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Adicciones 1

Recuperación = abstinencia + Cambio de Vida.

La recuperación es un proceso mediante el cual la persona adicta interrumpe el deterioro


progresivo que es típico de este desorden y comienza un restablecimiento constante en
las áreas de vida afectadas.
Como la adicción es una enfermedad primaria de naturaleza crónica existe una
tendencia natural a la recaída que hace necesario el mantenimiento diario del proceso de
recuperación. Evitamos usar el término "curación" pues este se aplica a la resolución de
las enfermedades agudas.
La abstinencia completa es el primer paso necesario para la recuperación, que además,
debe acomapañarse de cambios en el estilo de vida, orientados a promover y mantener
la abstinencia y una mejor calidad de vida.
Para lograr avanzar en la recuperación es necesario que la persona adicta realice
cambios en su forma de pensar, y de actuar, así como cambios en sus estilos y patrones
de vida.
El resultado de una recuperación satisfactoria es una persona con una calidad de vida en
franca mejoría, estilos de vida mas sanos y un nuevo sentido de su misión vital, así
como una mejoria en su forma de relacionarse, y mayor capacidad para no tomarse
demasiado en serio

De esa manera el proceso por el cual una persona enferma de adicción, pasa de la etapa
de consumo a la recuperación, es un proceso dinámico, que consta de diversas etapas, y
posee características que pasamos a describir en esta serie de ensayos:

La Motivación Para el Cambio


El modelo de Prochaska y DiClemente nos explica como la motivación cambia a lo
largo del tiempo y como esto es importante para evaluar la disposición para el cambio.

La recuperación misma pasa por diversas etapas, que están relacionadas a las tareas
fundamentales que componen los cambios para construir una nueva vida mas sana y
balanceada.

Abstinencia Completa
La abstinencia es un requisito necesario para la recuperación de la adicción. Ensayo de
una definición y descripción operativa.

Cambios en el Estilo de Vida


Para una adecuada recuperación es necesario desaprender una gran cantidad de
conductas adictivas y de búsqueda que han sido aprendidas a lo largo de la carrera
adiciva. También se hace necesario el desarrollo de nuevas conductas, actitudes y
habilidades de vida que aseguren una recuperación sostenida.

Espiritualidad y Recuperación
La espiritualidad es una de las areas que la adicción daña de manera profunda, por lo
que el crecimiento espiritual es fundamental para asegurar una recuperación de calidad..
El Proceso de Recaída
La recuperación es una enfermedad crónica, con tendencia a la recaída. La comprensión
del proceso de recaída, es necesaria para entender la recuperación.

Sugerencias para Comenzar la Recuperación


Recomendaciones dirigidas a las personas que quieran detener el proceso de adicción y
comenzar una nueva vida.

Sugerencias para Detener una Recaída


A veces una recaída puede apartarnos de la recuperación. Al seguir estas sugerencias
póngase de nuevo en el camino de la recuperación, a la mayor brevedad posible.

Tratamiento y Recuperación
El tratamiento es una serie de intervenciones clínicas dirigidas a promover y asistir la
recuperación. Aqui se explican la relación entre estos dos procesos. La recuperación va
más allá del tratamiento, pues la persona en recuperacion necesita mantener los cambios
logrados de manera permanente, a lo largo de toda su vida.

Grupos de Autoayuda
Los grupos de autoayuda son de fundamental importancia en la recuperación personal,
especialmente en la fase de mantenimientoEtapas de la Recuperación. Existen
distintas clases de grupos de autoayuda.

Cuando uno o más miembros de una familia son adictos activos, esta familia se afecta,
de manera contundente en su funcionamiento.
La dinámica de las relaciones, la comunicación y la conducta de sus miembros, cambian
y se hacen disfuncionales, como resultado del proceso adictivo. Estos cambios pasan a
formar parte de la dinámica de la adicción, produciendo codependencia y facilitando la
conducta adictiva.

Codependencia
La codependencia es la práctica de patrones disfuncionales de relación, de manera
compulsiva y a pesar del daño resultante, que buscan controlar al adicto. La
codependencia es un desorden aprendido en respuesta al proceso adictivo, pero puede
trasmitirse de manera transgeneracional si no es tratado adecuadamente.

Roles Familiares Disfuncionales


Las familias que son impactadas por el proceso adictivo, usualmente cambian su
dinámica y los miembros se ubican en ciertos roles que son definidos por la
codependencia, y cuya resultado es la de sostener el proceso adictivo.

Triángulo del Drama


El triángulo del drama describe la relación de víctima, rescatador y perseguidor que es
la base de la dinámica familiar enferma, en una forma de juego transaccional.

Facilitación
El concepto de facilitación se refiere al resultado de la codependencia y de la disfunción
familiar en el proceso adictivo. La adicción se facilita y se refuerza de modo que se
establece una dinámica adictiva.
Intervención Familiar
A pesar de que la famlia se afecta con la adicción y de que la dinámica familiar
codependiente facilita el avance de la adicción, la familia organizada y enfocada puede
ser un vehículo de intervención excelente.

Recuperación de la Familia
La familia tambien se beneficia de un adecuado tratamiento y la recuperación es
también posible. Desde terapia familiar hasta grupos de autoayuda están disponibles
como herraminetas de recuperación.

La familia es una parte importante en la comprensión, intervención y manejo clínico de


las adicciones, por lo que es necesario que la familia se involucre tanto en el tratamiento
como en la recuperación de los procesos adictivos

FAMILIA Y PREVENCION

Es evidente que la epidemia del consumo de drogas tanto legales como ilegales que nos
impacta en la actualidad, ha despertado finalmente un alto índice de conciencia social al
respecto.

De hecho ha motivado a muchos a opinar acerca de las múltiples causas del fenómeno y
a examinar los profundos desajustes sociales que estamos viviendo. Aun así es frecuente
encontrar la actitud de esperar que alguien o algo nos resuelva este problema que
sabemos que puede afectarnos a nosotros directamente o a nuestros hijos o familiares.

En esta vorágine de señalamientos se nos olvida, a veces, que todos tenemos una
responsabilidad social de formar parte de la solución, no solo con palabras, sino con
hechos!

Cuando revisamos el rango de acción mas asequible a todos nosotros, para poder actuar
en prevención del consumo de drogas en los niños y jóvenes en formación, es necesario
volver una y otra vez a la misma conclusión: la familia es la entidad donde debemos
comenzar nuestros esfuerzos.

Sí, con nuestra propia familia, podemos comenzar de inmediato a planificar e


implementar acciones concretas que lleven a preparar a todos nuestros hijos para tomar
decisiones apropiadas en cuanto a consumo de drogas se refiere.

Es cierto que solo decirles que digan no a las drogas, no es suficiente. También es
verdad que el no hacer nada, es la peor decisión que podamos tomar como padres.

Los enfoques modernos en prevención nos indican que la prevención por amenaza o
castigo tampoco son efectivos.

Nuestros esfuerzos, mas bien deben fundarse en el fortalecimiento de los valores y


habilidades humanas, la comunicación, la educación, el respeto mutuo y el amor
familiar. Así como en el establecimiento de normas firmes, pero amorosas.

La familia es el núcleo social donde se forman nuestros ciudadanos. Es el grupo


humano donde se transmiten los valores espirituales por medio del ejemplo. Por lo tanto
es sumamente importante que asumamos nuestra responsabilidad como padres o
madres, líderes de familia y equipemos a nuestros hijos con herramientas que les
permitan una vida libre de drogas.

Algunas de las habilidades concretas que es necesario reforzar para resistir la presión de
grupos negativos son:

* Fortalecer la capacidad de tomar decisiones personales.

* Enseñar a enfrentar los problemas.

* Promover la autoaceptación y autoestima.

* Fomentar la expresión de sentimientos.

* Ayudar a que florezca la capacidad de amar.

Todas estas habilidades son transmitidas por el ejemplo mas que por otros medios. De
manera que debemos revisar en nosotros mismos estas capacidades y fortalecer las que
hagan falta, para luego poder legárselas a nuestros hijos.

Algunas familias son chicas, otras son mas grandes. En algunas faltan el padre o la
madre, pero en todas es posible mejorar, con nuestro esfuerzo, el ambiente familiar.

El conversar con nuestras familias a través de reuniones especialmente dedicadas a ese


fin, es de suma utilidad. Luego de la cena, por ejemplo, podemos reservar 15 minutos
para tocar los temas del día o de la semana y fortalecer de esta manera la comunicación.

Para lograr un ambiente sano en la familia se necesita solo buena voluntad, orientación
adecuada y amor entre sus miembros.

Uno de los sentimientos mas transcendentales en la vida de un ser humano, es el que


proviene de asumir la responsabilidad de brindar lo mejor de nosotros para el
mantenimiento de este ambiente familiar sano, que es clave en lograr para nuestros hijos
la posibilidad de una vida libre de drogas.

COMENZANDO LA RECUPERACION
Nadie cambia cuando se siente bien. Ninguna persona que haya visto yo transformar su
vida, lo ha hecho motivado por un sentimiento calido y agradable. O sea que eso de que,
"hoy hacia una hermoso día para cambiar mi vida, y tome la decisión…", es por decir lo
mas, increíble.
La mayorìa de las veces es a través de un proceso de dolor continuado, que se agrava
cada vez más, tal como lo hace una piedra en el zapato; que la mayorìa de nosotros, nos
animamos a hacer cambios radicales en nuestro estilo de vida.
Cuando uno es adicto, la cosa es un poco más dificil, porque la negación es parte de la
enfermedad. Es la ñúnica enfermedad, que le dice al paciente, que el no esta enfermo.
Pero al final de cuentas, la negación es un fenomeno humano y no exclusivo de los
adictos.
Lo que pasa es que en el adicto el sistema de negación, llamado también sistema
delusional, se hipertrofia y crece, para sostener una mentira, que se convierte cada día
en algo más difícil de creer.
Pero cuando el dolor es insostenible, no hay más remedio que cambiar. O dolor, amigo
y enemigo, amante y maltratante; que me impulsas a crecer. No sé por qué, no sé
porque, es necesario que tu presencia sea necesaria para aclarar mis sentidos y ordenar
mis prioridades.
Ahora que tomar la decisión de cambiar, no es sinónimo de cambiar. Dejar de fumar es
fácil, yo lo he hecho más de cien veces; decía Mark Twain, refiriéndose con su humor
característico a su adicción al tabaco.
Bueno, es verdad que decidir y actuar, son dos cosas separadas; pero también están
unidas por el hilo de una curva que dibuja un proceso, llamado recuperación.
La recuperación entonces, es el acto de cambiar, que sigue usualmente, pero no de
manera necesaria, a la toma de decisión.

Cuantas veces, has dicho que vas a cambiar?

Cuantas veces has prometido a tu familia, tus padres, tu pareja o tus hijos, o incluso a ti
mismo; desde mañana mismo, no consumo más drogas, o alcohol, o no voy al casino.
Y lo más seguro es que tu sentimiento era genuino en ese momento, pero el miedo es
temporal, y nunca un buen sustento para un cambio duradero.

No es prometiendo, que se logra la recuperación, sino tomando ACCION!!!

