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Friedrich

Nietzsche
La genealogía
de la moral
Un escrito polémico

Introducción, traducción y notas


de Andrés Sánchez Pascual

El libro de bolsillo
Biblioteca de autor
Alianza Editorial
1

Esos psicólogos ingleses, a quienes hasta ahora se deben


también los únicos ensayos de construir una historia gené-
tica de la moral, - en sí mismos nos ofrecen un enigma
nada pequeño; lo confieso, justo por tal cosa, por ser enig-
mas de carne y hueso, aventajan en algo esencial a sus libros
-¡ellos mismos son interesantes! Esos psicólogos ingleses
-¿qué es lo que propiamente desean? Queramos o no quera-
mos, los encontramos aplicados siempre a la misma obra, a
saber, la de sacar al primer término la partie honteuse [par-
te vergonzosa] de nuestro mundo interior y buscar lo pro-
piamente operante, lo normativo, lo decisivo para el desa-
rrollo, justo allí donde el orgullo intelectual menos desearía
encontrarlo (por ejemplo, en la vis inertiae [fuerza inercial]
del hábito, oeñ"ía cápacidad de olvido, o enuna ciega y ca-
sual concatenación y mecánica de ideas, o en algo pura-
mente pasivo, automático, reflejo, molecular y estúpido de
raíz) -¿qué es lo que en realidad empuja a tales psicólogos a
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ir siempre justo en esa dirección? ¿Es un instinto s,~creto, histórico, que han sido dejados en la estacada precisamente
taimado, vulgar, no confesado tal vez a sí mismo, de empe- por todos los buenos espíritus de la ciencia histórica! Como
g~~.t?-ecer al hombre? ¿Q q~izá una suspicacia pesimista, la es ya viejo uso de filósofos, todos ellos piensan de una ma-
desconfianza propia de idealistas desengañados, ofusca- nera esencialmente a-histórica; de esto no cabe ninguna
dos, que se han vuelto venenosos y rencorosos? ¿O una duda. L~ chatedad de su ge~ealogíade la moral aparece ya
hostilidad y un rencor pequeños y subterráneos contra el~­ en el m1smg _comienzo, alh donde se trata de averiguar la
cristian-iSínó-(}>"Platón), que tal vez no han salido nunca procedencia del concepto y el juicio «bueno». «Originaria-
más allá del umbral de la conciencia? ¿p incluso un lasci- ' mente -decretan- acciones no egoístas fueron alabadas y
yo~güSfO por lo extrañÓ~ por lo dolorosamente paradójico, llamadas buenas por aquellos a quienes se tributaban, esto
por lo problemático y absurdo de la existencia? ¡0, en fin, es, por aquellos a quienes resultaban útiles; más tarde ese
-algo de todo, un poco de vulgaridad, un poco de ofusca- origen de la alabanza se olvidó, y las acciones no egoístas,
ción, un poco de anticristianismo, un poco de comezón e por el simple motivo de que, de acuerdo con el hábito, habían
imperiosa necesidad de pimientaZ ... Pero se me dice que sido alabadas siempre como buenas, fueron sentidas tam-
son sencillamente ranas viejas, frías, aburridas, que an- bién como buenas -como si fueran en sí algo bueno.» Se ve
dan arrastrándose y dando saltos en torno al hombre, en seguida que esta derivación contiene ya todos los rasgos
dentro del hombre, como si aquí se encontraran exacta- típicos de la idiosincrasia de los psicólogos ingleses,- tene-
mente en su elemento propio, esto es, en una ciénaga. Con mos aquí «la utilidad», «el olvido», «el hábito» y, al fmal, «el
repugnancia oigo decir esto, más aún, no creo en ello; y si error», todo ello como base de una apreciaciónvalorativa de
es lícito desear cuandqno -~~~ppsible saber, yo~9-!=seo 4e co- la que el hombre superior había estado orgulloso hasta aÍw-
razón que en este caso ocurra l~ co~trario,- que esos in- ra como de una especie de privilegio del hombre en cuanto
vestigadores y microscopistas del alma sean en el fondo tal. ~81Jl'!ll{)A~be~erhl111!ill~<ioL's~_apr~c;iadón valora-
animales valientes, magnánimos y orgullosos, que saben tira 4~~~ sex_ d~~Y~!<?!~~~9-~use ha conseguido e~t~L: P~~:;
mantener _refrenados tanto §_l.!_corazón como su dolor Y mí es evidente, primero, que esta teoría busca y sitúa en un
q;:;-e~;h~n. ed~cacÍo para s~crificar todos los deseos a la lugar falso el auténtico hogar nativo del concepto «bueno»:
'veidad a toda verdad; illcluso a la verdad simple, áspera, ¡el juicio «buenm> no procede de aquellos a quienes se dis-
féá;""fé~Ugháiúé, ñ'?~ªif~fi_ii}a, "np:mOral... Pues existen pensa «bondad»! Antes bien, fueron «los buenos» mismos,
verdades tales. - es decir, los nobles, los poderosos, los hombres de posición
superior y elevados sentimientos quienes se sintieron y se
valoraron a sí mismos y a su obrar como buenos, o sea
2 como algo de primer rango, en contraposición a todo lo
bajo, abyecto, vulgar y plebeyo. Partiendo de este pathos de
¡Todo nuestro respeto, pues, por los buenos espíritus ~ue Jf!..dista.nd.as~~~~<¿q!]}Q,~§~-~XXQg~~-º11 _f:!l de_r_e,chp ~e crear vak;=
acaso actúen en esos historiadores de la moral! Mas ¡lo Cier- res,_de_a<;JJiiªL.!lQ_!}!g_¡-~_d,_~-V~qres:. ¡qué l~s imp~rt~ba ·a
to es, por desgracia, que les falta, también a ellos, el ewJri.m- ellos la utilidad! El punto de vista de la utilidad resulta el
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más extraño e inadecuado de todos precisamente cuando
se trata de ese ardiente manantial de supremos juicios de 3
valor ordenadores del rango, destacadores del rango:
aquí el sentimiento ha llegado precisamente a lo contrario Pero en segundo lugar: prescindiendo totalmente de la insos- i 7
de aquel bajo grado de temperatura que e~ el pres~puesto tenibilidadhistórica de aquella hipóte~is sobre la procedencia
de toda prudencia calculadora, de todo calculo ullhtano, ~-elJl!icJ?.P_e_valor «buenm>~ ella adolece en sí misma de un
-y no por una vez, no en una hora de excepción, sino de contrasentido psicológico. La utilidad de la acción no egoísta,
modo duradero. El pathos de la nobleza y de la distancia, diCe, sería el origen de su alabanza, y ese origen se habría olvi-
como hemos dicho, el duradero y dominante sentimiento dado: - ¿cómo es siquiera posible tal olvido? ¿Es que acaso la
global y radical de una especie superior domin~dora.en su utilidad de tales acciones ha dejado de darse alguna vez? Oc u-
relación con una especie inferior, con un «abaJO» -este es rre lo contrario: esa utilidad ha sido, antes bien, la experien-
el origen de la antítesis <<bueno» y <<malo». (El derecho del cia cotidiana en todos los tiempos, es decir, algo permanente-
señor a dar nombres llega tan lejos que deberíamos per- mente subrayado una y otra vez; en consecuencia, en lugar de
mitirnos eU:un.c.eblctambiéJJ..eLodgen ddlenguaje..como desaparecer de la conciencia, en lugar de volverse olvidable,
una..exteriorización.rle.p.o.der...di>Jo.!l..qne ..domin.an: dicen tuvo que grabarse en ella con una claridad cada vez mayor.
i!!:.S.lll.J;~e~tp"'y.aq nclloll, .i.mp.riu:len.a.cada. cosa.y"'a.cada Mucho más razonable resulta aquella teoría opuesta a ésta
acontecimknto.eL1\eJ.l.9!ie))Jl.~.9!1i<J.Q.J!;!'.PJ:l.e.>lo.se.lo.apro­ (no por ello es más verdadera-), que es defendida, por ejem-
-pia';·,~J?2E.~~í~!;cirlo.) A este o rige~ se debe el que, de _an- plo, por l:!!!rl:>e~t_ §P!'!'.c~r·~~i§~-~§!i!\>Lef~.fi~J'l.fQ!1S'P.t.o
temano, la palabra «bueno» no este en modo alguno hga- «hJJ~Qf?>~~~§-~DEi~lm~g~~" i"~é-~_t}!=o ,~1 ~9-l}S~P!'? -~<~_!g::! «~~mye-
da necesariamente a acciones «no egoístas)): como creen l1iClli!~~d:le~t!!L-t:n9.4Q___q':l~~-~!! lq~ jq~ci_9s_~~-~~12~.>~,Y . <~~-c:t!9~~ la
supersticiosamente aquellos genealogistas de la moral. humanidad habría sumado ysancionado cab_al!nente sus
Ante~ bien_, sólo cuando los juicios ari_s_t~<?~r~t}co.~---~-e valor inolvidadas_ e inolvidables e?SPeriencias acerca de 1? útil-con~
d~~Iindn. e_s Clla_~do~ la _a_ntítesis_ «egoísta)) ~<no_ egoí!)tan _ se veni~~te,_- ~i- ,1~_-p-~~:f~_di~i~~incO~~;;¡ente:Bue-no _es: "Segdn
i~~p~-~~ ~-~~a,.-ve_z_ !E,~~-~}~.-~5~~-~i~nci~ -~m:nana,_- ~a~a _s_er- esta teorí~, lo 'que desd~ siempre lia demostrado ser útil: por
"Virme de_ rp_i vqcabpj~J;t!=h___et¡ __elln~t}nto _de xe.hauo___ eLque lo cual le es lícito presentarse_cpmo_ «máximame~te valioso»,
C;;;;:-~~a~pt(\~siiJic;~pg¡:fip SU p~l~Qrª (e in.du&O S.US pa- como ~<valioso en sú>. También esta vía de explicación es falsa,
labras). Pero aun entonces ha de p~sar largo tiempo hasta como hemos dicho, pero al menos la explicación misma es en
q~-de tal manera predomine ese instinto, que la aprecia- sí razonable y resulta psicológicamente sostenible.
ción de los v~lores mor~les quede re~lmente prendida y
atascada en dicha antítesis (como ocurre, por ejemplo, en
la Europa ~ctual: hoy el prejuicio que considera que <<~O­ 4
rah, «no egoísta>>, «désintéressé>> son conc.eptos ~qmva­ -La indicación de cuál es el camino correcto me la propor-
lentes domina ya con la violencia de una <<Idea fi¡a» Y de cionó el problema referente a qué es lo que las designacio-
una enfermedad mental). nes de lo «bueno)) acuñadas por las diversas lenguas pre-
40 La genealogía de la moral Tratado Primero 41

tenden propiamente significar en el aspecto etimológico:


