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Este trabajo se inscribe en el marco del Proyecto del CIUNT H/ 621 Culturas juveniles,
ciudadanía y medios digitales en la Universidad cuyo objetivo es relevar, sistematizar y
problematizar los modos de adscripción identitaria de jóvenes estudiantes de la Facultad de
Filosofía y Letras, examinando los relatos y símbolos culturales que emergen en los intercambios
discursivos de los estudiantes.
Bueno, a partir de esto nosotros nos preguntamos ¿cuáles son los modos de inscripción
identitarios de los jóvenes estudiantes universitarios?¿Cómo se articulan sus microuniversos
simbólicos con los procesos globales?¿Cómo incorporan los sentidos culturales objetivados en
instituciones, discursos, y cómo sus prácticas revelan la tensión entre tradición y cambio social?
¿qué entienden por política los jóvenes universitarios? Y ¿Cuáles serian los medios digitales con
que se expresan políticamente fuera y dentro del contexto académico?
Desde esta perspectiva, el objetivo de este trabajo es dar cuenta de una articulación
teórica que muestre las indagaciones bibliográficas llevadas a cabo a fin de determinar las
relaciones posibles entre participación política, culturas juveniles y medios digitales en el ámbito
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Canción de Fito Paez, Vengo a ofrecer mi corazón.
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universitario. Ilustraremos la consistencia de tal articulación con el análisis del caso de La Toma,
revuelta estudiantil ocurrida en el ámbito de la facultad de Filosofía y Letras en el año 2013
Y..¿qué papel juegan los jóvenes en esta ciudadanía así descripta, abierta a la diferencia,
que reconoce sus lugares locales pero que se expanden al planeta? Para J, Martín Barbero,
quien desarrolla la idea de una ciudadanía con raíces móviles (raíces que caminan) “la
ciudadanía de la gente joven es mucho más posible que la de los viejos. Los viejos
nacieron en un país de raíces profundas, inmóviles, eternas”. En cambio, - define-“ hoy
ser ciudadano tiene que ver con pertenecer a un lugar, pero la ciudad está atravesada por
flujos por lo que ser ciudadano es un arraigo pero a la vez te conecta al mundo” ( 2017,
p.184)
Por otro lado, Pedro Nuñez (2010, 49) especialista argentino en la cultura política juvenil
en la Argentina señala que “en lugar de un escenario compuesto de actores apáticos
contamos con múltiples canales de denuncia expresados en modosde activismo cívico
que difieren en cuanto a sus reclamos, pero que en muchos casos comparten los métodos
utilizados. Efectivamente, los partidos políticos ante la complejidad y heterogeneidad del
conjunto a ser representado, ya no son los canales principales a través de los cuales se
constituyen las identidades políticas. Las narrativas idenitarias juveniles recurren a otros
componentes para construir sus esquemas de intervención pública; son otras pues las
coordenadas donde los jóvenes aprenden los significados dehacer política "
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Años después el autor señala (Nuñez (2017,p106) que las protestas estudiantiles muestran
algunas diferencias en los modos de involucramiento político de las actuales generaciones con
respecto a las anteriores. Probablemente, -agrega- la deslegitimación de la violencia sea su
mayor contraste, aunque también es posible apreciar mutaciones en dos aspectos concatenados:
por un lado cierto desplazamiento de la figura del ciudadano “cliente” propia de algunos
fenómenos de los años noventa (Svampa, 2005) hacia la demanda de derechos; por otro, sus
acciones resignifican la noción de seguridad y, a través de esta operación, instalan en la agenda
de discusión otros temas que difieren de los significados más comunes vinculados a la ola de
inseguridad delictiva o a la defensa contra los abusos policiales, como ocurrió en épocas pasadas
(Núñez, 2010).
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El movimiento YoSoy132 fue un movimiento ciudadano inicia el 15 de mayo de 2012 en conformado
en su mayoría por estudiantes de educación superior, tanto de instituciones públicas como privadas,
residentes en México, así como residentes y simpatizantes en más de 50 ciudades del Mundo
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Deslindada de esta manera la problemática, nuestro objetivo ahora será examinar una
propuesta teórica que articule las nociones de ciudadanía cultural y acción digital en tanto
parte de un sistema de relaciones que interviene en el funcionamieniento social de su contexto
local y prácticas políticas protagonizadas por movimientos juveniles.
