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I UNIDAD:

INTRODUCCION
II UNIDAD:
LA INSTITUCIONALIDAD PERUANA DEL AGUA
III UNIDAD
NORMAS LEGALES
Gestión integral de recursos hídricos
Un paso para el desarrollo humano
Karim Antonio Oviedo Ramírez
La Gestión Integral de Recursos Hídricos (GIRH) es una respuesta de la última década a los
problemas mundiales, regionales, nacionales y locales de escasez, calidad y saneamiento del agua,
así como su acceso universal que tienen una relación muy íntima con la pobreza, como lo explica el
Informe de Desarrollo Humano de 2006 de las Naciones Unidas.
Se trata de un enfoque que pretende integrar el conocimiento de una diversidad de sistemas que
deben considerarse en forma simultánea, bajo distintas disciplinas, concepciones, conocimientos,
investigaciones, órganos normativos y de gestión, instituciones y usuarios, pues sin dejar a un lado
el Plan de Acción del Mar de Plata de 1977, parte de los Principios de Dublín de 1992, que sostienen:

1. El agua es un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo y el medio
ambiente.
2. El aprovechamiento y la gestión del agua debe inspirarse en un planteamiento basado en la
participación de los usuarios, los planificadores y los responsables de las decisiones a todos los
niveles.
3. La mujer desempeña un papel fundamental en el abastecimiento, la gestión y la protección del
agua.
4. El agua tiene un valor económico en todos sus diversos usos en competencia a los que se destina
y debería reconocérsele como un bien económico.

Pero ¿qué significa que la gestión integral de recursos hídricos puede servir para el desarrollo
humano?
En principio, significa que a través de una buena gestión del agua y de un adecuado saneamiento, se
puede ayudar a combatir la pobreza, pero al mismo tiempo, a través de esa adecuada gestión se
dejan de dispersar esfuerzos y recursos a favor de una mejor administración del agua limpia y
residual, pues el acceso al agua para la vida es un derecho humano fundamental, que significa cubrir
las necesidades básicas de consumo (alimentario y productivo) y al saneamiento, pero mundialmente,
1100 millones de personas se ven privadas del derecho a un agua limpia y 2,600 millones no tienen
acceso a un saneamiento adecuado, siendo que en su mayoría estas deficiencias se atribuyen a las
instituciones y opciones políticas y no a la disponibilidad del agua.
GESTIÓN DE RECURSOS HÍDRICOS EN EL PERÚ

La gestión de recursos hídricos en el Perú presenta diferentes realidades en sus tres principales zonas
geográficas: la costa, la sierra y el Amazonas. La costa, desarrollada y densamente poblada pero seca, posee
grandes infraestructuras hidráulicas y un marco institucional viable para la gestión integrada del agua. La sierra,
con abundantes recursos hídricos, tiene poca infraestructura, una gran parte de su población es pobre, y sus
instituciones para la gestión del agua son generalmente de naturaleza tradicional. La Amazonía Peruana, con la
menor densidad de población e infraestructuras del país, cubre la mitad del territorio peruano y da nacimiento al
Río Amazonas.

En la actualidad, el gobierno de Perú está llevando a cabo una importante transformación en la gestión de sus
recursos hídricos, centrada anteriormente en el desarrollo de riego en la zona costera. El objetivo es un manejo
integrado de los recursos hídricos a nivel de cuenca que incluya a todo el país, no solo la costa. A pesar de los
importantes avances, como la reciente creación de una Autoridad Nacional del Agua, todavía persisten varios
retos como, por ejemplo:

• aumento del estrés hídrico en la región costera

• falta de capacidad institucional

• deterioro de la calidad del agua

• poca eficiencia del sector riego

• inadecuado abastecimiento de agua potable y saneamiento

Historia del manejo de los recursos hídricos y desarrollos recientes


Durante el siglo pasado, el gobierno peruano ha sido la máxima autoridad en cuanto al manejo de los recursos
hídricos y el principal inversor en infraestructura hidráulica. El desarrollo hidráulico, tradicionalmente se centró
en la construcción de infraestructura como presas y regadíos para hacer frente a la creciente demanda de agua de
una población y un sector agricultura en expansión, especialmente en la costa. Por ejemplo, en los años 50 y 60,
se construyeron en la región norte las presas San Lorenzo y Tinajones, las más grandes del Perú. En los años 70,
se continuó con el desarrollo de infraestructura hidráulica en la costa. En las zonas de la sierra y el Amazonas,
los recursos hídricos han sido tradicionalmente gestionados mediante asociaciones informales de usuarios, los
comités de regantes, que controlan las rudimentarias infraestructuras hidráulicas. El gobierno peruano ha tenido
poca presencia en la zona, así como las inversiones estatales o internacionales.

Así pues, a comienzos del siglo XXI, Perú posee una zona costera con numerosa infraestructura hidráulica
controlada por Juntas de Usuarios estructuradas y desarrolladas. En la sierra y el Amazonas, con tierras de
cultivos dispersas y de menos de una hectárea, la implantación de Juntas de Usuarios es un proceso aún en vías
de implementación. Los comités de regantes siguen siendo un importante actor en la gestión de los recursos
hídricos.

Durante los últimos cinco años, el gobierno peruano ha promovido la modernización del manejo de los recursos
hídricos. La Estrategia Nacional para la Gestión de los Recursos Hídricos, actualmente pendiente de aprobación
en el Congreso peruano, promueve la creación de un marco institucional y legal único – hasta ahora leyes
sectoriales se han encargado de la gestión del agua en su ámbito competencial –, persigue la sostenibilidad
financiera de las Juntas de Usuarios para la operación, mantenimiento y desarrollo de infraestructuras, defiende
la conservación de ecosistemas acuáticos y contempla medidas para combatir y adaptarse a los impactos del
cambio climático. Otros programas como el Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI) o PROFUDUA –
encargado del registro de los derechos de uso de agua – se están extendiendo actualmente a la Sierra con el
objeto de repetir en esta zona el éxito acontecido en la Costa.
Recursos hídricos
Recursos de hídricos superficiales y subterráneos

Mapa topográfico de Perú


El Perú dispone de una gran cantidad de recursos hídricos, con 106 cuencas y una disponibilidad per cápita de
68.321 metros cúbicos (m3) en 2006, muy por encima de la media para Sudamérica, 45.399 m3. Según
estimaciones de la FAO, el promedio anual a largo plazo de precipitaciones es de 1.738 (m3). Hay una
considerable variabilidad estacional en la escorrentía de los ríos, ya que dos tercios se producen entre enero y
abril. Los Andes dividen al Perú en tres cuencas de drenaje naturales: cuenca del Pacífico (279,689 km2, cuenca
del Atlántico 956 751 km2, y cuenca del Lago Titicaca 48,775km2.

Mapa del Lago Titicaca


Según datos de INRENA, la cuenca seca del Pacífico, con 37,4 km3 disponibles al año, representa el 1,8% de los
recursos hídricos renovable de Perú. Sus 53 ríos, que fluyen hacia el oeste desde los Andes, suministran la mayor
parte del agua de la región costera. Sólo cerca del 30% de estos ríos son perennes. Desde 1984 hasta 2000, la
disponibilidad promedio del agua disminuyó a 33 millones m3; y desde 2003 hasta 2004, a 20 millones m³. La
extracción para agricultura representa 14 millones m³ (o el 80% del uso total del agua) y para el consumo
doméstico, 2 millones de m3 (12% del total). La cuenca del Atlántico contiene el 97% de toda el agua disponible
y recibe casi 2.000 km3 de precipitaciones al año. La agricultura también representa el 80% del uso del agua
mientras que el consumo doméstico es del 14%. La cuenca del Lago Titicaca recibe 10 km3. En esta cuenca, el
uso agrícola del agua representa el 66%, mientras que el consumo doméstico es del 30%.

Características clave de las cuencas de drenaje

Cuenca de Población Disponibilidad de Disponibilidad de Consumo de agua


drenaje (%) agua (km3) agua per cápita (m3) en agricultura (%)

Pacífico 70 37,4 2.027 53

Atlántico 26 1.998,7 291.703 32


Titicaca 4 10,1 9.715 13

Total 100 2.046,3 77.534 98

Fuente: INEI (2007)


Distintos afluentes externos aportan al río Amazonas, en la cuenca del Atlántico, unos 125 km³ al año. Los
principales afluentes son Napo, Tigre, Pastaza, Santiago, Morona, Cenepa y Chinchipe.

El Instituto Nacional de Recursos Naturales INRENA calcula que la cantidad total de aguas subterráneas
disponible en la costa es de entre 35 y 40 km3. Hay datos específicos solamente acerca de ocho valles de la costa,
con 9 km3 de aguas subterráneas disponibles. Aproximadamente unos 1.8 km3 se extraen actualmente en la costa.
No hay información suficiente sobre la disponibilidad y extracción de aguas subterráneas en las regiones del
altiplano y del Amazonas.

Extracción de aguas subterráneas por sector en la costa peruana (5)

Sector Extracción de agua (millones m3) Extracción de agua (%)

Urbano 367,0 19,9

Agricultura 911,0 49,5

Industria 553,0 30,1

Fuente: INRENA
Capacidad de almacenamiento e infraestructura
En 1980, INRENA estableció un inventario de la capacidad de almacenamiento de agua de Perú, incluidos lagos
y presas. Perú tiene 12.201 lagos, de los cuales 3.896 se encuentran en la cuenca del Pacífico, 7.441 en la cuenca
del Atlántico, 841 en la cuenca del Titicaca y 23 en la cuenca cerrada de Huarmicocha. De los cuales INRENA
registró que 186 lagos son utilizados con una capacidad total de 3 km3 y 342 lagos con una capacidad total de 3.9
km3 se encuentran sin intervención alguna. En la actualidad, la mayor cantidad de lagos utilizados se encuentran
en la cuenca del Pacífico, con 105 lagos y una capacidad total de 1.3 km3, seguido por la cuenca del Atlántico
con 76 lagos y una capacidad de 1.6 km3.

