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Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA)


Las Américas Institute of Technology
(I T L A) www.itla.edu.do

Centro de Excelencia de Formación Humanística Integral en


Valores y Ética Profesional.

Curso:
Ética III: Ética y Valores.

Nomenclatura Curso: E3-003

Docente:
Pbro. Lic. Diómedes Antonio Ángeles Fernández
(Magíster)

Junio de 2008
Santo Domingo, República Dominicana.
2

INDICE–CONTENIDO

Págs.:

Prólogo……………………………………………………………

Introducción…………………………………………………......

Justificación………………………………………………………

Metodología………………………………………………………

Módulo I: Conceptualización - Introducción

1.1.- ¿Qué son los valores?


1.2.- La interiorización de los valores
1.3.- Funcionalidad de los valores
1.4.- Pedagogía de los valores
1.5.- La aceptación de sí mismo
1.6.- Dimensiones morales de la persona

Módulo II: Personalidad: temperamento y carácter


2.1.- Temperamento
2.2.- Carácter
2.3.- Factores que configuran el carácter
2.4.- La familia como agente educador
2.5.- Clarificación de los valores
2.5.1.- Origen y desarrollo de la clarificación
de valores
2.5.2.- Proceso de valorización

Módulo III: Valores humanos o virtudes humanas

3.1.- La responsabilidad como valor


3

3.1.1.- Interacción de algunos valores y contravalores a la


responsabilidad.

3.2.- La Sinceridad como valor


3.2.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la Sinceridad
3.3.- El diálogo como valor
3.3.1.- Interacción de algunos valores y
contravalores respecto al diálogo
3.4.- La confianza como valor
3.4.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la confianza
3.5.- La autoestima como valor
3.5.1.- Interacción de algunos valores contravalores respecto
a la autoestima
3.6.- La creatividad como valor
3.6.1.- Interacción de algunos valores contravalores respecto
a la creatividad
3.7.- La paz como valor
3.7.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la paz
3.8.- La amistad como valor
3.8.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la amistad
3.9.- El respeto como valor
3.9.1.- Interacción de algunos valores y contravalores con
relación al respeto
3.10.- La justicia como valor
3.10.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la justicia
3.11.- La comprensión como valor
3.11.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la comprensión
3.12.- El compartir como valor
3.12.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto al compartir
4

Módulo IV: Otros Valores

4.1.- El orden
4.2.- La obediencia
4.3.- La generosidad
4.4.- La paciencia
4.5.- La laboriosidad o el trabajo
4.6.- La perseverancia
4.7.- La fortaleza
4.8.- El patriotismo
4.9.- La sencillez
4.10.- La sociabilidad
4.11.- El pudor
4.12.- El optimismo
4.13.- La humildad
4.14.- La audacia
4.15.- La lealtad
4.16.- La gratitud

Bibliografía
5

Desarrollo del Curso: E3-003

(Ética 3: Ética y Valores)

Nomenclatura del Curso: E3-003


Prerrequisitos: Ética Social
Nomenclatura del Prerrequisito: E2-002
Número de Créditos: 3
Horas Teóricas: 28
Horas Prácticas: 14
Horas de Investigación: 42

Introducción:

Actualmente se habla mucho de la ausencia de valores, y por tanto


de la necesidad de los valores en distintos campos de la vida social, pues
nuestra sociedad actual está desvalorizada porque provoca la creación
de un tipo de hombre/mujer: el hombre/mujer masa; la desintegración
de las relaciones humanas; la función manipuladora de la sexualidad y
del amor (usar y tirar); la agresividad consumística nunca satisfecha,
como la forma de relación interhumana; el empobrecimiento creativo
del espíritu humano.

Justificación:

El hombre actual está experimentando la degradación de la razón,


la cual acaba en una rápida propagación de éticas irracionales. No
podemos dejar desaparecer la utopía de una nueva y mejor sociedad, la
utopía del hombre nuevo, porque de lo contrario se fabricaría otra
utopía a-social.

Lo que se quiere con esta unidad es hacer una búsqueda de fines y


sentidos. Cansados de la razón instrumental se busca un horizonte de
finalidades y significación.
6

Metodología:

Recursos:
-Audio-Visuales
-Salón de Clases
-Bibliográficos [1]
-Material Gastable
-Internet
7

Módulo I: Conceptualización – Introducción

1.1.- ¿Qué son los valores?

Con su capacidad intelectual el ser humano puede emitir juicios


lógicos y racionales sobre las distintas realidades, y al mismo tiempo
juicios meta-lógicos sobre las cosas, los cuales van más allá de lo
meramente racional.

Los valores se incluyen en los juicios meta-lógicos sobre las cosas,


pero los valores no existen como realidades separadas de las cosas o del
hombre, pues quien hace una valoración de las cosas es el mismo
hombre. Es decir, los valores están ligados a las cosas y no pueden
existir desligados de ellas.1

Todo lo que existe tiene una razón para existir, y en esta razón está
su sentido y su valor. Es decir, todo lo que existe es bueno, es un bien,
vale. Y llamamos Bien a aquel o aquello que porta valor o valores. De
modo que el valor es aquello por lo cual apreciamos las cosas (“Los
valores se perciben mediante una operación no intelectual llamada
estimación”)2, lo que hace buenas a las cosas.

Es así como el valor brota de la relación dinámica entre sujeto-


objeto, conciencia-realidad, estimación-ideal. El cambio producido en
cualquiera de estos polos, produce, a su vez, un cambio en la
manifestación de los mismos valores. Y dicha realidad indica una
concepción relacional del valor y no un relativismo del valor, puesto que
1
Cfr. TIERNO, Bernabé: Valores Humanos. Taller de Editores S. A., 12ª edición, Madrid, 1996, Pág.
15. Como nos sugiere el mismo Tierno: “Los valores no son ni meramente objetivos ni meramente
subjetivos, sino ambas cosas a la vez: el sujeto valora las cosas, y el objeto ofrece un fundamento para
ser valorado y apreciado”.

2
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH,
Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores –Materiales, Textos, Recursos y Técnicas-. Editorial NARCEA, Séptima edición, Madrid, 1999,
Pág. 19. Es decir, “Cualquier valor está vinculado a la reacción del sujeto que lo estima; por ejemplo:
ante el valor del amor uno puede reaccionar sublimándolo y otro encarnándolo… Hay unos más
estimables que otros, les otorgamos una jerarquía. Según ésta, los valores pueden clasificarse en
vitales, materiales, intelectuales, morales, estéticos y religiosos”.
8

el ser del valor consiste en impulsar la acción del hombre hacia una
meta elevada.3

El valor es entonces estable y permanente, objetivo y universal,


pero, también, dinámico y cambiante, relativo y subjetivo. Y esto así por
las diversas manifestaciones culturales de las distintas sociedades. Es
decir, el valor, siendo el mismo (justicia, solidaridad, hospitalidad)
encuentra formas diferentes de manifestación.

Sin embargo, los hombres, que son el valor esencial de la


humanidad, poseen siempre más motivos para la identidad que para la
diferenciación. Como nos señalan Pedro Ortega y Ramón Mínguez en
una citación que hacen:

“Los hombres, lo mismo que las culturas, al final tienen más de común
que de diferente, sencillamente porque el ser humano es ante todo
humano y constituye una única especie, presentando las razas y las
culturas una variabilidad que afecta más a lo superficial y anecdótico
que a lo profundo y esencial”.4

El valor es una realidad cotidiana que acontece en la vida de toda


persona, y no se puede entender la persona sin la presencia de los
valores, ni la construcción de la persona sin la apropiación de valores.

“El término valor, está relacionado con la propia existencia de la


persona, afecta a su conducta, configura y modela sus ideas y
condiciona sus sentimientos. Se trata de algo cambiante, dinámico, que,
en apariencia, hemos elegido libremente entre diversas alternativas.
Depende, sin embargo, en buena medida, de lo interiorizado a lo largo

3
Es decir, porque las diferentes manifestaciones culturales no valgan igual, no por ello podemos
tildar un valor como relativo. Por ejemplo, no es lo mismo amputar una mano al ladrón que
someterlo a un proceso de reeducación, si con ello se quiere preservar o defender el derecho de
propiedad, entendida ésta como un valor a proteger por la sociedad.

4
ORTEGA RUIZ, Pedro y MINGUEZ VALLEJOS, Ramón: Los valores en la educación. Editorial
Ariel, 1ra. Edición, Barcelona, 2001, Pág 22.
9

del proceso de socialización y, por consiguiente, de ideas y actitudes que


reproducimos a partir de las diversas instancias socializadoras”.5

1.2.- La interiorización de los valores.

Lo normal es que cada ser humano, con cada una de sus


actuaciones, pues busque ser feliz; y en esa búsqueda de la felicidad
realiza evidentemente el bien que la razón práctica le propone como
objetivo. De tal manera que ningún ser humano, en su sano juicio,
elegiría un contravalor que atente contra sí mismo, o su crecimiento, o
su felicidad.

Pero los valores nacen con el mismo hombre, pues éste es quien
hace una valoración de las cosas y establece un orden jerárquico entre
los bienes que le solicitan y entre los bienes a que aspira. Es decir, los
valores, además de que son propuestos por la sociedad y la cultura en
que nacemos, son asimilados por cada sujeto en un orden de
importancia a partir de la incidencia interior que los mismos
proporcionen a la persona.

En este contexto podemos entender que el hombre tiene la


capacidad de sacrificar una serie de valores en la sociedad por otros
valores considerados más sublimes. Por ejemplo, en frases como estas
descubrimos dicha actitud: “…el dinero debe servir a la persona y no la
persona al dinero”; “el sexo es un medio para expresar el amor y no un
fin en sí mismo”; “se puede renunciar a la propia comodidad para dar
un minuto de felicidad a alguien”.

En cada ser humano reside el poder de decisión sobre los valores


que regirán su vida, los cuales indicarán el grado de formación y
educación de cada persona, y que sobre todo rebelarán las características
del proyecto de vida de cada uno. Bernabé Tierno nos añade:

5
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH,
Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores, op. cit., Pág. 20.
10

“Si la distinta jerarquización de los valores es lo que otorga la talla


moral a cada individuo, es evidente que la educación de una persona
dependerá sin duda de esta escala moral que haya interiorizado, y que
se encuentra en congruencia con el propio proyecto de vida como
canalización de todas sus energías”.6

De aquí se desprende la importancia capital de la enseñanza de los


valores, pues los mismos son los que dan dirección y sentido a las
decisiones, acciones y a la vida de cada ser humano, de un profesor y de
un alumno.

1.3.- Funcionalidad de los valores

Los valores llevan dentro de sí una funcionalidad (sirven para


algo), la cual no es real porque la posean ellos mismos, sino que se hace
real en cuanto que el hombre usa los valores a partir de sus necesidades
humanas, físicas, intelectuales, relacionales. Por ejemplo, un pedazo de
pan y un vaso de agua tienen mayor valor para una persona que está
muriendo de hambre que para un glotón, quien después de hartarse,
siente náuseas con sólo mencionarle la comida. O también: una
moneda de $500 pesos tiene mayor valor para un hombre desempleado
y con una familia larga, que para un gran empresario que todavía está
soltero.

Esto significa que la valoración que hacemos de las cosas no la


efectuamos con la sola razón, sino con el sentimiento, las actitudes, las
obras, con todo nuestro ser. Tal realidad la notamos, sobre todo, al
contemplar una obra de arte, digamos una pintura, una obra
arquitectónica, una estatua, una composición musical, pues con
frecuencia sentimos un escalofrío que conmueve nuestro ánimo y nos
impulsa a expresar exclamaciones de admiración o aprobación.7
6
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Pág. 17.

7
Por ejemplo, son muy variados los sentimientos que experimenta una persona al contemplar los
museos vaticanos, pues ante las antigüedades artísticas que representan los frescos, pinturas y
esculturas que allí se exhiben, un apasionado del arte podrá permanecer durante meses en un éxtasis
creciente, y quizás una persona con precaria formación artística resulte aburrido con rapidez.
11

Es difícil expresar lo que sentimos, mas el juicio que emitimos


sobre la belleza contemplada estará distante de ser un juicio teórico. Es
decir, tiene un significado que apunta a una realidad que trasciende al
ser que contempla. Tierno nos lo dice de manera elegante:

“El mundo de los valores constituye la puerta de entrada al mundo de


la trascendencia, puesto que los valores pueden hacer referencia a una
realidad metaempírica (realidad no verificable ni por los sentidos ni por
la lógica de la razón)”.8

1.4.- Pedagogía de los valores

En las diversas etapas de nuestra formación humana e intelectual


es imprescindible la siembra y asimilación de valores.

Es un hecho que antiguamente la escuela transmitía los valores


que marcaba la religión y el Estado, que eran también los que se vivían
en la sociedad, con lo cual no había problema de conflicto.

Sin embargo, una vez que esos valores no han sido interiorizados
por la mayoría, no han tenido sentido o han sido rechazados fuera del
ámbito escolar, se han creado situaciones conflictivas en lo afectivo,
escolar, laboral y familiar (inseguridad ciudadana, violencia, desorden
familiar, agresividad).9
Insertar en los centros educativos una pedagogía de los valores es
educar al alumnado para que se oriente hacia el valor real de las cosas.
Por esta pedagogía, las personas implicadas creen que la vida tiene un
sentido, reconocen y respetan la dignidad de todos los seres.

8
Ibid.

9
Cabe destacar que los cambios traen a su vez resultados positivos: “La crisis de los sistemas de
valores y de las religiones puede que en el fondo no sea tan negativa; la humanidad ha sufrido y está
sufriendo un profundo cambio, es una etapa nueva; por ello, debemos estar atentos a los valores que
van emergiendo, dispuestos a modificar nuestra forma de actuar como elementos efectivos de esta
dinámica” (CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo
educar en valores, op. cit., Pág. 20.
12

Todos los valores que configuran la dignidad del ser humano, son
el fundamento de un diálogo que hará posible la paz entre todos los
pueblos. “La Declaración Universal sobre los Derechos Humanos de la
ONU no hace más que recoger el común sentir de los hombres que
reconocen los valores que dignifican y acompañan la existencia de
cualquier ser humano”.10

El objetivo de la educación en valores es ayudar al educando a


moverse libremente por un universo de valores para que aprenda a
conocer, querer e inclinarse por todo aquello que sea noble, justo y
valioso.

Pero educar en los valores es educar moralmente, porque son los


valores los que enseñan al individuo a comportarse como hombre,
establecer una jerarquía entre las cosas, llegar a la convicción de que
algo importa o no importa, vale o no vale, es un valor o un contravalor.11

La educación moral tiene el objetivo de lograr nuevas formas de


entender la vida, de construir la propia historia personal y colectiva. A
su vez promueve el respeto a todos los valores y opciones, no defiende
valores absolutos aunque no es relativista, no toma una posición
autoritaria (solución única) ni una posición libertaria (haz lo que te
apetezca).
Ante un conflicto de valores es necesario conjugar estos dos
principios:

1) La autonomía personal frente a la presión colectiva.

2) La razón dialógica en oposición al individualismo que olvida los


derechos de los demás.

Los criterios para vivir en sociedad desde el punto de vista moral


son:
10
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Pág. 18.

11
Contravalor es todo aquello que dificulta al hombre llegar a ser más persona y le resta humanidad.
13

1) La crítica, como instrumento de análisis de la realidad que nos


rodea y para cambiar todo lo que sea injusto.

2) La alteridad, que nos permite salir de nosotros mismos para


establecer unas relaciones óptimas con los demás.

3) Conocer los derechos humanos y respetarlos.

4) Implicación y compromiso. Es la parte activa, evita que los


otros criterios queden reducidos a una simple declaración de
buenas intenciones.

La pedagogía escolar y universitaria debe interesarse y ocuparse


de la educación moral que forma parte de la educación integral de la
persona, ayudando a los alumnos (as) a construir sus propios criterios,
permitiéndoles tomar decisiones, para que sepan cómo enfocar su vida y
cómo vivirla y orientarla.

Porque el educador es un representante de los valores vigentes en


la sociedad, es un guía de valores.

1.5.- La aceptación de sí mismo

A la aceptación de sí mismo le llamamos el valor de los valores.


¿Por qué le llamamos así? Porque amarse a sí mismo es la decisión más
importante que debes tomar a cada instante como ser humano, en todas
las etapas de tu vida, tanto en la infancia como en la ancianidad. Porque
la aceptación de ti mismo te ocupa la vida entera, hasta que tú respires.
Como dice Chesterton: “No liberes al camello de la carga de su joroba;
podrías estar liberándolo de ser camello”.

Cuando te aceptas a ti mismo tal y como eres, demuestras tener:


seguridad de ti, conocimiento de ti, satisfacción con lo que eres y tienes.
Por ejemplo, cuando te manifiestas en igualdad de condiciones con los
demás, sin necesidad de sentirte superior ni inferior, te expresas con
14

equilibrio en tu modo de actuar, y ello contribuye a que tengas una justa


valoración y aceptación de ti mismo.

La aceptación de ti mismo está en permanente conexión con la


libertad, la creatividad y las actitudes dialogantes. Como nos sostiene
Bernabé Tierno:

“Por la libertad accedemos a las experiencias personales que nos


proporcionan autonomía y confianza en las propias capacidades,
diseñando y provocando nuestro quehacer vital, libre de los dominios
ajenos. Aprendemos de nuestra propia experiencia personal.
Mediante la creatividad proyectamos nuestra propia existencia
como un quehacer irrepetible, repleto de sugerencias, posibilidades,
inquietudes y esperanzas, libre de estereotipos, servilismos y esquemas
acomodaticios y despersonalizantes.
Por las actitudes dialogantes vamos madurando la capacidad de
vivir nuestra vida como búsqueda constante de encuentros humanos
enriquecedores. El entendimiento y la comprensión de los demás y el
ser capaces de ver las cosas desde su punto de vista nos conduce a la
perfección madurativa humana; la entrega a los demás, el amor y la
aceptación del otro, que sólo es posible cuando uno se acepta y se quiere
a sí mismo”.12
¿Dónde inicia la aceptación de uno mismo? Evidentemente que en
el hogar, en la escuela, en el grupo de amigos.

Por eso, considerar, alabar y reconocer las aptitudes y cualidades


de un niño o niña es fundamental para lograr un nivel mínimo de
autoestima, para fomentar la confianza de cada persona.

Por el contrario, las descalificaciones permanentes, las burlas y los


sarcasmos, el dejar públicamente en ridículo a un niño o niña ante sus
hermanos o compañeros de clases, jamás favorecerán la auto aceptación

TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Págs. 23-24. Es decir, un signo de aceptación de sí
12

mismo es: --El aprendizaje y crecimiento con las experiencias de uno mismo
--La creatividad con la que llenamos de dinamismo nuestra vida
--La apertura y entrega a los demás
15

y el desarrollo de una personalidad equilibrada y madura. ¿Cuáles


sentimientos podrían aparecer?:
--La incompetencia.
--La infravaloración.
--El obsesivo deseo de aprobación por parte de los demás.
--El qué dirán asfixia la libertad de obrar.
--Lo que puedan pensar de mí me impide expresarme críticamente.

Según el historial de aceptación con que el niño o adolescente ha


sido guiado, así también se aceptará a sí mismo. Bernabé Tierno nos
explica y ejemplifica:

“Sólo el niño que ha sido aceptado incondicionalmente por sus padres


será capaz de aceptarse tal como es. Conocemos casos de
homosexualidad más o menos larvada, motivada por el hecho de que
los padres no supieron aceptar el sexo del hijo. Querían tener una niña
y les nació un varón. Su rechazo del niño fue tan patente que éste se
hizo consciente del problema desde muy corta edad y adoptó la actitud
femenina que sus padres deseaban con el objeto de contentarles de
alguna manera. Las condiciones de los padres impidieron en el hijo la
aceptación del propio esquema corporal”.13

En definitiva, es inútil querer realizarnos sin querer reconocer lo


que en realidad somos. Aceptar la propia verdad interior significa
aceptarnos sin deformar lo que realmente somos. Como nos señala
Louise L. Hay: “He comprobado que cuando realmente nos amamos, es
decir, cuando nos aprobamos exactamente tal como somos, todo
funciona bien en la vida”. Por ejemplo, es inútil que siendo mujer
pretendas ser hombre; es incomprensible que quieras ser futbolista si te
falta una pierna; es imposible que puedas conocer los colores si has
nacido ciego.

Aceptar nuestra verdad interior significa a su vez aceptar nuestros


errores, porque de no aceptarlos nunca nos libraremos de ellos. Por
13
Ibid, Pág. 25. Es obvio que cuando suceden estos casos de rechazo de los padres a los hijos, los
mismos demuestran que no aceptan a sus hijos incondicionalmente, sino que quieren que realicen las
expectativas que se hicieron con ellos, pero esta actitud deforma la conducta de un hijo y su proceso
normal de crecimiento.
16

ejemplo, Dios no condenó a Caín por haber matado a Abel, sino por no
haber sabido aceptar la responsabilidad de su acción lamentable. Es
decir, nuestros errores nunca nos perdonarán hasta que no sepamos
aceptarlos. Porque somos lo que somos ante nosotros mismos y no lo
que aparentamos ante los demás.

1.6.- Dimensiones morales de la persona

La presencia en cada persona de la racionalidad, la conducta, la


libertad, el temperamento, los deseos, las tendencias interiores, el
entorno social, etc., hablan por sí mismo de las dimensiones morales que
identifican la vida de todo ser humano. Porque todo ser racional es a su
vez objeto de moralidad. Luego, sólo el hombre posee dimensiones
morales.

En el ámbito de los valores conocemos una serie de dimensiones


morales (capacidades y habilidades), que facilitan el aumento de la
autonomía y el espíritu crítico. Entre las dimensiones de la
personalidad moral se encuentran:

-Autoconocimiento
-Autonomía y autorregulación
-Capacidades de diálogo
-Capacidad para transformar el entorno
-Comprensión crítica
-Empatía y perspectiva social
-Habilidades sociales y para la convivencia
-Razonamiento moral.

El autoconocimiento: es aquella capacidad que facilita el progresivo


conocimiento de uno mismo, la autoconciencia del yo, así como su
valoración, permitiendo una clarificación sobre la propia forma de ser,
pensar y sentir.

La autonomía: es la capacidad de autorregulación que permite


una mayor coherencia entre lo que uno piensa y hace. Es la propia
17

persona quien establece el valor y se organiza para actuar de acuerdo


con él.

La autorregulación: son los mecanismos mediante los cuales los


agentes de cualquier negocio o industria se ponen de acuerdo en unas
reglas de juego, cuyo incumplimiento tiene repercusiones de distinta
índole y en donde no interviene el Estado. Por ejemplo, una empresa
no tiene por qué dejarnos opinar, porque tiene sus dueños, sus
accionistas, sus objetivos de maximizar beneficios. Pensémoslo en
términos de canales de televisión. Los broadcasters no toman en cuenta
nuestra opinión (el rating no es una medición de opinión) sino la de sus
anunciantes o quienes compran sus espacios.

La autorregulación es un concepto bastante antiguo en la medida


en que se puede remitir al origen del derecho mismo. No obstante,
donde la autorregulación ha tenido mayor desarrollo e impacto reciente
en el mundo ha sido en el mercado de valores. En efecto, la
autorregulación es un elemento esencial a la industria bursátil, por la
especialidad de las materias de ese mercado y por la rapidez y agilidad
con que en el mismo se opera. En este sentido, la autorregulación se ha
convertido en un componente integral de la industria y de la
regulación del mercado de valores.

El autorregulador en el mercado de valores generalmente emite


normatividad, supervisa y vela por su cumplimiento y disciplina a sus
miembros. Eventualmente puede desempeñar funciones de registro o
arbitraje y conciliación.

La autorregulación en el mercado de valores procura elevar los


estándares profesionales y vela por un mercado íntegro y transparente
donde exista libre formación de precios y condiciones adecuadas de
seguridad para los inversionistas y para el público en general.

Las capacidades de diálogo: que te permiten hablar de todos


aquellos conflictos de valor no resueltos que te preocupan, tanto a nivel
individual como social. Suponen el poder intercambiar opiniones,
18

razonar sobre los diferentes puntos de vista e intentar llegar a un


entendimiento, un acuerdo justo y motivado racionalmente.

La capacidad para transformar el entorno: que te permite


formular normas y proyectos contextualizados donde se pongan de
manifiesto los criterios de valor relacionados con la implicación y el
compromiso. Esta capacidad no se desarrolla únicamente en el aula,
sino que lo hace también en los distintos ámbitos.

La comprensión crítica: que supone la habilidad de adquirir


información de la realidad moralmente relevante, analizándola
críticamente, contrastándola con diversos puntos de vista, mostrando
además una actitud de compromiso y entendimiento para mejorarla.
Por ejemplo, ¿es un problema en la actualidad la llamada
sobrepoblación? Pues de alguna manera sí. ¿Son el aborto y los
anticonceptivos las formas morales más idóneas para enfrentar esta
situación? Dicha interrogante produce un conflicto de valores, y a su
vez despierta la comprensión crítica.

La empatía y la perspectiva social: que permiten a la persona


incrementar su consideración para con los demás, interiorizando valores
como la cooperación y la solidaridad. La progresiva descentralización
posibilita el conocimiento y la comprensión de las razones, los
sentimientos, las actitudes y los valores de las otras personas. Por
ejemplo, ¿eran posibles la empatía y la perspectiva social en el
socialismo que concentraba todo en el Estado? Evidentemente que no.

Las habilidades sociales (para la convivencia): se refieren al


conjunto de comportamientos interpersonales que la persona va
aprendiendo y que configuran su competencia social en los diferentes
ámbitos de relación. Permiten la coherencia entre los criterios
personales y las normas y principios sociales. Por ejemplo, tú que eres
dominicano (a), vas a vivir a la tribus de los cholos en Colombia, no
puedes pretender llevar el mismo estilo de vida que tienes aquí, pues
allí el hábitat estructural, social, familiar, religioso, cultural es diverso al
tuyo. De tal manera que si tienes habilidades para la convivencia
podrás adaptarse con facilidad a dicha sociedad.
19

El razonamiento moral: es la capacidad intelectiva que permite


reflexionar sobre los conflictos de valor (que son las diversas opciones
en juego cuando se trata de tomar una decisión). El desarrollo del juicio
moral tiene la finalidad de llevar a pensar según criterios de justicia y
dignidad personal, teniendo en cuenta los principios de valor
universales: el Amor, la Justicia, la Solidaridad.

Según Berkowitz la personalidad moral posee cinco componentes:

1) Conducta. Kohlverg argumentaba que una conducta se puede


juzgar sólo por las intenciones del actor. Por ejemplo, si
intento atacarte para robarte el dinero y con ello, sin advertirlo,
te salvo de una bala perdida que hubiera acabado contigo, ¿he
actuado moralmente al salvarte la vida? Una persona con
buenas intenciones que nunca actúa en base a ellas, ¿es
plenamente una persona moral? No.

2) Carácter. Es la tendencia única y permanente de un individuo


actuar de un modo y no de otro. Por ejemplo, las tendencias a
la honestidad o la crueldad, son moralmente relevantes.
¿Dónde está el argumento esencial? En que la conducta moral
se debe aprender, practicar y en última instancia interiorizar
como un carácter o virtud, hasta convertirla en un hábito. Por
eso, conducta y carácter van unidos.

3) Valores. La educación moral se debería preocupar básicamente


de los valores morales, que son los gravados en el corazón y
que son universalmente aceptados. Los valores morales son
fundamentales en la anatomía de la persona.

4) Razonamiento moral. Es la capacidad de razonar sobre


cuestiones morales, llegar a conclusiones morales, tomar
decisiones morales. No podemos anticipar todos los posibles
dilemas y elecciones morales y programar al individuo con los
valores y virtudes necesarios para actuar moralmente en cada
caso. Una persona moral madura debe ser capaz de reflexionar
20

sobre un problema moral y emitir un juicio racional al respecto.


