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EL
HIPNOTISIVIO
1 po.
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CÉSAR íLOMBROSO
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Pür MAD R ID
LA ESPASIA MODERNA
Cta. de Sto. Domingo, 10.
ets'
Tel. 260.
55 EL
Es propiedad.
Queda hecho el depó-
sito que marca la ley.
hipnc
ele
mena,
llama
por 1,
vidu{
la
(1)
Por el
AvitiAL.—Impr. de la Comp. de Imp. y Libr.,
S, Bernardo, 8.̀...—Teltq ono núm. 3.071. rizaci(
Suz
EL HIPNOTISMO `')
viduales y ocasionales.
A. pesar de que, según veremos,
la inteligencia dista mucho de agu-
1>
°11-1'f'1
zarse en el estado hipnótico, es cu-
rioso advertir que la memoria puede
estarlo, á veces, de un modo asom-
broso.
1 Iabien do enumerado á Chiarloni, hizoe-`)
k
POR C. I, 111;O O
•.•••••••••••••••••
silla) : fuese tu
puñal
« Querida mamita:
niña, p(
«Soldados: interel
despie
»Hoy esperamos prodigios de va-
banse
lor.
sus o
Y para ir al combate empuña un precie
acto 8
Pall. C. LOMBROSO 9
spe,
es preciso admitir que , así como
para la escritura (que falta en los
Pre. pueblos bárbaros) se ha ido forman-
s el
do en el hombre civilizado un cen-
en
tro cortica' especial, otro tanto ha-
lías brá ocurrido con la memoria del
les tiempo, y que en tales estados se
riun aguza este centro , lo mismo que el
ido de la memoria gráfica.
I11- Sin embargo , existen excepcio-
tos nes. Chiarloni , que ofrece tantas
ro_ excepciones , también tenia ésta;
igualmente la tuvo La Verol: á me-
nudo se equivocaron en el tiempo
que se les dió para ejecutar el acto
sugerido , aun cuando fuese para
del
dentro de breve plazo; pero no dejó
re
de notarse casi siempre en ambos,
entretanto , una inquietud (como
uno que sabe que tiene que hacer
una cosa y no la recuerda con pre-
is cisión) , la cual se desvanecía si se
lo ayudaba á la memoria, aunque fue-
se de un modo indirecto; entonces
1
12 EL HIPNOTISMO
llb
1111° ,/lo
se ponían inmediatamente á ejecu- el .11?
Info
(1) Ocurrió aquí una extraña mezcla de la
Dis- impresión sensitiva con la cortical ; donde
r las figuras anatómicas estaban muy carga-
das de tinta, leía aquellas imaginarias notas
on- con dificultad y distinguía la causa del obs-
táculo; donde las figuras eran pálidas, leía
con claridad.
ry
14 EL FII PNOTISMO
grtabs
IrV1
migos , y escribió una carta pidien-
do rescate. oPues 1
Habiéndole ordenado que vein- frase s (1/:
tiún minutos después de despertarlo 01'1'16
rehiciese la misma carta, cambié de taáo h11
pronto la sugestión y le mandé que
vetaale
se convirtiese en una niña que por Basen e
escrito pedía dulces á su madre, lo
las de 1
cual aceptó con bastante gusto ; y la
la otra
carta fué escrita con placer y con
Aqui
letra de niña. Despertósele después
y discurrió tranquilo acerca de mu- llamad
r'ifieN
pronto el esposo , pero con un
lapsus (que dependió del recuerdo
PueLe
de su verdadero estado anterior),
en vez de escribir « quiero á mi es-
poso», escribió: «quiero desposarme
e,dad,
con mi mujer».
Lo mismo sucede cuando se pro-
vocan sugestiones sucesivas cam-
Pando
biando las actitudes musculares.
.611 en
Así, habiendo hecho contraer el
le los
músculo superciliar derecho, se pro-
-e 'la-
dujo en la histérica Verol. la des-
dea en
agradable idea de que en la plaza
así en
de San Carlos unos rateros estaban
r se el
pegándose cruelmente; pero hacien-
Ibién-
do luego contraer el músculo riso-
► dado rio , aquella alucinación se convir-
la tió en una jocosa, corno era la de
sabia que los granujas estaban descu-
C uan- briéndose unos á otros las nalgas:
era una estratificación y superpo-
Tibi(51 sición de ambas sugestiones.
Otro tanto se observó en el hip-
notismo provocado en los sanos.
2
I8 Er, III PN YTISMO
rnúse
una histérica, corno en los hipnoti-
contaba zados.
[na /nona Una histérica de mediana cultu-
a de mo.. ra, á quien se le mandó redactar
lán se ha una carta con la sugestión de que
e ha fu. era una niña, escribió con caracte-
res infantiles , y cuando se le hizo
convertir en un coronel , escribió
n no es
después con caracteres varoniles
ron pri..
aunque poco elegantes.
'spués el
Pero la experiencia más notable
presen-
fué con tres estudiantes de mucho
stéricas, ingenio.
, sino En menos de una hora hicimos
que Chiarloni cambiase su carácter
,riosisinla de letra y su moral en los de un
1 reciente niño, de una aldeana que lleva palo-
Kicer res- mas, de Napoleón , de Garibaldi,
relacio- de un calígrafo , de una vieja de no-
venta años. Lesc. cambió su ca-
tan to el
rácter verdadero en el de un niño,
en el de una novia con prisa por
casarse , carácter absolutamente fe-
menino, y en el de un aldeano;
20 EL HIPNOTISMO
Kilos. á Kil. á la
la dere- izquier-
cha. da.
lte el
Kilog. á Kil. á la
la dere- izquier-
cha. da.
