Está en la página 1de 100

Los adultos mayores en el

mundo del trabajo urbano

Silvia Escóbar de Pabón


Los adultos mayores en el
mundo del trabajo urbano

Silvia Escóbar de Pabón


Publicación de HelpAge International en alianza con el Centro
de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Silvia Escóbar de Pabón

Primera edición: junio de 2012

Registro de caridad número 288180

Coordinación:
HelpAge International

Fotografías:
Sebastián Ormachea
Susana Téllez
Lisett Larico

Edición: Fernando Molina


Diseño y diagramación: www.salinasanchez.com
Impresión: Edobol Ltda.

Impreso en Bolivia
Índice
7 Introducción
9 1. Envejecimiento y trabajo
13 2. Contexto demográfico y laboral
2.1. Características sociodemográficas de los adultos mayores
2.2. Situación del mercado de trabajo urbano
19 3. Los adultos mayores frente a la actividad económica
3.1. Participación en la actividad económica
3.2. Desempleo e inactividad
3.3. Fuentes de ingreso
31 4. Trabajo y condiciones laborales
4.1. Formas de inserción laboral
4.2. Condiciones laborales
67 5. Valoración del trabajo en la edad adulta mayor
75 6. El trabajo doméstico no remunerado
81 7. El núcleo familiar: solidaridad y reciprocidad
89 8. Conclusiones
Introducción
La relación entre el envejecimiento y la actividad laboral es un
tema que ha sido poco estudiado en Bolivia, y también en otros
países de la región. Las tendencias demográficas que emergen del
aumento de la esperanza de vida han llevado a la extensión de la
edad máxima de trabajar para un porcentaje cada vez mayor de
trabajadores. Más todavía cuando la cobertura de los sistemas de
protección social es limitada o su calidad es insuficiente y no ase-
gura la subsistencia de los asegurados.
Estos cambios plantean la necesidad de lograr un mejor conoci-
miento de esta realidad. Tanto para determinar la magnitud y ca-
racterísticas de la incorporación de los adultos mayores al mundo
del trabajo, como para avanzar en la comprensión de las condicio-
nes económicas y sociales en las que se encuentra este grupo de
la población.
Si bien se considera como parte de éste a las personas de 60 años
y más, se incluye en el presente análisis a la cohorte de edades en
transición a la vejez (45 a 59 años), tanto para examinar los efectos
de las nuevas condiciones de funcionamiento del mercado laboral
sobre distintas generaciones de trabajadores, como para identifi-
car las nuevas tensiones que se derivarán, en un futuro próximo,
del avance de la desprotección social en el país.
Este análisis está circunscrito al ámbito urbano, y específicamente
a las principales ciudades del país: La Paz, Cochabamba, Santa
Cruz y El Alto, en las que vive el 80% de la población de las ciuda-
des capitales de departamento. Hace referencia a un sólo momen-
to, el año 2010; pese a ello, se ha buscado retratar los procesos
estructurales que marcan la vida laboral de los adultos mayores y
las formas en las cuáles se proyectan en la vejez, en comparación
con otros grupos de edad y en el contexto más amplio del funcio-
namiento del mercado de trabajo en las últimas décadas.
Luego de una breve referencia conceptual que sirve para abordar
el tema y de la descripción a grandes rasgos del contexto demográ-
fico y laboral, el documento presenta en forma integral y detallada
la situación laboral de los adultos mayores, buscando responder a,
entre otras, las siguientes preguntas: ¿Cuál es la importancia de
su participación en la actividad económica y cuáles son las princi-
pales determinaciones de ésta? ¿Cómo ha evolucionado con el
tiempo en comparación con la de las personas de otros grupos de
edades? ¿Cuál es el nivel de desempleo? ¿Cuáles son las formas
de incorporación en el mundo del trabajo? ¿Cuáles son las condi-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 7


ciones laborales y cómo afectan a la calidad de vida de este seg-
mento poblacional? Además del trabajo mercantil de los adultos
mayores, ¿cuál es el rol de éstos en el trabajo doméstico no remu-
nerado y su aporte a la reproducción de la fuerza de trabajo fami-
liar? ¿Cuál es el papel del trabajo –remunerado y no remunerado–
para enfrentar la pobreza en la tercera edad?
Para responder a estas preguntas se ha recurrido a técnicas cuan-
titativas y cualitativas. La fuente principal de datos estadísticos es
la Encuesta Urbana de Empleo (ECEDLA), realizada por el Centro
de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario entre junio y julio
de 2010 en las ciudades del eje (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz
y El Alto), complementada con información que proviene de las
encuestas de hogares del INE, para el análisis de algunas tenden-
cias. Los márgenes de error para el subconjunto de personas adul-
tas mayores en la muestra son o es de ±8.
Adicionalmente, se realizaron 16 entrevistas en profundidad para
conocer las trayectorias laborales y la opinión de los adultos mayo-
res sobre el trabajo en la vejez, así como la forma que adoptan los
arreglos familiares y las relaciones de solidaridad y reciprocidad
inter-generacionales, los cuales sirven para asegurar el bienestar
de las personas mayores y, en general, la reproducción material y
social de la fuerza de trabajo.
Esperamos que este nuevo aporte de HelpAge y CEDLA contribu-
ya a impulsar un amplio debate sobre este tema, de particular rele-
vancia para el bienestar actual y futuro de los trabajadores; a su
incorporación en la agenda pública y a su consideración como una
cuestión prioritaria para las políticas públicas.

8 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


1. Envejecimiento y trabajo
Este documento tiene un enfoque conoci- heterogéneos, diferenciados por su posi-
do como “economía política de la vejez”, ción socioeconómica, de clase o sexual.
cuya tesis central plantea que la vejez es Para estudiar esta heterogeneidad se ne-
más una construcción social que un fenó- cesita analizar la participación de este
meno psico-biológico y, por tanto, son los grupo etario en la actividad económica,
condicionantes sociales, económicos y sus formas de inserción laboral, los in-
políticos los que determinan y conforman gresos que genera y las condiciones ge-
la vida de las personas mayores (Rodrí- nerales en las que trabaja, así como la
guez, 1995). La vejez, como una condición relación que hay entre su permanencia en
socialmente construida, presenta rasgos el mundo laboral y su acceso al sistema
específicos según la división del trabajo y previsional.
la estructura de desigualdad existente en
Por otra parte, dado que la mayoría de los
diferentes momentos históricos de la so-
adultos mayores vive en hogares com-
ciedad (Araníbar, 2001); en esta perspecti-
puestos (multi-generacionales), cuando
va, “la vejez no será sino lo que quiera que
éstos no aportan ingresos –y aún cuando
sea la sociedad que la crea” (Pérez Ortiz,
lo hacen–, una parte de las tareas domésti-
1997, p. 97).
cas y las funciones de cuidado recae sobre
Para este enfoque, los factores estructura- ellos, en particular si son mujeres.
les –como la clase social, el género, la et-
Esta forma de trabajo no responde a una
nia o la generación– determinan las carac-
lógica mercantil, pero asegura la subsis-
terísticas sociales e históricas de las
tencia propia y, generalmente, la de otros
personas que integran cada grupo de eda-
miembros de la familia. Además, puesto
des. De este modo, puede considerarse las
que, asignándoles la responsabilidad del
características comunes de los adultos
trabajo doméstico, se pone a las mujeres
mayores y cualquier otro grupo de edad,
en un lugar económico subordinado, es
así como sus especificidades propias (Pé-
imprescindible visibilizar su contribución
rez Ortiz, 1997).
a la reproducción de la fuerza de trabajo y,
La opción de colocar en primer plano la por tanto, a la acumulación de capital,
dimensión estructural –y por tanto políti- también en la tercera edad.
ca– del tema, no significa dejar de lado
Además de indagar sobre el papel de los
las manifestaciones concretas del enveje-
adultos mayores en la generación activa de
cimiento en las personas de distintos
ingresos laborales, es pertinente conside-
grupos sociales, y a sus posibles cambios
rar los otros recursos de los que disponen
en el tiempo; también se estudia las for-
para cubrir sus gastos de subsistencia, ta-
mas individuales o colectivas en las que
les como jubilaciones o rentas de vejez,
los adultos mayores enfrentan a los facto-
pensiones no contributivas y otros ingre-
res estructurales que determinan su cali-
sos no laborales (transferencias, remesas,
dad de vida.
alquileres, etc.) También hay que examinar
Como en la juventud, en la tercera edad los roles que cumplen dentro de las redes
las personas conforman grupos sociales familiares, para cuestionar la imagen am-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 11


pliamente difundida que los pinta como remunerado, siguen teniendo un papel
económicamente dependientes. central en el bienestar o en la vulnerabili-
dad de las personas mayores. Este papel
La hipótesis que aquí se plantea es que,
puede ser atenuado por los arreglos fami-
con un sistema previsional de limitada co-
liares basados en la solidaridad y recipro-
bertura, los ingresos que provienen del
cidad, los cuales aseguran la reproducción
trabajo, así como el trabajo doméstico no
material y social de la fuerza de trabajo.

12 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


2. Contexto demográfico
y laboral
2.1. Características socio- Las mujeres tienen mayores probabilida-
des de llegar a las edades más avanzadas.
demográficas de los adultos
En el proceso de envejecimiento, el índice
mayores de masculinidad se reduce progresiva-
mente, hasta llegar, a partir de los 60 años,
a 76,4 hombres por cada 100 mujeres. En
El envejecimiento de la población es uno de
un elevado porcentaje, tanto los hombres
los fenómenos demográficos más impor-
como las mujeres forman parte de hogares
tantes de la época; según la CEPAL, el nivel
nucleares con hijos u “hogares compues-
de envejecimiento que Europa logró en dos
tos” (multi-generacionales), y la jefatura
siglos lo alcanzará América Latina en ape-
recae generalmente sobre los adultos ma-
nas cincuenta años, a causa del cambio
yores; en primer lugar en los hombres –in-
acelerado de su fecundidad y mortalidad
dependientemente de su rol económico en
(CEPAL, 2001). Esta tendencia también se
el hogar– y, en caso de ausencia, en las
presenta en Bolivia, donde las personas de
mujeres, lo que ocurre con frecuencia a los
60 años aumentan a un ritmo mayor que la
70 años o más. Este hecho indica la repro-
población en su conjunto. Comparado con
ducción cultural de las redes familiares de
el de otros países de América Latina, este
apoyo a los adultos mayores, y viceversa,
crecimiento es relativamente pausado, lo
lo que en buena parte explica la subsisten-
que lleva a considerar al país como uno de
cia de las familias.
envejecimiento demográfico moderado
(Bertranou, 2006, p. 15). El censo de 2001 Por último, la información disponible indi-
señala que este año los adultos mayores re- ca que se trata de una población con bajos
presentaban el 7% de la población; se esti- niveles de escolaridad promedio (5,5
ma que su peso aumentará a 8,9% en 2025 años), menos de la mitad del promedio ge-
y a 16,4% en 2050 (CELADE, 2002). neral; esto indica que tuvo un acceso me-
nor al sistema educativo que las nuevas
En 2010, en las ciudades del eje (La Paz-
generaciones. La discriminación a las mu-
El Alto, Cochabamba y Santa Cruz), los
jeres se traduce en una brecha de 1,4 años
adultos mayores formaban el 7,5% de la
de estudio entre el máximo nivel logrado
población,1 el 6,8% de los hombres y el
por ellas y el alcanzado por los hombres.
8,1% de las mujeres. La población de las
Está apenas por encima de la del conjunto
edades de transición a la vejez (45-59
de la población y la de las edades en tran-
años) es notablemente más elevada:
sición, lo que indica que las concepciones
13,6%. Esto indica que necesariamente
asociadas con el género siguen actuando
habrá un aumento de la proporción de
igual que en tiempos pasados, tanto cuan-
personas de 60 años y más en un plazo
do se trata de educación, como, lo veremos
relativamente corto.2
luego, de trabajo (cuadro 1).

1 Estimaciones de la ECEDLA 2010, sobre la base de las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística.

2 Una reciente publicación del INE señala un descenso (respecto a 2001) de la población de 60 años o más en las proyecciones
realizadas para 2009; se necesita revisar estas estimaciones para conocer la verdadera magnitud de este grupo de la
población ( INE, 2009).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 15


Cuadro 1
Ciudades del eje: Indicadores socio-demográficos de la población y de las personas
adultas mayores (PAM) por sexo (%), 2010

Grupos edad Total Hombre Mujer IM(H/M)

TOTAL 100 100 100 0,91

menos 45 79,0 80,0 78,0 0,93

45-49 56 5,5 5,7 0,87

50-59 8,0 7,7 8,2 0,86

60-69 4,5 4,2 4,8 0,80

70 y más 3,0 2,6 3,4 0,71

Transicion a PAM 13,6 13,2 13,9 0,86

PAM 7,5 6,8 8,1 0,76

Jefatura Hogar 24,9 43,6 7,9 5,1

Transicion a PAM 53,2 93,0 18,4 4,3

PAM 55,3 89,5 29,4 2,3

Años estudio prom. 11,5 12,4 11,2 1,1

Transicion a PAM 9,3 11,0 8,5 1,3

PAM 5,5 7,0 5,0 1,4


IM= Índice de maculinidad

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

2.2. Situación del mercado de 70% de los hogares (CEPAL, 2000); al mis-
mo tiempo, la vulnerabilidad de éste lo con-
trabajo urbano vierte en la principal fuente de incertidum-
bre para la población.
Los estudios realizados en diferentes paí- Desde 2004, Bolivia ingresó a un nuevo ci-
ses de la región y en Bolivia muestran que clo de recuperación del crecimiento econó-
el trabajo en cualquiera de sus formas es la mico (en promedio un 4% anual), asentado
principal fuente de ingresos para más del básicamente en la dinámica de las activida-

16 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


des primario-exportadoras (hidrocarburos, ta más a los jóvenes con mayores niveles
minería) y la producción agroindustrial.3 educativos y, en particular, a las mujeres.
Esta nueva fase de expansión del producto También a los grupos socioeconómicos
no estuvo acompañada de una ampliación, más desfavorecidos de la sociedad, lo que
diversificación o mejora de la capacidad agrava su empobrecimiento.
productiva, que pudiera impulsar la de-
En estos años también continuó creciendo
manda de empleo y mejorar la calidad de
el subempleo –por insuficiencia de horas
los puestos de trabajo. En 2010, el 63% de
trabajadas o de ingresos–, un fenómeno re-
la fuerza laboral urbana todavía se desem-
forzado por la continuidad de las políticas y
peñaba en un puesto de trabajo no califica-
prácticas de flexibilidad laboral. En 2010,
do, lo que muestra el atraso tecnológico de
cerca del 15% de los ocupados trabajaba a
la base productiva.
tiempo parcial y el 60% percibía ingresos
Todo esto significa que, en ausencia de po- inferiores al costo de la Canasta Normativa
líticas públicas y decisiones empresariales Alimentaria;4 el trabajo temporal llegaba a
a favor de la inversión y la producción con 48% y se habían ampliado otras modalida-
mayor valor agregado, en este tiempo se des de contratación sin derechos laborales
profundizaron las trabas estructurales que (subcontratación y trabajo a domicilio). Los
impiden elevar la productividad y generar salarios bajos5 y la mayor incertidumbre en
más y mejores empleos. Por esto Bolivia si- el empleo habían afectado drásticamente la
gue sufriendo de elevados niveles de des- capacidad de consumo de la mayor parte
empleo, subempleo y precariedad laboral, y de los hogares y, por esa vía, causaron un
esto afecta las condiciones de vida de gran fuerte deterioro de los ingresos medios y
parte de los trabajadores de las ciudades y otras condiciones laborales de los trabaja-
el campo. dores independientes.
En las ciudades del eje, el desempleo abier- En este contexto, se consolidó una estructu-
to en 2010 fue de 8,8% –7,9% entre los ra ocupacional fuertemente asentada (65%)
hombres y 9,9% entre las mujeres–, una ci- en las actividades terciarias: comercio y ser-
fra cercana a la observada durante el ciclo vicios tradicionales (educación, salud, fi-
económico recesivo de los primeros años nanzas y servicios personales diversos), y
de la década. La composición del desem- en el llamado sector informal urbano, que
pleo y su prolongada duración expresan las ocupa al 63% de los trabajadores (39% en el
enormes dificultades que tienen los cesan- sector familiar y 24% en el sector semi-em-
tes y las personas que buscan entrar por presarial). Mientras tanto, la participación
primera vez en la actividad económica para en el empleo de los sectores empresarial
acceder a un empleo acorde con sus califi- (24%) y estatal (9,8%) no despegó, aunque
caciones y experiencia. El desempleo afec- registrara algunas variaciones anuales.6

3 Entre 1999 y 2003 la economía boliviana tuvo un crecimiento bajo e inestable por efecto de factores internos y externos
vinculados con la caída de la demanda agregada y el impacto de la crisis internacional desencadenada en 1998; al respecto
puede consultarse a Escóbar, 2003: pp 225-229 y Escóbar, 2009: pp 3-11

4 Comprende los alimentos que permiten satisfacer las necesidades energéticas y de nutrientes a una familia tipo (de 5
miembros). Representa el 39% del valor de la Canasta Básica Familiar.

5 El 2010 el salario mínimo y el salario promedio en Bolivia eran los más bajos entre 10 países de la región (CEDLA, 2010).

6 Considerando como criterios de segmentación a la propiedad de los medios de producción, la disociación entre trabajo y
capital y la existencia o no de relaciones salariales, se identifican al menos cuatro formas organizativas en el aparato

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 17


Por tanto, en 2010 la precarización de las bajo responde a una lógica de acumulación
condiciones laborales (índice de precarie- de capital, asentada en la sobreexplotación
dad laboral)7 se había generalizado a to- directa e indirecta de la fuerza de trabajo, y
dos los sectores del mercado de trabajo, y se sintetiza en la distribución desigual del
afectaba tanto a los hombres como a las ingreso generado en la producción: la parte
mujeres, aunque reproduciendo, en el del ingreso que queda en manos de los tra-
“fondo del pozo”, las brechas estructura- bajadores se redujo desde inicios de la déca-
les de género. Solamente el 17,6% de los da, cuando fue de 35%, hasta 24% en 2008,
ocupados en las ciudades del eje tenía un mientras el excedente o ganancia de la que
trabajo estable, adecuadamente remunera- se apropian los capitalistas se elevó del 49%
do8 y socialmente protegido (cobertura al 55% (INE, 2009). Éste es un resultado de
previsional), el 34,3% tenía un trabajo pre- la correlación de fuerzas, adversa a los tra-
cario moderado (déficit en alguna de las bajadores, a causa del debilitamiento de las
condiciones) y un abrumador 48,1% tenía organizaciones sindicales, el aumento de la
un trabajo precario extremo (déficit en las oferta de fuerza de trabajo y la orientación
tres condiciones). Con el avance de la pre- de las políticas públicas en contra del ejerci-
cariedad laboral en el sector empresarial, cio de los derechos laborales.
e incluso en el sector estatal, era imposi-
Por supuesto, la vulnerabilidad social del
ble asociar trabajos de calidad con el sec-
mundo del trabajo se manifiesta en un ma-
tor formal y trabajos precarios con el sec-
yor empobrecimiento de la población, lo
tor informal (Escóbar, 2009).
que obliga a los adultos mayores a trabajar
Lo que interesa destacar, sin embargo, es hasta edades avanzadas para garantizar su
que la pérdida creciente de la calidad del tra- subsistencia individual y familiar.

productivo y el mercado de trabajo: estatal, empresarial, semi-empresarial y familiar. Por sus características tecnológicas y de
organización del trabajo, los sectores estatal y empresarial pueden asimilarse a la noción “sector moderno o formal”; en tanto
que, por los mismos factores, las formas semi-empresariales (en las que no existe disociación entre propietarios del capital y
del trabajo, es decir, el titular es también un trabajador directo) y el sector familiar que no tiene relaciones salariales (cuenta
propistas que trabajan solos o con apoyo de otros miembros del hogar), pueden asimilarse al llamado “sector informal”. Las
actividades de servicio doméstico que se realizan en hogares ajenos son consideradas como un segmento específico del
mercado de trabajo (Escóbar, 2003).

7 Este índice ha sido construido por los investigadores del CEDLA a partir de tres variables que remiten a las condiciones de
trabajo: estabilidad laboral, salarios e ingresos con referencia al costo de la Canasta Básica Familiar (CBF) y, cobertura de las
prestaciones de seguridad social. Se considera trabajo precario cuando existe déficit en alguna de estas condiciones (trabajo a
plazo fijo, ingresos por debajo del 50% de la CBF o falta de aportes al sistema previsional); trabajo precario extremo cuando el
déficit se presenta en todas las condiciones; trabajo no precario cuando no existe déficit en estos criterios o condiciones.
Cuando se trata de trabajadores independientes se considera solamente las dos últimas variables. Al respecto puede verse
Escóbar, 2009: pp. 75.

