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[1] Introducción: ..................................................................................................................... 2
[1] Introducción:
La naturaleza de la investigación científica como proceso y de la ciencia como su
producto, han sido exploradas, descritas, explicadas, normadas y clasificadas desde muy
diversas perspectivas. Históricamente es posible reconocer tradiciones, enfoques y muy
diversas propuestas sobre la naturaleza y metodología de las ciencias. En términos
generales se distingue entre aquellas disciplinas que se orientan a lo fáctico, lo empírico,
lo experimental, lo observacional y aquellas otras orientadas a lo formal, lo analítico, lo
teorético. Asimismo, el estudio de facticidad (del latín “factum”: hechos) ha llevado al
desarrollo de disciplinas que orientadas a estudiar lo fenoménico, lo observable, lo natural,
escindiéndolas en sus fines y sus métodos de las disciplinas que estudian lo espiritual y lo
cultural. Esto ha abierto una brecha entre los estudios de los fenómenos de la naturaleza
y las manifestaciones del espíritu humano, planteándose para el estudio de las primeras a
las ciencias naturales por una parte y para el estudio de las segundas a las ciencias
humanas o sociales por otra parte. Lo anterior se le ha denominado "dualismo
metodológico", que ha sido y sigue siendo sostenido por estudiosos e investigadores de
muy diversas tradiciones y estilos cognoscitivos. A esta propuesta dualista se han añadido
aquellas que consideran que todos los métodos de la diversidad de las ciencias pueden
ser reducidos a sólo uno. Este es el denominado reduccionismo metodológico, del que
es posible descubrir muy diversas variantes como: el logicismo, el fisicalismo, el
economicismo, el psicologismo, el naturalismo, el sociologismo, etc. Otra
perspectiva considera la posibilidad que cada ciencia siga su propio método de manera
independiente y de acuerdo a sus necesidades y finalidades disciplinarias, es decir un
"pluralismo metodológico". Asimismo está la propuesta que las diversas investigaciones
científicas que se han realizado y que se siguen realizando, aun cuando han asumido
como un ideal el denominado como: "el método científico", en su práctica cotidiana no
se adhieren a ningún método o recetas rígidas sino que resuelven sus situaciones-
problemas por medio de la "prueba y error", y sólo después se intenta justificar
metodológicamente como se obtuvieron los resultados, pero que a partir de tales prácticas
es imposible demostrar que la investigación científica se adhiera a algún método en
particular. Esto es lo que se ha denominado como "anarquismo metodológico".
Asumir una postura reduccionista, dualista, pluralista o anarquista conlleva asumir una
serie de presupuestos ontológicos, gnoseológicos, epistemológicos, metodológicos,
semánticos y sociológicos insalvables, que exigen ser esclarecidos, ser comprendidos,
explicados, ser cuestionados y que tienen consecuencias sociales, éticas y políticas
ineludibles. Tales presupuestos teóricos tendrán consecuencias sobre el tipo de modelos
que se confuten corporativamente 1 con la difusividad reticulada 2 de los sistemas
dinámicos óntico-fácticos referenciados3. Es decir, a partir de la opción teórica que
sea asumida, se ensamblarán los modelos que definirán, entre otras muchas acciones de
transformación del mundo: el trasfondo estatal de lo que se legisle, las políticas
económicas, sociales, educativas y de salud, que involucren todas ellas de una u otra
medida, los resultados de las investigaciones científicas y tecnológicas. De tales
presupuestos dependerá la perspectiva de cómo establecer las relaciones productivas
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Epistemología de las teorías sociales
Por eso, no resulta solo un quehacer especulativo el cuestionarse entonces: ¿Cuáles son
los fundamentos ontoepistemosemánticos4 de las teorías científicas? La respuesta
que aquí esbozada es: las teorías científicas y las tecnologías sólo son posibles a
partir de construcciones interteóricas emergentes de carácter transdisciplinario y
de los esfuerzos interdisciplinarios por lograr convergencias metodológicas
orientadas a algún o varios fines. Dar cuenta de tal aserción, es posible por medio de
una aproximación explicativo-estructural o una genética. Una aproximación explicativo-
estructural, requiere una análisis de los componentes estructurales de una teoría T, de la
explicitación de sus aspectos descriptivos y procedimentales subsumidos en sus odos y
metodéuticas, de sus componentes léxico-semánticos o jergas, de sus jerarquías
conceptuales o epistémicas, de sus contextos pragmáticos, de su universo discurso, de
sus modelos de aplicación, de sus procesos de inferencia, de su normas y leyes internas,
de sus términos, enunciados y funciones teóricas y no teóricas, de la evolución y dinámica
diacrónica de sus estructuras, de sus principios puente con otras teorías, etc. (Carnap,
1969) (Popper, 1985) (Lakatos, 1976) (Hempel, 1965) (Hanson, 1971) (Nagel, 1961)
(Stegmüller, 1983) (Balzer, Moulines, & Sneed, 1987) (Gibson, 1982) (Bunge, 1969)
(Bunge, 1999) (Martínez, 1997). Mientras que la explicación genética consiste en realizar
una reconstrucción histórico-interpretativa de lo que han sido y son hoy en día algunas
teorías, tanto de las denominadas como "naturales" como de aquellas consideradas como
"humanas" o "sociales" y mostrar cómo estas fronteras han sido un tipo de "ficción
metodológica" y que la praxis investigativa como regla ha transgredido siempre las
fronteras metodológicas que se la han impuesto. La aproximación genética, o histórico-
reconstructiva, permite a su vez, esbozar a su vez aproximaciones explicativo-
estructurales de manera concisa y puntual, sobre cada teoría T de la que se dé cuenta
(Brown, 1963) (Schuster, 2005) (Winch, 1990) (Fleck, 1980) (Kuhn, 1971) (Koyré,
1996)(Lakatos, 1982) (Laudan, 1985) (Habermas, 1988) (Habermas, 1981) (Habermas,
1987) (Habermas, 1989) (Habermas, 1988) (Habermas, 1999).