Fr
lzhiera.
Lese. Despier-
da, to .... 48" dra. 45" izq. Chiarl. 32"
» Hipnoti-
44
zada. . 45" » 45" » 32"
» Atletis-
44
mo su-
gerido 45" 35" »
4ó Psicómetro.—Con el psicómetro
48
de Hipp obtuve resultados no dese-
35
mejantes, aunque se trataba de jó-
32 (2) y vehes de superior inteligencia, las
cifras diferían poco en los estados
OSSOt
hipnótico y de vigilia.
Máx. Min. Med. Dif.
odian
Despierto. Vista... .. 72 54 28 44
lo un
Despierto. Oído.... .. 22 10 4 18
ió Hipnotizado. Vista... 90 61 26 4
-,1
Hipnotizado. Suges-
aun
tión de más agude-
;i ri0 za visual.. 90 55 33 57
Despierto, Vista..... 100 74 60 40
Hipnotizado. Vista.. 86 61 45 41
Hipnotizado. Suges-
Broa
tión de agudeza vi-
418
d
rn sual 70 59 40 30
30 /
1 Despierto. Oído. 22 13,6 6 16
Hipnotizado. Oído 25 19,6 15 10
36
Hipnotizado. Suges-
41
tión de agudeza au-
ditiva...,. 16 11,9 4 12
3
34 EL HIPNOTISMO
•••• n•••
10'`
El estado hipnótico iba acompa-
ñado en el uno de obtusismo visual,
y en el otro de ligero aumento de
agudeza ; sólo en uno de ellos se
obtuvo por la sugestión mayor agu-
deza.
Una tal Via., de diez y siete años, o
boc
Remedios. —En un solo caso (en-
COI
tre ) hemos comprobado la obser-
vación de Bourru, Burot y Ri- Za(
camentos.
Sabido que probaron la influen-
cia de los medicamentos á distan-
cia, cosa que muchos años ha pre-
sintieron los homeópatas. Un bote-
cito de tintura de cantáridas, bien
tapado y puesto en una mano, pro-
vocó en Victorina, M. fenómenos y
ademanes eróticos muy marcados,
y en la joven R. eran tales, que no
se pueden describir. Otro botecito,
igualmente tapado y de la misma
forma, con alcohol puro, provocó
Ponilz1
tasis y visiones religiosas. El alco-
hol etílico produjo embriaguez ale-
e 11 afluí,
o
( gre, y el amilico una embriaguez
1-4Y81': furiosa. La pilocarpina produjo la
r"lsrna sacarificación de la saliva, hecho
r `j, divers1
enteramente ignorado antes en la
mia segi
ciencia, lo cual excluye toda in-
derecha
fluencia de la sugestión.
, cl cuera: Este método sirve hasta para cu-
I ra al rar los violentos accesos convulsi-
ri;:is de vos; contracturas histéricas desapa-
usicro, recieron sin más que tocar tubitos
, y, pc cerrados llenos de valerianato amó-
ver suca nico alcanforado. Luys ha visto
disminuir en algunas histéricas
el número de los accesos simple-
riadi
mente con la aplicación á distancia
sub'
de un tubo que contuviera bromu-
:l a llego' ro de sodio (Académie de Illedeci-
4,, col
n,e, 1885).
Irista Coloqué á Chiarloni detrás de la
Torse nuca un paquete de un centigramo
i,)s re"1 de quinina metido dentro de un es-
,11-ceit"' tuche de papel de cartas ; inmedia-
:111"
42 EL HIPNOTISMO
i ra POR C. LOMBROSO 43
„ íjjdOS,
Sólo dos veces logré sorprender-
PePitiez'
Jirr, la en una mujer histérica, quien con
J1 V
POR e LOMBROPO 53
dUhái.•••n•••••~••••••••••• n••n•=.1.
•
contacto directo ó por la mirada, y
aún más amplios que en los frecuen-
, tisimos casos en los cuales la volun-
,. - ,-i
Bellosta.
La señora F. fué atacada de sue-
ño hipnótico con catalepsia, duran-
a
• 1- t' • •
ne
a te un espectáculo análogo.
-• •• La señora R., histérica , se cree
continuamente hipnotizada, sin es-
tarlo, y padece un verdadero deli-
rio histérico.
La señorita X. tuvo convulsio-
nes epileptiformes después de haber
•1 •
,,
i:,'
El teniente Y. , de quien abusa-
il
1'
J‘ i
,,
, il1 li, ron algunos hipnotizadoresque ha-
62 EL HIPNOTISMO
ifqe
las convulsiones , la enajenación, la
Sa
debilidad mental , la amnesia y al-
gunas veces el eczema (lo cual no
parecerá extraño á quien conozca g icc
bilitación. lle]
POR C. LOMBROSO 67
n-)
rj6tipa
del delito) ignorancia que hace
ver fenómenos nuevos y maravillo-
ra Traed
sos en hechos de antiguo conoci-
dos ; un poco también por vanidad
1;11 o (
de figurar en público , aun cuando
debiera más bien dar repugnancia el
ofrecerse como buena presa á los pies
.P
de un hombre vulgar; y un poco, á la
j ! 'rp1(11 vez, por aquella especie de volup-
n,,t;ea Ól1J tuosidad que produce toda nueva
ivtitud modificación de nuestros grandes
vasta eg,Ji, centros nerviosos , en virtud de la
cual se recurre á los narcóticos más
desagradables, que no ha mucho es-
tigmatizó Mosso con los felicísimos
de onanismo cerebral ( véase Anto-
logia, Julio de 1886) , hacen que
una vez que la invitación sea públi-
ca y teatral se luche á porfia por
acudir á ella. Y de aqui el que no
sólo sean muchos los hipnotizados,
70 EL HIPNOTISMO
welizo•nn•••
(1 1(1110 L:
ponga obtener por sugestión de uno
qu e ya
de sus sujetos el plano de una for-
taleza, el secreto de la marina, etc.;
¿quién podrá impedirlo? Y también,
i:rio lo 5:
Ç,ino
¿quién podrá descubrirlo ? Eviden-
temente , aqui las leyes penales de
aS
nada servirían ; mientras que la
no
0110'
provincial de Milán y de la Sociedad de Hi-
giene) , el Consejo de Sanidad propuso al mi-
nistro del Interior la prohibición de los es
pectáculos pi5.blicos de hipnotismo.
