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¡Cambiar nuestros caminos, para bien, siempre lo

Bendice Dios!.
Por JMTH.
Al ser humano desde su misma creación, siempre lo han motivado para vivir
reglas y dogmas, disciplinas y normas que conducen sus vidas. Tanto en lo
laboral como en lo espiritual, el ser humano toda la vida se ha adaptado a
reglas para su convivencia; pero, ¿esas normas de convivencia creadas por
nosotros mismos, siempre nos traen bienestar?. Por supuesto que no. Dios
al crear la raza humana nos indicó el modo para vivir que no se sujetara a
nada material, ni espiritual que no fuera el Amor al Creador y a su hijo el
Cordero Santo, y entre sus Mandamientos, rebeló:

En el libro del Eclesiastés, Capítulo 12, dice:

1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan


los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos
contentamiento;
2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y
vuelvan las nubes tras la lluvia;
3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres
fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán
los que miran por las ventanas;

Más adelante, en los versos 13 y 14, dice:


13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa
encubierta, sea buena o sea mala.

¡Entonces!, organiza tu vida acorde a la Voluntad de Dios y las promesas que


hizo el Creador de cómo Bendeciría a todo lo creado por El, si obedecemos
sus Mandamientos.

Y dice en Levítico, Capítulo 26:


1 No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua,
ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella;
porque yo soy Jehová vuestro Dios.
2 Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo
Jehová.
3 Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los
pusiereis por obra,
4 yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos,
y el árbol del campo dará su fruto.
5 Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la
sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros
en vuestra tierra.
6 Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y
haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará
por vuestro país.
7 Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de
vosotros.
8 Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros
perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada
delante de vosotros.
9 Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y
afirmaré mi pacto con vosotros.
10 Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para
guardar lo nuevo.
11 Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os
abominará;
12 y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi
pueblo.
13 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que
no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he
hecho andar con el rostro erguido.

¡Entonces!, ¿por qué existen tantas personas en la actualidad que se


burlan de esos Mandamientos que ordenó Dios a su pueblo,
conociendo que la ira de Dios puede destruir y edificar en un segundo,
como se ha probado ya?.
Busquen cada segundo de la vida de la Misericordia de Dios, y como
dice el profeta Joel, en Joel, Capítulo 01:

1 Palabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel.


2 Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿Ha
acontecido esto en vuestros días, o en los días de vuestros padres?
3 De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus
hijos a la otra generación.
4 Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón
comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había
quedado.
5 Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a
causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.
6 Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son
dientes de león, y sus muelas, muelas de león.
7 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó;
sus ramas quedaron blancas.
8 Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud.
9 Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los
sacerdotes ministros de Jehová están de duelo.
10 El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue
destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite.
11 Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada,
porque se perdió la mies del campo.
12 La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera
y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se
extinguió el gozo de los hijos de los hombres.
13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid,
dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de
vuestro Dios la ofrenda y la libación.
14 Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y
a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y
clamad a Jehová.
15 ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como
destrucción por el Todopoderoso.
16 ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la
alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?
17 El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron
asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo.
18 ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de
los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los
rebaños de las ovejas.
19 A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del
desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.
20 Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los
arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto.

Dios está llamando a caminar en senderos de rectitud ante su


Presencia, en senderos de obediencia, pero, pocos desean obedecerle,
porque no le conocen. ¿Habrá que esperar destrucción y mortandad
para arrepentirse del mal y ver que la mano de Dios levantó la espada
para juzgar a los pueblos?

Pablo, un siervo fiel de Dios, le escribía a los de Corintios: 2da. a los


Corintios, Capítulo 10:
5 Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo,
6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra
obediencia sea perfecta.

Es así como debemos actuar y andar los seres humanos.

Cuando elegimos el camino de la luz en Jesucristo, se abren puertas de


victorias en todos los sentidos.

Y dice en Isaías, Capítulo 41:

1 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y


entonces hablen; estemos juntamente a juicio.
2 ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese,
entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los
entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata?
3 Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían
entrado.
4 ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el
principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros.
5 Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se
espantaron; se congregaron, y vinieron.
6 Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate.
7 El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que
batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con
clavos, para que no se moviese.
8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí,
descendencia de Abraham mi amigo.
9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te
llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu
Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la
diestra de mi justicia.
11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y
confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.
12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán
como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.
13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha,
y te dice: No temas, yo te ayudo.
14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy
tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.
15 He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes;
trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo.
16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino;
pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.
17 Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está
de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los
desampararé.
18 En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en
el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra
seca.
19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la
soledad cipreses, pinos y bojes juntamente,
20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la
mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.

Pero, entre más se blasfeme contra Dios y su Santo Espíritu y día a día
se haga lo que a Dios no agrada, entonces el Espíritu Santo dará sus
espaldas y dejará como castigo y arrepentimiento que satanás actúe
sobre los desobedientes de la Tierra.

Y lo reafirma la Palabra de Dios, cuando dice en Proverbios 19:29: 29


Preparados están juicios para los escarnecedores,
Y azotes para las espaldas de los necios.

En Proverbios 10:13-14, dice también: 13 En los labios del prudente se


halla sabiduría;
Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura.
14 Los sabios guardan la sabiduría;
Mas la boca del necio es calamidad cercana.

No se debe continuar ofendiendo y blasfemando contra Dios, porque ni una


sola tilde de su Palabra, dejará de cumplirse y la advertencia está hecha.

En Lucas 17, Jesús, aclaró sobre su Promesa para hacer cumplir la Voluntad
del Padre Dios, y dijo: 24 Porque como el relámpago que al fulgurar
resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será
el Hijo del Hombre en su día.

Dios Bendice, pero, hay que pagar un precio, que algunos hoy, no
quieren pagar, y ese precio es doblar las rodillas ante Dios, obedecerle y
cumplir su Voluntad.

¡Que Dios les Bendiga!. Amén.

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