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La Identificacion Antropologica PDF
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EL RETRATO ANTROPOLÓGICO:
I D E N T I F I C A C I Ó N Y R E C O N S T R U C C I Ó N FACIAL
Tabla 41. Dimensiones cefalométricas en población bogotana (estudiantes del postgrado de Antropolo-
gía Forense).
Figura 75. Regiones (tercios) faciales cerebral, respiratoria y digestiva (Serrano et al., 2000).
IV V
Figura 76. Formas faciales según Póch: 1 = elíptica, II = oval, III = oval invertida, IV = redondeada,
V = rectangular, VI = cuadrangular, VII = romboidal VIII = trapezoidal, IX = trapezoidal invertida,
X = pentagonal.
Tabla 42. Fenotipos faciales medios en población mexicana por sexo (Villanueva, 2002:7).
f
Sexo M F M F M F M F
8.2.1. El cabello
Los antropólogos clásicos emplearon la forma y el color del cabello para
diferenciar y caracterizar poblaciones, distinguiendo cabellos lisos (leiotricos
o lisotricos), ondulados (quimatotricos) y crespos (ulótricos). En la primera
categoría se ubican los mongoloides, polinesios y algunos caucasoides. En la
segunda están los caucasoides, australianos, vedas y etiópidos. Las poblacio-
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Figura 77. Variación en la forma de cabellos lisos (1, 2,3), ondulados (4, 5,6) y crespos (7, 8,9)
(Roguinsky, Levin, 1978).
190 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
8.2.2. La frente
Se caracteriza según su anchura -entre las líneas temporales-, grado de in-
clinación, el desarrollo de los lóbulos frontales y la región glabelar. Entre ma-
yor desarrollo de los arcos superciliares mayor inclinación. La línea del cabello
depende de la forma de los lóbulos frontales. Es en línea recta si los lóbulos
están bien desarrollados sin prominencia sobre ellos; cuando están suavizados
y conforman una sola prominencia apunta a una línea redondeada; cuando
están bien desarrollados, separados y con prominencia sobre ellos se relaciona
con una forma ondulada (Balueva, Lebedinskaya, 1991).
facial. Los australianos y en general los negroides poseen la menor altura orbital
influidas además por un fuerte desarrollo de los arcos superciliares y un des-
censo suave en la raíz nasal (Grado 3, Figuras 78, 79).
También inciden la disposición de los huesos nasales y del maxilar superior,
el tamaño del globo ocular y la distancia interorbitaria (Valls, 1980: 313). Los
caucasoides tienen los ángulos oculares más juntos (15-26 mm) que los
negroides (22-26 mm), éstos a su vez más que los mongoloides; por su parte,
en todos los grupos étnicos las mujeres no sólo poseen órbitas más altas sino
también ángulos internos más próximos que en los varones.
En la conformación de la hendidura palpebral se tiene en cuenta la ubica-
ción del bulbo ocular (bulbus oculi), cuerpo de forma esferoidal irregular, con-
vexo en la región de la córnea y que está movido por cuatro músculos: 1.
Músculo recto superior, 2. Músculo recto inferior, 3. Músculo recto medial, 4.
Músculo recto lateral. Los músculos rectos mediales y rectos laterales hacen
girar el bulbo hacia su lado. El recto lateral tiene su origen en el tuberculum
orbitale, en donde se inserta el ligamento parpebral lateral del músculo levator
palpebrae superioris. Este fue descubierto inicialmente por Lebedinskaya (1957)
al efectuar la disección de 20 cadáveres y el estudio de 325 cráneos de diferen-
tes grupos étnicos.
Su forma varía entre un tubérculo bien definido hasta una pequeña platafor-
ma ligeramente elevada, según el grado de desarrollo muscular del individuo.
Cuando el tubérculo está ausente se puede utilizar la distancia media entre éste
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Figura 78. Desarrollo del pliegue palpebral superior, O = pliegue ausente, 1 = ligero, 2= medio, 3=
desarrollado (Roguinsky, Levin, 1978:116).
Figura 79. Desarrollo del pliegue epicántico interno, 0 = ausente, 1 = ligero, 2 = medio, 3 = desarrollado
(Roguinsky, Levin, 1978:116).
