El Clima Laboral Es Diferente en Cada Organización Ejerce Una Influencia Estable y Relativamente Perdurable Sobre El Comportamiento de Las Personas Que Forman La Organización
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El Clima Laboral Es Diferente en Cada Organización Ejerce Una Influencia Estable y Relativamente Perdurable Sobre El Comportamiento de Las Personas Que Forman La Organización
el clima laboral es diferente en cada organización ejerce una influencia estable y
relativamente perdurable sobre el comportamiento de las personas que forman la
organización, llegando a formar parte en muchas ocasiones como parte de la Cultura Organizacional. Finalmente, se caracteriza por ser Fragmentario, puede subdividirse en varios microclimas según el departamento, sección u organización de que se trate, y según el liderazgo y relaciones que se establezcan entre los trabajadores y sus jefes. Los lugares de trabajo que se caracterizan por presentar un buen clima laboral, se definen en que sus trabajadoras y trabajadores tienen orgullo de pertenecer a la Empresa, además de una autoexigencia, entrega y disciplina en su lugar de trabajo, todo esto acompañado de un deseo de asumir nuevas tareas y responsabilidades. Por otro lado, los empleadores conceden gran importancia a las personas y les reconocen el trabajo bien hecho, los líderes escuchan opiniones positivas y negativas por parte de los trabajadores. Además, se potencia la camaradería y se insta a trabajar en equipo. Todo esto confluye en que los y las trabajadores/as se sientan más felices y más comprometidos con su organización, aumentando la productividad de la empresa. Es muy importante que las empresas realicen periódicamente y de forma sistemática, Estudios de Diagnósticos de Clima Organizacional. Este diagnóstico se considera como un insumo clave para detectar puntos críticos y de esta forma poder corregir factores que puedan afectar su motivación o desempeño, así como también efectuar intervenciones en las estructuras organizacionales en conjunto con una planificación estratégica, mejorando los sistemas de comunicación. Todo esto generará que las personas tengan mejores logros en sus objetivos laborales y contribuyan a mejorar la productividad de la organización. A continuación interesantes links para profundizar en este tema:
El concepto de competencias está sólidamente implantado en la
gestión de recursos humanos de las compañías. Este concepto significa que a la hora de evaluar, formar, desarrollar y medir la contribución al éxito de una persona en un puesto de trabajo, se tienen en cuenta los llamados “factores diferenciadores de éxito”, eso que hace que unas personas sean mejores en un puesto y que va a determinar quién está mejor posicionado o en mejores condiciones para desarrollar ese puesto con éxito.
Competencia son aquellos factores que distinguen a la persona con
un desempeño superior de los que tienen un desempeño "adecuado". Por tanto, las COMPETENCIAS son aquellas características personales del individuo (motivación, valores, rasgos, etc.) que le permite hacer de forma óptima las funciones de su puesto de trabajo.
“LAS COMPENTENCIAS SON LO QUE HACEN LOS MEJORES EN
UN PUESTO”
Hemos ser conscientes de que todas las competencias son
susceptibles a un desarrollo y entrenamiento, aunque cada una en distinto grado. La siguiente frase nos puede clarificar este punto:
“puedes enseñar a un pavo a trepar, pero es más fácil contratar a
una ardilla” la integración estratégica debe convertirse para las organizaciones en una herramienta para lograr el alto desempeño y poder afrontar las condiciones del entorno.
La integración estratégica es considerada como un nivel de
desarrollo organizacional superior, donde la colaboración, democracia y autodirección son prerrequisitos para un alto rendimiento de la organización caracterizada por su creatividad y capacidad de combinar estratégicamente las posibilidades internas y externas en un contexto de valores, éticas e integridad para producir resultados sinérgicos. (Alhama 2008).
Señala Alhama (2008), que integración estratégica significa ignorar
las fronteras y trabajar a través de las líneas de separación. Como resultado, cada cambio en la dirección de la integración estratégica implica una mayor integración, en la cual la organización completa está vinculada con otras organizaciones, y con la sociedad y la cultura, de manera que el proyecto de producir bienes y servicios para cubrir necesidades sociales se convierte en un esfuerzo único y coordinado, permitiendo que las necesidades humanas, los valores, las prioridades y los propósitos guíen el proyecto completo.
En su libro “El fin del management… y el surgimiento de la
democracia organizacional”, Kenneth Cloke y Joan Goldsmith presentan la integración estratégica del management y el liderazgo, la tecnología y las finanzas como algo esencial para alcanzar alto desempeño de la organización en términos de eficiencia, calidad y valores compartidos.