Marcos
Reguillo nos propone explicar las insurrecciones juveniles desde tres dimensiones
centrales que configuran, construyen y sostienen a las subjetividades insurrectas en el espacio-
red: el espacio público expandido, la acción conectiva y la producción de presencia.
El espacio público expandido tiene que ver con los impactos de la globalización en la
sociedad ocurridos a partir de la velocidad, ubicuidad e inmediatez en los discursos e imágenes
que acercaron culturas entre sí, emerge una esfera globalizada y multiescala del espacio público.
En esta esfera se produce un quiebre a cargo principalmente de jóvenes de los espacios de
habla tradicionales y dominantes como centros únicos de discursos legítimos.
El espacio público expandido se vincula estrechamente a lo que Javier Toret denomina
acontecimiento aumentado, es decir, en palabras de Reguillo hay un acontecimiento
hiperconectado y disruptivo: el movimiento de protesta que:
- revela en acto los saberes e imaginarios de fondo de una sociedad,
- que genera su propio espacio publico,
- desordena las categorías que orientan la vida cotidiana.
Todo ello hace posible que surja un pensamiento reflexivo en el que suspenden los juicios
y se ponen en parentesis las doxas.
( La Toma) Podemos enmarcarlo en los largos años de lucha estudiantil, en las históricas
tomas del 2003 y 2005, incluso en el hecho de que el movimiento de estudiantes que hoy
trabaja por la toma mañana se disolverá como cualquier movimiento ante la inminencia de
una medida, y así el río pasa y pasa y siempre volvemos al mismo lugar: una cotidianeidad
mezquina de la universidad, pedidos que parecen muy lejanos pero que se solicitan con
mucha efusión, la dolorosa inercia de entrar y salir de clases con la tristeza de pertenecer
a una institución que, como un secreto a voces, nos divide y nos aliena en el día a día
mediante una infinidad de mecanismos Sin embargo, algo ha pasado estos días. Por
ejemplo, nos hemos encontrado con estudiantes que no
conocíamos, nos miramos las caras, hemos dialogado. Sucesivos intercambios han
construido algo que todavía no sabemos bien qué es, pero que no lo vamos a soltar”
Hay una reinvención del espacio que solo es posible cuando la potencia destituyente logra
remontar lo dado y se abre lo posible, operandose una revitalización de los lugares a través de
prácticas disruptivas que lo convierten enlugar de encuentro y conversación colectiva, de alegría
que trae descubrirse en otros y otras que ademas de amplificar el malestar, potencian la
posibilidad de otro mundo (Reguillo, 2017, p. 75).
En la Toma, afirma Paez de la Torre (2014) que los textos, las imágenes y videos que se colgaron
en el blog, muestran que durante casi dos meses el sitio se transformó en un ágora (Feixa, 2013):
las decisiones se tomaron mediante la asamblea estudiantil soberana, los alumnos participaron
y se hicieron responsables de la protesta integrando las comisiones de seguridad, limpieza,
prensa y además se encargaron de la autogestión del comedor en el caso de Filosofía y Letras.
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Citado en Paez de la Torre (2014, p.28).
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Se advierte así en las prácticas de estos repertorios un uso del espacio glocal en lugar de un
espacio global, el paso de un tiempo virtual a un tiempo viral, de un nomadismo al traslocalismo
y de la red al rizoma4.
Un aspecto que Reguillo poco trabaja es el uso del cuerpo en estos paisajes insurrectos. P.