d) una comunidad comunicativa que por medio de sus sistemas comunicativos formales y
acciones comunicativas, establezcan la validez intersubjetiva de las aplicaciones objetivas
de los modelos del núcleo teórico-discursivo;
"capitalistas". En ese contexto emerge una teoría económica que pretende explicar la
naturaleza del trabajo, del capital, del mercado y del valor de las mercancías: "la teoría de
la mano invisible"(-mano que interviene para lograr adecuación entre la oferta y la
demanda-), desarrollada por Adam Smith (1723-1790) en el siglo XVIII en su libro:
Naturaleza y causa de las riquezas de las naciones (1776) (Smith, 1776). Este será el
inicio de las teorías denominadas como liberalismo económico y que se hará sinónimo
de ciencia económica, cuyo núcleo teórico centra al libre mercado como mecanismo único
para alcanzar el equilibrio en la fijación de los precios de las mercancías y que cualquier
interferencia gubernamental o monopólico propicia una distorsión en la producción de
bienes y servicios y por consecuencia una disminución en la riqueza de las naciones.
Esta teoría pretende tener un amplio rango explicativo análogo a las ciencias naturales,
tal que pueda dar cuenta de lo que acontezca en cualquier mercado posible. No obstante
las explicaciones de Adam Smith no están ausentes de una dimensión intensional, es
decir de sus propias creencias previas o pre-juicios éticos y religiosos; tal y como será
observado ulteriormente por Karl H. Marx en sus críticas de la economía política,
mostrando el sesgo ideológico producto de una conciencia enajenada o falsa conciencia
sustentada en un modo y en relaciones de producción capitalistas; y como lo señalará
Max Weber en el contexto de su sociología comprensiva, que esta visión de mundo o
espíritu capitalista encuentra sus raíces ideológicas en la ética puritana.
Por otra parte el optimismo por el éxito de las ciencias naturales y de la industrialización
asociada, es el caldo de cultivo en el que emergen la filosofía y la sociología positivista del
francés: A. Comte (1798-1957), quedando manifiesto en sus obras: "Curso de filosofía
positiva"(1830-1842 )(Comte, 1975), "Discurso sobre el espíritu positivo"(1844)
(Comte, Discours sur l'esprit positif, 1995), en los cuales entre otras cosas, propuso la
creación de la "ciencia de la sociedad" emulando los métodos de la física o con una
física social que denomina con el neologismo: "sociología". Derivada de la fisiología (-
estudio de la naturaleza: "fisis"-), la sociología o física social, como culminación del
espíritu positivo, tendrá como objeto de estudio los fenómenos sociales y de sus leyes y
buscará explicar la evolución de la humanidad y favorecer un progreso controlado de la
sociedad que excluya todo posible cambio o revolución incontrolada.
férreas), (5) Suicidio protagonista (por la desatención del grupo y por tratar de llamar la
atención). No obstante, aun cuando Durkheim, acude a datos estadísticos para explicar
los hechos sociales geográfica e históricamente ubicados, como en el caso de su estudio
sobre suicidio, a la hora de de establecer una relación causal plausible de hechos como
que el índice de suicidios entre los protestantes es mayor que el índice de suicidio entre
los católicos, transgrede las fronteras de la explicación y se adentra en las tierras de la
interpretación, pues Durkheim considera que los católicos son menos individualistas que
los protestantes, y que la más fuerte integración de la Iglesia católica inmuniza a los
católicos de suicidarse.