8 En la construcción del índice de precariedad laboral se considera como parámetro la suficiencia de los ingresos para cubrir el
costo de reproducción del trabajador y su familia. Suponiendo un promedio de dos perceptores de ingreso por hogar, se asume
que cada trabajador debería aportar al menos un monto monetario equivalente al 50% del costo de la canasta familiar básica.

18 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


3. Los adultos mayores frente
a la actividad económica
3.1. Participación en la alentados– esta evolución refleja los efec-
tos de la migración transnacional masiva
actividad económica
que tuvo lugar desde comienzos de la déca-
da. Se estima que, sólo entre 2002 y 2007,
En los últimos diez años, la tasa global de cerca de 600.000 personas se fueron del
participación en la actividad económica9 de país, ocasionando la disminución de la po-
las ciudades capitales del país ha seguido blación activa. Aunque en un menor
una tendencia declinante, hasta situarse en volumen,10 estos flujos continúan hasta
56,7% en 2010. Este comportamiento fue ahora (CEDLA, 2009) (gráfico 1).
similar entre los hombres y las mujeres, Luego de esta aproximación al contexto
con algunas diferencias no significativas. económico y laboral urbano, en lo que si-
Además de factores estructurales que cau- gue el análisis se centrará en los adultos
san una baja generación de empleo y el au- mayores. Debido a la falta de información
mento de la inactividad en ciertos grupos oficial actualizada sobre los principales
de la fuerza laboral –jóvenes y mujeres des- indicadores laborales por grupos de eda-

Gráfico 1
Ciudades capitales: Tasa de participación por sexo (%), 2001 - 2010
80

70

60

50

40

30
Hombres
20
Mujeres
10
Total
0
2001 2007 2010
Fuente: INE, 2001, 2007, 2010. Elaboración propia

9 La tasa global de participación se define como la relación porcentual entre la población económicamente activa (ocupados y
desocupados) y la población en edad de trabajar (10 años y más). La población ocupada incluye a las personas que realizaron
cualquier actividad económica para generar un ingreso personal o familiar en la semana de referencia; la población
desocupada comprende a las personas que no trabajaron, estaban disponibles y buscaron activamente una ocupación durante
las cuatro semanas anteriores a la encuesta.

10 A causa de la crisis internacional, desde 2008 algunos países (España, Estados Unidos) restringieron el ingreso de migrantes,
pero éstos se orientaron nuevamente hacia los países limítrofes (Brasil, Argentina). Lo que se pierde con la migración es sobre
todo población con experiencia laboral previa, y no así población inactiva; de allí su impacto en la declinación de la tasa de
participación laboral.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 21


des en el conjunto de las ciudades capita- Lo dicho no significa desconocer a las per-
les, solamente hablaremos de las ciuda- sonas que optan por permanecer activas
des del eje .11 mientras sus capacidades lo permiten, por
la importancia que tiene el trabajo como
En general, los estudios realizados en va-
fuente de identidad, participación social y
rios países de América Latina muestran
bienestar personal y familiar.
que a menor grado de desarrollo relativo,
mayor es la participación laboral de las per- La concurrencia de estos factores determi-
sonas de edad avanzada, una situación que na una larga permanencia de los adultos
está estrechamente asociada con la escasa mayores en la actividad económica, que
cobertura de la previsión social que carac- además aumenta en el tiempo. En 2001, la
teriza a las sociedades menos desarrolla- tasa de participación (TP) de los adultos
das (CEPAL/CELADE, 2003). mayores en las ciudades del eje era de
38,4%, y en 2010 ésta se elevó hasta 44%,
En Bolivia, la protección de una pensión de
para ambos sexos. Este año, más de la mi-
jubilación alcanza solamente al 20% de la
tad de los hombres y un tercio de las muje-
población de 60 y más años; en las ciuda-
res de 60 y más años permanecía en el
des del eje este porcentaje llega al 27%. De
mundo del trabajo.
las personas beneficiadas, solamente una
de cada cinco es mujer.12 Los indicadores de América Latina y el Ca-
ribe de 2003 sugieren que, de mantenerse
A la falta de previsión social se suman los
hasta hoy la tendencia observada hasta
bajos montos de las prestaciones socia-
este año, la TP de los adultos mayores en
les13 y las restricciones impuestas por la
Bolivia se encuentra por encima del prome-
privatización del sistema de pensiones, en
dio regional y de la región andina. De he-
1997, para el acceso a la jubilación antes
cho, a principios de la década, el país ya se
de los 65 años.14 Como resultado, las per-
ubicaba en el tercer lugar, con la TP más
sonas mayores se ven obligadas a trabajar
alta de 12 países considerados, y en el se-
hasta edades avanzadas para subsistir.
gundo lugar de la región andina, después
Esta situación es similar en el campo y en
del Ecuador.15 Durante ese mismo período,
las ciudades.
la TP de las personas en las edades previas

11 La información para 2010 proviene de la encuesta urbana de empleo realizada por CEDLA en julio de este año. Para comparar
con otros años, la variable condición de actividad ha sido estimada siguiendo la definición de las encuestas de hogares del INE.

12 En 2009 había sólo 151.000 jubilados titulares en el sistema de reparto y el nuevo sistema (seguro social obligatorio)
(Autoridad de Pensiones, 2010).

13 En 2007, el 80% de los jubilados reportaba una pensión inferior al costo de una canasta alimenticia para 4,3 personas, en
promedio, de 1.290 Bs (160 dólares).

14 La reforma del sistema de pensiones significó el tránsito de un sistema de reparto a un sistema privado de capitalización
individual; amplió la edad de jubilación de los 55 años (hombres) y 50 años (mujeres) a los 65 años para todos y eliminó el
principio de solidaridad, haciendo depender la jubilación exclusivamente de los magros aportes que podían hacer las
personas a lo largo de su vida activa. Bajo el nuevo sistema solamente las personas con mayores ingresos laborales pudieron
acceder a la jubilación antes de la edad fijada.

15 Al respecto puede consultarse el estudio Envejecimiento, empleo y protección social en América Latina, coordinado por
Fabio Bertranou (2006). Los indicadores presentados no incluyen a Bolivia; sin embargo, su comparación con los datos que
provienen de las estadísticas oficiales del país (también basadas en las encuestas de hogares MECOVI) permiten arribar a la
conclusión señalada. Considerando solamente a la población urbana, la posición de Bolivia entre los países con una elevada
TP de los adultos mayores se mantiene (OISS, 2008).

22 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


(25-59) apenas se modificaron para los compensación”, por el cual los adultos ma-
hombres y comenzaron a disminuir para yores cubren la menor concurrencia o el
las mujeres; además hubo una significativa retiro de los jóvenes de ambos sexos de la
caída de la participación de los jóvenes en actividad económica. En el contexto so-
el mercado laboral. cioeconómico actual, el desempleo condu-
ce a los jóvenes al desaliento y la inactivi-
Como es normal, a medida que avanza la
dad, por lo que los adultos mayores deben
edad la TP va perdiendo importancia. Sin
seguir trabajando, dada la urgencia de con-
embargo, se está produciendo un “efecto
tribuir a la subsistencia familiar (gráfico 2).

Gráfico 2
Ciudades del eje: Tasa de participación por edad y sexo (%), 2001
100

80

60

40

Hombres
20
Mujeres

Total
0
Total Menos de 25 25 a 44 45 a 59 60 y más

Ciudades del eje: Tasa de participación por edad y sexo (%), 2010
100

80

60

40

20 Hombres

Mujeres
0
Total Menos de 25 25 a 44 45 a 59 60 y más Total
Fuente: INE 2001; ECEDLA, 2010. Elaboración propia

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 23


Es importante tener en cuenta que la TP de los que lograron ciertos ahorros para reali-
los adultos mayores presenta una disminu- zar alguna actividad por cuenta propia.
ción a partir de los 70 años, cuando la ma- Por lo general son personas que han teni-
yoría pasa a la inactividad debido al au- do un trabajo relativamente estable como
mento en los problemas de salud y sobre empleados en los sectores público y priva-
todo por la restricción de las oportunidades do, en tareas que suponían un menor des-
de trabajo. Comienza entonces una etapa gaste físico, y tuvieron acceso a los bene-
de transición, en la que se producen diver- ficios de la seguridad social de corto plazo
sas situaciones de dependencia del núcleo (salud).
familiar, puesto que el país no cuenta con
En cambio, los que pertenecen a hogares
jubilación universal.
de nivel socioeconómico muy bajo, medio y
Otro factor determinante para la concurren- medio alto tienen menores TP; los primeros
cia de los adultos mayores a la actividad debido a su menor grado de escolaridad y
económica es el nivel socioeconómico de la falta de recursos para trabajar por su
sus hogares.16 A mayor nivel socioeconómi- cuenta, lo que repercute en la pobreza de
co, la probabilidad de que las personas si- sus hogares. Los segundos, por su mayor
gan trabajando es más alta, ya sea por su acceso a una pensión jubilatoria o, al me-
mayor nivel educativo, la estabilidad de su nos, a un cierto apoyo familiar que les per-
trayectoria laboral o por su mayor disponi- mite permanecer inactivos.
bilidad de recursos para desarrollar activi-
Entre las mujeres el comportamiento es el
dades por su cuenta. La TP de las personas
inverso. A menor nivel socioeconómico,
con referencia a las que pertenecen al es-
mayor es su participación en la actividad
trato alto ilustra este comportamiento, con
económica, lo que se facilita por su inser-
marcadas diferencias de sexo (gráfico 3).
ción predominante en el sector informal,
Entonces, las tasas más altas se encuen- donde permanecen hasta que su salud las
tran entre los hombres que pertenecen al obliga a retirarse. Esto mismo ocurre en los
nivel socioeconómico alto –seguramente estratos medios. Mientras tanto, las muje-
los más calificados, con trayectorias labo- res de los niveles socioeconómicos altos
rales estables que se prolongan hasta la pueden optar con mayor facilidad por la in-
vejez y para quienes el trabajo es una op- actividad, porque cuentan con ingresos
ción más que una necesidad– y, entre los que provienen de su jubilación o del trabajo
de nivel bajo, unos pocos prejubilados y de los demás miembros de sus hogares.

16 Este indicador está definido a partir de los quintiles de ingreso per cápita del hogar.

24 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 3
Ciudades del eje: TP de los adultos mayores según nivel socioeconómico1/,2010. Ni-
vel alto=1
1,4

1,2

0,8

0,6

0,4 Hombres

0,2 Mujeres

Total
0
Muy bajo Bajo Medio Medio alto Alto
1/ Quintiles de ingreso per cápita del hogar. Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Trabajar hasta que llegue la muerte


Juan, 60 años, casado.

Tengo 60 años. Yo he hecho de todo en la son auríferas, y en estas minas auríferas


vida, he sido albañil, agricultor, minero y no hay ingresos grandes, todas son pe-
después artesano. Yo he nacido en los queñas, son cooperativas; algún empre-
corrales de los corderos; desde niño he sario privado se anima a invertir, pero la
trabajado en el campo. Ya de joven traba- mayor parte son pequeñas.
jé en la albañilería hasta que una vez,
Yo he trabajado bastante tiempo en todo
como mi maestro era contratista, hemos
hice. Ahora eso queda como historia, al-
ido a realizar algunas construcciones en
gún día (les) contaré sobre mi vida. Ac-
un centro minero. Una empresa nos con-
tualmente trabajo como confeccionista,
trataba, pero no nos aseguraba. En esa
tengo mi pequeño taller. Es mi único me-
empresa minera yo trabajé de albañil
dio de trabajo desde hace muchos años;
unos 14 a 15 años. Allí también algo tra-
ahora me gusta, antes no. Pero por la ne-
bajé en la mina.
cesidad hay que laburar. Yo he aprendido
En las minas grandes no más son asegu- de otro artesano y las personas artesa-
rados. La mayor parte de las minas son nas trabajan hasta su muerte, hasta que
pequeñas y ésas no conocen los contra- ya no pueden moverse; ésa es la vida de
tos, los seguros. Hay minas, incluso coo- un artesano.
perativas, donde uno muere como perro,
No es un trabajo difícil pero es duro. Hay
sin atención, no hay seguro. Las minas
jovencitos que quieren aprender y les
del sur, de estaño y de oro, son diferentes
resulta difícil; se aburren porque no se
a las minas de La Paz: acá la mayor parte

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 25


gana. Van a institutos, y salen de ahí y cosa lejana, no existe. Ésta es la vida de
no saben nada. un independiente, y creo que la mayor
parte trabaja así.
Este trabajo no tiene horario; cerca a las
fiestas tenemos que amanecernos para A esta edad creo que se trabaja más,
entregar el trabajo: en esas épocas has- aunque no se produce en la medida que
ta hay que comprarse pastillitas para no produce un joven, porque no trabajar es
dormir. como otra enfermedad. ¿Se da cuenta?
En la forma en la que he aprendido a vi-
Lo que se gana no alcanza, apenas para lo
vir, yo tendría que trabajar siempre has-
primordial. No queda otra, pues si no tra-
ta que me llegue la muerte, en cualquier
bajamos no hay plata para vivir, porque
momento. Yo sé que mis hijos son bue-
mientras más mayor eres, más es el gasto.
nos, pero yo no les pido, porque quién
Para nosotros que hemos vivido de las sabe en qué condiciones vivirán ellos
artesanías, hablar de jubilación es una también.

3.2. Desempleo e inactividad verdadera magnitud del desempleo feme-


nino en todas las edades; no obstante, se
de los adultos mayores
observa que las mujeres adultas mayores,
igual que los hombres, presentan TD más
La participación de los adultos mayores en elevadas en comparación con el grupo de
la actividad económica no siempre se tra- 45 a 49 años (gráfico 4).17 Esto parece un
duce en ocupación efectiva, sino también indicio de discriminación en el mercado
en desempleo abierto (TD). En 2010 la laboral a medida que aumenta la edad, en
tasa de desempleo de este grupo llegaba al un contexto en el que las oportunidades
5,4%, por debajo de la tasa global y era de empleo para la fuerza laboral más joven
más alta entre los hombres (6,1%), por la son más limitadas.
mayor propensión de éstos a trabajar En 2010, solamente en las ciudades del
como asalariados. eje, los adultos mayores que buscaban ac-
Entre las mujeres, a la dificultad por en- tivamente un trabajo llegaron a ser 6.873
contrar un empleo asalariado le sigue ge- personas; de ellos, 4.919 eran hombres y
neralmente la inactividad, lo que oculta la 1.954, mujeres.

17 La tasa de desempleo ha sido calculada en base a la ECEDLA 2010, siguiendo las definiciones del INE para mantener la
coherencia en el manejo de los indicadores de condición de actividad.

26 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 4
Ciudades del eje: Tasa de desempleo por edad y sexo (%), 2010
16

14

12

10

6
Hombres
4
Mujeres
2
Total
0
Total Menos de 25 25 a 44 45 a 59 60 y más
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Trayectorias laborales discontinuas:


desempleo e inactividad forzosa
Clementina, 60 años, viuda.

Antes las mamás no nos dejaban estu- otro trabajo: tejía chompas, varias cosas
diar; sólo hasta primero de primaria, hacía. Ahora ya no trabajo, deben ser
nada más, y eso que uno entraba grande casi unos 10 años, desde que tenía 50
a la escuela. Ahora entran de cinco años, años, porque mi esposo estaba enfermo
antes uno tenía que tener nueve o 10 y necesitaba que lo cuide. Dejé de traba-
años. Por eso desde chica he trabajado jar por cuidarlo a él.
de todo, a veces por mi cuenta, otras ve-
Después que murió mi esposo quise vol-
ces me empleaba también.
ver a trabajar, y mucho, pero nos recha-
Primero atendía a pensionistas; cuando zan por la edad, dicen por ejemplo que
dejé de atender a los pensionistas he tra- hasta las manos se ponen mal, no se
bajado en escoger café; después hacía puede hacer las cosas rápido; por eso ya
terminados de chompas de alpaca en no nos contratan. La verdad es que prác-
una fábrica que sigue actualmente fun- ticamente ya no se trabaja con ese entu-
cionando, yo sacaba a domicilio las siasmo, estamos cansados, ahora ya no
chompas para el terminado; en eso he puedo trabajar como antes. Una le podría
trabajado bastante tiempo, me pagaban dedicar unas siete u ocho horas (al traba-
por prenda pero no estaba asegurada. jo), haciendo un esfuerzo, pero otros no
Cuando todavía vivía mi esposo, también quieren también así; te hacen pasar una
le ayudaba a trabajar o hacía cualquier o dos horas (del horario) y eso es mucho.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 27


Por ahora estoy cuidando a mis nietos, buscado dónde emplearme. Por lo menos
pero ya están grandes y me necesitan conseguir un puestito donde pueda ven-
menos. Me gustaría cuidar niños, o algo der caramelos, algo para vender, creo
que sea fácil; puedo trabajar los cinco que eso es lo único que haría... pero son
días, pero menos horas, pero ya no he sólo mis deseos.

Los motivos de las personas que permane- res: i) del acceso a la jubilación o renta de
cen fuera de la actividad económica son vejez, puesto que el porcentaje de personas
diferentes entre hombres y mujeres. Los que trabajan o buscan trabajo estando jubi-
hombres señalan que no buscan trabajo lados no supera al 5%, y ii) de la existencia
por contar con una jubilación, por enfer- de redes familiares que permiten transferir
medad o pérdida de fuerzas o capacida- o compartir los escasos recursos disponi-
des, y porque consideran difícil encontrar- bles, ya sea porque viven en pareja, con o
lo. En cambio, las mujeres atribuyen la sin los hijos, o porque pueden integrarse a
inactividad principalmente a responsabili- los hogares de los hijos; únicamente un re-
dades en la esfera del trabajo doméstico; ducido porcentaje vive en soledad.
luego, a la salud o pérdida de capacida-
Sin embargo, se encuentran evidencias de
des, y a la discriminación en el acceso a
que los adultos mayores que se allegan a
empleos asalariados; pocas se refieren al
sus hijos no necesariamente pasan a de-
hecho de contar con una jubilación. Estas
pender económicamente de ellos: sus in-
diferencias sugieren que la división sexual
gresos por jubilación y/o su aporte al traba-
del trabajo y los roles de género que en el
jo doméstico no remunerado suelen ser una
pasado limitaron las trayectorias laborales
importante contribución al sostenimiento
de las mujeres no se modifican con la
de la familia.
edad, por cuanto son las mujeres las que,
aún en edades avanzadas, realizan las ta- Así se observa, por ejemplo, que los inacti-
reas domésticas, que facilitan la salida de vos mayores de 70 años que viven con otros
otros miembros del hogar al mercado labo- miembros de su familia han accedido en
ral. mayor porcentaje que los menores de esa
edad a una pensión jubilatoria, y cuentan
La posibilidad de que las personas mayo-
con un ingreso estable que contribuye a cu-
res no se vean obligadas a incorporarse a la
brir los gastos del hogar (cuadro 2).
actividad económica depende de dos facto-

28 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Cuadro 2
Ciudades del eje: Núcleo familiar de los adultos mayores por edad y sexo, 2010

Pareja Hijos Tamaño


Solo con
Edad y sexo Solos % con/sin con/sin familia
otros %
hijos % otros % prom.
Total 5,4 76,7 16,7 1,2 4,3

60 a 69 4,4 87,1 7,8 0,8 4,5

70 + 7,0 61,4 29,9 1,8 4,1

Hombres 6,5 84,7 8,4 0,4 4,3

60 a 69 5,0 90,4 4,2 0,5 4,4

70 + 8,9 75,6 15,1 0,4 4,2

Mujeres 4,6 70,7 23,0 1,7 4,7

60 a 69 3,9 84,4 10,7 1,0 4,9

70 + 5,6 51,2 40,5 2,7 3,9

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia

3.3. Fuentes de ingreso propios y sólo el 5,5% tiene ingresos mix-


tos (lo que significa que cuando las perso-
nas tienen jubilación o renta de vejez ya no
Una vez conocida la participación econó-
presionan sobre el mercado laboral).
mica de los adultos mayores es posible
establecer un cuadro de situación respec- Los hombres se encuentran en mejores
to a sus principales medios de vida. Para condiciones, pues pueden acceder a distin-
este propósito, se distingue entre los que tas fuentes de ingreso (87,5%), entre las
obtienen ingresos por jubilación o renta cuales el trabajo tiene un papel central; en
de vejez, por trabajo o por una combina- contraste, la mayor parte de las mujeres
ción de ambas fuentes (ingresos mixtos), y (52%) carece de ingresos. Las desigualda-
a los que no tienen un ingreso propio. des de género en el mercado de trabajo se
trasladan a la vejez, de lo que resulta una
Tenemos así que, en las ciudades del eje,
mayor vulnerabilidad social, dependencia
solo el 21,3% de los adultos mayores tiene
y pobreza de las mujeres. También en las
como principal fuente de ingresos una jubi-
edades de transición a la vejez (45 a 59
lación o renta de vejez, el 35,8% vive exclu-
años) ellas deben enfrentar mayores res-
sivamente de los ingresos que provienen de
tricciones, tanto inactividad como mayores
su trabajo, el 32,4% no cuenta con ingresos

