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BIOGRAFIAS

Gonzalo de Berceo

Busto ideal de Gonzalo de Berceo.

Gonzalo de Berceo (Berceo, c. 1198 - antes de 1264) fue un poeta medieval nacido
en Berceo (La Rioja), uno de los máximos representantes del mester de clerecía. Profesó
como monje en el monasterio de San Millán de la Cogolla.

Índice
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 1Biografía
 2Milagros de Nuestra Señora
 3Gonzalo de Berceo y el Euskera
 4Referencias
o 4.1Enlaces externos

Biografía[editar]
Si queredes saber quién fizo esti dictado, / Gonçalvo de Berceo es por nombre
clamado, / natural de Madrid, en San Millán criado, / del abad Juan Sánchez notario
por nombrado.
Esto lo confirma dos veces el propio Gonzalo de Berceo al comienzo de su Vida de San
Millán de la Cogolla (3c, «el barrio de Verceo Madriz li yaz present'» y 19b, «en Verceo fui
nado, cerca es de Madriz»). Madrid, en efecto, era una aldea cercana a San Millán de la
Cogolla situada en la orilla del río Cárdenas y lindante con el pueblo de Berceo, en la
actual provincia de La Rioja. Por tanto, el riojano Gonzalo de Berceo se educó en el
cercano monasterio de San Millán de la Cogolla ("en Sant Millán de Suso, fue de niñez
criado") y llegó a ser un clérigo secular que trabajó primero como diácono (1221) y luego
como preste o presbítero (1237), maestro de los novicios y, según Brian Dutton, notario en
efecto del abad Juan Sánchez (1209-1253), en el citado monasterio de San Millán de la
Cogolla. Tuvo un hermano que, como él, era también clérigo. Recibió una educación muy
esmerada, pues se formó entre 1222 y 1227 en los recientemente creados estudios
generales (un antecedente medieval de las modernas universidades) de Palencia, los
primeros que hubo en España y fundados por el obispo don Tello Téllez de Meneses que
Berceo nombra en sus obras; allí había cuatro cátedras: teología, derecho canónico,
lógica y artes (gramática), por lo que el futuro poeta recibió una formación novedosa y
muy superior a la de los otros eclesiásticos de su mismo nivel. Sin embargo, a principios
del siglo XIII, el monasterio de San Millán atravesaba un periodo de decadencia de su
antiguo esplendor, que el poeta intentó combatir con sus escritos; debió fallecer ya a
mediados el siglo XIII, después de 1264.
Berceo fue el más importante representante del mester de clerecía. Depuró el
idioma castellano, en su variedad dialectal riojana, para lo cual trasvasó numeroso
vocabulario desde el latín (cultismos) y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y
del mester de juglaría. En su trabajo como notario eclesiástico, y con la intención de paliar
la decadencia del monasterio, llegó incluso a falsificar documentos para conseguir que los
reacios campesinos pagaran sus contribuciones al mismo.
Sus obras narrativas y didácticas en verso tratan siempre sobre tema religioso, y están
constituidas fundamentalmente por hagiografías, esto es, biografías de los santos, en
especial aquellos a los que se rendía culto en los monasterios con los que estuvo
vinculado: la Estoria de sennor San Millán, la Vida de Sancta Oria, virgen y La vida del
glorioso confesor Santo Domingo de Silos, por ejemplo. Actualmente, su obra más
conocida son los Milagros de Nuestra Señora. Otras obras suyas son El duelo que fizo la
Virgen María el día de la Pasión de su fijo Jesu Cristo, Del sacrificio de la Misa, De los
signos que aparecerán ante del Juicio, el Martiryo de Sant Laurencio, los Loores de
Nuestra Señora y tres Himnos, dedicados a Jesús, el Espíritu Santo y la Virgen.
No se muestra como un narrador original, ya que traduce ampliando obras escritas
anteriormente en latín (amplificatio); su originalidad y carácter artístico debe apreciarse en
el tratamiento de los temas, en el estilo, los detalles costumbristas y adaptaciones a la
mentalidad medieval y campesina que añade a dichos relatos. Alguna vez que otra deja
caer una pincelada de hondo contenido social:
Los omnes soberbiosos que roban los mezquinos / que les tuellen los panes e les
beben los vinos / andarán mendigando corvos, como onzinos; / cuntirán eso misme a
los malos merinos (Los signos del juicio final)
El ámbito de creación de su obra es culto, aunque se reviste de una apariencia
popular y utiliza elementos tradicionales; la estrofa que emplea para la versificación es
la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo: cuatro versos alejandrinos o de catorce
sílabas separados cada uno en dos mitades de siete sílabas por una cesura que
coincide con final de palabra y grupo fónico, impidiendo toda sinalefa, y con una única
rima consonante en todos sus versos.
Sus obras se pueden dividir en tres grupos:

