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Simbólica del Tarot de Marsella

El Tarot de Marsella es un juego de cartas, uno de los más antiguos, en donde se manejan numerosos
símbolos y su interpretación nos introduce en el mundo de lo esotérico, el misterio y lo oculto. El
significado simbólico de estas Cartas fue estudiado e investigado por filósofos y científicos como así
también por distintas tradiciones, y este conocimiento fue transmitido a sus adeptos, a lo largo de
varios siglos.

No se sabe con exactitud cual es su origen. Se especula que fue traído e introducido en Europa por
tribus nómades o por gitanos que provenían de Oriente.

En el Siglo XVIII Court de Gèbelin, se apasiono por el estudio de estas cartas y su interpretación. Desde
que fueron conocidas en Europa, se fueron tejiendo distintas teorías, tratando de develar su
procedencia, pero a pesar de que, muchas de ellas sostienen que provine de las Indias, Egipto, China; o
sea la obra de Thot-Hermes Trimegisto, los bohemios, alquimistas, o cabalistas o de cualquier hombre
sabio; el Tarot nos muestra una iconografía medieval, mezclada con símbolos cristianos.

Este juego de Carta, consta de veintidós Arcanos Mayores y cincuenta y seis Arcanos Menores, haciendo
un total de 78 Arcanos.

Arcanos Mayores

El Loco
Este arcano no tiene número, pero se le puede asignar el 0 o el 22, significando el principio de un viaje
o su culminación, es llamado también comodín o Jocker. Su apariencia nos recuerda a un bufón.

Lleva únicamente un ato medio desinflado insertado en una vara, puesta sobre su hombro derecho,
para su viaje, también un bastón que le sirve a apoyo; su mirada puesta en lo lejano e indiferente al
perro, que en apariencia ha desgarrado su vestimenta a la altura de su glúteo al igual que parte de la
pierna, quedando al descubierto. Lo vemos irse y pareciera que fuerzas instintivas lo empujan; tal sea
su urgencia interior, que lo impulsa en esa búsqueda, para comprender las leyes del universo, lejos de
las convenciones y las normas sociales. Es un viajero errante sin ataduras, en una constante búsqueda
de significados, tal vez encontrado asimilando, para luego continuar andando en su perpetuo viaje a
través de la vida, sin que le inquieten los peligros que lo asechen u obstáculos a superar, tal vez de una
manera irracional, pero en su convicción de logar el conocimiento supremo.

El Mago
O prestidigitador, es la primera carta del Tarot, con su ropaje de vivos colores, su mesa de trabajo y en
la mano izquierda sosteniendo su varita mágica, que se eleva hacia el cielo indicando la búsqueda de lo
trascendente. En la mano derecha, hacia abajo sostiene una moneda símbolo de la materialidad, de
concreción y de la tierra. Se percibe la dualidad entre estos dos principios. En su constante ascenso y
descenso este mago tendrá que encontrar el equilibrio.
El sombrero: su forma, nos evoca un ocho acostado, el símbolo del infinito.
La mesa: de 3 patas sobre la cual dispone de varios objetos: se relacionan con los 4 elementos; los
arcanos menores, espadas, bastos, oros y copas, también una cinta ligeramente sujeta, que nos sugiere
enlazar, unir, vincular.
Este Juglar que no es solo un ilusionista o embaucador, esconde un profundo conocimiento y nos
muestra en esta diversidad, los tres mundos: Dios, el hombre y todo el universo, para alcanzar la
integración y nuestro destino.

