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TEMA EXTRA: SEDIMENTO URINARIO: TELab, 2019

El estudio del sedimento urinario forma parte del análisis sistemático de una muestra de
orina. En el análisis físico químico de la orina vimos un resumen de ésta y otras
determinaciones. También vimos la formación de la orina, su composición, sus
características y una vuelta de tuerca de la toma de muestras urinarias.

¿Qué es el sedimento urinario?


Se denomina sedimento urinario al conjunto de elementos microscópicos que se forman,
por sedimentación, en el recipiente que contiene la muestra de orina.
Estos elementos microscópicos se encuentran en suspensión. Si sometemos al reposo
absoluto durante varias horas a una muestra de orina, estos elementos sedimentarán debido a
la fuerza de la gravedad. Una vez sedimentados se procede a realizar una preparación para
visualizarlos al microscopio óptico.
La visualización de estos elementos microscópicos recibe el nombre de estudio del
sedimento urinario. Pero para realizar este estudio en el laboratorio no podemos esperar
horas. Debemos recurrir al uso de una centrífuga.

Preparación y estudio del sedimento urinario


La formación del sedimento de la orina se acelera centrifugando una muestra contenida en
un tubo. Esta muestra de orina se introduce en una centrífuga durante 5 minutos a 1500 rpm.
Estos datos podrían variar según el protocolo establecido en el laboratorio.

Sedimento obtenido tras la centrifugación de una muestra de orina

Se decanta la muestra en su práctica totalidad y se resuspende el sedimento haciendo uso de


una pipeta pasteur. De este modo los restos de orina se concentran con el sedimento urinario
y se puede proceder a la realización de una preparación en fresco sobre un portaobjetos. El
destino final de esta preparación será el microscopio óptico.
El estudio del sedimento urinario incluye la visualización e interpretación de una serie de
estructuras microscópicas de diferente composición y origen. Estas estructuras las veremos a
continuación con detalle. La finalidad de este estudio es el diagnóstico y seguimiento de
muchas patologías.

Composición del sedimento urinario


En el sedimento de la orina podemos encontrar las siguientes estructuras:
• Células
• Microorganismos
• Cilindros
• Cristales
• Artefactos

Células en el sedimento urinario
En una preparación podemos observar diversos tipos de células:
• Hematíes
• Leucocitos
• Células de descamación
• Células neoplásicas
• Espermatozoides

Hematíes
La presencia de hematíes en la muestra de orina puede ponerse de manifiesto de manera
macroscópica. Siempre que el número de hematíes sea el suficiente como para colorear la
muestra. Se puede diferenciar la presencia de hematíes y de hemoglobina con la
centrifugación. Si los hematíes se alojan en el fondo junto al sedimento hablaríamos de
hematuria. En cambio, si tras la centrifugación la muestra sigue teniendo coloración rojiza,
se trata de hemoglobinuria.
Durante el examen microscópico del sedimento se realiza un conteo de hematíes por campo
visual. Si la cifra es superior o igual a 5 hematíes por campo se deben determinar las
causas.
Puede ser de origen no patológico, debido a una menstruación. O puede tener origen
patológico extrínseco, por daños cercanos, o intrínseco, en cuyo caso se debería determinar
si el origen es glomerular o no glomerular.

En caso de sospechar patología se debe diferenciar entre hematíes dismórficos, con formas
anulares, vacíos, polidiverticulados o espiculados, y hematíes eumórficos, con formas
normales o con ligeros cambios inespecíficos con forma de estrella o monodiverticulados. Y
en función de unos u otros se puede determinar su origen.
Si la distinción se efectúa con un microscopio de contraste de fase, se realizará un recuento.
Si la cifra de hematíes dismórficos es superior al 60%, la patología será de origen
glomerular. En cambio, si la cifra es inferior al 20% la patología tendrá su origen en las vías
urinarias.
Para diferenciar mejor los hematíes al microscopio óptico, se puede aplicar la tinción de
wright a la preparación o teñirlos con eosina. Para diferenciarlos de las levaduras se puede
recurrir a la tinción de gram.