192 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
8.2.4. La nariz
La morfología nasal es muy variable ontogénica, sexual, y poblacionalmente.
Su forma la definen la región de la raíz, el perfil del dorso, la punta y la forma
de los orificios nasales. La raíz está determinada por la forma y grado de desa-
rrollo de la región glabelar y por la longitud de las prolongaciones nasales del
frontal. En los mongoloides las raíces sobresalen muy poco; son deprimidas en
negroides y pronunciadas en caucasoides, especialmente mediterráneos. El perfil
del dorso puede ser cóncavo, recto, convexo o sinuoso. La punta nasal puede
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Figura 81. Disposición de los orificios nasales según Martin (Valles, 1985:379).
EL RETRATO ANTROPOLÓGICO: IDENTIFICACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN FACIAL 195
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Figura 82. Disposición de la punta nasal según orientación de la espina nasal anterior.
196 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
8.2.5. La boca
Según Balueva y Lebedinskaya (1991:282) la anchura bucal observa rela-
ción con la anchura entre las prominencias caninas a nivel de subespinal. Exis-
te paralelismo entre la anchura nasal y la anchura entre estas estructuras pues
las prominencias caninas constituyen una división anatómica. Después de los
40 años se incrementa, agudizándose después de los 50 años de edad. La for-
ma y tamaño de la boca depende del tipo de oclusión, del grado de prognatismo
alveolar y facial, de la profundidad de la fosa canina, de la prominencia alveolar
de incisivos (philtrum) y caninos (surco nasolabial), del grado de desgaste de
los dientes y la forma del borde alveolar mandibular
10 11
Figura 83. Perfil tegumentario en función del grosor de los labios según Martin (Valls, 1985:374).
tiene la misma anchura que las pupilas oculares; de éstas se desprenden per-
pendiculares que delimitan los ángulos bucales. La anchura también se puede
verificar observando la distancia entre los caninos superiores.
Los tegumentos labiales superiores están dados por la base de la nariz, te-
niendo en cuenta que la anchura de las aletas nasales no sobresalen más allá de
las prominencias caninas (Lebedinskaya, Surnina, 1984). Ambos están
enmarcados por los surcos nasolabiales, cuyos puntos de fijación los determi-
na el grado de prominencia y la orientación de las eminencias caninas. Los
surcos nasolabiales desembocan en la comisura bucal o se convierten en un
arco poco profundo para trasformarse en el límite del tegumento del labio infe-
rior (Valls, 1980).
De acuerdo a Fedosyutkin y Nainys (1993) el grado de pronunciamiento de
los surcos depende de la profundidad de la fosa canina; hasta 3 mm es poco
profunda, de 4-6 mm moderada y mayor de 6 mm se considera muy profunda.
Además se acentúa por pérdida de dientes y en ancianos.
De la nariz arranca hacia abajo por el plano medio un surco poco excavado,
el philtrum o surco nasooral, que desemboca en el borde de la mucosa labial
198 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
FINOS
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MEDIOS
% GRUESOS
Tubérculo
de Darwin
Concha
Hélix
Antihélix
Desde el punto de vista métrico mientras que el rostro continúa con las
proporciones caucasoides, la cabeza es braquicéfala, con índice cefálico de
83,5 y 82,5 para masculinos y femeninos, respectivamente. Es decir,
morfométricamente el rostro de un mestizo andino podría corresponder a un
fenotipo caucasoide, fenómeno que se manifiesta también en el ámbito
craneométrico.
EL RETRATO ANTROPOLÓGICO: IDENTIFICACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN FACIAL 201
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Figura 86. La dra. Galina Lebedinskaya reconstruyendo un antepasado ruso (1983).
19 Jean-Noel Vignal (1999:17) la denomina reconstitución, similar a la inyección de una solución dentro
de un cuerpo para rehidratarlo.
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20 Ver historia en Guerasimov, 1955; Fedosyutkin y Nainys, 1993; Rodríguez, 1994; Vignal, 1999
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Figura 89. Medición del grosor del tejido blando mediante aguja de punción.
EL RETRATO ANTROPOLÓGICO: IDENTIFICACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN FACIAL 205
Tabla 43. Variación del grosor del tejido blando en poblaciones colombianas y mexicanas.