Perú cuenta con 23 reservorios con una capacidad total de 1.9 km3 y tiene las condiciones geográficas suficientes
para construir unos 238 reservorios más con una capacidad total de 44 km3. La cuenca del Pacífico cuenta con 21
reservorios con una capacidad total de 1.8 km3; la cuenca del Atlántico tiene 2 reservorios con una capacidad de
0.06 km3.

Los reservorios más grandes son Poechos con una capacidad de 1 km3, Tinajones con 0.32 km3, San Lorenzo con
0.25 km3 y El Fraile con 0.20 km3; todos en la región costera.
Calidad del agua
La disminución gradual de la calidad del agua en el Perú se debe a los vertidos sin tratar, especialmente de la
industria minera ilegal (pequeña minería) y pasivos ambientales, pero también de municipalidades y agricultura.
De los 53 ríos de la zona costera, 16 están parcialmente contaminados con plomo, manganeso y hierro
(principalmente por la minería ilegal) y amenazan el regadío y e incrementan el costo del abastecimiento de agua
potable de las ciudades costeras. Concretamente, MINAG considera "alarmante" la calidad de los ríos Moche,
Santa, Mantaro, Chillón, Rimac, Tambo y Chili. (Comisión) Además, las 18 instalaciones mineras ubicadas a lo
largo el Río Mantaro vierten agua sin tratar en el caudal principal, amenazando el suministro de agua de la planta
hidroeléctrica más grande del país.

Sistemas de riego ineficientes han generado problemas de salinización y drenaje en 300.000 ha de los valles
costeros (de una superficie total de regadío de 736.000 hectáreas), poniendo en peligro la productividad de estas
tierras. Los problemas de drenaje también afectan a 150.000 has de la región del Amazonas.

En las zonas del altiplano y del Amazonas, la excesiva deforestación producida por prácticas de agricultura
nómada está produciendo erosión y degradación del suelo. En la sierra, entre 55 y 60% de la tierra se ve
afectada por este problema lo que aumenta el transporte de sustancias río abajo.
Manejo de los recursos hídricos por sector
Agua potable y saneamiento
El consumo doméstico en el Perú representa el 7% de la extracción de agua. El sector de abastecimiento de agua
y saneamiento en Perú ha logrado avances considerables en las últimas dos décadas, que incluyen el aumento del
acceso al agua del 30% al 62% entre 1980 y 2004. El acceso a saneamiento también aumentó del 9% al 30%
desde 1985 hasta 2004.5 También se ha logrado un progreso en la desinfección del agua potable y del tratamiento
de aguas residuales.

A pesar de estos avances, los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en el Perú se caracterizan por
una baja cobertura y calidad de servicio, así como por la precaria situación financiera de sus proveedores. Esto,
junto con la falta de incentivos para mejorar el manejo del sector, ha reducido las inversiones a un nivel mínimo,
que está afectando a la sostenibilidad del sector.
Riego y drenaje
Aproximadamente el 80% de la extracción de agua en el Perú se utiliza para el riego; sin embargo, la mayor
parte del agua (65%) se pierde debido a la dependencia de sistemas de riego ineficientes.

“Área con infraestructura de riego y áreas de regadío (en miles de hectáreas)”

Región Infraestructura (a) % De regadío (b) % (b/a)

Costa 1.190 68 736 66 61

Sierra 453 26 289 26 63

Selva 109 6 84 8 77

Total 1.752 100 1.109 100

Fuente: Portal Agrario (1994)


Energía hidroeléctrica
En 2006, el 72% de la generación de electricidad total de Perú (27,4 TWh) provenía de las plantas
hidroeléctricas, (MINEM) con plantas térmicas convencionales que sólo funcionaban durante períodos
de demanda máxima o cuando la producción hidroeléctrica estaba restringida por fenómenos
meteorológicos.6 La energía hidroeléctrica representa el 48% de la capacidad instalada total. La
extracción de agua no potable para generación hidroeléctrica representa 11.138 millones m³ al año. La
instalación hidroeléctrica más grande del país es la del complejo del Mantaro de 900 MW, al sur de
Perú, operada por la compañía estatal Electroperú. Las dos plantas hidroeléctricas del complejo
generan más de un tercio del suministro eléctrico total de Perú.
Ecosistemas acuáticos
En el Perú hay 12201 lagos y lagunas, de los cuales 3896 se encuentran en la cuenca del Pacífico, 7441 en la
cuenca del Atlántico, 841 en la cuenca del Titicaca y 23 en el sistema Huarmicocha. También hay
aproximadamente 5 millones de ha de pantanos y 4500 ha de manglares.

Los humedales de Perú cumplen una función importante para las comunidades rurales. Estos humedales son la
fuente de proteínas animales y de totora, una planta que se usa en la producción artesanal de botes y elementos
flotantes. Los estuarios también son fundamentales para la reproducción de varias especies marinas básicas para
la industria pesquera. Otros usos, como producción industrial de algas y turismo de observación de aves, todavía
no se han desarrollado completamente.

En 1996, el gobierno implementó una Estrategia Nacional para la Conservación de Humedales con el objetivo de
aumentar la cantidad de manglares, ciénagas, estuarios y lagunas consideradas zonas protegidas. La
incertidumbre sobre la titularidad de la tierra, la contaminación industrial, el crecimiento urbano y la
deforestación continúan amenazando la integridad de los humedales peruanos. La laguna de Pucchún en
Arequipa, de 5.000 ha, ha sido secada completamente con fines agrícolas. Los Pantanos de Villa, ubicados al sur
de Lima, se redujeron de las 5.000 ha originales a 300 ha en 1989 como consecuencia del crecimiento urbano de
la ciudad de Lima.
Marco legal e institucional
Marco legal
La Ley General de Aguas 17752, del año 1969, estableció el marco legal e institucional para el manejo de los
recursos hídricos en el Perú. Hoy resulta obsoleto y presenta considerables obstáculos para llevar adelante un
manejo integrado, sostenible y efectivo de recursos ya que no reconoce la naturaleza multisectorial del agua, las
cuencas como unidad geográfica para el manejo de los recursos hídricos ni al agua como un bien económico. La
Ley General de Aguas establece lo siguiente: (i) el gobierno nacional es el único propietario y responsable de la
gestión de los recursos hídricos; (ii) la autoridad nacional del agua es el Ministerio de Agricultura (MINAG);
órgano al que la recientemente creada Autoridad Nacional de Aguas (ANA) rinde cuentas; (iii) el Administrador
Técnico de Distrito de Riego (ATDR) es la autoridad a nivel de distrito, y las Autoridades de Cuenca
Hidrográfica, a nivel de cuencas y (iv) el Ministerio de Salud es el responsable de la calidad del agua.

Desde 1993 hasta 2003, el gobierno peruano aprobó una serie de leyes sectoriales para regular el uso del agua a
través de diferentes acciones, como la Ley de Promoción de las Inversiones en el Sector Agrario (Dec. Leg.
653), Ley de Promoción de las Inversiones en el Sector Pesquero (DL 750), Ley General de Hidrocarburos (DL
26221), Ley General de Minería (DS 014-92-EM), Ley de Concesiones Eléctricas (DL 25844) y Ley General de
Turismo (Ley Nº 24027).

En los últimos cinco años, ha habido un profundo cambio en el marco institucional peruano con la aprobación de
la Ley de Descentralización, la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y la Ley Orgánica de Municipalidades.
En 2003, con la creación oficial de gobiernos regionales, el gobierno nacional comenzó a transferir poder a los
departamentos, lo que no incluye competencias en gestión del agua, sólo participación.

Un borrador de la Estrategia Nacional para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos reconocerá la
naturaleza multisectorial del agua e implementará el marco institucional y legal adecuado para realizar un
manejo integrado de los recursos hídricos. Esta legislación se encuentra actualmente a la espera de aprobación
por la Comisión Agraria del Congreso peruano.
Organización institucional
El marco institucional del manejo de los recursos hídricos a nivel nacional está fragmentado. El principal
organismo responsable del manejo de los recursos hídricos a nivel nacional es el Ministerio de Agricultura
(MINAG). En 2008, el gobierno peruano creó la Autoridad Nacional del Agua, organismo adscrito al MINAG,
absorbiendo la Intendencia de Recursos Hídricos, que se encontraba previamente bajo el control del INRENA.
La Autoridad Nacional del Agua (ANA) es responsable del diseño y puesta en marcha a escala nacional de las
políticas sobre recursos hídricos sostenibles y riego.

Otros ministerios tienen injerencias sectoriales sobre el manejo de los recursos hídricos: Agricultura por el riego,
Vivienda, Construcción y Saneamiento por el uso del agua para consumo doméstico, Salud por la calidad del
agua, Comercio y Turismo por las aguas termales y minerales, Energía y Minas por la energía hidroeléctrica y el
funcionamiento de minas, el Consejo de Ministros por las políticas sobre el medio ambiente, tarifas de energía y
agua y regulación de servicios, y Defensa por la información hidroclimática.

Los gobiernos regionales no son responsables del manejo del agua. Esto representa un desafío para la Gestión
Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) a nivel de cuenca, ya que los límites administrativos de las regiones no
coinciden necesariamente con los de las cuencas fluviales. Un obstáculo adicional es que los gobiernos
regionales son jóvenes – creados en 2003 – y carecen de la capacidad técnica y de los recursos humanos
necesarios para realizar la gestión integrada de recursos hídricos.

La Administración Técnica de Distrito de Riego (ATDR), hoy Autoridad Local del Agua (ALA), es la autoridad
encargada de gestionar el agua, de garantizar los derechos sobre el agua y de distribuir agua entre distintos
usuarios. Las ATDRs tienen una mayor presencia e importancia en la zona costera.

