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Durante 2.000 años, los judíos han rechazado el cristianismo. ¿Por qué?
En la ley judía, el adorar a una trinidad divina es considerado idolatría, uno de los
pecados cardinales por los cuales un judío debe dar la vida antes de transgredirlo.
Esto explica por qué durante las inquisiciones y durante toda nuestra historia, los
judíos han preferido dar sus vidas antes que convertirse.
Los cristianos creen que Dios vino a la tierra tomando la forma de un hombre,
como Jesús dijo: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:30).
El judaísmo dice que el Mesías va a nacer de padres humanos, con atributos físicos
como cualquier otra persona. No va a ser un semi-dios, y no va a poseer
características sobrenaturales. De hecho, un individuo vive en cada generación con
la capacidad de tomar el papel de Mesías (ver Maimónides, Leyes de Reyes 11:3).
Una idea básica del cristianismo es que el rezo debe ser dirigido a través de un
intermediario —por ejemplo, confesar los pecados a un cura—. Jesús mismo es un
intermediario, como él mismo dijo: "Ningún hombre se acerca al Padre sino a
través mío".
El cristianismo comúnmente trata al mundo físico como algo malo que debe ser
evitado. María, la mujer cristiana más sagrada es retratada como una virgen. Entre
los curas y las monjas son célibes. Los monasterios están en lugares remotos y
alejados.
Por el contrario, el judaísmo cree que Dios creó el mundo físico para nuestro
beneficio, no para frustrarnos. La espiritualidad judía se obtiene mediante la
utilización del mundo físico de manera tal que lo eleva. Las relaciones íntimas en un
contexto adecuado es uno de los actos más sagrados que una persona puede
realizar.
El Talmud dice que si una persona tiene la oportunidad de probar una fruta nueva
y se rehúsa a hacerlo, tendrá que rendir cuentas de ello en el mundo venidero.
Asimismo, las escuelas rabínicas judías enseñan cómo actuar correctamente en el
ámbito comercial. Los judíos no se retiran de la vida, la elevan.
Jesús no fue un profeta. La profecía sólo puede existir cuando la tierra está
habitada por una mayoría de judíos. Durante el tiempo de Ezrá (C. año 300 a.e.c.) la
mayoría de los judíos se rehusaron a desplazarse de Babilonia hacia Israel, por
ende la profecía terminó con la muerte de los últimos profetas: Jagai, Zacarías y
Malají.
Descendiente de David
El Mesías debe ser descendiente del rey David por el lado paterno (Ver Génesis
49:10 e Isaías 11:1). De acuerdo al cristianismo que dice que Jesús fue producto del
nacimiento de una virgen, él no tuvo un padre, y por ende no pudo haber tenido la
posibilidad de cumplir la profecía mesiánica de ser descendiente del rey David por
el lado paterno.
Observancia de la Torá
El Mesías va hacer que el pueblo judío cumpla con todas las leyes de la Torá. La
Torá plantea que todas las mitzvot permanecerán obligatorias para siempre y que
cualquiera que venga a cambiar la Torá es inmediatamente identificado como un
falso profeta (Deuteronomio 13; 1-4).
A lo largo del nuevo testamento Jesús contradice a la Torá y dice que seis
mandamientos ya no son aplicables (Juan 1:45 y 9:16, Hechos 3:22 y 7:37).
La idea cristiana de que una virgen dio a luz ha derivado de un versículo en Isaías
que describe a una "almá" dando a luz. La palabra hebrea "almá" siempre ha
significado "una mujer joven", pero los teólogos cristianos vinieron siglos después
a traducirla como "virgen". Esto está de acuerdo con la idea pagana de que los
mortales son absorbidos por dioses.
Crucifixión
El versículo en Salmos 22:17 dice: "Como un león ellos están en mis manos y pies".
La palabra hebrea ke-arí (como un león) es gramaticalmente similar a la palabra
"clavado". Sin embargo, el cristianismo lee el versículo como una referencia a la
crucifixión: "Ellos perforaron mis manos y pies".
Los cristianos declaran que en el libro de Isaías, capítulo 53, el texto se refiere a
Jesús. Pero en realidad, el profeta Isaías en el capítulo 53 de su libro continúa
directamente el tema del capítulo 52 describiendo el exilio y la redención del
pueblo judío. Las profecías están escritas en el singular puesto que los judíos
("Israel") son considerados como una unidad. La Torá está llena de ejemplos del
pueblo judío considerado con un pronombre singular.
El judaísmo, único entre la mayoría de las religiones principales del mundo, no basa
sus creencias en "declaraciones de milagros" para establecer su religión. De hecho
la Biblia dice que Dios algunas veces garantiza el poder de hacer "milagros" a los
charlatanes, para poder probar la lealtad de los judíos hacia la Torá.
(Deuteronomio. 13:4).
Los judíos no creyeron en Moshé, nuestro maestro, por los milagros que realizó.
Cuando la creencia de una persona está basada en ver milagros, tiene dudas
persistentes, porque es posible que los milagros fueran hechos a través de la
magia o la brujería. Todos los milagros realizados por Moshé en el desierto
ocurrieron porque fueron necesarios, y no como prueba de su profecía.
Judíos y gentiles
Los judíos nunca han buscado convertir a la gente, puesto que la Torá prescribe un
camino adecuado para los gentiles, llamado las "Siete leyes de Noaj". Maimónides
explica que cualquier ser humano, que con fe observa estas leyes morales básicas,
gana un lugar propio en el cielo.
Trayendo al Mesías
Maimónides declara que la popularidad del cristianismo (y del Islam) es parte del
plan de Dios de extender las ideas de la Torá a todo el mundo. Esto mueve a la
sociedad hacia un estado perfecto de moralidad, y hacia una mayor comprensión
de Dios. Todo esto en preparación para la era mesiánica.