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III.

El plan perfecto

Vicente despertó a eso de las 10 de mañana por el sonido del claxon de


Eduardo y Uziel que lo esperaban ya a fuera de su casa para que les dieran
una tarjeta telefónica con la cual hablarías a los abuelos de Vicente para avisar
del supuesto secuestro del padre, madre y hermana de Vicente, para pedir una
suma de 200 mil dólares que era lo que cubría el seguro. Eduardo y Uziel
sentían que era su deber ayudar a Vicente pese al mal carácter y la forma
déspota en que los trataba, ellos no entendían como los habían podido
convencer de ayudar en el crimen, pero Vicente sabía que era porque sus
amigos siempre buscaban agradarle sin él si quiera hacer un esfuerzo.

El perfil de criminal de Vicente no era claro, venía de una familia completa


que para ese entonces era algo de privilegiados, estudiaba el bachillerato y las
personas que lo conocían lo podían describir con su mala conducta, pero aun
así era considerado aun adolescente “normal” y tranquilo por lo cual él creía
nadie sospecharía de él ante el homicidio de sus padres y hermana menor.

Todo comenzó cuando Vicente aún en casa, una semana antes de lo


ocurrido, vio que llegó al taller de su padre unos hombres armados que
después de un rato de discutir se llevaron algunos vehículos y se marcharon,
eso lo hizo pensar en que su padre tenía muchos enemigos y si lo mataba
creerían que había sido alguno. Días después en el receso de su escuela le
comentó a su amigo Eduardo del plan que tenía en mente y del cual su amigo
creía que era una broma, dejaron de hablar unas semanas del tema para luego
hablar a diario y andar por las calles buscando un arma para el homicidio, sin
éxito, Vicente fue con un ex compañero que apenas recordaba y fue quien le
rentó el arma, la escondió entre su pantalón y ya en camino con su amigo
Eduardo fueron a recoger a Uziel quien no tenía idea del plan. Después de
cometer el crimen y que el día pasó Eduardo fue con sus abuelos a decirles
que sus padres y hermana no aparecían desde la noche anterior en que habían
salido al cine a las 11 de la noche, lo cual no les pareció coherente. La policía
identifico a uno de ellos y dieron el reporte a la policía donde la familia de
Vicente ya había dado reporte de desaparición. Eduardo y Uziel estaban
tranquilos pues pensaban ellos saldrían inocentes del caso al haber sido idea
de Vicente, aun después de una llamada en la que Vicente les había dicho que
ya lo habían “agarrado” y que los iba a “torcer” a ellos también. La policía ya los
esperaba y a Vicente sus tíos y primos ya lo habían llevado a la judicial pues
sospechaban de él, y al momento de dar la declaración después de una serie
de preguntas que lo habían puesto nervioso y al percatarse que no le creían
nada de lo que decía, no le quedó otra opción que confesar que él había sido el
autor del crimen en contra de sus padres y hermana.

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