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RESCATES EMOCIONANTES (Libro del Año)

Estas historias te recordarán que, aun en las peores situaciones, podemos contar con la
ayuda de Dios. Después de todo, ¡él está al frente del mayor rescate misionero de la
historia! Ese sí que es un ¡rescate emocionante! A veces Dios utiliza formas extrañas de
rescatarnos de situaciones desesperadas. ¿Qué pasaría si le pides que te ayude a encontrar un
teléfono, y él te envía a un bebé elefante peludo? ¿Alguna vez se te ocurrió que las palabras airadas
de un amigo podrían salvarte la vida? ¿Y qué piensas de un viejo perro perezoso? ¿Y de un pececito
que te mordisquea los dedos de los pies? Y no te olvides del abrigo más feo de la tierra…
Caer en la trampa de un oso, encima del oso. Ser perseguido por un cocodrilo hambriento. Caer de
cabeza en un barril lleno de agua helada. Pisar una serpiente en la oscuridad. Caer 84 metros por un
tubo de 40 cm de diámetro. Vivir con otros 4 miembros de la familia en una fosa de 1,5 metros de
ancho, 2 metros de largo y apenas 50 cm de profundidad…
Estas historias te recordarán que, aun en las peores situaciones, podemos contar con la ayuda de
Dios. Después de todo, ¡él está al frente del mayor rescate misionero de la historia! Ese sí que es un
¡rescate emocionante!
ACONTECIMIENTOS Y CUCESOS REGISTRADOS EN ESTE AÑO 2017

El terremoto en México de magnitud 8,2 es el “de mayor magnitud en los últimos 100
años”. (09 de septiembre)
Gran cantidad de terremotos significativos sacuden la tierra en varios continentes en las
últimas semanas. (19 de agosto)
Un fuerte terremoto de magnitud 6,8 sacude la costa de Guatemala. (23 de junio)
Un terremoto de magnitud 6,9 sacude las costas de México y Guatemala. (15 de junio)
Un hongo infeccioso mortal se expande por Estados Unidos. (25 de mayo)
Perú enfrenta un brote mortal de dengue. (19 de mayo)
Tres muertos y 370 heridos por un fuerte terremoto en Irán. (15 de mayo)
“La hambruna puede matar a 20 millones de personas dentro de seis meses”. (27 de abril)
Un sismo de magnitud 7,1 sacude Chile. (25 de mayo)
La ONU, en alerta: Vivimos la más grave crisis humanitaria desde 1945. (29 de marzo)
Alertan sobre la propagación de un hongo infeccioso mortal en EE.UU. (25 de marzo)
Desastre nacional en Somalia: más de 100 muertos en 48 horas por la sequía. (6 de marzo)
Bill Gates advierte: “El bioterrorismo puede matar a más gente que una guerra nuclear”. (21
de febrero)
Filipinas: 15 muertos y más de 90 heridos tras un terremoto de magnitud 6,5. (11 de febrero)
El impresionante impacto de los terremotos del 2001 al 2015 – Vídeo. (23 de enero)
El agua
El agua es la sustancia más importante que contiene nuestro cuerpo. Más de la mitad
de nuestro peso total es agua. El agua es el mayor componente de la sangre. Nuestro
cuerpo necesita el agua para enfriarse y limpiarse. La pérdida del 20 al 22% de agua en
nuestro cuerpo, podría ser muy peligrosa, hasta fatal. Perdemos agua cuando respiramos,
cuando transpiramos, y en los desechos del cuerpo como el sudor, la orina, etc. Se han
hecho estudios con algunos atletas, que han demostrado el efecto que el agua tiene sobre el
cuerpo en la resistencia física. Los atletas que bebieron igual cantidad de agua que la que
perdieron, no se fatigaron y la temperatura de su cuerpo se mantuvo cerca de lo normal;
mientras que los atletas que bebieron agua sólo para calmar la sed no tuvieron la misma
resistencia.

El descanso
Es la cesación del trabajo, es tranquilizarse. El descanso es uno de los
sanadores esenciales conocidos por la humanidad. Cuando usted se enferma, lo primero
que hace es acostarse en su cama hasta que se recupere, porque el poder restaurador del
descanso es una de las claves para recuperar la salud. Podemos descansar de varias formas:
cambiar del trabajo mental al físico es un buen método de descanso para los ejecutivos y
personas que laboran intelectualmente; el dormir es otro tipo de descanso, inclusive
podemos incluir un baño con agua tibia para relajar los músculos agotados. Dios estableció
el descanso sabiamente en nuestro cuerpo. Cuando nos entregamos al descanso, el
estómago debe haber concluido ya su tarea, para que él también pueda descansar, como los
demás órganos del cuerpo. Si es necesario tomar una tercera comida, ésta debería ser
liviana y debería tomarse varias horas antes de acostarse.
El ejercicio
La mayoría de la gente se “oxida” en vez de desgastarse, debido a que no tiene por
costumbre ejercitar todos sus músculos. Hoy día se requiere de muy poco ejercicio, hay
taxis, autobuses y vehículos para que usted no se ejercite demasiado, por lo tanto,
encontramos mucha inactividad; la sociedad se ha desarrollado de tal manera, que la
mayoría de las personas están envueltas en ocupaciones que no requieren de mucho
esfuerzo físico. El ejercicio sano y activo es necesario a la vez que importante para la
digestión, para gozar de una condición saludable y vigorizante del cuerpo y la mente. No
se debe estudiar ni hacer ejercicio violento inmediatamente después de una
comida completa; esto sería una violación de las leyes del organismo. Pero una
corta caminata después de una comida, con la cabeza erguida y los hombros hacia atrás,
realizando así un ejercicio moderado, resulta de gran beneficio.

