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CONCEPTOS GENERALES.
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lo dicho respecto a la regulación del artículo 907 en relación
a los hechos involuntarios que por excepción generan
responsabilidad.
Cabe señalar que hay casos de causalidad sin imputabilidad
como los generados por menores de 10 años, o por los dementes
que actúan fuera de los intervalos lúcidos. Es interesante en
este sentido la disposición del artículo 1070 in fine, en el
que se responde o bien por cuestiones de equidad (acorde al
907) ó por responsabilidad refleja conforme lo establece el
artículo 908.
“No se reputa involuntario el acto ilícito practicado por dementes en
lúcidos intervalos, aunque ellos hubiesen sido declarados tales en
juicio; ni los practicados en estados de embriaguez, si no se probare
que ésta fue involuntaria” (artículo 1070, C.C.).
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haber obrado con dolo delictual o, tal como se indica, “a
sabiendas y con intención de dañar”.
“El acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la
persona o los derechos de otro, se llama en este Código “delito”
(artículo 1072, C.C.).
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culpa pasados pueden dispensarse, porque los daños derivados de
esos actos hacen nacer en la víctima derechos, que por su
naturaleza jurídica son creditorios, de orden patrimonial y
absolutamente disponibles. Resulta obvio que no es posible la
dispensa anticipada ante la inexistencia de vínculo
contractual.
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genera esta carga indemnizatoria porque, supera incluso, a la
previsibilidad objetiva.
En el dictado de las clases con mucha frecuencia
acostumbro ilustrar a los alumnos señalando que si la
responsabilidad civil constituyera, como estructura, un
edificio de propiedad horizontal, el piso de la responsabilidad
extracontractual es el techo de la responsabilidad contractual
en términos de extensión del resarcimiento.
En esa construcción que no es más que un diagrama
conceptual como dispositivo didáctico identifico la planta baja
como el espacio que ocupa la responsabilidad contractual en el
que el piso está constituido por las consecuencias inmediatas
(siempre indemnizables) y el techo lo conforman las
consecuencias mediatas. En el primer piso se ubica la
responsabilidad extracontractual, cuyo piso lo integran las
consecuencias inmediatas y mediatas, en tanto el techo lo ponen
las consecuencias casuales.
La doctrina y la jurisprudencia identifican al sistema
extracontractual como el de la reparación integral, por ser el
que habilita la más amplia indemnización, al abarcar los tres
tipos de consecuencias previstas por el ordenamiento jurídico
privado y alcanzar tanto al daño patrimonial en sus dos rubros
(daño emergente y lucro cesante) como así también al daño
moral.
DIFERENCIAS EN CUANTO A LA EXTENSION DEL RESARCIMIENTO POR
CUASIDELITOS Y POR DELITOS.
Acorde al sentido común como principio orientador de
nuestros razonamientos, el legislador ha plasmado en la ley
atenuantes para quienes son autores o partícipes de un acto
ilícito siempre y cuando no haya sido su intención causar
perjuicio. En los artículos 1109 y 1069, segundo párrafo se
pone de manifiesto la diferente regulación a aplicar en estos
casos.
“Artículo 1109.Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o
negligencia ocasiona un daño a otro, está obligado a la reparación
del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas disposiciones
relativas a los delitos del derecho civil.
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Cuando por efecto de la solidaridad derivada del hecho uno de
los coautores hubiere indemnizado una parte mayor que la que le
corresponde, podrá ejercer la acción de reintegro”.
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previsión legal ya que de resultas de un actuar culposo el
obligado a indemnizar quedaría expuesto a una situación ruinosa
que le impediría aportar a la subsistencia de su familia y a su
propio proyecto de vida.
“Artículo 1069. El daño comprende no sólo el perjuicio
efectivamente sufrido, sino también la ganancia de que fue privado el
damnificado por el acto ilícito, y que en este código se designa por
las palabras “pérdidas e intereses”.
Los jueces, al fijar las indemnizaciones por daños, podrán
considerar la situación patrimonial del deudor, atenuándola si fuere
equitativo; pero no será aplicable esta facultad si el daño fuere
imputable a dolo del responsable”.
