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Nietzsche
La genealogía
de la moral
Un escrito polémico
El libro de bolsillo
Biblioteca de autor
Alianza Editorial
1
desde el comienzo, meramente un hombre que se lava, que ca [unión mística] con Dios es la aspiración del budista a
se prohíbe ciertos alimentos causantes de enfermedades de la Nada, al Nirvana -¡y nada más!). Entre los sacerdotes,
la piel, que no se acuesta con las sucias mujeres del pueblo _ca bal_!}lel}g,_,_g Y1l~Y~.l11.'Í~ P!:ligt:Q§9~lR<Í9~:n9~$~)g}()§ ;.¡,e-
bajo, que siente asco de la sangre, - ¡nada más, no mucho -~i~~ ~~~ C._l:It~.Y l_as ~r!~~ .11!.~4j~~~L§ing .t~.mgi.~nJ~Ls,qJ¿~t:Jü~,
más! Por otro lado, sin duda, la índole entera de una _arisjg- }!}:-,~~g~-~~~,J~.-~<lga~!q<l4~ ~l f.le.~.~Ilh~~w~ -~tél~P:Qr,Jél. a.mP. ~
.ci-ª~.Í-ªJ~S~I1cialmenJe. s_a.cerdotat aclara pQr ,q:qé, JXll1Y.-PTOl}.!9'" ción d~ dominio, la virtud, la enfermedad :-de to4os mo-
las antítesis valorativas pudieron interiorizarse y exacer- _q§§:tií:i~r~:~ Ie~:P;;:¿¡;:;~.iK~ifiisSiii~<i!;rt~:imü~!lsL~qvi~~
barÚ~di(ffiodÓ peligroso precisamente aqui;Y,de hecho, el terreno de esta forma esencialmente peligrosa de existel1-
-alás acabaron por abrir entr~]JgmJ'lt:ey hombr!'~simas sobre ~da ·hllmana.l la fornli§ft~éfdq~cifdee~rsteñc;a,_ éS~dO~d_e_~~I
las que ni siquier[l un Aquiles del librepensamiento podría hombré'~e~~_g-;~~~1'~~ ha_ -c~·nv~~tidp en un_ ~rz¡_rr¡~(¡~~t~re
.llillt!tsin.eslreiDef'rxse. Desde el comienzo hay algo no sano --Siii!~ q~e, úniCamente ~áqUCéS donde el alma h~~ana ,ha
en tales aristocracias sacerdotales y en los hábitos en ellas alcanzado profundidad en un sentido superior y se ha
dominantes, hábitos apartados de la actividad, hábitos en vuelto malvada -¡y éstas son, en efecto, las dos formas bá-
parte dedicados a incubar ideas y en parte explosivos en sus sicas de la superioridad poseída hasta ahora por el hombre
sentimientos, y que tienen como secuela aquella debilidad y sobre los demás animales!...
aquella neurastenia intestinales que atacan casi de modo
inevitable a los sacerdotes de todas las épocas; pero el reme-
dio que ellos mismos han inventado contra esta condición 7
enfermiza suya -¿no tenemos que decir que ha acabado de-
mostrando ser, en sus repercusiones, cien veces más peli- - Ya se habrá adivinado que la manera sacerdotal de valorar
groso que la enfermedad de la que debía librar?_¡L_a_h¡JJllª". puede desviarse muy. fácilmente de la caballeresco-aristo-
nidad misma adolece todilvía delas repercusiones de tales crática y llegar luego a convertirse en su antítesis; en espe-
in&eny}f!~4i~,-5!~J~_,s~!:~- ?,~~~f~-~J~M Pensemos, por-ejemplo, cial impulsa a ello toda ocasión en que la casta de los sacer-
en ciertas formas de dieta (abstención de comer carne), en dotes y la casta de los guerreros se enfrentan a causa de los
el ayuno, en la continencia sexual, en la huida «al desiertO>) celos y no quieren llegar a un acuerdo sobre el precio a pa-
(aislamiento a la manera de Weir Mitchell", aunque desde gar.l.os juicios de valor caballeres_C9-aristqcr_ªtic9~_Ji~l).oep
luego sin la posterior cura de engorde y sobrealimentación, C9!1:1º _pr~supu~sto _u_11a cq_qstituci§n. fí_s~ca _pgderosa, una
en la cual reside el más eficaz antídoto contra toda histeria salud floreciente, rica, incluso desbordante, junto con lo
del ideal ascético): ~j\ádgl'.,.~~ e~,;tgj~ 'ntera metafísica de los~· que condiciona el mantenimiento de la misma, es decir, la
~~-21~~,J},2Mj! ~J9~s4-~"~~!!Sh~?.?, sg!:r~:p_tqr_~ YJ~~fht;IgRrJh $1J~ guerra, las aventuras, la caza, la danza, las peleas y, en gene-
.autQ:Jli¡¡no_ti¡;afi!Í1U\)~ ~mM~J>.dr!.faquir_y~d~LbxllhlJ1án ral, todo lo que la actividad fuerte, libre, regocijada lleva
:::!l.E~~!'}l1~t;nplc;~do como ~<:>1~ c;l~vidrioxcomo idea fija- consigo. La manera noble-sacerdotal de valorar tiene -lo
y_elge~e!al Lt;n~Y-S\'!'2Et;el1~ible,h~¡;ta~ggJln~lde. s1J~Cura hemos visto- otros presupuestos: ¡las cosas les van muy mal
~radical, de la Nada (o Dios: la aspiración a una unío mysti- cuando aparece la guerra! Los sacerdotes son, como es sabi-
46 La genealogía de la moral Tratado Primero 47
do, los enemigos más malvados -¿por qué? Porque son los esa transvaloración judía ... A propósito de la iniciativa
más impotentes. A causa de esa impotencia el odio crece en monstruosa y desmesuradamente funesta asumida por
ellos hasta convertirse en algo mql).s,t~q~Q§Q y siniestro, en l9 los judíos con esta declaración de guerra, la más radical
_más espiritual y más venenoso. Los máximos odiadores de de todas, recuerdo la frase que escribí en otra ocasión
la historia universal, también los odiadores más ricos de es- (Más allá del bien y del mal)" -a saber, que con los judíos
píritu, han sido siempre sacerdotes -comparado con el espí- <:ºIJl~~~z_a en la moral {a_re;beJi~!1:- de Jos esclavos: esarebe-
ritu de la venganza sacerdotal, apenas cuenta ningún otro !ic\_n_ql1e!iene tms sí una historia bi~ilenaria y que hoy
espíritu. La historia humana sería una cosa demasiado estú- nosotro_s_l¡eJ11''.s·p"rc!i_<lo_cle_y!stª-l'!ns!Sio_pQI:qne_~)J.a_r_e
pida sin el espíritu que los impotentes han introducido en s1lltado ~ence_c;iora ...