encontré aquí que todas ellas remiten a idéntica metamor- 5
fosis conceptual, - que, en todas partes, «noble», «aristo-
crático>> en el sentido estamental, es el concepto básico a Respecto a nuestro problema, que puede ser denominado
partir del cual se desarrolló luego, por necesidad, «bueno» con buenas razones un problema silencioso y que sólo se di-
en el sentido de «anímicamente noble>>, de <<aristocráti- rige, selectivamente, a un exiguo número de oídos, tiene in-
co», de «anímicamente de índole elevada», «anímicamen- terés no pequeño el comprobar que enla§_pal~bras y raíces
te privilegiadm>: un desarrollo que marcha siempre para- que~designan «Jru,enm} se transparenta todavía, de_muchas
lelo a aquel otro que hace que «vulgar», <<plebeyo>>, «bajo», formas, el matiz básico en razón del cual los nobles se sen-
acaben por pasar al concepto «malm>. El más elocuente -ºªº~ pre_ci~aine~t<; hom~res de_ rango_ sup.e!ior. És cierto
ejemplo de esto último es la misma palabra alemana que, quizá en la mayoría de los casos, éstos se apoyan, para
«malO>> (schlechz): en sí es idéntica a <<simple>> (schlicht) - darse nombre, sencillamente en su superioridad de poder
véase «simplemente>> (schlechtweg, schlechterdings)- y en (se llaman «los poderosos», los «señores}}, «los que man-
su origen designaba al hombre simple, vulgar, sin que, al dan>>), o en el signo más visible de tal superioridad, y sella-
hacerlo, lanzase aún una recelosa mirada de soslayo, sino man por ejemplo, <dos ricos}}, «los propietarios» (éste es el
sencillamente en contraposición al noble". Aproximada- sentido que tiene arya; y lo mismo ocurre en el iranio y en
mente hacia la Guerra de los Treinta Años, es decir, bastan- el eslavo). Pero también se apoyan, I'-ªf'!darse nombre, en
te tarde, tal sentido se desplaza hacia el hoy usual. - Con un rasggJjpj~Q.d_e.~tu;ªr{~c;t~F.Y.~~!_~,-~~~~Ls~~q !lli:e~~<i~Cn'Q~
o¡\c respecto a lageneal9gía de lamoralesto me parece un co- lnt.§:~.§.ª".!. Se llaman, por ejemplo, «los ve@..~-~J.J!.priit}era
''\ noc~iinJe~J!~~te~~~-nF!al; -~1 ~q~~---s-~ h~i~ ,t~~i4'~d9_ iapto en en- (dLh.é!q!;dQ.__el) la _a~isJofracif;l._gt:~eg~:t-.c:;:J:l_yq_ p01:Javoz fue el
contrarlo.se debe al influjo obstaculizad 0r que el prejuicio pQ~J.é! ..In_~g~xep_~e,_Jegg~is 21 • La palabra acuñada a este fin,
dem 0 .;n.í!ico ejerce dentro del mundo.moderno ...conres- érrilAó<; [noble], significa etimológicamente alguien que
p~Ct~ a ~odas las cuestiones refere_Il_~es_ ~ la proc_edencia. -~-9ll$._t~5!F~,I~~g<;~_~Q, ~~-~-~,-~~~~,_9_1.!.~~~-.Y~@l!jero; des-
Prejuicio que penetra hasta en el dOffiillio, aParentemente pués, con un giro subjetivo, significa el verdadero en cuan-
objetivísimo, de las ciencias naturales y de la fisiología; to veraz: en esta fase de su metamorfosis conceptual la cita-
baste aquí con esta alusión. Pero el daño que ese prejuicio, da palabra se convierte en el distintivo y en el lema de la
una vez desbocado hasta el odio, puede ocasionar ante aristocracia y pasa a tener totalmente el sentido de «aristo-
todo a la moral y a la ciencia histórica, lo muestra el triste- cráticm>, como delimitación frente al mentiroso hombre
mente famoso caso de Buckle": el plebeyismo del espíritu vulgar, tal como lo concibe y lo describe Teognis, - hasta
moderno, que es de procedencia inglesa, explotó aquí una que por fin, tras el declinar de la aristocracia, queda para de-
vez más en su suelo natal con la violencia de un volcán en- signar la noblesse [nobleza] anímica, y entonces adquiere,
lodado y con la elocuencia demasiado salada, chillona, por así decirlo, madurez y dulzor. Tanto en la palabra
vulgar, con que han hablado hasta ahora todos los volca- xa:xós [malo] como en oecA.ó<; [miedoso] (el plebeyo en
nes.- contraposición al c1 "{ailó<; [bueno]) se subraya la cobardía:
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esto tal vez proporcione una señal sobre la dirección en que interpretar el latín bonus lbueno Len el sentido de <<el gue-
debe buscarse la procedencia etimológica de cqcxiJos, in-
n:ero>?:~pr~~lJPQI!iY~~Sl~~i~YQ]~y~~~n -~1]~¿~)~~~~~~
terpretable de muchas maneras. Con el latín malus [malo] d."_un fflá~_'lntiguo_~uonus(véase bellum = duellum= duen-
(!!_s"Ja¡jo yop()ng()jJ.B[..cx5[negro]) acaso se ~"ract~r.i~§a
fum_, ,€:!1_~1, que I!l~--1?_~!~~~----~-~!l~~~!Y~~~-~g~:~ -~~~Y}-~~}: Bonus
al!>.s>mbre yglg!!_~.!~!HJJ.anill!wmbre de piel.oscl!Ia, y sobre sería, por tanto,_el.:va.r.Q!H!.e.lil_disr.uta,_!!.~ la divi§.iQB_Ú[If21,
todo en cuanto-hombre de cabellos. negros (hic niger est" el guerrero: es claro, aquello que constituía en la antigua
[este es negro]-), en cuanto habitante preario del suelo ita- Roma la «bondad» de un varón. Nuestra misma palabra
liano, el cual por el color era por lo que más claramente se alemana «bueno>> (gut): ¿no podría significar «el divino»
distinguía de la raza rubia, es decir, de la raza aria de los (den Giittlichen), el hombre de «estirpe divina» (giiottlichen
conquistadores, que se habían convertido en los dueños; Geschlechts)?, ¡y ser idéntico al nombre popular (originaria-
cuando menos el gaélico me ha ofrecido el caso exactamen- mente aristocrático) de los godos (Gothen)? Las razones.de
te paralelo,- fin (por ejemplo, en el nombre Fin-Gal), lapa- esta suposición no son de este lugar. -
labra distintiva de la aristocracia, que acaba significando el
bueno, el noble, el puro, significaba en su origen el cabeza
rubia, en contraposición a los habitantes primitivos, de piel 6
morena y cabellos negros. Los celtas, dicho sea de paso,
eran una raza completamente rubia; se comete una injusti-
De esta regla, es decir, de que el conc_.:::e_!~~~~~J~!~:~!-~~!1.5_¡~
cia cuando a esas fajas de población de cabellos oscuros
P.Ql!1!~.a -~-e._Q_ ilm::~--~~Ü!!J!lR~~ _,f¿l} -E!\~2-11-S~EFf', ~e- pr_~e[fl_iP:~P cia
esencialmente) que es posible observar en esmerados mapas anfmica, no constituye por el momento una excepción
etnográficos de Alemania) se las pone en conexión, como (a~~¡;q;,e da motivo para ellas) el hecho de que la casta su-
hace todavía Virchow) con una procedencia celta y con una prema sea a la vez la casta sacerdotal y, en consecuencia,
mezcla de sangre celta: en esos lugares aparece, antes bien, prefiera para su designación de conjunto un predicado que
la población prem·ia de Alemania. (Lo mismo puede decir- recuerde su función sacerdotal. Aquí es donde) por ejemplo,
se de casi toda Europa: en lo esencial la raza sometida ha se contraponen por vez primera «purm> e «impuro» como
acabado por predominar de nuevo allí mismo en el color de distintivos estamentales; y también aquí se desarrollan más
la piel, en lo corto del cráneo y tal vez incluso en los instin- tarde un «bueno» y un «malO>> en un sentido ya no esta-
tos intelectuales y sociales: ¿quién nos garantiza que lamo- mental. Por lo demás, advirtamos que estos conceptos
derna democracia, el todavía más moderno anarquismo y) «puro» e «impuro» no deben tomarse de antemano en un
sobre todo, aquella tendencia hacia la commune [comuna], sentido demasiado riguroso, demasiado amplio y, mucho
hacia la forma más primitiva de sociedad, tendencia hoy menos en un sentido simbólico: en una medida que noso-
propia de todos los socialistas de Europa, no significan en lo tros apenas podemos imaginar, todos los conceptos de la
esencial un gigantesco contragolpe -y que la raza de los humanidad primitiva fueron entendidos en su origen, antes
conquistadores y seriares, la de los arios, no está sucum- bien, de un modo grosero, tosco, externo, estrecho, de un
biendo incluso fisiológicamente? ... ) Creo estar autorizado a modo directa y específicamente no-simbólico. El «puro» es)
44 la genealogía de la moral Tratado Primero 45

desde el comienzo, meramente un hombre que se lava, que ca [unión mística] con Dios es la aspiración del budista a
se prohíbe ciertos alimentos causantes de enfermedades de la Nada, al Nirvana -¡y nada más!). Entre los sacerdotes,
la piel, que no se acuesta con las sucias mujeres del pueblo _ca bal_!}lel}g,_,_g Y1l~Y~.l11.'Í~ P!:ligt:Q§9~lR<Í9~:n9~$~)g}()§ ;.¡,e-
bajo, que siente asco de la sangre, - ¡nada más, no mucho -~i~~ ~~~ C._l:It~.Y l_as ~r!~~ .11!.~4j~~~L§ing .t~.mgi.~nJ~Ls,qJ¿~t:Jü~,
más! Por otro lado, sin duda, la índole entera de una _arisjg- }!}:-,~~g~-~~~,J~.-~<lga~!q<l4~ ~l f.le.~.~Ilh~~w~ -~tél~P:Qr,Jél. a.mP. ~­
.ci-ª~.Í-ªJ~S~I1cialmenJe. s_a.cerdotat aclara pQr ,q:qé, JXll1Y.-PTOl}.!9'" ción d~ dominio, la virtud, la enfermedad :-de to4os mo-
las antítesis valorativas pudieron interiorizarse y exacer- _q§§:tií:i~r~:~ Ie~:P;;:¿¡;:;~.iK~ifiisSiii~<i!;rt~:imü~!lsL~qvi~~
barÚ~di(ffiodÓ peligroso precisamente aqui;Y,de hecho, el terreno de esta forma esencialmente peligrosa de existel1-
-alás acabaron por abrir entr~]JgmJ'lt:ey hombr!'~simas sobre ~da ·hllmana.l la fornli§ft~éfdq~cifdee~rsteñc;a,_ éS~dO~d_e_~~I
las que ni siquier[l un Aquiles del librepensamiento podría hombré'~e~~_g-;~~~1'~~ ha_ -c~·nv~~tidp en un_ ~rz¡_rr¡~(¡~~t~re­
.llillt!tsin.eslreiDef'rxse. Desde el comienzo hay algo no sano --Siii!~ q~e, úniCamente ~áqUCéS donde el alma h~~ana ,ha
en tales aristocracias sacerdotales y en los hábitos en ellas alcanzado profundidad en un sentido superior y se ha
dominantes, hábitos apartados de la actividad, hábitos en vuelto malvada -¡y éstas son, en efecto, las dos formas bá-
parte dedicados a incubar ideas y en parte explosivos en sus sicas de la superioridad poseída hasta ahora por el hombre
sentimientos, y que tienen como secuela aquella debilidad y sobre los demás animales!...
aquella neurastenia intestinales que atacan casi de modo
inevitable a los sacerdotes de todas las épocas; pero el reme-
dio que ellos mismos han inventado contra esta condición 7
enfermiza suya -¿no tenemos que decir que ha acabado de-
mostrando ser, en sus repercusiones, cien veces más peli- - Ya se habrá adivinado que la manera sacerdotal de valorar
groso que la enfermedad de la que debía librar?_¡L_a_h¡JJllª". puede desviarse muy. fácilmente de la caballeresco-aristo-
nidad misma adolece todilvía delas repercusiones de tales crática y llegar luego a convertirse en su antítesis; en espe-
in&eny}f!~4i~,-5!~J~_,s~!:~- ?,~~~f~-~J~M Pensemos, por-ejemplo, cial impulsa a ello toda ocasión en que la casta de los sacer-
en ciertas formas de dieta (abstención de comer carne), en dotes y la casta de los guerreros se enfrentan a causa de los
el ayuno, en la continencia sexual, en la huida «al desiertO>) celos y no quieren llegar a un acuerdo sobre el precio a pa-
(aislamiento a la manera de Weir Mitchell", aunque desde gar.l.os juicios de valor caballeres_C9-aristqcr_ªtic9~_Ji~l).oep
luego sin la posterior cura de engorde y sobrealimentación, C9!1:1º _pr~supu~sto _u_11a cq_qstituci§n. fí_s~ca _pgderosa, una
en la cual reside el más eficaz antídoto contra toda histeria salud floreciente, rica, incluso desbordante, junto con lo
del ideal ascético): ~j\ádgl'.,.~~ e~,;tgj~ 'ntera metafísica de los~·­ que condiciona el mantenimiento de la misma, es decir, la
~~-21~~,J},2Mj! ~J9~s4-~"~~!!Sh~?.?, sg!:r~:p_tqr_~ YJ~~fht;IgRrJh $1J~ guerra, las aventuras, la caza, la danza, las peleas y, en gene-
.autQ:Jli¡¡no_ti¡;afi!Í1U\)~ ~mM~J>.dr!.faquir_y~d~LbxllhlJ1án ral, todo lo que la actividad fuerte, libre, regocijada lleva
:::!l.E~~!'}l1~t;nplc;~do como ~<:>1~ c;l~vidrioxcomo idea fija- consigo. La manera noble-sacerdotal de valorar tiene -lo
y_elge~e!al Lt;n~Y-S\'!'2Et;el1~ible,h~¡;ta~ggJln~lde. s1J~Cura hemos visto- otros presupuestos: ¡las cosas les van muy mal
~radical, de la Nada (o Dios: la aspiración a una unío mysti- cuando aparece la guerra! Los sacerdotes son, como es sabi-
46 La genealogía de la moral Tratado Primero 47