Sin embargo en la actualidad la gestión empresarial, señala Alhama
(2008), tiene como objetivos fundamentales la reducción de los costos, tener grandes utilidades, incrementar la productividad del trabajo, a criterio de la autora las empresas que adopten esta posición, están avizorando su propio fracaso, porque las organizaciones al estilo tayloriano constituyen en estos momentos un freno para el desarrollo humano, como plantea el autor la gestión empresarial no puede solo valorarse sobre la base de las utilidades, la eficiencia y la productividad, los que no significa que están agregando nuevo valor, para no decir que pueden no tener nada que ver con el desarrollo individual de la persona o con una dirección por valores que se requiere, para no profundizar en la huella del enorme costo psicológico y social que ha significado para las personas.
Si se aboga por un pensamiento integrador, afirma Ahlama, hay que
ser consecuente y llevar a cabo las prácticas de gestión de recursos humanos (entiéndase recurso de los humanos) deferentes al tratamiento que reciben las personas como recursos, con una visión elitista, o en todo caso privilegiada, puesto que constituye el punto de partida de todo pensamiento y acción de abajo hacia arriba, pero siempre una visión reduccionista aunque se trabaje con técnica y herramientas modernas, que llevan en sí una dirección rígida de tendencias burocráticas y autoritarias, en consecuencia métodos y estilos bien alejados de los enfoques integradores, y del individualismo predominante en la vida de las organizaciones.
Coincido con Alhama (2008) en que se requiere un cambio profundo
en lo social y lo personal y es aquí donde hay que centrar las nuevas prácticas, de la gestión los recursos humanos que rompa con la visión de la persona como recurso y que trate el “dominio personal” o las metas que nos proponemos, más allá de las competencias y habilidades, que lleva directamente el proceso de cambio hacia y en la persona, a los niveles cognitivos, afectivo, y conductual, que lleva al reconocimiento de los “modelos mentales” o los modos de percibir el mundo, y a la visión compartida de todos los integrantes de una organización, que está más allá de la “visión” de la alta dirección, y que posibilitará llegar a la integración que se requiere, que lleva al aprendizaje en equipo, en contraposición al individualismo, y que debe desarrollar aptitudes y actitudes grupales, de equipo, que superen la perspectiva individual.
Cuando el área de recursos humanos es considerada tanto en la
formulación como en la implantación de la estrategia, se alcanza la plena integración en el proceso de planificación estratégica. En este caso, los directivos de recursos humanos operan desde la perspectiva de la organización en su conjunto, estando sus consideraciones y proposiciones al mismo nivel que las del resto de los directivos de la empresa. Es en este estadio donde los recursos humanos adquieren mayor incidencia en el largo plazo. (Morales 2003).
La plena integración no es solamente un asunto de carácter técnico
y organizativo, sino también de índole económico, político y social, toda vez que la gestión de los recursos humanos y la estrategia empresarial deben interactuar hasta satisfacer los intereses empresariales que siempre se subordinarán a los de la nación, y para ello, los trabajadores no podrán ser meros empleados sino, como dueños de la producción social, ejercer la facultad de tomar las decisiones a favor de los intereses de la clase social revolucionaria a la que pertenecen. Sólo en el socialismo es posible alcanzar la plena integración de la gestión de los recursos humanos con la estrategia empresarial porque como expresara Fidel, el socialismo apuesta a que el hombre sea hombre. Morales (2003).
En opinión de la autora la plena integración se logra cuando la
Organización tiene dentro de sus objetivos promover el aprendizaje organizacional mediante la gestión del conocimiento integrado a la estrategia empresarial, solo mediante la formación se puede crear en los directivos y empleados la capacidad de respuesta ante los cambios.
La Gestión Estratégica de los Recursos Humanos genera, en el
desarrollo de cada una de sus funciones, relaciones de coordinación y flujos de información que mantienen una integración de toda la actividad en la organización, y para ello es necesaria la preparación profesional que tengan los directivos, especialistas de recursos humanos y los trabajadores en general.
Unos de los subsistemas de la gestión del capital humano que
tributa al mejoramiento del desempeño en la organización es la formación.
La formación es una actividad clave de gestión del capital humano
decisiva, afirma Cuestas (2005), coincidiendo con esta afirmación, hoy más decisiva que nunca antes, su desarrollo efectivo decide la supervivencia empresarial. El directivo que desatienda la formación es de una ignorancia supina tal, que de inmediato deberá ser sustituido. La formación o preparación es uno de los elementos que transformará a los recursos humanos en “la ventaja competitiva básica” de las empresas.