ella: - tornemos en seguida el máximo ejemplo. Nada de lo
que en la tierra se ha hecho contra «los nobles», «los violen-
~ '?. tos)}~ «los señores>>, «los poderosos>>, merece ser menciona- 8
¿ . do SI se lo compara con lo que los judíos han hecho contra
ellos: los judíos, ese pueblo sacerdotal, que no ha sabido to- - ¿Pero no lo comprendéis? ¿No tenéis ojos para ver algo
mar satisfacción de sus enemigos y dominadores más que que ha necesitado dos milenios para alcanzar la victoria? ...
con una radil;alJramvaJpracipn''.c!~J_Q~y-aJgr_e§ p1:opios de No h.acYS!'_.,s,tg_l1'!cl<I.SX!!:~iio:tqc!ªsja_sq>s_aslargg~sggdifíc
éstn.s,~~s-~.<les::i;r" _ pocun acto_ d~_ I~_]J.It#~)iSJ?iil!HfliXe~ganzq.
ciles de ver, difíciles de abar,ar cqn_la mirada. Pero esto es lo
Esto es lo único que resultaba adecuadO precisamente a un acontecido: del tronco de aquel árbol de la venganza y del
pueblo sacerdotal, al pueblo de la más refrenada ansia de odio, del odio judío -el o~dio rná~ profundo ysl!bliine, esto
venganza sacerdotal. tiall_s~doJ<?sjud~os_lps_ ql;le, con una e~,__.,lgc!i()C!:eadord~ ideales, modificador de valor.,5; que
consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir la 1!\tl:J:I.Jepido igual en)a_ tierra-, J2r91SíJ!IgQjgl!.alm~.tJÜnc
identificación aristocrática de los valores (bueno = noble= compar;¡]:¡(eJ,l1!l.Sl1llP!.!!l!?XQ,ja más prg{unda y sublime_ de
poderoso= bello= feliz= amado de Dios) y han manteni- tggas l~sssp.,cü's.c!" ~mor: - ¿y de qué otro tronco habría
do con los dientes del odio más abismal (el odio de la impo- podido brotar? ... Mas ¡no se piense que brotó acaso corno la
tencia) esa inversión, a saber, «¡los miserables son los bue- auténtica negación de aquella sed de venganza, como la an-
nos; los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos títesis del odio judío! ¡No, lo contrario es la verdad! Ese
buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los de- amor nació de aquel odio como su corona, como la corona
formes son también los únicos piadosos, los únicos bendi- triunfante, dilatada con amplitud siempre mayor en la más
tos de Dios, únicamente para ellos existe bienaventuranza, pura lurninosid!'d y plenitud solar; y en el reino de la luz y
- en cambio vosotros, vosotros los nobles y violentos, voso- de la altura ~se amor perseguía las meta~_ de aquel odio, per-
tros sois, por toda la eternidad, los malvados, los crueles, S!:K':-1,;~ ~~-':ictoria_,_ el botín, la seducción, co11 el mis111~ afán,
los lascivos, los insaciables, los ateos, y vosotros seréis porasfdecirlo, c:o~ que las'[~¡;:.;$ ae-·;;q:,;efodio se hundían
también eternamente los desventurados, los malditos y con mayor radicalidad y avidez_"_IIt<;>do l'?__Cjue .roseía pro-
condenados!. .. » Se sabe quien ha recogido la herencia de .f,l.n<;hda.dy.era rn;¡lvado. Ese Jesús de Nazaret, evangelio vi-
48 La genealogía de la moral Tratado Primero 49
vi ente del amor, ese «redenton> que trae la bienaventuranza _yps)), o ~.<lo :RJ~Q5;~>"· !-:u~~! _!ebañp_»_r,<?-~.'?~.2 __l:l~te~--q~i~ra)la
y la victoria a los pobres, a los enfermos, a los pecadores ~l1l~do.:-:._h~.Ye11cidp) y_siesto ha ocurrido por medio ~e los
-¿no era él precisamente la seducción en su forma más in- j~_g_!g_~Li!?_ienJ, -~nto~ces ja~ás J1U~-~lo_a!g_upo t,~Y-~.:~iSJ(?~
quietante e irresistible, la seducción y el desvío precisamen- Il}"ª!_gré.l-1!º~--~gJ<l)J~.tgEX~.,~!l_i~~r_sal. «Los señores» están li-
te hacia aquellos valores judíos y hacia aquellas innovacio- quidados; !a_!11();al~elJ!.olllbre vul_g<:; ~~ V~J1S~d(), Se pue-
nes judías del ideal? ¡No ha alcanzado Israel, justamente de considerar esta victoria a la vez como un envenena-
por el rodeo de ese «redentor», de ese aparente antagonista miento de la sangre (ella ha mezclado las razas entre sí)
y liquidador de Israel, la última meta de su sublime ansia de -no lo niego; pero, indudablemente, esa intoxicación ha
venganza? ¿No forma parte de la oculta magia negra de una logrado éxito. La «redei1si9.!2'J..d~L~l!§rüJluroan.q_(asa-
política verdaderamente grande de la venganza, de una Qe r... =t~s.g~f:lQ..,4~./-~lo.§ ___&gQgr~§ t>J _§_e )~n-~_1:!!711J:r.~--,_<~_n. ,Q p_tjnu
venganza de amplias miras, subterránea, de avance lento, yí_~;:tod_oc_se_j_ud.aiz_a, __Q _ se _cristianiza, ,o se aplebeya.a ojQs
precalculadora, el hecho de que Israel mismo tuviese que vistas. (¡qué importan.las palabras!). La marchade..ese e.n-
negar y que clavar en la cruz ante el mundo entero, como si venena1piei1!.2..~Jray_~s ddS!l.e!:E2$!!\!'IQ~<!<;..l;i.hl!!!!".!lid;;d
se tratase de su enemigo mortal, al auténtico instrumento de R~~~¿;i~c-;:,Iltenibl~, ~t¡tenzp<c [ritmo] y su paso pueden
su venganza, a fin de que «el mundo entero», es decir, todos sff)r{cly~p_,_ -~tRªr.t_ir __ 4~ ;!hora, cacl~ y~z., ,rnás~1f:!l!t9~l-_JlJ~S
los adversarios de Israel, púdieran morder sin recelos preci- ·4eli~~4_~§1__ ~~~ª~)n<lu.clib!~s, Iriás~ _c;~u~os. _ _ :::~P, E!fe_ cto, _ _ hay
samente de_ ese cebo? ¿Y por otro lado, se podría imaginar tiempo ... ¡Le corresponde todavía hoy a la Iglesia, en este
