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La enfermera.

Narrador: Esta obra es solo invención del autor y ocurre en un


pueblito muy lejano e inexistente llamado “Cerro Blanco”.

Como hoy en día todo se traduce a siglas como:

DEPROE: Dpto. Provincial de educación.

OMS: Organización Mundial De la Salud.

CESFAM: Centro de Salud Familiar Atención Primaria.

UCAM: Unión Comunal Adulto Mayor.

DIDECO: Dirección de Desarrollo Comunitario.

ARDA: Agrupación de Rehabilitados Alcohólicos.

Etc.

Les presentamos acá el box de procedimientos médicos LEDAE.

¿Saben lo que significa esta sigla? Les explico:

(LEDAE: La espera desespera al enfermo.)

(ya están hace mucho rato varios pacientes esperando que les
atienda una enfermera estupenda, simpática, eficiente y amable
que está arreglando papeles y materiales de curaciones, como
jeringas, gasas, torulas, parches curitas etc; pero lo más importante
para ella es el esmalte de uñas, lima, espejitos, cremas, maquillaje,
cepillo, etc. Se acomoda, se pinta, habla por el celular. Y también
por el fono fijo, wasapea y copuchea con sus amigas con las que
habla y se ríe, arregla su cartera, rompe y bota papeles.)
(Todas las pacientes que esperan inquietas, se pasean, alegan, etc.)

Orden de llegada: (Todos sacan un número imaginario de atención).

1.- Oscar (saluda y reclama).

2.- Prosperina (saluda a Oscar y pregunta dónde sacar número).

3.- Cesárea (le ayuda Oscar a sentarse y le saca el número).

4.- Enfermera (arregla sus cosas y saca la vuelta).

5.- Fraterna (saca su número y conversa con Prosperina, y


comentan sobre la mala educación de los estudiantes).

6.- Uldarica (le ayuda Oscar).

7.- Hugo (ebrio).

8.- Lucho (con una amarra en la cabeza, como si le dolieran las


muelas, pero dice estar enfermo de la próstata).

9.- Marcia (drogadicta simpática)

- Uldarica: (llega con bastón, con mucha dolencia en una pierna


herida que la trae vendada y más encima diabética, se sienta
de una manera y otra, pone la pierna sobre un piso, saca el
piso, se para y se queja) y al fin dice:
- Hace cuanto que esperan?

(Les habla a una que lee, otra teje, etc. Pero ninguna la toma en
cuenta. Vuelve a preguntar a Cesárea y le dice:)

Vuelve a preguntar: Hace cuanto rato que espera.