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 29


Gráfico 5
Ciudades del eje: Fuentes de ingreso de los adultos mayores (%), 2010
100

80

60

40

20

0
Total 45 a 59 Hombres Mujeres Total 60 y más Hombres Mujeres

Sin ingresos Sólo trabajo Sólo jubilación Jubilación y trabajo

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

tasas de desempleo (gráfico 5). Sus inesta- políticas públicas y acciones estatales que
bles trayectorias laborales y su concentra- permitan que la vejez de los bolivianos
ción en actividades del sector informal a lo transcurra con independencia económica y
largo de su vida repercuten fuertemente en buena salud, asumiendo que la seguridad
esta etapa. social es un derecho universal y una res-
ponsabilidad colectiva.
Si bien un reducido porcentaje logra acce-
der a una pensión de vejez por derecho pro- Una reciente reforma de la ley de pensio-
pio o –gracias a que sus cónyuges tuvieron nes vigente desde 1997 (Ley del Seguro
mayor acceso a la seguridad social durante Social Obligatorio) incorporó la Renta
el período previo a las políticas de libre Dignidad, un beneficio universal no con-
mercado– como derecho habientes (14,2%), tributivo otorgado a las personas de 60
la baja cuantía de las prestaciones sociales años y más, que tiene un monto de 200 Bs
continúa siendo un importante factor de in- mensuales (no jubilados) o de 150 Bs (ju-
equidad para estas mujeres mayores. bilados). Asimismo, se creó el Seguro de
Salud para el Adulto Mayor que, con limi-
La situación de vulnerabilidad ante la po-
taciones derivadas de la insuficiencia de
breza de un importante porcentaje de los
financiamiento, viene cubriendo sus de-
adultos mayores no es una de las cuestio-
mandas de atención en los centros urba-
nes centrales de la agenda pública, lo que
nos. Ambas medidas son la base de parti-
amenaza con agravar problemas estructu-
da de una mejora en el ejercicio de los
rales que se originan en el mundo del tra-
derechos a la seguridad social.
bajo. De ahí que sea imperativo formular

30 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


4. Trabajo y condiciones
laborales
En este apartado se desarrolla el análisis asalariados y los independientes. Compar-
de las características ocupacionales de los ten esta característica con las personas que
adultos mayores y las condiciones en las se encuentran en el tramo de 50 y 59 años.
que desarrollan su actividad principal.
Esto quiere decir que una de las condicio-
En las ciudades del eje, el universo esti- nes que permite que las personas conti-
mado de los adultos mayores que se en- núen trabajando hasta edades avanzadas
contraba trabajando en 2010 era de 96.129 es haber logrado una cierta estabilidad en
personas, de las cuales 52.448 eran hom- el trabajo desde la etapa de transición a la
bres y 43.679, mujeres (ECEDLA, 2010); a vejez, lo que no significa desconocer que
pesar de su menor tasa de participación probablemente algunas personas que ya no
laboral, la proporción de mujeres entre los trabajaban e incluso que nunca trabajaron
ocupados es elevada (45%), lo que es con- –como por ejemplo las viudas– elevan la ci-
sistente con su mayor esperanza de vida fra total de personas mayores incorporadas
luego de los 60 años. Al parecer se trata de al mundo del trabajo.
personas que venían trabajando desde an-
Debe destacarse que las posibilidades de
tes, que lograron enfrentar la discrimina-
lograr esta condición (estabilidad laboral)
ción por motivos de edad y permanecieron
son cada vez más inciertas para la mayor
en empleos asalariados o, en su caso, de
parte de los trabajadores jóvenes. Esto es
personas que lograron una relativa de sos-
así porque en el tramo de 40 a 49 años gol-
tenibilidad en las actividades que realizan
pea muy fuertemente –en particular a los
por cuenta propia.
asalariados, hombres y mujeres– la inesta-
Esta hipótesis se verifica observando su bilidad en el trabajo, dadas las políticas y
tiempo de permanencia en su actual prácticas de libre contratación. Este hecho
trabajo,18 por encima o por debajo de los limitará su inserción laboral en edades
años de la mediana del universo investiga- mayores, en especial si no disponen de
do.19 Los hombres y las mujeres mayores ahorros y conocimientos que les permitan
registran una mediana de antigüedad de realizar alguna actividad por su cuenta
entre 12 y 10 años, y es similar entre los (gráfico 6).

18 Se refiere al tiempo continuo de permanencia en la ocupación actual, como un indicador de la estabilidad laboral.

19 Se utiliza la mediana en lugar del promedio para controlar los sesgos que provienen de los valores extremos.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 33


Gráfico 6
Ciudades del eje: Antigüedad en el empleo actual (Mediana/años), 2010
16

14

12

10

0
Total 10 a 19 años 20 a 29 años 30 a 39 años 40 a 49 años 50 a 59 años 60 y más

Hombres Mujeres Asalariados No asalariados

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

4.1. Formas de inserción laboral personales, sociales y financieros, trans-


porte público); las actividades secunda-
rias o productivas, como la industria ma-
Existen distintos indicadores de las formas nufacturera, la construcción, la industria
de inserción laboral de los trabajadores: en- eléctrica, de gas y agua, además de otras
tre éstos, la ocupación que tienen, la cate- con menor peso en el ámbito urbano (mi-
goría ocupacional o relación de producción nería, agricultura), explican el otro tercio.
a la que se hallan sujetos y, en estrecha re-
Por eso no resulta extraño que cerca del
lación con ésta última, el sector del merca-
70% de los adultos mayores se ocupe en
do de trabajo en el que actúan. En términos
actividades terciarias, el 42,6% en comer-
generales, los adultos mayores presentan
cio y el 27,1% en servicios personales di-
un perfil ocupacional terciario y poco califi-
versos y servicios sociales (educación y
cado, con un bajo grado de ocupación asa-
salud). En esta última actividad existe un
lariada; además están concentrados en el
grupo relativamente amplio de personas
llamado “sector informal” urbano.
que permanecen ocupadas, esperando una
mejoría de la calidad de las prestaciones
a) Perfil terciario sociales para jubilarse.20 Cuando esto ocu-
rra estos rubros registrarán una cantidad
Cerca de dos tercios del empleo en las
menor de adultos mayores, ya que las nue-
principales ciudades del país se da en ac-
vas generaciones podrán jubilarse más rá-
tividades terciarias (comercio, servicios
20 En la reciente reforma parcial del sistema de pensiones (2010), se ha incorporado la modalidad de pensión solidaria para
aumentar el monto de las jubilaciones bajas y estimular el retiro de las personas a partir de los 58 años. Esta pensión
solidaria está financiada por los fondos de previsión de riesgos, más un 0,5% adicional de aporte de los trabajadores y un
porcentaje patronal del 3% sobre la planilla, entre otros.

34 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 7
Ciudades del eje: Ocupados por actividad económica (%), 2010
50

40

30

20

10
45 a 59 años

60 y más
0
Industria Construcción Comercio Transporte Servicios Otras ramas
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

pidamente, con el auxilio de una renta soli- gran jubilarse a menor edad, los procesos
daria de reciente creación. de movilidad descendente causados por la
discriminación laboral, y el aumento de tra-
Resta un 30% de los adultos mayores, que
yectorias laborales precarias y disconti-
trabaja en manufactura, transporte y cons-
nuas (gráfico 7).
trucción (en este orden).
Los hombres tienen una inserción laboral
Esta estructura es distinta a la que presen-
relativamente diversificada: aunque tam-
tan los trabajadores en la etapa de transi-
bién se concentran en el sector terciario
ción a la vejez, cuando se distribuyen en
(54%), se encuentran en porcentajes ma-
porcentajes relativamente similares en ac-
yores en la manufactura, la construcción y
tividades productivas y terciarias. Por lo
el transporte, actividades que demandan
tanto, podemos inferir que a medida que
un mayor esfuerzo físico y el uso de las
avanza la edad se presenta una mayor con-
capacidades y experiencias previamente
centración en las actividades terciarias y,
adquiridas, sea como asalariados o como
dentro de éstas, en las menos calificadas
independientes. Entre las mujeres, en
(asociadas a condiciones de trabajo des-
cambio, las actividades terciarias predo-
ventajosas y en las que es necesario com-
minan mucho más (88,1%); principalmen-
petir con un gran número de ocupados de
te el comercio (61,9%), lo que se debe a la
todas las edades).
continuación de un trayecto laboral ante-
Esta configuración se explica por tres fac- rior y a que este sector presenta menores
tores: el retiro de las personas que habien- barreras de acceso a los nuevos ocupados
do tenido ocupaciones de mejor calidad lo- (gráfico 8).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 35


Gráfico 8
Ciudades del eje: Hombres ocupados por actividad económica (%), 2010
50

40

30

20

10
45 a 59 años

60 y más
0
Industria Construcción Comercio Transporte Servicios Otras ramas

Ciudades del eje: Mujeres ocupadas por actividad económica (%), 2010
50

40

30

20

10
45 a 59 años

60 y más
0
Industria Construcción Comercio Transporte Servicios Otras ramas
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

b) Predominio de ocupaciones no ción que desempeñaban en la etapa previa


calificadas a la vejez, pues su perfil laboral no se modi-
fica desde la etapa de transición; asimismo,
Las principales ocupaciones o tareas que
ratifica su concentración en las ocupacio-
realizan los adultos mayores proporciona
nes no manuales y manuales menos califi-
nuevas evidencias a la hipótesis de que
cadas (73%)21 (gráfico 9).
tienden a permanecer en la misma ocupa-

21 Se considera trabajadores no calificados a los ocupados en el comercio, los servicios personales diversos no profesionales ni
técnicos; y a los operarios no calificados de la industria y la construcción.

36 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 9
Ciudades del eje: Ocupados por grupos ocupacionales (%), 2010
40

35

30

25

20

15

10
45 a 59 años
5
60 y más
0
Directivos Prof. y Empleados Trab. serv. Trab. ind. y Trab. no
técnicos de oficina y comercio construcción calificados
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Este es otro rasgo estructural asociado a un y, en la edad adulta mayor, este porcentaje
desarrollo capitalista atrasado,22 cuya típi- se incrementa al 73%. Este perfil ocupacio-
ca demanda de trabajo es de puestos o ta- nal es similar entre hombres y mujeres,
reas de baja calificación. Los factores indi- aunque la proporción de éstas últimas en
viduales, como la edad o el nivel educativo trabajos no calificados llega al 77%.
alcanzado, solamente refuerzan esta forma
Entre las principales ocupaciones que rea-
de inserción ocupacional. En las ciudades
lizan los hombres y mujeres mayores se en-
del eje, cerca de dos tercios de los ocupa-
cuentran, en orden de importancia, las si-
dos pertenece a los estratos no calificados
guientes:

Ocupaciones masculinas Ocupaciones femeninas

Comerciantes o vendedores Comerciantes o vendedoras

Artesanos y operarios en distintos rubros Cocineras y meseras en restaurantes

Conductores de transporte público Artesanas

Profesores

Porteros, cuidadores y afines

Directivos y gerentes

22 El 94% de los establecimientos económicos que ocupan la fuerza laboral de las ciudades tiene menos de cinco trabajadores
(ECEDLA, 2010), un dato que permanece inalterable desde el último censo de actividades económicas de 1992.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 37


c) Bajo grado de ocupación pero esta cifra baja a 38,8% en la etapa de
asalariada transición a la vejez y todavía decrece más,
hasta 26%, cuando se trata de trabajadores
Como en otros países de la región, el cam-
de 60 años y más. La discriminación por
bio más importante en el trabajo del adul-
edad que impide el acceso a empleos asala-
to mayor se observa en la distribución de
riados es una práctica que se ha acentuado
los ocupados entre asalariados y no asala-
en los últimos diez años, tanto en el sector
riados. Las oportunidades para entrar bajo
público como en el privado, y afecta a las
una relación de dependencia se reducen
personas mayores de 40 años, las cuales
drásticamente con la edad, lo que aumenta
sufren largos períodos de cesantía cada vez
la importancia del trabajo por cuenta pro-
que pierden un empleo, y generalmente
pia, que se realiza en forma unipersonal o
sólo pueden volver a trabajar aceptando
con el apoyo de otros miembros del núcleo
condiciones laborales degradadas.
familiar, como titulares de una empresa o
negocio (74%). Sin embargo, la situación es diferente en-
tre hombres y mujeres. En la cohorte de
El tránsito hacia el trabajo independiente
transición a la vejez, la tasa de ocupación
se verifica desde la etapa de transición a
asalariada de los hombres se reduce en:
la vejez, pero se intensifica a partir de los
48,7% y la de las mujeres en menor medi-
60 años, cuando ocho de cada 10 mujeres
da: 26,8%. ¿Por qué? Por el mayor peso de
y seis de cada 10 hombres dependen de
los primeros en las actividades producti-
sus propias iniciativas para seguir traba-
vas y de servicios, y la mayor presencia de
jando. Solamente un reducido porcentaje
las segundas en los servicios sociales del
de las personas que tenía una ocupación
Estado (salud, educación), donde es posi-
asalariada de gerente, profesional o técni-
ble hacer carrera.
co, logra permanecer en la misma posi-
ción en la edad avanzada. Sólo en las edades adultas mayores la ocu-
pación asalariada disminuye significativa-
Esta tendencia expresa que la vejez se des-
mente: a 34,7% en los hombres y a 15,6%
valoriza en el mercado laboral, pues con
en las mujeres (gráfico 10).
ella las condiciones de la venta de la fuerza
de trabajo son menos rentables para el ca- El factor que lleva a que los mayores –en
pital. Asimismo, prueba que la reproduc- particular los hombres– sigan trabajando
ción material de los adultos mayores se ha como asalariados es que dos de cada tres
convertido en su exclusiva responsabilidad postergaron el momento del retiro para se-
de ellos mismos, en particular en el caso de guir cotizando al sistema previsional y lo-
las mujeres, por la ausencia de políticas grar una mejor pensión.
públicas integrales que apoyen sus esfuer-
Las categorías ocupacionales específicas
zos económico-productivos.
también se modifican en las edades avan-
Así, los asalariados son la mitad de la po- zadas. En 2010, los asalariados eran bási-
blación ocupada en las ciudades del eje – camente empleados (trabajadores no ma-
dos tercios hombres y un tercio mujeres–, nuales) en diferentes ramas y, en un

38 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 10
Ciudades del eje: Ocupados por categoría ocupacional y sexo (%), 2010
100

80

60

40

20
45 a 59 años

60 y más
0
Asalariados No asal. Asalariados No asal. Asalariadas No asal.
Total Hombres Mujeres
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

reducido porcentaje empleados en hoga- de los adultos mayores se encuentran en


res ajenos; en cambio, los obreros tendían esta posición, un 15% más que quienes se
a desaparecer. hallan en la etapa de transición a la vejez;
sin embargo, su posibilidad de seguir
Entre los que se ocupan en actividades no
como profesionales independientes y due-
asalariadas, la categoría más importante
ños de empresas o negocios se reduce
es “trabajadores por cuenta propia”: 62,4%
después de los 60 años (gráfico 11).

Gráfico 11
Ciudades del eje: Ocupados por categoría ocupacional desagregada (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20
45 a 59 años
10
60 y más
0
Obrero Empleado Cuenta Profesional Dueño o Trabajadora
propia independ. empleador del hogar
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 39


La indagación sobre los motivos para traba- Sin embargo, son los factores estructurales
jar como asalariado o independiente, reali- –baja demanda de empleo, discriminación
zada por el INE en 2007, muestra la influen- y segregación por factores de edad y sexo–,
cia de la trayectoria laboral sobre la forma y no la voluntad, los que determinan que
de inserción de los adultos mayores en el esta expectativa pueda concretarse o no.
mundo del trabajo. El 85% de los asalaria- Por lo tanto, más temprano que tarde los
dos respondió que siempre había trabajado trabajadores son excluidos de los empleos
en relación de dependencia, mientras que asalariados. Esto explica el reducido por-
el resto valoró el salario fijo o los mayores centaje de mayores en condición asalaria-
montos salariales que podían obtenerse en da (26%) y que en otros grupos de edades
esta situación, que los llevaba a buscar un la búsqueda exclusiva de este tipo de posi-
empleo similar cada vez que habían queda- ción laboral se traduzca en desempleo o
do desempleados. inactividad involuntaria.

“Tengo mi aval en las empresas: ellos me


llaman”
Casimiro, 68 años, casado.

En realidad yo tuve varias actividades: fui ahora las conservo como recuerdo. Un
músico de profesión, toqué la trompeta, día un amigo me recomendó con un relo-
después se me presentó la posibilidad de jero, y ahí trabajé un buen tiempo; des-
aprender relojería. Entonces aprendí relo- pués me contacté con dos relojerías; lle-
jería pensando que tal vez este oficio me vaba el trabajo a casa; gracias a Dios
iba a servir alguna vez. Empecé arreglan- nunca desconfiaron: me daban relojes
do relojes despertadores a cuerda. Mi pro- con mallas de oro de 18 quilates; me pa-
pósito siempre fue continuar con mis es- gaban el cincuenta por ciento de lo que
tudios; entonces, me hice socio de una cobraban; mi meta siempre fue hacer
cooperativa de la Bolsa de Estudios; he buenos trabajos; después de mis clases
estudiado agronomía en Tarija por unos empezaba a arreglar los relojes en una
cinco o seis años; después me vine a La mesita, me quedaba hasta las tres o cua-
Paz a seguir estudiando en la UMSA; ha- tro de la mañana, era sacrificado. Ade-
cía trabajos dentro el comedor, eran dos más ya tenía un hijo que mantener. He
horas por día, ya sea barriendo o lavando trabajado así hasta los 45 ó 48 años.
platos, y eso me daba la posibilidad de te-
Dejé de trabajar en la relojería porque en
ner almuerzo, cena y a veces desayuno.
esa época (nos) invadieron los relojes
En ese tiempo cerraron la universidad y electrónicos, que tenían un precio muy
me quedé colgado, sin trabajo. Empecé a bajo; también empezaron a aparecer las
trabajar en relojería por mi cuenta. Con fantasías chinas y entonces quebré yo y
hojitas de afeitar y horquillas empecé a el joyero también, ya nadie compraba oro
arreglar relojes, después reuní capital y de 18 quilates. Estuve desocupado por
me fui a comprar herramientas que hasta un tiempo.

40 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Como a mis 50 años comencé a trabajar aliste mis papeles, pero de ahí no mencio-
como encuestador en una empresa gran- naron nada más. Luego cerraron la em-
de, era un paliativo, porque no había dón- presa, pasamos a distintas empresas... Yo
de obtener dinero. Allá trabajé como 20 ya tengo mi aval en las empresas, ellos me
años; los encuestadores que trabajába- llaman, pero esta actividad no me renta
mos ahí luego éramos bien acogidos en mucho; de momento me sirve para sobre-
cualquier otra empresa. Siempre tuve un vivir. Tengo otros proyectos todavía, pues
contrato eventual. Tal vez querían ofre- sin trabajar sería una persona inútil, claro
cerme algo fijo, porque me pidieron que que ya la edad un poquito afecta.

Las personas que trabajan como indepen- diente un medio de emancipación que les
dientes tienen motivos asociados con tra- permite combinar el uso de sus fuerzas y
yectorias laborales diversas. Menos de la capacidades con el goce de tiempos libres
mitad (44,7%) señala que siempre realizó y la toma de decisiones propias.
actividades por cuenta propia, en parte
El resto (17,4%) señala que necesita reali-
para continuar una tradición familiar; otros
zar cualquier actividad para generar ingre-
hablan de la dificultad de acceder a un em-
sos, por muy reducidos o inestables que
pleo asalariado (20,4%) o de cumplir con
éstos sean. Puede tratarse de personas que
las exigencias que éste impone, como suje-
anteriormente fueron inactivas o que no tu-
tarse a un horario o a las órdenes que no
vieron estabilidad laboral, por lo que no
están dispuestos a aceptar (17,5%). Estos
cuentan con una pensión o renta de vejez
últimos, además de la necesidad de contar
(gráfico 12).
con un ingreso, ven en el trabajo indepen-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 41


Gráfico 12
Ciudades del eje: Motivos para trabajar como asalariado (arriba),
por cuenta propia (abajo), 2007

Siempre fue asalariado 86%


Ingresos estables 6%
Mayores ingresos 4%
Otros 4%

30% Siempre trabajó por su cuenta


20% No consigue trabajo asalariado
17% Otros
15% Tradición familiar
12% Horario flexible
6% Prefiere no tener jefe

Fuente: INE, EH - 2007.