Y que significa eso? Pues algo diferente para cada persona.

Para algunos asistir a reuniones de autoayuda, tales como Narcóticos Anónimos, o


Alcohólicos Anónimos.

Para otros es acudir en busca de ayuda espiritual, con un sacerdote o consejero


espiritual, de su preferencia.

Involucrarse en servicios voluntarios de ayuda, puede ser el camino que otros tomaran.

Sin embargo como médico, debo decir que toda recuperación debería comenzar con una
evaluación, realizada por un médico adiccionista, o profesional entrenado en el área de
la adiccionología. Y esto no lo digo para hacernos propaganda, sino porque así se hacen
las cosas en medicina. El cardiólogo examina y sana el corazón. El ortopeda, se enfoca
en los huesos y articulaciones. El ginecólogo en la salud reproductiva da la mujer.

Pues en las adicciones, los profesionales idóneos son los adiccionistas. Preferiblemente
un medico adiccionista, también existen psicólogos adiccionistas, trabajadores sociales
adiccionistas, enfermeras adiccionistas y consejeros o técnicos especialmente formados
en el tratamiento de las adicciones.
Recuerda además que la compulsión es una respuesta bioquímica del cerebro enfermo,
al contacto con la droga o la sustancia que es producto de la adicción. Esto lleva al
descontrol y así al daño personal y familiar.
Por esto la solución más segura es la abstinencia completa de todo tipo de sustancias
que alteren la mente o la forma de sentir. Ningún psicotrópico, en el caso de los
adicciones químicas. No jugar, ni acudir al casino para los adictos al juego. Y nada de
azúcar refinada para los adictos a la comida. Cada adicción puede tener un plan de
recuperación algo diferente al principio, pero una vez lograda la primera recta, los
caminos son casi idénticos: se enfocan en el cambio personal.

Y es por una razón muy sencilla: luego de meses y hasta años usando alguna droga de
manera compulsiva, o practicando alguna actividad de manera adictiva; al parar
sobreviene el síndrome de abstinencia. O sea en pocas palabras el efecto rebote; el
cerebro se había adaptado a las rachas de consumo compulsivo y ahora debe hacer lo
contrario. Y eso…duele.

Debo decir que en ocasiones debe vigilarse medicamente el síndrome de abstinencia,


pero en la mayoría de los casos se puede realizar esta transición de manera sencilla
tomando mucho agua o líquidos, algunas vitaminas y manteniendo una alimentación
sana; basada preferiblemente en vegetales y frutas.
Una vez que se ha logrado desengancharse del efecto de la droga o adicción, se puede
sentir una sensación de libertad indescriptible, pero…cuidado; que el peligro no
termina.

Es ahora que comienza la verdadera historia, el cambio personal. Y porque cambiar?


Sencillo, porque luego de depender de mi adicción para vivir, como una muleta, me
siento profundamente vacío en el centro de mi alma.

Es que la verdad no me aguanto a mi mismo, y el dilema es cambiar o recaer.

Si has encontrado alguna forma de ayuda, te sugiero que te mantengas practicándola por
suficiente tiempo. Recuerda que los nuevos patrones de conducta no se fijan de un día
para otro. El tiempo mínimo requerido para cualquier tratamiento es de al menos seis
meses.

De hecho si te encuentras en la situación de que no puedes despegar, y no logras


abstenerte, es muy probable que necesites ayuda profesional. No dudes en buscarla,
pero ya sabes; revisa el curriculum de tu médico y verifica la experiencia que tenga en
el campo de la adicción. Esto puede asegurar que sabe lo que te dice.

Y una vez en el camino, el panorama es muy esperanzador, puedes imaginarlo? Una


nueva vida, no más dependencia de un cigarrillo, no más conducta descontrolada,
balance emocional y la oportunidad de crecer interiormente y de conocerte mejor?

Quien diría que tanto dolor, nos colocaría en el camino del crecimiento, y es que así son
las cosas en el universo, caminos rectos, por sendas retorcidas. Hay que ver el terreno
desde arriba, para entender el panorama. Pero eso mi amigo, solo se logra despues de
haber recorrido el camino.

Diagnostico

La adicción es una enfermedad bio -psico-social con síntomas identificables para la cual
se han definido criterios diagnósticos médicamente aceptados.

Tests para el Autodiagnóstico


Utilice nuestros tests para que pueda auto-evaluar en completa privacidad la severidad
del problema adictivo suyo o de un ser querido. Tests para evaluar la adicción a
las drogas, alcohol, nicotina, sexo, amor y relaciones, codependencia, juegos de
azar, compras, comida e internet.
.
Criterios para el Diagnóstico
El DSM-IV (manual de enfermedades mentales de la Asociación Americana de
Psiquiatría) y el ICD-10 convencion internacional para la codificación de enfermedades
nos ofrecen criterios.

Signos Claves que deben Alertarnos


Los miembros de la familia del adicto son los primeros que observan conductas y signos
físicos o psicológicos importantes para detectar el problema.
Pruebas de Detección de Drogas
Las pruebas de detección de sustancias psicotrópicas son herramientas útiles en la
detección, diagnóstico, supervisión del tratamiento y seguimiento.
Historia Clínica
La historia de evolución de la adicción puede ser definida mediante el interrogatorio
médico. También es muy útil los antecedentes familiares para poder establecer con
mayor propiedad un cuadro clínico completo.
Examen Físico
Signos calves que ayudan a detectar una adicción que pueden observarse en el examen
físico médico completo. Además de poder hacer otros diagnósticos relacionados que
son de ayuda en el plan de tratamiento.
Marcadores Bioquímicos
Algunas pruebas de laboratorio y gabinete pueden ayudarnos con la detección y el
diagnóstico de una adicción. Es importante saber cómo interpretarlas
Complicaciones Secundarias
La adicción es una enfermedad primaria que a su vez produce daño. Esto genera con
frecuencia síntomas o enfermedades que son en realidad secundarias al proceso
adictivo..
Subdiagnóstico Médico
Más de lo que quisiéramos existe una adicción de fondo que no es diagnosticada
correctamente y esto tiene consecuencias negativas en el proceso de atención.
Diagnóstico Doble y/o Múltiple
En algunas ocasiones la adicción no es el único diagnóstico que se encuentra. La
adicción puede coexistir con otros problemas primarios de salud física o mental.

Pruebas de Tamizaje
Existen una cantidad de formularios, tests y cuestionarios diseñados para detectar
síntomas claves mediante el tamizaje. NO reemplazan al diagnóstico clínico pero
ayudan al diagnóstico.

Evaluación de la Disposición para el Cambio


La recuperación y el cambio que esta involucra es un proceso que se compone de
etapas. La evaluación del grado de disposición para el cambio es de utilidad en escoger
el plan de tratamiento adecuado.

Tratamiento
La adicción es una enfermedad o un desorden que responde positivamente al
tratamiento adecuado. Al igual que otros desordenes de naturaleza crónica, existe una
tendencia a la recaída, pero la recuperación es posible.

Que es el Tratamiento para Adicciones?


El tratamiento es un proceso, que consiste en una serie de intervenciones estructuradas,
dirigidas a apoyar y promover la recuperación de la persona hacia una mejor calidad de
vida.

Principios de los Tratamientos Efectivos


Los principios del tratamiento de la adicción presentados por el Instituto
Norteramericano de Alcohol y otras Drogas (NIDA).

Medicina de la Adicción
A Esta nueva especialidad médica es la disciplina que se encarga del estudio,
diagnóstico, prevención, atención y tratamiento de los procesos adictivos y sus
complicaciones.

Estrategias de Intervención
Las intervenciones medicas breves en el consultorio pueden ser la diferencia que
promueva la recuperación y el cambio personal.

Diseño del Plan de Tratamiento


Cada persona es un ser diferente y tiene necesidades distintas. POr esto cada tratamiento
debe ser planeado tomando en cuenta estas diferencias y los recursos disponibles para
cada caso.

Componentes Psicosociales del Tratamiento


Las intervenciones médicas breves en el consultorio pueden ser la diferencia que
promueva la recuperación y el cambio personal.

Componentes Farmacológicos del Tratamiento


A pesar de que aún no existe una "droga mágica" para tratar la adicción, si ha habido
una gran avance en la investigación y desarrollo de medicamentos que son
coadyuvantes farmacológicos de utilidad en el proceso de tratamiento de algunos casos.

Terapias Alternativas
Existen además una serie de terapias no-tradicionales que pueden ser utilizadas como
estrategias de intervención clínica, en los casos que lo ameriten.

Urgencias Médicas relacionadas con la Adicción


El tratamiento de la intoxicación aguda, el síndrome de abstinencia y es un
procedimiento médico bien definido y necesario a veces para lograr intervenir de
manera eficaz: y segura en el proceso de adicción.

Autoayuda
El concepto de autoayuda es fundamental para una evolución sostenida de la
recuperación. El tratamiento debe considerar revisar estas ideas y ofrecerlas como
formas de reforzar la responsabilidad personal..
Espiritualidad
Una revisión de la espiritualidad es algo apropiado, teniendo en cuenta que la adicción
afecta esta área de la persona. Además es un factor protector para la recuperación.

Supervisión y Seguimiento
Una vez lograda la abstinencia y en marcha la recuperación, entra la fase de
mantenimiento. El seguimiento terapéutico durante esta fase hace más seguro una
recuperación sostenida.

Modelos de Tratamiento
A través de la historia del tratamiento, se han desarrollado distintos modelos de
tratamiento, con bases distintas, pero todos orientados hacia ofrecer la posibilidad de
recuperación a las personas afectadas con la adicción.

Los planes de tratamiento pueden contener varias estrategias o herramientas de


intervención. Casi siempre mientras más tiempo en intensidad del tratamiento mejor
pronóstico para la evolución.

Etapas de la Recuperación

Este modelo está constituido por etapas, cada una de ellas incluye una necesidad básica
y una serie de tareas para sostener el proceso de recuperación.

