiaban su autoridad.
Un nuevo parlamento fue formado en 1833, pero esta vez era hostil hacia Gamarra. Dado que su mandato como
presidente ya había terminado y no había tiempo para convocar a elecciones, se resolvió que una Convención
Nacional elija a un Presidente provisorio, la presidencia fue dada al general Luis Orbegoso. Agustín Gamarra no
reconoció al nuevo gobierno, y se preparó para desafiar al gobierno de Orbegoso, sin embargo, la opinión popular
y la mayoría del ejército se unieron contra él, y él se vio frustrado en su intento de hacerse con el poder de nuevo.
El General Orbegoso también tuvo que lidiar con la rebelión de Felipe Salaverry que acabo con su gobierno en 1835
y se proclama Presidente de la Republica. Orbegoso, sin embargo, no perdió el apoyo del sur de Perú y llamó en su
ayuda al presidente de Bolivia Andrés de Santa Cruz. Era la oportunidad que el mariscal Santa Cruz, él mismo había
sido un ex presidente del Perú, estaba esperando. El ejército boliviano rápidamente procedió a invadir el Perú.
Con la ayuda de Boliviana proporcionada por Andrés de Santa Cruz, el General Orbegoso recuperó rápidamente su
liderazgo en todo el país y Santa Cruz ordeno el fusilamiento de Felipe Salaverry en la ciudad de Arequipa, ya que
este había declarado una guerra a muerte a los bolivianos. Como recompensa por el apoyo que había recibido de
Santa Cruz, accedió a la formación de la Confederación Perú-Boliviana. El Mariscal Andrés de Santa Cruz asumió el
protectorado supremo de la Confederación y Orbegoso mantuvo únicamente la presidencia de la recién creado
Estado Nor-Peruano.
El Mariscal Andrés de Santa Cruz promovió un ambicioso proyecto de reunir a estos dos territorios sobre la base de
una confederación. La Confederación Peruano-Boliviana fue un plan que trató de reunir a el Alto Perú ("Alto Perú",
hoy Bolivia) y la republica de Perú en una sola entidad política y económica. Esta integración no sólo se basó en
datos históricos, culturales y razones étnicas, también en sólidos motivos económicos. La Confederación de Perú
Bolivia estaba tratando de restablecer las rutas comerciales antiguas y promover una política de mercados abiertos.
En el Perú, se comenzó por dividir al Perú en dos Estados, se proclama la creación de la República del Estado Sur-
peruana el 17 de marzo de 1836 , seguido el 11 de agosto de 1836 por un anuncio similar de la República Nor-
peruana. En cada Estado se eligió un presidente con plenos poderes bajo la protección del Mariscal Andrés de Santa
Cruz.
El Mariscal Santa Cruz se convirtió en su protector supremo de cada uno de los estados del Perú y presidente de la
República de Bolivia.
La confederación Perú -boliviana se componía por tres estados: Estado Nor-peruano, Estado Sur-peruano y el Estado
de Bolivia, y su capital fue la ciudad de Tacna, en el sur del Perú. La creación de esta nueva nación fue muy bien
recibida en el sur de Perú, ya que esta área fue capaz de beneficiarse plenamente del levantamiento de las
restricciones comerciales anteriores, pero fue rechazada por la elite de Lima y el norte del Perú, que se había
Tradicionalmente beneficiado de una estrecha relación comercial con Chile.
En cada uno de los Estados de la Confederación había, desde 1837 hasta la disolución, un Presidente provisional en
virtud del mariscal Andrés de Santa Cruz, quien era el Supremo protector de la Confederación de acuerdo con la
Constitución de 1837
Estado Nor-peruano (También conocida como República del Norte del Perú )
Esta Republica estaba conformada por los antiguos departamentos La Libertad, Amazonas, Lima y Junín y su capital
fue la ciudad de Lima. Tenía fronteras al norte con la Republica de Colombia y República del Ecuador y al este con
el Imperio del Brasil.
Primer Presidente: General Luis Orbegoso (21 agosto de 1837 hasta 30 julio de 1838) declaró la secesión del Estado
Nor-Peruano para la formación de la Confederación Perú-Boliviana.