“He sabido administrar mis pequeñas


ganancias”
Marcelino, 73 años, viudo.

Yo estaba en el campo y he venido a los trabajaba como aparapita (cargador).


siete años a La Paz. Entonces aquí he Como ya me han conocido las señoras,
entrado a la escuela, pero mi sufrimien- con eso me he mantenido, por ahí tam-
to ha sido grave, porque no he estudia- bién sacaba la basura de las casas por
do; apenas al primer curso llegué, pero unos centavos. Por eso, aquellos que di-
con profesores buenazos. Desde los 7 a cen que no hay trabajo, es mentira, hay
los 12 años llegaba hasta la Camacho y trabajo de todo. Si ahora alguien me di-

42 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


ría “trabájamelo”, yo lo hago, sólo que aburrí y dije “para qué voy hacer trámi-
el cuerpo no rinde. tes para tan poco”. Entonces ahí he per-
dido la jubilación; pero no me quejo de
Un poco más joven empecé a trabajar
no ser jubilado.
como albañil. Me gustaba trabajar en la
construcción y trabajé como jornalero. Cuando yo trabajaba como indepen-
Después ya me independicé, me he vuel- diente en la construcción de ahí me ha
to contratista. Trabajé bien pero he sufri- caído una pequeña ganancia que he sa-
do mucho. Por eso entré a trabajar en una bido administrar, gracias a Dios. Con
embotelladora, como asalariado he tra- eso hice mi casita y desde que dejé de
bajado en la empresa. También allí a uno trabajar como albañil, como hace 10
le explotan y el sueldo no te alcanza, por años, he abierto una ducha pública que
eso trabajaba día y noche para ganar al- para mí es una distracción. Vienen
guito más. En estos trabajos estaba clientes o amistades y me hablan, así
aportando para la jubilación, a mí me me distraigo y olvido la muerte de mi se-
descontaban todo y la obligación de ñora. Claro que también es mi actividad
aportar también la tenía la empresa, pero para no vivir de otros. Como ya me sa-
no lo habían hecho. (Después) apenas te- crifiqué ahora estoy viviendo bien, saco
nía tres años y medio de aportes y me más o menos Bs 1.500 de ingreso fijo.
pedían que traiga papeles para demos- No le pido nada a nadie, más bien yo
trar (que había aportado); hasta que me algo dejaré a mis hijos.

d) Concentración en mismo tiempo, cerca del 16% de los traba-


el sector informal jadores en transición se ocupa en el sec-
tor semi-empresarial (como titulares y
Como en otros países de la región, los tra-
asalariados), y un porcentaje aún más re-
bajadores adultos mayores independientes,
ducido permanece en el mismo después
que son los que predominan, se emplean
de los 59 años.
en el sector informal. En 2010, el 78,9% de
los mayores –el 70% de los hombres y casi Por cierto, las oportunidades para perma-
el 80% de las mujeres– se ocupaba en este necer o acceder a un nuevo empleo en los
sector; por supuesto con dotaciones dife- sectores empresarial o estatal, que se en-
renciadas de capital y conocimientos, y cuentran al alcance de menos del 30% de
tanto dentro de unidades económicas fami- los adultos mayores, parecen estar reser-
liares, como siendo propietarios o asalaria- vadas para los hombres y, de ellos, para
dos de pequeños talleres y negocios semi- los que tienen mejores niveles de instruc-
empresariales. ción. Los ocupados en estos sectores tie-
nen una mediana de escolaridad que va-
Si en la etapa de transición a la vejez me-
ría entre los 14 y 16 años de estudio, tres
nos de la mitad de los trabajadores se
veces superior a la que exhiben los ocu-
ocupa en el sector familiar, en la edad
pados en el sector informal (cinco años).
adulta mayor esta cifra se eleva al 63,9%,
Esto significa que a la segregación ocupa-
lo que marca un cambio irreversible; al

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 43


cional por cuestiones de género se añade Por último, la ocupación en actividades do-
la discriminación por edad, lo que resulta mésticas en hogares ajenos (servicio do-
en la exclusión casi definitiva de las muje- méstico), realizadas casi exclusivamente
res mayores de este tipo de empleo, inclu- por las mujeres, también pierden importan-
so cuando cuentan con un mayor nivel cia como fuente de empleo a medida que
educativo. avanza la edad (gráfico 13).

Gráfico 13
Ciudades del eje: Ocupados por sector del mercado de trabajo (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20
45 a 59 años
10
60 y más
0
Estatal Empresarial Semiemp. Familiar S. doméstico

Ciudades del eje: Hombres ocupados por sector del mercado de trabajo (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20
45 a 59 años
10
60 y más
0
Estatal Empresarial Semiemp. Familiar S. doméstico

44 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Ciudades del eje: Mujeres ocupadas por sector del mercado de trabajo (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20
45 a 59 años
10
60 y más
0
Estatal Empresarial Semiemp. Familiar S. doméstico
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

4.2. Condiciones laborales condiciones de este trabajo y hasta qué


punto éste representa una amenaza para el
bienestar de aquéllos.
En un contexto caracterizado por el avance
de la precariedad laboral en todos los sec-
a) El lugar de trabajo
tores del mercado de trabajo, sólo un redu-
cido núcleo de los trabajadores asalariados Un primer aspecto a considerar es el espa-
–aquéllos de los cuales depende la conti- cio físico donde los adultos mayores reali-
nuidad y productividad de los procesos de zan su trabajo. Como efecto del desplaza-
trabajo– puede lograr condiciones labora- miento hacia el trabajo independiente,
les diferenciadas por su calidad. solamente un tercio de los adultos mayo-
res continúa en un establecimiento desti-
Cabe entonces indagar si la permanencia
nado exclusivamente al trabajo, el 21,4%
de los adultos mayores en el trabajo asala-
utiliza su propia vivienda como espacio
riado tiene lugar en condiciones laborales
productivo y el 42,8% opera en las vías pú-
adecuadas o si por el contrario sólo es po-
blicas (transportistas, comerciantes, pres-
sible a expensas de una mayor explota-
tadores de servicios a domicilio, etc.) y en
ción. De igual manera, teniendo en cuenta
otros espacios que también conllevan ries-
que gran parte de los mayores trabaja en el
gos para la salud, como las obras de cons-
sector familiar, es pertinente conocer las
trucción (gráfico 14).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 45


Gráfico 14
Ciudades del eje: Ocupados según lugar de trabajo (%), 2010
50

40

30

20

10
45 a 59 años

60 y más
0
Local En su En puesto fijo En otras En vía pública
exclusivo vivienda
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Los lugares de trabajo se distribuyen entre de asalariados sujetos a contrataciones


hombres y mujeres de esta misma forma: temporales o eventuales (40%, en las ciu-
60% en espacios cerrados y 40% en las ca- dades del eje, en 2010). Sin embargo, es
lles, en puestos fijos y ambulantes, y en notable el peso que tienen los contratos
obras, con algunas diferencias importantes por tiempo indefinido entre los adultos
según las actividades que se realizan. Así, mayores asalariados (66%), un beneficio
con más frecuencia las mujeres utilizan un que viene desde la etapa de transición a la
espacio de su propia vivienda y puestos fi- vejez y que favorece más a los hombres
jos instalados en calles y mercados, es de- que a las mujeres: la continuidad en el
cir, activos que han logrado obtener en el empleo previo parece ser una garantía de
transcurso de su vida y que, con algún ca- estabilidad laboral.
pital de trabajo, todavía son usados como
La situación es diferente para las personas
medios de producción. Con todo, el 20%
que trabajan como asalariados temporales
trabaja en el comercio ambulatorio y pres-
o eventuales (34%), puesto que siguen
tando servicios diversos a domicilio. En
transitando con frecuencia entre la ocupa-
cambio, los hombres trabajan predominan-
ción y el desempleo, con la angustia que
temente en establecimientos dedicados ex-
provoca la incertidumbre y el riesgo de
clusivamente a una actividad, en las vías pú-
perder la principal y a veces única fuente
blicas y en obras de construcción.
de ingresos. Dado el bajo porcentaje de
asalariados (26,8%), resulta significativo
que tres de cada 10 hombres y cuatro de
b) Estabilidad laboral
cada 10 mujeres se encuentren en esta frá-
Un indicador de una mayor explotación gil situación (gráfico 15).23
en el trabajo es el aumento del porcentaje

23 No existe información sobre la estabilidad en la ocupación entre los independientes.

46 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 15
Ciudades del eje: Estabilidad en el empleo por sexo (%), 2010
100

80

60

40

20
45 a 59 años

60 y más
0
Permanente Temporal Perman. Temp. Perman. Temp.
Total Hombres Mujeres
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

“Trabajo temporalmente en mi profesión”


Olga, 61 años, viuda.

Soy bachiller; después me titulé en con- dad, es lo que me gusta; ésta es mi pro-
tabilidad y secretariado comercial. Tra- fesión, también. Ahora eso se me pre-
bajé desde jovencita hasta que me casé; senta de vez en cuando, pueden ser
tuve mi hijita y tenía que cuidarla, así unas tres, cuatro o cinco veces al año.
que dije: mejor me retiro. Pedí que me Para personas que ya me conocen sola-
jubilaran y me jubilé, me dediqué ínte- mente hago, se gana bien nomás. Gene-
gramente a las labores de casa. No me ralmente lo hago de día y tardo bastan-
arrepiento, pero le cuento que saco una te, porque no me favorece mucho la
miseria: como yo no he cumplido los 180 vista. Puede ser que en una semana lo
aportes como mínimo me pagan 680 bo- haga porque lo realizo despacio. Puede
livianos de jubilación; en ese pago in- ser todas las tardes en una semana,
cluyen mi renta Dignidad más; ahora, pero hasta las seis no más, hasta que
como soy viuda, recibo la renta de mi sea clarito; de noche ya no veo.
esposo también.
Me parece que pronto ya no voy a poder
Mi hijita está haciendo su tesis y tengo seguir con este tipo de trabajo porque ya
que pagar la universidad. Por ahora me no dan mis ojos; pero me gustaría aten-
ayudo haciendo trabajos de contabili- der una oficina, eso me gustaría.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 47


A pesar de que la encuesta no indaga sobre 49 horas). Los hombres se hallan sujetos a
la estabilidad de los trabajadores por cuenta jornadas más prolongadas, independiente-
propia en su actividad, resulta claro que en mente de su posición ocupacional; lo mis-
este caso la incertidumbre proviene de los mo que las mujeres que trabajan por cuen-
ingresos fluctuantes que obtienen, debido a ta propia.
la fuerte competencia existente y al menor
El trabajo en jornadas extensas, que dejan
consumo de los hogares de bajos ingresos
poco espacio a la vida familiar y social,
que conforman su principal clientela.
también afecta a los adultos mayores; se
observa una tendencia a que trabajen jor-
nadas de tiempo completo: más de 5 días
c) Jornadas de trabajo
a la semana y un promedio/mediana de 47
Otro rasgo que caracteriza a las condicio- horas, por encima del promedio general y
nes laborales, junto a la libertad de despi- apenas por debajo del tiempo de dedica-
do en función de la demanda, es el aumen- ción al trabajo de quienes se hallan en la
to de la jornada de trabajo sin una etapa de transición, y sin diferencias entre
remuneración equivalente. Los trabajado- los asalariados y los independientes.
res se ven obligados a aceptar esta situa-
Asimismo, la mediana tiende a igualarse
ción para compensar los bajos ingresos
entre hombres y mujeres en torno a las 45
que perciben.
horas, por el efecto combinado de una me-
En 2010, en las ciudades del eje, la pobla- nor jornada de los hombres que trabajan
ción ocupada trabajaba durante 5,5 días a por cuenta propia (46 horas) y de las muje-
la semana, dedicando a su actividad 45,6 res que se ocupan como asalariadas (40
horas en promedio, 46,4 los asalariados y horas). Es decir que para la mayor parte de
45,3 los no asalariados.24 Los hombres los adultos mayores permanecer en el tra-
asalariados y las mujeres independientes bajo supone una jornada equivalente a la
llevaban la peor parte, con una jornada su- de los grupos más jóvenes de la fuerza la-
perior al promedio, que trasgredía la nor- boral25 (cuadro 3).
mativa (que establece un máximo de 48 y
Este comportamiento se debe a la disminu-
40 horas, respectivamente).
ción de los ingresos que obtienen las per-
A medida que avanza la edad, la jornada sonas a medida que envejecen, que las
promedio aumenta significativamente, de obliga a extender las jornadas, con efectos
manera que en la etapa de transición a la negativos sobre su salud y su calidad de
vejez llega a 51 horas (con una mediana de vida en general.

24 Este promedio oculta la extensión de las jornadas de trabajo, ya que hay que tomar en cuenta el menor tiempo de dedicación
de las personas menores de 25 años.

25 Los ocupados comprendidos en el grupo de 25 a 44 años trabajan en promedio 47 horas, igual que los adultos mayores.

48 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Cuadro 3
Ciudades del eje: Jornada semanal por categoría ocupacional y sexo, 2010

45 a 59 60 y más

Categoría ocupacional Horas Horas


Días Días
Prom. Prom. Med. Prom. Prom. Med.

Total 5,5 51 49 5,3 47 47

Asalariados 5,5 48 48 5,4 46 45

No asalariados 5,5 53 49 5,1 47 48

Hombres 5,6 52 50 5,3 48 45

Asalariados 5,7 51 49 5,5 52 48

No asalariados 5,6 53 51 5,1 45 44

Mujeres 5,5 48 47 5,2 45 44

Asalariados 5,5 40 45 5,3 40 40

No asalariados 5,4 51 48 5,1 46 45

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

“Paro en la tienda de lunes a lunes”


Selmira, 65 años, viuda.

Cuando era jovencita yo trabajaba ha- casa también) por una estafa que nos
ciendo ropa interior con una señora, han hecho. Con la mitad del dinero me
después me casé y solo hacía labores de he agarrado el anticrético y con la otra
casa; cuidaba de mis hijos hasta que mitad hemos pagado la deuda que noso-
fueron grandes. Después con mi esposo tros no hemos utilizado, una amistad
teníamos una tienda en la Eloy Salmón; nos ha hecho fraude.
era de repuestos de bicicletas, nos ha
Ya son cinco años que estoy con la tiendi-
ido mal; él ha fallecido y he vendido la
ta. Atiendo desde las 7:30 hasta las 10 u
tienda, me he deshecho de todo. Des-
11 de la noche, de lunes a lunes. A veces,
pués de eso he abierto aquí la tienda de
cuando tengo alguna cosa, salgo, cierro
abarrotes, pero la hemos vendido (y la

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 49


un rato y me voy. El trabajo de la tienda es Para esos días tengo que estar reco-
un poco pesado. El traer, el comprar la giendo todo, me quedo sin un quinto,
mercadería es un poco pesado; traigo de así es el negocio; hay otros días que
poco en poco. Algunas cosas traen (las vendo y lo recompenso, así nomas es-
empresas), como el refresco, pero lo de- toy haciendo dar vueltas el dinero. Con
más siempre hay que ir a comprar. lo que vendo apenas me alcanza, con mi
Renta Dignidad y a veces con lo que mi
Hay algunas personas (clientes) que ha-
mamá me regala de sus rentas estira-
cen renegar: escogen el pan, no traen
mos para nuestros gastos. Ella ya tiene
bolsa… Me he puesto hasta letrero para
90 años. Yo personalmente la cuido,
que traigan bolsita pero no traen (es por
aquí a mi lado la tengo. Por eso mien-
el medio ambiente que hay que cuidar,
tras se pueda hay que trabajar nomás,
pero no entiende la gente). Algunos nos
mientras pueda caminar todavía, por-
tratan mal. Tampoco se gana bien, pero
que de otra manera tendría que estar
me gusta vender: pancito, refresco, es
con mi mano así (hace el ademán de pe-
bonito atender.
dir limosna). Siento que tengo que ha-
Hay días que no hay mucha venta, en- cerlo por la necesidad de sostenerme.
tonces tengo que pagar a los que traen.

d) Ingresos laborales nivel extremadamente bajo causó una de-


presión del consumo de los pobres y, por
También caracterizan al mercado laboral
tanto, un menor dinamismo de los ingresos
urbano del país los bajos ingresos labora-
de los trabajadores independientes, que se
les y su fuerte desigualdad inter e intra sec-
agravó por el constante aumento de ocupa-
torial. Junto al persistente desempleo, las
dos sin dependencia laboral.
políticas públicas de “contención salarial”
aplicadas en las últimas décadas llevaron a Este proceso estuvo acompañado de una
la institucionalización de las prácticas em- mayor fragmentación de los trabajadores
presariales de abaratamiento de costos la- entre permanentes y eventuales, califica-
borales y, por lo tanto, se dio una nueva dos y no calificados, integrados en planta y
correlación de fuerzas contraria a los inte- subcontratados, etc., lo que tuvo efectos
reses y demandas de los trabajadores. El sobre el aumento de la desigualdad de los
resultado fue la desvalorización de la fuer- ingresos laborales. Así, en 2010, en las ciu-
za de trabajo, es decir, su remuneración dades del eje, el 20% de los trabajadores
muy por debajo del valor de los bienes y mejor remunerados retenía para sí el 48%
servicios que necesita para su reproduc- de la masa de ingresos, mientras que el
ción física y social. 20% más pobre sólo se apropiaba del 4%,
12 veces menos.
Como resultado de la persistente flexibili-
dad salarial, en la última década Bolivia Esta situación, que afecta a los ocupados en
pasó a ocupar el último lugar de la región todos los grupos de edad, presenta caracte-
andina en cuanto a salario mínimo nacio- rísticas específicas entre los adultos mayo-
nal y salario promedio (CEDLA, 2011). A su res: i) mayor inestabilidad en los ingresos,
vez, el mantenimiento de los salarios en un ii) salarios e ingresos inferiores a los del res-

50 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 16
Ciudades del eje: Forma de pago entre los asalariados por sexo (%), 2010
100

80

60

40

20
45 a 59 años

60 y más
0
Sueldo o Destajo Sueldo o Destajo Sueldo o Destajo
salario fijo salario fijo salario fijo
Total Hombres Mujeres
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

to de la población ocupada, iii) amplias bre- nan menos que los ocupados de cualquier
chas de ingreso por categoría ocupacional y otro grupo de edad y, en particular, de
género, y iv) fuerte desigualdad en la distri- aquellos que se encuentran en la etapa de
bución del ingreso. transición a la vejez. En 2010 los adultos
mayores ganaban en promedio Bs 1.190:
La inestabilidad del salario es una caracte-
los hombres Bs 1.568 y las mujeres apenas
rística distintiva de las condiciones de tra-
la mitad de este monto (Bs 749). La brecha
bajo de los mayores que se encuentran en
que distancia a las mujeres de los hombres
esta categoría laboral, los cuales son el
también se presenta entre las mujeres ma-
69%, mientras que en la etapa de transición
yores y sus pares de otros grupos de edad.
a la vejez eran 84,2%. También hay una im-
portante diferencia por sexo. Mientras el Sin embargo, la disparidad en los ingresos
74,4% de los hombres –quizás porque en medios no permite dimensionar adecuada-
su mayoría se mantienen en el mismo em- mente el significado del trabajo como fuen-
pleo– aún gozan de un sueldo, muchas mu- te de seguridad económica. Usando como
jeres transitan a empleos en las que se las indicador la mediana del ingreso (el monto
remunera a destajo (52%); es decir, se man- por debajo y por encima del cual se en-
tienen en una relación de dependencia la- cuentra la mitad de los ocupados), se en-
boral a cambio de una mayor explotación. cuentra que el 50% gana menos de Bs 720
(los hombres menos de Bs 1000 y las muje-
Considerando a asalariados y trabajadores
res menos de Bs 560). Por esto, la realiza-
independientes en conjunto, se tiene que, en
ción de jornadas extensas de trabajo no
2010,el 86% de los adultos mayores tiene in-
contribuye significativamente a la seguri-
gresos variables o fluctuantes (gráfico 16).
dad económica de, al menos, la mitad de
Independientemente del indicador que se los adultos mayores, y especialmente de las
use en la medición, los adultos mayores ga- mujeres (gráfico 17).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 51


Gráfico 17
Ciudades del eje: Ingreso promedio por tramos de edad y sexo (Bs.), 2010
3000

2500

2000

1500

1000
Hombres

500 Mujeres

Promedio
0
Total Menos de 45 45 a 59 60 y más

Ciudades del eje: Mediana de ingresos por tramos de edad y sexo (Bs.), 2010
1800

1500

1200

900

600
Hombres

300 Mujeres

Total
0
Total Menos de 45 45 a 59 60 y más
Fuente: INE, 2001, 2007, 2010. Elaboración propia

Otro aspecto a destacar es que existe una Esta diferencia pone en evidencia los esca-
fuerte brecha entre los ingresos de los adul- sos recursos complementarios –sobre todo
tos mayores asalariados, sean hombres o capital y acceso a mercados– con los que
mujeres, respecto a los demás; tanto por la los independientes realizan su trabajo, lo
incidencia del bono de antigüedad en la que explica los bajos ingresos que obtie-
conformación de los salarios, como por su nen (gráfico 18).
mayor presencia en los sectores empresa-
El índice de suficiencia de los ingresos la-
riales y estatales: los asalariados ganan
borales de los adultos mayores puede cal-
cerca del doble del promedio, y el triple de
cularse usando como medida el salario mí-
la mediana de ingreso.