La luz solar
Poco se comprende acerca de los beneficios de la luz solar. El desconocimiento
ha llegado a tal punto, que lo único que sabemos es que el exceso de sol produce cáncer. La
luz solar es uno de los mejores agentes de curación que Dios le ha dado al hombre. “Suave
es la luz y agradable ver el sol” (Ecl. 11:7), es la declaración de la Palabra de Dios. En
nuestra sociedad vivimos aislados del sol, incluso en nuestros hogares, viviendo la mayor
parte del tiempo detrás de una ventana que desvía la preciosa y curativa luz solar. Muchos
se sorprenderán de cuán beneficiosa puede ser la luz solar para la curación y prevención de
enfermedades como alta presión, tuberculosis, colesterol y en la prevención y tratamiento
del cáncer, con excepción de cáncer de piel o de lupus. Sin embargo, debido a la incidencia
elevada de cáncer de piel se le ha hecho una propaganda negativa. El cáncer, en parte se
debe a la exposición prolongada a los rayos del sol, pero otro factor es la cantidad de grasas
en la dieta. La grasa crea una base para la formación de radicales libres inestables

El aire puro
El aire, esta preciosa bendición del cielo que todos podemos disfrutar,
nos beneficiará con su influencia bienhechora si tan sólo se lo permitimos. Debemos darle
la bienvenida al aire, cultivar un cariño por él, y nos daremos cuenta que es un bálsamo
precioso para los nervios. El aire debe estar en constante circulación para mantenerse puro.
La influencia del aire puro y fresco permite que la sangre circule saludablemente a través
del sistema. Para tener buena sangre, debemos respirar bien. Las inspiraciones hondas
y completas de aire puro, que llenan los pulmones de oxígeno, purifican la sangre, le dan
brillante coloración, y la impulsan, como corriente de vida, por todas partes del cuerpo;
debemos tener buena sangre, pues la sangre es la corriente de la vida. Repara los desgastes
y nutre el cuerpo. Los pulmones eliminan continuamente impurezas, y necesitan una
provisión constante de aire puro. El aire impuro no proporciona la cantidad necesaria
de oxígeno, y entonces la sangre pasa por el cerebro y demás órganos sin haber
sido vivificada.
Nutrición
Para saber cuáles son los mejores comestibles tenemos que estudiar el plan original
de Dios para la alimentación del hombre. El que creó al hombre y comprende sus
necesidades indicó a Adán cuál era su alimento: “Os doy toda planta que da semilla, que
está sobre la tierra, y todo árbol que lleva fruto y da semilla. Eso será vuestro alimento”
(Gen. 1:29). Dios es tan ciertamente el autor de las leyes físicas como lo es de la ley
moral. Su ley está Escrita con su propio dedo sobre cada nervio, cada músculo y
cada facultad que ha sido confiada al hombre. Los cereales, las frutas carnosas, los frutos
oleaginosos, las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros
por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles
más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no
pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante. Una alimentación
sana y balanceada requiere del consumo de alimentos sencillos, frescos y variados que
cumplan con todos los requerimientos para una buena nutrición.

Temperancia
Nuestra salud física es conservada por lo que comemos; si nuestros apetitos no están
bajo el control de una mente activa y sana, si no somos temperantes en todo lo que
comemos y bebemos, no estaremos en un estado mental y físico sano. La temperancia es
una adherencia a todo lo que promueve la salud y la eliminación de todo lo dañino. Todo
hábito malsano producirá una condición malsana en el sistema, y la delicada y viviente
maquinaria humana resultará perjudicada, y no podrá realizar su trabajo debidamente. La
complacencia del apetito es la mayor causa de la debilidad física y mental, es el cimiento
del decaimiento que se nota por todas partes. El régimen alimenticio tiene mucho que ver
con la disposición a cometer pecado “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es
pecado” (Stg. 4: 17). Muchos están tan entregados a la intemperancia que no quieren
renunciar a la complacencia de su glotonería a ningún precio. Son capaces de sacrificar la
salud y morir prematuramente, antes que poner un límite a su intemperante apetito.

Esperanza
¿Cómo tener esperanza y confianza en Dios? Por medio de la fe “la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve” (He. 11: 1), podemos estar seguros, creer
que lo hará porque lo ha prometido. El primer y más importante paso: Venga a Cristo tal
como está. Acéptelo como su Salvador personal. “Venid a mí todos los que estáis
fatigados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11:28). Es su única esperanza. Ha
cometido errores, ha sido arrastrado por la tentación. Pero puede recurrir a la sangre de
Cristo para presentar a Dios, los méritos del Salvador crucificado y resucitado como
propios. De ese modo, mediante la ofrenda de sí mismo hecha por Cristo, el inocente en
lugar del culpable, se remueven todos los obstáculos y el amor perdonador de Dios puede
fluir en ricos raudales de misericordia en favor del hombre caído. Venga a Él y pídale
perdón por sus pecados del pasado, recuerde “al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es
pecado” (Stg. 4: 17), incluso por los malos hábitos que destruyen su salud.

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