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Art.

346 Libro Segundo

Capítulo III
De las cuestiones previas

Art. 346.— Excepciones de previo pronunciamiento. Dentro


del lapso fijado para la contestación de la demanda, podrá
el demandado en vez de contestarla promover las siguientes
cuestiones previas:

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Procedimiento Ordinario Art. 346

l 0 .— Declinatoria de conocimiento. La falta de jurisdicción


del Juez, o la incompetencia de éste, o la litispendencia, o
que el asunto deba acumularse a otro proceso por razones
de accesoriedad, de conexión o de continencia.

CONEXIÓN POR ACCESORIEDAD: ART 4 8 ; CONEXIÓN


SUBJETIVA, OBJETIVA O POR CONTINENCIA: ARTS. 51 Y
5 2 ; FALTA DE JURISDICCIÓN: ART. 5 9 ; LITISPENDENCIA:
ART. 6 1 ; CARGA DE SEÑALAR, AL INTERPONER LA CUES-
TIÓN PREVIA, EL JUEZ CONSIDERADO COMPETENTE POR
EL EXCEPCIONANTE: ARTE. 6 0 I N FINE; INADMISIBILIDAD
DE INCOMPETENCIA MATERIAL CUANDO EL TRIBUNAL
TIENE AMBAS JURISDICCIONES, CIVIL Y MERCANTIL:
ART. 1 . 1 0 3 C . C O M .

2 0 .— Falta de capacidad procesal. La ilegitimidad de la per-


sona del actor por carecer de la capacidad necesaria para
comparecer en juicio.

NORMA DE JUICIO: ART. 1 3 6 ; SUBSANACIÓN DE LA FAL-


TA DE LEGITIMACIÓN: ART. 3 5 0 .

30.— Falta de capacidad de postulación o representación. La


ilegitimidad de la persona que se presente como apoderado
o representante del actor, por no tener capacidad necesaria
para ejercer poderes en juicio, o por no tener la representa-
ción que se atribuya, o porque el poder no esté otorgado en
forma legal o sea insuficiente.

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Art. 346 Libro Segundo

CAPACIDAD DE POSTULACIÓN: ART. 1 6 6 ; REQUISITOS


DEL PODER: ARTS. 1 5 1 SS.

4 0 .— Falta de representación en el citado. La ilegitimidad de


la persona citada como representante del demandado, por
no tener el carácter que se le atribuye. La ilegitimidad po-
drá proponerla tanto la persona citada como el demandado
mismo, o su apoderado.
0
5 -.— Falta de cautio judicatum solvi. La falta de caución o
fianza necesaria para proceder al juicio.

NORMA DE JUICIO: ART. 36 C C ; EXENCIÓN EN MATE-


RIA MERCANTIL: ART. 1 . 1 0 2 C . C O M . ; CAUCIÓN DEL
REPRESENTANTE SIN PODER: ART. 7 0 3 ; CAUCIÓN DEL
COHEREDERO DEMANDANTE: ART. 1 . 2 5 5 C C ; LAS SO-
CIEDADES EXTRANJERAS QUE TENGAN SU OBJETO PRIN-
CIPAL DE ACTIVIDAD EN EL PAÍS SE REPUTAN NACIONA-
LES: ART. 3 5 4 C . C O M .

60.— Defecto de forma del libelo. Acumulación prohibida. El


defecto de forma de la demanda, por no haberse llenado en
el libelo los requisitos que indica el artículo 340, o por ha-
berse hecho la acumulación prohibida en el artículo 78.

7°.— Falta de mora. La existencia de una condición o plazo


pendientes.

INTERÉS PROCESAL: ART. 1 6 ; EXENCIÓN DE COSTAS


CUANDO NO SE HA DADO LUGAR AL PROCEDIMIENTO:
ART. 2 8 2 IN FINE; IMPROCEDENCIA DE RECLAMAR EL

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Procedimiento Ordinario Art. 346
BENEFICIO DEL PLAZO POR HECHOS DEL DEUDOR: ART.
1 . 2 1 5 C C ; SUPUESTOS DE EXIGIBILIDAD DE UNA LE-
TRA DE CAMBIO SIN VENCIMIENTO DE PLAZO: ART. 4 5 1
C . C O M . ; DECLARACIÓN DE PLAZO VENCIDO DEL CRÉ-
DITO GARANTIDO, SI ES EMBARGADA LA COSA MUEBLE
DADA EN HIPOTECA O PRENDA: ART. 68 LEY DE HIPO-
TECA MOBILIARIA Y PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO
DE POSESIÓN.

80.— Prejudicialidad. La existencia de una cuestión perjudi-


cial que deba resolverse en un proceso distinto.

PREJUDICIALIDAD PENAL SOBRE LO CIVIL: ART. 6 9 C Ó -


DIGO DE ENJUICIAMIENTO CRIMINAL.

90.— La cosa juzgada.

NORMA DE JUICIO: ART. 1 . 3 9 5 C C ; FUERZA LEGAL DE


LA COSA JUZGADA: ART. 2 7 3 ; EFICACIA DE LA COSA
JUZGADA PENAL SOBRE LO CIVIL: ARTS. 1 1 3 Y 1 1 5
CÓDIGO PENAL, ART. 1 . 3 9 6 C C Y ART. 7 9 CÓDIGO
DE ENJUICIAMIENTO CRIMINAL.

100.— La caducidad de la acción establecida en la Ley.

110.— Inadmisibilidad de la demanda. La prohibición de la


ley de admitir la acción propuesta, o cuando sólo permite
admitirla por determinadas causales que no sean de las ale-
gadas en la demanda.

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Art. 3 Libro Segundo

INADMISIBILIDAD PRO TEMPORE: ARTS. 2 6 6 Y 2 7 1 ;


DEUDAS DE JUEGO, AZAR O ENVITE: ART. 1 . 8 1 C C ;
TAXATIVIDAD CAUSALES DE DIVORCIO: ART. 1 8 5 C C ;
TAXATIVIDAD CAUSALES INVALIDACIÓN: ART. 3 2 8 .

Postergación de las defensas perentorias. Si fueren varios los


demandados y uno cualquiera de ellos alegare cuestiones
previas, no podrá admitirse la contestación a los demás y se
procederá como se indica en los artículos siguientes. (Arts.
248 y 257 CPCD).

1. Saneamiento del proceso. Las cuestiones previas actúan como


el despacho saneador del Código brasileño o el fins de non
recevoir del derecho adjetivo francés, acogido, hoy por hoy, en
la mayoría de los códigos latinoamericanos. El Código Modelo
Procesal Civil prevé el saneamiento del proceso como una de
las funciones propias de la audiencia preliminar —dentro del
esquema del juicio oral—Junto con la función conciliatoria del
juez y la depuradora; esta última tendiente a fijar definitivamente
el objeto del proceso y, por ende, el de la prueba (cfr nuestro
Art. 868).
«La función de saneamiento, al correcto decir de BARBOSA
MOREIRA, supone la solución de cualesquiera cuestiones suscep-
tibles de distraer la atención de la materia referente al meritum
causee. Esto es, a resolver cuestiones que no dicen relación con
el mérito (fondo) de la causa, facilitando la labor del tribunal en
el futuro (abreviación). Y evitando todo el trámite posterior para
concluir en una sentencia final que declare la nulidad del proce-
so o la falta de un presupuesto procesal» (cfr Exp. Mot. del
Código Modelo Procesal Civil para Iberoamérica, Madrid, Mi-
nisterio de Justicia, 1990, p. 62).
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Procedimiento Ordinario Art. 3

2. Contestación y cuestiones previas. El texto inicial de este


artículo 346 aclara la disputa que suscitaba el Código derogado,
sobre si la litis contestación es un acto complejo o un estado del
juicio. Cuando se interponen cuestiones previas, no se inicia
contestación alguna, aunque en el acta correspondiente, por
ignorarse a ese momento la actitud que asumiría el demandado,
se dejaba constancia de la apertura del acto del tribunal destina-
do a la contestación de la demanda.
Ahora, según la letra de este artículo, queda claro que la
interposición de cuestiones previas nada tiene que ver con la
contestación a la demanda; y por ello la parte inicial de la dispo-
sición expresa que el demandado en vez de contestar la deman-
da, podrá oponer las cuestiones previas. El reo no da respuesta
a la demanda cuando denuncia errores de índole procesal (de rito)
u obstáculos de índole sustancial, que, en el orden lógico, impi-
den (temporal o definitivamente) contestar el mérito de la de-
manda.
Las cuestiones previas pueden ser clasificadas en cuatro
grupos, según el tratamiento procedimental y los efectos que les
asigna la ley: cuestiones sobre declinatoria de conocimiento,
cuestiones subsanables, cuestiones que obstan la sentencia de-
finitiva y cuestiones de inadmisibilidad.
Estudiemos distintamente cada una de ellas.
3. Declinatoria de conocimiento. En la causal primera, el le-
gislador comprende cuatro especies o supuestos de cuestiones
previas; a saber: la falta de jurisdicción del juez, por la cual
carece el tribunal de potestad para dirimir el caso, al pertenecer
esa potestad a la administración pública (límites constituciona-
les de la jurisdicción: Art. 65) o al juez extranjero (límites inter-
nacionales) o al tribunal arbitral (Arts. 2 y 611); la incompeten-
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Art. 34 Libro Segundo

cia del tribunal en razón de la materia, del valor o del territorio,


la litispendencia, cuya norma de juicio es el artículo 61 y la acu-
mulación de autos. Las tres primeras especies de cuestiones son
de eminente orden público, y por ello los artículos 59 y 347 no
fijan momento preclusivo para denunciarlas. Luego la norma
incluye las tres sub-especies de acumulación de procesos, que
devienen de relaciones entre las causas por accesoriedad (Art.
48), conexión subjetiva u objetiva o de continencia (Arts. 51
y 52).
Si el demandado alega que el juez de la causa no tiene la
ordinaria competencia territorial, tendrá la carga procesal de
señalar entonces, cuál es el juez competente, so pena de tenerse
como no opuesta la cuestión previa (Art. 60 in fine).
En el caso específico de la acumulación, es menester tener
en cuenta que la cuestión previa no consiste, sin más, en pedir
una acumulación procedente; vgr., que varias pretensiones no
deducidas contra el reo, sean incluidas en la demanda, por razo-
nes de economía procesal y economía de gastos de defensa; o
que se haga una acumulación de sujetos; valga decir, un llama-
miento en causa, de codeudores en razón de la conexión mutua
entre las causas. Tiene que referirse siempre —según el texto de
la causal— a un proceso ya pendiente, al cual deba acumularse
el juicio en el que se interpone la cuestión previa. Por tanto, la
cuestión de declinatoria de conocimiento por accesoriedad o de
continencia proceden en el juicio accesorio o contenido, respecto
al principal ya pendiente de antes; y la de conexión en aquel en
el que no se haya prevenido primero, y sea el juicio «atraído»
(cfr comentario al Art. 51).

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Procedimiento Ordinario Art. 346