Segundo Presidente: General José de la Riva Agüero (1 agosto de 1838 hasta el 24 enero de 1839)
Estado Sur-peruano (También conocido como República del Sur del Perú)
Esta Republica sureña estaba conformada por los antiguos departamentos de Arequipa, Cusco, Ayacucho y Puno. La
capital fue establecida en la ciudad de Tacna.
Primer Presidente: General Ramón Herrera Rodado (17 de septiembre de 1837 hasta el 12 de octubre de 1838)
Segundo Presidente: Juan Pío de Tristán y Moscoso (12 de octubre de 1838 hasta el 23 de febrero de 1839)
Sin embargo, la Confederación Perú-Boliviana genero resistencia entre varios grupos en ambos países, que resentían
la dilución de las identidades nacionales, y también entre los países vecinos. Un número importante de militares
políticos peruanos no estuvo de acuerdo con la formación de la Confederación y huyeron a Chile, donde recibieron
el apoyo, y esto condujo a las Guerras contras la Confederación.
Diego Portales, podría decirse que el estadista chileno más importante del siglo XIX, quien en ese momento ejercía
un poder detrás del presidente José Joaquín Prieto, se preocupó mucho de que la nueva Confederación rompería el
equilibrio de poder regional e incluso ser una amenaza para la independencia de Chile, y es así como se convirtió de
inmediato en un enemigo de la Confederación.
Pero eso fue sólo una de las razones detrás de la guerra. En un nivel más profundo, ambos países se encontraban en
una acalorada competencia por el control de las rutas comerciales en el Pacífico, los problemas económicos se
centran en la rivalidad entre los puertos de Callao y Valparaíso. Por el norte, la Confederación también había sido
vista como una amenaza grave para sus intereses económicos.
El conflicto directo entre la Confederación Perú-Boliviana y Chile comenzó con desacuerdos arancelarios, y continuó
cuando el ex presidente chileno General Ramón Freire logró obtener pequeños buques de guerra del gobierno de la
Confederación para equipar una fragata y tratar de derrocar al gobierno de Joaquín Prieto. Tras el fracaso de la
expedición, el gobierno chileno se convirtió abiertamente hostil hacia la Confederación.
Después de la expedición de Freire, el ministro chileno Diego Portales decidió tomar la ofensiva y realizar una
incursión sorpresa para impedir mayor interferencia del gobierno de la Confederación en los asuntos internos de
Chile. Ordenó un allanamiento a la flota de la Confederación que estaba estacionado en el puerto del Callao,
durante un ataque silencioso en la noche del 21 de agosto de 1836, los chilenos lograron la captura de tres barcos
confederados.
En vez de inmediatamente ir a la guerra, el Mariscal Santa Cruz trató de negociar con Chile. El Congreso chileno
envió a Mariano Egaña como plenipotenciario para negociar un tratado basado en varios puntos: el pago de las
deudas pendientes contraídas por el Perú (deudas que surgieron en la campaña libertadora del Sur para liberar a el
Perú), la limitación de los ejércitos, acuerdos comerciales, indemnización a Chile por la expedición de Freire, y la
disolución de la Confederación Perú-Boliviana. El Mariscal Santa Cruz estuvo de acuerdo con todo menos con la
disolución de la confederación, Chile respondió declarando la guerra el 28 de diciembre de 1836.
La situación internacional no era favorable a los intereses chilenos. La Confederación había sido reconocida por la
vía diplomática por las potencias mundiales principales con intereses en la región (Gran Bretaña, Francia y el Estados
Unidos), mientras que los aliados de Chile, Argentina y Ecuador, habían decidido mantenerse neutral en el conflicto.
No obstante, la continua injerencia de la Santa Cruz en los asuntos internos de Argentina (conflictos limítrofes con la
confederación), trasladó a este país a también a declarar la guerra, el 9 de mayo de 1837. A pesar de que Chile y
Argentina estaban actuando en contra de la misma amenaza percibida, ambos países fueron a la guerra por
separado, durante todo el curso de la misma. En 1837 las fuerzas de Santa Cruz derrotaron a un ejército argentino
enviado para derrocarlo. Para agravar aún más la posición chilena, la opinión pública chilena se oponía totalmente a
una guerra que no entendía.
