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Novena Al Senor de Los Milagros
Novena Al Senor de Los Milagros
"Allá por el año 1580 Buga era un pequeño caserío, en el valle del Cauca, Colombia.
El río de Buga corría en aquel entonces por el sitio donde ahora está el templo del
Señor de los Milagros. Al lado izquierdo del río había un ranchito de paja donde vivía
una india anciana cuyo oficio era lavar ropa. Esta mujer era muy piadosa y estaba
ahorrando y reuniendo dinero para comprarse un Santo Cristo y poder rezarle todos
los días. Reunió 70 reales que era lo que necesitaba para comprarlo y traerlo desde
Quito".
Precisamente el día en que la piadosa lavandera iba a llevar su dinero al señor Cura
párroco para que le consiguiera la imagen, pasó por allí llorando un honrado padre de
familia a quién iban a echar a la cárcel porque debía 70 reales y no tenía con qué
pagarlos. La buena mujer se conmovió por esta tristeza de su vecino e inspirada por
un pensamiento caritativo se propuso dejar para más tarde el conseguir su crucifijo, y
le dio al pobre necesitado los 70 reales que tenía ahorrados. Aquel hombre lleno de
alegría y de agradecimiento le deseó que Dios la bendijera y le ayudara mucho.
Unos días después, la anciana estaba lavando ropa en el río, cuando una ola colocó
delante de ella un pequeño crucifijo de madera, que resultó para ella una joya más
valiosa que todo el oro y la plata y las esmeraldas que le pudieran ofrecer. El crucifijo
hallado de esta manera no podía haber pertenecido por allí cerca a ninguna otra
persona, pues hacia arriba, a las orillas del río no vivía nadie. La feliz lavandera, llena
de gozo y perfectamente tranquila en su conciencia, respecto a su posesión, se dirigió
a su choza e improvisó allí un altarcito, sobre el cual colocó el santo Cristo que le
había llegado de manera tan misteriosa, guardándolo cuidadosamente en una cajita
de madera.
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Y resultó que la sagrada imagen se fue deformando porque los devotos le quitaban
pedacitos de madera para llevarlos como reliquia y porque todos la tocaban con sus
manos sudorosas, y se fue poniendo tan fea que ya a los muy amigos del arte, más
que devoción les causaba repulsión. Entonces un visitador especial llegado de
Popayán mandó que la dicha imagen fuera quemada y destruida por el fuego. Los
devotos se estremecieron de sentimiento al conocer esta orden, pero era necesario
obedecer.
Pero lo maravilloso fue que la imagen al ser echada a las llamas empezó a sudar y a
sudar tan copiosamente que los vecinos empapaban algodones con aquel sudor para
llevarlos como reliquias y obtener curaciones. Este milagro fue comprobado y
atestiguado con la gravedad de juramento por numerosas personas. Y al terminar el
sudor, la Sagrada imagen se había vuelto mucho más hermosa de lo que estaba
antes, y se le fue lo que anteriormente tenía de desagradable.
La señora Luisa Sánchez que vivió en aquellos tiempos declaró con juramento: "El
sudor duró dos días. Todos los vecinos de los alrededores venían con algodones a
recoger sudor y llevarlo como reliquias, y yo también recogí allí de aquel sudor en
algodones y todavía lo guardo. Y desde aquel milagro la gente le empezó a tener gran
devoción a esta santa imagen y a considerarla como de hechura milagrosa y
comenzaron a obtener favores de Dios que consideraron sobrenaturales y milagrosos.
Y no sólo en esta ciudad sino en muchas otras ciudades y regiones de donde se han
visto llegar muchos romeros y peregrinos a visitar la sagrada imagen. A muchos de
ellos les hemos oído contar que se sanaron prodigiosamente de graves
enfermedades. Otros narran que se libraron de gravísimos peligros al invocar al Señor
de los Milagros". (Firmado y apoyado con juramento).
Sigue diciendo la crónica de 1819. "Después de estos sucesos extraordinarios el
ranchito de la anciana se convirtió en sitio de oraciones y peregrinaciones. A los
anteriores milagros siguieron muchos más y fue tal la cantidad que la gente le dio a
esta imagen el nombre con el cual se le conoce desde hace siglos: El Señor de los
Milagros".
Después de muerta la ancianita se pensó cual era el mejor lugar para colocar el
Cristo. Su ranchito quedaba frente a las aguas y he aquí que el río creció muchísimo y
cambió de cauce y se desvió hacia el sur, desde unas tres cuadras más arriba del
punto de la aparición, y dejó así el sitio libre para construirle el templo al Santo Cristo,
templo que al principio era un edificio pequeño y se le llamaba la ermita.