Es con Dilthey que se realiza esta escisión metodológica que se ha denominado como
"dualismo metodológico" (explicación-comprensión), considerándose entonces que
las ciencias naturales se formulan sobre la base del método explicativo, es decir, explicar
es contestar a la pregunta por qué a un efecto dado, se le asocia siempre una causa
específica. Una vez que es posible explicar un fenómeno natural dado (- v. g. la caída de
los cuerpos-), estableciendo la relación causal y enmarcándolo espacial y temporalmente,
entonces será posible establecer los principios o las leyes naturales, y con base en estos,
será posible también extrapolar temporalmente las explicaciones y realizar entonces
predicciones y retrodicción. Por otra parte Dilthey considera que las "ciencias del
espíritu"(-o lo que se llamará como ciencias humanas o sociales-) no pueden seguir el
método de las ciencias naturales, por lo que siguen más bien métodos "comprensivos" o
"histórico-hermenéuticos", esto debido a que la experiencia de lo humano no pude ser
estudiada como un objeto natural más, por eso, por lo que Dilthey apela a la
"introspección comprensiva"; es decir, los acontecimientos humanos y sus contextos
históricos, como estructuras objetivas, solo se les puede dar significado, solo pueden ser
interpretados, si son consideradas en última instancia como expresiones de la "psiqué"
humana.
sociológico. Así, los tipos ideales no pueden agotar la onto-facticidad social esta es
más compleja que los referentes y constreñimientos propios de los tipos ideales
construidos. Asimismo Weber señala que las ciencias naturales nos dicen qué debemos
hacer si queremos dominar técnicamente la vida, pero no nos dicen si este dominio tiene
un sentido, así también las ciencias culturales nos hacen entender los fenómenos
políticos, artísticos, literarios y sociales con base en las condiciones de su aparición, pero
no nos dicen si tales fenómenos han tenido o tienen un valor y no responden a la cuestión
de si vale la pena conocerlos. En este sentido, la ciencia misma es una "vocación"
(Beruf): la vocación a la claridad, es decir, a la conciencia que los humanos pueden
conseguir sobre los fines de la propia acción y sus medios para realizarlos.
Hans-Georg Gadamer (1900–2002) quien propone acercarse a los estudios humanos por
medio de un tipo ontofenomenología hermenéutica y sustentada en una apertura
compresiva del lenguaje. En Gadamer es posible descubrir la influencia directa de la
hermenéutica de la facticidad de Martin Heidegger(1889-1976), quien en su obra "Ser
y tiempo"(Sein und Zeit,1926) (Heidegger, 1997), hace su manifiesto intelectual,
sintéticamente expresado como: "La filosofía es la ontología fenomenológica
universal, partiendo de la hermenéutica del "Dasein"(Ser ahí) que, como analítica de
la existencia, ha amarrado el cabo del hilo conductor de todo cuestionamiento
filosófico ahí donde éste tiene su origen y a donde vuelve" (Heidegger, 1997). En este
contexto, Gadamer en "Verdad y método" (Wahrheit und Methode)(1960) (Gadamer,
1999), sostiene que el concepto de verdad está íntimamente ligado al de método y que no
puede considerarse un concepto sin el otro. No obstante debe considerarse que “la
verdad” gadameriana, -continuando los postulados heideggerianos de Ser y Tiempo 8-, es
de naturaleza hermenéutica, no se trata de conceptos precisamente deducidos, ni de
resultados experimentales, es más bien un acercamiento develativo y gradual, una
aproximación comprensiva a los horizontes históricos, de la fusión dialéctica de horizontes
(- del cognoscente y lo cognoscible -).
Gadamer fue crítico con los dos enfoques metodológicos que se emplean en las ciencias
humanas (Geisteswissenchaften). Por un lado, criticó los enfoques que buscan modelar
el método de las ciencias humanas de acuerdo al método de las ciencias naturales. Por
otro lado, también criticó el método tradicional de las humanidades, cuyos enfoques se
han mantenido en la tradición dualista de Wilhelm Dilthey, al seguir considerándose que
es posible llegar a "interpretaciones correctas" y que por ende es posible llegar
exegéticamente a la "intención original" que manejaba el autor de una obra histórica
determinada. Estas dos posiciones que critica Gadamer, pueden ser sintetizadas, el
primero como "monismo metodológico reduccionista" y el segundo como "dualismo
metodológico humanista". Gadamer afirma que debe considerarse que los humanos
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Con una clara influencia del empirismo lógico, se propuso otro patrón inferencial para la
investigación científica, el denominado método: "hipotético-deductivo" de K. R. Popper
(1902-1994) y el nomológico-deductivo" de C. G. Hempel (1905-1997). El método
hipotético deductivo de K. R. Popper (1902-1994) expuesto a partir de su obra: "La
lógica de la investigación científica" (Logik der Forschung) (Popper, 1985), gira en
torno al concepto de "falsación", que considera que el conocimiento científico no avanza
confirmando nuevas leyes, sino descartando leyes que contradicen la experiencia.