Leucocitos
El sedimento urinario puede contener leucocitos, mayoritariamente neutrófilos.
Cuando se realiza una preparación y se visualiza al microscopio, se pueden apreciar
leucocitos intactos, células centelleantes, que son leucocitos hinchados debido a orinas
hipotónicas, o piocitos, que son neutrófilos que han realizado una fagocitosis y han perdido
la mayor parte de su granulación.
Para diferenciarlos de los hematíes se puede recurrir al uso de ácido acético al 2%. Unas
simples gotas bastan para lisar los hematíes y para poner de manifiesto los leucocitos,
resaltando sus núcleos.
Las cifras normales son de 1-2 leucocitos por campo en varones y de 2-7 en mujeres. Si la
cifra es superior estaríamos hablando de leucocituria, y en el caso de que sean piocitos
hablaríamos de piuria.
La infección urinaria es la causa más común de leucocituria/piuria. Si en el sedimento se
encuentran cilindros leucocitarios significa que la infección está situada a nivel renal.
Además, si no se acompaña de bacteriuria, el agente causal de la infección puede ser,
probablemente, el bacilo de Koch, más conocido como mycobacterium tuberculosis.
También existen patologías que cursan con leucocituria/piuria sin la intervención de un
agente infeccioso. La glomerulonefritis aguda, la litiasis urinaria o la nefritis lúpica son solo
algunas de las patologías que pueden cursar con la presencia de leucocitos y/o piocitos en el
sedimento urinario.
Células de descamación
En la visualización de un sedimento urinario es común encontrarse con células de
descamación. Estas células pueden clasificarse según su origen y morfología. Su presencia
en pequeñas cantidades se corresponde al proceso normal de renovación celular de todo el
trayecto por el que circula la orina.
Las células del epitelio escamoso o pavimentoso son las células que revisten la vejiga y la
uretra anterior. En el laboratorio reciben nombres como células de las vías bajas o células
del tracto urinario inferior.
Son las células de mayor tamaño, con forma poligonal o aplanada. Su núcleo es redondo,
pequeño y central, con gran citoplasma. Se pueden encontrar plegadas y/o agrupadas. Su
hallazgo en grandes cantidades puede ser debido a una trigonitis. (=inflamación del epitelio vesical
en la zona interna de la vejiga urinaria entre el inicio de la uretra y los meatos ureterales, de origen diverso. En ocasiones se
inicia posterior a una inflamación y/o infección, aunque muchas veces no se logra determinar)

Células del epitelio escamoso o pavimentoso Cúmulo de células del epitelio escamoso o pavimentoso

Las células del epitelio de transición forman parte del epitelio de tres capas que recubre el
tracto urinario. Desde la pelvis renal hasta la zona proximal uretral. En el laboratorio reciben
el nombre de células del tracto intermedio.
Son células de menor tamaño que las del epitelio escamoso. Pueden tener forma ovalada,
redondeada o piriforme. Y si proceden de los uréteres adquieren forma de raqueta de tenis.
Puede tener uno o varios núcleos de pequeño tamaño. Su hallazgo en grandes cantidades
implica la existencia de un proceso irritativo debido, por ejemplo, a un cálculo renal.
Las células del epitelio de los túbulos renales forman parte del epitelio que reviste todo el
sistema tubular renal. En el laboratorio reciben nombres como células del tracto superior o
células renales.
Son las células de menor tamaño, esféricas, con un núcleo grande y redondo. Es raro
encontrarlas en el sedimento. Su hallazgo en grandes cantidades sucede en patologías como
la necrosis tubular aguda o la pielonefritis.

Células neoplásicas
Son células de grandes dimensiones con uno o varios núcleos de gran tamaño. Además, su
citoplasma es pequeño y suelen aparecer agrupadas. Su morfología facilita su distinción
respecto a las células de descamación. El hallazgo en el sedimento puede ser un signo de la
existencia de un proceso tumoral.

Espermatozoides
Pueden encontrarse espermatozoides en orinas de varones posteriores a la eyaculación o con
patologías prostáticas. También pueden encontrarse en orinas de mujeres por contaminación
vaginal post-coito. (después del coito, pis!)
Microorganismos en el sedimento urinario
En el sedimento de la orina se pueden encontrar microorganismos tales como:
• Bacterias
• Hongos
• Protozoos y parásitos

Bacterias
En el sedimento se pueden encontrar cocos y bacilos, e incluso ver sus movimientos. Si hay
presencia de bacterias pero no se visualizan leucocitos, estaríamos ante una contaminación
de la muestra. Ésta puede proceder de la uretra, de la vagina o de las heces.
En cambio, si hay presencia de bacterias y se visualizan leucocitos, estaríamos ante una
posible infección del tracto urinario. Escherichia coli, Staphilococcus, Proteus y
Kleibsella son las bacterias con mayor incidencia, especialmente la primera, en cuanto a
presencia, no a causa.