En 1937 el Papa Pío XII por medio de su secretario el Cardenal Pacelli (futuro Papa
Pío XII) expidió un decreto por el cual decretaba que al templo del Señor de los
Milagros de Buga se le concedía el título de Basílica.
¡Señor!
Que mis ojos vean que Tú eres la luz que alumbra mi camino
Que mi alma sienta el gozo de llevarte muy dentro.
Que mi corazón reciba con humildad el Amor que Tú me das.
Que mis pensamientos sean para glorificarte y bendecirte.
Que mis silencios sean para hablar contigo y escucharte.
Que mis oraciones clamen ante Ti el cambio que debo tener.
¡Señor!
Quiero vivir bajo tu mirada.
Caminar sin cansancio hasta encontrarte
Y así sentir la paz y el gozo
Que tu infinito Amor me da.
HIMNO
Gloria a ti, gloria a ti, Milagroso, que diste a esta tierra un tesoro en la Cruz; y en tus
llagas, y en tus llagas a todos abriste manantiales de gracia y salud.
Mira, oh Cristo, con cuánta ternura todo un pueblo te viene a buscar y entusiasta te
adora y te jura con su amor tus bondades pagar.
De la Cruz has estado vertiendo a esta tierra torrentes de amor y en tus fuentes
seguimos bebiendo gracias mil, Milagroso Señor.
Varios siglos, Jesús, has estado remediándonos culpa y dolor y si siempre ves llanto
a tu lado siempre en Cruz te verán, Rey de amor.
En la Cruz te han mirado los siglos tú has querido desde ella reinar y si a Buga te trajo
su río hecho Cristo quisiste llegar.
CONSAGRACION
Señor de los Milagros, porque te amo, he venido a visitarte, para alabarte, para
bendecirte, para darte gracias por tantos favores como me has concedido.
Señor de los Milagros, porque te amo, yo me arrepiento de todos los pecados que he
cometido y con los cuales te he crucificado de nuevo en mi corazón: yo te prometo
comenzar desde hoy una vida nueva.
Señor de los Milagros, porque te amo, he venido a suplicarte como el leproso del
Evangelio: «Señor, si quieres, puedes curarme» (Marcos 1,40). Cúrame, Señor, de la
enfermedad del pecado y de las demás enfermedades que me hacen sufrir.
Señor de los Milagros, porque te amo, yo me consagro a tu servicio con mi familia, con
mis seres queridos, con mis trabajos, mis problemas y mis alegrías.
Señor de los Milagros, porque te amo, yo quiero vivir siempre contigo durante la vida,
para vivir siempre contigo en el cielo.
Profesión de fe
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible.
Oración de homenaje
Te damos gracias porque nos amas, nos atraes con tu imagen, nos acoges en tus
brazos, nos guías con tu palabra y nos brindas tu perdón.
Día primero
En este momento Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo,
Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y
entendidos y se las has dado a conocer a la gente sencilla. Si, Padre, pues tal ha sido
tu voluntad".
Palabra del señor. Gloria a Ti, Señor Jesus.
Salmo 42
Meditacion
El Señor se sirvió de una mujer sencilla y pobre, de una indiecita lavandera, para
entregarnos por ella la imagen que en Buga veneramos.
Buga era una población recién fundada a finales del siglo XVI. La mujer indígena,
iniciada ya en lo fundamental de la vida cristiana, ahorraba dinero y trabajaba, con el
fin de encargar una imagen de Jesús Crucificado. Pero ella sabía muy bien que el
prójimo, sobre todo el más necesitado, imagen viva del Señor. Sabía aquello del
Evangelio: Todo lo que hicieron por uno de estos mis hermanos, por humildes que
sean, por mí mismo lo hicieron. (Mateo 25, 40).
María, Madre del Perpetuo Socorro, ora conmigo en estos momentos, para que pueda
ser digno de obtener la gracia de la curación, no sólo para mí, sino también para
aquellos por quienes deseo interceder. Haz que la voluntad del Padre se cumpla en mí
y a través de mí.
Oración
Señor de los Milagros, te damos gracias porque a una indiecita, en los comienzos de|
nuestra historia latinoamericana, la hiciste instrumento de tus maravillas.