en absoluto, con todo el refinamiento del espíritu, un cebo aspecto, una tarea necesaria, posee todavía en absoluto un
más peligroso? ¿Algo que iguale en fuerza atractiva, embria- derecho a existir? ¿O se podría prescindir de ella? Quaeri-
gadora, aturdidora, corruptora, a aquel símbolo de la «san- tur [se pregunta]. ¡Parece que la Iglesia refrena y modera
ta cruz», a aquella horrorosa paradoja de un «Dios en la aquella marcha, en lugar de acelerarla? Ahora bien, justa-
cruz)), a aquel misterio de una inimaginable, última, extre- mente eso podría ser su utilidad ... Es seguro que la Iglesia
ma crueldad y autocrucifixión de Dios para salvación del se ha convertido poco a poco en algo grosero y rústico,
hombre?... ~uando menos, es_cier_to__que sub hoc signo que repugna a una inteligencia delicada, a un gusto pro-
[bajo este,sigi!o] Jsrael.ha venido. triunfando una y otra piamente moderno. ¿No debería, al menos, refinarse un
vez, con.SJ.LY~J)g~pz_a_y _$_U_ tr!J;D:$X8,lp,t;a~i§I1: _ 4e_ todos Jos va- poco? ... Hoy, más que seducir, aleja. ¿Quién de nosotros
\Qres,,sobreJ;odosJos demás ideales, sobre, tod~;Jos .idea- sería librepensador si no existiera la Iglesia? L~Jgle~il!.~~Ja
ks.wríá.uob/ee. - - que.nos.repugna,..n.Q..s.~+.ve!)gnq ... Prescindiendo de la Igle-
sia, también nosotros amamos el veneno ... » -Tal es el epí-
logo de un .;<librepensador» a mi discurso, de un animal
9 respetable, como lo ha demostrado de sobra, y, además, de
un demócrata; hastª -ª_gl,l~ _p1e_hfl;bí_a esct}.~ha4o, y no _ sopor-
- «Mas ¡cómo sigue usted hablando todavía de ideales mds tó..eloírme. callar. Pues en este punto yo tengo mucho .que
nobles! Atengámonos a los hechos:,el pi1eblo,=o.~~los es.cla- callar,-
50 La genealogía de la moral Tratado Primero
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l?!an<§<~p;;rarJ!!ca~tiyiflA<L<ldaJeliddad, - en ellos aquélla ción inmediata y, por ello, no envenena: por otro lado, ni
fo!maba parte, por necesidad, de ésta (de aquí procede el siquiera aparece en innumerables casos en los que resulta
&lr.panecv [obrar bien, ser feliz])- todo esto muy en con- inevitable su aparición en todos los débiles e impotentes.
traposición con la felicidad al nivel de los impotentes, de los No _poder tomar mucho tiempo en serio los propios_con-
oprimidos, de los llagados por sentimientos venenosos y tratiempos, las propias fechOJ:Úls -tal_e~ el s_ig_11_o_pr9l'io de
hostiles, en los cuales !!!_f'"li_cidi!<<!_apare~e_eser¡cialmen1e naturalezas fuertes y plena§, enlas cuales h¡}y u11a s()brea-
_como _ narcosis, _aturdimiento,_ quietud, paz, «sábado)), dis- bundancia de fuerza plástica,remodeladora, regenerado-
_Jen~.i<.S.P.~c:i~tJn..itnQ_Yr~eJ.aJfi:mJe.nto de. los miembr.os, esto es, ra,fuerza qJie también hace olvidar (un buen ejemplo de
<!ktw en<ur¡a palabra,<<como.. algo .pasivo. Mientras que el esto en el mundo moderno es Mirabeau, que no tenía me-
hombre noble vive con confianza y franqueza frente a sí moria para los insultos ni para las villanías que se come-
mismo ("fevval.oo::;, «aristócrata de nacimiento~~, subraya la tían con él, y que no podía perdonar por la única razón de
nuance [matiz] «francm> y también sin duda «ingenum> ), el que - olvidaba). Un J:!?.JH!?I'=..~!Í-~~~~\!.\!.~.i~ 1#l-;f919.g~p~
hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni much()$_gl!.§il!19R.ll1l.'O- el1.9!J&§.,eJlSanLQÍQ'"aJ;)l3lkJ\ll.Je-
ho~e~to y derecho consigo mismo. S~_'!-.l!!?:.~!!!:l~'!Ji~Ieojo; su. rránc;:a;nepte; sólo a,q\lí _e$ ~~-m~i~I} R9~J!?J~'"2!r"'~-E,~~~A,§JH2B::
eS¡>l[!!lL.aJLWJQ§..l'Jildlnc:lrij.os,J<>s caminos. tortuosos y las niend.'!!JE~ ~ffa ~-;~~e_~~Ó!~~i.Ro¿i!>J.~~!'-ILI~JLeLLª;:~Ll\u
J2!!~tª_sJªll?ª.§,JQ.c;l~Q Jº..~IJ<::.!lhke;t:tpje aJr_a_e_ como__sQmundo, .ténti~o..$aru;¡¡;~í\,'i.~§,~eWlgg_;;2,. ¡Cuánto respeto por sus
_,~~-§~ggri~<!f!l2!1 a\!yio; entiende de callar, de no olvidar, de enemigos tiene un hombre noble! -y ese respeto es ya un
aguardar, de empeqJ.Ieñecerse y humillarse transitoriamen- puente hacia el amor... ¡Elhombre noble reclama para sí su
te. Una raza de tales hombres del resentimiento acabará ne- enemigo como una distinción suya, no soporta, en efecto,
cesariamente por ser más inteligente que cualquier raza no- ningún otro enemigo que aqueJen el que no hay nada que
ble, venerará también la inteligencia eri una medida del _d~!?p.rec_!ªr_y_~í _l!Zl!_cb_z~ltrzg~~l~~~-~ honrar! En cambio, imagi-
todo distinta: a saber, como la más importante condición de némonos «el enemigo» tal como lo concibe el hombre del
existencia, mientras que, entre hombres nobles, la inteli-· resentimiento -yjusto en ello reside su acción, su crea-
gencia fácilmente tiene un delicado dejo de lujo y refina- ción: ha concebido el «en~Jl1igo_ IllaJvado;), «el malvadO>), y
miento:- en éstos precisamente no es la inteligencia ni mu- "'ITo como <:onGepto básko, Úartir c:lel cual. se imagina
cho menos tan esencial como lo sonla_.p~cta_s~guric:lad _taJnbJén,_ .c:omo"'jmagen ~posterior. y_ como- antítesis,- un
fllll<:i on~l.g\\ lg~ i!l§,\Í1!!9§.iJ.J/icQIJ§~!PJJ:f,f¿J.~,t~¡¡\¡lj'lg~~?<Q.j Ji cJu- ~g-~~11:9_)>,_- lét J11~S~O! ...