Hongos
Si E.Coli tiene presencia mayoritaria en las infecciones bacterianas, en las fúngicas la
protagonista es Cándida albicans. Se trata de una levadura, de aspecto incoloro y que puede
confundirse con hematíes.
Para diferenciarla de un eritrocito se puede recurrir a la tinción con eosina, que tiñe los
hematíes pero no las levaduras. O recurrir a la tinción de gram, donde las levaduras tendrían
aspecto de gram positivas.
La presencia de un hongo en orina puede ser debido a una infección fúngica por Cándida
albicans o a una contaminación con una micosis vaginal. Es decir, la infección estaría
realmente en la vagina y no en el tracto urinario.

Protozoos y parásitos
En el sedimento urinario podemos encontrar protozoos, como Entamoeba o Giardia, debido
a contaminación fecal. También podemos visualizar Trichomonas vaginalis, que sí indicaría
una infección urinaria, vaginal o prostática.
Las Trichomonas son fáciles de identificar debido a su movilidad si la orina es reciente.
Tienen forma globular y poseen varios flagelos que le confieren su capacidad de
movimiento.
Dentro de los parásitos, en el sedimento de la orina se pueden encontrar, por contaminación
fecal: larvas de Strongiloides stercolaris y huevos de Enterobius vermicularis y Ascaris
lumbricoides.
También se pueden encontrar parásitos que no proceden de las heces como microfilarias y
los huevos de schistosoma hematobium. La presencia de ambos indica la existencia de
patologías específicas.

Cilindros en el sedimento urinario


En el sedimento urinario podemos apreciar cilindros de diversas clases. Estos cilindros
tienen la forma redondeada característica de los túbulos renales.
Pueden tener contenido acelular o celular. Dentro de los acelulares encontramos cilindros
hialinos, granulosos, cereos o grasos. Y dentro de los celulares encontramos cilindros
hemáticos, leucocitarios, bacterianos y epiteliales.

Cilindros hialinos
Son los cilindros más comunes. Están formados por proteínas de Tamm-Horsfall secretadas
desde el epitelio tubular de las nefronas.
Su apariencia es heterogénea en cuanto a longitud y anchura. Son incoloros, transparentes y
con un índice de refracción muy similar al de la propia orina. Estos datos dificultan su
observación al microscopio, teniendo que recurrir a la escasa birrefringencia que ofrecen
estos cilindros para poder visualizarlos.
Su hallazgo en cantidades considerables puede producirse en patologías glomerulares
permanentes (glomerulonefritis) o pasajeras (estados febriles, esfuerzos intensos, estrés
emocional…). También pueden observarse en el mieloma múltiple, o en otras patologías,
debido a la llegada al glomérulo de la proteína de Bence-Jones.

Cilindros granulosos
También denominados cilindros granulares. Pueden resultar de la ruptura de cilindros
celulares. O de la inclusión de agregados de proteínas plasmáticas como la albúmina o
cadenas ligeras de inmunoglobulinas.
Tienen forma similar a la de un cigarrillo y se visualizan mejor que los cilindros hialinos.
Esto es debido a que su índice de refracción es superior al del cilindro hialino.
Entre los cilindros granulosos o granulares, más significativos, se encuentra el cilindro
marrón oscuro. Este cilindro es característico de la necrosis tubular aguda. El hallazgo de
otro tipo de cilindros granulosos puede significar la existencia de otra patología renal.

Cilindros céreos
Entre las teorías de formación de estos cilindros se encuentran, por una parte, su posible
procedencia de otros cilindros granulosos, y por otra, la evolución final de los cilindros fruto
de una insuficiencia renal crónica de larga duración.
Morfológicamente poseen un mayor índice de refracción y mayor rigidez, con bordes
marcados y/o fracturados. También pueden exhibir extremos de aspecto roto. Son anchos y
cortos, pudiendo exhibir una coloración que va desde la transparencia hasta la amarillez.