Finalmente, otros actores que estuvieron involucrados en el manejo de los recursos hídricos a nivel local fueron:
(i) cuatro Autoridades Autónomas de Cuencas Hidrográficas (Jequetepeque, Chira-Piura-Chancay-Lambayeque
y Chillón-Rimac-Lurín y Santa), (ii) ocho oficinas locales de la Dirección General de Salud Ambiental
(DIGESA) encargadas de la calidad del agua y (iii) las Juntas de Usuarios de Agua, son asociaciones privadas,
con financiemiento público, responsables de la operación y el mantenimiento de infraestructuras menores de
riego.
Estrategia del gobierno
En 2004, el gobierno peruano propuso una Estrategia Nacional para la Gestión de Recursos Hídricos, que
actualmente se está debatiendo y se encuentra pendiente de aprobación. Los principales objetivos son:

• Renovación institucional y un marco legal definido para incluir: (i) una resolución de las disparidades
entre la Ley General de Aguas y la Ley de Recursos Naturales y transferir la operación y
funcionamiento de los sistemas de riego a las Autoridades de Cuencas Hídricas, promover la
participación en los procesos de toma de decisiones y (ii) estrategias de desarrollo institucional que
formalicen los derechos sobre el agua y de contaminación y establezcan un sistema abarcador de tarifas
para cubrir las actividades de operación y mantenimiento.

• Manejo integrado de los recursos hídricos enfocando tanto el abastecimiento como la demanda de
agua, considerando los factores ambientales, sociales y económicos. Incluye un plan para modernizar la
infraestructura de riego existente de Perú con el objetivo de elevar la eficacia general de los sistemas de
riego del 35% al 45 o 50%.

• Mayor calidad de los recursos hídricos con una iniciativa de conservación de los recursos hídricos río
arriba para disminuir la sedimentación; crea una autoridad de control de contaminación para supervisar
los vertidos agrícolas e industriales, promueve el reciclado del agua y mejora el drenaje costero y los
problemas de salinidad.

• Gestión y mitigación de desastres que incluye supervisión consistente del clima, reforestación en
zonas estratégicas río arriba, canalizado de agua y mejora de planificación urbana para evitar
asentamientos en áreas de alto riesgo.

• Capacitación y cultura del agua y programas educativos para alumnos desde preescolar hasta nivel
universitario sobre el valor económico, social y medioambiental de los recursos hídricos.

• Sistema de información sobre recursos hídricos que fortalezcan las redes que controlan la calidad y
cantidad del agua, que pongan a disposición del público información precisa. (Véase Estrategia
Nacional para la Gestión de los Recursos Hídricos)
Acuerdos internacionales
El Tratado de Cooperación Amazónica, firmado en 1978 por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú,
Surinam y Venezuela, tiene como objetivo la promoción del uso sostenible de los recursos naturales, incluida el
agua, en la cuenca amazónica.

El 25 de junio de 2005, después de la aprobación de un subsidio de 700.000 US$ por parte del Fondo para el
Medio Ambiente Mundial, la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, la Secretaría General de la
Organización de Estados Americanos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo acordaron la
firma del Proyecto Manejo Integrado y Sostenible de los Recursos Hídricos Transfronterizos en la Cuenca del
Río Amazonas considerando la variabilidad climática y el cambio climático. El proyecto aspira a fortalecer el
marco institucional para planificar y ejecutar, de forma coordinada y coherente, actividades para la protección y
gestión sostenible de los recursos hídricos en la cuenca del Río Amazonas frente al impacto causado por la
acción del hombre y por los cambios climáticos que se producen actualmente en la cuenca.
Precio del agua y tasas de cobro
El MINAG establece anualmente las tarifas del agua superficial para uso agrario y no agrario. No existen tarifas
por la utilización del agua subterránea.

Las tarifas de agua para uso no agrario se calculan e imponen anualmente a través de un método que actualmente
no está reflejado en la regulación de tarifas sobre el agua. Existen tres categorías de tarifas de agua (mínima,
media y máxima) según la escasez relativa de agua en cada distrito de riego. Las tarifas de agua en el Perú son
un poco bajas en comparación con otros países latinoamericanos. Las facturas de agua muchas veces no se
abonan.

En la práctica, las Juntas de Usuarios de Agua establecen sus propias tarifas para riego en función de acuerdos
con su órgano de gobierno; estas tasas son previamente aprobadas por la ATDR. Muy pocas veces se mide el
agua y por lo tanto los costos, en su mayoría, se calculan en función de las hectáreas y los tipos de cultivos en
lugar del volumen de agua utilizado. Las tarifas fluctúan entre los 2,2 y los 25,55 US$ por ha, y las tasas de
cobro varían entre el 10% en el Amazonas y el 68% en la región de la costa.7 Los agricultores contribuyen con
pagos en efectivo por la tarifa de agua y también en especie, con trabajo o materiales, siguiendo prácticas
ancestrales.
Riesgos relacionados con el agua
La región al pie de la cordillera y la costa peruana son proclives a inundaciones y aluviones de barro
devastadores, principalmente debido a las fuertes precipitaciones en las degradadas cuencas altas; mientras que
el sur del país es propenso a las sequías. Además de las causas naturales, como la Oscilación del Sur El Niño, los
efectos de las sequías e inundaciones han sido agravados por la intervención del hombre, incluida la erosión el
suelo originada por prácticas poco eficaces de cultivo y pastoreo, deforestación y malas prácticas de uso de la
tierra.

El Niño golpea Perú en cadencias de entre tres y ocho años aproximadamente y consiste en fuertes vientos y
lluvias que provocan inundaciones y avalanchas de barro devastadoras. En 1997-1998, los costos por los daños
alcanzaron los 2 mil millones US$. Las sequías afectan gravemente a la costa sur, generando pérdidas en
agricultura como limitaciones en el consumo de agua potable.

Las leyes y medidas preventivas (relacionadas con la zonificación, deforestación, etc.) no se aplican y no existe
una red de sistemas de alerta anticipada confiable. Como consecuencia, aumentan los impactos negativos como
consecuencia de sequías e inundaciones en las diferentes regiones, con un impacto cada vez mayor sobre la
economía de Perú.
Posibles impactos del cambio climático

Los efectos del cambio climático en el Perú pueden verse en las condiciones atmosféricas más extremas tales
como sequías e inundaciones, Oscilación del Sur El Niño, (Comisión) y el retroceso de los glaciares andinos.

Aun falta una evaluación exhaustiva de los impactos netos sobre los recursos hídricos de Perú. Los impactos
relacionados con el cambio climático en el Perú incluyen el deterioro de cuencas y agotamiento de la capacidad
de recarga hídrica, mayor probabilidad de incendios repentinos y cambios bióticos en los niveles y composición
de los ecosistemas, que afectan a su capacidad de almacenamiento de agua. Los efectos y consecuencias pueden
ser diferentes en la etapa inicial y final del retroceso de los glaciares y puede diferir según la ubicación.
Los ecosistemas de las altas montañas, incluidos los páramos (humedales únicos en los Andes del norte) y los
terrenos nevados, se encuentran entre los entornos más sensibles al cambio climático. Estos ecosistemas tienen
una flora endémica única y brindan numerosos bienes y servicios de gran valor para el ambiente. Aunque se ha
avanzado considerablemente en el conocimiento del retroceso de los glaciares y sus consecuencias, los efectos
del cambio climático pueden tener un impacto negativo sobre el funcionamiento de los páramos.

Datos recopilados recientemente sugieren que los impactos climáticos ya han alterado los patrones de circulación
responsables de la producción y movimiento del vapor de agua en la región. Estos impactantes cambios
probablemente hayan contribuido a la desaparición de cuerpos de agua a gran altura, así como a la mayor
frecuencia de incendios, de origen natural o inducidos por el hombre, en las montañas.
Programas e iniciativas en curso
La administración de Alan García busca actualmente la desalinización como una prioridad nacional para
adaptarse a la disminución en la disponibilidad de agua. El gobierno de Perú está planificando una inversión de
1.500 millones de dólares para construir dos plantas para desalinización en la costa de Lima para abastecer de
agua a 1,5 millones de personas.

En 1997, el Banco Mundial contribuyó con 85 millones de dólares, de un total de 172,4 millones de dólares, en
el Proyecto Subsectorial de Irrigaciones (Programa Subsectorial de Irrigación) que se centró en determinadas
zonas de la costa. El proyecto incluía componentes para la rehabilitación de infraestructura mayor y la
modernización y tecnificación de los sistemas de riego; para le fortalecimiento de las capacidades de gestión de
las juntas de asuarios –especialmente de la sostenibilidad financiera mediante la recaudación de las tarifas de
riego –, y de los agricultores – centrándose en estrategias de márketing–. Es igualmente un componente
importante de PSI, la formalización y registro de derechos de uso de agua lo que se considera atrajo inversión
privada nacional e internacional. El éxito de PSI provocó la extensión del mismo a toda la costa, mediante PSI II
(en la que el Banco Mundial contribuyó 10 millones de dólares de un total de 22). En estos momentos se está
estudiando la ampliación de PSI a la Sierra.

El Proyecto Nacional para la Modernización de la Gestión de Recursos Hídricos (10 millones de dólares) está
destinado a fortalecer la capacidad institucional para la gestión integrada de recursos hídricos a nivel nacional y
en tres cuencas fluviales (Chancay-Lambayeque, Ica y Chili). La segunda fase del proyecto de investigación y
extensión agrícola (69 millones de dólares) tiene como objetivo la adopción de prácticas agrícolas sostenibles en
cuencas que dependen de los glaciares.

En junio de 2007, el Consejo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) aprobó el Proyecto de
Regional Adaptación al Rápido Retroceso de los Glaciares en los Andes Tropicales (Bolivia, Ecuador y Perú).
Este proyecto tiene el propósito de implementar medidas de adaptación para las consecuencias anticipadas del
catastrófico retroceso de los glaciares inducido por el cambio climático.