EXIMENTE.
ANALISIS NORMATIVO.
La regulación legal de esta especie de responsabilidad
incluye varias normas (artículos 1066 a 1112) cuyo significado
y alcance ya ha merecido nuestra atención al momento de
estudiar la tesis unitaria de la responsabilidad civil. Así,
señalamos que el artículo 1066 del Código Civil delinea la
antijuridicidad en tanto que los artículos 1067 a 1069 hablan
de daño.
En el artículo 19 de nuestra carta magna está enunciada la
regla constitucional que nos reconoce el derecho sustancial de
actuar conforme a la ley (actos lícitos). Nuestras conductas
deben ajustarse a las prohibiciones legales y, como principio,
todo lo que no está prohibido está permitido. Lo que está
prohibido es ilícito. Si la opción del sujeto es actuar aún a
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pesar de la prohibición tiene que estar advertido que si
provoca un perjuicio el mismo debe ser reparado. Su conducta
será reprochable
Es la ley, en sentido material, la que condiciona nuestros
actos prohibiendo lo que considera socialmente inconveniente
(ANTIJURIDICIDAD FORMAL). Es esto lo que prescribe,
precisamente, el artículo 1066, que reglamenta también al
artículo 19 de la Carta Magna, y nos señala cuándo se actúa
contra una prohibición legal.
“Ningún acto voluntario tendrá el carácter de ilícito, si no
fuere expresamente prohibido por las leyes ordinarias,
municipales o reglamentos de policía; y a ningún acto ilícito se
le podrá aplicar pena o sanción de este Código, si no hubiere
una disposición de la ley que la hubiese impuesto.”
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Ello dependerá de la intención. Si se desea o se quiere
actuar en contra de la previsión legal o, por el contrario,
cuando sin pretenderlo se actúa con negligencia o imprudencia.
Recordamos que ya hemos asimilado -al otorgarle las mismas
consecuencias- el hecho involuntario ilícito del artículo 907
al acto voluntario ilícito del 1066.
Reiteramos que, en sentido restringido -que es el que
particularmente nos interesa en el ámbito de la responsabilidad
aquiliana- hablamos de acto ilícito como fuente de
obligaciones. Como tal presenta como caracteres que lo
identifican el ser voluntario, dañoso, atribuible a su autor
por un factor de imputación subjetivo –dolo o culpa- y del que
se puede demostrar el nexo causal adecuado con el perjuicio
producido.
En qué consiste la antijuridicidad cuando media un acto
ilícito? En la violación del deber genérico de diligencia del
902 o de no dañar a otro del 1109, ambos del Código Civil. Si
estas acciones que vulneran disposiciones legales causan,
además, perjuicio a un tercero, ya no son privadas sino que
pasan a conocimiento de los magistrados y serán juzgadas como
tales. Son casos de responsabilidad aquiliana, subjetiva o por
el hecho propio (responsabilidad extracontractual).
DAÑO.
El daño es la medida de la acción de daños y perjuicios
por la que se interpone el reclamo reparador.
En términos del artículo 1067 del Código Civil, el daño es
el requisito básico del ilícito punible, lo que significa que
para que la conducta pueda ser sancionada no sólo debe ser
antijurídica, sino también dañosa.
“No habrá acto ilícito punible para los efectos de este código,
si no hubiese daño causado, u otro acto exterior que lo pueda
causar, y sin que a sus agentes se les pueda imputar dolo, culpa
o negligencia”.
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un menoscabo que se sufre y que puede consistir en una lesión
física, una lesión patrimonial, una afección espiritual o
psíquica, etc.
Una primera interpretación de la citada norma nos llevaría
a tener por sentado que sólo será ilícito y merecerá sanción,
aquél perjuicio que pueda atribuirse a quien realizó un acto
voluntario, que permita imputarle sus consecuencias a un sujeto
a título de culpa o dolo. La hermenéutica en la interpretación
de este sistema armónico y coherente de normas que constituyen
el Código Civil, nos impone colegir –máxime luego de la reforma
de la Ley 17.711-, que la regla en el ámbito de la
responsabilidad es que únicamente quedan abarcados los
supuestos de responsabilidad por el hecho propio, donde se debe
indemnizar la lesión provocada por haber obrado con culpa.