- Cesárea: Ah? Qué?, que usté tiene un negocio de peras!!!?
- Uldarica: ¿ No, señora, hace cuanto que esperan aquí?
- Cesárea: ¿Ah? ¿Qué también venden ají? Pasaré a comprarle
un kilito.
- Uldarica: No, no, ¿le pregunto hace cuento están acá?
- Cesárea: Si señora tiene razón, con los remedios a veces me
dan hartas arca (hace gestos).
- Uldarica: (Malgenio) no, no, señora escuche bien (modula),
estará la enfermera atendiendo a un paciente allá a dentro?
- Cesárea: (con malicia) Ah, sí, ella siempre va a comprar a mi
negocio, ella en el centro.
- Uldarica: AY cállese, cállese, que además me duele la cabeza
(se la toma).
(muy pero muy enojada) Ya, ya, ya si no fuera porque soy
respetuosa, le sacaría lo que tiene el gallo en la cabeza, la
cresta y ….
- Enfermera: (aparece ella muy tierna y coqueta, después que
se demoró todo lo que quiso, hace el llamado,
Habrá llegado la señora ULDARICA RIOS CANALES?
- Uldarica: (chora y molesta)_Señorita, hace como 2 horas que
espero, fui la primera en llegar y he tenido que aguantar “too”
el rato las tonteras de Doña CESAREA (indica a la sorda).
- Cesárea: (se para rápidamente y le amenaza con el dedo,)
Escuche vecina ULDAICA RIOS CANALES, a mi no me venga a
echar la culpa de sus males (mirando a la enfermera)
¿”Sabiauste” señorita enfermera que a Doña la mordió un
perro la semana pasada?
- Enfermera: (preocupada) ¡Que terrible! ¿y donde la mordió?
- Uldarica: (interviene enojada) en eso tiene la razón Doña
Cesárea, señorita, me mordió en la pierna (muestra la pierna
vendada y media ensangrentada), más encima soy diabética.
- Enfermera: Mmmm, es preocupante, si no se hace sus
curaciones se puede infectar su pierna, provocándole
gangrena y morir.
- Cesárea: (interrumpe burlonamente) no sabe na señorita
enfermera.
- Enfermera: ¿Qué pasa señora CESAREA? ¿Qué sabe Ud.?
- Cesárea: (copuchenta) ¡Que paso lo que dijo “ustepue”! Se le
infectó y ¡murió! (lo dice de forma escandalosa.)
- Enfermera: (molesta) pero señora Cesárea, la señora Uldarica,
está aquí, no se ha muerto!
- Cesárea: (copuchenta)¡claro que no pu, ella esta vivita y
coleando…! El que murió fue el pobre perro, porque se le
infecto el hocico. (la señora Uldarica la amenaza con el
bastón, la enfermera interviene con temor de que Uldarica
dañe a Cesárea con el bastón y las separa diciendo)
- Enfermera: Ya, ya, ya… Esta sala de espera no es para hacer
desordenes. Observen a estos pacientes, que no alteran el
orden, así que señora Cesárea, pase ud. primero para
terminar el conflicto.
- Uldarica: (perpleja) pero señorita enfermera, pero no hay
derecho, así es que hay que hacer desorden pa’que la
atiendan luego a uno ¡ah!
- Enfermera: (tierna y condescendiente) ya, ya, no demoraré
nada de nada. (hace pasar a la Señora Cesárea y entre regaño
y regaño la señora Uldarica se sienta a tejer un chaleco que
tiene muy poco hecho)
- Enfermera: (indicándole con voz alta) siéntese Sra. Cesárea.
- Cesárea: ¿Me siento señorita?
- Enfermera: Si siéntese.
- Cesárea: Y como me va a tomar la temperatura… ¿En el
sobaco?
- Enfermera: ¡No señora.. en la axila!
(Primero, le toca la frente, estomago, apéndice, etc.) ¿Qué le
duele?
- Cesárea: (quejándose) ¡ay, ay, ay, me duele todo el cuerpo
señorita!
- Enfermera: ¡veamos entonces!¡le tomare la temperatura! (le
pone el termómetro.) Relájese, no será nada grave, si no tiene
fiebre.
- Cesárea: ¡comí conejo, señorita! No me gustan na las liebres.
- Enfermera: ¡Calma, tranquila (en eso suena el celu) ¡espere
un poquito, permiso! Siga sentadita no más (ella habla con el
celu y luego sale)
(Prosperina y Fraterna la ven e interrumpen) Señorita,
señorita…
- Enfermera: Ya vuelvo, ya vuelvo. No demoro nada, ya…
tranquilas.
- Prosperina: Ojala sea cierto (suspirando). Que paciencia hay
que tener ¿no Sra. Fraterna? Con tanto que tengo que hacer
en la casa. Luego... llegará mi nietecito de la Escuela y yo… Sin
pelar una papa. Por estar aquí.
- Fraterna: A mí me pasa lo mismo. Yo tengo dos nietos en el
liceo. Son estudiosos mis chiquillos, tuabia no comen, cuando
están haciendo tareas en el compuuuu, como dicen.
Los profesores se aprovechan de la inteligencia de mis
chiquillos. No tienen tiempo ni pa’dormir. Les dan las dos de
la mañana y ellos hacen y hacen tareas en el compu (enojada)
¡no hay derecho!.
- Prosperina: ¿yusté cree que sus nietos hacen tareas en el
compu hasta altas horas de la noche?