La Sacerdotisa
La Papisa, segundo arcano. Vemos una mujer sentada sosteniendo en sus manos, un libro abierto, pero
solo visible a sus ojos, donde tal vez estén guardados todos los secretos del mundo, que semi-oculto
bajo su manto los atesora apaciblemente. Su figura es el reflejo de la sabiduría y del conocimiento de
los tres mundos, ya que su tocado pontificio los representa simbólicamente. Es la imagen de
interioridad, intuición, paciencia, estabilidad y reserva; que nos incita a mirar hacia nuestro interior, a
guardar silencio en una búsqueda interna, para conectarnos con nuestra esencia, vivenciando
experiencias espirituales.
El velo sobre sus hombros nos evoca el misterio, lo que se oculta tras aquel, y lo que tenemos que
develar.
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La Emperatríz

Tercer arcano. Imagen: Sentada en su trono, apoyada sobre dos columnas que en apariencia, podrían ser de
piedra. En su mano izquierda sostiene su cetro, coronado por un globo y una cruz, apuntada a lo trascendente;
Su figura detenta poder e inteligencia; la parte inferior reposa sobre su matriz, símbolo universal de la
fecundidad. Su imagen representa a la madre cósmica movilizada por el espíritu, generadora de vida y muerte;
su imagen ostenta la delicada belleza y armonía manifiesta en la naturaleza. Madre y esposa fiel, irradia
respeto, lealtad seguridad, distinción; se la relaciona con la gracia y la belleza de las formas.
En la diestra sostiene un escudo en el cual se resalta un Águila.

El Emperador

Cuarto arcano. Imagen; un rey, el soberano sentado pacíficamente en su trono, con su manto rojo, principio de
acción, de potencia; representante de un imperio; gobierna a su pueblo, ostentando su poder, el éxito, la
supremacía de la inteligencia por su alianza con la fuerza que penetra en este mundo, en el orden temporal y
material. La pierna izquierda cruzando la rodilla derecha, evoca la retención, la defensa; también el cuaternario
que se conforma, refleja solidez, tangibilidad, construcción, indicando su gobierno y autoridad en el dictado de
leyes en ese tiempo, que esta reflejado en los triángulos de su corona real, representando su sentido espacial
y temporal. Simboliza las estructuras sociales, familiares, siendo él, único centro de ese orden y constructor de
su reino, que se encuentra y acrecienta bajo su autoridad. Manifiesta la paternidad.
El escudo, apoyado en su trono sostenido por el pie derecho simbolizando el dominio se su poderío.

El Papa
O El Sumo Sacerdote, quinto arcano: es llamado también Hierofante con su corona pontificia que rebela su
poder espiritual, portando en su enguantada mano izquierda una triple cruz papal, indicando la potencia
creadora que atraviesa los 3 mundos, el del espíritu, la mente y el cuerpo. Sentado entre dos columnas azules
que evocar la imagen de templo. A sus pies dos personajes que pueden ser sus discípulos, a los cuales
instruye, uno de ellos, levanta su mano y representa el principio activo e intelectual, el otro quieto, pasivo
receptivo, absorto en su humildad, pero ambos en disposición de recibir sus enseñanzas; preservando los
secretos de ese conocimiento en el que son instruidos y que deberá ser transmitido y estar presente en la
tradición de la memoria activa.

El Enamorado
Sexto Arcano, aquí vemos una reunión de tres, que sugieren dos posibilidades y quizá opuestas; un joven,
tiene a su derecha una mujer madura, austera, con un tocado que sujeta sus cabellos, símbolo de sobriedad,
discreción y corrección, apoyando con familiaridad su mano izquierda sobre el hombro derecho del
enamorado. Es a ella a quien mira el enamorado. A su izquierda una joven, hermosa y sensual mujer, con su
cabellera rubia libre al viento y su mano izquierda apuntando al corazón de este enamorado: refleja una
encrucijada, dos caminos y la posibilidad de una elección. Sobre su cabeza Eros apuntándole con su flecha
certera, dirigida al corazón, vulnerando su razonamiento y encendiendo sus deseos hacia un amor tal vez
pasional y sexual. También simboliza a la madre y a la novia o amante. Ambivalencia, indecisiones, titubeos y
tentaciones entre el deber hacer y el sentir. Pero esta oposición nos insta a tomar partido.