so.unacrerta.falta de inteligencia,,así .por ejemplo _el vafe-
rQ§R)i!U?;i;\!;~¡:.~,s_i~ga~,.hi~!}..S~.a..al,.p.~.ligr_o,bi~n . sea al ene-
¡¡¡jgí/,,.9,,a,g\[e,Ui!,el1111,?i~~~a•.~ubi¡aJ1eidad. e.ll .. la.cqlera, . . el 11
anLQJ"'.e~.,¡;~~R-~);Q,.eJ...l!gra.c:le~jnljento,y.Ia._venganza,.-en.]a
c_ualsehan reconocido.en.tódosJos,tiempos las almas no- ¡Justo, pues, lo contrario de lo que ocurre en el noble,
ble.ili El mismo resentimiento del hombre noble, cuando quien concibe el concepto fundamental «bueno)~ de un
en él aparece, se consuma y agota, en efecto, en una reac- modo previo y espontáneo, es decir, lo concibe a base de sí
54 La genealogía de la moral Tratado Primero 55
~mismo, y sólo a partir de él se forma una idea de «malo»! y torturas con igual petulancia y con igual tranquilidad de
Est.e <<IJlal'!»Jschlerht) de origen noble, yague)<<malv~clO>> espíritu que si lo único hecho por ellos fuera una travesura
(base), sahdo de la cuba cervecera del odio insaciado -el estudiantil, convencidos de que de nuevo tendrán los poe-
__Erim.ero, una creación posterior, algo marginal, un color tas, por mucho tiempo, algo que cantar y que ensalzar•.B..~:::
~.. -'~.mpleJ?Ientar_io, el seg11ndo, en cambio, el original, el co- g_tdta..iiP-posibt~ .no_ reconoc~r, ..a la. Q~se.. deJqslas,.esta.s. ra_zas
mienzo, la auténtica acción en la concepción de una moral J!Obles, el a11i111al de_¡;api¡¡a,,)a rn~~g_rüfiSil,q~~sJ(gJubiq,ql!e
de esclavos-, ¡cuán diferentes son estas dos palabras, .Yag1;1~1.1:nd~ª·~qdi~iosa de b?t!!':_Y~~~~~-C:~~~~j~4~e.E~~lll45ten
«malo» (schlecht) y «malvado» (base), que aparentemente . cuando esa.b_ase.oculta_n"f_esit;c.dJ'§ahPgars~,~el.a.rümaLtie-
se contraponen a un mismo concepto «bueno» (gut)! Mas 11!'...'1!!"- ~~aJir ~<!.<:. D!.l~exl?~f\leJ:íl,_tie.lle 'I.Jl~e.x~tmnar A la. sejya: -
n? se tra~~ del mis~o concepto ((bueno»: pregúntese, antes las aristocracias romana, árabe, germánica, japonesa, los
b1en, quzen es propiamente «malvado» en el sentido de la héroes homéricos, los vildngos escandinavos - todos ellos
moral del resentimiento. Contestado con todo rigor: l'!!c:J:: coinciden en tal imperiosa necesidad. Son las r~_z-ª§,_!1Ql?}&~ -~
_5_':1?!~_n!:_~L~~:E-2~,,9~l~_q_~~~ ill<?t:ª_l,J>_f.~~i§,t'UneJ)te~-~1 n-oble, las que han dejado tras sí el concepto <<bárl?ar<?>~ pgr_tgdg,s
.el¡:mder!l.so,_elc!ominador"sóio·quecambia.do.c!e.f.'ll%i!!:-. los ·lugares .J?9r..c!onc!eJ1illlcPJI.Ji~.d.Q;Jn<;)]lSQ.. en ..SJl cultura
·• ·terpretado .y.visto del revés por el. ojo .venenoso. del resenti- má~".~1=~~Jªª-§.~J~~Y~lª!1~!l.!g. ~Qit~c:.!.~g~ig,.9.~ ~llo. y.hasta Wl_ür-
g¡i~~to. Hay aquí un~ cosa que nosotros no queremos negar g~[_g (por ejemplo, cuando Pericles dice a sus atenienses, en
en modo alguno: qmen a aquellos «buenos)) los ha conoci- aquella famosa oración fúnebre, «hemos forzado a todas las
do tan sól? como enemigos, no ha conocido tampoco más tierras y a todos los mares a ser accesibles a nuestra audacia,
que enemigos malvados, y aquellos mismos hombres que dejando en todas partes monumentos imperecederos en
e.r~n.man~~nidos tan.riguros~mente a raya.por la costum- bien y en mal»)26 • Esta <~audacia~~ de las razas nobles, que se
w.Pr,~'. el re~~eto, l()S USO·~'-- el ~gr~de~imiento y todavía más manifiesta de manera loca, absurda, repentina, este ele-
I?.~r_l.a _rectproca,v!gilancia, P.or I.~..em~lación inter pares [en- mento imprevisible e incluso· inverosímil de sus empresas
tre Iguales], aquellos mismos hombres. que, por otro lado, -Pericles destaca con elogio la pOO'Ju¡.c(o: [despreocupa-
en su comp(),rta~n}e:Ift.9. r~~J:p-rp.t:O.)J1.Q§!TªJ?an. tanta inventi- . ción]27 de los atenienses-, su indiferencia y su desprecio de
- v~ .el!.P~_nt{).a .ateD-_ci.ones, ..4Qmjnio.de_sí, .9-elicadeza, fideli- la seguridad, del cuerpo, de la vida, del bienestar, su horri-
"" dad, .orgullo y amistad, - ...n_o son hacia fuer<!, es decir, allí "]?le jovialidad y el profundo placer que sienten en destruir,
don.de. c.omienza Jo .. extranjero, la tierra. extraña .. mucho en todas las voluptuosidades del triunfo y de la crueldad-
m~ejgr§S'!.!l~al1ill1~1~s~cle. r_apiña dejac!'!s sueltos. AlÍí disfru- todo esto se concentró, para quienes lo padecían, en la ima-
tan la libertad de toda constricción social, en la selva se des- gen del «bárbaro», del «enemigo malvado>>, por ejemplo el
quitan de ~a tensión ocasionada por una prolongada reclu- «godm), el «vándalo)~. La profunda, glacial desconfianza
SIÓn y enCierro en la paz de la comunidad, allí retornan a la que el alemán continúa inspirando también ahora tan
inocencia propia de la conciencia de los animales rapaces, pronto como llega al poder - representa aún un rebrote de
cual monstruos que retozan, los cuales dejan acaso tras sí aquel terror inextinguible con que durante siglos contempló
una serie abominable de asesinatos, incendios, violaciones Europa el furor de la rubia bestia germánica (aunque entre
