Lama Yeshe: Aceptando la realidad

TONATIU CAMARILLO · SÁBADO, 17 DE AGOSTO DE 2019 · 5 MINUTOS Leída 7 veces

Cuando hablamos de impermanencia y muerte, no estamos hablando de algo escandaloso. Es

la experiencia humana, nuestra propia experiencia. Estamos hablando de nuestra propia
experiencia. Nuestra existencia en esta tierra realmente se reduce al movimiento de nuestra
respiración, dentro y fuera. Así es la vida; Eso es todo al respecto. El día que exhalamos y no
inhalamos es el día que morimos. Cuando se nos corta la respiración y no vuelve, eso es lo
que llamamos muerte, la separación de nuestra conciencia de nuestro sistema nervioso físico.
Eso es. No le estamos pidiendo que crea algo escandaloso, algo sobrenatural.

El budismo dice que el ego es una concepción errónea y que percibe las cosas
incorrectamente; Por eso llamamos al mundo que vemos una fantasía, un fenómeno ilusorio.
Sin embargo, eso no significa que no haya causa y efecto. El karma todavía existe. Pero la
forma en que nuestro ego interpreta la belleza y la fealdad, lo bueno y lo malo, la reputación
de las personas, etc., todas esas discriminaciones son fantasías que no tienen nada que ver
con la realidad de los fenómenos.

¿Por qué decimos que son fantasías? Porque cuando miramos a otros, por ejemplo, los vemos
como concretos, fijos. Los hombres ven mujeres hermosas y concretas; las mujeres ven
hombres guapos y concretos. No solo eso. Vemos todos los placeres sensoriales como
concretos: sol, playas, la propia Ibiza, todo es una fantasía, una alucinación con sabor, sin
ninguna realidad.

Por lo tanto, siempre estamos decepcionados porque esperamos un placer permanente

basado en nuestras experiencias previas de creencia en el placer sólido. La expectativa causa
desilusión. Eso simplemente significa que no estamos en contacto con la realidad, o, para
usar la terminología budista, estamos engañados, no vemos las cosas como son. Entre la
realidad y nuestra visión de ella hay algún tipo de proyección contaminada.

No aceptar la realidad de la impermanencia, el cambio y la muerte en sí significa que estamos

viviendo en una fantasía de nuestra propia creación: nos estamos escondiendo de la realidad;
Le tenemos miedo. Occidente cree que las personas que no miran la impermanencia y la
muerte son inteligentes, avanzadas. Ellos no son.

Pregúntate, ¿por qué tienes miedo de la realidad de la muerte? Individualmente tenemos que
preguntarnos: "¿Por qué le temo a la muerte?". La respuesta tiene que venir de adentro, no
de otra persona.

Cuando los occidentales experimentan las enseñanzas lamrim sobre la impermanencia y la

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 muerte, entienden su propósito. Son inteligentes; son inteligentes Entienden por qué los
monjes tibetanos del Himalaya dicen que deberían tener un miedo positivo a la muerte. Si
tienes demasiado miedo de escuchar sobre este tema, ¿de quién es el problema? ¿Es el
problema de Dios, el problema de Buda, el problema de la realidad o qué? ¡Lo que sea, es un
problema!

La razón por la que no entendemos que nuestras vidas tienen la naturaleza de la

impermanencia es que solo nos interesan los placeres temporales proyectados por la
imaginación concreta de nuestro ego y los estamos captando constantemente. Esta obsesión
también nos impide ser conscientes de que el momento de la muerte es impredecible. No
tenemos idea de cuándo vendrá nuestra muerte. Cuando superamos esto y comprendamos la
naturaleza impermanente de nuestras vidas, esa comprensión se convierte en conocimiento,
sabiduría, que nos libera del miedo a la muerte. Es un error pensar que la conciencia
constante de la certeza de la muerte nos hará tener miedo. Es lo contrario: nos libera del
miedo y nos ayuda a liberarnos de aferrarnos siempre al mundo de los sentidos. Comprender
la impermanencia nos libera del aferramiento al ego.

Mire las representaciones tibetanas de la rueda de la vida. Puedes ver que los seis reinos
están en manos de Yama, el Señor de la Muerte. El propósito de ese dibujo no es
simplemente hacer que la gente tenga miedo. Es una representación simbólica de todo el
universo de nuestra existencia relativa e impermanente, de la cual no tenemos escapatoria si
no la entendemos.

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 Energeticamente emprende ESTO y rechaza ESO. El que se dedica a este dharma
que somete a la mente VINAYA. Como un elefante en una choza de barro, destruye
el dominio del Señor de la Muerte. El que es extremadamente concientista y
cuidadoso se involucra en este Dharma que somete. Abandonando a fondo la rueda
del nacimiento y poniendo fin al sufrimiento

En realidad, digo que es tibetano, pero en realidad no fue inventado por tibetanos. Esta
representación pictórica de la existencia cíclica fue creada por el propio Buda hace más de
2.500 años y se puede encontrar en sus enseñanzas de Vinaya. Lo encargó en nombre de su
partidario, el rey Bimbisara de Magadha, que estaba buscando un regalo adecuado para el
poderoso rey Udrayana, que logró la liberación cuando llegó a comprender la naturaleza
impermanente del samsara al meditar sobre el significado de esta pintura.

Verá, la idea occidental de inteligencia es diferente de la budista. Cuando los occidentales

escuchan la explicación del Señor Buda de la impermanencia y la muerte, piensan que está
tratando de hacer que tengan miedo. Esa es una comprensión de baja calidad, una falta de

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 sabiduría penetrante. Cuando entendemos la realidad correctamente, tenemos menos miedo.
De hecho, la muerte puede ser una experiencia maravillosa en lugar de complicada.

Los occidentales superficiales piensan que la vida es fantástica. "El sol está brillando, estoy
comiendo pan, queso y espagueti, soy hermosa, mis amigos son hermosos, todos felices ...".
Es una concepción completamente equivocada. No eres feliz En primer lugar, ¿qué es
hermoso? Si eres hermosa, entonces todo es hermoso. Su interpretación de su objeto de ser.

Lama Yeshe dio esta enseñanza en Ibiza en 1977. Editado del Lama Yeshe Wisdom Archive
por Nicholas Ribush y Traducido por Tonatiu Camarillo

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