do, los enemigos más malvados -¿por qué? Porque son los esa transvaloración judía ... A propósito de la iniciativa
más impotentes. A causa de esa impotencia el odio crece en monstruosa y desmesuradamente funesta asumida por
ellos hasta convertirse en algo mql).s,t~q~Q§Q y siniestro, en l9 los judíos con esta declaración de guerra, la más radical
_más espiritual y más venenoso. Los máximos odiadores de de todas, recuerdo la frase que escribí en otra ocasión
la historia universal, también los odiadores más ricos de es- (Más allá del bien y del mal)" -a saber, que con los judíos
píritu, han sido siempre sacerdotes -comparado con el espí- <:ºIJl~~~z_a en la moral {a_re;beJi~!1:- de Jos esclavos: esarebe-
ritu de la venganza sacerdotal, apenas cuenta ningún otro !ic\_n_ql1e!iene tms sí una historia bi~ilenaria y que hoy
espíritu. La historia humana sería una cosa demasiado estú- nosotro_s_l¡eJ11''.s·p"rc!i_<lo_cle_y!stª-l'!ns!Sio_pQI:qne_~)J.a_r_e­
pida sin el espíritu que los impotentes han introducido en s1lltado ~ence_c;iora ...
ella: - tornemos en seguida el máximo ejemplo. Nada de lo
que en la tierra se ha hecho contra «los nobles», «los violen-
~ '?. tos)}~ «los señores>>, «los poderosos>>, merece ser menciona- 8
¿ . do SI se lo compara con lo que los judíos han hecho contra
ellos: los judíos, ese pueblo sacerdotal, que no ha sabido to- - ¿Pero no lo comprendéis? ¿No tenéis ojos para ver algo
mar satisfacción de sus enemigos y dominadores más que que ha necesitado dos milenios para alcanzar la victoria? ...
con una radil;alJramvaJpracipn''.c!~J_Q~y-aJgr_e§ p1:opios de No h.acYS!'_.,s,tg_l1'!cl<I.SX!!:~iio:tqc!ªsja_sq>s_aslargg~sggdifíc
éstn.s,~~s-~.<les::i;r" _ pocun acto_ d~_ I~_]J.It#~)iSJ?iil!HfliXe~ganzq.
ciles de ver, difíciles de abar,ar cqn_la mirada. Pero esto es lo
Esto es lo único que resultaba adecuadO precisamente a un acontecido: del tronco de aquel árbol de la venganza y del
pueblo sacerdotal, al pueblo de la más refrenada ansia de odio, del odio judío -el o~dio rná~ profundo ysl!bliine, esto
venganza sacerdotal. tiall_s~doJ<?sjud~os_lps_ ql;le, con una e~,__.,lgc!i()C!:eadord~ ideales, modificador de valor.,5; que
consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir la 1!\tl:J:I.Jepido igual en)a_ tierra-, J2r91SíJ!IgQjgl!.alm~.tJÜnc
identificación aristocrática de los valores (bueno = noble= compar;¡]:¡(eJ,l1!l.Sl1llP!.!!l!?XQ,ja más prg{unda y sublime_ de
poderoso= bello= feliz= amado de Dios) y han manteni- tggas l~sssp.,cü's.c!" ~mor: - ¿y de qué otro tronco habría
do con los dientes del odio más abismal (el odio de la impo- podido brotar? ... Mas ¡no se piense que brotó acaso corno la
tencia) esa inversión, a saber, «¡los miserables son los bue- auténtica negación de aquella sed de venganza, como la an-
nos; los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos títesis del odio judío! ¡No, lo contrario es la verdad! Ese
buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los de- amor nació de aquel odio como su corona, como la corona
formes son también los únicos piadosos, los únicos bendi- triunfante, dilatada con amplitud siempre mayor en la más
tos de Dios, únicamente para ellos existe bienaventuranza, pura lurninosid!'d y plenitud solar; y en el reino de la luz y
- en cambio vosotros, vosotros los nobles y violentos, voso- de la altura ~se amor perseguía las meta~_ de aquel odio, per-
tros sois, por toda la eternidad, los malvados, los crueles, S!:K':-1,;~ ~~-':ictoria_,_ el botín, la seducción, co11 el mis111~ afán,
los lascivos, los insaciables, los ateos, y vosotros seréis porasfdecirlo, c:o~ que las'[~¡;:.;$ ae-·;;q:,;efodio se hundían
también eternamente los desventurados, los malditos y con mayor radicalidad y avidez_"_IIt<;>do l'?__Cjue .roseía pro-
condenados!. .. » Se sabe quien ha recogido la herencia de .f,l.n<;hda.dy.era rn;¡lvado. Ese Jesús de Nazaret, evangelio vi-
48 La genealogía de la moral Tratado Primero 49

vi ente del amor, ese «redenton> que trae la bienaventuranza _yps)), o ~.<lo :RJ~Q5;~>"· !-:u~~! _!ebañp_»_r,<?-~.'?~.2 __l:l~te~--q~i~ra)la­
y la victoria a los pobres, a los enfermos, a los pecadores ~l1l~do.:-:._h~.Ye11cidp) y_siesto ha ocurrido por medio ~e los
-¿no era él precisamente la seducción en su forma más in- j~_g_!g_~Li!?_ienJ, -~nto~ces ja~ás J1U~-~lo_a!g_upo t,~Y-~.:~iSJ(?~
quietante e irresistible, la seducción y el desvío precisamen- Il}"ª!_gré.l-1!º~--~gJ<l)J~.tgEX~.,~!l_i~~r_sal. «Los señores» están li-
te hacia aquellos valores judíos y hacia aquellas innovacio- quidados; !a_!11();al~elJ!.olllbre vul_g<:; ~~ V~J1S~d(), Se pue-
nes judías del ideal? ¡No ha alcanzado Israel, justamente de considerar esta victoria a la vez como un envenena-
por el rodeo de ese «redentor», de ese aparente antagonista miento de la sangre (ella ha mezclado las razas entre sí)
y liquidador de Israel, la última meta de su sublime ansia de -no lo niego; pero, indudablemente, esa intoxicación ha
venganza? ¿No forma parte de la oculta magia negra de una logrado éxito. La «redei1si9.!2'J..d~L~l!§rüJluroan.q_(asa-
política verdaderamente grande de la venganza, de una Qe r... =t~s.g~f:lQ..,4~./-~lo.§ ___&gQgr~§ t>J _§_e )~n-~_1:!!711J:r.~--,_<~_n. ,Q p_tjnu
venganza de amplias miras, subterránea, de avance lento, yí_~;:tod_oc_se_j_ud.aiz_a, __Q _ se _cristianiza, ,o se aplebeya.a ojQs
precalculadora, el hecho de que Israel mismo tuviese que vistas. (¡qué importan.las palabras!). La marchade..ese e.n-
negar y que clavar en la cruz ante el mundo entero, como si venena1piei1!.2..~Jray_~s ddS!l.e!:E2$!!\!'IQ~<!<;..l;i.hl!!!!".!lid;;d
se tratase de su enemigo mortal, al auténtico instrumento de R~~~¿;i~c-;:,Iltenibl~, ~t¡tenzp<c [ritmo] y su paso pueden
su venganza, a fin de que «el mundo entero», es decir, todos sff)r{cly~p_,_ -~tRªr.t_ir __ 4~ ;!hora, cacl~ y~z., ,rnás~1f:!l!t9~l-_JlJ~S
los adversarios de Israel, púdieran morder sin recelos preci- ·4eli~~4_~§1__ ~~~ª~)n<lu.clib!~s, Iriás~ _c;~u~os. _ _ :::~P, E!fe_ cto, _ _ hay
samente de_ ese cebo? ¿Y por otro lado, se podría imaginar tiempo ... ¡Le corresponde todavía hoy a la Iglesia, en este
en absoluto, con todo el refinamiento del espíritu, un cebo aspecto, una tarea necesaria, posee todavía en absoluto un
más peligroso? ¿Algo que iguale en fuerza atractiva, embria- derecho a existir? ¿O se podría prescindir de ella? Quaeri-
gadora, aturdidora, corruptora, a aquel símbolo de la «san- tur [se pregunta]. ¡Parece que la Iglesia refrena y modera
ta cruz», a aquella horrorosa paradoja de un «Dios en la aquella marcha, en lugar de acelerarla? Ahora bien, justa-
cruz)), a aquel misterio de una inimaginable, última, extre- mente eso podría ser su utilidad ... Es seguro que la Iglesia
ma crueldad y autocrucifixión de Dios para salvación del se ha convertido poco a poco en algo grosero y rústico,
hombre?... ~uando menos, es_cier_to__que sub hoc signo que repugna a una inteligencia delicada, a un gusto pro-
[bajo este,sigi!o] Jsrael.ha venido. triunfando una y otra piamente moderno. ¿No debería, al menos, refinarse un
vez, con.SJ.LY~J)g~pz_a_y _$_U_ tr!J;D:$X8,lp,t;a~i§I1: _ 4e_ todos Jos va- poco? ... Hoy, más que seducir, aleja. ¿Quién de nosotros
\Qres,,sobreJ;odosJos demás ideales, sobre, tod~;Jos .idea- sería librepensador si no existiera la Iglesia? L~Jgle~il!.~~Ja
ks.wríá.uob/ee. - - que.nos.repugna,..n.Q..s.~+.ve!)gnq ... Prescindiendo de la Igle-
sia, también nosotros amamos el veneno ... » -Tal es el epí-
logo de un .;<librepensador» a mi discurso, de un animal
9 respetable, como lo ha demostrado de sobra, y, además, de
un demócrata; hastª -ª_gl,l~ _p1e_hfl;bí_a esct}.~ha4o, y no _ sopor-
- «Mas ¡cómo sigue usted hablando todavía de ideales mds tó..eloírme. callar. Pues en este punto yo tengo mucho .que
nobles! Atengámonos a los hechos:,el pi1eblo,=o.~~los es.cla- callar,-
50 La genealogía de la moral Tratado Primero
51