En junio de 2007, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó 200 millones de dólares para un
programa de reforma de los recursos hídricos (PRRH) que incluiría las estructuras hidráulicas y reformas
institucionales y legales. En agosto de 2007, el BID aprobó 5 millones de dólares adicionales para apoyar los
esfuerzos de desarrollo de la capacidad contenidos en el PRRH. El BID también está implementando un plan de
manejo de los recursos hídricos para las cuencas de los ríos peruanos Maschón y Chonta. El objetivo de esta
subvención de 1,2 millones US$ es definir las medidas adecuadas para mejorar la gestión integrada de los
recursos hídricos.

Perú recibe un préstamo de 10 millones de dólares para recursos hídricos


Washington, 2 jul 2009 (EFE).- El Banco Mundial (BM) aprobó hoy un préstamo de 10 millones de dólares
para apoyar al Gobierno de Perú en el proyecto de Modernización de la Gestión de los Recursos Hídricos.
El organismo financiero multilateral indicó en un comunicado que con el préstamo otorgado se busca mejorar la gestión
de los recursos hídricos del Perú haciéndola participativa, sostenible, multisectorial y a nivel de cuenca.
Añadió que el proyecto estará a cargo de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), ente rector del Sistema Nacional de
Recursos Hídricos del Perú.
Según Abelardo de la Torre Ugarte, jefe del ANA, citado en el comunicado, el plan contribuirá a modernizar la gestión
de esos recursos, integrando los sectores públicos y privados.
"Una innovación importante de este proyecto es la participación consensuada de las instituciones públicas,
organizaciones de usuarios y operadores de sistemas hidráulicos en la elaboración de los planes de gestión de las
cuencas que persiguen equilibrar la oferta y la demanda entre sus diferentes usuarios", añadió De la Torre.
En este sentido, el proyecto de Modernización de la Gestión de los Recursos Hídricos apoyará la elaboración de planes
participativos en las cuencas de Chancay-Lambayeque, Chili, e Ica-Alto Pampas, según el comunicado.
Por su parte, Felipe Jaramillo, director del Banco Mundial para Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela, felicitó al Gobierno
de Perú por "su compromiso en mantener la seguridad hídrica como elemento fundamental para el uso poblacional, el
desarrollo económico sostenible y la preservación del medio ambiente".
El crédito fue concedido con un período de amortización de 18 años y un período de gracia de 17,5 años. EFE
LEY DE RECURSOS HÍDRICOS MEJORARÁ LA
EFICIENCIA EN EL USO DEL AGUA
Con la promulgación de la ley de recursos hídricos, el Ministro del Ambiente, Dr. Antonio Brack, expresó que se
fortalece la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y mejora la eficiencia en el uso de este recurso, principalmente
los agricultores de la costa, donde vive el 50% de la población peruana.
El titular del sector ambiente, sostuvo que es necesario preparar a la agricultura para el gran desafío de seguir
produciendo y abasteciendo no sólo al mercado interno, sino al exterior; a fin de lograr que el tema del agua
forme parte de la agenda de competitividad, debido a que “los comités de regantes usan el 80% del agua, pero
nunca antes habían hecho el manejo de la cuenca en la parte alta para darle sostenibilidad al recursos, pero será
posible manejar el recursos pensando en las futuras generaciones”.
La Ley 29338, Ley de Recursos Hídricos, busca modernizar y hacer más eficiente el uso del agua tanto en los
sectores productivos, como en el doméstico. En esta ley se crea el Sistema Nacional de Gestión de Recursos
Hídricos, cuyo objetivo será articular el accionar del Estado para conducir los procesos de gestión integrada y de
conservación de los recursos hídricos en los ámbitos de las cuencas, los ecosistemas y los bienes asociados.
Asimismo, se precisa que la Autoridad Nacional del Agua es el ente rector y la máxima autoridad técnica
normativa del Sistema Nacional de Gestión de Recursos Hídricos, teniendo responsabilidad en el funcionamiento
del mismo. Una de las funciones inherentes a dicha autoridad será elaborar el método y determinar el valor de
las retribuciones económicas por el derecho de uso de agua, así como por los vertimientos residuales en fuentes
naturales.
La norma además establece dos modalidades de pago por el uso del agua: la retribución económica que hace el
usuario al Estado y la tarifa que se paga por el uso de la infraestructura a las juntas de riego. Pero la nueva ley
establece también sanciones para los que hacen un mal uso del agua, que van desde quitar la licencia de uso
hasta procesos penales.
El texto de la ley precisa en su artículo segundo que el agua constituye el patrimonio de la Nación. En tanto que
el artículo 24° de la norma establece que los Consejos de Cuenca son espacios multisectoriales y privados, que
tienen el objeto de participar en la planificación, coordinación y concertación del aprovechamiento sostenible de
los recursos hídricos.

En ese sentido, el titular del sector ambiental, manifestó que en los últimos años se ha aprovechado
inadecuadamente los recursos hídricos, no solamente en la minería o en la agricultura, sino con el agua potable
entubado perdiéndose muchos metros cúbicos por la situación de las cañerías de conducción y por el mal uso
que le damos al líquido elemento en nuestros hogares.

Ley Nº 29.338 - Ley de Recursos Hídricos. La presente Ley de Recursos Hídricos regula el uso y gestión de los
recursos hídricos, que comprende el agua superficial, subterránea, continental y los bienes asociados a esta, tiene por
finalidad regular el uso y gestión integrada del agua, la actuación del Estado y los particulares en dicha gestión, y se
extiende al agua marítima y atmosférica en lo que resulte aplicable.
IV UNIDAD
INVENTARIO DE LA INFRAESTRUCTURA DE RIEGO Y DRENAJE
El sistema de riego y drenaje. Clases de infraestructuras: de riego, drenaje y obras auxiliares.-
Inventario y Evaluación de la Infraestructura de riego, drenaje y obras auxiliares

Inventario de Infraestructura de Riego,


Drenaje y Vías de Acceso

La infraestructura mayor se refiere a las obras de gran envergadura como


embalses, bocatomas y canales de derivación, que abastecen los predios.

La infraestructura menor se refiere a la red de canales laterales de todos los


órdenes existentes y las estructuras tales como tomas, estructuras de medición y
control de agua, pequeños sifones, alcantarillas, disipadores de energía,
partidores, etc.

El inventario de la infraestructura de riego y drenaje, constituye un instrumento


básico para la operación y mantenimiento de un sistema de riego.

El inventario de la infraestructura de riego y drenaje se refiere al listado de todas


las obras hidráulicas que constituyen la infraestructura de riego y drenaje, tanto
mayor como menor, con que cuenta un distrito de riego, permitiendo lograr los
siguientes propósitos:

• Facilitar la identificación, ubicación, conocimiento de sus dimensiones y


características básicas (hidráulicas y constructivas) de los distintos
componentes de la infraestructura hidráulica de suministro y regulación de
riego y drenaje; así como las de las vías de comunicación, mediante uno
codificación y caracterización únicas en los planos y cuadros de
dimensiones estándar, para el uso de toda persona que necesite dicha
información.

• Servir como referencia para establecer la ubicación de los predios y poder


elaborar el padrón de uso agrícola.

• Conocer las características, limitaciones, así como las potencialidades de la


infraestructura hidráulica para fines de operación del sistema de riego.

• Servir como fuentes de información básica y detallada a partir de la cual se


puede planificar y programar el mantenimiento, el mejoramiento y la
ampliación del sistema hidráulico.

• Facilitar el seguimiento de las labores de mantenimiento de las obras


INVENTARIO Y EVALUACIÓN DE LA INFRAESTRUCTURA DE RIEGO
MAÁRGEN IZQUIERDA DEL RÍO TUMBES.
RESUMEN
En la Irrigación Margen Izquierda del río Tumbes, se capta el agua bajo el sistema
de gravedad. Se irrigan 5 700 has que benefician aproximadamente a 2 883
agricultores y, por ende, eleva el nivel de vida del productor, además de la gran
cantidad de mano de obra que genera durante todo el año.
El problema radica que en el tiempo de avenidas que generalmente se caracteriza
por los meses de enero a abril y con amenazas constantes del calentamiento de
agua denominado Fenómeno “El Niño”, provoca gran intensidad de precipitación. La
irrigación sufre las inclemencias del tiempo, produciéndose colmataciones en su
infraestructura o caja de los canales, especialmente del canal principal.
El objetivo del trabajo es el de evaluar el estado de la infraestructura de riego
de la Irrigación Margen Izquierda del río Tumbes. Año 2 000 – 2 001.
Habiendo llegado a las siguientes conclusiones:
1. La Irrigación Margen Izquierda del río Tumbes se encuentra en regular
estado de operación.
2. La irrigación cuenta con 23 quebradas que malogran su infraestructura, que
en épocas de avenida, la colmatan, dejándola inoperativa, ocasionando
gastos a la Comisión de Regantes de la Irrigación Margen Izquierda del río
Tumbes, para su respectiva descolmatación.
3. Entre los tramos críticos de la irrigación tenemos:
Quebrada Francos, Quebrada La Peña, Quebrada Plateros, Quebrada La
Jardina, Quebrada Cristales, Quebrada Malvales, Quebrada Realengal,
Quebrada Corrales, Quebrada San Isidro, y Quebrada Los Cedros.
4. Después del Fenómeno “El Niño” 1 997 – 1 998 se han venido realizando
trabajos como la descolmatación del canal troncal.
5. Se han encontrado revestidos los laterales A, de la progresiva 0+000 a la
progresiva 0+440, lateral B de la progresiva 0+000 hasta 0+460, lateral C desde la
progresiva 0+000 hasta la progresiva 0+510, lateral D de la progresiva 0+000 hasta
la progresiva 0+893, lateral E de la progresiva 0+000 hasta la progresiva 0+910
aproximadamente, lateral F de la progresiva 0+000 hasta la progresiva 0+510.
6. El último aforo hasta el mes de abril del 2 001 en la entrada de 4 compuertas
Bocatoma La Peña, ha sido de 6,2 m3/s, teniendo 70 cm colmatados en el fondo del
canal.
7. La presente irrigación presenta canales hasta de cuarto orden de corriente.
8. La Irrigación Margen Izquierda es la que mayor área irriga en el valle; por su
captación de agua a gravedad y su bajo costo de este recurso, s8iendo su costo
actual de 0,0075 nuevos soles/ m3.
VI UNIDAD
MANTENIMIENTO DE UN SISTEMA DE RIEGO Y DRENAJE
Importancia del mantenimiento de un sistema de riego, drenaje y obras auxiliares.
Programa de mantenimiento de los equipos, obras hidráulicas e infraestructura auxiliar. Evaluación del Programa
de mantenimiento.