Por ejemplo, vives con conciencia el valor del pudor o del
respeto a tu cuerpo desde la niñez, pero en la escuela te
encuentras con un grupo de compañeros que defienden el
exhibicionismo y el nudismo, ¿Cuál ha de ser tu actitud
racional? ¿Pensar como ellos para no hacer el ridículo, o
mantener tu postura del pudor que vives como un valor?

5) Emoción. Existen dos grandes categorías de emoción moral:

a) La autocensura o autovaloración negativa ante un


pensamiento o acción indeseable (nos referimos a la culpabilidad,
la vergüenza, el remordimiento). Por ejemplo, una persona que ha
detestado en su vida la masturbación, pero por más que la reprime
siempre cae en ella.

b) Reacción afectiva ante la aflicción de los demás (nos


referimos a cuestiones como la empatía y la simpatía). Por
ejemplo, ante la opinión que tienen los demás de mí, pues
reacciono con depresión o con animosidad.

Estos cinco elementos no son dimensiones independientes, sino


que todos funcionan y trabajan en la persona moral de manera conjunta.

Módulo II. Personalidad: temperamento y carácter.


21

El objetivo de este módulo es conocer el significado de


personalidad, la cual está conformada por sus dos elementos esenciales:
temperamento y carácter, los cuales guardan estrecha identidad en su
existencia y funcionamiento, pero que a su vez se diferencian en su
definición.

El ser humano común, generalmente, experimenta una falta en su


desarrollo: la carencia de una dimensión superior en su vida.

¿Cuál es la principal causa de esta carencia?


**La excesiva identificación del ser humano con los niveles
elementales de su personalidad. Es decir, el hombre común se identifica,
casi exclusivamente, con las necesidades del cuerpo y con sus
necesidades emocionales. Y en esas condiciones la mente consciente no
puede ser receptiva a los valores y realidades trascendentales. Le hacen
falta los valores, la fuerza interior, la convicción intelectual y las
acciones espirituales que satisfagan la parte trascendente de su ser.

Por eso, en nuestros tiempos existen tantos vacíos interiores que a


nivel general se siente la necesidad de volver a practicar los valores
como la fe, la religiosidad, la solidaridad.

2.1.- Temperamento

¿Cuál es la primera realidad que reconocemos en una persona,


aparte de su apariencia física? Claro está que el temperamento. Luego,
al conocer y descubrir con mayor profundidad los rasgos de una
persona, descubrimos a su vez su carácter.

¿Qué es el temperamento? Podríamos identificarlo con la


condición biológica que nos mueve a ciertas inclinaciones. Es por ello
que el estado fisiológico, típico de cada individuo, condiciona sus
reacciones ante diversas situaciones. Por ejemplo, una persona de
temperamento nervioso reaccionará ante un estímulo de manera diversa
a otra persona con temperamento tranquilo; una persona con
temperamento flemático se comportará con serenidad y calma ante un
22

huracán o un terremoto, mientras que un colérico reaccionará con


preocupación y sofocamiento.

El temperamento está fundamentalmente sujeto a la herencia


biológica, al orden genético y generacional del individuo, por lo que el
temperamento está determinado sustancialmente por la naturaleza
somática o biológica. Por ejemplo, una persona con hipertiroidismo
tendrá, debido a su condición biológica, un temperamento nervioso. Si
se supera esa situación, con un tratamiento médico, desaparecerá el
nerviosismo. De Abate, citando a Orage (Del Amor y otros Ensayos),
nos recuerda:

“El hombre ordinario está a merced de su organismo: de su centro


instintivo (impresiones recibidas por los sentidos, de apetitos, inercia,
enfermedad); de sus emociones (asociaciones relacionadas con personas
y lugares del pasado y del presente, gustos y disgustos, miedo y
ansiedad); de su mente (imaginación, soñar despierto, sugestibilidad”. 14

Un tipo de temperamento no es bueno ni es malo. Es decir, el


temperamento no es moral ni inmoral, válido o inválido. Pero
evidentemente que todo tipo de temperamento es controlable mediante
la razón, y por ello la conducta de cada persona no consiste en la sola
actuación del temperamento, sino que el temperamento está guiado por
la razón.

2.2.- Carácter

Habíamos dicho que el carácter es el modo peculiar de ser de cada


persona, y por el cual cada uno se distingue de los demás.

Pero además es preciso decir que el carácter es la sumatoria de


varias condiciones: del temperamento, del ambiente, de la educación, de
las experiencias vividas y de la madurez interior.
Por ser el resultado de dicha sumatoria, el carácter está
cambiando, evolucionando, continua y gradualmente, en un orden
ascendente y de madurez. Porque somos lo que somos gracias a nuestro
14
DE ABATE, John: Valores Humanos. Amigo del Hogar, Santiago, Rep. Dom, 1992, Pág. 46.
23

carácter. Por ejemplo, si eres de carácter afable atraerás a las personas


hacia ti. Diferente sería la situación si eres de carácter brusco; si eres de
carácter decidido y emprendedor, lo más probable es que seas una
persona exitosa.

El carácter proporciona estabilidad en la persona. Por eso, cuando


resultas impredecible porque rápidamente cambias de opinión, de
deseos o de gustos, según seas influido por unos y otros, decimos que
eres una persona sin carácter. A quienes cumplen con estas
características los tildamos como personas veletas, que van donde las
lleva el viento. Es decir, quien no tiene un carácter definido carece de
personalidad.

Una de las señales más claras de que posees un carácter bien


formado y maduro, es la libertad de conciencia con que actúas, pues ello
indica que tu conducta obedece a la realidad y a la verdad, y no a
prejuicios o falsas ideas que puedas tener. De Abate nos presenta con
claridad esta idea:

“Tal vez el aspecto más importante del carácter es la madurez interior o


amplitud de conciencia. Por supuesto, toda amplitud de conciencia
descansa en la libertad. En ese sentido, la libertad no consiste en hacer
lo que uno quiere sino, sobre todo, en seleccionar qué escala de valores
utilizará en un momento dado. La libertad es la capacidad de liberarme
de los condicionamientos. Si yo, por ejemplo, estoy lleno de prejuicios
raciales, carezco de libertad. El prejuicio es un condicionamiento que
me impide escoger.”15

2.3.- Factores que configuran el carácter

En el fondo de cada persona y su carácter, existen una serie de


factores determinantes, unas veces vividos conscientemente y otras
veces de manera inconsciente.
Entre los factores que configuran el carácter se encuentran:

1ro.) Las experiencias positivas o constructivas.


15
Ibid, Pág. 47.
24

Toda experiencia la consideramos positiva cuando contiene, por lo


menos, una de las siguientes tres condiciones:

a) Es una toma de conciencia, aún parcial, de lo que soy en sentido


positivo y real: inteligencia, voluntad, iniciativa, creatividad,
empuje.

b) La comprobación positiva de que algo exterior a mi persona –


otras gentes, acontecimientos, situaciones, oportunidades, etc.-
me favorecen, me protegen, me reafirman, me aseguran. Es
decir, cuando me siento querido, aceptado, valorado.

c) Una actividad positiva hacia el mundo de tipo expansiva,


afirmativa, armónica, inteligente, amorosa, decidida, alegre,
enérgica.

2do.) El desarrollo de una actitud positiva.

Las actitudes positivas dependen, en alto grado, del estado de


ánimo. Y, la mayor parte de las veces, el estado de ánimo es el resultado
de las circunstancias externas e internas. En este sentido es importante
señalar que la mayoría de las personas son dominadas por factores
externos y llevadas a un estado de ánimo. Esto ocurre cuando vivimos
apoyados exclusivamente en el mundo exterior dependiendo, en exceso,
de lo que nos rodea. Aunque generalmente cuando sentimos que nos
falta el mundo exterior, tendemos a sentirnos incómodos o con
malestar.16

3ro.) El tercer factor es el Autocontrol.

Teniendo control de nuestra conducta, evitamos el surgimiento de


tendencias perjudiciales para nuestros objetivos conscientes. Es muy
16
En este aspecto es importante insistir que la persona de carácter no vive exclusivamente en base a
un mundo exterior. Por el contrario, la persona de carácter tiene un rico mundo interior de valores –
la fe, la confianza, la autoestima, la esperanza- que la llevan a ser la autora de sus propios actos. Para
ello debemos conocernos en profundidad.
25

saludable “estar despiertos”, es decir, vigilar nuestros actos y


conducirlos por un camino constructivo, progresista y armonioso. Ese
estar despiertos se equipara a la atención plena que ha de tener cada
persona para expresarse con dominio de sus actos. Dicho de una
manera más amplia:

“La atención es un gran instrumento de autocontrol de crecimiento


interior. Nos referimos a la atención, que implica -estar en las cosas-,
-darse cuenta cabal de lo que está ocurriendo-, -ser plenamente
consciente-, -tener la mente vigilante, alerta y despejada-. Para hacer
esto hay que tener interés en las cosas y en la vida, tener deseos de
comprender, tener amplitud mental. Muchas personas viven con un
nivel de atención muy bajo. Creo que eso es lo que diferencia a los
triunfadores, de los que viven mediocremente”.17

¿Cuáles resultados reales arroja el cultivo de la atención a que nos


referimos? Pues los siguientes:

1.- Aumenta la capacidad para recibir y registrar estímulos desde el


exterior.

2.- Mejora la fijación de los estímulos, por lo tanto aumenta la memoria.

3.- Facilita comprender inmediatamente las ideas de otras personas o


situaciones.

4.- Optimiza el razonar porque se tienen, en la mente, más datos para


trabajar.

5.- Favorece una amplia visión de conjunto, lo cual impide caer en


errores o parcialidades.
6.- Facilita ver mejor la esencia de los problemas, evitando distracciones
con problemas menores.

2.4.- La familia como agente educador


17
Ibid, Pág. 49.
26

Desde niño tengo la clara conciencia de que la familia es la


primera escuela, la primera iglesia y el santuario de la vida. Por eso, la
familia resulta insustituible en el proceso de desarrollo y crecimiento del
ser humano.
Es una realidad irrefutable que en la vida se piensa y se actúa a
partir de la educación que se posee: “La familia que obra bajo los
principios de la rectitud y demás buenos valores humanos, proyectará
en sus hijos una conducta afín a estos principios.

Igualmente una familia que se encuentre debilitada, desintegrada


o carente de valores no podrá infundir buenas costumbres en sus
retoños.

Si en cualquier situación cotidiana en las que nos encontremos,


observamos el comportamiento de algún niño en particular, podemos
obtener indicios sobre los valores que pueden estar inculcándosele en su
hogar. También podríamos observar algunos antivalores que aprenden
de sus casas. Por ejemplo, si vemos que desde pequeños no son asiduos
a respetar algo tan sencillo como es el esperar su turno en una fila, ya
sea en un restaurante o a la entrada de algún lugar, y más bien lo que
hacen es colarse sin ninguna vergüenza, podríamos estar enfrente de un
niño al que no se le ha enseñado, desde su primera escuela que es su
hogar, los principios básicos de convivencia y respeto a los demás.

Igualmente se pueden ver ya desde edades escolares, rasgos de


patanería en algunos niños, con tendencia a la humillación y a la burla
de sus coetáneos, siendo esto un síntoma de quizás una actitud
semejante en alguno de sus progenitores. Algunos padres no son
27

conscientes de lo buenos receptores que son los niños en cuanto a copiar


conductas.

Si un padre es agresivo conduciendo en las carreteras y se ufana


de ser temerario e irrespetuoso, puede estar siendo un mal ejemplo para
el niño que observándolo, en su inocencia, piense que esa es la forma en
que debe comportarse y será un potencial conductor temerario,
irrespetuoso de las leyes, que igualmente llegaría a creer que tal
proceder es más bien un signo de audacia y de superioridad sobre los
demás, poco intrépidos, que sí respetan las leyes.

Las familias modernas están excluyendo en gran medida su


función básica y esencial de ser una institución educadora de los hijos,
recargando esta tarea a los centros educativos, olvidándose de que las
escuelas son el complemento de lo que ya se ha empezado en el hogar.

El deterioro social al que nos estamos enfrentando, podría


revertirse si desde dentro de nuestras familias tomamos conciencia de lo
vital que es enseñar a los hijos a ser respetuosos con todas las personas,
pero para eso los padres de familia son los que deben dar el primer paso
y dejar atrás conductas que no están acordes con la consecución de una
sociedad civilizada y pacífica”.18

Analizando la familia como educadora, UNICEF internacional


interviene para especificar cuál es el rol de la escuela y cuáles roles
corresponden a la familia. Veamos este artículo que publican en Internet
con respecto a la familia como educadora:

18
Es la intervención del Médico Psiquiatra Eduardo Arias Ayala, concretamente en su sitio:
http://www.conoze.com/doc.php?doc=7650
28

“Enseñar a leer y escribir, así como otros aprendizajes importantes, es

un asunto de la escuela. Pero usted, como mamá o como papá, cumple

un papel insustituible.

Lo que el niño más necesita desde muy temprana edad es a una mamá

y a un papá (o a un adulto que ejerza esas funciones) que atienda sus

necesidades y le dé, a la vez, la oportunidad de expresarse. La

confianza en sus logros y posibilidades, y el estímulo para intentarlo

favorecen que el niño se interese por las cosas del mundo, sea curioso y

hábil para relacionarse con lo nuevo.

La escuela es para los niños un espacio social diferente al de la familia.

Ellos necesitan que usted "tienda puentes" entre ambos espacios que

favorezca la integración con su grupo de compañeros y con sus

docentes, que se acerque a la escuela para averiguar cómo les va y que

participe toda vez que sea posible de aquellas actividades a las que lo

hayan convocado. Mirar con los niños el cuaderno de clase, revisar sus

útiles, ayudarlos a organizarse e interesarse en los asuntos y su

escolaridad es equivalente a los mimos y cuidados que usted les daba

cuando eran más chiquitos.

La educación es una tarea que requiere esfuerzo de todas las partes y

durante mucho tiempo. Y, justamente, se espera que cada niño esté

dentro del sistema educativo muchos años. Por eso es importante que

no sólo los chicos estén "mentalizados" con respecto a que deben ir a la

escuela, sino que también los padres deben hacerse a la idea de que con

el comienzo de la escolaridad de cada hijo se abre una etapa que

demandará de ustedes por mucho tiempo. ¿Es mucho trabajo? Según


29

cómo se mire, sí. Pero también es la aventura de acompañar más

plenamente el crecimiento de los chicos y el desafío de construir día a

día un vínculo con ellos que les permita sentirse acompañados en el

proceso de aprender, disfrutar más de sus familias y estar mejor

preparados para el futuro”.19

Módulo III: Valores humanos o virtudes humanas.

3.1.- La responsabilidad como valor.

19
(weblog.mendoza.edu.ar/padres/archives/000124.html).
30

A. La Responsabilidad: condiciones y tipos.

1. ¿Qué es la responsabilidad? Una persona responsable toma decisiones


conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a
rendir cuenta de ellos.20 La responsabilidad es la virtud o disposición
habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones,
respondiendo de ellas ante alguien. Responsabilidad es la capacidad de
dar respuesta de los propios actos.

2. Condiciones para que exista responsabilidad.- Para que pueda darse


alguna responsabilidad son necesarios dos requisitos:

--Libertad.- Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser


realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni
los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso
de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad).

--Ley.- Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los
hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los
propios actos ante alguien que ha regulado un comportamiento.

3. ¿Responsabilidad ante quién? El hombre responde de sus actos ante


quien es capaz de dictarle normas, y esto sólo pueden hacerlo Dios
(responsabilidad moral), uno mismo (juicio de conciencia) y otros
hombres. A su vez, la responsabilidad ante los demás puede ser de
varios tipos: responsabilidad jurídica (ante las leyes civiles), familiar-
doméstica (ante la familia), laboral, etc.
20
En un plano más profundo “La responsabilidad es la capacidad de sentirse obligado a dar una
respuesta o a cumplir un trabajo sin presión externa alguna” (CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar-
ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa-
PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en valores, op. cit., Pág. 67.
31

B. ¿Es bueno ser responsable?

1. ¿Cómo disminuye la responsabilidad? Disminuye la responsabilidad


lo que disminuye la libertad, es decir, lo que entorpece la voluntad y el
entendimiento, que son las facultades necesarias para realizar acciones
libres. Por ejemplo, la violencia, la ignorancia y el miedo.

2. ¿Es mejor ser poco responsable? No, no. Es preferible ser hombres
libres, dueños de sus actos, capaces de tomar decisiones y de asumir sus
consecuencias.

3. ¿Por qué suena mal la responsabilidad? La palabra responsabilidad


trae malos recuerdos a la imaginación por varios motivos:

--Normalmente sólo se relaciona con errores o castigos, pues cuando


la consecuencia de una acción es un premio no suele hablarse de
responsabilidad sino de mérito. (En realidad el mérito exige una
responsabilidad previa).

--Responder ante otros parece ir contra la propia libertad. (Pero


ambas cosas van unidas: sin libertad no hay responsabilidad, sólo
quien es dueño de sus actos puede responder de ellos).

--Responder ante uno mismo es contrario a los propios gustos o


comodidades. (Pero ser esclavo de los gustos conduce al egoísmo).

--La responsabilidad se ve como opuesta a la diversión. (En realidad


sólo se opone al tipo de diversión desenfrenada o sin medida; pues
una persona responsable sabe divertirse en los momentos y modos
razonables).

4. ¿Qué excusas hay para evitar responsabilidades? Como la


responsabilidad suena mal, es frecuente inventarse razonamientos que
eviten rendir cuentas. Podemos agruparlos en tres tipos:

a) Para evitar responsabilidades ante los demás, es frecuente echar las


culpas a otro, o bien decir "soy libre y hago lo que me da la gana";
queriendo expresar que no rindo cuentas de mi comportamiento ante
nadie. (Obviamente la libertad humana no es así).
32

b) Para quitarse responsabilidad ante la propia conciencia, un recurso


habitual es evitar reflexionar: aturdir la cabeza hasta que no pueda
pensar. Otro sistema es decir "yo paso de todo", o "ningún asunto me
importa". (Pero la conciencia intenta protestar ante esta dejadez).

c) Y las excusas para evitar responsabilidades ante Dios son


abundantes. Desde decir que no existe, hasta afirmar que Dios es tan
bueno que todo le parecerá bien. (Pero la verdadera bondad desea el
bien verdadero).

C. Cómo mejorar la responsabilidad.

1. ¿Cómo ser más responsables? El camino más rápido para mejorar en


responsabilidad es apreciar claramente que de nuestro comportamiento
dependen cosas grandes. Los hombres con ideales y metas elevadas se
responsabilizan enseguida de sus decisiones.

2. ¿Qué cualidades ayudan a la responsabilidad? Hay varias virtudes


que se relacionan mutuamente con la responsabilidad. Digamos tres:

-Valentía.- Para dar cuenta de los propios actos hace falta un valor
capaz de superar el temor al castigo. (Responsabilidad ante los
demás).

-Humildad.- El orgullo dificulta pedir perdón; mientras que la


persona humilde reconoce sus fallos. (Responsabilidad ante uno
mismo).

-Piedad basada en la filiación divina.- Quien aprecia el gran don de


ser hijo de Dios procura que su comportamiento agrade a su Padre.
(Responsabilidad ante Dios).

3. ¿La responsabilidad mejora con la edad? Con la edad suelen tomarse


decisiones más importantes, y normalmente la responsabilidad
aumenta. Pero no mejora por el simple paso de los años, sino por los
hábitos que se adquieren.
33

3.1.1.- Interacción de algunos valores y contravalores a la


responsabilidad.

Entre los valores que giran alrededor de la responsabilidad se


encuentran: Justicia, Honradez, Sinceridad, Diálogo, Dignidad,
Optimismo, Constancia, Generosidad, Esfuerzo, Respeto, Confianza,
Libertad.

Entre los contravalores de la responsabilidad se encuentran:


Represión, Desconfianza, Engaño, Coacción, Injusticia, Pesimismo,
Apatía, Inconstancia.21

3.2.- La Sinceridad como valor.

Hubo una vez un emperador que convocó


a todos los solteros del reino pues era
tiempo de buscar pareja a su hija. Todos
los jóvenes se presentaron ante el rey, el
cual les dijo: "Os voy a dar una semilla
diferente a cada uno de vosotros, al cabo
de 6 meses deberán traerme en una
maceta la planta que haya crecido, y la
planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino". Así se
hizo.

Todos los jóvenes del reino estaban ocupados en cultivar sus


plantas, pero había un joven que plantó su semilla y no germinaba.
Todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las
hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas. El
tiempo pasó y como no hay plazo que no se cumpla, llegó el día de
presentarse al castillo; todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con
hermosísimas y exóticas plantas.

El joven de nuestra historia estaba demasiado triste pues su


semilla nunca germinó, no tenía humo de siquiera presentarse en
21
Ibid, Págs. 68-69.
34

palacio, pero su madre le insistió en que debía ir pues era un


participante y debía estar allí, debía terminar lo que había empezado,
aunque no hubiera sido un éxito.

Con la cabeza baja, y muy avergonzado, el joven se presenta en


palacio y se pone al final de todos los contendientes, tratando de
esconder la vergüenza de su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban
de sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron en risa y burla. En ese
momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos
hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas
las macetas admirando las plantas.

Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre


todos al joven que llevó su maceta vacía; atónitos, todos deseaban una
explicación de aquella extraña acción. Al notar el alboroto, el rey dijo:
"Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos
ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme
plantando otras plantas, pero este joven tuvo el valor de presentarse y
mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente cualidades que
un futuro rey debe tener y que mi hija merece".

La honestidad, será por siempre una gran virtud.

¿Qué significa la sinceridad? Significa expresarse sin fingimiento,


con sencillez y veracidad; por lo tanto, podemos decir que se encuentra
exenta de hipocresía y simulación. Se extiende a tres ámbitos
importantes de la vida:
-Hacia uno mismo (Sinceridad Personal).
-Hacia los demás.
-Hacia la sociedad en general.

La sinceridad manifiesta, si es conveniente, a la persona idónea y

en el momento adecuado, lo que ha hecho, lo que ha visto, lo que piensa,

lo que siente, etcétera, con claridad, respeto a la situación personal o a la

de los demás.
35

La sinceridad es un valor que depende totalmente de nosotros.

Viviendo este valor logramos crear un ambiente de confianza y de

amistad verdadera con los demás. Este valor caracteriza a las personas

por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basado en la

veracidad de sus palabras y acciones.

Para ser sinceros debemos procurar la verdad en todo momento,

esto parece sencillo, pero a veces es lo que más trabajo cuesta. En

ocasiones que no consideramos importantes utilizamos las “mentiras

piadosas”, sin darnos cuenta que éstas nos alejan de la verdad. Quizás

pensemos que una pequeña mentira de este tipo no lastima a nadie,

pero lo cierto es que mentir nos lleva a otra mentira, provocando que

nuestra credibilidad decaiga, y el valor de la sinceridad desaparezca.

Debemos tener pendiente que la sinceridad no sólo son palabras,

también debemos de expresarnos sinceramente con nuestros actos.

Actuar sinceramente es ser nosotros mismos en todo momento, sin

importar en qué situación nos encontremos. Actuar diferente para

agradar a los demás simplemente nos convierte en personas hipócritas,

incapaces de ser sinceros con nosotros mismos y sobre todo con los

demás. Generalmente las personas que actúan de esta manera es porque

están conscientes de que carecen de ciertos valores, dichos valores son

los mismos que presumen delante de la sociedad.

Sinceridad y persona.

Como persona, debemos preocuparnos porque nuestras palabras y

acciones sean sinceras, para lograr crear un ambiente verdadero, que


36

logre reflejar nuestra verdadera imagen y así los demás puedan sentirse

cómodos con quien en realidad somos.

Toda persona que busque crecer y desarrollarse debe ser sincera.

Debe mantener la integridad de lo que es, dice y hace. Y de esta manera

conservar su identidad, su existencia. No podemos esperar que las

demás personas se abran a tener una relación verdadera con nosotros si

no somos realmente sinceros, por esto es imprescindible que cada

persona asuma la búsqueda de la verdad en sus palabras, actos y

pensamientos.

Una persona sincera, es una persona segura, que confirma su

existencia con sus actos y palabras. Es una persona capaz de aceptarse a

sí mismo y por esto es capaz de ejecutar su papel en cada situación en la

que se encuentra. Con esto, logramos que cada parte de nuestra vida sea

verdadera y no un teatro o un circo para agradar a los demás, para

escalar en la vida creando una escalera falsa de simpatía inmerecida.

Es necesario tener en cuenta que ser sinceros no abarca lastimar a

los demás con la verdad. Debemos encontrar el momento y la forma

adecuada para decir a los otros nuestra opinión o pensamientos. Muchas

personas utilizan la sinceridad como excusa para dañar a los demás,

diciendo o resaltando los errores de esta persona de una manera

ofensiva. Esto no es ser sincero, es simplemente buscar una justificación

para no ser juzgados por dichos actos.


37

Sinceridad y Sociedad.

Es de suma importancia que el valor de la sinceridad se cultive

desde el hogar. Los padres deben dar un ejemplo de sinceridad a sus

hijos, para lograr que estos crezcan en ese valor y logren ser personas

confiables, en las cuales la sociedad pueda confiar responsabilidades.

Si la sinceridad se fomenta desde el núcleo de la sociedad, o sea la

familia, se creará una sociedad ideal, donde no cabrá lugar a mentiras y

donde podremos confiar en los demás a ciegas, logrando así que todos

puedan trabajar unidos, cooperando los unos con los otros y de esta

manera lograr progresar como sociedad con el esfuerzo de todos.

Por desgracia hoy en día el valor de la sinceridad podríamos decir

que está en peligro de extinción. La sociedad actual se alimenta de

mentiras, del individualismo y del egocentrismo, los cuales provocan

que las personas dejen de ser sinceras con ellas mismas y con la

sociedad. No es extraño ver cómo los políticos engañan al pueblo con el

fin de lograr sus objetivos. De la misma manera, podemos ver cómo los

hijos mienten a sus padres, cómo personas fingen ser lo que no son, sólo

para agradar a alguien o para lograr alcanzar algún tipo de cargo o bien

material.

Podemos decir que la clave para ser sinceros con los demás es ser

sinceros con nosotros mismos. Siendo sinceros con nosotros, podemos

distinguir nuestras fuerzas y debilidades, podemos conocernos más y

presentar el verdadero yo a la sociedad. De esta manera podemos

fortalecer nuestras debilidades y ayudar a los demás con nuestras


38

fortalezas, de esta manera somos nosotros mismos, creamos y reflejamos

nuestra identidad. Logrando así que la sociedad reconozca nuestros

méritos y nos ayude a corregir las faltas, con el fin de mejorar como

personas y crear una mejor sociedad.

Sinceridad y cultura.

La sinceridad debería ser parte de la cultura de todas las

sociedades, pero lamentablemente es un valor sumamente difícil de

encontrar en cualquier cultura. Es posible que la razón por la cual este

valor sea tan precario sea simplemente el miedo de la persona a no ser

aceptado por lo que verdaderamente es.

Para alcanzar que este valor forme parte de la cultura dominicana

debemos ser bien educados en lo importante que es ser sincero,

debemos aprender el valor de aceptarnos para que los otros nos acepten,

para no tener la necesidad de mentir, para poder ser auténticos en cada

momento y mantener nuestra identidad íntegra.

Manteniendo el valor de la sinceridad en nuestra sociedad

lograríamos que forme parte de una tradición, lograríamos que la

sociedad sea verdadera y progresiva. Por lo tanto, tendríamos el

privilegio de no temernos a nosotros mismos ni a los demás, viviríamos

seguros de lo que somos y hacemos, y lograríamos tener la ventaja en el

desarrollo no sólo como personas si no también como Nación.

3.2.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto a la


Sinceridad.
39

Alrededor de la sinceridad giran una serie de valores que la


identifican, la refuerzan y la complementan, tales como:

-La Honradez -La Franqueza -La Nobleza -La Valentía


-La Naturalidad -La Confianza -El Aprecio -La Lealtad
-La Amistad -La Responsabilidad.

