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INTRODUCCIÓN

Para muchos, arte y matemáticas parecen ser sinónimo de agua y aceite. El primero es el dominio
de la expresión emocional, la pasión y la estética. El segundo, un mundo de lógica férrea, precisión
y verdad. Sin embargo, si arañamos la superficie de estos estereotipos uno descubre que los dos
mundos tienen mucho más en común de lo que cabría esperar.

MÚSICA
La música es probablemente la disciplina artística que tradicionalmente está más unido en
el mundo de las matemáticas. Como dijo el filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz una
vez: "La música es el placer que experimenta la mente humana de contar sin ser
consciente de que está contando".

Pitágoras desarrolló una teoría músico-matemática que sirvió para plantear nociones
como la armonía, elemento indispensable en la música actual. Él creó la escala musical en
base a 7 notas: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si.

Mozart escribió un “Juego de Dados Musical” para escribir valses con la ayuda de dos dados.
Escribió 176 compases adecuadamente y los puso en dos tablas de 88 elementos cada una. El
juego comienza lanzando los dos dados, de tal manera que tenemos 11 números posibles (del 2 al
12) y hacemos 8 tiradas obteniendo distintos compases excepto los de la última columna que son
iguales (éstos últimos con dos posibilidades: una para la repetición y otra para continuar con la
segunda tabla. La segunda tabla es igual a la primera excepto que tiene otros 88 compases con los
de la última columna idénticos. Así, mediante un simple cálculo, utilizando conceptos del álgebra
Superior, se tienen 1114 valses diferentes, es decir, aproximadamente 3.797498335832 valses
diferentes.

El compositor mexicano Silvestre Revueltas (1899-1945) utilizó también el número áureo que es
la proporción que aparece al dividir una recta en dos segmentos. Este aparece en su obra
Alcancías, pues muestra como el tema principal incluido a lo largo de la obra, está separado por un
número de compases que pertenece a la sucesión.

PINTURA
Durante toda la historia del arte ha habido diferentes estilos y normas sobre las
proporciones de las figuras talladas. Estas proporciones se basan en medidas matemáticas
y geométricas tomando como modelo el cuerpo humano y con esto conseguir un
procedimiento que ayude a crear. Las matemáticas y el arte siempre han estado
estrechamente relacionados. Las simetrías, las proporciones o la geometría son elementos
presentes en el arte. La perspectiva fue uno de los grandes descubrimientos del arte,
estudiado a fondo durante años por muchos artistas. Está presente en cuadros como Las
Meninas de Velázquez o La Última Cena de Da Vinci.

La geometría está presente en la época en que el artista Picasso puso de moda el cubismo se
caracteriza por utilizar formas geométricas y porque el fondo del cuadro aparece en el primer
plano. Como podemos ver en su obra “La fábrica de Horta del Ebro”

Punto de fuga es el punto en el cual las líneas paralelas parecen converger al alejarse en la
distancia. Lo podemos ver en la obra de Julián Maroto, “Estación”, pues el punto de fuga es el
punto en el horizonte donde se unen los dos rieles de una vía rectilínea de tren dispuesta sobre
un terreno plano infinito.

Además, la geometría del cuadro coincide con la proporción áurea. Esta última trata sobre
la razón entre la estatura de una persona y la distancia del ombligo al suelo, y la razón
entre la distancia del hombro a la punta de los dedos y de esta al codo. Algunos ejemplos
son:

La Mona Lisa: se genera una estructura geométrica que coincide con elementos de la cara
y cuerpo de la modelo en interacción con el fondo. Las facciones del enigmático rostro
están determinadas por una estrella de David de doble línea inscrita en un círculo también
de doble línea. La estrella de David circunscrita es, a su vez, un elemento estructurador de
todos los cuerpos platónicos. Esta figura es conocida como «cubo de Metatrón», ya que
contiene todas las formas geométricas de la creación de Dios, y es una última etapa de la figura
conocida como «flor de la vida»: figura geométrica compuesta por varios círculos del
mismo diámetro que están uniformemente superpuestos y con 36 arcos en forma circular;
juntos constituyen una forma hexagonal que refleja una flor. Supera los 6.000 años de
existencia en la historia y muchísimos filósofos, historiadores y hasta arquitectos
coinciden en que tiene una forma perfecta.

