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El problema es que el romance que mantenemos con este alimento puede llegar a ser perjudicial
para nuestra salud por varias razones que a continuación te explicamos.
Nuestro organismo obtiene las calorías de los diferentes alimentos que ingerimos, entre ellos, de los
azúcares. Las calorías son necesarias porque son el combustible que le aporta energía al cuerpo, lo
que nos permite mantenernos en movimiento constante.
El problema viene cuando consumimos este ingrediente de más, pues el excedente no se elimina,
sino que se acumula en nuestro cuerpo como reserva en forma de grasa. Y, como es bien
sabido, el aumento de grasa corporal puede llevar a la obesidad.
La obesidad, a su vez, está relacionada con problemas de salud graves como diabetes (tipo 2),
presión arterial alta, problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares, etc.
En la actualidad, la epidemia del sobrepeso y la obesidad afecta a unos 2.100 millones de personas en
el planeta, casi un tercio de la población mundial, de las cuales 2,8 millones de personas fallecen por
su causa.
La licenciada Claudia Serrano, nutricionista de la clínica Anglo Americana, explica a El Comercio que
“la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda reducir el consumo de azúcares
diarios a menos del 10% de la ingesta calórica total”.
Esto quiere decir que en una dieta para adultos basada en 2.000 calorías al día, a lo mucho 200
calorías tendrían que venir de los azúcares, el equivale a unas 7 cucharaditas de té. Esta cantidad
de cucharaditas vienen a ser 50 gramos.
Para tener una idea, una lata de refresco azucarado tiene hasta 40 gramos, prácticamente el total de la
cantidad recomendada al día. La pregunta es, ¿cuántos otros productos altos en azúcar consumimos
al día?