Está en la página 1de 9

LA DULCE NANA

Los niños juegan con desorden en aquel cuarto espacioso y afable, hace solo un momento su
madre les ha apagado el televisor y les ha ordenado acostarse, sin embargo, Nelson y Susana han
hecho caso omiso a las exigencias de su madre.

Sus gritos y berrinches son escuchados por Henry y Sara sus padres, quienes no acatan tanta
desobediencia de un tiempo para acá.

-He consultado con el psicólogo y me dice que estas son etapas que pronto se corregirán al
superarlas que es solo cuestión de tiempo y de mucha paciencia, agregó, es más, me aconsejo
sacarlos del jardín infantil y dejarlos al cuidado de una institutriz en su propio hogar, así estarán
más relajados y se adaptarían un poco más a esta nueva casa, hay una agencia que ya me está
asesorando, no te parece conveniente hacerlo...? -. Comenta Sara a su esposo, quien luego de
meditarlo aprueba la resolución de su esposa, sus brazos se extiende para abrazarla y cobijarla
amorosamente, con su cuerpo atlético y varonil.

Al otro día muy de mañana el despertador los saca con su repicar del mundo de los sueños y hace
incorporar con rapidez del lecho nupcial a Henry, son las seis y apenas cuenta con tiempo para una
ducha y un café caliente con huevos y tostadas que Sara se encarga con presura de preparar en la
cocina. El baño al igual que el desayuno son cortos, Henry ya listo da un largo beso a su esposa y se
despide con la mano de los dos pequeños que bajan por la escalera con parsimonia.

-chao papa, balbucea Susana, mientras Nelson en un gesto grosero baja sus pantalones y muestra
el trasero a su papa meneando mientras dice con una sonrisa irónica y desconcertante.

-Adiós, papa, dile adiós a mis pompas-. Henry tratando de no perder el control da otro beso a Sara
mientras le dice al oído, -suerte con los chicos, espero que la agencia te ayude a encontrar una
buena Nana-.

Henry se despide nuevamente de los niños y se apresta a bajar al sótano donde está su automóvil,
abre la puerta del garaje y se ubica en su confortable auto, da encendido al motor y sale
presuroso, su masera ti azul se desliza raudo devorando asfalto en dirección al centro de la ciudad.

Entre tanto Sara vacía el contenido de cereal en los tazones de Susana y Nelson, mientras agrega
la leche les dice pacientemente: - Hoy no irán al jardín, papa y mama han decidido buscar una
nana la cual cuidara de ustedes mientras les educa, así estarán más descansados y se habituaran
un poco más a esta nueva casa ya que es poco el tiempo que permanecen aquí. Nosotros nos
encargaremos de hablar con sus maestros-. Nelson forma una pataleta aludiendo que no quiere
estar en casa, Susana en cambio se porta dócil y acata lo establecido por sus padres.

Sara permanece con los niños hasta que recibe una llamada de la agencia donde le dicen que va en
camino una institutriz muy bien recomendada, - Su nombre es Eliot Villareal, posee muy buenas
referencias, afirma la directora de la agencia a Sara quien baja la cabeza y limpia una lagrima que
se desprende inquieta de sus ojos azules, mientras le dice. - Yo solo exijo un requisito y es que
realmente ame a los niños.- Sara luego de hablar con la directora sube a la habitación de los
niños, donde permanecen la mayor parte del tiempo, al abrir la puerta advierte un olor fétido a
materia fecal y asombrada descubre que Nelson y Susana han defecado sobre la alfombra como si
fuesen animales. Sara corre presurosa al cuarto donde guarda los utensilios de aseo y rauda limpia
los excrementos, luego de asear a los niños les llama la atención con dureza.