El Carro
Séptimo arcano, en esta carta se observa a un personaje no tan joven, con su corona de oro dirigiendo su
carruaje hacia su meta. Parece encarar la victoria sobre las indecisiones anteriores ya que sobre cada hombro
hay un perfil de rostros humanos Se encuentra sobre el Carro sosteniendo en la mano derecha su cetro y con
la izquierda toca su cinturón; cuatro columnas mantienen los velos del carro. Una coraza en su pecho con
triple escuadra encarna el trabajo de construcción que deberá cumplir, en los distintos planos.
Los caballos de tiro, uno rojo y el otro azul al igual que sus ruedas, parecen dirigirse hacia lados opuestos;
pero este personaje real, sin contar con la riendas, dirige su carruaje, maniobrando y tal vez uniendo los
contrarios en este camino, o viaje que ha emprendido para arribar a su destino.

La Justicia

El octavo arcano, aquí se muestra una mujer sentada, en un trono amarillo, color solar, que sujeta una espada
con su mano derecha y una balanza con la izquierda que son atributos de la justicia. Con la Espada imparte
justicia y con la Balanza equilibra los opuestos en su tribunal. La justicia aplica la ley por igual a todos los
hombres, sin distinciones, aquí la podemos observar con los ojos sin cubrir, mirando con objetividad, y
manifestando sus juicios. La espada por su posición vertical, ascendente, nos señala su disposición y el
deber de discernir y atravesar el mundo de las apariencias. La balanza símbolo del equilibrio que solo es
alcanzado con equidad, moderación y mesura. También simboliza una justicia desapasionada, dura y tal vez
inflexible.

El Ermitaño

El noveno arcano, figura de un hombre, encorvado por el paso de los años, un peregrino, tal vez un sabio,
apoyado en su báculo que también cumple la función de arma. Camina por los senderos de la vida envuelto en
una capa; en su mano derecha, a la altura de la cabeza porta un farol, revela la luz del conocimiento,
parcialmente cubierta por su capa, es reflejada hacia su interior, ya que ese conocimiento debe ser guardado y
como maestro o guía, dado con discreción. Su imagen evoca, la reserva, la soledad, la experiencia, la mesura,
el camino y la dirección.

La Rueda de la Fortuna
El décimo arcano, la rueda de la vida en sus movimientos, reflejando el pasaje de sus ciclos. Evoca un viaje, un
camino, un inicio, su desarrollo y culminación que luego se vuelve a repetir en su incesante giro. Algunas la
consideran como rueda del destino, la ley de la existencia; nacimientos, muerte. Hoy arriba mañana abajo, la
alternancia.
Es una imagen dinámica de cambios y movimientos con un centro que es atravesado por una manija que
parece mantenerla unida a una estructura. Sus seis rayos rememoran la Rosa de seis pétalos símbolo de
occidente. Dos animales aferrados a la rueda giran en el movimiento circular que describe -uno parece
ascender en sentido anti-horario, mientras el otro desciende; sobre la rueda una pequeña plataforma, en la cual
se asienta una esfinge azul con corona de oro. También relacionada con, la suerte, la fortuna, los reveses,
caída e infortunio y el incesante cambio.

El Colgado
El arcano doce, vemos a un joven colgado por su pie izquierdo, con la otra pierna cruzada por la parte
posterior de la rodilla conformando el cuaternario y con sus brazos cruzados en la espalda formando el
ternario. A casa lado un árbol sobre montículos. Evoca lo arrevesado, lo que está de cabeza, fuera de un orden
natural. Tal vez nos sugiere una traición, un castigo, la expiación querida o sufrida, la impotencia. Nos sugiere
un nuevo comienzo, a través del sacrificio, un aprendizaje una nueva vía, donde hay entrega y quizá
regeneración. Aquí vemos una oposición, tal vez potencias ocultas lo lleven a la luz. Desde su fundamente
hacia arriba, una iniciación.