56 La genealogia de la moral Tratado Primero 57
los antiguos germanos y nosotros los alemanes apenas sub- mentos de la culturm> son una vergüenza del hombre y repre-
sista ya afinidad conceptual alguna y menos aún un paren- sentan más bien una sospecha, un contraargumento contra
tesco de sangre). En otro sitio" he hecho notar la perpleji- la «cultura>> en cuanto tal! Se puede tener todo derecho a no
dad experimentada por Hesiodo cuando meditaba sobre el librarse del temor a la bestia rubia que habita en el fondo de
decurso de las épocas culturales e intentaba expresarlas todas las razas nobles y a mantenerse en guardia: mas ¿quién
mediante el oro, la plata y el bronce: a la contradicción que no preferiría cien veces sentir temor, si a la vez le es permiti-
le ofrecía el mundo de Homero, un mundo tan magnífico, do admirar, a no sentir temor, pero con ello no poder sus-
pero, ala vez, tan horrible y tan brutal, no supo escapar más traerse ya a la nauseabunda visión de los malogrados, empe-
que dividiendo una única época en dos y colocándolas una queñecidos, marchitos, envenenados? ¿Y no es ésta_ ~uestra
a continuación de la otra - primero, la época de los héroes fatalidad? ¿Qué es lo ~~.h.~J::PF.'2<:1ES!:'!Y.g~f'Z1 .~Ye.Is 19.\JfQn
y semidioses de Troya y de Tebas, tal como aquel mundo ~~~Jlº=I1J1iF~~f :- P4e~_no~_QttQS,_syfrimqspo~,_el ~wml;>r~, !lO
había subsistido en la memoria de las estirpes nobles, que ha}é.linda. - No es el temor; si~ o, más bie!l, el que ya nada
en ella tenían sus propios antecesores; y luego, la edad de teng<;1!19J,Hl!etemer.e1fel)¡qJ11bre;.~l que el gusa~? ~<ho!:l
bronce, tal como aquel mismo mundo aparecía a los descen- bre>> ocupe el pri!':~f.J>lan9..Y.Eull!l<:..<O!l~J;.el.qt¡e e!~<h()111bre
dientes de los sojuzgados, expoliados, maltratados, depor- mmso>~:eCincurablemente mediocre y desagradable haya
tados, vendidos: como una edad de bronce, según hemos di- ~P-~~-n:~~-4Q.'pa_ §_~I)JlF§.~--~ -~(ip~~m2~ c;Q_IT}_())<l.m~tJi y J<ct c.:~111b1:e,
cho, dura, fría, cruel, carente de sentimientos y de concien- como el_senti~o_dela historia, como «hom~I~-~Rc:!..!2!?>;
cia, una edad que todo lo tritura y lo salpica de sangre. más aún, ~1 qu~ te~g~ ~i~rt~ d~l~_ChQ; se·ntfrse así~ en la Ille-
Suponiendo que fuera verdadero algo que en todo caso ~di<:l.ª mqge,se siegte cli~tar~ciaqQ,deJa.rnucJ\eduJ11b~e.¡:l~jos
ahora se cree ser «verdad», es decir, que el sentido de toda malc.oJJstjtu_idos, ~nfermi~os,_~_ap~~-~?~, ~.&?!-~~_()_S~-~~ q~~-~?Y
cultura consistiese cabalmente en sacar del animal rapaz comienza Europa a apestar, y; poxtanto, COJ!lO algo al111~nos
«hombre>>, mediante la crianza, un animal manso y civiliza- relativamente bien co~sti~ui~o, como algo~~-!!!:~PS ~od<!,"{i~~
do, un animal doméstico, habría que considerar sin ningu- capaz de viVir, ,,,,,,,,,
coffio alg() 9.~-~-;~~~~~~,~-,cÍi~e,_~.t~J<1 YJP.~·~·
,_.,,,.,' -
'~'~'--'---~---------,,_.,,,,
dades, de fatigas y de soledad no soportamos? En el fondo nos que los corderos guarden rencor a las grandes aves rapaces
sobreponemos a todo lo demás, puesto que ~,h~mos _nacidq es algo que no puede extrañar: sólo que no hay en esto mo-
-P.ru:-ª.J!.tUU~~~t~ncja suQ!erránea y: combativa; una y otra ~~z tivo alguno para tomarle a mal a aquéllas el que arrebaten
sahmos a la luz, una y otra vez experimentamos la hora áurea corderitos. Y cuando los corderitos dicen entre sí «estas
del triunfo, - y en ese momento aparecernos tal como naci- aves de rapiña son malvadas; y quien es lo menos posible un
mos, inquebr~nt~b~e.s, tensos,, dispuestos a conquistar algo ave de rapiña, sino más bien su antítesis, un corderito,- ¿no
nuevo, algo mas dtfíctl, algo mas lejano todavía, como un arco debería ser bueno?», nada hay que objetar a este modo de
a quien las privaciones lo único que hacen es ponerlo más ti- establecer un ideal, excepto que las aves rapaces mirarán
rante. - Pero de vez en cuando -y suponiendo que existan hacia abajo con un poco de sorna y tal vez se dirán: «Noso-
pmtectoras celestiales, situadas más allá del bien y del mal- tras no estamos enfadadas en absoluto con esos buenos
S:,H&t~e_de~mJI,ada, ?_torg_~dnle_ que_pu_~da_ec~ar una corderos, incluso los amamos: no hay nada más sabroso
¡jl}ica!"irada tansól" a al~op~rfécfO,a'álgo ióta!mentelogra~ que un tierno cordero.~> - -ªjg!J _cieJaJqr~al_e:?;~ _q~e -~Z(}_S~~
do, fehz, poder?so, VIctonoso, en lo que todavía haya algoque \!r! quex~r:_dp_mii].a~, -~~- q~~r~r~~~Jl,l~_g~!2-~~~~q~~-~~~-!~~eñ~
temer!¡ Una mirada a un hombre que justifique a el hombre ~ª-ksgJ~lJJl(Lª'~~L.Q_~_}w~wjgq~_y5J.~_rc;;_sl~!(!m::Ja~ y_d_~Jx_i,t~}:~(<?s_,_
una mirada a un caso afortunado que complemente y redim~ ~--"E~..S'?..llli2..!'2Sisiute,,lqE_\:2i!LdJ!9. 9Re.,~~s~t,ex~g~j,
al hqmbre, por razón del cual me sea lícito conservar la fe en ___S,~=fQ!!tqJg,:r"~~J!!a. Un quantum de fuerza es justo un tal
el h~mbr~!... Pues así están las cosas: el empequeñecimiento y quantum de pulsión, de voluntad, de actividad -más aún, 1