-Lo que han hecho es de muy mala educación y deben recibir un castigo por este acto tan
bochornoso. -Quiero también hacer pipí-, contesta Nelson con risa satírica y enigmática a su
madre quien decide castigarles enérgicamente. Luego del castigo Sara se extraña en gran manera
de que ninguno de los dos ha llorado, como si no hubieran sentido dolor físico alguno en sus
cuerpos. Son cerca de las cuatro de la tarde cuando el timbre de la puerta irrumpe con su repicar
en la casa, Sara verifica por el ojo mágico de la puerta de quien se trata y advierte la figura de una
mujer de baja estatura y de contextura física delgada, cabello escaso y canoso quien lleva una
maleta en cada mano, dentro de si piensa que ha de tratarse de la institutriz enviada de la agencia
y entreabre la puerta, la mujer advierte la presencia de Sara y le sonríe cortes mente. Una vez la
puerta es abierta totalmente, la mujer descarga una de sus maletas y alarga su huesuda mano a
modo de saludo, Sara a su vez le corresponde y ambas estrechan sus manos, Sara le invita a seguir
con la mirada y la mujer recogiendo sus maletas avanza con paso firme hacia el salón sin dejar de
observar a su anfitriona, una vez en la sala Sara le insinúa sentarse, la diminuta mujer se acomoda
lentamente en una poltrona, dejando el equipaje a su estrado derecho, tose levemente mientras
agradece por la atención, Sara rompiendo el silencio lacónico pregunta. - ¿me dice la directora de
la agencia que usted posee muy buenas referencias, es verdad?- la mujer sin dudar responde, - Si
señora, es cierto, helas aquí-. La mujer se agacha un poco para abrir una de sus maletas de donde
extrae una carpeta la cual entrega a Sara quien sin titubear se dispone a mirar su contenido, al
observar las referencias le llama la atención el ver una con el membrete de la embajada japonesa
donde el propio embajador da buena fe de los servicios de la señora villa real.

Sara luego de observar minuciosamente cada una de las cartas de recomendación mueve su
cabeza en forma afirmativa como aprobando a su nueva empleada, empero le dice a la mujer que
espere unos minutos en el salón, mientras ella asciende a su cuarto donde se dispone a verificar
telefónicamente las referencias. Luego de confirmarlas un suspiro de alivio sale de su pecho. Un
hondo sentimiento sin embargo se apodera de ella, dentro de si piensa en los pequeños, se siente
culpable, como si los fuese a dejar desamparados o algo similar. Luego de controlar sus
sentimientos baja donde está la señora Elio y desde la escalera la invita a subir. -Señora Villareal,
puede acompañarme-, Ante la invitación la mujer se incorpora con premura, toma sus maletas y
asciende por la ambigua escalera, tras de Sara quien la espera en el pasillo. -Quiero enseñarle su
habitación y que por favor se instale, espero que sea de su completo agrado- le dice Sara a Elio
mientras le enseña un cuarto que queda al final del pasillo, una puerta espaciosa y antigua les
espera, Sara se dispone a abrirla con una de las llaves que cuelga de un viejo llavero que sostiene
entre sus manos, una llave antigua como la cerradura de la puerta se encarga de abrir la
habitación. Elio sigue tímidamente, en el interior advierte un olor a humedad, Sara notando el
gesto de su huésped se anticipa a decir a modo de disculpa. -Oh, este cuarto ha estado cerrado
por más de dos meses, desde que nos entregaron la casa, nos dijeron que aquí mismo estuvo
alojada la institutriz de la familia Pantano, los antiguos propietarios, solo se ha abierto una sola
vez, por lo tanto el olor a moho es insoportable-. Elio hace un gesto comprensible a Sara, luego se
dedica a observar con minucia el cuarto, la habitación es un tanto oscura pese a que una lámpara
que cuelga en el centro del techo emite una luz apreciable.