Nuñez refiere estudios al respecto que brindan elementos para un análisis sobre el tema. Por un
lado, en estas prácticas disruptivas parecería tener lugar lo que Pablo Vommaro (2007) denomina
política con el cuerpo o política de cuerpo presente, alejada de la representación y de la
delegación de modo tal que anuda lo social y lo político, cuestionando implícitamente la distinción
establecida por las lecturas más liberales y republicanas. Por otro lado, es necesario, junto a
Laura Kropff (2007), discutir la práctica supuestamente alternativa de poner el cuerpo, para
señalar que en realidad actualiza dimensiones épicas de concepciones hegemónicas en torno al
sacrificio personal como práctica política de compromiso con el otro. La presencia, el poner el
cuerpo, que aparecería como práctica novedosa, conju-ga sentidos clásicos y novedosos, pero
instala la “épica del sacrificio” como uno de los repertorios de acciones más legítimos –y más
valorados– por los actores intervinientes, aunque ciertamente poco contribuye a interpelar a otros
jóvenes que se muestran renuentes a participar siguiendo estas lógicas. La militancia no es vivida
con alegría sino que posee connotaciones trágicas que involucran simbólicamente el sacrificio
del cuerpo, imagen de heroicidad para los adultos, pero no siempre atractiva para quienes no
inscriben sus narrativas identitarias en las provistas por las generaciones precedentes
.
El segundo aspecto formulado por Reguillo tiene que ver con un trabajo de la
imaginación, acción conectiva y heterogeneidad.
El trabajo de la imaginación tiene que ver con lo la posibilidad de crear con otros y otras
, de experimentar y compartir deseos, gustaciones. En este sentido los estudiantes de nuestro
ejemplo diseñaron creativamente una organización para atender a múltiples actividades que se
propusieron desplegar. Un medio tradicional describe la dinámica del siguiente modo:
“A pesar de los innumerables cuestionamientos, los estudiantes lograron una
organización interna de su denominada "micro-sociedad". Funcionaron en comisiones, que se
dividieron, prioritariamente, en: Finanzas, Cocina, Limpieza, Seguridad, Cultura y Educación
Popular, y Prensa y Difusión. Se formaron luego de la primera asamblea bajo la necesidad de
garantizar la permanencia de la toma, ocupándose por seguridad de la restricción de la entrada
bajo su criterio; administrando el fondo común producto de las donaciones; organizando talleres,
cátedras abiertas, grupos de estudio; debates y ciclos de cine; y encargándose de la difusión de
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Recordemos que un rizoma es un modelo descriptivo o epistemológico en el que la organización de los
elementos no sigue líneas de subordinación jerárquica —con una base o raíz dando origen a múltiples
ramas, sino que cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro (Deleuze & Guattari 1972,
p.13).
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Por otro lado, la noción de acción conectiva nombra una zona en la que la participación
y la comunicación dejan de estar vinculadas a las instituciones y los organismos de mediación,
como partidos, sindicatos, centrales, para desplazarse a lo que Bennett y Segerberg, denominan
acción conectiva facilitada por las multitudes. Se desestabiliza la idea de lo local como lienzo
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inerte. La acción conectiva se vincula con la idea de litigio, que es la disputa entre las partes y
que deja entrever fácilmente el malestar colectivo. Reguillo identifica en los movimientos juveniles
con los que trabaja repertorios específicos de la acción conectiva: Streaming, memética, el
micrófono humano (el que habla reproduce con el propio cuerpo y la voz el discurso del otro) y
el Hashtag. De los repertorios mencionados verificamos en el movimiento de la Toma el uso del
hashtag:
.
En los tuits como en los memes se advierten el consenso y el desacuerdo tal como lo
plantea Reguillo emergiendo un conjunto de referentes que señalan el carácter transgresor y
rebelde de jóvenes “inherentemente” transformadores de la realidad. Por otro lado, otro grupo
de tuits dan cuenta de un cúmulo de críticas a través de los cuales se los calificaba de “vagos”
que harían mejor en interesar-se solo por estudiar sin plantear reclamos “políticos”.
