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TESE DE DOUTORAMENTO
Ano: 2017
Dedicatoria y agradecimientos
INTRODUCCIÓN 19
PRIMERA PARTE 25
VIII
ÍNDICEÍNDICE DE TABLAS
IX
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
X
ÍNDICEÍNDICE DE TABLAS
XI
Índice de tablas
Tabla 4.6. Prueba de Scheffé para las variables edad, curso, clase social, provincia, género
y estructura familiar en la dimensión de regulación ..................................................... 162
Tabla 4.7. Índice de fiabilidad de la Escala Triangular del Amor (ETA) .................... 163
Tabla 4.8. Medias, deviaciones típicas y análisis de varianza de la intimidad, atendiendo
a la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .......................... 163
Tabla 4.9. Prueba de Scheffé para las variables edad, género y curso en el factor intimidad
...................................................................................................................................... 165
Tabla 4.10. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza de la pasión, atendiendo a
la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar ............................ 166
Tabla 4.11. Prueba de Scheffé para las variables edad, y estructura familiar curso en el
factor pasión ................................................................................................................. 167
Tabla 4.12. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor compromiso,
atendiendo a la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar ....... 168
Tabla 4.13. Prueba de Scheffé para la variable edad, curso y provincia en el factor
compromiso .................................................................................................................. 169
Tabla 4.14. Índice de fiabilidad de la Escala de Actitudes hacia el Amor (EAA) ....... 170
Tabla 4.15. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor pasional, en
función de edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .............. 171
Tabla 4.16. Prueba de Scheffé para la variable género, edad, curso y clase social en el
factor pasional............................................................................................................... 173
Tabla 4.17. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor lúdico, en
función de edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .............. 174
Tabla 4.18. Prueba de Scheffé para la variable género y clase social en el factor lúdico
...................................................................................................................................... 175
Tabla 4.19. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor compromiso, en
función de la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .......... 176
Tabla 4.20. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor lógico, en
función de la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .......... 177
Tabla 4.21. Prueba de Scheffé para la variable género, edad, curso, clase social y
provincia en el factor lógico ......................................................................................... 179
Tabla 4.22. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor posesión,
función de la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .......... 180
Tabla 4.23. Prueba de Scheffé para las variables género, provincia y estructura familiar
en el factor posesión ..................................................................................................... 181
XIV
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 4.24. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor altruista, en
función de la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar .......... 182
Tabla 4.25. Prueba de Scheffé para las variables edad, género, provincia y estructura
familiar en el factor altruista......................................................................................... 183
Tabla 4.26. Análisis correlacional de los factores que componen las escalas: Inteligencia
Emocional (TMMS 24), Escala Triangular del Amor (ETA) y Escala de Actitudes hacia el
Amor (EAA) ................................................................................................................... 185
Tabla 5.1. Variables relacionadas con la inteligencia emocional ................................. 163
XV
Lista de siglas
XVIII
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
21
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
22
INTRODUCCIÓN
23
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
24
PRIMERA PARTE
28
MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
29
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
30
MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
Como hemos podido observar, no existe una única definición que encierre el
significado completo de inteligencia, ya que son muy distintos los enfoques que la han
abordado en los estudios de psicología a lo largo de la historia. Por eso, y como prueba
de ello, a continuación mostraremos una sinopsis sobre la conceptualización de la
inteligencia, según los principales investigadores.
Autores Concepto
Galton (1869) La inteligencia es una aptitud cognitiva general que determina el éxito o el
fracaso de un sujeto ante cualquier tarea.
Spearman (1904) La inteligencia se compone de un factor general (g) y de otros específicos (s).
Binet (1905) La capacidad de realizar tareas que requieran comprensión, capacidad
aritmética y dominio del vocabulario.
Stern (1912) La capacidad general del individuo para ajustar (adaptar) conscientemente su
pensamiento a nuevas exigencias. Permite adecuarse a los nuevos deberes y
condiciones de vida. Además, propone el concepto de cociente intelectual.
Thorndike (1920) Existen tres tipos de inteligencia: 1) abstracta, la encargada del manejo de
ideas, símbolos, palabras, números, etc.; 2) mecánica, la que sirve para
entender y manejar objetos y utensilios; 3) social, la que permite desarrollar la
habilidad para entenderse entre personas.
Terman (1921) La capacidad para pensar de manera abstracta.
Piaget (1936) Un instrumento de adaptación. El ser humano utiliza su inteligencia para
adaptarse al medio en el que vive.
Cattell (1968) Está relacionada con las capacidades que ponemos en juego cuando
razonamos, creamos nuevos conceptos, establecemos relaciones, inventamos y
solucionamos nuevos problemas. Distingue la inteligencia fluida, que sería una
capacidad general innata y presente en cualquier comportamiento, y la
cristalizada, que sería la cristalización de la aptitud fluida mediante su
aplicación en el ámbito cotidiano.
Weschler (1970) La capacidad para actuar con un propósito concreto, pensar racionalmente y
relacionarse eficazmente con el ambiente.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
estable a lo largo de la vida y denota una baja probabilidad de que la educación influya
en él para poder modificarlo. Los principales estudiosos de esta línea de investigación son
Galton, Goddard, Yerkes, Terman, Burt, Jensen, Herrnstein y Eysenck.
Mientras tanto, la corriente del conductismo y la escuela cognitiva sostienen que
lo más importante es el entorno, las condiciones sociales y económicas, así como el
ambiente cultural en el que se desarrolle el individuo. De ahí que se elaboren y se apliquen
programas de intervención para incrementar tanto la cantidad como la calidad de los
estímulos: se procura una mejora en el resultado escolar y en el CI, especialmente, en
aquellos ambientes de deprivación cultural. Merecen una especial atención los principales
investigadores de esta corriente como son Gerber, Lawler, Layzer, Kamin, Ramey y
Haskis.
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
descendía.
Sin embargo, resulta controvertido emplear el CI como la única medida evaluativa
de los progresos que experimentan los niños asistentes a los programas educativos
compensatorios. Por este motivo, se propone la utilización de otras medidas, como por
ejemplo: la escala de competencia social. Ballesteros (1983) afirmó que si bien la
inteligencia no es estable en los primeros años de vida, sí lo es a partir de los 6 cuando
nos referimos a medias de grupos. Además, también existe la posibilidad de que las
modificaciones obtenidas en los casos de intervención ambiental se sigan manteniendo
años después y puedan, por tanto, transferirse al éxito escolar y social.
Por otra parte, Pinillos (1981) apuntó como posible alcanzar una mejoría de la
inteligencia con la ayuda la ciencia, algo que hasta el momento no se ha logrado todavía.
Se confirmó que en la evaluación test–retest solo se mejoran los resultados en algunos
subtest y en determinados sujetos con minusvalías, desventajas culturales o marginación,
entre otros. Por eso, las aportaciones de esta corriente, defensora de mejorar la
inteligencia mediante la estimulación, han de tomarse con cautela (Wechsler, 1958).
Mientras, Jensen (1972) apuntó que el gobierno de Estados Unidos invierte en programas
de estimulación social y obtiene resultados muy insatisfactorios en cuanto a la mejora de
inteligencia.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
La creencia acerca de que la inteligencia era una aptitud fijada para siempre por
la herencia genética del individuo fue bastante aceptada hasta la Segunda Guerra Mundial
(Ballesteros, 1983). Este enfoque tuvo como base la teoría de la selección natural de
Darwin: solo sobreviven los más fuertes. Así, en el año 1869, Galton publicó su libro El
genio hereditario, en el que defendió la idea de que la inteligencia se hereda; para ello,
tomó como muestra a un número reducido de generaciones de familias con altos niveles
de inteligencia que permitía demostrarlo. En cambio, no consideró en su estudio que estas
familias de clase social alta proporcionaban a sus miembros unas condiciones
estimulantes muy superiores al resto de la población.
Años más tarde, en el 1933, Kellogg y Kellogg realizaron un estudio experimental
en el que investigaban la relación entre herencia y ambiente. Esta prueba consistió en
criar a un bebé y a un chimpancé con unos cuidados y unas atenciones similares en el
mismo domicilio. Los primeros datos parecían indicar que Gua, el chimpancé, maduraba
a nivel psicomotriz más rápido que el niño; sin embargo, a partir de los 14 meses, cuando
el pequeño comenzó a desarrollar el lenguaje, este ya mostró una mayor madurez en todos
los aspectos.
Asimismo, se revisaron las evidencias científicas sobre las diferencias cognitivas
que dependen del género, al igual que la posible influencia que ejercen las hormonas
sexuales en su rendimiento (Gómez-Gil y otros, 2006). De este modo, se evidenció que
las mujeres presentan un mayor rendimiento con respecto a los hombres en fluidez y
aprendizaje verbal, velocidad perceptiva, habilidad motora fina y tareas de memoria
verbal; a su vez, se constató que los hombres aventajan a las mujeres en tareas visuales
espaciales, resolución de problemas matemáticos y memoria visual. En cambio, no se
encuentran diferencias según el género en lo relacionado con la atención y la memoria de
trabajo. En conclusión, las disimilitudes cognitivas según el género y las hormonas
sexuales parecen ejercer una influencia notoria en tales funciones cognitivas.
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
Flynn. Sus estudios fueron realizados a partir de los datos obtenidos del CI poblacional de
30 países y se les prestó una especial atención dadas las particularidades en los
incrementos de los distintos subtest, ya que los resultados variaban de forma
impredecible; a causa de estos cambios muchos estudiosos cuestionaron la utilidad
universal del CI como una medida de la inteligencia.
Por ejemplo, si se asume que los adultos estadounidenses de hoy poseen un CI con
un promedio de 100 puntos, un adulto de inteligencia media en el año 1900 obtendría un
resultado de entre 50 y 70 puntos en su CI. Actualmente, estas últimas cifras tan bajas solo
las muestran quienes tienen dificultades en el proceso de aprendizaje. Sin embargo, este
apunte no se puede extrapolar al siglo pasado, pues los ciudadanos de 1900 tenían una
inteligencia orientada hacia las soluciones prácticas, como cabía esperar en su época. Se
sostiene entonces que el incremento del CI debería evitar el pensamiento mágico y las
creencias que se presentan en los ciudadanos de nuestra época.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
como una herramienta de los psicólogos para servir a la sociedad, aunque también se
utilizó en otros ámbitos, tales como:
1. El laboral, con la finalidad de seleccionar a las personas que posean una mayor
potencialidad a la hora de desarrollar un determinado cargo, así como para
analizar también si la empresa o el empleo se adecúan al individuo.
2. El clínico, en el que los test se emplean para realizar diagnósticos que permitan
encuadrar el pronóstico del paciente o aplicarle una terapia, entre otros
parámetros.
3. El investigador, que se vale de esta prueba para definir los cambios, las
diferencias y las semejanzas de los sujetos, tanto a nivel individual como
grupal.
4. El educativo, que se apoya en esta prueba psicológica para conocer la madurez
escolar o vocacional de los estudiantes.
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
TABLA 1.2. Relación y características de los elementos físicos y los humores corporales
Elemento físico Aire Fuego Agua Tierra
Característica Seco Caliente Húmedo Frío
Humor corporal Bilis amarilla Sangre Bilis negra Flema
Fuente: elaboración propia
Ahora bien, fue Platón (429-347 a.C.) quien estableció unas nuevas disposiciones:
el placer, de donde proviene la alegría y la esperanza; el dolor, que alberga la tristeza y
el miedo; y por último, la indiferencia o estado neutro. Incluso explicitó que el placer
restituye los principios armónicos del organismo, mientras que el dolor los destruye.
Asimismo, se encargó de localizar el amor, la pasión y el valor en el pecho, la razón en
la cabeza y otros apetitos en el diafragma (García, 1991).
Por su parte, Aristóteles (384-322 a.C.) definió el placer como un estado
concomitante al ejercicio de todas las facultades del hombre. Asimismo, clasificó las
pasiones en apetencia, ira, miedo, coraje, alegría, amor, odio, deseo, celos, compasión y,
en general, todo lo que va acompañado de placer o dolor. Por el contrario, los estoicos
negaron el valor de toda emoción, que consideraban movimientos desordenados de la
mente, motivados por una excesiva producción de impulsos contrarios e insubordinados
a la razón (García, 1991).
Según Epicuro (337-270 a.C.), las pasiones se sitúan junto a las facultades más
importantes de la mente. Afirmó que la felicidad reside en el placer, y este solo se puede
alcanzar huyendo y destruyendo el dolor; de este modo, convierte y crea a partir de esta
enunciación un único criterio que permite valorar todos los bienes (García, 1991).
Después, Galeno (130-200) consideró que todas las personas con una gran inestabilidad
emotiva eran enfermas; por eso, en su investigación buscaba una relación entre la
variación del pulso y las reacciones emotivas (García, 1991).
De igual forma, San Agustín (354-430) mantuvo que las pasiones provienen del
alma, pues una de sus partes excita la pasión carnal, mientras que otras como la áspera
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
causa dolor o la suave deleita. Aportó como ejemplo la tristeza y la mostró como un no
conformarse con las cosas que nos han sucedido sin quererlas. También clasificó las
pasiones o agitaciones en cuatro tipos: deseo, temor, alegría y tristeza (García, 1991).
Años más tarde, Santo Tomás distinguió entre la pasión y las reacciones motoras.
Aparte, diferenció la conducta motora de los animales, que de forma unidireccional sigue
a la pasión de acuerdo con sus instintos y falta de control; y la de los hombres, que son
seres racionales que pueden hacer uso de su inteligencia y libre albedrío. Con todo ello,
este autor situó las pasiones en el corazón, aunque afirmó que cuando son intensas
adquieren resonancia orgánica e invaden todo el cuerpo. Mientras que la emoción,
entendida como una como actividad vital de la pasión, implica la existencia de un estado
psíquico y de un cambio fisiológico, y está formada por dos componentes: 1) el vital, que
es la actividad o reacción psíquica ante el placer o dolor; y 2) el fisiológico, en el que se
localiza la actividad nerviosa, las secreciones de glándulas endocrinas, la circulación
sanguínea, la actividad respiratoria, el amor, el odio, el placer y la tristeza, que residen en
el apetito concupiscible, además de la esperanza, la desesperación, la audacia, el temor y
la ira, que nacen del apetito irascible. En consecuencia, el dolor y la tristeza conllevan la
contracción de todo el cuerpo y se relacionan con el temor, entre otros (García, 1991).
Durante la Ilustración, la racionalidad fue considerada un pilar fundamental para
el desarrollo cognitivo. El afecto tuvo un papel preponderante a lo largo el siglo XIX y
también en la primera mitad del siglo XX; mientras, la acción se convirtió en el centro de
atención de la investigación debido, en parte, a la filosofía del pragmatismo y a las
premisas del conductismo. Fueron muchos los autores que abordaron el estudio de las
emociones desde diferentes marcos teóricos y que lograron aportar diversas definiciones:
innovadoras, complementarias y opuestas entre sí, incluso. De este modo, surgió el
evolucionismo, el funcionalismo, el cognitivismo, el enfoque social y el enfoque
biológico, es decir, diferentes paradigmas de investigación que permitieron profundizar
en el campo de las emociones.
Por su parte, Descartes (1596-1650) resumió su pensamiento y recogió sus
aportaciones en la obra Las pasiones del alma (1649/ 2005). En ella estableció una
correlación entre el alma y el cuerpo: determinó que una pasión para el alma es una
emoción para el cuerpo. Asimismo, afirmó que existen dos sustancias básicas: 1) la mente
o sustancia pensante, y 2) el cuerpo o sustancia extensa. Sobre la mente señaló que no
posee una dimensión espacial, pero que sí actúa sobre el cuerpo a través de la glándula
pineal, donde se localiza el alma y se irradia al resto del cuerpo. Negó que la sede de las
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
suficiente. Entretanto, los estados de ánimo son definidos como fenómenos afectivos de
naturaleza cotidiana, generalizados, de intensidad media y sin objeto específico.
La tradición darwiniana sostiene como principal idea que las emociones poseen
unas funciones adaptativas y que son universales, tal y como recoge Darwin en su
publicación La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872). El
enfoque del científico inglés también puede ser considerado como evolutivo, ya que
defiende que las emociones se desarrollaron a causa de la selección natural con el
propósito de advertir a otras criaturas acerca de sus intenciones.
Según el naturalista inglés, la expresión de emociones es una forma de
comunicación útil para explicitar vivencias y sentimientos, así como para indicar a otros
cómo deben comportarse ante nuestro estado de ánimo. Mantuvo que los integrantes de
multitud de especies, incluida la humana, son capaces de comunicar emociones a
individuos semejantes e incluso a seres de otras especies mediante expresiones faciales,
sonidos no verbales o cambios posturales, entre otros (Redolar, 2011). Es decir, las
emociones pueden constituirse como patrones de respuesta útiles para determinadas
interacciones sociales; mientras, el lenguaje emocional se considera el más primitivo,
tanto en sentido filogenético como en el ontogenético, y la universalidad de la expresión
y el reconocimiento facial de las emociones aparece como indicador de la existencia de
patrones innatos de respuesta emocional.