Unos muebles antiguos adornan el mismo, un baúl, un sillón, una cama, dos mesas de noche y
cuadros de aves y gatos que llaman en especial la atención de la institutriz complementan la
decoración del aposento. Una vez Sara sale, Elio se tumba sobre el lecho, nota que el tendido esta
impecable y que solo hay algo de polvo sobre el baúl, lo demás parece haber sido aseado, sin
embargo hay algo que inquieta a la anciana y que le produce escalofríos sin motivo aparente,
medita unos segundos y se dispone a acomodar su ropa en el viejo baúl luego de espolvorearlo.

Sara luego de dejar a Elio acomodada desciende a buscar a los niños invitándolos a conocer a su
nueva nana. Nelson y Susana siguen a su madre, Sara les pide que esperen en la sala mientras ella
sube a llamar a la señora Villareal, al momento las dos descienden por la espaciosa escalera y se
encuentran con los dos infantes que permanecen sentados en la sala. Nelson toma una actitud
extraña y osca, Susana se limita a mirar fijamente a Elio a los ojos. Sara rompe el silencio diciendo:
- Ella es su nueva nana, su nombre es Elio Villareal, deben respetarla y obedecerla-.

Elio avanza con paso firme hacia los niños, una vez en frente alarga su brazo y coloca su mano
huesa en la cabeza de Susana quien la esquiva corriéndose hacia atrás, sus ojos se posan entonces
en Nelson quien también la evade despectivamente. -Hola niños, espero que nos llevemos bien-.
Dice, mientras dispara una sonrisa un tanto forzada a Sara.

Han pasado diez días desde que la nueva Nana se ha instalado en la residencia, días en los cuales
los chicos han demostrado hostilidad y repelencia a sus cuidados, sin embargo la dulce Elio como
la bautizo Henry desde que la conoció persiste en ganarse el cariño de los niños. Una noche en que
todos se hallaban durmiendo y Elio meditaba en su habitación ocurrió algo salido de lo común en
casa de los Gardner, hacia un frio desapacible y una tensa neblina cubría los jardines de aquella
mansión espaciosa, Elio de repente advirtió un sonido extraño proveniente del Sótano, sus nervios
comenzaban a agobiarla, empero decidió armarse de valor e investigar de que se trataba, bajo
lentamente por la escalera, alumbrándose con una lámpara de aceite, dentro de si pensaba que
podría tratarse de ratas o algo similar, así que se armó de un garrote y se dispuso a abrir la puerta,
su sorpresa fue inmensa cuando un gigantesco gato negro salió corriendo despavorido entre sus
piernas, salía del sótano estaba medroso al verla, cual si temiera su presencia, Elio impactada se
echó hacia atrás mientras exclamaba, - oh, preciosa sangre de Cristo, cúbreme.

Su nerviosismo le impidió continuar descendiendo, tan solo se limitó a cerrar el cuarto y subir a su
habitación, buscar refugio en su cama y meditar en lo sucedido.

Al otro día muy de mañana Sara le inquirió acerca de ciertos ruidos que creyó escuchar esa noche,
Elio solo se limitó a decir que se había tratado de un gato hambriento que se había colado por una
ventana, Sara quedo satisfecha con la respuesta de la institutriz y no se volvió a mencionar el
asunto, pero Elio duro varias noches soñando con aquellos ojos fulgurantes y rojizos de aquel
extraño felino, soñaba que aquella criatura la observaba con odio y que le quería causar daño,
pero que había algo que se lo impedía y ante lo cual sentía temor; Sus pesadillas se iban
acrecentando y se convertían en desesperantes, varias inquietudes comenzaron entonces a invadir
su mente.