La primera función es la operación. Ésta incluye las siguientes tareas:


• medida de las necesidades de agua y de la oferta;
• transporte y distribución del agua;
• gestión de la escasez durante los períodos de estrés hídrico;
• aplicación del agua y evacuación del exceso de agua en los campos y su posible
utilización o evacuación.
La segunda función es el mantenimiento, cuyos expertos están normalmente de acuerdo en
que esté basado en los requisitos y limitaciones de la operación. Por tanto, la entidad que
gestiona la operación debería también gestionar el mantenimiento.
En tercer lugar, la experiencia muestra también que para que una organización tenga el
incentivo para alcanzar una eficiencia y responsabilidad frente a sus clientes, debería ser
principalmente responsable de su propia financiación cuya mayor parte o su totalidad,
debería provenir de las tarifas de riego que pagan sus clientes. Esto no quiere decir que los
subsidios debiliten el PSA, sino que la financiación externa no debería ser la fuente principal
de ingresos.
La cuarta función, es la resolución de disputas. Las organizaciones de riego locales,
efectivas y sostenibles, pueden necesitar tener el poder, los mecanismos de resolución de
conflictos y las sanciones para resolver, de una forma rápida, las disputas relativas al agua u
otras materias relacionadas. Sólo se recurrirá a una autoridad superior en casos excepcionales.

VII UNIDAD
IDENTIFICACION DE ACTORES Y ROLES EN GESTION DE RECURSOS HIDRICOS
Usuarios, Operador, Entes normativos y reguladores

Enfoque iintegrall para lla gestiión de llos recursos híídriicos.. En la mayoría de


los
países de la Región ya existe un marco regulador y normativo para el manejo de los
recursos hídricos. Sin embargo, estos instrumentos deben ser actualizados con el
nuevo enfoque integral de gestión, cuyo principal componente sea el carácter social y
multiusuario del agua, así como su importancia para el desarrollo sostenible. La actual
menor disponibilidad de agua en calidad y cantidad adecuadas para atender las
necesidades de los diferentes usuarios, es consecuencia de haber impuesto los
intereses individuales de algunos actores sobre los intereses colectivos, desconociendo
el hecho de que son los mismos recursos los que deben estar disponibles para todos
los que los necesiten. La gestión integral de los recursos hídricos permite enfocar y
coordinar las políticas e intereses de los diferentes actores, sin arriesgar la
sostenibilidad de la sociedad y el ambiente. También permite asignar a los actores
puntuales su derecho de acceder a los recursos hídricos y su responsabilidad por su
uso eficiente y la conservación de su calidad y disponibilidad.
El enfoque de gestión integral de los recursos hídricos demanda en primer lugar el
reconocimiento de las diferentes fuentes de agua (de lluvia, superficial, subterránea,
residual industrial y doméstica, de mar) como partes de la oferta global de este tipo de
recursos. Un segundo componente de este enfoque es el carácter progresivo de la
incorporación en las instituciones responsables, de los conceptos y herramientas que
permitan una planificación del manejo de los recursos hídricos con esa visión integral;
la tendencia a un manejo unilateral y sin coordinación con los demás actores
lamentablemente continúa siendo un rasgo cultural muy difundido.
Asimismo, debe entenderse la estrecha relación entre una gestión más eficiente de los
recursos hídricos con el logro de la mayoría de los ODM, estrategia que incluye
propuestas como por ejemplo el uso productivo de agua residual tratada y la difusión
de la agricultura urbana. Para mejorar el acceso al agua más segura y el saneamiento,
en especial para la población en pobreza, será indispensable una visión de
aprovechamiento al máximo de los recursos hídricos, que otorgue prioridad al
abastecimiento de agua para bebida. Por tanto los demás usos deberán atenderse en
parte con aguas recuperadas para el reciclaje.
Otro componente importante del enfoque integral es la adecuación de los mecanismos
institucionales, financieros y tecnológicos a este nuevo modelo de gestión de los
recursos hídricos. Hace falta mejorar la coordinación de los entes reguladores y
fiscalizadores, que hasta el momento son responsables desarticulados de diferentes
aspectos relacionados con estos valiosos recursos. Por ejemplo, el sector productivo
(industria, agricultura, energía) tiene una normatividad diferente y desligada de los
sectores sociales (salud, educación, ambiente), lo que trae como consecuencia
constantes vacíos o superposiciones de autoridad y jurisdicción. En algunos países
como México, en donde existe una autoridad nacional del agua, pese a sus innegables
logros y esfuerzos, no ha logrado aún articular un manejo integral de los recursos
hídricos.
Finalmente, como se ha afirmado anteriormente en esta publicación, los países en
desarrollo deben evaluar los avances y experiencias exitosas en otros contextos, antes
de pensar en aplicarlos a sus propias condiciones. No haberlo hecho así ha originado
condiciones insostenibles para muchas inversiones y programas, especialmente en
saneamiento, en los países de América Latina y otras regiones en desarrollo del
mundo. Los sistemas de saneamiento en estos países no sólo deben ser sostenibles a
base de una tarifa acorde con la situación económica de su población, sino también
deben adecuarse a la situación de salud, las actividades económicas en desarrollo, y la
capacidad técnica y financiera de sus empresas de agua y saneamiento.

VIII UNIDAD
HERRAMIENTAS PARA LA GESTION DE RECURSOS HIDRICOS
Instrumentos Legales, Institucionales y de Articulación con la Sociedad, Instrumentos de Información,
Instrumentos de Planeamiento, Instrumentos Operacionales, Instrumentos Económicos.

GESTIÓNINTEGRADADELOSRECURSOSHÍDRICOS
y algunas experiencias de organizaciones de usuarios del agua

Introducción
Las conferencias internacionales llevadas a cabo en 1977 en la ciudad de Mar del Plata y en 1992 en
las ciudades de Dublín y Río de Janeiro, marcaron hitos en el ámbito del estudio de los recursos
hídricos, al establecer la gestión integrada como el modelo a seguir en la administración del agua y
definiendo a la cuenca fluvial como la entidad geográfica más apropiada para la planificación y
gestión del recurso.
El agua*
El agua es un recurso natural renovable, con importantes funciones económicas, sociales,
culturales y ambientales. En la Declaración de Dublín sobre el agua y el Desarrollo Sostenible,
adoptada en la conferencia internacional sobre el Agua y el medio ambiente “El Desarrollo en la
Perspectiva del Siglo XXI” (Dublín, Irlanda, 26 al 31 de enero de 1992), se señala que el agua “es
un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo y el medio ambiente”.

Las características especiales del agua le proporcionan un carácter diferente y excepcional


respecto a la mayoría de los recursos naturales, entre las que se destacan las siguientes:
Movilidad e incertidumbre: El agua se manifiesta en forma errática, incierta e irregular en el tiempo
y en el espacio. Su constante movimiento -que forma el ciclo indivisible conocido como el ciclo
hidrológico- reduce las oportunidades de control del ser humano, ya que, al no respetar los límites
políticos, administrativos o de propiedad privada se dificulta el establecimiento, la definición y la
aplicación de los derechos de propiedad.
Economías de escala: El uso de este recurso se caracteriza por significativas economías de escala,
especialmente en su almacenamiento, transporte y distribución. Se dan las condiciones de un
monopolio natural clásico.
Diversidad de usos: El agua posee una gran diversidad de formas de aprovechamiento, las que se
dividen en consuntivas, como el riego, el abastecimiento de agua potable o el uso industrial y aquellas
que no están destinadas al consumo, como la generación de energía hidroeléctrica, la pesca, el
transporte fluvial o el esparcimiento. En el primer grupo sus usuarios tienden a rivalizar en el uso del
agua, lo que no ocurre en el segundo.
Interdependencia general de los usuarios: Normalmente el ser humano interfiere en el ciclo
hidrológico captando el agua en un punto para su aprovechamiento y devolviéndola en otro punto en
tiempos distintos y con una calidad alterada. En la mayoría de los usos, sólo una parte del agua
inicialmente extraída de una corriente se consume. El restante retorna a la corriente o al acuífero a
costa de una pérdida de calidad, permitiendo su aprovechamiento aguas abajo. Como resultado, los
usos y usuarios situados aguas abajo dependen de manera crítica de la cantidad, calidad y tiempo de
los sobrantes, caudales de retorno o pérdidas de los usos y usuarios situados aguas arriba. Estas
características del agua provocan un grado alto de interrelación, interdependencia y afectación
recíproca entre los usuarios.
Naturaleza unidireccional, asimétrica y anisotrópica de las interrelaciones e interdependencias
entre los usos y usuarios de agua en un sistema hídrico integrado: Los efectos externos, tanto
positivos como negativos, causados por las interrelaciones e interdependencias entre los múltiples
usos y usuarios de agua, siempre se propagan desde aquellos situados aguas arriba hacía los
ubicados aguas abajo. Como resultado, los primeros suelen aprovechar su ubicación privilegiada,
mientras que los segundos no tienen posibilidad de controlarlos sin una intervención reguladora
externa, lo que justifica la intervención del Estado.
Debido a estas características, en la mayoría de los países del mundo este recurso es normalmente
un bien del dominio público del Estado, sobre el cual se conceden derechos de uso a particulares.
Al Estado le corresponde la regulación de su uso o aprovechamiento en función del interés público,
orientando su ejercicio hacia la conservación y protección del recurso, equidad en el acceso, e.
ciencia en su uso y prevención de su monopolización.
Por su parte, la gestión del agua es un proceso que busca solucionar con. ictos entre
múltiples usuarios, tanto directos (quienes usan el agua para aprovechamientos sectoriales, como
abastecimiento de agua potable y saneamiento, uso industrial, riego, generación hidroeléctrica,
pesca y navegación) como indirectos (la sociedad en su conjunto), quienes, queriéndolo o no,
dependen de un recurso compartido.

