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Bueno, la verdad no sé por dónde empezar; mi vida, cuando la menciono se vienen a mi

mente una cantidad de recuerdo como escenas, pequeños cortos de películas que resumen
lo que considero ha marcado mi existencia. ¿Por qué será que recordamos más los hechos
que nos han causado dolor? Pienso que es el sentimiento más sincero y que
verdaderamente cala el alma. Muchas personas saben mi historia, bueno la última, sí, la
que habla de él. Tal vez he sido injusta al contarla, en realidad no lo sé porque hasta hoy
pienso que fui un objeto, un comodín, un uso y desecho. No soy buena para contar
historias, me salto los tiempos, tal vez parezca algo confuso pero intentare ser lo más
coherente y lineal posible.
Sinceramente no sé por qué le preste atención si tenía todas las razones del mundo para
desconfiar, y sobre todo porque ya sabía de muchas cosas de “hombre”, siempre quise
rodearme de ellos, mis compañeros del colegio fueron un pequeño esbozo de lo que me
podía esperar, pero como nadie aprende en cuero ajeno pues sí, ahí cayó la mosca en la
telaraña. Me sentía vulnerable, decaída, culpable, hacía diez meses que luchaba contra el
dolor que me causó perder a una persona que quise y que aún le guardo gran aprecio, los
sucesos con él fueron bastante particulares, fue el inicio de mi libertad; quise comerse el
mundo a grandes bocados (como los perritos que se la pasan encerrados en casa y
después de tanto tiempo los dejan salir, así mismo actué yo) y sí, por eso me equivoqué, la
embarré y tuve que vivir con esa culpa hasta hace un año que nos volvimos a encontrar y
hablamos de todo eso, me llevó tiempo perdonarme y sé que él hasta ese entonces no me
había perdonado.
Lo sé porque hubo una ocasión en que estando fuera de mi casa ya a punto de despedirnos
lo noté incómodo y como no soy de las que me gusta quedarme con palabras en la garganta
y menos con sentimientos sin expresar, siento como que algo me quemara por dentro y
prefiero sacarlo, obviamente trato de hacerlo de la manera más mesurada, calmada pero
objetiva, como suelo decirlo: sin rodeos, al grano, claro y conciso y, si es necesario pido
disculpas con anterioridad. Preferí no preguntarle, solo apunte a decir “ya no me importa ni
me preocupa si me ha perdonado o no, yo ya lo hice, ya me perdone y he cambiado. El
perdón es algo personal, ya le he pedido disculpas muchas veces, le pedí perdón también.
¿Qué si estoy arrepentida? Sí, son cosas de las que no me siento orgullosa pero ya no
puedo devolver el tiempo para cambiarlo, sé que fue mi culpa pero ya las cosas fueron así,
no pedo hacer más”. Se quedó viéndome y no recuerdo bien lo que me dijo pero creo que
fue “sí, todavía me duele, porque yo soy así, rencoroso…”.
En fin, solo menciono ese hecho porque él es una persona importante para mí a pesar de
todo, y porque me encontraba en pleno duelo emocional cuando el verdugo llegó a mi vida,
cual buitre esperando que el animal herido exhale su último aliento para clavarle las garras
y pico justo en los ojos, sí los ojos, la puerta de la verdad y del alma. Es como si tuviese
un detector de almas afligidas, o tal vez fue solo casualidad.
Todo empezó de forma inusual para esos tiempos o al menos lo fue para mí. Octubre de
2010, cómo olvidar esa fecha; una llamada tarde de la noche de un número desconocido,
contesté, detrás de la línea un voz de un hombre joven preguntaba por una tal Sofía ( quién
carajos es esa tal Sofía, tiempo después lo descubrí y no fue nada agradable ni cómodo,
menos cuando se carga en la barriga una criatura inocente que te hace contener la rabia
para no perder más que la calma, la salud), preguntó mi nombre, ¡¡¡¡por qué carajos se lo
dije, por qué !!!!!, uno que otro halago (tienes una voz muy linda, siii como noooo jajajaja ni
a mí me gusta jajajjaaj).
Bueno, así empezó, llamadas, palabras lindas, justo esas que nos gustan escuchar, esas
que sentimos como un bálsamo para las heridas, un alivio las penas y una esperanza de
volver a vivir, a amar. Nos vimos por primera vez el 26 de octubre, nos gustamos y desde
ahí seguimos, venía a verme o yo iba. Ahora recuerdo un día de la mujer, había salido de
clases y nos fuimos con una compañera a tomarnos unas cervezas, me llamó y le dije lo
que estaba haciendo y que drama el que armó, me dijo – es mejor que dejemos las cosas
así- y yo de estúpida me despedí de mi amiga y me fui a mi casa para que él se sintiera
tranquilo. Por Dios que estúpida fui, ahora me rio de esa forma tan boba como actué. No sé
por qué no vi que me enfrentaba a un manipulador en potencia.
A los cuatro meses de noviazgo descubrí que estaba embarazada
-mmm miércoles, se me durmieron los papeles, justo en esos días estaba esperando que
el ciclo normal se anunciara para planificar. Lo tomé con calma, algo dentro de mí ya lo
sabía, el cuerpo avisa, las necesidades cambian, el metabolismo. Para él fue la súper
noticia, al menos así lo aparentó, surgieron las promesas el aparente compromiso. Bueno
aquí un dato adicional que por mucho tiempo me hizo auto halarme las orejas y reprocharme
por ser tan pendeja, re pendeja; él me contó que había una muchacha embarazada que
decía que el bebé era de él, eso montó tremenda película para hacerla quedar a ella como
una obsesiva y él la pobre víctima, ella me escribió y como yo ya estaba envenenada no le
creí –qué bestia- no le dije nada, solo le di fuerza a la mentira que ya él había armado.