De igual manera, la comunicación humana de la emoción depende principalmente
del sistema músculo-esquelético, y en especial de todos los músculos que controlan las
expresiones posturales y faciales. Además, se ha podido comprobar que individuos de
diferentes culturas presentan gesticulaciones faciales y posturales muy similares, cuyo
significado emocional puede ser identificado por personas de todo el mundo. Tales
expresiones emocionales son automáticas e involuntarias, aunque pueden ser modificadas
por aspectos culturales y por las características concretas de la situación en la que se están
manifestando.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
En sus viajes, Darwin observó que las expresiones faciales emocionales de las
personas que vivían en nichos poblacionales aislados de otras culturas y de otros seres
humanos eran las mismas que las mostradas por los británicos, franceses o españoles. Por
tanto, en función de estas observaciones y teniendo presente que los grupos culturales que
han quedado aislados de otros desarrollan lenguajes diferentes, sugirió que las
expresiones emocionales eran innatas y que se constituían como respuestas no aprendidas.
Además, si las emociones son un legado evolutivo poco tienen que ver con el aprendizaje,
la socialización y la cultura. De este modo, el naturalista elaboró su teoría sobre la
evolución de la expresión emocional basándose en dos premisas:
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
de otras. Por otra parte, se encuentra la importante aportación de Plutchik (1984), quien
reconoció ocho emociones primarias, biológicamente primitivas, que se combinaban en
cuatro pares de significados opuestos para formar el conjunto de la experiencia emocional
humana: alegría vs. tristeza, rabia vs. miedo, confianza vs. disgusto y sorpresa vs.
anticipación. Plutchik (1984) forjó una teoría de las emociones en la que cada emoción
básica ocupa un lugar en el círculo. De tal manera que las combinaciones compuestas por
dos emociones básicas son las díadas; las formadas por emociones básicas adyacentes en
el círculo son las díadas primarias; las compuestas por emociones básicas separadas entre
sí por una tercera se llaman díadas secundarias; y así sucesivamente.
Bajo este esquema de combinaciones, el amor sería una díada primaria que resulta
de la mezcla de dos emociones básicas adyacentes (la alegría y la aceptación); mientras,
la culpa es una díada secundaria formada por la alegría y el miedo, ambas separadas por
la aceptación. Por eso, cuanta más distancia haya entre dos emociones básicas, menos
probable será que se mezclen entre sí; del mismo modo que si dos emociones distantes se
mezclan, es probable que surja el conflicto. Por otra parte, el miedo y la sorpresa son
adyacentes y se combinan directamente para dar lugar a un estado de alarma. Sin
embargo, tanto la alegría como el miedo están separados entre sí por la aceptación, y por
ello su fusión es imperfecta, es decir, el conflicto resultante es la fuente de la culpa.
Por tanto, para Plutchik (1984) la emoción es una secuencia compleja de
reacciones ante un estímulo que incluye la actividad neurológica y autonómica, la
valoración cognitiva, los impulsos a la acción y las conductas orientadas a modificar el
estímulo que suscitó la reacción inicial. Se refiere a las emociones mediante tres tipos de
lenguaje: el subjetivo, el conductual o el funcional, según el propósito de alusión a
nuestros sentimientos, a lo que hacemos o al propósito con que lo hacemos. Estas tres
dimensiones están presentes en todo patrón emocional, dan lugar a estados derivados que
se manifiestan en nuestras interacciones cotidianas y se traducen en rasgos de
personalidad, estados anímicos, actitudes o estilos de afrontamiento.
Uno de los primeros representantes del enfoque psicofisiológico fue James (1884),
quien propuso que las reacciones fisiológicas suceden antes de las emociones; por
ejemplo, ante el estímulo de una serpiente la respuesta es correr y la emoción consecuente
es el miedo. Apuntó que la sensibilidad emotiva obedece a la sensibilidad física y que el
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compatibilidad con las normas sociales o personales. Este esquema jerarquizado en fases
sobre la evaluación se puede aplicar a emociones como la alegría, la tristeza, la
vergüenza, la ira, el asco y el miedo.
Por otra parte, el procesamiento de información emocional relevante es otra
aportación dentro del marco cognitivo. En este contexto aparecieron Mathews y MacLeod
(1994), quienes postularon que los estados emocionales, tanto normales como
patológicos, están determinados por las diferencias individuales en el proceso de la
información destacada. De manera que si atendemos al patrón del procesamiento de
información de una persona y esta es proclive a prestar una excesiva atención a la
amenazante, tendrá reacciones de ansiedad. Por eso, estos autores argumentaron que
existe una vulnerabilidad diferencial en los trastornos emocionales, y que el fracaso para
eliminar la información amenazante o los pensamientos intrusivos en condiciones de
estrés originaría alteraciones afectivas.
Por último, Lang (1977, 1979) defendió que las imágenes mentales incluyen
componentes perceptivos y semánticos que inducen a reacciones fisiológicas y
acompañan a las emociones. Asimismo, planteó que si se entrena al sujeto imaginario, se
puede conseguir que controle los diferentes procesos o alteraciones emocionales, ya que
existe una clara relación entre la imagen entrenada y la respuesta fisiológica.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Los seres vivos van acumulando información sobre sus experiencias vitales, las
cuales marcan una huella en su cerebro que matizará o determinará las decisiones futuras.
Nuestra memoria retiene información sobre el conocimiento adquirido a lo largo de la
vida y la corteza cerebral posibilita crear modelos de la realidad que aún no existen, es
decir, permite imaginarse el futuro. Tales imágenes se construyen utilizando como
material básico las representaciones del pasado, así como los conocimientos sobre el
mundo y su manera de funcionar que nos ha proporcionado nuestra experiencia. Por eso,
a esa capacidad imaginativa, se la denomina memoria del futuro.
Siguiendo esta misma línea de pensamiento, se encuentra la hipótesis del
marcador somático de Damasio (1994), la cual sostiene la importancia que poseen las
emociones en la toma de decisiones; esta suposición se fundamenta en una colaboración
existente entre los lóbulos prefrontales con la amígdala y otras zonas límbicas
relacionadas con ella. De este modo, Damasio (1994) defendió que los procesos
estrictamente racionales no son los que se encargan de resolver por sí solos la mayor parte
de las decisiones que tomamos en nuestra vida, pues son incapaces de dar una respuesta
rápida y adecuada a los problemas que se le plantean a diario. Se trata de una tarea ardua
en la que se tendría que imaginar todas las posibilidades existentes ante una decisión,
predecir la evolución de los acontecimientos, calcular los riesgos, la responsabilidad, los
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costes y los beneficios, además de compararlas entre sí y decidirse por la mejor, lo cual
no permitiría obtener unas respuestas adaptativas correctas.
El proceso meramente racional exigiría una memoria y un tiempo muy amplio que
no empleamos en la mayoría de nuestras decisiones, como por ejemplo, elegir pareja,
decidir qué carrera estudiar, o simplemente, priorizar la agenda diaria, elegir el menú para
comer o escoger la ropa para vestir son determinaciones mediatizadas por procesos
racionales que se complementan por el factor emocional. Según Damasio (1994), ante la
existencia de diferentes opciones para actuar, la corteza prefrontal es capaz de crear una
representación muy fugaz de los diversos escenarios que pueden producirse como
consecuencia de las distintas decisiones posibles. Esto puede provocar una generación de
imágenes referentes a cómo serían las cosas si tomáramos las diferentes opciones. Tales
representaciones sirven para evocar un esbozo de la reacción emocional que la situación
real provocaría en nosotros e incluye un anticipo de las modificaciones viscerales y
somáticas propias de la emoción. En resumen, esto nos muestra qué aspecto tendría el
paisaje visceral de sensaciones agradables o desagradables en el caso de que la situación
imaginaria se convirtiese en realidad.
La participación de las emociones permite una velocidad de procesamiento con la
que los cálculos únicamente racionales no pueden competir. Por ello, es necesario
mencionar que este proceso no siempre sucede de forma consciente, pero que sí influye
en la toma de decisiones. La tradición dualista de la filosofía griega distinguía de forma
muy taxativa entre la emoción y la razón. Descartes contribuyó en el pensamiento y
planteamiento científico que defiende este dualismo: por un lado, la cognición y la
emoción aparecen diferenciadas; mientras que por el otro, lo racional parece ser
susceptible de ser recordado y lo emocional, poco medible. Hoy se sabe que la emoción
influye en los procesos de atención, percepción, memoria y toma de decisiones.
En este sentido, el aprendizaje es un proceso que sucede a lo largo de toda la vida,
en el cual intervienen procesos cognitivos como la memoria, la inteligencia o la
imaginación, entre otros. De este modo, se presenta una ventaja adaptativa cuando las
emociones consolidan los recuerdos, pues si quedan bien registrados en la memoria
aquellos eventos, estímulos o personas que nos proporcionan bienestar, en las siguientes
ocasiones se sabrá de manera directa qué hacer para lograr dicho bienestar de nuevo. Por
el contrario, si lo que queda bien consolidado es aquello que resultó repulsivo, aversivo
o amenazante, el organismo tendrá más probabilidades de sobrevivir o conservar su
integridad la próxima vez que se tope con algo similar.
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se activa un nodo emocional que se expande a otros asociados a él; de esta manera, las
emociones pueden funcionar como señales para el recuerdo del material asociado
previamente a ellas, mientras que el estado de ánimo depresivo produce un sesgo que
favorece la percepción de la información congruente con el estado de ánimo. Después,
Ruiz y Bermúdez (1991) realizaron un experimento con estudiantes universitarios a los
que se le presentaba una información auditiva de manera simultánea por ambos oídos: sus
resultados evidenciaron que los sujetos depresivos recordaban de forma similar los dos
tipos de información (congruente e incongruente), mientras que los sujetos no depresivos
se acordaban mejor de la congruente. Sin embargo, estos resultados no definitivos son
opuestos al modelo de la red asociativa propuesta por Bower (1981) y posibilitan
continuar la investigación en esta misma línea.
En relación con la memoria y las emociones en las primeras etapas de la vida,
Aguado (2002) afirmó que el hipocampo es el encargado de la recopilación y
recuperación de la información explícita, es decir, de la memoria episódica. En cambio,
el hipocampo no está desarrollado hasta la edad de los 3 años, lo que implica una reacción
emocional inconsciente, dada la ausencia del recuerdo explícito que no permite acceder a
las experiencias traumáticas vividas. Ahora bien, estas experiencias tempranas infantiles
marcan y limitan la conducta emocional del adulto sin que sea consciente de ello; de ahí
que las emociones importantes influyan en los recuerdos y los hagan especialmente
vívidos y resistentes al olvido.
Así pues, la memoria y las emociones aparecen relacionadas con el estrés
postraumático. Por su parte, la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el
Estrés (SEAS) (2014) se refiere a este síndrome en los siguientes términos:
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
y la percepción emocional, que es necesaria para identificar las emociones en uno mismo
y en los demás a través de la expresión facial, la voz o la expresión corporal.
Posteriormente, Mayer y Salovey (1997) contribuyeron con nuevas aportaciones, como
la capacidad de empatizar, y lograron la aceptación, la utilización y la popularización de
este modelo.
En el citado estudio, Salovey y Mayer (1990: 185-211) definieron la inteligencia
emocional como «la habilidad de las personas para percibir (en uno mismo y en los
demás) y expresar las emociones de forma apropiada, la capacidad de usar dicha
información emocional para facilitar el pensamiento, de comprender y razonar sobre las
emociones y de regular las emociones en uno mismo y en los demás».
Anteriormente, Payne (1986) también había propuesto integrar los conceptos de
inteligencia y emoción. Sostuvo la necesidad de enseñar las respuestas emocionales a los
niños en las escuelas, dado que la ignorancia emocional podía resultar muy negativa.
Además, consideró que el papel educativo debía recaer sobre estos centros, para así
promover una inteligencia emocional susceptible de acogerse al concepto educabilidad.
Mientras, los gobiernos deberían preocuparse por los sentimientos individuales.
Después, Bar-On (1988) formuló las bases sobre las que se valdría para contribuir
al concepto de inteligencia emocional. Asimismo, fue quien ideó el inventario EQ-I
(Emotional Quotient Inventory) con el propósito de medir este tipo de inteligencia.
Forman parte de este modelo de Bar-On (1997) los siguientes componenetes:
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Por tanto, este modelo hace referencia a las competencias que deben poseer las
personas para desenvolverse en la vida, esto es, la inteligencia emocional y social (Bar-
On, 1997).
En cambio, el éxito y la aceptación del término inteligencia emocional, así como
su popularidad, se debió principalmente a tres factores, según Epstein (1998):
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
1. Actitud positiva, es decir, valorar más los aspectos positivos que los negativos,
resaltar más los aciertos que los errores y el esfuerzo más que los resultados.
2. Reconocer los propios sentimientos y las emociones.
3. Capacidad para expresar los sentimientos y las emociones.
4. Capacidad para controlar los sentimientos y las emociones, esto es, una actitud
de tolerancia a la frustración así como de saber esperar.
5. Empatía.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
y la acción. Este arquetipo está moldeado por varios aspectos: por una parte se encuentra
el lenguaje verbal y no verbal, que es el medio de expresión y valoración de las
emociones; por la otra, están las experiencias subjetivas que perciben las personas sobre
sus propias emociones, que sirven para mantener su atención, para así evitar las
emociones negativas o sostener las positivas.
Otro aspecto importante es el carisma, que es la capacidad de la inteligencia
emocional para regular y alterar las reacciones afectivas de los demás e influir en lo que
sienten. Por último, otro de los elementos es el que relaciona las emociones y la solución
de problemas con la toma de decisiones. Esta conexión suscita el planteamiento sobre la
mediatización de los procesos cognitivos por los estados afectivos, de forma que la
solución de los problemas la proporciona este modelo teórico por medio de cuatro
procedimientos: 1) la planificación flexible, 2) el pensamiento creativo, 3) la atención
dirigida y 4) las emociones positivas como motivadoras para lograr un rendimiento eficaz
y eficiente.
Sin embargo, años más tarde, Mayer y Salovey (1997) revisaron su modelo y le
añadieron una cuarta dimensión: la comprensión de las emociones, en la que incluyeron
una organización jerarquizada. A partir de este momento, la definición de inteligencia
emocional implicó la capacidad de percibir, comprender, valorar y expresar las
emociones con exactitud, además de regular las emociones a través de la promoción del
crecimiento emocional e intelectual para acceder al pensamiento y generar sentimientos
que lo faciliten.
Este nuevo planteamiento del modelo teórico implicó una nueva ordenación en el
procesamiento de la información emocional: se parte de los procesos psicológicos más
básicos, como es la percepción, hasta los más complejos, como es la regulación de las
emociones. Así, se establecieron un total de cuatro grupos con sus correspondientes
subdivisiones:
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Otro de los modelos con una enorme repercusión sobre el estudio de la inteligencia
emocional fue el de Bar-On (1997), quien pasó a denominarla inteligencia social y
emocional. Además, la dividió en cinco áreas que se conforman por varios
subcomponentes. A partir de este momento, la inteligencia emocional se evalúa por medio
del instrumento EQ-I (Bar-On, 1997), que este mismo autor desarrolló. Consideró que los
factores de la inteligencia emocional en su modelo son competencias, habilidades y
comportamientos, y no rasgos (tabla 1.7).
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
1. El bienestar comprende:
Autoestima: grado en el que uno se siente triunfador y con confianza
en sí mismo.
Felicidad disposicional: grado en el que la persona se siente,
habitualmente, alegre y satisfecho con la vida.
Optimismo: grado en que el individuo es propenso a valorar
positivamente el futuro.
2. La emocionalidad es la disposición que existe hacia una buena comunicación
emocional, tanto verbal como no verbal. Está compuesta por:
Percepción emocional: grado en el que la persona se siente capaz para
identificar y diferenciar los estados emocionales y los sentimientos,
tanto los propios como los ajenos.
Expresión emocional: grado en el que el individuo es propenso a
expresar de una forma apropiada sus emociones y sentimientos a los
demás.
Relaciones: grado en el que la persona es proclive a mantener las
relaciones interpersonales satisfactorias, amistosas y cordiales.
Empatía disposicional: grado en el que el ser es propenso a
identificarse con los otros y compartir sus sentimientos, necesidades y
deseos.
3. La sociabilidad es la disposición para interactuar y desenvolverse de un modo
eficaz en las interacciones interpersonales. Está formada por:
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Todas las facetas que comprenden este arquetipo se encuentran al mismo nivel de
importancia relativa respecto a la contribución que hace a la conformación de la
inteligencia emocional como rasgo global.
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
para reprimirse frente a als tendencias de respuesta. Por su parte, Gray (1982) sostuvo la
existencia de dos sistemas cerebrales independientes, que son los responsables de los dos
sistemas motivacionales básicos ante un estímulo: 1) el deseo de aproximación (impulso
apetitivo) y 2) el deseo de evitación o retirada (impulso aversivo). Los estímulos se
pueden imaginar o anticipar, incluso antes de ser experimentados, para incrementar la
probabilidad de aproximación y funcionar como una recompensa o, por lo contrario, para
aumentar la probabilidad de evitación si resultan aversivos. Por consiguiente, Rolls
(2007) infirió que todo estado emocional es consecuencia de la percepción previa de los
refuerzos o los castigos.