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2000***México
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2000Bogotá
Bermúdez,
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Sexo M M M M F M F
Los resultados de los estudios mediante ultrasonido realizados por los rusos
(Lebedinskaya, 1982; Veselovskaya, 1991; Grigoriev, 1991, Lebedinskaya et al.,
1991, 1993) en varios grupos étnicos y en más de un millar de personas hacen
referencia a una serie de aspectos comunes al grosor de los tejidos blandos.
Figura 90. Medición en perfil del grosor de tejido blando mediante tomografía.
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Figura 91. Puntos para la medición del grosor del tejido blando (Lebedinskaya et al., 1993.186).
208 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
f. Procedimientos generales
1. La reconstrucción del rostro es un problema complejo que requiere de
un abordaje interdisciplinario, con la colaboración de antropólogos
forenses, ilustradores médicos, médicos y odontólogos.
2. El cráneo se consolida con Paraloid B-72 en soluciones disueltas en
acetona o thiner al 10%, antes de la realización de las respectivas co-
pias en yeso. Si el tejido óseo es muy frágil se aconseja forrarlo con una
capa delgada de papel aluminio.
3. La obtención del contorno sagital del cráneo, en perfil frontal y lateral
debe realizarse muy detalladamente, resaltando en el cráneo a lápiz los
elementos claves como la ubicación de la comisura parpebral y bucal,
la localización de las aletas nasales, la disposición de la incisura nasal,
el borde de la apertura piriforme y la espina nasal anterior. El contorno
se puede obtener mediante el dioptrógrafo o a partir de fotografías con
escala métrica, aumentadas al tamaño natural.
Figura 92. Líneas de referencia en la superposición cráneo-foto (Lan, Cai, 1993:176; Grüner, 1993:41).
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Los chinos Lan y Cai (1993) analizaron 224 individuos de ambos sexos de
la nacionalidad Han encontrando que existe una fuerte correlación entre los
puntos del cráneo y el rostro, especialmente de 8 líneas que se pueden tomar
como referencia para la superposición: glabella (borde orbital superior), línea
central (línea sagital media), gnathion (borde inferior del mentón), ectocanthion
(línea entre las uniones de los bordes orbiculares externos), subnasale (borde
inferior de la apertura periforme), cheilion (línea de la boca), entocanthion iz-
quierdo y derecho (línea por ambos caninos) (Figura 92).
El cotejo cráneo-foto, al igual que la reconstrucción facial es una prueba
indiciaría que permite descartar mas no identificar. Su utilidad estriba en que
puede reducir considerablemente el universo de posibilidades. Actualmente
existen técnicas sofisticadas para la superposición cráneo-foto y de superposi-
ción por video ayudadas por computador, como también combinadas (fotográ-
ficas y de video) que permiten mejores aproximaciones (Iscan, Helmer, 1993).
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Figura 93. Proceso de reconstrucción gráfica según Lebedinskaya.
sostiene con barras de arcilla y se procede a repetir la operación. Una vez seco
el yeso se extrae cuidadosamente el cráneo y se pasa a elaborar sobre este
molde en alginato el respectivo vaciado cuidando de evitar burbujas mediante
la aplicación inicial de yeso líquido; primero se rellena una mitad, posterior-
mente la otra, finalmente se rellena completamente la porción más hueca, se
unen ambas partes, se amarran fuertemente y se agita el cuerpo mediante mo-
vimientos rotatorios alrededor de la línea de unión. Cuando fragua el yeso se
retoca el vaciado y se marcan los puntos de localización de los tubérculos
orbitales, el tercio superior de la cresta lagrimal posterior y la altura de la cresta
conchal.
Los puntos cefalométricos se marcan en el yeso, se taladran pequeños agu-
jeros, se insertan palitos calibrados de acuerdo al grosor del tejido blando y se
pegan con algún adhesivo.
La escuela de Guerasimov y Lebedinskaya rellena previamente los múscu-
los faciales con plastilina de consistencia dura (masetero, temporal, orbicular
oral, orbicular ocular, cigomático mayor y menor, el nasal y los depresores del
ángulo oral y del labio inferior). Inicialmente, se reconstruye una mitad utili-
zando la otra mitad ósea como punto de orientación y de referencia para la
conformación del relieve; posteriormente se rellena todo el rostro.