Mi embrazo no fue fácil, afrontarlo, contarle a mi familia. Lo supo primero mi hermano por
pura casualidad, me estaba acompañando a hacer autorizar unos exámenes médicos y la
persona que me atendió hizo la gran pregunta, ¿está embarazad?-sí- no había otra
respuesta. Pero fue muy particular la forma como se lo conté a mi mamá, pues yo sufro de
gastritis y los síntomas del embarazo se asemejaron a las crisis que suelen dar por ese
padecimiento, me preguntó por el resultado de los exámenes con una peculiar pregunta -
¿qué era, el hígado o el hígado con huesos?- le contesté que el hígado con huesos, no me
creyó, entonces dije- ¿por qué será que cuando uno dice la verdad no le creen?- no me
hablo en todo la tarde, luego fue mi gran apoyo, me compró vitaminas, ropa, hizo lo que el
padre de mi bebé no hizo.
En una ocasión tuve una recaída, duré cuatro días en la clínica, esa vez él vino. Fue ahí
que mi familia lo conoció. Después de salir de eso viaje donde la familia de él, y ahí empezó
el cristo a padecer. La muchacha que él decía que la despreciaba, se expresaba tan mal
de ella, bueno ella había vivido ahí en la casa de los papás de él, y eso era Mayerly al
desayuno, al almuerzo y la cena ahhhh por Dios santo, ya me tenían hasta el cuello. Para
rematar la situación llegó a mis oídos que él tenía una relación con una mujer mayor y que
aparte de eso esa mujer era una prostituta. En esos días supe de la tal Sofía por un mensaje
de texto que ella le había enviado, muy comprometedor, en medio de mi decepción y mi
rabia la llamé y le dije que yo era la mamá del bebé de él y que quería saber si había algo
entre ellos, no recuerdo lo que me contestó.
Fueron dos meses de lágrimas de incertidumbre, de no saber qué hacer, de escuchar una
mentira tras otra. Pero como nunca me ha fallado mi instinto sabía que lo que decían era
cierto, algo dentro de mí me lo decía a gritos pero yo me negaba a aceptarlo, amordazaba
esas voces para no sentir dolor para no sentir que nuevamente iba a sufrir lo mismo.
No quisiera extenderme tanto en esta historia pero, fueron más de cinco años de estar
persiguiendo un sueño que solamente yo impulsaba y mantenía a flote, tratare de ser más
específica y enunciar hechos relevantes.
Después de que nació mi hija Isabella, bueno justo ese día lo recordé mucho pero fue con
rabia porque me dijo que como fuera asistiría el día del parto, pero no, no se apareció. Si
tal vez hago mal en creer todo lo que me dicen de tomarme a pecho o creer que todos
tienen mí mismo ideal, se cumple lo que se dice o mejor ni abrir la boca, o por lo menos dar
una explicación valida que justifique esa falta. Llegó el día siguiente, un sábado, no se
demoró ni dos horas, quedó de volver para hacerla registrar. Pasaron los días y nada, mi
mamá me persuadió a no seguir esperando por el bienestar y la salud de la niña y, hasta el
día de hoy ella legalmente es solamente hija mía, padre: no registra.
Cantidad de cosas me pasaban por la mente – si todo eso era cierto no quiero seguir con
él, aparte de que siempre he sido una persona depresiva, me tocó l lotería de la depresión
pos parto como si no tuviera ya suficiente, se sentía poca cosa, cansada, desilusionada,
como miles de y ahora qué- tomé valor en medio del dolor y le dije que dejáramos las cosas
así, solo me contestó que si esa era mi decisión la respetaba. Cumplió su responsabilidad
hasta que la niña tuvo año, pero para ese entonces mi familia ya no lo aceptaba, pues no
se le vio compromiso como padre y no cumplía como se debía. Después no supe de él por
muchos meses, reapareció cuando Isa estaba por cumplir dos años y ahí viene mi auto
reproche, ¿por qué le permití acercarse nuevamente, por qué le deje conocer mi hija?,
aunque tengo argumentos que para mí en ese tiempo eran válidos.
Quería que ella supiera quien era su papá y darle la oportunidad de crecer con él, de tener
en un hogar con sus padres, de tener lo que yo no tuve- ahora veo que ese fue uno de los
fundamentos por los que aguanté tanto- decidí nuevamente intentarlo y seguir una relación
con él.
Empezamos a vivir juntos en la casa de mis padres- error fatal, jamás pero jamás se les
ocurra vivir con su pareja en la casa de los padres, de ninguno de los dos- eso eran críticas
por aquí, por allá, él estaba en una actitud de impaciencia, de celos, como esperando a
darse cuenta de que yo lo engañaba- una supuesta bruja se lo había dicho, que cuando
viviera conmigo se daría cuenta de cómo era yo en verdad, y sí que se dio cuenta, pero a
quien debió advertir fue a mí jajajaj- estaba cansada de eso y estuve a punto de decirle
que se fuera – ayy por qué no lo hice- pero yo tenía que sacarme la espina y me puse en
mi papel de detective y encontré lo que buscaba, logré abrir su cuenta de Facebook, era un
hombre tan predecible- conmigo aprendió a ser más astuto al cometer sus fechorías –horror
sorpresa cantidad de conversaciones con mujeres, una con la hermana donde le
preguntaba por Amparo- por mucho tiempo odie ese puto nombre, me revolvía el estómago
escucharlo, esa era la anciana vagabunda con la que se metió; él le decía que se había
dejado con ella. – lo confronté pero aun así lo negó, supuestamente había estado con ella
por agradecimiento porque lo había ayudado a salir de un problema, pero que él nunca
había estado con ella.