52 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 18
Ciudades del eje: Ingreso promedio por categoria ocupacional y sexo (Bs.), 2010
4000
2213
3500
1994
3000

2500
1334
2000 1235
1500 1600
1500
939
676
1000
800 720
Mediana
500 560
560
Media
0
Asalariados Hombres Mujeres No Asala. Hombres Mujeres
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

nimo nacional (SMN), fijado en Bs 675 en 20% de los asalariados tenía una remune-
2010.26 Con el monto de un SMN se podía ración mensual inferior al SMN.
cubrir solamente el 40,8% del costo de una
En contraste, el 60,4% de los trabajadores
Canasta Normativa Alimentaria (CNA)27 y
independientes tenía un ingreso inferior al
el 18% de una Canasta Familiar Básica
SMN (más de la mitad de los hombres y
(CFB).28 Más de la mitad de los asalariados
dos tercios de las mujeres), lo que muestra
percibía un ingreso superior a los dos míni-
que su esfuerzo laboral no les asegura un
mos, con una clara ventaja de los hombres
ingreso suficiente para costear los gastos
(64,8%) frente a las mujeres (42,4%); sólo el
mínimos de subsistencia (gráfico 19).

26 En Bolivia el SMN se fija en función de la disponibilidad de recursos fiscales antes que por consideraciones relativas al costo
de la fuerza de trabajo (bienes y servicios necesarios para garantizar la subsistencia del trabajador y su familia). En 2010, el
SMN era equivalente a 96 dólares, siendo el más bajo de los países de la Comunidad Andina de Naciones y otros de la región
(CEDLA, 2011).

27 La CNA comprende un conjunto de alimentos que permiten satisfacer las necesidades energéticas y de nutrientes a una familia
tipo de 5 miembros; a su vez el costo alimentario representa el 39% del valor de la canasta básica familiar equivalente a Bs.
1.670 en 2010

28 Cuyo costo llegaba a Bs 4.274 en 2010.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 53


Gráfico 19
Ciudades del eje: Ingresos de los adultos mayores en SMN por categoría y sexo (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20

10

0
Asalariados Hombres Mujeres No Asala. Hombres Mujeres

Menos SMN 1 a 2 SMN Más de 2 SMN

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Otro método refinado para calcular la sufi- los que más pueden mantenerse por su
ciencia de los ingresos laborales de los adul- cuenta e incluso correr con los otros gastos
tos mayores es la comparación de éstos con de su hogar. En cambio, solamente la mitad
el valor per cápita de la CNA (Bs 334) y la de las mujeres se encuentra en la misma
CBF (Bs 855). Se encuentra entonces que condición. Se puede suponer, entonces, que
tres de cada cuatro asalariados gana lo ne- el 22% tiene que cubrir parte de los gastos
cesario para cubrir el valor per cápita de una no alimenticios con la ayuda de un tercero, y
canasta completa de bienes y servicios (855 que el 25% requiere de esta ayuda incluso
Bs o más). Una vez más, son los hombres para asegurar su alimentación (gráfico 20).

54 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 20
Ciudades del eje: Salarios respecto a las canastas alimenticia y familiar per cápita (%), 2010

100

80

60

40

20

0
Menos CNA

CNA

CNA-CBF

Más CBF

Menos CNA

CNA

CNA-CBF

Más CBF

Menos CNA

CNA

CNA-CBF

Más CBF
Total Hombres Mujeres

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Este mismo método permite señalar que las mujeres, la situación se invierte: más
las condiciones son muy diferentes para de la mitad no logra cubrir o cubre de ma-
cerca del 80% de los que trabajan como nera insuficiente el costo de la canasta
independientes. Más de la mitad ni siquie- alimentaria, y solamente una de cada cua-
ra logra, o apenas alcanza a cubrir el costo tro puede costear todos los gastos de sub-
de una canasta alimentaria per cápita; el sistencia y eventualmente otros gastos
9% sigue dependiendo de los demás para del hogar.
costear sus gastos de subsistencia, y sola-
Se puede concluir que más de la mitad de
mente uno de cada tres puede cubrir una
los adultos mayores que trabajan como in-
canasta completa e incluso aportar a otros
dependientes, el 47% de los hombres y el
gastos del hogar.
64,7% de las mujeres, pueden llegar a re-
Entre los hombres, cerca de la mitad cuen- querir de terceros para satisfacer sus nece-
ta con ingresos suficientes para tener in- sidades básicas, puesto que sólo el 5% de
dependencia económica; casi el 30% sólo todas las personas que continúan trabajan-
alcanza a cubrir sus necesidades básicas do tienen una renta de vejez, y no son pre-
de alimentación, mientras que el 24,3% ni cisamente los que laboran como indepen-
siquiera puede hacer esto último. Entre dientes (gráfico 21).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 55


Gráfico 21
Ciudades del eje: Ingresos por cuenta propia respecto al costo de las canastas
alimenticia y familiar (%), 2010
50

40

30

20

10

0
Menos CNA

CNA

CNA-CBF

Más CBF

Menos CNA

CNA

CNA-CBF

Más CBF

Menos CNA

CNA

CNA-CBF

Más CBF
Total Hombres Mujeres

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

En conclusión, la desigualdad de los in- das, menor respecto a la desigualdad de la


gresos, que es otro problema estructural población ocupada total.29
del mercado laboral, se presenta de forma
De los independientes, los más ricos se
atenuada entre los adultos mayores, cuyos
apropian de una parte de la masa de ingre-
ingresos tienden a igualarse en un nivel
sos (35,6%) que es solamente 2,8 veces
bajo, en particular los de los independien-
mayor que la de los más pobres (12,4%).
tes, que conforman cerca del 80% de los
Una mayor desigualdad y por tanto hetero-
ocupados. El 20% más pobre del conjunto
geneidad social se encuentra entre los
estudiado se apropia del 7,9% de la masa
asalariados: el 20% mejor remunerado
de ingresos, mientras que el 20% más rico
concentra el 61,9 % de la masa salarial, 35
concentra el 46,8% de ésta, es decir, casi
veces lo obtenido por el 20% más pobre
seis veces más. Siendo significativa, esta
(gráficos 22 y 23).
desigualdad es, por las razones ya señala-

29 En este caso, el 20% más pobre se apropia del 4% de la masa de ingresos, mientras que el 20% más rico retiene el 48%, 12
veces más que los pobres (CEDLA, 2011).

56 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 22
Ciudades del eje: Distribución del ingreso laboral de los adultos mayores (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20

10

0
I (más pobre) II III IV V

Total Asalariados No asalariados

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Gráfico 23
Ciudades del eje: Distribución del ingreso laboral de los adultos mayores por
categoría ocupacional (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20
Asalariados
10
No asalariados
0
I (más II III IV V
pobre)
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 57


Si los adultos mayores tienen su trabajo “La Renta Dignidad no alcanza para nada,
como única fuente de ingreso, puede pen- solo para pequeños gastos; por eso yo (la)
sarse que la mayoría está expuesto a la po- cobro cada tres meses, para poder reunir
breza extrema y moderada, tal como ocurre (la); la utilizo para comprar insumos para la
con el resto de la población ocupada.30 Esto comida de la casa (hombre de 74 años).”
significa que el 57,5% pertenece a los quin-
“Mi renta la destino exclusivamente a los
tiles I y II (muy bajo y bajo). Y, entre los no
alquileres; pago 200 Bs. La renta que recibe
asalariados, el 67%. Al mismo tiempo, sin
mi pareja es solamente para ella, yo cubro
embargo, sólo uno de cada tres asalariados
los otros gastos con lo que me pagan por
forma parte de los pobres (gráfico 24).
mi trabajo (hombre de 68 años).”
Si esto es así, se puede concluir que la Ren-
“Con ese bono (Renta Dignidad) yo pago el
ta Dignidad cobra una especial relevancia
teléfono: alguna vez (lo) utilizo para sacar
para costear la subsistencia de más de la
los productos de Avon que vendo para ayu-
mitad de los adultos mayores, en particular
darme; depende de la necesidad del mo-
de aquellos que con su ingreso laboral no
mento (mujer de 63 años).”
logran cubrir ni siquiera su alimentación.
Algunos utilizan este dinero como capital “Compro para la tienda algunas cositas;
de operaciones para mantenerse en activi- pero de ahí también levanto para gastar en
dad. De ahí que se haya registrado comen- todo lo que se necesita para la casa (mujer,
tarios como los siguientes: 65 años)”.

Gráfico 24
Ciudades del eje: Adultos mayores por quintiles de ingreso laboral según categoría
ocupacional (%), 2010
50

40

30

20

Independientes
10
Asalariados

Total
0
I (más pobre) II III IV V
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

30 En 2008, año para el cual se dispone de información, el 51% de los ocupados en las áreas urbanas se encontraba por debajo
de la línea de pobreza (UDAPE-PNUD, 2008).

58 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


“Gano poco pero tengo mi bono y un
pequeño alquiler”
Genaro, 63 años, casado.

Dejé de estudiar un año antes de salir ba- la gente; son ocho horas de lunes a sá-
chiller; pintaba carteles para publicidad bado. Es divertido también, uno puede
en tela: dibujos y afiches para el cine, y ver cómo juega la gente. Aunque hay al-
también trabajaba en el cine en diferen- gunos problemas: a veces hay chicos
tes puestos. Estuve allí casi 10 años. que se van sin pagar, uno está distraído,
También pintaba carteles para otros, eso especialmente los chicos de colegio se
ya era por mi cuenta. Cuando dejé el cine escapan. Tampoco se gana para todos
tenía clientes y me independicé. Como los gastos de la casa. Yo tengo mi bono
desde joven hice carteles publicitarios, (Renta Dignidad) y tenemos un garaje
tenía que seguir trabajando en eso. en la casa, que una persona alquila para
guardar su carro; es una pequeña ayu-
Actualmente he cambiado cien por cien-
da, pero de vez en cuando deja unos pe-
to de actividad, me he empleado en un
sos. Si no fuera esto, no sé, yo nunca
billar. No sé hasta cuándo pero creo que
pensé en la jubilación… creo que ten-
va a ser permanente, unos dos años por
dría que recurrir a mis hijos, todos son
lo menos quisiera estar en esto. Es un
muy buenos chicos.
trabajo fácil, sólo tengo que controlar a

La pérdida o disminución de ingresos la- nas siguen trabajando: aun así, más de la
borales y la baja cuantía de las jubilacio- mitad de sus hogares permanece en los
nes causa que la mayor parte de los adul- niveles socioeconómicos muy bajo y bajo,
tos mayores contribuya menos a la casi 20% más que los hogares con perso-
economía familiar, lo que a su vez condu- nas de entre 45 y 59 años. Ésta es otra for-
ce a sus hogares a los escalones más ba- ma de ver cómo la transición de las perso-
jos de la estructura social. El hecho que nas a la edad adulta mayor es en general
se debe destacar es que esta tendencia no sinónimo de un mayor empobrecimiento
se modifica ni siquiera cuando las perso- (gráfico 25).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 59


Gráfico 25
Ciudades del eje: Adultos mayores ocupados según nivel socioeconómico1/
del hogar (%), 2010
30

25

20

15

10
Total hogares

5 45 a 59 años

60 y más
0
Muy bajo Bajo Medio Medio alto Alto
1/Quintiles de ingreso percápita del hogar. Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

e) Cobertura previsional vos: los sociales, pero también los financie-


ros (Arze, 2003).
En 1997, con la reforma de la seguridad so-
cial, Bolivia remplazó el sistema público de Como otros sistemas privados, el SSO se
reparto basado en principios de solidari- basa en el supuesto de que el mercado de
dad, por un sistema privado de capitaliza- trabajo genera ocupaciones estables y ade-
ción individual (Sistema de Seguro Obliga- cuadamente remuneradas, trayectorias la-
torio o SSO). Bolivia fue uno de los pocos borales relativamente continuas y, por lo
países de la región que optó por un modelo tanto, ahorros previsionales regulares y su-
radical de privatización, que eliminó el ficientes. Más aún, supone que los trabaja-
aporte estatal y patronal, e hizo depender dores independientes pueden generar aho-
toda la jubilación de los magros salarios de rros para cotizar regularmente al sistema y
los trabajadores. acumular un número de cotizaciones que
les garanticen una jubilación.
Esta reforma, cuyo contenido fue financiero
antes que social, se planteó tres objetivos: Nada más ajeno a la realidad del funciona-
i) ampliar la cobertura de la protección so- miento del mercado de trabajo en Bolivia,
cial; ii) elevar y mantener la cuantía de las donde sólo un reducido porcentaje de tra-
prestaciones de jubilación, y iii) lograr la bajadores estables puede aspirar a una re-
sostenibilidad financiera del sistema me- lativa protección social en la vejez.
diante el autofinanciamiento, la eficiencia
En 2009, más de 10 años después de la
de las inversiones y el fortalecimiento del
creación del SSO, un millón 200 mil perso-
mercado de valores (Ley 1732 de 1996). To-
nas se habían afiliado a éste, incluyendo
das las evaluaciones posteriores mostraron
las que venían aportando en el anterior sis-
que la privatización de la seguridad social
tema; y, sin embargo, sólo el 45% aportaba
fracasó en el cumplimiento de estos objeti-
regularmente a su jubilación. El mismo

60 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


año, los cotizantes al SSO representaban el mercado de trabajo, la cobertura del siste-
12,7% de la población ocupada y el 27,8% ma y los beneficios del régimen solidario
de los trabajadores asalariados, y en su ma- no llegarán a los sectores más pobres de la
yoría provenían de las ciudades. población (tal como se infiere de la situa-
ción previsional en las edades de transi-
Además, su composición reproducía la des-
ción a la vejez).
igualdad de género existente en el mercado
de trabajo, pues apenas 3,5 de cada 10 coti- El 12% de los adultos mayores que trabaja
zantes eran mujeres. Y, en contra de los su- aún aporta al sistema de pensiones
puestos de la reforma, un insignificante (11.520 personas), 16% de los hombres y
porcentaje de trabajadores independientes apenas el 7% de las mujeres. Son trabaja-
aportaba para su jubilación (4,3%). El 83% dores asalariados de entre 60 y 65 años,
de los jubilados provenía del régimen pre- con una densidad de aportes que les per-
vio (de reparto) y, en el 90% de los casos, mitirá acceder a la jubilación. Como por lo
su renta se financiaba por los aportes que general la cuantía de las pensiones resul-
habían realizado en este régimen. Esto sig- tará baja respecto a sus salarios, la mayo-
nifica que sus ahorros en las cuentas indi- ría ha optado por seguir trabajando hasta
viduales establecidas por el SSO tuvieron cuando le sea posible.
en 12 años un rendimiento ínfimo, insufi-
Con la reforma parcial que acaba de darse,
ciente para mejorar la cuantía de sus pen-
algunos de ellos podrán acceder a una ayu-
siones (Escóbar y Rojas, 2010).31
da del fondo solidario, si cumplen el requi-
Por el fracaso de la reforma, en 2010 se pro- sito de haber hecho 180 aportes. El resto
cedió a una corrección que preserva el prin- podrá jubilarse con el 70% del salario míni-
cipio de ahorro individual del SSO, pero mo nacional o algo más, dependiendo de
introduce cambios para reducir las barreras cuál haya sido su ahorro individual.
de acceso a la jubilación (edad, porcentaje
Sumando al porcentaje de adultos mayo-
del salario base, etc.) y, además, crea un
res que ya está jubilado (26,8%) al porcen-
fondo semi-contributivo, cuyo objetivo es
taje de personas que siguen trabajando
solidarizarse con los trabajadores de ingre-
hasta poder hacerlo en mejores condicio-
sos bajos. Este fondo es financiado con
nes (12,5%), resulta que al menos el 40%
aportes laborales y patronales, e impuestos
de las personas de esta generación obten-
a los ingresos personales altos. La nueva
drá una pensión para costear su subsis-
ley considera la renta universal de vejez
tencia. En esta situación se halla algo
(Renta Dignidad) como un componente no
más de la mitad de los hombres y sola-
contributivo del sistema previsional.
mente una cuarta parte de las mujeres,
Ahora bien, aunque estos cambios mejo- cifras extremadamente reducidas si se
rarán la cuantía de las pensiones de los considera lo que ocurría antes, durante la
asalariados de bajos ingresos –a condi- vida de estos adultos mayores, cuando el
ción de que éstos no hayan aportado más sistema de protección social y los merca-
de 15 años–, la verdad es que, pese a ellos, dos de trabajo ofrecían una mayor cober-
por las condiciones prevalecientes en el tura previsional (gráfico 26).

31 Como sucede con los asalariados, cabe de esperar que el porcentaje de los que cotizan regularmente al sistema sea todavía
más reducido.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 61


Gráfico 26
Ciudades del eje: Adultos mayores jubilados y cotizantes en edad de transición (%), 2010
60

50

40

30

20

10 45 a 59 años

60 a más
0
Total Hombres Mujeres
Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Por esta razón, las personas que ahora se bres y 17% de las mujeres) de las perso-
encuentran en la etapa de transición –en nas comprendidas entre los 45 y 59 años
particular en el tramo inferior de este ran- cotizan en el sistema de pensiones, esto
go– sufren un riesgo de desprotección so- es, una cobertura muy inferior a la que
cial más elevado, pues durante su vida la- tuvo la generación actual. Aunque uno de
boral estuvieron y están doblemente los objetivos de la privatización del siste-
expuestos a inserciones laborales preca- ma era ampliar la cobertura de la seguri-
rias y a la marginación del sistema previ- dad social, particularmente a favor de los
sional, dada su dedicación a actividades independientes, el resultado fue el contra-
independientes, las cuales no cotizan para rio. La precariedad laboral propia de la
jubilación, y dada la mayor discontinuidad privatización causará a mediano plazo
laboral causada por la libertad de despido32 una mayor desprotección social en la ve-
implantada en el mercado laboral durante jez, no solamente de las personas que
los últimos 26 años. ahora están en la etapa de transición, sino
también de las que pertenecen a las co-
Como se observa en el gráfico 26, sola-
hortes más jóvenes.33
mente el 24,1% (cerca de 30% de los hom-

32 La libertad de despido se produjo sin una reforma de la legislación laboral vigente y todavía goza de buena salud. Contribuyen
a ello la falta de fiscalización del cumplimiento de las normas por parte del Estado, pero también el debilitamiento de la acción
colectiva de los trabajadores.

33 Apenas una de cada cinco personas ocupadas en las ciudades del eje aportaba regularmente al sistema de pensiones en 2010.