1.- Transición: La tarea en esta etapa es lograr predominio de la necesidad de control


por sobre la necesidad del uso.
2.- Estabilización: En esta fase la tarea esta dirigida a recuperarse de los efectos
dañinos producidos por el abuso de sustancias.
3.- Recuperación Temprana: En esta fase se producen los primeros cambios internos,
de pensamiento, sentimientos y actitud con respecto al uso.
4.- Recuperación Media: Aquí se producen los cambios externos. Modificación del
estilo de vida, incorporación paulatina de hábitos sanos.
5.- Recuperación Avanzada: Esta etapa se trabaja sobre la elaboración de conflictos
personales y familiares no resueltos.
6.- Mantenimiento: Esta etapa se basa en la capacidad para mantener una vida sana y
un crecimiento personal continuo.
Abstinencia Completa
La abstinencia completa es un importante paso para lograr la recuperación. Durante la
adicción activa es difícil que el adicto logre concebir la abstinencia completa. Se
produce el fenómeno de sustitución: el adicto cambia de sustancias pero continúa
usando. Puede suceder que el adicto, tenga como objetivo controlar su adicción,
disminuye la cantidad y/o la frecuencia del uso, pero vuelve al patrón compulsivo, con
lo que el uso se hace continuo.
La abstinencia es lo opuesto al uso y a la sustitución. La naturaleza y la severidad del
este síndrome de abstinencia depende del tipo de droga, la gravedad de la adicción, y la
personalidad del adicto. Este síndrome es pasajero, luego de un período, que en general
es corto, se alivia, generándose un estado de desgano motivacional y apatía.
Cuando se logra la abstinencia, se hace más fácil manejar los deseos de consumo y el
pensamiento obsesivo. Al tener un deseo y abstenerse, se produce una mayor habilidad
para manejar las situaciones de riesgo. La recuperación no puede basarse sólo en la
abstinencia, sino que debe ser acompañada de cambios en el estilo de vida, que aseguren
una mejor calidad de vida.
Cambios en el Estilo de Vida
La recuperación incluye la abstinencia y cambios, que promuevan y sostengan un estilo
de vida saludable, estos cambios son externos e internos.
Cambios Internos: aquellas modificaciones en la forma de pensar, sentir y actuar del
adicto en recuperación.
1.- Aceptar la adicción como un problema: La negación es parte de la adicción. La
aceptación del problema es un proceso de suma importancia, ya que el adicto no se
comprometerá a resolver un problema que considera que no existe.
2.- Reconocer las distorsiones del juicio: Reconocer y manejar estas distorsiones es una
tarea fundamental de la recuperación.
3.- Perder la preocupación por el uso: Los pensamientos de consumo, van
disminuyendo con la aceptación del problema y la práctica de actividades de
recuperación. Estos pensamientos van perdiendo fuerza con el tiempo.
4.- Desarrollar y nutrir una actitud de recuperación, el adicto en recuperación debe ir
aprendiendo a identificar situaciones de riesgo y no exponerse a ellas; buscando la
ayuda necesaria de manera proactiva y asumiendo responsabilidad de sus propios
pensamientos, emociones, conductas y decisiones.
5.- Alfabetización emocional: Aprender a manejar los sentimientos, poder identificar y
poner en palabras emociones o sentimientos displacenteros.
6.- Desarrollo de la asertividad y comunicación, de modo que pueda haber una mayor
conexión con las relaciones importantes, que seguramente han sido impactadas debido
al comportamiento adictivo anterior. Aprender a poner límites adecuados, así como
expresar las necesidades de manera simple y directa, son habilidades valiosas para una
recuperación sostenida.
7.- Mejoramiento espiritual: El área espiritual es una de las más afectadas en el
desorden adictivo. El crecimiento espiritual es un factor clave en el mejoramiento de la
calidad de vida. Es necesario entender la espiritualidad como: la actividad del espíritu
interior y no necesariamente como práctica religiosa.

Cambios Externos: están dirigidos a cambiar el entorno inmediato, produciendo un


medio ambiente acorde con el proceso de recuperación. Muchas veces las recaídas
ocurren por no tomar con la seriedad que amerita, esta área de los cambios.
1.- Evitar personas, lugares y cosas relacionados con el uso: Todos los disparadores de
los deseos y pensamientos de uso, son instancias de riesgo que deben ser evitadas de
manera enérgica. Se entiende que es difícil lograr no exponerse alguna vez, pero no se
trata de "retar" al riesgo, sino de evitarlo. Cambiar las relaciones interpersonales puede
ser una tarea difícil, especialmente el poner límites con aquellas personas significativas
para el adicto que todavía están usando.
2.- Desarrollar una nueva red de contactos, asistiendo a reuniones de autoayuda o
nutriendo relaciones antiguas que sean sanas, o alejadas del uso, y libres de riesgo.
Establecer una relación con un profesional de tratamiento, asistir a servicios religiosos,
involucrarse en servicio voluntario, son todas actividades que pueden aumentar la nueva
red de contactos.
3.- Elaborar un plan de actividades de recuperación, que pueda servir de guía para el
diario vivir y para acomodar el tiempo necesario para las actividades de recuperación.
Además es más fácil darse cuenta cuando uno está fallando o descuidando la
recuperación si existe un plan concreto.
4.- Mejorar la alimentación y hábitos de higiene, es oportuno en el proceso de
recuperación, no solo porque es positivo para la salud en general, sino que además
produce una mayor lucidez mental y una mayor resistencia a los deseos de uso, así
como una mayor autoestima.
5.- Descansar y dormir adecuadamente, son cambios que ayudan a que nuestro cuerpo
y mente tenga el restablecimiento necesario, luego de cada día en recuperación. Al
principio existe estrés que proviene de toda la energía que se invierte en los cambios
personales.
6.- Leer y estudiar sobre la adicción y la recuperación, es una necesidad que nunca
acaba, debido a la amplitud de los cambios que se realizan. Conseguir literatura y un
libro de pensamientos diario, para poder comenzar el día con una lectura inspiradora, se
podría convertir en un hábito saludable para la mente y el alma.
7.- Ordenar las finanzas, que pueden haber quedado en déficit producto de la adicción.
Estar dispuestos a pagar las cuentas pendientes, de hecho saldar las que sean posibles,
evitar tener mucho dinero en el bolsillo, son necesidades comunes en la recuperación.
Es tan importante esta área que algunas veces se plantea la necesidad de rehacer la
relación con el dinero, especialmente en las adicciones de juego o gasto compulsivo.
Todas estas necesidades de cambio plantean una situación que puede generar confusión
o estrés, debido a que se están abandonando las viejas costumbres, que todavía no se
extinguen, y se están desarrollando nuevos patrones de conducta, que todavía no se
establecen; desarrollándose la sensación de ser "extranjero en su propia tierra". Esta
sensación es temporal y se hace menos intensa con el pasar del tiempo y con el avance
de la recuperación. Es sumamente recomendable que el adicto en recuperación tenga
apoyo y asesoría calificada para poder llevar estas tareas adelante.
Espiritualidad y Recuperación
Las adicciones causan una desconexión con la realidad espiritual interior. Esto se vuelve
un círculo vicioso, pues el vacío interior resultante, predispone más aún al uso como
forma de llenar estos vacíos, pero esta es una solución temporal, agravando la
desconexión a largo plazo y reforzando la dependencia.
No confundamos la espiritualidad con la religión o la religiosidad. La espiritualidad es
la esencia del ser. La espiritualidad es lo que mueve a una persona a buscar significado
en su vida. La religión se refiere más al conjunto de dogmas, doctrinas y rituales que
sirven de base para un modelo de relación espiritual. Cada persona desarrolla
instintivamente una relación especial con el elemento espiritual que es personal e
íntima.
Actividades relativas al arte, la vida familiar, la práctica de principios espirituales en la
vida diaria, son formas útiles de reforzar y compartir el crecimiento espiritual. En
esencia la espiritualidad es un fenómeno íntimo y trascendente que es vital para el
desarrollo de una recuperación de calidad, y es además, fuente de motivación para
nuestra misión y búsqueda de significado en la vida.
Una vez que el crecimiento espiritual se fortalece se comienzan a notar algunos cambios
en la vida diaria del adicto en recuperación.
Algunos de las manifestaciones del crecimiento espiritual son:
1.- Adecuada capacidad de relacionarse y compartir, así como servir a los demás.
2.- Serenidad interior que se refleja en las actuaciones y en la personalidad individual.
3.- Capacidad de valorar lo cotidiano y lo que aparentemente es intrascendente.
4.- Capacidad de jugar y expresar sentimientos.
5.- Disminución del egocentrismo y de la necesidad de validación externa.
6.- Disminución de la necesidad obsesiva e irrazonable de control en las relaciones
personales.
7.- Mayor dedicación al servicio desinteresado.
8.- Confianza renovada en el provenir, percibiendo al universo como un sitio amoroso y
seguro.
9.- Desapego creciente a las fuentes materiales de seguridad o satisfacción, como el
dinero, sexo, prestigio o propiedades.
10.- Capacidad de maravillarse con la simplicidad.
Recuerde siempre que la razón última o el significado del desarrollo espiritual es algo
muy personal, pero nunca debe ser visto como el fin en sí mismo, sino como un don que
debe ser compartido para poder conservarlo.

El Proceso de Recaída

La adicción, como enfermedad crónica está asociada con una tendencia natural a la
recaída. Eso no significa que sea inevitable o apropiado tener recaídas, sino que son una
realidad, y la mejor forma de prevenirlas, es aceptando el riesgo y conociendo mejor el
proceso de la recaída. No debe ser entendida como el volver a consumir.
Se le llama recaída a todo el proceso (1) que lleva desde un estado de abstinencia
sostenida (2), hasta el consumo o adicción activa (3). Este proceso ocurre a lo largo del
tiempo (4) y se manifiesta como una serie de síntomas o cambios, que son en realidad
regresiones a los antiguos patrones de conducta y pensamiento que ya se habían
superado.
Usualmente este proceso esta formado por pequeñas decisiones riesgosas (5) que la
persona toma, y que, enlazadas unas con otras, van llevando a construir el camino de la
recaída. Estas pequeñas decisiones, llamadas también "decisiones de riesgo relativo",
son aparentemente sin importancia, pero su efecto es acumulativo y van llevando al
adicto hacia una situación imposible de resistir (7), donde será inevitable el uso, pues
los márgenes de susceptibilidad se sobrepasan. Existe una línea imaginaria, o línea de
no-retorno (6), luego de la cual no es posible dar marcha atrás a la conducta de
búsqueda y el uso es inminente. Aún así en la zona de transición entre la línea de no
retorno y el uso, la recaída es primariamente conductual y de actitud, sin que hubiese
ocurrido aún el uso.
Definición de la Recaída
La recaída se define como el proceso de retroceso a los patrones de comportamiento y
pensamiento típicos de la adicción activa, que ya se habían superado, y que finalmente
llevan de vuelta al uso, retrocediendo hasta llegar de vuelta al estado de enfermedad
adictiva que existía antes de comenzar la recuperación.
Para poder hablar de recaída una persona debe haber estado previamente en
recuperación, o sea abstinente y con cambios de conducta, por un período significativo
de tiempo. Por el simple hecho de no haber usado por un tiempo, el volver a usar, no
necesariamente es una recaída. Podría tratarse de episodios de consumo alternos, dentro
de un período de adicción activa.
A veces las recaídas también son períodos de aprendizaje. A pesar de estar concientes
de su problema y de tener buena disposición para la recuperación, un adicto puede
recaer, sino maneja bien las situaciones de riesgo o descuida su proceso de cambios. No
es necesario recaer para poder aprender o avanzar en la recuperación.
Síntomas de una Recaída
Poder identificar estos síntomas y tratarlos a tiempo puede ayudar a prevenir una
recaída:
1.- Retorno del pensamiento obsesivo con respecto al uso: pensamientos relativos al
uso, sueños o deseos de usar que vuelven luego de que habían desaparecido.
2.- Actitud de desafío con respecto al plan de recuperación: Volver a los lugares de
riesgo, volver a ver las personas relacionadas con el uso.
3.- Descuidar el plan de recuperación: Dejar de ir a reuniones, o faltar a las citas con el
terapeuta, dejar de leer o hacer ejercicio.
4.- Aislamiento o pérdida de contacto: con las nuevas relaciones de recuperación.
5.- Irritabilidad: especialmente en las relaciones significativas del adicto.
6.- Obsesión con la imagen o los defectos físicos: dietas excesivas, preocupación
excesiva acerca del peso.
7.- Sentimientos de depresión y ansiedad flotantes: sobrevienen estados emocionales
incómodos que no necesariamente se relacionan con ningún evento externo.
8.- Renacen o se exaltan los resentimientos hacia otras personas.
9.- Discusiones frecuentes en el hogar y la familia.
10.- Defensividad al hablar del tema de su recuperación o al ser retroalimentados.
11.- Insomnio, intranquilidad y dificultad para descansar.
12.- Preocupación obsesiva por el dinero y por la seguridad financiera.
Tratamiento y Recuperación
La Recuperación es para toda la vida.
Recuperación y tratamiento son dos procesos que interactúan.