Luego tomé la decisión de irnos a vivir a otro lado, aparte de mi familia, hubo buenos
momentos pero siempre eran opacados por sus infidelidades- ese hombre con internet,
whatsapp o fecebook es un peligro, como un pirómano en una estación de gasolina y un
paquete de fósforos- eso le tiraba a la que fuera. En una ocasión casualmente me enteré
de una de esa porque le llegó un audio, lo escuche y era de una fulana reclamándole por
qué se había desaparecido, que le hacía falta. No dije nada, envié el mensaje a mi whatsapp
y luego al día siguiente le escribí a ella preguntándole, se sorprendió mucho y al parecer le
reclamo a él porque me llamó a contarme tremenda historia tirada de los cabellos- amor
mira que me llegó un mensaje todo raro de una vieja….- ujummm claro, tenemos que llamar
o ir a la empresa de telefonía y poner la queja, eso es muy raro que le lleguen ese tipo de
mensajes y justo a usted, esa fue mi respuesta- eso siguió un enfrentamiento por esa
muchacha, porque yo seguí hablando con ella y le conté la verdad pero al parecer el seguía
interesado en ella y la buscaba. Una noche le hablé y le dije que si tanto le gustaba que se
fuera para donde ella, pero que eso sí tenía que trabajar muy duro para complacerla en los
gustos a los que ella estaba acostumbrada, que ella no era como yo.
Cada que pasaban esas cosas me deprimía, lloraba, me preguntaba yo que había hecho
para merecer algo así- recordaba mis metidas de pata con mi primer novio y me decía a mí
misma, creo que estoy pagando lo mal que me porté con el- le decía al papá de mi hija, es
qué acaso maté un cura para merecer todo esto, no piensa en su hija. Luego me secaba
las lágrimas y me sentaba al pie de él a hablarle de una manera calmada y llena de filosofías
de vida, pero solo perdía mi tiempo. No recibí una palabra de disculpa, nada, sentía ganas
de irme pero tenía orgullo no quería volver a mi casa derrotada, como el perro arrepentido,
nooo, por nada.
La situación económica se tornó difícil y la enfermedad y posterior muerte de la madre de
él me llevaron a tomar decisiones que ahora me pesan, fueron decisiones desinteresadas
con una muestra de sacrificio y amor por una familia que me empeñaba en mantener; me
convertí en Atlas echándome a los hombros la responsabilidad y compromiso de mantener
una familia a flote, a ser el apoyo que se necesitaba en los momentos difíciles, a no perder
la fe y las esperanzas. Deje mi carrera, discutí con mi mamá por eso, perdí contacto con
ellos. Nos fuimos a vivir a Pitalito con el papá de él, por petición de la familia y por
consideración; dejando todo prácticamente botado, empezamos una vida juntos con lo que
yo tenía, mis cosas, logre llevarme algunas esenciales y el resto mi hermano lo recuperó
porque el caballero no fue capaz de solucionar eso.
Él se fue a trabajar a un pueblo cercano, una hora de distancia y yo me quedé con el papá,
hasta que surgieron situaciones incomodas, insinuaciones por parte del señor, entonces le
dije –mi marido es usted, no su papá, que se encarguen sus hermanas de las necesidades
de él, que ellas vengan a colaborarle- entonces nos fuimos a vivir a ese pueblo, en una
finca propiedad de un muchacho con el que él había entablado amistad. ¿Yo fincas??? De
paseo si amucho, pero como me criaron y yo misma lo elegí, a no ser tan débil y a afrontar
las cosas, si no las sabia las intentaba, el trabajo físico no era desconocido para mí aunque
no cuento con las cualidades que se requieren para hacerlo de forma óptima, al menos lo
intento jajjaj.
Esos días fueron buenos, compartíamos los tres como familia, la tranquilidad del ambiente
se prestaba para pensar y suponer que las cosas mejorarían que solo era cuestión de tener
confianza en Dios de que la situación económica mejoraría y que se fortalecería con el amor
que existía; vaya equivocación, sí, sí había amor pero no de ambos lados. Luego de unos
días la economía nuevamente empezó a mostrarse dura, supuestamente y hablo de
supuestos porque cuando se convive con un mitómano toda hay que ponerlo en duda, en
tela de juicio; lo llamó un señor dueño de un taller en la Hormiga Putumayo para que fuera
a alistar unas motos de carreras ( en eso sí puedo decir que es bueno, es mecánico de
motos y eso sí le sale bien ), le dije que si quería ir que fuera, al fin y al cabo no se iba a
demorar.
Pero no fue así, pasaron ocho días y yo estaba desesperada, aburrida no me daban ganas
ni de comer, hacía para la niña pero no sentía ganas de nada. Cuando me llamó le dije
todo eso, y entonces me dijo que me fuera para allá que le estaba yendo bien. Empaque
unas cuantas cosas mías y de mi hija, el resto quedó en la finca. Cogí mi hija, las maletas
y me fui, fue un viaje larguísimo, con un poco de temor, nunca había ido por esos lados y
las continuas noticias que se ven en la televisión de lo peligroso de la zona hicieron de mi
viaje algo intranquilo, pero disfrute de los paisajes hermosos. Llegamos a las ocho de la
noche y nos quedamos un par de días en la casa del patrón del papá de mi hija (nunca me
gustó referirme a él como mi marido, ese no fue mi ideal antes de conocerlo, me aterraba
la idea de tener marido fueron las circunstancias las que me llevaron a intentarlo. Ahora
menos digo mi ex marido, noooo se me hace gracioso jajjajaj, solo fue el papá de mi hija,
ahora solo es él), le pedí, o bueno le exigí buscar un lugar para los tres, recorrimos medio
pueblo buscando pero solo encontrábamos pensiones horribles, con unas habitaciones
asquerosas.
