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LA ENVIDIA DE LA VIDA

En uno de los remotos pueblos de nuestra nación, yace en los pavimentos de la calle Salaverry el
hogar del buen muchacho Nicomedes, que siempre al terminar el desayuno se enfrenta al duro
sistema educativo que afronta con mucha apatía para así ser el “futuro” de su familia, sin embargo,
se siente frustrado porque no le da cabida a su talento del arte que lleva en sus venas.
Pero todo cambiara un día de otoño, donde Nicomedes alucinará ser un sueño, pero no lo es,
porque cambiará rotundamente su vida al tener el poder de los “dioses”.
- ¡Nico! -dice su madre gritando porque su hijo siempre se desvela hasta tarde dibujando y
pintando.
- Ya estoy listo, solo me falta tomar mi desayuno –dice Nico con pereza.
- Ya estarías en el colegio si no te quedaras hasta muy tarde en las noches -dice su mama
reprochándole.
Nico sale de su casa y se tropieza con Felipe, su vecino que comparte la misma edad, se
desenlaza una conversación muy rápida pero contundente.
- Otra vez el niño se quedó sin dormir por hacer tonterías –dice Felipe con una risa malévola.
- Si fuera tonterías, tú serias el mejor haciéndolos – dice Nico con mucha seguridad.
Felipe se da una media vuelta y se va con su quijada en frente, sin decir nada.
Nico corre para no llegar más tarde a su colegio y toca la puerta de su aula.
- Buenos días a todos. ¿Puedo pasar profesor?, por favor -dice Nico con tranquilidad,
porque usualmente llega tarde.
- Si, si pasa Nico…. Pero tu castigo será dibujar cien retratos… -dice el profesor con una
gran risa, caricaturizando su talento por el arte.
- No sería problema para mi profesor, de hecho ya lo hice…. –dice Nico con una gran sonrisa
anticipando a la tarea del profesor.
- Está bien pero no te dije de que tema, quiero que sea de ti bailando. –dice el profesor ya
con una voz más firme pero al final con una risa funeste.
Nico, cerrando la puerta con un poco de fuerza, se sienta angustiado por lo que le dijo su profesor
porque le desagrada bailar porque no sabe y siempre hace el ridículo en las fiestas.
Aquel día le pareció normal y amargo, porque siempre es la misma rutina de siempre y las mismas
burlas que lo molestan y siempre increpándolo por que dibuja y pinta magníficamente.
Pero cuando llega la hora de la salida y tiene que regresar a su casa, en el camino se encuentra
con muchas injusticias, que no es novedad, pero siempre alteran su corazón, queriendo cambiar
todo eso por paz y felicidad…
-1-
Por ejemplo, unos jóvenes acosando a otros niños más pequeños, la delincuencia que enfrenta su
pueblo y el gobierno del alcalde que no inaugura el parque que se encuentra al frente de su casa,
se espera con ansias que lo concluyan; pero, sigue sin cumplirse ese sueño.
Nico reflexiona mucho sobre estas acciones y dibuja lo que ve.
Al regresar a su casa, después de almorzar, se dirige a su habitación y sin abrir su ventana,
comienza a dibujar, después lo pinta y lo archiva en su resma de dibujos.
En uno de los tantos dibujos que hace, el manifiesta las buenas acciones que deberían hacer las
personas para cambiar la cruda realidad de su pueblo.
Cuando su lápiz se acaba de tanto dibujar, va hacia la tienda de la esquina a comprarse un nuevo
lápiz, pero en eso ve que el niño que vio en la mañana, siendo maltratado por los mismos
muchachos que lo fastidiaban… iban por la calle conversando armoniosamente como si nada
hubiera pasado… el cual le sorprende y se va pensativo...
Llega a la tienda, toca la puerta y sale una señora de cincuenta años que le atiende a Nico.
-Buenas tardes… ¿me puede vender un lápiz? -Dice Nico entregándole una moneda de dos soles
que sería suficiente para un lápiz.