imagen de lo despreciado, no llegará ni de lejos ala falsifi-


10 cación con que el odio reprimido, la venganza del Impoten-
te atentarán contra su adversario -in effigie [en efigie 1, natu-
La rebelión de los esclavos en la moral comienza cuando el ralmente-. De hecho en el desprecio se mezclan demasiada
resentimiento mismo se vuelve creador y engendra valores: negligencia, demasiada ligereza, demasiado aparta~ien~~ ~e
el resentimiento de aquellos seres a quienes les está vedada la vista y demasiada impaciencia, e inclu.s~ demasiado JUbi-
la auténtica reacción, la reacción de la acción, y que se des- lo en sí mismo, como para estar en condiciOnes de transfor-
quitan únicamente con una venganza imaginaria.1v.[ientras mar su objeto en una auténtica caricatur~ y en un. espa~ta­
_q!le.to.cl'' ffiQL'!Ül\lhl~rrª'·"'-clJ'_Ul} trignfa11te. sí. dich.o.ai. ·0. No se pasen por alto las nuances [matices] casi benevo-
11:1~~-!!:l,?.~)~"l_l]g_ra~_d_~}c:l~};s_slay()~ dice no, ya de antemano, a \as que, por ejemplo, la aristocracia griega pon~ en to~as las
ll-R_«fuera)~'--a"un, S<OtfQ}?,.,:{I.___ un_-_5<.ll0_-yQ)); y ese no es lo qÚe palabras con que diferencia de sí al pueblo baJO; o~servese
_mn&titu~e.li!J_acci9.lL<;gª<;IQ.r.a. Esta inversión de la mirada cónio constantemente s~ mezcla ~!). ellas, azucarandolas,
que establece valores- este necesario dirigirse hacia fuera en ~na ~sP~~e ,-~~-j"*-~JLm_ª1_9~~-f~I]sid~s!2gL-d_e ~ i_llª'uJg~_g~_i~,
lugar de volverse hacia sí- forma parte precisamente del re- hasta el puntode <¡ue .cas;~~d_as l~sJ'_alabr~s que con':Ie,nen
sentimiento: para surgir, la moral de los esclavos necesita i!lhom]:n:~ yulgar !1a11 termmad() por queda~ c.omo ex~re-
siempre primero de un mundo opuesto y externo, necesita, siones para significar «infeli~>?_,___<~~igno _d"eJª§t!I!1ª?}-- (ve~se
hablando fisiológicamente, de estímulos exteriores para SeLll.ó<; [miedoso], Seéi.aw<; [cobarde], 7T0~1]po<; [v~l],
poder en absoluto actuar, -su acción es, de raíz, reacción. f.LOX{}1J pós [mísero], las dos últimas caractenzan propia-
Lo contrario ocurre en la manera noble de valorar: ~§t<-tª-~-­ mente al hombre vulgar como esclavo del trabajo y animal
t~~~Y,,~E~!~----~-~p~_l2tAr~ea_Illente,_ ~llsca__ s_l! ,op_U~$JQ,Jan_ sólo de carga) -y cómo, por otro lado, «malo», «infeli:»'. no de-
E~~-~ .~~cixs..~. ,~(a_ s_Lillis_mél__<;:on ._Illay9r agraclecimiento, con jaron jamás de sonar al oído grieg? co~ un tono umco, con
~-~Y:?~J~~i!~, - su concepto negativo, lo «bajo)), «vulgan), un timbre en el que prepondera «mfehz}>: y esto como he-
«malo», es tan sólo un pálido contraste, nacido más tarde, rencia de la antigua manera de valorar más noble, aristocrá-
de su concepto básico positivo, totalmente impr!'gnado de tica, la cual no reniega de sí misma ni siquiera e~ el despre-
~?td~ y c;l~J:??~~g;~h ~b~<?!!~~p t9,5~i 1).9~9 tl~9_$_ Jqs_ 11 qb.l~~,-~ oso tras cio (-a los filólogos recordémosles en qué sentido se usan
.1()~.. Ql1,.11Ql!,_.J1.QJlQ\m§J9>JKll<;>~,, . l1()~9tro~ .... lo~ .., felices!». 0 ·¡~upó <; [miserable], Civol.¡3os [desgraciado], 7A-tíf.LWV
Cuando la manera noble de valorar se equivoca y peca con- [resignado], Sus'I1Jxecv [fracasar, t:ner mala ~uertel:
tra la realidad, esto ocurre con relación a la esfera que no le 9Jf.L<popú [desdicha]). Los~J:l.llSJ!!Q§t~~,~,.swtJ«11..~, SI
es suficientemente conocida, más aún, a cuyo real conoci- .mismos cab_alwe.nt~. como. lqs <!feliceg;,.ellos no. te.nían.que
miento se opone con aspereza: no comprende a veces la es- construir sufelici9aci_aJ.:~ifi<;:!<Üm.eD-!e_y,"a_y~}:e_{h P.~J;§l.lª4trs_e
fera despreciada por ella, la esfera del hombre vulgar del de ella, mentírsela, mediante una miJ;ada didgida"a_sus en~­
pueblo bajo; por otro lado, téngase en cuenta que, en todo migos (como suelen hacer todos los h_ombres del resenti-
caso, el afecto del desprecio, del mirar de arriba abajo, del miento); y asimismo, por ser hombres mtegros, repletos de
mirar con superioridad, aun presuponiendo que falsee la fuerza y, en consecuencia, necesariament~.,.~üyos, no sa-
52 La genealogía de la moral Tratado Primero 53

l?!an<§<~p;;rarJ!!ca~tiyiflA<L<ldaJeliddad, - en ellos aquélla ción inmediata y, por ello, no envenena: por otro lado, ni
fo!maba parte, por necesidad, de ésta (de aquí procede el siquiera aparece en innumerables casos en los que resulta
&lr.panecv [obrar bien, ser feliz])- todo esto muy en con- inevitable su aparición en todos los débiles e impotentes.
traposición con la felicidad al nivel de los impotentes, de los No _poder tomar mucho tiempo en serio los propios_con-
oprimidos, de los llagados por sentimientos venenosos y tratiempos, las propias fechOJ:Úls -tal_e~ el s_ig_11_o_pr9l'io de
hostiles, en los cuales !!!_f'"li_cidi!<<!_apare~e_eser¡cialmen1e naturalezas fuertes y plena§, enlas cuales h¡}y u11a s()brea-
_como _ narcosis, _aturdimiento,_ quietud, paz, «sábado)), dis- bundancia de fuerza plástica,remodeladora, regenerado-
_Jen~.i<.S.P.~c:i~tJn..itnQ_Yr~eJ.aJfi:mJe.nto de. los miembr.os, esto es, ra,fuerza qJie también hace olvidar (un buen ejemplo de
<!ktw en<ur¡a palabra,<<como.. algo .pasivo. Mientras que el esto en el mundo moderno es Mirabeau, que no tenía me-
hombre noble vive con confianza y franqueza frente a sí moria para los insultos ni para las villanías que se come-
mismo ("fevval.oo::;, «aristócrata de nacimiento~~, subraya la tían con él, y que no podía perdonar por la única razón de
nuance [matiz] «francm> y también sin duda «ingenum> ), el que - olvidaba). Un J:!?.JH!?I'=..~!Í-~~~~\!.\!.~.i~ 1#l-;f919.g~p~
hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni much()$_gl!.§il!19R.ll1l.'O- el1.9!J&§.,eJlSanLQÍQ'"aJ;)l3lkJ\ll.Je-
ho~e~to y derecho consigo mismo. S~_'!-.l!!?:.~!!!:l~'!Ji~Ieojo; su. rránc;:a;nepte; sólo a,q\lí _e$ ~~-m~i~I} R9~J!?J~'"2!r"'~-E,~~~A,§JH2B::
eS¡>l[!!lL.aJLWJQ§..l'Jildlnc:lrij.os,J<>s caminos. tortuosos y las niend.'!!JE~ ~ffa ~-;~~e_~~Ó!~~i.Ro¿i!>J.~~!'-ILI~JLeLLª;:~Ll\u­
J2!!~tª_sJªll?ª.§,JQ.c;l~Q Jº..~IJ<::.!lhke;t:tpje aJr_a_e_ como__sQmundo, .ténti~o..$aru;¡¡;~í\,'i.~§,~eWlgg_;;2,. ¡Cuánto respeto por sus
_,~~-§~ggri~<!f!l2!1 a\!yio; entiende de callar, de no olvidar, de enemigos tiene un hombre noble! -y ese respeto es ya un
aguardar, de empeqJ.Ieñecerse y humillarse transitoriamen- puente hacia el amor... ¡Elhombre noble reclama para sí su
te. Una raza de tales hombres del resentimiento acabará ne- enemigo como una distinción suya, no soporta, en efecto,
cesariamente por ser más inteligente que cualquier raza no- ningún otro enemigo que aqueJen el que no hay nada que
ble, venerará también la inteligencia eri una medida del _d~!?p.rec_!ªr_y_~í _l!Zl!_cb_z~ltrzg~~l~~~-~ honrar! En cambio, imagi-
todo distinta: a saber, como la más importante condición de némonos «el enemigo» tal como lo concibe el hombre del
existencia, mientras que, entre hombres nobles, la inteli-· resentimiento -yjusto en ello reside su acción, su crea-
gencia fácilmente tiene un delicado dejo de lujo y refina- ción: ha concebido el «en~Jl1igo_ IllaJvado;), «el malvadO>), y
miento:- en éstos precisamente no es la inteligencia ni mu- "'ITo como <:onGepto básko, Úartir c:lel cual. se imagina
cho menos tan esencial como lo sonla_.p~cta_s~guric:lad _taJnbJén,_ .c:omo"'jmagen ~posterior. y_ como- antítesis,- un
fllll<:i on~l.g\\ lg~ i!l§,\Í1!!9§.iJ.J/icQIJ§~!PJJ:f,f¿J.~,t~¡¡\¡lj'lg~~?<Q.j Ji cJu- ~g-~~11:9_)>,_- lét J11~S~O! ...
so.unacrerta.falta de inteligencia,,así .por ejemplo _el vafe-
rQ§R)i!U?;i;\!;~¡:.~,s_i~ga~,.hi~!}..S~.a..al,.p.~.ligr_o,bi~n . sea al ene-
¡¡¡jgí/,,.9,,a,g\[e,Ui!,el1111,?i~~~a•.~ubi¡aJ1eidad. e.ll .. la.cqlera, . . el 11
anLQJ"'.e~.,¡;~~R-~);Q,.eJ...l!gra.c:le~jnljento,y.Ia._venganza,.-en.]a
c_ualsehan reconocido.en.tódosJos,tiempos las almas no- ¡Justo, pues, lo contrario de lo que ocurre en el noble,
ble.ili El mismo resentimiento del hombre noble, cuando quien concibe el concepto fundamental «bueno)~ de un
en él aparece, se consuma y agota, en efecto, en una reac- modo previo y espontáneo, es decir, lo concibe a base de sí
54 La genealogía de la moral Tratado Primero 55