Aquella mujer nos recordó que más importaba la libertad de un hombre, que la
posesión del una imagen. Suscita en nosotros el recuerdo] de esta lección evangélica,
siempre que nos postremos ante ti, Señor de los Milagros, para] pedirte un favor o
agradecerte un beneficio.
DIA SEGUNDO
Todo lo que hicieron por uno de estos mis hermanos humildes, por mi mismo lo hicieron (Mt.25, 40)
Salmo 91
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos:
te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.
Meditación
Y nos enseñó una gran lección: el cristianismo venera las imágenes, pero antes debe
vivirse en el amor y entrega al hermano, sobre todo al más necesitado. Lo dijo Jesús:
Si se aman unos a otros, todo el mundo conocerá que son discípulos míos. (Juan
13,35).
María, Madre del Perpetuo Socorro, con tu oración, alcanza para mí la gracia de que
mi determinación de seguir a Jesús sea irrevocable.
Oración
Señor de los Milagros, rostro humano de Dios y destello de su misericordia que eres al
mismo tiempo el rostro divino del ser humano y símbolo de los profundos anhelos que
anidan en nuestro corazón. Somos tu pueblo y 'buscamos tu rostro'. Venimos ante ti
para alabarte y bendecirte, para glorificar tu nombre e invocar tu bondad.
Un día, hace ya cuatro siglos, se pensó que eras una imagen sin belleza, que no
inspiraba devoción y se ordenó arrojarte al fuego. Pero, como la zarza ardiente ante
Moisés, resultaste señal incombustible de la presencia de Dios. Y desde entonces nos
sigues diciendo: «Yo soy el que soy», yo soy vencedor en la prueba, yo soy fortaleza
en los momentos de dificultad.
Por eso acudimos a ti, Señor, porque sigues repitiendo tus maravillas entre nosotros y
vas demostrando cuan poderosa es tu obra. Cuando nos veas afligidos y confundidos,
sumidos en la crisis, la tentación y el dolor, recuérdanos que ya has vencido la prueba
y que contigo podemos salir victoriosos.
Señor de los Milagros, nuestro auxilio es tu nombre, nuestra roca y nuestra paz eres
tú. Amén.
DIA TERCERO
Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman; de
aquellos que han sido; llamados según su designio. Pues a los que de antemano
conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el
prójimo entre muchos hermanos.
Salmo 59
Meditación
María, Madre del Perpetuo Socorro, con tu oración alcánzame la gracia que la Palabra
de Jesús me conmueva; que su amor me incite a amar y que su perdón me haga
capaz de perdonar.
Oración
Cristo de las aguas, Señor de los Milagro, al bajar en las ondas del río Guadalajara
para ser encontrado por la mujer indígena nos enseñas que el modo más sublime de
encontrarte es en las aguas regeneradoras del bautismo, cuando por el poder del
Espíritu Santo nos convertimos en seguidores tuyos y en misioneros de tu amor y de
tu paz.
Damos gracias a Dios Padre por este hermoso plan de salvación. Y te agradecemos,
Señor de los Milagros, porque sigues presente entre nosotros distribuyendo gracias y
favores.
Hemos venido ante ti con muchas necesidades pero llenos de confianza para implorar
de tu misericordia la gracia especial que más urge.
Con tu frente inclinada nos atiendes, con tus ojos indicas que ya nos has escuchado,
con tu boca nos bendices, con tus brazos extendidos nos abrazas; con tus pies
clavados nos esperas; en tu costado abierto nos brindas refugio.
Señor de los Milagros, camino, verdad y vida, a ti gloria y honor para siempre.
DIA CUARTO
El Niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Creyendo que estaría
en la caravana, hicieron un día de camino, y lo buscaban entre parientes y conocidos.
Al cabo de tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. Vino a Nazareth y vivía sujeto a ellos. Su
madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en corazón. Jesús crecía en
sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Salmo 23
Meditación
Una noche la indiecita oyó que la caja, dentro de la cual había colocado el Crucifijo,
crujía con extraño ruido. Se acercó y comprobó un raro suceso: la imagen estaba
creciendo, se dilataba y por eso hacía estallar la caja en la que lo había guardado. Los
vecinos, enterados del hecho, reclamaron para la pública veneración esa singular
imagen. El Cristo crecía para todos, no únicamente para la afortunada lavandera...
Cuando Jesús vivió entre los hombres, según el Evangelio: Crecía en sabiduría y
estatura y tenía la aprobación de Dios y la gente(Lucas 2, 52). Y cuando los hombres
inicuos pretendieron atajarlo en si crecimiento matándolo y sepultándolo, fue el
momento en que creció con más gloria y esplendor por su maravillosa resurrección.