El proceso de formación se orienta a fomentar las capacidades que
es necesario desarrollar dentro de las organizaciones para su desempeño exitoso. Estas operan mediante las personas que forman parte de ellas, que deciden y actúan en su nombre; por tal razón, las organizaciones y las personas mantienen una relación de mutua dependencia que les permite la obtención de beneficios a ambos. Cuando a la formación se le confiere la calificación de suprema, es porque se le vincula a lo esencial que es el proceso de cambio. Para asimilar tal denominación habrá que entender en su total dimensión que la formación es una inversión y no un costo, y que asociados a esa medular concepción sí tiene varios atributos más y no pueden otorgársele otros. En su modalidad continua (formación continua), es considerada aquí como sustento esencial de la gestión de competencias, en su necesario y constante proceso de cambio. (Cuesta 2005).
Los documentos rectores emitidos por los máximos órganos de
dirección del Estado y del Gobierno cubano, como el Decreto Ley 252 “Sobre la continuidad y el fortalecimiento del sistema de dirección y gestión empresarial cubano”, el Decreto 281 “Reglamento para la implantación y consolidación del sistema de dirección y gestión empresarial” expresan que para las empresas que adopten este sistema de gestión y dirección, la formación ocupa un lugar primordial.
La norma cubana NC 3000, 3001, 3002 del año 2007, sistema de
gestión integrada de capital humano, basado en las competencias laborales, establece como uno de sus módulos la formación y la define como un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en las competencias laborales, que facilita la transmisión de conocimientos, valores y la generación de habilidades, acorde a las actividades del trabajo que se realiza, el cual desarrolla en el participante las capacidades para aplicarlos y movilizarlos en diferentes contextos y en la solución de situaciones emergentes, concibiéndose como el factor por excelencia de la gestión integrada de capital humano que expresan un desempeño laboral superior y reflejan la cultura y los valores de la organización.
En la Norma quedan claramente establecidos los requisitos
vinculados a la formación tales como: la determinación de las necesidades de capacitación y desarrollo para los trabajadores, la identificación de las brechas que presentan los trabajadores entre las competencias requeridas para el cargo y las que estos poseen, el procedimiento documentado para la planificación, ejecución y control de la capacitación y desarrollo de capital humano, la elaboración de los planes individuales de capacitación y desarrollo de los trabajadores, a partir de la determinación de las necesidades y las brechas identificadas y su integración en el plan de capacitación y desarrollo de la organización que deberá analizarse y discutirse con los representantes de las organizaciones sindicales y los trabajadores, aprobarlo e inscribirlo en el Convenio Colectivo de Trabajo; el aseguramiento del capital humano y los recursos materiales y financieros necesarios para la actividad.
Para ello la norma establece tener identificados los indicadores que
permiten evaluar el impacto y la eficacia de las diferentes acciones de capacitación y desarrollo que se ejecutan y realizar las evaluaciones sistemáticas de dichas acciones; analizar periódicamente el cumplimiento del plan de capacitación y desarrollo y realizar las acciones preventivas o correctivas necesarias para resolver las dificultades que se presenten y finalmente lograr que se le otorgue a las organizaciones la categoría de “Aspirante a Entidad en Aprendizaje Permanente”, a partir del cumplimiento de los requisitos y regulaciones establecidos por el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.
Hoy, como en otras épocas y circunstancias de la gestión
empresarial, la formación no puede concebirse sólo como instrucción o aprendizaje para determinado puesto o cargo de trabajo. Hay que concebirla en su sentido más amplio de actitudes, conocimientos y habilidades múltiples o multicompetencias, para más de un puesto de trabajo, para laborar en grupos o equipos y para una cultura organizacional. Se recalca otra vez tal presupuesto: Hoy, la formación supera al entrenamiento y la instrucción y se identifica con el concepto de educación y agrega la autora “que mediante la formación continua de los dirigentes y trabajadores se puede integrar la gestión del capital humano a la estrategia empresarial”. Cuesta (2005).
No pocos conceptos o definiciones de formación se han visto y
analizado, pero el más completo, el más ajustado a las exigencias actuales y el más elocuente del sentido de la formación para estos días, es el siguiente: (Cuesta 2005).
“Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha
antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo al nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida”. (Martí, 1976).
Mediante la formación continua se puede transitar hacia la
concepción de organización que aprende, para Peter Senge, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, uno de los promotores del Learning Organization ha sido uno de los autores más ha trabajado e influido en la concepción de la organización que aprende y su aplicación. Su libro “La quinta disciplina en la práctica” (1999) realizado con varios de sus colaboradores más cercanos, ha sido decisivo para conformar las concepciones y procedimientos empleados en las experiencias desarrolladas.