~mismo, y sólo a partir de él se forma una idea de «malo»! y torturas con igual petulancia y con igual tranquilidad de
Est.e <<IJlal'!»Jschlerht) de origen noble, yague)<<malv~clO>> espíritu que si lo único hecho por ellos fuera una travesura
(base), sahdo de la cuba cervecera del odio insaciado -el estudiantil, convencidos de que de nuevo tendrán los poe-
__Erim.ero, una creación posterior, algo marginal, un color tas, por mucho tiempo, algo que cantar y que ensalzar•.B..~:::
~.. -'~.mpleJ?Ientar_io, el seg11ndo, en cambio, el original, el co- g_tdta..iiP-posibt~ .no_ reconoc~r, ..a la. Q~se.. deJqslas,.esta.s. ra_zas
mienzo, la auténtica acción en la concepción de una moral J!Obles, el a11i111al de_¡;api¡¡a,,)a rn~~g_rüfiSil,q~~sJ(gJubiq,ql!e
de esclavos-, ¡cuán diferentes son estas dos palabras, .Yag1;1~1.1:nd~ª·~qdi~iosa de b?t!!':_Y~~~~~-C:~~~~j~4~e.E~~lll45ten
«malo» (schlecht) y «malvado» (base), que aparentemente . cuando esa.b_ase.oculta_n"f_esit;c.dJ'§ahPgars~,~el.a.rümaLtie-
se contraponen a un mismo concepto «bueno» (gut)! Mas 11!'...'1!!"- ~~aJir ~<!.<:. D!.l~exl?~f\leJ:íl,_tie.lle 'I.Jl~e.x~tmnar A la. sejya: -
n? se tra~~ del mis~o concepto ((bueno»: pregúntese, antes las aristocracias romana, árabe, germánica, japonesa, los
b1en, quzen es propiamente «malvado» en el sentido de la héroes homéricos, los vildngos escandinavos - todos ellos
moral del resentimiento. Contestado con todo rigor: l'!!c:J:: coinciden en tal imperiosa necesidad. Son las r~_z-ª§,_!1Ql?}&~ -~­
_5_':1?!~_n!:_~L~~:E-2~,,9~l~_q_~~~ ill<?t:ª_l,J>_f.~~i§,t'UneJ)te~-~1 n-oble, las que han dejado tras sí el concepto <<bárl?ar<?>~ pgr_tgdg,s
.el¡:mder!l.so,_elc!ominador"sóio·quecambia.do.c!e.f.'ll%i!!:-. los ·lugares .J?9r..c!onc!eJ1illlcPJI.Ji~.d.Q;Jn<;)]lSQ.. en ..SJl cultura
·• ·terpretado .y.visto del revés por el. ojo .venenoso. del resenti- má~".~1=~~Jªª-§.~J~~Y~lª!1~!l.!g. ~Qit~c:.!.~g~ig,.9.~ ~llo. y.hasta Wl_ür-
g¡i~~to. Hay aquí un~ cosa que nosotros no queremos negar g~[_g (por ejemplo, cuando Pericles dice a sus atenienses, en
en modo alguno: qmen a aquellos «buenos)) los ha conoci- aquella famosa oración fúnebre, «hemos forzado a todas las
do tan sól? como enemigos, no ha conocido tampoco más tierras y a todos los mares a ser accesibles a nuestra audacia,
que enemigos malvados, y aquellos mismos hombres que dejando en todas partes monumentos imperecederos en
e.r~n.man~~nidos tan.riguros~mente a raya.por la costum- bien y en mal»)26 • Esta <~audacia~~ de las razas nobles, que se
w.Pr,~'. el re~~eto, l()S USO·~'-- el ~gr~de~imiento y todavía más manifiesta de manera loca, absurda, repentina, este ele-
I?.~r_l.a _rectproca,v!gilancia, P.or I.~..em~lación inter pares [en- mento imprevisible e incluso· inverosímil de sus empresas
tre Iguales], aquellos mismos hombres. que, por otro lado, -Pericles destaca con elogio la pOO'Ju¡.c(o: [despreocupa-
en su comp(),rta~n}e:Ift.9. r~~J:p-rp.t:O.)J1.Q§!TªJ?an. tanta inventi- . ción]27 de los atenienses-, su indiferencia y su desprecio de
- v~ .el!.P~_nt{).a .ateD-_ci.ones, ..4Qmjnio.de_sí, .9-elicadeza, fideli- la seguridad, del cuerpo, de la vida, del bienestar, su horri-
"" dad, .orgullo y amistad, - ...n_o son hacia fuer<!, es decir, allí "]?le jovialidad y el profundo placer que sienten en destruir,
don.de. c.omienza Jo .. extranjero, la tierra. extraña .. mucho en todas las voluptuosidades del triunfo y de la crueldad-
m~ejgr§S'!.!l~al1ill1~1~s~cle. r_apiña dejac!'!s sueltos. AlÍí disfru- todo esto se concentró, para quienes lo padecían, en la ima-
tan la libertad de toda constricción social, en la selva se des- gen del «bárbaro», del «enemigo malvado>>, por ejemplo el
quitan de ~a tensión ocasionada por una prolongada reclu- «godm), el «vándalo)~. La profunda, glacial desconfianza
SIÓn y enCierro en la paz de la comunidad, allí retornan a la que el alemán continúa inspirando también ahora tan
inocencia propia de la conciencia de los animales rapaces, pronto como llega al poder - representa aún un rebrote de
cual monstruos que retozan, los cuales dejan acaso tras sí aquel terror inextinguible con que durante siglos contempló
una serie abominable de asesinatos, incendios, violaciones Europa el furor de la rubia bestia germánica (aunque entre
56 La genealogia de la moral Tratado Primero 57

los antiguos germanos y nosotros los alemanes apenas sub- mentos de la culturm> son una vergüenza del hombre y repre-
sista ya afinidad conceptual alguna y menos aún un paren- sentan más bien una sospecha, un contraargumento contra
tesco de sangre). En otro sitio" he hecho notar la perpleji- la «cultura>> en cuanto tal! Se puede tener todo derecho a no
dad experimentada por Hesiodo cuando meditaba sobre el librarse del temor a la bestia rubia que habita en el fondo de
decurso de las épocas culturales e intentaba expresarlas todas las razas nobles y a mantenerse en guardia: mas ¿quién
mediante el oro, la plata y el bronce: a la contradicción que no preferiría cien veces sentir temor, si a la vez le es permiti-
le ofrecía el mundo de Homero, un mundo tan magnífico, do admirar, a no sentir temor, pero con ello no poder sus-
pero, ala vez, tan horrible y tan brutal, no supo escapar más traerse ya a la nauseabunda visión de los malogrados, empe-
que dividiendo una única época en dos y colocándolas una queñecidos, marchitos, envenenados? ¿Y no es ésta_ ~uestra
a continuación de la otra - primero, la época de los héroes fatalidad? ¿Qué es lo ~~.h.~J::PF.'2<:1ES!:'!Y.g~f'Z1 .~Ye.Is 19.\JfQn­
y semidioses de Troya y de Tebas, tal como aquel mundo ~~~Jlº=I1J1iF~~f :- P4e~_no~_QttQS,_syfrimqspo~,_el ~wml;>r~, !lO
había subsistido en la memoria de las estirpes nobles, que ha}é.linda. - No es el temor; si~ o, más bie!l, el que ya nada
en ella tenían sus propios antecesores; y luego, la edad de teng<;1!19J,Hl!etemer.e1fel)¡qJ11bre;.~l que el gusa~? ~<ho!:l­
bronce, tal como aquel mismo mundo aparecía a los descen- bre>> ocupe el pri!':~f.J>lan9..Y.Eull!l<:..<O!l~J;.el.qt¡e e!~<h()111bre
dientes de los sojuzgados, expoliados, maltratados, depor- mmso>~:eCincurablemente mediocre y desagradable haya
tados, vendidos: como una edad de bronce, según hemos di- ~P-~~-n:~~-4Q.'pa_ §_~I)JlF§.~--~ -~(ip~~m2~ c;Q_IT}_())<l.m~tJi y J<ct c.:~111b1:e,
cho, dura, fría, cruel, carente de sentimientos y de concien- como el_senti~o_dela historia, como «hom~I~-~Rc:!..!2!?>;­
cia, una edad que todo lo tritura y lo salpica de sangre. más aún, ~1 qu~ te~g~ ~i~rt~ d~l~_ChQ; se·ntfrse así~ en la Ille-
Suponiendo que fuera verdadero algo que en todo caso ~di<:l.ª mqge,se siegte cli~tar~ciaqQ,deJa.rnucJ\eduJ11b~e.¡:l~jos
ahora se cree ser «verdad», es decir, que el sentido de toda malc.oJJstjtu_idos, ~nfermi~os,_~_ap~~-~?~, ~.&?!-~~_()_S~-~~ q~~-~?Y
cultura consistiese cabalmente en sacar del animal rapaz comienza Europa a apestar, y; poxtanto, COJ!lO algo al111~nos
«hombre>>, mediante la crianza, un animal manso y civiliza- relativamente bien co~sti~ui~o, como algo~~-!!!:~PS ~od<!,"{i~~
do, un animal doméstico, habría que considerar sin ningu- capaz de viVir, ,,,,,,,,,
coffio alg() 9.~-~-;~~~~~~,~-,cÍi~e,_~.t~J<1 YJP.~·~·
,_.,,,.,' -
'~'~'--'---~---------,,_.,,,,

na duda que todos aquellos instintos de reacción y resenti-


miento, con cuyo auxilio se acabó por humillar y dominar a
las razas nobles, así como todos sus ideales, han sido los au- 12
ténticos instrumentos de la cultura,· C_9neJ!o,_<l.~JgdQs mo- - En este punto no me es ya posible reprimir un sollozo y
__.Qo~~J.1S)_ ~star[.a_Qi~ltQ ~}Í:n,_que Jos dep()sitarios <;le esos instin- una última esperanza. ¿Qué es esto que, precisamente a mí,
"tos_representen también,ellos.mismos ala. vez la cultura. Lo me resulta del todo insoportable? ¿Esto de lo que sólo yo no
contrario sería, antes bien, no sólo verosímil-¡.no!, ¡hoy es puedo librarme, y que me ahoga y me consume? ¡Aire vicia-
evidente! ]l~Q§~gepDsitari9$J!eJ<Js,bJ,s,li.IJJQs..Qpre~QJ"eS. y an, do! jAire viciado! ;ElJ:>~c¡,g d~ qu' aJgo mal S()l!Stitt¡ido se
si9.ffi§ de !k>.\liiileJJp¡¡,,,~s~;rndientes,de.to.dl!.esdavitud eu- al!~ga_a.mLi~lxerro~ _gl;>liga.clQ.il oJe¡: Jas_.~J1\r¡¡ñas <:le. un
,mpe.l\.y_n.Q.!:'!!fQR~!l>.Y.e.n.e.SI!!',<;i~l g,~.t<JAa.pg\!l~~i§'J,prearia _alma.m'll ~;ous_!i\!Ji.4aJ, .. ¿Qué es, por otra parte, lo que en
-irePfeSe'Jl~.n.,eLretroce>,o,dd~..huma¡lida¡l! jEsos «instru- materia de miseria, de privaciones, de mal clima, de enferme-
58 La genealogía de la moral Tratado Primero 59