1. Obras sobre la Virgen María: Loores de Nuestra Señora, Duelo que fizo la
Virgen y Milagros de Nuestra Señora.
2. Vidas de santos: Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo de
Silos, Poema de Santa Oria y Martirio de San Lorenzo.
3. Obras doctrinales: De los signos que aparecen antes del Juicio Final y Del
sacrificio de la misa.

Milagros de Nuestra Señora[editar]


Manuscrito del siglo XIV de los Milagros de Nuestra Señora.

Artículo principal: Milagros de Nuestra Señora

Comienza con una introducción alegórica en la que el autor se presenta a sí mismo en


una naturaleza idealizada, descanso del hombre, que simboliza las virtudes y
perfecciones de la Virgen. A continuación, se suceden veinticinco milagros realizados
por la Virgen a favor de personas de diversos grupos sociales y religiosos, que sienten
una gran devoción por ella.1 Berceo no inventa, sólo pretende difundir en lengua
romance los relatos ya existentes sobre la Virgen, los cuales él modifica con libertad.
Las principales características de los Milagros son las siguientes:

 Berceo introduce elementos cotidianos para atraer a sus oyentes.


 Emplea elementos del arte juglaresco, como el uso de expresiones para llamar la
atención de sus oyentes.
 Al final de cada relato aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender
al oyente las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen.
Se pueden distinguir tres grupos de milagros:

1. En los que María premia o castiga a los hombres, como "La casulla de San
Ildefonso".
2. En los que la Virgen perdona y logra salvar de la condenación a sus devotos,
como "El sacristán impúdico","El Judezno".
3. En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a
solucionar el conflicto, como "La abadesa encinta".

Gonzalo de Berceo y el Euskera[editar]


Antiguamente, aparte del castellano, se hablaba el euskera en La Rioja.
Concretamente, se sabe con seguridad que dicha lengua era utilizada en parte de La
Rioja Alta y probablemente también lo fuera en otras localizaciones de la región. Por
eso los textos de Gonzalo de Berceo, uno de los primeros escritores en lengua
española, se caracterizan por la abundancia de vasquismos en los mismos. En sus
escritos aparecen palabras vascas como beldur 'miedo' («don Belur» para referirse
al diablo), gabe 'sin' o 'privado de'; çatico, del vascuence zatiko, 'pedacito' o azcona,
'lanza'.2
Alfonso X el Sabio

BIOGRAFÍA
Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y de León, nació en el año 1221, y reinó entre 1252 y 1284
Hijo de Fernando III y Beatriz de Suabia.
Contrajo matrimonio, en 1249, con Violante de Aragón, hija del rey aragonés Jaime I el
Conquistador. A la muerte de su padre reanudó la ofensiva contra los musulmanes, ocupando las
fortalezas de Jerez (1253) y Cádiz (c. 1262). En 1264 tuvo que hacer frente a una importante
revuelta de los mudéjares asentados en el valle del Guadalquivir. La tarea más ambiciosa del rey
fue su aspiración al Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad
de su reinado. La última familia que había ostentado la titularidad del Imperio eran los Staufen,
de la que descendía por línea materna Alfonso X. Junto al rey sabio apareció otro candidato al
Sacro Imperio, el inglés Ricardo de Cornualles. En 1257 los siete grandes electores del
emperador no unificaron su decisión y durante varios años el Imperio estuvo vacante, ya que
ninguno de los dos candidatos consiguió imponerse. Finalmente, en septiembre de 1272 Rodolfo
de Habsburgo fue elegido emperador y en mayo de 1275 Alfonso X renunció definitivamente al
Imperio ante el papa Gregorio X.
Los últimos años de su reinado fueron especialmente sombríos. Desde 1272 un sector de la alta
nobleza se enfrentó al monarca. Además, la muerte en 1275 del infante Fernando, primogénito
de Alfonso X, abrió un disputado pleito de sucesión. Los hijos de este infante, los llamados
infantes de la Cerda, Alfonso y Fernando, pugnaron por la sucesión a la Corona con el infante
Sancho, segundo de los hijos de Alfonso X. Finalmente fue este último infante el que consiguió
imponerse en el trono.
Una de las facetas más importantes de su reinado fue su labor legisladora, indisolublemente
ligada a la introducción en Castilla y León del Derecho Romano. Bajo su impulso se organizó un
formidable corpus de textos jurídicos, tanto doctrinales como normativos. Sus obras más
significativas en este terreno fueron el Fuero Real, el Espéculo y las Siete Partidas.
Las grandes realizaciones del monarca en el campo de la cultura le merecieron con justicia el
apelativo de 'Sabio'. La nota más singular de su empresa cultural fue su vinculación simultánea a
Oriente y Occidente. Con él se desarrolló en la Corona de Castilla una cultura de síntesis, en la
que entraban ingredientes tanto cristianos como musulmanes y judíos. La fecundidad de la
colaboración entre intelectuales de las tres culturas tiene su máxima expresión en la Escuela de
Traductores de Toledo.
Falleció el el 4 de abril de 1284, en Sevilla.
BIBLIOGRAFÍA