4. Cuestiones subsanables. Comprende este segundo grupo las


causales que, según el artículo 350, pueden ser subsanadas por
el actor; valga decir, la 2-, 3-, 4-, 5- y 6-.
a) Falta de capacidad procesal. Concierne a la ilegitimidad al
proceso del demandante, y la norma que juzga sobre su proce-
dencia es el artículo 136, a cuyo comentario nos remitimos. Si
la ilegitimidad corresponde al demandado, por haber sido, por
ej., citado un menor o un entredicho sujeto a tutela, el caso será
similar, aunque no igual, al del ordinal 4 9 ; pero dado que con-
cierne propiamente a la parte formal y no a una relación de re-
presentación, puede hacerse valer, por analogía la causal 2-, se-
gún nos parece.
b) Falta de capacidad de postulación o representación. Esta
causal, más amplia que la excepción dilatoria que preveía el
Código derogado, comprende: la falta de capacidad de
postulación en el apoderado indicada el artículo 166, sea por-
que no es abogado o porque no tiene el libre ejercicio de la pro-
fesión; la ineficacia del poder o relación de representación entre
el demandante y el sedicente apoderado o representante por no
llenar los requisitos legales, y la insuficiencia del poder para
proponer la demanda. Así por ej., en el caso de demandas intuitu
personce, el poder debe ser especial para el caso, so pena de
inadmisibilidad de la demanda (cfr comentario al Art. 154).
Al referirnos al artículo 156 quedó aclarado que el incidente
de exhibición de los instrumentos que legitiman el carácter del
otorgante del poder nada tiene que ver con la cuestión previa de
la causal 2-.
c) Falta de representación en el citado. Procede esta cuestión
previa cuando la persona señalada como representante de otro
o personero de un ente moral, no tiene el carácter que se le atri-
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Art. 3 Libro Segundo

buye. La depuración de este vicio es esencial a la debida inte-


gración del contradictorio, pues si no existe tal cualidad, no se
estará llamando ajuicio al verdadero demandado con legitima-
ción a la causa.
Bajo el Código anterior existía la duda sobre quién tenía
legitimidad para proponer esta cuestión, y se afirmaba que, en
estricto rigor, ni el citado ni el demandado tenían interés en pro-
ponerla: el primero, porque no teniendo el carácter carecía de
responsabilidad; el segundo, porque al no haber sido llamado
debidamente, continuaba siendo un extraño en la litis. Sin em-
bargo, es este un planteamiento simplista que deja a un lado el
embarazo que supone el proceso para la persona citada que, en
cierta forma involucra la responsabilidad cuasicontractual de una
gestión de negocios, y la responsabilidad procesal deviniente del
deber de actuar con lealtad y probidad (Art. 170), sin ocultar
hechos relevantes al juicio. De otra parte, el demandado tiene
un interés eventual, pero inminente, en cuanto pueden obrar
medidas cautelares en su esfera jurídica y hacerse ejecutoria
contra sus bienes, aunque no hubiese sido llamado debidamen-
te al proceso. Es por ello que el nuevo Código disipa la duda
que antes existía y declara que «la ilegitimidad podrá proponer-
la tanto la persona citada como el demandado mismo, o su apo-
derado».
Pensamos que dentro de esta causal puede ser reconducido,
en razón de analogía, el equívoco de homonimia, el cual es co-
mún que se presente cuando se demandan personas con nom-
bres y apellidos comunes y frecuentes. Así por ej., si se deman-
da a José García sin indicar el número de su cédula de identidad
—no requerido por el artículo 340—, es posible que el Alguacil
cite al tocayo o colombroño de tal demandado. En tal caso, la
excepción oponible no sería la de falta de cualidad, pues ésta
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Procedimiento Ordinario Art. 3

pone en duda la relación lógica entre la parte formal y aquel a


quien (o contra quien) la ley da la acción; sería oponible una
cuestión previa atípica, desde que la hipótesis es la identidad de
la parte formal. El supuesto no se subsume al del ordinal 4 9 ,
pues entrambos José García (el demandado y el citado) no exis-
te la relación de representación o personería que señala esta
cuestión previa; pero evidentemente existe la analogía.
«Aunque el actor, por un error puramente material de di-
rección o por un equívoco de homonimia, notifique la citación a
un quídam que no entre ni tenga nada que ver con la demanda,
el proceso surge y ese tal se encuentra automáticamente puesto
en la posición procesal de demandado. (...) Si no viene a ser ci-
tada enjuicio la parte contra quien se propone la demanda (idest
la acción-pretensión alegada por el actor), las consecuencias son
perfectamente simétricas a las del caso en que la demanda (idest
acción-pretensión) no sea propuesta por aquel a quien, según su
mismo esquema, corresponda el proponerla. Es decir, nacerá el
proceso y podrá conducir a un juicio del juez, pero éste no po-
drá ser más que negativo (de rechazo por defecto esencial del
contradictorio)» (cfr REDENTI, ENRICO: Derecho Procesal Civil,
I, p. 232 y 233).
Caso distinto es cuando el verdadero legitimado se le de-
signa en la demanda con un nombre distinto: vgr., "demando a
José Alberto García", y el demandado —que sí tiene cualidad a
la causa— alega que no es Alberto su segundo nombre y que
por tanto nada tiene que ver con un proceso en el que no se le ha
demandado a él propiamente. Este supuesto no pasa de ser un
simple error de escritura, que no puede configurar cuestión pre-
via ni perentoria si el demandado no niega su cualidad pasiva,
porque —como ha dicho la Corte— «el error material o lapsus
calami ocurrido en el nombre de una de las partes, excluye la
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Art. 3 Libro Segundo

idea de una interpolación de persona extraña en el proceso» (cfr


CSJ, Sent. 6-5-70 GF 68 p. 325, cit por Bustamante, Maruja: ob.
cit., Ne 2577). El demandado no tendría interés legítimo en im-
pugnar la validez de la demanda si ésta no le concierne por te-
ner legitimidad a la causa. También ha dicho la Corte que «es
cuestión de mero hecho, cuya resolución incumbe a los jueces
de instancia, en ejercicio de su soberanía de apreciación de las
pruebas, la determinación de la identidad personal de los
litigantes, en caso de ser objeto de controversia (cfr CSJ, Sent.
21-4-59 GF 24 p. 9, cit por Bustamante, Maruja: ob. cit., N9
2576).
La prueba sobre el carácter de personero o representante
de otro corresponde al actor y no al excepcionante. En este caso
no se aplica el principio reus in excipiendo fit actor, pues el ac-
tor debe probar el hecho que invoca como presupuesto de la ci-
tación; esto es, que la representación o personería reside en el
sujeto que él ha indicado; cuestión que parece más acorde con
el artículo 506, porque quien debe probar el supuesto de hecho
de la norma, en este caso el del artículo 138, es quien pretende
traer ajuicio a la persona jurídica. La situación es similar al tras-
lado de la carga de la prueba que ocurre en el desconocimiento
de la firma de instrumentos: el promovente debe probar la au-
tenticidad de la rúbrica por virtud del solo rechazo que ha he-
cho su contraparte (cfr CSJ, Sent. 22-11-72, ob. cit., N9 0998).
d) La cautio iudicatum solvi. La caución de solvencia judicial
es aquella que exige el artículo 36 del Código Civil a las perso-
nas extranjeras, naturales o jurídicas, para poder impetrar de-
manda en Venezuela, como garantía de responsabilidad proce-
sal en caso de sucumbir en su pretensión. El artículo 1.102 del
Código de Comercio exime de esta caución al demandante en
materia comercial a los efectos de lo que fuere juzgado y sen-
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Procedimiento Ordinario Art. 3

tenciado, cualquiera fuere la naturaleza de la pretensión: cum-


plimiento de contrato, indemnización de perjuicios, declaración
judicial de un derecho, etc.
Opuesta la cuestión previa, el demandante podrá, si así
fuere, comprobar en la articulación probatorio que tiene en Ve-
nezuela bienes suficientes para responder al demandado de los
daños y perjuicios sufridos en caso de que sea desestimada su
demanda; así lo prevé el precitado artículo 36.
En caso de representantes sin poder que asuman la defensa
del poseedor o del querellado, en los interdictos posesorios, la
cuestión previa por no haberse constituido la caución que seña-
la el artículo 703, puede ser opuesta en la primera actuación del
querellante, so pena de convalidar si no lo hace (Art. 213).
e) Defecto deforma del libelo. El demandante debe dar cumpli-
miento a los requisitos formales exigidos por el artículo 340,
antes estudiado. Sin embargo, algunos de ellos acarrean otros
efectos ajenos a los presupuestos procesales, y por ello su omi-
sión no hace oponible la 6! cuestión previa. Tales son:
a') El señalamiento del domicilio procesal a los efectos de noti-
ficaciones (ord. 99 del Art. 340). La falta de esta indicación no
puede dar lugar a la 6a cuestión previa porque la sanción res-
pectiva está ya consagrada en el artículo 174, cual es la de pro-
ceder, entonces, a notificar al actor en la sede del tribunal, me-
diante simple fijación de la boleta en la cartelera respectiva del
juzgado.
b') Si el actor no cumple con el ord. 69 del Art. 340 —consigna-
ción de los documentos fundamentales—, no procede la cues-
tión previa 6S, pues la sanción legal será el no admitirlos poste-
riormente de acuerdo al artículo 434 de este Código, y no la de
tener por incompleto el libelo de demanda.
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Art. 3 Libro Segundo

c') Si el actor no estima la demanda de acuerdo a lo prevenido


en el artículo 38 no es admisible la cuestión de defecto del libe-
lo, pues no es éste un requisito del artículo 340; a más de que —
según dicho artículo 38—, el demandado podría suscitar la de-
terminación del punto en el acto de contestación a la demanda,
para que el juez haga la estimación en capítulo previo de la sen-
tencia. Tal estimación interesa al demandado, por ser relevante
a los efectos de la competencia por valor, la fijación máxima de
honorarios profesionales (Art. 286) y la admisibilidad del recurso
de casación (cfr Art. 312 y CSJ, Sent. 10-3-88, en Pierre Tapia,
O.: ob. cit. N9 3, pp. 81-82).
d') Tampoco puede oponerse esta cuestión previa si no se indi-
ca la persona de aquel en quien debe practicarse la citación; en
vez de este señalamiento, indispensable para el andamiento del
proceso, no es un requisito del artículo 340 mencionado, y por
ende puede hacerse en diligencia posterior al auto de admisión;
o deducirlo incluso el juez de los recaudos que cursen anexos al
libelo.
A esta cuestión previa se le ha denominado también oscu-
ro libelo, desde que sí procedería oponerla cuando el actor, ha-
biendo dado los fundamentos de hecho y de derecho de su pre-
tensión (ord. 59 del Art. 340), estos no son, sin embargo, claros
y completos, al punto de crear una falta de información del plan-
teamiento jurídico del actor para hacer y dar la defensa del de-
mandado. En este sentido ha dicho la Corte que «el referido dis-
positivo (ord. 59 del Art. 340) persigue que tanto el demandado
como el Juez conozcan con precisión y exactitud lo pedido por
la parte actora, de tal manera que el primero pueda defenderse
apropiadamente y el segundo dicte un pronunciamiento acorde
y congruente» (cfr CSJ, SPA, Sent. 19-11-92, en Pierre Tapia,
O.: ob. cit. N 9 11, p. 220).

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Procedimiento Ordinario Art. 3

f) Acumulación prohibida. La causal 6- también engloba la de-


nuncia de integración indebida del proceso, por haberse hecho
una inepta acumulación inicial de pretensiones; sea porque és-
tas se excluyen mutuamente o son contrarias entre sí, o porque
deben dilucidarse por ante jueces con competencia material dis-
tinta o, en fin, porque deben discurrir por procedimientos que
resultan incompatibles uno con el otro (Art. 78).
Consideramos que, también por analogía —la similitud, que
es esencial, radica en el fin u objetivo saneador del instituto que
estamos estudiando—, puede oponerse esta cuestión previa 6 a ,
a los fines de subsanar el proceso, en caso de que el actor haya
escogido un procedimiento impertinente a la pretensión dedu-
cida; vgr., algún procedimiento ejecutivo especial que no reúne
las condiciones legales requeridas; o bien, que ha escogido el
ordinario (o el procedimiento breve), cuando existe un procedi-
miento especial ad hoc para dicha pretensión. La norma de jui-
cio en tal caso es el artículo 22, en conexión con el artículo 338
que determina la pertinencia del procedimiento especial.
5. Cuestiones que obstan la sentencia definitiva. Por el efecto
que asigna el artículo 355 pueden ser comprendidas en este grupo
las cuestiones previas 7a y 8a, pertinentes a la exigibilidad del
crédito o la prejudicialidad.
a) La condición o plazo pendiente atañe directamente al interés
procesal, sobre el cual trata el artículo 16. Esta norma se refiere
a la necesidad del proceso como único medio (extrema ratio)
para obtener, con la invocación de la prometida garantía juris-
diccional del Estado, el reconocimiento o satisfacción de un
derecho que no ha sido reconocido o satisfecho libremente por
el titular de la obligación jurídica. Este interés tiene su causa
remota en la prohibición de hacerse justicia por propia mano que

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Art 3 Libro Segundo

ha impuesto el Estado al irrogarse con carácter exclusivo la fun-


ción de juzgar.
La doctrina distingue tres tipos de interés procesal: el que
deviene del incumplimiento de una obligación, el que deviene
de la ley (procesos constitutivos) y el que deviene de la falta de
certeza. Esta falta de interés procesal constituye un presupuesto
de la sentencia de mérito (al igual que la competencia por va-
lor), según se verá al comentar el artículo 355.
La cuestión previa atañe sólo a estipulaciones contractua-
les de término o condición aun no cumplidas; alquando debeatur
de la obligación. Los otros supuestos de falta de interés proce-
sal no pueden ser denunciados, en principio, por esta vía de la
cuestión previa 7a, toda vez que la inexistencia de incertidum-
bre a los fines de las demandas mero-declarativas, y la
innecesidad de la fiscalización procesal del Estado en ciertas
relaciones (demandas de procesos constitutivos), son cuestio-
nes —atañederas al interés procesal, ciertamente—, pero que
conciernen netamente al mérito del asunto, y por tanto no pue-
den ser resueltas in limine litis.
b) La prejudicialidad puede ser definida como el juzgamiento
esperado, que compete darlo a otro juez, sobre un punto que
interesa o involucra la premisa menor (qucestio facti) del silo-
gismo jurídico del fallo que ha de darse en el proceso en el cual
se suscita dicha prejudicialidad. El punto imprejuzgado atañe a
la causa presente, porque requiere de una calificación jurídica
que compete exclusivamente a otro juez; permaneciendo entre
tanto incierto el hecho específico real que debe ser subsumido a
las normas sustantivas dirimidoras del asunto.