dades, de fatigas y de soledad no soportamos? En el fondo nos que los corderos guarden rencor a las grandes aves rapaces
sobreponemos a todo lo demás, puesto que ~,h~mos _nacidq es algo que no puede extrañar: sólo que no hay en esto mo-
-P.ru:-ª.J!.tUU~~~t~ncja suQ!erránea y: combativa; una y otra ~~z tivo alguno para tomarle a mal a aquéllas el que arrebaten
sahmos a la luz, una y otra vez experimentamos la hora áurea corderitos. Y cuando los corderitos dicen entre sí «estas
del triunfo, - y en ese momento aparecernos tal como naci- aves de rapiña son malvadas; y quien es lo menos posible un
mos, inquebr~nt~b~e.s, tensos,, dispuestos a conquistar algo ave de rapiña, sino más bien su antítesis, un corderito,- ¿no
nuevo, algo mas dtfíctl, algo mas lejano todavía, como un arco debería ser bueno?», nada hay que objetar a este modo de
a quien las privaciones lo único que hacen es ponerlo más ti- establecer un ideal, excepto que las aves rapaces mirarán
rante. - Pero de vez en cuando -y suponiendo que existan hacia abajo con un poco de sorna y tal vez se dirán: «Noso-
pmtectoras celestiales, situadas más allá del bien y del mal- tras no estamos enfadadas en absoluto con esos buenos
S:,H&t~e_de~mJI,ada, ?_torg_~dnle_ que_pu_~da_ec~ar una corderos, incluso los amamos: no hay nada más sabroso
¡jl}ica!"irada tansól" a al~op~rfécfO,a'álgo ióta!mentelogra~ que un tierno cordero.~> - -ªjg!J _cieJaJqr~al_e:?;~ _q~e -~Z(}_S~~­
do, fehz, poder?so, VIctonoso, en lo que todavía haya algoque \!r! quex~r:_dp_mii].a~, -~~- q~~r~r~~~Jl,l~_g~!2-~~~~q~~-~~~-!~~eñ~
temer!¡ Una mirada a un hombre que justifique a el hombre ~ª-ksgJ~lJJl(Lª'~~L.Q_~_}w~wjgq~_y5J.~_rc;;_sl~!(!m::Ja~ y_d_~Jx_i,t~}:~(<?s_,_
una mirada a un caso afortunado que complemente y redim~ ~--"E~..S'?..llli2..!'2Sisiute,,lqE_\:2i!LdJ!9. 9Re.,~~s~t,ex~g~j,
al hqmbre, por razón del cual me sea lícito conservar la fe en ___S,~=fQ!!tqJg,:r"~~J!!a. Un quantum de fuerza es justo un tal
el h~mbr~!... Pues así están las cosas: el empequeñecimiento y quantum de pulsión, de voluntad, de actividad -más aún, 1
la mvelactón del hombre europeo encierran nuestro máximo no es nada más que ese mismo pulsionar, ese mismo querer,
p~ligro, ya q~e esa visión cansa ... Hoy no vemos nada que as- ese mismo actuar, y, si puede parecer otra cosa, ello se debe
ptre a ser mas grande, barruntamos que descendemos cada tan sólo a la seducción del lenguaje (y de los errores radica-
vez más abajo, más abajo, hacia algo más débil más ¡nansa les de la razón petrificados en el lenguaje), el cual entiende
1J1ÚS pru4ente, más plácido, más mediocre, má's indiferente: y mal entiende que todo hacer está condicionado por un
más chino, más cristiano -el hombre, no hay duda, se vuelve agente, por un «sujeto». Es decir, del mismo modo que el
cada vez «mej?r» ... Justo en esto reside la fatalidad de Europa- pueblo separa el rayo de su resplandor y concibe al segundo
al perder el miedo al hombre hemos perdido también el amor como un hacer, como la acción de un sujeto que se llama
a él, el respeto a él, la esperanza en él, más aún, la voluntad de rayo, así la_n:9 ral _cl,e~E!l~e21~,~epa¡;a,t!'!flbié!l.l;t .fortal.,,H (!~
él. Actualmente la visión del hombre cansa- ·qué es hoy el ni- l!!_~_ e_~!~IiQI~~~~!PJ!~§.-.9-~Ja, _ m,üimq,_<;:Qmo si_detrá~tq.eLftl~Jt~
hilismo si no es eso?." Est'W!Ps,caiJsa(iosde_¡{howbre". hubiera un sustrato_ indiferente, que fu~uvi~±~iio..dJLeztcl'io:
r[z,qr:;it'31J2!iir:ldieJJ2l~/CJ!!ÚQ!'ÍhJJJ:!Qr(al":?a. Pero tal sustra-
13 tono existe; n,9-~~>:-rlt~P~z~I~~~t~ás,~~l!~~Ew~t~L~StE~E?
delqevel,l_i,r; «el agente>> ha sido ficticiamente añadido al ha-
- Mas volvamos atrás: el problema del otro_ prigen de lo c;;;,;[]i;,_~~r""s._tqdp, En el fondo el pueblo duplica el hacer;
«bueno», el problema de lo bueno tal como se lo ha.imagi- cuando piensa que el rayo lanza un resplandor, esto equiva-
nado el hombre. del resentimientoexigellegar a su final.- El le a un h'}S..C.!::h~S~E:~L_~i2_p_q~~S~!2~-7E~E~-~~~~-~?- t?J?5lE:~J'-~i-
60 La genealogía de la moral TrJtado Primero 61

Qlero ~g~,Q~--~~!!~~-YJ!::lego, una vez más, c9mo efecto de del débil_ -es ~ecir, su es~rzcia, su_ obrar, stl entera, única,
l\Sl!l~ll"c, Los investigad(;;.e;J~¡;;:;:;;¡~r;;¡~~~ no lo hacen me:- inevitihJe;·¡na~Ie61e-i-Oafia;;a:rúese.ugJ.jgi.i)xg!U"Jl:íizio,
jor cuando dicen «laJuerza mueve, la fuerza causa~> y cosas alg~q~~!Í~Q?~~l_~_g~4<2JJ~~~PfEiQlli,,gn mér(!Q¿, Por un instin-
parecidas, -nuestra ciencia entera, a pesar de toda su frial- 'tO de autoconservación, de autoafirmación, en el que toda
d.ad, de su desapasionamiento, se encuentra sometida aún a mentira suele santificarse, esa especie de hombre necesita
la seducción del lenguaje y .no se ha desprendido de los hi- creer en el «Sujeto» indiferente, libre para elegir. El sujeto (o,
jos fals~SHt!e se)eha11 infiltrado, de los «sujetos>>.(el átomo, hablando de un modo más popular, el alma) ha sido hasta
por ejemplo, es uno de esos hijos falsos, y lo mismo ocurre ahora en la tierra el mejor dogma, tal vez porque a toda la
con la kantiana «cosa en sí»): nada tiene de extraño el que ingente muchedumbre de los mortales, a los débiles y opri-
las reprimidas y ocultamente encendidas pasiones de la midos de toda índole, les permitía aquel sublime autoenga-
venganza y del odio aprovechen en favor suyo esa creencia ño de interpretar la debilidad misma como libertad, inter-
e incluso, en el fondo, ninguna otra sostengan con mayor pretar su ser-así-y-así como mérito.
fervor que la de que elJitexJ./l.eS.lihre de.ser débil, y el ave..de
~~E~~."!,Jil?~1::~.9:~. §~ry<;:QJ::dero:- con ello conquistan, en efec-
to, para sL!'Jde_recbg cleillzp~(aralavede rapiña. ser ave de 14
r.apiña ... Cuando los oprimidos, los pisoteados, los violen-
tados se dicen, movidos por la vengativa astucia propia de la - ¿Q_l;l,!~J;t:, a~g~ie_:f!_ I11JJ;ar_ ':lll po~o_hacia abajo, ªl I1l~ste~i() de
impotencia: «¡Seamos distintos de los malvados es decir ~9I11.Q ___~e_ f~kricf!t~; _fc_ieqles __ e!J._la _t_ierrª? __ ¿_Q_l:li~~ _n~Il(!_y~lor
seamos buenos! Y huello es todo el que no viole~ta, el qu~ p_araello? ... ¡Bien! He aquí la mirada abierta a ese oscuro ta-
no ofende a nadie, el que no ataca, el que no salda cuentas, ller. Espere usted un momento, señor Indiscreción y Teme-
el que remite la venganza a Dios, el cual sé mantiene en lo ridad: su ojo tiene que habituarse antes a esa falsa luz cam-
oculto igual que nosotros, y evita todo lo malvado, y exige biante ... ¡Así! ¡Basta! ¡Hable usted ahora! ¿Qué ocurre allá
poco de la vida, lo mismo que nosotros los pacientes, los hu- abajo? Diga usted lo que ve, hombre de la más peligrosa cu-
mildes, los justos»- esto, escuchado con frialdad y sin nin- riosidad -ahora soy yo el que escucha. -
gu~a prevención, no significa en realidad más que lo si- -<<No veo nada, pero oigo tanto mejor. E.'Lun.cbismo.u.<:_Q
gmente: <<J::Josotros los débiles somos desde luegodébiles; y_l!J1.\0J!dli!=he9•.<:A!l.t:9J.P.érfido,.quedp,.pJ.oSed.e.l1t~,d~!oclas.
cony~eg~ q~e_p~ J:lf_ig~J!l()S _qacl_~ [!,a?,:qJq_ CJ!flL_tJº- sopzos_ bas- llls...<~§H!ÜDill'~Y,J;Í.Ilf.9J:l.!'~:. Me..parece.. que. eg .gente miente;
tant~ fuertes» - pero esta amarga realidad de los hechos, JJ!la clulzona Sliavida.clse pega a cada so11ido. La.clebilidad
~sta inteligencia de ínfimo rango, poseída incluso por los 9~b~,s~r mentirosamente transformada en mérito, -~o./~élY
msectos (los cuales, cuando el peligro es grande, se fingen duda- es como usted lo decía.» -
n:uertos para no hacer nada «de más>>), se ha vestido, gra- ·~~ísfg;;, · · · · · ·-
c~as ~ese ~rte _d~_ fal~ificacióny a esa automendacidad pro- -« ... y la impoten~ia~_9lle_l1()_to~él de~ql!_i!e~ en 'l?<:>E~a4';
pla~.<J~ la IJ11pote!1c;a,con el esplendor de l~vit·tud renun- la tem~r~S~_b~)_~Z-~~-~~"'_lí.:uci"üidad'; Ja s~111ishSn_a_ quienes se
ciadora, callada, expectanÍe, como si la:debiliq;;:d ~isma odia, en 'o~ediencia' (a saber obediencia a alguien de quien
1
62 La genealogía de la moral Tratado Primero
63