Las funciones fundamentales o sustantivas de la gestión del agua son:


Aplicación de la legislación respectiva.
Asignación del agua; es decir, la definición y modificación de las condiciones de acceso al recurso,
principalmente el otorgamiento de permisos, autorizaciones, concesiones, derechos u otros
instrumentos de uso o aprovechamiento.
Control de la contaminación; es decir, la definición y modificación de condiciones de devolución del
agua al ecosistema después de su uso o aprovechamiento, principalmente el establecimiento de
los límites máximos permisibles de descarga de aguas servidas y el otorgamiento de permisos o
autorizaciones de descarga.
Identificación, evaluación y monitoreo del recurso, tanto en cantidad como en calidad, y la
determinación de recursos utilizables y caudales mínimos o ecológicos.
Inventario, registro y catastro de usos y usuarios y . fiscalización de los aprovechamientos.
Elaboración de planes de recursos hídricos.
Evaluación de proyectos y aprobación de obras.
Determinación técnica de líneas de ribera y de áreas protegidas.
Adjudicación en instancia administrativa de conflictos vinculados al uso del agua.
En general, estas funciones son asignadas a entidades de gobierno pertinentes, no usuarias ni
relacionadas con actividades económicas, que además, posean un alto nivel jerárquico, tengan
capacidad administrativa real y dispongan de autonomía efectiva.

De lo anterior se desprende que los usuarios del agua no pueden autogobernarse o autogestionarse,
debido principalmente a las dificultades que presentarían en temas relacionados con la protección del
recurso, equidad en el acceso y la prevención de la monopolización. En este sentido, Peña y Solanes
(2002) consideran que en sociedades donde no hay balance de poder ni igual capacidad de acceso,
entre
distintos sectores, resulta que el sector con mayor capacidad de hecho y habilidad de influenciar
consigue en la práctica políticas que no necesariamente redundan en beneficio general, lo que puede
conducir a asignaciones injustificadas de derechos de agua; desconocimiento de aprovechamientos
de grupos autóctonos; promoción de proyectos con impactos económicos globales negativos, pero
con beneficios sectoriales; regímenes de servicios y garantías que no incentivan la e. ciencia en la
prestación de los servicios públicos vinculados al agua, por mencionar los casos más notorios. Por el
contrario, en países desarrollados, con fuertes estructuras corporativas (industriales, sociales,
gremiales, de usuarios, ambientalistas, etc.) representativas de diferentes sectores de intereses, con
alto grado de pluralismo participativo, con poderes más o menos compensado entre distintos
sectores, y estructuras de respaldo e. caces, como sistemas adecuados de prestación de justicia y
educación, el acuerdo entre corporaciones o grandes sectores y la autorregulación son instrumentos
que ganan terreno, con la consecuente reducción de costos de transacción.
Esta necesidad de balance ha sido un tema fundamental en el agua, donde la falta de equilibrio entre
variables ambientales, sostenibilidad económica y la dimensión sociopolítica lleva a la crisis de
gobernabilidad.

Cómo se define la gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH)

La Declaración de Dublín sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible, señala que “la gestión
eficaz de los recursos hídricos requiere un enfoque integrado que concilie el desarrollo
económico y social y la protección de los ecosistemas naturales” y que la “entidad geográfica
más apropiada para la planificación y gestión de los recursos hídricos es la cuenca . fluvial”.
Asimismo, la Agenda 21, aprobada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 3 al 14 de junio de 1992), señala que la “ordenación
integrada de los recursos hídricos se basa en la percepción de que el agua es parte integrante del
ecosistema, un recurso natural y un bien social y bien económico cuya cantidad y calidad determinan
la naturaleza de su utilización” y esa gestión, “incluida la integración de los aspectos relativos a
las tierras y a las aguas, tendría que hacerse a nivel de cuenca o subcuenca de captación”.
Una de las definiciones más conocidas es la de la Asociación Mundial para el Agua (Global Water
Partnership – GWP), según la cual la gestión integrada del agua es un proceso que promueve el
manejo y desarrollo coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el . n de maximizar
el bienestar social y económico resultante de manera equitativa sin comprometer la sustentabilidad de
los ecosistemas vitales.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) centra la atención en un aspecto


ligeramente diferente y dice que la gestión integrada del agua implica tomar decisiones y manejar los
recursos hídricos para varios usos, de forma tal que se consideren las necesidades y deseos de
diferentes usuarios y partes interesadas. Agrega que la gestión integrada comprende la gestión del
agua superficial y subterránea en un sentido cualitativo, cuantitativo y ecológico desde una
perspectiva multidisciplinaria y centrada en las necesidades y requerimientos de la sociedad en
materia de agua.
Al analizar estas y otras definiciones, se puede llegar a la conclusión de que, en términos
operacionales, la gestión integrada de los recursos hídricos debe entenderse como varias formas
distintas de integración:
La integración de la gestión del agua para todos sus usos, con el objetivo de reducir
los conflictos entre los que dependen de y compiten por este finito y vulnerable recurso.
La integración de los intereses económicos, sociales, culturales y ambientales, tanto de los usuarios
directos de agua como de la sociedad en su conjunto.
La integración de la gestión de todos los aspectos del agua (cantidad, calidad y tiempo de ocurrencia)
que tengan influencia en sus usos y usuarios (por ejemplo, la integración entre la asignación del
agua y control de su contaminación).
La integración de la gestión de los diferentes fases del ciclo hidrológico (por ejemplo, la integración
entre la gestión del agua superficial y del agua subterránea y entre la gestión del agua dulce y el
manejo de las zonas costeras).
La integración de la gestión a nivel de cuencas, acuíferos o sistemas hídricos interconectados.
La integración de la gestión de la demanda de agua con la gestión de la oferta.
La integración de la gestión del agua y de la gestión de la tierra y otros recursos naturales y
ecosistemas (por ejemplo, bosques) relacionados.

Peña y Solanes, 2002, agregan que la gestión integrada de agua no es un .fin en si mismo, sino más
bien, un “proceso”, es decir, una forma de aproximarse a una gestión de los recursos hídricos
dinámica, caracterizada por el abandono del reduccionismo. Su urgencia depende de las situaciones
concretas, siendo ella menor en cuencas con un bajo nivel de explotación de sus recursos hídricos y
con bajos impactos antrópicos, y en todo caso supone un desarrollo progresivo (“proceso”).
En definitiva, corresponde a un cambio cultural mayor, asociado al paso desde la sociedad industrial,
caracterizada por la optimización de los resultados a través de la especialización (reduccionismo),
la estructura de planificación fuertemente jerarquizada, por una visión que considera los recursos
naturales abundantes o prácticamente ilimitados, y el énfasis en el desarrollo de la infraestructura;
a una sociedad post industrial (del conocimiento) caracterizada por la integración (holismo), la
participación / negociación, la conciencia de la limitación de los recursos y el énfasis en la gestión.

La gestión de los recursos hídricos en el país presenta algunas características esenciales


desde un punto de vista jurídico-económico, algunas de las cuales se mencionan a continuación:
a) Régimen de propiedad de los recursos naturales
Muchos de los elementos físicos que conforman la cuenca (suelo, cobertura vegetal, agua), están
sometidos en el país a un régimen de propiedad que garantiza a su dueño su uso y goce, con muy
escasas excepciones. En el caso particular del agua, a través de la constitución de derechos de
aprovechamiento, la legislación enfatiza claramente la dimensión económica del recurso hídrico, lo
que, más allá de situaciones políticas e ideológicas coyunturales, tiene un fundamento objetivo en la
condición de escasez que presenta la mayor parte del territorio. De acuerdo a lo anterior, se ha
establecido que, aún cuando las aguas son bienes nacionales de uso público, se concede a los
particulares el derecho de aprovechamiento sobre las mismas, el cual es un bien jurídico de. nido
como un derecho real, cuyo titular puede usar, gozar y disponer de él, como cualquier otro bien
susceptible de apropiación privada y tiene una protección jurídica similar. Además, el derecho de
aprovechamiento es un bien principal y ya no accesorio a la tierra o industria para las cuales hubiera
estado destinada, de modo que se puede transferir libremente.
b) Aplicación de una economía de libre mercado
De acuerdo a lo anterior, se entregan las decisiones de inversión y desarrollo a la iniciativa privada,
en el marco de mercados que deben ser competitivos y sin distorsiones. Estos mercados operan en
un marco reglamentario y legislativo orientado básicamente a regular e incentivar sectorialmente el
ejercicio de la iniciativa privada. En ese ámbito se sitúan las reglamentaciones establecidas en el
sector energético, de uso del suelo, agrícolas, y otras en las cuales el agua es considerada como un
insumo más en el proceso productivo
c) Concepción de un Estado subsidiario
El Estado no realiza aquellas tareas que pueden desarrollar los privados, y orienta su acción a la
aplicación de determinadas normativas sectoriales que regulan el uso de los recursos a cumplir un rol
de apoyo a los sectores más débiles de la sociedad a través del subsidio a la demanda de
determinados bienes y servicios (agua potable, electricidad, riego) y a impulsar la construcción de
grandes obras de riego, que no pueden ser abordadas por los particulares debido a sus
características específicas.