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Procedimiento Ordinario Art. 3

Hay prejudicialidad civil sobre lo penal cuando, pendiente


el juicio de anulación de matrimonio, el juez penal debe aguar-
dar la calificación jurídica de la decisión en sede civil, para
determinar si ha habido bigamia. Hay prejudicialidad penal so-
bre lo civil, cuando es menester esperar el calificativo de culpa-
ble o inocente del reo en el proceso criminal, a los fines de juz-
gar los daños resarcibles en sede civil.
Es muy importante tener en cuenta la tesis de las declara-
ciones incidenter tantum que haga un juez en su sentencia so-
bre asuntos, en principio, prejudiciales, pues con ello se obtiene
celeridad en la administración de justicia, sobre todo en asuntos
urgentes. Así por ej., si un menor reclama alimentos, por ante la
jurisdicción juvenil, y el demandado se excusa por decir no te-
ner la cualidad de padre de dicho menor, habría perjuicios irre-
parables si se suspendiera el proveimiento de manutención has-
ta que cuncluya el juicio de inquisición o de impugnación de
paternidad que haya podido suscitarse ante el juez de familia.
Por ello, la doctrina moderna reconoce la potestad de los jueces
para hacer declaraciones incidenter tantum y le concede efica-
cia de cosa juzgada a éstas, cuando se cumplen ciertas condi-
ciones. Para ello nos remitimos al estudio del artículo 273 y de
la cuestión previa 9a.
6. Cuestiones de inadmisibilidad. Esta especie de cuestión pre-
via es la que correspondía a las excepciones de inadmisibilidad
previstas en el artículo 257 del Código derogado, y comprende
la cosa juzgada (ord. 99), la caducidad de la acción establecida
en la ley (ord. 109) y la prohibición de la ley de admitir la acción
propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas
causales que no sean de las alegadas en la demanda (ord. 119).

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Art. 3 Libro Segundo

Corno enseña el maestro COUTURE (Fundamentos..., § 70),


estas cuestiones obstan la atendibilidad de la pretensión única-
mente, sin cuestionar el derecho subjetivo sustancial en que ella
se fundamenta, ni menos aún la acción, entendida ésta en senti-
do abstracto; valga decir, como un derecho de pedir al Estado la
actuación de la prometida garantía jurisdiccional. La normativa
impide considerar (y hacer juicio) sobre la pretensión en base a
dos supuestos: la exceptio res iudicata y la caducidad de la ac-
ción; o bien, en base a una causal genéricamente establecida
sobre la base de prohibiciones expresas de la ley.
La inadmisibilidad de la pretensión puede ser definida como
el prius lógico para la decisión de la causa que la ley reúne en
las tres causales mencionadas. ¿Qué sentido tiene dilucidar si el
actor tiene vocación hereditaria si esto fue ya resuelto definiti-
vamente en otro juicio anterior? ¿Qué utilidad tendría estable-
cer si el reo debe aceptar la resolución del contrato, si el lapso
que da la ley para proponer la demanda resolutoria ya caducó?
¿Cómo tachar de falso un instrumento público en base a una
causal no contemplada en la ley? Estas cuestiones muestran
claramente que la inatendibilidad de la pretensión tiene un ori-
gen extra-juicio; constituye un antecedente lógico, inexcusable
al razonamiento, que forzosamente lleva a impedir intelec-
tivamente, y por tanto legalmente, el pase a la discusión de la
litis, y a la integración del contradictorio, con la contestación a
la demanda.
De manera que cuando el demandado alega una de estas
cuestiones previas de inadmisibilidad, está aseverando que existe
un impedimento legal para que sea dilucidada en el proceso la
petición del demandante, postulada en su libelo. Ese impedimen-
to obvia la contestación al mérito de la pretensión, a su proce-
dencia, obvia la instrucción y la decisión de la causa.
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Procedimiento Ordinario Art. 3

Existe un paralelismo entre la inadmisibilidad y la impro-


cedencia de la pretensión con la inadmisibilidad y la improce-
dencia de los recursos, con la diferencia de que en éstos la causa
es la preclusión o la ilegitimidad del recurrente, en tanto que en
la primera la inadmisibilidad siempre es ex lege.
Dediquemos un comentario a estas causales.
a) Cosa juzgada. La triple identidad de sujetos, objeto y causa
de pedir (eadem personce, eadem res, eadem causa petendi) que
determina la procedencia de la excepción de cosa juzgada, está
consagrada en el artículo 1.395 de nuestro Código Civil, en cuya
parte infine, se expresa: «La autoridad de la cosa juzgada no
procede sino respecto de lo o que ha sido objeto de la sentencia.
Es necesario que la cosa demandada sea la misma; que la nueva
demanda está fundada sobre la misma causa; que sea entre las
mismas partes, y que éstas vengan al juicio con el mismo carác-
ter que en el anterior» (cfr comentario Art. 52).
En relación al elemento subjetivo (eadem persones) es
menester la identidad física y la del carácter, porque si en un
primer juicio el actor actuó en representación de otro, habrá cier-
tamente, identidad física, pero no del carácter con que obra la
parte formal. Dicha identidad no tiene que ver con la posición
del sujeto en la relación procesal; valga decir, si es demandante
o demandado, sino con su cualidad a la causa por la cual forma
parte de la relación sustancial controvertida (cfr. comentario Art.
61).
El objeto (eadem res) es el núcleo de la cosa, de la cosa
que ha sido juzgada. No concierne al derecho sino al bien de la
vida que se pretende como objeto de la pretensión: en una ac-
ción reivindicatoría, sería el inmueble medido y alinderado; en
una demanda de cobro de dinero, será la suma (quantum) que
63
Art. 3 Libro Segundo

se adeuda de una cosa fungible; en una acción mero-declarativa,


será el proferimiento, con certeza oficial, que hace el órgano
jurisdiccional.
Respecto al este requisito objetivo, de que la cosa juzgada
se limita a «lo que ha sido objeto de la sentencia», es conve-
niente significar el esclarecimiento que ha hecho la doctrina
procesal sobre la eficacia de la motivación del fallo en lo que
concierne a las declaraciones, con certeza oficial, que son sólo
un presupuesto o antecedente del dispositivo de la sentencia:
«Estos problemas están referidos en efecto, al tema de las
relaciones entre demanda y objeto del juicio y el tema de los lí-
mites objetivos de la cosa juzgada. Se puede observar que la cosa
juzgada garantiza sólo el bien de la vida reconocido en la sen-
tencia y no todas las cuestiones puestas sobre el arco lógico de
la decisión. Para individualizar la cosa juzgada se sugiere, por
tanto, hacer referencia al dispositivo que debe ser todavía inter-
pretado según el resultado de la motivación, así como para indi-
vidualizar los presupuestos inmediatos, mientras todas las otras
cuestiones prejudiciales y preliminares afrontadas por el juez en
la sentencia vienen resultas incidenter tantum, esto es, sólo a los
fines de la decisión, y sin que sobre ellas se forme cosa juzgada,
salvo que dé lugar a declaración incidental (esto es, un punto
controvertido puesto sobre el arco lógico que conduce a la deci-
sión final y la condiciona) y aclarado que normalmente las cues-
tiones prejudiciales vienen resueltas incidenter tantum, se debe
todavía agregar que estas cuestiones deben ser decididas con
efecto de cosa juzgada y con el así llamado pronunciamiento
incidental en dos hipótesis: a) cuando exista disposición expre-
sa de la ley que imponga tal pronunciamiento; b) cuando sea
pedido por una de las partes.

64
Procedimiento Ordinario Art. 3

Más aún, el pronunciamiento con efecto de cosa juzgada


no puede ser hecho sino por el juez competente, cuando el juez
que esté conociendo no sea competente para las cuestiones
prejudiciales (a ser resueltas con pronunciamiento incidental y
con efecto de cosa juzgada) y lo sea el juez superior, toda la causa
deberá ser remitida a este juez superior (Art. 34 CPC italiano)
(cfr PUNZI, CARMINE, en apostillas a SATA, SALVATORE: Diritto
Processuale Civilé) (cfr también comentario Art. 273).
El tercer elemento, identidad de la causa de pedir (eadem
causa petendi), concierne a la razón de la pretensión, o sea, al
fundamento inmediato del derecho deducido enjuicio. No de-
pende de la calificación que haga el demandante sobre el título,
sino de la que realmente le atañe; de suerte que, si en un primer
juicio se reclama una suma de dinero por concepto de letra de
cambio aceptada y es rechazada la demanda; siendo cierta la
obligación habría, ciertamente, un enriquecimiento sin causa del
demandado, pero no puede impetrarse nuevamente la misma
demanda bajo el ropaje jurídico de esa fuente cuasi-contractual
de las obligaciones (COUTURE, EDUARDO J . : Fundamentos... §
283). También sobre esto se ha pronunciado la Corte: «Al exi-
girse la identidad de causa como requisito para la procedencia
de la cosa juzgada, se entiende por causa o título los fundamen-
tos de hecho que delimitan la petición del actor. Lo importante
al respecto son los hechos que constituyen la razón de pedir y
no la calificación que las partes quieren atribuirle» (cfr Sent. 9-
10-68 GF 62 2E p. 168).
En la identidad de la cosa debe incluirse la relación de con-
tinencia que, por ej. se da cuando en un proceso la actora de-
manda como propietaria y, en el otro, como pretensa copropie-
taria pretendiendo derechos sobre la herencia de un presunto

65
Art. 3 Libro Segundo

causante de quien se dice descendiente directo. En este caso la


causa de pedir es la misma, pero también lo es el objeto, ya que
si no es en absoluto propietaria menos puede ser condueña.
a') Cosa juzgada penal. La triple identidad de elementos no se
requiere en el caso de cosa juzgada absoluta, como es la penal
sobre lo civil y la concerniente al estado y capacidad de las per-
sonas.
La «autoridad de la cosa juzgada en lo criminal sobre lo
civil es por completo diferente de la autoridad de la cosa juzga-
da civil sobre lo civil, y tanto en su fundamento como en cuanto
a su extensión y a sus requisitos. Los tribunales represivos, cuan-
do resuelven la acción pública, fallan dentro de un interés so-
cial; no juzgan entre dos partes determinadas, sino entre una parte
y la sociedad entera. Lo que deciden para fallar sobre la acción
pública debe, pues, imponerse a todos. Nadie puede ser llevado
a discutir las posiciones penales de la sentencia, incluso en sus
consecuencias sobre los intereses civiles. Por eso, la autoridad
de la cosa juzgada en lo criminal es absoluta sobre lo civil; se
impone sean cuales sean las partes, sean cuales sean el objeto y
la causa de la demanda civil» (MAZEAUD-TUNC, Tratado. . . , 2 - 1 1 ,
núms. 1.742 y 1.745).
Es por ello que la cosa juzgada penal sobre lo civil no es en
propiedad una excepción, como sinónimo de defensa sustancial;
obra más bien, como un límite a la jurisdicción del juez civil,
quien tiene que pasar por lo establecido en sede penal; es decir,
no puede admitir hechos que sean contradictorios con los cons-
tatados en el juicio penal. Mas esto no significa que la sentencia
civil sobre responsabilidad tenga que desestimar necesariamente
la demanda si la jurisdicción penal ha absuelto el reo.