en esos días la familia en general se siente presionada, esa intranquilidad y desasosiego se ve


reflejada en la cara abotagada de Sara, Henry una vez se levantó a media noche y la encontró
sentada en la escalera con su cara entre las piernas sollozando y preocupado se sentó a su lado
mientras la estrecha entre sus brazos, Trata de darle ánimo, pero ella reacciona con algo de ira y
aparta sus brazos de ella mientras le dice a Henry, -Elio también ha tenido estas experiencias, ella
también vio ese felino en noches anteriores y realmente no le hemos tomado la importancia que
se merece, nuestros hijos están siendo afectados, y tú solo sales a trabajar vuelves en la noche
pero no hemos hecho nada, nada-. Henry vuelve a abrazarla mientras en medio de sollozos le dice:
- Sara, en realidad no sabía que nuestra Elio también ha tenido estas vivencias espantosas,
perdóname, debemos hacer algo cuanto antes y esto te lo prometo. - Sara se incorpora mientras
le dice a su esposo, - ya es momento, Henry, ya es momento, ella también ha tenido esas
pesadillas, esas mismas que tuvimos recién ocupamos esta casa y es esa relación de hechos
inverosímiles que nos han venido ocurriendo los que me tienen preocupada, hechos nada
comunes, que nos están enloqueciendo, hechos ante los cuales Robert mi hermano sacerdote,
incluso tuvo la intención de practicar un exorcismo y por hechos inexplicables nunca pudo
realizarlo, pues ocho días antes de querer practicarlo murió en extrañas circunstancias, realmente
estoy desesperada amor-. Henry comienza a pasearse con nerviosismo de un sitio a otro, tomando
su barbilla, recuerda el incidente en que perdió la vida Robert, su muerte fue tan extraña y
violenta que nunca logro comprenderla.
- Tu hermano Robert estaba indagando acerca de la familia que nos vendió esta casa cuando
ocurrió su accidente, bueno, accidente u homicidio, realmente no sé, pues la policía lo encontró
degollado en el parque zoológico a la media noche atacado por un felino, fue la versión oficial,
pero nunca se reportó otro ataque a más personas, ni se hallaron celdas abiertas, créeme que
jamás creí en esta versión y tengo que confesarte algo que sé que te va a reanimar, todas estas
investigaciones que Robert comenzó, yo, sin que tú lo supieras decidí continuarlas, pues nunca
creí en el ataque del tigre ni nada de eso, como tampoco creí en ratas o lechuzas en esta casa,
veras, después de su muerte comencé a indagar acerca de la familia Pantano y descubrí que eran
descendientes de gitanos y además, óyeme bien, practicantes de ocultismo y satanismo, y si
rendían culto al diablo en esta casa no es nada extraño todo lo que nos ha estado ocurriendo
durante estos meses, aparte de investigar a los Pantano contacte a un especialista en estos temas
paranormales y me dijo que algunas veces estas experiencias dejan repercusiones, ecos marcados
que se manifiestan en raras experiencias, muchas veces nefastas, pues al fin y al cabo estas
personas invocan al mismo diablo y los muros, techos y paredes de los recintos donde se practican
estos ritos quedan impregnados con esta influencia satánica. Sara se aferra aún más a su esposo
al escucharlo y rompe en sollozos mientras pregunta con angustia: - Henry y si todo esto ha estado
ocurriendo ¿cómo podemos combatirlo, como podemos luchar contra todas estas influencias
satánicas que están latentes en esta morada?

- ¡combatirlas ¡ no, exactamente, pues eso fue lo que intento hacer tu hermano y resulto muerto
en el zoológico.

En ese momento se hace presente Elio e interrumpe la conversación. - Disculpen, yo sé cómo