Entonces la labor científica consiste principalmente en criticar y refutar leyes y principios
de la naturaleza para reducir así el número de las teorías compatibles con las
observaciones experimentales de las que se dispone. El criterio de demarcación puede
definirse entonces como capacidad de una proposición de ser refutada o
falsabilidad. Sólo se admitirán como proposiciones científicas aquellas para las que sea
conceptualmente posible un experimento o una observación que las contradiga. Así,
dentro de la ciencia queda por ejemplo la teoría de la relatividad y la mecánica
cuántica y fuera de ella el marxismo o el psicoanálisis.
Hempel en un ensayo originalmente publicado en 1942, titulado: "La función de las leyes
generales en la Historia" (The Function of General Laws in History), señala que por
ley general se entenderá una aseveración de forma condicional universal que es capaz de
ser confirmada o desconfirmada por evidencia empírica y que una ley o hipótesis
universal presenta una regularidad de cierto tipo. Ley o hipótesis universal presenta una
regularidad de cierto tipo: en cada caso donde un evento de un tipo específico C ocurre
en un cierto espacio y tiempo, un evento de un tipo específico E ocurrirá en un espacio y
tiempo que está relacionado de una manera específica al espacio y tiempo de la
ocurrencia del primer evento (los símbolos C y E son abreviaciones de los términos causa
y efecto) y se entenderá que las teorías son cuerpos de hipótesis sistemáticamente
relacionadas. Hempel asevera que la explicación en la ciencia natural puede ser
replicada en la historia, ya que la explicación histórica tiene por objetivo mostrar
que un evento en cuestión no fue un "hecho de la casualidad", sino que era
esperable en vista de ciertas condiciones antecedentes o simultáneas. Hempel
considera que la explicación probabilística es muy común en historia. Sin embargo,
las explicaciones probabilísticas no tienen una característica fundamental de la
explicación científica, esto es, la forma condicional universal.
Hempel opina que el método de la comprensión empática, que se señala como el rival
en la explicación en historia, puede caracterizarse de la siguiente manera: el historiador
se imagina a sí mismo en el lugar de las personas involucradas en los eventos que
él quiere explicar. Trata de dar cuenta tan completamente como sea posible de las
circunstancias bajo las cuales ellos actúan y los motivos que influencian sus
acciones y, por esta autoidentificación imaginaria con sus héroes, él llega a la
comprensión y, así, a una adecuada explicación de los eventos que le ocupan. Sin
embargo, dice Hempel, esto no constituye una explicación; más bien, es un intento de
generalizar sus descubrimientos en una regla general que usa como un principio
explicativo que no lleva, por lo tanto, a una explicación histórica, aunque puede ser útil
para generar hipótesis, la cual debe ser probada empíricamente de acuerdo a ciertas
leyes generales. Del mismo modo se habla de la interpretación de los fenómenos
históricos, dice Hempel, que consiste en subsumir el fenómeno en cuestión bajo
alguna explicación científica o un intento de subsumirla bajo alguna idea general
que no se presta para una prueba empírica. En el primer caso, la interpretación es
claramente una explicación por medio de hipótesis universales y, en el segundo, es una
pseudo-explicación. Del mismo modo, el procedimiento de acceder al "significado" de
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un evento histórico dado, puede consistir en determinar qué otros eventos están
relevantemente conectados con el evento en cuestión, sea como "causas" o "efectos".
El concepto de "autopoiesis" fue propuesto en 1971 por los biólogos H. Maturana (1928)
y Francisco Varela (1946-2001) en obras como: "El árbol del conocimiento: Las
bases biológicas del entendimiento humano"(1984) (Maturana & Varela, 2003), “De
Máquinas y seres vivos, autopoiesis de la organización de lo vivo” (Maturana &
Varela, 2003), “Autopoiésis y Cognición” (Maturana & Varela, Autopoiésis y Cognición.,
1980).