El rol del Estado en la gestión de los recursos hídricos

De acuerdo con el Código de Aguas, es la Dirección General de Aguas la institución que concentra
las tareas que competen al Estado en cuanto a la medición, investigación y administración de los
recursos hídricos (Peña, 2003). Además, es el organismo público estatal encargado de asignar los
derechos de aprovechamiento de aguas superficiales y subterráneas, ejercer la vigilancia de los
cauces naturales y fiscalizar las organizaciones de usuarios. No obstante, las facultades de este
organismo son muy limitadas una vez que los derechos de aprovechamiento han sido asignados. Por
ejemplo, con excepción de las épocas de sequía o escasez, no puede intervenir en la distribución del
recurso (tarea que recae en las organizaciones de usuarios del agua), tampoco puede resolver
conflictos de agua, los cuales deben ser resueltos por las propias organizaciones y en última
instancia, por los Tribunales de Justicia. Por otra parte, la Dirección General de Aguas no tiene
ninguna injerencia en las transacciones de los derechos de aprovechamiento, las cuales se llevan a
efecto libremente entre los interesados, aún cuando de tales actos jurídicos pudieran derivarse
externalidades (Alegría et al, 2000).
IX UNIDAD
PLANIFICACION, PLANES, POLITICAS Y ACCIONES
ESTRATEGICAS PARA LA GESTION DE RECURSOS HIDRICOS
Planificación, planes de la gestión de recursos hídricos.
Políticas: Marco jurídico e institucional; Derechos de agua; Calidad del
agua; Recursos humanos, desarrollo de capacidades y cultura de agua;
Información hídricos.
Infraestructura hidráulica; Planeamiento de los recursos hídricos;
inversión y financiamiento; Actividades sectoriales; conservación de
ecosistemas; Prevención de riesgos, mitigación de impactos y
adaptación al cambio climático. Implementación de acciones.

¿Qué es la transferencia de la gestión del riego (TGR) y cuáles son sus implicaciones?
El término transferencia de la gestión del riego significa trasladar la responsabilidad y autoridad de la gestión
del riego desde las agencias gubernamentales a las organizaciones no gubernamentales, como las asociaciones de
usuarios de agua (AUA). Dicha transferencia de funciones puede ser total o parcial y podría incluir el traslado de
la autoridad de una forma total o parcial. La TGR se puede llevar a cabo sólo en los sectores, es decir, sólo en la
parte final de distribución del agua, o para la totalidad del sistema de riego. Otros términos, como
reorganización, traspaso de funciones, devolución o privatización1 son, en ocasiones, utilizados como sinónimos
de transferencia.

El término gestión participativa del riego se refiere normalmente al hecho de involucrar a los usuarios del agua
en la gestión del riego, junto al gobierno. Este concepto difiere de la TGR, donde existe un reemplazo de las
funciones realizadas por el gobierno. Una vez se realice la transferencia de la gestión, el nuevo servicio podría
ser proporcionado directamente por las organizaciones de agricultores. Este proveedor del servicio podría ser una
empresa autónoma desde el punto de vista financiero, una empresa de aguas semi-municipal, una mutua o
cualquier otra entidad local. Pero normalmente será dirigida, al menos en parte, por los agricultores, que son los
principales usuarios del servicio.

La TGR es además distinta a la descentralización, ya que ésta se refiere al traslado de la autoridad que toma las
decisiones desde el gobierno central al ámbito regional o local, pero siempre dentro de la misma organización
gubernamental. La TGR es la transferencia de responsabilidad en la gestión del riego desde una organización a
otra.

La TGR es una reforma con múltiples facetas, que debe realizar cambios en:

• la política pública y la legislación;

• los objetivos y la estructura de las organizaciones públicas y locales;

• los presupuestos de las agencias, asignaciones y políticas de personal;

• los derechos del agua y las organizaciones de agricultores;

• los procedimientos de operación y el diseño tecnológico;

• la instalación de nuevos servicios de apoyo;

• y otros.
¿Por qué se ha generalizado la transferencia de la gestión del riego?
Después de un período de rápida expansión de la superficie mundial de riego desde 1950 hasta el inicio de los
años 1980, muchos gobiernos encontraron dificultades para financiar los costes recurrentes del regadío y para
recaudar las tarifas del agua de riego de los agricultores. Las administraciones financiadas por una institución
central, tendieron a la pérdida de la capacidad efectiva para prestar el servicio de suministro de agua a un gran
número de pequeños agricultores. Estos factores han llevado al rápido deterioro de la infraestructura, a la
reducción de la superficie regada, a la mala distribución y al desperdicio del agua y al incremento de los
problemas por anegamiento y salinidad. Empujados, en gran parte, por presiones financieras, muchos gobiernos
están intentando transferir la responsabilidad de la gestión de los sistemas de riego desde las agencias
gubernamentales a los servicios locales de suministro de agua, como las asociaciones de usuarios del agua.
Desde la mitad de la década de los 80, los gobiernos de todo el mundo han realizado esfuerzos para transferir la
gestión de los sistemas de riego desde las agencias gubernamentales a las organizaciones de agricultores u otras
entidades no gubernamentales. Este hecho se ha producido tanto en países desarrollados como en desarrollo
(como Estados Unidos e Indonesia), en países capitalistas y socialistas (como Chile y China) o en países con un
grado mayor o menor de liberalización (como México y Sudán). Generalmente, los gobiernos esperan que la
TGR reduzca su carga de costes y que incremente la productividad y las ganancias de la agricultura de regadío lo
suficiente, como para compensar los incrementos en los costes de riego de los agricultores.

Algunos países, como Chile, México y China, han realizado bien este proceso. Otros países, como Indonesia y
Filipinas, y algunos estados en la India, se han embarcado en estos programas de transferencia pero parece que
se han estancado debido a problemas en la ejecución del proceso. Algunos países han realizado la transferencia
en sistemas de riego a pequeña escala y ahora están considerando realizar dicha transferencia en los grandes
sistemas de riego, pero teniendo en cuenta que en estos últimos se requerirá un enfoque diferente en las clases de
servicios de suministro de agua. Sin embargo, otros países como Pakistán, algunos estados de la India y varios
países de África, parecen estar abocados a la reforma pero aún no han desarrollado políticas claras y planes sobre
cómo proceder.

La Tabla 1 muestra una lista de países o estados que llevan adoptando políticas de transferencia de la gestión del
riego, en los últimos 30 años. Otros países, como los Estados Unidos, Japón, España, Israel y Argentina,
comenzaron a adoptar dichas políticas de cambio hace más de 30 años. En muchos países, como Indonesia,
Tailandia, China, España y Perú los sistemas de riego han estado gestionados por los agricultores desde hace
siglos.
TABLA 1
Países o Estados que han adoptado políticas de transferencia de la gestión del riego en los pasados 30 años
América Latina S, SE y E Asia África y Oriente Europa y Asia
Próximo Central

Brasil, Chile, Bangladés, China, Etiopía, Gana, Albania, Armenia,


Colombia, India (Andra Pradesh, Madagascar, Mali, Bulgaria, Chipre,
República Bengal, Gujarat, Mauritania, Marruecos, Georgia, Kazajstán,
Dominicana, Haryana, Maharashtra, Níger, Nigeria, Senegal, Macedonia,
Ecuador, Tamil Nadu), Indonesia, Somalia, Sudáfrica, Moldavia, Rumanía
El Salvador, Laos, Nepal, Pakistán, Sudán, Zimbagüe,
Guatemala, México, Filipinas, Sri Lanka, Jordania, Turquía
Perú Vietnam

¿Qué deficiencias existen en el desempeño del riego?


Los sistemas de riego son la aplicación de la tecnología para extraer agua de una fuente natural, entregar y
aplicar esa agua a los suelos y/o cultivos para la producción agrícola y extraer el exceso de agua y sales del
suelo.

Existen cuatro tipos potenciales de deficiencias que se pueden encontrar en los sistemas de riego. La primera es
la tecnológica. Ésta aparece cuando la infraestructura de un sistema de riego carece de la capacidad para entregar
un estándar de funcionamiento hidráulico. La solución normal a este tipo de deficiencia es cambiar el tipo,
diseño o condición de la infraestructura física.

El segundo tipo se produce cuando existe una diferencia entre cómo se supone que se tendrían que llevar a cabo
los procedimientos de gestión y cómo se hacen en la realidad. Esto incluye problemas tales como el ajuste de las
compuertas por los operarios, el mantenimiento de los canales y la comunicación de la información. Dicha
deficiencia se puede denominar deficiencia en la ejecución. Un problema de este tipo requiere generalmente
cambios en los procedimientos, la supervisión o en la capacitación.

El tercer tipo se debe a la diferencia entre los objetivos en la gestión y lo que se consigue realmente. Aquí se
incluyen aspectos relativos al cumplimiento de objetivos como la superficie servida de riego por estación, la
intensidad de cultivo, la eficiencia de riego, la programación de la entrega del agua de riego y la recolección de
las tarifas de riego. Ésta se puede denominar una deficiencia en los objetivos. Estos problemas se solucionan
generalmente, bien mediante un cambio en los objetivos (generalmente simplificándolos) o incrementando la
capacidad de gestión para conseguirlos, como, por ejemplo, mediante el incremento de los recursos disponibles o
la reforma. Parafraseando al conocido científico, Peter Drucker, la cuestión planteada en el análisis de las
deficiencias en los objetivos es: "¿Se están haciendo las cosas bien?".
El cuarto tipo está relacionado con los impactos de la gestión. Constituye la diferencia entre lo que se piensa que
deberían ser los efectos finales del riego y lo que son en realidad. Se trata de deficiencias que incluyen medidas
como la rentabilidad agrícola y económica de la agricultura bajo riego, la productividad de la unidad de agua, la
reducción de la pobreza y los problemas ambientales, como el anegamiento o la salinidad. Si se han seguido los
procedimientos de gestión y se han conseguido los objetivos planteados, pero los impactos finales no son como
se esperaba, en ese caso el problema no radica en la labor de la organización de la gestión, ya que estos efectos
van generalmente más allá de su control directo. El problema es que los objetivos de la organización no
producen los impactos deseados. Se trata, pues, más de un problema de política que de gestión. La cuestión
planteada por el análisis de deficiencias en los impactos es (citando a Peter Drucker de nuevo): "¿Se están
haciendo las cosas adecuadas?".