Recuperación: proceso mediante el cual el adicto detiene su uso y produce cambios


positivos en su estilo de vida.
Tratamiento: actividades clínicas estructuradas que se utilizan con el fin de ayudar al
adicto a reconocer y detener la adicción activa.
El tratamiento está delimitado a un período de tiempo.
El objetivo del tratamiento es poder asistir al paciente a lograr su recuperación.
La intervención familiar es un procedimiento dirigido a poder ayudar al adicto a tomar
la decisión de entrar en recuperación. Esta intervención debe ser guiada por un
profesional entrenado y se basa en el poder de la familia como grupo de presión
positiva.
La intervención clínica también puede ser eficaz para comenzar el proceso de
recuperación. Por ejemplo una gastritis aguda en el alcoholismo, si en ese momento se
hace el adecuado diagnóstico de adicción es más probable que se haga una
recomendación de tratamiento específico para la adicción.
No existen "curas" rápidas o mágicas; esa actitud es precisamente el centro de la
dinámica mental de la adicción: la búsqueda obsesiva del arreglo rápido, la sustancia
mágica, la persona, lugar o cosa que nos "arreglará" la vida
El tratamiento de las adicciones debe ser integral, sistémico y estratégico abordando la
mayor cantidad de niveles posible: personal, familiar, laboral, social, etc.; y se debe
tener en cuenta a la persona de manera integral y completa.
Cada persona tiene necesidades distintas y cada modalidad de tratamiento ofrece
posibilidades distintas. Los grupos de autoayuda son modalidades de tratamiento que
han sido exitosos a lo largo del tiempo y son siempre recomendables especialmente en
la etapa de mantenimiento.

Los desafíos de la vida contemporánea, nos enfrentan a una sociedad en la que sólo se
ofrece una ideología del éxito fácil, la ley del menor esfuerzo, el individualismo a
ultranza y el sálvese quien pueda. Ideología en la que se construye el esquema de
creencias y valores típicamente adictivo. En este contexto, el desafío que enfrenta cada
escuela y cada familia, es construir sus propios valores y normas internas y defenderlas.
Construir su propio universo en donde las cosas sí funcionen. Esto exige una renovación
y creatividad por parte de las familias y de los profesionales en las diversas áreas, para
poder generar alternativas válidas que promuevan un ambiente favorable para la
educación y el crecimiento de una generación de individuos funcionales y productivos
para la sociedad y para sí mismos.

Hoy, en países como la Argentina, casi el 50% de los adolescentes prueban drogas y de
estos, ¿cuál es el porcentaje que continúan consumiendo? Es incierto. Esto dependerá de
algunos factores como las características de personalidad, el contexto familiar y social
al que pertenecen.

Promover conductas sanas

La prevención en adicciones clásica dependía casi exclusivamente de la información,


tanto para los adolescentes, como para los padres y docentes. Esta información se
refería a los tipos de drogas que existían, como se consumían y que efectos producían.
Este tipo de prevención concluyó por ser en algunos casos una propaganda más que una
estrategia preventiva.

Actualmente el paradigma de la prevención, su filosofía, es la promoción de conductas


sanas, objetivo que sólo se puede lograr abordando al individuo desde su más temprana
infancia. En esa etapa se forma su sistema de creencia, su sistema de control, sus pautas
de interacción, sus valores morales y su socialización. Es en este punto donde las
instituciones (como la familia, la escuela etc.,) ocupan un papel preponderante en la
formación de un sujeto libre de conductas marginales, sujeto apto para la convivencia en
sociedad.

La clave de la prevención es la capacitación de los padres y docentes, es por esto que a


continuación enumeraremos algunos mínimos lineamientos para que puedan empezar.

La mejor prevención empieza por casa

Hace poco tiempo las relaciones entre padres e hijos estaban teñidas por una filosofía
sumamente Normativa, basada en la puesta de límites, pero muy poco diálogo. Hoy
parece que esta generación se ha ido al extremo opuesto. Actualmente la filosofía es
sumamente Nutritiva, prepondera lo emocional por sobre lo normativo, tenemos niños
pequeños conduciendo los hogares, con todo lo que esto implica.

Por otro lado, el cambio en el lugar de la mujer dentro de la sociedad generó otro
enemigo para la educación de nuestros hijos: la culpa de estar afuera de la casa,
trabajando. Esta culpa nos hace claudicar a la hora de poner un límite. Hoy encontramos
padres excesivamente permisivos que confunden amor con "dejar hacer".

La pareja, un trabajo en conjunto

Es necesario que nos pongamos de acuerdo. Los lineamientos en casa tienen que ser
parejos, no podemos decirles "no" y el otro progenitor al mismo tiempo decir "si". Los
desacuerdos maritales se ven reflejados en el síntoma de un hijo. El pondrá a prueba a la
pareja. Desde bebé, el niño detecta las fisuras entre los padres y las aprovecha para
poder hacer lo que él quiere. Esto le da el poder de fracturar a la pareja, cuestión que lo
deja en la indefensión y el pánico.

Sugerencias para las diferentes etapas

• De 0 a 3 años: El bebé en sus primeros meses de vida depende exclusivamente


de nosotros, no sólo para comer, dormir y vestirse, sino para comunicarse. Pasados los
primeros tres meses de vida, somos nosotros con nuestras actitudes los que le iremos
comunicando al bebé quién determina los tiempos de dormir, de jugar, de comer, etc.

También irá decodificando el tipo de pareja que tienen sus padres, si están integrados o
fracturados.

Pongámonos de acuerdo.
Enseñémosle a esperar.

Tantos juguetes, logrará contactarse con alguno?

Esa abuela que lo cuida, ¿continúa con los lineamientos de los padres?

• De 3 a 6 años: Dediquémosle tiempo para jugar y charlar, enseñémosle que es en


el seno familiar donde se resuelven las dudas los miedos y las dificultades.

Mostrémosle que él también es responsable de algunas cosas en casa, no esperemos a la


adolescencia para que se haga la cama, etc., en ese momento será más difícil.

La escuela, será el lugar en donde este niño empezará a vivir en sociedad. Testeemos
cómo lo hace. Es necesario integrar a la escuela en la alianza educativa. No mostremos
fracturas con la institución.

Comencemos a informar al niño sobre la diferencia entre lo nutritivo y lo tóxico,


comenzando por los alimentos, las golosinas y las actividades en general.

• De 6 a 10 años: En esta etapa comienzan a consolidarse y fijarse las normas de


la familia en la psiquis del niño. Seamos lógicos, coherentes y constantes. No es
necesario poner límites con violencia. El límite con amor es fundamental y efectivo.
Veamos que el balance entre privilegios y responsabilidades sea viable. Si ponemos una
penitencia, ¡cumplámosla!.

Es importante familiarizarse con las amistades de nuestros hijos; el contexto social en


algunos momentos será definitorio.

La comunicación en esta etapa va cobrando aún mas relevancia. Es importante que


nuestro hijo sepa que cuenta con nosotros. Escuchemos, transmitamos mensajes claros,
seamos modelos del buen comportamiento, recordemos que la comunicación no es sólo
verbal. Pensemos que la hora de cenar o de almorzar son espacios ideales para la
comunicación, no los desaprovechemos mirando TV.

• De 13 a 15 años: Muchos jóvenes comienzan en esta época a utilizar drogas.


Conozcamos los amigos de nuestros hijos. Contrastemos la influencia del entorno,
reforcemos normas y modelos a imitar.

Expliquémosle que el efecto desfavorable de las drogas se ve con el tiempo. El uso de


drogas es inmanejable, aunque hoy el mensaje social sea otro. Informémosles que es
ilícito y que "no todos lo hacen".

Enseñémosle a nuestro hijo a decir "no". Entrenemos situaciones supuestas en las que
recibirá este tipo de propuestas y cómo hacer para rechazarlas sin sentirse un "tonto".

Estemos atentos a sus actitudes: si estas comienzan a cambiar bruscamente,


consultemos a un centro de rehabilitación.
Estas actitudes podrían ser: llegadas tarde a casa, cambios de humor repentinos, dormir
demasiado, cambiar de amistades, bajo rendimiento escolar, etc.

• De 15 a 18 años: Adelante con los lineamientos. Van a surgir situaciones cada


ves mas difíciles, ya que las horas no supervisadas cada vez son mayores. Estimulemos
a nuestro hijo para que haga actividades de acción social, deportivas, culturales, es
importante reducir el tiempo libre. El ocio debe ser creativo. Comuniquémonos con los
padres de sus amigos, para así poder armar una red de contención.

Estemos en comunicación con la escuela y procuremos que la Institución también esté


interesada en la prevención del consumo de sustancias.

Hay varios síntomas del abuso de drogas que pueden ser reconocidos como señales de
peligro. Debemos aclarar, sin embargo, que la presencia de uno o dos de ellos solamente
no siempre indica problemas de las drogas, puede revelar otras causas ya que no es fácil
a simple vista reconocer a una persona que esta bajo los efectos de una droga porque se
puede confundir con otros estados emocionales. Sin embargo, el listado de las
siguientes situaciones puede ayudar:

Cambios repentinos de la personalidad y excesos de mal humor sin explicación de causa


aparente.

Notable caída en el rendimiento escolar o abandono de los estudios.

Alejamiento de la compañía de otras personas .

Pérdida de interés en las actividades favoritas, tales como deportes y hobbies.

Aumentos de infracciones de transito.

Incorporación a un nuevo grupo de compañeros de la misma edad.

Recepción de llamadas telefónicas de personas desconocidas.

Aumento de conflictos y peleas en el seno de la familia.

Excesiva hostilidad para con los demás.

Ojos enrojecidos.

Presencia de instrumentos necesarios al consumos de drogas, sospechosa aparición de


comprimidos frascos de colirio, jarabes y envases de medicamentos.

Acentuadas alteraciones en el apetito.

Falta de motivación, incapacidad para cumplir con las responsabilidades.

Distracción, risas excesivas.


Actividades antisociales tales como mentir, robar, faltar al colegio, etc.

Cambios en los hábitos de higiene y en la alteración de la apariencia personal.

Actitudes furtivas o impulsivas, uso de anteojos obscuros aunque no haya exceso de luz.

Uso de camisas de mangas largas incluso los días calurosos.

Reacción defensiva cuando se mencionan las drogas y el alcohol en la conversación.

Aumento de la fatiga e irritabilidad, sueño interrumpido.