62 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


“Me volvieron consultor”
Hugo, 64 años, divorciado

Estuve trabajando hasta los 55 años; a na, exclusivamente la mañana (al traba-
los 60 me he jubilado. Otros que recibie- jo), porque en la tarde me voy a mi casa a
ron el mismo trato que yo tal vez nunca ver el cable (tv de pago): tengo Cham-
tengan esa posibilidad. Era documenta- pions Liga, tengo básquet, todo eso.
lista de una institución estatal, pero de
Para mí es un trabajo sencillo, porque co-
un momento a otro me sacaron de plani-
nozco bien la actividad. Más bien es una
lla y me volvieron “consultor”. Dependía
distracción; tengo muchos amigos y co-
de la misma institución; solamente fue
nocidos que me ayudan; hago relaciones
una maniobra que han hecho para no pa-
sociales, me gusta el trato con la gente,
gar beneficios sociales; o sea para no (te-
estar en la calle, comentar sobre los trá-
ner que) asegurarnos. Seguía depen-
mites que debo hacer, preguntar dónde
diendo de la misma institución con
puedo buscar a una persona que me co-
contratos temporales. Pero después de
labore; a veces me recomiendan dónde ir
un tiempo ya estaba cansado de depen-
y así… Aunque se gane poco, es también
der de jefes, quería ser independiente.
mi actividad social.
Ahora hago trámites para diferentes ins-
El monto de mi jubilación sí es para vivir.
tituciones y para terceros, ante la alcal-
Mi bono Dignidad viene junto con mi pa-
día y ante Impuestos Internos en forma
peleta. Todo esto me sirve para comprar
permanente. Siempre tengo trabajo: si no
víveres, ropa y a veces colaborar a mis
me dedicara a algo me puedo enfermar.
nietos. Ayudo a mi familia y ayudo a mis
Me gusta organizarme bien: salgo lunes,
hijos también.
miércoles y viernes, y le dedico la maña-

f) Precariedad laboral extrema otras nuevas) que presentan todas o algu-


nas de las siguientes características: i) dis-
Los indicadores presentados muestran que
continuidad del trabajo: duración corta,
el empleo de los adultos mayores tiene un
elevado riesgo de pérdida, incertidumbre;
alto grado de precariedad; un rasgo que
ii) incapacidad de controlar el trabajo: ne-
comparte con el del resto de la población.
cesidad de estar en disposición permanen-
Sus causas se encuentran en el atraso tec-
te, jornadas extensas, subordinación abso-
nológico del aparato productivo urbano, la
luta a los empleadores, elevado índice de
carencia de puestos de trabajo calificados y
rotación funcional; iii) desprotección social
la proliferación de prácticas empresariales
del trabajador: ausencia de prestaciones
de sobreexplotación directa e indirecta de
sociales, alta discriminación y segregación
la fuerza de trabajo.
en el acceso a los empleos; iv) bajas remu-
El concepto de precariedad laboral agrupa neraciones: salarios o ingresos mínimos,
a las formas de trabajo (algunas antiguas y variables, sin promoción ni incentivos.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 63


Para la medición del grado de precariedad de estabilidad laboral ni aportan a su jubi-
laboral se consideran tres variables: estabi- lación, y sus salarios o ingresos están por
lidad laboral, salarios o ingresos por deba- debajo de lo necesario para cubrir –inclu-
jo o por encima de un determinado nivel (el so con limitaciones– el costo de reproduc-
costo de la Canasta Normativa Alimentaria ción de su fuerza de trabajo. La mayoría
–CNA–)34 y cobertura de las prestaciones son trabajadores independientes. En cam-
previsionales. Se considera que una perso- bio, los asalariados predominan entre los
na tiene un trabajo precario moderado que tienen un puesto de trabajo precario
cuando existe déficit en alguna de estas va- moderado (58%), es decir, que tiene uno o
riables, y un trabajo precario extremo cuan- dos déficits.
do el déficit está presente en todas ellas. A
Los adultos mayores también sufren de
la inversa, una persona tendrá un trabajo
condiciones laborales precarias. Sólo el
adecuado o no precario cuando no haya dé-
13,2% tiene un trabajo estable, bien remu-
ficit en ninguna variable.
nerado, y cotiza al sistema previsional.
El indicador aplicado a los trabajadores Otro 13,8% tiene un trabajo de precariedad
independientes incluye solamente dos cri- moderada, y el 73% un trabajo precario en
terios: salarios y aportes al sistema previ- extremo. Esto significa que la condición la-
sional, debido a las dificultades de medir boral de los adultos mayores es más des-
la estabilidad laboral en este sector. En ventajosa que la del resto de la población
cualquier caso, la incertidumbre sobre la ocupada, lo que se debe a su mayor vincu-
continuidad de sus actividades puede dar- lación con el trabajo independiente. En
se por sentada. efecto, el 90% de los independientes tiene
un trabajo precario extremo, es decir, con
En 2010, en las ciudades del eje, el 15,6%
déficit en los tres tipos de condiciones la-
de los ocupados tenía un trabajo adecuado;
borales (gráfico 27).
lo mismo que el 19,5% de los ocupados in-
dependientes y el 12,6% de los asalariados, Por su parte, las personas que se encuen-
lo que expresa el generalizado deterioro de tran en la etapa de transición a la vejez pre-
las condiciones laborales del país. sentan un grado de precariedad más ate-
nuado (mayor estabilidad e ingresos) si son
Entre los trabajadores afectados por la
asalariados, y están en el mismo nivel que
precariedad laboral, el 54,7% tiene un tra-
los demás si son independientes.
bajo precario extremo, esto es, no gozan

34 Se ha adoptado este criterio considerando que, en promedio, hay dos ocupados por hogar y asumiendo que cada persona
debiera contribuir al ingreso familiar al menos con el equivalente a una CNA. El promedio de ocupados en los hogares de los
adultos mayores es de 1,8 personas. Para los propósitos de este análisis, se ha utilizado como indicador el ingreso per cápita
en relación a la CNA.

64 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Gráfico 27
Ciudades del eje: Calidad del empleo por categoría ocupacional (%), 2010
100

80

60

40

20

0
No precario

Precario

Precario
extremo

No precario

Precario

Precario
extremo

No precario

Precario

Precario
extremo
Total Asalariados No asalariados

45 a 59 años 60 y más

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Como en otros indicadores, también en años están afectados por la precariedad ex-
éste las desigualdades asociadas a la divi- trema, siete de cada 10 mujeres se encuen-
sión sexual del trabajo y a las limitadas op- tran en la misma situación. Esto significa
ciones de trabajo para las mujeres, se tras- que para la mayor parte de las mujeres el
ladan a la vejez. Basta señalar que mientras trabajo es incierto y ni siquiera permite cu-
cinco de cada 10 hombres mayores de 60 brir el costo de alimentación (gráfico 28).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 65


Gráfico 28
Ciudades del eje: Calidad del empleo por sexo (%), 2010
80

70

60

50

40

30

20

10

0
No precario

Precario

Precario
extremo

No precario

Precario

Precario
extremo

No precario

Precario

Precario
extremo
Total Hombre Mujer

45 a 59 años 60 y más

Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Esta realidad no es muy distinta entre las bajo no siempre tiene un sentido económi-
personas en edades de transición, mostran- co y en muchos casos lo aprecian como
do que el cuadro de precariedad laboral, medio de interacción e integración con su
desigualdad social y pobreza de los trabaja- entorno y la sociedad, tal como se despren-
dores tiende a agravarse. de de las opiniones recogidas en las entre-
vistas con ellos, las que se presentan en el
Pese a esto, hay que tomar en cuenta que la
siguiente apartado.
valoración que hacen los mayores del tra-

66 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


5. Valoración del trabajo
en la edad adulta mayor
Para cerrar este análisis sobre la participa- pacidades en actividades de utilidad
ción de los adultos mayores en el mundo social para la familia o la sociedad, toda
laboral, tengamos en cuenta lo que los pro- vez que la subsistencia se halla garanti-
pios interesados piensan sobre el trabajo, a zada por ingresos propios o familiares;
partir de sus trayectorias, experiencias, ex-
iii. un medio de relacionamiento social y
pectativas, y la realidad de su vida cotidia-
afiliación a la sociedad. En ausencia de
na y de la de sus coetáneos. Para cumplir
espacios institucionalizados de reu-
este propósito, se consultó su opinión res-
nión, el trabajo permite satisfacer la
pecto a si las personas de su edad debieran
búsqueda común de interacción con
continuar trabajando.
otros, uso de conocimientos o habilida-
Encontramos que, para la mayor parte de des y, en general, mejoramiento de la
los entrevistados, el trabajo en edades calidad de sus vidas.
avanzadas se reconoce como:
Las personas que se encuentran en las eda-
i. Una necesidad económica, cuando no se des más avanzadas consideran que seguir
cuenta con jubilación o cuando la cuan- trabajando depende de las capacidades in-
tía de ésta es reducida, cuando no se dis- telectuales y físicas, pero que el tiempo no
pone de ingresos propios no laborales pasa en vano y ellos ya dieron lo mejor de sí
(alquileres, transferencias o remesas, a la sociedad. Por último, un grupo minori-
etc.), y se busca asegurar un mínimo de tario –el que dispone de medios de subsis-
independencia económica respecto a la tencia– piensa que en la edad adulta es ne-
pareja, los hijos y otros parientes; cesario emanciparse del trabajo. Estas y
otras opiniones se transcriben con la voz
ii. un medio de realización personal, que
de los propios adultos mayores:
permite el despliegue de las propias ca-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 69


Cuando la necesidad obliga
• No creo que tengamos que seguir tra- nada, siempre nos discriminan. No-
bajando, estamos cansados; por ne- sotros ya hemos aportado al país con
cesidad tal vez. En una actividad que nuestro propio sacrificio, con nues-
sea liviana todavía se podría. Yo qui- tros pulmones. Hemos trabajado
siera conseguirme un puesto para duro para obtener esta jubilación,
vender caramelos; eso no es muy pe- pero el gobierno no nos reconoce,
sado, o cuidar niños creciditos. Eso nos discrimina hasta con los
simplemente, nada más. (Entrevista- aumentos(a las pensiones) y (no
da de 64 años). atiende) otras necesidades que tene-
mos. (73 años).
• Si mi esposo no tuviera jubilación,
pues tendría que buscar alguna acti- • El trabajo para mí no es un fin, es un
vidad que me dé ingresos. (70 años). medio para subsistir. Lamentable-
mente, el dinero lo es todo. Sin dinero
• Yo diría que las personas no deberían
no sabría cómo vivir. A pesar que sólo
trabajar en su vejez, porque uno se
hago algunos pequeños negocios, lo
cansa; pero la verdad es que cuando
que gano me ayuda bastante, para no
uno no tiene ingresos y quiere ayu-
depender de mis hijos o de la caridad.
darse no siempre se puede: hay que
(68 años).
seguir trabajando hasta que Dios nos
dé fuerza. Aunque hoy en día en que • Por necesidad, qué voy a hacer; el di-
la situación está difícil para poder tra- nero que gano es muy necesario mi
bajar. (63 años). esposa, una hija y cuatro nietos, to-
dos viven en mi casa; mi hija trabaja
• Es de acuerdo a la necesidad, porque
pero gana poquito. A mi edad, imagí-
algunos se han jubilado con muy baja
nese, el cuerpo ya no da. Si se da
renta, por ejemplo de 470 Bs, y eso no
cuenta es algo ya muy cansador. Hay
les alcanza; otros no tienen jubila-
clientes malos que no entienden, que
ción, (así que) quieran o no tendrán
lo bajonean al obrero como si fuera
que seguir trabajando. (69 años).
cualquier cosa. No obstante que este
• Creo que no; bueno, si hay necesidad es un oficio que cuando uno es bueno
no queda más que seguir trabajando, debía ser reconocido, hay gente que
pero la gente ya no nos reconoce no sabe nada de nada. (60 años).

70 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Trabajo como realización personal
• Todo tiene su tiempo, por eso ya no sita capital… Por ahora estoy bien
trabajo; en la casa nomas estoy y aho- nomás con mi jubilación. (66 años).
ra chochando con el nieto y estoy em-
• Es muy relativo. Yo tengo la filosofía
pezando a tejer. Antes me hacían pe-
de que se debe seguir trabajando
didos, tenía mis contratos, pero de
siempre que se tenga las capacida-
eso también ya me he jubilado. Tal
des mentales y físicas. Hay personas
vez me gustaría tener una tienda de
mayores que se jubilan y hacen una
arreglos florales, adornos, manuali-
vida sedentaria –creo que es psicoló-
dades, porque no es un trabajo pesa-
gico—y ahí llegan los achaques y se
do y soy hábil para eso; lo haría crea-
enferman. La actividad siempre es
tivamente, porque cuando uno va a
salud. (60 años).
comprar un arreglo floral te dan lo
mismo para cumpleaños que para en- • Mientras uno es relativamente joven
tierros, no hay diferencia. La cuestión y puede hacerlo, hay que trabajar.
es económica, porque tener un lugar (61 años).
donde uno pueda ofrecer (los produc-
• La actividad es muy importante para
tos) a la gente, tener un depósito y
las personas mayores. Yo creo que el
traer flores, requiere de inversión,
intelecto humano es tan grande que
porque las flores llegan de Colombia,
da la capacidad para realizar activi-
no siempre son de acá. (60 años).
dades (hasta la vejez), de acuerdo a
• Claro que me gustaría seguir traba- la experiencia, a la profesión que
jando, porque todavía tengo fuerzas. uno tiene. Entonces es importante
Quizá como cajera nuevamente, por- seguir empleando las facultades
que me gusta mucho la contabilidad. mentales y físicas, aunque lógica-
Yo le podría dedicar todo mi tiempo a mente estén disminuidas. Tenemos
eso. (64 años). un cúmulo de conocimientos. Hay
que tratar de transmitirlos y emplear-
• Mientras uno pueda, debería trabajar.
los en beneficio de otras personas;
A mí me gustaría tener un negocio,
esa es la actividad más importante
por ejemplo un negocio de movilida-
de la vida. (77 años).
des, es lo que quisiera, pero se nece-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 71


El tiempo no pasa en vano
• Antes sí buscaba trabajo, pero ahora mentada y pronto ya no tienen fuer-
ya no. No tengo ya interés ni ganas de zas, están cansados, se enferman.
tener una ocupación. No sé, estoy Ahora, en caso de que la remunera-
tranquila en la forma que vivo, porque ción económica mejore, poco a poco
tenemos la jubilación de mi esposo. los trabajadores podrían trabajar más
(70 años). años; pero ahorita no es el caso aquí.
(69 años).
• Yo pienso que depende de la salud,
del estado que se encuentra la perso- • Yo me hallo capaz de seguir trabajan-
na, porque hay personas de mi edad do, pero estoy impedido porque ya
que son jóvenes y no tienen proble- tengo fallas en la vista. Eso es lo úni-
mas de salud, y hay otras que ya no co que perjudica, porque de otro
podemos trabajar. (65 años). modo estaría postulando para seguir
trabajando de una u otra manera. De
• Yo creo que ya no hay fuerzas. Si yo
hecho después de jubilarme en el ma-
me sentiría ahorita con fuerzas diría
gisterio he trabajado por años en
que los de mi edad deben trabajar,
transporte internacional... (80 años).
pero ya no es así. (73 años).
• Ya no se puede tener una actividad
• La verdad es la siguiente: si el país, si
fuerte. Trabajar en alguna cosa de
el gobierno, si las leyes estuvieran
acuerdo a mi edad, eso quisiera yo. No
bien, si los trabajadores estuvieran
trabajar en construcción, levantar co-
bien remunerados, con buena alimen-
sas pesadas, porque uno ya no tiene
tación, entonces el trabajador podría
esa fuerza. En el periódico sé leer que
trabajar tranquilamente hasta los 65
piden sereno, portero, cuidadores; a
años, porque dicen que en otros paí-
veces llamo: “Venga”, me dicen, pero
ses trabajan así. Hay países donde
no me animo, porque a veces tomo…
los trabajadores ganan poco, enton-
¿Qué puedo hacer? (62 años).
ces son gente que no está bien ali-

72 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Emancipación del trabajo
• Pienso que las personas como yo de- rante 4 ó 5 años. Pero mi salud se ha
beríamos realizar alguna actividad, no ido deteriorando un poquito y me he
necesariamente trabajar. Es muy im- dedicado a otras actividades que me
portante estar activo, mantener la mo- han ayudado bastante. He ido a una
tricidad del cuerpo, la mente; para re- universidad del adulto mayor, he es-
lacionarse con otros, para sentirse tudiado música, inglés, repostería,
bien. Pero realizar un trabajo forzado todo lo que he podido. En mis horas
por la necesidad no creo que sea bue- libres he cuidado a mi nieto, no me
no para nadie. Es preferible vivir esti- he quedado inerte, porque pienso
rando lo poco que uno tiene. (62 años). que eso no es bueno para una perso-
na. Además asisto a una iglesia
• Seguir trabajando cuando uno ya es
evangélica y me he llenado de la pa-
mayor depende de varios factores.
labra del Señor; eso me hace sentir
Uno, de las necesidades que a veces
muy bien”. (65 años).
obligan a la gente a seguir trabajan-
do; otros lo hacen por hobby. Tam- • Hay que estar activo de cualquier
bién hay personas que se jubilan, se manera: uno puede dedicarse a mu-
encierran y envejecen rápido, se en- chas actividades: a la música, puede
ferman, les viene depresión. Aunque dedicarse a trabajos manuales en el
no se qué depresión puede haber, hogar, colaborar a la familia… hay
porque a mí me falta tiempo para miles de actividades hasta que nues-
otras actividades después de haber- tras facultades se pierdan completa-
me jubilado. (60 años). mente; el ser humano puede todo; lo
que vale es hacer las cosas de la me-
• Después de jubilarme todavía seguí
jor manera. (73 años).
trabajando en colegios privados du-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 73


6. El trabajo doméstico no
remunerado: la contribución invisible
de las mujeres adultas mayores
El trabajo es un conjunto de esfuerzos que las tareas domésticas y del cuidado de los
realizan hombres y mujeres en el espacio miembros de la familia sigue a cargo de las
público (esfera mercantil), pero también mujeres, realicen éstas una actividad eco-
en el espacio privado (esfera doméstica); nómica mercantil o no. Los relatos recogi-
en conjunto, las actividades remuneradas dos en las entrevistas corroboran que la
y no remuneradas dirigidas a la produc- asignación de responsabilidades domésti-
ción de bienes y servicios, dentro y fuera cas a las mujeres no ha sufrido grandes
del hogar, constituyen el trabajo necesario modificaciones.
para la reproducción cotidiana y el desa- Por lo tanto, el hecho que un porcentaje ele-
rrollo de la sociedad. vado de las mujeres adultas mayores no
El trabajo doméstico no remunerado com- haya logrado incorporarse en el mundo la-
prende diferentes tareas, como la elabora- boral no significa que “no trabaje”, sino
ción de alimentos, la limpieza y el arreglo que la mayoría sigue contribuyendo a la
de la casa o el vestuario, el cuidado de reproducción material de la familia con tra-
otros miembros de la familia (niños y adul- bajo doméstico no remunerado; sin embar-
tos), y otras tareas de servicio personal. go, como sucede en otros grupos de edad,
Estas labores de casa generan bienes y esta actividad pocas veces es vista como
servicios para la subsistencia de los miem- trabajo, incluso por las propias mujeres.
bros del hogar; sin embargo, su contribu- Las mujeres en edades avanzadas viven
ción no es reconocida, de modo que en en pareja por más tiempo que los hom-
gran parte resultan invisibles, económica bres; también viven –en un mayor porcen-
y socialmente;35 lo que se valora y, por tan- taje que éstos– en hogares multi-genera-
to, se considera “trabajo” en el capitalis- cionales, donde se ocupan en tareas de
mo es el que se realiza para el intercambio cocina, limpieza, crianza de los nietos o
en el mercado, y no el trabajo para produ- cuidado de miembros de su generación.
cir cosas útiles y necesarias. Una realidad que desmiente la idea con la
Por otra parte, la división del trabajo por que suele mirarse a este grupo de perso-
sexo proyecta una imagen que considera la nas, ya sea como “inactivas” o dependien-
actividad masculina, que se desarrolla tes del resto de la familia.
principalmente en el espacio público, como En contraste con su enorme contribución a
productiva; mientras que las actividades la manutención de la familia y a la posibili-
realizadas en el espacio doméstico, gene- dad de que otros miembros del hogar sal-
ralmente por mujeres, son catalogadas gan a vender su fuerza de trabajo, las activi-
como reproductivas. En el caso que nos dades que se realizan en la esfera doméstica
ocupa, aunque algunos adultos hombres tienden a ignorarse, y mucho más en la
realizan tareas del hogar, el gran peso de edad adulta.