Otros de los procedimientos específicos que emplearon los jóvenes es el uso de los
memes. En los ejemplos abajo citados aparecen memes creados por parte de un grupo de
estudiantes que estaban en desacuerdo con la Toma. Este grupo contaba también con su propia
página y un grupo de Facebook, a través de los cuales circulaban la información de las
asambleas. Las memes satirizaron y deslegitimaron la lucha estudiantil de la Toma, a través de
imágenes y textos que condensaron, simplificaron, mezclaron y resaltaron- en un tono casi s
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Conclusiones
Desde la perspectiva de interrogar qué entienden por política los jóvenes universitarios y cuáles
serían los medios digitales con los que se expresan en esos términos, el objetivo del presente
trabajo buscó dar cuenta de una articulación teórica. Una articulación tal realizada a partir de
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indagaciones bibliográficas que exploren las posibles relaciones entre participación política,
culturas juveniles y medios digitales en el ámbito universitario.
La consistencia de la articulación teórica se ha construido en diálogo con el caso de La toma de
la UNT del 2013, y la noción de participación política de los jóvenes nos ha permitido entender
que dicha participación recoge la multidimensionalidad y complejidad identitaria social
contemporánea. Por lo que esta participación política se amplía hacia la participación ciudadana,
comprendida culturalmente.
El caso analizado como ejemplo muestra una re-significación de la noción de seguridad. Si bien
uno de los hechos que propiciaron la Toma, atañe a tal cuestión, las acciones y las agendas de
debate y producción se diversificaron y complejizaron. La noción de subjetividades insurrectas,
como aquellas que lograron colectivizarse y configuraron una organizada disputa de la palabra,
da cuenta del proceso llevado adelante en la Toma.
Así, un espacio público expandido que propicia la emergencia, junto con otros factores de la
globalización, de una esfera multi-escala del mismo espacio público. Esta noción se vincula con
el acontecimiento hiperconectado y disruptivo, que entre otros aspectos, genera su propio
espacio público. Fenómenos sociales históricos e insurrectos como el ocurrido en Agosto del
2013, creemos que son ejemplos válidos de estos conceptos. Y sus agentes han podido nombrar
en colectivo los malestares, haciendo presencia a través de la multitud. Movimiento insurrecto
frente a los aparatos mediáticos masivos, frente a los discursos circundantes, frente a las
prácticas políticas y educativas tradicionales. Movimiento cuya presencia multi-escala de sus
prácticas digitales y culturales, crea una necesaria configuración rizomática no jerárquica (al
menos, durante determinantes períodos de tiempo).
Además, hemos destacado que la producción de presencia y el espacio público expandido
articula tres elementos vitales para las nuevas insurgencias marcados por Reguillo: la calle, la
red y los medios de comunicación convencionales. Pues bien, esto conlleva una práctica de
imaginación en un contexto de heterogeneidad social y cultural. Durante La Toma el desafío
transitó también por llevar adelante una acción conectiva vinculada con la idea de litigio, que es
la disputa entre las partes y que dejó entrever el malestar colectivo. Es necesario en este punto
destacar nuevamente que en la Toma, las marchas en la calle y cortes de calles y rutas, las
manifestaciones ante instituciones provinciales y nacionales, las múltilples actividades de
encuentro llevadas a cabo en el espacio físico de las 5 facultades, se retroalimentaron con las
actividades de facebook, blog y twitter.
Construida de este modo la articulación que nos hemos propuesto abordar, cabe ahora hacer
mención sobre algunas sucintas reflexiones. En primer lugar, sobre la “vacancia” entre los
autores trabajados respecto de un tratamiento en torno a los cuerpos que transitan estos
procesos. Y las transformaciones integrales que los afectan por el hecho de participar. En
segundo lugar, nos preguntamos: ¿es la figura del militante de trayectoria, una figura única para
pensar el sujeto que en estos procesos se forma? O quizá podamos comprender procesos de
auto-descubrimiento ciudadano y político durante hechos como La Toma. En tercer lugar, nos
preguntamos acerca de las proyecciones a nivel individual y colectivo de los sujetos que
participaron en La Toma, lo que sin duda representa todavía un trabajo para futuras
investigaciones. En cuarto lugar, sobre lo simbólico y la conciencia política expresada en la
participación política acontecida (orgánicamente y auto convocada). Y en quinto lugar, nos
preguntamos sobre la materialidad producida en el proceso de La Toma. Lo que nos mueve a
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Referencias Bibliográficas