Ya estaba cansada de caminar, de ver, de asquearme y le dije que si no encontrábamos
algo decente me iba, justo después un señor nos llevó a la casa de la hermana, ella estaba
arrendando una habitación con cocina, y sí estaba todo muy limpio, decente. No teníamos
nada, ni siquiera donde dormir, nada. Una vecina nos regaló un colchón y el cuñado del
patrón de él nos prestaron unas cobijas, también nos regalaron una olla arrocera. Y aunque
suene un poco conformista o iluso en esos tiempo de precariedad vivimos bien, pasábamos
tiempo los tres, salíamos paseábamos, en ocasiones podíamos hablar de temas en común;
pero yo tenía mis crisis, dejar la carrera me dio durísimo, me la pasaba llorando, ver a mis
compañeros graduarse y yo nada, había dejado todo por alguien, por una familia, fue
frustrante, aún lo es.
La alegría no duró mucho, nuevamente mensajes de mujeres, nuevamente la crisis, llorar,
el dolor en el pecho, los intentos por hablar pero no, recibía solo indiferencia y mentiras,
nunca me dijo una mala palabra ni menos me levantó la mano con intenciones de
lastimarme, pero sus engaños, sus mentiras, su indiferencia y la falta de interés por mí, por
escucharme por apoyarme en mis metas, eso, eso fue peor. No hay nada más doloroso
que estar con alguien que vive en su propio mundo y te deja de lado, como si no existieras,
no se puede hablar de nada de lo que te gusta porque no te va a entender y menos le
interesa, entonces olvidemos de eso y sígueme contando de ti, sí, le di prioridad a sus
gustos y adopte algunos para apoyarlo, si me llamaba la atención eso de las motos, las
carreras y la adrenalina, me parece súper, pero no me parecía algo que engrandeciera el
intelecto, el espíritu, solo es algo superficial, igual que él.
Como es costumbre en él, tuvo problemas en el trabajo con un compañero, es una persona
bastante problemática y desconoce la autoridad, le es difícil acatar órdenes y respetar a los
demás; por eso recorrió talleres en todas partes donde vivimos, hasta que decidió intentarlo
en el Ecuador. Nos fuimos a vivir allá, nuevamente empezamos bien, momentos en familia,
salir, los juegos, las risas, me gustaba verlo compartir con la niña, verlos felices, eso me
fortalecía. Pero como siempre algo tenía que hacer y acabar con todo. Yo vivía con el
síndrome del detective, buscando, hurgando a ver que encontraba, con la desconfianza
lógica que queda después de hechos así, pero tengo algo muy particular que a veces
detestó, no puedo vivir enojada o en disgusto con alguien, si decido dar otra oportunidad
lo hago desde cero, ahí tienes mi confianza, nada ha pasado- siii, sígueme jodiendo la
existencia-, y así era una y otra vez.
Irónicamente no estaba buscando nada, no tenía motivos, al menos no me había dado
cuenta- ohhh nooo, esperen sí me había dado cuenta, tenia de contacto en Facebook una
vieja, ya mayor con dos hijas y pues físicamente no me pareció atractiva o una amenaza,
pero recalco él le tira a lo que sea, pero vi un chat en donde él le pedía fotos entonces vi
que nuevamente estaba en sus andadas, se la bloquee- en una ocasión que fui donde
trabajaba, tomé su celular porque al mío se le acabó la batería, y quería distraerme. Baia,
Baia lo que uno se encuentra sin buscar…. Sí una página de Facebook abierta con unos
mensajes donde le reclamaban el por qué la había dejado botada…. Splooot condorito….
Qué carajos es esta mierda. Pues sí, era la vieja que le había bloqueado, creó un perfil para
hablar con ella.
Le escribí preguntándole quién era ella pero me contestó como si hablara con él,
obviamente, al parecer se dio cuenta de que algo yo había visto y me arrebató el celular y
luego me dijo que habláramos, yo estaba furiosa, puedo contener mi lengua pero mi
expresiones faciales no, estaba que me llevaba el mismísimo diablo, y él insistía en que
habláramos y como nunca me han gustado los escándalos solo le dije que lo haríamos en
la casa, pero noooo él seguía con su joda, entonces se me salió el repertorio – lo pediste,
te lo ganaste, ahí lo tienes- salió con sus mentiras que no sabía, que eso era inventos de
esa vieja….. Y yo empecé- ahhh claro o sea que son inventos míos, yo soy la loca, entonces
imprimamos esa mierda y la pegamos por todo el pueblo a ver si es que yo me lo estoy
inventando, mostrémoselo a los señores aquí a ver si es que es mentira- con toda la ira
que llevaba cogí mi hija y me fui derramando tremendos lagrimones de enojo.
Fui a un café internet y puse a mi hija a ver dibujos animados, abrí mi Facebook y le escribí
a una amiga, le conté todo y lloré. Ya más calmada pensé lo que muchas mujeres pensamos
en algún momento y que muchas otras se quedan en ese pensamiento- no le voy a dar el
gusto a la otra de destruir mi hogar y no se lo voy a dejar, no le voy a dar ese gusto ( créame
que ahora veo que es lo más estúpido que una mujer puede pensar o creer para justificar
quedarse al lado de un patán, de un idiota que no sabe lo que quiere en la vida, de un
imbécil que no se quiere ni a sí mismo. Mis pensamientos y mis sentimientos han cambiado,
si lo quiere lléveselo, si quiere se lo entrego bañado, bien vestido y hasta con un moñito
jjajajajaj se lo regalo… ahhhh pero eso sí No se aceptan devoluciones jajjajajajjaja)- luego
de eso la busque y la agregué nuevamente a mis contactos porque antes la tenía pero la
había eliminado, no me parecía una persona interesante.