- Fraterna: (sin dudarlo) Pero claro Sra. Prosperina ¿Por qué he
de dudar de mis nietos? Yo no se ná leer ni escribir, pero ellos
sí y van a llegar bien lejos.
- Prosperina: ¡Si, lejazo van a llegar, seguramente a Santiago! Ja
ja ja ja.
- Fraterna: ¡No sea así!
- Prosperina: (interesada y pensativa) ¡ah, es por eso que usté
solo ve las láminas de las revistas. ¿Cierto? ¡Es porque no
sabe leer!.
- Fraterna: Si, mi Sra. Yo en los añazos que era chiquillina, la
escuela quedaba relejazo y no podía ir mucho a clases en
invierno con estos temporales que nos volaban los techos. Así
que aprendí a juntar las letras no más.
- Prosperina: ¡ah! (aparece la enfermera y ellas siguen viendo
las revistas y Uldarica teje y teje molesta.)
- Enfermera: (se acerca a la Sra. Cesárea que se quedó
dormida) Pobre Sra. Cesárea la deje menos de un minuto y se
durmió. A su edad, debe trabajar mucho. Seguro que los hijos
deben ser muy aprovechadores (lo dice en forma inocente y
ve el termómetro.) Sra. Cesárea, el termómetro no arroja
temperatura, así que su enfermedad está controlada. No hay
nada qué preocuparse.
- Cesárea: Así es que no me dará ningún remedio? Pá este
cansancio que siento aquí (se toca la cervical). ¿Porque no me
da una pastilla de esas pa’haceramol?
- Enfermera: ¡Ud. Querrá decir: PARACETAMOL! No Sra., siga
con los remedios que toma no más… (suena su celular).
Permiso descanse un poquito. Esto puede ser muy
importante. (se sienta y chatea calmadamente, mientras en la
sala….)
- Fraterna: Mire Sra. Prosperina, aquí hay una receta que
parece muy buena.
- Prosperina: A ver, a ver si quiere se la leo.
- Fraterna: mire, si aquí dice que es económica, escuche:
1 taza de harina
1 taza de azúcar
3 huevos,
1 cucharada de mantequilla,
1 cucharada de polvos royal,
etc.
- Prosperina: (asombrada) Pero Sra. Fraterna como lee tan
fluidamente. Si me contó que no sabía leer, solo juntar las
letras…
- Fraterna: (entre contenta y enojada) Si pué, no sabía, pero
tanto esperar que nos atiendan, terminé por aprender pú. ¿En
algo había que entretenerse para no volverse loca no? (se ríen
las dos) (mientras la enfermera terminó de chatear)
- Hugo: (Pide receta para preparar borgoña)
Enfermera: Ya Sra. Cesárea, vuelva el próximo lunes, por favor
a la misma hora de hoy.
No lo olvide, a las 8 en punto de la mañana, ¿ya?
- Cesárea: (contenta) Si señorita enfermera (saca un dulce y se
lo ofrece y luego le pasa una canastita con huevos y una
tortilla). Tome mijita, pá que endulce la vida y tome oncesita
con su familia, usté tiene muy buena voluntá (sale
rengueando)
- Enfermera: (Mira la hora y se dirige a sus pacientes) ¡oh! Que
rápido paso la mañana. Cuándo uno atiende a tanta gente no
se da cuenta como pasa la hora… (Les dice alegre y
tiernamente), Sra. Uldarica, Sra. Prosperina, Sra. Fraterna y
caballeros, ya es hora de mi colación, así que no podré
atenderles hoy, vuelvan mañana a la misma hora y prometo
hacerles un sobrecupo para atenderlas rápido, antes que las
pacientes que ya están citadas ¿ya?
- Marcia: (Habla de su pirgüín y las pastillas del día después)
- Uldarica: (Enojada, pero luego resignada y se para) Gueno,
Gueno, estos sí que esta gueno doña Fraterna aprendió a leer
y yo terminé el chaleco que estaba tejiendo (muestra).
- Enfermera: Bueno, yo me voy, porque tengo mucho que
hacer en mi turno de la tarde.
- Prosperina: Doña Fraterna, ya usté aprendió a leer, pida el
libro de sugerencias y deje escrito su reclamo.
- Fraterna: ¡Guena idea doña. Allá voy! (muestra un lápiz)
- Prosperina: (enojadísima) No hay derecho, esto es inaudito,
pero total, no hay mal que por bien no venga.
- Uldarica: Menos mal que teníamos hora con la enfermera no
más y no con el diostor.
¡Qué paciencia! (todos alegan y toman sus cosas y se van).
- Prosperina: (Se devuelve y se dirige a Lucho y le dice) Y usté
que hace allí sentao que no se va. Lucho: ¡Estoy esperando
que me atiendan pu.
- Prosperina: ¿Cree que está en una clínica?
- Lucho: Noooo. ¡Yo soy jubilado no más!
- Prosperina: ¿Y que espera entonces?
- Lucho: Espero que vengan tiempos mejoooores.
- Prosperina: Está puro gobiando no má. Vámonos más mejor.

Narrador: Cualquier parecido o similitud con la realidad, es mera


coincidencia.

Todos vuelven al escenario y saludan.

Autoría: Mónica Hernández Reyes

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