Así pues, aparecieron dos sistemas de aproximación y evitación con un apoyo
empírico en la neurociencia (Davidson e Irwin, 1999):
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
respuestas de afrontamiento, los cuales pueden agruparse en seis categorías que abarcan
tanto diferencias individuales como constructos teóricos:
Desde esta perspectiva, los circuitos cerebrales asociados a las emociones son
compartidos por los procesos cognitivos, de ahí que nuestros pensamientos y nuestras
percepciones sean fácilmente alterables por los estados emocionales, ya que cognición y
emoción están relacionadas. A su vez, en el campo de estudio que se ocupa de la relación
entre la personalidad y la inteligencia emocional existen diversos trabajos que abordan
esa interacción: se obtuvieron unos resultados heterogéneos pero productivos en aspectos
como el neuroticismo, el estrés, la empatía o el burnout, entre otros.
En otra línea de investigación, se encuentra el rasgo del neuroticismo, que se
asocia con la vulnerabilidad emocional, los cambios de humor, las somatizaciones, la
inestabilidad y la ansiedad; además, se ha investigado también su relación con la
inteligencia emocional. Extremera, Fernández-Berrocal, Ruiz-Aranda y Cabello (2006)
descubrieron que los estudiantes más inestables presentan altas puntuaciones en la
percepción de emociones, y bajas, en referencia a la comprensión emocional y a la
reparación. Por añadidura, los sujetos con una inferior puntuación en neuroticisimo
obtienen una calificación superior en la comprensión y en la reparación emocional. Estos
autores concluyeron que la inteligencia emocional es un buen indicador del nivel de ajuste
emocional del sujeto.
Por otra parte, la empatía fue definida por Rogers (1992) como la cualidad de
percibir el mundo interior de otro como si fuera el propio, pero sin perder la característica
condicional del «como si fuera…». La empatía es un factor que también se analiza en
relación a la inteligencia emocional: autores como Hoffman (1989) sostuvieron que la
empatía es una motivación para ayudar a otros y que se desarrolla de una manera similar
a los estadios correspondientes al nivel cognitivo social del individuo.
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
Su relación con las diferencias de género fueron analizadas por Mestre, Frías y
Samper (2004), quienes afirmaron que si bien existen puntuaciones significativamente
superiores en las mujeres respecto a los hombres, tales desemejanzas pueden ser
atribuidas a los distintos procesos de socialización que hayan recibido. Asimismo, se ha
corroborado un vínculo positivo entre la empatía y el autoconcepto, y la conducta
prosocial y el altruismo (Garaigordobil, Cruz y Pérez, 2003). Estos vínculos resultan
necesarios y útiles para las relaciones interpersonales del ámbito familiar, profesional y
social. Algunos estudios sostienen que la estabilidad emocional constituye un factor
fundamental para establecer las relaciones empáticas durante la etapa de la adolescencia
(Tur, Mestre y Del Barrio, 2004).
Otro factor relacionado con las investigaciones sobre la inteligencia emocional es
el burnout. En 1974, Freudenberger definió este síndrome como una combinación de
cansancio emocional crónico, fatiga física, pérdida de interés por la actividad laboral, baja
realización personal y deshumanización en el cuidado de los usuarios. Por ejemplo, en
estudiantes universitarios se evidenció cómo este síndrome afecta a su rendimiento
académico: los alumnos que se consumen en el proceso de aprendizaje muestran
agotamiento, falta de realización y fatiga (Grau, Agut, Martínez, y Salanova, 2000). Cabe
señalar que la herramienta de estudio del síndrome burnout es el denominado cuestionario
de Maslach (Olivares y Gil-Monte, 2009).
Frente al concepto de burnout, y como contraparte, se sitúa el engagement, que
se asocia a un estado emocional positivo, a la motivación intrínseca por el trabajo o el
estudio, a la dedicación y a la absorción a la tarea. Este concepto se relaciona con la
psicología positiva, que es la que estudia las fortalezas del ser humano, el funcionamiento
óptimo y el desarrollo de la persona. De este modo, las investigaciones realizadas con
estudiantes constatan que los discentes que desempeñan mejor su tarea de aprendizaje, y
que por tanto tienen más expectativas de éxito, son más eficaces, se muestran más
vigorosos y menos agotados (Martínez y Salanova, 2003).
Aparte, en relación con la inteligencia emocional, aparecieron estudios sobre la
autoeficacia y el rendimiento en estudiantes. En su investigación, Bandura (1977) postuló
que el conocimiento de las personas influye tanto en lo que perciben como en lo que
realizan, ya que los efectos de sus acciones y las consecuencias observadas en los demás
modifican las cogniciones. Además, la seguridad del sujeto en sus capacidades
determinará su empeño para alcanzar los objetivos y ciertas reacciones emocionales.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
1. Atención a los sentimientos: grado en que las personas creen prestar atención
a sus emociones. Por ejemplo: pienso en mi estado de ánimo constantemente.
2. Claridad emocional: grado en que los sujetos creen percibir sus emociones.
Por ejemplo: frecuentemente me equivoco con mis sentimientos.
3. Reparación de las emociones: grado en que los individuos creen poder
interrumpir y regular sus estados emocionales negativos y prolongar los
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
positivos. Por ejemplo: aunque a veces me siento triste, suelo tener una visión
optimista.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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MARCO TEÓRICO: ANTECEDENTES, FUNDAMENTOS, CREENCIAS E INVESTIGACIONES
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2. Vínculos afectivos: apego, amistad y amor
La amistad y el amor se consideran vínculos afectivos del apego, tanto por sus
acepciones y teorías como por su importancia en las relaciones humanas. Estos vínculos
determinan los sentimientos, los esquemas de pensamiento y las conductas.
La naturaleza afectiva.
La perdurabilidad en el tiempo.
La búsqueda de seguridad.
Ser producto de la interacción.
Presentar conductas observables.
Desarrollar un modelo mental de relación a nivel cognitivo.
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
La familia convencional está formada por la unión entre un hombre y una mujer,
con independencia de sus ascendientes. Crean un hogan en el que nacen y crían a sus
hijos, quienes se relacionan con sus padres y entre sí; en este contexto surgen distintos
tipos de vínculos entre los miembros de la familia: 1) el vínculo de pareja, que implica
pasión sexual, intimidad y compromiso, 2) el vínculo paterno materno-filial, y 3) el
vínculo fraternal, que junto con el anterior, lleva consigo el rechazo del contenido sexual,
es decir, el tabú del incesto. Aparte, la vinculación puede ser asimétrica, como por
ejemplo entre los adultos y los menores, o simétrica, como entre los esposos o los
hermanos.
En nuestra sociedad, el sistema familiar está en continuo cambio y cualquier
modificación en alguno de los elementos que lo integra acaba repercutiendo en sus
miembros y en el conjunto del sistema. Sin embargo, y a pesar de las variaciones que
sufre la familia, este conjunto de personas es el que satisface las necesidades de seguridad
emocional, de contacto y de vinculación. Su relevancia es decisiva en la determinación
de los vínculos afectivos (López, 1999), ya que estos se suelen establecer, mantener y
consolidar dentro de la familia. Por eso, cada etapa de la vida presenta un modelo mental,
unos sentimientos y unas conductas de apego diferentes.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
extremas que parecen reflejar la vivencia de conflictos, miedo o confusión con respecto
a su figura de apego (Main y Hesse, 1990).
Por otra parte, se encuentra el apego en los adultos, que es la continuación de las
experiencias vividas en la primera infancia y que fue objeto de estudio en investigaciones
de los años noventa. George, Kaplan y Main (1996) diseñaron una entrevista denominada
Adult Attachment Interview (AAI) para evaluar los modelos mentales de los adultos
vinculados a sus relaciones tempranas de apego; en su transcurso, los sujetos narran los
recuerdos relativos al apego durante su infancia temprana y los evalúan desde su
perspectiva actual. El modo de comunicar estas experiencias, la capacidad para aportar
detalles y la coherencia con la que describen y evalúan esas situaciones sirve para obtener
una clasificación global sobre el estado actual de su mente en lo que se refiere al apego.
Esto permitió identificar tres estilos mentales: 1) los sujetos seguros-autónomos, 2) los
sujetos preocupados, y 3) los sujetos devaluadores o huidizos. Aparte, otros trabajos
ampliaron la clasificación e incluyeron dos nuevas categorías: 4) los sujetos
desorganizados por un trauma no resuelto (Main y Hesse, 1990) y 5) los sujetos no
clasificables (Hesse, 1996).
Primero, se observa que los sujetos seguros-autónomos describen sus experiencias
de apego de forma clara y coherente, independientemente de que fueran satisfactorias o
no, con lo que demuestran objetividad y equilibrio. Además, conceptualizan las
experiencias de apego de forma libre y completa, sin perjuicio de conflictos previos que
les impidan analizar la situación con perspectiva, al igual que tampoco intentan
mantenerse distantes de sus vivencias pasadas. Asimismo, consideran importantes las
experiencias afectivas para el adecuado funcionamiento de la personalidad.
En segundo lugar, se encuentran los sujetos preocupados. Estos individuos siguen
enmarañados en la problemática de sus relaciones tempranas de apego y no pueden
describirlas de una manera coherente. Cuando comentan la relación actual con sus padres,
su estado mental se ve desbordado y confundido: su discurso es agresivo, pasivo o
temeroso.
En tercer lugar, los sujetos devaluadores o huidizos se caracterizan por tener una
imagen irreal de sus padres: idealizada o despectiva. Pueden describirlos como perfectos
o nefastos, pero sin aportar datos que avalen esta afirmación. Insisten en su incapacidad
para recordar los hechos concretos, aunque mencionan experiencias de rechazo y sus
informaciones están desprovistas de afecto.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
La etapa prenatal es aquella que se da antes del nacimiento del bebé, con ella se
inicia el proceso de vinculación afectiva hacia el futuro niño y se manifiestan los
comportamientos maternos y paternos. Así se evidencian por parte de los progenitores:
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
1. Las amistades útiles: se centran solo en el interés propio que se saca de ese
amigo.
2. Las amistades para la diversión: proporcionan placer cuando implican un
entretenimiento compartido con los amigos.
3. Las amistades bondadosas o virtuosas: se consideran las más puras de todos
los tipos de amistad. No aportan ningún beneficio interesado, ni solo diversión,
sino que son bondadosas y constituyen una categoría superior en las relaciones
humanas.
Apego Amistad
No voluntario: no se puede elegir a los padres Se pueden elegir amigos
Relaciones asimétricas Simetría y reciprocidad
Incondicional Ha de cultivarse y conservarse: no es incondicional
Fuente: adaptado de Cantero (2001)
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
2.3. El amor
1. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia suficiencia, necesita y
busca el encuentro y unión con otro ser.
2. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando
reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir,
comunicarnos y crear.
3. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. Tendencia a la unión sexual.
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
La tradición filosófica se ha ocupado desde sus inicios del amor, sobre el que
ofrecieron múltiples y variadas definiciones. A continuación, se muestra una síntesis de
las conceptualizaciones sobre este sentimiento de la mano de los pensadores más
sobresalientes:
Platón (s. IV a.C.), en El Banquete, afirmó que el amor es la unión del deseo
de ofrecer lo mejor de uno mismo y del anhelo de recibir lo mejor del otro.
Hobbes (s. XVII), en su obra Leviatán, definió el amor como el producto del
miedo a no ser reconocido, a permanecer solo y a resultar diferente.
Locke sostuvo en su obra el Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)
que el amor es fruto de la reflexión sobre el placer, tanto físico como espiritual,
que alguien puede producirnos.
Spinoza mantuvo en su obra titulada Ética (1677) que el amor es un
sentimiento de alegría unido al conocimiento de su causa.
Kant consideró que amar no es el sentimiento que une a aquellos que son
imprescindibles a los fines propios, sino que se ama a una persona cuando sus
fines se vuelven importantes para uno mismo.
Nietzsche (s. XIX) se refiere en distintas ocasiones al amor como una trampa
para perpetuar la especie.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
mientras que amar es «tener amor a alguien o algo»; y el amor es un «sentimiento hacia
otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de
unión, nos completa, alegra y de energía para convivir, comunicarnos y crear». Estos
matices, que diferencia el vínculo del amor, pueden explicarse mediante dos enfoques
distintos: el cuantitativo o el cualitativo.
TABLA 2.2. Teorías y autores del enfoque cuantitativo del vínculo del amor
Teoría Autores
La teoría del refuerzo surge a principios del siglo XX y se aplica a las relaciones
interpersonales: indica que sentimos una inclinación para querer a aquellas personas que
nos proporcionan refuerzos, mientras que evitamos a las que nos castigan. Por lo tanto, la
mayoría de los refuerzos y de los castigos, dentro de las relaciones interpersonales, son
respuestas emocionales condicionadas sobre las que tenemos, relativamente, poco control
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
consciente. Lott y Lott (1968) consideraron que la atracción es una actitud positiva hacia
otra persona; el querer, una respuesta anticipada a un logro; y la persona querida, alguien
que actúa como reforzador directo o indirecto. Esto quiere decir que se puede llegar a
querer a alguien no por lo que realmente es, sino por los refuerzos positivos que
experimentamos en su presencia.
En esta línea de pensamiento se afirma que las características de las personas con
las que nos relacionamos pueden resultar reforzadoras. De este modo, Brehm (1985)
consideró tres las categorías principales de compensación: 1) las características
intrínsecas de una persona: belleza, sentido del humor e inteligencia; 2) el
comportamiento de la persona hacia uno: ofrece atención o consuelo en los malos
momentos; y 3) el acceso a los recursos externos garantizados por la otra persona:
prestigio o dinero, entre otros.
La teoría del intercambio social (Homans, 1974) sostiene que las personas tienden
a maximizar las compensaciones y a minimizar los castigos. De igual manera, en el
principio de saciedad se defiende que cuanta más cantidad posea una persona de una cosa
determinada, menos valioso será su incremento. El principio económico de la oferta y la
demanda también se aplica a las relaciones sociales: es mayor la disponibilidad para pagar
más por bienes escasos, que por bienes abundantes. Por eso, las personas desean ser
recompensadas fundamentalmente en sus áreas de inseguridad, que son aquellas en las de
manera subjetiva se perciben como inferiores; si se pretende agradar a alguien, se deben
enfatizar los aspectos positivos propios, y no ajenos.
La teoría de la igualdad se aplica a las relaciones interpersonales (Walster,
Walster y Berscheid, 1968), y en ella se postulan cuatro proposiciones:
93
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Por todo ello, es importante que ambas partes de la pareja sientan que las
compensaciones y los castigos son más o menos iguales a corto plazo. Si existen
injusticias, como que uno sacrifique su trabajo por el del otro, la relación acabará por
destruirse, en el caso de que siempre se resigne el mismo.
Finalmente, las teorías de la consistencia cognitiva persisten en que los individuos
luchan por mantener unas concepciones psicológicas sólidas que se intentan restablecer
de nuevo cuando surgen inconsistencias. Dentro de un contexto interpersonal se adquiere
la consistencia cognitiva cuando un sujeto realiza acciones que no le satisfacen por otra
persona, lo cual indica que quiere al otro, pues si no fuera así, no podría haberlo hecho.
A partir de esta interpretación surgen las teorías de autopercepción, balance y disonancia
cognitiva.
En primer lugar, se encuentra la teoría de la autopercepción (Bem, 1972), la cual
sostiene que una persona decide cómo es ella misma observando su propio
comportamiento. Así, si este individuo está haciendo algo que no lo gratifica por otra
persona, puede concluir que esa acción refleja el cariño que siente por ella.
En segundo lugar, la teoría del balance (Heider, 1958) clasifica dos tipos de
relaciones personales: 1) la relación de sentimiento, es decir, el cariño; y 2) la relación
de unidad, que es la percepción, y no la objetividad, de que dos o tres personas
cualesquieras puedan estar conectadas. Según Heider (1958), las relaciones están
equilibradas entre los sentimientos positivos hacia las personas con los que uno mantiene
una relación de unidad y los sentimientos negativos hacia aquellos individuos con los que
se percibe lo opuesto.
Por último, la teoría de la disonancia cognitiva (Festinger, 1957) sostiene la idea
de que las nociones son disonantes cuando son psicológicamente incompatibles o
aparentemente contradictorias. Cuando surgen estas faltas de conformidad, las personas
tienden a eliminarlas o a reducirlas, de manera que un individuo inducido a provocar
sufrimiento a otro por motivos ajenos a sus sentimientos hacia él, no la querrá. La
finalidad es reducir la disonancia que resulta de dañar a alguien que no le desagrada.
Existen tres posibilidades para clasificar el enfoque del vínculo amoroso: por una
parte, se encuentra el cariño y amor como entidades distintas; por otra, el cariño y amor
como entidades entrelazadas; y por último, el cariño como un tipo de amor.
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
Teorías clínicas
Teoría de los dos componentes
Teoría de la interrupción
Teoría evolutiva
Teorías del apego
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
1. La necesidad del niño de ser protegido por sus padres, es decir, la búsqueda
del apego ante la amenaza del entorno. Esto se relaciona con la función
primaria en la protección contra los predadores.
2. El instinto de protección paterna. No solo buscamos estar protegidos por
nuestra pareja, sino también protegerla a ella. Por eso, se afirma que los
hombres suelen sentirse atraídos por mujeres que se parecen a los niños, es
decir, con ojos grandes y piel suave; además, esa protección se extiende a los
hijos que puedan ser fruto de la relación.
3. El instinto sexual. Wilson (1981) opina que nuestra civilización es una
excepción en su tendencia a la monogamia, ya que está influida por el sentido
de moralidad y justicia, y por el deseo de aportar condiciones vitales estables
a padres e hijos.