Sin embargo, la sinceridad también resulta erosionada por


contravalores que la disminuyen y la debilitan, tales como:
-La Enemistad -La Falsedad -La Hipocresía
-La Desconfianza -El Engaño -El Enmascaramiento.22

3.3.- El diálogo como valor.

Podemos definir el diálogo como una


conversación entre dos o más personas
mediante la cual se intercambia
información y se comunican pensamientos
sentimientos y deseos. Entre sus
características podemos citar:

 La existencia de los interlocutores, que son las personas que


participan en un diálogo.

 Es sumamente expresivo por lo que intervienen la entonación,


gestos y la actitud de los interlocutores.

Pero un diálogo no es solamente una conversación, es necesario


entender el diálogo como valor. El diálogo es la facultad para
comprender y expresarnos con el motivo de encontrar un punto en
común o llegar a un acuerdo. Para esto es necesario entender ciertos
puntos que son indispensables para lograr una buena comunicación.
22
Ibib, Págs. 84-85.
40

Escuchar:
Debemos entender que en el diálogo no sólo se trata de
expresarnos, sino que también es igual de importante el escuchar al o los
demás interlocutores. Pero escuchar a los demás implica:
 Primero debemos tener un interés y la verdadera disposición a
escuchar.
 La exagerada auto referencia, el creer que todo gira entorno a
nosotros, esto impide que podamos ampliar nuestra
perspectiva, sin darnos cuenta nos auto limitamos, porque sólo
escuchamos los sonidos de nuestra propia mente.
 Escuchar requiere una cuota de generosidad, dar nuestro
tiempo, esforzarse en entender lo que se quiere decir.
 Evitar las interrupciones, pues éstas muestran que más que
escuchar queremos imponer nuestros puntos de vista.

Expresarnos:
Otro punto muy importante a la hora de tener un buen diálogo es
la forma de expresarnos. AL hacerlo debemos tener en cuenta:
 Quien habla debe cuidar lo que dice. Casi todas las grandes
culturas ponen mucho énfasis en lo que decimos. "Más sucio es
lo que sale de tu boca que lo que entra a tu boca”.
 Evitar los términos absolutos: "Siempre", "Nunca". Podemos
acotar una crítica y se escucha mejor si decimos: "Últimamente
te he visto más distraído“
 Dialogar requiere evitar las subjetividades: "Hay algo que me
molesta de ti pero no sé lo que es“, es una frase muy lamentable
porque no permite llegar a ningún punto de encuentro.

Sabiendo y aplicando esto podemos alcanzar un diálogo que sin


ligar a dudas cumplirá su objetivo. Nuestro interlocutor podrá
comprendernos y de igual manera podremos entenderlo a él.

Diálogo y persona.
Como personas es necesario que sepamos dialogar, ya que el
manejo de este valor nos dará la facultad para entender y ser
entendidos. Gracias al valor del diálogo podemos crecer como personas
41

y también ampliar nuestros conocimientos en todos los aspectos de la


vida moral, profesional, religiosa, etc.
La persona necesita crecer en el valor del diálogo para poder ser
capaz de comprender y ser comprendido. Como seres humanos vivimos
en constante contacto con otras personas, por lo que comprenderlos y
ser capaces de expresarnos es un factor importantísimo para poder
coexistir con los demás.
Debemos tener presente que no se trata de imponer nuestras ideas,
sino de expresar de la manera correcta nuestras opiniones con el fin de
corregirlas o de aplicarlas según sea correcto. También, debemos
escuchar, y esto implica colocarnos en los zapatos del otro, no sólo oír lo
que dice sino tratar de colocarnos en la misma situación del otro para
lograr apreciar su punto de vista.

Diálogo y Sociedad.
El principio y núcleo de la sociedad es la familia, por lo que es
imprescindible que cualquier valor que se desee insertar en cualquier
sociedad nazca en la familia. La facultad de dialogar es uno de los
valores que más influyen en el crecimiento personal de los individuos, y
como la sociedad está compuesta por individuos, pues también
representa un alto crecimiento en la sociedad.
La sociedad que no sabe dialogar no será capaz de solucionar sus
problemas de manera eficiente. Tampoco podrá alcanzar ningún nivel
de expansión o comunicación con las demás sociedades. Para lograr que
se rompan las barreras de comunicación y entendimiento entre los
grupos sociales es necesario desarrollar un buen diálogo; por esta razón
el diálogo debe fomentarse dentro de la familia, constituyendo así un
ambiente en el cual los individuos formen parte de las decisiones y las
ideas de la familia para poder reflejarlas en la sociedad.
Podemos decir que la familia tiene la responsabilidad de fomentar
el diálogo dentro de sí misma, no sólo para el crecimiento y mejora de
ella, sino también para el crecimiento de sus individuos.
Experimentando el diálogo desde la familia el individuo será más
capaz de aportar a la sociedad, ya que tendrá la experiencia al escuchar
y expresar sus pareceres consiguiendo así una mayor facilidad a la hora
buscar un acuerdo mutuo ante cualquier situación.
42

Hoy en día podríamos decir que nuestra sociedad ha crecido


dentro del valor del diálogo, sin embargo el nivel de sinceridad ha
decaído demasiado, causando que el valor verdadero del diálogo
desaparezca, ya que no se plantean los verdaderos intereses de los
interlocutores y lo que se hace es disfrazar la conversación.

Diálogo y cultura.
Debemos hacer del diálogo una costumbre, ya que mantener el
diálogo dentro de la cultura implica poder crecer en el nivel de
comprensión y de resolución de los problemas. Cierto es que el diálogo
no es la solución de éstos, pero sí es la vía para solucionarlos.
Por lo tanto, si logramos que el diálogo permanezca dentro de la
cultura dominicana o de cualquier cultura, lograremos avanzar de
manera inmensa como nación y como sociedad. Ya que poseeremos la
herramienta necesaria para poder comprender, analizar y solucionar
todos los problemas que se nos pueden presentar en los momentos sin
importar la situación en la que nos encontremos.

Podemos decir que hoy por hoy el diálogo se mantiene presente en


la sociedad dominicana actual, se fomenta en las familias, mayormente
en las de clase media alta donde ya existe cierto nivel de conciencia
sobre la importancia de este valor. Lo que hace necesario que
prioricemos lo importante que es el dialogar antes que querer obligar a
los demás a insertarse en nuestro punto de vista.

Dialogar es un deber humano, si hay algo que nos hace diferente


de los animales es la capacidad de dialogar, de ir como en un gran collar
enlazando idea tras idea. Difícilmente podremos aspirar a ideales de
paz, de concordia, de fraternidad, si primero no nos ejercitamos en el
arte de Dialogar.

3.3.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto al


diálogo.

Alrededor del valor del Diálogo giran una serie de valores que lo
refuerzan y lo complementan, tales como:
43

-La Tolerancia -El Interés -La Democracia


-La Participación -La Simpatía.

Sin embargo, el diálogo también resulta erosionado por


contravalores que lo disminuyen y lo debilitan, tales como:
-La Imposición -El Desinterés -La Intolerancia
23
-La Antipatía -El Aislamiento.

3.4.- La confianza como valor.

La confianza es el convencimiento que alcanzas sobre tus propias


capacidades y cualidades. Se asienta en ti cuando constatas tu aptitud
en las tareas que realizas y al adquirir la habilidad para mantener
relaciones de calidad con las personas.

Claro, el valor de la confianza se manifiesta cuando te sientes


respetado como persona, comprendido, alentado, acogido, y todo ello en
el contexto de una relación dialogante y respetuosa.
La confianza se desarrolla a partir de tu personalidad, pues la
razón de la misma está en lo más íntimo de tu ser.

Para mantener la confianza siempre serán necesarias la tolerancia


y la cordialidad, y sobre todo la disponibilidad para superar las
dificultades que surgen en el caminar, pues no es un secreto el hecho de
que la confianza se debilita con las dudas, las imprudencias, los olvidos,
distanciamientos y traiciones.

23
Ibib, Págs. 96-97.
44

Entre los elementos a tener en cuenta para generar confianza están:


-Ser sincero, decir la verdad aunque te duela.
-Ser espontáneo en pensamientos y sentimientos.
-Respetarte y respetar.
-Ser dialogante.
-Pactar las normas de disciplina y de convivencia con flexibilidad
y tolerancia.24

Entre los problemas más comunes que brotan debido a la falta de


confianza se encuentran:
--No atreverse a entablar conversación con extraños.
--Ansiedad al tener que hablar en público.
--Minusvalorarte todo el tiempo.
--Expresar dudas en demasía con respecto a tus capacidades, diciendo
no puedo en lugar de sí puedo.
--Permitir que la gente te menosprecie.
--No ser capaz de decir no.

Decálogo de La Confianza

1. Sentir que se confía en uno es la motivación mayor que tiene el ser


humano para hacer las cosas bien.

2. La desconfianza genera ansiedad en uno mismo y mueve a la


simulación.
3. Cuando se fracasa, cuando las cosas salen mal, se necesitan menos
fiscales y más abogados defensores; menos regaños y más ayuda.

4. Es necesario confiar en la gente; pero al mismo tiempo se debe


emprender una acción educativa para que todos sepan qué hacer y por
qué hacerlo.
5. Además de confiar en los demás, se precisa tener confiabilidad; es
decir, ser digno de la confianza de los demás. Se logra haciendo bien el
propio trabajo y viviendo con integridad personal.

6. Hay que descubrir en los demás lo positivo que tienen, las


24
Cfr. Ibid, Pág. 113.
45

posibilidades futuras, las capacidades que pueden desarrollar. Para eso


conózcalos bien y confíe en ellos.

7. Confiar, comprender, disculpar y perdonar: son escalones de un


proceso.

8. Ser compañeros es estar dispuestos a ayudar, cooperar, compartir, ser


solidarios. Ser amigos supone, además, querer lo mejor para el otro y
estar con ellos "en las duras y en las maduras".

9. Si usted manda sobre alguien, debe lograr que éstos hagan las cosas
por convicción, por compromiso personal, como consecuencia de los
principios que quieren vivir. Por eso dirigir es educar.

10. Cuando alguien defraude su confianza, no piense mal de esa


persona. Mantenga la confianza y redoble los procesos de ayuda.
Acabará sacando lo mejor del otro.

Pensamientos sobre la confianza:

*** ”La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las
respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas” (Earl Gray
Stevens).

*** ”Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso


cuando sabemos que mentiríamos en su lugar” (Henry Louis Mencken).

*** ”La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso


mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan”
(Simón Bolívar).

*** ”La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito” (Ralph


Waldo Emerson).

*** ”La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo más


patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos”
(Arturo Graf).
46

*** ”Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica


torpeza” (Juvenal).25

3.4.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto a la


confianza.

Los siguientes valores interactúan con el valor de la confianza de


manera eficaz y positiva: Fortaleza, Colaboración, Tolerancia, Respeto,
Cordialidad, Autoestima, Sinceridad, Amistad, Diálogo, Seguridad,
Coherencia.

En sentido contrario, existen contravalores que paralizan la


confianza, entre los que podemos resaltar: Inseguridad, Desconfianza,
Intolerancia, Falta de respeto, Engaño, Enemistad.

3.5.- La autoestima como valor.

Competencia de sapos. “Era una vez una


competencia de sapos. El objetivo era llegar
a lo alto de una gran torre. Había en el
lugar, una gran multitud, mucha gente para
vibrar y gritar por ellos. Comenzó la
competencia. Pero como la multitud no creía
que pudieran alcanzar la cima de aquella
torre, lo que más se escuchaba era: ¡Qué
pena! Esos sapos no lo van a conseguir, no
lo van a conseguir...

Los sapitos comenzaron a desistir. Pero había uno, que persistía y


continuaba subiendo en busca de la cima. La multitud continuaba
gritando: ¡Qué pena! Ustedes no lo van a conseguir... Y los sapitos estaban
dándose por vencidos, salvo aquél que seguía y seguía tranquilo y ahora cada
vez con más fuerza. Llegando el final de la competencia todos desistieron,
menos ése sapito que curiosamente, en contra de todos, seguía y seguía, hasta
que por fin pudo llegar a la cima con todo su esfuerzo.

25
www.proverbia.net (frases celebres).
47

Todos querían saber cómo lo había logrado, así que un sapito le fue a
preguntar, cómo había conseguido concluir la prueba. Pero el sapito no
respondió. ¡Era sordo!”.

Definimos la autoestima como el concepto o imagen que tienes de


ti mismo, con el cual puedes hundir tus posibilidades humano-
cristianas, o puedes sacar partido de tus energías positivas y
multiplicarlas en orden a tu realización personal y comunitaria.

Es preciso considerar la autoestima como la percepción personal


que tienes sobre tus propios méritos y actitudes, o dicho de otro modo,
es el concepto que tienes de tu valía personal y de tu capacidad. Se
adquiere sobre todo en la infancia y en la adolescencia, y está
esencialmente determinada por la valoración que han hecho las
personas más importantes de tu vida: padres, educadores, amigos (as).

Me parece bastante acertada y abarcadora la definición de


autoestima que nos aporta el P. Mateo Andrés: “Autoestima es un estado
interior de auto aceptación, de valoración y gozo de uno mismo, que
suele manifestarse en alegría de ser uno mismo, en libertad interior, en
capacidad de iniciativa personal ante la vida, en serenidad emocional y
seguridad interna respecto a lo que uno es y hace, con independencia de
lo que otros digan de él’’.26
Desde el libro del Génesis se relata que tú, hombre o mujer, eres
imagen y semejanza de Dios. Y por supuesto, Dios es esplendor,
plenitud, belleza, abundancia, cielo, paraíso, realización total. Por ello,
tú, como imagen de Dios, tienes la capacidad de vivir a partir de estos
atributos, y mereces las bonanzas que derivan de los mismos.

Si crees en que tú eres imagen del Creador te sentirás con energía,


con potencia, con mente positiva y creativa, con fe, con esperanza, con el
valor de hacer el bien.

26
ANDRES, Mateo: Al Hilo de la vida –Reacciones de la Persona Madura-, Colección Luz No. 16,
Amigo del Hogar, Santo Domingo, 1999, Pág. 61.
48

La aceptación de ti mismo con tus posibilidades y sin dejarte


influir negativamente por el entorno que te rodea, es la exposición más
clara y contundente de lo que es una persona con autoestima positiva.

Te revelas con autoestima positiva:


Cuando eres constante y perseverante.
Cuando tu convicción no la negocias.
Cuando sabes conducirte con humildad, pero con firmeza.
Cuando sabes unir tu espíritu a la voz de Dios que descubres en la
oración asidua.
Cuando actúas con serenidad.
Cuando construyes con tus palabras.
Cuando procuras el bienestar de otros sin esperar nada a cambio.
Cuando siempre escuchas, y hablas lo conveniente.
Cuando te dispones a sufrir para evitarle sufrimientos a otros.
Cuando buscas los bienes de arriba desde los bienes de abajo.27

Posees autoestima positiva cuando sabes ser tú mismo, siendo un


actor de tu propia vida, y no un re-actor ante lo que dicen y hacen los
demás. Porque vives en un mundo donde las relaciones humanas están
continuamente atrapadas por el maltrato y las ofensas, y donde tus
convicciones profundas y positivas las tendrás que hacer prevalecer por
encima de insinuaciones y provocaciones. Pérez Esclarín insiste, con el
siguiente relato, en la importancia de ser tú mismo: “Cuenta el
columnista Sidney Harris que, en cierta ocasión, acompañaba a comprar
el periódico a un amigo suyo, quien saludó con cortesía al dueño del
quiosco. Este le respondió con brusquedad y desconsideración. El
amigo de Harris, mientras recogía el periódico que el otro había
arrojado hacia él de mala manera, sonrió y le deseó al vendedor un buen
fin de semana. Cuando los dos amigos reemprendieron el camino, el
columnista le preguntó:
-¿Te trata siempre con tanta descortesía?
-Sí, por desgracia.
-¿Y tú siempre te muestras igual de amable?
27
Cfr. ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: La Vida en Parábolas. Parábolas Para La Vida –
Para un Crecimiento Positivo-. Impresora del Nordeste, 2da. Edición, San Fco. De Macorís, 2007,
pags. 27-28.
49

-Sí, así es.


-¿Y por qué eres tan amable con él cuando él es tan antipático contigo?
-Porque no quiero que sea él, quien decida cómo debo actuar yo’’.28
Por tanto, autoestima no es vivir centrado y archivado en tu “yo’’
(eso es egoísmo), sino vivir en la convicción de que como imagen de
Dios tienes el poder de amar: a Dios, a los seres humanos, a la creación,
a ti mismo, aún en medio de las más crueles contradicciones humanas.
Y por supuesto, aquí se aplica la ley de la reciprocidad cristiana: quien
renuncia a algo importante por amor a Cristo, recibe cien veces más. Y a
esta ley de la reciprocidad cristiana está unido el rey y resumen de todos
los mandamientos: “Amarás a Dios y al prójimo como a ti mismo’’, el
cual retrata con mayor perfección lo que es la verdadera autoestima, que
consiste en estimar primero a Dios, luego a Dios en los demás, y por
último a ti.

3.5.1.- Interacción de algunos valores contravalores respecto a la


autoestima.

Alrededor de la autoestima confluyen una serie de valores que la


fortalecen y plenifican, entre los cuales es preciso destacar: Amistad,
Confianza, Aprecio, Cooperación, Creatividad, Colaboración, Ayuda,
Compartir.
A su vez existen contravalores que impiden tanto el desarrollo
como la vivencia del valor de la autoestima, tales como: Frustración,
Sumisión, Dependencia, Inseguridad,
Desconfianza, entre otros.
3.6.- La creatividad como valor

3.6.1- ¿Qué es la Creatividad?

“Como una luz que nos hace


capaces de generar soluciones nuevas,
«creativas», a todo tipo de problemas de
28
PEREZ ESCLARIN, Antonio: Educar Valores y el Valor de Educar –Parábolas-, Ed. San Pablo,
Caracas, 1998, Pág. 23.
50

nuestro entorno, tanto de orden manual como de orden intelectual. Pero


es una luz que para ser tal, requiere un constante consumo de energía,
es decir, requiere un decidido esfuerzo personal”.29

“Son funciones complejas o paquetes de funciones básicas de la


inteligencia que soportan las capacidades de efectuar extrapolaciones y
estimaciones del resultado, dadas las relaciones existentes”.30

“La creatividad es la capacidad de crear, de producir cosas nuevas


y valiosas, es la capacidad de un cerebro para llegar a conclusiones
nuevas y resolver problemas en una forma original. La actividad
creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo”.31

“La Creatividad es la característica fundamental de aquellas


personas que son originales en sus ideas, hechos y producciones; tienen
un pensamiento divergente; son individualistas; son imaginativas y
curiosas; tienen capacidad de concentración; son flexibles; tienen
iniciativa”.32
• La creatividad es otra de las cualidades esenciales de la vida, de
los seres vivos.

• El sentido de la creatividad es un potencial humano que todas las


personas poseen, si bien unas lo desarrollan mucho más que otras.
Se trata de una cualidad que conviene valorar en los adultos y
potenciar en los niños y adolescentes.

• En su materialización puede adoptar, entre otras, forma artística,


literaria o científica, si bien, no es privativa de ningún área en
particular.
29
http://www.xtec.es/~lvallmaj/passeig/val1cre2.htm

30
http://www.molwick.com/es/inteligencias-multiples/145-creatividad.html

31
http://artegami.com/2007/07/24/5-consejos-para-estimular-la-creatividad/

32
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH,
Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores, op. cit., Pág. 143.
51

• La creatividad es el principio básico para el mejoramiento de la


inteligencia personal y del progreso de la sociedad y es también,
una de las estrategias fundamentales de la evolución natural.

• Es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza


por la originalidad, por la adaptabilidad y por sus posibilidades
de realización concreta.

• Los fallos se consideran normales en los procesos creativos, sin


embargo, dado que la creatividad requiere efectuar varias
operaciones sucesivas para llegar a existir, nos podríamos
encontrar con creaciones nuevas fruto del azar pero no de la
creatividad.

3.6.2- Características de la persona creativa

Por lo general, el estereotipo del creador es el de alguien


anticonvencional, excéntrico, inconformista, individualista; pero la
persona creativa no tiene que ser, necesariamente, de esta manera. Por
otra parte, cuando pensamos en un creador visualizamos un genio de la
literatura, de la pintura, del arte, o de la ciencia y la tecnología; sin
embargo, la creatividad es una habilidad que puede estar presente en
cualquier actividad humana, por más cotidiana y simple que pueda
parecer ésta.

Los psicólogos Guilford, Torrance y Lowenfeld realizaron


estudios en los cuales se determinaron ocho características claves de la
persona creativa:

• Sensibilidad: el individuo creativo es sensible a los problemas,


necesidades, actividades y sentimientos de los otros; además
percibe todo lo extraño, inusual o prometedor que poseen las
personas, materiales o situaciones con las que trabaja.

• Fluidez: es la capacidad de sacar ventaja de la situación que se


está desarrollando y utilizar cada paso de un proceso como una
52

nueva situación que permita evaluar el problema, antes de seguir


adelante. Involucra el aspecto cuantitativo de la creatividad, es
decir, está relacionado con la fertilidad de ideas o con el número
de respuestas dadas en una situación.

• Flexibilidad: es la capacidad de adaptación a las situaciones


nuevas y a los cambios. Se define también como la producción de
gran variedad de ideas y alude a la facilidad con que la persona
puede pasar de una categoría de respuesta a otra, es decir, usar un
mismo estímulo o una misma respuesta para diferente propósitos.

• Originalidad: son respuestas no comunes que pueden darse en


determinada situación, así como el número y diversidad de
soluciones aportadas. Se refiere también a la infrecuencia de una
respuesta en un grupo de personas; implica el uso de ideas que no
son obvias o banales o que son estadísticamente infrecuentes.

• Redefinición: es la capacidad para reacomodar ideas, conceptos,


personas y cosas para trasponer las funciones de los objetos y
estímulos de maneras novedosas; se refiere a la habilidad para
definir o percibir los objetos o las situaciones de manera distinta a
la usual, y se refleja por la improvisación.

• Análisis: es la capacidad de abstraer los componentes de un


proyecto y de comprender las relaciones entre sus componentes,
es decir, extraer detalles de la totalidad.

• Síntesis: es la habilidad de combinar varios componentes para


llegar a una totalidad.

• Coherencia de organización: es la capacidad de organizar un


proyecto, expresar una idea o crear un diseño de modo tal que
nada sea superfluo.

3.6.3- Actitudes para fomentar la creatividad


53

• Optar siempre por el diálogo como vía de entendimiento y


acuerdo.

• Tener independencia de pensamiento, sentimiento, expresión y


actuación.

• Practicar todas aquellas actividades que potencien la imaginación.

• Facilitar el aprendizaje espontáneo, sin excesiva evaluación o


control.

• Incentivar la auto evaluación y la superación personal.

• Favorecer la resolución personal de los problemas cotidianos.

3.6.4- Dificultades al desarrollo de la creatividad

• Nos mostramos inflexibles y poco tolerantes.


• Actuamos en base a criterios absolutos: blanco o negro, bueno o
malo...

• Defendemos ideas preconcebidas sólo por el hecho de


considerarlas socialmente aceptables.

• Ponemos trabas a la libertad de pensamiento, expresión o


actuación.

• Criticamos por norma todo aquello que nos resulta extraño o


diferente.

3.6.5- Sugerencias para estimular nuestra creatividad

• Lee mucho. No hay mejor manera de aumentar nuestra capacidad


de generar ideas a raudales que leyendo constantemente. Y no tan
solo publicaciones o libros con temáticas de diseños, sino
cualquier libro en general. La ciencia ficción es excelente. El
diseñador iletrado siempre encontrará más dificultad para ser
54

creativo y original que uno que no lo es. Muchas veces


encontraremos en el libro menos pensado inspiración para un
proyecto futuro.

• Desconéctate. Cuantas veces no les ha ocurrido que buscan y


buscan la solución a un problema durante horas, al punto del
agotamiento, y no pueden llegar a nada. Es porque muchas veces
el concentrarnos en exceso nos provoca bloqueos mentales que nos
dejan con la frente sobre el escritorio de trabajo. Sal a caminar o
simplemente a respirar aire fresco. Cierra tu cuaderno un rato.
Apaga la computadora. Dale la espalda al escritorio para que
relajes tu mente y todo pueda fluir de nuevo.

• Piensa al revés. La mayoría de las veces sabes cual es la mejor


manera de solucionar un problema, o haces lo posible por
averiguarlo. Detente un segundo y piensa ¿que sucedería si lo
hago al revés? Grandes descubrimientos e inventos han sido
producto de la casualidad o de errores. Supongamos que tienes
que hacer un empaque para una muñeca dulce y tierna. ¿Se te
ocurrió utilizar rosado o morado? ¿Y si lo hacemos negro?
¿Transparente? ¿Metalizado? ¿De madera?
• Conserva TODAS tus ideas. Nunca sabes cuando vas a necesitar
de ese sueño alucinante o de esa tonta canción que te inventaste de
camino al trabajo. No tires por la borda nada de lo que se te ocurra
que siempre te podrá ser de utilidad. Cualquier idea, por más
tonta que sea, consérvala. Si puedes, carga contigo siempre una
pequeña libreta y un lápiz o pluma para anotar ideas que te
asalten. Cuando requieras un empujón extra en el proceso
creativo, puedes revisar las ideas que has recolectado y así abrirás
más tus posibilidades.

• No temas equivocarte. Esta va de la mano con la tercera. Muchas


veces el miedo al error o el perfeccionismo nos limitan hacen que
nosotros mismos demos cuello a muchas de nuestras ideas. Te
equivocarás tarde o temprano, así que relájate. Es normal fallar de
vez en cuando. No somos perfectos. Además, algunos de los más
grandes logros y descubrimientos se han dado por error.
55

3.6.6- Un cuento de creatividad

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media, un hombre


muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.
En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del
reino y por eso, desde el primer momento buscaron a un “chivo
expiatorio” para encubrir al verdadero culpable.

El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría escasas o


ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto: ¡LA HORCA!
El Juez, también cómplice, cuidó de dar todo el aspecto de un
juicio justo y por esta razón le dijo al acusado:
- “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a
dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles
separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y
será la mano de Dios la que decida tu destino”

Por supuesto, el funcionario corrupto había preparado dos papeles


con la misma leyenda: “CULPABLE” y la pobre víctima, aún sin conocer
los detalles, se dio cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No
había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los
papeles doblados.
Éste inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos
segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba
ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y
agarró uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló
rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes, le reprocharon
airadamente.
Pero… ¿qué hizo?… ¿Y ahora?… ¿Cómo vamos a saber el veredicto?
- “Es muy sencillo” respondió el acusado, “Es cuestión de leer el
papel que queda y sabremos que decía el que yo escogí”
Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que liberar al
acusado, y jamás volvieron a molestarlo.
56

Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca
dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.
Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.

“Sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.


Albert Einsten

3.6.6- Interacción de algunos valores contravalores respecto a la


creatividad.

Alrededor del valor de la Creatividad giran una serie de valores


que la refuerzan y la complementan, tales como:

-Concentración -Curiosidad -Autoestima


-Iniciativa -Inconformismo -Independencia
-Originalidad -Flexibilidad -Imaginación
-Personalismo.

Sin embargo, la Creatividad también resulta erosionada por


contravalores que la disminuyen y la debilitan, tales como:
-La Inflexibilidad -El Autoritarismo -La Clonicidad
33
-El Conformismo.

3.7.- La paz como valor.

33
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH,
Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores, op. cit., Págs. 144-145.
57

La palabra paz deriva del latín “pax”. Es generalmente definida, en


sentido positivo, como un estado de tranquilidad o quietud, y en sentido
negativo como ausencia de inquietud, violencia o guerra.