El número de oro o proporción áurea, la encuentra si uno divide una línea, de tal forma que la
parte larga, dividida entre la parte corta, es igual a la línea completa, dividida entre la parte larga,
tenemos la proporción áurea.

El nacimiento de Venus, pintado por Sandro Botticelli en 1482. Al observar este cuadro, nos
damos cuenta de que la posición de los personajes en el espacio está sometida a la regla de los
rectángulos de oro. Además, el conjunto en sí mismo es un rectángulo de oro. Sus dimensiones
(172,5 cm por 278,05 cm) corresponden exactamente al formato de un rectángulo áureo.

•El cuadro de Jacopo de’ Barbari en el que representa al matemático Fra Luca Pacioliposee, en su
seno, una representación perfecta de la utilización del número de oro. Esta se encuentra en la
relación y la distancia que existe entre el índice y el pulgar de la mano, que corresponde
exactamente a la altura del libro abierto. Por otro lado, este matemático escribió en 1498 un
tratado sobre el número de oro; esta representación no es pues anodina.
•El cuadro de Diego Velázquez, Adoración de los Reyes Magos, pintado en 1609. Como el
nacimiento de Venus, el formato del cuadro en sí mismo es un rectángulo de oro. Además, la cara
del niño Jesús está situada exactamente en un punto de oro.

Leonardo da Vinci utilizó la regla de los rectángulos de oro en “La última cena”. Esta obra se creó
utilizando dos rectángulos áureos (la mesa y las dimensiones de la sala son ejemplos evidentes de
ello), pero también con numerosas figuras geométricas.

Un fractal es un objeto cuya estructura se repite a diferentes escalas. Es decir, por mucho que nos
acerquemos o alejemos del objeto, observaremos siempre la misma estructura. Que podemos
observar en la obra de Jackson Pollock, “Convergence”.

LITERATURA

La poesía, considerada por muchos la más noble manifestación del arte escrito, no ignora
tampoco las relaciones matemáticas. Para conseguir mantener un ritmo y una musicalidad
adecuadas, el poeta elige palabras que encajen, no sólo atendiendo a su significado, sino
también midiendo su duración. La métrica es el arte que trata de la medida o estructura
de los versos, de sus clases y de las distintas combinaciones que con ellos pueden
formarse. Trabaja por tanto con medidas y con combinaciones, y ahí es donde entran las
Matemáticas.

sílabas 2 3 4 5 6 7 8
Nombre Bisílabo Trisílabo Tetrasílabo Pentasílabo Hexasílabo Heptasílabo Octosílabo


sílabas 9 10 11 12 13 14 15 16
Nombre Eneasílabo Decasílabo Endecasílabo Dodecasílabo Tridecasílabo Alejandrino Pentadecasílabo Hexadecasílabo
Un ejemplo es con cuatro versos:

La copla, formado por cuatro versos octosílabos en el que riman los pares. Esta es de Góngora:

“En los pinares del Júcar


vi bailar unas serranas
al son del agua en las piedras
y al son del viento en las ramas”
Otro ejemplo es el poema del colombiano R. Nieto, que se lo dedica al número Pi. Lo más curioso
de este poema es que las sílabas (primera palabra, 3 sílabas; segunda palabra, 1 sílaba... etc)
coinciden con las 32 primeras cifras de este número (3,1415926535897932384626433832795):

"Soy π lema y razón ingeniosa


de nombre sabio que serie preciosa
valorando enunció magistral.
Por su ley singular bien medido
el grande orbe por fin reducido
fue al sistema ordinario usual"

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