66
Procedimiento Ordinario Art. 3

Hay varias hipótesis: si la sentencia penal condena al reo,


la sentencia civil tiene que ser forzosamente condenatoria, se-
gún se deduce del artículo 113 del Código Penal; si la sentencia
penal es absolutoria, el juez civil puede deducir de las normas
de juicio civiles, efectos distintos. Este es el argumento del ar-
tículo 1.396 del Código Civil: «La demanda de daños y perjui-
cios por razón de los causados por un acto ilícito, no puede ser
desechada por la excepción de cosa juzgada que resulte de la
decisión de una jurisdicción penal que, al estatuir exclusivamente
sobre la cuestión de culpabilidad, hubiera pronunciado la abso-
lución o el sobreseimiento del encausado».
Sobre la influencia de la cosa juzgada penal en sede civil
nos remitimos a HENRÍQUEZ L A ROCHE, RICARDO: Régimen Jurí-
dico de los Accidentes de Tránsito en Venezuela y otros Estu-
dios, pp. 69 ss).
b) La cuestión previa de caducidad de la «acción» establecida
en la ley, es un caso típico de litis ingressum impedientes. La
norma no se refiere a caducidades convencionales, cuya dispu-
ta ha querido queden involucradas en la discusión del contrato
como cuestión de mérito. Se refiere sólo a la caducidad ex lege,
puesta expresamente por la ley para que en un término perento-
rio se deduzca la demanda, so pena de perecimiento de la «ac-
ción», valga decir, de la postulación judicial del pretendido de-
recho.
c) Nuestro Código no incluye la prescripción ni la transacción
como cuestiones de inadmisibilidad, como lo hace el Código
Modelo Procesal Civil para Iberoamérica (Instituto Iberoame-
ricano de Derecho Procesal) en su artículo 123. Sin embargo, la
transacción (res judicata per transaccionem finitce) se
sobrentiende inserida dentro de la causal de cosa juzgada, en

67
Art. 3 Libro Segundo

atención a los artículos 255 del Código de Procedimiento Civil


y 1.718 del Código Civil, ambos de igual tenor: «La transacción
tiene entre las partes la misma fuerza que la cosa juzgada»; lue-
go a los efectos de la exceptio res judicata se justifica la asimi-
lación de una a la otra.
Asimismo, la cosa juzgada que surge de un acto de desisti-
miento de la demanda o convenimiento del demandado (Art.
263), hace procedente esta cuestión previa siempre que exista
la triple identidad estudiada; estos actos —como la transacción—,
si se encuentran homologados, producen efectos equivalentes a
los de la sentencia firme.
La excepción de prescripción no fue incluida, como digo,
entre las causales de cuestiones previas, en atención a la activi-
dad probatoria que debe desplegar el demandante para demos-
trar la interrupción de la misma, cosa que no plantea la caduci-
dad; en ésta la interlocutoria de saneamiento debe atenerse sólo
a la constatación del transcurso del lapso legal.
Empero, no compartimos la no inclusión de la prescripción
en el caso particular de la prescripción de créditos. El incidente
de éstas prevé una articulación probatoria de ocho días que es
suficiente para acreditar la prueba de interrupción, la cual con-
siste normalmente en una prueba instrumental: la demanda de-
ducida, aun ante un juez incompetente, registrada en la Oficina
Subalterna de Registro Público (Art. 1.969 Código Civil). Cier-
to que existen otras causas de interrupción natural o civil, como
la notificación del deudor u otro acto que le ponga en mora, que
exigirían, eventualmente otras pruebas más dispendiosas en su
diligenciamiento; pero aun así, concretada la actividad proba-
toria del actor al punto previo, nos parece bastante el lapso de
ocho días para realizar la prueba; y en todo caso, siendo estas

68
Procedimiento Ordinario Art. 346

causas de interrupción inusitadas en la práctica judicial, el le-


gislador ha debido llevarse por el quod plerumque accedit, que
siempre es razón válida en la política legislativa.
La ventaja que se obtiene al incluir la prescripción de cré-
ditos como cuestión previa es el ahorro de toda la sustanciación
del juicio sobre las defensas y excepciones del demandado y la
prueba de los supuestos de hechos concernientes a la causa, con
economía procesal y celeridad en la administración de justicia.
c) En la 11? cuestión previa del artículo 346, concerniente a la
prohibición de la Ley de admitir la demanda, queda comprendi-
da toda norma que obste la atendibilidad de una pretensión de-
terminada, sea en forma absoluta, sea en atención a la causa de
pedir que se invoca (causales no tipificadas en relación legal
taxativa).
También comprende la denominada inadmisibilidad pro
tempore de la demanda, la cual establecen los artículos 266,271
y 354 infine de este Código, cuando el actor desiste del proce-
dimiento o se produce la perención de la instancia o no se sub-
sana oportunamente la demanda.
d) El llamamiento en causa de terceros para integrar debidamente
un litis consorcio, lo prevé el Código Modelo como cuestión o
excepción previa en el mencionado artículo 123. Y también lo
ordena el artículo 57: «En el caso de litisconsorcio necesario
activo, si no hubieren comparecido todos los interesados, el Tri-
bunal no dará curso a la demanda hasta tanto no se cumpla ese
requisito. La misma facultad tendrá tratándose del litisconsorcio
necesario pasivo, mientras la parte actora no proporcione los
datos necesarios para que todos los litisconsortes puedan ser
emplazados en forma legal». Se autoriza además al juez a obrar
de oficio, pasada la oportunidad.
69
Art. 3 6 Libro Segundo

En el Código venezolano, esta alegación (exceptio


deficientis legitimationis ad causam) ha sido extromitida de las
cuestiones previas, y se prevé en la oportunidad de contestación
a la demanda, «cuando alguna de las partes pida la intervención
del tercero por ser común a éste la causa pendiente» (Art. 370
ord. 49 y Art. 382). Parece esta mejor solución, habida cuenta la
calificación de un tecnicismo (litisconsorcio necesario activo)
que podría llevar a retrasos y reposiciones, como ocurrió, con
el Código de 1916, con la «inadmisibilidad de la defensa sobre
inadmisibilidad por ilegitimidad a la causa».
6A. Jurisprudencia.O
a) «Contrariamente al carácter absoluto que tiene la cosa juzgada pe-
nal sobre lo civil, "la presunción de verdad que la ley atribuye a la cosa
juzgada en materia civil no es absoluta, sino relativa a la parte a quien
favorece y ésta puede renunciar a ella. Por tanto, debe alegarla única-
mente en el acto de la litis contestatio, oponiendo la correspondiente
excepción de inadmisibilidad (9a cuestión previa) para ser resuelta
como de previo pronunciamiento o para ser decidida en el fondo; y no
puede ser alegada en informes o en cualquier otra oportunidad ulte-
rior» (cfr Sent. 15-11-61 GF342Ep. 114,citporBustamante, Maruja:
ob. cit., N® 1669).
b) «Doctrina de esta Corte de vieja data, en consonancia con concep-
tos prácticamente universales del derecho, la cual aquí se ratifica, dice
lo siguiente:
"...siendo distintos jurídicamente el significado de uno y otro vocablo
como lo es también el efecto producido por el transcurso del lapso fi-
jado en la una o en la otra, pues el hecho de efectuarse la primera, o
sea la caducidad, acarrea la pérdida irreparable del derecho que se te-
nía de ejercitar la acción, lo cual no ocurre cuando se trata de la pres-
cripción, pues el interesado puede combatir la presunción de que ha
hecho abandono de su derecho por liberalidad o negligencia, proban-
do con hechos que no ha existido tal liberación o desidia y que por
tanto mantiene vivo y persistente su derecho, ya que en este modo de
extinción de las diligencias el término no se halla identificado con el
derecho, como sucede en la caducidad. Por eso la prescripción sólo

70
Procedimiento Ordinario Art. 346

puede oponerse como defensa de fondo y no por vía de excepción


aunque confundiéndola con la caducidad,..." (Sent.: 19-02-52 G.F. N9
10. l'etapa, pág. 94 y ss.)
De ello, se sigue que la prescripción, a diferencia de la caducidad,
sólo puede oponerse como alegación de fondo y no por vía de cues-
tión previa, aunque confundiéndola con la caducidad, pues la enume-
ración del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil no es
enunciativa sino taxativa. También, es de principio que el lapso de
caducidad transcurre fatalmente y no es susceptible de interrupción,
como sí lo es el lapso de prescripción.
De la misma forma, la caducidad establecida en la ley, por ser materia
de orden público, puede ser suplida de oficio por el juzgador; en tanto,
que con la prescripción, siendo renunciable de manera expresa o táci-
ta, le está vedado expresamente al Juez suplirla ante el silencio de quien
corresponde oponerla.
«Es también de principio, que el lapso para intentar la acción de nuli-
dad relativa de un contrato, establecido en el denunciado artículo 1.346
del Código Civil, es de prescripción y no de caducidad y, así lo ha di-
cho la doctrina de esta Sala, aquí ratificada, en los siguientes térmi-
nos:
"...para intentar la acción de nulidad relativa de las convenciones, es
necesario precisar ante la naturaleza del lapso de cinco años que da el
artículo 1.346 del Código Civil, por cuanto este lapso es de prescrip-
ción y no de caducidad...", (Sent.: 16-07-65. G.F. Nfi49. 2aetapa, pág.
328 y ss.).
"...el artículo 1.346 del Código Civil,..., contiene una prescripción
quinquenal para las acciones de nulidad y no una caducidad, pues es
susceptible de suspensión, según el mismo artículo...". (Sent.: 07-12-
67. G.F. N9 58. 2aetapa, pág. 715 y ss.).
Naturalmente, tal jurisprudencia está en absoluta consonancia con la
más acreditada doctrina nacional al respecto, pues el artículo 1.346
del Código Civil venezolano se ha inspirado en el artículo 1.300 del
Código Civil italiano de 1865, el cual modificó, a su vez, el Código
Civil francés, que establecía una prescripción decenal para las accio-
nes de nulidad relativa y, así siempre ha sido considerado por la doc-
trina, no sólo en atención a que el fundamento de la norma esia rati-

71
Art. 3 6 Libro Segundo

ficación tácita de lo anulable, sino la necesidad de poner fin a la in-


certidumbre sobre la estabilidad del acto» (cfr CSJ, Sent. 9-3-94, en
Pierre Tapia, O.: ob. cit. N® 3, p. 204-206).
b) «La cosa juzgada, es una presunción legal creada para favorecer y
proteger los intereses de las partes que han intervenido en un proceso
judicial y lo han finalizado. Igualmente para obtener la paz y la segu-
ridad de la justicia, ya que de otra manera no tendría objeto la admi-
nistración de justicia, lo que conllevaría a un auténtico caos. Sin em-
bargo, la verdad que le otorga la ley a la cosa juzgada no es absoluta
en materia civil, sino relativa a la parte a quien favorece y ésta puede
renunciar a ella.
Así pues, se entiende que la parte favorecida por la fuerza de la auto-
ridad de la cosa juzgada, renuncia a ella cuando en el acto de la con-
testación a la demanda no opone la excepción a la cosa juzgada per-
mitiendo así la entrada o admisión de la pretensión demandada por el
actor, siendo llevada la misma a discusión o litigio nuevamente.
No es válida la oposición de la cosa juzgada en otra oportunidad del
juicio, ya que ello podría desvirtuar su fin procesal y social como lo
es la estabilidad y seguridad jurídica viéndose convertida en una car-
ta bajo la manga, que puede juzgarse si la parte interesada y protegida
por dicha institución se ve en dificultades en el nuevo proceso litigio-
so, la cual es inadmisible» (cfr CSJ, Sent. 15-1-92, en Pierre Tapia,
O.: ob. cit. N® 1, p. 131-132).
c) «Para que las personas sean jurídicamente las mismas, es a la
vez necesario, que las partes que intervienen en el nuevo juicio hayan
figurado personalmente en el primero, o que al menos hayan estado
representadas en él, y que hayan venido al juicio con el mismo carác-
ter que en el anterior. Aún no habiendo figurado en el proceso ante-
rior, los causahabientes a título universal de las personas que hayan
figurado en el primer juicio, se reputan representadas en él. En cuan-
to a los causahabientes a título particular, según la doctrina dominan-
te, que esta Corte acoge, no les es oponible la sentencia dictada en
contra del causante sino siempre que dichos causahabientes hubiesen
adquirido el derecho a la cosa con posterioridad a aquélla» (cfr Sent.
3-7-62 GF 37 2E p. 5, cit por Bustamante, Maruja: ob. cit., N® 1679).
d) «Posteriormente, la Sala en sentencia del 30 de mayo de 1974 (G.F.
N® 82, 2a. Etapa. Pág. 736), ratificada en fallos del 19 de febrero de

72
Procedimiento Ordinario Art. 346

1981, y más recientemente, del 26 de octubre de 1989, abandonó la


doctrina que venía sosteniendo, en materia de tránsito, y acogió el cri-
terio de que la exención de responsabilidad penal no causa cosa
juzgada en materia civil, ya que esa clase de responsabilidad, en la
legislación de tránsito vigente, no aparece fundamentada en el crite-
rio subjetivo de la culpa, sino en principio objetivo de la causalidad,
esto es, que el conductor está obligado a la reparación del daño mate-
rial por el simple hecho de que entre el evento dañoso y la actividad
del vehículo que conduzca, o sea propietario, haya existido un nexo
causal o relación de causa o efecto, salvo las eximentes previstas en
la Ley, pues a tenor de los dispuesto en el artículo 21 de la Ley de
Tránsito Terrestre, se considera que ambos conductores son
corresponsables del accidente, presunción esta no obstante iuris
tantum, es decir„de aquéllas que permiten por la partes prueba en
contrario», (cfr CSJ, Sent. 18-7-90, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. NQ 7,
p. 192).