Desde el punto de vista del Derecho internacional, y por extensión


de la definición anterior, el término Paz es un convenio o tratado que
pone fin a la guerra (como por ejemplo, la Paz de Westfalia).
Puede hablarse de una paz social como entendimiento y buenas
relaciones entre los grupos, clases o estamentos sociales dentro de un
país.
En el plano individual, la paz designa un estado interior, exento de
cólera, odio y más generalmente de sentimientos negativos. Es, por lo
tanto, deseada para uno mismo e igualmente para los demás, hasta el
punto de convertirse en un saludo: la paz esté contigo, o en una meta de
la vida.34

Es preciso señalar que no en todas las culturas se consideró a la


paz de una forma positiva. En pueblos como los Vikingos o los Hunos,
cuya principal actividad era el saqueo de comunidades cercanas, se
exaltaba por el contrario a los guerreros y las virtudes propias de los
mismos.

34
La paz es considerado también un valor subjetivo, y es por ello que hay una tendencia en distinguir
entre paz interna, que es la paz del sujeto con equilibrio psíquico y sentimientos altruistas, y entre la
paz externa, que es el disfrute de orden y quietud en los órdenes cultural, jurídico, político y social.
(Cfr. Ibid, Pág. 165).
58

 La paz es algo fundamental para el desarrollo y de la persona y


sus sociedades.
 Proporciona estabilidad.
 Mejora la comunicación.
 La paz brinda regocijo contigo mismo.
 Representa un estado de madurez.
 Brinda orden al ser humano.

La paz en la familia es fundamental, ya que como sabemos, la


familia es la base de la sociedad y a ella se debe nuestro comportamiento
en la sociedad.

Además, una familia estable y pacífica proporciona mayor


seguridad al ser humano, mayor confianza y desenvolvimiento.

--Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.


(Isaac Newton)
--Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el
poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz. (Albert
Einstein)

--La paz comienza con una sonrisa. (Madre Teresa de Calcuta)


--Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun
siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay
verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y
solidaridad. (Juan Pablo II)

--“Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner


decididamente la inteligencia al servicio del amor.” (Antoine de Saint-
Exupery)
3.7.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto a la paz.

Los valores que acompañan a la paz y le dan vida, son los


siguientes: Justicia, Cooperación, Sinceridad, Armonía, Ayuda, Buen
entendimiento, Aceptación de los demás, Bondad, Respeto, Amistad,
Autenticidad, etc.
59

Los principales obstáculos para el disfrute del valor de la paz son


los siguientes: Conflictividad, Desequilibrio, Guerra, Injusticia,
Intranquilidad, Enemistad, Hostilidad, Marginación, inequidad,
desigualdad.

3.8.- La amistad como valor.

“Un día la bella princesa fue a caminar


por el bosque y encontró un sapo. El
sapo la saludó muy delicadamente. La
princesa se asustó de un sapo que
hablaba la lengua de los hombres. Pero
el sapo le dijo: Su Alteza Real, no soy un
sapo de verdad. Soy un príncipe, pero
una bruja me transformó en sapo.
-La princesa que era de corazón bondadoso, respondió: ¿Hay alguna
cosa que se pueda hacer para quebrar el hechizo?
-El sapo respondió: sí, la bruja dice que si encontrase a una princesa que
yo amara, y ella se quedase conmigo tres días y tres noches, el hechizo se
rompería y yo volvería a ser un príncipe.
La princesa podía ya ver al príncipe en aquel sapo. Llevó el sapo
consigo al palacio.
Todo el mundo decía: ¿Qué criatura repugnante es la que traes?
-Y ella respondió: ¡No, no es criatura repugnante, es un príncipe! Y
mantuvo el sapo consigo noche y día, en la mesa, en un almohadón mientras
dormía.
Después de tres días y de tres noches, ella vio al joven y bello príncipe,
que le besó la mano con gratitud por haber quebrado el hechizo y haberlo
transformado en el príncipe que era.
Ese cuento de hadas es la historia de todos nosotros. ¡De algún modo
fuimos transformados en sapos y pasamos la vida buscando a alguien que
quiebre el hechizo y nos recree!” .35

¿Cómo podemos definir la amistad?

35
DE MELLO, Anthony: ¿Es posible el amor verdadero? Buenos Aires: Lumen. 1994, Págs. 56-57.
60

-“Como un afecto personal puro y desinteresado, ordinariamente


recíproco, que nace y se fortalece con el trato”, así define la amistad el
Diccionario de la Real Academia, a lo que es conveniente agregar que se
fortalece también con el encuentro, la confianza, la comunicación sincera
y los detalles.36

-Como un valor extraordinario y necesario que se apoya en la


sinceridad, la generosidad y el afecto mutuo.

-Como una autopista de doble vía en la que se ha de saber recibir y al


mismo tiempo se debe estar preparado para dar.

Son rasgos de una amistad verdadera el trato afable, la


comunicación fluida y sincera, el intercambio permanente y gozoso de
las diversas circunstancias que envuelven la vida de quienes se
relacionan.

El valor de la amistad es una necesidad en todo el itinerario de la


vida humana, pero sobre todo en la pre-adolescencia y en la
adolescencia, ya que estas son las etapas en las que los jóvenes
experimentan las mayores incomprensiones de sus padres y de las
personas mayores, convirtiéndose el amigo o el club de amigos en su
única fuente de comprensión. Además, el porvenir de un joven está
fuertemente influido por las amistades que mantenga, pues como nos
recuerda Bernabé Tierno citando a Kingsley:
“Los hombres son falsos si conviven con mentirosos; ruines, si con
avaros; vanidosos, si con presumidos, y en general, se asimilan los
vicios de las gentes de su intimidad”.37

¿Cuáles son las cualidades de un buen amigo (a)?

*Te acepta como eres y te aprecia por ti mismo.


36
Importante es agregar que la amistad fortalece de tal modo el corazón del ser humano que le hace
invencible ante las adversidades, y por ello la frase de Cicerón cobra mayor actualidad: “Si la amistad
desapareciera de la vida, sería lo mismo que si se apagara el sol, porque nada mejor ni más deleitoso
hemos recibido de los dioses inmortales”.

37
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos. Taller de Editores, S. A., 12 edición, España, 1996, Pág. 83.
61

*Está junto a ti cuando lo necesitas.


*Respeta tu forma de pensar y te respeta y valora siempre.

*Es tu amigo aunque todos te abandonen.


*Te comprende también en los momentos de enfado.
*Jamás te traiciona ni habla mal de ti a tus espaldas.

*No es posesivo, te deja ser tú y ejercer tu libertad.


*Es comprensivo y fiel y jamás te aprecia por interés.
*No es acaparador ni te quiere para sí de manera exclusiva. Te
permite que estés abierto a otras amistades.

*Sabe salvar la amistad después de los enfados mutuos.


*No gasta bromas pesadas que puedan molestarte.
*Te dice los defectos con tacto y cariño.

*Sabe sacrificarse por conservar y fomentar la amistad.


*No es envidioso de tus éxitos. Al contrario, se alegra de tus éxitos
como si fueran propios.
*El verdadero amigo está más interesado en dar que en recibir.

Frases sobre la amistad.


-Un amigo es el mejor regalo que uno se hace a sí mismo.
-Quien encuentra un amigo, halla un tesoro.
-No te preguntes si eres feliz; pregúntate si son felices los que
viven contigo.
-Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.
-Amar no es estar enamorado; amar es ser capaz de entregarse.
-No camines delante de mí, puedo no seguirte; no camines detrás
de mí, puedo no guiarte; camino junto a mí y simplemente sé mi amigo.
-“No veas en tu enemigo más que a un amigo extraviado”
(Jámblico).
-“No hay mejor espejo que el amigo viejo” (Proverbio español).
-“Todos quieren tener un amigo, pero nadie se preocupa de serlo”
(Alphons Karr).

-“El único modo de tener un amigo, es serlo” (Emerson).


62

-No busques un amigo sin defectos, podrías morirte sin encontrar


la amistad” (Fréson).
-“La amistad supone sacrificios, y sólo el que está dispuesto a
hacerlos sin molestia comprende la amistad” (Noel Clarasó).

3.8.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto a la


amistad.

En torno al imprescindible valor de la amistad coexiste una lista de


valores, sin los cuales no es posible ser amigo, entre los cuales podemos
destacar:
-Sinceridad -Generosidad -Donación -Altruismo
-Afecto -Comprensión -Compañerismo -Colaboración
-Respeto -Cooperación.

Asimismo es preciso advertir sobre los contravalores que impiden


vivir plenamente el valor de la amistad, como son la intolerancia, la
simulación, el engaño, el egoísmo.

3.9.- El respeto como valor.

“El respeto es la consideración,


atención, deferencia o miramiento que
se debe a una persona. Podemos decir
también que es el sentimiento que
lleva a reconocer los derechos y la
dignidad de otro”.38

El respeto es una de las bases sobre las cuales se sustenta la ética y

la moral, en cualquier campo y en cualquier época. A veces se confunde

38
Ibid, Pág. 199
63

el respeto con alguna conducta en particular, como los buenos modales

o la amabilidad, pero el respeto es algo diferente a esto, es una actitud.

El respeto es un valor que no se hereda, sino que se adquiere. El

cual faculta al ser humano para el reconocimiento, aprecio y valoración

de las cualidades de los demás y sus derechos. Respetar a alguien es

tratarlo de acuerdo a su dignidad39, propiciando un ambiente cordial y

afable.

Sin embargo, el respeto no es sólo hacia la actuación de las

personas o las leyes. También tiene que ver con la autoridad, como

sucede con los hijos y sus padres; o los alumnos con sus maestros. Pero

no sólo a las personas se le debe el respeto más profundo, sino a todo

aquello que nos rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y

la gran ballena, a los ríos, lagos y mares. Todo como parte de la creación,

se lo merece.

Aunque el término se usa comúnmente en el ámbito de las

relaciones interpersonales, también aplica a las relaciones entre grupos

de personas, entre países y organizaciones de diversa índole. El respeto

ayuda a mantener una sana convivencia con las demás personas, basada

en las normas de las respectivas sociedades e instituciones.

Ejemplos de falta de respeto en las relaciones sociales:

-La difamación y las burlas rebajan la dignidad de las personas, y este

trato injusto es una falta de respeto.


39
Dignidad: es grandeza, excelencia; es una calidad o bondad superior por la que algo o alguien goza
de especial valor o estima. http://www.ideasrapidas.org/dignidad.htm
64

-Los obreros y subordinados son seres humanos. Tratarlos como

esclavos es una falta de respeto a su dignidad de personas.

-En cualquier sociedad (familia, aula, empresa,...) debe haber

autoridades que la dirijan (padres, profesores, jefes...). Esto exige a hijos,

alumnos y subordinados un trato disciplinado y obediente. Las

rebeldías son faltas de respeto hacia la sociedad.

-Las faltas de educación voluntarias (frescuras, portazos, etc.) suelen ser

ejemplos de falta de respeto pues el trato adecuado a esas personas

debería ser otro.

-El amor humano posee una gran dignidad que exige un trato delicado.

La mujer es un ser humano y es injusto tratarla como un objeto sexual.

Respetar, no quiere decir mostrar desinterés o frialdad. El trato

adecuado a la dignidad de los demás es interesarse por ellos (sobre todo

por su alma), pues además de respetar es preciso amar a todos,

deseando activamente su bien.

¿Se debe respetar a todos por igual?

Cualquier individuo posee una dignidad por el hecho de ser

persona. Y así todo hombre merece algún respeto, un trato adecuado a

su dignidad humana. Este deber básico incluye respetar sus bienes, su

vida, su fama, su intimidad,... Sin embargo:


65

o Algunas personas merecen un respeto mayor debido a una

dignidad superior. Por ejemplo, los padres, los ancianos, las

autoridades, etc. El trato entre compañeros es diferente del trato

hacia padres y profesores. Con éstos el modo de hablar y escuchar

debe ser más respetuoso.

o También hay personas que por su conducta infrahumana pierden

parte de su dignidad y merecen menor respeto. Por ejemplo, los

delincuentes pueden ser encarcelados, pues el respeto no se opone

a la justicia.

¿Corregir es una falta de respeto?

El respeto no significa dejar a los demás que hagan lo que les

venga en gana. Hay cosas que se deben prohibir, y asuntos que se deben

corregir. Corregir en exceso o en defecto no es falta de respeto, sino de

caridad. Se añade la falta de respeto si se corrige con malos modos.

Decálogo del Respeto:

1. Respetar a una persona es tratarla como se merece, de acuerdo a su

dignidad de ser humano (todos somos iguales en este sentido), y a la

posición que ocupa en una colectividad.


66

2. Vivir los buenos modales, y las normas de educación son señales

claras de respeto a los demás.

3. El respeto implica no apropiarse de ideas ajenas, lo cual sería un

robo; también reconocer los méritos de los demás, sin apropiarse del

éxito ajeno, lo cual es otra injusticia.

4. El respeto implica valorar a cada persona, su fama, su tiempo y sus

pertenencias.

5. Cuando no se puede hablar bien de una persona es mejor callar. Evite

juzgarla, si no tiene obligación de ello.

6. La murmuración destruye el ambiente de trabajo, pues daña las

relaciones interpersonales. No inicie ni propague chismes bajo ninguna

excusa.

7. El respeto es también tolerancia. Es decir no atropellar a otras

personas y valorar las diferencias. Pero hable claro de sus ideas.

8. La cortesía, la amabilidad, el agradecimiento, la puntualidad, las

caras amables… son formas de mostrar respeto.

9. Separar los hechos de las personas está en la raíz del auténtico

respeto: la conducta inapropiada se debe corregir; en cambio a las

personas se les comprende.


67

10. Valentía para expresar y defender las ideas propias. Respeto y

consideración por las ideas ajenas. El equilibrio entre estas dos posturas

es señal de madurez.

FRASES DE VIDA:

Respeta a los demás para que te respeten a ti mismo.

Si tú te respetas a ti mismo, los demás te respetarán a ti.

Nunca dejes que te pierdan el respeto, porque difícilmente lo

recuperarás.

Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho

ajeno es la paz40.

3.9.1.- Interacción de algunos valores y contravalores con relación al


respeto.

Alrededor del valor del Respeto giran una serie de valores que lo
refuerzan y lo complementan, tales como:

-Sinceridad -Amabilidad -Aprecio


-Autoestima -Comprensión -Humanidad

Sin embargo, el Respeto también resulta erosionado por


contravalores que lo disminuyen y lo debilitan, tales como:
-Egoísmo -Desfachatez -Desconsideración

40
Frase célebre del político liberal mexicano Benito Juárez, enunciada el 15 de julio de 1867, en un
discurso al entrar triunfante en la Ciudad de México tras la derrota y fusilamiento de Maximiliano I
de México de Habsburgo y el derrocamiento del Segundo Imperio Mexicano.
http://es.wikipedia.org/wiki/El_respeto_al_derecho_ajeno_es_la_paz
68

-Desigualdad -Incomprensión.41

3.10.- La justicia como valor.

La justicia del Rey. “En un país muy lejano,


hace mucho, mucho tiempo, gobernaba un
joven rey con mucha sabiduría. Era querido de
todos sus súbditos por su generosidad y justicia.
Nadie de su reino pasaba hambre porque su
palacio estaba abierto cada día para servir una
copiosa comida a todos los peregrinos,
trotamundos e indigentes.
Un día, después de la comida ordinaria, un mensajero del rey les
anunció que al día siguiente era el cumpleaños de su majestad, que éste
comería con ellos y que al final del espléndido banquete, todos y cada uno
recibirían un regalo. Tan sólo se les pedía que subieran a la hora
acostumbrada con alguna vasija o recipiente llenos de agua para echarla en el
estanque del palacio.
Los comensales estuvieron de acuerdo en que la petición del rey era
fácil de cumplir, que era muy justo corresponder a su generosidad y… si
encima les hacía la gracia de un obsequio, mejor que mejor.
Al día siguiente, una larga hilera de mendigos y vagabundos subía
hacia el palacio del rey llevando recipientes llenos de agua. Algunos de ellos
eran muy grandes, otros más pequeños y alguno había que, confiando en la
bondad del rey, subía con las manos libres, sin un vaso de agua…
Al llegar a palacio vaciaron las diversas vasijas en el estanque real, las
dejaron cerca de la salida y pasaron al salón donde el rey les aguardaba para
comer.
La comida fue espléndida. Todos pudieron satisfacer su apetito.
Finalizando el banquete, el rey se despidió de todos ellos. Se quedaron
estupefactos, de momento, sin habla, porque esperaban el regalo y éste no
llegaría si el rey se marchaba.

41
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH,
Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores, op. cit., Págs. 200-201.
69

Algunos murmuraban, otros perdonaban el olvido del rey que sabían


que era justo y alguno estaba contento de no haber subido ni una gota de
agua para aquel rey que no cumplía lo que prometía.
Uno tras otro salieron y fueron a recoger sus recipientes. ¡Qué sorpresa
se llevaron! Sus vasijas estaban llenas, llenitas de monedas de oro. ¡Qué
alegría! los que habían acarreado grandes cubos y ¡qué malestar! los que lo
trajeron pequeño o se presentaron con las manos vacías.
Y cuentan los anales del reino que en aquel país no hubo más pobres,
porque con las monedas del rey muchos pudieron vivir bien y otros
comprarse tierras para trabajar y lo que se quedaron sin nada se marcharon
para siempre de allí”.42

Resulta muy conocida la definición de justicia como la “Actitud


moral o voluntad decidida de dar a cada uno lo que es suyo”. Es decir,
es la virtud de la medida, de la equidad, del orden y la igualdad. Por
tanto, es un valor que supone la presencia de personas a quienes
respetar. Es un valor base de otros, pues sin justicia es falsa la actitud de
la paz, la cooperación, la tolerancia.

Existen dos posiciones respecto a la Justicia: la Justicia de los


moralistas y la Justicia de los juristas. Los moralistas la conciben como
una gran virtud, en donde el fin primordial es la perfección moral del
individuo. Es así como Sócrates declaraba que la Justicia es ante todo
una perfección interior, una virtud que radica en el alma. Y Aristóteles
termina diciendo que la Justicia es la virtud más alta, la virtud perfecta.
Por el contrario, para los juristas es el fin principal para solucionar de
forma práctica y oportuna los problemas sociales que surgen de la
convivencia humana, siendo esta última la que le pertenece al abogado.

Frases sobre la justicia:

 Juzga a un hombre cuando te hayas puesto en su lugar.


 Donde reina el amor sobran las leyes.
 Triste época la nuestra; es más fácil desintegrar un átomo que un
prejuicio.

42
Ibid, Pág. 227.
70

 Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los que se encargan
de ejercerla.
 La justicia nunca es justa... menos cuando cae sobre uno.
 La justicia debe imperar de tal modo que nadie deba esperar del
favor ni temer de la arbitrariedad.
 "La razón y la justicia no necesitan de otro apoyo que de sí mismo
para presentarse”.

3.10.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto a la


justicia.

Existen una serie de valores que interactúan con la justicia, entre


los cuales destacan el respeto mutuo, la cooperación, la tolerancia, el
reconocimiento, la imparcialidad y la honradez.

De igual manera constatamos la existencia de contravalores que


frenan u obstaculizan el valor de la justicia, tales como la violencia, la
injusticia, la falsedad, la envidia, el egoísmo.

3.11.- La comprensión como valor.

Anthony de Mello escribe el caso


siguiente:

“Un joven jesuita fue a verme: era un


hombre amable, extraordinario, talentoso,
encantador, simpático. Todo. Pero tenía un
extraño problema. Los empleados le tenían
terror. Hasta se supo que en ocasiones los había agredido. Eso estuvo a
punto de convertirse en un caso de policía. Siempre que lo encargaban de los
jardines, de la escuela o de lo que fuera, presentaba este problema. Hizo un
retiro espiritual de 30 días. Meditó día tras día la paciencia y el amor de Jesús
por los menos privilegiados, etc. Pero yo sabía que eso no iba a producir
ningún efecto. De todos modos, regresó a casa y las cosas mejoraron durante
tres o cuatro meses. Después de este lapso, volvió a ser como al principio.
De manera que vino a verme. En esa época yo estaba muy ocupado.
Aunque él había venido de otra ciudad de la India, yo no podía recibirlo. De
71

modo que le dije: Voy a dar mi caminata vespertina, si quieres acompañarme,


está bien, pero no dispongo de más tiempo. Entonces fuimos a dar una
caminata. Yo ya lo conocía y, mientras caminábamos, tuve una extraña
sensación. Cuando tengo estas sensaciones extrañas, generalmente las verifico
con la persona implicada. De manera que le dije:
-Tengo la extraña sensación de que usted me oculta algo. ¿Así es? Se indignó.
Me contestó:
-¿Qué quiere decir con oculta algo? ¿Cree que yo hice este largo viaje para
pedirle a usted algún tiempo a fin de ocultarle algo? Le manifesté:
-Es una extraña sensación que tuve, eso es todo. Pensé que lo mejor era
verificarla con usted. Seguimos caminando. No lejos de donde vivo hay un
lago. Recuerdo la escena claramente. Me dijo:
-¿Podríamos sentarnos en alguna parte?
-Muy bien. Le respondí.
Nos sentamos en un pequeño muro que bordea el lago.
-Usted tiene razón. Le estoy ocultando algo –me dijo, y rompió a llorar.
Luego agregó:
-Le voy a contar algo que no le he dicho a nadie desde que soy jesuita. Mi
padre murió cuando yo era muy joven y mi madre se convirtió en sirvienta.
Ella lavaba orinales, retretes y baños y, a veces, trabajaba dieciséis horas
diarias para conseguir con qué sostenernos. Eso me avergüenza tanto que se
lo he ocultado a todo el mundo y sigo vengándome, irrazonablemente, de ella
y de toda la clase trabajadora.
El sentimiento se transfirió. Nadie podía comprender por qué este
hombre encantador se comportaba de esa manera, pero, por el momento, en
todo lo que él vio, nunca más tuvo problemas, nunca más. Se curó”. 43

La comprensión es la capacidad para captar y entender los


distintos ánimos que influyen en la forma de ser, en el estado de ánimo
y en el comportamiento de otras personas.

 Comprender es sentir con el otro. Ser solidario. Ponerse en su


sentimiento, pensamiento, ambiente, con su gente y en su lugar.
La comprensión implica la empatía para percibir el mundo interior
de la otra persona y sus circunstancias emocionales, como si uno
fuera esa persona, pero sin perder la identidad de observador.

43
DE MELLO, Anthony: Op cit, Págs. 127-128.
72

 Para una clara comprensión es necesario esforzarse en entender


con miras a ayudar, analizando o viendo las cosas desde puntos
de vistas ajenos a los nuestros, y teniendo en cuenta las
circunstancias.

 Comprender es entender una idea o una situación, es captar el


significado de algo, pero para comprender algo o a alguien hay
que ponerse en sus zapatos o en su lugar. La comprensión supone
escuchar con ánimo de entender. Escuchar es asimilar el mensaje,
no sólo oyendo palabras, también captando el estado de ánimo del
que habla.

 La comprensión de los demás no tiene como objetivo cambiarlos,


encasillarlos a nuestras medidas, sino tomar a las otras personas
como son, con sus cualidades y defectos, es decir, con respeto.

 Comprender no necesariamente significa aceptar todo. Puedo


entender a una persona, pero puedo no aceptar su conducta. Son
las ideas y la conducta lo que debemos juzgar y rechazar, no a la
persona.

 Cuando existe la comprensión es más fácil vivir la tolerancia. Pero


tolerancia no implica indiferencia. Ser tolerante significa respetar a
las personas aunque piensen distinto a mí; es discrepar de las
ideas con razones sin atacar a nadie.

 Cuando uno comprende, estimula en medio de las dificultades y


brinda una esperanza de que hay un cambio de lo que hay que
mejorar o superar. Sentirse por otra persona comprendido hace
posible que una persona quiera cambiar.

Reflexionando sobre el valor de la comprensión:


73

 ¿Casi siempre me pongo en el lugar del otro para tratar de


comprenderle?
 ¿Escucho para entenderle?

 ¿Trato de comprender en lugar de flagelar?


 ¿Miro los conflictos desde varios puntos de vista?

 ¿Trato con simpatía a otros?


 ¿Entiendo que los seres humanos vemos las cosas y las
entendemos de manera diferente?

 ¿Hago uso del diálogo para resolver los conflictos?


 ¿Trato de colocarme en el lugar de los demás para comprender sus
actitudes?

 ¿Trato con bondad y sensibilidad a los demás?


 ¿Me preocupo por las situaciones de conflicto que viven otras
personas?

3.11.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto a la


comprensión.

Entre los valores que caminan de la mano con la comprensión


están la tolerancia, la sensibilidad, el respeto, la justicia, la sinceridad, la
flexibilidad, la caridad.

Entre los contravalores que aplastan el valor de la comprensión


podemos enumerar: la cerrazón, el prejuicio, la intolerancia, la
arrogancia, el pesimismo, el irrespeto, el egoísmo.

3.12.- El compartir como valor.


74

La palabra compartir significa repartir, dividir, distribuir algo en


partes, porque vivir de verdad, crecer con plenitud, no es otra cosa que
hacer vivir a otros esa misma plenitud.44

“El compartir lleva implícito el valor de dar –generosidad- y el


valor de recibir, aceptar o acoger lo que otro me ofrece. Al compartir se
produce una ruptura con el egoísmo de aquel que se cree autosuficiente
y despóticamente poseído de riquezas diversas que siempre puede dar,
pero que no necesita nunca nada de los demás. También se produce
ruptura con la subestima de aquel que piensa que no tiene nada que dar
u ofrecer”.45

Compartir es un aprendizaje, no es un valor con el que nacemos, y


es por ello que necesitamos educar a los niños en el compartir, pues en
los primeros años el niño desarrolla un alto sentido de posesividad, no
siendo hasta los 8 y 10 años que comienza a comprender el concepto del
compartir aplicándolo en el hogar, en la escuela y en las relaciones
personales.

En un mundo tan materializado el compartir adquiere mayor


significado cuando no sólo compartes cosas, sino sobre todo cuando

Sin embargo, no podemos dar si el otro no desea recibir, si no está dispuesto a acoger, pues nuestro
44

dar ha de evitar la humillación. Se trata de sintonizar con el otro.

45
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH,
Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores, op. cit., Pág. 255.
75

compartes tu tiempo, sentimientos, emociones, experiencias, momentos


de alegría, momentos de tristezas.

Porque el adjetivo principal del compartir es y debe ser: “Dar sin


esperar nada a cambio”.

En fin, compartir es:


-Dar y saber recibir.
-Ofrecer y aceptar a las personas.
-Manifestar y comprender ideas y sentimientos.
-Cooperar en actividades y admitir cooperación.
-Ser solidario con todos sin prejuicios.
-Sentirse corresponsable de la paz y del bienestar de todos los hombres.

3.12.1.- Interacción de algunos valores y contravalores respecto al


compartir.

Para que el valor del compartir sea real necesita ser conjugado con
la solidaridad, el desprendimiento, la comprensión, la honradez, la
colaboración, la gratitud, la cooperación, la participación, el respeto, la
amistad, la amabilidad.

Percibimos a su vez contravalores que impiden y merman la


vivencia del valor del compartir, entre los cuales sobresalen: el egoísmo,
la ingratitud, la irrespetuosidad, la insolidaridad.

Módulo IV: Otros Valores.


76

4.1.- El orden.

¿Qué virtud es esa del orden?

Podríamos decir que un alumno tiene el valor


del orden cuando se comporta de acuerdo con
unas normas lógicas, necesarias para el logro
de algún objetivo deseado y previsto, en la
organización de las cosas, en la distribución del
tiempo y en la realización de las actividades, por iniciativa propia, sin
que sea necesario recordárselo.

El desarrollo del valor del orden, como todos los valores morales,
tiene dos facetas: la intensidad con que se vive y la rectitud de los
motivos al vivirla. Ocurre, en ocasiones, que el orden llega a ser un fin y
convendría aclarar, desde el principio, que este valor debería ser
gobernado por la prudencia.