la mvelactón del hombre europeo encierran nuestro máximo no es nada más que ese mismo pulsionar, ese mismo querer,
p~ligro, ya q~e esa visión cansa ... Hoy no vemos nada que as- ese mismo actuar, y, si puede parecer otra cosa, ello se debe
ptre a ser mas grande, barruntamos que descendemos cada tan sólo a la seducción del lenguaje (y de los errores radica-
vez más abajo, más abajo, hacia algo más débil más ¡nansa les de la razón petrificados en el lenguaje), el cual entiende
1J1ÚS pru4ente, más plácido, más mediocre, má's indiferente: y mal entiende que todo hacer está condicionado por un
más chino, más cristiano -el hombre, no hay duda, se vuelve agente, por un «sujeto». Es decir, del mismo modo que el
cada vez «mej?r» ... Justo en esto reside la fatalidad de Europa- pueblo separa el rayo de su resplandor y concibe al segundo
al perder el miedo al hombre hemos perdido también el amor como un hacer, como la acción de un sujeto que se llama
a él, el respeto a él, la esperanza en él, más aún, la voluntad de rayo, así la_n:9 ral _cl,e~E!l~e21~,~epa¡;a,t!'!flbié!l.l;t .fortal.,,H (!~
él. Actualmente la visión del hombre cansa- ·qué es hoy el ni- l!!_~_ e_~!~IiQI~~~~!PJ!~§.-.9-~Ja, _ m,üimq,_<;:Qmo si_detrá~tq.eLftl~Jt~
hilismo si no es eso?." Est'W!Ps,caiJsa(iosde_¡{howbre". hubiera un sustrato_ indiferente, que fu~uvi~±~iio..dJLeztcl'io:
r[z,qr:;it'31J2!iir:ldieJJ2l~/CJ!!ÚQ!'ÍhJJJ:!Qr(al":?a. Pero tal sustra-
13 tono existe; n,9-~~>:-rlt~P~z~I~~~t~ás,~~l!~~Ew~t~L~StE~E?
delqevel,l_i,r; «el agente>> ha sido ficticiamente añadido al ha-
- Mas volvamos atrás: el problema del otro_ prigen de lo c;;;,;[]i;,_~~r""s._tqdp, En el fondo el pueblo duplica el hacer;
«bueno», el problema de lo bueno tal como se lo ha.imagi- cuando piensa que el rayo lanza un resplandor, esto equiva-
nado el hombre. del resentimientoexigellegar a su final.- El le a un h'}S..C.!::h~S~E:~L_~i2_p_q~~S~!2~-7E~E~-~~~~-~?- t?J?5lE:~J'-~i-
60 La genealogía de la moral TrJtado Primero 61
Qlero ~g~,Q~--~~!!~~-YJ!::lego, una vez más, c9mo efecto de del débil_ -es ~ecir, su es~rzcia, su_ obrar, stl entera, única,
l\Sl!l~ll"c, Los investigad(;;.e;J~¡;;:;:;;¡~r;;¡~~~ no lo hacen me:- inevitihJe;·¡na~Ie61e-i-Oafia;;a:rúese.ugJ.jgi.i)xg!U"Jl:íizio,
jor cuando dicen «laJuerza mueve, la fuerza causa~> y cosas alg~q~~!Í~Q?~~l_~_g~4<2JJ~~~PfEiQlli,,gn mér(!Q¿, Por un instin-
parecidas, -nuestra ciencia entera, a pesar de toda su frial- 'tO de autoconservación, de autoafirmación, en el que toda
d.ad, de su desapasionamiento, se encuentra sometida aún a mentira suele santificarse, esa especie de hombre necesita
la seducción del lenguaje y .no se ha desprendido de los hi- creer en el «Sujeto» indiferente, libre para elegir. El sujeto (o,
jos fals~SHt!e se)eha11 infiltrado, de los «sujetos>>.(el átomo, hablando de un modo más popular, el alma) ha sido hasta
por ejemplo, es uno de esos hijos falsos, y lo mismo ocurre ahora en la tierra el mejor dogma, tal vez porque a toda la
con la kantiana «cosa en sí»): nada tiene de extraño el que ingente muchedumbre de los mortales, a los débiles y opri-
las reprimidas y ocultamente encendidas pasiones de la midos de toda índole, les permitía aquel sublime autoenga-
venganza y del odio aprovechen en favor suyo esa creencia ño de interpretar la debilidad misma como libertad, inter-
e incluso, en el fondo, ninguna otra sostengan con mayor pretar su ser-así-y-así como mérito.
fervor que la de que elJitexJ./l.eS.lihre de.ser débil, y el ave..de
~~E~~."!,Jil?~1::~.9:~. §~ry<;:QJ::dero:- con ello conquistan, en efec-
to, para sL!'Jde_recbg cleillzp~(aralavede rapiña. ser ave de 14
r.apiña ... Cuando los oprimidos, los pisoteados, los violen-
tados se dicen, movidos por la vengativa astucia propia de la - ¿Q_l;l,!~J;t:, a~g~ie_:f!_ I11JJ;ar_ ':lll po~o_hacia abajo, ªl I1l~ste~i() de
impotencia: «¡Seamos distintos de los malvados es decir ~9I11.Q ___~e_ f~kricf!t~; _fc_ieqles __ e!J._la _t_ierrª? __ ¿_Q_l:li~~ _n~Il(!_y~lor
seamos buenos! Y huello es todo el que no viole~ta, el qu~ p_araello? ... ¡Bien! He aquí la mirada abierta a ese oscuro ta-
no ofende a nadie, el que no ataca, el que no salda cuentas, ller. Espere usted un momento, señor Indiscreción y Teme-
el que remite la venganza a Dios, el cual sé mantiene en lo ridad: su ojo tiene que habituarse antes a esa falsa luz cam-
oculto igual que nosotros, y evita todo lo malvado, y exige biante ... ¡Así! ¡Basta! ¡Hable usted ahora! ¿Qué ocurre allá
poco de la vida, lo mismo que nosotros los pacientes, los hu- abajo? Diga usted lo que ve, hombre de la más peligrosa cu-
mildes, los justos»- esto, escuchado con frialdad y sin nin- riosidad -ahora soy yo el que escucha. -
gu~a prevención, no significa en realidad más que lo si- -<<No veo nada, pero oigo tanto mejor. E.'Lun.cbismo.u.<:_Q
gmente: <<J::Josotros los débiles somos desde luegodébiles; y_l!J1.\0J!dli!=he9•.<:A!l.t:9J.P.érfido,.quedp,.pJ.oSed.e.l1t~,d~!oclas.