La concepción de organización que aprende según Peter Senge
(Senge, y otros, 1999) está basada en cinco disciplinas de aprendizaje.
1. Dominio personal: expandir la capacidad personal para crear los
resultados deseados.
2. Modelos mentales: reflexionar, aclarar continuamente y mejorar
la imagen interna del mundo que tiene cada cual, viendo como modela sus actos y decisiones. 3. Visión compartida: elaboración de un sentido de compromiso grupal acerca del futuro que se procura crear.
4. Aprendizaje en equipo: aptitudes colectivas para el pensamiento
y la comunicación, sabiendo que el talento colectivo es mayor que la suma de talentos individuales.
5. Pensamiento sistémico: modo de analizar y comprender en
sistema.
En el referido libro de Senge, se destacan tres ideas
fundamentales para lograr la asunción de la organización que aprende, a las cuales Cuesta(2005), agrega una cuarta, ampliamente validada en la investigación desarrollada.
1. La primacía del todo: sugiere que las relaciones son literalmente
más importantes que las cosas, y la totalidad más importante que las partes.
2. La índole comunitaria del yo: exhorta a ver la red de
interrelaciones que existe entre todos. No existe una naturaleza humana independiente de su cultura. 3. El poder generador del lenguaje: iluminando la sutil interdependencia que opera cuando se interactúa con la “realidad”.
4. Garantizar la logística o infraestructura material: las condiciones
objetivas o materiales que hay que poseer para hacer viable y sustentable esa asunción.
Existen varios conceptos acerca de la organización que aprende, a
continuación se exponen algunos de ellos:
Para Garvin (19989 “La organización que aprende es un concepto
que envuelve el corazón y la mente de los empleados en un cambio continuo, armonioso y productivo, proyectado para alcanzar los resultados deseados por la organización”.
Para Senge (1998) “Aprender en las organizaciones significa
someterse a la prueba continua de la experiencia, y transformar esa experiencia en un conocimiento que sea accesible a toda la organización, y pertinente a su propósito central”.
Para Cuesta (2005) “La organización que aprende es una concepción
que envuelve el corazón y la mente, la psicología humana completa comprendida por la persona como un todo integral, en un proceso de perfeccionamiento o mejoramiento continuo, armonioso, de conocimiento y creación de valores, para alcanzar los resultados acordes a los objetivos estratégicos de la organización. Significa individualidades o personas aprovechando sus competencias para conocer y crear, la organización buscando sus resultados, y esa organización garantizando sinergia o accionar sistémico entre esas personas.”
El tributo de estas organizaciones como afirma Alhama (2008), es
el aprendizaje continuo, la innovación continua y la capacidad de respuesta al cambio, para aprovechar al máximo la inteligencia en y de la organización, buscar flexibilidad de los procesos de producción y/o servicios y agilidad en la comercialización. Todo ello exige un trabajador multivalente con respuesta los multiproductos y los multiprocesos, así como para las multihabilidades que como casi siempre se basan en una organización y dirección no acorde al desarrollo técnico-tecnológico, crea grandes contradicciones y multiconflictos.
Para la propia organización el Capital Humano se define como el
“conocimiento, las habilidades, las competencias y demás atributos de los individuos que son relevantes para la actividad laboral y económica.
Por la autora será definido el siguiente concepto de Organización
que Aprende. “Es aquella capaz de desarrollar continuamente el conocimiento de las personas, formando valores y desarrollando la capacidad de crear e innovar, para estimular y conducir al cambio en la organización, en función de la estrategia empresarial, poniendo ese conocimiento al servicio de todas las personas para su perfeccionamiento y mejoramiento continuo”.
En opinión de la autora para integrar el sistema de gestión del
capital humano a la estrategia de la empresa, necesita ir transitando hacia una organización de aprendizaje continuo, mediante el diseño de una estrategia de aprendizaje basada en la formación y desarrollo.
Conclusiones
1. El estudio bibliográfico realizado refleja que mediante la
formación se puede lograr la integración del sistema de gestión del capital humano a la estrategia empresarial desarrollando conocimientos, habilidades, valores y capacidad para adaptarse a los cambios.
2. La gestión estratégica del capital humano se logra con la
integración de esta actividad a la estrategia empresarial. 3. Para integrar el sistema de gestión del capital humano a la estrategia empresarial se debe diseñar una estrategia que promueva el aprendizaje mediante un plan de formación y desarrollo.
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