Aquí, culpa se utiliza como concepto amplio en el que queda
atrapado, además, el dolo. Se plasma así el principio general
de la responsabilidad civil aplicable al incumplimiento de una
obligación emergente de un contrato y a la comisión de un acto
ilícito que son de base subjetiva por asentarse en la previsión
del actuar de un sujeto (previsibilidad subjetiva, en tanto
operación intelectual de un sujeto de carne y hueso).
Las excepciones serán los casos de responsabilidad civil
objetiva o legal donde el obligado al pago de la indemnización
surge por su particular situación frente a otro sujeto o ante
una cosa riesgosa o viciosa –principal, dueño o guardián-,
quien responderá por un acto ajeno. No puede perderse de vista
que en estos casos el autor o responsable directo –de haberlo-
ha obrado necesariamente de manera culposa.
Aceptamos de este modo que, desde la óptica normativa, la
regla pareciera ser –aunque esto es una cuestión opinable-, la
responsabilidad subjetiva y la excepción la responsabilidad
objetiva. La mirada sociológica nos coloca ante otra realidad.
Con mucha habitualidad los supuestos fácticos que emanan del
laboratorio de la vida en esta sociedad moderna, tornan
operativo el paradigma de la responsabilidad objetiva. Daños en
accidentes de tránsito, por el uso de la tecnología y el avance
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científico, perjuicios indemnizados por personas que no han
participado en el ilícito, otros derivados de las relaciones de
consumo, etc., son los que con demasiada frecuencia devienen en
acciones de reclamación.
Patrimonial
Extrapatrimonial
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se vea perturbada con la acción dañosa.
El daño es, entonces, patrimonial o directo cuando se
dañan o perjudican cosas, como el auto, la bicicleta, la casa.
Hay que reparar o indemnizar un menoscabo al patrimonio.
Cuando la esfera afectada es la extrapatrimonial, el daño
es el indirecto del artículo 1068. El perjuicio se produce
sobre la persona, derechos o facultades, lo que supone
generalmente una lesión psíquica o física –fractura de tobillo,
por ejemplo- que, además, genera una serie de padecimientos
anormales al espíritu. Es deber reparar aquí un daño moral o
extrapatrimonial. La particularidad de este daño es que está
vinculado a una afección extraordinaria a ciertos derechos
personales y/o personalísimos.
Habrá daño moral siempre que una conducta dañosa
interfiera o perturbe de modo extraordinario la manera de
sentir, actuar, de relacionarse y de pensar de un sujeto.
Un mismo hecho humano -voluntario e involuntario en los
términos del 907- puede generar daño patrimonial y
extrapatrimonial. Cualesquiera sea su naturaleza –físico,
psíquico, estético, material- las especies indemnizatorias
seguirán siendo sólo dos, patrimonial y extrapatrimonial y,
dentro del primero ha de resarcirse el lucro cesante y el daño
emergente en la medida en que se prueben.
RUBROS INDEMNIZATORIOS.
Es el artículo 1069 el que nos habla en términos de
perjuicio efectivamente sufrido para referirse al daño
emergente, y de la ganancia de que fue privado, haciendo
alusión, en este caso, al lucro cesante. Ambos son rubros
indemnizatorios que se relacionan al patrimonio y por ello los
identificamos como pertenecientes al daño patrimonial. El
codificador los denomina pérdidas e intereses. De manera
idéntica lo hace el artículo 519.
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el acto ilícito, y que en este código se designa con las
palabras “pérdidas e intereses” …”(artículo 1069, C.C.).
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La expresión “vida de relación” tiene un alcance amplio
por abarcar un conjunto de actos cotidianos de la persona que
generan bienestar o proporcionan servicios a sí mismos y a la
familia, actividades normales en la vida del ser humano como
leer, caminar, conducir, cocinar, escuchar, pasear etc., que en
tanto se vean dificultadas a raíz del acto ilícito, conformarán
un daño indemnizable1.