35 Los debates actuales sobre género y trabajo plantean que el trabajo doméstico no remunerado debe ser considerado y medido,
para dar cuenta de su contribución a la generación de riqueza, a la reproducción del sistema económico y al desarrollo de la
sociedad capitalista.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 77


Los testimonios de los entrevistados, muje- como una forma de mostrar reciprocidad a
res y hombres, entregan múltiples eviden- los otros miembros del hogar.
cias de que no se considera como trabajo
Por último, los testimonios ilustran cómo
las tareas domésticas del hogar y que éstas
las tareas reproductivas y de cuidado (pro-
están asignadas a las mujeres. La mayor
pias, de los hijos o de los padres) limitan el
parte de las personas se sienten obligadas
rol de las mujeres mayores en la esfera pú-
a realizarlas, otras las ven como un medio
blica, como sucede siempre.
para sentirse útiles y activas, y, otras más,

Cosa de mujeres
• Nunca he tenido empleada. Entonces, zos; entonces lo hago con mucha
me he adiestrado para hacer todo lo dificultad. (60 años).
que tiene que hacer una mujer: coci-
• Yo tengo una educación bastante es-
no, lavo, plancho, recojo la casa, hago
pecial: fui huérfano, mi padre se fue a
limpieza en general. Nadie me ayuda
los tres meses de haber nacido yo; en-
ahora. Soy papá y mamá de mis tres
tonces mi tío político me acogió, se
hijos; ellos me ayudaban bastante
apoderó de mí como su hijo. Yo cogí
mientras yo trabajaba. Soy maestra
un poco la mentalidad de él, que era
jubilada y pienso que una persona
un poco machista: no me dejaba en-
tiene que valerse por sí misma, pese a
trar a la cocina. Ahora comemos en el
los problemas de salud que tenga.
mercado, aunque eso es un poco peli-
Hace un año tengo en la casa a mi nie-
groso para mí, por los contagios. La
tito de seis años. Por razones de tra-
señora que me acompaña –mi pareja–
bajo mi hija no lo puede tener y está
es la que se encarga del lavado de
conmigo; con mayor razón hay que
ropa y de las actividades domésticas.
ocuparse de todo. (Entrevistada de 64
(68 años).
años).
• Yo no más arreglo, yo no más man-
• Hago todos los trabajos del hogar: el
tengo el lugar. Qué puedo hacer, es-
aseo, cocinar, limpiar a los perritos,
toy solo. Tiendo la cama, hago la lim-
darle la ropa al caballero. Soy emplea-
pieza, pero no como lo hacía mi
da sin sueldo, sin vacación y sin fe-
señora, que cocinaba, limpiaba los
riados. Las tareas de la casa siempre
pisos, la sala. Mayormente tampoco
las he realizado yo, aun trabajando.
cocino; estoy pensionado y voy a al-
Antes de que me jubile trabajaba en
gún lugar a comer, como ahora, que
una escuela, venía y atendía la casa,
he ido por un platito que me voy a
venía rápido a cocinar. No es que (es-
servir. (60 años).
tas tareas) me gusten, sino que estoy
obligada a hacerlas, me cansan, por- • Algunas veces tengo que sacar tiem-
que tengo cuatro vértebras lesiona- po para hacer cosas de la casa, aun-
das y no puedo hacer mayores esfuer- que yo trabajo de seis a seis. Mi espo-

78 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


sa también hace el trabajo que se está muy ancianita, esas son mis ta-
necesita en la casa. He visto a algu- reas diarias. Siempre ha sido así,
nos padres que sufren más que los nunca he tenido ayuda; aun cuando
hijos, porque están cargando a los estaba trabajando, igual no tenía ayu-
nietos. Por suerte me han liberado de da. (62 años).
esa parte ellos ya tienen sus hogares.
• Hago cosas constantemente, como
(65 años).
arrinconar la casa, mover los mue-
• Bueno, yo cocino, lavo, limpio, plan- bles alguna vez, mejorar el ambiente;
cho esas serían las actividades que pero cocinar y otras actividades (dia-
hago en la casa. Ir a hacer compras, rias) no. Como vivo con mi esposa,
organizarme y verla a mi mamá, que ella hace esas actividades. (77 años).

El no-trabajo
• No, no trabajo. Hago los quehaceres que no para mucho en casa, general-
en la casa: lavar, cocinar, cuido a los mente sale. (63 años).
nietos. Con eso es con lo único que
• Yo no puedo hacer cosas en la casa;
ayudo a mis hijos, nada más. Una hija
alguna vez cocino, pero generalmente
que tengo, que es enfermiza, no tra-
me hago ayudar con una persona que
baja tampoco; ella me ayuda en la
contrato; estoy delicada, con artrosis.
casa. (63 años).
Me dedico más a cuidar a mi mamá;
• En la casa hago lo de siempre: lim- eso es toda la semana, todos los días;
piar, cocinar, todo lo que se necesita; ella es como wawa. Las dos nos
también lavar y planchar. Como estoy acompañamos. (65 años).
sin hacer nada, entonces me distrae
• Francamente, a esta edad somos una
también. Sí, me gusta mantenerme
carga para la familia. Yo les ayudo cui-
ocupada. Antes me dedicaba al traba-
dando a sus hijos, les ayudo en todo lo
jo íntegramente, porque tenía a mi
que puedo. No quisiera que mis hijos
mami y ella me atendía. Ahora yo
tengan problemas por mi culpa, eso es
hago lo mismo con mi hijita: ella está
lo que me da miedo. (62 años).
como auxiliar en una universidad, así

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 79


Trabajo compartido: una excepción
• El trabajo de la casa normalmente lo conjunto. A la fuerza tengo que coci-
hacemos entre todos: a ratos somos co- nar y el resto de las actividades las
cineros, lavanderos, otras trabajamos. compartimos con mi esposo y mis hi-
Mi esposa trabaja en comercio, todos jos, que viven arriba en un departa-
ayudamos entonces, hasta los chicos, mentito. (70 años).
que son cocineros. A veces también en
• Ahora me gusta preparar los alimen-
el taller todos trabajamos. Ahí no hay
tos y hago un poco de aseo en la
horario, no hay feriado, no hay descan-
casa. Cuando vivía solo me dedicaba
so. (60 años).
a lavar ropa, planchar camisas, todo
• Me gusta hacer las cosas de la casa, eso, pero desde que me casé me de-
pero la cocina no tanto. Antes, cuan- diqué a trabajar de lleno, y ya muy
do trabajaba mi esposo, tenía emplea- poco me dedicaba a los quehaceres
da doméstica. Ahora hacemos trabajo de casa. (80 años).

80 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


7. El núcleo familiar:
solidaridad y reciprocidad
Como se ha podido constatar, la precarie- res son heterogéneas y se derivan de la in-
dad laboral, el desempleo, la disminución serción particular de la familia en la
o la falta de ingresos, la modificación de estructura social o las relaciones de clase,
las actividades cotidianas luego de la jubi- y por la participación de cada uno de sus
lación, la pérdida de contactos sociales y miembros en las relaciones sociales de pro-
la falta de espacios de participación social ducción. Si bien este asunto no es objeto
son la realidad que viven los hombres y del presente estudio, los testimonios de los
las mujeres durante su vejez. Las formas entrevistados muestran, en general, la im-
de enfrentar esta realidad son diferentes portancia de las redes familiares para la
según la posición socioeconómica y el gé- subsistencia de las personas mayores. És-
nero de las personas, pero tienen un deno- tas pertenecen a diferentes grupos sociales
minador común: se enmarcan en la fami- que les transfieren o comparten con ellas
lia, la red más cercana de relaciones de los escasos recursos disponibles, viven en
solidaridad y reciprocidad. su propio hogar o integrados en los hoga-
res de los hijos.
La familia, entendida en su acepción res-
tringida, como “hogar”, es una organiza- Mientras la mayor parte de los adultos ma-
ción estructurada a partir de relaciones so- yores viven en hogares inter-generaciona-
ciales entre personas que comparten una les, en los relatos que hacen los entrevis-
misma residencia y organizan en común – tados aparecen situaciones como las
en armonía o conflicto– su reproducción siguientes: i) cuando viven con los hijos
económica y social. En su acepción más no necesariamente pasan a ser depen-
amplia, es un ámbito social en el cual se dientes económicamente de ellos; ii) en
crean y recrean relaciones de intercambio, ausencia de ingresos propios, los inter-
poder, solidaridad, reciprocidad y conflicto, cambios están marcados por la reciproci-
que se fundan en una determinada división dad: el trabajo no remunerado en las múl-
del trabajo, en la cual se asignan las funcio- tiples tareas del hogar cobra especial
nes por género, parentesco y edad (Lépore valor; iii) los adultos mayores que viven en
y Salvia, 2002). hogares compuestos contribuyen casi
siempre con la vivienda, el principal aho-
Las funciones y arreglos para la subsisten-
rro que han hecho a lo largo de su vida.
cia que dependen de las relaciones familia-

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 83


Gastos compartidos
• Vivo con mi esposo que está jubilado • No soy una persona dependiente,
y aquí en esta misma casa viven mis aunque vivo con mi hijo y mi nuera.
hijos; tenemos arriba un departamen- Hago repostería a pedido hace más de
to pequeñito. Todos estamos juntos 30 años y vendo productos Avon. Ten-
en la alimentación, y ellos dan una go mi bono que cobro cada dos o tres
parte del dinero y yo otra parte. Esta meses, según mi necesidad. Yo pago
es la casa de mis hijos y hay alquile- el teléfono, compro algunos víveres;
res, pero precisamente esa es la ayu- en realidad hacemos los gastos entre
da que ellos dan. (70 años). todos. (63 años).

Una suerte de reciprocidad


• No me alcanza mi dinerito por eso es jos. Son ocho mis hijos. Ahora ellos
que vivo con mis hijos, cuido a mis me envían dinero mensualmente: el
nietos y, aunque no sea gran cosa, uno o el otro, como si yo estuviera
con mi bono ayudo a mi hijo para al- percibiendo una renta. Entonces esa
gún gasto que haga falta. Un domin- es la forma en que yo me mantengo
go compro un kilo de carne, cuarta de económicamente con mi esposa.
papa, alguna otra cosita les compro a Tampoco tenemos mayores necesida-
mis nietos, me guardo (algo de dine- des. Entonces para nosotros la vida
ro) para pasajes, para eso nada más; se nos hace bastante fácil por el mo-
no es mucho tampoco: 200 pesos no mento. (77 años).
es mucho. Claro que mis hijos no
• Como mi hija trabaja, viene a almor-
quieren que gaste, pero soy un poco
zar de lunes a viernes. A veces ella
delicada. En algo por lo menos hay
me regala, me lo paga la luz, el teléfo-
que aportar. (68 años).
no; ella me ayuda con algunos gas-
• Bueno, yo tramité mi renta muchísi- tos y yo le ayudo con el almuerzo; a
mos años, pero demoró demasiado. veces a mis otros hijos también.
Entonces hice que me devolvieran Ellos ya están trabajando. El Edwin a
toda mi renta de forma global, y ese veces me ayuda a pagar algunas co-
dinero lo he distribuido entre mis hi- sas, así nos colaboramos. (65 años).

84 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Ayuda a los hijos y padres
• ¿Sabe qué pasa? La labor de una ma- • Mis cuatro hijos están en la Argenti-
dre nunca termina. También hay que na, trabajan como costureros y allí
ayudar a los hijos. Yo gasto en mi ali- viven como inquilinos. Yo fui, pero
mentación, en mi vivienda, en todo lo no pude acostumbrarme. Me gusta
que necesito, pero también ayudo a vivir en mi propia casa y a mi mane-
mis hijos, a pesar de que ellos están ra. A mi hija le ha dejado su marido,
casados (tengo dos hijos casados), por eso se fue donde su hermana. Le
pero los tengo que ayudar en todo lo hago giros cada mes; a veces a mi
que pueda; inclusive del nieto cubro hijo también. A mis nietos les doy
todos los gastos. (62 años). sus recreos; al final todo lo que uno
tiene es para los hijos. (62 años).
• Uso mis ingresos en lo que se necesi-
te. Hago mis trabajitos porque la ren- • No trabajo, estoy en mi casa, soy ju-
ta no alcanza. Ahora, por ejemplo, bilado. He trabajado 30 años en una
hasta que mi hijo –que es médico– se empresa textil de El Alto. A esta edad
estabilice, hasta que tenga una situa- ya no nos reciben en los trabajos,
ción sólida, lo ayudo un poco, porque sólo los jóvenes trabajan. Soy viudo;
están pagando alquiler; y a fin de que vivo con mi hijo Juan y su familia.
vivan tranquilos, hasta que la esposa Tengo una casa de dos pisos; yo ten-
tenga también solvencia. (60 años). go mi cocina en el último piso, me
cocino aparte, pero siempre estoy
• Tenemos un hijo que todavía está es-
con mis hijos y mis nietos los llevo a
tudiando, aunque con poco, todavía lo
jugar balón, a pasear, todo eso. Pero
estamos solventando a él. También vi-
me gusta mi independencia. Cada
vimos con mi mamá: me he hecho car-
quien tiene sus propios gastos, pero
go de ella. Con la jubilación de mi es-
a veces mi hijo me dice: —“Papá no
poso vemos los dos por la economía
tengo”. — “Ya hijo, te lo voy a com-
(de todos). (62 años).
prar algo de ropa, cuál es”, — le digo.
• Actualmente vivo con mi mamá y mi Tiene que ir bien vestido zapatitos le
hijo, a mi hijo le ayudo con el almuer- regalo o alguna camisa. Tiene que
zo no más; mi mamá tiene su renta estar presentable, tiene que ir a edu-
que le ha dejado su esposo. (65 car (es profesor). (67 años).
años).

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 85


Así, se puede concluir que las condiciones Algunos estudios realizados en América
de vida en la vejez no sólo dependen de la Latina afirman que la pobreza no debe aso-
inserción laboral o la capacidad de pago, ciarse directamente con la vejez, ya que en
sino también de las características de la red la mayoría de los países la incidencia de
familiar del adulto mayor. La información ésta es menor en hogares con personas
cuantitativa también entrega evidencias al adultas mayores, que en los que carecen de
respecto: la probabilidad de caer en la po- ellas (CEPAL, 2003). Sin embargo, este
breza es mayor cuando los adultos mayores dato hay que observarlo con cuidado, ya
viven solos (56,8%); disminuye cuando vi- que la frontera entre el pobre y el no pobre
ven en pareja sin hijos (42%), y algo más en la vejez es frágil (SENAMA, 2009).
cuando viven en hogares inter-generacio-
En efecto, tomando como indicador el nivel
nales (41%). Dado que la mitad de los ho-
socioeconómico de los hogares, se puede
gares de las principales ciudades del país
evidenciar que, hacia 2010, el 45% de los
se encuentra debajo de la línea de pobreza
hogares con adultos mayores –ocupados o
(INE, 2008), el riesgo de permanecer en
no– se encontraba en los escalones más ba-
esta situación durante la edad adulta no
jos de la estructura social, un porcentaje su-
desaparece, sino que se atenúa gracias al
perior al del conjunto de la población urba-
apoyo familiar (gráfico 29).
na (41%) y, en particular, de los hogares con

Gráfico 29
Ciudades del eje: Adultos mayores por nivel socioeconómico 1/
según tipo de
hogar (%), 2010.
60

50

40

30

20

10

0
Bajo

Madio

Alto

Bajo

Madio

Alto

Bajo

Madio

Alto

Unipersonal Nuclear s/h Compuesto

1/Quintiles de ingreso percápita del hogar. Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

86 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


personas en edades de transición a la vejez generación, pues un tercio de los hogares
(35,5%). Es decir, que las personas mayores con adultos mayores logra mantenerse en
son más vulnerables a la pobreza, debido a una posición económica expectable (nive-
la progresiva disminución de sus ingresos, les medio alto y alto). Esta proporción (un
que a la vez se origina en la baja cobertura tercio) es la misma que la de los niveles so-
de la jubilación y en un menor acceso a em- cioeconómicos superiores respecto a la po-
pleos y ocupaciones de calidad. blación total.
Comparando esta situación con la de los Más que a la edad, la heterogeneidad de
hogares de las personas que se hallan en la condiciones responde a la reproducción de
etapa de transición a la vejez, se puede con- las desigualdades acumuladas durante el
cluir, como otros autores (Woolf, 1989), que ciclo de la vida. Así, los hogares de los
la edad adulta mayor implica una condi- adultos mayores son menos vulnerables
ción de fragilidad, y durante ella las perso- cuando poseen bienes materiales patrimo-
nas descienden a niveles de pobreza con niales, bienes educativos, oportunidades
mayor facilidad que en las etapas previas de generar ingresos laborales y, lo más im-
de la vida. Sin embargo, es importante ob- portante, ingresos por concepto de jubila-
servar las diferencias dentro de la misma ción (gráfico 31).

Gráfico 30
Ciudades del eje: Adultos mayores ocupados según nivel socioeconómico
del hogar 1/ (%), 2010
30

25

20

15

10
Total hogares

5 45 a 59 años

60 y más
0
Muy bajo Bajo Medio Medio alto Alto
1/ Quintiles de ingreso percápita del hogar. Fuente: ECEDLA , 2010. Elaboración propia.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 87


8. Conclusiones
El objetivo de este trabajo fue entregar al lec- De esta manera, se verifica ampliamente
tor un cuadro descriptivo de la forma en que la hipótesis que ha orientado este análi-
los adultos mayores se relacionan con el sis: el trabajo y los ingresos que provie-
mundo del trabajo urbano, sobre la base de nen del trabajo, así como el trabajo do-
información de las principales ciudades del méstico no remunerado, siguen teniendo
país: La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El un papel central en las estrategias de vida
Alto. El balance muestra que en la vejez las de los adultos mayores y sus familias.
personas siguen interactuando de diversas Mientras tanto, la ausencia de políticas de
maneras con la estructura económica, con protección social que promuevan y garan-
las especificidades propias de las socieda- ticen los derechos individuales y colecti-
des con sistemas de protección social poco vos de los adultos mayores, anticipándose
extendidos y de baja calidad, de sus propias a los acontecimientos, prolonga la situa-
historias laborales, de su pertenencia a ho- ción de pobreza que la mayor parte tuvo
gares socialmente diferenciados, y del com- durante su trayecto laboral y de vida, has-
portamiento del mercado laboral. ta la vejez.
En respuesta a una lógica mercantil que
transfiere a los individuos y sus familias
a) Los adultos mayores participan
toda la responsabilidad de la reproduc-
en tasas elevadas y crecientes en la
ción física y social en la vejez, se dan si-
actividad económica urbana, y su
tuaciones de gran heterogeneidad, marca-
permanencia en el trabajo hasta
das por la mayor o la menor urgencia de
edades avanzadas supera la de sus
generar ingresos para la subsistencia. Es-
pares en la mayor parte de los
tas situaciones tienen como denominador
países de la región.
común una inserción laboral predominan-
temente precaria, un rasgo que comparten La importante concurrencia de los adultos
con las del resto de los trabajadores. mayores a la actividad económica es con-
sistente con el menor grado relativo de
Destaca también la importancia del traba-
desarrollo capitalista del país, al que se
jo doméstico no remunerado de los adul-
asocia la baja cobertura y calidad del sis-
tos mayores para asegurar su subsisten-
tema de seguridad social (solamente una
cia y la de otros miembros de la familia,
de cada cuatro personas accede a la jubi-
en un marco de reciprocidad y de apoyo
lación). A esto se suma, en el último dece-
mutuo. Esto es más evidente en el caso de
nio, el aumento del desempleo y la persis-
las mujeres, quienes en la edad adulta
tencia de bajos salarios en todos los
mayor siguen contribuyendo significati-
sectores del mercado de trabajo, lo que
vamente a la reproducción material de la
con frecuencia convierte la contribución
familia, mediante la realización de activi-
de los adultos mayores en imprescindible
dades de cocina, limpieza, arreglo del ves-
para cubrir los costos de la subsistencia
tuario y cuidado de los niños y de otras
personal o familiar. Más de la mitad de los
personas mayores, las cuales permiten
hombres y un tercio de las mujeres mayo-
que otros miembros de la familia extendi-
res logran incorporarse a la actividad eco-
da salgan a vender su fuerza de trabajo.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 91


nómica; mientras que otros que necesi- b) La mayor participación laboral de
tan, quieren y pueden seguir trabajando los adultos mayores tiende a
no logran hacerlo y caen en el desempleo compensar los efectos del
o se retiran de la actividad económica; desempleo o del retiro forzoso de los
como se desprende de los relatos recogi- jóvenes del mercado de trabajo.
dos en las entrevistas, esto último gene-
En los últimos diez años, la creciente pre-
ralmente no ocurre en forma voluntaria,
sencia de los adultos mayores en la activi-
sino a causa de la imposibilidad de en-
dad económica ha estado estrechamente
contrar un empleo o de contar con recur-
relacionada con el aumento del desempleo
sos (capital, conocimientos), para realizar
de entre los jóvenes y su retiro del mercado
alguna actividad.
de trabajo (por el “efecto desaliento”), como
Existe una serie de factores que hacen po- también con los bajos ingresos con que se
sible que algunos continúen trabajando remunera a la mayor parte de los ocupados.
en la vejez; entre éstos, una estructura Esta situación ha llevado a que la necesi-
económica fuertemente asentada en acti- dad de trabajar sea cada vez más urgente y
vidades terciarias no capitalistas o mer- que la contribución de los adultos mayores
cantiles simples, que abre espacios al tra- sea fundamental, no sólo para la conforma-
bajo independiente. También la trayectoria ción del ingreso familiar, sino también para
laboral de las personas, puesto que mu- la producción de bienes y servicios, al que
chas permanecen en el mismo trabajo que contribuyen mediante su trabajo doméstico
vinieron realizando toda su vida, sin cam- no remunerado.
biar las relaciones laborales en las que
Se observa que, con el paso del tiempo, el
estaban inmersos. En este proceso tien-
patrón de las tasas de participación por eda-
den a reproducirse las marcadas diferen-
des se invierte: es mayor en las edades avan-
cias laborales y educativas que se dan
zadas y menor en las más jóvenes. Una
entre los sexos, inclusive el hecho de que
cuestión que comienza a ser naturalizada
las mujeres abandonan el mundo del tra-
inclusive por los propios adultos mayores,
bajo antes.
cuando señalan la necesidad de seguir tra-
El trabajo es la fuente principal de bienes- bajando porque tienen la responsabilidad
tar económico y social para cuatro de de sustentar económicamente a los hijos y/o
cada diez adultos mayores; y la situación nietos con los que conviven, o de brindarles
para los otros cuatro que no tienen jubila- apoyo cuando se han emancipado. Hay evi-
ción ni trabajan es de extrema vulnerabili- dencias de que la distribución inter-genera-
dad social, algo que no constituye una cional de roles en el mercado de trabajo se
preocupación prioritaria de la agenda pú- ha alterado en nuestra sociedad, y los mayo-
blica. Entretanto, el mercado de trabajo res son ahora los principales sustentadores.
sólo ofrece desempleo y precariedad labo- Si se considera que en la vejez la disponibi-
ral a los más jóvenes, lo que amenaza con lidad de ingresos generalmente tiende a dis-
perpetuar la situación descrita, unas ve- minuir, esta responsabilidad se convierte en
ces forzando al trabajo de los mayores una pesada carga que las lógicas del estado
hasta la muerte, y otras profundizando su y el mercado colocan sobre las espaldas de
situación de pobreza. los adultos mayores.