El gobierno chileno, a fin de reforzar su posición, inmediatamente impuso la ley marcial, pedir extraordinarias
facultades legislativas del Congreso. A principios de 1837 en una Corte Marcial la ley fue aprobada, y todos los
ciudadanos quedaron sujetas a una corte marcial por la duración de la guerra. La oposición al gobierno de Prieto
acusó inmediatamente a Portales de la tiranía, y comenzó una campaña de prensa contra él personalmente y la
impopular de la guerra en general.
Los Políticos y la oposición pública a la guerra inmediatamente afectaron al ejército, recién llegado de las purgas de
la guerra civil de 1830. El 4 de junio de 1837, el coronel José Antonio Vidaurre, Comandante del regimiento Maipo,
capturo y encarcelado a Diego Portales mientras se encontraba pasando revista a las tropas en el cuartel del ejército
en Quillota. De inmediato procedieron a atacar Valparaíso en la creencia errónea de que la opinión pública que se
oponía a la guerra lo apoyaría y derrocarían al gobierno. El Almirante Manuel Blanco Encalada, A cargo de la
defensa de Valparaíso, lo derrotó en las afueras del puerto, el Capitán Santiago Florín, Que estaba a cargo de vigilar
a Diego Portales, le habría disparado cuando se enteró de la noticia de la derrota, el 6 de junio de 1837. La mayoría
de los conspiradores fueron capturados y ejecutados posteriormente. Este asesinato fue percibido como una
atentado orquestado por el mariscal Santa Cruz y de esa forma cambió el curso de la opinión pública acerca de la
guerra. La guerra se convirtió en una causa santa y un mártir Diego Portales.
Investido de poderes considerables, Santa Cruz tratado de establecer en el Perú el mismo tipo de orden autoritario
que se había impuesto en Bolivia, emitió un Código Civil, un Código Penal, un Reglamento de Comercio y un
Reglamento de Aduanas, y reorganizó los procedimientos de recaudación de impuestos para permitir un aumento en
los ingresos del Estado, mientras que los gastos se restringieron a lo necesario.
La primera expedición militar chileno contra Santa Cruz y la Confederación fue dirigida por Vicealmirante Manuel
Blanco Encalada, quien fracasó y tuvo que someterse a la firma del Tratado de Paucarpata, el 17 de noviembre de
1837.
El gobierno chileno se organizó una segunda expedición, ayudado por tropas peruanas (Agustín Gamarra, Ramón
Castilla, etc.) Que se oponían al nuevo régimen, que derrotó a el Supremo Protector de la confederación Perú-
Boliviana en la Batalla de Yungay el 20 de enero de 1839 y obligó a la disolución de la Confederación peruano-
boliviano. El 25 de agosto 1839 el General Agustín Gamarra, después de asumir la presidencia del Perú, declaró
oficialmente la disolución de la Confederación y la fusión de las Repúblicas Sur peruano y Norperuana en una sola
para ser llamada de nuevo Perú, Separada de Bolivia.
La derrota de la Confederación provoco el exilio del Supremo Protector Andrés de Santa Cruz, primero en
Guayaquil, Ecuador, luego a Chile, y finalmente a Europa, donde murió.
Antecedentes
El Estado peruano era el dueño de los depósitos de guano de las islas del litoral y el primer interesado en sacarle
provecho a este recurso natural. Para lograr este objetivo buscó asociarse con el capital privado, peruano y
extranjero. De esta manera, el Estado aportaba el recurso y los empresarios privados el capital necesario.
Fue el comerciante peruano Francisco Quirós el primero en asociarse con el Estado. En 1841 firmó un contrato de
arrendamiento por el que tenía los derechos de explotación a cambio de pagar tan sólo 10 mil pesos anuales durante
6 años. El Estado se benefició al principio, pues esta cantidad de dinero era importante para incrementar su
presupuesto y la primera plata que ingresaba por la venta de este recurso. Sin embargo, el incremento del precio que
los agricultores ingleses estaban dispuestos a pagar ocurrió en pocos meses y pronto fue evidente que el Estado había
subvaluado el recurso. Aparecieron las voces críticas para señalar que Quirós estaba haciendo un negocio redondo a
costa del Estado.