Tablas astronómicas alfonsíes elaboradas en 1272.


Estoria de España y la Grande e General Estoria, redactadas en lengua romance como prueba
del importante apoyo del monarca al idioma castellano.
Cantigas, siendo las más conocidas las de carácter religioso o de Santa María.

Don Juan Manuel


Para otras personas del mismo nombre, véase Juan de Castilla.

Don Juan Manuel

Príncipe de Villena

Retrato que se supone representa a Don Juan Manuel. Retablo Virgen de la leche de

la catedral de Murcia.

Información personal
Otros títulos Señor de Escalona, Elche y Peñafiel

Nacimiento 5 de mayo de 1282


Escalona, provincia de Toledo, Castilla-La
Mancha, España

Fallecimiento 13 de junio de 1348 (66 años)


Córdoba, Andalucía, España

Entierro Convento de San Pablo de Peñafiel

Familia

Casa real Casa de Borgoña

Padre Manuel de Castilla

Madre Beatriz de Saboya

Cónyuge Véase Descendencia

Descendencia Véase Descendencia

Escudo de Don Juan Manuel

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Don Juan Manuel (Escalona, 5 de mayo de 1282 – Córdoba, 13 de junio de 1348),1 miembro
de la casa real y escritor en lengua castellana, fue uno de los principales representantes de
la prosa medieval de ficción, sobre todo gracias a su obra El conde Lucanor,2 conjunto de
cuentos moralizantes (exempla) que se entremezclan con varias modalidades de literatura
sapiencial.
Ostentó los títulos simultáneos de señor, duque y príncipe de Villena y señor
de Escalona, Peñafiel, Cuéllar, Elche, Cartagena, Lorca, Alcocer, Salmerón, Valdeolivas y Alm
enara. Fue además mayordomo mayor de los reyes Fernando IV y Alfonso XI, adelantado
mayor de Andalucía y adelantado mayor de Murcia.
Durante la última etapa de la minoría de edad de su sobrino, Alfonso XI de Castilla, fue tutor
del rey junto con el infante Felipe de Castilla y Juan el Tuerto.

Índice
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 1Biografía
 2Sepultura
 3Matrimonios y descendencia
 4Literatura
o 4.1Obras
o 4.2Estilo
 5Véase también
 6Notas
 7Referencias
 8Bibliografía
 9Enlaces externos