92 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


c) El trabajo doméstico no d) Las formas de trabajo remunerado
remunerado: la contribución de los adultos mayores siguen un
invisible a la reproducción de la patrón de discriminación y
fuerza de trabajo familiar y a la segregación ocupacional.
acumulación de capital.
A medida que las personas envejecen, se ve-
Los testimonios de los entrevistados, muje- rifican cambios importantes en las formas
res y hombres, entregan múltiples eviden- de inserción laboral. El trabajo manual en la
cias de que el concepto de “trabajo” no esfera productiva pierde importancia y cede
considera las tareas domésticas del hogar; el espacio a la ocupación en actividades ter-
reflejan también que se encomienda esta ciarias, principalmente en el comercio, los
responsabilidad casi exclusivamente a las servicios personales y, marginalmente, en
mujeres, también en la vejez. Gran parte de los servicios sociales, públicos y privados,
los adultos, en particular las mujeres, se que es donde se concentran los que esperan
sienten obligadas a realizarlas; otras ven en mejores condiciones para jubilarse. En con-
éstas un medio para sentirse útiles y acti- secuencia, pierden importancia las ocupa-
vas; otras más, una forma de intercambio y ciones que cuyo desempeño se demanda los
reciprocidad con los demás miembros del conocimientos, habilidades y experiencias
hogar; todo esto contradice la idea de que adquiridas por los mayores durante su vida
los mayores que viven con otras personas laboral, dando lugar a un proceso de segre-
dependen de ellas. gación laboral.
Al mismo tiempo, el hecho de que un por- A medida que envejecen las personas, el
centaje elevado de las mujeres mayores no empleo asalariado se reduce drásticamen-
consiga incorporarse en el mercado de tra- te, en particular para las mujeres. El punto
bajo no significa que “no trabaje”, pues si- de inflexión se inicia antes de los 60 años.
gue contribuyendo a la reproducción mate- Después, casi tres de cada 10 personas se
rial de la familia mediante trabajo doméstico ocupan como asalariados, por lo general
no remunerado; sin embargo, como tam- aquellos que lograron estabilidad y espe-
bién sucede con otros grupos de edad, esta ran jubilarse de su trabajo actual. Ésta es
actividad pocas veces se ve como trabajo, una muestra de que la vejez es también una
incluso por parte de las propias mujeres. categoría social: el trabajador se desvalori-
za a medida que las condiciones para la
Esta enorme contribución de las mujeres
venta de su fuerza de trabajo son menos
adultas mayores –y una parte de los hom-
rentables para el capital. Como resultado
bres– a la manutención de la familia, per-
de esto, el trabajo independiente o por
mite, a su vez, que otros miembros del ho-
gar salgan a vender su fuerza de trabajo al cuenta propia pasa a constituir la forma do-
sistema económico que acumula explotan- minante de ocupación. Los independientes
do directa e indirectamente a los trabaja- lo son porque siguen una trayectoria labo-
dores. Esta es una cuestión central que se ral anterior, necesitan una forma de sobre-
encuentra invisibilizada y que requiere ser vivir o, por último, como señalan algunos
reconocida por los propios adultos mayo- entrevistados, desean una posición que les
res, dentro de su lucha por una pensión permita tomar decisiones propias, así como
universal que asegure calidad de vida en combinar el uso de sus capacidades con el
la vejez. goce del tiempo libre, a salvo de las direc-
trices y presiones de los empleadores.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 93


La concentración de los adultos mayores Existen, además, otros indicadores que ex-
en la esfera del trabajo por cuenta propia ya presan las precarias condiciones de trabajo
no es un rasgo característico de la ocupa- de los mayores; por un lado, la elevada pre-
ción de las mujeres, sino también de la de sencia de éstos en actividades que se reali-
los hombres. Ambos grupos tienen que zan en las vías públicas, mercados y obras
competir por los mismos espacios del mer- de construcción; por otro lado, su exposi-
cado con otros grupos de trabajadores, mu- ción a largas jornadas de trabajo, como
chas veces en desventaja; en particular asalariados o independientes, generando
cuando se trata de personas que fueron ingresos para su subsistencia a expensas
desplazadas de sus empleos asalariados de su salud y su calidad de vida.
por razones de edad.
Como en otros países de la región, el sector
f) Ingresos, desigualdad y pobreza:
informal permite que ocho de cada diez
el trabajo como fuente de bienestar y
adultos mayores sigan trabajando, con una
de vulnerabilidad social.
brecha por género que hace que las limita-
das oportunidades que existen para perma- Independientemente del indicador con el
necer o ingresar en un nuevo empleo formal que se vea, los mayores ganan menos que
estén reservadas para los hombres y, entre los ocupados en cualquier otro grupo de
éstos, casi exclusivamente para los que edad, aunque hay marcadas diferencias en-
cuentan con niveles educativos superiores. tre asalariados e independientes, y brechas
a favor de los hombres en ambas categorías
ocupacionales. El 75% de los asalariados
e) Condiciones laborales: la obtienen ingresos que les permitirían cu-
precariedad como norma. brir todos sus gastos de subsistencia y
otros gastos de sus hogares; en esta situa-
La precariedad laboral caracteriza el fun-
ción se encuentra solamente el 26% de los
cionamiento del mercado de trabajo urba-
independientes. De estas evidencias se in-
no. Si se considera como indicadores de la
fiere que la Renta Dignidad cobra especial
calidad del empleo la estabilidad laboral,
importancia para la subsistencia de la ma-
los ingresos (con relación al costo de la
yor parte de las personas que permanecen
canasta básica alimentaria) y la cobertura
ocupadas.
de la seguridad social, los adultos mayo-
res se hallan expuestos a condiciones la- A pesar de estas diferencias, la desigual-
borales más desventajosas que el resto de dad de los ingresos laborales se atenúa en
la población ocupada. Mientras el reduci- la vejez; sin embargo, la masa que queda
do grupo de asalariados tiene acceso a en manos del 20% mejor remunerado to-
empleos precarios moderados y a empleos davía es seis veces superior a la que reci-
adecuados (cuando siguen en el empleo be el 20% más pobre, por el peso de los
que tenían antes, con ingresos incremen- trabajadores por cuenta propia, cuyos in-
tados por antigüedad y aportando para su gresos tienden a igualarse en un nivel
jubilación), el 90% de los que laboran muy bajo. La mayor desigualdad se en-
como independientes tiene un trabajo pre- cuentra en el grupo de asalariados, donde
cario extremo, básicamente debido a los el 20% más rico percibe una masa salarial
bajos ingresos que obtienen y a su exclu- 35 veces superior a la que obtiene del
sión del sistema previsional. 20% más pobre.

94 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


Estudiando el nivel socioeconómico de o la falta de ingresos, la modificación de
los hogares se constata que la pobreza de las actividades cotidianas luego de la jubi-
los hogares con adultos mayores es más lación, la pérdida de contactos sociales y
elevada que la del resto de los hogares, a la falta de espacios de participación social
diferencia de la tendencia encontrada en son la realidad que viven los hombres y
otros países de la región. Esto lleva a las mujeres durante su vejez. Las formas
concluir que las personas mayores son de enfrentarla son diferentes según la po-
más vulnerables a la situación de pobre- sición socioeconómica y el género de las
za, lo que se debe a diferentes factores personas, pero tienen un denominador co-
observados en este análisis: la baja ex- mún: se enmarcan en la familia, la red más
tensión y calidad de las prestaciones pre- cercana de relaciones de solidaridad y re-
visionales, el limitado acceso de los adul- ciprocidad.
tos mayores a empleos y ocupaciones, y Mientras la mayor parte de los adultos ma-
su concentración en actividades indepen- yores viven en hogares inter-generaciona-
dientes que generan bajos ingresos y se les, en los relatos que hacen los entrevis-
realizan en condiciones laborales preca- tados aparecen situaciones como las
rias. Así, en el actual contexto económi- siguientes: i) cuando viven con los hijos
co, y dado el desempeño de nuestro mer- no necesariamente pasan a ser depen-
cado laboral, la vejez es la etapa de la dientes económicamente de ellos; ii) en
vida en la que se desciende con mayor ausencia de ingresos propios, los inter-
facilidad a la pobreza. cambios están marcados por la reciproci-
Sin embargo, también es importante obser- dad: el trabajo no remunerado en las múl-
var las diferencias dentro de la misma gene- tiples tareas del hogar cobra especial
ración, pues un tercio de los hogares con valor; iv) los adultos mayores que viven en
adultos mayores posee una posición econó- hogares compuestos contribuyen casi
mica expectable (niveles medio alto y alto). siempre con la vivienda, el principal aho-
Esto repite la proporción de hogares de es- rro que han hecho a lo largo de su vida.
tos niveles respecto a la población total. Por lo tanto, siguiendo las voces de los
Más que a la edad, entonces, la heterogenei- protagonistas, se puede concluir que las
dad de condiciones responde a la reproduc- condiciones de vida en la vejez no sólo de-
ción de las desigualdades acumuladas a lo penden de la inserción laboral o la capaci-
largo de la vida, que dotaron a los hogares dad de pago, sino también de las caracte-
menos vulnerables de bienes patrimoniales, rísticas de la red familiar con la que se
educativos, de oportunidades para generar cuenta. La información cuantitativa tam-
ingresos y, lo más importante, de ingresos bién entrega evidencias al respecto: la pro-
por jubilación. babilidad de caer en la pobreza es mayor
cuando los adultos mayores viven solos,
disminuye un poco cuando viven en pareja
g) Redes familiares: los espacios de sin hijos, y algo más cuando viven en ho-
reciprocidad y el mito de la gares inter-generacionales. Dado que la
dependencia económica de los mitad de los hogares de las principales
adultos mayores. ciudades del país se encuentra debajo de
Como se ha podido constatar, la precarie- la línea de pobreza (INE, 2008), el riesgo
dad laboral, el desempleo, la disminución de permanecer en esta situación durante

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 95


la edad adulta no desaparece, sino que i) El trabajo remunerado como
sólo se atenúa con la convivencia familiar. opción y la protección social en la
vejez como desafío: una reflexión
desde los sujetos.
h) El escenario futuro: mayor
Una de las cuestiones que es necesario di-
desprotección social en la vejez.
lucidar en la discusión que estamos efec-
Mientras el envejecimiento de la población tuando es el sentido de la noción de trabajo
avanza, el sistema de seguridad social no digno, con relación a los adultos mayores.
está diseñado para resolver los problemas ¿Qué significa para ellos? ¿Asegurar con-
de exclusión que se originan en el funciona- diciones laborales adecuadas a quienes ya
miento del mercado laboral, la creciente fle- trabajan? La respuesta es afirmativa. ¿Sig-
xibilidad contractual y la desprotección so- nifica, incluso, promover el trabajo entre
cial del trabajo independiente. Tampoco los adultos mayores? Esta pregunta fue
crea mecanismos compensatorios para ami- trasladada a los propios sujetos, por medio
norar los efectos de la persistencia de bajos de las entrevistas. “¿Es que los adultos ma-
salarios sobre la cuantía de las pensiones, yores deben continuar trabajando?” Las
más todavía cuando el sistema vigente si- respuestas fueron diversas, como diversa
gue basado en un enfoque de capitalización era la posición económica y social de los
individual, y se ha eliminado el aporte esta- informantes. Para la mayoría de ellos, el tra-
tal y patronal durante 13 años. Su reposi- bajo es una necesidad, no sólo para asegu-
ción, gracias a la reforma reciente, supone rar la subsistencia propia, sino la de otros
un aporte mínimo, exclusivamente destina- miembros del núcleo familiar. Para otros,
do a mejorar las rentas de un reducido por- que cuentan con recursos individuales o fa-
miliares, el trabajo sólo es una opción.
centaje de los jubilados con mayor densidad
de aportes, mientras se sigue afectando el Se puede concluir, entonces, que la solu-
ingreso futuro de los trabajadores, pues se ción que se impone es, por un lado, la de-
les impone mayores contribuciones o se usa fensa del derecho de los mayores al traba-
sus ahorros previsionales. jo en condiciones adecuadas; y por el otro,
la defensa del derecho al trabajo de los
Si sólo un parte muy reducida de la gene-
más jóvenes, tomando en cuenta la reci-
ración actual de adultos mayores –que ini-
procidad que hemos observado en este
ció y desarrolló parte de su vida laboral en
análisis, y recordando que el problema de
el contexto del Estado de bienestar– logró
la subsistencia generalmente se resuelve
acceder a la jubilación, el panorama es
en el seno familiar.
más sombrío para los trabajadores que
pertenecen a la generación de transición y No obstante, este planteamiento sería in-
a las generaciones más jóvenes. La dis- completo y reproduciría la lógica de trasla-
continuidad en el empleo, la baja densidad dar la responsabilidad de la reproducción
de cotizaciones de los asalariados y los de los adultos mayores a éstos mismos, si
bajos ingresos de los independientes, que no se recupera otra idea que los entrevista-
limitan su ahorro voluntario, permiten pre- dos plantearon al hablar de reciprocidad: El
sagiar una mayor desprotección social, trabajo doméstico no remunerado que reali-
excepto si se produce una reforma previ- zan asegura la reproducción de la fuerza de
sional basada en los principios de la segu- trabajo y facilita su incorporación a la acti-
ridad social. vidad económica; por esta vía, los mayores

96 Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano


contribuyen significativamente al proceso tiempo, debe contarse con la participación
de acumulación de capital. Si esto es así, el de las personas mayores, en alianza con las
desafío es asegurar el bienestar de los organizaciones laborales y sociales, para
adultos mayores, que en su mayoría están construir políticas e instituciones capaces
excluidos de la jubilación, con una protec- de gestionar una distribución social e inter-
ción social universal, capaz de garantizar el generacional de recursos más equitativa.
pleno ejercicio de los derechos humanos en
En este documento se ha realizado una
la vejez. Una protección que convierta el
aproximación a la situación de los adultos
trabajo tardío sólo en una opción para quie-
mayores en el mundo del trabajo urbano, uti-
nes deseen tomarla.
lizando los indicadores disponibles y reco-
A partir de ahora, una política integral de giendo sus opiniones. Uno de los hallazgos
protección social, función indelegable del principales es la medición de su importante
Estado, puede contribuir a anticipar y mo- contribución a la reproducción de la fuerza
dificar los efectos de un sistema laboral ex- de trabajo familiar, con trabajo remunerado,
cluyente (y por ello con tendencia a la dis- no remunerado, y con los frutos de su traba-
tribución regresiva), en una sociedad que jo pasado (jubilaciones, patrimonio). Tam-
tiende a envejecer. Considerando el aporte bién el papel que desempeñan en el seno de
de los adultos mayores a la reproducción de familias socialmente diferenciadas cuando
la fuerza de trabajo y a la acumulación de no trabajan ni están jubilados. Dado que por
capital, los recursos para financiar esta po- lo general las personas mayores continúan
lítica debería provenir de los impuestos a la viviendo en pareja, con sus hijos y nietos
riqueza, es decir, de los excedentes que se (en sus propios hogares o en los hogares de
generan en el proceso social de produc- los hijos), los nuevos estudios sobre el apor-
ción, gracias al esfuerzo de todos los traba- te socioeconómico de los adultos mayores
jadores, tanto en la esfera del mercado deben trabajarse considerando el hogar
como en la esfera doméstica. Al mismo como unidad de análisis.

Los adultos mayores en el mundo del trabajo urbano 97


Bibliografía
Autoridad de Fiscalización y Control Social de Escóbar, Silvia (2003) “Trabajo y género en Bolivia,
Pensiones-AP (2010). Resumen estadístico (AP: La Paz). 1992-2001” en Inequidades, pobreza y mercado de
trabajo: Bolivia y Perú. (OIT, Berger, ed.: Lima)
Araníbar, Paula (2001). Acercamiento conceptual a la
situación del adulto mayor en América Latina, serie Escóbar, Silvia (2009). Situación del empleo en tiempos
Población y Desarrollo No 21 (CEPAL: Santiago de de cambio (CEDLA: La Paz)
Chile)
Escóbar, Silvia y Rojas, Bruno (2010) “¡No hay
Bertranou, Fabio (2005). Envejecimiento y sistemas de derecho!” Situación de los derechos laborales en Bolivia,
protección social. Reunión de gobiernos y expertos sobre 2009 (CEDLA: La Paz)
envejecimiento de países de América del Sur. Avances en
el cumplimiento del Plan Internacional de Madrid sobre el Instituto Nacional de Estadística (2001). Encuesta
Envejecimiento. Argentina, 14 al 16 de noviembre (CEPAL: sobre mejoramiento de condiciones de vida. Base de datos
Santiago de Chile). (INE: La Paz)

Bertranou, F. y A. Sánchez (2005). Tendencias e Instituto Nacional de Estadística (2009). Mujeres y


indicadores de empleo y protección social de adultos hombres de Bolivia en cifras (INE: La Paz)
mayores en América Latina (OIT: Ginebra). Lépore, Silvia y Salvia, Agustín (2002). Segmentación
Bertranou, Fabio (2006), Envejecimiento, empleo y socio-ocupacional y precariedad del bienestar en los
protección social en América Latina (OIT: Santiago de hogares. (Departamento de Investigación Institucional-
Chile). UCA: Buenos Aires).

Comisión Económica para América Latina y el Caribe Organización Iberoamericana de Seguridad Social
(2000). Panorama social de América Latina 1999-2000 (2008). Personas mayores, dependencia y servicios
(CEPAL: Santiago de Chile). sociales: Situación, necesidades y demandas de las
personas mayores en Bolivia, Colombia, Costa Rica,
Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía y Ecuador y México (OISS: Montevideo)
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(2002). Los adultos mayores en América Latina y el Rodríguez, Pilar (1995), “Investigación-Acción
Caribe. Datos e indicadores (CELADE-CEPAL: Santiago participativa como estímulo a la participación de las
de Chile). personas mayores”, en Voluntariado y personas mayores
(IMSERSO: Madrid).
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(2003). Las personas mayores en América Latina y el Pérez Ortiz, Lourdes (1997), Las necesidades de las
Caribe: Diagnóstico sobre la situación y políticas (CEPAL: personas mayores. Vejez, economía y sociedad (INSERSO:
Santiago de Chile). Madrid, España)

Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Unidad de Análisis de Políticas Económicas y


Agrario (2010). Encuesta Urbana de Empleo- ECEDLA. Sociales (2010). Indicadores de pobreza en Bolivia
Base de datos (CEDLA: La Paz). (UDAPE-PNUD: La Paz)

Centro de estudios para el Desarrollo Laboral y Wolf, S. (1989). Los pobres en la Europa moderna
Agrario (2011). “Notas de prensa”: www.cedla.org. (Editorial Crítica: Barcelona)
Los derechos de las
personas mayores

son derechos humanos

HelpAge apoya a las personas mayores a exigir sus


derechos, enfrentar la discriminación y superar la
pobreza, de modo que puedan llevar vidas dignas,
seguras, sanas y activas.

HelpAge International
Calle Vincenti Nº 576, Sopocachi
La Paz, Bolivia
Casilla postal 2217
Telf. (591-2) 2416830 / 2410957
helpagebolivia@helpagela.org
www.helpagela.org

Con el apoyo de:

También podría gustarte