El Estado respondió a las críticas recibidas cancelando su contrato de arrendamiento en 1842 para firmar con
empresarios privados nacionales y extranjeros los contratos bajo la modalidad de la venta directa. Durante cinco
años se celebraron distintos contratos de venta directa con peruanos como el propio Francisco Quirós y firmas
comerciales extranjeras como la inglesa de Anthony Gibbs. En estos años se exportaron alrededor de 300 mil
toneladas de guano. El margen de ganancia para el estado fue de un 30% del valor de lo vendido. Si bien no
representaba un ingreso importante, fue suficiente para que el Perú sea un país elegible para créditos y préstamos del
exterior.
El Estado, a lo largo del periodo 1840 a 1875, siguió buscando obtener una proporción mayor del valor total del
guano vendido y decidió cambiar de sistema de explotación por segunda vez. El sistema de venta que mayor tiempo
permaneció activo (1847 a 1869) fue el de consignaciones. Este sistema era un acuerdo entre el Estado y empresarios
peruanos como Francisco Quirós o Manuel Pardo y extranjeros como los británicos Gibbs o Grace. En este sistema se
les otorgaba la explotación del guano durante un tiempo a cambio de un porcentaje que variaba entre el 35 y el
45 %. El consignatario se encargaba de todo el proceso de explotación, exportación y venta del guano. El Estado
recibía una porción del ingreso líquido después de producida la venta. El problema era que el Estado necesitaba
efectivo y no podía esperar hasta el reparto de ingresos. Por esta razón los consignatarios se convirtieron en los
mayores prestamistas del Estado cobrándole entre el 4 y 13% de interés.
Perú se convirtió en el primer exportador mundial de guano. Entre 1840 y 1880, el nivel de las exportaciones
alcanzó los 11 millones de toneladas, que fueron vendidos en Europa y Norteamérica por un estimado de 750
millones de pesos. Los ingresos generados por la venta del guano se convirtieron en la principal fuente de ingresos
fiscales, los cuales aumentaron considerablemente.
Entre 1845 y 1868, el Estado dispuso de abundantes recursos económicos gracias al guano. Fue un período de
relativa prosperidad y mayor estabilidad política, especialmente durante los dos gobiernos de Ramón Castilla (1845-
1851 y 1855-1862)
En 1847, Castilla introdujo el sistema de las consignaciones: el estado peruano encargaba a particulares la
explotación del producto, a cambio de lo cual los empresarios consignatarios se quedaban con un porcentaje de las
ganancias (5%).
Es sólo con la segunda elección de Ramón Castilla en 1854 que la República Peruana encuentra una relativa paz
interior y puede organizar su vida política y económica. Castilla abolió definitivamente la esclavitud y la pena de
muerte y estableció políticas de promoción de extracción y exportación de fertilizantes naturales (guano de islas) que
inician una era de prosperidad en el país. Los primeros ferrocarriles y el alumbrado a gas llegan al Perú en este
período. Durante un intermedio José Rufino Echenique fue presidente del Perú. Durante el segundo gobierno de
Castilla se promulgaron las Constituciones de 1856 (Liberal) y la Constitución de 1860 (Conservadora) y
reorganizaron los servicios postales y la carrera pública. En 1862, Castilla entregó el grueso las consignaciones a un
grupo de empresarios peruanos. Gracias a esto, muchos empresarios se enriquecieron de una manera relativamente
rápida.
El Contrato Dreyfus
El gobierno del coronel José Balta (1868-1872) fue pródigo en obras de infraestructura (construcción del Ferrocarril
Central), aunque en él se perciben ya las primeras muestras de exceso de gastos del gobierno. En las postrimerías de
su gobierno, la elección, por primera vez, de un presidente civil, Manuel Pardo y Lavalle, llevó a una insurrección
militar que terminó en el asesinato de Balta y la furibunda reacción de la población de Lima (que ejecutó a los
usurpadores). Así termina lo que Jorge Basadre llamó Primer Militarismo. Pardo implementó importantes reformas
de tipo liberal en la organización del estado. Sin embargo la principal fuente de recursos del estado, el guano,
sobrexplotado, se empezó a agotar y resultó inevitable una crisis económica que el sucesor de Pardo, el ya
anciano Mariano Ignacio Prado tuvo que afrontar, en medio de una virtual bancarrota del Estado.