El orden es un valor que podemos encontrar como base de muchos


otros valores humanos. Su acción directa nos ayuda a disponer de más
tiempo, a ser eficaces, aumentar el rendimiento y ser previsores. El
orden nos proporciona tranquilidad, confianza y seguridad, nos evita
disgustos, contratiempos y nos hace más felices.

El orden en la edad de nuestros niños de los 7 a los 12 años es el


que nos ocupa. Con el uso de la razón, los niños deben querer y
aprender a vivir el orden, pueden comprender que en casa, el orden
facilita la convivencia familiar, a través de pequeñas normas de
conducta que permiten efectuar las responsabilidades en un horario
básico (comida, trabajo, descanso), y es a través de pequeñas normas de
conducta que permiten efectuar las responsabilidades en un horario
básico, de comida, trabajo, estudio, aseo y descanso; habrá que exigirles
que las cosas estén ordenadas pero con criterios propios de la edad. Para
ello conviene, durante algún tiempo, supervisar las actividades en las
que no tienen experiencia y que supongan orden.
77

Desde luego que al hablar del valor del orden, no nos referimos
fundamentalmente al orden material de las cosas, también al orden de la
persona como es el autodominio, la serenidad, sentido de la economía y
ahorro, higiene y limpieza.

Debemos conseguir que los hijos vayan adquiriendo una


progresiva autonomía y que se responsabilicen de sus obligaciones sin
tener que recordárselas constantemente. Puede colaborar en la
organización de casa, pero en los espacios donde realizan sus
actividades y en las cosas que utilizan donde deben responsabilizarse:
habitación, materiales de trabajo, juguetes, etc. Necesitan que les demos
pautas concretas para ordenar las cosas y les facilitemos las condiciones
para que puedan hacerlo; sitio adecuado para cada cosa, pero sin que les
suponga un esfuerzo desproporcionado. Después, hay que dejarles que
lo hagan ellos mismos aunque los padres lo hagan mejor.

No dejarnos llevar por el estado de ánimo y exigir unos días unas


cosas y otros no.

"Las palabras convencen, pero el ejemplo (principalmente de los


padres) arrastra"

Para tener más orden en tu vida:

- Dedica tiempo a tu familia, conversa con tus padres, con los abuelos y
tus hermanos.

- Lleva una vida espiritual de acuerdo a los preceptos que Dios ha


ordenado, tanto a gentiles como a judíos, éstas son normas de conducta
que facilitan y hacen nuestra vida mejor.

- Planifica en qué vas a usar el dinero que te dan tus padres, ahorra un
poco.

- Distribuye tu tiempo, así serás puntual, cumplirás según lo previsto y


obtendrás el respeto de tus maestros y compañeros.
78

- Cuida tu persona por dentro y por fuera: Conserva un buen aspecto


personal aún los fines de semana y en temporada de vacaciones;
planifica un horario fijo para el descanso y las comidas.

-Da un correcto uso a las cosas y serán más durables; igualmente


mantén la limpieza y cuidado de todo, aún más si usas algo prestado.

Adquirir el valor del orden va mucho más que acomodar cosas y


objetos, es poner todas las cosas de nuestra vida en su lugar. Por
ejemplo nadie sale del trabajo a media mañana para ir a jugar un partido
de baseball con los amigos, tampoco a nadie se le ocurre amar
perdidamente a su mascota y desatender a sus hijos. Sin embargo el
desorden puede estar disfrazado muy sutilmente y es fácil darle tres o
cuatro horas más al trabajo y no estar con la familia, y uno puede
sentirse muy tranquilo porque "está poniendo en orden sus
prioridades". Sí, el trabajo es importante, pero tiene su espacio y sus
límites. Igualmente ocurre con aquella persona que decide no tomar una
oportunidad única de trabajo porque le implica sacrificar un poco de su
familia.

El valor del orden debe ayudarnos a darle a cada cosa su peso, a


cada actividad su prioridad. A cada afecto el espacio que le corresponde.

4.2.- La obediencia.

La obediencia es una
actitud responsable de
colaboración y participación,
importante para las buenas
relaciones, la convivencia y el
trabajo productivo.

Una de las cosas que más


trabajo nos cuestan es someter
nuestra voluntad a la orden de otra persona. Vivimos en una época
donde se rechaza cualquier forma de autoridad, así como las reglas o
normas que todos debemos cumplir. La soberbia y el egoísmo nos hacen
79

sentir autosuficientes, superiores, sin rendir nuestro juicio y voluntad


ante otros pretextando la defensa de nuestra libertad.

Parece claro que el problema no radica en las personas que ejercen


una autoridad, tampoco en las normas creadas para mantener el orden,
la seguridad y la armonía entre las personas, está dentro de nosotros
mismos. Debemos evitar caer en el error de "sentir" que obedeciendo
nos convertimos en seres inferiores y sumisos caracterizados por una
libertad mutilada. Por el contrario, la obediencia nos lleva a practicar
una libertad más plena, porque echamos por la borda el pesado lastre de
la soberbia y la comodidad. ¿No son acaso una fuerte atadura e
impedimento para obedecer cabalmente?

¿Por qué nos cuesta tanto trabajo obedecer?


Razones puede haber muchas, tal vez la más común se da cuando
no reconocemos la autoridad de la persona que manda, por considerarla
inferior, inepta, molesta o necia; cada vez que la actividad a realizar es
contraria a nuestro gusto y preferencia; porque catalogamos las cosas
como poco importantes, o debemos hacer a un lado nuestra comodidad
y descanso. Cualquiera que sea el caso el resultado es el mismo: un
actuar mecánico y porque "no nos queda más remedio", lo cual resta
mérito a todo lo bueno que pudiéramos lograr.

No podemos negar que en algunas ocasiones obedecemos


gustosamente, pero lo hacemos por la simpatía que tenemos hacia quien
lo pide, o definitivamente no nos cuesta trabajo cumplir con la
encomienda. Entonces cabe preguntarnos si la obediencia en nosotros es
un valor o es una postura que tomamos de acuerdo a las circunstancias.

Debe quedar claro, la obediencia no hace distinciones de personas


y situaciones, para que sea realmente un valor, debe ir acompañada de
nuestra voluntad de hacer las cosas, agregando nuestro ingenio y
capacidad para obtener un resultado igual o mejor de lo esperado. Por
tanto, el obedecer es un acto consciente, producto del razonamiento,
discriminando todo sentimiento opuesto hacia las personas o
actividades.
80

Esto nos lleva a considerar la manera en la que reaccionamos


frente a las normas que exigen un cumplimiento: con facilidad
desobedecemos las leyes de tránsito, buscamos la manera de simplificar
cualquier tipo de trámites, cumplir con menos requisitos o no hacer fila
para hacer un pago en la ventanilla correspondiente. No podemos
pensar que el mundo debe girar alrededor de nuestros caprichos,
sometiendo todo a la aprobación de nuestro juicio.

La obediencia requiere docilidad, traducida en seguir fielmente las


indicaciones dadas. Si consideramos que algo no es correcto podemos
expresar nuestro punto de vista, pero nunca hacer algo distinto o
contrario a lo que se nos ha solicitado.

Además de ser dóciles debemos tener iniciativa, que consiste en


poner de nuestra parte "lo que haga falta" para cumplir mejor con
nuestra tarea. Muchas veces se manifiesta a través de los pequeños
detalles: La portada y presentación final de un informe, limpiar y
colocar perfectamente los muebles que cambiamos de lugar, acomodar
en la despensa los víveres que compramos.

Ese toque personal y final que ponemos a las cosas complementa


magníficamente nuestra obediencia, porque es una manera de
identificarnos plenamente con el deseo de quien lo ha pedido, que en el
fondo, es la esencia de obedecer.

En algunos casos y circunstancias, las personas que tienen


autoridad pueden solicitar acciones contrarias a la dignidad de las
personas y ajenas a los principios morales, como mentir, calumniar,
robar... en estos y otros casos, no estamos obligados a obedecer porque
nos convertimos en cómplices de acciones reprobables, de las cuales no
nos gustaría ser los afectados.

Aunque el aprender a obedecer parece un valor a inculcar


solamente en los niños, toda persona puede, y debe, procurar su
desarrollo. Veamos algunos puntos que te ayudarán a cultivar mejor este
valor:
81

- La obediencia no se determina por el afecto que puedas tener hacia la


persona que manda, concéntrate en realizar la tarea o cumplir el encargo
que se te encomienda. Tu sentir en nada cambia el contenido de la
orden.

- Ejecuta las peticiones u órdenes sin calificar si son de tu agrado o


no.

- Toda encomienda es importante. Si es aparentemente simple,


evita pensar que no corresponde "a tu categoría". Si no cumples
con las cosas pequeñas, jamás cumplirás con las cosas que
consideras como "grandes".

- No te quejes por los continuos encargos que recibes. Por una


parte se tiene confianza en tu capacidad; por otra, ¿no crees que
estás encubriendo tu pereza?

- Procura eliminar de tu persona esa visión mediocre de "sólo


cumplir". Ten iniciativa: termina las cosas al detalle dando un
toque final a todo lo que hagas, es la diferencia entre obedecer y
cumplir, y eso, es lo que hace un trabajo bien hecho.

La obediencia nos hace sencillos porque nos enfocamos en la tarea


a realizar y no en criticar a las personas; generosos por la disponibilidad
de tiempo, el interés y entusiasmo que ponemos al servicio de los
demás, generando confianza al actuar responsablemente.

Podemos ver que la obediencia es una actitud responsable de


colaboración y participación, dejando atrás el "hacer para cumplir", que
eso lo hace cualquiera. Poner lo que está de nuestra parte es lo que hace
de la obediencia un valor, no sólo importante, sino necesario para las
buenas relaciones, la convivencia y el trabajo productivo.46

46
Todo este tema lo puedes abordar en la siguiente dirección:
http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/Obediencia.htm
82

4.3.- La generosidad.

-Es el valor que nos hace mejorar como personas, es


pensar y actuar hacia los demás, hacia afuera. Es el
hábito de dar y entender a los que nos rodean.
Comparado a menudo con la caridad como virtud.

-La generosidad es la puerta de la amistad, el


cimiento del amor, la estrella de la sociedad.

-Dar sin esperar nada a cambio, entregar la vida, volcarse a los


demás, ayudar a los que nos necesitan, dar consuelo a los que sufren,
eso es generosidad. Y no es un valor pasado de moda.

-Al hablar de la generosidad, estamos hablando de una


manifestación del amor. Se puede entender el amor como radical
vibración del ser hacia el bien.

La generosidad, como virtud, permite a la persona transferir la


posibilidad radical de amar en unos actos de servicio. Los motivos que
tiene la persona en cada momento serán diferentes pero como «Dios es
Amor» es lógico que el motivo final tenga que ser por amor de Dios.

Es una forma de altruismo y rasgo de la filantropía, por lo que


debe reflejar la pasión del individuo en su ayuda. Un ejemplo común
de la verdadera generosidad pueden verse en las personas anónimas
que prestan servicios en muchas organizaciones no lucrativas.

Practicando la generosidad en silencio, sin reflectores y sin


anuncios en los medios sociales, es la única manera de que, no
perdiendo su esencia, nos proporcione paz interior.

Aunque la generosidad va a menudo de común acuerdo con


caridad, mucha gente en el ojo del público desea el reconocimiento de
sus “Buenos Actos”, como si no comprendieran que la generosidad
caracteriza al corazón noble y compasivo. Más allá del acto caritativo,
implica el desarrollo de una cierta sensibilidad – o compasión – que nos
83

vuelve dispuestos a dar nuestra posesión mas preciada, que somos


nosotros mismos.

Así nos preparamos para recibir y valorar cada día lo que la vida
nos ofrece, y siempre estamos listos para dar lo que sea necesario.
Porque practicar la generosidad ejercita al corazón: cuanto más se da,
más se fortalece. Además de que todos y cada uno de los seres humanos
tenemos algo para dar: dinero, talento, tiempo o una simple oración.

Cada día podemos ser generosos en acciones pequeñas, esto nos


va abriendo el corazón poco a poco, y descubrimos que nunca hay
pérdida. En cambio, nos fortalecemos y podemos superar el temor de
ser vulnerables, porque es una virtud que nos eleva y nos pone en
sintonía con nuestra esencia divina. Esto nos permite situarnos en el
lugar del otro y comprender, en un instante, el regalo indicado para la
persona indicada en el momento preciso.

Pero no se trata sólo de dar. Se puede acusar una falta de


generosidad en una persona que no está dispuesta a recibir, que no deja
a los demás ser generosos con ella.

Una persona generosa se distingue por:

 La disposición natural e incondicional que tiene para ayudar a los


demás sin hacer distinciones.

 Resolver las situaciones que afectan a las personas en la medida de


sus posibilidades, o buscar los medios para lograrlo.

 La discreción y sencillez con la que actúa, apareciendo y


desapareciendo en el momento oportuno.

Ser generoso es algo que muchas veces requiere un esfuerzo


extraordinario. Para vivir mejor esta virtud en lo pequeño y cotidiano, es
de gran utilidad poner en práctica las siguientes medidas:
84

 Procura sonreír siempre. A pesar de tu estado de ánimo y aún en


las situaciones poco favorables para ti o para los demás.

 Sé accesible en tus gustos personales, permite a los demás que


elijan la película, lugar de diversión, pasatiempos, la hora y punto de
reunión.

 Aprende a ceder la palabra, el paso, el lugar; además de ser un acto


de generosidad denota educación y cortesía.

 Cumple con tus obligaciones a pesar del cansancio y siempre con


optimismo, buscando el beneficio ajeno.

 Usa tus habilidades y conocimientos para ayudar a los demás.

 Atiende a toda persona que busca tu consejo o apoyo. Por más


antipática o insignificante que te parezca, considera en ti a la persona
adecuada para resolver su situación.

 No olvides ser sencillo, haz todo discretamente sin anunciarlo o


esperando felicitaciones.

El volverse generoso contribuye al natural fluir de los dones del


universo a través de cada uno.

Sin embargo, la generosidad supone utilizar la voluntad para


acercarse al bien. Se trata de una entrega, una decisión libre de entregar
lo que uno tiene. No se trata de repartir lo que uno posee de cualquier
modo, de abandonarlo.

Valorar lo que se tiene es una de las facetas básicas de la


generosidad.

No debemos caer en el error consistente de dar objetos tangibles


como un mal menor, por no tener que molestarse en dar algo que cueste
mayor esfuerzo. Un ejemplo sería un padre que regalase muchas cosas
a sus hijos en compensación por no pasar tiempo con ellos.
85

Podemos ser generosos con el tiempo llenándolo de actividad o


creando un ambiente propicio para aumentar un sentimiento de hogar,
de sosiego, de tranquilidad, de seguridad, de unidad. De hecho se
podría definir la disponibilidad como «generosidad del propio tiempo».
Y ser generoso con el tiempo significa estar dispuesto a sacrificar para el
bien de los demás algo que se guarde para la propia utilización.

Por todo lo que hemos dicho, es evidente que la persona necesita


motivos para esforzarse a ser generoso. Tiene que utilizar su voluntad
en serio y orientarla con su razonamiento.

Es indudable que la persona generosa no es esa que únicamente se


esfuerza con las personas que denomina « simpáticas », sino esa que, de
acuerdo con una jerarquía de valores, presta su atención a los que más lo
necesitan. Por eso se puede decir que una de las motivaciones reales
para ser generoso es ver el resultado positivo en la otra persona.

El dar interesado es muy diferente. No suele conducir al


desarrollo de la virtud de la generosidad. Significa que la persona está
pensando, en primer lugar, en las consecuencias para él, y en segundo
lugar, muy en segundo lugar, en las consecuencias para la otra persona.
El dar interesado conduce más bien al egoísmo y la avaricia.

La generosidad nunca nos debe llevar a satisfacer los caprichos de


los demás. Y por eso se trata de actuar prudentemente. Ya sabemos que
ninguna virtud tiene sentido sin el apoyo de la prudencia. En este caso,
se trata de una actitud de servicio, pero un servicio llevado a cabo
mediante decisiones prudentes. Hace falta saber lo que se persigue y
decidir y actuar congruentemente.

Precisamente por eso, conviene reconocer que la labor principal de


los padres consiste en dar a sus hijos un conocimiento profundo de los
criterios que deberán regir en sus vidas y luego dejarles actuar,
encauzando su actividad cuando haga falta.
86

En lo que se refiere a la generosidad, habrá que encauzarles desde


antes para que sigan actuando, con más iniciativa personal, en favor de
los demás. Por eso, la generosidad desarrollada necesita de la fortaleza:
la capacidad de acometer y luchar para algo que se sabe vale la pena.

Es imprescindible que los actos de generosidad no queden


aislados de la intencionalidad de la persona. Si, en el fondo, la persona
no vive la generosidad por una convicción profunda de que los demás
tienen el derecho de recibir su servicio, de que Dios le ha creado para
servir, difícilmente existirá una generosidad permanente en desarrollo.

Por eso, es más importante el concepto de «darse» que el de dar.


Se puede dar, como vimos antes, sin identificarse con lo dado, sin
simpatizar con la otra persona. El acto queda así como una señal visible
a los demás, pero que, a la vez, engaña. Lo que buscamos es un dar
incondicional, que es lo mismo que decir «darse».

Pero para darse hace falta saber lo que uno es y auto poseerse en
cierto grado. Se confunde muchas veces los dos conceptos «darse» y
«abandonarse». No se trata de dar cualquier cosa a cualquier persona en
cualquier momento. Eso es abandonarse, dar sin criterio o, mejor dicho,
dejarse robar sin valorar las propias posesiones.

Pero no hay que ser tacaños con la generosidad ni comodones.


Hay mucha gente que podría consolarse con nuestra ayuda si hacemos
un esfuerzo superior. ¿Cada cuánto tiempo vamos a visitar enfermos a
un hospital? ¿Por qué no visitar a enfermos terminales? Sí, es duro, sí a
veces es deprimente, y por supuesto que es más divertido salir a pasear
que ir a un hospital público a ver gente que muy pronto se va a morir.

¡Pues precisamente como nadie lo hace, es el momento de que


alguien lo haga! Nadie nos va a dar un aplauso, o una medalla por
hacerlo, pero vamos a volcarnos hacia los demás, el brillo no importa, lo
que importa es que a pesar de nuestros defectos y miserias, podemos
hacer una diferencia en la vida de alguien.
87

El más bello ejemplo de generosidad y caridad se puede extraer


de la vida de la Madre Teresa de Calcuta. En cierta ocasión, la madre
Teresa y las Misioneras de la Caridad habían recogido, de un desagüe de
la ciudad, a un anciano que tenía la mitad de su cuerpo comido por
gusanos. Las hermanas lo cobijaron en su albergue, limpiaron los
gusanos de su cuerpo enfermo y lo acostaron en una cama con sábanas
limpias. El hombre antes de morir les sonrío y dijo; "He vivido como un
animal en las calles, pero voy a morir como un ángel, amado y cuidado".
Es esta la generosidad o caridad que la Madre Teresa de Calcuta predica
cuando nos dice que hay que dar y amar hasta que nos duela.

Ser generosos aunque hoy en día inusual, no es difícil, también es


parte de nuestra naturaleza. Entendamos que el Yo debe dejar un poco
de lugar a los demás y entregar lo que uno tiene. En silencio, sin
reflectores. Ahí, donde está la paz.

«LA GENEROSIDAD MAS QUE UNA PALABRA, VIRTUD, O


SIMPLEMENTE UN ACTO, ES UN SENTIMIENTO Y AL AMPARO
DEL AMOR, ESTE SENTIMIENTO SE HACE UNA MANIFESTACION
DEL AMOR DE DIOS. El DIOS AMOR QUE NOS LLAMA A VIVIR EN
EL AMOR FRATERNO COMO FORMA UNICA DE VIDA».

4.4.- La paciencia.

Si nuestra época pudiera


tener un nombre se llamaría
“prisa”. ¿Cómo esperamos que
nuestra vida tenga más cordura
y sea más amable a los demás si
todo lo queremos “ya”?

Nuestra vida se
desenvuelve a un ritmo
vertiginoso: demasiada prisa para hacer, para llegar, para resolver
asuntos personales y del trabajo, fricciones que surgen cada día con las
personas, citas urgentes. Si nuestra época pudiera tener un nombre se
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llamaría “prisa”. Por eso es necesario hacer un alto en el camino y


reflexionar un poco sobre el valor de la paciencia, para no dejarnos
abrumar y tampoco seguir esa carrera loca que va a toda marcha. ¿Cómo
esperamos que nuestra vida tenga más cordura y sea más amable a los
demás si todo lo queremos “ya”?

La paciencia es el valor que hace a las personas tolerar,


comprender, padecer y soportar los contratiempos y las adversidades
con fortaleza, sin lamentarse; moderando sus palabras y su conducta
para actuar de manera acorde a cada situación.

Al encontrarnos con personas que a nuestro juicio siempre son


molestas, inoportunas o “lentas”, podemos caer en el error de fingir una
actitud paciente, es decir, dar la apariencia de escuchar sin alterarse ni
expresar emoción, buscando escapar de la situación lo más rápido
posible dando respuestas breves y un tanto cortantes, eso sí, procurando
que no se den cuenta para no herir los sentimientos; a esto se le llama
indiferencia, insensibilidad ante el estado de ánimo de los demás.

Uno de los grandes obstáculos que impiden el desarrollo de la paciencia,


es, curiosamente, la impaciencia de esperar resultados a corto plazo, sin
detenerse a considerar las posibilidades reales de éxito, el tiempo y
esfuerzo requeridos para alcanzar el fin:

- El hacerse de demasiadas actividades produce ansiedad y prisa,


quedando un amargo sabor de boca y mal humor por no terminar todo
lo que hemos iniciado. En pocas palabras, debe haber moderación, ser
conscientes de nuestros alcances para evitar contraer demasiados
compromisos que posiblemente no podamos cumplir.

- Otro ejemplo clásico se da en el ámbito laboral con el personal de


reciente contratación, su curriculum y proceso de selección muestran los
conocimientos y capacidad necesarios para desempeñar el puesto, sin
embargo, cada labor específica requiere de un proceso de adaptación a
las políticas, modalidades, normas y estilos del centro de trabajo; no se
puede descartar a una persona a las dos semanas de iniciar su
desempeño por no lograr una rápida adaptación.
89

- El ahorrar puede ser una forma de medir nuestra paciencia, no


importan las cantidades ni la frecuencia con que se acumulen, la
constancia nos llevará a reunir la suma necesaria para adquirir el auto, el
juguete o realizar ese viaje que tanto hemos soñado. Si quitamos la vista
del objetivo, terminaremos por gastar lo poco que hemos reunido, y
nuestra meta será cada vez más lejana e inalcanzable.

- Aunque en tono irónico se dice que son los hijos quienes nos
proporcionan una fuente inagotable de paciencia, no deja de ser
verdadero en cierta forma. La impaciencia que manifiestan los padres,
en gran parte se debe al querer que los hijos razonen y actúen como
adultos, “¿es que no piensas?”, “te dije que lo hicieras así...”, son
algunas de las más comunes frases empleadas por los padres en su
desesperación. No debemos olvidar que la madurez se da con el tiempo,
la experiencia y la formación que reciben los hijos. Claro está que hay
chicos que son más traviesos, el reto es tener la habilidad para educarlos
pacientemente y de la mejor manera posible.

Existen otros retos no menos importantes para el desarrollo de la


paciencia, que se refieren específicamente al hecho de soportar y tolerar
las contrariedades inesperadas; por ejemplo:

- Soportar las molestias del clima a través del arduo trayecto a la oficina
y la escuela, con cientos de autos circulando a nuestro alrededor. - Ser
tolerantes al realizar tareas con otros, ante su falta de destreza,
conocimiento o pericia para realizar las cosas. Se da con el trabajador
que no ha entendido como presentar un informe, con la empleada del
hogar que no sabe como deseamos que limpie la casa, con los hijos que
no entienden las matemáticas... La paciencia debe llevarnos a enseñar la
manera de hacer las cosas, al ofuscarnos los resultados suelen ser
totalmente contrarios a nuestros deseos.

- La predisposición que tenemos al acudir a aquel lugar donde


“siempre me hacen perder el tiempo”. ¿Por qué disgustarnos
innecesariamente?, lleva una revista o un libro para ocupar tu
tiempo mientras haces fila en una ventanilla o en la sala de espera
del consultorio.
90

- Mostrar “buena cara” cada vez que nuestro jefe o compañero de


trabajo, nos pide que le hagamos el mismo favor de siempre. En vez
de mostrar impaciencia y hacer las cosas de mala gana, lo más sano
es contar con esa actividad como si fuera fija, dentro de nuestro
tiempo y quehaceres, sólo así podremos realizarla gustosamente.

Nada ganamos con la desesperación, antes de reaccionar


debemos darnos tiempo para escuchar, razonar y en su momento
actuar o emitir nuestra opinión.

La paciencia siempre tendrá sus recompensas: mantener y


mejorar las relaciones con la pareja y los hijos, los compañeros de
trabajo (incluyendo jefes y subordinados); tener amistades duraderas;
obtener los resultados deseados en aquella labor a la que hemos
dedicado mucho tiempo y esfuerzo.

La persona que vive el valor de la paciencia, posee la


sensibilidad para afrontar las contrariedades conservando la calma y
el equilibrio interior, logrando comprender mejor la naturaleza de las
circunstancias generando paz y armonía a su alrededor.

Los autores eminentes se distinguieron siempre por la paciencia y


perseverancia en su labor. No brotaron sus obras con la impetuosidad
del rayo, sino que las elaboraron pacientemente con belleza y gracia, sin
dejar en ellas vestigio del esfuerzo realizado al componerlas.

'Sabido es cuán necesitado andaba el gran escritor inglés Thomas


Carlyle mientras escribía su 'HISTORIA DE LA REVOLUCION
FRANCESA'.

Al dejar listo el primer tomo para la imprenta, prestó el manuscrito


a un vecino, quien descuidadamente lo dejó por el suelo, y la criada lo
recogió para encender el fuego, creída de que eran papeles inútiles.

Cabe suponer el amargo disgusto del escritor; pero no era Carlyle


hombre que fácilmente cediese a la desesperación, y al cabo de algunos
91

meses había rehecho el quemado manuscrito, después de volver a


consultar cientos de volúmenes'.

Le rogaron a Charles Dickens que leyera en público alguna de sus


narraciones, y respondió diciendo que le faltaba tiempo, pues tenía la
costumbre de leer diariamente un mismo trabajo durante seis meses
antes de leerlo en público, porque confesaba que el único mérito de sus
producciones era la humilde, paciente y prolongada atención con que
las componía.

Charles Darwin se pasó 15 años verificando 'EL ORIGEN DE LAS


ESPECIES'.

Los libros de memorias de hombres tan eminentes como


Hawthorne y Emerson nos informan del enorme y perseverante trabajo
que emplearon en libros cuya lectura acabamos en una hora.

Montesquieu tardó veinticinco años en componer 'EL ESPIRITU


DE LAS LEYES', y Adam Smith estuvo diez atareado en 'LA RIQUEZA
DE LAS NACIONES'.

Un condiscípulo se burló cierta vez de Eurípides, porque había


estado tres días para escribir tres líneas, cuando él había escrito ya
quinientas, a lo que repuso Eurípides: 'Pero tus quinientas líneas
quedarán muertas y olvidadas, mientras que mis tres vivirán
eternamente'.

Ariosto escribió de dieciséis formas distintas su 'DESCRIPCION


DE UNA TEMPESTAD' y empleó diez años en 'ORLANDO FURIOSO',
del que sólo pudo vender cien ejemplares a seis reales. Adán Tucker
trabajó diez y ocho años en su 'LUZ DE LA NATURALEZA'.