Cilindros grasos
Son cilindros hialinos con gotitas de grasa libre. Estas gotitas son de diversos tamaños, pero
inferiores al de un hematíe, y proceden de la rotura de células epiteliales ricas en lípidos.
Al microscopio de contraste de fase se muestran muy birrefringentes. Para su visualización
al microscopio óptico, si las gotas están compuestas de triglicéridos, se puede recurrir a la
tinción de Sudán III. Si, por el contrario, las gotas son de colesterol, se pueden visualizar en
forma de cruz de malta bajo un microscopio de luz polarizada.
Se pueden encontrar en el sedimento urinario, en cantidades considerables, en patologías
como el síndrome nefrótico.

Cilindros hemáticos
Son cilindros hialinos que contienen hematíes. El hallazgo de un cilindro eritrocitario, o
hemático, indica una patología renal a nivel glomerular o vascular.
A simple vista tienen un color marrón/castaño amarillento. Para su visualización es
recomendable recurrir a un colorante.

Cilindro hemático teñido con azul de metileno

Cilindros leucocitarios
Son cilindros cuyo contenido está compuesto por leucocitos, generalmente neutrófilos. Si
están acompañados de bacterias es un claro indicio de infección renal (pielonefritis).
En cambio, si no están acompañados de bacterias, indica la existencia de un proceso
inflamatorio, como la nefritis intersticial aguda o el síndrome nefrótico.

Cilindros bacterianos
Son cilindros compuestos por bacterias, ya sean cocos o bacilos. Son raros de ver y siempre
van acompañados de leucocitos que indican la existencia de una pielonefritis.

Cilindros epiteliales
Son cilindros formados por células de descamación de la región tubular. El hallazgo de este
tipo de cilindros implica un daño en la epitelio tubular. Una infección por citomegalovirus, o
por hepatitis, puede causar la muerte de este tipo de células y su exfoliación. También es
común su observación en casos por intoxicación por mercurio o en una necrosis tubular
aguda.

Cristales en el sedimento urinario


Los cristales son estructuras con una morfología reconocible y están constituidos por
compuestos químicos. Poseen un elevado índice de refracción que facilita su visualización al
microscopio.
Su composición se halla generalmente disuelta en la orina, pero pueden ocurrir una serie de
cambios que favorecen su precipitación dentro del tracto urinario. Estos cambios pueden ser
un aumento de la concentración del compuesto químico o cambios en el pH.
En función de la acidez o basicidad/alcalinidad de la orina, se pueden encontrar una serie de
cristales cuya solubilidad se encuentra disminuída debido a este factor.
Los cristales de orinas ácidas son:
• Uratos amorfos
• Ácido úrico
• Ácido hipúrico
• Oxalato cálcico
• Sulfato cálcico
• Leucina
• Tirosina
Los cristales de orinas básicas, o alcalinas, son:
• Fosfatos amorfos
• Fosfato cálcico
• Carbonato cálcico
• Fosfato triple
• Biurato amónico
Los cristales de compuestos anfóteros son:
• Cistina
• Colesterol
• Creatinina

Uratos amorfos
Los uratos amorfos son sales de ácido úrico que forman pequeños precipitados sin
morfología reconocible. Estas sales pueden ser sódicas, potásicas, magnésicas o cálcicas.
Son muy pequeños, de forma granular y de coloración amarillo-anaranjada. Son insolubles
en ácido acético al 10% m/v y son solubles si se calienta la orina a 60ºC.
Debido a que una disminución de la temperatura facilita su precipitación, se recomienda su
estudio en orinas frescas. Por idéntico motivo, su aparición también se puede ver
influenciada por la refrigeración previa de las muestras.

Uratos amorfos

La agregación de uratos puede desencadenar la formación de complejos, siendo éste el paso


previo para la formación de un cálculo. Por este motivo es recomendable un seguimiento de
la actividad litogénica en pacientes con presencia de este tipo de cristales.

Ácido úrico
Los cristales de ácido úrico son de tamaño variable y morfología romboide. Pueden
observarse en acúmulos y tienen una coloración que oscila entre el amarillo y el color cobre.
Son solubles en soluciones básicas/alcalinas e insolubles en alcohol, ácido acético y ácido
clorhídrico.
Su hallazgo en el sedimento implica la posibilidad de litiasis urinaria de este compuesto.
También se halla presente en dietas ricas en carne y en patologías como la gota.