Finalmente, la teoría del amor romántico como apego (Hazan y Shaver, 1987)
sostiene que los enamorados románticos tienden a adoptar uno de los tres estilos
postulados por Ainsworth y otros (1978): 1) el apego seguro, en el que se toleran
separaciones breves, se confía en un regreso y se alegran si sucede; 2) el apego ansioso,
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
en el cual se despreocupan relativamente por el regreso, pero de una forma más distante
y desconfiada; y 3) el apego ambivalente, en el que resulta difícil tolerar la separación y
en el que se aferra a la pareja cuando regresa. La adopción de un estilo u otro variará en
función del tipo de apego que la madre haya construido durante la infancia del ahora
adulto enamorado. Además, Hatfield y Walster (1981) distinguieron entre: 1) el amor
pasional, que es un estado caracterizado por el deseo intenso con la otra persona; y 2) el
amor compañero, que se centra en la reproducción desde una perspectiva evolucionista.
En segundo lugar, se encuentra el otro tipo de encuadre: el cariño y amor como
entidades entrelazadas. Desde la teoría psicométrica se pretende comprender qué es el
amor: se investiga sobre el concepto y se construye una escala para poder medirlo y
definirlo operativamente según los resultados obtenidos. De este modo, Rubin (1970)
aportó la primera teoría sobre el cariño y el amor con base psicométrica: construyó dos
herramientas de medición para el amor y el cariño, respectivamente. Su objetivo era
definir de una manera operativa el amor, el cariño y aquello que miden las escalas. La
escala del amor se compone por tres elementos: 1) dependencia, 2) predisposición a
ayudar, y 3) exclusividad; mientras que la escala de cariño contiene ítems que miden
atributos más afines a la amistad.
Con respecto a la teoría de los vínculos, se propone una concepción del amor
como una muestra de varios vínculos entrelazados (Sternberg y Grajek, 1984). En este
sentido, el amor y el cariño estarían relacionados de tal forma que compartirían algunos
vínculos, aunque no todos. Por ejemplo, «la felicidad experimentada con» y «la gran
preocupación por» otra persona son característicos tanto del cariño como del amor, en
cambio «el despertar pasional» sería solamente característico del amor.
Por último, está el tercer tipo de distribución dentro de este enfoque del vínculo
amoroso: el cariño como un tipo de amor. Esta clasificación engloba un total de tres
teorías que contemplan el cariño como un tipo de amor, que se evalúa mediante las escalas
psicométrica, aunque no en su totalidad, ya que la psicometría es posterior al desarrollo
de la teoría.
En primer lugar, la teoría de los colores del amor (Lee, 1973, 1977, 1988) empleó
la metáfora de los colores como base de su propuesta para una tipología de las clases de
amor: imaginó diferentes tipos de amor dispuestos en un disco igual al de los colores.
Este investigador realizó un análisis de la literatura sobre el amor y de entrevistas
estructuradas en las que los sujetos clasificaban descripciones de sucesos, ideas y
emociones relacionadas con este sentimiento. Los datos obtenidos fueron sometidos a un
97
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
análisis factorial y permitieron diferenciar entre tres estilos de amor primario: Eros, Ludus
y Storge; y tres estilos de amor secundario: Manía, Ágape y Pragma, que son el resultado
de la combinación de los anteriores (tabla 2.3).
Estilos primarios
Eros Tipo de amor apasionado y romántico que se caracteriza por la búsqueda de un ser amado
cuyo aspecto físico encarna una imagen ya representada en la mente del amante. Comienza
con una fuerte atracción física, de carácter intenso y emocionalmente turbador. El deseo, la
atracción y la excitación sexual son los componentes esenciales; además, existe una fuerte
motivación por el placer de la actividad sexual.
Ludus Es el amor de juego o entretenimiento. Se trata de un tipo de amor con el que se disfruta de
las relaciones, sin compromiso ni celos, con poca implicación emocional y sin expectativas
futuras, ya que pueden existir múltiples parejas. Se centra en el aquí y en el ahora, y
predomina el deseo.
Storge Es un amor de compañeros o de amigos que se desarrolla de forma lenta, pues hay intereses
en común y confianza. Se basa en el cariño y en la amistad. Requiere tiempo y convivencia.
Estilos secundarios
Es una combinación de Eros y Ludus: posee la pasión de Eros y la falta de capacidad de
establecer compromiso de Ludus Se trata de un estilo de amor posesivo y dependiente que se
Manía caracteriza por la obsesión, los celos intensos y una gran intensidad emocional, como la
desconfianza y el temor a perder a la persona amada. Estamos ante la célebre paradoja amor-
odio. Sufre por miedo al abandono y también por la incapacidad para asumir compromisos.
Es una mezcla de Eros y Storge: supone una atracción amorosa por el otro con un compromiso
amoroso de incondicionalidad altruista, en el cual el amante considera que es un deber amar
sin expectativas de reciprocidad. Es un amor devoto y abnegado, con tendencia a apoyar a la
Ágape pareja a pesar de los fallos o defectos que tenga. Existe una renuncia absoluta y una entrega
totalmente desinteresada. Es un amor en el que se llega a comprometer con el otro
independientemente del grado de reciprocidad que reciba. Este estilo se relaciona con el ideal
cristiano del amor divino, poco frecuente en las relaciones amorosas de pareja.
Es la combinación de Ludus y Storge: se tiene control sobre la elección de la persona con la
que se establece el compromiso. Se trata de un estilo práctico que se vincula a la observación
consciente de las características demográficas y a otras características objetivas del ser
Pragma
amado. Se basa en la búsqueda y selección racional de la pareja compatible ideal, antes que
en arquetipos románticos o fuertes emociones. Es una relación que se establece como un
sistema de contraprestaciones, como un contrato que compensa mantener.
Fuente: adaptado de Lee (1973, 1977, 1988)
98
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
En este caso, los estilos amorosos son categorías ideales que no se presentan
nítidas e independientes de la realidad. Según el momento, cada persona manifestará una
determinada combinación de los distintos estilos. Por lo tanto, más que hablar de un estilo
de amor ideal, se debe hablar de combinaciones más o menos adecuadas: cuanto más se
aproxima la definición de los estilos de amor de cada uno de los miembros de la pareja,
más apropiada será la combinación. Se constató que el estilo amoroso de una persona no
se mantiene estable, sino que varía a lo largo de su vida, a lo largo de sus diferentes
relaciones y a lo largo de cada relación amorosa.
En segundo lugar, la teoría de las constelaciones del amor y del cariño (Davis,
1985) sostiene que ambos pueden ser entendidos a través de cinco elementos principales:
el disfrute, la asistencia mutua, la confianza, la comprensión y la confidencia. Sin
embargo, el amor es comprometido cuando se añaden a la amistad dos constelaciones de
sentimientos: la pasión, que incluye la fascinación, el deseo sexual por el otro y la
exclusividad de la propia relación; y la preocupación, que implica ser la persona que más
lucha y que da lo mejor de sí por la otra persona. De esta manera, si evaluamos la pasión
y la preocupación, podremos distinguir cuándo una amistad se ha convertido en una
relación amorosa o cuándo una relación amorosa se ha convertido en amistad.
En tercer lugar, la teoría triangular del amor y del cariño (Sternberg, 1989, 2000)
afirma que el amor es una de las más intensas y deseables emociones humanas. Las
personas pueden mentir, engañar, matar en su nombre y desear la muerte cuando lo
pierden. De acuerdo con ese autor, el amor puede abrumar a cualquiera y a cualquier edad.
En resumen, el amor podría definirse como un sentimiento global que se puede
descomponer en múltiples factores integrados y que se constituye de intimidad, pasión y
compromiso. Tales aspectos cambian en relación a los diferentes momentos históricos,
lugares geográficos y culturas.
El concepto de intimidad se refiere a aquellos sentimientos dentro de una relación
que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión. Es decir, se experimenta una
sensación global que incluye, al menos, estos diez elementos:
99
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Según la teoría del amor de Sternberg (2000) existen varios tipos de amor: el
cariño, el amor apasionado, el amor vacío, el amor romántico, el amor compañerismo, el
amor necio y el amor consumado (tabla 2.4).
100
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
Compromiso
Intimidad
Pasión
Tipo de amor Descripción
101
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
2.4. Enamoramiento
102
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
103
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
104
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
105
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
106
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
La pasión contiene el deseo de que tanto el amor como el sentido de unión con el
otro duren para siempre, pues implica formas de sentirse entendido y adaptado totalmente.
Se trata de una expresión de afecto, calidez y felicidad por compartir actividades
placenteras, como la cercanía física, la excitación y el disfrute sexual. Las delicias de la
pasión son muchas y han sido experimentadas por millones de personas, como se
confirmó por parte de los investigadores que han explorado la manera en la que esta se
conceptualiza por hombres y mujeres de distintos grupos culturales.
La pasión romántica alberga al mismo tiempo aspectos positivos y negativos que
se van desencadenando a partir de la experiencia mutua (Sánchez, 2004); de hecho, existe
un sutil vínculo entre la atracción, el enamoramiento, la obsesión y el amor desesperado.
Cuando se exploró el continuo de la atracción al amor desesperado, se pudo confirmar la
existencia de un escalado que hizo patente las fases contiguas y encadenadas que
configuran la experiencia pasional como un factor de riesgo de la enfermedad del amor.
La primera fase del amor pasional es la de atracción, con ella se inicia el continuo
del amor pasional, el deseo y el antojo por la otra persona (Rubin, 1973). Se conceptualiza
como la orientación o predisposición cognoscitiva y afectiva positiva de parte de una
persona hacia otra. Ocurre en las etapas tempranas de una relación y está determinada por
quien ofrece un refuerzo ante ciertas conductas, quien es atractivo físicamente, quien
posee atributos psicológicos como actitudes o personalidad, quien complementa o cumple
ciertas necesidades, quien es familiar o interactúa con frecuencia, y también por quien
encarna una fuente de equilibrio o recompensa. Esta tendencia dispone a la persona para
vivir la experiencia de emociones intensas, la necesidad del acercamiento físico, del
cuidado, del nerviosismo y de la atención (Villanueva, 2004).
En segundo lugar, está el enamoramiento: un sentimiento de tremenda felicidad y
consumación sexual. Es un intenso anhelo de unión con el otro y un estado salvajemente
emocional, en donde se da una confusión de sentimientos tales como la ternura, la
107
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
sexualidad, la alegría, la pena, la ansiedad, los celos y el alivio. Se trata de una experiencia
emocional intensa en donde el deseo encamina a la persona hacia la búsqueda de la
excitación, el goce, el ímpetu, la plenitud y la satisfacción. Se retoman elementos de
sensualidad, entrega, sexo, erotismo y enamoramiento. Además, se caracteriza por la
revolución anímica, el arrebato, la falta de control o la desesperación, que está teñida de
irracionalidad y novedad (Hatfield y Rapson, 1993). Este tipo de amor se puede definir
como ansioso y engañoso, un estilo que incorpora las dimensiones conductuales y
afectivas del amor pasional con una extraordinaria necesidad de interdependencia: es
difícil compatibilizar la realidad y la idealización, ya que los sujetos se enfrascan en la
fantasía e idealizan a la pareja (Sperling, 1985).
En tercer lugar, se encuentra la última fase de este escalado: el amor desesperado.
Este tipo de sentimiento se explica como una persecución del otro de forma amenazante,
maliciosa, repetida y hostigada. El amor desesperado puede volverse violento cuando la
pareja no accede a sus deseos y el acosador siente que le ha sido arrebatada la posesión
(Meloy y Gothard, 1995).
La perspectiva histórica y antropológica indica que el amor pasional ha existido
en todas las sociedades y durante cientos de años. El investigador Tweedie (1979) afirmó
que la pasión se refiere a la licencia para complacer las propias necesidades y fantasías:
se trata de un sustento para nuestras debilidades y un accesorio para nuestro tambaleante
ego. Por su parte, Sternberg (1986, 1998) la definió como toda emoción que guía a la
atracción y a la consumación sexual en una relación romántica. En cambio, Fletcher y
Kininmonth (1991) la concibieron como la excitación y todo lo involucrado en las
relaciones sexuales. Y en último lugar, se encuentra la versión más literaria de Fehr
(1993), que asocia la pasión a un elixir mágico que hace que el ser humano se sienta
realizado en la vida, lo cual implica una cierta prisa y precipitación por el placer, así como
un anhelo por la pasión erótica.
La pasión presenta dos lados: uno positivo y otro negativo. La parte positiva
engloba la pasión erótica y la romántica (Yela, 2000); mientras que el lado negativo
comprende el amor desesperado, el apego ansioso, el sentido de emergencia, el deseo
irresistible por la otra persona y la idealización. Esta visión más contraria implica
desaliento, desesperación y miedo en aquellas personas con más dificultades para
compatibilizar la realidad y la idealización propias de una relación (Sperling, 1985). Años
más tarde, Hatfield y Rapson (1993) afirmaron, en térrminos cognoscitivos, que la pasión
108
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
se caracteriza por la preocupación e idealización de la pareja, que son dos elementos que
dan la pauta para fantasear e inquietarse ante la persona objeto.
En este contexto, aparece el concepto de amor desesperado, que alude a la
invalidez experimentada ante la ausencia del objeto de amor y que se manifiesta por
medio de la ansiedad, la urgencia de ver a la persona, la agonía, la inseguridad, el miedo
y el deseo de no vivir. Este empeño se corresponde con la idea del apego ansioso, que
requiere la presencia continua de la otra persona, ya que cuando se ausenta, surge la
inseguridad y la desesperación (Sperling y Berman, 1991).
Otro aspecto relacionado con la pasión es el amor obsesivo: la otra persona se
convierte en la única fuente de gratificación y felicidad. Al igual que en el amor
desesperado, el hecho de no tener a la otra persona produce un desconsuelo emocional
(Baumeister y Wotman, 1992). Por último, se encuentra el acoso, que implica una
búsqueda persistente de interacción con el objeto de amor mediante estrategias de
persecución, como obligarle a hacerle compañía o a compartir espacios (Cupach y
Spitzberg, 1998).
A partir de las definiciones sobre la pasión han sido muchos los investigadores
que pretendieron medirla. Algunas de las herramientas que diseñaron para conocer su
importancia son las siguientes:
109
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Ortega y Gasset (1927) definió el amor como el sentirse encantado por otro ser,
lo que produce una ilusión íntegra y un sentimiento de absorción hasta la raíz de nuestra
persona, como si nos hubieran arrancado de nuestro propio fondo vital y viniésemos
trasplantados a él con nuestros principios vitales. Por eso, una relación amorosa saludable
no debe basarse en una necesidad imperiosa por el otro, sino en un crecimiento constante
que no quebrante a las personas implicadas ni la propia relación; además, debe asentarse
en el respeto por los intereses personales sin obligar a un acercamiento frenético (Fromm,
1956).
En la sociedad actual, las nuevas dependencias son entendidas desde su aparición
como un fenómeno sociosanitario de enorme importancia (Alonso, 2003), tanto las
relativas a las dependencias con o sin sustancias (el juego, el trabajo o las nuevas
tecnologías), como las afectivas. Las dependencias afectivas o sentimentales se definen
como los trastornos relacionales caracterizados por la manifestación de los
comportamientos adictivos en la relación interpersonal: se basan en una asimetría de rol
y en una actitud subordinante en relación al sujeto del que se depende. Se califican según
dos tipos: 1) las dependencias relacionales genuinas con identidad propia, es decir, con
dependencia emocional, adicción al amor y dependencias atípicas; y 2) las mediatizadas,
que son coadicciones (bidependencia y codependencia) entendidas como secundarias a
trastornos adictivos (Moral y Sirvent, 2008a).
Consecuentemente, las dependencias mediatizadas se consideran un patrón
crónico de las demandas afectivas frustradas sobre una persona, las cuales se intentan
satisfacer con la ayuda de las relaciones interpersonales de apego patológico. Estas son
sus características fundamentales:
110
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
Los sujetos con dependencia emocional ensalzan a sus parejas e ignoran sus
defectos; además, soportan, e incluso aceptan como normales, los desprecios
y humillaciones que sufren por su parte.
111
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
personal. Por eso, algunas de las principales claves diagnósticas residen en los siguientes
criterios (Riso, 2004):
112
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
113
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
114
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
día, la cultura occidental aún promueve un modelo de género que le otorga una mayor
valoración a lo masculino frente a lo femenino. Este modelo referente, conocido como
«masculinidad hegemónica» (Schongut, 2012), promueve atributos que son
internalizados y forman parte de su identidad; además, explica lo que se espera de ellos y
se convierte en el patrón comparativo de los varones. En resumen, la violencia de género
es aquella que se origina a partir de las relaciones. Esta coacción se ejerce desde el modelo
hegemónico de masculinidad: en su mayoría, mujeres y hombres actúan en contra de
todos aquellos que siguen otros modelos de masculinidad no hegemónica, tanto
heterosexual como homosexual (Oliver y Valls, 2004).
Una de las expresiones de la violencia de género es la contraria a las mujeres. Se
trata de un tipo de violencia que cometen tanto los hombres como las instituciones, con
el único objetivo de mantener su poder y su estatus de dominación. Esta manifestación de
desigualdad histórica en las relaciones de poder entre hombres y mujeres derivó en la
dominación del varón sobre la mujer, lo que conlleva una discriminación y una
interposición de obstáculos contra su desarrollo pleno (Zarza y Forjan, 2005).