Como tal, la incapacidad sobreviviente deberá considerarse
daño patrimonial aunque, en particular, su calidad es la de ser
una especie de lucro cesante.
De modo unánime la jurisprudencia admite que “A fin de
establecer la indemnización por incapacidad sobreviviente, las
consecuencias de la lesión no sólo se miden por la ineptitud laboral, sino
también por la incidencia de la misma en la vida de relación de la víctima
y en su actividad productiva”2 .
1
(Conf.voto Dra.Elena Highton en causa “NN c.Municipalidad de Buenos Aires”, LL, 2000-F-11
2
Conf.CNCivil, Sala D, 28-12-1993, “Campos, Manuel S. c.Manchinelli, Gabriel y otro”, LL online; Sala J, 11-
3-1997, “Mora, Silvia A. c.Disco S.A., L.L.1997-D-574; entre otros)
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“La obligación de resarcir el daño causado por los actos
ilícitos comprende, además de la indemnización de pérdidas e
intereses, la reparación del agravio moral ocasionado a la
víctima.
La acción por indemnización del daño moral sólo competerá al
damnificado directo; si del hecho hubiere resultado la muerte de
la víctima, únicamente tendrán acción los herederos forzosos”
(ARTÍCULO 1078, C.C.).
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amparo en la Ley 24240, varios son los casos jurisprudenciales
que receptan este tipo de daño como ínsito en estos vínculos
que con tanta habitualidad se establecen en la sociedad
moderna. Así se ha resuelto cuando ha mediado un contrato de
tarjeta de crédito -celebrado entre un banco y su cliente- y,
por ejemplo, se ha procedido a la cancelación intempestiva de
la misma de lo cual toma nota la persona al momento de querer
pagar una compra en un supermercado.
DAÑO INDEMNIZABLE
No todo daño es indemnizable.
Sólo se indemniza el daño que reúne determinadas
cualidades. Cuáles son esas características?
El daño debe ser cierto. Es decir debe haber certidumbre
sobre el daño causado. Hay que probar la existencia efectiva
del perjuicio, sea éste presente o futuro.
Esa certidumbre o certeza descarta los daños eventuales o
hipotéticos, aunque queda a salvo el supuesto de la “pérdida de
la chance” donde se acredita la frustración de una probabilidad
cierta. El ejemplo típico que se adopta para entender la
pérdida de la chance es el caso de los padres de un menor
fallecido quienes pierden, con su muerte, la probabilidad
cierta de que en el futuro ese menor, ya adquirida su mayoría
de edad, contribuya a la asistencia alimentaria de sus
progenitores. Obvio que, además, habrá que demostrar varios
extremos como podrían ser la carencia de medios suficientes de
subsistencia de los ascendientes, el grado de instrucción
desarrollado por la víctima y sus posibilidades de inserción
laboral, etc.
El daño debe ser injusto. No alcanza con que provenga de
una conducta antijurídica. Puede haber comportamientos
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antijurídicos que generen daños justos. Hemos de ver casos de
perjuicios ocasionados en determinadas situaciones (legítima
defensa) que no son resarcibles. No basta la simple
contrariedad con el ordenamiento jurídico.
El daño debe afectar un interés jurídicamente protegido.
Así lo identificamos para diferenciarlo del interés simple. De
esta manera se impone un límite a la responsabilidad, acotando
la cadena de damnificados a supuestos de derechos subjetivos
tutelados. El fundamento para acotarlos radica en que de un
mismo hecho ilícito y dañoso pueden generarse un sinnúmero de
daños y muchos damnificados. Sólo se indemnizará a aquellas
víctimas amparadas por el ordenamiento jurídico (derecho
positivo). Así, tendrán acceso a ser resarcidos los familiares
del muerto pero no el diarero que subsistía gracias a la
propina del fallecido, quien no tiene un derecho reconocido que
pueda invocar. Doctrina y jurisprudencia discrepan en
considerar la calidad de la concubina. Para algunos sólo tiene
un interés simple en tanto, para otros, su reclamo encuentra
sustento en un interés jurídicamente protegido. Hoy se abre
paso la viabilidad del reclamo.