Desaparición de objetos de valor.

Falta de expresión en el rostro; monotonía en la voz.

Uso de los equipos de sonido a todo volumen y cambio del día por la noche.

Afecciones bronquiales y otros problemas de salud.

Depresión emocional; frecuente mención del tema del suicidio.

Aliento alcohólico.

Confusión sobre el lugar, hora y día.

Crisis de miedo o temor exagerado.

Insomnio.

Tos crónica.

Apariencia de borrachera.

Dificultad para coordinar movimiento.

Aspecto somnoliento o atontado.

Congestión en nariz y garganta.

Habla mucho sin parar.

Temblores.

Excesiva calma o lentitud.

Crisis de risas inmotivadas.

Hablar traposo u en voz alta.


Nauseas.

Excesivo dolor de cabeza.

Lenguaje incoherente.

A veces oye, ve o siente cosas que no existen.

Problemas familiares

Los adolescentes al vivir una etapa de crisis y al tratar de evadir los problemas, buscan
salidas fáciles o formas de olvidarlos, por ejemplo por medio del alcohol y las drogas.

Muchas veces las adicciones surgen por problemas dentro de la familia (incomprensión,
falta de comunicación, golpes, maltrato intra-familiar, rechazo, padrastros, abandono,
falta de recursos económicos, dificultades escolares, pobreza absoluta y desamor), al
sentir que no son queridos en los hogares, los adolescentes tienen la impresión de no ser
escuchados o tomados en cuenta.

Caen en un error al tratar de solucionar los conflictos por medio de las drogas, creyendo
que sólo van a ingerir una vez la sustancia, pero en realidad se genera la costumbre o la
adicción, esto ocasiona que los problemas familiares aumenten, ya que la droga
consumida es más fuerte, y al no querer o poder dejarla, a veces los adolescentes optan
por abandonar el hogar, convirtiéndose en niños de la calle, en la que se exponen a
riesgos de gran magnitud como contraer enfermedades, ser golpeados, soportar abusos,
explotación, hambre y abandono.

El tiempo que persista el efecto de la droga en su organismo, es equivalente al del


abandono de sus problemas, después, todo vuelve a la realidad, las situaciones
preocupantes siguen ahí e incluso aumentan por la adicción generada.

Influencias sociales

También recurren a las drogas cuando se presentan problemas en su alrededor. Por


ejemplo: Al no ser aceptado por los amigos o una condición para ingresar a cierto grupo
es el ingerir droga, ser como ellos, imitarlos, hacerles creer que "los viajes" son lo
máximo, o lo peor, caer en la influencia social. Los adictos pueden hacer los
comentarios que quieran sobre la persona que no está dispuesta a entrar en las drogas;
los adolescentes deben ser muy conscientes de sí mismos y mantener su postura de decir
NO.

Los jóvenes que no quieren consumir la sustancia, deben saber cuidarse de las amistades
que manifiestan insistencia, pues su obsesión puede ser tan grande que estarán buscando
el momento adecuado para inducirlos, por ejemplo, pueden disolver la droga en su
bebida o en sus alimentos. Éstos esperarán el momento en que haga efecto la droga para
poder dañarlos. Nunca deben aceptar estas cosas por parte de personas adictas y lo más
conveniente es alejarse de ese tipo de grupos, que suelen llamarse "amigos".
Ser problemático puede ser causa de la influencia de los compañeros, como hacerlos
caer en la delincuencia. Ya que los robos que son realizados por adictos, no son
primordialmente por cuestiones de hambre, sino por la necesidad de seguir drogándose.
Esto ocasiona tener problemas con las autoridades y posteriormente ser sometidos a las
cárceles.

Cuando los adictos aún están es sus casas, presentan depresión y aislamiento mental, lo
que provoca bajo rendimiento o ausentismo escolar y mala comunicación familiar.

Curiosidad

En ocasiones los jóvenes con una curiosidad insana, por observar que algunos
adolescentes de su edad imitan el acto de probar y sentir el uso de cualquier droga.
Además algunas drogas como los inhalantes, son de fácil acceso para ellos, son
autorizadas y vendidas a bajo costo en cualquier abastecimiento, lo que ocasiona ventaja
de consumo.

Al aceptar el organismo la tranquilidad y relajación del efecto de la droga, ocasiona que


éste exija el consumo nuevamente, pero con la misma dosis ya resulta insuficiente, lo
que hace aumentar cada vez más la cantidad para sentir los mismos efectos, dando paso
a la adicción. Algunos jóvenes que experimentan el sentir de bienestar o el simple hecho
de "andar en un viaje" y que al consumir la droga su organismo los rechaza de una
forma brusca, por lo general éstas personas no vuelven a intentarlo.

Problemas emocionales

Cuando surgen los problemas en la vida de algunos adolescentes (regaños, golpes,


desconfianza, incomprensión, conflictos económicos en la familia, padres adictos o
divorciados, dificultad de aprendizaje escolar, etc.), reflejan una gran depresión
emocional, en la que pueden sentirse llenos de rencor, ira y vergüenza, por el
comportamiento de los padres, amigos o conocidos. Estos jóvenes buscan la manera de
que no les afecte gravemente en su estado emocional y utilizan una forma de salir de
ellos con ayuda de una adición.

Los problemas generalmente ocasionan en los adolescentes depresión, sentimiento de


culpa, autoestima baja, evasión de la realidad, desamparo y prepotencia, ellos piensan
que son los causantes del daño y posteriormente con el uso de las drogas (incluyendo
alcohol y tabaco) creen librarse de las dificultades, aunque no siempre recurren a las
drogas, sino también se presenta en otro tipo de adicciones como:

- Comer demasiado

- Pasar mucho tiempo en los videojuegos

- Escuchar música

- Jugar y apostar

- Bailar
- Ver televisión

- Realizar colecciones de manera obsesiva, entre otros.

Estos últimos, generan una adicción por el uso frecuente en que recurren a ellos; aunque
no son tan dañinos para la salud, son tomados para salir de las broncas, como una forma
de tranquilizar su cólera.

Por Dr. Efrén Martínez

MODELO DEL PROCESO DE RESTRICCIÓN DE LO NOETICO EN LAS


DROGODEPENDENCIAS

En el abordaje de las drogodependencias existe diferentes modelos de aproximación: El


modelo moral, el modelo de la enfermedad, el modelo de la adaptación, el modelo de
afrontamiento del estrés, el modelo bio-psico- social y una gran cantidad de
apreciaciones dentro de los diferentes enfoques psicológicos. En este aporte, se pretende
exponer de manera un tanto sistemática la visión del desarrollo de restricciones –o el
impedimento de sus manifestaciones- de la dimensión noética en el campo de las
drogodependencias:

VIDA VIVIDA

Desde la Ontología dimensional de la Logoterapia se comprende al hombre como una


unidad indisoluble de cuerpo, mente y espíritu, es decir, se comprende en una y con una
dimensión espiritual, en donde se considera al ser humano una unidad múltiple de tipo
Bio-Psico-Socio-Espiritual, en relación con un mundo interno, un mundo externo y un
mundo trascendente.

La vida como hecho fáctico que es, al mismo tiempo es posibilidad de ser, es decir, es
facultativa.

Es posibilidad de ser, el ser humano puede oponerse a la captación subjetiva de una


circunstancia, a pesar de las vivencias introyectadas y de la construcción de un modo de
ver el mundo, para de esta forma dar un nuevo significado, transformado de esta manera
y en el presente, la historia que ha venido escribiendo; si nos mantuviéramos desde un
punto de vista determinista condenaríamos al ser humano por lo que ha sido,
olvidándonos tristemente de lo que puede llegar a ser.

El pasado no deja nunca de actualizarse.

La vida vivida nunca deja de vivirse, por lo tanto la comprensión de la vivencia juega
un papel de vital importancia en la aproximación hacia el ser humano.

VIDA VIVIDA COMO CONSTRUCCIÓN DE LA VULNERABILIDAD


El ser humano desde siempre entra en contacto con el azar de la existencia.

Ante este azar, el hombre –como posibilidad- puede construir a pesar o a partir de las
circunstancias; sin embargo, la vida vivida en dichos momentos contempla diferentes
caminos de curso, algunos de ellos facilitan estados de vulnerabilidad que impiden esas
manifestaciones del mundo de lo posible, pues la dimensión espiritual se ve restringida
por múltiples condicionamientos introyectados en la vida vivida.

Cuando la dimensión espiritual se encuentra restringida debido a la poca actualización


que se le da a dichos recursos y por los condicionamientos introyectados, la persona se
encuentra en un estado de vulnerabilidad para el desarrollo de problemas de adicción
(por supuesto también para otro tipo de problemas).

De esta forma se podrían exponer dos momentos

Las personas que han restringido por diferentes circunstancias sus manifestaciones
espirituales y que debido a ello tienen mayor vulnerabilidad para desarrollar un
problema de adicción.

Las personas cuya restricción noética no es mayor, por lo cual su proceso de adicción es
más lento, pero finalmente reprimen y restringen sus manifestaciones espirituales y se
generan un problema de adicción.

Los restrictotes de los contenidos espirituales poseen contenidos bio-psico-sociales,


algunos de mayor fuerza biológica (Enfermedades propiamente dichas), otros de mayor
fuerza psicológica (Trastornos de personalidad, psicosis…) y otros de índole social
(Hambre, cultura…). Sin embargo es importante resaltar que el todo está en la parte y la
parte esta en el todo. Si se logra contactar con una pequeña luz del logos, si se logra
contactar con una pequeña manifestación espiritual en medio de las circunstancias de
restricción más adversas, es posible abrir la puerta de lo espiritual para oponerse a lo
psicofísico y manifestarse a pesar de las restricciones.

DINAMICAS RETROACTIVAS

La limitación del espíritu humano consiste, en la dependencia del espíritu hacia su


cuerpo… a la integridad de la función instrumental y expresiva de su organismo. Esta
doble función -¡en la que se basa toda capacidad de acción o de expresión de la persona
espiritual!- se puede perturbar; pero no por esto destruir a la persona espiritual…

Al encontrarse restringida la dimensión noética, se desarrolla al interior del ser humano


una dinámica que limita la expresión espiritual e impide la manifestación del poder de
oposición del espíritu.

La primera afección se da en la expresión de la libertad de la voluntad. La adicción a las


drogas se apodera de la capacidad de elección, convirtiendo los condicionamientos
psicofísicos en pandeterminismos que aumentan la vulnerabilidad y/o refuerzan el
círculo adictivo. Los pandeterminismos se manifiestan como mandatos a los que el
organismo psicofísico esta supeditado obligándolo a mantenerse en un estado
subhumano, casi sin diferencia de los animales.

Al permanecer detenida la libertad de la voluntad, el llamado a responder del ser


humano de igual forma se restringe. A pesar de la restricción de la dimensión noética,
no por ello, deja el hombre de ser responsable; puede que el ser humano no sea
responsable de su adicción (en el sentido de herencias genéticas y condicionamientos
sociales), pero si es responsable de la actitud que asume frente a ella, la dimensión
noética debe ser antes un poco esclarecida.

La segunda afección debida a la limitación de esta dimensión es la dificultad de


expresión de la voluntad de sentido.

