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Desarrollo de Las Ideas Morales
Desarrollo de Las Ideas Morales
1. ¿Por qué señala Piaget que “... se puede decir que el juego de las canicas se convierte en
un juego verdaderamente social a partir del tercer estadio [de la práctica de la regla]” Piaget
1932/1971, p. 37)?
En el tercer estadio llamado cooperación (de 7-10) se desarrolla la necesidad de un acuerdo
mutuo en el terreno del juego (como también en las conversaciones entre niños). La aparición
de este estadio, es cuando el niño designa con una palabra “ganar”, el hecho de vencer a los
demás. Es decir que el motor afectivo del juego es la competición. Intentando vencer, el niño
se esfuerza ante todo por luchar con sus compañeros observando reglas comunes. De este
modo, el placer específico del juego es social.
La diferencia de este estadio y el siguiente es solo una diferencia de grado. Los niños de 7-10
(tercer estadio), no conocen todavía el detalle de las reglas. Intentan aprenderlo, en razón de
su interés creciente por el juego en común. Estos niños solo se entienden cuando juegan
juntos, copiando al que parece mejor informado, o sobre todo dejando a un lado todas las
formas que podrían dar lugar a una discusión. De este modo, juegan a una especie de juego
simplificado. Los niños del cuarto estadio, poseen a fondo un código y llegan a disfrutar con las
discusiones jurídicas del procedimiento. Hay dos caracteres diferenciales de este estadio: 1°
existe una voluntad general de descubrir reglas fijas y comunes a todos los jugadores; 2° a
pesar de todo, subsisten diferencias entre las informaciones de uno y otros niños. Se trata,
entonces, no solo de luchar con los compañeros, sino también y sobre todo de ordenar la
partida por medio de un conjunto sistemático de leyes que aseguren la mayor reciprocidad en
los medios empleados. Así el juego se convierte en social (porque solo puede establecerse
una cooperación real). Pero es más la satisfacción personal que siente siendo miembro de
una comunidad mística, cuyas instituciones sagradas se transmiten a través de los viejos de un
pasado lejano.
2. ¿Cuáles son las características centrales del egocentrismo y por qué implica un obstáculo
para la cooperación basada en el respeto mutuo?
Desde la práctica de las reglas (la manera como los niños de las distintas edades aplican
efectivamente las reglas), se pueden distinguir cuatro estadios sucesivos, donde el egocentrismo
es el segundo (de 4-7).
El egocentrismo es una conducta intermediaria entre las conductas socializadas y las puramente
individuales. Por imitación y a través del lenguaje, así como gracias a los contenidos del
pensamiento adulto que presionan sobre el pensamiento infantil a partir del intercambio verbal,
el niño empieza a socializarse fines de su primer año. Sin embargo, la naturaleza de las relaciones
que el niño mantiene con el ambiente que lo rodea, impide (momentáneamente) que esta
socialización llegue estadio de cooperación, en el cual los individuos, considerándose como
iguales, pueden controlarse mutuamente y alcanzar la objetividad. Es decir, la propia naturaleza
de la relación entre el niño y el adulto, pone al niño en una situación aparte, de modo que su
pensamiento queda aislado y, creyendo compartir el punto de vista de todo el mundo,
permanece, encerrado en su punto de vista. El lazo social en el que se halla comprometido el
niño implica un egocentrismo.
Piaget plantea que la autonomía moral se caracteriza entre otras cosas por el respeto mutuo, el
que es diferente al respeto unilateral que caracteriza a la heteronomía. El respeto mutuo
requiere que el niño atribuya a los demás un valor similar al propio para reconocer desde allí sus
derechos y responsabilidades. El respeto unilateral, al contrario, implica atribuirse uno mismo
un valor superior al de los demás, y mantener una relación de dominación / subordinación -
según sea el caso- con los otros (actuar por miedo a los adultos, por ejemplo, o exigir algo por
métodos coercitivos). Por lo tanto, podemos afirmar que el egocentrismo representa un
obstáculo en la cooperación con el otro basada en el respeto mutuo, ya que presentan
características contradictorias para el niño.
3. ¿Qué aporta el estudio del Criterio Moral en el Niño al problema de las relaciones entre
individuo y sociedad en la construcción del conocimiento social? Utilice en su respuesta las
categorías de egocentrismo, presión social, reciprocidad y respeto mutuo.
Toda moral consiste en un sistema de reglas y la esencia de cualquier moralidad hay que
buscarla en el respeto que el individuo adquiere hacia estas reglas. La mayoría de las reglas
morales que el niño aprende a respetar las recibe del adulto, es decir, que se le dan
elaboradas, y, muchas veces, elaboradas no a medida que las va necesitando y pensadas para
él, sino de una vez por todas y a través de la sucesión ininterrumpida de las generaciones
adultas anteriores.