Íntimamente relacionada con la afectación hay otra
característica -que muchos autores analizan separadamente- que
exige que el daño sea personal. Lo que significa que quien lo
invoca debe ser quien efectivamente lo ha sufrido en su
persona, derechos o cosas. Quedan a salvo los casos de
representación necesaria (madre que peticiona ser indemnizada
como tutora de su hijo). Puede no ser considerado un requisito
independiente ya que tiene mayor vinculación con cuestiones
procesales.
Resumiendo diremos que DAÑO es todo perjuicio personal
cierto –material o moral-, ponderable económicamente y
producido por una conducta humana, antijurídica e injusta o por
la participación de cosas, que afecta un interés jurídicamente
protegido.
PAUTAS GENERALES.
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“El acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la
persona o los derechos de otro, se llama en este Código “delito”
(artículo 1072, C.C.).
OMISION CULPOSA.
“Artículo 1074. Toda persona que por cualquier omisión hubiese
ocasionado un perjuicio a otro, será responsable solamente
cuando una disposición de la ley le impusiera la obligación de
cumplir el hecho omitido”.
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omisiones culposas, a pesar de estar incluida dentro del
capítulo de los actos ilícitos dolosos. Debemos subrayar
“solamente”. Sólo se responderá civilmente del daño producido
por omisión culposa cuando medie una obligación de hacer, la
que podrá surgir de una ley o de los principios generales en
los que se asienta el ordenamiento jurídico.
Las omisiones culposas han sido analizadas en de
obligaciones de no hacer no cumplidas por parte del Estado en
varios fallos en los que, con fundamento en esta norma, se ha
declarado la responsabilidad del mismo por los perjuicios
causados a particulares. Uno de esos dictados jurisprudenciales
es el emanado de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia
de Mendoza en la conocida “causa Torres”, fallo en el que con
el voto de la Dra.Aída Kemelmajer de Carlucci se dijo: …..
APLICACIÓN DE REGLAS
Las prescripciones de los artículos 1075 y 1076 resultan
sobreabundantes por regular cuestiones ya normadas a nivel de
la teoría general de los hechos jurídicos.
“Artículo 1075. Todo derecho puede ser la materia de un delito,
bien sea un derecho sobre un objeto exterior, o bien se confunda
con la existencia de la persona”.
“Artículo 1076. Para que el acto se repute delito, es necesario
que sea el resultado de una libre determinación de parte del
autor. El demente y el menor de diez años no son responsables de
los perjuicios que causaren”.
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cometer delitos de los dementes y los menores de 10 años y por
lo tanto acepta su irresponsabilidad. De todos modos, en estos
supuestos, de existir daños causado por un menor o por un
demente, la víctima siempre estará cubierta por tornarse
operativas las regulaciones del 1114 y/o 908.
RUBROS INDEMNIZATORIOS.
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código de forma provincial-. No se requiere probar la entidad
de ese daño, siendo facultad judicial su justipreciación,
tratándose de una prueba “in re ipsa” ya que surge de los
hechos ocurridos sin que tenga que guardar proporción con los
demás perjuicios sufridos.
“La obligación de resarcir el daño causado por los actos ilícitos
comprende, además de la indemnización de pérdidas e intereses, la
reparación del agravio moral ocasionado a la víctima. La acción por
indemnización del daño moral sólo competerá al damnificado directo,
si del hecho hubiere resultado la muerte de la víctima, únicamente
tendrán acción los herederos forzosos” (artículo 1078, C.C.).
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“La obligación de reparar el daño causado por un delito existe, no
sólo respecto de aquel a quien el delito ha damnificado directamente,
sino respecto de toda persona, que por él hubiese sufrido, aunque sea
de una manera indirecta”.
INJURIAS.
Artículo 1080. El marido y los padres pueden reclamar pérdidas e
intereses por las injurias hechas a la mujer y a los hijos.
INDEMNIZACIONES EN PARTICULAR.
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El artículo 1085 aclara lo que el sentido común indica. El
derecho a reclamar lo posee el que se haya hecho cargo del
gasto del tratamiento y entierro del causante.
La segunda parte de la norma excluye de la indemnización a
aquellos herederos que hubieran participado en la generación
del perjuicio.