Biografía[editar]
Don Juan Manuel nació en el Castillo de Escalona, situado en la provincia de Toledo. Su
última carta, fechada en Castillo de Garcimuñoz el 14 de octubre de 1348, demuestra que
hubo de fallecer con posterioridad al 5 de mayo que en la mayoría de los libros viene como la
fecha oficial de su defunción.3
El padre de don Juan Manuel, Manuel de Castilla, era hermano del rey Alfonso X el Sabio e
hijo de Fernando III el Santo.4Quedó huérfano de padre en 1283 y de madre en 1290 cuando
tenía ocho años y fue el rey Sancho IV de Castilla su tutor.4 Don Juan Manuel heredó de su
padre el gran señorío de Villena, y el de Escalona; Peñafiel fue una donación de Sancho
IV con motivo de su nacimiento. Posteriormente, en 1330, recibió el título vitalicio de príncipe
de Villena merced de Alfonso IV de Aragón.
Fue educado como un noble, en artes tales como la equitación, la caza o la esgrima, pero sus
ayos se preocuparon de que aprendiese además latín, historia, derecho y teología; de esta
completísima educación hay recuerdos en el capítulo LXVII de su Libro de los estados.
Aunque en algunas ocasiones se proclamaba lego en sus obras, tal declaración era
convencional y obedecía al topos humilitatis o tópico de la humildad, para compartir la
ignorancia de su público por cortesía pedagógica; en realidad era un sabio de conocimientos
enciclopédicos, que dominaba el latín y el italiano, aunque no el griego.
Su religiosidad era tomista, vinculada a la orden de Santo Domingo.5 Literariamente, su
formación incluyó la lectura de diversos poemas del mester de clerecía (Libro de
Alexandre, Libro de Apolonio...), los tratados de Raimundo Lulio, la obra de Alfonso
X (especialmente, la Estoria de España), varios libros doctrinales como la Disciplina
clericalis de Pedro Alfonso, y colecciones de sentencias, proverbios y dichos de sabios
traducidos de lenguas orientales o del latín al castellano (Calila e Dimna, Sendebar...), etc.
Era un gran aficionado a la caza, disciplina a la que dedica enteramente el Libro de la Caça.
En él se describe la fauna de gran parte de sus señoríos, pues la conocía por sus experiencias
cinegéticas en especial la caza con halcones. En dicho libro también realiza descripciones
geográficas de los términos municipales que menciona.
A los ocho años perdió a sus padres y pudo disponer del amplio patrimonio de su familia; a los
doce años participó en la guerra para repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia. En
la lucha dinástica suscitada en Castilla a raíz de la muerte de Fernando de la Cerda,
primogénito de Alfonso X el Sabio, don Juan Manuel se puso siempre del lado de Sancho IV,
como también lo había estado su padre, y el rey correspondió a esta lealtad otorgándole su
protección.

Castillo de la Atalaya en Villena (Alicante)

Se casó tres veces, eligiendo a sus esposas por conveniencia política y económica y, cuando
tuvo hijos, se esforzó por emparejarlos con personas pertenecientes a la realeza. La primera
de sus esposas fue Isabel, hija de Jaime II de Mallorca, con la que se casó en 1299; sin
embargo, falleció dos años más tarde. Al morir Sancho IV, incumplió su promesa de proteger a
la reina regente María de Molina en la minoría de edad del futuro Fernando IV: los agobió con
todo tipo de exigencias y se mostró poco fiel, buscando la alianza de Jaime II de Aragón, para
lo cual le pidió en 1303 la mano de su hija Constanza, que aún tenía seis años, por lo que
quedaría recluida en el castillo de Villena durante otros seis años, hasta casarse con ella en
1311, cuando cumplió doce años. Durante la minoría de edad de Alfonso XI fue corregente del
reino hasta que el propio monarca le obligó a dejar el cargo.
En octubre de 1325 fue nombrado por Alfonso XI Adelantado mayor de Andalucía,6 y el 29 de
agosto de 1326 derrotó a los granadinos y al general meriní Abu Said Utman ben Abi-l-Ula,
más conocido entre los castellanos como Ozmín, en la batalla de Guadalhorce, donde
murieron unos 3000 musulmanes.7
Durante el reinado de Alfonso XI dio muestras de su carácter inquieto y levantisco, por
ejemplo cuando se enojó porque el rey no quiso casarse con su hija Constanza y le declaró la
guerra con la ayuda del rey de Granada; hechas las paces, recobró el cargo de Adelantado
mayor de Murcia que había perdido con esa situación y,4 ya viudo, se volvió a casar, en
terceras nupcias, con Blanca Núñez de Lara; entonces tuvo otro enfrentamiento con el rey
Alfonso XI, a quien no quiso aportar sus mesnadas para cercar Gibraltar; tras una nueva
reconciliación, volvió a encontrar un motivo de queja laboriosamente inventado y acusó al rey
de no permitir que su hija Constanza se casara con el infante Pedro, futuro rey con el nombre
de Pedro I; recobró la gracia real a tiempo para participar en la importante batalla del
Salado contra los benimerines y en la ulterior conquista de Algeciras.
Extensión del Señorío de Villena en tiempos de don Juan Manuel, alrededor de 1340.