La escuela austríaca, surge como una contrapuesta a las teorías colectivistas y socialistas,
centrando su epistemología y metodología entorno a la idea del individuo. Es un
individualismo apriorista. Asume como axioma de su edificio teórico, las acciones
individuales, la toma de decisiones libres de los sujetos, que son los únicos que tienen la
capacidad de tomar decisiones por sí mismos a diferencia de los estados, compañías o
instituciones, que son entidades colectivas. El fenómeno económico, la riqueza de una
nación, o sus niveles de inigualdad por ejemplo, son el producto de decisiones hechas por
miles de individuos, más que una consecuencia de políticas concertadas de políticos o de
los grandes negocios. La consecuencia es que no existirá ninguna manera de, por
ejemplo, de reducir la desigualdad a cierto nivel, desde un una planificación institucional,
sino se hace a partir de acciones humanas individuales. Por ende, los objetivos del
socialismo serán imposibles y el papel de las instituciones no podrá quedar reducido al de
mera superestructura ideológica. Así, el socialismo y la colectividad comunista
implementada por el estado serían inviables por la falta de precios de mercado, pero
además, en un plano más filosófico y político, eran incompatibles con la libertad
individual, y que, además, estos sistemas, necesariamente llevaban al establecimiento
de regímenes totalitarios, ya que los que llegarían al poder serían siempre los peores
elementos de la sociedad. Estas críticas no iban dirigidas tan sólo hacia los sistemas de
economía planificada, sino en general hacia cualquier intervención del estado en la
economía, que significaría un socialismo progresivo. En el contexto de la Escuela
austriaca se desarrolla la "praxeología" o "teoría de la acción humana" (Mises, La
acción humana. Tratado de economía, 1980), como raíz conceptual de la economía. Por
ello, en el contexto de la praxiología se rechaza el uso de la observación directa, en tanto
que los actores humanos eran demasiado complejos como para reducirlos a sus
componentes y demasiado conscientes de sí mismos como para no alterar su
comportamiento al saberse observados. Además la racionalidad plena no es posible,
pues los factores psicológicos, subjetivos, impregnan por doquier todos los
momentos de las acciones. La observación de la acción humana, o la extrapolación
a partir de datos históricos, por tanto, sufrirían siempre de la contaminación por
factores pasados por alto, a diferencia de las ciencias naturales. Para contrarrestar la
naturaleza subjetiva de los resultados del análisis histórico y estadístico, se propuso el
estudio de la estructura lógica de la acción humana. Así, cada acto consciente del ser
humano tiene como meta la mejora del nivel de satisfacción de la persona, eliminando
las fuentes de descontento. Dado que el futuro es incierto, toda acción es especulativa.
de sus propuestas se convirtieron predicciones plausibles sobre las distintas crisis que se
han suscitado, como en 1929, 1987, 2001 y 2008 (Hayek, Monetary Theory and the Trade
Cycle, 1975).
o monopólicas-) y que en un segundo momento solo será posible lograrse los fines
últimos de la modernización por medio de una "economía globalizada", perfilada a partir
de la transnacionalización de grandes corporaciones oligopólicas, que se han encargado
de adaptar y comercializar las principales innovaciones tecnológicas suscitadas en la
segunda mitad del siglo XX (-presentándose entonces la dependencia tecnológica por
parte de las naciones periféricas (subdesarrolladas) con respecto a las naciones centrales
(desarrolladas)-).
Los patrones pautados por los ideólogos de la globalización, se muestran como una
variante tecnológicamente refinada de los patrones pautados durante los procesos de
explotación colonialista y neocolonialista por parte de los imperios o de las naciones
centrales.
El capitalismo oligopólico y especulativo del siglo XXI, que asumió por defecto las
tesis neoliberales, de mercados libres globales autoregulándose, se enfrenta a una
autofagocitación intestina. Los mercados como Cronos, terminaron devorando a sus
propios hijos. Los gobiernos tuvieron que intervenir intensivamente los mercados, con
grandes rescates de los sectores financieros, bursátiles y corporativos, para evitar un
colapso total del sistema. Eso se aplica tanto a EE.UU, U.E, como Japón, que han creado
La crisis económica suscitada a partir del estallido de la burbuja de las hipoteca subprime
en 2008, que inicialmente impactó los sectores financieros, bursátiles y corporativos en
EE.UU., pronto se trasladó geográficamente hacia otras regiones como Europa, Japón y
finalmente al resto del mundo. Este fenómeno ha sido explicado por el geógrafo británico,
David Harvey (1935) a considerar que la geografía histórica del desarrollo capitalista,
ha alcanzado un punto de inflexión crítico, en el cual las configuraciones geográficas
del poder se desplazan rápidamente, al tiempo que serios condicionamientos vienen a
pesar de la dinámica temporal. Los crecimientos acumulados de tasas del 3%, que han
sido considerados por los economistas de la ortodoxia, como un tipo de crecimiento
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mínimo indispensable para una economía capitalista, se han convertido a partir de esta
crisis, en casi imposibles de alcanzar o de mantener. Ninguno de los países de la U.E., ni
Japón, ni mucho menos EE.UU., lo logran, y más bien se mantienen o entrando
cíclicamente en recesiones o con crecimiento 0% o casi 0%, con la obvia excepción de
China12. Las herramientas monetarias para salvar el capitalismo del desplome financiero
total, cada vez tienen menos efecto para calentar las economía, y cada vez el sector real
de la economía, se encuentra al borde del colapso. Harvey considera por ello, que no hay
otra alternativa de los gobiernos, que gestionar una transición hacia una economía con
0% de crecimiento. Esto significa, que la única solución, es una economía planificada
y socialista o comunista (Harvey, A Brief History of Neoliberalism, 2005) (Harvey, El
enigma del capital y las crisis del capitalismo, 2012) (Harvey, Diecisiete
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Notas:
1
“nuestros enunciados acerca del mundo externo se someten como cuerpo total al tribunal de la
experiencia sensible, no individualmente” (Quine, 1984). Principio que sustenta la tesis Duhem-Quine, en
el marco del holismo confirmacional o holismo epistemológico, tal que las teorías no son consideras como
un conjunto de enunciados o hipótesis aisladas, por lo que no basta un experimento crucial para confirmar o
refutar una teoría T. Una confirmación observacional negativa de una hipótesis predictiva, no significa una
refutación del núcleo de la teoría, sino que uno de los componentes de las observaciones o hipótesis previas
entrelazadas teóricamente entre sí, por lo que la teoría puede prescindir del componente hipotético u
observacional sin ser refutada.