Existen diversos tipos de violencia hacia las mujeres: social, bélica, laboral,
mediática y de pareja. Esta última, la violencia contra las mujeres por parte de su pareja,
es crónica y con una fuerte progresión en gravedad y frecuencia; se caracteriza por ser
cíclica, pues es el resultado de un sistema patriarcal en el que se quiere hacer prevalecer
el dominio del hombre sobre el de la mujer. Sin embargo, el concepto de violencia de
pareja se refiere a cualquier tipo de agresión ejercida por un miembro de la relación hacia
el otro con la intención de dañarle, independientemente del sexo. Mientras, la
conceptualización sobre la pareja abarca todo tipo de compromisos posibles: desde una
cita hasta una relación estable, tanto entre miembros del mismo sexo como del contrario.
En el ámbito de la adolescencia, las relaciones varían en función del grado de
compromiso, de tal manera que pueden ser de varios tipos: 1) estables, 2) caracterizadas
por encuentros esporádicos, algunos de tipo sexual, o 3) eventuales con individuos con
los que no existe ningún compromiso (Hickman, Jaycox y Aronoff, 2004). Por lo tanto,
la violencia en las relaciones adolescentes de pareja puede ocurrir con independencia del
sexo, edad, raza, orientación sexual, estatus económico, lugar de residencia o duración de
la misma: puede adoptar múltiples formas que coexistan o que la caractericen, como el
abuso psicológico, físico o sexual.
Por último, se debe mencionar un estudio de Kanin (1957) en el que se investigó
por primera vez sobre la existencia de conductas violentas en las relaciones de pareja de
115
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
los jóvenes y adolescentes. Los resultados que obtuvo mostraron que un 30 % de las
chicas habían sufrido agresiones sexuales a manos de sus parejas. Posteriormente,
aparecieron más estudios, pero la gran mayoría de las teorías explicativas de la violencia
en la pareja entre adolescentes se han tomado prestadas de muestras de la población adulta
(Sharpe y Taylor, 1999).
116
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
parejas. Concluyeron que más de la mitad, tanto chicas como chicos, aparecían como
agresores o víctimas de este tipo de violencia. Además, se evidenció que la implicación
en este tipo de violencia sexual es mucho más frecuente en parejas estables.
En los últimos años, la tendencia general ha mostrado un aumento en las tasas de
victimización y perpetración en casos de violencia entre adolescentes. Existen diversas
teorías explicativas acerca de la violencia adolescente, por eso a continuación se
compendian y se exponen de forma sintética. En primer lugar, la teoría del afecto
comprende a las personas con un perfil emocional caracterizado por la hostilidad, la
ansiedad y la depresión, que tienden a involucrarse en relaciones de abuso (Davidovich,
1990). Los jóvenes envueltos en un abuso físico de gravedad puntúan significativamente
más alto en los niveles de ansiedad y depresión en comparación con aquellos que no están
implicados en este tipo de relación. En cambio, los chicos agresores de gravedad
presentan una personalidad más antisocial y unos rangos de depresión más altos que las
chicas (Capaldi y Crosby, 1997).
En segundo lugar, la teoría del apego adulto inseguro se relaciona con una mayor
probabilidad de involucrarse en una relación de pareja caracterizada por el abuso tanto en
chicos como en chicas (Hazan y Shaver, 1987). Dentro de ese estilo de apego inseguro
existen dos tipos:
117
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
facilidad y resulta una conducta impulsiva violenta, tras la cual suelen mostrar
su arrepentimiento.
2. El evitativo se define por las dificultades del sujeto para mantener su
independencia: teme una mayor intimidad con su pareja, padece una sobrada
autosuficiencia y un control estricto de sus afectos. Por eso, se muestra a la
defensiva y tiende a culpabilizar a los demás; además, presenta cólera y una
falta de autocontrol, conciencia y expresión emocional.
La violencia que caracteriza a este tipo de pareja es de hostilidad pasivo-
agresiva, pues se trata de una violencia más instrumental, generalizada y
frecuente. Sus actos de violencia son controlados y ejercidos con la intención
de dominar la conducta de la pareja: emplea humillaciones e insultos, crea una
distancia emocional con su pareja, no muestra arrepentimiento y la culpabiliza
de haberlo provocado (Waltz, Babcock, Jacobson y Gottman, 2000).
118
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
adolescentes que no han sido víctimas de maltrato en su familia de origen (Brown, Cohen,
Johnson y Smailes, 1999). Por lo tanto, el uso del castigo físico ofrece un entrenamiento
en el ejercicio de la violencia y favorece su aceptación en los hijos, que la perciben como
una posible solución ante los conflictos familiares. Es decir, se trata de una práctica
negativa en la que los padres reflejan su conducta violenta a sus hijos adolescentes,
quienes crean un vínculo asociativo entre el amor y la violencia (Arriaga y Foshee, 2004).
En sexto lugar, la teoría actitudinal propone que el agresor considera que la
violencia es la forma más adecuada de resolver los problemas con su pareja. Mientras, el
movimiento feminista señala que la socialización de los roles de género son la clave de
las creencias masculinas que conducen a un abuso en la pareja (Birns, Cascardi y Meyer,
1994). De ahí que el deseo de control como elemento determinante de la agresión se base
en una asociación significativa entre la coerción–control y la violencia (Stets y Pirog-
Good, 1989).
En séptimo lugar, la teoría del desarrollo social de Erickson plantea que en la
adolescencia existen dos objetivos fundamentales: 1) la formación de la identidad para
distinguirse de sus padres y amigos; y 2) la relación de pareja que se caracteriza por la
intimidad (Erickson, 1968). Ahora bien, si el adolescente posee una baja autoestima, unas
relaciones con iguales negativas, un interés por dominar y controlar a la pareja y una
visión romántica del amor, reúne en su perfil las variables determinantes para implicarse
en una relación violenta (Tesch y Whitbourne, 1982).
En octavo lugar, la teoría del conflicto forja una escala de medición de los
enfrentamientos entre los miembros de la pareja para determinar el nivel de violencia,
cada vez es más frecuente, ya que tanto el chico como la chica inician los episodios de
abuso (Whitaker, Haileyesus, Swahn y Saltzam, 2007).
En noveno lugar, la teoría general de sistemas idea a la familia, que está formada
por miembros que participan de una manera peculiar y propia en la gestión de la violencia,
como un sistema procesal de los estímulos que recibe el sujeto (inputs) y sobre los que
emite una respuesta (output). Según esta hipótesis, la violencia pasa a ser procesada en el
seno del conjunto familiar y sus respuestas determinan la forma de gestionar la violencia
(Emery, 1989).
En décimo lugar, la teoría del intercambio social sostiene que las personas actúan
para conseguir recompensas y evitar castigos, por lo tanto, la conducta es el resultado de
una evaluación calculada de ambos elementos. Esta es la causa de que la mujer maltratada
se someta a su pareja para evitar el castigo; así, cuando un miembro de la pareja ejerce
119
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
120
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
concreto, los factores de riesgo contextuales formulados por Riggs y O’Leary (1989) y
citados por Luthra y Gidycz (2006) son los siguientes:
121
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
este nivel está compuesto por los sistemas de creencias y los valores que
determinadas culturas poseen (Bronfenbrenner, 1979).
1. La generación de tensión con abuso verbal y físico con poca gravedad: son los
intentos vanos de aplacar, por parte de la mujer, la ira de la pareja, lo cual
conlleva fricción.
2. La explosión o agresión: es el estallo de la violencia física, psíquica o sexual.
En esta etapa la mujer suele denunciar la agresión.
3. La reconciliación: el agresor procura recuperar la relación por medio de
promesas. Después, continúa la tensión y el ciclo comienza otra vez; aunque
el tiempo de reconciliación es menor y la violencia aumenta en gravedad y
frecuencia.
Teoría Descripción
Teoría del afecto (Davidovich, Personas con perfil de hostilidad tienden a involucrarse en
1990) relaciones de abuso.
122
VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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VÍNCULOS AFECTIVOS: APEGO, AMISTAD Y AMOR
129
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
En último lugar, se encuentran las estrategias de evitación, que son aquellas que
permiten escapar del problema y que reducen la ansiedad y el estrés; de esta manera, se
posibilita un reconocimiento gradual de la amenaza, lo que conlleva consecuencias
positivas cuando se trata de situaciones incontrolables donde no hay posibilidad de una
conducta instrumental. Sin embargo, la reducción en los niveles de estrés derivados de la
evitación puede que no resulte productiva en el caso de que no se permita la asimilación
y la resolución de la situación estresante (Rodríguez, Pastor y López, 1993).
130
SEGUNDA PARTE
En este capítulo se pretenden asentar las bases para comprender un poco más la
manera de efectuar un estudio. Un reciente informe de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2013) señaló que los indicadores
relativos a la democracia y al comportamiento cívico han sufrido una relevante
disminución en el último medio siglo, lo que sitúa a la educación en un lugar determinante
para superar esta carencia. Es evidente que existe una realidad, pero que solamente se
puede conocer de manera imperfecta por las limitaciones humanas del investigador
(Mertens, 2005). Por lo tanto, la realidad es posible estudiarla y descubrirla con cierto
grado de probabilidad.
En este estudio de investigación participaron personas que aportaron información
personal, por lo que la ética es un aspecto significativo. Los informantes fueron advertidos
del propósito de este trabajo, de su participación voluntaria, y sobre todo de su
confidencialidad y anonimato. En virtud de lo anterior, se han obtenido los permisos
correspondientes para acceder a los centros educativos, y así abordar los aspectos
esenciales que nos permitan obtener una visión más completa del contexto investigado.
En lo que se refiere al modo de análisis de este estudio, se delimitó el problema a
través de (1) la descripción de las variables dependientes e independientes, (2) los objetos
de estudio y (3) las hipótesis utilizadas en la investigación. Posteriormente, se llevó a
cabo una sistematización a partir de (1) la descripción de la muestra, (2) los materiales
empleados, (3) los procedimientos seguidos, (4) los métodos de análisis de resultados y
(5) el tipo de diseño utilizado. De esta manera, se pretende construir una metodología
cuantitativa que permita elaborar un discurso sólido, coherente y que mejore el
conocimiento sobre la emocionalidad de los sujetos, que es la que determina su equilibrio,
su adaptación y su calidad de vida.
134
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
135
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
estilos de amor y los diversos factores sociales, culturales y estructurales, así como
variables tales como el género y la edad (Ferrer, Bosch, Navarro, Ramis y García, 2008).
En definitiva, está demostrado que las personas emocionalmente inteligentes
saben atender las emociones originadas en su entorno, comprender las posibles causas y
sus consecuencias y, por lo tanto, pueden establecer estrategias para regular o manejar
esos estados emocionales (Salovey, Mayer, Goldman, Turvey y Palfai, 1995). En las
relaciones de amor confluyen emociones, estilos de amor, componentes de amor e
inteligencia emocional; es por ello que en el enamoramiento, los adolescentes son los
verdaderos protagonistas de una vivencia que tiene suma importancia en el equilibrio
emocional y adaptación. Al amor se le asigna la calificación de sentimiento hermoso, que
da sentido a la vida de las personas, pero con una cara oscura debido a la urgencia de
poseer permanentemente al ser amado, a veces de necesitarlo para sobrevivir e incluso de
dominarlo, surgiendo conductas intensas, extrañas e incluso desviadas. A través del amor
se cuida del otro, se responde a sus necesidades y se muestra afecto: hay un
involucramiento protector entre dos personas para contribuir al bienestar mutuo
(Schaeffer, 2000).
Es necesario conocer cuál es el nivel de inteligencia emocional percibida, cómo
se perfila la estructura del amor y los estilos de amar de los adolescentes gallegos, y cuál
es relación con las variables sociodemográficas que están presentes en esta realidad; de
esta manera, se podrá tener una visión lo más completa posible de este importante
segmento de población de la comunidad de Galicia. En este contexto, en cual los
adolescentes que interactúan y están mediatizados por impulsos según su nivel de
madurez, su inteligencia emocional y sus conductas amorosas, más o menos exitosas, se
justifica la necesidad de profundizar en el conocimiento de esta realidad.
Pese a la complejidad de las cuestiones aquí analizadas, esta iniciativa
investigadora parte de diversas preguntas claves: ¿cuáles son los niveles de inteligencia
emocional, estructura del amor y estilos de amor de los adolescentes gallegos?, ¿los
factores sociodemográficos ejercen influencia significativa en el nivel de inteligencia
emocional, estructura del amor y estilos de amor de los adolescentes gallegos?, ¿están
relacionadas entre sí inteligencia emocional, estructura del amor y estilos de amor en los
adolescentes gallegos? Por tanto, evaluar la inteligencia emocional, los componentes del
amor y los estilos de amor de los adolescentes gallegos con respecto a las relaciones
amorosas es un paso importante para encontrar alternativas que contribuyan al
enriquecimiento de las relaciones y del bienestar en la vida adulta.
136
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
137
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
138
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
14 años
Cualquiera de los períodos en que se
15 años
considera dividida la vida de una persona; en
Edad 16 años
este caso, grupo comprendido entre los 14 y
17 años
18 años.
18 años
Proceso de combinación y mezcla de rasgos
genéticos, a menudo dando por resultado la
Género Mujer- Hombre
especialización de organismos en
variedades femenina y masculina.
El sistema educativo distingue diversas 3º ESO
etapas. En esta investigación nos centramos 4º ESO
Curso
en la 2ª etapa de la Educación Secundaria 1º Bachillerato
Obligatoria (ESO) y en Bachillerato. 2º Bachillerato
Medio-Baja
Percepción del alumno en relación al nivel
Clase Social Media
social de su familia.
Media-Alta
A Coruña, Lugo, Ourense,
Provincia Lugar en que se sitúa el Centro Educativo.
Pontevedra
Ambiente donde el chico crece y grupo de Biparental
Estructura Familiar
personas de las que se rodea. Monoparental
Fuente: elaboración propia
Las variables dependientes son aquellas que responden al fenómeno que aparece,
desaparece o cambia cuando el investigador aplica, suprime o modifica la variable
independiente (Bisquerra, 2004). Por lo tanto, son las que tienen que explicar los efectos
o los resultados de los cambios en la variable independiente. Es decir, «la variable
dependiente no se manipula, sino que se mide para ver el efecto que la manipulación de
la variable independiente tiene en ella» (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).
139
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Este tipo de variables son las que hacen referencia a las valoraciones que el
alumnado posee acerca de los diferentes aspectos relacionados con la inteligencia
emocional. Se estructura en tres dimensiones: percepción emocional, comprensión de
sentimientos y regulación emocional (tabla 3.2).
Intimidad Sentimientos que promueven acercamiento, Ítems: 1, 2, 9, 10, 14, 21, 22, 24, 25,
vínculo y conexión. 29, 30, 32, 36, 38, 41.
Pasión Intenso deseo de unión con el otro. Ítems: 3, 4, 8, 11, 13, 17, 18, 23, 28,
34, 35, 37, 39, 44, 45.
Compromiso Mantiene la relación amorosa en períodos Ítems: 5, 6, 7, 12, 15, 16, 19, 20, 26,
difíciles. 27,31, 33, 40, 42, 43.
Fuente: elaboración propia
140
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Esta clase de variantes son en las que los discentes exteriorizan su valoración
respecto a los estilos de amor que utilizan dependiendo de las distintas situaciones en las
que se aplique de la Escala de Actitudes hacia el Amor. Se estructura en seis estilos de
amor: pasional, lúdico, compromiso, lógico, posesión y altruista (tabla 3.4).
141
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
142
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
3.2. Sistematización
143
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Frecuencia Porcentaje
144
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Las estrategias de investigación existentes son muy numerosas, pero tal vez la
encuesta sea la más conocida y practicada por los investigadores; se basa en las
declaraciones verbales de un población concreta y puede utilizarse de forma aislada o en
145
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
conjunción con otras estrategias de investigación (Cea, 2001). En los estudios que se opta
por realizar encuestas, el investigador selecciona una población y le administra un
cuestionario para recoger información sobre las variables su interés. De esta manera, las
encuestas se pueden emplear para conocer las actitudes, creencias, valores, características
demográficas, comportamientos, opiniones, hábitos, deseos e ideas de las personas;
además, también se puede conseguir otro tipo de información. Por tanto, de acuerdo con
Munn y Drever (1995), las ventajas que ofrece la utilización de este instrumento de
medida son:
Por tanto, en una investigación de este tipo, el instrumento básico para la recogida
de información es el cuestionario. En consecuencia, dado que en las encuestas la
participación suele ser voluntaria, el cuestionario debe ser interesante y ayudar a su
realización por parte de quien responde, animándolo a cooperar. El éxito de una encuesta
descansa en su adecuación al proceso de medición y en la manera de formularse los
conceptos teóricos en las preguntas concretas del cuestionario.
A continuación, se presentan aquellos aspectos más relevantes de los instrumentos
utilizados en esta investigación, así como los estudios de interés que avalan la idoneidad
de su empleo y su validez.