Le pregunte si se habían visto y dónde, efectivamente me contestó y ahí caí en cuanta de
las mentiras; días antes de que la niña cumpliera cuatro años él había viajado a la Hormiga
porque supuestamente un señor le pidió el favor de ayudarle a organizar unas carreras, por
esos días Isa estaba enferma, pero ese día había amanecido bien. Le alisté la ropa que iba
a llevar y le di una plata para que comprara unas cosas que faltaban para la fiesta de los
cumpleaños de Isabella. Se fue el sábado en la tarde, en la noche me llamó a decirme que
ese señor estaba tomando y que no se podían hacer las carreras porque estaba lloviendo
mucho, que se iba a dormir, nos despedimos.
A la una de la mañana mi hija ardía en fiebre, los medicamentos no surgían efecto y no
dude en tomar un taxi y llevarla al hospital; que situación tan incómoda estar en tierras
extranjeras, en un hospital público lleno de heridos, enfermos sin la comodidad de una silla
al menos. Por fin después de tanta espera la atendieron, la inyectaron y me dieron la formula
médica, algo a favor es que te dan los medicamentos ahí mismo, no se tiene que dar un
solo peso. Él llegó temprano en la mañana, lo puse al tanto de la situación y se portó
cariñoso con la niña, me mostró lo que había comprado, nos trajo ropa- así como cuando
uno sabe que la cagó y trata de disimular- y las cosas que le había encargado.
Bueno, le seguí preguntando a ella detalles, y me dijo como había ido vestido, todo. Llevaba
hablando con ella dos meses, que supuestamente él era el novio y le decía que yo era la
ex, que era muy celosa y sabía todo de él, que yo vivía en Pitalito, nuevamente la puse al
tanto de la situación, le dije la verdad, él seguía insistiendo que no había tenido nada con
ella, que sí “casualmente” se la había encontrado en el terminal y la había invitado a tomar
café en la panadería. – ujummm claro (parte de ser inteligente es saber cuándo hacerse la
pendeja)- Por varios días estuve con la preguntadera, la indiferencia, llena de rabia, lloraba,
en mis ataques de rabia tiraba las cosas al suelo, pero después me decía – si soy tonta,
para qué tiro las cosas si luego me toca recogerlas mmmm- hasta que una noche todo
explotó, llegó al límite, a mi limite.
No me prestaba atención, así que como por whatsapp si estaba pendiente, entonces le
escribí con esa manera particular que tengo de decir las cosas con altas dosis de sarcasmo,
como agujas en la piel, le recalcaba sus malos gustos (jajjajaj), le decía que podía estar con
la que fuera pero que nunca encontraría una mujer como yo, seguía escribiéndole cosas un
tanto insultantes, llenas de disgusto, hasta que me contestó – usted no es ninguna perita
en dulce- y me pego la indignada más grande, se me hinchó el corazón de hiel y me levante,
eran como las dos de la madrugada, vestí mi hija y me iba a ir, él se levantó a no dejarme
ir, que si me quería ir que me fuera pero que no me llevara la niña, le dije que mi hija se iba
conmigo (eso fue un show que ahora me avergüenza, que pena), y no se apartaba de la
puerta de la habitación, fue tanto mi dolor que lo agarré a golpes, no se me es difícil imaginar
mi mirada llena de rabia, de disgusto, reclamándole entre lágrimas nuevamente el por qué
me hacía lo mismo, le gritaba que lo odiaba.

Lamento haber puesto a mi hija en medio de todo eso, de asustarla y verla llorar. Finalmente
pude salir con la niña y simplemente caminé sin ningún rumbo, más adelante él me alcanzó
y me pidió que me fuera para la casa, yo estaba tan confusa, avergonzada pero a la vez
tranquila por poder sacado todo eso que oprimía mi espíritu y mi corazón, sí, no fue la mejor
forma pero ya no aguantaba más, estaba harta de lo mismo, harta de ver cómo me
subestimaba y me tuviera como una opción. El miedo a unos sujetos de paraciencia extraña
que venían en mi dirección me hizo acceder a su insistencia y me fui con él, le compró una
hamburguesa a la niña y nos fuimos a dormir, en esos días dormíamos en cuartos
separados. Le desperté a eso de las 10 de la mañana y me puse a analizar la situación y
concluí que se debían terminar las cosas, ya habíamos pasado la barrera del irrespeto, la
agresión física.
Esa misma noche le comunique lo que pensaba y que para el bien de todos lo mejor era
que cada quien siguiera su camino, pero él se negó, me pidió que lo intentáramos- ahí es
donde no entiendo esa lógica sin lógica, que clase de filosofía es esa, la de tener la
necesidad de una víctima que padece constantemente los sufrimientos causados por
razones tan estúpidas. Siempre su excusa era, no sé por qué lo hago, solo por distracción,
por mariquiar. ¿Luego de joderme la existencia, de hacerme daño me decía que no le
gustaba verme llorar, que le dolía verme así, puede existir alguien más sínico, más
descarado, vil y desgraciado??? No lo creo- me pidió matrimonio en ese entonces, como
casi todas las veces que la embarraba, con eso creía que solucionaba todo.
