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Un Llamamiento al Ministerio del Colportaje

Corporación Universitaria Adventista


Facultad de Educación
Facultad de Teología

Disnei Antonio Pupo Montes

Medellín, Colombia
2019
Un Llamamiento al Ministerio del Colportaje

Uno de los principales actos de amor que hace Dios, es el llamado, y uno de esos

llamados se ve representado al ministerio del colportaje, sin medida alguna cuando Dios te elige

para el ministerio de discípulo fiel, para que cumplas la labor que se ha venido ejerciendo por

muchos años, que es difundir el mensaje del tercer ángel, según White, E. (2002), quien se dedica

a la venta de estos libros es considerado un colportor evangélico. Ahora que ya sabemos que no

es un llamado que hacen los hombres, nosotros podemos endurecer nuestros corazones pero, ten

en cuenta que allá arriba en el cielo hay millones de ángeles que por su más infinita bondad

desean tener el privilegio que nosotros tenemos aquí en la tierra, como humanos incapaces de

hacer tal labor, que es el mensaje de esperanza a aquellos que por causa de las más sofisticadas

estrategias de satanás aún se encuentran en tinieblas, pero Dios nos está llamando, no lo hace

dentro de un año, cuando tú puedas estar preparado, o cuando ya tu vida se encuentre organizada,

no, Dios lo hace ahora, cuando menos creamos que Dios llama, es allí cuando debes de abrir las

mas tiernas notas de tu corazón, y Dios en ti va haciendo de tu vida un mundo lleno de esperanza.
Los jóvenes de actitudes comunes, que se entreguen completamente a Dios, que no estén

corrompidos por el vicio y la impureza, tendrán éxito y serán habilitados para hacer una

gran obra para Dios. Atiendan los jóvenes la amonestación, y sean de mente sobria.

Jóvenes indiferentes y descuidados de hoy, les ruego que se conviertan y lleguen a

ser colaboradores con Dios. Sea el tema de estudios de su vida beneficiar y salvar a otros.

Si buscan la ayuda de Dios, su potencia obrando en ustedes anulará todos los poderes

opositores y serán santificados mediante la verdad (White, 1967, pp. 18-20).

Estemos siempre atento a cualquier inquietud en nuestro corazón, nosotros somos hijos de Dios y

Él siempre quiere lo mejor para sus hijos,

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