Las obras maestras de literatura se compusieron línea por línea,


párrafo por párrafo y algunas se rehicieron doce veces. Lucrecio empleó
casi toda su vida en la composición del famoso poema 'DE RERUM
NATURA'.
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Rousseau, cuyo estilo es tan elegante y ameno, dice de su propia


labor: 'Mis manuscritos, emborronados, raspados, con tachones e
interlíneas y apenas legibles, atestiguan el trabajo que me costaron.
Todos los rehice cuatro o cinco veces antes de darlos a la imprenta...
Volví y revolví en mi mente algunas cláusulas durante cinco o seis
noches antes de transcribirlas al papel'.

Beethoven aventajó tal vez a los demás compositores en paciente


fidelidad y persistente aplicación. Difícilmente se encontraría en su
música una línea que no la hubiese compuesto y corregido lo menos
doce veces.

Edward Gibbon escribió nueve veces su autobiografía, y en


invierno y verano estaba en su gabinete a las seis de la mañana,
trabajando durante veinte años en su magistral obra 'DECADENCIA Y
CAIDA DEL IMPERIO ROMANO'.

Platón escribió de nueve modos distintos la primera frase de su


'REPUBLICA', antes de ponerla en limpio. Virgilio tardó siete años en
escribir las 'GEORGICAS' y doce en componer la 'ENEIDA', quedando
tan descontento de este poema, que le dieron tentaciones de levantarse
de su lecho de muerte para entregarlo a las llamas.

4.5.- La laboriosidad o el trabajo.

Trabajar es sólo el primer paso,


hacerlo bien y con cuidado en los
pequeños detalles es cuando se
convierte en un valor.

Alguna vez un cómico dijo "Tan


terrible es el trabajo que hasta pagan
por hacerlo", sin embargo el trabajo es un valor fundamental.
93

Cuando alguien se refiere a nosotros por “ser muy trabajadores”


nos sentimos distinguidos y halagados: los demás ven en nosotros la
capacidad de estar horas y horas en la escuela, en la casa o en la oficina
haciendo “muchas cosas importantes”. Efectivamente esa puede ser la
razón, pero existe la posibilidad de carecer de un sistema de trabajo que
nos lleva a “trabajar” más tiempo de lo previsto. Esto se identifica con
claridad cuando iniciamos varias tareas y sólo terminamos algunas,
generalmente las menos importantes (las que más nos gustan o se nos
facilitan), además de ir acumulando labores que después se convertirán
en urgentes.

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas,


labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. El
estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de
detalles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas
dirigen su actividad a los servicios que prestan. Pero laboriosidad no
significa únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el
ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante
nuestro tiempo de descanso; los padres velan por el bienestar de toda la
familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del estudio
proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.

Podemos, fácilmente, dar una apariencia de laboriosidad cuando


adquirimos demasiadas obligaciones para quedar bien, aún sabiendo
que no podremos cumplir oportunamente; también puede tomarse
como pretexto el pasar demasiado tiempo en la oficina o la escuela para
dejar de hacer otras cosas, como evitar llegar temprano a casa y así no
ayudar a la esposa o a los padres.

Al crear una imagen de mucha actividad pero con pocos


resultados se le llama activismo, popularmente expresado con un
“mucho ruido y pocas nueces”. Es entonces cuando se hace necesario
analizar con valentía los verdaderos motivos por los que actuamos, para
no engañarnos, ni pretender engañar a los demás cubriendo nuestra
falta de responsabilidad.

La pereza es la manera común de entender la falta de laboriosidad;


las máquinas cuando no se usan pueden quedar inservibles o funcionar
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de manera inadecuada, de igual forma sucede con las personas: quien


con el pretexto de descansar de su intensa actividad -cualquier día y a
cualquier hora- pasa demasiado tiempo en el sofá o en la cama viendo
televisión “hasta que el cuerpo reclame movimiento”, poco a poco
perderá su capacidad de esfuerzo hasta ser incapaz de permanecer
mucho tiempo trabajando o estudiando en lo que no le gusta o no le
llama la atención.

Para ser laborioso se necesita estar activo, hacer cosas que traigan
un beneficio a nuestra persona, o mejor aún, a quienes nos rodean:
dedicar tiempo a buena lectura, pintar, hacer pequeños arreglos en casa,
ayudar a los hijos con sus deberes, ofrecerse a cortar el pasto... No hace
falta pensar en grandes trabajos “extras”, sobre todo para los fines de
semana, pues el descanso es necesario para reponer fuerzas y trabajar
más y mejor. El descanso no significa “no hacer nada”, sino dedicarse a
actividades que requieren menor esfuerzo y diferentes a las que
usualmente realizamos.

Podemos establecer pequeñas acciones que poco a poco y con


constancia, nos ayudarán a trabajar mejor y a cultivar el valor de la
laboriosidad:

- Comenzar y terminar de trabajar en las horas previstas. Generalmente


cuesta mucho trabajo, pero nos garantiza orden para poder cubrir más
actividades.

- Establecer un horario y una agenda de actividades para casa, en donde


se contempla el estudio, el descanso, el tiempo para cultivar las
aficiones, el tiempo familiar y el de cumplir las obligaciones domésticas
o encargos.

- Terminar en orden y de acuerdo a su importancia todo lo empezado:


encargos, trabajos, reparaciones, etc.

- Cumplir con todos nuestros deberes, aunque no nos gusten o


impliquen un poco más de esfuerzo.
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- Tener ordenado y dispuesto nuestro material y equipo de trabajo antes


de iniciar cualquier actividad. Evitando así poner pretextos para buscar
lo necesario y la consabida pérdida de tiempo e interés.

- Esmerarnos por presentar nuestro trabajo limpio y ordenado.

Cuando nos decidimos a vivir el valor de la laboriosidad adquirimos la


capacidad de esfuerzo, tan necesaria en estos tiempos para contrarrestar
la idea ficticia de que la felicidad sólo es posible alcanzarla por el placer
y comodidad, logrando trabajar mejor poniendo empeño en todo lo que
se haga.

El trabajo es mucho más que un valor: es una bendición.

Decálogo de La Laboriosidad:

1. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien.

2. La laboriosidad lleva consigo el afán de aprovechar el tiempo, de


concentrarse en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer.

3. Haga el trabajo con entusiasmo, de buena gana, con empeño, aunque


esté cansado y le suponga esfuerzo.

4. Un enemigo de la laboriosidad es el afán de moverse mucho,


confundiendo este valor con el activismo. Piense en las hormigas o en
las abejas. Huya de la precipitación.

5. Una manera de perder el tiempo es hacer muchas cosas, dispersas, y


no acabar ninguna de ellas. Otra forma de perder el tiempo es hacer las
cosas mal, pues hay que repetirlas.

6. Un enemigo grande de la laboriosidad es la falta de diligencia; es


decir aplazar las cosas, llevar un ritmo cansino, no tener iniciativas…

7. Respete el tiempo de los demás: sea puntual. No interrumpa el trabajo


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de otros. Prepare las reuniones. Estudie los asuntos antes de hablar con
otra persona. Así su tiempo y el de los demás será más productivo.

8. Laboriosidad es hacer en cada momento lo que se debe hacer; no lo


más urgente ni lo que más le gusta. Primero lo Primero.

9. Cuando esté cansado haga una actividad que le exija menos esfuerzo;
cambie de ocupación. Distribuya los distintos trabajos a lo largo del día
y la semana según el nivel de dificultad y su capacidad productiva.

10. El trabajo cuando se hace por valores y con valores desarrolla la


personalidad del ser humano, proporciona prestigio profesional,
incrementa las propias capacidades, sirve para sacar adelante la familia
y contribuye al bienestar social. El trabajo es una bendición de Dios.

4.6.- La perseverancia.

La perseverancia es un esfuerzo que implica


continuidad para lograr lo que nos propusimos.
Es un valor fundamental en la vida para obtener
un resultado concreto. La perseverancia y la
fortaleza son valores que van unidos de la mano
ya que sin la fortaleza podemos darnos por
vencidos y no hacer lo que nos propusimos.

La perseverancia es alcanzar la meta


propuesta y buscar soluciones a las dificultades
que puedan surgir en el camino. El ejemplo del cuervo nos puede
iluminar:

Un viejo cuervo vagaba por el desierto, y le dio sed. No había nada


en varios días. Finalmente, se encontró una jarra que tenía un poco de
97

agua en el fondo. El pájaro trataba de beberla, pero su pico no alcanzaba


a llegar hasta el fondo de la jarra.

Al principio no sabía qué hacer. Parecía que no iba a poder beber


de esa agua. Entonces, tuvo una idea. Comenzó a dejar caer piedritas
dentro de la jarra. Sólo podía agarrar con el pico una piedrita a la vez,
pero él insistió y vio cómo el nivel del agua subía un poco. Una a una
continuó echando las piedras, por un momento casi se rinde, llegó a
pensar que era inútil tanto esfuerzo. Pero después de haber arrojado las
suficientes piedritas, el agua al fin subió y el cuervo pudo beber y saciar
su sed.

Si queremos aprender a ser perseverantes debemos:

-Ejercitar diariamente nuestra fuerza de voluntad, luchando contra la


flojera, el descuido y la indiferencia.

-No desanimarnos ante los problemas, ellos existen para ser


resueltos, usemos nuestras habilidades, y si sentimos que no podemos
pidamos ayuda a nuestros semejantes.

-Debemos estar claros en la meta que nos propongamos, si estamos


seguros, no sentiremos miedo.

-Mantengamos la alegría y la honestidad en todo lo que hagamos, la


disciplina y el trabajo no deben ser algo molesto.

-Cuando contamos con este valor sentimos orgullo y gusto al lograr


nuestras metas, y es lo que nos ayuda a luchar por lo que queremos. Tal
vez no lo logremos de inmediato, incluso nos sea difícil o creemos que
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así es, pero al final al ver los resultados de nuestro esfuerzo veremos que
valió la pena ser constantes.

La perseverancia es un esfuerzo continuo. Es un valor


fundamental en la vida para obtener un resultado concreto; siempre es
gratificante iniciar un proyecto, existe una gran ilusión, sueños y
esperanzas.

La perseverancia es signo de madurez, estabilidad y confianza en


nosotros mismos. Cuando estudiamos y queremos terminar nuestra la
escuela o llegar a ser profesionales, necesitamos de la perseverancia para
alcanzarlo, porque necesitamos asistir a clases, cumplir con nuestras
obligaciones, estudiar para los exámenes, etc. Todo lo que hagamos por
alcanzar esa meta se enmarca en el valor de la perseverancia.

El combustible para que la perseverancia pueda moverse


largamente es el de la visión a largo plazo y la profundidad. Los seres
humanos somos hedonistas, es decir, preferimos el bien inmediato. Una
persona puede utilizar una droga porque en el momento de
administrársela a su cuerpo percibe sensaciones que le gustan, pero no
le importa que su cuerpo se dañe en el largo plazo. Eso provoca que
hagamos grandes tonterías en nuestras vidas por obtener satisfacción
instantánea.

El punto es que con la perseverancia, debemos tener la fortaleza de


no dejarnos llevar por lo fácil y lo cómodo, a cambio de obtener algo
más grande y mejor en el futuro. Si vemos la vida con superficialidad
entonces nos dejaremos llevar por las cosas inmediatas.
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No es suficiente con hacer una lista de propósitos buenos, para ser


perseverantes se necesita trabajar y en ocasiones sacrificar algunos
gustos o tiempo. Por ejemplo, en año nuevo decimos que vamos a
cumplir nuestras metas pero al poco tiempo las abandonamos por no ser
perseverantes. La perseverancia es la firme decisión de alcanzar
nuestros propósitos o metas. El ser perseverantes realza nuestras
virtudes como ser trabajador y cumplido, ser responsable y sincero,
además nos ayuda a sentir la satisfacción del triunfo dándonos paz y
subiendo nuestra autoestima.

A veces nos olvidamos de la sabiduría popular, pero no sería mala


idea reflexionar solo un momento el viejo refrán: "El que persevera
triunfa".

Cualquier meta que emprendamos debe estar acompañada de los


medios que vamos a utilizar para conseguirla, y pensar qué nos hace
falta para alcanzarla. Estas herramientas son nuestras habilidades,
posibilidades y conocimientos, y pensar cómo aplicarlas es nuestra
misión.

La perseverancia requiere sentido común y pensar que tal vez no


lo logremos de inmediato; sin embargo es importante volverlo a
intentar, porque la perseverancia brinda estabilidad, confianza y es un
signo de que estamos madurando o tomando conciencia de nuestra
responsabilidad ante las cosas.

¿Cómo desarrollar la perseverancia?

-Siendo constantes en nuestras actividades y prevenir los obstáculos.

-Teniendo firmeza en las dificultades y en la búsqueda del bien.


100

-Enfrentando los retos sin miedo, con un compromiso pleno y decidido


para cumplir con nuestra vocación, sea lo que sea.

-Aprendiendo a valernos por nosotros mismos y trabajar con empeño


para alcanzar nuestras metas.

-Tomando conciencia de que nadie puede responder por nosotros.

-Transformando nuestros sueños en realidad.

-Teniendo proyectos factibles y no vivir de ilusiones desmesuradas.

Valores ligados a la perseverancia:

Honestidad, Fortaleza, Sinceridad, Autoestima, Tolerancia, Prudencia,


Lealtad, Humildad, Empatía, Responsabilidad.

Frases de Perseverancia:

-Si te caes siete veces, levántate ocho. (Proverbio chino)


-¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio! (Proverbio ruso).

-Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será


cuestión de tiempo recoger sus frutos. Thomas Carlyle.

-Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir. Teodoro
Roosevelt.

-La victoria pertenece al más perseverante. Napoleón 1.


101

-Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en


levantarnos cada vez que caemos. Oliver Goldsmith.

-Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la


perseverancia. Samuel Jonson.

-El que la sigue la consigue. Refrán popular.

-El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.
Miguel de Unamuno.

-Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente. Lewis


Carroll.

4.7.- La fortaleza.

Es vencer los obstáculos

con[` la ayuda de la inteligencia y

la voluntad, ser capaces de

derrotar los miedos que nos

impiden dar a nuestra vida su

verdadero sentido.47

Si tenemos fortaleza podemos

conseguir lo que nos proponemos por

difícil que esto sea, nos da tranquilidad frente a las situaciones o

presiones que nos inquietan, es necesaria para que la voluntad sea firme.

47
http://www.xs4all.nl/~trinidad/dones/fortaleza.html
102

Cuando tenemos una voluntad fuerte es más fácil decir “no” a

todo aquello que puede influir negativamente en nuestra persona, y

somos capaces de reflexionar para superar cualquier conflicto en la vida.

Todos podemos superar dificultades o adversidades.

Podemos decir que el valor de la fortaleza es indispensable en el

desarrollo humano, para resistir las influencias de aquellas personas que

quieren dañar nuestra integridad o de aquellas que nos presionan para

hacer algo que no queremos hacer, contrario a los valores que nos

enseñan en casa o en la escuela.

Con la fortaleza podemos elegir actividades que nos ayudan a

nuestra superación personal; así, seremos coherentes en el pensar y en el

hacer y tendremos la firme voluntad de elegir lo bueno y desechar lo

malo.

Si pensamos en las actividades diarias, veremos que se necesita

resistir algunas molestias, y al hacerlo, sabemos con claridad que al final

va a resultar que era necesario vencerlas por nuestro propio bien.

¿Cómo desarrollar la fortaleza?

La puedo lograr sí...

 Hago un esfuerzo para resistir las tentaciones.

 Emprendo acciones de mejora personal.


103

 Acepto opiniones de personas que nos quieren y desean lo mejor

para nosotros.

 Soy congruente con lo que digo y pienso.

 Hago un esfuerzo por superar las dificultades.

 Reflexiono acerca de la importancia del esfuerzo y de ser

constante en cualquier actividad de mi vida.

 Fortalezco la voluntad ante pensamientos negativos.

Decálogo de la fortaleza:

 Todo lo que vale exige esfuerzo, disciplina, dedicación. Decídase a

emprender ese camino cada día.

 Cambie la impaciencia por la perseverancia en el empeño. El

tiempo es necesario para alcanzar cualquier objetivo.

 Establezca un horario para su vida y ajústese a él con flexibilidad,

pero con exigencia. No lo cambie por cualquier excusa.

 ¡Atrévase! Corra riesgos, sin dejar de ser prudente. No se asuste

por el miedo a fracasar o por las dificultades que encontrará.

 Planear oportunamente los medios de capacitación que nos

permitan alcanzar las metas.

 Realizar los quehaceres que se necesitan en el hogar aunque

muchas veces no sean de nuestro agrado.

 Tomar decisiones que benefician mi relación con amistades y

amigos.

 Demostrar mi rectitud cuando hago lo que es correcto

constantemente.
104

Para reflexionar

Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo; un hombre

se sentó y observó a la mariposa por varias horas, mientras ella se

esforzaba para hacer que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño

agujero.

En tanto, parecía que ella había dejado de hacer cualquier

progreso. Parecía que había hecho todo lo que podía, pero no conseguía

agrandarlo. Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: el tomó

una tijera y abrió el capullo. La mariposa pudo salir fácilmente, pero su

cuerpo estaba marchito, era pequeño y tenía las alas arrugadas.

El hombre siguió observándola porque esperaba que, en cualquier

momento, las alas se abrieran y estirasen para ser capaces de soportar el

cuerpo, y que éste se hiciera firme. ¡Nada aconteció! En verdad, la

mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo marchito

y unas alas encogidas. Ella nunca fue capaz de volar. Lo que el hombre,

en su gentileza y su voluntad de ayudar no comprendía, era que el

capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a

través de la pequeña abertura, era la forma en que Dios hacía que el

fluido del cuerpo de la mariposa, fuese a sus alas, de tal modo que ella

estaría lista para volar, una vez que se hubiese liberado del capullo.

Algunas veces, el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en

nuestra vida. Si Dios nos permitiese pasar por nuestras vidas sin
105

encontrar ningún obstáculo, nos dejaría limitados. No lograríamos ser

tan fuertes como podríamos haber sido. Nunca podríamos volar.

Pedí fuerza... y Dios me dio dificultades para hacerme fuerte.

Vive la vida sin miedo, enfrenta todos los obstáculos y demuestra que

puedes superarlos.

La fortaleza es un don, una virtud que nos asegura contra el temor

de las dificultades, de los peligros y de los trabajos más pesados que se

presentan en la ejecución de nuestras tareas. Pues es una disposición

habitual que el Espíritu Santo pone, en el alma y en el cuerpo para hacer

y sufrir cosas extraordinarias, para acometer las obras más difíciles, para

exponerse a los más espantosos peligros y para soportar los trabajos más

rudos y las penas más amargas.

4.8.- El patriotismo.

El Patriotismo (de patriota >del francés

patriote >del latín patriota >del griego patriotes,

patris + otes, perteneciente a la tierra del padre) es

un pensamiento que vincula a un ser humano

con su patria. Es el sentimiento que tiene un ser

humano por la tierra natal o adoptiva a la que se

siente ligado por unos determinados valores,

cultura, historia y afectos. Es el equivalente


106

colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia

o cofradía. Concepto que refiere al amor por la patria, pudiendo ser

entendida ésta en un sentido más amplio que la nación o el Estado.

Es un valor que nos hace vivir plenamente nuestro compromiso

como ciudadanos y fomentar el respeto que debemos a nuestra nación.

A la persona que cae en la exageración y /o la mitomanía en pro de

defender su patria se la denomina chovinista, (términos relacionados

son jingoísta y patriotero).

Durante el proceso de emancipación de América Latina (1808-

1826), en el que jugaron un importante papel las denominadas

sociedades patrióticas, sus principales líderes fueron, asimismo,

denominados patriotas.

En varias ocasiones nos damos tiempo para reflexionar sobre el

camino por el que va nuestra vida: trabajo, familia y amigos son la

constante necesaria e indispensable para medirnos; pero rara vez o

nunca, pensamos en nuestro actuar como ciudadanos, en lo que significa

haber nacido en un país y la responsabilidad que se desprende de este

hecho.

Tal vez para muchos, el ser patriota consiste en el orgullo de haber

nacido en un país rico en recursos o de gran tradición cultural; para

otros significa portar los colores nacionales en un evento deportivo o en

el viaje al extranjero; algunos más sólo sienten pertenecer a su país en la

fecha de una celebración nacional y sólo como pretexto para organizar

una fiesta con sus amigos. Cabe cuestionarnos si el verdadero


107

patriotismo se vive o es un sentimiento ocasional y por tanto pasajero.

La conciencia parece despertarse cuando aparecen los desastres,

las guerras y otros sucesos extraordinarios resaltando el patriotismo y la

solidaridad, pero el todo pasa y volvemos al ritmo de vida habitual. No

es posible esperar la aparición de calamidades para darnos cuenta de

nuestra capacidad de entrega y trabajo gustoso por los demás.

¿Pero cómo lograr ser patriota en un país que sólo tiene problemas

de toda índole? Son muchos los argumentos que podemos enunciar para

absolvernos de esta responsabilidad: economía, seguridad, desarrollo,

conflictos internos, decadencia cultural, falta de valores... pero debemos

asumir que el desarrollo y construcción de un país se logra con el

esfuerzo y trabajo personal, sumado al de todos los compatriotas.

En lo cotidiano las personas tienden a compararse con otras

naciones “en las que se vive mejor”, y tal vez deberíamos comenzar por

adquirir las cualidades que admiramos y elogiamos en los habitantes de

otras latitudes y colaborar positivamente al enriquecimiento de nuestra

cultura, reconociendo que la patria nos ha proporcionado las

condiciones indispensables para lograr nuestro desarrollo intelectual,

social, moral y económico.

El patriotismo se manifiesta por los valores que transmitimos

como ciudadanos conscientes: trabajo, conducta, modales, respeto a las

normas y costumbres, pero podemos suponer que de poco sirve tener

una actitud recta cuando se transige con la trampa, el abuso y la pereza.

El verdadero patriota puede quejarse de su nación observando sus

errores y deficiencias, pero al mismo tiempo busca y propone los medios


108

para poder solventarlos, pues no es correcto contemplar cómo el país se

hunde cada día más sin que hagamos algo al respecto.

La manera de comenzar a vivir y transmitir a los demás la

importancia de vivir este valor, no se logra necesariamente con grandes

campañas, todas son muy buenas e indispensables, pero se necesita del

trabajo y esfuerzo diario de cada uno de nosotros.

¿Cómo adquirir esa conciencia de unidad y pertenencia con tu

patria?

- Realiza tu trabajo con dedicación y esmero, es lo más justo y

necesario para ser productivos.

- Preocúpate por el cuidado del medio ambiente; pagar tus

impuestos, si te corresponde; acude a las urnas cuando sean

elecciones para cargos públicos.

- No menosprecies todo aquello que tu país te facilita: escuela,

comunidad, servicios, costumbres... Si no eres capaz de respetar tu

entorno, jamás se despertará en ti el amor a la patria.

- Participa en actividades de servicio comunitario atendiendo

enfermos, ancianos, niños discapacitados... que es una forma de

colaborar al desarrollo social.

- Visita museos, asiste o participa en la promoción de actividades

culturales que tengan como finalidad el dar a conocer los valores,

costumbres y tradiciones nacionales.

- Procura conocer la historia, pues nos descubre el esfuerzo por

construir una nación, el verdadero sentido de las tradiciones y los


109

hechos que han conformado la situación actual. De esta forma

estamos en condiciones de descubrir la raíz de los males,

comprenderlos y tomar decisiones para corregirlos y prevenir en

la medida posible su repetición.

- No hay que olvidar que además de vivirlo personalmente y con

nuestra familia, debemos mostrar y enseñar a la gente a realizarlo

con ilusión, demostrando que somos capaces de vivir en paz y de

ser felices construyendo el país que nos pertenece.

4.9.- La sencillez.

La sencillez es esencial,
sólo puede surgir cuando
empezamos a comprender el
significado del conocimiento
propio.

Creemos que es una


expresión externa, pocas
posesiones, ropas, cosas, pero eso no es sencillez. La verdadera sencillez
sólo puede originarse interiormente, y de ahí proviene la expresión
externa. Lo que uno es en su interior fluye al exterior.

Interiormente somos prisioneros, aunque en lo externo


parezcamos muy sencillos. Deseos, apetitos, ideales, de innumerables
110

móviles somos esclavos. Y, para encontrar la sencillez debemos ser


libres.

Al investigar nuestro ser nos hacemos cada vez más libres y más
sensibles. Cualquier forma de autoridad o coacción, interna o externa,
contribuye a la insensibilidad. Ninguna forma de coacción puede
conducir a la sencillez, al contrario, cuanto más reprimes, sustituyes,
sublimas, menos sencillez existe, aunque exista cierta apariencia.

Si uno no es sencillo no puede ser sensible a los árboles, a los


pájaros, a las montañas, al viento, a todas las cosas que existen en el
mundo que nos rodea. Y si no hay sencillez, uno no puede ser sensible al
mensaje interno de las cosas. La mayoría de nosotros vive muy
superficialmente, en el nivel superior de la conciencia (la mente). Allí
tratamos de ser reflexivos e inteligentes, lo cual es sinónimo de
religiosidad; allí tratamos de que nuestra mente sea sencilla, mediante la
coacción, mediante la disciplina. Pero eso no es sencillez. Cuando
forzamos la mente superficial a ser sencilla, tal imposición no la torna
ágil, flexible, rápida, sino que sólo consigue endurecerla.

Ser sencillo en todo el proceso de nuestra conciencia es


extremadamente arduo. Porque no debe existir ninguna reserva interior,
tiene que haber ansia por averiguar, por descubrir el comportamiento de
nuestro ser. Y eso significa estar alerta a toda insinuación, a toda
sugerencia, darnos cuenta de nuestros temores, de nuestras esperanzas,
investigar y liberarnos de todo eso constantemente. Sólo entonces,
cuando la mente y el corazón son realmente sencillos, cuando están
limpios de sedimentos, seremos capaces de resolver los múltiples
problemas que se nos plantean.
111

El saber no resolverá vuestros problemas. Es sólo mediante la


experiencia directa como se resuelven nuestros problemas; y para tener
experiencia directa ha de haber sencillez, lo cual significa que debe
haber sensibilidad. El peso del saber embota la mente. También la
embotan el pasado y el futuro. Sólo una mente capaz de ver lo que es, el
presente, de instante en instante, puede hacer frente a las poderosas
influencias y presiones que ejerce constantemente sobre nosotros todo lo
que nos rodea.

Por eso el hombre religioso no es, en realidad, el que viste una


túnica o el que ha hecho votos, sino aquél que es interiormente sencillo,
aquél que no está "transformándose" en algo. Una mente así es capaz de
una extraordinaria receptividad, porque no tiene barreras, no tiene
miedo, no va en pos de nada y es, por lo tanto, capaz de recibir la gracia,
de recibir a Dios, la verdad o como te plazca llamarlo. Sólo entonces
puede haber felicidad, porque la felicidad no es un fin, es la expresión
de la realidad.

A partir de aquí surge una sencillez, una humildad que no es


virtud ni disciplina. La humildad que se consigue deja de ser humildad.
Una mente que se vuelve humilde ya no es humilde. Sólo cuando se
tiene humildad (no una humildad cultivada) puede uno hacer frente a
las cosas apremiantes de la vida; porque entonces no es uno mismo lo
importante, no mira uno a través de las propias presiones y del sentido
de la propia importancia. Uno observa el problema tal cual es y entonces
puede resolverlo.

La sencillez es la acción que no resulta de una idea, es creatividad


y mientras no haya sencillez somos como polos de atracción para el
daño, el sufrimiento y la destrucción.
112

No se puede buscar y experimentar, llega como una flor que se


abre en el momento justo, cuando uno comprende todo el proceso de la
existencia y la vida de relación.

No hay que buscarla, surge tan sólo cuando no hay "yo", cuando la
mente no está atrapada en especulaciones, en conclusiones, en creencias,
en imaginaciones (Acción que no es resultado de una idea). Sólo una
mente libre puede hallar la verdad, recibir aquello que es
inconmensurable, que no puede nombrarse. Eso es sencillez.