señor, perdónenme por lo que les voy a decir. Pero esta no es una lucha contra carne ni sangre,
nos enfrentamos a una lucha espiritual y es en el campo espiritual en que debemos prepararnos,
yo sé de alguien que puede ayudarnos. - ¿Elio, entonces tú conoces todo...? pregunta Henry
atónito. -No señor pero empecé a entenderlo cuando tuve mi primera experiencia en el sótano de
esta casa, fue entonces cuando comprendí de que se trataba todo y que ese misterioso gato negro
era una representación del mismo satanás, aun yo misma no estaba preparada para admitirlo,
ahora tengo la convicción y la fe de que solamente el poder soberano de Dios puede limpiar esta
casa de cualquier influencia demoníaca y perversa, solo necesito que todos en especial los niños
escuchemos al ministro Alfred Ramos, me he tomado el atrevimiento de invitarlo mañana sábado;
Él es un siervo de Dios, un evangelista internacional que ha luchado contra satanás en varias
oportunidades. -¿Un exorcista?- pregunta Henry absorto al escuchar a su empleada y luego
agrega. - Señora villa real, usted debe saber lo que ocurrió con Robert, el Hermano de Sara,
verdad?. -Sí, lo sé. Pero créame que esta vez no va a pasar, el conoce muy bien las estratagemas
del diablo y está realmente protegido contra todas ellas, confié en Dios primero que todo y luego
en el evangelista Ramos, además el en realidad no es un exorcista, simplemente sirve a Dios de
corazón y conoce mucho del satanismo y de los diferentes medios que utiliza luz bel para
apoderarse de las almas. Sara de improviso sujeta a Elio por los hombros y con nerviosismo la
sacude mientras le dice:-¿Tú verdaderamente crees que él nos puede ayudar? ¡Dímelo por favor ¡
- Elio, sube con majestuosa calma su cabeza y con voz firme y serena le responde.-Si señora, lo
creo firmemente.- esa mañana Henry ya un poco más sosegado se despide de su esposa y de Elio,
mientras le dice, ¡dulce Elio hagamos esto, es por el bien de todos nosotros¡ -Así es señor, es por
el bien de todos, confirmare entonces la visita señor- , Vaya usted con Dios.

Sara y Elio continúan la conversación en la cocina; De improviso un ruido en el cuarto de los niños
hace que las dos corran presurosas hacia este. Allí dentro alguien lanza objetos con furia
demencial, igualmente una voz ronca y desconcertante se escucha al compás de los golpes.- ¡oh
Dios, el ya sabe que va a ser combatido y sabe quién viene en su contra, es por eso que está
furioso¡-, dice Elio a Sara con preocupación, quien vacila un momento en abrir la puerta. -¡No te
acerques anciana maldita, vete de mi casa, ya no puedes hacer nada contra mi¡-, es la boca de
Nelson quien pronuncia estas palabras, pero no es su voz tierna e infantil, sino una voz agreste e
impactante. Sara se atemoriza y se echa hacia atrás al escuchar a su hijo, más aun cuando de la
boca del niño se escucha una risa satírica y burlona, mientras una baba blanquecina brota de esta.
Elio al ver esto corre presurosa a su cuarto y regresa nuevamente con una Biblia en sus manos,
pero un viento fuerte le impide avanzar por el corredor, Elio retrocede pero se aferra a la biblia y
la coloca en frente suyo mientras repite: - ¡Te reprendo satanás en el nombre de Jesucristo, vete
de aquí rey de la oscuridad y padre del engaño¡ -

El viento se acentuó aún más y Sara de repente sale expulsada del recinto estrellándose con
violencia contra la pared del pasillo, Elio ve como la puerta del cuarto se cierra con estrépito y
corre entonces a auxiliar a Sara quien semi inconsciente le dice:-¡ este no puede ser mi hijo, no
puede ser el ¡- , Luego pierde el conocimiento. Elio angustiada toma el teléfono y sin esperar se
decide a hablar con el evangelista Ramos. -¡ Alo, comuníqueme con el reverendo Alfred Patmos,
por favor, es urgente¡