Don Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época:
además de mantener él solo un ejército de mil caballeros, llegó a acuñar su propia moneda
durante un tiempo, tal y como hacían los reyes, para lo que dispuso una ceca o fábrica de
acuñación en su aldea de El Cañavate (Cuenca). Esta actividad molestó tanto a Alfonso XI
como a los reyes de Aragón. Las monedas que se conservan ponen en el anverso la leyenda
"SANTA ORSA" y en el reverso "A DEPICTA VIA CON", que hace referencia a su hija
Constanza.
El autor de El conde Lucanor compaginó durante toda su vida sus actividades como escritor y
como noble caballero, pero en su entorno se deslizaron críticas sobre su vocación literaria,
pues se pensaba que un noble de tan alto rango y prestigio no debía dedicarse a tales
actividades. Pero el placer que encontraba en la escritura y la utilidad que veía para los demás
en ella le llevaron a seguir con su actividad literaria.
En su época el trono de Castilla estuvo ocupado por dos monarcas que incluso llegaron a
trazar planes para matarlo: Fernando IV y Alfonso XI; sin embargo, este último le pidió la mano
de su hija Constanza solo como mera maniobra política para conservar su fidelidad, pues
luego dio largas al matrimonio y lo repudió cuando ya estaba concertado, confinando a la
joven en el Castillo de Toro;4 resulta así que el Rey no solo repudió a su hija, sino que no se la
devolvía ni le concedía permiso para que viajara a Portugal y se casara con el infante Pedro
de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I. Estas discordias entre rey y vasallo duraron
lo menos una década y al menos en dos ocasiones don Juan Manuel corrió el albur de ser
apresado por el monarca; no obstante, la necesidad del rey de asegurar la paz interior para
poder enfrentarse al rey de Marruecos y la mediación de Juana Núñez, suegra de don Juan
por su tercer matrimonio, consiguieron que el rey devolviese a don Juan Manuel sus bienes
embargados y los demás honores en 1337, poniendo fin a esta enemistad, que se consolidó
por fin con la autorización para la boda de Constanza, y hacia 1340 ambos se aliaron contra
los musulmanes en la batalla del Salado y les arrebataron la ciudad de Algeciras tras
un prolongado asedio.
Participó en las cortes de Alcalá, donde intervino en el incidente protocolario que dio origen a
la famosa frase, atribuida a Alfonso XI, Por Castilla hablaré yo.
Tras estos acontecimientos, el infante don Juan Manuel dejó la vida política y se retiró
al Castillo de Garcimuñoz, donde pasó sus últimos años entregado a la literatura. Orgulloso de
sus obras, decidió reunirlas todas en un solo volumen, que dejó en el convento de San
Pablo en Peñafiel para que no sufrieran las alteraciones de los copistas.
Don Juan Manuel falleció en la ciudad de Córdoba en el 13 de junio de 1348.

Sepultura[editar]

Urna de piedra donde reposan los restos de Don Juan Manuel. Convento de San Pablo de Peñafiel.

Después de su defunción en la ciudad de Córdoba, el cadáver de Don Juan Manuel fue


trasladado a la villa de Peñafiel, donde recibió sepultura en el convento de San Pablo que el
propio escritor había fundado en 1318 con la intención de que a su muerte sus restos
reposaran en la capilla mayor de la iglesia conventual.
No obstante, en 1955 fue hallada una caja de madera en el lado de la Epístola de la iglesia del
convento de San Pablo en la que aparecieron unos restos humanos, que fueron identificados
por diversos historiadores como los restos de Don Juan Manuel, pues al limpiar el muro de
piedra apareció, oculta bajo una espesa capa de yeso la siguiente inscripción,8 que también
fue consignado en siglos pasados por otros historiadores:a

Fernando de Rojas
Fernando de Rojas

Fernando de Rojas (La Puebla de Montalbán, Toledo, c. 1470-Talavera de la Reina, Toledo,


1541) fue un dramaturgo español, autor de La Celestina.