Por eso Dios le dio el más alto honor y el nombre-sobre - todo- nombre. (Filipenses
2,9).
El crecimiento de la imagen nos pone ante los ojos ese crecimiento glorioso de Jesús
y nos recuerda que nosotros, su Iglesia, continuamos esa obra, siendo cada día más
hijos de Dios y más hermanos entre nosotros mismos.
María, Madre del Perpetuo Socorro, alcánzalos con tu oración, el regalo maravilloso
de que el rostro de Jesús se refleje en todos los que meditamos esta novena. Yo sé
que éste también es tu deseo.
Oración
Padre de infinita bondad, en el Templo de tu gloria nos reunimos como Iglesia, porque
deseamos recibir tu luz, luz divina que ilumine nuestro ser. Te aceptamos como Señor
y Salvador.
DIA QUINTO
Felices ustedes si tienen que sufrir por haber actuado bien. Estén siempre dispuestos
para dar una respuesta a quien les pida cuenta de su esperanza, pero háganlo con
sencillez y deferencia, sabiendo que tienen la conciencia limpia. Es mejor sufrir por
hacer el bien, si tal es la voluntad de Dios, que por hacer el mal. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
Salmo
No me escondas tu rostro,
no te escondas de mí.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio,
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Meditación
La imagen creció y hubo que sacarla de la urna en que la había puesto la indiecita.
Este Cristo de los Milagros nos está invitando a crecer. El que cada día haga
esfuerzos para ser mejor esposo, mejor esposa, mejor hijo, persona más entregada al
servicio de los demás, está creciendo ante Dios y ante los hombres. Este, es el
crecimiento personal. Hay que crecer también comunitariamente en cuanto nos
esforzamos por tender la mano a los más débiles, por ser mejores vecinos, por ayudar
a los que menos pueden, a los que menos saben, a los que más sufren. Porque el
cristiano «crece» también para los demás y con los demás, así como la imagen no
creció sólo para la indiecita sino para un pueblo y para siglos venideros. Lo dice
bellamente san Pablo: Dios preparó a los suyos para hacer su trabajo de servicio, para
hacer crecer el cuerpo de Cristo... Así seremos personas maduras, desarrolladas
conforme a la estatura completa de Cristo. (Efesios4,12-13).
Oración para hacer petición:
Padre bueno, concédeme tu gracia para que pueda desde ahora llenarme de gozo,
mientras me preparo a encontrarme contigo en el sacramento de la reconciliación
(como fruto de esta novena, una buena confesión).
Haz que desaparezcan en mí todo miedo y vacilación, de tal suerte que sepa
reconocer mis faltas y confesarlas. Envía tu Espíritu sobre mí, para que recuerde
todos mis pecados y sienta dolor por ellos.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Madre de la reconciliación y de la paz haz que
despierte en mí la conciencia de la responsabilidad, conmigo mismo y con los demás,
y particularmente con los planes que el Padre me revela por medio de tu Hijo, Jesús.
Oración
Señor de los Milagros, presencia cercana del amor de Dios Padre por el Espíritu
Santo, hasta ti hemos venido para implorar tu auxilio y bendición.
Creciste milagrosamente, porque no querías ser la joya de unos pocos sino el tesoro
de todo un pueblo. Y rompiste las ataduras de madera, como un día habías roto las
ataduras de la muerte.
Escucha ahora nuestra plegaria confiada y respóndenos con tu poder salvador. Señor,
enséñanos a crecer incluso en los momentos de crisis y tensión, cuando quisiéramos
encerrarnos en el miedo y la tristeza. Ayúdanos a romper las cadenas que nos atan a
nuestros pecados y dolencias.
DIA SEXTO
De san pablo a los romanos 8, 35-39
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la
persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada?
Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquél que nos amó. Yo sé que
ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el
futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra
criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro
Señor.
Salmo
ACTO DE CONTRICIÓN
Meditacion
Oración
Señor de los Milagros, presencia clara del amor del Padre y del fuego glorioso que por
tu Espíritu en el mundo arde. Es cierto que conoces la intimidad oculta de mi vida; y
sabes los secretos que te voy confesando día a día.
Tus ojos entreabiertos, no parecen la mirada de la muerte, porque no los cerraste para
que en ellos yo pudiera verme. Pero, además, no puedes cicatrizar la llaga del
costado: tu corazón tras ella noches y días me estará esperando.