La Muerte
El decimotercero arcano, No tiene nombre solo vemos la imagen; la significación del 13 temido por muchos,
para algunos un número maléfico; sugiere la muerte el pasaje a otro estado. La figura, un esqueleto armado
con una guadaña, indica separación, fatalidad, corte desde la raíz, el cambio. Uno de sus pies hundido en la
tierra y con su guadaña rojo fuego ciega vidas y se observan miembros amputando de seres creados,
dispersos sobre la tierra negra. Bajo su pie derecho la cabeza de una mujer y cercano a la punta de su guadaña
una cabeza en apariencia de hombre coronado. La muerte tiene varias significaciones, es liberadora de
sufrimientos, simboliza lo efímero, final de un ciclo; abre el acceso al mundo del espíritu; ligada a la de
resurrección, en otro plano de existencia.

La Templanza
Es el decimocuarto arcano, la imagen una mujer con alas; en cada mano un cántaro, uno azul más elevado que
el rojo y desde el más alto vierte un líquido posiblemente el agua de vida, en dirección el otro de más abajo.
Simboliza la encarnación del espíritu en la materia. Imagen inspiradora dadora de vida, símbolo de purificación,
resurrección y ligazón de las energías espirituales y físicas, en una comunión cósmica. Armonía de la potencia
manifestada que deberá ser desplegada. Despertar del ser interior hacia estados sutiles de conciencia.
Concordancia de los opuestos e intercambio indefinido, entre el cielo y la tierra.

El Diablo

El decimoquinto arcano. Imagen de un personaje con alas de murciélago, con el torso desnudo parado, en
apariencia, sobre algo blando, que se encuentra sobre un caldero su pedestal. Sus pies semejan garras al igual
que sus manos. En su mano izquierda una espada; en la cabeza un tocado, en los costados sobresalen medias
lunas, hacia atrás un par de cuernos, similares al de los ciervos. Enlazados y anudados por el cuello dos
diablillos desnudos, un macho y hembra sujetos por un anillo a su pedestal. Este paisaje nos evoca el mundo
inferior caótico, la oscuridad, las tinieblas, el desorden, fuerzas ocultas, el sometimiento, los peligros, el
dominio, el abismo oscuro, la ignorancia, el desenfreno, la pasionalidad, los bajos instintos, esclavitud en los
apegos. Lo opuesto a la Luz.

La Torre
Decimosexto arcano. Aquí vemos una torre de piedra, fulminada por un rayo celestial, que se desmorona; dos
personajes cayendo. La Torre en el Tarot, es la primera construcción realizada por el hombre, evoca a la Torre
de Babel, una escalera al cielo, tratando de restablecer el vínculo primordial que se había perdido, elevándose
hasta el lugar donde moraban los dioses. Vemos el imponente rayo, manifestando todo su poder arrasando la
parte superior de la torre, siendo sus colores el rojo y amarillo.
La altura de la torre y su Corona pretenciosa es lo que está en juicio. Simbólicamente representa la ira divina
que destruye la torre, por la osadía de los seres humanos en querer elevarse a la altura de los dioses.
Recuerda la destrucción, ruina, catástrofe, desgracia, las empresas temerarias, y lo desmesurado. El rayo
divino ayuda a tomar conciencia y alcanzar la medida justa.

La Estrella
Es el decimoséptimo arcano. La figura es la de una mujer desnuda de cabellos rizados, que sostiene en cada
mano un cántaro rojo; su contenido azul lo vierte en el arroyo. Posa su rodilla en la tierra y apoya su pie con la
otra. Imagen: Un bello paisaje nocturno ordenado, que brinda la naturaleza, ella percibe el suave rumor del
agua que se desliza, el susurro del viento y los árboles; el delicado canto del pájaro y las estrellas
centelleantes irradiando sus efluvios; y ella siendo parte de esa armonía.
Simboliza el conocimiento originario sin artificios y nos evoca el abandonarse para experimentar y comprender
las leyes del universo, también la naturaleza, tanto humana como divina. Nos sugiere donación, entrega, ya
que no guarda nada para si; los sueños, el misterio, la creación en vías de realización del mundo o de sí
misma; el retorno a las fuentes, las energías terrestres y celestes.