Índice
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 1Biografía
 2Fernando de Rojas como personaje de novela
 3Véase también
 4Referencias
 5Bibliografía
 6Enlaces externos

Biografía[editar]
Nació en La Puebla de Montalbán (Toledo) hacia 1470, en el seno de una familia de judíos
conversos1 y probablemente criptojudíos,2 que reaparece en posteriores procesos
inquisitoriales por mantener el judaísmo a escondidas de la Inquisición. Rojas ayudó a
miembros de su familia, los llamados marranos o criptojudíos (Anusim en la literatura
rabínica), afectados por las persecuciones de la Inquisición. Su familia habría sido perseguida
y él mismo aparece en documentos, en unos versos acrónimos, como acusado por
la Inquisición, documentos que demuestran que fue el autor de La Celestina.
Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca, según él mismo afirma en La carta del
autor a un amigo suyo, que precede el texto de su obra. Parece documentado que hacia 1496-
1497 habría obtenido su grado de Bachiller en Leyes.
Portada de La Celestina en su versión definitiva de Tragicomedia.

Hoy no se duda de que sea el autor de La Celestina, que habría escrito con pocos más años
que su protagonista, Calisto, que cuenta con veintitrés. Fernando de Rojas rondaría los
veinticinco. El autor reveló su nombre y lugar de nacimiento en un famoso acróstico al
principio de la segunda edición del año 1500. No se le conoce ninguna otra obra ni es
mencionado por ninguno de sus contemporáneos.
Se sabe que estaba establecido en Talavera de la Reina, población de la que algunos autores
piensan que fue alcalde3 y casado allí. Su condición de converso influye en el argumento de
su obra, que a decir de la mayoría de los críticos es obra de alguien de esta condición: se ha
dicho que la ausencia de fe firme justificaría el pesimismo de La Celestina y la falta de
esperanza patente en su dramático principio.
Murió en 1541 en Talavera de la Reina, entre el 3 y el 8 de abril. Sus restos fueron enterrados
en el convento de la Madre de Dios de esa ciudad y en los años 80 fueron trasladados a
la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera. Se conserva su testamento, fechado ese
día 3, muy detallado, que ha sido el deleite de los críticos al poder estudiar su abundante
biblioteca. Dejó los libros de Derecho a su hijo, que también fue abogado, y los de literatura
profana a su esposa. En el inventario de su biblioteca solo figura un ejemplar de La
Celestina (cuando murió había al menos 32 ediciones de la obra) y ninguno de la Segunda
comedia de La Celestina y de la Tercera parte de la tragicomedia de Celestina, publicadas en
vida de Rojas.

Fernando de Rojas como personaje de novela[editar]


Jorge Manrique
Jorge Manrique
Retrato de Jorge Manrique por Juan de Borgoña1

Información personal

Nacimiento 1440
Paredes de Nava, Castilla, España

Fallecimiento 27 de marzo de 1479 o 1479


Santa María del Campo, España o Castillo de
Garcimuñoz, España

Nacionalidad Castellano

Lengua
Castellano
materna

Familia

Familia
Casa de Lara
nobiliaria

Padre Rodrigo Manrique


Cónyuge Guiomar de Castañeda

Hijos Luis y Luisa

Información profesional

Ocupación Poeta y soldado

Años activo Prerrenacimiento

Lengua de
producción Castellano
literaria

Género Poesía

Obras
Coplas por la muerte de su padre
notables

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Jorge Manrique (Paredes de Nava, Palencia, c. 1440 - Santa María del Campo
Rus, Cuenca, 24 de abril de 1479)3 2 fue un poeta castellano del Prerrenacimiento, sobrino del
también poeta Gómez Manrique. Es autor de las Coplas a la muerte de su padre, uno de los
clásicos de la literatura española de todos los tiempos.

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 1Biografía
 2Obra
 3Referencias
 4Bibliografía
 5Enlaces externos

Biografía[editar]
Se cree que Jorge Manrique nació en Paredes de Nava, actual provincia de Palencia, aunque
también cabe la posibilidad de que naciese en Segura de la Sierra, en la actual Jaén, cabeza
de la encomienda que administraba el maestre Rodrigo Manrique, su padre y principal
estancia de los Manrique. Se suele afirmar que nació entre la segunda mitad de 1439 y la
primera de 1440, pero lo único cierto es que no nació antes de 1432, cuando quedó
concertado el matrimonio de sus padres, ni después de 1444, cuando Rodrigo Manrique,
muerta doña Mencía de Figueroa, madre de Jorge Manrique y natural de Beas, pidió dispensa
para casarse de nuevo.
La misma indeterminación existe en torno a su infancia, que quizá transcurrió en Segura de la
Sierra, y su juventud, hasta 1465, año en que un documento le cita por vez primera. Lo que es
seguro es que asumió por completo la línea de actuación política y militar de su extensa
familia castellana: como sus demás parientes, fue partidario de combatir a los musulmanes y
participó en el levantamiento de los nobles contra Enrique IV de Castilla, intervino en la victoria
de Ajofrín y también jugó un papel en las intrigas y luchas en torno a la subida al trono de
los Reyes Católicos, a favor de Isabel I y contra Juana la Beltraneja.