146
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
147
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Junto a la escala anterior se utiliza también la Escala Triangular del Amor, que
presenta las estructuras de amor de cada sujeto; en ella, la experiencia de amor resulta de
la combinación de los factores: intimidad, pasión y compromiso, que a su vez, dan lugar
a diferentes tipos de amor. Los ítems han de ser puntuados de acuerdo a una escala likert
del 1 al 9, donde el 1 representa el extremo inferior de la escala y se interpreta como
«nada»; el 5 se interpreta como «bastante»; y el 9, como «extremadamente». En líneas
generales, cuanto mayor sea la puntuación asignada al ítem particular, mayor será el grado
de acuerdo con la afirmación propuesta. La Escala consta de 45 ítems, que se agrupan en
tres factores: 1) intimidad (ítems del 1 al 15); 2) pasión (ítems del 16 al 30); y 3)
compromiso (ítems del 30 al 45). Sus principales características específicas se detallan en
la tabla 3.8.
148
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Se trata de una escala likert, que consta de 42 ítems relativos al amor y a la pareja, en los
que el evaluado señalará su grado de acuerdo o desacuerdo; además, cada una de las partes
del cuestionario deben puntuarse en la escala likert a partir de cinco alternativas de
respuesta: 1: «completamente de acuerdo»; 2: «moderadamente de acuerdo»; 3: «ni de
acuerdo ni en desacuerdo»; 4: «moderadamente en desacuerdo»; y 5: «completamente en
desacuerdo». En líneas generales, cuanto menor sea la puntuación asignada al ítem
particular, mayor será el grado de acuerdo con la afirmación propuesta (tabla 3.9).
149
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
conozcan. Luego, una vez obtenido su permiso, se mantiene una reunión informativa para
explicarles el estudio, y que de esta manera lo puedan trasladar a toda la comunidad
educativa, dado que el consentimiento para que participen los alumnos depende de los
padres. Posteriormente, se establece un calendario acordado con los profesores para
responder a los cuestionarios en las horas de tutoría o en las indicadas por la Jefatura de
Estudios; en este caso, la recogida de los datos se llevó a cabo en el curso 2014-2015.
De esta manera, una vez determinado el proceso sobre cómo realizar los
cuestionarios, el investigador comienza su estudio. En primer lugar, se presenta en el
centro y acompañado por Jefe de Estudios, u otro miembro del profesorado, accede al
aula y se presenta a los alumnos; a continuación, les informa acerca del estudio y, al
mismo tiempo, les solicita su participación voluntaria y anónima. Más tarde, cuando se
entregan los cuestionarios a los participantes se les indican un par de instrucciones: la
primera, responder con sinceridad; y la segunda, contestar a todas las preguntas. Además,
con el propósito de evitar un factor de sesgo, siempre es el mismo investigador quien da
las instrucciones aclaratorias, las cuales son iguales para todas las aulas. Por último, es
necesario señalar la intervención voluntaria y no remunerada de los tutores, así como la
receptividad de los profesores, la alta participación de los alumnos y la colaboración de
los padres en nuestra investigación.
Los datos obtenidos en esta investigación se han analizado por medio de distintas
técnicas estadísticas, pues son ventajosas en este tipo de estudios procedimentales, tal y
como se observó en otros trabajos de la misma temática. Además, los procedimientos
descriptivos y heurísticos aportan beneficios y la facilitan la presentación de los modelos
de análisis sobre la compleja problemática de las variables examinadas.
Así, una vez que los datos se han codificado, transferido a una matriz, guardado
en un archivo y pulido de errores, se procede a examinarlos en el programa de análisis
estadístico SPSS 21 para Windows. Los análisis estadísticos a los que fueron sometidos
los datos obtenidos son los siguientes:
150
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
151
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
3.5. Diseño
152
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
153
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Una investigación parte una idea original que se quiere estudiar. Si se opta por un
método cuantitativo, el planteamiento de estudio comienza a acortarse y a delimitarse
para poder enunciar los objetivos y las preguntas de investigación. El siguiente paso
consiste en revisar la literatura y construir el marco teórico que permita establecer las
hipótesis y determinar las variables; a continuación, se diseña un plan en el que se designe
el instrumento más adecuado para recoger los datos de las variables, para que estas puedan
ser probadas, medidas y analizadas; en el caso de esta investigación, se opta por el
cuestionario dada su congruencia con el planteamiento del problema y con las hipótesis
(Brace, 2008). En consecuencia, se puede observar que en el paradigma cuantitativo se
prioriza la recolección, el análisis y la interpretación de los datos (Creswell, 2009), y
además, se enfatiza su procedimiento secuencial y probatorio, ya que su orden es riguroso,
cada etapa precede a la siguiente y no se puede alterar el orden.
154
4. Análisis de datos y presentación de los resultados
TMMS-24 .87 24
Fuente: elaboración propia
Media DT F Sig.
Edad
14 25.82 7.19
15 25.53 6.91
16 26.04 6.95 .70 > .05
17 25.75 7.15
18 25.48 7.03
156
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Género
Mujer 26.58 6.95
50.88 . .01
Hombre 24.83 7.02
Curso
3º ESO 26.12 7.27
4º ESO 25.93 7.08
1.87 > .05
1º Bachillerato 25.34 6.74
2º Bachillerato 25.64 7.19
Clase social
Media – Baja 26.33 7.18
Media 25.68 6.96 1.84 > .05
Media – Alta 25.66 7.18
Provincia
Lugo 25.37 6.77
Pontevedra 25.72 7.04
Ourense 26.30 7.45 1.87 > .05
A Coruña 25.78 6.93
Estructura familiar
Biparental 25.72 6.94
.85 > .05
Monoparental 25.99 7.36
Fuente: elaboración propia
157
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Media DT F Sig.
Edad
14 24.67 7.09
15 24.74 6.65
16 24.70 6.81 .58 > .05
17 24.68 6.68
18 25.30 7.10
Género
Mujer 23.84 6.89
69.06 .01
Hombre 25.82 6.59
Curso
3º ESO 24.27 7.17
4º ESO 24.91 6.86
1.90 > .05
1º Bachillerato 24.65 6.56
2º Bachillerato 25.11 6.78
Clase social
Media – Baja 24.04 7.00
Media 24.65 6.66 9.69 .01
Media – Alta 25.79 7.15
Provincia
Lugo 25.15 6.89
Pontevedra 24.60 6.73
Ourense 25.44 7.54 4.58 .01
A Coruña 24.27 6.42
Estructura familiar
Biparental 24.65 6.72
2.28 > .05
Monoparental 25.13 7.15
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
comprensión en inteligencia emocional tiene una edad de 18 años (M = 25.30), es hombre
(M = 25.82), cursa 2º de Bachillerato (M = 25.11), pertenece a la clase social media-alta
(M = 25.7), vive en el provincia de Ourense (M = 25.44) y su estructura familiar es
monoparental (M = 25.13). Por el contrario, el adolescente con peor comprensión
emocional tiene 14 años de edad (M = 24.67), es mujer (M = 23.84), estudia 3º de la ESO
158
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.4. Prueba de Scheffé para las variables clase social y provincia en la dimensión de
compresión
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
159
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Media DT F Sig.
Edad
14 27.50 7.20
15 27.20 6.90
16 26.81 6.90 2.51 .05
17 26.53 7.08
18 26.24 6.76
Género
Mujer 26.24 7.21
31.60 .01
Hombre 27.62 6.63
Curso
3º ESO 27.50 7.33
4º ESO 27.29 6.92
8.15 .01
1º Bachillerato 26.75 6.63
2º Bachillerato 25.74 7.14
Clase social
Media – Baja 25.99 7.27
Media 26.87 6.80 8.20 .01
Media – Alta 27.71 7.30
Provincia
Lugo 27.26 6.90
Pontevedra 26.82 7.04
5.84 .01
Ourense 27.65 7.31
A Coruña 26.26 6.73
Estructura familiar
Biparental 27.03 6.92
4.99 .05
Monoparental 26.37 7.19
Fuente: elaboración propia
160
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
regulación en inteligencia emocional tiene una edad de 14 años (M = 27.50), es hombre
(M = 27.62), cursa 3º de la ESO (M = 27.50), es de clase social medio-alta (M = 27.71),
vive en la provincia de Ourense (M = 27.65) y su familia posee una estructura biparental
(M = 27.03). Por el contrario, el adolescente con peor comprensión emocional tiene una
edad de 17años (M = 26.53), es mujer (M = 26.24), cursa 2º de Bachillerato (M = 25.74),
pertenece a la clase social medio-baja (M = 25.99), vive en la provincia de A Coruña
(M = 26.26) y su familia es monoparental (M = 26.37).
El ANOVA realizado a las variables sociodemográficas refleja que la variable edad
(F(4,3242) = 2.51; p .05), género (F(1,3245) = 31.60; p .01), curso (F(3,3243) = 8.15; p .01),
clase social (F(2,3244) = 8.20; p .01), provincia (F(3,3243) = 5.84; p .01) y estructura
familiar (F(1,3245) = 4.99; p .05) son fuentes significativas de variación con respecto a la
dimensión de regulación de la inteligencia emocional. De este modo, los resultados de
ANOVA confirman que la edad, el género, el curso, la clase social, la provincia y la
estructura familiar son fuentes significativas de variación. En consecuencia, se llevó a
cabo un análisis posterior por medio de la prueba Scheffé (tabla 4.6).
Los resultados de la prueba Scheffé descubrieron las diferencias significativas
(p .05) en la variable edad respecto a los adolescentes de 14 años(M = 27.50) frente a
los de 18 años (M = 23.84); curso, entre los alumnos de 3º de la ESO (M = 27.50) con los
de2º de Bachillerato (M = 25.74), los de 4º de la ESO (M = 27.29) con los 2º de Bachillerato
(M = 25.74), y los de 1º de Bachillerato (M = 26.75) con los 2º de Bachillerato (M = 25.74);
clase social, entre la clase media-baja (M = 25.99) y la clase media (M = 26.87), por otra
parte, entre la clase media-baja (M = 25.99) y la media alta (M = 27.71), entre la clase
media (M = 26.87) y la media-alta (M = 27.71), y por último, entre la clase media-alta
(M = 27.71) y la media-baja (M = 25.99). Finalmente, respecto a la provincia está la
disimilitud entre Lugo (M = 27.26) con A Coruña (M = 26.26), y la disparidad entre la
provincia de Ourense (M = 27.65) y A Coruña (M = 26.26).
161
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
TABLA 4.6. Prueba de Scheffé para las variables edad, curso, clase social, provincia, género
y estructura familiar en la dimensión de regulación
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
4.2.1. Análisis de las características técnicas de la Escala Triangular del Amor (ETA)
162
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
variabilidad de las medidas del objeto es grande, se considerará que los valores son
imprecisos y, en consecuencia, poco fiables. Por eso, para estudiar la fiabilidad de la
Escala Triangular del Amor (ETA), se adoptó el enfoque de la fiabilidad como consistencia
interna y se utilizó el procedimiento del Coeficiente Alpha de Cronbach (tabla 4.7).
163
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
TABLA 4.8. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza de la intimidad, atendiendo a la edad,
género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 6.01 1.71
15 6.43 1.60
16 6.59 1.55 19.10 .01
17 6.71 1.53
18 6.80 1.65
Género
Mujer 6.65 1.59
24.81 .01
Hombre 6.36 1.63
Curso
3º ESO 6.15 1.75
4º ESO 6.56 1.55
18.16 .01
1º Bachillerato 6.64 1.52
2º Bachillerato 6.70 1.61
Clase social
Media – Baja 6.50 1.57
Media 6.54 1.59 1.18 > .05
Media – Alta 6.43 1.73
Provincia
Lugo 6.44 1.62
Pontevedra 6.58 1.66
2.28 > .05
Ourense 6.40 1.66
A Coruña 6.57 1.53
Estructura familiar
Biparental 6.50 1.58
.94 > .05
Monoparental 6.57 1.71
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor intimidad de las relaciones amorosas tiene 18 años (M = 6.80), es
mujer (M = 6.65), cursa 2º de Bachillerato (M = 6.70), pertenece a la clase social media
(M = 6.54), vive en la provincia de Pontevedra (M = 6.58) y la estructura de su familia es
monoparental (M = 6.57). Por el contrario, los sujetos con puntuación más baja en el factor
intimidad, tienen una edad de 14 años, son varones (M = 6.36), cursan 3º de la ESO
164
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.9. Prueba de Scheffé para las variables edad, género y curso en el factor intimidad
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
165
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
género de las adolescentes mujeres (M = 6.64) con los adolescentes varones (M = 6.36).
Estos datos sugieren que las mujeres de 18 años de edad, que cursan 2º de Bachillerato,
presentan una mayor intimidad en las relaciones amorosas.
TABLA 4.10. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza de la pasión, atendiendo a la edad,
género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 5.58 1.81
15 5.83 1.64
16 5.97 1.64 9.31 .01
17 6.10 1.61
18 6.14 1.76
Género
Mujer 5.97 1.70
3.22 > .05
Hombre 5.87 1.66
Curso
3º ESO 5.74 1.81
4º ESO 5.95 1.63
4.38 .01
1º Bachillerato 5.96 1.63
2º Bachillerato 6.00 1.66
Clase social
Media – Baja 5.91 1.59
Media 5.93 1.67 .04 > .05
Media – Alta 5.90 1.80
Provincia
Lugo 5.83 1.73
Pontevedra 5.97 1.71
1.20 > .05
Ourense 6.00 1.72
A Coruña 5.91 1.60
166
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Estructura familiar
Biparental 5.89 1.68
6.16 .01
Monoparental 6.06 1.70
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor pasión de las relaciones amorosas tiene 18 años ( M = 6.14), es
mujer (M = 5.97), cursa 2º de Bachillerato (M = 6.00), pertenece a la clase social media
(M = 5.93), vive en la provincia de Ourense (M = 6.00) y la estructura de su familia es
monoparental (M = 6.06). Por el contrario, los sujetos con puntuación más baja tienen una
edad de 14 años (M = 5.58), son varones (M = 5.87), cursan 3º de la ESO (M = 5.74),
pertenecen a la clase social media-alta (M = 5.90), viven en la provincia de Lugo
(M = 5.83) y su estructura familiar es biparental (M = 5.89).
Por otra parte, el ANOVA realizado con las variables sociodemográficas reveló que
la edad (F(4,3242) = 9.31; p .01), el curso (F(3,3243) = 4.38; p .01) y la estructura familiar
(F(1,3245) = 6.16; p .01) son fuentes significativas de variación con respecto al factor
pasión en las relaciones amorosas, pues no se encuentran diferencias entre las variables
de género (F(1,3245) = 3.22; p > .05), clase social (F(2,3244) = .04; p > .05) y provincia
(F(3,3243) = 1.20; p > .05). Así pues, los resultados de ANOVA confirman que las variables
edad, curso y estructura familiar son una fuente significativa de variación; por lo que
después, se lleva a cabo un análisis mediante la prueba Scheffé (tabla 4.11).
TABLA 4.11. Prueba de Scheffé para las variables edad, y estructura familiar curso en el factor
pasión
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
167
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
16 años (M = 5.97), de los que tienen 14 años (M = 5.58) con los de 17 años (M = 6.10) y
de los jóvenes de 14 años (M = 5.58) con los de 18 años (M = 6.14); curso, de los que
estudian 3º de la ESO (M = 5.74) con los que cursan 1º de Bachillerato (M = 5.96) y de los
estudiantes de 3º de la ESO con los de 2º de Bachillerato (M = 6.00). Asimismo, se
constatan diferencias significativas en la variable estructura familiar, con una puntuación
mayor de los que pertenecen a la familia monoparental (M = 6.06) en comparación a la
familia biparental (M = 5.89). Estos datos sugieren que las mujeres con 18 años de edad
que cursan 2º de Bachillerato y cuya familia es monoparental revelan una mayor pasión
en las relaciones amorosas.
TABLA 4.12. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor compromiso, atendiendo a
la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 5.59 1.85
15 5.87 1.76
16 5.99 1.71 8.93 .01
17 6.09 1.74
18 6.23 1.93
Género
Mujer 5.98 1.79
1.39 > .05
Hombre 5.91 1.77
Curso
3º ESO 5.79 1.88
4º ESO 5.95 1.76
3.28 .05
1º Bachillerato 6.04 1.69
2º Bachillerato 5.98 1.84
Clase social
Media – Baja 5.91 1.73
Media 5.98 1.76 .74 > .05
Media – Alta 5.88 1.92
168
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Provincia
Lugo 5.79 1.80
Pontevedra 6.02 1.84
2.41 .05
Ourense 5.98 1.81
A Coruña 5.97 1.69
Estructura familiar
Biparental 5.91 1.76
5.43 .05
Monoparental 6.08 1.86
Fuente: elaboración propia
Conforme a los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor compromiso de las relaciones amorosas tiene 18 años (M = 6.24),
es mujer (M = 5.98), cursa 1º de Bachillerato (M = 6.04), pertenece a la clase social media
(M = 5.98), vive en la provincia de Pontevedra (M = 6.02) y su estructura familiar es
monoparental (M = 6.08). Por el contrario, el joven con peor puntuación en el factor
compromiso tiene 14 años (M = 5.89), es varón (M = 5.91), cursa 3º de la ESO (M = 5.79),
pertenece a la clase social media-alta (M = 5.88), vive en la provincia de Lugo (M = 5.79)
y la estructura de su familia es biparental (M = 5.91).