Ahí fue donde aproveche para hacer realidad una curiosidad, un deseo, quería saber que
se sentía que te hicieran un tatuaje – jajjajjajj casi nada me resulta como quiero o me
gustaría mmmm si es triste jjajajj- y esa fue mi opción viable, ok, nos vamos a casar pero
en vez de anillos un tatuaje, yo casi no uso anillos entonces eso me sería más cómodo. Me
preguntó que si estaba segura y le dije que sí, el tatuaje no quedó de mi agrado pero la
experiencia fue buena y deseo hacérmelo arreglar, cambiarlo definitivamente tiene que ser
algo diferente, mejor. Decidí llevarle la idea y hacerle creer que todo estaba bien, como las
veces anteriores. Pero yo ya tenía tomada una decisión solo que me faltaba impulso, algo
de donde tomar fuerzas para hacerlo, para decirlo y mantenerme firme en eso.
En enero de 2016 volví a mi casa, la de mi familia, eso con la idea de terminar la carrera.
Al llegar me bajé del taxi y por primera vez en muchos años recibí un abrazo de mi mamá
inolvidable, me dio mucho gusto verla después de un año y de tantas discusiones. Mientras
hacía mis vueltas para retornar a la universidad llevaba una relación aparentemente, a
distancia con el papá de mi hija, él se había quedado en Pitalito solucionando sus problemas
legales por la irresponsabilidad con la otra hija que tiene, hecho por el cual también tuvimos
discusiones y por lo cual también sufrí mucho al ver ese comportamiento incompasivo hacia
esa niña que ninguna culpa tenia, al ver como se expresaba tan mal de esa muchacha, al
tratar de persuadirlo para que se interesara por hija y le cumpliera si fuera solamente
económicamente, pero solo recibía indiferencia o palabras cortantes llenas de rabia.
Alguien fue mi impulso, sí, ahí justo en ese momento apareció el pasado, nuevamente nos
veíamos después de tantos años, de no saber nada el uno del otro por largo tiempo. Me
causo un fuerte impacto verlo, hablamos por pocos minutos, le di mi número telefónico y
desde ahí seguimos en contacto vía whatsapp, salimos en una ocasión, hablamos de los
motivos que lo habían hecho volver a estas tierras, de los desengaños y engaños. Aún
existía algo, aun habían sentimientos, fue ahí donde le fui infiel por primera vez al papá de
mi hija, lo tome como una especie de desquite, no lo llamaría venganza porque cuando uno
desea vengarse lo hace con la intención de herir al otro, pero en este caso no es así, él aun
no lo sabe, y supongo que nunca lo sabrá.
El génesis de una serie de hechos de dolor, confusión y metamorfosis empezaron. Cuando
me llamó le dije que ya no quería seguir más con la relación, que estaba cansada, esa vez
me dijo que no lo dejara, pero no accedí a esas palabras, sentía que estaba fingiendo,
aunque sé que tal vez si le dolió, pero no me importó, yo había sufrido más. Seguí hablando
con, bueno llamémoslo por su nombre, Gustavo, mi primer novio; en ese momento ninguno
tenía ni la más mínima intensión de entablar una relación seria, nada por el estilo, ya que
él también acababa de terminar su relación con la mamá de su hijo por casi razones
similares (a nadie le gusta que le den agua de su propio chocolate, que le paguen con la
misma moneda, él no era o no lo fue con ella el hombre fiel y entregado), así que nos
dedicábamos a hablar de los planes, de los hijos, del pasado, los recuerdos.
Pero mi hija me lo recordaba a él, empecé a extrañarlo, a querer estar con él, a recordar
los contados momentos en que fuimos felices. En ocasiones me hablaba de forma cariñosa
y yo sentía que podía existir una posibilidad de volver a intentarlo. Pero eso duró poco, él
cambio su actitud y eso me volvió como loca, obsesiva, le escribía, lo llamaba, insistía, me
desesperaba. En mayo de ese año nos volvimos a ver. Yo viaje a Pitalito, íbamos rumbo a
almorzar, él estaba hablando por celular y se me hizo extraña la conversación y le pregunté
que con quién hablaba, me contestó con mi novia, fue como dice la canción “como un frio
puñal que viene y atraviesa este corazón…” me devolví para la casa hecha un mar de
lágrimas, con mi hija en brazos que también se puso a llorar. En la casa le reclamé el por
qué me había hecho venir solo para eso, para hacerme sufrir, se disculpó y me dijo que
estaba hablando con la hermana. En la noche la hermana de él nos invitó a misa a un
monasterio en otro pueblo y yo acepté rotundamente, necesitaba ayuda, necesitaba
llenarme de paz, de sacar todo ese dolor que me agobiaba.
Esa noche lloré hasta quedarme dormida. Salimos en la mañana, en la eucaristía no pude
parar de llorar, le pedía a Dios con todas mis fuerzas que me sacara todo ese dolor que
llevaba dentro, que si su voluntad era alejarnos que me hiciera olvidarlo, pero que si era lo
contrario que pudiéramos solucionar las cosas. Después de eso hablamos los dos con un
sacerdote y él dijo- yo ya no siento por ella lo mismo que al principio- no me sorprendió pero
me dolió. Luego hablé con un sacerdote y me dijo cosas que me animaron. Él se fue al día
siguiente y yo regresé a mi casa, todo marchaba aparentemente bien en mi interior, mi
estado de ánimo, duraba hasta las 6 am a esa hora me despertaba y empezaba a sentir
una presión en el pecho, una desesperación incomprensible, intentaba volver a dormir pero
me era imposible, lloraba en silencio, me sentía culpable y lo extrañaba pero a la vez me
daba ánimos yo misma para seguir adelante.