72 EL HIPNOTISMO
'1)J el (j
lías y en las sociedades particula-
rinsl
res amplia margen á la extraña di-
otras ,11: versión, si quiere persistir, y en los
t ,
laboratorios y clínicas al estudio, si
II, se quiere hacerlo ; porque en este
último caso , cualquier daño que
ecial? pudiera sobrevenir sería compensa-
14
( eszt do por las aplicaciones al arte de
L' sólo ‘1 curar, á la psicología, á la psiquia-
temil tría. Pero hasta en estos casos
J recoz será necesario decretar las precau-
riortalicil ciones en uso para la venta de los
alcaloides ordinarios ; esto es , que
no se practique la hipnosis sin ad-
vertírselo á las autoridades, á fin de
que tomen nota de ello para los
11)
la materia.
Es evidente, en efecto , que no
puede encontrarse otra explicación
de aquel hecho sino la de que el
imán provoca en el cerebro una di-
versa orientación de las células gan-
POR C. LOMBROSO 83
84 EL HIPNOTISMO
(Av.
Rochas demostró que aplicando
el polo positivo se produce rigi-
dez muscular, alucinaciones , sor-
dera , etc., que desaparecen ó se
mitigan aplicando el polo negativo;
que aplicando también tubitos con
líquidos de polarización positiva
(por ejemplo, de ácido sulfúrico) se
provocaba una contractura que des-
aparecía con un liquido de polari-
zación opuesta ( por ejemplo , el
amoniaco); siendo positivos los áci-
86 EL HIPNOTISMO
.if
Ya‘kt
APÉNDICE PRIMERO
APÉNDICE II
La polarización psíquica en la fase somnambii-
lica del hipnotismo, por los doctores L. Bian-
chi, profesor agregado de Neuropatología, y
G. Sommer, médico de primera clase en la
marina real (1).
'411
señorita X. revela en la cara su
complacencia, se levanta y se dis-
pone á ponerse en marcha. En este
'ido 11 punto y hora se aplica el imán á la
1 Y nuca , á medio centímetro de la
Otros piel; poco después se conturba, se
detiene, y al preguntarle qué pasa,
(1 eCiI contesta: «Un desastre ferroviario;
natil. un tren deshecho sobre los carriles,
es imposible marchar.»
Otra sugestión: «Estamos en Po-
silipo , el mar está tranquilo, pla-
teado por la espléndida luna; he
aquí una barca , subamos á ella.» El
rostro de la señorita X. se regocija
con aquel encantador espectáculo
de la naturaleza y se dispone como
para entrar en la barca. Se aplica
el imán y sobreviene un profundo
trastorno en el sujeto , que retro-
cede con espanto; ha cambiado la
escena en aquel asombroso calei-
doscopio del somnambulismo ; por
el contrario , estamos sobre un
7
98
..141.nn•nn
EL HIPNOTISMO
're. e
POR C. LOMBRO150 99
r,i .1 donará. Imán; al cabo de algunos
(JS de
segundos, exclama con rostro las-
i)()r ejemlo: timero : «i oh, pobrecito Ha sido
culebz inducido á hacerme mal por lo bien
sayas.) que me quería; por consiguiente,
einvd[
no puedo odiarle.»
y r
se trani,
Provocado el estado somnambít-
lico en otro sujeto , un hombre en
quien se producen de la manera
le
sabida todas las fases del hipnotis-
1111x
mo, reproficense los mismos he-
en
chos. Por ejemplo: le presentamos
el d,.
una copa de agua, la ve y dice lo
que es, al preguntársele. Se le su-
por giere que en vez de agua es un licor
agradable; entonces la bebe con
grandísima avidez, y mientras tanto
fT
le aplico el imán; al punto aparta de
111
sus labios la copa, contrariado y es-
cupiendo por el sabor malo y amar-
go de la bebida. Presentárnosle cua-
tro hojas de papel de cartas y le su-
gerimos que en una de ellas hay una
bella figura de una jovencita rubia;
100 EL FI f pNonsmo
••n
Rol
112 E L HIPNOTISMO
wimall.1n110
n
que á la nuca.
Oa ab3L
A propósito de esto , relataremos
un hecho notabilisimo. 011
putos
La señorita X. se deja hipnotizar
por uno de nosotros, estando pre-
clto cr(
sente el otro , con la firme resolu-
tel ¡Oh
ción (que antes no nos reveló) de
no explicarse acerca de un asunto clem
; v 0,‘
de ciertos sentimientos más íntima-
mente arraigados en la constitución
de su personalidad , y de la mayor
aa
J r
ó menor estabilidad de la misma?
ti zar N;
Así nos inclinamos á creerlo. Los
a
dos principales sujetos de estas ex-
Acil,
periencias son en absoluto diferen-
J'Ad ° ;
tes por índole nativa y por edu-
11(..)stil
cación , aunque ambos son histé-
Izar,
ricos. Al uno es fácil cambiársele de
l'Iteres" personalidad y hacerle creer que es
nuestra (1,1 un Morelli, un Rossini , el coman-
lu e de mg dante del Arsenal , y dibuja, y apo-
la e rflocI rrea el piano, y escribe órdenes del
lira día; al otro (la señorita X.), siem-
j^til'I1IUlaC^r
pre ha sido imposible sugerírsele
,t
otra personalidad.