Una vez realizado el ANOVA con las variables sociodemográficas se puso de
manifiesto que la edad (F(4,3242) = 8.93); p .01), el curso (F(3,3243) = 3.28; p .05), la
provincia (F(3,3243) = 2.41; p .05) y la estructura familiar (F(1,3245) = 5.43; p .05) son
fuentes significativas de variación con respecto al factor compromiso en las relaciones
amorosas; sin embargo, no se encuentran diferencias en las variables de género
(F(1,3245) = 1.39; p> .05) y clase social (F(2,3244) = .74; p> .05). Así pues, los resultados de
ANOVA confirman que las variables edad, curso, provincia y estructura familiar son causas
TABLA 4.13. Prueba de Scheffé para la variable edad, curso y provincia en el factor compromiso
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
169
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
170
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Lúdico .57 7
Compromiso .61 7
Lógico .88 7
Posesión .72 7
Altruista .84 7
EAA .78 42
Fuente: elaboración propia
TABLA 4.15. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor pasional, en función de
edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 2.65 .83
15 2.51 .75
16 2.46 .76 13.84 .01
17 2.37 .70
18 2.32 .75
Género
Mujer 2.44 .75
4.62 .05
Hombre 2.50 .78
171
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Curso
3º ESO 2.57 .87
4º ESO 2.48 .74
7.44 .01
1º Bachillerato 2.43 .72
2º Bachillerato 2.38 .71
Clase social
Media – Baja 2.57 .82
Media 2.46 .74 5.20 .01
Media – Alta 2.42 .78
Provincia
Lugo 2.51 .76
Pontevedra 2.45 .75
Ourense 2.44 .80 1.07 > .05
A Coruña 2.48 .75
Estructura familiar
Biparental 2.48 .76
3.53 > .05
Monoparental 2.42 .79
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor pasional tiene una edad de 14 años (M = 2.65), es hombre
(M = 2.50), cursa 3º de la ESO (M = 2.57), es de clase social media-baja (M = 2.56), vive
en la provincia de Lugo (M = 2.51) y su familia posee una estructura biparental (M = 2.48).
Por el contrario, el joven gallego con peor puntuación en el factor pasional, tiene 18 años
(M = 2.32), es mujer (M = 2.44), cursa 2º de Bachillerato (M = 2.38), vive en la provincia
de Ourense (M = 2.44), es de clase social media-alta (M = 2.42) y su familia posee una
estructura monoparental (M = 2.42).
El análisis de varianza que se ha llevado a cabo sobre las variables
sociodemográficas muestra que las variables de edad (F(4,3242) = 13.84; p .01), género
(F(1,3245) = 4.62; p .05), curso (F(3,3243) = 7.44; p .01) y clase social
(F(2,3244) = 5.20; p .01) son fuentes significativas de variación con respecto al factor
pasional en las relaciones amorosas. En cambio, no se encuentran diferencias
significativas en las variables de provincia (F(3,3243) = 1.07; p > .05) y estructura familiar
(F(1,3245) = 3.53; p > .05). De esta manera, los resultados de ANOVA confirman que la edad,
el género, el curso y la clase social son fuentes significativas de variación, las cuales se
analizarán a posteriori por medio de la prueba Scheffé (tabla 4.16).
172
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.16. Prueba de Scheffé para la variable género, edad, curso y clase social en el factor
pasional
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
173
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
TABLA 4.17. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor lúdico, en función de edad,
género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 3.35 .67
15 3.36 .71
16 3.29 .73 2.29 > .05
17 3.26 .75
18 3.34 .76
Género
Mujer 3.46 .68
158.4 .01
Hombre 3.14 .75
Curso
3º ESO 3.31 .71
4º ESO 3.36 .72
1.74 > .05
1º Bachillerato 3.30 .74
2º Bachillerato 3.27 .74
Clase social
Media – Baja 3.37 .72
Media 3.34 .72 16.08 .01
Media – Alta 3.16 .78
Provincia
Lugo 3.30 .72
Pontevedra 3.34 .73
.63 > .05
Ourense 3.29 .72
A Coruña 3.30 .74
Estructura familiar
Biparental 3.32 .74
2.23 > .05
Monoparental 3.27 .70
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor lúdico tiene una edad de 15 años (M = 3.36), es mujer (M = 3.46),
cursa 4º de la ESO (M = 3.36), pertenece a la clase social media-baja (M = 3.37), vive en
la provincia de Pontevedra (M = 3.34) y su familia presenta una estructura biparental
(M = 3.32). Por el contrario, el adolescente gallego que presenta puntuaciones más bajas
en el factor lúdico de las relaciones amorosas, tiene una edad de 17 años ( M = 3.26), es
hombre (M = 3.149), cursa 2º de Bachillerato (M = 3.29), pertenece a la clase social media-
174
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.18. Prueba de Scheffé para la variable género y clase social en el factor lúdico
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
175
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
TABLA 4.19. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor compromiso, en función
de la edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 2.60 .78
15 2.63 .72
16 2.67 .70 .95 > .05
17 2.65 .67
18 2.66 .80
Género
Mujer 2.63 .73
3.06 > .05
Hombre 2.67 .71
Curso
3º ESO 2.60 .79
4º ESO 2.68 .70
2.80 .05
1º Bachillerato 2.63 .70
2º Bachillerato 2.67 .71
Clase social
Media – Baja 2.65 .71
Media 2.64 .70 .282 > .05
Media – Alta 2.67 .80
Provincia
Lugo 2.66 .75
Pontevedra 2.61 .72
Ourense 2.62 .75 1.82 > .05
A Coruña 2.68 .69
Estructura familiar
Biparental 2.65 .71
.582 > .05
Monoparental 2.63 .76
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con la puntuación
más alta en el factor compromiso tiene una edad de 16 años (M = 2.67), es varón
(M = 2.67), cursa 4º de la ESO (M = 2.68), pertenece a la clase social media-alta (M = 2.67),
vive en la provincia de A Coruña (M = 2.68) y la estructura de su familia es biparental
(M = 2.65). Por el contrario, el joven gallego que obtiene peor puntuación en el factor
compromiso de las relaciones amorosas tiene una edad de 16 años ( M = 2.67), es mujer
(M = 2.63), cursa 3º de la ESO (M = 2.60), pertenece a la clase social media (M = 2.64),
176
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.20. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor lógico, en función de la
edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 3.24 .82
15 3.47 .78
16 3.51 .77 13.67 .01
17 3.54 .75
18 3.50 .76
Género
Mujer 3.52 .78
16.27 .01
Hombre 3.40 .78
Curso
3º ESO 3.29 .82
20.34 .01
4º ESO 3.45 .78
177
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor lógico (Pragma) tiene una edad de 17 años (M = 3.54), es mujer
(M = 3.52), cursa 1º de Bachillerato (M = 3.55), pertenece a la clase social media
(M = 3.49), vive en la provincia de A Coruña (M = 3.58) y la estructura de su familia es
monoparental (M = 3.47). Por el contrario, el adolescente gallego con peor puntuación en
el factor lógico (Pragma) de las relaciones amorosas tiene una edad de 14 años (M = 3.24),
es varón (M = 3.40), cursa 3º de la ESO (M = 3.29), pertenece a la clase social media-alta
(M = 3.36), vive en la provincia de Ourense (M = 3.33) y la estructura de su familia es
biparental (M = 3.46).
El ANOVA realizado a las variables sociodemográficas reflejó que la variable de la
edad (F(4,3242) = 13.675; p .01), el género (F(1,3245) = 16.27; p .01), el curso
(F(3,3243) = 16.27; p .01), la clase social (F(2,3244) = 5.61; p .01) y la provincia
(F(3,3243) = 14.31; p .01) son fuentes significativas de variación con respecto al factor
lógico (Pragma) en las relaciones amorosas, ya que no se encuentran diferencias en la
variable de estructura familiar (F(1,3245) = .109; p > .05). Consecuentemente, los resultados
de ANOVA confirman que las variables de edad, género, curso, clase social y provincia
son fuente significativas de variación. Luego, se lleva a cabo un análisis por medio de la
prueba Scheffé (tabla 4.21).
178
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.21. Prueba de Scheffé para la variable género, edad, curso, clase social y provincia en el
factor lógico
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
(M = 3.45) con los de 3º de la ESO (M = 3.29); en la clase social están los adolescentes que
pertenecen a la clase media-baja (M = 3.48) con los de la clase social media-alta
(M = 3.36), y entre los pertenecientes a la clase social media (M = 3.49) frente a los de
media-alta (M = 3.36); finalmente, en la variable provincia, las diferencias se establecen
entre los sujetos que viven en Lugo (M = 3.40) frente a los de A Coruña (M = 3.58), los
que viven en Pontevedra (M = 3.46) con los de Ourense (M = 3.33), los que pertenecen a
Pontevedra (M = 3.46) respecto a los de A Coruña (M = 3.58) y de los adolescentes que
179
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
habitan en Ourense (M = 3.33) con los de A Coruña (M = 3.58). Estos datos sugieren que
las mujeres de 17 años, que cursan 1º de Bachillerato, pertenecientes a A Coruña y de
clase social media muestran un mayor amor lógico (Pragma) en las relaciones amorosas.
TABLA 4.22. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor posesión, función de la
edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 3.06 .86
15 3.08 .83
16 3.10 .81 .05 > .05
17 3.07 .78
18 3.09 .80
Género
Mujer 3.02 .80
24.75 .01
Hombre 3.17 .83
Curso
3º ESO 3.05 .87
4º ESO 3.11 .84
.72 > .05
1º Bachillerato 3.10 .78
2º Bachillerato 3.09 .78
Clase social
Media – Baja 3.04 .79
Media 3.09 .81 1.69 > .05
Media – Alta 3.13 .86
Provincia
Lugo 3.21 .84
Pontevedra 3.04 .82
Ourense 3.03 .82 7.45 .01
A Coruña 3.10 .79
180
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Estructura familiar
Biparental 3.11 .81
6.51 .01
Monoparental 3.02 .84
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en el factor posesión tiene una edad de 16 años (M = 3.10), es varón (M = 3.17),
cursa 4º de la ESO (M = 3.11), pertenece a la clase social media-alta (M = 3.13), vive en la
provincia de Lugo (M = 3.21) y la estructura de su familia es biparental (M = 3.11). Por el
contrario, los individuos con puntuaciones más bajas, poseen una edad de 14 años
(M = 3.06), son mujeres (M = 3.02), cursan 3º de la ESO (M = 3.05), pertenecen a la clase
social media-baja (M = 3.04), viven en la provincia de Ourense (M = 3.03) y su estructura
familiares monoparental (M = 3.02).
Se llevó a cabo un análisis de varianza (ANOVA) en el que se puso de manifiesto
que la variable género (F(1,3245) = 27.748; p .01), provincia (F(3,3243) = 7.451; p .01) y
estructura familiar (F(1,3245) = 6.513; p .01) ejercen una influencia significativa en el
factor posesión, ya que no se encuentran diferencias en las demás variables: edad
(F(4,3242) = .050; p > .05), curso (F(3,3243) = .724; p > .05) y clase social
(F(2,3244) = 1.695; p > .05). Así pues, los resultados de ANOVA confirman que las variables
género, provincia y estructura familiar son fuentes significativas de variación. A
continuación se realiza un análisis mediante la prueba Scheffé (tabla 4.23).
TABLA 4.23. Prueba de Scheffé para las variables género, provincia y estructura familiar en el
factor posesión
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
En la variable género, las diferencias (p .05) indican que los varones (M = 3.17)
muestran unas medias más altas que las mujeres (M = 3.02). Por otra parte, en la variable
estructura familiar, las diferencias son mayores en las familias biparentales (M = 3.11) en
181
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
relación con las monoparentales (M = 3.02). A su vez, los resultados de la prueba Scheffé
pusieron de manifiesto diferencias significativas en la variable provincia (p .05) de los
adolescentes que viven en Lugo (M = 3.21) frente a los que viven en Pontevedra
(M = 3.04), y de los que viven en Lugo (M = 3.21) con los que viven en Ourense (M = 3.03).
Estos datos sugieren que los adolescentes varones que residen en Lugo con una estructura
familiar biparental muestran un mayor amor posesión en las relaciones amorosas.
TABLA 4.24. Medias, desviaciones típicas y análisis de varianza del factor altruista, en función de la
edad, género, curso, clase social, provincia y estructura familiar
Media DT F Sig.
Edad
14 2.32 .93
15 2.22 .83
16 2.35 .84 3.88 .01
17 2.39 .80
18 2.24 .84
Género
Mujer 2.40 .83
39.14 .01
Hombre 2.21 .84
Curso
3º ESO 2.31 .92
4º ESO 2.27 .82
.85 > .05
1º Bachillerato 2.33 .81
2º Bachillerato 2.32 .82
Clase social
Media – Baja 2.65 .85
Media 2.31 .82 1.97 > .05
Media – Alta 2.37 .91
182
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
Provincia
Lugo 2.44 .87
Pontevedra 2.23 .84
Ourense 2.24 .85 10.17 .01
A Coruña 2.35 .81
Estructura familiar
Biparental 2.33 .85
7.23 .01
Monoparental 2.23 .83
Fuente: elaboración propia
Según los datos obtenidos en las medias, el adolescente gallego con mejor
puntuación en las relaciones amorosas del factor altruista, tiene una edad de 17 años
(M = 2.39), es de género femenino (M = 2.40), cursa 1º de Bachillerato (M = 2.33),
pertenece a la clase social media-baja (M = 2.65), vive en la provincia de Lugo (M = 2.44)
y su estructura familiar es biparental (M = 2.33). Por el contrario, el adolescente gallego
con peor puntuación en el factor altruista, tiene una edad de 15 años (M = 2.22), es varón
(M = 2.21), cursa 4º de la ESO (M = 2.27), pertenece a la clase social media (M = 2.31),
vive en la provincia de Pontevedra (M = 2.23) y la estructura familiar es monoparental
(M = 2.23).
El ANOVA realizado a las variables sociodemográficas compruebó que la variable
edad (F(4,3242) = 3.88; p .01), género (F(1,3245) = 39.14; p .01), provincia
(F(3,3243) = 10.17; p .01) y estructura familiar (F(1,3245) = 7.23; p .01) son una fuente
significativa de variación con respecto al factor altruista en las relaciones amorosas. En
cambio, no refleja diferencias en las variables de curso (F(3,3243) = .85; p > .05) y clase
social (F(2,3244) = 1.97; p > .05). Así pues, los resultados de ANOVA confirman que las
variables edad, género, provincia y estructura familiar son fuente representativa de la
variación. Luego, se realiza un análisis mediante la prueba Scheffé (tabla 4.25).
TABLA 4.25. Prueba de Scheffé para las variables edad, género, provincia y estructura familiar en el
factor altruista
Scheffé
Variables
Diferencia de medias p
183
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
184
ANÁLISIS DE DATOS Y PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS
TABLA 4.26. Análisis correlacional de los factores que componen las escalas: Inteligencia Emocional
(TMMS 24), Escala Triangular del Amor (ETA) y Escala de Actitudes hacia el Amor (EAA)
PI CI RI IN PA CO ER LU ST PR MA AG
PI
-
CI
.25** -
RI
.11** .36** -
IN
.27** .26** .15** -
PA
.38** .24** .07** .78** -
CO
.31** .27** .09** .86** .88** -
ER
- .14** - .22** - .09** - .51** - .51** - .52** -
LU
.08** .03 - .09** .17** .14** .22** .04* -
ST
- .07** - .02 - .10** - .14** - .08** - .11** .12** .08** -
PR
- .03 - .05** - .07** .11** .07** .05** - .03 .15** .22** -
MA
- .37** .03 .12** - .17** - .40** - .28** .20** .04* .11** .09** -
AG
- .25** - .16** - .06** - .45** - .52** - .54** .38** - .15** .20** - .05** .39** -
PI: Percepción Inteligencia Emocional; CI: Comprensión Inteligencia Emocional; RI: Regulación
Inteligencia Emocional; IN: Intimidad; PA: Pasión; CO: Compromiso; ER: Eros; LU: Ludus; ST: Storge;
PR: Pragma; MA: Manía; AG: Ágape
En esta misma línea, la Escala Triangular del Amor presenta una correlación
positiva, elevada, significativa y una relación intensa entre Compromiso y Pasión (.88);
Compromiso e Intimidad (.86); y Pasión e Intimidad (.78). Al mismo tiempo, tras analizar
las correlaciones existentes entre los factores de la Escala de Actitudes hacia el Amor se
observa una correlación positiva, baja, significativa y una relación efectiva, pero pequeña
entre: Ágape y Manía (.39); Ágape y Eros (.38); Pragma y Storge (.22); Manía y Eros
(.20); y Ágape y Storge (.20). Mientras tanto, se pone de manifiesto una correlación
positiva, muy baja y una relación insignificante y significativa entre los siguientes
factores: Ludus y Pragma (.15); Eros y Storge (.12); Manía y Storge (.11); Manía y
185
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Pragma (.09); Storge y Ludus (.08); Ludus y Eros (.04); Ludus y Manía (.04). Por el
contrario, se exhibe una correlación negativa, muy baja y significativa entre Ludus y
Ágape (-.15); Ágape y Pragma (-.05). Por último, se muestra una correlación negativa,
muy baja y no significativa entre Pragma y Eros (-.03).