Llegué a un punto que dije no puedo más, me alisté y fui a la iglesia, busqué al sacerdote y
le pedí que me confesará, le comenté mi situación ente lagrimas ( mi aspecto era
deplorable, causaba lastima, siempre he sido delgada pero en esa ocasión me pasé de la
raya, y eso que comía, con dificultad porque el apetito se me fue, pero sin embargo lo
hacía), me dijo que tenía que ser fuerte por mi hija, y que no me echara a la pena por alguien
que a lo mejor estaba feliz y yo ahí sufriendo, me aconsejo que asistiera a la novena de
María Auxiliadora, por esos días eran las fiestas patronales, y se la ofreciera para salir de
ese estado de depresión. Y así lo hice pero sentía que necesitaba también otro tipo de
ayuda, profesional, empecé a buscar psicólogos por internet, hasta que en Facebook
encontré una página de un psicólogo especializado en el tema Ramos Torres Psicólogo,
fue de gran ayuda, apoya mucho a las mujeres es la superación de etapas de duelo, a
amarse a sí mismas y a no aceptar migajas.

Desde ahí tome fuerzas y sí, mejoré emocionalmente, me preocupaba mi hija, aun
extrañaba a su papá, tenía momentos de tristeza y en ocasiones trataba de manipularme
con eso. La irresponsabilidad económica de él también de generaba angustias, pues no
tenía empleo, las necesidades eran las mismas cada día, a veces más.
Me dedique a ella y me olvidé de mí, me sentía prisionera, no salía, no compartía con
nadie, excepto con Gustavo que de vez en cuando pasaba a visitarme, pero en momento
me hacía sentir presionada porque me confesó que quería que estableciéramos una
relación seria, que quería mi hija, que me fuera a vivir con él. Yo no pude hacerlo, me
pareció apresurado –como voy a salir de las brasas a la candela, aunque no hay punto de
comparación entre esos dos- no me sentía preparada para formar nuevamente un hogar,
sentía el corazón roto, herido lastimado, estaba tan decepcionada que no tenía nada bueno
que ofrecer. Además el tenia asuntos pendientes y nos hubiese tocado mantener esa
relación casi que en secreto, la mamá del hijo me adora jajjajajaja, siempre fui, y creo que
aún me considera una piedra en el zapato.
Pero igual seguía nuestra amistad, hasta que noté ciertos cabios en él, pero no le dije nada,
porque no soy de hacer reclamos y pues igual no me interesaba no éramos más que
amigos, así que lo pasé por alto. En una ocasión que me vino a visitar le di chocolate con
pan, cuando le recibí el pocillo vacío lo voltee y lo deje así hasta que él se marchó, luego lo
alce y miré lo que había en el interior, el concho del chocolate me mostró algo interesante
(no sé si es un don o qué, pero en ocasiones le atino jajjaaj), vi una familia, un hombre, una
mujer y un niño, adicionalmente había una mujer embarazada. En el momento no entendí
nada.
Pasó el tiempo y el no volvió, ni respondía mis mensajes, no me llamaba, recibí llamarlo y
me contestó una mujer, le pregunté
–con quién hablo-
Me contestó – con Johana-
Le dije –cuál Johana
-Johana Giraldo
Mmmmm ahí comprendí. Lo llame pero no me contestaba, hasta que una noche ella
contestó y le pedí que me pasara al profesor Gustavo.
-¿volvió con la mamá de su hijo??
-sí
-¿no me lo pensaba contar??
-sí, yo la iba a invitar a salir y contarle para que me aconsejara
-aconsejarle qué, si usted ya tomó la decisión. Es verdad que usted y yo no teníamos nada
serio pero me hubiera gustado que me lo dijera y no enterarme de esta forma. Solo espero
que las cosas no terminen esta vez peor de lo que ya habían terminado, espero que le
funcione.
Eso se le armó tremendo problemón con esa muchacha, ella me llamó con la intensión de
insultarme pero yo no tenía ganas de hablar con nadie, estaba desconcertada,
desilusionada, harta de las mentiras.
No le presté atención y le colgué, en eso una amiga me llamó y le comenté y ella me dijo
que le diera el número de teléfono de él. La llamó y eso le dijo una cantidad de cosas a esa
mujer que luego que me volvió a llamar ya me habló de manera civilizada, me hizo
preguntas, las cuales se las contesté con total honestidad. Pero se me subió la adrenalina
cuando ella me dijo que según él yo lo buscaba, le escribía, jjajajajajaj me reí con una risa
desencajada, llena de rabia y sarcasmo -¿¿buscarlo yo??? Por favor, yo no busco a nadie
por mucho que me guste, que tal, y escribirle menos, deje de hacerlo desde que el papá de
mi hija me dijo que yo si era cansona, que no jodiera tanto…. Eso fue como si se me activara
un chip en mi interior y me despertará la dignidad y el orgullo- le dije a ella que yo jamás
lo buscaba, que era él quien venía a mi casa, le envié un pantallazo de mi registro de
llamadas donde la última llamada que me hizo fue días antes a las 5am. Bueno en fin, desde
ahí dejamos de hablarnos y yo decidí cerrar las puertas al amor, a creer en palabras
“bonitas”, decidí vivir el momento y dejar de lado todo aquello que implicara involucrar el
corazón.
Pero aún estaba el papá de mi hija que a veces me hablaba cálidamente, yo lo veía como
un amigo o así me engañaba. En diciembre de 2016 nos vimos, viaje a Pitalito para que él
pasara navidad con la niña. Bueno, digamos que había algo que siempre hicimos bien, algo
en lo que nos entendíamos, en la cama, eso pasó pero ya era solo sexo. Aunque eso me
afecto un poco y otra vez me vi envuelta en lágrimas. Su actitud era bastante sospechosa,
siempre negó tener a alguien, solo me decía que esperáramos a que el tiempo pasara, que
el tiempo decidiera.