Elio aún no termina de hablar cuando alguien hala del cable telefónico cortando la conversación, al
girar su cuerpo ve como Leonela toma el enchufe en sus manos mientras dice con burla: - Es hora
de que aprendas una lección, anciana. la niña entonces se acerca a Elio mientras con sus mano
agarra un jarrón el cual lanza con furia sobre esta quien no logra esquivarlo y cae de bruces sobre
la alfombra, la niña en un estado demencial intenta atacar nuevamente a la indefensa mujer quien
con esfuerzo se arrastra hasta la puerta, la niña intenta por todos los medios de agredir a Elio pero
esta con dificultad logra abrir la puerta y huir de la presencia endemoniada de la chiquilla, Elio
ajusta la puerta tras de si y apura sus pasos al otro costado de la acera donde le pide el favor a
Monglomery la vecina de sara que le preste un teléfono, ali la mu cama le abre y la invita a seguir,
al notar su nerviosismo le señala el auricular, elio corre presurosa y toma el teléfono sin dejar de
observar por la ventana la casa donde permanece Sara inconsciente con los niños. De improviso
del otro lado de la linea una voz cortes le contesta. -Buenas tardes habla usted con el reverendo
Alfred Patmos, en que puedo servirle? Elio emite un hondo suspiro agregando enseguida, -
Alabado sea el señor que lo he conseguido reverendo habla elio villareal, la otra tarde en la iglesia
le hable sobre la familia Garnet a quienes trabajo, ellos están siendo atacados por fuerzas
demoníacas como usted sabe, ayúdeme ahora reverendo Patmos, en estos momentos ellos están
poseídos y atacaron a su madre y a mi, en estos momentos están encerrados en su casa, su madre
esta inconsciente y temo que puedan las timarla.

-señora Elio, cálmese,- contesta patmos con voz reposada y serena,- iré para allá enseguida-.

Patmos cuelga la bocina antes que Elio quien lanza un intempestivo grito de pánico al ver como de
la casa de los Garnert las dos grandes cortinas que cubren las ventanas de en frente comienzan a
incinerarse; Elio corre presurosa a la casa acompañada por Monglomery y su empleada y
comienzan de inmediato a tratar de abrir la puerta que ha quedado con cerrojo pero esta no cede,
ante lo cual las dos mujeres intentan ingresar por una de las ventanas rompiendo los cristales. Elio
consigue introducir una pierna por la ventana pero algo allí adentro atrapa su tobillo, es la mano
de Leonela quien ataca con vehemencia a la anciana, afuera Montglomery y su empleada atonitas
observan la escena sin pronunciar palabra, Elio grita y su fuerza ya menguada por el esfuerzo y los
años no le permiten liberarse, la fuerza de Leonela es descomunal, no es la fuerza normal de una
niña de su edad y La dulce Elio no consigue liberarse del ataque de la niña quien la golpea sin
misericordia impidiendo que la anciana ingrese dentro de la morada. Elio derrotada y ayudada por
Montglomery logra liberarse de la opresión que la pequeña ejerce sobre su pierna logrando así
salir al exterior, cayendo sobre el jardín completamente exhausta.

Muy pronto el frente de la casa arde por completo en llamas y Elio rompe en sollozos lastimeros al
sentirse impotente y frustrada.

La casa arde en un treinta por ciento y adentro los niños y Sara son presa de las llamas, pero su
estado demencial no les permite medir las consecuencias de sus actos. El calor y la luminiscencia
de las llamas hacen que Sara recupere lentamente la conciencia, atónita y desesperada coge su
cabeza a dos manos, no da crédito a lo que sus ojos le revelan, sus dos hijos se acerca por el pasillo
cabalgando sobre un inmenso gato negro los ojos de los niños lucen con una luminiscencia extraña
y completamente desorbitados, esto le hace comprender que es el mismo demonio quien domina
a sus hijos, Sara se arrastra hacia atrás mientras el felino intenta agredirla con sus garras. En ese
momento un vehículo se detiene en frente de la casa y de este baja presuroso un hombre de edad
y de gran estatura, es el reverendo Patmos quien lleva una Biblia en su mano derecha, este es
recibido por Elio y los vecinos quienes yacen en el jardín atónitos por lo que sucede, Elio efusiva
mente lo abraza, Patmos pide la colaboración de varios hombres para derribar la puerta la cual
luego de varios intentos cae pesadamente, el reverendo de inmediato ingresa a la casa, las llamas
le impiden ver con claridad, de repente algo se afianza a su cuello es algo muy fuerte que intenta
axficciarlo.