Monumento a Jorge Manrique en su Paredes de Nava natal

Su padre, Rodrigo Manrique, Conde de Paredes de Nava, que era maestre de la Orden de
Santiago (aunque nunca fue oficialmente reconocido como tal), fue uno de los hombres más
poderosos de su época y murió víctima de un cáncer que le desfiguró el rostro en 1476. Su
madre murió cuando Jorge era un niño. Estudió Humanidades y las tareas propias de militar
castellano. Su tío, Gómez Manrique, era también poeta eminente y autor dramático, y no
faltaron en su familia otros hombres de armas y letras. La familia de los Manrique de Lara era
una de las más antiguas familias nobles de España y poseía algunos de los títulos más
importantes de Castilla, como el Ducado de Nájera, el Condado de Treviño y el Marquesado
de Aguilar de Campoo, así como varios cargos eclesiásticos. Jorge Manrique se casó en 1470
con la joven hermana de su madrastra, doña Guiomar de Castañeda.
A los 24 años participó en los combates del asedio al castillo de
Montizón (Villamanrique, Ciudad Real), donde ganó fama y prestigio como guerrero.
Su lema era «Ni miento ni me arrepiento». Permaneció un tiempo preso en Baeza donde
murió su hermano Rodrigo, tras su entrada militar en la ciudad para ayudar a sus aliados, los
Benavides, frente a los delegados regios (el conde de Cabra y el mariscal de Baena). Se
enroló después con las tropas del bando de Isabel y Fernando en la guerra contra los
partidarios de Juana la Beltraneja. Como teniente de la reina en Ciudad Real, junto a su padre
Rodrigo, hizo levantar el asedio que a Uclés habían puesto Juan Pacheco y el arzobispo de
Toledo Alfonso Carrillo de Acuña. En esa guerra, en una escaramuza cercana al castillo de
Garcimuñoz en Cuenca, defendido por el Marqués de Villena, fue herido de muerte en 1479,
probablemente hacia la primavera. Como con el nacimiento, hay distintas versiones sobre el
suceso: algunos cronistas coetáneos como Hernando del Pulgar y Alonso de Palencia dan
testimonio de que murió en la misma pelea, frente a los muros del castillo, o justo a
continuación.4 Otros, como Jerónimo Zurita, sostuvieron con posterioridad (1562) que su
muerte tuvo lugar días después de la batalla, en Santa María del Campo Rus (Cuenca), donde
estaba su campamento. Rades de Andrada señaló cómo se le encontraron entre sus ropas
dos coplas que comienzan «¡Oh mundo!, pues que me matas...». Fue enterrado en el
monasterio de Uclés, cabeza de la orden de Santiago. La guerra terminó pocos meses
después, en septiembre.
Señor de Belmontejo de la Sierra (actual Villamanrique), comendador del castillo de Montizón,
Trece de Santiago, duque de Montalvo por concesión aragonesa y capitán de hombres de
armas de Castilla, fue más un guerrero que escritor, pese a lo cual fue también un insigne
poeta, considerado por algunos como el primero del Prerrenacimiento. El idioma castellano
sale de la Corte y de los monasterios para encontrarse con el autor individual que, frente a un
hecho trascendental de su vida, resume en una obra todo el sentir de su corta existencia y
salva para la posteridad no sólo a su padre como guerrero, sino a sí mismo como poeta.

Obra[editar]
Su obra poética no es extensa, apenas unas 40 composiciones. Se suele clasificar en tres
grupos: amoroso, burlesco y doctrinal. Son, en general, obras satíricas y amorosas
convencionales dentro de los cánones de la poesía cancioneril de la época, todavía bajo
influencia provenzal, con un tono de galantería erótica velada por medio de finas alegorías.

Primera página de las Coplas.

