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Un saludo jóvenes:

Ha llegado en estos días un whatsApp sobre las frutas que desaparecerán próximamente en
Colombia. Algunas de ellas, ni las conocemos bien. Pues bien, aunque sea un proceso natural el
cambio, cada vez que se pierde un nuevo recurso, se pierden las opciones de haberlo conocido
mejor para las generaciones nacientes.

Desde niño escuchaba que el campo es el futuro de Colombia. Hoy en día veo que era simplemente
una frase de tiempos políticos. Gran parte del PIB del país se mueve por la agricultura, pero si nos
comparamos con Chile, notamos que allí, el campo es un elemento vital; más del 15% del PIB
Chileno se obtiene gracias al sector agrícola. De otro lado, Israel por ejemplo, con muchísima menos
tierra que nuestro país, se da el lujo de producir para su consumo, todo el banano que requieren,
algo insólito. Es una despensa exportadora de productos agroindustriales.

Gran parte de las cosechas del país (más del 30%), se pierden por problemas logísticos: vías,
manipulación, embalajes indebidos, entro otros.

De ahí la invitación a que continuemos adelante, sigamos estudiando en forma, haciendo


juiciosamente nuestra tarea. Siendo honestos con nuestro aprendizaje. Creo que es el legado que
nos quedará y del cual nuestros hijos aprenderán.

Les comparto a continuación este artículo sombre el deceso de nuestro sector agrícola, tomado de
la revista Dinero. Feliz fin de semana junto a los suyos.

JCO

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https://www.dinero.com/edicion-impresa/pais/articulo/las-implicaciones-del-envejecimiento-de-
los-campesinos/274640
Los campesinos envejecen
Todavía hay más jóvenes en el campo que en los centros urbanos, pero su relevo
generacional no se ve cerca. Los mayores sienten que se están quedando solos.

El fenómeno puede poner en riesgo la seguridad alimentaria del país. Foto: Juan
Carlos Sierra

Juan Daniel Oviedo, director general del Dane, dijo hace algunos días, en medio de la
presentación del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018, que hay más jóvenes en
el campo que en la ciudad.

Parece una buena noticia para el país, pero no por mucho tiempo. Todos los sectores
de colombianos envejecen. La transformación queda en evidencia al comparar la
pirámide poblacional del Censo de 2005 y la que mostró Oviedo.

Se trata de un fenómeno nacional, e incluso global, pues a medida que hay más
desarrollo, el nivel de natalidad tiende a la baja. Pero en Colombia la ruralidad puede
estar llevando la peor parte si se tiene en cuenta que el número de habitantes no
urbanos pasó de 30% a 23%, según el Dane.

• 13 cosas que cada colombiano podría hacer para mejorar el desarrollo de


nuestro campo
• Exitoso proyecto agrícola en el Valle que vincula adultos mayores

El planteamiento corresponde más a un proceso migratorio a nivel interno, producido


por altos niveles de pobreza campesina y por una búsqueda de mejores oportunidades
en las grandes urbes.
En las fincas las frases se repiten: “no hay juventud”, dice un agricultor preocupado por
el abandono estatal en el Meta donde muchos jóvenes quieren ir a Villavicencio o a
conquistar Bogotá. Y reafirma el problema que percibe: “nos estamos quedando
solos”, se queja, “estamos quedando un poco de viejos que poco a poco dejaremos
de producir”.

Según el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), en 1950 el


volumen de la población rural superaba levemente al urbano. Y el pronóstico más
reciente: en 2050, menos de 15% de la población viviría en el campo.

Como los jóvenes se van, la mano productiva en el campo se ha vuelto escasa y sobre
todo vieja. Por eso vale la pena considerar el panorama del desarrollo rural de
Colombia. La pobreza monetaria, que calcula el valor de la línea de pobreza per
cápita nacional en las regiones, ronda 36%, frente a 24,4% en las ciudades.
Tampoco resulta alentador el Índice de Pobreza Multidimensional, que analiza
cinco dimensiones fundamentales del bienestar: condiciones educativas,
condiciones de la niñez y juventud, trabajo, salud, servicios públicos y
condiciones de la vivienda. Ahí la brecha es grande: la ruralidad aparece con 39,9%,
frente a 13,8% en lo urbano.

• Gobierno volverá a presentar proyecto de ley de tierras


• La Javeriana brindará programas de formación en zonas rurales apartadas
• El emprendedor colombiano que escala con productos a base de panela

El académico José Leibovich advirtió en 2015, en un artículo de la Universidad Nacional,


que detener o desacelerar la migración de los jóvenes a las ciudades “será uno de los
grandes retos que el país asumirá en los próximos años”.
Algunos programas inciden directamente, pero no hay una estrategia convergente en
frentes claves como fortalecer la educación, darles acceso a la tecnología (solo 43,4%
del país tiene WiFi) y consolidar las expresiones culturales.

Un posible comienzo
A medida que el campesino envejece, y pierde capacidad de trabajo, la finca
empieza a reflejar también el inevitable paso del tiempo. “Es un círculo vicioso”,
afirmó Guillermo Trujillo Estrada, expresidente de la Federación de Cafeteros.

“El que tiene tierra no migra fácilmente porque está arraigado a su terruño. Ahora
bien, ¿cómo lograr eso para la gente que ya tiene un nivel educativo más alto? Se
necesita propiedad, porque si los ponen a jornalear en la finca de un tercero
prefieren jornalear en la ciudad: pegar ladrillos a coger café”, aseguró.

“El índice Gini de Colombia supera 0,86. Si llega a 1 una sola persona poseería todas las
tierras en el país”, le dijo a Dinero el director del Centro de Pensamiento de Desarrollo
Rural de la Universidad Nacional, Fabio Leiva.

Al respecto, dice el director del Dane, un número destacado de extranjeros se ha


interesado por habitar el campo colombiano. Pero solo ha sido un soporte para aliviar
el peso de la ausencia de mano de obra.

Según el Observatorio Proyecto Migración Venezuela, con base en GEIH-DANE, del total
de venezolanos en el país, a diciembre de 2018, cerca de 50% realizaba alguna actividad
económica. De esos, solo 5,7% se dedicaba a actividades del campo, lo que sin duda
plantea una gran oportunidad para el país.

• Ya erradicaron la mitad de las plantas afectadas por el hongo del banano


• Precios de los alimentos jalonaron la inflación en junio

En el caso del café, en épocas de prosperidad las cifras en educación registraron


históricos altos. Quizá por eso en algunos casos los jóvenes regresan a proponer
nuevos flujos de trabajo.

“Mi familia cultiva café hace 30 años y siempre se ha dedicado a trabajar varias especies.
Siempre hemos cultivado en Trujillo, Valle del Cauca”, cuenta Daniela Duque, para
explicar la tradición que debió mantener. Ella dice que sí ha existido un relevo
generacional.

Quindío, Caldas, Risaralda y Valle del Cauca tienen la mayor proporción de


personas de la tercera edad con una tasa de 83 a 103 mayores de 60 años por
cada 100 menores de 15 años. En esa misma medida, hecha por el Dane, tienen más
jóvenes los departamentos de Vaupés, Guainía, Vichada y Amazonas.
El panorama no luce alentador. Sobre todo porque los consumidores no parecen
contemplar que, si el campo se queda sin manos, nadie va a cultivar la tierra y a llevar
la comida a su mesa.

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