En 1869, el Estado peruano puso fin al sistema de los consignatarios y, a pesar de las protestas de los empresarios
nacionales (los "hijos del país"), le entregó todo el negocio a la casa comercial del empresario francés Auguste
Dreyfus mediante el Contrato Dreyfus cuyo artífice fue el ministro de Hacienda Nicolás de Piérola. Este último tipo
de contrato de explotación guanera era el monopolio del guano mediante el cual Dreyfus tendría los derechos sobre
toda exportación guanera a los principales mercados a cambio de pagos por adelantado al Estado. Se fijó un precio
referencial y una cantidad de guano a ser exportada por año para saber cuánto pagaría el empresario. Si bien este
contrato tuvo la ventaja de darle mucho efectivo por adelantado a la economía del Estado, tuvo la desventaja de la
dependencia del Estado frente a un solo operador. Cuando en 1872 el precio empieza a caer, Dreyfus dejará de
pagarle al Estado las cuantiosas sumas de los primeros años y cuando en 1875 el empresario decide dejar el negocio,
el Estado se quedará sin ingresos de un momento a otro y su crisis será dramática.
A lo largo de los años 1840 a 1872, el Estado peruano obtuvo ingresos crecientes gracias a la explotación del guano
hecha por sus socios privados. En total, se calcula que no menos de 65 de cada 100 libras esterlinas generadas por la
venta del guano fueron para el Estado. Sin embargo, muy poco de este dinero fue invertido para el desarrollo del
país y la mayor parte se gastó sin tomar en cuenta que algún día se podía terminar este negocio.
La deuda
Ya antes de la guerra con Chile el estado peruano se había declarado en cesación de pagos. Por los préstamos dados
por la compra de guano del extranjero, mejor dicho, el Perú se quedó sin una forma directa de retribuir el dinero
dado antes de la exportación y eso genero más deudas que dinero produciendo una deuda, además, de la gran
pérdida de dinero por la creación de ferrocarriles en Lima y así declarado en bancarrota en 1870.
Ventajas y desventajas
El Perú se vio favorecido al poseer las islas guaneras en su litoral, por lo cual fue un monopolio natural. La poca
competencia que tuvo se situó en el África, pero el producto africano era de menor calidad, aparte que los recursos
fueron agotados o “saqueados” en poco tiempo.
Esta época de bonanza para el Perú atrajo a muchos inmigrantes e incluso el país estuvo al borde de una guerra con
los Estados Unidos, quienes amenazaron tomar las islas por la fuerza, a no ser que se bajara el precio, llevando un
barco de guerra a las costas peruanas.
La única ventaja del “monopolio” es la fijación del precio del guano, sin competencia, para el país o las empresas
productoras. Dichos ingresos fueron destinados a pagar la deuda externa e interna peruana y para la construcción de
ferrocarriles y la adquisición de armas, que se usaron después en la contienda con Chile. Se usó también para que el
gobierno “pagara” por los esclavos negros, declarándose su libertad por ley.
Las desventajas del monopolio afectaron mayormente a los países demandantes que dependían del producto y
pagaban cualquier precio por él. Además, la corrupción de la administración pública y el aumento indiscriminado de
los bonos de deuda que poseían los prestamistas, al evidenciarse la bonanza económica del Perú.
Tras la abolición de la esclavitud se fomentó la inmigración de chinos para la extracción del guano, y que trabajaban
en condiciones infrahumanas, llevándolos a muchos al suicidio.
Finalmente, las existencias de guano se sobreexplotaron, tan solo quedaba el 10% de lo extraído inicialmente, más
aún, el salitre comenzó a reemplazar al guano en su uso agrícola. La necesidad de un abono más barato o producto
sucedáneo llegó en 1915, con el descubrimiento del químico alemán Fritz Haber de producir artificialmente sustancias
con alto contenido de nitrógeno. De esta manera los fertilizantes industriales redujeron a niveles mínimos tanto la
extracción del guano como la del salitre.
El dinero del guano se esfumó, se despilfarró, se pagaron deudas inexistentes; luego Chile ganó la Guerra del Pacífico
al Perú (1879), quitándole también las salitreras y territorio, y así, a principios del siglo XX el Perú quedó sumido en
una profunda crisis económica y social.