En el análisis correlacional de los distintos factores que componen las escalas de
Inteligencia Emocional (TMMS-24), Escala Triangular del Amor (ETA) y Escala de
Actitudes hacia el Amor (EAA), aparece una correlación positiva, notable, significativa y
una relación considerable entre Percepción y Pasión (.38); Percepción y Compromiso
(.31); Comprensión y Compromiso (.27); Percepción e Intimidad (.27); Comprensión e
Intimidad (.26); Comprensión y Pasión (.24); y Ludus y Compromiso (.22). Mientras,
existe una correlación positiva, muy baja y una relación insignificante y significativa entre
los factores de Intimidad y Ludus (.17); Intimidad y Regulación (.15); Ludus y Pasión
(.14); Regulación y Manía (.12); Intimidad y Pragma (.11); Regulación y Compromiso
(.09); Ludus y Percepción (.08); Pragma y Pasión (.07); Regulación y Pasión (.07);
Pragma y Compromiso (.05); y Ludus y Eros (.04). Asimismo, se aprecia una correlación
positiva, muy baja y no significativa entre Comprensión y Manía (.03); Comprensión y
Ludus (.03).
Por otra parte, se produce una correlación negativa, notable, significativa y una
relación considerable entre Compromiso y Ágape (-.54); Compromiso y Eros (-.52);
Pasión y Ágape (-.52); Pasión y Eros (-.51); Intimidad y Eros (-.51); Intimidad y Ágape
(-.45); y Pasión y Manía (-.40). Una correlación negativa, baja, significativa y una
relación efectiva, pero pequeña entre Percepción y Manía (-.37); Compromiso y Manía (-
.28); Percepción y Ágape (-.25); y Eros y Comprensión (-.22). También se obtiene una
correlación negativa, muy baja y una relación insignificante y significativa entre los
factores: Intimidad y Manía (-.17); Comprensión y Ágape (-.16); Intimidad y Storge (-
.14); Percepción y Eros (-.14); Storge y Compromiso (-.11); Regulación y Storge (-.10);
Regulación y Eros (-.09); Regulación y Ludus (-.09); Pasión y Storge (-.08); Pragma y
Regulación (-.07); Percepción y Storge (-.07); Regulación y Ágape (-.06); y Comprensión
y Pragma (-.05). Finalmente, se obtiene una correlación negativa muy baja y no
significativa entre Percepción y Pragma (-.03); y Comprensión y Storge (-.02).
186
TERCERA PARTE
5.1. Introducción
190
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
191
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
Provincia: A Coruña (32.1 %), Lugo (20.1 %), Ourense (18.4 %) y Pontevedra
(18.4 %).
Género: mujeres (53.9 %) y hombres (46.1 %).
Edad: 14 años (15.5 %), 15 años (20.9 %), 16 años (31.2 %), 17 años (22.6 %)
y 18 años (9.9 %).
Clase social: media-baja (15.7 %), media (66.8 %), media -alta (17.6 %).
Estructura familiar: biparental (77.8 %), monoparental (22.2 %).
192
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
193
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
datos que extrajeron concluyeron que las mujeres, con unas puntuaciones más elevadas
en atención, son más propensas a síntomas ansiosos, y que por lo tanto, poseen una peor
salud mental que los hombres.
La inteligencia emocional puede servir como un factor predictor del
comportamiento y de la adaptación en situaciones de estrés. El futuro de los estudiantes
se verá marcado por el manejo de las emociones, que será un elemento trascendental
según los acontecimientos que sucedan. Por ello, los estudiantes se verán inmersos en la
toma de decisiones, en situaciones de frustración y de conductas de salud, más o menos
adecuadas, a lo largo de su formación e inserción el mundo laboral. En esta línea, el
trabajo prospectivo de Goldman, Kraemer y Salovey (1996) analizó el papel moderador
de los componentes de la IE sobre el informe de síntomas y de enfermedades entre
estudiantes universitarios durante períodos de estrés general. Su hipótesis planteaba que
la adaptación exitosa a la experiencia estresante dependería los resultados en inteligencia
emocional percibida a través del TMMS-24. Finalmente, demostraron que los estudiantes
con mayor atención a los sentimientos tenían más probabilidad de expresar una
sintomatología física.
Continuando esta tendencia de estudio son varias las investigaciones que
demuestran cómo las personas que presentan unos niveles moderados de atención a las
emociones son las que llevarán a cabo las estrategias de regulación emocional más
adaptativas, puesto que utilizarán de manera más eficaz la información obtenida de sus
emociones (Gohm, 2003). Por el contrario, las personas con unas altas puntuaciones en
atención respecto a las emociones muestran más síntomas físicos (Goldman, Kraemer y
Salovey, 1996), depresivos y de ansiedad (Fernández-Berrocal, Ramos y Orozco, 1999);
además, manifiestan un incremento en la tendencia a suprimir sus pensamientos y una
disminución en su funcionamiento físico y social (Extremera y Fernández-Berrocal,
2002). Esto indica que tales resultados coinciden con los obtenidos en nuestra
investigación.
En lo referente a los temas que generan tanta sensibilidad social como es la
violencia de género resulta sustancial mencionar las investigaciones realizadas por
Ortega, Elipe y Calmaestra (2009), en las cuales se afirmó que los agresores tienen
dificultades a la hora de percibir las emociones y los sentimientos de los demás.
Igualmente, Mesmer-Magnus, Viswesvaran, Deshpande y Joseph (2010) sostuvieron que
a mayores niveles de percepción emocional, mayor será la capacidad para identificar las
194
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
195
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
En esta investigación los hombres superan a las mujeres en este factor, sobre todo
en las categorías de adecuada o muy elevada, ya que ambas sirven para predecir
correctamente acerca de la gestión de las emociones. Por otro lado, las mujeres aparecen
menos representadas en el grupo de regulación adecuada y en regulación demasiada o
muy elevada. Así pues, la suma de uno y otro grupo representa el 63.20 % con buena
regulación emocional, pero con 10 puntos por debajo de los hombres.
Los resultados de este estudio concuerdan parcialmente con otras investigaciones
en las que la inteligencia emocional es analizada con la ayuda de instrumentos que arrojan
medidas de autopercepción. Las mujeres puntúan más alto que los hombres en atención
y expresión emocional, y los hombres en regulación (Bar-On, 2006). En esta
investigación el ANOVA manifiesta las diferencias significativas en el género en los casos
de comprensión y regulación, a favor de los hombres.
En relación al factor regulación, Salovey y Mayer (1990) postularon que se
incluiría la monitorización del estado de ánimo, su evaluación y, en ocasiones, su
modificación. En líneas generales, los sujetos varones de nuestro estudio poseen una
cierta ventaja sobre el grupo femenino, ya que este factor permite obtener un estado de
ánimo más adaptativo; además, si se tiene en cuenta que en el factor comprensión también
196
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
puntúan más alto, se puede deducir que los adolescentes gallegos varones presentan un
perfil adecuado para manejar las emociones y para emitir conductas adaptativas.
La regulación de la inteligencia emocional se encuentra muy vinculada a la
autoestima, de manera que esta aumentará cuanto mayor sea la reparación emocional
(Ghorbani, Bing, Watson, Davison y Mack, 2002). Por este motivo se considera que una
elevada autoestima también es un factor esencial para el buen funcionamiento adaptativo
del individuo, tal y como lo corroboraron en su estudio de investigación Laure y otros
(2004); de ahí la relación entre la inteligencia emocional y las conductas adaptativas
(Barraca y Fernández, 2006).
Por otra parte, en algunos estudios cuando los sujetos informaban sobre la
regulación de sus estados emocionales presentaban, en momentos de estrés, menos
informes de enfermedad y una menor frecuencia de visita a los centros de salud
(Goldman, Kraemer y Salovey, 1996).Un estudio realizado en España por Fernández-
Berrocal, Ramos y Orozco (1999), a partir de una muestra de 217 mujeres entrevistadas
en los centros de salud durante sus primeros meses de embarazo, evidenció que las
embarazadas con un estado psicológico normal se diferenciaban de las depresivas por sus
puntuaciones inferiores respecto a la atención emocional, y en los índices más elevados
de claridad y reparación de los estados emocionales.
No obstante, Fernández-Berrocal y Extremera (2005) sostuvieron que la
comprensión y la regulación presentan habitualmente una mejor puntuación en los
hombres que en las mujeres. En nuestro estudio, los factores de comprensión y de
regulación presentan diferencias de forma significativa a favor de los varones, mientras
en la percepción las puntuaciones son mayores en mujeres y también con diferencias
estadísticamente significativas; consecuentemente, nuestros resultados no difieren de los
postulados de los autores mencionados.
Por otra parte, Pérez y Castejón (2007) encontraron pruebas de contrastes
univariados que manifiestan la existencia de diferencias significativas en la atención
emocional; de tal manera que las mujeres muestran una puntuación mayor que los
hombres en claridad de sentimientos, reparación emocional y regulación emocional;
además, se producen diferencias, que en todos los casos se dan a favor de los hombres.
197
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
198
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
de los sujetos analizados. Así, el factor edad se entiende como la acumulación de las
experiencias vitales afectivas que contribuyen al crecimiento de las personas; por eso,
para conocer este proceso es necesario saber cómo influye el desarrollo de nuestro
adolescente como objeto de estudio:
199
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
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EMOCIONAL
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
204
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
5.3.3. Importancia de las actitudes hacia el amor en las relaciones personales de los
adolescentes gallegos
El estudio de las actitudes hacia el amor es necesario, dado que las relaciones de
pareja son trascendentales en la vida de los individuos. Cuando existe un deterioro en este
tipo de relaciones puede afectar a distintas áreas de la vida de un sujeto y repercutir de
manera sobresaliente sobre ellas. Por eso, los conflictos entre parejas pueden derivar en
problemas de tipo social o de salud y dejar una profunda huella en la vida de los
individuos.
En esta investigación, la escala del amor muestra unas puntuaciones medias más
elevadas en la del amor lógico, seguida del amor lúdico, posesivo, compromiso, pasional
y altruista. Por lo tanto, la actitud con mayor ponderación es el amor lógico, un factor que
resulta de la combinación entre los estilos lúdico (Storge) y compromiso. Las personas
con actitud hacia el amor lógico valoran el aspecto práctico de la relación, de ahí que la
expresión de su amor sea el producto de una acción planeada o premeditada. Además,
estos sujetos acostumbran a buscar parejas con las que poder compartir una vida
satisfactoria y provechosa simultáneamente, es decir, con quienes sean compatibles en
aspectos como los intereses y aficiones, el aspecto físico o los gustos, por ejemplo.
Los resultados de diversas publicaciones en relación hacia las actitudes del amor
difieren entre sí. Por ejemplo, Ubillos y otros (2001) analizaron los tipos de amor en 16
países distintos y encontraron al Eros como el estilo más valorado, seguido del Storge y
de la Manía. Además, se observó que las culturas enfatizan el estilo amistoso y de
compañerismo, al igual que valoran los aspectos prácticos y le otorgan menos importancia
a la posesión, los celos y la fuerte activación emocional. Por otra parte, se encuentra el
amor erótico, que resulta el más valorado en las culturas poco competitivas; mientras que
el Storge lo es en las culturas colectivistas, donde las relaciones íntimas se basan en las
obligaciones, mayoritariamente. En las culturas normativas y emocionales, en las que se
valora más al individuo, el estilo Manía sucede de forma más intensa. En cambio, el
trabajo de Bosch y otros (2007) reveló que los estilos de amor que despiertan más
aceptación en nuestro entorno son el Eros, el Ágape, el Pragma y el Storge, siguiendo este
orden, mientras que el Ludus genera desacuerdo y la Manía, indiferencia.
El estudio del amor es especialmente relevante por su posible relación con un
problema social de máxima relevancia actual: la violencia contra las mujeres, que implica
unas consecuencias devastadoras para sus vidas y su salud (Buesa y Calvete, 2013). Para
205
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
algunos autores como Garrido (2001), González y Santana (2001), Sanmartín, Molina y
García (2003), el modelo de amor imperante, específicamente el romántico, junto con los
mitos asociados a él conformarían los factores que pueden contribuir a favorecer o
mantener la violencia contra las mujeres en la pareja.
En último lugar, se encuentra el proceso de socialización diferencial, que afecta a
muchos y diversos aspectos de la vida humana, concretamente, a las relaciones afectivas
y de pareja. Resulta evidente que durante la socialización aprendemos qué significa
enamorarse, cuáles son los sentimientos apropiados, de quién debemos enamorarnos,
quién es atractivo, que acostumbra a coincidir con los patrones de rol de género
tradicionales, cómo debe ser la relación de pareja (asimétrica, igualitaria, etc.) y,
evidentemente, también aprendemos todos los mitos culturales sobre el amor (Duque,
2006; Flecha, Puivert y Redondo, 2005; Sanpedro, 2005).
206
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
207
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
ADOLESCENTES GALLEGOS
Tras analizar las correlaciones de esta investigación entre las distintas variables
de la Escala Triangular del Amor se observa una correlación positiva alta y significativa
entre todas las variables. No obstante, la escala con las ponderaciones más elevadas es la
de intimidad, seguida de la de compromiso y pasión.
La intimidad comprende los sentimientos que logran promover el acercamiento,
el vínculo y la conexión con la persona amada. Algunos autores sitúan la presencia de
mayor pulsión sexual entre los 14 y los 18 años de edad, por lo debería prevalecer el amor
pasional (Quiroga, 1999). En cambio, en este estudio, el estilo pasional ocupa el tercer
lugar en las preferencias de los adolescentes gallegos. Sternberg (1989) localiza esta
cualidad de la relación en sus inicios, cuando el sujeto se expone tal cual es frente a su
pareja, para que así el otro se muestre a él tal y como es.
El 67.3 % de los sujetos de esta investigación lograron unas ponderaciones que
los sitúan en el grupo de intimidad media. La mediatización de las variables culturales, la
208
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y LIMITACIONES
Los datos que derivan de esta investigación muestran pequeñas diferencias en los
tres estilos de amor entre hombres y mujeres, pues ellas obtienen una puntuación
ligeramente superior a ellos, lo cual indica su mayor grado de implicación. Grosso modo,
las actitudes hacia el amor están relacionadas con varios factores: la religión, la raza y la
diferencia de género (Hendrick, Hendrick y Dicke, 1998).
Hombres y mujeres comprenden y entienden la relación romántica de modos
distintos, por eso la diferencia de género es otro de los temas que abarca nuestro estudio.
Pues según apunta Yela (2002), las mujeres son más capaces de unir el amor y el placer
sexual, mientras que los hombres son más capaces de separar el amor y el placer sexual.
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ANEXOS
ANEXOS
1.- Edad:
2.- Género:
Mujer
Hombre
3.- Lugar de procedencia:
Centro de la ciudad Periferia
Poblaciones de tipo medio Zona rural
4.- Provincia:
Lugo
Pontevedra
Ourense
A Coruña
5.- El centro en el que estudias es:
Público
Privado-Concertado
6.- ¿Qué estudios estás cursando?
3º de la ESO
4º de la ESO
1º de Bachillerato
2º de Bachillerato
7.- ¿En qué clase social incluirías a tu familia?
Baja
Media-Baja
Media
Media-Alta
Alta
8.- La edad de tu madre es:
30 a 35 años
36 a 40 años
41 a 46 años
47 a 52 años
53 a 58 años
Más de 58 años ____________________
9.- La edad de tu padre es:
30 a 35 años
36 a 40 años
41 a 46 años
47 a 52 años
53 a 58 años
Más de 58 años ____________________
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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ANEXOS
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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ANEXOS
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Na Bas Extre
da t. m.
1. Apoyo activamente el bienestar de ---
2. Comparto información profundamente personal
acerca de mí mismo/a con ---
3. Fantaseo con ---
4. El sólo hecho de ver a --- me emociona
5. Yo sé que me preocupo por ---
6. Siempre sentiré una gran responsabilidad hacia ---
7. Aún en los momentos en que resulta difícil tratar
con ------- permanezco comprometido con nuestra
relación.
8. Encuentro a --- muy atractivo/a.
9. --- puede contar conmigo en momentos de
necesidad.
10. Me siento próximo a ---
11. No puedo imaginarme la vida sin ---
12. Estoy seguro de mi amor por ---
13. Prefiero estar con --- antes que con ninguna otra
persona
14. Doy considerable apoyo emocional a -----
15. Estoy comprometido/a en mantener mi relación
con -------
16. Considero mi relación con --- una buena decisión.
17. Disfruto especialmente del contacto físico con ---
18. No puedo imaginarme que otra persona pueda
hacerme tan feliz como -----
19. No dejaría que nada se interpusiera en mi
compromiso con ---
20. Siento responsabilidad hacia ---
21. Tengo una cálida relación con ---
22. Recibo considerable apoyo emocional por parte de --
-
23. Existe algo casi “mágico” en mi relación con ---
24. Siento que realmente comprendo a ---
25. Siento que realmente puedo confiar en ---
26. Espero que mi amor por --- se mantenga durante el
resto de mi vida
27. Debido a mi compromiso con --- no dejaría que
otras personas se interpusieran entre nosotros.
28. Mi relación con --- es muy romántica.
29. Puedo contar con --- en momentos de necesidad
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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ANEXOS
I. E.
INSTRUCCIONES: A continuación encontrarás algunas afirmaciones sobre
tus emociones y sentimientos. Lee atentamente cada frase e indica el grado de acuerdo
o desacuerdo con respecto a las mismas. Señala con una “X” la respuesta que más se
aproxime a tus preferencias. No hay respuestas correctas o incorrectas, ni buenas o
malas. No dejes ninguna pregunta sin contestar. Por favor, sea SINCERO/A.
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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RELACIONES AMOROSAS EN LA ADOLESCENCIA
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