Al inicio del proceso de reforma, los planificadores necesitarían responder las siguientes tres cuestiones:

• ¿Cuáles son los principales tipos de deficiencias?

• ¿Son grandes dichas deficiencias?, ¿En qué medida?

• ¿Es importante que estas deficiencias sean superadas?, ¿En qué medida?

En líneas generales, un análisis del desempeño de la gestión del riego sugerirá el grado de intensidad de las
medidas necesarias para superar dichas deficiencias. Existen muchos países donde no se dispone de datos
cuantitativos que permitan un análisis de las deficiencias. En estos casos, los analistas políticos deberían obtener
la información de las evaluaciones en las áreas rurales y de las reuniones con los agricultores y el personal del
departamento de riego, para evaluar el desempeño de una forma cualitativa. Estas evaluaciones darían una idea
general de la necesidad de llevar a cabo grandes cambios o sólo pequeñas modificaciones.

La competencia por el agua y los problemas ambientales en las cuencas de los ríos o en los acuíferos están
creciendo rápidamente y en el futuro limitarán seguramente el desempeño del riego de una forma significativa.
Se debería realizar un análisis del riego dentro del contexto de la gestión integrada de los recursos hídricos en la
cuenca.
Organización de un proceso estratégico de cambio
Para resultar efectiva, la reforma debería ser participativa y estratégica. Una reforma es
participativa cuando incluye a todos los agentes implicados en el proceso y estratégica cuando
trata los aspectos fundamentales. El resultado satisfactorio dependerá normalmente de la
creación de un consenso entre el conjunto de los diferentes agentes implicados. La participación
se puede manifestar de muchas formas pero siempre valida y moviliza apoyo para el proceso.

En la mayor parte de los casos, se necesitará un comité de dirección con experiencia para
supervisar, guiar y encargarse del proceso. Este comité deseará probablemente crear una
"comisión especial", un "grupo de acción" o un "grupo de trabajo" interdepartamental, que
coordine todas las actividades de planificación. Se podrían crear grupos temáticos específicos,
centrados en aspectos clave que demanden un análisis más detallado, la negociación y la
movilización de apoyo.

Una vez que se ha formulado la estructura básica de planificación, los planificadores deberían
preparar un plan estratégico conciso, que identifique la estructura básica del proceso de
desarrollo de la política y el programa. El plan estratégico debería ser un documento
relativamente conciso que destaque los principales objetivos, principios, parámetros y
modalidades. Este plan estratégico se debería elaborar no como un guión sino como una
propuesta que invite a los agentes implicados clave a participar activamente en el proceso. El
plan estratégico debería prever el orden en el cual se llevarán a cabo las funciones básicas.
Asegurar la coherencia entre la financiación del sector del riego y los objetivos de la TGR
Normalmente, el gobierno solicitará reducir o eliminar los subsidios en los costes recurrentes del
riego. Estos costes se deberán financiar en su mayor parte, o en su totalidad, a partir de las
tarifas de riego provenientes de los usuarios. Las ayudas periódicas para la rehabilitación o
modernización necesitarán ser diseñadas para fomentar y no desincentivar la inversión en
mantenimiento por parte de los usuarios.

La lógica de financiar en su mayor parte, o completamente, la OyM a través de la tarifa del agua
de riego es simple y ampliamente aceptada: el proveedor del servicio tendrá mayor crédito
frente a los usuarios si la fuente primaria de ingresos depende de la calidad de la entrega del
servicio.
Se necesita un enfoque alternativo a la convencional secuencia "rehabilitación-dependencia-
deterioro", que restrinja la negativa interferencia política y asegure una sostenibilidad financiera
y física de los sistemas de riego. La mejor alternativa es un enfoque orientado hacia una mejora
gradual de la infraestructura. Dicha estrategia debería fomentar la realización de los trabajos
de rehabilitación/modernización de una forma gradual a lo largo de períodos relativamente
largos. Se debería incentivar a las AUA a la creación de un fondo de capital de reserva que
pudiera ser utilizado para esta finalidad. Una manera de promover la formación de dicho fondo
sería que el gobierno suministrara una cantidad igual o similar a la aportada por la AUA. Dicho
fondo podría ser una ayuda o un préstamo en condiciones favorables. Para tener derecho a este
fondo, la AUA debería cumplir con ciertos estándares de funcionamiento acordados, sobre los
cuales se pueda realizar un seguimiento efectivo e independiente.

Se podrían introducir nuevos mecanismos para prevenir al sector de posibles irregularidades


financieras. Estos mecanismos podrían incluir auditorias financieras de las cuentas de las AUA o
el PSA, la formación en gestión financiera de los directores de la AUA así como del personal
financiero, la transparencia en la facturación y las tarifas de riego recolectadas, etc.
Determinación de los servicios a transferir
En una fase temprana del proceso de planificación, los planificadores y los agentes implicados
deberían enfrentarse a la cuestión de los servicios de gestión a transferir. Esta cuestión tiene
tres partes: 1) ¿Qué servicios deberían ser transferidos?, 2) ¿Qué servicios se deberían
mantener en el gobierno? y 3) ¿Qué otros servicios se deberían suministrar?

La gestión se puede transferir para el sistema de riego completo o sólo en ciertos niveles. Un
sistema sencillo podría estar gestionado por diferentes organizaciones. Un ejemplo de esto sería
la denominada "gestión conjunta" de los sistemas de riego, donde una agencia gubernamental
gestiona los canales principales y secundarios y las asociaciones de agricultores gestionan los
canales de distribución y de finca.

La experiencia en los sistemas de riego duraderos y gestionados localmente muestra que


existen cuatro tipo de funciones básicas e inseparables, que deberían ser manejadas por una
entidad que esté encargada de suministrar el servicio de aguas. Estas son: operación,
mantenimiento, financiación y resolución de disputas.

El servicio a transferir debería ser definido claramente, de forma que sea medible (cuando sea
posible) y entendido por el proveedor del servicio de aguas y el usuario. El servicio básico de
aguas es el suministro de agua y/o evacuación del exceso de agua. Las definiciones de servicio
podrían incluir también objetivos sobre la calidad del agua, el uso doméstico, etc.

La experiencia muestra que las AUA se convierten a menudo en multifuncionales cuando se


trata de riego a pequeña escala. En grandes sistemas de riego, el entorno más exigente podría
requerir que la entidad se centre en el servicio de aguas exclusivamente, mientras que otras
organizaciones se encargan de los servicios agrícolas. A través de una planificación estratégica
efectiva, la TGR puede representar una excelente oportunidad para modernizar la finalidad y los
objetivos del servicio de aguas, además de transferir la responsabilidad del suministro de agua
FIGURA2
Funciones del servicio de aguas en la cuenca hidrológica y el sistema de riego

TABLA3
Funciones del servicio y tramos hidráulicos
Tramos hidráulicos Tipos de estructuras Función del servicio
de aguas

Desde la cuenca del río hasta el Azud o bocatoma, bomba, Toma del agua
sistema de riego toma

Desde el canal principal a los Azud o bocatoma, aforadores, Transporte


secundarios compuertas, vertederos,
reguladores

Desde el canal de distribución a los Tomas fijas, compuertas Entrega


canales terciarios

De los campos al sistema de drenaje Drenes abiertos o enterrados Evacuación


Elaboración de un plan de ejecución de la TGR

Un plan completo de ejecución para la Transferencia de Gestión de Riego debería contener los siguientes
elementos:

• los cambios políticos necesarios (i.e. objetivos de la organización, subsidios, etc.);

• los cambios legales necesarios (i.e. derechos de aguas y de la tierra, estatus y poderes de las AUA,
medios para la resolución de conflictos, etc.);

• la reestructuración de la agencia (i.e. reorganización, recolocación del personal, formación, etc.);

• el acuerdo para el suministro de nuevos servicios de apoyo (i.e. asistencia técnica, crédito, resolución
de disputas, mejora de la gestión de la cuenca hidrológica, etc.);

• la creación y desarrollo de las AUA; y

• la mejora de la infraestructura de riego.

Cada uno de estos aspectos debería relacionarse con el plan mediante una indicación sobre su apoyo a
los objetivos de la TGR y cómo y por quién será llevada a cabo, dónde se encuadra en el esquema de
ejecución y qué recursos necesitará. El principal reto para el grupo de trabajo de la TGR será asegurar que
todos los componentes esenciales de la reforma se han incorporado al plan.

Debido a razones políticas y administrativas, podría ser necesario que los grupos de acción especiales,
responsables frente al Departamento de planificación y finanzas o frente al Gabinete asuman el liderazgo
en la reestructuración de la agencia de riego. Sin embargo, existen tres cuestiones importantes que la
agencia de riego debería llevar a cabo para apoyar el proceso de TGR. En primer lugar, la agencia debería
llevar a cabo su propio plan de reestructuración, tan pronto como sea posible. En segundo lugar, la
agencia debería ayudar a comunicar a las organizaciones de agricultores su nuevo reparto de
responsabilidades y su política sobre los subsidios y la futura rehabilitación. En tercer lugar, la agencia se
debería mover hacia la ejecución de estas nuevas funciones tan pronto como le sea posible.

Con la finalidad de asegurar que el seguimiento y la evaluación apoyan el programa de TGR de una
manera efectiva, los planificadores deberían minimizar el número de datos a recopilar, seleccionar
indicadores de información eficaces y distinguir entre los datos que es necesario recoger para todo el
sistema de aquellos en los que sólo se necesita un muestreo. Además, las reuniones de planificación
deberían revisar regularmente los resultados del seguimiento y evaluación e identificar nuevas acciones de
seguimiento.

Las aptitudes necesarias generalmente en el proceso de planificación de la TGR son: la habilidad para
negociar y persuadir, analizar y razonar de una manera abstracta y creativa, evaluar la gestión, y el diseño
participativo de las mejoras en el sistema de riego. Las actitudes más importantes necesarias en los
planificadores son la disposición para considerar y adaptarse a nuevas ideas y soluciones, tener una
mente abierta, tener capacidad de trabajo y ser tenaces.

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