¿Cómo interpretar los fenómenos
,. de
de la llamada polarización psíquica?
11
Para realizar este intento, debemos
Titi •),s
122 EL HIPNOTISMO
ga:\)r:
APÉNDICE III
i)'\erkT,
• 110S,
c1119
menstruación en Diciembre de 1881,
lor('
durándole seis días , y á la vez sin-
tomas gástricos que desaparecieron
después. En I.° de Enero de 1882
tuvo latidos en las sienes , y al fin
del mes amenorrea, náuseas, esfuer-
zos por vomitar, etc. El 1.° de Fe-
brero, época de la tercera menstrua- npéi
134 EL HIPNOTISMO
(1, rscct
POR C. LOMBI{OSO 137
,. el pie, sensibilidad y movilidad re-
111
fieja exageradas puesto que en
cuanto la pinchan reaccionan
toe diatamente los músculos; nótese que
la contractura no cede á la fricción,
trl,
ni al imán , ni con los metales , ni
con la corriente continua.
En este periodo comienza á me-
' nudo una verdadera hiperexcitabi-
icirael lidad muscular, en virtud de la
cual el dinamómetro , desde 32-36
o. E kilogramos pasa á marcar 42-43-47
á la presión. El puño derecho marca
16 á 18 kilogramos , y el izquierdo
15 á 16. Tiene necesidad de mover-
se , de fatigarse , de trabajar á más
no poder.
Se presenta rigidez muscular con
anestesia, ó bien con hiperestesia;
tj,110
146
....7711.1,n•••••
EL HIPNOTISMO
1, , ,edig
á las horas nueve y doce , y que
cesarían aplicándole oro á la cabeza
lijo 1)11
y al epigastrio. En efecto, cayó en
(10101'.1
letargo á las doce mientras hablaba
alegre conmigo y sin pensar en su
,
•
1111'
Jril
ji,„
mal; aplicándole á la cabeza una
.(k
148 EL H1 t''NOTISMO
• •••
1,1
(11%.
error hasta que se lo avisaron otros;
y aun así y todo , muchas veces
persistía en referir al órgano espe-
cifico los estímulos sufridos en el
órgano transpuesto.
Si los autores más modernos no
tuvieron en cuenta estos fenómenos
y Hasse los llamó ilusiones , con-
siste en que, con una tendencia loa-
ble aunque excesiva , no querían
admitirse más que los hechos cien-•
tificamente explicables; pero em-
pezóse á dar asenso á la acción del
164 rL IIIPNOTISMO
magnetismo y á muchos de los re- 1105
sultados que empíricamente obtu- 51)''
vieron los magnetizadores (cata-
lepsia, hipnosis, hiperestesia) , los
cuales son ciertísimos , no obstan- alg"i
patológica.
En efecto , cuando en la natura- Y
leza se presenta algún accidente
que no guarde relación con ningún lic
110
que cuando una tal C. L. estaba en
••
POR LOMBROSO 167
10/0
n
medad. se
Pero ni aun así puede explicarse
el fenómeno de la hora precisa, á
no ser pensando en la evolución su-
cesiva de la neurosis en el tiempo,
independiente de las circunstancias
exteriores y sólo en virtud de las
condiciones orgánicas , como en la
POR C. LOMBROSO 169
n•••
11111144111....~»~~4••
•• r
transfert, como la transposición de
jrH,
4‘1.111,V
los sentidos y como la acción de los
rr,
metales) ese mismo fenómeno , tan
• •
maravilloso, que parece aproximar-
se casi al mundo suprasensible, se-
- •' ria una nueva prueba de la mate-
rialidad de lo psíquico. Sin embar-
•
go, conviene recordar que algunas
veces era inexacta la adivinación,
como, por ejemplo, cuando dijo que
,4
15451
1)11
ceri
APÉNDICE IV oos
tira r SUI
Espiritismo é hipnotismo. .9T1rlisleen
a8 , 5.11
171 EL HIPNOTISMO
mecánica, de la materia. de la i
Si una orden volitiva se transmi-
te á distancia; si la voluntad ajena hura
•
• ••n
0\)1 "
la cual , enferma de meningitis,
101
aparte de los usuales síntomas de la
dolencia, demostró una extraordi-
naria habilidad para el dibujo, tanto o\\itgs
artistica. puso
•
••
H, -) r Ir:
No se necesita ningún rnedium
para explicar todo esto ; basta la
hiperhemia, la excitación de las
células cerebrales ; hiperhemia que,
porlo demás, acaece siempre durante
las concepciones del genio, y por eso
no sólo son involuntarias, sino que
parecen como dictadas por otro
(véase Genio y locura , 4.' edición).
Es probable que alguna cosa pa-
recida suceda cuando un niño igno-
rante escribe buenos versos , etc.,
188 EL HIPNOTISMO
APÉNDICE Y
► 11 AA
el de ciar gran importancia á un
•••••
hombre que sólo era un aventurero,
con rara habilidad en la técnica y
.4
hipIx
vue
te
aui
h ez
ciu
ct
bi,
NUEVOS ESTUDIOS
ACERCA DE
r y,,
A
EL HIPNOTISMO Y LA CREDULIDAD
II
Métodos de estudio.