Y si sigues clavado a ese tosco madero de la cruz es sólo porque quieres que yo
oriente mi vida hacia tu luz. Amén.
DIA SEPTIMO
Ustedes saben lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después que
Juan predicó el bautismo; cómo Dios a Jesús de Nazareth lo ungió con el Espíritu
Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con él.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO 21
EL SEÑOR ES TU PROTECTOR
Meditación
La imagen venció las llamas. El Señor Jesús venció la muerte. Cuando el peregrino se
postra en Buga ante el Cristo Milagroso, los ojos ven un Crucifijo, pero la fe percibe
más allá la presencia de Cristo Resucitado, el que venció la muerte, y por eso sigue
venciendo en nosotros toda clase de mal, el pecado, la enfermedad, las angustias, el
miedo. A través de la imagen, la fe se encuentra con el Cristo vivo de la Resurrección.
Y hay más, con estos hechos el Señor nos invita a tomar una actitud de sana lucha
contra el mal. No basta decir que se haga la voluntad de Dios, cuando nos persigue el
infortunio. Levantamos los ojos al cielo, oramos y comprendemos que también es
voluntad de Dios que nos sirvamos de nuestra cabeza, de nuestro corazón, de
nuestros brazos para superar las dificultades y para ayudar a otros a superarlas.
La imagen venció las llamas. Cristo venció la muerte. El cristiano tiene que luchar
contra el mal en sí mismo y tender la mano a los otros para que lo venzan. Lo
aconseja san Pablo: Ayúdense unos a otros a soportar las cargas y así cumplirán la
ley de Cristo (Calatas 6, 2).
Perdóname Jesús, porque con mi desprecio he clavado a otros en la cruz del oprobio;
porque con mi ira he provocado en otros el temor y la ansiedad; porque con mi rencor
he cerrado la puerta de mi corazón, impidiendo a otros la entrada. ¡Líbrame, Señor, de
mis deseos injustos y de los hábitos perniciosos que me dominan!
¡Oh Jesús, redime a los pobres que han sido clavados a la cruz de la indigencia, a
causa de la explotación y el indigno comportamiento de los poderosos! Redime a
todos los hijos que son crucificados por el comportamiento de sus padres. Redime,
Jesús, cualquier crucifixión y tensión que exista entre los gobiernos y los pueblos.
¡Ayúdanos en cambio, a crucificar toda pasión, toda ira, toda soberbia, para que en su
lugar puedan nacer la paz y el amor, la reconciliación y la comprensión!
María, Madre del Perpetuo Socorro, ayúdame a destruir todo aquello que me crucifica
interiormente y con lo que crucifico a los demás, para que de ahora en adelante sea
yo crucificado sólo por el amor de los demás!
Oración
No te pedimos que nos ayudes a escapar de los problemas sino a tener la sabiduría
de tu Espíritu para fortalecernos en ellos. Y que incluso en los fracasos
experimentemos también el apretón de tu mano.
Atiende Señor nuestras súplicas, y sigue dándonos a todos tu bendición. Amén.
OCTAVO DIA
Vayan por todo el mundo y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos (Mt. 28,19)
SALMO 103
Meditación
Cuando los primeros pobladores de Buga quisieron construir una capilla en el lugar de
las apariciones, tropezaron con la dificultad de que tendría que ser muy cerca del río.
Y cuentan que un día, el río cambió de cauce, desviándose hacia el sur. Entonces se
construyó la «Ermita» sobre el antiguo lecho del río, y allí se veneró al Señor de los
Milagros, hasta que, a comienzos del siglo XX, se concluyó la monumental Basílica.
El río cambió de cauce. Así el Señor nos exhorta a cambiar de ruta, a enderezar
nuestros caminos, a buscar cada día mejores rumbos de vida más cristiana, más
entregada al servicio de los otros. El Señor recibe nuestras oraciones y bendice
nuestros esfuerzos de cambio a fin de que este mundo sea más humano, más digno
de ser habitado por hijos de Dios que se hermanan en el mutuo amor. Así empezó
Jesús su predicación del Evangelio, cuando decía: Cambien de actitud, y crean en el
mensaje de salvación (Marcos 1,14).
Señor, aquí estoy frente a ti. Sé que no me condenas, no buscas encontrar mi culpa,
sino que quieres limpiarme de ella.