2
Difusividad reticulada, es una expresión predicativa y propiedad de sistemas dinámicos. Esto significa,
que la difusividad de sistemas dinámicos, hace referencia a la naturaleza del cambio en los estados de estos
sistemas, sus componentes, entornos y mecanismos involucrados. Los grados de difusividad van desde la
altamente ordenada a la totalmente caótica. Una alta difusividad reticulada de un sistema, implica un
mayor grado de interacción o comunicación ordenada entre los componentes y estados del mismo. En caso
contrario, es decir, una baja difusividad de un sistema, tiende a una dinámica caótica, azarosa. Los estados y
los sistemas dinámicos ordenados, no evolucionan ni se vinculan unidireccionalmente, sino por medio de
retículas particionadas y articuladas por nodos, los cuales pueden comunicarse con otras retículas y estas
con otros nodos, tipo grafos continuos. Las redes de computadoras interconectadas por todo el mundo y las
redes de autopistas, pistas y carreteras, son ejemplos de este tipo de sistemas. La propiedad de difusividad
reticulada de un sistema dinámico, puede dar cuenta de fenómenos tanto físicos como sociales, esto es,
desde la difusividad térmica en sistemas termodinámicos sólidos (con mayor difusividad), líquidos
(difusividad intermedia) o gaseosos (con difusividad caótica). Es posible dar cuenta de esto en los sistemas
sociales, como por ejemplo una economía de mercado, tal que cientos de miles de empresas y personas
interactúan, compran y venden bienes y servicios, con una menor difusividad dado que se trata de sistemas
desorganizados y caóticos, que es análogo a un sistema gaseoso en el que un gran número de moléculas
interactúan, rebotando las unas con las otras. Así pues, las moléculas de un gas y los agentes de mercado
libre, interactúan azarosa y caóticamente. Pero a pesar que las moléculas individuales son libres de moverse,
todavía podemos decir cosas acerca de ellas en su conjunto. Se puede decir por ejemplo, cuál es su
velocidad media (su temperatura) y cuáles son sus posibles distribuciones en el espacio. Una mayor
difusividad reticulada entre distintos elementos en un entorno dado y regido por mecanismos, permite la
emergencia de estados disipativos u ordenadores en un sistema en equilibrio temporal, frente a una menor
difusividad de los estados disipantes o caóticos de otro sistema (Prigoogine & Stengers, 1984). El equilibro
temporal de un sistema o estructura disipativa, implica una interactividad dinámica permanente de sus
componentes internos, es la paradoja de la Reina Roja (Van Valen, 1973). La rama de la física que estudia
esto es la mecánica estadística o termodinámica. En lugar de hacer afirmaciones deterministas, se trata de
probabilidades y promedios, pero que pueden ser explicadas por sus leyes fundamentales, es decir, las leyes
de la termodinámica, y que fueron originalmente descubiertas para dar cuenta del comportamiento de
nuestro universo material. (Farjoun & Machover, 1983)
3
Lo que tradicionalmente se conoce como teorías, y se consideran como cuerpos teóricos aislados y
autosuficientes, no es tal. Se trata de redes elementos teóricos enlazados reticulamente, por medio de
principios puente que los ligan entre sí. Son parte de familias o tradiciones teóricas, que comparten
componentes teóricos y no-teóricos. Cada teoría, cuerpo o elemento teórico, subdetermina términos,
enunciados y funciones, tanto teóricas como no-teóricas, que constituyen sus ensamblajes teoréticos. La
interpretación de tales términos, enunciados y funciones, da lugar a los diversos tipos modelos. De estos, es
posible distinguir entre aquellos sin referentes concretos o potenciales y aquellos con referentes concretos,
o actuales. Dentro de estos, se encuentran los modelos que subsumen si y sólo si, los términos, enunciados
y funciones no-teóricos, esto es los referenciados empíricamente, esos son los ónticos. Los modelos
potenciales pero parciales, implican sistemas concretos, reales, y tienen una base no-teórica-T, es decir,
empírica u óntica que es dinámica y compleja. Estos son los sistemas dinámicos con diacronía metabólica,
esto es, endógenamente los estados de los sistemas, modifican sus propiedades con el tiempo, y son óntico-
fácticos referenciados, esto es, son concretos, empíricos, no-teóricos-T. Tales sistemas no se encuentran
aislados, sino que tienen un entorno también cambiante, vinculados con otros sistemas, es decir reticulados
en redes, difusivos, y con tendencia entrópica al caos. (Stegmüller, 1981) (Mosterín, 1984) (Balzer, 1997)
(Moulines, 2011) (Prigoogine & Stengers, 1984) .