cony~eg~ q~e_p~ J:lf_ig~J!l()S _qacl_~ [!,a?,:qJq_ CJ!flL_tJº- sopzos_ bas- llls...<~§H!ÜDill'~Y,J;Í.Ilf.9J:l.!'~:. Me..parece.. que. eg .gente miente;
tant~ fuertes» - pero esta amarga realidad de los hechos, JJ!la clulzona Sliavida.clse pega a cada so11ido. La.clebilidad
~sta inteligencia de ínfimo rango, poseída incluso por los 9~b~,s~r mentirosamente transformada en mérito, -~o./~élY
msectos (los cuales, cuando el peligro es grande, se fingen duda- es como usted lo decía.» -
n:uertos para no hacer nada «de más>>), se ha vestido, gra- ·~~ísfg;;, · · · · · ·-
c~as ~ese ~rte _d~_ fal~ificacióny a esa automendacidad pro- -« ... y la impoten~ia~_9lle_l1()_to~él de~ql!_i!e~ en 'l?<:>E~a4';
pla~.<J~ la IJ11pote!1c;a,con el esplendor de l~vit·tud renun- la tem~r~S~_b~)_~Z-~~-~~"'_lí.:uci"üidad'; Ja s~111ishSn_a_ quienes se
ciadora, callada, expectanÍe, como si la:debiliq;;:d ~isma odia, en 'o~ediencia' (a saber obediencia a alguien de quien
1
62 La genealogía de la moral Tratado Primero
63
dicen que ordena esa sumisión, -Dios le llaman). Lo ino- ma estratagema de artista? ¡Atienda! Esos animales de sóta-
fensivo del débil, la cobardía misma, de la que tiene mt¡cl:!_a, no, llenos de venganza y de odio -¿qué hacen precisamente
SJ.l. gl]tar.-.aguardando-a -Ia:: puerta, .SJ.l ipeyitable _tene,r_:-_9.~ con la venganza y con el odio? ¡Ha oído usted alguna vez
-~ªg~a~dar,_recibe aq~í un buen nombre, el de_ ~p<\_<,:j~q<;:i~', y se esas palabras? Si sólo se fiase usted de lo que ellos dicen,
llama también la virtud; el no.-podercvengars<esellama no- ¿barruntaría que se encuentra en medio de hombres del re-
querer,vengarse,.:y.tal vez incluso perdón ('pues ellos no sa- sentimiento? ...
ben lo que hacen29 - ¡únicamente nosotros sabemos lo que -«Comprendo, vuelvo a abrir los oídos (¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, y
ellos hacen!'). También habla esa gente del 'amor a los pro- cierro la nariz). Sólo ahora oigo lo que ya antes decían con
pios enemigos'30 -y entre tanto suda.}) tanta frecuencia: 'nosotros los buenos - nosotros somos los
-¡Siga! justos' - a lo que ellos piden no lo llm~an desquite, sino '71
-«Son miserables, no hay duda, todos esos chismorreado- triunfo de la justicia'; a lo que ellos odmn no es a su enemi-
res y falsos monederos de las esquinas, aunque están acurru- go, ¡no!, ellos odian la 'injusticia', el (ateísmo'; lo ,que ellos
cados calentándose unos junto a otros- pero me dicen que su creen y esperan no es la esperanza de la venganza, la em-
wJs~I:!í:l:~~,J.Imt el~~-~iQnJ~_UJl~ .4ist_il).<;Á9Jl}:~e.J1ip_s, q1;1~ CllosEe- briaguez de la dulce venganza(- 'más dulce que la ~iel:.la
rros.quemásse. quier~.s~Jos,a~ot<l; que quizáti_esa miseria sea llamaba ya Homero)", sino la victoria de Dios, del Dws;us-
l~!!lJ?g~, J!X!~LR~~~,ª-I:ª~~<SI!tJ!P.~, P1}1~9Nfu~l!~ ~,~g_<~J!~~!§P.J-Y to sobre los ateos; loquea ellos les queda para amar en la tie-
~,<:;,t!~g--~g9__wAs- algo,,que,algtli)a,Y~,~-~n,cpi)J,niiA~ll,,~ompen . rra no son sus hermanos en el odio, sino sus 'hermanos en
sación,y será pagadQ, c.on,~norme.sintf!r~:;J;!SJ~r,LQ-t<i,,-n:wL en el amor' 33, como ellos dicen, todos los buenos y justos de la
felicida,li.,.
-¡sÍg~!
A ,eso Jo
. ..U':\m,an,'la
.. . ........ ..bie11ayenturanza'.»
. . .. ... . . • tierra.))
-¡Y cómo llaman a aquello que les sirve de consuel_o
-<<Ahora me dan a entender que ellos no sólo son mejo- contra todos los sufrimientos de la vida- su fantasmagona
re~- queJos,p_o9.,erQ,s9~,,q~e lo~- $,~fí()res_4ela tierra, cuyos de la anticipada bienaventuranza futura?
esputos ellos .tienen.queJarner (no por temor, ¡de ninguna -«¡Cómo? ¡Oigo bien? ~~sg)o 11~~!:12 :~li~i~ig fiJ1~1', 1~
manera por temor!, sino porque Dios manda honrar toda !!_~g~d3; 4~,-!i!IX~-~-P:R,,.e~,cie_?llgg,,_9el,'rt:i;l10 ,d~ Dios' -_l?-~!:_~~1]:
autoridad) 31 , - qlle ,ellos f!() sólo,~cm I!l~Jgres, sino que tam- tre tanto yiveD. 'en laJi, 'en el amor', en la esperanza)) .
bién 'les_vameJor,~,,Q,,enJoP,o,,f(l~(},,aJg!IJ:!~,Y~,~J~~}~á- mejor. -¡Basta! ¡Basta!