Ácido hipúrico
Los cristales de ácido hipúrico se presentan como prismas alargados que pueden adquirir
forma de agujas. Tienden a estar agrupados y, pese a ser normalmente incoloros, pueden
presentar un color amarillento. Son solubles en agua caliente y en productos alcalinos,
mientras que son insolubles en ácido acético.
Están formados por la conjugación hepática de glicina con ácido benzoico. Las orinas
ácidas, una disminución de la diuresis y las dietas ricas en frutas y vegetales son los tres
factores que favorecen su cristalización.

Cristales de ácido hipúrico


No tienden a agruparse ni a presentar formaciones, ya que se visualizan de forma aislada con
normalidad. Ésto es debido a que en las orinas existe normalmente una pequeña cantidad de
estos cristales.
Pese a su apariencia no tienen significado clínico alguno, debido a que no desarrollan
procesos litogénicos.

Oxalato cálcico
Los cristales de oxalato cálcico pueden ser monohidratados, dihidratados e incluso
trihidratados. El oxalato cálcico monohidratado presenta forma de reloj de arena o de pesas
de gimnasio. El dihidratado es el más común y presenta forma de sobre de carta. En cambio,
el trihidratado es el de aspecto menos común ya que es un claro ejemplo de cristalización
medicamentosa, presentando forma de placas cristalinas muy birrefringentes.

Cristales de oxalato cálcico en preparación teñida con lugol (400X de resolución)


Estos cristales presentan tamaños variables, son incoloros, solubles en HCl diluído e
insolubles en ácido acético.
Existe un aumento de la presencia de estos cristales cuando se ingieren alimentos ricos en
oxalatos o cuando se ingieren altas dosis de Vitamina C. También existe una predisposición
genética debido a que defectos enzimáticos hepáticos hereditarios pueden cursar con
hiperoxaluria, provocando un aumento de la excreción de oxalato por vía renal.
Otras patologías que provocan aumento de la presencia de estos cristales son la oxaluria, la
diabetes mellitus y las hepatopatías.

Sulfato cálcico
Los cristales de sulfato cálcico presentan forma de prismas alargados y son incoloros.
Pueden presentarse de manera individual o agruparse formando haces. Son solubles en ácido
acético y no tienen significado clínico debido a que no desarrollan procesos litogénicos.

Leucina
Los cristales de leucina tienen aspecto de esferas con estrías radiales o concéntricas. Son de
color amarillento y muy birrefringentes. Por tamaño y forma pueden confundirse con
gránulos de almidón, y ante un microscopio de luz polarizada presentan una imagen de cruz
de Malta.
Presentan solubilidad en sustancias alcalinas, alcohol caliente y ácido acético caliente.
Debido a que un aumento de temperatura facilita su disolución, es recomendable realizar su
estudio en orinas frescas.
Su aparición en el sedimento urinario puede significar la existencia de una enfermedad
hepática grave (hepatitis vírica o cirrosis hepática).
No desarrollan procesos litogénicos.

Tirosina
Los cristales de tirosina tienen aspecto de agujas finas amarillentas que, normalmente, se
agrupan en forma de haces. Presentan un color muy oscuro en la zona central de las
agrupaciones, y bajo luz polarizada son muy birrefringentes. Son insolubles en ácido acético
y solubles en hidróxido amónico y ácido clorhídrico.
Su aparición en el sedimento tiene el mismo significado clínico que los cristales de leucina.
Además, tampoco desarrollan procesos litogénicos.

Fosfatos amorfos
Están constituidos por hidroxiapatita o carboxiapatita. Estas sustancias, disueltas, se
excretan normalmente por la orina, permitiendo la eliminación de calcio y fósforo.
En condiciones anormales, con orinas básicas, estas sustancias forman unos precipitados
amorfos que se agrupan de forma similar a los uratos amorfos.
Estos precipitados no son solubles con calor, mientras que sí lo son con ácido acético. Si los
precipitados fuesen de carboxiapatita, al disolverse, producen burbujas de dióxido de
carbono.
Su presencia continua en orina puede significar una tendencia al desarrollo de procesos
litogénicos, con la consecuente creación de cálculos renales.