7. Litisconsorcio y cuestiones previas. Cualquier co-demanda-


do puede promover las cuestiones previas durante la pendencia
del lapso de emplazamiento. Si un co-demandado actúa el pri-
mero oponiendo cuestiones previas, «no podrán admitirse —dice
la norma— la contestación a los demás y se procederá como se
indica en los artículos siguientes».
Pero si algún colitigante, autónomamente (Art. 147) ha
adelantado su contestación al fondo conforme a la permisión del
artículo 359, tal contestación se reputa tempestiva, pero queda-
rán en suspenso sus efectos procesales (reconvención, llama-
miento en causa, apertura del lapso probatorio, desconocimien-
to de instrumentos apócrifos, etc.) durante la tramitación de las
cuestiones previas por él suscitadas. Esas actuaciones y defen-
sas surtirán efectos sólo a partir del día en el que quede cerrada
definitivamente la oportunidad de contestación a la demanda,
según el artículo 358. El supuesto contrario de que se tenga por
enervada e ineficaz la contestación a la demanda ya formulada
por un litis consorte, por virtud de las cuestiones previas inter-

73
Art. 3 6 Libro Segundo

puestas luego por otro litis consorte, desconoce la autonomía de


actuación de los colitigantes en el proceso (Art. 147) y desco-
noce, sobre todo, el derecho a la defensa, efectivamente ejerci-
do por un litigante en descargo de la reclamación que se le hace.
La defensa ejercida no puede quedar sujeta a una especie
de cláusula resolutoria que ejecute unilateralmente, con la in-
terposición de cuestiones previas, otro co-litigante.
8. Tramitación sumaria de cuestiones previas. En los procedi-
mientos especiales las cuestiones previas están reguladas
suscintamente: así, en los procedimientos ejecutivos y en el pro-
cedimiento (modelo) oral y en el procedimiento breve. No se
permiten, en principio, al reconviniente (Art. 368) ni al
interviniente forzoso en la causa (Art. 383).
En el caso de los procedimientos ejecutivos, cuyos proce-
dimientos de conocimiento dependen de una oposición funda-
da, (cobro de créditos fiscales, ejecución de hipoteca, ejecución
de prenda), el legislador ha establecido una norma especial en
el § Unico del artículo 657 (al cual remite la ejecución de hipo-
teca en el Art. 664 infine y ejecución de prenda en el Art, 672 in
fine): elimina la oportunidad de contradicción de las cuestiones
previas, presuponiendo que el intimante las contradice, pero
concede a éste la oportunidad de subsanar la cuestión durante el
transcurso de la articulación probatoria de ocho días.
En el procedimiento oral las cuestiones previas son trata-
das más suscintamente. Según el artículo 866, el juez debe de-
cidirlas antes de fijar la audiencia o debate oral, dado que tales
cuestiones son un presupuesto lógico de la cuestión de fondo.
Pero no prevé la ley incidente ni instrucción previa.

74
Procedimiento Ordinario Art. 34

En el procedimiento breve las cuestiones previas se resuel-


ven incontinente, tan pronto son opuestas, oyendo al demandante
en el mismo acto si estuviere presente (Art. 884).

Art. 347.— Confesión ficta. Promoción tardía de la primera


cuestión previa. Si faltare el demandado al emplazamiento,
se le tendrá por confeso como se indica en el artículo 362, y
no se le admitirá después la promoción de las cuestiones
previas ni la contestación de la demanda, con excepción de
la falta de jurisdicción, la incompetencia y la litispendencia,
que pueden ser promovidas como se indica en los artículos
59,60 y 61 de este Código.

RÉGIMEN DEL MOMENTO PRECLUSIVO EN CUESTIONES


DE JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA: ARTS. 59 Y 6 0 ;
EXCLUSIÓN DE LA ORDINARIA COMPETENCIA TERRITO-
RIAL: ART. 60 TERCERA PARTE.

1. La confesión ficta se produce según este artículo, cuando el


demandado falta al emplazamiento hecho por el tribunal; según
el artículo 362, dicha confesión ficta tiene lugar cuando «el de-
mandado no diere contestación a la demanda dentro de los pla-
zos indicados en este Código...», por lo que pareciera que en
nuestro régimen procesal, al no está regulada la comparecencia
silente del demandado, o de su representante, debe reputarse
como confesión ficta a tenor del trozo de texto legal copiado. El
Código Modelo Procesal Civil para Iberoamérica (Instituto Ibe-
roamericano de Derecho Procesal) señala en su artículo 122, que
«el demandado puede, eventualmente, (...) asumir actitud de
expectativa...» Y añade el artículo 125 que «si la demanda debe
ser contestada por quien no ha tenido participación personal en

75
Art. 3 Libro Segundo

los hechos y carece de la posibilidad inmediata de informarse,


como el heredero o el defensor de oficio, se podrá adoptar una
actitud de expectativa». La ley no debería obligar al defensor a
negar a fortiori hechos desconocidos como único medio de im-
pedir la confesión ficta. Debiera permitirle esa actitud silente de
expectativa, más cónsona con la honradez profesional; y que el
actor demuestre el fundamento fáctico de su pretensión durante
la fase probatoria.
2. Los artículos 59, 60 y 61 no reconocen momento p re elusivo
alguno para denunciar la declinatoria de conocimiento del tri-
bunal de la causa por falta de jurisdicción, por incompetencia
material o territorial inderogable —esta última regulada en el
artículo 47—, o por litispendencia. El artículo 59 in fine señala
preclusión para la denuncia de falta de jurisdicción sólo en lo
que se refiere al juez pero no a la parte. Coincidiendo con dicha
normativa, este artículo 347 aclara que la traba de la litis que
acarrea el cierre de la oportunidad para contestar la demanda,
no impide proponer dichas cuestiones tardíamente, es decir, en
cualquier estado o grado de la causa.
Empero, la cuestión previa de acumulación de autos por
accesoriedad, conexión o continencia, comprendida también en
la causal l3 del artículo anterior, queda excluida del privilegio,
toda vez que es un asunto que tiene momento preclusivo previs-
to en el artículo 81.

Art. 348.— Promoción acumulativa. Las cuestiones previas


Indicadas en el artículo 346, a que hubiere lugar, se promo-
verán acumulativamente en el mismo acto, sin admitirse
después ninguna otra.

76
Procedimiento Ordinario Art. 34

ÍDEM: ART. 64 LEY ORGÁNICA DE TRIBUNALES Y PRO-


CEDIMIENTO DEL TRABAJO.

1. Heurística. La historia de 7 décadas del Código derogado


mostró la inconveniencia del sistema entonces vigente de opo-
ner sucesivamente las excepciones dilatorias y luego las de
inadmisibilidad, provocando un gran espacio de tiempo (inclui-
do el recurso de casación contra la decisión sobre incompeten-
cia) para dilucidar las cuestiones de rito y de inadmisibilidad. Y
era frecuente que, incluso en juicios que debían ser breves —y
que nunca han llegado a serlo—, como los laborales, transcu-
rrieran dos años o más para llegar finalmente a la oportunidad
(estrecha por demás) de contestar el fondo de la demanda.
Contra esta rémora del proceso venezolano, reaccionó el
nuevo Código, implementando una nueva reglamentación efi-
caz de las cuestiones previas, cuyo resultado práctico ha sido
efectivo, como se ha podido comprobar en el tiempo de vigen-
cia que tiene.
La promoción acumulativa de las cuestiones no impide que
haya prelación de unas sobre otras a los efectos de resolverlas,
como lo señala el artículo 352 in fine.
2. Como las cuestiones previas deben oponerse acumula-
tivamente, no es aceptable que el demandado las interponga en
momentos distintos durante el decurso del lapso de emplaza-
miento. Al oponer una o algunas de éstas, precluye por consu-
mación (cfr comentario al Art. 25) el derecho a oponer otras
adicionales. Por la misma razón, el demandado tampoco puede
oponer unas cuestiones previas y luego renunciar a ellas para
sustituirlas por otras. Este artículo 348 expresa claramente que
las cuestiones previas se promoverán acumulativamente, sin
77
Art. 3 Libro Segundo

admitirse después ninguna otra. Hay aquí tres requisitos o exi-


gencias de la Ley: a) que no pueden oponerse unas primero y
otras después, sino todas conjuntamente; por lo que una fija el
punto único de incoación de cualquier otra, b) La acumulación
exige la singularidad del acto de interposición, es decir, ese acto
es uno solo, no puede haber pluralidad de promociones, en for-
ma que la renuncia a las cuestiones opuestas no borra ni quita el
momento preclusivo de ese derecho o posibilidad procesal, c)
Consecuencia de esto es la prohibición categórica con la que
termina este artículo, expresando que «después no se admitirá
ninguna otra». La amplitud del lapso de emplazamiento no au-
toriza a deducir que la parte demandada pueda ejercer un mis-
mo derecho varias veces, sustituyendo o reformando la defensa
ya opuesta. Aun cuando el lapso no se agota con la interposi-
ción de las cuestiones o de la contestación, la razón se debe a
que la ley quiere con ello preservar los derechos de la contra-
parte, evitando la anticipación de actos por la sola conducta de
uno de los litigantes, y haciendo inamovible el momento en que
tendrán oportunidad los actos sucesivos del juicio. Por ello el
artículo 359 expresa que «en todo caso, para las actuaciones
posteriores se dejará transcurrir íntegramente el lapso del em-
plazamiento» (cfr también comentario al Art. 203).
Caso distinto es la renuncia de las cuestiones previas —du-
rante el curso de los veinte días útiles— para interponer en su
lugar la contestación al fondo de la demanda, pues con tal cam-
bio se renuncia al incidente en obsequio de la celeridad, no se
rompe el carácter acumulativo que dichas cuestiones deben te-
ner, ni se antepone la oportunidad de los actos subsiguientes.

Art. 349.— Decisión de la cuestión declinatoria. Alegadas las


cuestiones previas a que se refiere el ordinal 1" del artículo

78
Procedimiento Ordinario Art. 34

346, el Juez decidirá sobre las mismas en el quinto día si-


guiente al vencimiento del lapso del emplazamiento, atenién-
dose únicamente a lo que resulte de los autos y de los docu-
mentos presentados por las partes. La decisión sólo será
impugnable mediante la solicitud de regulación de la juris-
dicción o de la competencia, conforme a las disposiciones de
la Sección Sexta del Título I del Libro Primero.

ÍDEM: ART. 6 7 ; OPORTUNIDAD PARA SOLICITAR LA RE-


GULACIÓN DE COMPETENCIA: ART. 6 9 ; EFECTOS DE LA
DECISIÓN ESTIMATORIA: ART. 3 5 3 .

1. La ley exime de articulación probatoria estas cuestiones pre-


vias de declinatoria de conocimiento, pues los elementos de jui-
cio surgen de los autos o de pruebas instrumentales que pueden
presentar las partes; amén de las que también pueden consignar
durante el trámite de regulación de competencia, de acuerdo a
lo previsto en el artículo 72.
Se establece en la norma una decisión urgente y casi inme-
diata: deberá dictarse la interlocutoria respectiva en el quinto día
siguiente al vencimiento del emplazamiento, independientemen-
te del curso que siga la sustanciación de las restantes cuestiones
previas opuestas acumulativamente.
2. Dictada la decisión, habrá un lapso de cinco días para impug-
narla mediante la regulación de competencia prevista en el ar-
tículo 69. El plazo de cinco días de este artículo 69 debe apli-
carse por analogía a la "regulación necesaria de competencia"
prevista en el artículo 67, tanto si esta última se refiere a una
interlocutoria dictada oficiosamente por el juez, como si se re-
fiere a la interlocutoria que decide la primera cuestión previa

79
Art. 3 Libro Segundo

(incompetencia, litispendencia, acumulación, accesoriedad, co-


nexión o continencia).
Continúa válida en el nuevo Código la doctrina diuturna de
la Corte (cfr vgr., Sent. 30-1-73), de que la cuestión de incom-
petencia material de un tribunal de jurisdicción especial no es
admisible, si de la calificación de la pretensión se sigue la im-
procedencia de ésta, pues en tal caso la defensa tiene efectos
perentorios y debe ser deducida como excepción de fondo. Así
por ej., si el demandado alega que el juez laboral es incompe-
tente para conocer del asunto, pues la litis concierne a un con-
trato de obra del que debe conocer la jurisdicción ordinaria, es
claro que al resolver tal asunto quedará interesada la relación
de subordinación típica del contrato de trabajo, con lo cual la
cuestión, aparentemente de mero rito, juzgaría la causa.
Si la decisión versa sobre defecto de jurisdicción, no hay
en propiedad una solicitud de regulación, sino consulta legal
obligatoria para ante la Sala Político-Administrativa, de acuer-
do a lo previsto en el artículo 62. Esta cuestión previa en parti-
cular produce la suspensión del proceso (Art. 66), pero no im-
pide la refutación o subsanación de las otras cuestiones previas;
lo que obste es sólo la articulación probatoria subsiguiente, se-
gún lo señala el artículo 352 in fine.
El pronunciamiento sobre la litispendencia y sobre acumu-
lación de autos, denegada o acordada, cae también en el ámbito
de la regulación de competencia, según lo dispuesto en el artículo
67 que a su vez remite a los artículos 51 (conexión) y 61
(litispendencia). Aunque no se incluye remisión al artículo 48
(accesoriedad), igual recurso existe para este supuesto, de acuer-
do a lo que señala el artículo 80 in fine. Este expresa, en térmi-
nos generales, que la decisión sobre acumulación de autos pen-