Gracias, Señor. ¡Lamento en este momento, las veces que yo he condenado a otros,
las veces que he hablado mal de mi prójimo; las veces que he permanecido callado
ante las injusticias y el daño cometido contra otros!
María, Madre del Perpetuo Socorro, ¡quédate junto a mí y junto a todos tus hijos e
hijas que meditan con esta novena!
Oración
Dios Padre misericordioso, que has querido enviarnos a tu Hijo como peregrino entre
nosotros para proclamar la novedad de tu Reino, dígnate escuchar bondadoso esta
nuestra súplica. Sabemos que Cristo, tu Hijo, es nuestro Señor y Salvador, nuestro
amoroso Redentor, que desde el árbol de la cruz nos sigue dando lecciones de amor y
de compasión.
Nuestra misión será hacerte conocer y hacerte amar. Proclamar por todas partes tu
misericordia y tu bondad sin límites que se expresan en tu poder para sanar y tu
ternura para guiar nuestros pasos.
Imploramos ahora la bendición de tu Hijo sobre todas las personas que amamos y
sobre aquellos a quienes debiéramos querer más.
Amén.
DIA NOVENO
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados. Y
nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es
amor: y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
Palabra del Señor. Gloria a tí, Señor Jesús.
Antes de que ustedes pidan su padre ya sabe lo que necesitan (Mt 6,8)
SALMO 8
Meditacion
Hacia el Santuario afluyen multitudes. Acuden de todos los rincones de Colombia y del
extranjero. Al Señor de los Milagros se le agradecen incontables beneficios. Recibir
una gracia del Señor es sentirse obligado a hacer el bien a los demás principiando por
los más cercanos y recordando especialmente a los más necesitados. «Cumplir una
promesa» no es tan sólo visitar la Basílica, depositar una limosna y rezar alguna
devoción. Es esto y mucho más. Es sentirse invitado a ser más cristiano y a formar
comunidad, a ser más hermano de los otros. A los pies del Señor de los Milagros nos
unen las penas, la confianza, la oración. Que también nos unan la amistad y el deseo
de ayudamos como hermanos. Por eso somos Iglesia, pueblo de Dios.
María, Madre del Perpetuo Socorro, enséñanos que es posible vivir unidos y con
amor. Intercede por nosotros y ruega a Dios por nuestras familias. Gracias por ser
nuestra Madre. Amén.
Oración
Tú quieres que el bien toque a todas las familias de la tierra y al corazón de cada
persona, porque así lo manifestaste en tu Evangelio y lo sigues manifestando en
tantos peregrinos que han acudido a tu santuario llenos de esperanza y con deseos de
una sincera conversión.
Los mejores bienes que deseamos para nuestra patria, para nuestras familias, para
quienes amamos y para los que deberíamos amar más, son una sincera conversión y
el don de la paz.
Como las multitudes te seguían por los caminos de Galilea así se congregan ante ti
numerosos peregrinos, porque Tú, Señor, sigues haciendo el bien y sanando de toda
dolencia a cuantos confían en ti.
GOZOS
Admirable caridad
de una indígena sencilla,
que te obliga -oh maravilla-
a volver una vez más
para mostrar tu bondad,
amable y dulce Jesús.
MILAGROSO BUEN JESÚS...
Oh profeta de la vida,
pregonero de la paz,
concédenos superar
la violencia fratricida.
Cambia, Señor, las heridas
en justicia y rectitud.
MILAGROSO BUEN JESÚS…
ORACION FINAL
Señor de los Milagros, al entrar en tu templo santo, te reconocemos como el único
Rey y Salvador. Edificaste, Señor, tu casa entre nosotros para seguir comunicándonos
tu reino de paz, justicia y amor.
Venimos con los pies cansados a poner en tus manos amorosas nuestras ser y
nuestra labor. Míranos misericordioso a todos los peregrinos que acudimos buscando
tu ayuda, necesitados del pan, la salud y la protección.
Que tu Palabra permanezca en nosotros para cosechar los frutos del amor. Regálanos
el don de tu Espíritu Santo para construir el Reino de Dios.
Amén.
BENDICION
Que la gracia y la bendición del Señor de los Milagros esté con cada uno de nosotros.
La paz de su semblante nos tranquilice. Los méritos de su cruz nos defiendan. El amor
de su corazón nos inflame. Los sufrimientos de su pasión nos consuelen. El
resplandor de sus llagas ilumine cada una de nuestras palabras y acciones. Y sus
brazos amorosos nos acojan un día en la gloria eterna del cielo.