Yo sabía que todo era una gran farsa, una mentira. Cuando estábamos con la familia de él
se portaba indiferente conmigo, pero a solas era como si siempre hubiésemos estado
juntos. En la misa de Navidad se atrevió a preguntarme que cuanto tiempo habíamos
estado, le contesté como cinco años, me dijo no, es más, tenga en cuenta también el tiempo
que no estuvimos juntos. Jajajjaaj, es una persona tan cínica, tan descarada; con rosario
colgado del cuello, rezando de rodillas con la niña en medio de los dos como si fuéramos
la familia feliz, jajajajaj que ridículo todo eso.
En septiembre me enteré de que había sostenido una relación amorosa por más de un año
con una Ecuatoriana, para las dos fue tremendamente impactante y doloroso contarnos
todas las verdades. Enterarme que más me demoré en dar la espalda que él ya estaba con
alguien más, no me sorprendió pero me indigno, fue semanas después de que le dijera que
terminaba la relación, como pudo hacerlo, en el mismo lugar donde habíamos vivido, eso
fue antes de conocer a esta mujer con quien duró todo ese tiempo, es decir tuvo una novia
y luego la conoció a ella.
Ese fue el acto definitivo, me contó su historia con él, le conté la mía, lo desmentí en
muchos de sus invenciones y ahí me di cuenta del ser tan despreciable con quien había
vivido, por quien sacrifique prácticamente mi único norte, la única luz que había encontrado
para darle sentido a mi vida, y no hablo como madre, eso es otra cosa, me refiero a mí,
como persona, como mujer. Deje lo que me llenaba mi cara de sonrisas y deseos, mi
carrera, lo que un día dije por él lo quebranté, no dejaría mis estudios por nadie, pues lo
hice y fue mi peor error.
Él logró sacar lo peor de mí, nunca me había visto tan enojada, nunca había tenido que
afrontar situaciones tan difíciles, tan agobiantes, me enfermaba cada cosa que me hacía,
todos sus irrespetos, su descaro, cinismo y ese papel estúpido de victima que siempre ha
querido aparentar.
Por mucho tiempo y creo que hasta ahora no me perdono todo lo que deje tirado por él,
dejar de salir con mis compañeras, dejar mi carrera, discutir con mi familia para defenderlo,
ohhhh siiii mi anillo, lo único que tenia de valor, me lo regaló mi mamá de grado de bachiller,
por ayudarle a él lo empeñé y jamás lo recuperé. Volví a mi casa sin nada, con escasa ropa
que traje, todo lo que tenía y había conseguido, aunque poco se perdió, a él no le importo
dejar todo botado.
Nuevamente estoy aquí perdonándome cada día esa falta conmigo misma, tratando de
encontrar las fuerzas, la valentía, el coraje y los ánimos para luchar, aunque siento que ya
no es por mí, es por ella…. Me derrumbo muchas veces pero ya no por lo mismo, siento
que me perdí o que nunca me he encontrado y necesito eso, un propósito más que el de
ser madre. Ya ha pasado tiempo y las heridas ya sanaron, puedo decir que quiero ser feliz,
que también como las princesas deseo encontrar mi príncipe azul, deseo una familia, un
hogar. Quiero dar todo este amor que ha sobrevivido a enormes tempestades, quiero un
amor real, un amor de verdad.
En cuanto a él, no me interesa, no u odio porque gracias a Dios no tengo esa capacidad a
pesar de que existan mil y una razón para hacerlo, tampoco lo quiero, me da igual lo que le
pase, se puede ir vivir a la china o a la mismísima luna – ojalá así lo hiciera jjjajajajaj, es
un peligro para la sociedad- ya no me importa. Lo dejo en manos de Dios, que Él disponga
de su vida y su destino según su voluntad.
Aquí sigo yo…. Esta es parte de mi historia, parte de lo que hoy soy, yo…. Leidy un poco
dura, que prefiere la verdad por más cruda y dolorosa que sea, la que no pretende agradar
a los demás solo por ser aceptada, la que dice lo que siente y piensa con la única intención
de no ahogarse con todo eso que fluye de su ser, sí así soy yo, un poco cobarde pero que
a pesar de todo no pierde la esperanza, la confianza en que todo mejorará. No sé qué sea
de mí en unos años, prefiero no pensar en eso ni hacerme expectativas de nada y con
nadie, es mejor sorprenderse que decepcionarse.

A esta historia le falta un pedazo así que trataré de resumirla, se trata de que pasó después
con Gustavo, del incidente embarazoso con la mujer, pues sí, lo considero ante todo un
amigo. Un tiempo después nos volvimos a ver, salimos y conversamos, al verlo a los ojos
vi en su mirada que no era feliz, me lo dijo. Sostuvimos una relación por un tiempo,
increíblemente acepté ser la amante, más por tener a alguien con quien compartir de vez
en cuando que por creer en el amor, o en las palabras que él me decía, aunque siempre
me dijo que no perdía la esperanza de que algún día pudiéramos estar juntos, sin embargo
seguía con ella sin a mi forma de ver ninguna intensión de dejarla; yo lo entendía, el amor
por un hijo es grande, y a él lo admiro por eso, por ser un buen padre, un gran profesional
y un buen amigo. Pero eso no era lo que quería ni quiero para mí, así que simplemente un
día le dije, ya no vamos más, entre usted y yo nada de nada.

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