Es extraño el deseo de alardear ante los demás, de ser alguien. La


envidia es odio y la vanidad corrompe. Parece tan difícil e imposible ser
sencillo, ser lo que somos y no presumir.

Siempre puede uno aparentar, ponerse una máscara, pero ser lo


que es constituye una cuestión muy compleja; porque uno está siempre
cambiando, nunca es el mismo y cada instante revela una nueva faceta,
una nueva profundidad, una superficie nueva.

La sencillez atrae al instinto, la intuición y el discernimiento para


crear pensamientos con esencia y sentimientos de empatía. Sencillez es
la conciencia que llama a las personas a replantearse sus valores.

La sencillez crece en las raíces sagradas, personificando una


riqueza de virtudes y valores espirituales que se manifiestan en las
actitudes, las palabras, las actividades y el estilo de vida. La sencillez es
hermosa y, como la luna, irradia frescura, en contraste con el resplandor
del sol. La sencillez es natural. Puede tener una apariencia corriente y
carente de atractivo para aquellos cuya visión está acostumbrada a lo
superficial, o a lo erudito. Sin embargo, para aquellos que poseen el
113

discernimiento sutil de un artista, un vislumbre de sencillez es suficiente


para reconocer la obra maestra.

La sencillez combina la dulzura y la sabiduría. Es claridad en la


mente e intelecto, ya que surge del alma. Los que personifican la
sencillez están libres de pensamientos extenuantes, complicados y
extraños. El intelecto es agudo y despierto. La sencillez invoca al
instinto, la intuición y el discernimiento para crear pensamientos con
esencia y sentimientos de empatía. En la sencillez hay altruismo, el que
personifica esa virtud ha renunciado a la posesividad y está libre de los
deseos materiales que distraen el intelecto haciéndolo divagar hacia
territorios inútiles. Carecer de deseos no significa arreglárselas sin nada,
o tener la vida de un asceta. Al contrario, uno lo tiene todo, incluyendo
la satisfacción interna. Esto se refleja en el rostro -libre de
perturbaciones, debilidades e ira- y en la conducta, con una elegancia y
una majestad extraordinarias, pero a la vez ingenua. Sencillez es ser el
niño inocente y el maestro sabio. Nos enseña a vivir con sencillez y a
pensar de forma elevada.

Las personas que viven con sencillez, generalmente disfrutan de


una relación cercana con la naturaleza. Su moral proviene de las
tradiciones perennes que funcionan en armonía con las leyes de la
naturaleza. Las hierbas se convierten en sus remedios naturales. La luna
y las estrellas son las lámparas que los alumbran. El mundo natural es el
aula en la que estudian. Esto no significa que todos debamos adoptar
este estilo de vida. Sin embargo, se puede aprender de la naturaleza.
Cuando se observa la ética de la sencillez, casi no hay desperdicio.
Todos los recursos se valoran: el tiempo, los pensamientos, las ideas, el
conocimiento, el dinero y las materias primas.
114

De la sencillez surge la generosidad. La generosidad es compartir


con un espíritu altruista los ingresos ganados a pulso. Compartir los
propios recursos conjuntamente y de forma cuidadosa es recuperar para
las actividades humanas, el sentido de la familia. La sencillez es algo
más que ofrecer dinero y posesiones materiales, es dar de uno mismo
aquello que no tiene precio: paciencia, amistad y apoyo. Con el espíritu
de dar prioridad a los demás, los que adoptan la sencillez ofrecen su
tiempo gratuitamente. Esto lo hacen con amabilidad, sinceridad, e
intuiciones puras, sin expectativas ni condiciones. Como resultado, esas
personas cosechan frutos abundantes de las semillas que se sembraron
con sus acciones generosas. Nada esperaron pero...

La sencillez es verdad. La belleza de la verdad es tan sencilla que


funciona como la alquimia. No importa cuántos disfraces se presenten
ante ella, la luz de la verdad no puede permanecer escondida; alcanzará
a las masas con un lenguaje muy sencillo y, al mismo tiempo profundo.
Los mensajeros de la verdad siempre han personificado formas
comunes, han llevado vidas sencillas, y han adoptado medios simples
para impartir sus mensajes. Viven y dicen la verdad, ofreciendo belleza
a las vidas de los demás. Su sencillez y esplendor pueden compararse
al joyero. Fiel a la integridad de su profesión, el joyero hace todas y cada
una de sus joyas preciosas y perfectas, pero él sigue siendo sencillo.

Hoy en día la belleza está definida por las industrias de la moda y


la estética, propagada por los ricos y los famosos y aceptada por las
masas. La belleza, sin embargo, no se encuentra sólo en la apariencia,
como dice el proverbio. La belleza, en su forma más sencilla, elimina la
arrogancia de las ropas caras y de vivir de forma extravagante. Va más
allá del rico y del pobre. Es apreciar las pequeñas cosas de la vida que a
115

veces no son visibles ni aparentes para el resto del mundo. Sencillez es


apreciar la belleza interna y reconocer el valor de todos los actores,
incluso del más pobre o desafortunado. Es considerar que todas las
tareas, incluso la más humilde, tienen valor y dignidad.

La sencillez reduce la diferencia entre “lo que tengo” y “lo que me


falta” demostrando la lógica de la verdadera economía: ganar, ahorrar,
invertir y compartir los sacrificios así como la prosperidad, de manera
que pueda haber una mejor calidad de vida para todos los seres
humanos, independientemente de donde hayan nacido.

Sencillez es la conciencia que dirige una llamada a la gente para


que replantee sus valores.48

4.10.- La sociabilidad.

La sociabilidad es el valor que nos

impulsa a buscar y cultivar las relaciones con

las personas, compaginando los mutuos

intereses e ideas para encaminarlos hacia un

fin común, independientemente de las

circunstancias personales que a cada uno

rodean.

48
http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/Sencillez.htm
116

Suele definirse como la «calidad de sociable» y sociable (del latín

sociabilis) es el «naturalmente inclinado a la sociedad o que tiene

disposición para ella».49

Podríamos decir que la sociabilidad es el valor que nos impulsa a

buscar y cultivar las relaciones con las personas compaginando los

mutuos intereses e ideas para encaminarlos hacia un fin común,

independientemente de las circunstancias personales que a cada uno

rodean.

La sociabilidad es un canal de comunicación que puede sentar las

bases para tener nuevos amigos, elegir a la persona adecuada para

formar una nueva familia o comenzar una nueva empresa, en base al

intercambio de gustos, aficiones e intereses que se comparten y dan

como resultado una relación más trascendente.

Este valor es el camino para mejorar la capacidad de comunicación

y de adaptación en los ambientes más diversos.

El Hombre es un ser social por naturaleza.

El hombre, «animal social», está naturalmente inclinado a la

sociedad, es sociable por naturaleza; la sociabilidad es, pues, una virtud

humana y social. Caben infinitos grados en esta sociabilidad, así como

diversas motivaciones desde la puramente egoísta y material que

racionalmente nos impulsaría a tratar con otros para servirnos de ellos,

hasta la espiritualista y cristiana que nos lleva a la fraternidad como

ideal de la sociedad. «No hay nadie en el género humano a quien no se


49
RODRÍGUEZ, A. PERPIÑÁ: Sociología general, Madrid 1956.
117

deba amor, si no ya por la mutua reciprocidad, sí por la propiedad de la

común naturaleza» 50 «Nadie vive para sí solo. El artesano, el soldado, el

labrador, el comerciante, todos sin excepción, contribuyen al bien

común y al provecho del prójimo. El que sólo vive para sí y desprecia a

los demás es un ser inútil», «no a todos concedió (Dios) saberlo todo,

sino a uno la medicina, a otro la arquitectura, a otro otra arte, a fin de

que por necesitar unos de otros mutuamente nos amemos». 51

Aquel que a sí mismo se disocia y separa del cuerpo social se

reduce a vivir no según las costumbres de los hombres, sino como las

fieras. En realidad no puede ser hecho así, porque el hombre en ningún

caso puede vivir sin el hombre. Pero conservar la sociedad es la

comunidad; esto es, prestar auxilio para que podamos recibirlo. La

naturaleza de los hombres les inclina a huir de la soledad y buscar la

comunicación y sociedad con los demás.52

Según la doctrina cristiana, el hombre, dotado de naturaleza social,

ha sido puesto en la tierra para que viviendo en sociedad y bajo una

autoridad ordenada por Dios cultive y desarrolle plenamente sus

facultades.53

«El hombre está naturalmente ordenado a vivir en comunidad

política, porque no pudiendo en la soledad procurarse todo aquello que

50
S. Agustín, Epístola 130
51
San Juan Crisóstomo, Homilías.
52
Lactancio, Lib. VI, cap. X.
53
Pío XI, Quadragesimo anuo, 47.
118

la necesidad y el decoro de la vida corporal exigen como tampoco lo

conducente a la perfección de su ingenio y de su alma, ha sido

providencia de Dios que haya nacido dispuesto al trato y sociedad con

sus semejantes, ya doméstica, ya civil, la cual es la única que puede

proporcionar lo que basta a la perfección de la vida».54

Relación individuo-sociedad.

En la moderna sociología, el valor de la sociabilidad es

generalmente aceptado y potenciado como nota esencial de la

personalidad. Así, entiende Ayala que la contraposición «individuo-

sociedad» en que se ha debatido la Sociología de manera tan infecunda

durante mucho tiempo es una contraposición inepta y falsa tan pronto

como se le quiere dar un alcance de realidad; sólo es lícita como juego de

conceptos; en la realidad ambos términos se implican esencialmente con

reciprocidad perfecta. Los únicos centros de actividad, de sentimientos,

de funciones, de voluntad que conocemos son los propios individuos.

La única sociedad que conocemos es aquella en la que todos se

encuentran ligados entre sí, a través del tiempo y del espacio, por las

mutuas relaciones que ellos mismos han ido creando o heredando. La

única experiencia que poseemos es la que, como individuos, hemos

adquirido. Sólo a la luz de sus luchas, de sus intereses, de sus

aspiraciones, de sus temores y esperanzas podremos atribuir cualquier

función o meta a la sociedad. Y, a la inversa, sólo al hecho de que ellos

formen parte de la sociedad se debe el que los individuos se hallen


54
León XIII, Inmortali Dei, 4.
119

dotados de intereses, aspiraciones y fines. La naturaleza humana

solamente puede progresar en sociedad. La relación entre el individuo y

la sociedad no es unilateral, ambos son esenciales para la comprensión

del otro.

Sociabilidad En Relación Con Otros Valores:

*Sociabilidad-Amistad

Al tener contacto con personas diferentes, tenemos la posibilidad

de aprender de su experiencia y obtener otra perspectiva de la vida para

mejorar nuestra persona, para más adelante poder contribuir a su

desarrollo personal y así comenzar un espiral sin fin, en el cual todos

nos vemos beneficiados.

El lograr una verdadera amistad no necesariamente es el resultado de la

sociabilidad, pues depende de otras disposiciones. Este valor es un

medio que facilita el acercamiento y la comunicación con las personas.

La sociabilidad es un canal de comunicación que puede sentar las

bases para tener nuevos amigos, elegir a la persona adecuada para

formar una nueva familia o comenzar una nueva empresa, en base al

intercambio de gustos, aficiones e intereses que se comparten y dan

como resultado una relación más trascendente.

No podemos imaginar al género humano sin amistad; sería

concebir un género inhumano.


120

Se realiza aquella expresión de la Escritura: un amigo que ama a

otro como a su propia alma. El papel de la amistad es ése.

La verdadera amistad resulta de afinidades profundas y de la

necesidad de establecer una convivencia que no es la de cualquier

hombre con otro cualquiera, sino la de este hombre con alguien, en

virtud de las peculiaridades que ambos poseen y que hacen que se

comprendan y se estimen más definidamente.

*Sociabilidad-Solidaridad

El hombre es un ser gregario por naturaleza como hemos visto, y

no ha de vivir para si, sin pensar en los demás, ya que estaría faltando a

su propia naturaleza.

La versión cristiana de la sociabilidad se orienta al sentido de

solidaridad altruista, basada en los principios supremos de la caridad y

del amor al prójimo, superando su sentido utilitario y -en cierto modo-

ineluctable.

*Sociabilidad-Respeto

El respeto ayuda a mantener una sana convivencia con las demás

personas, se basa en normas de diferentes sociedades e instituciones.


121

Hay una frase muy conocida que dice: "No hagas a los demás lo

que no quieres que te hagan a tí". Vivimos en sociedad y algo que hace

al hombre sociable es la facultad de respetar a los demás.

*Sociabilidad-Civismo

El civismo es uno de los valores que diferencia al hombre de los

demás animales. El ho0mbre dándose cuanta que para ser sociable hay

que llevar pautas mínimas de comportamiento que nos permitan

convivir en paz y libertad, respetando los otros, los objetos públicos y el

entorno natural.

Otras valores con que podríamos relacionar con la sociabilidad

serian: la paz, responsabilidad, amabilidad, humildad, piedad, unidad,

tolerancia social, ayudad, caridad, generosidad, entre otros.

Actitudes que dificultan la vivencia de este valor.

En términos generales, existen algunas actitudes que dificultan la

vivencia de este valor y debemos sortearlas para lograr su desarrollo y

vivencia cotidiana:

-Dejarnos llevar por la primera impresión que nos provoca el

encuentro con las personas (el semblante, la expresión o el vestido), pues

de forma casi automática abrimos o cerramos nuestra comunicación por

una simple apreciación.

-Irrespetar y no aceptar la forma de ser de los demás. Esto se

traduce en catalogar a las personas (serio, tímido, aburrido, poco


122

competente, etc.) según como se comporten en determinado ambiente,

los excluimos y desplazamos de nuestro círculo sin conocerlos lo más

mínimo y posiblemente formando una opinión equivocada respecto a su

persona. Quien comete este error es porque no ha comprendido que las

personas no son ni se comportan según su gusto.

-Cuando nuestro lenguaje es rebuscado y poco natural. A nadie le

agrada encontrar a una persona que se empeña obstinadamente en

hablar de su profesión y empleando el vocabulario propio de su

actividad sin motivo alguno; es de mal gusto utilizar palabras y

expresiones poco usuales y sacadas del diccionario para incluirse en

cualquier momento; ni qué decir del lenguaje vulgar y grosero...

-El irrespeto en todo momento. La excesiva familiaridad en el trato

con personas que acabamos de conocer o con quienes hemos tenido

poco contacto puede entorpecer una prometedora relación; el hecho de

que sea alguien amigo o conocido de nuestros íntimos, no garantiza que

comparta las bromas, las ideas, el sentir y el trato que tiene entre sí el

grupo.

-La indiscreción y la indiferencia por conocer lo mínimo en una

persona para crear confianza.

-No caer en la cuenta que todo tiene su momento y lugar. Hay

quienes conocen a un médico y casi inmediatamente procuran obtener

un punto de vista profesional a un mal que se padece, como una especie

de consulta particular, lo cual es molesto e incómodo para el

profesional, sobre todo si es en una reunión social y quien lo solicita es

alguien con quien en ese momento ha coincidido.


123

4.11.- El pudor.

• Es un medio necesario y eficaz para dominar los instintos, hace


crecer el amor verdadero e integra la vida efectiva y sexual, en el
marco armónico del ser.

• El pudor es un mecanismo instintivo, propio de la castidad, que


protege con la vergüenza la intimidad sexual
• Es un muro protector de la pureza.
• Es un sentimiento de recato y de vergüenza, en lo que se refiere a
la esfera sexual, representa un elemento fundamental de la
personalidad
• Pudor no es miedo al cuerpo desnudo, sino respeto a él.

• Los filósofos personalistas aclaran más estas cuestiones pues


consideran que el pudor es una característica de la persona.

El pudor tiene dos funciones:

a) Intenta ordenar nuestra actitud hacia la castidad.


b) Trata de evitar que se cosifique el cuerpo. El pudor protege a la
castidad.
124

El pudor como tradición cristiana.

• La realidad del pudor es de las primeras cosas que se encuentran


en la Biblia.

• La página fundamental del Génesis que narra el pecado de Adán


representa un punto de referencia esencial para la misma reflexión
contemporánea sobre el pudor.

“Los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse


uno de otro" (2,25); por el contrario, después del pecado se manifiesta
el sentimiento del pudor como pudor sexual verdadero y propio ("se
dieron cuenta de que estaban desnudos", 3,7)

• Desde el comienzo de la Biblia, aparece muy estrecho el nexo entre


sentimiento de pudor y sentido de pecado.
• Desde el comienzo de la Biblia, aparece muy estrecho el nexo entre
sentimiento de pudor y sentido de pecado.

¿Experimentan del mismo modo el pudor la mujer y el hombre?

• Hay una gran distinción entre la forma que tiene de experimentar


el pudor la mujer y el hombre.

• La mujer es más difícil que vea al hombre como un objeto de


placer. En ella pesa más lo afectivo que lo sexual, es más sensible a
percibir en el hombre las cualidades de una masculinidad
psíquica.

• El hombre, sin embargo, tiene una sexualidad más fuerte que hace
que la afectividad quede relegada. Es más fácil que vea en la mujer
un objeto de placer; de hecho, en un primer momento.

4.12.- El optimismo.
125

Forjar un modo de ser entusiasta, dinámico, emprendedor y con los pies

sobre la tierra, son algunas de las cualidades que distinguen a la persona

optimista.

El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades

con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las

personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y

posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su

contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las

cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos

provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo

esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la

diferencia es mínima, pero tan significativa que nos invita a cambiar de

una vez por toda nuestra actitud.

Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del

optimismo, por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos,

algunas veces las cosas no resultan como deseábamos. El optimismo es

una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al

estudio de las situaciones para comprender mejor la naturaleza de las

fallas, errores y contratiempos, sólo así estaremos en condiciones de

superarnos y de lograr nuestras metas. Si las cosas no fallaran o nunca

nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.

Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo cual

supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares. La

realidad es que la mayoría de nuestros tropiezos se dan por falta de


126

cuidado y reflexión. ¿Para qué sirve entonces la experiencia? Para

aprender, rectificar y ser más previsores en lo futuro.

El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para mejorar

o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y

sensata que en nada demerita el esfuerzo personal o la iniciativa. Sería

muy soberbio de nuestra parte, pensar que poseemos el conocimiento y

los recursos necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia.

Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina, llegó a

colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero

pocas veces, o mejor dicho nunca, se hace alusión a su optimismo, a esa

entrega apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí

mismo y en las personas que colaboraron para su realización. El

optimismo refuerza y alienta a la perseverancia.

El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas

prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las

posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un

negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o

con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista

que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las

herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.

Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver con el resto

de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor

disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos

una actitud positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad


127

emprendedora; en la escuela, profesores y alumnos dedicados. Si

nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas

pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista

reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para

servir.

El paso hacia una actitud optimista requiere de una disposición

más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y

ver todo con una apariencia distinta:

- Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos,

seguramente con esto se solucionarán muchos de los

inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la

inversa.

- Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer

críticas o pronunciar quejas.

- Procura descubrir las cualidades y capacidades de los demás,

reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más

justo y honesto.

- Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras personas

encuentran la solución más rápido.

- No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones a

la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se

solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no

optimismo.
128

La Fuerza del Optimismo.

En el transcurrir de la historia de la humanidad, los diferentes


pueblos y culturas han engendrado hombres que de diversas maneras
sobresalieron por encima de sus contemporáneos. Muchos de sus
nombres aparecen en los diccionarios enciclopédicos o en obras
literarias, porque todos hicieron algo que los hizo trascender y pasar a la
posteridad como triunfadores. Hablo de profetas, científicos, artistas,
inventores, deportistas, políticos, estadistas, líderes.

Estos personajes, admirados a través de los tiempos, no sólo


alimentaron un sueño, sino que estuvieron convencidos de poder
realizarlo y decidieron no desmayar en el empeño. Se sabe que una
fuerza superior les empujaba cuando ascendieron por las cuestas
escarpadas de la vida y, cual luz divina, les iluminaba los caminos más
oscuros: EL OPTIMISMO.

Uno de los secretos de los triunfadores es, sin dudas, cultivar el


optimismo. Cuando lo han incorporado definitivamente a su manera de
actuar, siempre han estado cargados de ánimo, con buena disposición y
marcados por una firmeza a toda prueba.

Mas, ¿qué es, justamente, este término tan repetido y necesitado


por todos? Se trata de un sistema filosófico que atribuye al universo la
mayor perfección posible como obra de un ser infinitamente perfecto.
También se entiende como la propensión a ver y juzgar las cosas bajo el
aspecto más favorable, acoger siempre la arista positiva de la realidad y
cultivar la certeza de que es posible alcanzar los objetivos, sin espacio
para el desánimo.

El optimismo implica una fuerza superior en el hombre, le da la


seguridad de que puede, de que es posible cualquier empeño por difícil
que sea. Cuando actuamos con optimismo es menos probable que
alguien nos frene o que algo nos amilane, porque, pese a los escollos, no
renunciamos al fin propuesto y, en consecuencia, lo obtenemos.

Las personas impregnadas en esa cualidad tienen más


129

posibilidades de éxito, porque el éxito comienza con la voluntad, con la


seguridad en sí mismo. Esta confianza en lo propio no consiste en
pensar que somos más, sabemos más o estamos por encima de todos,
sino en creer que podemos llegar a ser tanto como se desee. Si usted
considera que está vencido, ya lo está, pues la predisposición a fallar lo
hace vulnerable psicológica y físicamente. En cambio, si cree que puede,
si se siente seguro de que puede, podrá.

Es cierto que cualquiera pierde una batalla, pero el optimista


nunca la pierde antes de echarla. Incluso, cuando ocurre lo peor, piensa
que es mejor perder una vez que seguir perdiendo; entonces intenta,
ante todo, prepararse para la próxima ocasión, en la que tratará de
recuperar lo perdido o alcanzar lo propuesto.

Dos hombres intentan escalar la cumbre de una elevación. Ambos


llevan sogas, garfios, y alimentos energéticos. Están, aparentemente, en
igualdad de condiciones. ¿A cuál podemos apostar como posible
ganador? A quien, además de los avíos, lleva consigo la certeza de que
llegará a la cima: al optimista. Porque su estado anímico le otorga una
predisposición favorable que lo pone en ventaja.

La persona optimista es más propensa a insistir hasta abrazar el fin


anhelado.

Quienes disponen de una voluntad emprendedora suelen


encontrar en otros, que hicieron realidad sus propósitos, una verdadera
inspiración y alimentan así el optimismo. Esto es: "si ellos pudieron, yo
también". Pero, el que lo hizo primero necesitó de una firmeza mayor
que le permitió asegurar: " aunque nadie lo ha logrado, yo lo haré". Esta
disposición estuvo cargada de optimismo, evidentemente.

4.13.- La humildad.
130

La humildad es sin duda una


virtud heroica, el camino más corto
para alcanzar la santidad o la dicha
de ser colocado en la eternidad
feliz.

Expongo el tema de la
humildad desde una sabia y
sopesada reflexión que realiza el
Pbro. Dr. Francisco Fernández
Carvajal, quien aborda este valor
desde criterios inteligibles y
racionalmente aceptables. El
desarrolla el valor de la humildad
de este modo:

I. Narra San Mateo en el Evangelio de la Misa 55 que Jesús se retiró


con sus discípulos a tierras de gentiles, en la región de Tiro y de Sidón.
Allí se le acercó una mujer que, a grandes gritos, imploraba: “¡Señor,
Hijo de David, apiádate de mí! Mi hija es cruelmente atormentada por el
demonio.” Jesús la oyó y no contestó nada. Comenta San Agustín que no
le hacía caso precisamente porque sabía lo que él tenía reservado: no
callaba para negarle el beneficio, sino para que lo mereciera ella con su
perseverancia humilde. 56

La mujer debió de insistir largo rato, de tal manera que los


discípulos, cansados de tanto empeño, dijeron al Maestro: Atiéndela y
que se vaya, pues viene gritando detrás de nosotros. El Señor le explicó
entonces que Él había venido a predicar en primer lugar a los judíos.
Pero la mujer, a pesar de esta negativa, se acercó y se postró ante Jesús,
diciendo: “¡Señor, ayúdame!”

55
Mt 15, 21-28

56
Cfr. San Agustín, Sermón 154 A,4
131

Ante la perseverante insistencia de la mujer cananea, el Señor le


repitió las mismas razones con una imagen que ella comprendió
enseguida: “No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los
perrillos.” Le dice de nuevo que ha sido enviado primero a los hijos de
Israel y que no debe preferir a los paganos. El gesto amable y acogedor
de Jesús, el tono de sus palabras, quitarían completamente cualquier
tono hiriente a la expresión. Las palabras de Jesús llenaron aún más de
confianza a la mujer, quien, con gran humildad, dijo: “Es verdad, Señor,
pero también los perrillos comen de las migajas que caen de las mesas
de sus amos.” Reconoció la verdad de su situación, “Confesó que eran
señores suyos aquellos a quienes Él había llamado hijos.”. 57 El mismo
San Agustín señala que aquella mujer “fue transformada por la
humildad y mereció sentarse a la mesa con los hijos”. 58 Conquistó el
corazón de Dios, recibió el don que pretendía y una gran alabanza de
del Maestro: “¡Oh mujer, grande es tu fe! Hágase como tú quieres. Y
quedó sanada su hija en aquel instante.” Sería seguramente más tarde
una de las primeras mujeres gentiles que abrazaron la fe, y siempre
conservaría en su corazón el agradecimiento y el amor al Señor.

Nosotros, que nos encontramos lejos de la fe y de la humildad de


esta mujer, le pedimos con fervor al maestro: ”Buen Jesús: si he de ser
apóstol, es preciso que me hagas muy humilde.

El sol envuelve de luz cuanto toca: Señor, lléname de tu caridad,


endiósame: que yo me identifique con tu Voluntad adorable, para
convertirme en el instrumento que deseas... Dame tu locura de
humillación: la que te llevó a nacer pobre, al trabajo sin brillo, a la
infamia de morir cosido con hierros a un leño, al anonadamiento del
Sagrario. Que me conozca: que me conozca que te conozca. Así jamás
perderé de vista mi nada”.59 Sólo así podré seguirte como Tú quieres y
como yo quiero: con una fe grande, con un amor hondo, sin condición
57
Idem. Sermòn 50 A, 2-4

58
Ibídem

59
J. Escrivá de Balaguer, Surco n. 273
132

alguna.

II. Se cuenta en la vida de San Antonio Abad que Dios le hizo ver
el mundo sembrado de los lazos que el demonio tenía preparados para
hacer caer a los hombres. El santo, después de esta visión, quedó lleno
de espanto, y preguntó: “Señor, ¿Quién podrá escapar de tantos lazos?”.
Y oyó una voz que le contestaba: “Antonio, el que sea humilde; pues
Dios da a los humildes la gracia necesaria, mientras los soberbios van
cayendo en todas las trampas que el demonio les tiende; mas a las
personas humildes el demonio no se atreve a atacarlas”.

Nosotros, si queremos servir al Señor, hemos de desear y pedirle


con insistencia la virtud de la humildad. Nos ayudará a desearla de
verdad el tener siempre presente que el pecado capital opuesto, la
soberbia, es lo más contrario a la vocación que hemos recibido del Señor,
lo que más daño hace a la vida familiar, a la amistad, lo que más se
opone a la verdadera felicidad... Es el principal apoyo con que cuenta el
demonio en nuestra alma para intentar destruir la obra que el Espíritu
Santo trata incesantemente de edificar.

Con todo, la virtud de la humildad no consiste sólo en rechazar los


movimientos de la soberbia, del egoísmo y del orgullo. De hecho, ni
Jesús ni su Santísima Madre experimentaron movimiento alguno de
soberbia y, sin embargo, tuvieron la virtud de la humildad en grado
sumo. La palabra humildad tiene su origen en la palabra latina humus,
tierra; humilde, en su etimología, significa inclinado hacia la tierra; la
virtud de la humildad consiste en inclinarse delante de Dios y de todo lo
que hay de Dios en las criaturas. 60 En la práctica, nos lleva a reconocer
nuestra inferioridad, nuestra pequeñez e indigencia ante Dios. Los
santos sienten una alegría muy grande en anonadarse delante de Dios y
en reconocer que sólo Él es grande, y que en comparación con la suya,
todas las grandezas humanas están vacías y no son sino mentira.