1.1f1;
.11p,
en que podía dudarse acerca de la
sinceridad del sujeto.
Para estudiar la naturaleza de la
imagen alucinatoria, repetimos an-
tes los experimentos hechos ya por
Feré, Binet, Reymond y Bernheim
•1`11')111‘»"
,loscopi
aproximado á su d istancia focal.
Pero (además de este método, tan ;tijetos
°tr
por lo demás mucho más difíciles
de explicar y mucho más variables ItilorIr
Irlo de e
que el hecho que se niega.
Aparte de eso, como al manifes- esP'
III ICO
.15 ¡lit11"g
riitratado
Experiencias.
(111'
'()1
gamente en las ilusiones acusadas
por el marido, y es, como veremos,
jos uno de los mejores ejemplos de la
credulidad. A ella, como á nosotros,
comunica Macchia las alucinaciones
que tiene, y habla de ellas como de
la cosa más cierta.
Nos refiere que, habiendo llevado
hace mucho tiempo una lápida al
sepulcro de su propia madre, vió á
ésta salir corno viva de la tumba y
dirigirle algunas palabras. Otra vez,
más reciente , estaba solo en casa,
cuando vinieron á verle su suegra
y un tío , ya difuntos; dice muchas
particularidades acerca de estos es-
píritus , como los llama él, acerca
de su manera de vestir y sus pala.-
bras. Ultimamente se le apareció su
suegro, de lo cual hizo gran caso y
también la mujer, pues aun cuando
ella no había visto nada, cree en
ello á pies j untillos ; tanto, que ella
misma lo contaba con plena convic--
208 EL HIPNOTISMO
POR C. LOMBROSO 209
ilusión.
•
Digamos ahora los resultados de
muchas observaciones hechas en di-
•
CREDULIDAD
, POLARIZACION
•
7:[,U
bién vestido de rojo. Adviértese
aqui cómo polarizan con mucha más
facilidad las alucinaciones psíquicas
;os
que las ópticas , pues ha cambiado :.1 „„, 1011
.1 o
la persona, pero no el color.
OBS. 5. a Se hipnotiza al indivi- 1
duo, quien al instante pasa al esta-
do somnambúlico ; se le sugiere ver
la imagen de la Virgen, y aplicando \to es, anl
el imán la sustituye la imagen del :,11sirwei
diablo. otra pi
OBS . 6. a—Se le sugiere ver un Iplicarno
diablo ; después de aplicar el imán,
se transforma en un ángel, que lue- d
go va desapareciendo espontánea- III raen
mente. Habiendo hecho la expe- "Ara quE
riencia con una caja de papel de 19, u
•
polarización de las alucinaciones
44,tri
psicosensoriales, solo con el imán,
y que por brevedad no exponemos.
:41
B). Alucinaciones puramente psíquicas,
-`1jirol
que reflejan en especial el estado emo-
cional.
roja.
C). Ilusiones y alucinaciones sensoriales
a). Alucinaciones ópticas. OBS,
.vac'iones
11
218 EL ITIPNOTIMO
~1b111~~1~1~11
. t
ja
CAMBIO Y SUPERPOSICION
DE LA PERSONALIDAD
MODO DE CONDUCIRSE
LA IMAGEN ALUCINATORIA CON LOS
MEDIOS FÍSICOS ( ÓPTICOS )
si en
OBS. 2. a Pusimos una hoja de
papel blanco , sugiriendo que era un
vidrio verde; y , según la figura he- Y el
POLARIZ ACION
• , „I N ,„
ma se hace más turbia; con el imán
es casi invisible la fotografía.
OBS. 2. f Se le hace ver por su-
gestión , en estado de vigilia , una
oca en fondo blanco : desaparece
• :»
aplicando el imán á la nuca.
OBS. 3. a En estado hipnótico
mento de trabajo.
OBS. 2. a En estado hipnótico se
pone en una mano de Ambrosio un
revólver y en la otra un ovillo de
lana : después de la sugestión , del d
OBSERVACIÓN 1. a En estado dé
vigilia se le presenta un objeto de
color de rosa: tocándole en el lsreg-
ma se convierte en rojo vivo.
OBS. 2. a Estando despierto se
le enseña un objeto rojo : se aplica
el imán en la nuca, y se vuelve
blanco.
b). Sápidas.
POLARIZ ACION
OBSERVACIÓN L a —Hipnotizado:,se
le hace ver una mujer; se aplica el
imán, y ésta se convierte en un hom-
bre barbudo.
OBS. 2. n En estado hipnótico, ce-
m'r
le hace ver el retrato de un esque-
leto; después de aplicar el imán,
conviértese en el retrato de una
hermosa niña.
OBS. 3. ft—Se le hacen ver un re-
trato de hombre y otro de mujer;
después de aplicar el imán, apare-
cen trocados los sexos.
OBS. 4. a Después de aplicar el
imán , el retrato de un hombre se
convierte en el de una niñita.
OBS. 5. a El retrato de una ninfa
pompeyana se trueca en la imagen
234 EL HIPNOTISMO
EI
de una mujer flaca y fea, aplicando
el imán.
OBs. 6. a --Con el imán , una espa- 81 in
del(
B). Sensaciones, ilusiones y alucinacio-
nes específicas.
4
POLARIZACIÓN (ESTADO HIPNÓTICO.)
