Esta técnica se basa en la permeabilización relativa de las biomembranas
inducida por campos eléctricos de alta intensidad y corta duración. Los primeros ensayos de electroporación se realizaron en células de ratón deficientes en timidina cinasa (Neumann et al. 1982). Posteriormente se realizaron ensayos en la cepa de E. coli K12 con la inserción del plásmido pUC18. La optimización de este protocolo permitió la obtención de 5x109 transformantes por µg de ADN. Esta elevada eficiencia ha convertido la electroporación en el método de rutina para la transformación de cepas de E. coli en la gran mayoría de laboratorios del mundo. (Calvin y Hanawalt. 1988). En forma general el funcionamiento de un equipo de electroporación se basa en la descarga de un capacitor que produce el campo eléctrico requerido. Este campo eléctrico de duración de apenas unos 10 µs genera poros instantáneos en la célula y permite el paso del ADN. Un capacitor es, en breves palabras, un dispositivo de dos placas paralelas que permite el almacenamiento de corriente eléctrica. El capacitor utilizado en las diferentes marcas comerciales tiene una capacidad de almacenamiento entre 2 y 1000 µF y utiliza voltajes entre 200 y 2000 voltios. La carga eléctrica almacenada es liberada de manera casi inmediata a través de un interruptor electrónico. El mecanismo de transferencia no está plenamente comprendido. Una de las hipótesis en torno al proceso de captación en células de mamífero se muestra en la figura 1. La acción del campo eléctrico sobre la superficie celular genera una conductividad y una tensión eléctrica que terminan por romper de manera reversible la membrana (Imai e Isaka. 2002). Al mismo tiempo las cargas electrostáticas ocasionan que las hebras de ADN se adhieran a la superficie, de tal modo que al ocurrir los rompimientos de dicha superficie, el ADN puede pasar al interior de la célula. Transformación por biobalística.
Este método fue diseñado para realizar la transformación de especies
vegetales en las cuales no existía la posibilidad de transformación por Agrobacterium. La inserción de partículas por bombardeo ofrece un método rápido de insertar ADN tanto para expresión transitoria como para lograr una transformación estable. El principal beneficio de este método es que puede utilizarse tejido intacto, sin someterlo a procesos de degradación de la pared celular y sus consecuencias. La mayoría de los protocolos de biobalística utilizan el mismo principio para la aceleración de partículas y su inserción en el tejido blanco, es decir una fuerza generada por explosión o expansión de un gas impulsa un transportador, que contiene las partículas a liberar a través de un canal. De tal manera que el transportador al finalizar su deslizamiento queda sujeto al equipo que lo impulsa mientras las partículas son dirigidas hacia el tejido. Esta fuerza puede ser generada por una pistola calibre 22 adaptada, una descarga de alto voltaje, expansión acelerada de aire comprimido o helio. La muestra suele colocarse entre 6 a 10 cm del punto de liberación de las partículas. En la actualidad los equipos de biobalística comerciales utilizan helio para generar la fuerza necesaria para impulsar las partículas (Sunagawa et al. 2007. Herzog et al. 1996. Lorito et al. 1993. Finer et al. 1992). Entre los parámetros a estandarizar en estos modelos se encuentran la cantidad de inóculo, la presión de helio, la distancia entre la liberación de laS partículas y el objetivo, el tipo de transportadores a utilizar y el diámetro de los microproyectiles. Transformación mediada por Agrobacterium tumefaciens.
Agrobacterium tumefaciens es una bacteria fitopatógena, gram-negativa,
que puede transferir e integrar parte de su ADN plasmídico en el genoma del organismo susceptible a infección. Las secuencias de inserción (T-ADN) se encuentran localizadas en un plásmido “inductor de tumores” (Ti, por su abreviatura en inglés). De manera natural, la región TADN que es transferida a las células de la planta contiene genes que codifican hormonas vegetales que son las causantes de la formación de tumores. También contiene secuencias para la producción de moléculas llamadas octopinas o nopalinas, que sólo pueden ser utilizadas por las bacterias. El plásmido Ti contiene otro segmento llamado región de virulencia, el cual está conformado por un gran número de genes denominados vir (Zhu et al. 2000). Las proteínas codificadas por la región de virulencia están involucradas en la formación, transporte y la integración del T-ADN. La región T-ADN del plásmido está delimitada por bordes repetidos de 24 pb, lo cuales son la señal de activación para el sistema de transferencia a las células de la planta (Lacroix et al. 2008). La capacidad que tiene esta bacteria para insertar genes en los genomas vegetales abrió la posibilidad de obtener las primeras plantas transgénicas. La región T-ADN fue modificada para que en lugar de inducir la síntesis de compuestos benéficos para la bacteria se transfirieran secuencias con genes reporteros. Estudios posteriores mostraron que, bajo condiciones de laboratorio, la capacidad de dicha bacteria para transferir parte de su ADN no está limitada al reino vegetal. Los organismos susceptibles a infección por Agrobacterium tumefaciens incluyen levaduras, hongos filamentosos y células humanas.