4
El término “ontoepistemosemántica” fue introducido C.U. Moulines (Moulines C. , Ontosemática de las
teorías científicas, 1980) (Moulines C. , Esbozo de ontoepistemosemántica, 1998), dando cuenta de la
imposibilidad de demarcar fronteras rígidas entre la ontología, la semántica y la epistemología. Su punto de
partida son los trabajos sobre semántica del lógico del siglo XIX, Gotlob Frege (Frege, 1984) (Frege,
Conceptografía, 1972), en los cuales las entidades referidas, sus conceptos y sus sentidos significativos, son
partes de un todo interrelacionado (Falguera, 2011).
5
El estructuralismo es un programa de investigación epistemológico y metodológico en ciencias humanas
emergentes a principios del siglo XX, como la lingüística y la antropología. Su propuesta Metodéutica, se
presenta como una alternativa a los distintos enfoques de las tradiciones historicista y funcionalista. En
contraposición al historicismo, sus explicaciones buscan superar las explicaciones históricas para dar cuenta
de los fenómenos humanos como la lengua y la cultura. Y en contraposición al funcionalismo, se muestra
como una aproximación explicativa objetivamente de la dimensión subjetiva de los fenómenos humanos,
que son soslayados por los métodos de observación empírica y de protocolos cuantitativos. El “tipo ideal” de
estructura, articula su metodéutica, y permite aproximarse a lo lingüístico, cognitivo o cultural,
reconociendo de la composición de distintos elementos en patrones dinámicos y autorregulados comunes,
en cada uno de ellos, independientemente del contexto histórico o cultural específico. Se trata de
aproximación explicativa sobre la naturaleza del conocimiento humano, en sus capas subyacentes, de ahí su
dimensión epistemológica (Piaget, 1990) (Viet, 1970). Su punto de partida son las obras de Ferdinand de
Saussure (1857-1913): “Curso de lingüística general”(1916) (Saussure, 1945), y de Claude Lévi-Strauss,
como: “El pensamiento salvaje” (Levi-Strauss, 1964), “Las estructuras elementales del parentesco” (Levi-
Strauss, 965), El totemismo en la actualidad (Levi-Strauss, 1965), Antropología estructural (Levi-Strauss,
1958), Antropología cultural (Levi-Strauss, 1970).
6
Althusser, retoma el concepto de “ruptura” de los trabajos epistemológicos de Gaston Bachelard
(Bachelard, 2000) al oponer esta al de continuidad en ciencia, y pasa aplicarlo a la obra de Marx, dividiendo
su obra en dos, la de juventud, la filosófica, y la de madurez, la económica o científica. El sentido de ruptura
epistemológica en Althusser, guarda un carácter histórico y dialéctico: “(...) la historia real del desarrollo del
conocimiento se nos presenta hoy sometida a leyes muy diferentes de aquella esperanza teleológica del
triunfo religioso de la razón. Comenzamos a concebir esta historia como una historia jalonada de
discontinuidades radicales (por ejemplo, cuando una ciencia nueva se destaca sobre el fondo de las
formaciones ideológicas anteriores) de profundas modificaciones que, aunque respeten la continuidad de
la existencia de las regiones del conocimiento, inician en su ruptura, el reino de una lógica nueva, que lejos
de ser el simple desarrollo, la “verdad o la “inversión” de la antigua, ocupa literalmente su lugar”
(Althusser & Balibar, 2004, 50-51).