10'
240 EL HIPNOTISMO
desapai
A)• Alucinaciones visuales.
en con:
OBS,
OBERVACIóN1.'--Le hicimos creer crea
que viera una cruz verde en campo jas ve
blanco , y la ve ; aproximamos el na el
imán, y desaparece aquélla.
apose
OBS. 2. a—Se sugiere de nuevo la
cosas
cruz verde, que disminuye de in- efect
-tensidad cuando se acerca el imán, misr
y desaparece poniéndolo en con .- dedc
tacto. Pi
POR C. LOMBROSO 241
do
B). Alucinaciones sápidas.
ex
,1 11:11 .
En diez observaciones variadisi-
mas, imágenes de personas , etc.,
acercando el imán disminuía la in-
tensidad; en contacto directo , ha-
cía desaparecer la alucinación.
244
wwiimys.
EL HIPNOTISMO
11° 6111
MODO DE CONDUCIRSE os un
LAS IMÁGENES ALUCINADORAS CON LOS ME-
,Istranci
DIOS (ÓPTICOS)
co
OBSERVACIÓN 1. 8 — EI). estado de
vigilia , se le manda ver una mos- CBS,
el
OBS. 2. 3- —Aplicamos un papel
blanco , como si fuera un vidrio
por verde. Entonces ve: una banda de
rojo oscurísimo , otra de amarillo
oscuro, una porción grande verde
ta(lo de color natural y una banda de
azul oscuro. Hace el siguiente tra-
en
zado: (az
am r
en
Imagen alucinatoria y modificación de
la pupila. es?
ext
Para reconocer bien el modo de 119J
conducirse la imagen alucinatoria za
con las funciones fisiológicas del
ojo , sugerirnos en un punto dado le
OBSERVACIÓN 1. a Hallándoseen
estado hipnótico Cost., se le pone
un papelito de quinina (0,30 gra-
mos) en la mano : al cabo de cinco
minutos, acusa una sensacion de
sabor amargo.
OBS. 2. a —Se le aplica un papelito
de opio (0,02 gramos): primero sien-
POR C. LOMBROSO 253
•
(;\
te calor general, después cefalea,
del y, por último, ganas de dormir.
OBS. 3. a —Se ponen, siempre en
sügelii:
la mano, dos papelitos de calome-
doro; es
lanos: á los diez minutos aparecen
ernpuhar:
dolores de vientre; á los quince
l
; ira que 1,
aumentan los dolores , se aprieta
con las manos el vientre y manifies-
il'ismo
ta necesidad de defecar. Se le deja
,
(,rca 1 á solas en la celda: observándole
por el ventanillo, se ve á Cost. re-
1,-„rsanal torcerse cada vez más como si en
dIllog, realidad estuviese bajo la acción de
un purgante enérgico. Cuando en-
tramos en la celda, nos confiesa su
urgente necesidad; se le hace que
disto le acompañen á la letrina, y regre-
sa sufriendo aún mucho por no ha-
ber podido evacuar.
Entonces se le ponen en la mano
cuatro papelitos de opio y subnitra-
to de bismuto: desaparecen los do-
lores y acusa un sabor amargo.
OBS. 4. a Se quitan los papelitos
254 EL HI PNOTISMO
dimensiones.
OBS. 5. a Se le pone en la mano
un frasquito , bien tapado , con unas lc
gotas de nitrito de amilo: no ad-
vierte ningún olor.
OBS. 6.'A 13. Se repiten las
observaciones , pero con método a
más riguroso : se preparan cuatro
sobres , conteniendo cada uno de
ellos un remedio especial en polvo;
hacemos cerrar los sobres y que
otro los contraseñe con un número;
los abrimos después de hacer todas
las observaciones , de que se tomó
nota cada vez. Se pusieron, como
antes, en la mano.
POR C. LOMBRnS0 255
lores de vientre.
Se le da el sobre 3.° , pensando
Iap.
intensamente que haya de hacerle
bien : nos mira á la cara , y después ül 'a 1 '
confiesa que se encuentra mucho úzad.o
mejor. esta(lc
Se le da un papelito de quinina, sigue
asegurándosele que no se sabe qué sima
efecto produce: recapacita un poco,
y después dice que nota un sabor
lasy
amargo. la h
Por consiguiente, creemos poder
per
deducir de estos experimentos que
los efectos notados, coincidan ó no
co'
con la verdadera acción de cada
se
uno de los remedios, no deben re-
ferirse á éstos, sino á autosugestio-
nes inconscientes.
tT mental,
POR C. LOMBROSO 25/
P OLARIZ ALCIÓN
larización. 11011
ny(
S
SOBRE LA IMAGEN ALUCINATORIA
le
A. Lentes. üel
er:
264 EL HIPNOTISMO
O*/
f)co
MODO DE CONDUCIRSE
LA IMAGEN ALUCINATORIA CON LOS MEDIOS
jo, usas.
ÓPTICOS
diferente
A). Uso de las lentes.
1 estado
r ; POR C. LOMBROSO 269
Investigóse el fenómeno de la
credulidad en 40 personas, del mo-
do antedicho : la encontramos en 12
de ellas (el 30 por 100). Pero advir-
tamos que estas investigaciones las
hicimos muchas veces ante un au-
ditorio numeroso y bullanguero (en
cátedra), lo cual era causa de gran
distracción para los individuos ex-
perimentados, quienes por eso apa-
recieron probablemente mucho más
POR C. LOMBROSO 281
r-
as
282
!•..I••n••••••••.n••.••••••••n••••••
EL HIPNnTI81510
•11
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ron c. LOMBROSO 283
IV
Deducciones.