En la restricción de la libertad de la voluntad, el organismo queda gobernado por las


voluntades de poder y de placer.

La tercera afección se da en el área del sentido de la vida. Las drogas generan un pseudo
sentido captado por una conciencia alterada

Esta dificultad para hallar el sentido único y personal de cada situación, puede
interpretarse como una ceguera axiológica.

El mundo de los valores permanece intacto, pero no es posible acceder a ellos y en


especial a los valores de actitud fomentando el victimismo característico de la adicción.

En síntesis, podemos resumir la dinámica respectiva de la adicción en dos puntos:

La restricción o limitación de la dimensión noética es proporcional al desarrollo de la


morbilidad psicofísica, y

La libertad, la responsabilidad, la conciencia, la voluntad de sentido y el sentido de vida


pueden desplegarse de manera proporcional al desarrollo del proceso de adicción.

LA VIDA COMO FACILITADOR DE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITUALES.

En nuestra experiencia, los conceptos expresados con anterioridad se constituyen como


elementos de gran importancia en la comprensión de la adicción para el desarrollo de
programas de prevención primaria, secundaria y terciaria.

HACIA LA AUTOESTIMA A PESAR DE LA DEPENDENCIA

Ser dependiente de sustancias o tener algún tipo de adicción, ubica al ser humano en una
situación límite, en donde la elección y decisión por permanecer o superar el problema,
se confunden con una autodeterminación que libera al drogodependiente de toda la
responsabilidad: no es mi culpa, estoy enfermo; si bien, la adicción a las drogas puede
considerarse como enfermedad, su progresión y desarrollo dependen de la propia
capacidad de elección y decisión. Por ello, cuando a través de la adicción se llega a una
situación límite, la conciencia manifiesta algunas luces y el usador de drogas puede
afirmar como Max Scheler que Al cabo de más de diez mil años, es nuestra época la
primera en que el hombre se ha hecho, integrante “problemático”, ya no sabe lo que
es, pero sabe que no lo sabe.

El abuso de substancias es un inconsciente intento por volver al paraíso perdido;


inocencia que ubica al consumidor de drogas en el nivel de un niño insatisfecho, sin
paraíso y desprovisto de protección, un nivel con características infantiles como la
carencia de responsabilidad, el egoísmo y el egocentrismo; como características de
orfandad como las dificultades afectivas, el cinismo, los mecanismos de defensa e
incluso la crueldad. El niño interior que existe en todos los seres humanos se convierte a
través del consumo de drogas, en una de las paradojas de la adicción, buscando
protección y encontrando abandono, buscando seguridad y encontrando miedos,
buscando el paraíso y encontrando el infierno.

Los barrotes invisibles de la drogadicción, hacen que la vida de un adicto activo se


encuentre llena de contradicciones y autoengaños, eligiendo caminos y paradojas como
las siguientes:

Evadir el dolor consumiendo –Aumentar el dolor por consumo.

Buscar la libertad en las drogas –encontrar la esclavitud en ellas.

Intentar ser uno mismo – Terminar siendo otro adicto.

Buscar la diversión – Encontrar el dolor.

Encontrar seguridad -Llenarse de temores.

Buscar amigos -Hundirse en la soledad.

Eludir los problemas – Aumentar las dificultades.

Llenar el vacío interior –Aumentar la pérdida de sentido.

Es sorprendente el engaño en que se sumerge el usador de drogas, envolviendo todo su


ser en la falsedad del paraíso que busca. La oscuridad de la toxicomanía es tan profunda
que oculta el sentido de vida y fomenta el descubrimiento de antivalores, frustra la
voluntad de sentido y reduce al ser humano a un ente sin control ni poder de elección:
convierte a una madre en asesina del hijo que lleva en su vientre y que se droga a través
de ella, transforma en irresponsable a un padre que deja sin comida a sus hijos por ir a
drogarse, conlleva a los hijos a ser ladrones de sus padres, desborda el instinto sexual
para cometer incestos y violaciones, reduce el valor de la vida a un <<nada más
que…>> incitador al suicidio y conduce al hombre a la ruina moral; sin embargo, es tal
el poder de las drogodependencias que aún y a pesar de lo mencionado con anterioridad,
el consumo de drogas aumenta cada día más trágicamente nos expone ante cerebros
inundados de sustancias que continúan negando que tienen un problema de adicción.

Para nadie es un secreto que vivimos en una sociedad adicta y es innegable la existencia
de ciertos condicionamientos sociales, biológicos y familiares que precipitan,
predisponen y/o exacerban el uso de sustancias, conduciendo al ser humano hacia la
dependencia a pesar de la autonomía que desconoce. Sin embargo, redefinir la
concepción del mundo y aceptar que con condicionamientos y posibles dependencias
nuestra autonomía es real, no es una tarea fácil; pues en ocasiones es dentro de nuestra
propia cárcel en donde se empieza a gestar ser libre innato, esclareciendo e invitando al
poder desafiante del espíritu hacia la ruptura de las cadenas de la adicción.

Ser autónomo significa asumir la responsabilidad de los actos y de las decisiones que se
toman en libertad; significa saber y ser conscientes de que es en mi propio nombre en el
que yo actuó y que tanto por omisión o elección, mi participación es activa.

Dirigirse hacia la autonomía a pesar de la dependencia implica asumir la


responsabilidad sobre el ser libre innato y aceptar que aunque el cuerpo y la mente se
encuentren esclavizados ante una sustancia, hay una esfera de la existencia que es
intocable por lo patológico, es nuestra característica como seres espirituales la que con
todo y dependencia, nos permite tener una fuerte voluntad de sentido que conduzca
hacia la autonomía.

Ser dependiente de sustancias, en ningún momento remite al hombre a la pérdida de su


autonomía; si bien, la capacidad de elección y decisión se ven seriamente afectadas por
el consumo de drogas, el ser-libre innato permanece intacto y es allí, en la dimensión
noética, en donde apelando a la fuerza del espíritu humano, puede el hombre con
problemas de adicción, dirigirse hacia la autonomía a pesar de la dependencia.

LOGOTERAPIA, UNA ALTERNATIVA ANTE LOS MALES DE LA ÉPOCA

La logoterapia es la terapia centrada en el sentido, es una visión de hombre que cree en


el mundo de lo posible y que considera al ser humano como unidad múltiple a nivel
Bio-Psico-Socio-Espiritual.

Sus principales fundamentos nos dicen:

1.- Que existe una libertad de la voluntad que se plantea como una manifestación del
espíritu que a pesar de ser finita en el organismo psicofísico, se antepone desde lo
espiritual a esta finitud. Dentro de esta libertad se enmarca el concepto de
responsabilidad. El hombre es libre para ser responsable porque es libre. Es decir; negar
la responsabilidad es una libre elección de no-ser libre, fundamento que hace
inseparables estas dos manifestaciones espirituales.
El hombre está llamando a la realización del sentido de su vida y de los valores que le
dan significado a la misma, y ante este llamado, es responsable. De igual forma existe
una responsabilidad ante algo y ante alguien enmarcado en la capacidad
específicamente humana de la autotrascendencia dirigida al encuentro con otro y con
una dimensión trascendente.

Finalmente, la responsabilidad puede entenderse como la habilidad de dar respuesta a


las preguntas que plantea la vida y como la capacidad de asumir las consecuencias de
las elecciones realizadas.

2.- Que las voluntades de placer y de poder conllevan un argumento inmanentista que se
opone a la autotrascendencia y frustra la existencia del ser humano. Mientras las
voluntades de placer y de poder consideran como fin último de la existencia la
consecución del placer es consecuencia de alcanzar un fin y el poder un medio para el
mismo, y no al fin en si, motivo por el cual se promueve un estado de frustración que
conlleva al surgimiento del vacío existencial.

En cuanto a la voluntad de sentido esta no busca alcanzar el poder ni el placer, ni


siquiera la felicidad, pues su interés es el encuentro de un argumento, una razón para se
feliz.

3.- Que el primer fundamento de la antropología Frankliana es el postulado de la


libertad de la voluntad. Una libertad que no sólo es ante algo sino para búsqueda del
sentido de la vida: es decir, para el desarrollo del segundo fundamento logoterapéutico o
fuerza motivacional llamada voluntad de sentido. Finalmente surge la pregunta por el
sentido de la vida; sin embargo, para preguntar por el sentido de la vida –sobre lo que es
o lo que significa- hay que preguntar por el sentido de una persona concreta y de una
situación concreta. Es decir, es un constructor que apela a la coherencia y le confiere a
la vida orientación unidad, y dirección.

En conclusión podríamos argumentar que el sentido de la vida existe en todo momento


y bajo cualquier circunstancia, que el hombre es libre para buscarlo y que esa tensión
entre lo que es y lo que debe ser lo motiva para encontrarlo. Es decir, el sentido de la
vida se contiene en la vida misma. La vida como hecho fáctico que <<es>>, al mismo
tiempo <<es posibilidad>> de ser y es ante esta posibilidad que el hombre responde y
descubre un sentido para su vida.

Las comunidades terapéuticas que apelan a la espiritualidad, y en especial a la religión,


logran mayores porcentajes de rehabilitación. La obra de católicos y evangélicos. La
nota completa en el suplemento Valores Religiosos de Clarín. Sergio Rubin (Valores
Religiosos)

La situación es alarmante: el consumo de drogas se disparó en el país en la última


década. Del 1 % de la población entre 15 y 65 años que consumía algún tipo de drogas
se pasó a casi el 10 %. Dicho de otra forma: unos tres millones de argentinos ingieren
algún tipo de sustancia tóxica.
La Argentina ya ocupa el primer lugar en el consumo de cocaína y marihuana en la
región, mientras que el paco hace estragos entre los más pobres (y empieza a ser
consumido en sectores de clase media). En ese contexto -que patentiza la urgencia de
una gran acción preventiva en la que debe involucrarse toda la sociedad-, la demanda de
tratamiento para la recuperación de adictos crece constantemente.

Paralelamente, se multiplican las comunidades terapéuticas, tanto ligadas a confesiones


religiosas como las surgidas de la sociedad civil, que procuran -con diversos resultados
recuperar a los adictos. Y si bien la rehabilitación exige un abordaje multidisciplinario,
funcionarios del SEDRONAR y otros expertos coinciden en que las terapias que ponen
más énfasis en lo espiritual -y, en particular, en lo religioso son las que logran un
porcentaje mayor de rehabilitaciones.

Para los especialistas, los mejores resultados que obtienen los tratamientos que hacen
especial hincapié en el afecto, los valores y la fe se explican porque los adictos
centralmente arrastran una falta de amor, se sienten incapaces de afrontar los problemas
-se evaden con la droga- y carecen de un sentido para su vida. "Nosotros creemos que el
problema de las adicciones implica una respuesta bio- psico-social y espiritual, pero
estamos convencidos de que esta última es determinante porque va al fondo de la
cuestión", señala Horacio Reyser , coordinador de la comisión de Drogodependencia del
Episcopado.