Sin embargo, entre toda ella, destacan de forma señera por unir tradición y originalidad
las Coplas por la muerte de su padre. En ellas Jorge Manrique hace el elogio fúnebre
o planto de su padre, Don Rodrigo Manrique, mostrándolo como un modelo de heroísmo, de
virtudes y de serenidad ante la muerte. El poema es uno de los clásicos de la literatura
española de todos los tiempos y ha pasado al canon de la literatura universal. Lope de
Vega llegó a decir de ella que «merecía estar escrita en letras de oro». En ella se progresa en
el tema de la muerte desde lo general y abstracto hasta lo más concreto y humano, la muerte
del padre del autor. Esboza Manrique la existencia de tres vidas: la humana y mortal, la de la
fama, que es más larga, y la eterna, que no tiene fin. El propio poeta se salva y salva a su
padre mediante la vida de la fama que le otorgan no sólo sus virtudes como caballero y
guerrero cristiano, sino mediante la palabra poética; tal como concluye el poema:
Dejónos harto consuelo
su memoria.
Coplas por la muerte de su padre, vv. 479-480.

La memoria que deja su hijo en estas coplas y que sirve para salvar tanto al padre guerrero
como al hijo poeta para la posteridad. La métrica adoptada, la copla de pie quebrado, presta al
poema, al decir de Azorín en Al margen de los clásicos, una gran sentenciosidad y un ritmo
quebradizo y fúnebre como el repique funeral de una campana. La inspiración bíblica viene
desde el Eclesiastés y los Comentarios morales al Libro de Job de San Gregorio. Resuena
asimismo el fatalismo de los tópicos medievales del ubi sunt?, vanitas vanitatum, homo viator.
Se dispone actualmente de una edición crítica de las Coplas debida a Vicenç
Beltrán (Barcelona: PPU, 1991); los testimonios más antiguos de las Coplas a la muerte de su
padre proceden de los cancioneros de Baena, de Egerton y de Oñate-Castañeda, así como de
las primeras ediciones (las de Pablo Hurus y Centenera). Fueron glosadas por innumerables
autores (Alonso de Cervantes, Rodrigo de Valdepeñas, Diego Barahona, Jorge de
Montemayor, Francisco de Guzmán, Gonzalo de Figueroa, Luis de Aranda, Luis
Pérez y Gregorio Silvestre) e incluso merecieron el honor de una traducción al latín, y su
influjo se hace sentir en grandes poetas como Andrés Fernández de Andrada, Francisco de
Quevedo o Antonio Machado.
Los recursos métricos de su poesía prefieren las formas pequeñas y preciosistas frente a las
vastas composiciones denominadas decires. Se limitan al uso reiterado de la canción
trovadoresca, la copla real, la copla castellana, la copla de pie quebrado (de la que fue
inventor su tío, el también gran poeta Gómez Manrique), la esparza (una sola estrofa que
condensa un pensamiento artísticamente expresado) y la copla de arte menor. La rima en
ocasiones no está muy cuidada. No abusa del cultismo y prefiere un lenguaje llano frente a
poetas como Juan de Mena y el Marqués de Santillana y, en general, de la lírica cancioneril de
su tiempo; ese es un rasgo que individualiza bastante al autor en una época en que la
presunción cortesana hacía a los líricos cancioneriles exhibir su ingenio mediante un
prematuro conceptismo o bien demostrando sus conocimientos con el latinizamiento de
la escuela alegórico-dantesca. El estilo de Jorge Manrique anuncia la claridad y el equilibrio
renacentistas, y la expresión es llana y serena, acompañada de símiles, como es propio
del sermo humilis o estilo humilde, el natural y común de la literatura didáctica. Hay incluso
vulgarismos, que dan un aire de sencillez y sobriedad, y que los hace encajar perfectamente
en las técnicas retóricas y juegos de palabras típicos de los poetas cuatrocentistas. Por otra
parte, la importancia que se da a la vida que proporciona la fama y la gloria mundana, frente
al ubi sunt? medieval, es también un rasgo de antropocentrismo que anuncia el Renacimiento.
Las dos composiciones dedicadas a su mujer deben ser de la época de su matrimonio, hacia
1470; las Coplas, del verano de 1477; las Coplas póstumas serán, según la rúbrica que las
acompaña, de poco antes de su muerte y la Pregunta a Guevara, de hacia 1465.

Referencias[editar]
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