7
La etnometodología es un tipo de microsociología descriptiva cuyo objeto de estudio es el mundo de la
vida cotidiana. La actuación humana es el foco de atención de los estudios etnometodológicos, que son
estudiados por medio de la entrevista, la grabación y registros etnográficos. Tiene sus raíces tanto en la
fenomenología social de Afred Schütz (Schütz, 1995), como en la filosofía del análisis del lenguaje cotidiano
de J.L. Austin (Austin, 1962). El fundador del campo, Harol Garfinkel la define de la siguiente manera: "Uso
el término «etnometodología» para referirme a la investigación de las propiedades racionales de las
expresiones contextuales y de otras acciones prácticas como logros continuos y contingentes de las
prácticas ingeniosamente organizadas de la vida cotidiana." (Garfinkel, 2006)
8
Definir la verdad, lo verdadero, o establecer un criterio de verdad, ha sido una problemática filosófica que
como el hilo de Ariadna, que recorre toda la historia del pensamiento. Desde la antigüedad se han dado este
tipo de definiciones o criterios, como el de correspondencia, esto es, cuando se afirma la correspondencia
entre la cosa y la verdad, esto es verdad (Aristóteles, Tomás de Aquino). Ha sido clave para la gnoseología
realista. O la coherentista, esto es, la verdad es coherencia, no contradicción, consistencia (Leibniz, Hegel).
Un criterio clave para las ciencias formales como la matemática y la lógica, de cuya consistencia interna
depende si una teoría se sostiene o es refutada. Tal fue el caso con la teoría de conjuntos a finales del siglo
XIX, cuyas paradojas, llevaron a la demostración de su inconsistencia. También, la verdad como consenso.
Este es más bien como un metacrieterio, pues son los agentes sociales, comunidades científicas o
comunicativas, aquellas que por mutuo acuerdo consensuado, definen finalmente qué es verdadero o qué
es falso (Peirce, Habermas). Decidir, por ejemplo, si uno de los grandes teoremas metamatemáticos ha sido
demostrado, más allá de la demostración formal en sí, se encuentra en función del consenso final de los
especialistas en el tema y es el tamiz final que decide la verdad o falsedad de dicha demostración. Por otra
parte, el criterio verdad como develación, fue reinterpretado por Martin Heidegger en Ser y Tiempo, a
partir del término griego: Alétheia”(ἀλήθεια), que por su etimología tiene un carácter negativo o privativo:
A(negación), Létheia (desconocer, olvido). El Leteo, era uno de los ríos del Hades o el Averno para las
escuelas de misterios en la antigüedad griega, que las almas de los muertos, debía recorrer para ingresar.
Por eso mismo, en las teorías de la metempsicosis, o transmigración de las almas pitagórico-platónica, se
explica el olvido de las vidas anteriores, por el hecho, que las almas han sido bañados por las aguas de este
río, el río del olvido. Por oposición, se planteaba la existencia de otro río, el Mnemósine, cuyo acceso
privilegiado a sus aguas, por parte de los iniciados en los misterios, provoca la omnisciencia. Platón hace
referencia a estas tradiciones la Parábola de Er en La República (Libro X, 614a-621b). Así que Heidegger,
retoma el sentido griego de verdad como: “A-léthia”, evocando la gnoseología de Parménides y de Platón,
para quien conocer era reminiscencia o anamnesis (ἀνάμνησις) (Fedón 72e - 78a). La reinterpretación de
Heidegger de la verdad como desocultamento del ser o del ente, trasciende los usos de los términos griegos
presentes incluso en Aristóteles y los evangelios cristianos, escritos en griego koiné y enfatiza el sentido
matemáticos o pueden ser utilizados para describir un sistema objetivo (algún tipo de sistema físico,
biológico o económico, por ejemplo) (Prigoogine & Stengers, 1984) (Ott, 2002).
12
China se caracteriza por ser un socialismo de mercado, centralizado a partir de las decisiones del Partido
Comunista Chino, por lo que dista mucho, de cumplir los postulados de la economía de mercado, de dejar
hacer y dejar pasar, todo lo contrario, es un estado interventor, empresario y coempresario. A diferencia de
las economías de mercado más ortodoxas, como las que aplican el BCE de la U.E. a los países rescatados, o
las que aplicaba el FMI a América Latina a partir del Consenso de Washington, o incluso en EE.UU. y Reino
Unido durante la reaganomics y el thatcherismo respectivamente, que hacían un énfasis en recorte de la
inversión social por considerarlo una erosión al erario público; el auge económico de China, ha implicado
una mayor inversión social. La pobreza ha disminuido del 63,8% de la población, en 1981 al 16,6% en 2001
(422 millones de personas); la esperanza de vida al nacer ha aumentado de 63 años en 1970-75 a 71 años
en 2000-05; la tasa de mortalidad infantil (de menores de 1 año) ha bajado de 85 por mil en 1970 a 30 por
mil en 2003; la desnutrición ha pasado del 16% en 1990-92 al 11% en 2000-02; la tasa de alfabetización de
adultos ha crecido del 78,3% en 1990 al 90,9% en 2003; la tasa bruta de escolarización en la
enseñanza secundaria ha aumentado del 48,7% en 1991 al 72,5% en 2004, etc. (Bustelo, 2006).
Aunque son datos previos a la crisis del 2008, marcan la pauta de inversión social que ha seguido China
desde sus cambios en el modelo económico a mediados de los años 70´s del siglo XX.