-Toma Nicomedes... espero que te dure más de medio día -Dice la señora con una risa burlona.
Nico sin decir nada, se retira a su casa. Pero sigue pensando en el hecho del niño y los jóvenes.
Más tarde, Nico se siente angustiado por la presencia de mucho ruido proveniente del frente de su
casa. Casi insoportable pero siguió dibujando, cuando la bulla ya casi lo hace estallar en cólera,
abre su ventana y mira a un montón de gente, entre ellos gente del municipio y sus vecinos
charlando sobre el proyecto del parque de su vecindario. De su cólera instantáneamente paso a la
sorpresa y felicidad que lo aturdieron por un momento, porque recordó que eso dibujó y el niño
con los jóvenes que también lo hizo, cree que está soñando y deja de dibujar por ese día, se
siente confundido y baja a cenar, pero confirma algo que él creía que es un sueño… sus padres lo
animan a que dibuje si ese fuera su sueño… algo que el mismo creía imposible por la
circunstancia que presentaba su familia.
Sus padres le prometieron ayudarle con mejores materiales y dejar de atormentarlo tanto por el
colegio.
Nico se siente aún más confundido pero feliz… sin embargo, decide dormir sin seguir dibujando.
Al día siguiente, se despierta más temprano de lo habitual y se dirige a la cocina, donde su madre
le saluda diferente a otros días… Recuerda lo que paso por la noche, sobre las promesas y decide
responderle de la misma manera. En ese momento su mama le entrega un conjunto de lápices.
Nico duda un momento porque pensó que era una burla pero no fue así… ya no más.
-2-
Se despide gentilmente de su mama y se dirige a la escuela. En eso nuevamente se encuentra
con Felipe pero esta vez le dice
- Espero que me regales un dibujo sobre mí. –dice Felipe con una sonrisa en forma de
súplica.
- Lo haría pero mi lápiz no pinta tonterías –dice Nico nuevamente con seguridad
Felipe se agarra su cabeza incomprendido de la repuesta de Nico, no entiende y se retira
tristemente.
Nico su expresión de seguridad se vuelve confusa, buscando la razón del por qué lo dijo si no era
una burla ante su talento. Pero feliz porque cree que ya no lo molestará más con eso.
Sin más esperar, va al colegio y llegando antes que el profesor, espera a que comience la clase.
Su profesor casi ni se percata que está en el salón hasta la hora de la salida, lo ve y le dice…
- Nico casi me percato que no has venido al colegio….. –Dijo el profesor con mucha intriga.
- No es nada profesor, solo que ayer si dormí temprano. –Dice Nico retirándose lo más rápido
posible.
Nico se sentía extraño por la reacción del profesor, pensó que no lo tenían en cuenta…
Pensó que tal vez si lo tenían en cuenta, pero se burlaban mucho de él.
Nico analiza su situación y ve que tiene mucho poder en sus manos… corre a su casa para
contarle a su mama pero se tropieza con una roca que lo deja inconsciente por un momento.
Al despertar, Nico se levanta del suelo y ve que se encuentra en un hospital.
Se siente angustiado porque tal vez fue un sueño… pero en segundos escucha una voz muy
familiar.
¡Despertaste, Nico!... dice su madre con los ojos llorosos.
………….
Nico NO puede hablar por el golpe que deterioro sus cuerdas vocales para siempre.
Su mama comenzó a llorar por que el pronóstico que mencionó el médico es verdad.
En eso su mamá le entrega una hoja con un lápiz para que pudiera escribir lo que quería decir.
Pero Nico se siente tan impactado que le hace caso a su mama y comienza a escribir.
Cuando termina de escribir, su madre lo ve y se retira con los ojos lagrimeando, pero cantando
una melodía que lo hace cuando su hijo está seguro de algo.
Nico se suicida, pero deja un mensaje para todos:
“Cuando el marino se emboca en el mar, ni su capacidad lo salva del abismo”

-3-

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