La Luna
Decimoctavo arcano. Imagen: Paisaje nocturno imagen principal la luna llena, en el fondo dos torres, en el
centro dos perros aullando a la luna, rememora a Hécate con su jauría de perros; mas abajo un espejo de agua
azul por el cual avanza un enorme cangrejo reflejando interioridad. La luna domina el paisaje, reflejando,
tomando para sí todas las emanaciones del mundo.
Es la reina de la noche, representa el principio femenino, la imaginación, el inconciente, los sueños, las
fantasías, rige todos los líquidos (determina las mareas, la circulación de la sangre, la savia de las plantas,
ciclos femeninos. Relacionada con los estados de ánimos, y el quedar sumergidos en el inconsciente,
atrapados en las profundidades. Es luz refleja, el psiquismo desordenado, las apariencias, la recepción, los
viajes, favorece el retorno a sí mismo, la iluminación.

El Sol
Decimonoveno arcano; el centro de nuestro sistema solar alrededor del cual giran los planetas, como el
corazón en el centro de nuestro ser. Imagen: Personifica una gran cara con rayos donde domina el color
amarillo oro. Simboliza el intelecto, la luz y el calor, la inteligencia creadora, el principio masculino.
En la antigüedad muchos pueblos rendían culto al Sol y existen muchos mitos en distintas tradiciones.
Representa el brillo, el crecimiento, también, las cosechas. Figura: dos niños posiblemente gemelos, con
taparrabos, tocándose con sus manos. Algunos estudiosos ven en esta representación a un niño que
simboliza al espíritu, elemento solar, macho y en el otro, una niña símbolo lunar femenino, o dos principios
opuestos y a la vez complementarios. Refleja la fraternidad y la síntesis, cargados de potencia y relacionado
con el Sol que distingue los seres y la sombra, iluminándonos. Asociado con el oro, y con los metales en
general.

El Juicio
El arcano veinte. Paisaje: un ángel tocando la trompeta; Mas abajo, una persona desnuda de espaldas, sobre la
izquierda un hombre mayor a la derecha una mujer ambos desnudos y con las manos juntas en posición de
oración, parecen estar levantándose de una tumba.
Evoca la muerte y la trompeta el anuncio del Juicio, el renacimiento, donde se hace visible la luz que con el
advenimiento de un nuevo mundo en donde la verdad es accesible a todos como lo era en su origen.
Símbolo de ritos y ceremonias.

El Mundo

Vigésimo primer arcano. Imagen, la totalidad y como se expresa la evolución en su permanente cambio. En el
centro una mujer desnuda, la bailarina cósmica, con un velo sobre su hombro izquierdo que se desliza hasta la
parte inferior escondiendo las partes sexuales, una vara en cada mano para recoger los energías vitales del
cielo y de la tierra, una de sus pies apoyado, la otra pierna cruzada por atrás de la rodilla; coronando la rodea,
una guirnalda de hojas de tres colores y enlazadas por una cinta roja y anudadas en sus dos extremos, en sus
ángulos inferiores un Caballo o Toro y un León, en sus ángulos superiores un Ángel y un Águila, que nos
recuerda la visión de Ezequiel.

Evoca el cuaternario; los cuatro elementos del zodíaco, simbólicamente representan la tierra, el fuego, el aire y
el éter, analogía con los seminal el agua, y las estaciones. Armonía cósmica el caballo sin aureola, el hombre
punto de partida de toda evolución.

Simboliza la totalidad del mundo y del hombre, el cielo descendiendo sobre la tierra. La gran obra concluida

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arcanos-mayores/

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