80
Procedimiento Ordinario Art. 34

dientes en un mismo tribunal es impugnable mediante la solici-


tud de la regulación de la competencia.
Todo esto coincide con la remisión que hace explícitamen-
te este artículo 349 a las reglas de la Sección Sexta del Título I
del Libro Primero sobre regulación de jurisdicción y competen-
cia, sin hacer distingos entre los seis casos de declinatoria de
conocimiento.
3. Jurisprudencial
a) «Como se observa, la actora se limitó a impugnar la sentencia pero
sin expresar si solicitaba la regulación de la competencia, por lo que
no puede suponerse que ejerció tal recurso... debe señalarse que se-
gún el artículo 71 del Código de Procedimiento Civil, deben expresar-
se, en caso de solicitarse la regulación de la competencia, las razones
o fundamentos que se alegan...» (cfr CSJ, Sent. 18-5-88, en PierreTapia,
O.: ob. cit. N 9 5, p. 170).
b) «En reciente publicación la doctrina sostiene que omitida una cues-
tión previa entre las previstas en el ordinal 1® del artículo 346 ejusdenr.
"...es posible más adelante promoverla, desde luego no ya como cues-
tión previa en sentido procesal de oportunidad, y el Tribunal obligado
a decidir, pese a haber precluido esta oportunidad; así se desprende
muy claramente de los artículos 59,60,61,68,71,81 ordinal 4® y 347;
en efecto, de acuerdo al artículo 347 es posible que, con posterioridad
a haber precluido el momento para oponer cuestiones previas se pue-
de promover la falta de jurisdicción, la litispendencia y la incompe-
tencia, como se indica en los artículos 59, 69 y 61" (omissis). (Pedro
Alid Zoppi "Cuestiones Previas" p.27. Vadell Hermanos Editores
Valencia 1989).
A la luz de la citada doctrina y tratándose de una materia de estricto
orden público, como claramente resulta de los artículos 2, 4 y 6 del
Código de Procedimiento Civil, la decisión en comento referente a la
extemporaneidad del alegato de la falta de jurisdicción con base en
el artículo 348 ejusdem, es improcedente, y así se declara. Por tanto,
la Sala analizará si en verdad el problema consiste en una
litispendencia, o si realmente se trata de una falta de jurisdicción de

81
Art. 3 Libro Segundo

un tribunal venezolano respecto de tribunales extranjeros» (cfr CSJ,


SPA, Sent. 1-2-90, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. N9 2, p. 157 ss).
c) «La Sala de manera reiterada ha sostenido que, opuesta la falta de
jurisdicción del Juez como cuestión previa establecida en el ordinal
l fi del artículo 346 ejusdem conjuntamente con otras cuestiones pre-
vias contenidas en los diferentes ordinales del citado artículo u otras
solicitudes de efectos procesales, el Juez debe ceñir su pronuncia-
miento o resolver prelatoriamente aquélla y luego —de resultar con-
firmada la jurisdicción— los otros supuestos contenidos en el mismo
ordinal l9 —si fueren también opuestos— mas debe abstenerse de
cualquier otro pronunciamiento hasta tanto no sea resuelta afirmati-
vamente la jurisdicción del Juez por este Máximo Tribunal de la Re-
pública —artículos 59, 62 y 349 ejusdem— y ello porque los jueces
de instancia correrían el riesgo de conocer y decidir asuntos para los
cuales carecerían de jurisdicción» (cfr CSJ SPA, Sent. 9-11-93, en
Pierre Tapia, O.: ob. cit. Ne 11, p. 205).
d) «La Sala de manera reiterada ha sostenido que opuesta la falta de
jurisdicción del Juez, como cuestión previa establecida en el ordinal
Ia del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil conjuntamente
con otras cuestiones previas contenidas en los diferentes ordinales del
citado artículo u otras solicitudes de efectos procesales, el Juez debe
ceñir su pronunciamiento a resolver prelatoriamente, aquélla y lue-
go —de resultar afirmada la jurisdicción— los otros supuestos conte-
nidos en el mismo ordinal primero (lfi) —si fueren también opuestos—
mas debe abstenerse de cualquier otro pronunciamiento hasta tanto no
sea resuelta afirmativamente la jurisdicción del Juez por esta Alto Tri-
bunal — artículos 59,62 y 349 ejusdem— y ello porque los jueces de
instancia correrían el riesgo de conocer y decidir asuntos para los
cuales carecían de jurisdicción, por lo que esta Sala revoca el pronun-
ciamiento referido a la solicitud de reposición precitada y así se de-
clara» (cfr CSJ, Sent. 15-6-94, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. Nfi 6, p.
229).

e) «Constata la Sala que en el acto de contestación a la demanda, la


parte accionada opuso la cuestión previa del ordinal l9 del artículo 346
del Código de Procedimiento Civil, y es jurisprudencia de esta Sala,
que con la entrada en vigencia del nuevo Código de Procedimiento
Civil, las decisiones previas contenidas en el ordinal l9 del artículo
346 eiusdem, sólo serán impugnables mediante la solicitud de re-

82
Procedimiento Ordinario Art. 3

gulación de la competencia, a tenor de lo previsto en los artículos


67, y siguientes, por mandato expreso del artículo 349» (cfr CSJ, Sent.
2-2-95, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. N9 2, p. 278).

Art. 350.— Subsanación del defecto de presupuestos procesa-


les. Alegada las cuestiones previas a que se refieren los
ordinales 2°, 3 9 , 4 9 , 59 y 69 del artículo 346, la parte podrá
subsanar el defecto u omisión invocados, dentro del plazo
de cinco días siguientes al vencimiento del lapso del empla-
zamiento, en la forma siguiente:
El del ordinal 2 9 , mediante la comparecencia del deman-
dante incapaz, legalmente asistido o representado.
El del ordinal 3 9 , mediante la comparecencia del represen-
tante legítimo del actor o del apoderado debidamente cons-
tituido, o mediante la ratificación en autos del poder y de
los actos realizados con el poder defectuoso.
El del ordinal 4 9 , mediante la comparecencia del demanda-
do mismo o de su verdadero representante.
El del ordinal 5 9 , mediante la presentación de la fianza o
caución exigida.
El del ordinal 6 9 , mediante la corrección de los defectos se-
ñalados al libelo, por diligencia o escrito ante el Tribunal.
En estos casos, no se causarán costas para la parte que sub-
sana el defecto u omisión.
La subsanación de las cuestiones previas del segundo gru-
po, analizado en los comentarios al artículo 346, corresponde al
contenido de cada una de ellas:
La cuestión 2- de incapacidad procesal del actor (menor,
entredicho, inhabilitado), se subsana mediante la comparecen-
cia de su representante o asistente.

83
Art. 3 Libro Segundo

La cuestión 3a de falta de capacidad de postulación o re-


presentación en el sedicente apoderado o representante del ac-
tor, se subsana mediante la comparecencia de abogado en ejer-
cicio apoderado o del representante legítimo. Pero el demandante
tiene la opción —novedad en el nuevo Código— de ratificar
apud acta el poder ineficaz o insuficiente y los actos realizados
con el poder defectuoso. A este punto, el artículo 1.352 del Có-
digo Civil expresa que «no se puede hacer desaparecer por nin-
gún acto confirmatorio los vicios de un acto absolutamente nulo
por falta de formalidades». He allí la razón por la cual la norma
se refiere a poder defectuoso, es decir, al insuficiente, o al que
adolece sólo de una nulidad relativa. Nos remitimos a lo comen-
tado al pie del artículo 151.
La cuestión 4a de falta de representación en el citado, se
subsana mediante la comparecencia del propio demandado o de
su verdadero representante, o del personero en caso de entes
morales.
La cuestión 5 a , requiere la prestación de la fianza o caución
suficiente para responder de los daños y perjuicios que el juicio
cause al demandado. Su estimación queda ajuicio del juez, quien
la tasará de acuerdo al estimado de honorarios profesionales de
la defensa en el juicio y las litis expensas. La inclusión de resar-
cimientos por abuso de derecho debe estar, en el caso, bien fun-
damentada, pues este rubro resulta doblemenete aleatorio: la
eventualidad de que gane el demandado y la de que, efectiva-
mente, cometa abuso su antagonista en el ejercicio de medidas
preventivas y ejecutivas. Si el actor ha caucionado abonadamente
para obtener una medida cautelar, dicha caución sirve igual a
todos los efectos de su solvencia por responsabilidad procesal
(cfr comentario Art. 590), por lo que una duplicación de cau-

84
Procedimiento Ordinario Art. 3

ciones sería improcedente, a menos que una de ellas resulte


exigua o insegura.
La cuestión 6- de defecto deforma de la demanda exige
corregir los defectos que haya señalado el demandado, aclaran-
do lo que para éste resulta dudoso o suministrando la informa-
ción que según el reo fue omitida.
Si el reo alegare que la corrección del libelo no es cabal o
no es completa, será menester que el juez dicte la interlocutoria
correspondiente, con vista a las conclusiones que prevé el ar-
tículo 352.
La cuestión 6- de inepta acumulación inicial de pretensio-
nes —silenciada por el artículo—, se allanará mediante la ex-
clusión en la demanda de la pretensión incompatible por su ob-
jeto, por la competencia material o por el procedimiento
(Art. 78).
Como quiera que la solución de las excepciones previas en
el viejo Código se veía obstaculizada en razón de las costas pro-
cesales que tenía que pagar el actor conviniente, los redactores
del nuevo Código, sabiamente, han alentado este régimen de
subsanaciones al preceptuar en esta norma final la exención de
las costas incidentales. De esta manera se da al actor la opción
de poder reducir con su allanamiento, la litis discutida in limine,
circunscribiéndola a las restantes cuestiones previas; cuando no
la opción de pasar directamente a la contestación del mérito, si
no hay otras cuestiones opuestas.

Art. 351.— Contestación de las restantes cuestiones previas.


Alegadas las cuestiones previas a que se refieren los ordinales
7®, 8®, 9®, 10 y 11 del artículo 346, la parte demandante ma-
nifestará dentro de los cinco días siguientes al vencimiento
85
Art. 3 Libro Segundo

del lapso del emplazamiento, si conviene en ellas o si las


contradice. El silencio de la parte se entenderá como admi-
sión de las cuestiones no contradichas expresamente. (Art.
249 y 258 CPCD).
1. Nótese que el actor sólo tiene la carga de contestar las cues-
tiones previas enumeradas en este artículo. Si se trata de las pre-
cedentes, la falta de subsanación oportuna del defecto u omi-
sión alegados, se reputa como contradicción tácita. Por ello el
artículo 352 hace depender la articulación probatoria de la falta
de subsanación y no de la contradicción de las cuestiones sub-
sanables.
En conclusión, la ficta confessio actoris sólo ocurre en cuan-
to a las cinco últimas cuestiones.
2. Si el demandado opone cuestiones previas pertenecientes a
los cuatro grupos que hemos analizado en el artículo 346 (vgr.,
la I a , 2 a , 8a y 11a), habrán de tenerse en cuenta los trámites dis-
tintos que prevé la ley para cada caso. En tal supuesto, a partir
del vencimiento del lapso de emplazamiento, correrán
coetáneamente tres plazos de cinco días: uno para que el juez
resuelva, al término del mismo, la cuestión de declinatoria de
conocimiento (Art. 349); otro, para que el demandante tenga la
oportunidad de corregir el defecto que denuncia la cuestión pre-
via sübsanable (Art. 350), y otro para contestar las cuestiones
preliminares al mérito (Art. 351). El efecto suspensivo del de-
fecto de jurisdicción, declarado por el artículo 66, se actúa a partir
de la decisión que tome el juez de la causa, según se deduce del
artículo 352, el cual dice que la articulación comenzará a correr
luego que se reciba el oficio participativo de la decisión
desestimatoria de la Corte; esto significa que los lapsos de
subsanación y contestación se computan al unísono con el tér-

86
Procedimiento Ordinario Art. 3

mino de cinco días que fija la oportunidad para decidir la cues-


tión de declinatoria.