LIBERTAD INDIVIDUAL.
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la redacción del artículo, ambas clases de daños.
CALUMNIAS E INJURIAS.
Calumniar e injuriar implica una descalificación personal
del sujeto calumniado o injuriado que, al recibirla, ve
afectado un derecho personalísimo que legítimamente debe
preservarse: su honor.
HURTO.
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restituida al propietario con todos sus accesorios, y con
indemnización de los deterioros que tuviere, aunque sean causados por
caso fortuito o fuerza mayor.
Artículo 1092. Si no fuere posible la restitución de la cosa hurtada,
se aplicarán las disposiciones de este capítulo sobre la
indemnización del daño por destrucción total de la cosa ajena.
LEGITIMADOS ACTIVOS
El afectado en sus derechos, sea o no titular de una
acción real, puede accionar. De manera idéntica se dispone en
el artículo 1110 para casos de cuasidelitos.
Tanto el dueño, como el poseedor, el locatario, etc. están
habilitados.
DINERO
Artículo 1093. Si el delito fuere de usurpación de dinero, el
delincuente pagará los intereses de plaza desde el día del delito.
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La acción civil es independiente de la acción penal. Ambas
tienen distinta finalidad. Mientras la acción civil persigue la
reparación del daño porque protege intereses particulares, la
penal es sancionatoria y tutela intereses generales.
Aquí se sienta una regla básica que tiene sus excepciones.
Una de estas se describe en la última parte de la siguiente
previsión.
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sido entablada por el difunto.
RENUNCIA
Hemos señalado que las acciones personales cuya naturaleza
jurídica reside en ser derechos creditorios absolutamente
disponibles por los particulares puede ser renunciada, lo que
constituye un modo extintivo de las obligaciones. Así, podía
renunciarse a demandar por dolo al deudor o a la prescripción
ya cumplida.
El artículo 1100 regula la renuncia a la acción civil del
damnificado directo señalando que ello no condiciona el reclamo
de los esposos e hijos, para el caso de las injurias y daños al
honor.
INTERRELACION DE ACCIONES.
La regla de independencia de acciones es acotada para el
caso en que de un mismo hecho ilícito se deriven ambas
acciones, ya que el progreso de la civil se detendrá en el
momento en que deba concluirse el proceso mediante sentencia.
Esta no podrá dictarse hasta tanto no haya finalizado el
proceso penal.
El objetivo de la norma es evitar el escándalo jurídico
que significaría una resolución condenatoria penal y una civil
que rechace la indemnización. Así lo invoca en la nota el
propio codificador.
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Artículo 1102. Después de la condenación del acusado en el juicio
criminal, no se podrá contestar en el juicio civil la existencia del
hecho principal que constituya el delito, ni impugnar la culpa del
condenado.
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en el que participaron de la agresión a una persona los tres
patovicas del mismo y no puede identificarse quien de ellos
produjo la lesión pero no caben dudas en sede civil acerca de
la relación causal adecuada entre el hecho de los patovicas y
el daño sufrido por quien reclama, será por lo menos el
principal de los dependientes quien afrontará la indemnización
respectiva.
CUESTIONES PREJUDICIALES.
DERECHO DE OPCION.
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diferencias para decidirse por uno u otro. Los supuestos en los
que ello podrá hacerse son los casos de transporte, espectáculo
público o deportivo, etc.
LEGITIMADOS.
CULPA DE LA VÍCTIMA.
Artículo 1111. El hecho que no cause daño a la persona que lo sufre,
sino por una falta imputable a ella, no impone responsabilidad
alguna.
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como estaba regulado o lo ha prestado de modo irregular y como
tal debe responder del daño que ello ha generado.
PRESCRIPCION.
El plazo de prescripción se computa a partir del
acaecimiento del acto ilícito dañoso, porque es en ese mismo
instante en que se provoca el perjuicio, y a partir de él se
torna exigible.
La acción que el derecho reconoce al acreedor para
reclamarle al deudor la indemnización derivada prescribe a los
dos años.
“Artículo 4037: Prescríbese por dos años, la acción por
responsabilidad civil extracontractual.”
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