POLARIZACIÓN
ti
soluto. ante
e5P1
la alucinación se ve en las mismas
con
condiciones que un objeto real. Dal
Pozzo (1) demostró con varios ex-
perimentos que la imagen alucina- P"
1
toria sugerida sigue las leyes de la
óptica. Binet (2) , el cual había, sin.
ale
embargo, observado con las lentes
ca
y con el prisma que la imagen alu-
cc
cinatoria se conduce como una ima-
ci
gen real, interpretó malamente (se-
gún nosotros) el fenómeno, diciendo
que se trata de un fenómeno psico-
sensorial , en el que se refiere á la
imagen sugerida, la cual se proyec-
ta al exterior, toda modificación he-
cha sufrir por medios dióptricos á k
una imagen real ; á un punto negro,
esto es, que existiría siempre como
un punto de referencia.
Esta interpretación no vale ; no
:1,stímulo
sugiere como blanco ; y,
vicever-
sa, la restricción del campo visual
kaciones
para el blanco cuando éste es suge-
medios
rido como otro color.
ella, Aqui tenemos dos hechos que los
imageu experimentadores no han puesto
hasta ahora bien de relieve; el pre-
Asi' dominio de la imagen alucinatoria,
priiiier0)
(1) Seiarannae Parisotti: Sperienze
rell a11#
.i:tb ( Boul. R. Accad. Med., Fase. v.
Roma, 1888).
e$111°'
20
306 EL HIPNOTISMO •
sen,
CREDULIDAD la (
sólo
La credulidad del hombre es infi-
nita dice Young (1)--á condición
(1) E. Young: Le sommeil normal et le
sommeil pathologique. (París, 1883).
POR C. LOMBROSO 307
ntros
9 SOpro
10 quo
de que se haga valer con habilidad.
-v-lu más
e acci ó n so, En el hombre normal y despierto
es, á veces, posible provocar alu-
lea de una
riatoria y de
cinaciones ; en esto consiste el fe-
nómeno de la credulidad que , ex-
Estos perimentado en 40 individuos , no
klytht
hipnotizables , ó , por lo menos , que
1);e isotli, la
no podían hipnotizarse , se presentó
1',';¡ uno
de los con una frecuencia del 30 por 100.
esnilta
A menudo veíamos repetirse este
fenómeno en la vida habitual.
concorlu Young , en una experiencia curio-
reultalos sísima, declaraba provocar una sen-
i,,xperimen• sación especial tocando un papel
que hacia la pamema de magneti-
zar: de 85 personas experimenta-
:1 una
das , encontró 53 que acusaban una
sensación indeterminada , 23 que
la especificaron con exactitud y
sólo nueve permanecieron indife-
rentes.
El doctor Durand, de Nueva Or-
leans, suministró una dosis de agua
azucarada á 100 personas , y un
308 EL HIPNOTISMO
el experimento. reo:
Aplicaciones médico-legales.
lal de
escrito por uno de nosotros (1) , por
Algeri (2) y por otros muchos. Pero
apa.,
en estos casos podemos persuadir-
lerol nos de que la mentira , fruto de au-
s te,
tosugestiones , es enteramente in-
15 no consciente en el estado hipnótico.
rfiu, Así , aquellos dos notables tipos de
W6. criminales ( véase casos 6.° y 7.°),
los cuales rara vez fueron interro-
1)ta y gados por nosotros acerca de sus de-
cm litos , temían tanto el propalarlos
?az que siempre procuraban no quedar-
so e se á solas nunca con el hipnotiza-
idos
dor. Así, la muchacha (caso 8.°) que
dormida no reveló sus secretos, mos-
trándose, por el contrario , trapalo-
na en tal estado , no podía disimular
un gran temor de revelarlos. Y la
ladrona (caso 12) que , aun hipnoti-
a si
de la credulidad , puesta de mani-
'laro fiesto por nuestros experimentos,
debe, pues, hacer estar en guardia
anos
contra la posibilidad de errores in-
5 7,0
conscientes é ignorantes en el testi-
per.. monio de personas fáciles de sufrir
Tes la influencia ajena (histéricas cré-
nos dulas , y niños hipnotizables) de lo
cual basta citar como ejemplo el fa-
elite moso proceso Tisla Esler, y el caso
)cer del teniente N. N. citado por Le
sI grand du Saulle.
\.as No podemos menos de señalar
el cuánto debe fijarse en estas circuns-
lltg tancia en ciertas contundentes decía
raciones de chicuelas , especialmente
en los procesos por delitos contra la
honestidad , las cuales refieren á me-
nudo con frases estereotipadas cuanto
por muchos les fué dicho, y no es
bien sabido por ellas mismas.
Además , el fenómeno de la cre-
dulidad, al mismo tiempoque hace
inaceptables y dudosos á veces los
314 Ft HIPNOTISMO
01
FIN
c,011
lotis
"Vá\lt‘
INDICE
em, 11•n
•~~ffilm•
1400
c'vrta"'
Págs.
vseeto (A
ivaage
5
EL HIPNOTISMO..• • • • ..... • )1 1A ° 111
primero.—Estudios oftalraos- toria
Apéndice 90
cópicos en los hipnotizados.... Crea&
A.péndice II.— La polarización psíqui- olari
del hip-
ca en la fase somnambúlica siete
notismo, por los doctores L. Bian- de
chi, profesor agregado de Neuropa-
G. Someter, médico de
tolo la , y Alu
primera clase en la marina real.... 94 Cr(
gran his-
Apéndice III. --Dos casos de Al
122
terismo. • • • • • • • . • • • . • • • • • • ...... • •
Apéndice IV. — Espiritismo é hipno-
.. ... 112
tismo . .. • . .. • ... ......