Art. 352.— Articulación probatoria. Decisión. Si la parte de-


mandante no subsana el defecto u omisión en el plazo indi-
cado en el artículo 350, o si contradice las cuestiones a que
se refiere el artículo 351, se entenderá abierta una articula-
ción probatoria de ocho días para promover y evacuar prue-
bas, sin necesidad de decreto o providencia del Juez, y el
Tribunal decidirá en el décimo día siguiente al último de
aquella articulación, con vista de las conclusiones escritas
que pueden presentar las partes.
Cuando las cuestiones previas a que se refiere este artículo,
hayan sido promovidas junto con la falta de jurisdicción a
que se refiere el ordinal ls del artículo 346, la articulación
mencionada comenzará a correr al tercer día siguiente al
recibo del oficio que indica el artículo 64, siempre que la
resolución sea afirmativa de la jurisdicción. (Arts. 251 y 258
CPCD).
1. La articulación probatoria se entiende abierta ope le gis y co-
rre a partir del vencimiento del plazo de cinco días referido en
el artículo anterior, salvo que esté pendiente de decisión o de
consulta la cuestión de defecto de jurisdicción, uno de los casos
que prevé la 1- cuestión previa. Si se ha opuesta la cuestión de
incompetencia, litispendencia o de acumulación, no habrá pos-
tergación del lapso probatorio, pues dichas cuestiones no sus-
penden el curso de la causa según se deduce de la segunda parte
de esta norma que remite sólo al supuesto de falta de jurisdic-
ción (Art. 64).

87
Art. 3 Libro Segundo

Aunque el artículo 75 señala que la regulación de compe-


tencia no suspenderá el curso de la causa salvo el caso del ar-
tículo 349 (decisión de la ls cuestión previa), ello significa que
la cuestión de incompetencia, litispendencia y acumulación de
autos suspenden el curso de la causa principal, en cuanto queda
demorada la oportunidad de contestación mientras se sustancia
el incidente in limine litis; pero no quiere decir que dentro del
trámite de las cuestiones, haya suspensión del incidente.
2. La actividad probatoria es escasa y concierne fundamental-
mente a la prueba instrumental. Sigue a la articulación un plazo
de diez días para que las partes presenten sus conclusiones y el
juez dicte sentencia precisamente «en el décimo día siguiente al
último de aquella articulación».
Se supone que el juez puede preparar la decisión
interlocutoria en el plazo de los diez días y publicarla al térmi-
no de dicho plazo. Pero tal supuesto resulta aleatorio, pues las
conclusiones de las partes ilustran su criterio y fijan los puntos
de discusión; por lo que la norma misma lleva al juez a incurrir
en mora o a dilatar la oportunidad de sentencia para otro mo-
mento, conforme lo permite el artículo 251.

Art 353.— Efectos de la cuestión de declinatoria. Declarada


con lugar la falta de jurisdicción, o la litispendencia a que
se refiere el ordinal l9 del artículo 346, el proceso se extin-
gue. En los demás casos del mismo ordinal, la declaratoria
con lugar de las cuestiones promovidas, producirá el efecto
de pasar los autos al Juez competente para que continúe
conociendo, conforme al procedimiento que deba seguir. (Art.
256, ord. le CPCD).

88
Procedimiento Ordinario Art. 3

EXTINCIÓN DEL PROCESO EN CASO DE LITISPENDENCIA:


ART. 6 1 ; REANUDACIÓN DE LA CAUSA ANTE EL JUEZ
COMPETENTE AL TERCER DÍA: ART. 7 5 ; EFECTO DE LA
DECLARATORIA DE ACUMULACIÓN POR ACCESORIEDAD,
CONEXIÓN o CONTINENCIA: ART. 7 9 .

Esta disposición se refiere a los efectos procesales que se


siguen de la declaratoria con lugar de la cuestión previa sobre
declinatoria de conocimiento, pronunciada por el juez de primera
instancia y no impugnada mediante regulación (Arts. 349,67 y
69), o bien confirmada por el juez dirimente en orden a la regu-
lación interpuesta o consulta ante la Corte (Art. 62).
Son distintos los efectos en los cuatro casos que encierra el
primer grupo de cuestiones previas. Las dos primeras extinguen
el proceso, pues si el juez carece de jurisdicción para conocer
del asunto, sea porque éste atañe al juez extranjero o a la admi-
nistración pública, la relación procesal integrada con la citación
adolece de nulidad absoluta, insubsanable. Asimismo, se cum-
ple el efecto-sanción de extinguir la re-demanda de una misma
pretensión, cuando se comprueba la litispendencia (Art. 61).
Cuando se trata de incompetencia (inclusive la material), y
de acumulación de procesos, la declaratoria con lugar de la cues-
tión previa no produce la extinción del juicio, sino que los autos
deberán pasarse —precluida al quinto día la oportunidad de re-
gulación (Art. 349, comentario 2) o decidida ésta en favor del
reo— al juez señalado competente para que continúe la
sustanciación del juicio (cfr comentario Art. 358); o pasarse al
juez del proceso 'atrayente' (principal, prevenido, continente)
para que funde ambos asuntos en un solo proceso cuando lle-
guen a un mismo estado, de acuerdo a la regla del artículo 79.

89
Art. 3 Libro Segundo

La incompetencia, inclusive la incompetencia ratione


materice, es considerada en nuestra ley procesal como presupues-
to de la sentencia de mérito y no del proceso, según hemos acla-
rado al referirnos al artículo 60.

Art. 354.— Efectos de las cuestiones subsanables. Declara-


das con lugar las cuestiones previas a que se refieren los
ordinales 2 9 , 3 9 , 4 9 , 59 y 69 del artículo 346, el proceso se
suspende hasta que el demandante subsane dichos defectos
u omisiones como se indica en el artículo 350, en el término
de cinco días, a contar del pronunciamiento del Juez. Si el
demandante no subsana debidamente los defectos u omisio-
nes en el plazo indicado, el proceso se extingue, producién-
dose el efecto señalado en el artículo 271 de este Código.
(Art. 256 CPCD).
1. Si el demandante no subsanó los defectos y omisiones denun-
ciados por el reo mediante las cuestiones previas del segundo
grupo, quedará en suspenso la causa —dilatada todavía la opor-
tunidad de contestación—, a fin de que en el plazo de cinco días
se haga la corrección o correcciones que indica la sentencia. Si
el demandante subsanó pero indebidamente, ya hemos dicho en
el artículo 350 que habrá menester una decisión en la oportuni-
dad de la interlocutoria, sobre la cabalidad de la enmendatura o
complementación efectuada, y en caso de que no haya sido com-
pleta y exacta, tendrá el actor todavía la carga de corregir, como
si no lo hubiere hecho, corriendo con las costas procesales.
El juez debe ser muy preciso y concreto en indicar cuáles
son las correcciones y validaciones que deban hacerse, particu-
larmente cuando se trate de defectos de forma en la demanda, y
de modo señalado respecto a la fundamentación de la misma en
los hechos y el derecho, o en el señalamiento de la cosa preten-
90
Procedimiento Ordinario Art. 3 4

dida (oscuro libelo), pues si el actor no puede inteligenciar bien


la orden de la sentencia, corre el riesgo de que quede extingui-
do el proceso por incumplimiento del fallo, es decir, por no sub-
sanar debidamente los defectos u omisiones, según lo dispone
este artículo 354. Corre el gravamen de la inadmisibilidad pro
tempore de una nueva demanda.
Si surgiere disputa entre las partes sobre el cumplimiento
de la orden de subsanación impartida por el fallo interlocutorio,
el juez deberá resolver sumariamente; entendiéndose que con-
tinúa detenida la causa principal y la oportunidad de contesta-
ción, mientras no se dilucide, en instancia única (cfr Art. 357),
tal impasse.
La Corte ha establecido que tiene apelación y recurso de
Casación la interlocutoria que declare error en la subsanación
del actor, ya que acarrea la extinción del proceso, y por tanto se
trata de una sentencia que pone fin al juicio, aunque no cause,
en lo sustancial, cosa juzgada (cfr Art. 357, texto Sent. 4-8-93).
Esta doctrina parece correcta cuando el actor rechaza la cues-
tión de defecto de forma; pero cuando subsana (aunque no lo
haga bien) muestra una aveniencia a la cuestión previa que pre-
supone su interés por la ductibilidad del juicio, y por ende mal
puede ser sancionado el error en la corrección con la caducidad
del juicio que conlleva la apertura, en el mismo proceso, de re-
cursos dispendiosos e interminables.
2. Jurisprudencia.O
a) «...la parte demandada se encontraba citada y la reforma del libelo
obedece a la declaratoria con lugar de la excepción dilatoria del ordinal
1- (rectuis: 6a) del artículo 248 del Código de procesal anterior, por lo
que no siendo voluntaria la reforma del libelo, no había para que li-
brar nueva citación para la contestación de la demanda» (cfr CSJ,
Sent. 26-4-89, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. Nfi 4, p. 217).

91
Art. 3 Libro Segundo

b) «El artículo 256(354) del Código de Procedimiento Civil, ordinal


7®, señala que el efecto de la excepción dilatoria contenida en el ordinal
7 8 (6 S ) del artículo 248(346) ejusdem, cuando sea declarada con lugar,
es el de paralizar el juicio hasta que subsane el defecto de la demanda
conforme determine la sentencia. De modo que se puede reformar el
libelo de la demanda en dos circunstancias, una de manera libre, o
sea, antes que el demandado haya dado su contestación y otra no libre
o forzosa, o sea, cuando se declare con lugar la excepción dilatoria
contenida en el ordinal (...) En la primera hipótesis se dice que hay
libertad por parte del actor, en el sentido de que tiene la más amplia
autonomía para reformar su libelo de demanda y en la segunda hipó-
tesis, por el contrario, carece de esa libertad, ya que sólo puede refor-
mar su libelo exclusiva y limitadamente, en los términos indica-
dos en la sentencia de la incidencia de la excepción opuesta y declarada
con lugar» (cfr CSJ, Sent. 8-8-79, en Repertorio Forense, núm. 4.649,
p. 2).

Art. 3 5 5 . — Efectos de las cuestiones sobre mora y preju-


dicialidad. Declaradas con lugar las cuestiones previas a que
se refieren los ordinales 1- y 89 del artículo 346, el proceso
continuará su curso hasta llegar al estado de sentencia, en
cuyo estado se suspenderá hasta que el plazo o la condición
pendientes se cumplan o se resuelva la cuestión prejudicial
que deba influir en la decisión de él. (Art. 256 CPCD).

INTERÉS PROCESAL: ART. 1 6 ; EXENCIÓN DE COSTAS


CUANDO NO SE HA DADO LUGAR AL PROCEDIMIENTO:
ART. 2 8 2 IN FINE.

1. Las cuestiones previas del tercer grupo han recibido un trata-


miento legal inédito en nuestra legislación procesal, pero no por
ello desacertado. Ante el hecho cierto de la incoación del proce-
so, la integración de la relación procesal y el reconocimiento

92
Procedimiento Ordinario Art. 3

implícito del crédito insoluto que conlleva la cuestión interpuesta


(no puede haber condición o plazo de un crédito inexistente), el
legislador ha optado por continuar con la pendencia del juicio y
adelantar toda la instrucción de la causa, pero sujetando la deci-
sión definitiva al acaecimiento del supuesto esperado.
El «interés para obrar se refiere a la relación sustancial y a
las pretensiones del demandante, para sostenerlas o desvirtuar-
las en el juicio, y no a la relación procesal surgida del simple
ejercicio de la acción y la contradicción. No es un presupuesto
de actuación procesal, por consiguiente, ni de validez del jui-
cio. El proceso y la sentencia no quedarán afectas de nulidad,
porque el demandante o el demandado, o ambos, carezcan de
interés para obrar. Es una cuestión de relación material o sus-
tancial tanto en el demandante como en el demandado» (cfr
DEVIS ECHANDÍA, HERNANDO: Nociones Generales... § 1 1 9 - D ) , y
por ello, podemos decir en la terminología de COUTURE (Funda-
mentos... § 72), que es un presupuesto de la sentencia favora-
ble, o, como expresa CALAMANDREI (cfr Instituciones..., I, § 72-
c), un requisito constitutivo de la «acción».
Con mayor razón se justifica adelantar la instrucción del
proceso cuando existe una relación de prejudicialidad entre dos
causas, ya que la causa prelada puede adelantarse en su instruc-
ción para ganar tiempo y llevar el proceso al estado de senten-
cia, sin llegar a dictarla.
A este punto nos conviene disipar algunas dudas sobre los
efectos procesales derivados del juicio de conocimiento cum-
plido hasta el preámbulo de la sentencia, particularmente res-
pecto a la 1- cuestión previa, que concierne a motivos imputa-
bles al actor. Veamos.