dicen que ordena esa sumisión, -Dios le llaman). Lo ino- ma estratagema de artista? ¡Atienda! Esos animales de sóta-
fensivo del débil, la cobardía misma, de la que tiene mt¡cl:!_a, no, llenos de venganza y de odio -¿qué hacen precisamente
SJ.l. gl]tar.-.aguardando-a -Ia:: puerta, .SJ.l ipeyitable _tene,r_:-_9.~ con la venganza y con el odio? ¡Ha oído usted alguna vez
-~ªg~a~dar,_recibe aq~í un buen nombre, el de_ ~p<\_<,:j~q<;:i~', y se esas palabras? Si sólo se fiase usted de lo que ellos dicen,
llama también la virtud; el no.-podercvengars<esellama no- ¿barruntaría que se encuentra en medio de hombres del re-
querer,vengarse,.:y.tal vez incluso perdón ('pues ellos no sa- sentimiento? ...
ben lo que hacen29 - ¡únicamente nosotros sabemos lo que -«Comprendo, vuelvo a abrir los oídos (¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, y
ellos hacen!'). También habla esa gente del 'amor a los pro- cierro la nariz). Sólo ahora oigo lo que ya antes decían con
pios enemigos'30 -y entre tanto suda.}) tanta frecuencia: 'nosotros los buenos - nosotros somos los
-¡Siga! justos' - a lo que ellos piden no lo llm~an desquite, sino '71
-«Son miserables, no hay duda, todos esos chismorreado- triunfo de la justicia'; a lo que ellos odmn no es a su enemi-
res y falsos monederos de las esquinas, aunque están acurru- go, ¡no!, ellos odian la 'injusticia', el (ateísmo'; lo ,que ellos
cados calentándose unos junto a otros- pero me dicen que su creen y esperan no es la esperanza de la venganza, la em-
wJs~I:!í:l:~~,J.Imt el~~-~iQnJ~_UJl~ .4ist_il).<;Á9Jl}:~e.J1ip_s, q1;1~ CllosEe- briaguez de la dulce venganza(- 'más dulce que la ~iel:.la
rros.quemásse. quier~.s~Jos,a~ot<l; que quizáti_esa miseria sea llamaba ya Homero)", sino la victoria de Dios, del Dws;us-
l~!!lJ?g~, J!X!~LR~~~,ª-I:ª~~<SI!tJ!P.~, P1}1~9Nfu~l!~ ~,~g_<~J!~~!§P.J-Y­ to sobre los ateos; loquea ellos les queda para amar en la tie-
~,<:;,t!~g--~g9__wAs- algo,,que,algtli)a,Y~,~-~n,cpi)J,niiA~ll,,~ompen­ . rra no son sus hermanos en el odio, sino sus 'hermanos en
sación,y será pagadQ, c.on,~norme.sintf!r~:;J;!SJ~r,LQ-t<i,,-n:wL en el amor' 33, como ellos dicen, todos los buenos y justos de la
felicida,li.,.
-¡sÍg~!
A ,eso Jo
. ..U':\m,an,'la
.. . ........ ..bie11ayenturanza'.»
. . .. ... . . • tierra.))
-¡Y cómo llaman a aquello que les sirve de consuel_o
-<<Ahora me dan a entender que ellos no sólo son mejo- contra todos los sufrimientos de la vida- su fantasmagona
re~- queJos,p_o9.,erQ,s9~,,q~e lo~- $,~fí()res_4ela tierra, cuyos de la anticipada bienaventuranza futura?
esputos ellos .tienen.queJarner (no por temor, ¡de ninguna -«¡Cómo? ¡Oigo bien? ~~sg)o 11~~!:12 :~li~i~ig fiJ1~1', 1~
manera por temor!, sino porque Dios manda honrar toda !!_~g~d3; 4~,-!i!IX~-~-P:R,,.e~,cie_?llgg,,_9el,'rt:i;l10 ,d~ Dios' -_l?-~!:_~~1]:­
autoridad) 31 , - qlle ,ellos f!() sólo,~cm I!l~Jgres, sino que tam- tre tanto yiveD. 'en laJi, 'en el amor', en la esperanza)) .
bién 'les_vameJor,~,,Q,,enJoP,o,,f(l~(},,aJg!IJ:!~,Y~,~J~~}~á- mejor. -¡Basta! ¡Basta!
Pero ¡basta!, ¡basta! Ya no lo soporto más. ¡Aire viciado!
¡Aire viciado! Ese taller donde se fabrican ideales -me pare-
ce que apesta a mentiras.)) 15
-¡No! ¡Un momento todavía! Aún no nos ha dicho usted
nada de la obra maestra de esos nigromantes que con todo ¡En la fe en qué? ¡En el amor a qué? ¡En la 7speranza de q~~?
lo negro saben construir blancura, leche e inocencia: - ¿no -Eso~ débiles,- alglll1,~,ye~, ,~-~-}~fe_ctg_,,,,f.ll!~~X_en, ,s~rJ~,mbi~n
ha observado usted cuál es su perfección suma en el refina- eifos lqifuertes, no hay duda, alguna vez debe llegar .tam-
miento, su audacísima, finísima, ingeniosísima, mendacísi- bién.suxeino- nada menos que «el reino de Dios)> lo llaman
64 La genealogía de la moral Tratado Primero 65

entre ellos, como hemos dicho: ¡son, desde luego, tan hu- dicii dies, ille nationibus insperatus, ille derisus, cum tanta
mildes en todo! Para presenciar esto se necesita vivir largo saeculi vetustas et tot ejus nativitates uno igne haurientur.
tiempo, más allá de la muerte, - en efecto, la vida eterna se Quae tune spectaculi latitudo! Quid admirer! Quid rideam!
necesita para poder resarcirse también eternamente, en el Ubi gaudeam! Ubi exultem, spectans tot et tantos reges, qui
«reino de Dios», de aquella vida terrena «en la fe, en el in coelum recepti nuntiabantur, cum ipso Jove et ipsis suis
amor, en la esperanza}}. ¿Resacirse de qué? ¿Resacirse con testibus in imis tenebris congemescentes! Item praesides
qué? ... A mí me parece que Dante cometió un grosero error (los gobernadores de las provincias) persecutores dominici
al poner, con horrorosa ingenuidad, sobre la puerta de su nominis saevioribus quam ipsi flammis saevierunt insul-
infierno la inscripción «también a mí me creó el amor eter- tantibus contra Christianos liquescentes! Quos praeterea
fl0>}35: - JiOht;eJa puexta del p_ar~iso_c;ristiano y de su _«bie!la- sapientes illos philosophos coram discipulis suis una confla-
venturanza eternm} podríf!.. ~s~~r en t?do caso, con mejor grantibus erubescentes, quibus nihil ad deum pertinere
derecho, la inscripción «también a mí me crCó el odio eté'i-~ suadebant, quibus animas aut nullas aut non in prístina
n_g» -, ¡pre?upgn}e1Jdo qu~_ <luna verdad le sea lícito estaf co- corpora redituras affirmabant! Etiam poetas non ad Rhada-
locada sobre la pu:er·t~ q~e Íl~vawa ~na meilúfa-! 'Pi1es ¿qué es manti nec ad Minois, sedad inopinati Christi tribunal pal-
la bienaventuranza de aquel paraíso? ... Quizá ya nosotros pitantes! Tune magis tragoedi audiendi, magis scilicet voca-
mismos lo adivinaríamos; pero es mejor que nos lo atesti- les (cuanto mejor sea la voz, peor gritarán) in sua propria
gue expresamente una autoridad muy relevante en estas co- calamitate; tune histriones cognoscendi, solutiores multo
sas, Tomás de Aquino. «Beati in regno ccelesti», dice con la per ignem, tune spectandus auriga in flammea rota totus
mansedumbre de un cordero, <<videbunt pcenas damnato- rubens, tune xystici contemplandi non in gymnasiis, sed in
rum, ut beatitudo illis magis complaceat>> [LosJ~Jenaytl}tU­ igne jaculati, nisi quod ne tune quidem illos velim vivos, ut
radq~_yerát.L~!L~h~i!l9 -~~~~!i~U?-_~.1?~~<-!S~~ los ~o11denados, qui malim ad eos potius conSpectum insatiasbilem conferre,
.par<Lqlce....su..bienaYentum¡?aJ_es __ satisfag;~m_;Í~]". ¡O se qui in dominum desaevierunt. 'Hic este ille, dicam, fabri
quiere escuchar esto mismo en un tono más fuerte, de la aut quaestuariae filius (como lo muestra todo lo que sigue,
boca, por ejemplo, de un triunfante padre de la Iglesia, el y en especial también esta designación, conocida por el Tal-
cual desaconsejaba a sus cristianos las crueles voluptuosida- mud, de la madre de jesús, a partir de aquí Tertuliano habla
des de los espectáculos públicos -por qué, en realidad? <<La a los judíos), sabbati destructor, Samarites et daemonium
fe nos ofrece, en efecto, muchas más cosas -dice, de spectac, habens. Hic est, quem a )uda redemistis, hic est ille arundi-
c. 29 ss.-, algo mucho más fuerte; graci9.§.itJa re<.f~nción dis- ne et colaphis diverberatus, sputamentis dedecoratus, felle
p.onemos, .en . efecto,.de. aLegüas_<;;omp]etRm~~te·._disÜntas; et aceta potatus. Hic est, quem claro discentes subripue-
en lugar de los atletas nosotros tenemos nuestros mártires·) runt, ut resurrexisse dicatur vel hortulanus detraxit, ne lac-
>-;"' -" -~-~-~-'"'"~''''-?~--~--~- "-----~""''~"-~'"~--->~-~"' ·--~- '" --, "'' -------,'
Y_§L9.!:!~r~mgs __ª-~pgr_~L,Q!~_n_,_ ~elle:ri19§)~--~ª~1g~e de Cristo... tucae suae frequentia commeantium laederentur.' Ut talia
-~~¡,gué C?~~.EOS esE.~E~_E_ _:l_dí_~_ <l_e -~~--:Y~il,tª,d<i~ ~u triun- spectes, ut talibus exultes, quis tibi praetor aut consul aut
fp!))_ =---~-~JJ.gnl__ ~gntin:4tl ,_<ls_í -~-~Je,_xi~i9n.<p.:i~ -~:¡¡;t<:§Jªdo: «At quaestor aut sacerdos de sua liberalitste praestabit? Et ta-
enim supersunt alia spectacula, ille ultimus et perpetuus ju- men haec jam habemos quodammodo per fidem spiritu
66 la genealogia de la moral Tratado Primero 67