-
¿ Te reprendo Satanás en el Nombre que es sobre todo Nombre, sal de ellos en el nombre de
Jesucristo-. Estas palabras emitidas con gran esfuerzo por el anciano siervo de Dios hacen que
aquella opresión lo libere, Patmos toma su Biblia mientras continua orando a gran voz
reprendiendo al demonio con gran autoridad, de pronto mientras avanza sus piernas tropiezan
con Sara quien se aferra con ahinco al predicador mientras gime diciendo: -Es el mismo demonio,
pero no es mas poderoso que Dios-. El reverendo ayuda a Sara a salir al exterior mientras le dice -
No se preocupe por sus hijos, todo va a salir bien-. Afuera es recibida por Henry quien fuera
avisado por Elio de lo que sucede Sara con sollozos se aferra fuertemente a su esposo, Henry le
dice al oido: - Sara, el poder de Dios es mas grande, y por medio del reverendo Patmos nuestros
hijos serán libres, debemos tranquilizarnos y orar por ellos ahora.

Mientras tanto, en el interior de la casa una gran batalla se desata entre las fuerzas del bien y las
fuerzas del mal aquella criatura descomunal y extraña se abalanza contra el predicador, de sus
ojos centelleantes emana fuego, pero la firmeza y la fe de Patmos le hace retroceder. - Vete a los
infiernos criatura infernal pues allí es tu lugar, Jesús te venció en la cruz del calvario y ahora yo
clamo esa sangre contra ti, hijo de las tinieblas, no atormentes mas a estos chiquillos, pues ellos
son hijos de la luz, Cristo pago el precio por ellos con su muerte, vete ahora, déjalos ya, suelta sus
vidas-. Patmos levanta la Biblia, la bestia lentamente retrocede, los chicos sobre el felino
paulatinamente comienzan a reaccionar y sus ojos inocentes aprecian estupefactos la realidad a lo
que ahora se enfrentan. De repente de la boca de la bestia una llamarada es expulsada hacia
Patmos, quien cae al piso con el rostro cubierto por sus manos, parece herido pero la energía que
aun conserva le permite esquivar el súbito ataque. -¡Ahora mismo te ordeno que devuelvas las
almas de estas criaturas obra de las manos de Dios y no obra tuya padre de mentira y engaño ¡-.
Patmos incorporándose con una vitalidad asombrosa avanza firme hacia el gigantesco felino obra
de satanás, quien al observar el poder de Dios reflejado en el anciano se echa se echa mientras
que de su boca un horrible maullido se escucha retumbando en toda la casa.

Los niños aprovechan el estado de la criatura y descienden del felino buscando refugio en los
brazos del anciano predicador, mientras el engendro del demonio se retuerce en el piso, una
llamarada de repente lo envuelve mientras sus desgarradores aullidos se acrecientan cada vez
más.

Ramos apurado por las llamas avanza con los niños en dirección del Jardín donde son recibidos por
sus padres. - La batalla ha sido extenuante, pero Dios nunca pierde, nunca¡¡ - Dice Ramos a Henry
y a Sara con una sonrisa de satisfacción, Elio se acerca a los niños y los envuelve entre sus brazos.

Han pasado dos años, la mansión de los Garnet fue demolida y re modelada totalmente, donde se
encontraba la guardilla Henry construyo una pequeña iglesia en donde se reúnen con el reverendo
Ramos y cuentan su testimonio. En toda la ciudad la casa de los Garnet ahora es frecuentada por
muchas personas que anhelan una respuesta de Dios en casos parecidos a su experiencia.

La dulce Elio aun trabaja para los Garnert, en sus días de descanso estudia teología, y se apresta a
servirle a Dios como predicadora.

FIN.

También podría gustarte