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La llegada de Cristóbal Colón a este continente ocurrió en 1492, en el mismo año en que moros y
judíos habían sido definitivamente expulsados de España. Este país pasaba en esta época por un
período de transición política, a través de la unificación de los reinos de Aragón y Castilla, hecho
que se dio después del matrimonio de los reyes católicos Fernando e Isabel.
Por otro lado, todas esas novedades hacían que España, en su génesis como país unificado,
sufriera un proceso de acomodación de fuerzas y de adaptación a una situación inusitada, que el
destino le había proporcionado.
Guiada desde el principio por la búsqueda de riquezas, la política colonial española se inserta
perfectamente dentro de los conceptos mercantilistas que dominaban la economía europea en el
período de la expansión ultramar. A su vez, el principio del metalismo (que establecía que la
riqueza de una nación era medida por la cantidad de oro y plata que la misma poseía), aliado al
bulhonismo (que defendía la tesis de que los países necesitaban tener una balanza comercial
favorable) , Dieron origen al modelo económico que moldeó la configuración político-
administrativa de España en relación a su Imperio Colonial Americano.
Tan pronto se descubrieron las minas de oro y plata en Perú y México, la corona española
comenzó a explotarlas, utilizándose para ello de la mano de obra indígena. A partir de ahí, se
organizó un vasto sistema de explotación económica, que se basaba en la servidumbre y la
esclavitud de los gentiles de la tierra.
El trabajo forzado se mostró perjudicial a los indios, ya que los mismos no estaban acostumbrados
a una existencia calcada en el trabajo sistemático y en el sedentarismo impuesto por los europeos.
Se suman a eso las enfermedades típicas del hombre blanco, el sadismo y el instinto bestial de los
colonizadores y el resultado obtenido fue la muerte incontenible de millones de indígenas, así
como la desaparición completa de muchas civilizaciones.
Tiene razón Frei Bartolomé de Las Casas, al afirmar que la historia de la conquista y colonización
de América, fue una obra escrita con sangre. Comportándose como verdaderos tiranos, los
españoles ciegos por la codicia y la avaricia, no midieron esfuerzos para alcanzar sus objetivos
coloniales. La cuenta de esa sana conquistadora, fue pagada por los pobres nativos con el
segamiento precoz de sus vidas. Sin embargo, para los colonizadores eso no tenía la menor
importancia, pues una vez que sus intentos, incluso los más espumosos, fueran plenamente
satisfechos, las demás cosas en nada les interesaban.
La conquista de América fue una de las conquistas españolas, mas importantes si no la más
importante en su historia .
Los viajes de Cristóbal Colón (1492-1504) proporcionaron a la corona
española tierras, nuevos súbditos y oro. Sin embargo, muy pronto el proyecto
colombino, consistente en instalar factorías en las Antillas, fue sobrepasado
por los hechos, los intereses de la corona y de los compañeros de Colón. La
dimensión de los nuevos dominios y las excesivas atribuciones otorgadas al
Almirante en las Capitulaciones de Santa Fe, provocaron un giro en la
política de los Reyes Católicos. Una empresa originalmente privada, bajo
responsabilidad de Colón, se transformó en un proyecto de colonización,
explotación económica y evangelización, sustentado por la monarquía. Por
una parte, se autorizó la intervención de particulares en la exploración y
conquista de nuevos territorios, y por otra, la corona se reservó el derecho de
administrar las flamantes posesiones y nombrar funcionarios que velaran por
los intereses reales. Expresión de esto último fue el envío de Nicolás de
Ovando como gobernador de La Española en 1502, el cual arribó al frente de
2.500 personas que venían a asentarse en la isla. En España, mientras tanto,
se creaba la Casa de Contratación en 1503.
La base económica de esta colonia fue el oro que se obtenía en los ríos.
Durante las dos décadas iniciales del siglo XVI se extrajeron unos 15.000
kilos de este valioso metal y se enviaron a la corona remesas importantes
correspondientes al impuesto del quinto real sobre este producto. No
obstante, este metal precioso se agotó rápidamente y ya a principios del siglo
XVI hubo que buscar otras fuentes de subsistencia. De esa manera, se
potenció el desarrollo agrícola, combinando productos autóctonos (mandioca,
frutas, etc.) con semillas traídas desde Europa (trigo).