imaginante repraesentata. Ceterum qualia illa sunt, quae


nec oculus vidit nec auris audivit nec in cor hominis ascen- 16
derunt? (1 Cor. 2, 9). Credo circo et utraque cavea (primera
y cuarta fila, o, según otros, escena cómica y trágica) et Concluyamos. Los dos valores contrapuestos «bueno y
omni stadio gratiora»*. - Per fidem: así está escrito. malo», «bueno y malvado», han sostenido en la tierra una
lucha terrible, que ha durado milenios; y aunque es muy
* !Pero quedan todavía otros espectáculos, aquel último y perpetuo día del cierto que el segundo valor hace mucho tiempo que ha pre-
juicio, día no esperado por las naciones, día del cual se mofan, cuando esta tan ;alecido, no faltan, sin embargo, tampoco ahora lugares en
grande decrepitud del mundo y tantas generaciones del mismo ardan en un los que se continúa librando esa lucha, no decidida aún. In-
fuego común. ¡Qué espectáculo tan grandioso entonces! ¡De cuántas cosas me
cluso podría decirse que entre tanto la lucha ha sido llevada
asombraré! ¡De cuántas cosas me reiré! ¡Allí gozaré! ¡Allí me regocijaré, con-
templando cómo tantos y tan grandes reyes, de quienes se decía que habían cada vez más hacia arriba y que, precisamente por ello, se ha
sido recibidos en el cielo, gimen en profundas tinieblas junto con el mismo Jú- vuelto cada vez más profunda, cada vez más espiritual: de
piter y con sus mismos testigos! ¡Viendo también cómo los presidentes per- modo que hoy quizá !!Q""exista indicio más decisivo". de la
seguidores del nombre del Señor se derriten en llamas más crueles que aque-
«naturaJeza ,superior», de una naturale~a más espiritual,
llas con que ellos mismos se ensañaron contra los cristianos! ¡Viendo además
cómo aquellos sabios filósofos se llenan de rubor ante sus discípulos, que con ql1~ est¡¡_r e~ci!lgigo".en"?;qu~l"s~!l\i<i<J y g!l~" ~e.rxealmente to-
ellos se queman, a los cuales convencían de que nada pertenece a Dios, a los davíaun lugar<le batalla de Jlql1ellas ~ntítesis.El símbolo de
cuales aseguraban que las almas o no existen o no volverán a sus cuerpos pri- esa lucha, escrito en caracteres que han permanecido hasta
mitivos! ¡Y viendo asimismo cómo los poetas tiemblan, no ante el tribunal de ahora legibles a lo largo de la historia entera de la humani-
Radamanto ni de Minos, sino ante el de Cristo, a quien no esperaban! Enton-
ces oiré más a los actores de tragedias, es decir, serán más elocuentes .!¡ablan-
dad, dice <<Roma contra Judea, Judea contra Roma>>:- hasta
do de su propia desgracia; entonces conoceré a los histriones, mucho más ági- ahora no ha habido acontecimiento más grande que esta lu-
les a causa del fuego; entonces veré al auriga, totalmente rojo en el carro de cha, que este planteamiento del problema, que e.ffi.Lcontra,
fuego; entonces contemplaré a los atletas, lanzando la jabalina no en los gim- dicción_de..enemigqs"m<:>rtales. Romaseía.en.el.judío."algo
nasios, sino en el fuego, a no ser que entonces no quisiera que estuviesen vi-
vos y prefiriese dirigir una mirada insaciable a aquellos que se ensañaron con
así como J3:_,ap~il?"a~t2E~-~~~-~n?:t~.Q!fh.o 52JTISL§!J_ _)JJQll§!!Hlll
el Señor. <&ste es, diré, el hijo del carpintero o de la prostituta, el destructor [!11Qns.tmoJ· a11tipó<ii<:Q,. s.L<:Jlb.e "la e1'¡:>resi.ón;" enJl.Q!Ila 5e
del sábado, el samaritano y endemoniado. Éste es aquel a quien comprasteis C9!J§!Q~_raba al judf9__«_co_ny}c_t~_ de qc!_io sont~a ,tqcfs>_~~l g~p~-­
a Judas, este es aquel que fue golpeado con la caña y con bofetadas, humilla- ro,_h_umal10>)37: con razón, en la medida en que_hay derecho
do con salivazos, a quien disteis a beber hiel y vinagre. Éste es aquel a quien a vincular la salvación y el futuro del género humano al do-
sus discípulos robaron a escondidas, para que se dijese que había resucitado,
o a quien el dueño del huerto retiró de allí, para que la gran afluencia de quie-
minio incondicional de los _valores aristocráticos,_ de los va-
nes iban y venían no estropease sus lechugas.)) La visión de tales espectácu- lores romanos. ¿Qué es lo que los judíos sentían, en cambio,
los, la posibilidad de alegrarte de tales cosas, ¿qué pretor, o cónsul, o cuestor, contra Roma? Se lo adivina por mil indicios; pero basta con
o sa:erdote, podrá ofrecértela, aun con toda su generosidad? Y, sin embargo, traer una vez más a la memoria el Apocalipsis de Juan, la
en Cierto modo tenemos ya estas cosas por la fe representadas en el espíritu
más salvaje de todas las invectivas escritas que la venganza
que las imagina. Por lo demás, ¿cuáles son aquellas cosas que ni el ojo vio, ni
el oído oyó, ni entraron en corazón de hombre? (1 Cor. 2, 9). Creo que son tiene sobre su conciencia. (Por otro lado, no se infravalore
más agradables que el circo, y el doble teatro, y todos los estadios.] la profunda consecuencia lógica del instinto cristiano al es-
68 La genealogía de la moral Tratado Primero 69
cribir cabalmente sobre este libro del odio el nombre del que se da el nombre de Reforma protestante, añadiendo lo
discípulo del amor, del mismo a quien atribuyó aquel Evan- que de él tenía que seguirse, el restablecimiento de la Iglesia,
gelio enamorado y entusiasta-: aquí se esconde un poco de - el restablecimiento también de la vieja quietud sepulcral
verdad, por muy grande que haya sido también la falsifica- de la Roma clásica38 . En un sentido más decisivo incluso y
ción literaria precisa para lograr esa finalidad.) Los roma- más profundo que en la Reforma protestante, Judea volvió
nos eran, en efecto, los fuertes y los nobles; en tal grado lo a vencer otra vez sobre el ideal clásico con la Revolución
eran que hasta ahora no ha habido en la tierra hombres más francesa: la última nobleza política que había en Europa, la
fuertes ni más nobles, y ni siquiera se los ha soñado nunca; deJos siglos x:v.u y xvm ft"anceses, sucumbió bajo los instin-
toda reliquia de ellos, toda inscripción suya produce éxtasis, tos populares del resentimiento -¡jamás se escuchó en la
presuponiendo que se adivine qué es lo que allí escribe. Los tierra un júbilo más grande, un entusiasmo más clamoroso!
judíos eran, en cambio, el pueblo sacerdotal del resenti- Es cierto que en medio de todo ello ocurrió lo más tremen-
miento par excellence, en el que habitaba una genialidad do, lo más inesperado: ~!19-~~t-~!IJ.~Kll,q~ffi,Í~J!l:P,~R<:tr_e~hS_en
popular-moral sin igual: basta comparar los pueblos de mm~x.h_ue.s 0déS0J:l.l!.'l.~srl.!'J242\:llf.!l':l"<!i1SJ¿~R.t.\'L'?§!'ig~xl.~
cualidades análogas, por ejemplo, los chinos o los alemanes, t;;Qrt~i~n~~ª'º'~""lª..hll!TI-~1}~~-~-ql- ¡y una vez más, frente a la
con los judíos, para comprender qué es de primér rango y vieja y mendaz consigna del resentimiento que habla del
qué es de quinto. ¡Quién de ellos ha vencido entre tanto, primado de los más, frente a la voluntad de descenso, de re-
Roma o Judea? No hay, desde luego, la más mínima duda: bajamiento, de nivelación, de hundimiento y crepúsculo
considérese ante quién se inclinan hoy los hombres, en la del hombre, resonó más fuerte, más simple, más penetran-
misma Roma, como ante la síntesis de todos los valores su- te que nunca la terrible y fascinante anti-consigna del pri-
premos, -y no sólo en Roma, sino casi en media tierra, en mado de los menos! Como una última indicación del otro ca-
todos los Jugares en que el hombR se ha .vuelto manso o mino apareció Napoleón, el hombre más singular y más
q:uiere~XQLY:~r~gJn_a,p,sQ,,-
ante tres judíos, como es sabido, y tardíamente nacido que haya existido nunca, y en él, encar-
una judía (ante Jesús de Nazaret, el pescador Pedro, el teje- nado en él, el problema del ideal noble en sí -reflexiónese
dor de alfombras Pablo, y la madre del mencionado Jesús, bien en qyJ.E!S!Pl~.rrt-a""~~2t~; .t'li'P.~!\:él',"~~..,.~íiJ!.e'"j~ ¡le_in-
de nombre María).. Esto es muy digno de atención: Roma.ha hU(JlllrJÜÜiif.Y§!!Jl~[l}.qiJJ./¡re... "·
s~':'cl!'~ic]o, sin.ning,wa duda .. De todos modos, hubo en el
Renacimiento ll.!1<! ___ ~§2t4!1~~fl:~ ,_e __!gqlli~-~~I'!~-~,.resurrección
del ideal clásico, de la manera noble de valorar todas lasco- 17
sas: ~~inª~ill!§ffii,~~~iñ2YI<?;~_S~ll}-~"-U~-m~~rto·ip"~~~nte· que
abrelos ojo§, bajoJ~pg~iq¡¡ \te]a_!'Uf!'{•J;l.oma, bRoma ju- -¡Con esto ha acabado ya todo? ¡Quedó así relegada ad acta
daizada, construid~ so]>r" ella,la cual of~ecía el aspecto de [a los archivos] para siempre aquella antítesis de ideales, la
un~-~i!l_~goga _ ~Cl:ll»~~!ca y s~ lJamab~ «Iglesia»; pero_ en se- más grande de todas? ¡O sólo fue aplazada, aplazada por lar-
guida volvió a triunfar Judea, gracias a aquel movimiento go tiempo? ... ¡No deberá haber alguna vez una reanimación
-radica1mel1.téplebeyo (áÍemán e inglés) de resentimiento al del antiguo incendio, mucho más terrible todavía, preparada
70 La genealogía de la moral
Tratado Primero 71
durante más largo tiempo? Más aún: ¿no habría que desear por la investigación etnológica necesitan, sobre todo, la iluminación
precisamente esto con todas las fuerzas?, ¿e incluso quererlo?, y la interpretación fisiológica, antes, en todo caso, que la psicológica;
¿e incluso favorecerlo? ... Quien en este punto comienza, lo todos esperan igualmente una crítica por parte de la ciencia médica.
mismo que mis lectores, a meditar, a continuar pensando, es La cuestión: ¿qué vale esta o aquella tabla de bienes, esta o aquella
difícil que llegue pronto al final, - ésta es para mí razón sufi- «moral>)? debe ser planteada desde las más diferentes perspectivas;
ciente para que yo mismo llegue a él, suponiendo que haya especialmente la pregunta «¿y-ª.J!Q§__9--Pfl1'9 _qué(¡¡ nunca podrá ser
quedado bastante claro hace tiempo lo que yo quiero, lo que analizada con suficiente finura. Algo, por ejemplo, que tuviese evi-
yo quiero precisamente con aquella peligrosa consigna que he dentemente y~!or en lo que respecta a la máxima capacidad posible
,d~ duración de una raza (o al aumento de sus fuerzas de adaptación
colocado al frente de mi último libro: Más allá del bien y del
a un determinado clima, o a la conservación del mayor número), no
mal... Esto no significa, cuando menos, <<Más allá de lo bue- tendría en absoluto el mismo valor si se tratase, por ejemplo, de for-
no y lo malo}>. - - mar un tipo más fuerte.ELbi.en_deJo_s_más y el_ bien de los_menos son
punt~~--de vista COJ1tr~pp:~St()§,~~Ly~J.~!:i_.9?!!§i~~~~\-Y~-f-~-~[SLU$_!!J PJ:'k_
Nota. Aprovecho la ocasión que me proporciona este tratadd. ffi~~Q- tien_~ -~-!:1 y~!Q_~ !l?ª§__ele:~:~4<?: ~~ ~lg<_?__SLU~_}:!9~C!_!!2_~~<!_~<~~~~< g_~j~r
para expresar pública y formalmente un deseo que hasta ahora he 2l~!ng~E~~-dA~}9~ 9i<?!Qg()_s"ingl~ses ... Tq_q~~)~~ ci~n~i~~- ~~_ep~n
manifestado tan sólo en conversaciones ocasionales con personas que p~eparar -~0-~<1; -~1 ie!r~n.o, P"'!~al~S<!!'!!!l~fut~~<l~ d~! PJ_?_~qf<?: _ente~­
doctas; a saber, que alguna Facultad de Filosofía se haga benemé- e1
".dida esa ta~ea eíí sentido de que el filósof9 tiene gu~.Jil~JlliL~l.
rita del fomento de los estudios de historia de la moral convocando p_roblemJJikL~!gfj~g~};l~-q~~-~~.t~rw_~~-~!~.i~r~r:q!!fCJ/!eJf!,s__yqJg_~~~: -
una serie de premios académicos: - tal vez este libro sirva para dar
un fuerte impulso precisamente en esa dirección. En previsión de
una posibilidad de esa especie, se propone la cuestión siguiente:
ella merece la atención de los filólogos e historiadores tanto comO
la de los auténticos doctos en filosofía por oficio.

«¿Qué indicaciones nos proporciona la ciencia del lenguaje, y en es-


pecial la investigación etimológica, sobre la historia evolutiva de los
conceptos morales?»

- Por otro lado, también resulta necesario, desde luego, ganar el


interés de los fisiólogos y médicos para estos problemas (acerca
del valor de las apreciaciones valorativas habidas hasta ahora):
aquí se les puede dejar a los filósofos de oficio el representar, tam-
bién en este caso singular, el papel de abogados y mediadores, una
vez que hayan logrado que la relación originariamente tan áspera,
tan desconfiada, entre filosofía, fisiología y medicina se transforme
en el más amistoso y fecundo de los intercambios. De hecho todas
las tablas de bienes, todos los «tú debes)} conocidos por la historia o
Tratado Segundo
«Culpall 40 , «mala conciencia)) y similares

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