"Lo espiritual -dice- tiene que ver con las cuestiones más íntimas del ser humano como
los sentimientos y la sensibilidad, y con aspectos tan profundos como la esperanza y la
fe, permitiendo la realización como personas". En ese sentido, dice que "lo espiritual es
lo que nos da la fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida, aceptando el esfuerzo y
aun el sacrificio que sean necesarios, y es lo que nos mueve a vivir una vida digna en
libertad, lejos de la esclavitud de las drogas".

La comisión de Drogodependencia del Episcopado lanzó en 2007 una estrategia


nacional para colaborar en la prevención de las adicciones. Incluso consensuó con otras
confesiones religiosas y numerosas ONG un Programa Nacional de Educación y
Prevención del Uso

Indebido de Drogas, que fue sancionado por el Congreso en 2009. Esa ley, que incluye
charlas en los colegios, increíblemente, todavía no fue implementada. La estrategia de la
Iglesia no se limita a la prevención, sino que incluye la atención a los adictos y sus
familias. De hecho, muchos familiares de drogadependientes acuden a las parroquias en
busca de ayuda.

Espiritualidad y Recuperación

La espiritualidad es un área que siempre se impacta de una manera profunda a lo largo


del proceso adictivo. También es la que más lentamente se recupera. Su importancia
radica en las funciones tan elevadas que se gestan en esa área del ser, como lo son la
capacidad de amar y la trascendencia.

Al intentar definir la espiritualidad, y para efectos prácticos, nosotros utilizaremos el


modelo de "constitución trascendente del ser humano" , que nos señala al espíritu como:
el aliento de la vida, lo que anima al cuerpo y a la mente. De esta manera la
espiritualidad puede ser definida como el estado de funcionalidad de ese espíritu,
especialmente en relación a sus tres dimensiones: la personal, la interpersonal y la
universal.

Para una buena salud espiritual es necesario que la persona mantenga una relación
adecuada con esto tres niveles.

De hecho la conexión del espíritu con el universo (el inconsciente colectivo de Jung), o
"factor transcendental" es la conexión más importante pues, es a través de esa relación,
que la fuerza espiritual nutre el resto de las facetas del ser. La conexión personal es la
relación con el propio yo, y la relación interpersonal es la manifestación de esa fuerza
en nuestras relaciones. De esta manera si hay una desconexión con la fuerza o factor
trascendental, los otras dos niveles estarán bloqueados también.

Las adicciones causan una desconexión con la realidad espiritual interior, y con la
fuerza trascendental universal. Esta desconexión no es inmediata sino progresiva y
puede ser reversible. Mientras más severa se vuelve la adicción, más profunda es la
desconexión espiritual interior. Esto a su vez funciona como un círculo vicioso, pues el
vacío interior resultante, predispone más aún al uso como forma de llenar estos vacíos,
pero esta es una solución temporal, agravando la desconexión a largo plazo y reforzando
la dependencia.

Una vez en recuperación la fuerza de la reconexión funciona a través de un flujo natural.


No es necesario trabajar en la reconexión, pues ella se da espontáneamente. El trabajo
de la recuperación consiste en trabajar en nosotros y el entorno, para poder disminuir o
remover los obstáculos que bloquean ese flujo de reconexión interior.

No confundamos la espiritualidad con la religión o la religiosidad. La espiritualidad es


la esencia del ser. La espiritualidad es lo que mueve a una persona a buscar significado
en su vida. La religión se refiere más al conjunto de dogmas, doctrinas y rituales que
sirven de base para un modelo de relación espiritual.

Se pueden definir tres instancias para poder entender la dinámica de la espiritualidad:

1.- El elemento espiritual o "factor trascendental" o poder superior: es la fuente de la


fuerza espiritual. Lo que nos anima e impulsa a buscar y vivir una vida con significado
trascendental.
2.- La condición espiritual, se refiere a la relación entre el ser individual y el elemento
espiritual o poder superior.

3.- La disciplina espiritual, que es lo más cercano a la definición de religión. El conjunto


de rituales o prácticas destinadas a nutrir la relación espiritual.

Una religiosidad fuerte no garantiza una conexión espiritual robusta, así como la falta de
religiosidad, no necesariamente está asociada, a falta de espiritualidad.

Cada persona desarrolla instintivamente una relación especial con el elemento espiritual
que es personal e íntima.

Los grupos de autoayuda, basados en los Doce Pasos, son una herramienta poderosa en
la disciplina espiritual de la persona en recuperación.

La participación en la propia religión o doctrina del adicto en recuperación, es otra


forma valiosa de disciplina espiritual que ayuda a nutrir la espiritualidad

Actividades relativas al arte, la vida familiar, la práctica de principios espirituales en la


vida diaria, son formas útiles de reforzar y compartir el crecimiento espiritual.

En esencia la espiritualidad es un fenómeno íntimo y trascendente que es vital para el


desarrollo de una recuperación de calidad, y es además, fuente de motivación para
nuestra misión y búsqueda de significado en la vida.

Una vez que el crecimiento espiritual se fortalece se comienzan a notar algunos cambios
en la vida diaria del adicto en recuperación.

Algunos de las manifestaciones del crecimiento espiritual son:

1.- Adecuada capacidad de relacionarse y compartir, así como servir a los demás

2.- Serenidad interior que se refleja en las actuaciones y en la personalidad individual.

3.- Capacidad de valorar lo cotidiano y lo que aparentemente es intrascendente.

4.- Capacidad de jugar y expresar sentimientos

5.- Disminución del egocentrismo y de la necesidad de validación externa

6.- Disminución de la necesidad obsesiva e irrazonable de control en las relaciones


personales

7.- Mayor dedicación al servicio desinteresado.

8.- Confianza renovada en el provenir, percibiendo al universo como un sitio amoroso y


seguro.

9.- Desapego creciente a las fuentes materiales de seguridad o satisfacción, como el


dinero, sexo, prestigio o propiedades.
10.- Capacidad de maravillarse con la simplicidad.

Recuerde siempre que la razón última o el significado del desarrollo espiritual es algo
muy personal, pero nunca debe ser visto como el fin en sí mismo, sino como un don que
debe ser compartido para poder conservarlo.

Latín addicere, dar consentimiento a algo.

La adicción a la droga, el juego, alcohol, etc. lleva a la persona a perder la libertad sobre
su propio comportamiento, a la destrucción de la familia y a la ruina social.

La Iglesia está comprometida en la recuperación de los adictos.

La adicción es un estado de dependencia a algo. Aunque generalmente se refiere al


alcohol, las drogas y los juegos de azar, hay muchas otras adicciones, por ejemplo la
pornografía. El adicto adquiere un aumento de tolerancia a la sustancia, pero también
queda atado al hábito de consumo. Experimenta una creciente dificultad para dejar la
droga, sustancia o experiencia. El miedo a los síntomas de retiro de la sustancia es el
mayor obstáculo, aún para personas que están convencidas, en el campo moral, que
debieran de superar la adicción.

Los programas de recuperación seculares ofrecen algunos medios positivos, pero solos
no pueden llegar a la raíz espiritual del problema. El hombre es criatura y depende de
Dios. Sin Dios el hombre queda vacío y termina dependiendo de otras cosas. Sólo un
retorno a Dios puede verdaderamente liberar al hombre. El hombre sin Dios no tiene las
fuerzas para liberarse. Dios puede actuar por medio de programas seculares para ayudar
a la recuperación pero, sin una apertura a Su gracia, el alma seguiría vacía.

El Papa Juan Pablo II intervino en el tema de la adicción en más de 360 ocasiones.


Cristo ha venido a sanar al hombre cuerpo y alma. El estudio de la adicción ha
contribuido a desarrollar la teología moral Católica en cuanto a comprender la culpa
subjetiva. El adicto pierde el control de su vida y necesita insertarse en un cuerpo donde
experimente el amor de Dios. Solidaridad: esta necesidad del convivir con otros en un
ambiente con fundamentos cristianos de moral es necesario para todo ser humano.
Comprender esto ha hecho posible un mejor y más efectivo cuidado pastoral de los
adictos.

El Espíritu Santo ha suscitado varios movimientos apostólicos en la Iglesia que


ministran a los adictos. El ministerio Nueva Vida en Miami USA ha llevado a cientos
de personas a la total liberación de la adicción. El fundamento de su efectividad está en
un profundo encuentro con Cristo que comienza en un retiro de conversión para los
adictos y sus familiares. Allí se proclama el poder liberador de Jesucristo, Nuestro
Redentor Todopoderoso, que se hace presente en la Iglesia a través de la
Reconciliación, la Eucaristía y la oración de los hermanos. La conversión lleva a una
toma de conciencia de lo que significa ser bautizados e ilumina la mente sobre el
sentido de la vida. Esta gracia requiere humildad y perseverancia para continuar
cultivando la vida nueva, es decir en una vida de práctica cristiana. Muchos adictos
continúan en Nueva Vida ayudando a otros mientras que otros hacen su ministerio en
las parroquias. El ministerio de Nueva Vida se ofrece totalmente gratis.

Los hermanos de Nueva Vida se reúnen regularmente como lo hacen los Alcohólicos
Anónimos y otros grupos pero su compartir es fundamentado en la fe en Cristo y en
comunión con la Iglesia Católica.

“La Iglesia: Drogas y Adicción a las Drogas”

El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios abordó la cuestión de


las drogas en un manual pastoral titulado “La Iglesia: Drogas y Adicción a las Drogas”,
publicado en el 2001. Desde un punto de vista moral la Iglesia no puede aprobar el
consumo de drogas, explicaba el texto, porque implica una renuncia injustificada a
pensar, querer y actuar como personas libres (N. 43).

El consejo decía que los individuos no tienen el “derecho” a abdicar de su dignidad


personal o a dañarse a sí mismos. La liberalización de las leyes que controlan las
drogas, advertía el consejo, corre el riesgo de crear una clase inferior de seres humanos
subdesarrollados, que dependen de las drogas para vivir. Esto sería un abandono del
deber del Estado de promover el bien común (No. 51).

En lugar de extender el acceso a las drogas, el manual proponía una mayor educación
que enseñe a las personas el verdadero sentido de la vida y dé prioridad a los valores,
comenzando por los valores de la vida y el amor, iluminados por la fe. La Iglesia
también propone una terapia de amor y dedicación a las necesidades de los adictos para
ayudarles a superar sus problemas (N. 53-55). Soluciones que será difícil poner en
práctica, pero que ofrecerán un remedio acorde a la dignidad humana-

A continuación extracto de la Carta a los agentes sanitarios, 1995 del Pontificio Consejo
para la Pastoral de los Agentes Sanitarios.