La humildad se fundamenta en la verdad 61, sobre todo en esta gran


60
Cfr. R Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol. II, p. 670

61
Santa Teresa, Las Moradas, VI, 10
133

verdad: es infinita la distancia entre la criatura y el Creador. Por eso,


frecuentemente hemos de detenernos para tratar de persuadirnos de que
todo lo bueno que hay en nosotros es de Dios, todo el bien que hacemos
ha sido sugerido e impulsado por Él, y nos ha dado la gracia para
llevarlo a cabo. No decimos ni una sola jaculatoria si no es por el
impulso y la gracia del Espíritu Santo 62; lo nuestro es la deficiencia, el
pecado, los egoísmos. “Estas miserias son inferiores a la misma nada,
porque son un desorden y reducen a nuestra alma a un estado de
abyección verdaderamente deplorable”63. La gracia, por el contrario,
hace que los mismos ángeles se asombren al contemplar un alma
resplandeciente por este don divino.

La mujer cananea no se sintió humillada ante la comparación de


Jesús, señalándole la diferencia entre los judíos y los paganos; era
humilde y sabía su lugar frene al pueblo elegido; porque fue humilde,
no tuvo inconveniente en perseverar a pesar de haber sido
aparentemente rechazada, en postrarse ante Jesús... Por su humildad, su
audacia y su perseverancia, tuvo una gracia tan grande. Nada tiene que
ver la humildad con la timidez, la pusilanimidad o con una vida
mediocre y sin aspiraciones. La humildad descubre que todo lo bueno
que existe en nosotros, tanto en el orden de la naturaleza como en el
orden de la gracia, pertenece a Dios, porque de su plenitud hemos
recibido todos64; y tanto don nos mueve al agradecimiento.

III. “A la pregunta ‘¿cómo he de llegar a la humildad?’


corresponde la contestación inmediata: “Por la gracia de Dios” (...).
Solamente la gracia de dios puede darnos la visión clara de nuestra
propia condición y la conciencia de su grandeza que origina la
humildad”65. Por eso hemos de desearla y pedirla incesantemente,

62
cfr. I Cor 12,3

63
R. Garrigou Lagrange, o. c., vol. II p. 674

64
Cfr 1 Cor 1,4

65
E. Boylan, El amor supremo, Vol. II p. 81
134

convencidos de que con esta virtud amaremos a Dios y seremos capaces


de grandes empresas a pesar de nuestras flaquezas.

Junto a la petición, hemos de aceptar las humillaciones,


normalmente pequeñas, que surgen cada día por motivos tan diversos:
en la realización del propio trabajo, en la convivencia con los demás, al
notar las flaquezas, al ver las equivocaciones que cometemos, grandes y
pequeñas. De Santo Tomás de Aquino se cuenta que un día fue
corregido por una supuesta falta de gramática mientras leía; la corrigió
según lo indicaban. Luego, sus compañeros le preguntaron por qué la
había corregido si él mismo sabía que era correcto el texto tal como lo
había leído. Y el Santo contestó: “Vale más delante de Dios una falta de
gramática, que otra de obediencia y de humildad”. Andamos el camino
de la humildad cuando aceptamos las humillaciones, pequeñas y
grandes, y cuando aceptamos los propios defectos procurando luchar
con ellos.

Quien es humilde no necesita demasiadas alabanzas y elogios en


su tarea, porque su esperanza está puesta en el Señor; y Él es, de modo
real y verdadero, la fuente d e todos sus bienes y su felicidad: es Él
quien da sentido a todo lo que hace. “Una de las razones por las que los
hombres son tan propensos a alabarse, a sobreestimar su propio valor y
sus propios poderes, a resentirse de cualquier cosa que tienda a
rebajarlos en su propia estima o en la de otros, es porque no ven más
esperanza para su felicidad que ellos mismo. Por esto son a menudo tan
susceptibles, tan resentidos cuando son criticados, tan molestos para
quien les contradice, tan insistentes en salirse con la suya, tan ávidos de
ser conocidos, tan ansiosos de alabanza, tan determinados a gobernar su
medio ambiente. Se afianzan en sí mismos como el náufrago e sujeta a
una paja. Y la vida prosigue, y cada vez están más lejos de la felicidad.”.

Quien lucha por ser humilde no busca ni elogios ni alabanzas; y si


llegan procura enderezarlos a la gloria de Dios, Autor de todo bien. La
humildad se manifiesta no tanto en el desprecio como en el olvido de sí
mismo, reconociendo con alegría que no tenemos nada que no hayamos
135

recibido, y nos lleva a sentiremos hijos pequeños de Dios que


encuentran toda la firmeza en la mano fuerte de su Padre.

Aprendemos a ser humildes meditando la Pasión de Nuestro


Señor, considerando su grandeza ante tanta humillación, el dejarse
hacer “como cordero llevado al matadero”, según había sido
profetizado,66 su humildad en la Sagrada Eucaristía, donde espera que
vayamos a verle y hablarle, dispuesto a ser recibido por quien se acerque
al Banquete que cada día preparar para nosotros, su paciencia ante
tantas ofensas... Aprenderemos a caminar por este sendero si nos fijamos
en María, la Esclava del Señor, la que no tuvo otro deseo que el de hacer
la voluntad de Dios. También acudimos a San José, que empleó su vida
en servir a Jesús y a María, llevando a cabo la tarea que Dios le había
encomendado.

4.14.- La Audacia.

Es la habilidad que tiene la


persona de actuar. Es una
persona atrevida, intrépida,
temeraria y valiente. Una
persona audaz, se puede
desenvolver en múltiples áreas,
es creativo, líder, inteligente,
además de habilidoso. A
diferencia de las personas que
son tímidas, cobardes, apocado.
Emprende y realiza acciones que parecen poco prudentes,
convencido, a partir de la consideración serena de la realidad con sus
posibilidades y con sus riesgos, de que puede alcanzar un bien.

La mala utilización de dicha virtud es, la osadía, por la cual realiza


acciones poco prudentes pero no a partir de la realidad y ni mucho
menos son para conseguir un bien, sólo para alimentar un egoísmo.
66
Is 53, 7
136

Por tanto, la audacia debe ser moderada por la razón. Entonces se


convierte en la hermana menor de la fortaleza.

La acción rápida que conlleva la audacia es recomendable después


de la reflexión previa, que es un acto de la conciencia.
La verdadera virtud de la audacia no es la imprudencia, ni osadía
irreflexiva, ni simple atrevimiento. La audacia es fortaleza, virtud
imprescindible para la vida del alma.

La lucha denodada dará a tu espíritu fortaleza, el andar con


esfuerzo continuado hará de ti un héroe, camina siempre con la debida
audacia acompañada del necesario discernimiento.

La Audacia como pasión.

En su primera acepción, la audacia es una pasión del apetito

irascible, que acomete el mal difícil o arduo inminente para superarlo o

destruirlo, movido por la esperanza de la victoria y de alcanzar el fin

deseado. En este sentido, es un movimiento instintivo del hombre,

delante del cual se presentan unas dificultades que le impiden conseguir

algo que puede y desea lograr. El hombre, cuando ve un bien difícil pero

posible, lo desea y espera, y ante los posibles obstáculos que se

presentan a sus ojos dificultando su consecución, siente un movimiento

pasión de acometerlos con audacia para vencerlos. En esta acepción, la

audacia se opone a la pasión del temor, que le hace retraerse ante las

dificultades cuando le parecen insuperables, o cuando no le compensan

del bien que busca. Naturalmente, la vehemencia de esta pasión

depende fundamentalmente de la mayor esperanza del bien: cuando la


137

esperanza de conseguir algo es firme, ésta incita a superar y destruir los

impedimentos, y entonces surge un fuerte movimiento de audacia. Y, a

su vez, la pasión de la esperanza aumenta cuando el poder propio del

hombre físico, moral, intelectual y el que tiene de otra persona, son

mayores; y, en el orden fisiológico al que también hace referencia la

pasión, la audacia aumenta con el vigor corporal, la salud y la juventud.

Evidentemente, esta pasión, que puede ser más o menos intensa en los

distintos caracteres y en las distintas situaciones, no entra en el campo

de la moralidad: es una premisa, que se da en mayor o menor grado en

cada persona.

La Audacia como virtud humana.

La audacia como virtud humana es un aspecto concreto de la

magnanimidad, por la que el ánimo del hombre tiende a cosas grandes,

y busca la virtud y el bien a toda costa. Y cuando las dificultades que se

presentan en esa búsqueda son grandes y tratan de empequeñecer el

ánimo para que desista de afrontarlas, la audacia mueve al hombre para

acometer la empresa decididamente. Para que se dé la virtud, se

requiere, por tanto, que haya esperanza racional de un auténtico bien, de

algo que objetivamente perfecciona al hombre y le lleva hacia su fin. No

puede ser audaz quien se lanza tras la consecución de algo que no lleva

al hombre hacia su plenitud, hacia Dios, en su vida sobre la tierra. La

audacia verdadera debe hacer relación, en última instancia, al último fin,

ya que todas nuestras esperanzas naturales aspiran a realidades que son

como reflejos y sombras confusas de la vida eterna. Sería desvirtuar la


138

realidad del hombre, si se tratara de sustituir la verdadera esperanza

(aun en los hombres que no tienen la verdadera fe), por una simple

esperanza terrena, configurada al margen de su relación con Dios y sus

promesas, como pretende hacer el marxismo en sus diversas

manifestaciones.

Y cuanto más grande es la empresa que el hombre desea y espera

realizar, cuanto mayor recta estima tiene del bien y mayor claridad en su

relación con el fin último, mayor debe ser la audacia. Mas a esta

esperanza ha de unirse la intervención de la prudencia: la audacia,

virtud racional, sigue a la deliberación de la inteligencia, en la que se

consideran todos los peligros que amenazan, dentro de las más diversas

situaciones hipotéticas posibles, de modo que se dé una justa proporción

entre el bien que se busca y los peligros que hay que afrontar; y al

mismo tiempo, considerar las fuerzas de que dispone el hombre para

vencer esas dificultades. En el plano humano, estos medios son las

virtudes, la experiencia, los posibles medios exteriores necesarios, la

ayuda de otras personas y, principalmente, el auxilio de Dios, «de quien

esperamos el socorro, no sólo de beneficios espirituales, sino también

temporales». Por tanto, la audacia está entre dos extremos: la

pusilanimidad y la cobardía, de un lado, que obligan al hombre, bajo

capa de falsa prudencia, a no acometer empresas grandes que llevan

consigo dificultades y peligros, y, de otro lado, la temeridad y la

presunción, por las que el hombre se arriesga sin necesidad o sin contar

con las debidas fuerzas.


139

La Audacia, virtud cristiana.

«Quienes están en buenas disposiciones con la divinidad son más

audaces». Nadie como un cristiano tiene motivos y razones para vivir

esta virtud. En primer lugar, el cristiano apoya su audacia en una

esperanza sobrenatural, por la que se le han prometido con certeza

bienes que superan toda expectativa natural, y que deben buscarse por

encima de todo peligro, aun a costa de la propia vida. Y todas las

actividades del cristiano cobran su pleno sentido cuando a su intrínseca

pero limitada bondad se añade la de ser camino y medio para llegar a

Dios: «Trabajad no por el manjar que se consume, sino por el que dura

hasta la vida eterna». Junto a eso, la esperanza cristiana tiene la certeza

de alcanzar dichos bienes, porque en Cristo tenemos

«La esperanza como segura y firme áncora de nuestra alma». Y para

conseguir lo que el cristiano busca, cuenta no sólo con sus exiguas

fuerzas, sino con el mismo Cristo, que «es la esperanza de la gloria», y

en el que Dios nos ha dado todas las cosas: «Si Dios está por nosotros,

¿quién contra nosotros? El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que le

entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo después de habérnosle

dado a Él dejará de darnos cualquier otra cosa?».

Finalmente para esa consecución, el cristiano cuenta con la oración

de petición infalible: «Así como nuestro Salvador ha obrado y realizado

en nosotros la fe, fue asimismo saludable que nos introdujera también

en la esperanza viva, enseñándonos la oración con que más


140

comúnmente nuestra esperanza se alza hacia Dios». La oración y la

esperanza están esencialmente implicadas. La oración es la

exteriorización y manifestación de la esperanza, es «interpretativaspei»;

en ella se expresa la esperanza misma. Es lógico, por tanto, que la

audacia sea específicamente virtud cristiana; y lo es, precisamente, en la

medida en que se apoya en la humildad, que busca la ayuda de Dios,

conociendo la flaqueza humana, y huye de la presunción.

El cristiano busca la recta edificación de la ciudad temporal,

descubriendo en todas las situaciones el sentido trascendente que tiene

su tarea: sabe que no puede apoyarse solamente en sus propios medios

-inadecuados para este fin-, sino que cuenta con el auxilio y el poder de

Dios. Y, por ello, está dispuesto a afrontar todos los peligros, con la

mirada puesta en la grandeza de lo que intenta y con la seguridad de

que no está solo: « ¡Dios y audacia! La audacia no es imprudencia. La

audacia no es osadía». Estas actitudes, para quien no vive la fe y la

esperanza, carecerían de sentido y estarían fuera de la prudencia

humana o parecerían locuras; pero se presentan en el cristiano con la

claridad y certeza que le dan el vivir esas virtudes teologales.

La Audacia en el ámbito profesional.

La audacia es el nombre del juego. Cuando se miran las grandes

hazañas empresariales, siempre se encuentra un común denominador:

gente audaz, que toma riesgos y explora sin temores nuevos territorios.
141

Hay que mirar lejos con inteligencia y audacia, y luego perseverar. Y

audacia para atreverse a reinventarse para el hacer de manera diferente.

Frases sobre la audacia.

La audacia te permite abrir nuevos caminos.

Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.


Baltasar Gracián.

Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo.


Napoleón I.

El tacto en la audacia es saber hasta dónde se puede ir demasiado lejos.


Jean Cocteau.

Hay momentos en que la audacia es prudencia.


Clarence S. Darrow .

Con la audacia se encubren grandes miedos.


Marco Anneo Lucano.

4.15.- La lealtad

Leal proviene del latín


legalis, o sea, “lo que es
conforme a la ley”. La persona
leal es la persona “de ley”, un
142

ser que asume el deber de cumplir lo prometido y mantener las “reglas


de juego” que libremente ha querido asumir. Lealtad es fidelidad al
compromiso de defender lo que creemos y quienes creemos.

Entre las definiciones más acertadas que he podido encontrar con

respecto a la Lealtad están:

 La lealtad tiene que ver con el sentimiento de apego, fidelidad y

respeto que nos inspiran las personas a las que queremos o las

ideas con las que nos identificamos. Los que son leales poseen un

alto sentido del compromiso y ello les permite ser constantes en

sus afectos y cumplidores de su palabra.

 La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los

demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien

creemos.

 Lealtad significa fidelidad, franqueza, nobleza, honradez,

sinceridad y rectitud.

 Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos.

La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo. Cuando

somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a

su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo

superficial, o trabajar en un lugar simplemente porque nos pagan.

Sin embargo la lealtad implica un compromiso que va más hondo:

es el estar con un amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar


143

no solo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso

más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la

sociedad misma.

Una historia para pensar:

Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando


llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le
aconsejó que se metiera a su cabaña. Casi de inmediato llegaron los
cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra. El
hombre, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente
señalaba la cabaña donde se había escondido.

Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se


confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. La zorra al verlos
marcharse, salió sin decir nada. El leñador reprochó a la zorra por que
no le daba las gracias a pesar de haberla salvado, a lo que la zorra
respondió: Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran
dicho lo mismo.

**La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico éxito
cuando nos relacionamos. La lealtad es un valor que no es fácil de
encontrar. Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber
que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de
serle útil nos abandona sin más. Es frecuente saber que alguien
frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que
acaba ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.

La lealtad es esencial en la amistad. Los conocidos se hacen amigos


a través de la lealtad mutua. La lealtad es un esencial en la amistad que
144

se ha desarrollado en el compromiso de corazones entre dos personas.


En una relación de corazón a corazón la lealtad desarrolla la confianza
mutua.

Es nuestro deber el ser leal a aquellos que dependen de nosotros:


familia, amigos, nuestros empleados o nuestro empleador. La lealtad es
amor bondadoso en acción. La lealtad es potenciada por la energía que
viene hacia nuestro cuerpo al cuidar nuestras actitudes y pensamientos.
La lealtad desarrolla nuestra alma en conciencia, transformándonos en
la creación más hermosa posible de un ser humano.

Como vemos, la lealtad se relaciona estrechamente con otras


virtudes como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad
entre otras.

¿Qué puntos debemos trazar para llegar a ser leales?

Ser fieles a nosotros mismos y a nuestras ideas (la coloque en


primer lugar, ya que la considero la más importantes de las tres; si
no te eres leal a ti mismo, nunca lo serás con los demás).

Respetar y corresponder a las personas que nos quieren y son


buenas con nosotros.

No abandonar a nuestros amigos en los momentos difíciles, ni


dejarnos tentar por quIenes nos invitan a traicionarlos a cambio de
dinero, poder u otra oferta parecida.

¿Cuales obstáculos nos impiden ser leales?

La falta de convicciones e ideales, que hace que las personas se


dejen guiar por los impulsos más inmediatos y estén siempre
dispuestas a irse con quien mejor les parezca.
145

La idea de que el trabajo es un mal necesario que se realiza por


obligación, como un castigo, con el único fin de obtener una
remuneración, lo cual lleva a muchos trabajadores a ponerle
precio a su lealtad para con sus empleadores.

La cultura de la infidelidad, que hace que hombres y mujeres


sientan horror del compromiso y rompan permanentemente sus
promesas amorosas.

Podemos ver como actitudes desleales:

• Las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus


defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo.

• Hablar mal de nuestros jefes, maestros o de las instituciones que


representan.

• Divulgar las confidencias que se nos han hecho.

• Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo para que se


supere.

• Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca trascendencia,


como el modo de hablar, vestir o conducirse en público.

• El poco esfuerzo que se pone al hacer un trabajo o terminarlo.

• Cobrar más del precio pactado.

Como vemos, la Lealtad se relaciona estrechamente con otro


Valores como la Amistad, el Respeto, la Responsabilidad y la
Honestidad entre otras.

No basta contradecir las actitudes desleales para ser Leal, es


necesario detenernos a considerar algunos puntos:
146

• En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas. Como


la confianza y el respeto que debe haber entre padres e hijos, la empresa
con los empleados ( sus clientes más inmediatos ) y sus clientes externos,
entre los amigos, los alumnos hacia su escuela, etc.

• Es necesario reconocer los valores que representan las instituciones o


aquellos que promueven las personas con sus ideas y actitudes. Nunca
será buena idea que una persona que se preocupa por vivir los valores,
trabaje en un lugar donde se hacen fraudes o impera la corrupción.

• Se deben buscar y conocer los valores permanentes para cualquier


situación, de otra forma se es "leal" mientras se comparten las mismas
ideas. La persona que convive en un ambiente de diversión malsana y
excesos, pronto se alejará y comenzará a hablar mal de aquellos que
dejaron de participar de sus actividades.

• La Lealtad no es consecuencia de un sentimiento afectivo, es el


resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto. El
mentir para encubrir las faltas de un amigo (en la casa, el trabajo o la
escuela) no nos hace leales, sino cómplices.

• Si se coloca como valor fundamental el alcance de objetivos, se pierde


el sentido de cooperación. La persona que participa de una actividad
sólo por el éxito que se tiene, fácilmente abandona la empresa porque
las cosas no salen bien o simplemente deja de obtener los beneficios a
que estaba acostumbrado.

• Lo importante es vivir los valores por lo que representan, no por las


personas que en algún momento dictan una norma. Todo trabajo se
debe hacer bien, no por "quedar bien" con el jefe.
Concretando. Una persona es leal cuando se mantiene unida al
grupo o persona con la que se ha vinculado. Cuando protege, apoya y
defiende los valores (de amistad, deportivos, familiares, religiosos, las
relaciones laborales con clientes y compañeros de trabajo, etc.) que
promueve la institución a la que se ha vinculado. El vínculo: su
reconocimiento y la apreciación de los valores que representa.

Proverbios sobre la lealtad:


147

La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu cuello,


escríbelas en la tablilla de tu corazón. Así hallarás favor y buena
acogida a los ojos de Dios y de los hombres". (Proverbios 3:3-4)

“Los caminos de la lealtad son siempre rectos.” (Charles


Dickens)

“Iluminados por la lealtad nuestros pasos irán siempre por el


camino recto”.

“Sólo el que manda con amor es servido con lealtad”. (Francisco


de Quevedo)

“Llegar juntos es el principio; mantenerse juntos es el progreso;


trabajar juntos es el éxito”. (Henry Ford)

“Aparta la amistad de la persona que si te ve en el riesgo te


abandona”. (Félix María Samaniego)

Decálogo de La Lealtad:

1. La persona leal, lo es con la empresa, con la familia y con la


sociedad.

2. Hablar mal de alguien que no está presente es una falta de lealtad a


esa persona.

3. Pertenencia es tener la “camiseta puesta”, lo cual significa trabajar


como si la empresa fuera de uno.

4. El compromiso con la organización debe ser total. Sin embargo, no se


pueden transgredir los principios, por buscar el beneficio de la empresa
o de algún compañero.

5. La palabra dada es sagrada: sea fiel a ella.


148

6. Pertenecer a una empresa es identificarse con su Cultura


Organizacional: alinear los propios valores con los valores corporativos.

7. El compromiso y la lealtad son de doble vía: de las personas hacia la


organización y de ésta hacia la gente. Usted haga su parte.

8. Compromiso significa solidaridad para con todos: colaboración,


ayuda mutua… La unión hace la fuerza. Hoy por ti, mañana por mí.

9. El empeño por conservar el buen ambiente es una manifestación de


pertenencia. Por eso declárele la guerra al chisme.

10. Al corregir, cuando sea necesario, hágalo como le gustaría que lo


hicieran con usted. Hable de forma directa y clara, pero con delicadeza.

4.16.- La gratitud.

Es la virtud por la
cual una persona
reconoce, interior y
exteriormente, los regalos
recibidos y trata de
corresponder en algo por
lo que recibió. La gratitud
no significa "devolver el
favor".
Ser agradecido es más que saber pronunciar unas palabras de
forma mecánica; Consiste en una disposición interior.

Y encontrarla es posible si tenemos los ojos bien abiertos y el


corazón despierto para descubrir los miles de gestos que nos brindan los
demás a todas horas.

Un proverbio lo confirma: “La memoria del mal tiene larga huella,


la memoria del bien muy pronto pasa. Nuestro mundo necesita una
149

buena dosis de gratitud y un poco menos de reivindicaciones. Sí: hay


que pedir lo que nos falta y nos corresponde, pero sin olvidar que
también hay que agradecer lo que a veces “nos ha sobrado” y lo que
más valía: el amor que muchos nos han regalado.

Una de esas gratitudes es la de los hijos hacia los padres. Si


vivimos, es porque ellos se amaron y nos amaron.

Gratitud es la palabra mágica que introduce en el hogar la cortesía,


el buen orden y la serenidad.

Lo que debemos los hijos a nuestros padres sigue en pie, a pesar


de todo.

La gratitud con los padres es un deber de cariño elemental.

Gratitud a Dios.

La gratitud con Dios es un homenaje que arranca de lo más


profundo del corazón.

El vivir es un misterio más grande que todas las previsiones, y


sabemos que hay Alguien que teje los hilos, que los entrelaza, que
permite que titubeen y tiemblen por días o meses, y luego los vuelve a
solidificar para que todo siga su curso normal, que no es sino un milagro
prolongado: nuestra propia aventura personal. Ese Alguien es, sí, el
Señor de la vida y de la muerte, pero es, sobre todo, un Padre.

Cómo vivir la gratitud.

El camino para vivir el valor del agradecimiento tiene algunas


notas características que implican:

--Reconocer en los demás el esfuerzo por servir.


150

--Acostumbrarnos a dar las gracias.


--Tener pequeños detalles de atención con todas las personas: acomodar
la silla, abrir la puerta, servir un café, colocar los cubiertos en la mesa,
un saludo cordial.
La persona que más sirve es la que sabe ser más agradecida.
Decir gracias al menor servicio prestado por quien sea,
pronunciando esta palabra sin ninguna entonación, como si
estuviéramos cambiando una simple mirada. Por sí sola, esta palabrita
recompensa todos los trabajos; repara la frase acaso un poco dura que
habíamos dicho anteriormente; equivale a una sonrisa y, a veces, la
provoca; hace feliz al que la pronuncia y a aquel a quien va dirigida.

Es necesario agradecer todo, todo lo que nos sucede:

“-Si tu salud ves languidecer, y pidiéndole a Dios la ves restablecer,


agradece.

-Si de un peligro te viste liberado, agradece.

-Por la familia a la que perteneces, agradece.

-Por el trabajo que realizas con provecho, agradece.

-Cuando sufriendo soledad has encontrado compañía, agradece.

-Cuando siendo optimista día a día tu corazón crece, agradece.

-Si en tus luchas no siempre vences, agradece.

-Si tu fe la nutres con obras de misericordia, agradece.

-Por la naturaleza y sus innumerables frutos, agradece.

-Por el arcoiris y sus colores relucientes, agradece.

-Cuando la vida te presente contrariedades, agradece.


151

-Cuando te sientas con vigor corporal y energías positivas, agradece.

*Porque la totalidad de tu existencia es Gratuidad de Dios.

*Porque nada posees que no te haya sido dado”.67

Además, es conveniente agradecer en estas circunstancias:

--Cuando nos abandonó la suerte y caímos “en desgracia”.

--Cuando nos abandonó un ser querido, el esposo o la esposa, un


hijo o una hija.

--También cuando nos cerraron las puertas y todo parecía oscuro.

--Cuando bebas agua, recuerda la fuente. (Proverbio chino).

La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor


reverdece en la tierra buena de los humildes. (José Martí).

Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le


quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo! (Miguel
de Cervantes Saavedra).

La gratitud de muchos no es más que la secreta esperanza de


“Compartí el vientre de mi madre con mi hermanito Mello. Yo nací
recibir beneficios nuevos y mayores.
primero, y mis padres no esperaban otro, por lo que mamá en su soledad
no pudo atender al segundo, 68y a escasos minutos de su nacimiento murió
Delicado es agradecer:
asfixiado. Yo nací de dos libras y media, muy enfermizo y con escasísima
defensa. Mis seis primeros meses de vida fueron traumáticos, hasta el
punto que papá y mamá ya no tenían recursos para mis atenciones
médicas, y casi estaba para morir. Es entonces cuando la providencia se
hace presente en el Dr. Paúl de Lara Fernández, Pediatra, quien motivado
por los lazos familiares y su amor por los niños, indicó el tratamiento
adecuado que me restauró la vida y la esperanza.
Y un día, a los 28 años de aquel hecho y mientras cursaba mis estudios de
67
Ángeles Fernández,
teología, Diómedes Antonio:
fui al consultorio del Dr.La Paúl
Vida en Parábolas.
y le expreséParábolas Para La
mi sentida Vida”, op.
gratitud porcit.,
Pág. 132.
68 el empeño que puso en tratar mi enfermedad, y le entregué con otras
Ibid, Págs. 131-132.
elocuentes palabras de agradecimiento, un merecido regalo, porque
después de Dios él me salvó la vida. Y capté al Doctor Paúl sumamente
impresionado, cargado de emoción y satisfacción, y me dijo: nunca me
había sucedido nada igual. Porque es delicado AGRADECER”.
152

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PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en valores –
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Materiales, Textos, Recursos y Técnicas-. Editorial NARCEA, Séptima


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