93
Art. 3 Libro Segundo

2. La primera de estas dudas se refiere a las costas procesales.


Es claro que las costas del incidente las debe pagar el actor al
reo triunfador en el incidente de la cuestión previa opuesta, a
menos que haya opuesta varias de ellas y no hayan prosperado
todas, pues entonces no estaría dado el supuesto normativo de
vencimiento total del artículo 274.
En cuanto a las costas del juicio, la falta de interés procesal
(Art. 16) del actor que ha pretendido el pago de un crédito aun
inexigible (cfr Art. 346, comentario 4) no significa necesaria-
mente la falta de un vencimiento total del demandado: vencido
el plazo o cumplida la condición, el reo deberá cancelar motu
proprio el crédito, y si no lo hiciere, incurrirá entonces en mora,
y esta mora justificará dictar la sentencia del juicio en la cual
resultará vencido totalmente. La extrema ratio de la jurisdicción
que presupone el interés procesal, se hace, entonces, presente,
en este supuesto, luego que sea exigible el pago de la obliga-
ción.
La norma no señala ni autoriza fijación de plazo para que
el demandado pague cuando venza el plazo o se cumpla la con-
dición. Mas dicho señalamiento era innecesario en la ley por-
que es carga del demandado pagar recurrentemente, antes de que
el actor solicite el fallo, en el juicio pendiente, acreditando el
cumplimiento de la condición y se produzca la sentencia
definitoria del asunto.
3. Igualmente, la 1- cuestión previa plantea el problema de sub-
sistencia de las medidas preventivas adoptadas. ¿Se mantienen
las medidas de precautela de un crédito que aún no podía
reclamarse? Cuando se ha decretado una medida preventiva en
un juicio donde es declarada procedente la cuestión previa de
condición o plazo pendiente, el juez debe suspenderla en sola

94
Procedimiento Ordinario Art.3

consideración a esa circunstancia, pues el plazo o condición


pendiente presupone la falta de interés procesal, es decir, la no
necesidad del proceso o de la garantía jurisdiccional para el re-
conocimiento o satisfacción del crédito. Por tanto, el juicio con-
tinuará su curso, con arreglo a este artículo 355 sin el asegura-
miento originalmente decretado.
Ahora bien, si el demandante suministra, luego de declara-
da la pendencia del plazo o de la condición, la presunción grave
de peligro de infructuosidad (perículum in mora), las normas
sustantivas concurren a justificar la permanencia o reasunción
de la medida. En efecto, el artículo 1.215 del Código Civil esta-
blece que «si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos pro-
pios hubiere disminuido las seguridades otorgadas al acreedor
para el cumplimiento de la obligación, o no le hubiere dado las
garantías prometidas, no puede reclamar el beneficio del térmi-
no o plazo». El ordinal 2- del artículo 451 del Código de Co-
mercio autoriza también el cobro judicial de letras de cambio,
cuando haya habido quiebra o suspensión de pagos del librado
o embargo de sus bienes que haya resultado impracticable o in-
fructuoso. El artículo 68 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y
Prenda sin Desplazamiento de Posesión declara de plazo venci-
do la obligación garantizada cuando en virtud de reclamación
judicial de tercero se hubiere decretado sobre los bienes hipote-
cados o pignorados cualquier medida preventiva o ejecutiva.

Estas disposiciones legales tienen valor sustantivo y el su-


puesto normativo de ellas, acreditado en los autos, bastaría para
desechar la 1- cuestión previa, desde que una causa superviniente
a los términos del negocio jurídico, haría exigible el crédito
aunque estuviese pendiente el plazo. Pero si esta prueba no ha
sido aportada por el actor en el incidente in limine litis, bien

95
Art. 3 6 Libro Segundo

puede producirla en sede cautelar a los fines de asegurar el pago


del crédito cuya existencia reconoce el deudor al oponer una
cuestión que presupone dicho crédito: en efecto, no puede ha-
ber plazo pendiente si no hay obligación pendiente, luego el que
arguye dicho plazo reconoce y admite la obligación. La inter-
posición in eventum de la excepción linda en los límites de la
lealtad y probidad procesal (Art. 170) y pone en duda la correc-
ción y seriedad de la defensa.
Por lo dicho, conviene connotar que, habiéndose produci-
do la interlocutoria firme sobre dicha cuestión previa, no por ello
debe suspenderse la medida, cuando ésta está fundamentada en
una presunción «de que quede ilusoria la ejecución del fallo»
(Art. 585), por actos de insolvencia del demandado.
4. Jurisprudencial «A este respecto la Sala advierte que en la épo-
ca actual la situación ha cambiado en virtud de la reforma del Código
de Procedimiento Civil, vigente a partir del 16 de marzo de 1987, por
cuanto de acuerdo con su artículo 355 la declaratoria de la cuestión
previa de "existencia de una cuestión prejudicial que deba resolverse
en un proceso distinto", prevista por el inciso octavo del artículo 346
del mismo Código expresamente prescribe que el proceso continua-
rá su curso hasta llegar al estado de sentencia, en cuyo estado se
suspenderá hasta que se resuelva la cuestión prejudicial que deba in-
fluir en la decisión de él. Sin embargo, este mandato no estaba vigen-
te en la época en la cual se afirma que se produjo la perención, motivo
por el cual no pudo ser violado por la recurrida, en atención a lo dis-
puesto por el artículo 944 del mismo Código de Procedimiento Civil»
(cfr CSJ, Sent. 10-10-91, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. Ne 10, p. 165 y
ss).

Art. 356.— Efectos de las cuestiones de inadmisibilidad. De-


claradas con lugar las cuestiones previas a que se refieren
los ordinales 9-, 10 y 11 del artículo 346, la demanda queda-
rá desechada y extinguido el proceso. (Art. 261 CPCD).

96
Procedimiento Ordinario Art. 3

Hemos dicho que la inadmisibilidad de la pretensión es un


prius lógico respecto a la decisión de la causa que la ley reúne
en las tres causales mencionadas. Este antecedente lógico es
inexcusable al razonamiento; forzosamente lleva a impedir
intelectivamente, y por tanto legalmente, el pase a la discusión
de la litis, y a la integración del contradictorio, con la contesta-
ción a la demanda. Es por ello que este artículo 356 declara que
si las cuestiones de inadmisibilidad son declaradas con lugar, la
demanda «quedará desechada y extinguido el proceso».
La sentencia causa cosa juzgada. Aunque el juzgamiento
esté circunscrito a la inatendibilidad y no a la improcedencia de
la pretensión, es claro que el actor no podrá pretender ex novo el
mismo objeto contra la misma persona demandada.

Art. 357.— Apelabilidad. La decisión del Juez sobre las de-


fensas previas a que se refieren los ordinales 2-, 3 9 ,4 9 ,5 9 ,6 9 ,
1- y 89 del artículo 346, no tendrá apelación. La decisión
sobre las cuestiones a que se refieren los ordinales 9-, 10 y
11 del mismo artículo, tendrá apelación libremente cuando
ellas sean declaradas con lugar, y en un solo efecto cuando
sean declaradas sin lugar. En ambos casos, las costas se re-
gularán como se indica en el Título VI del Libro Primero de
este Código. (Arts. 254 y 260 CPCD).

COSTAS DEL RECURSO DE APELACIÓN: ART. 2 8 1 .

1. Esta norma comprende una modificación del Código deroga-


do respecto al régimen de apelación. Anteriormente, no tenían
apelación las excepciones dilatorias de declinatoria de conoci-
miento y las tres excepciones de ilegitimidad del actor o de los

97
Art. 3 Libro Segundo

apoderados o representantes de las partes; pero había apelación


contra el defecto de forma del libelo, la falta de caución judi-
cial, la prejudicialidad y la condición o plazo pendiente, cuando
eran declaradas con lugar. Contra las decisiones sobre excepcio-
nes de inadmisibilidad se daba apelación libremente, sin tener
en cuenta el carácter estimatorio o desestimatorio de la
interlocutoria.
El régimen ahora es más severo, dado el efecto nocivo para
la celeridad procesal que estas excepciones originaron durante
la vigencia del viejo Código. Y por ello, esta nueva regla del
artículo 357 niega el recurso contra todas las cuestiones previas,
excepto las de inadmisibilidad. Para estas últimas, la apelación
se oirá libremente si ponen fin al juicio, es decir, sin son decla-
radas con lugar; y en un solo efecto, si son declaradas sin lugar.
Las cuestiones previas de declinatoria de conocimiento
están sujetas al recurso sui generis de la regulación de compe-
tencia o jurisdicción, y la decisión sobre éstas no tiene recurso
extraordinario (cfr abajo CSJ, Sent. 27-7-88, en Pierre Tapia, O.:
ob. cit. N9 7, p. 136 y ss. Cfr también Sent. 27-1-88, N9 1, pp.
84-85).
2. Ello influye respecto al recurso de casación, por virtud del
principio de concentración del recurso extraordinario que con-
templa el artículo 312. En efecto, si la alzada declara con lugar
la cuestión previa, independientemente de que confirme o re-
voque la decisión apelada, su sentencia tendrá recurso de casa-
ción inmediato, desde que la misma pone fin al juicio. Pero si la
alzada la declara sin lugar, la sentencia no pondrá fin al juicio ni
impedirá su continuación, y por ende, el recurso no será admi-
sible a ese momento; quedará reservado para la oportunidad del
recurso contra la definitiva de segunda instancia, supuesto que
98
Procedimiento Ordinario Art. 3

ésta no subsane el agravio que causa dicha interlocutoria. Si esa


sentencia definitiva del tribunal superior declara, por otros mo-
tivos, sin lugar la demanda, el gravamen de la interlocutoria
habrá quedado sanado, ya que el reo queda absuelto del juicio,
aunque por otros motivos. Si el fallo declara con lugar la deman-
da, el gravamen subsiste, y por tanto se podrá formalizar el re-
curso contra la definitiva y contra la interlocutoria. La Corte
deberá atender primero el recurso contra ésta, dado el carácter
previo que tiene, según hemos visto en el artículo anterior.
Si el demandado no ejerce recurso contra la definitiva, no
se sobrentiende ejercido contra la interlocutoria, ya que la defi-
nitiva estimatoria de la demanda quedaría entonces firme, y la
suerte de lo principal acarrearía la suerte de lo accesorio (la cues-
tión previa).
3. Jurisprudencia.•
a) «Por lo que respecta a la cuestión previa a que se contrae el Ordinal
69 del Artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, el dispositivo
previsto en el Artículo 357 ejusdem, establece expresamente que la
decisión del Juez sobre dicha defensa previa no tendrá apelación y
consiguientemente no es recurrible en casación, pues de admitirse
podría llegarse al absurdo jurídico de que se case una decisión de al-
zada que no tuvo razón jurídica alguna de producirse, creándose así
una situación anómala dentro del proceso, pues estaría basada en la
manifiesta violación del texto legal que regula la apelación contra las
cuestiones previas. De modo que la circunstancia de que la alzada
hubiere conocido erróneamente de dicha cuestión previa, no obs-
tante que respecto de ella la Ley vieja, en la situación indicada, per-
mite el recurso de apelación, no es suficiente para dejar sin efecto el
precepto legal que en ese caso no admite el recurso extraordinario».(cfr
CSJ, Sent. 20-7-88, en Pierre Tapia, O.: ob. cit. N9 7, pp. 134-125).
b) «La doctrina imperante en la Sala, desde una decisión del 10 de
agosto de 1989, según la cual, en la materia concerniente a las cues-
tiones previas 2, 3, 4, 5 y 6 del artículo 346 del Código de Procedi-
miento Civil, se pueden producir dos decisiones: una que declare con

99
Art. 358 Libro Segundo

o sin lugar la defensa opuesta y otra originada por el pronunciamien-


to jurisdiccional que declare subsanado o no los defectos u omisiones
alegados.
Esa doctrina concede los recursos de apelación y casación contra el
segundo pronunciamiento que declare lainidoneidad de la actividad
subsanadora del actor, por cuanto tal declaratoria lleva implícita la
extinción del proceso» (cfr CSJ, Sent. 4-8-93, en Pierre Tapia, O.: ob.
cit. N 9 8-9, p. 375 ss).
c) «En la Exposición de Motivos del Código de Procedimiento Civil
se enfatiza, que en nuestro sistema, las excepciones dilatorias de
incompetencia son fuente de constantes dilaciones en el proceso,
por la incidencia que provocan y los recursos que pueden hacerse valer
contra las decisiones que las resuelven. Son las excepciones más so-
corridas en la práctica, y se acude a ellas maliciosamente, para impe-
dir la entrada al fondo de la causa, lográndose así una demora que en
muchos casos excede de varios años, mientras se agotan los recursos
y se entra finalmente al mérito de la causa.
Se señala además, que mediante las reglas de regulación de compe-
tencia se introduce un nuevo sistema sencillo y rápido, que viene a
sustituir el proceso de la excepción de incompetencia y el del conflic-
to de competencia entre jueces, con gran proceso para la celeridad del
proceso y la pronta entrada en el mérito de la causa.
Con tales fundamentos, la Sala estima, que la intención del legislador
fue la de excluir del recurso de casación a las decisiones dictadas en
materia de regulación de competencia» (cfr CSJ, Sent. 27-7-88, en
Pierre Tapia, O.: ob. cit. Ne 7, p. 136 y ss. Cfr también Sent. 27-1 -88,
N9 1, pp. 84-85).

Capítulo IV
De la contestación de la demanda
Art. 358.— Oportunidad de la contestación. Si no se hubieren
alegado las cuestiones previas a que se refiere el artículo 346,
procederá el demandado a la contestación de la demanda.
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