La dependencia

92. La dependencia, desde el punto de vista médico-sanitario, es una condición de


hábito a una sustancia o a un producto -como fármacos, alcohol, estupefacientes,
tabaco- por los cuales el individuo sufre una incoercible necesidad, y cuya privación
puede ocasionarle turbaciones psicofísicas. El fenómeno de la dependencia presenta en
nuestra sociedad una creciente, preocupante y en ciertos aspectos dramática escalada.
Este hecho está en relación, por un lado, con la crisis de valores y de sentido por la cual
atraviesa la sociedad y la cultura de nuestro tiempo, por otro lado, con el stress y las
frustraciones generadas por el eficientísimo, por el activismo y por la elevada
competitividad y anonimia de las interacciones sociales. Indudablemente los males
causados por la dependencia y su curación no le pertenecen exclusivamente a la
medicina. Pero de todos modos le compete una gestión cercana preventiva y terapéutica
propia.
Droga

93. La droga o tóxico dependencia es casi siempre la consecuencia de una reprobable


evasión de la responsabilidad, una contestación apriorística contra la estructura social
que es rechazada sin propuestas productivas de razonables reformas, una expresión de
masoquismo motivada por la carencia de valores. Quien se droga no comprende o ha
perdida el sentido y el valor de la vida, exponiéndola así a riesgos y peligros, hasta
perderla: muchos casos de muerte por sobredosis son suicidios voluntarios. El drogado
adquiere una estructura mental nihilista, prefiriendo superficialmente el nada de la
muerte al todo de la vida.

94. Desde la dimensión moral "el drogarse es siempre ilícito, porque comporta una
renuncia injustificada e irracional a pensar, querer y obrar como persona libre". El juicio
de ilicitud de la droga no es un dictamen de condena al drogado. Él vive la propia
situación como una "pesante esclavitud", de la cual tiene necesidad de ser liberado. La
vía de recuperación no puede ser ni la de la culpabilidad ética ni la de la represión legal,
sino impulsar sobre todo la rehabilitación que, sin ocultar las eventuales culpas del
drogado, le favorezca la liberación y reintegración.

95. La desintoxicación del drogado es más que un tratamiento médico. Por otra parte,
los fármacos poco o nada pueden. La desintoxicación es una intervención integralmente
humana, orientada a "dar un significado completo y definitivo a la existencia" y a
restituirle al drogado aquella "autoconfianza y saludable estima de sí" que le ayuden a
reencontrar el gozo de vivir. En la terapia recuperativa del tóxicodependiente es
importante "el esfuerzo de conocer a la persona y comprender su mundo interior;
conducirlo hacia el descubrimiento o al redescubrimiento de la propia dignidad de
hombre, apoyarlo para que le resuciten y crezcan, como sujeto activo, aquellos recursos
personales que la droga había sepultado, mediante una segura reactivación de los
mecanismos de la voluntad, dirigida hacia firmes y nobles ideales".

96. La droga es contra la vida. "No se puede hablar de la «libertad de drogarse» ni del
«derecho a la droga», porque el ser humano no tiene la potestad de perjudicarse a sí
mismo y no puede ni debe jamás abdicar de la dignidad personal que le viene de Dios" y
menos aún tiene facultad de hacer pagar a los otros su elección.

Alcoholismo

97. A diferencia de la droga, el alcohol no está deslegitimado en sí mismo: "un uso


moderado de éste como bebida no choca contra prohibiciones morales". 200 Dentro de
límites razonables el vino es un alimento. "Es condenable solamente el abuso" el
alcoholismo, que crea dependencia, obnubila la conciencia y, en la fase crónica, produce
graves daños al organismo y a la mente.
98. El alcohólico es un enfermo necesitado tanto de tratamiento médico como de ayuda
a nivel de solidaridad y de la psicoterapia; Por eso, se deben poner en ejecución
acciones de recuperación integralmente humana.

Tabaquismo

99. También para el tabaco la ilicitud ética no concierne al uso en sí mismo, sino al
abuso. Actualmente se afirma que el exceso de tabaco es nocivo para la salud y crea
dependencia, ya que induce a reducir siempre más el umbral del abuso. El fumar crea un
problema que ha de manejarse por disuasión y prevención, desarrollándolas
especialmente mediante la educación sanitaria y la información, aún de tipo publicitario.

Psicofármacos

100. Los psicofármacos conforman una categoría especial de medicina tendientes a


controlar agitaciones, delirios y alucinaciones o a liberar del ansia y la depresión.

101. Para prevenir, contener y superar el riesgo de la dependencia y del hábito, los
psicofármacos están asumidos bajo control médico. "Rige la misma instancia sobre la
indicación médica de sustancias psicótropas para aliviar en casos bien determinados
sufrimientos físicos o psíquicos, aunque también conciernen criterios de gran prudencia,
para evitar peligrosas formas de hábito y de dependencia". "Es responsabilidad de las
autoridades sanitarias, de los médicos, del personal directivo de los centros de
investigación dedicarse a reducir al mínimo estos riesgos mediante adecuadas medidas
de prevención y de información".

102. Suministrados con finalidad terapéutica y con el debido respeto a la persona, los
psicofármacos son éticamente legítimos. Rigen para ellos las condiciones generales de
licitud de la intervención curativa. En particular, se exige el consentimiento informado y
el respeto al derecho de rechazar la terapia, teniendo en cuenta la capacidad de decisión
del enfermo mental. Como también el respeto al principio de proporcionalidad
terapéutica en la elección y suministro de estos fármacos, sobre la base de un estudio
cuidadoso de la etiología de los síntomas o de los motivos que inducen a una persona a
solicitar el fármaco.

103. Es moralmente ilícito el uso no terapéutico y el abuso de psicofármacos llevado al


punto de ser potencializadores del funcionamiento normal o a procurar una serenidad
artificial y eufórica. Utilizados en esta forma, los psicofármacos son semejantes a
cualquier sustancia estupefaciente, por eso se aplica para ellos los juicios éticos ya
formulados respecto a la droga.

Psicología y psicoterapia

104. En casi toda la patología del cuerpo está ya demostrado un componente


psicológico ya sea como con-causal o como resonancia. De esto se ocupa la medicina
psicosomática, que sostiene el valor terapéutico de la relación médico-paciente. El
agente de la salud ha de esmerarse en la interacción con el paciente, de modo tal que su
sentido humanitario refuerce la profesionalidad y la competencia y, así, éstas resulten
más eficaces por su capacidad de comprender al enfermo. El acercamiento pleno de
humanidad y de amor al enfermo, procurado por una visión integralmente humana de la
enfermedad y avalado por la fe, se inscribe en esta eficacia terapéutica de la relación
médico-enfermo.

105. Malestares y enfermedades de orden psíquico pueden afrontarse y tratarse con la


psicoterapia. Ésta comprende una variedad de métodos que consienten que una persona
le ayude a otra a sanarse o al menos a mejorarse. La psicoterapia es esencialmente un
proceso de crecimiento para la persona, es decir, un camino de liberación de problemas
infantiles, o de conflictos pasados, y de promoción de la capacidad de asumir identidad,
rol, responsabilidad.

106. Como intervención curativa la psicoterapia es moralmente aceptable; pero con el


respeto a la persona del paciente, en cuya interioridad él permite entrar. Tal respeto
obliga al psicoterapeuta a no violar la intimidad ajena sin su consentimiento y a obrar
dentro de los límites que le impone el mismo paciente. "Así como es ilícito apropiarse
de los bienes de otro o atentar contra su integridad corporal sin su aprobación,
igualmente no es tolerado entrar contra su voluntad en su mundo interior, cuales sean
las técnicas y los métodos empleados".

El mismo respeto obliga a no influenciar y forzar la voluntad del paciente. "El psicólogo
verdaderamente deseoso de buscar solo el bien del paciente, semostrará muy atento de
respetar los límites fijados a su labor por la moral, dado que él, por así decirlo, tiene en
la mano la facultad psíquica de un hombre, su capacidad de obrar libremente, de realizar
los más elevados valores que comportan su destino y su vocación social".

107. Desde el punto de vista moral las psicoterapias privilegiadas son la logoterapia y el
counselling. Pero todas son admisibles, a condición de que sean administradas por
psicoterapeutas guiados de un elevado sentido ético.

+ Consultar el documento completo>>>: Carta a los agentes sanitarios

Testimonio de una persona adicta en Recuperación

“Han pasado ya casi 3 años desde que ingrese en una clínica de desintoxicación. No
fue un paso fácil de dar, pero sí fue el más valiente que he dado. Me hizo falta
reconocer que había llegado a un callejón sin salida, que sin ayuda ya no podía parar
de consumir, y que mi vida se había convertido en una sombra de lo que fue.

Los 75 días que estuve en la clínica fueron realmente duros. Tuve que poner mi
voluntad en manos de otras personas, y eso me hería el orgullo. Reconozco que hice las
terapias difíciles, y que pude haberme hecho las cosas algo más sencillas, pero tenía
también una idea que me sirvió de brújula en todo momento, y que también hoy así
como en el futuro, ha de guiar mis pasos: un atroz miedo a volver a drogarme.
Cuando llegas al punto de no retorno, en el que no hay nada que te importe más que la
droga, sientes tal vacío y tal desesperanza en el interior, que la única forma de no
sentirla es continuar consumiendo. Es a lo que los médicos llaman el refuerzo negativo.
Y es en ese camino de bajada sin posibilidad de frenar donde vas perdiendo todo lo que
te importaba: trabajo, amigos, pareja, sueños. Sobre todo, te pierdes a ti mismo como
persona, y lo que queda cuando miras al espejo es un desecho de lo que un día fuiste, y
una deformada imagen de lo que querías ser. Esa realidad, la realidad pura y dura de
la adicción, resulta sórdida, amarga, solitaria, y a la postre: enloquecedora.

Todavía conservo esas sensaciones en mi memoria. Las llevo guardadas en un sobre


para que cada vez que se me pase por la cabeza la posibilidad de consumir, me
recuerden dónde volvería en cuestión de días, por no decir horas.

Por suerte, algo que no perdí en aquella pesadilla de mi enfermedad fue mi familia.
Ellos me ayudaron en mi ingreso, y hoy los conservo a mi lado con satisfacción.

En el tratamiento comprendí que tengo una enfermedad crónica, de por vida, y que
debo cuidarme un poquito más de lo que necesita una persona normal. Además de la
abstinencia, necesito sentirme bien conmigo mismo. Necesito actuar según mis valores,
seguramente para compensarme por todas las veces que necesite apartarlos para
consumir.

También mi enfermedad, y mi tratamiento para entenderla y controlarla, me han


aportado regalos insospechados y muy valiosos. He aprendido a valorarme: a saber
decir que no, y a aceptar que algunas personas no me acepten. Lo que más valoro es mi
bienestar, y el de los míos, e intento obrar en consecuencia sabiendo que la base para
construir una vida que me llene y que me haga sentir bien es no volver a consumir.

Recuerdo poco antes de ingresar e iniciar mi andadura en la parte positiva de mi


enfermedad, que busqué información sobre los centros donde podía recibir ayuda. En
una página web encontré un testimonio que me pareció tan representativo de lo que yo
estaba sufriendo, que ahora con la perspectiva que da el tiempo creo que fue una de las
cosas que más influyó para decidirme a dar el paso de pedir ayuda profesional.
Recuerdo con una mezcla de emociones que estuve más tiempo intentando dejar de
consumir por mi cuenta, que disfrutando de la droga. Y hasta que no acepté que por
mis propios medios no podía, no lo conseguí. Sinceramente, espero que este nuevo
testimonio, ahora escrito por mi a modo de sincera deuda saldada, sirva para ayudar a
quién lo lea en busca de comprensión, y que vuelvan a pesar estas palabras a la hora
de tomar el camino de la recuperación.” Marcos

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