Apéndice V.—Acerca de la prohibición
de los espectáculos hipnópticos..... 189
Nuevos estudios acerca de el hipnotis- 195
mo y la credulidad. ...............
................ . 191
Método s de estudio. ......... 204
Expe riencias.. .....
........ 209
C redulidad.......... ..... 211
Polar ización...... ........ . .....
Cambio y superposición ............
de la persona-
220
.. •
lidad ......
la imagen aluci-
Modo de conducirs e
ÍNDICE 317
natoria con los medios físicos (ópti-
COS )• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •• •
221
Polarización.. • •••••••• • 229
Polarización 233
Polarización (estado hipnótico) 237
Polarización . 240
Modo de conducirse las imágenes ala-
% cenadoras con los medios (ópticos).. 244
P olarización.. .......... ............ 257
5 Efecto de los medios ópticos sobre la
U2 OS. imagen alucinatoria. ...... ........ 258
Modo de conducirse la imagen alucina-
90
Ni-
toria con los medios ópticos. ....... 267
Credulidad. 270
Polarización... . . . • • • 270
131/-
Síntesis de las investigaciones acerca
)a•
de la credulidad. 280
Deducciones. Polarización. ..•••••• 283
91
Alucinación. . .• • 293
lis- Credulidad.. • . • 306
luz Aplicaciones médico-legales.... ...... 310
Obras completas de Campoamor.
LA CRIMINOLOGÍA
ESTUDIO SOBRE EL DELITO
Y SOBRE LA TEORÍA DE LA REPRESIÓN
POR
R. GAROFALO
Profesor de Derecho penal en la Universi-
dad de Nápoles, Presidente del Tribunal civil
de Pisa , con un apéndice sobre «Los Térmi-
nos del problema penal », por Luís Carelli.—
Unica traducción española con multitud de
adiciones y reformas hechas por su autor , y
no comprendidas en las ediciones italianas.
Traducción por
PEDRO DORADO MONTERO
Catedrático de Derecho penal en la Universi-
dad de Salamanca,
71P0aniori
LA ESPAÑA MODERNA
(1, e1 alma
la] y "
)racia'su0I1,
REVISTA IBERO AMERICANA
..A.1NTC> "CIT
Cada número forma un grueso volumen de
más de 200 páginas , gran tamaño , á dos co-
curso
lumnas.
lite
Se divide en dos secciones: española y ex-
rari os, tranjera. La española está escrita por Ba-
rrazites, Campoamor , Cánovas , Caste-
ontiadorl,
lar, Eellegaray, Galdós, Menéndez y
Pelayo, Pardo Razan (D. a Emilia), Pa-
s,
lado Valdés, Pi y Marga'',, Thebussem
y Valera, con los que alternan, en concepto
de colaboradores, los primeros publicistas
librerías, españoles. La parte extranjera está redacta-
8 la más da por Bourget, Canta, Coppée, Cher-
bullez, Daudet, Dostoyusky, Gladstone,
Goneourt, Ittlehepin 9 Tolstoy, Turgue-
nef y Zola.
IÇJA
Precios de suscrición, pagando por ade-
lantado :
En España, seis meses, diez y siete pesetas;
un año , treinta pesetas. —En las demás nacio-
nes europeas y americanas, y en las posesio-
nes españolas , un año , cuarenta francos, en-
viando el importe á esta Administración en
letras sobre Madrid, París ó Londres.
Las suscriciones, sea cualquiera la fecha
en que se hagan, se sirven á partir de los
meses de Enero y Julio de cada año. A los que
se suscriban después , se les entregarán los
números atrasados.
Se remite un tomo de muestra gratis á
quien lo pida por escrito al Administrador de
LA ESPAÑA MODERNA , Cuesta de Santo Do-
mingo, 16, principal.
Quedan algunas colecciones de los años
1889, 90, 91 y 92 á 30 pesetas cada año en
rústica, y 40 en pasta
DERECHO ALIEMIIIIISTRATIWO
•n•••••n.~••nn•...~MIM
LA ADMINISTRACIÓN
Y LA
ORGANIZACIÓN ADMINISTRÁTIVA
en Inglaterra, Francia, Alemania y Austria
POR
J. MEYE R.
Véase, acerca de esta obra, el siguiente suelto
que ha visto la luz en El Liberal:
«Este libro, que tanta resonancia ha tenido
en las cuatro naciones de cuya administración
se ocupa, pasa por ser el mejor tratado de De-
recho administrativo publicado hasta hoy; la
traducción está hecha directamente del alemán
por el catedrático de la asignatura en la Uni-
versidad de Oviedo , Sr. Posada, quien ha agre-
gado á la obra famosa un nuevo tratado que
comprende la Administración y la organización
administrativa en España.
»Este libro, de tanto interés para los aboga-
dos y políticos, ha sido esmeradamente impreso
en buen papel, y forma un grueso volumen que
se vende á cinco pesetas en las principales
librerías.»
SEGUNDA PARTE
La Administración política y la Administración social
SEGÚN LOS PRINCIPIOS GENERALES
Y LA LEGISLACIÓN POSITIVA
POR
ADOLFO POSADA
Profesor de la Universidad de Oviedo.
Esta obra constituye el necesario comple-
mento de la de Meyer y Posada sobre Organiza- -
ción administrativa.
Notas sobre la edición digital
Nota de copyright :
3. Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de
la licencia de esta obra.
Universidad de Sevilla.
Biblioteca de la Facultad de Derecho.
Javier Villanueva Gonzalo.
jabyn@us.es