En las categorías de egocentrismo, el niño sabe que existen reglas verdaderas, sagradas, a las
que trata de adaptarse e imitar para sentirse miembro del conjunto respetable, pero sin
embargo juega para si mismo por el placer mismo de la acción. Esto se debe a que el niño no
disocia su yo, lo externo de lo interno, lo objetivo de lo subjetivo.
Para ser consciente del yo, el niño debe liberarse del pensamiento y voluntad de los demás. La
presión social y el egocentrismo inconsciente son inseparables. El modo de terminar con el
egocentrismo es con una cooperación verdadera, donde el niño y el adulto distinguen la parte
correspondiente a su individualidad y para esto es necesario la igualdad intelectual y la
reciprocidad.
El respeto mutuo, es la forma de equilibrio hacia la que tiende el respeto unilateral. Cuando el
niño es un igual, puede discutir y reflexionar sobre las reglas y, hasta las puede modificar
porque sabe que es una construcción de acuerdo mutuo y de reciprocidad. En cambio, en el
período egocéntrico, el sujeto es pre social y no es considerado como un igual. Él respeta las
reglas por su respeto hacia los mayores.
4. Según los resultados de la indagación de Piaget sobre el desarrollo del juicio moral en los
niños, describa las diferencias y relaciones entre la práctica de las reglas y la conciencia de
las reglas.
Toda moral consiste en un sistema de reglas y la esencia de cualquier moralidad hay que buscarla
en el respeto que el individuo adquiere hacia estas reglas. Estas reglas tienen una existencia
social, previa a los sujetos. El criterio moral en el niño se inscribe en las relaciones entre individuo
y sociedad que se constituyen mutuamente.
Así, dentro del criterio moral distinguimos: la práctica de la regla; se observa efectivamente
como los niños juegan, y puede indagarse cuál es la idea general que guía esas acciones
(dimensión práctica) y la conciencia de la regla; juicio moral, son las ideas que hacen los niños
acerca del universo de las reglas(dimensión teórica).
No son dos realidades distintas el cómo juegan y el cómo piensan, sino que son 2 dimensiones
de una acción, práctica y cognoscitiva a la vez.
La relación entre ambas es que; no hay conciencia de regla de las cuales el sujeto no participó;
por eso la conciencia de la regla está desfasada de la práctica. La práctica de la regla siempre
viene antes de la conciencia; existe entre ellas la distancia que hay entre toda acción y su toma
de conciencia, que nunca es inmediata. La distancia que existe entre las acciones prácticas que
los sujetos realizan en un universo normativo y las ideas que construye acerca de ese universo
de reglas para darle coherencia. En la constitución del desarrollo moral de Piaget, se ve la
fuerte relación entre individuo/sociedad (relación entre sociedad y pensamiento). Los aporte
sociales se da por las practicas donde los sujetos participan y el aporte individual en la
reflexión del sujeto sobre esas prácticas.
Para que el juego cooperativo impacte en la conciencia de la regla transformándola, requiere
una reconstrucción a un nivel que ya no es práctico sino conceptual y que tiene una
generalidad mayor; esto no ocurre inmediatamente; sino que necesita reflejarse en la
conciencia; y una vez que esto ocurre no se aplica solamente al juego, sino que repercute en
todo el universo de prácticas sociales del niño.
6. ¿Por qué Piaget afirma que solamente la cooperación entre pares, basada en el respeto
mutuo, puede hacer salir al niño de su estado de egocentrismo?
El estadio inicial del ser humano es de un profundo egocentrismo, una total indiferenciación
entre lo que él es y lo que no es. El niño conoce el mundo según una sola perspectiva, la de él
mismo. Entender la realidad supone situarse respecto de ella y entonces tomar conciencia de
uno mismo como algo distinto, aunque vinculado a ella. En el egocentrismo, el sujeto no se
diferencia de lo que lo rodea, ya sea la realidad física o la realidad social, tanto desde el punto
de vista material o desde el punto de vista mental.
La acción de los mayores es una obligación, porque la cooperación solo puede nacer entre
iguales. La sumisión de los pequeños a los mayores no conduce a una cooperación en la
acción: produce simplemente una especie de mística, de sentimiento difuso de participación
colectiva que, como muchas místicas, va unido al egocentrismo. La cooperación entre iguales
no sólo cambiará poco a poco la actitud práctica del niño, sino que, además, hará desaparecer
esta mística autoridad.
La transición de la obligación a la cooperación hace que el niño sea consciente de su “yo” y a
través de la cooperación con sus pares pueda ponerse en la perspectiva del otro, separarse de
su propio punto de vista e imaginarse como entiende las cosas otra persona.
8. A partir del estudio de Piaget sobre el desarrollo del criterio moral en el niño, ¿qué
relación existe entre las prácticas sociales y la conciencia moral individual? (MISMA QUE LA
4)