Pero ¡basta!, ¡basta! Ya no lo soporto más. ¡Aire viciado!
¡Aire viciado! Ese taller donde se fabrican ideales -me pare-
ce que apesta a mentiras.)) 15
-¡No! ¡Un momento todavía! Aún no nos ha dicho usted
nada de la obra maestra de esos nigromantes que con todo ¡En la fe en qué? ¡En el amor a qué? ¡En la 7speranza de q~~?
lo negro saben construir blancura, leche e inocencia: - ¿no -Eso~ débiles,- alglll1,~,ye~, ,~-~-}~fe_ctg_,,,,f.ll!~~X_en, ,s~rJ~,mbi~n
ha observado usted cuál es su perfección suma en el refina- eifos lqifuertes, no hay duda, alguna vez debe llegar .tam-
miento, su audacísima, finísima, ingeniosísima, mendacísi- bién.suxeino- nada menos que «el reino de Dios)> lo llaman
64 La genealogía de la moral Tratado Primero 65
entre ellos, como hemos dicho: ¡son, desde luego, tan hu- dicii dies, ille nationibus insperatus, ille derisus, cum tanta
mildes en todo! Para presenciar esto se necesita vivir largo saeculi vetustas et tot ejus nativitates uno igne haurientur.
tiempo, más allá de la muerte, - en efecto, la vida eterna se Quae tune spectaculi latitudo! Quid admirer! Quid rideam!
necesita para poder resarcirse también eternamente, en el Ubi gaudeam! Ubi exultem, spectans tot et tantos reges, qui
«reino de Dios», de aquella vida terrena «en la fe, en el in coelum recepti nuntiabantur, cum ipso Jove et ipsis suis
amor, en la esperanza}}. ¿Resacirse de qué? ¿Resacirse con testibus in imis tenebris congemescentes! Item praesides
qué? ... A mí me parece que Dante cometió un grosero error (los gobernadores de las provincias) persecutores dominici
al poner, con horrorosa ingenuidad, sobre la puerta de su nominis saevioribus quam ipsi flammis saevierunt insul-
infierno la inscripción «también a mí me creó el amor eter- tantibus contra Christianos liquescentes! Quos praeterea
fl0>}35: - JiOht;eJa puexta del p_ar~iso_c;ristiano y de su _«bie!la- sapientes illos philosophos coram discipulis suis una confla-
venturanza eternm} podríf!.. ~s~~r en t?do caso, con mejor grantibus erubescentes, quibus nihil ad deum pertinere
derecho, la inscripción «también a mí me crCó el odio eté'i-~ suadebant, quibus animas aut nullas aut non in prístina
n_g» -, ¡pre?upgn}e1Jdo qu~_ <luna verdad le sea lícito estaf co- corpora redituras affirmabant! Etiam poetas non ad Rhada-
locada sobre la pu:er·t~ q~e Íl~vawa ~na meilúfa-! 'Pi1es ¿qué es manti nec ad Minois, sedad inopinati Christi tribunal pal-
la bienaventuranza de aquel paraíso? ... Quizá ya nosotros pitantes! Tune magis tragoedi audiendi, magis scilicet voca-
mismos lo adivinaríamos; pero es mejor que nos lo atesti- les (cuanto mejor sea la voz, peor gritarán) in sua propria
gue expresamente una autoridad muy relevante en estas co- calamitate; tune histriones cognoscendi, solutiores multo
sas, Tomás de Aquino. «Beati in regno ccelesti», dice con la per ignem, tune spectandus auriga in flammea rota totus
mansedumbre de un cordero, <<videbunt pcenas damnato- rubens, tune xystici contemplandi non in gymnasiis, sed in
rum, ut beatitudo illis magis complaceat>> [LosJ~Jenaytl}tU igne jaculati, nisi quod ne tune quidem illos velim vivos, ut
radq~_yerát.L~!L~h~i!l9 -~~~~!i~U?-_~.1?~~<-!S~~ los ~o11denados, qui malim ad eos potius conSpectum insatiasbilem conferre,
.par<Lqlce....su..bienaYentum¡?aJ_es __ satisfag;~m_;Í~]". ¡O se qui in dominum desaevierunt. 'Hic este ille, dicam, fabri
quiere escuchar esto mismo en un tono más fuerte, de la aut quaestuariae filius (como lo muestra todo lo que sigue,
boca, por ejemplo, de un triunfante padre de la Iglesia, el y en especial también esta designación, conocida por el Tal-
cual desaconsejaba a sus cristianos las crueles voluptuosida- mud, de la madre de jesús, a partir de aquí Tertuliano habla
des de los espectáculos públicos -por qué, en realidad? <<La a los judíos), sabbati destructor, Samarites et daemonium
fe nos ofrece, en efecto, muchas más cosas -dice, de spectac, habens. Hic est, quem a )uda redemistis, hic est ille arundi-
c. 29 ss.-, algo mucho más fuerte; graci9.§.itJa re<.f~nción dis- ne et colaphis diverberatus, sputamentis dedecoratus, felle
p.onemos, .en . efecto,.de. aLegüas_<;;omp]etRm~~te·._disÜntas; et aceta potatus. Hic est, quem claro discentes subripue-
en lugar de los atletas nosotros tenemos nuestros mártires·) runt, ut resurrexisse dicatur vel hortulanus detraxit, ne lac-
>-;"' -" -~-~-~-'"'"~''''-?~--~--~- "-----~""''~"-~'"~--->~-~"' ·--~- '" --, "'' -------,'
Y_§L9.!:!~r~mgs __ª-~pgr_~L,Q!~_n_,_ ~elle:ri19§)~--~ª~1g~e de Cristo... tucae suae frequentia commeantium laederentur.' Ut talia
-~~¡,gué C?~~.EOS esE.~E~_E_ _:l_dí_~_ <l_e -~~--:Y~il,tª,d<i~ ~u triun- spectes, ut talibus exultes, quis tibi praetor aut consul aut
fp!))_ =---~-~JJ.gnl__ ~gntin:4tl ,_<ls_í -~-~Je,_xi~i9n.<p.:i~ -~:¡¡;t<:§Jªdo: «At quaestor aut sacerdos de sua liberalitste praestabit? Et ta-
enim supersunt alia spectacula, ille ultimus et perpetuus ju- men haec jam habemos quodammodo per fidem spiritu
66 la genealogia de la moral Tratado Primero 67