Fosfato cálcico
Estos cristales están constituidos por brushita. Pueden adoptar forma de placas de
considerable tamaño, delgadas y de bordes irregulares, agrupándose en forma estrellada. Son
incoloros, y al ser característicos de orinas básicas se disuelven en ácido acético.
El fosfato cálcico se encuentra normalmente en la orina, sin cristalizar, por lo que su
precipitación puede ser indicio de hipercalciuria y/o hiperfosfaturia. Además, puede
desarrollar procesos litogénicos con propensión a la formación de cálculos urinarios.

Carbonato cálcico
Los cristales de carbonato cálcico son de pequeño tamaño y de aspecto romboide. Suelen
agruparse en parejas, aunque en ciertas ocasiones pueden formar masas granulares de gran
tamaño.
No tienen significado clínico, aunque algunas fuentes han descrito cálculos renales formados
por este compuesto. Por norma general, los cálculos de oxalato cálcico son mucho más
frecuentes.

Fosfato Triple
Los cristales de fosfato triple, conocidos como estruvita, son compuestos de fosfato
amónico-magnésico. Adquieren forma de prismas rectangulares de varias caras, dando la
imagen característica de tapa de ataud al microscopio.
Son incoloros, transparentes y muy birrefringentes, especialmente en el microscopio de
contraste de fase. Son insolubles con calor y solubles en ácido acético, con desprendimiento
de amoniaco.
Su presencia en el sedimento indica la existencia de infección en el tracto urinario y/o el
desarrollo de un proceso litogénico con formación de cálculos urinarios.

Biurato amónico
Estos cristales pueden ser de urato amónico o de biurato amónico. Tienen forma de gránulos
esféricos, de gran tamaño, con espículas y sin ellas. Poseen color amarillento y con
frecuencia acompañan a los fosfatos amorfos.
Son solubles al calor, al ácido acético y al hidróxido sódico, generando éste el
desprendimiento de amoniaco tras su disolución.

Cistina
Los cristales de cistina tienen forma de placa hexagonal plana. Se pueden hallar de forma
aislada o superpuestos. Son gruesos, incoloros, transparentes y solubles tanto en ácidos
fuertes como en álcalis. Son insolubles en calor, en ácidos débiles como el acético, en
alcohol, eter y acetona.

Cristal de Cistina teñido con Sudan III (400X de resolución).


Su presencia en el sedimento urinario es un claro indicio del desarrollo de un proceso
litogénico. Para su visualización se recomienda el uso de orinas frescas, ya que la presencia
de bacterias puede acarrear su rápida desaparición.

Colesterol
Los cristales de colesterol tienen forma de placas con escotaduras. Son de gran tamaño,
birrefringentes, incoloros al microscopio óptico y de varios colores si utilizamos un
microscopio de luz polarizada. Presentan solubilidad en alcohol caliente, coloroformo y éter.
Su hallazgo en el sedimento urinario es un indicativo patológico de obstrucción linfática a
nivel torácico y/o abdominal. También puede significar la existencia de una patología que
provoque la ruptura de los vasos linfáticos presentes en la pelvis renal.

Creatinina
Los cristales de creatinina tienen forma de prismas biaxiales pseudohexagonales. Son muy
birrefringentes, especialmente si se utiliza un microscopio de contraste de fase.
Se encuentran en el sedimento urinario de forma fisiológica en mujeres embarazadas,
personas de edad avanzada y niños. Tienen significado clínico en patologías que produzcan
destrucción muscular.

Artefactos en el sedimento urinario


Se considera artefacto a todo elemento presente en el sedimento urinario que no forma parte
de la propia orina. Es decir, procede de una contaminación de la muestra o de una mala
recolección de la misma.
Algunos de estos artefactos son:
• Restos fecales
• Gotas de grasa
• Gránulos de almidón
• Pelos
• Polvos de talco

Restos fecales
Suelen observarse en orinas procedentes de niños o de adultos con higiene cuestionable.
También pueden aparecer en pacientes con fístulas que comunican el tracto intestinal con las
vías urinarias.
Al microscopio óptico se observan fibras musculares o restos digeridos de origen vegetal.

Gotas de grasa
Este artefacto es muy común en laboratorios donde los portaobjetos no son desechables. Los
laboratorios de enseñanza sufren este problema en estudios de sedimentos urinarios y en
otras preparaciones. En hospitales, o laboratorios de investigación, los portaobjetos que no
se guardan a modo de archivo, como puede ocurrir con los frotis de médula ósea, acaban
desechados.
En laboratorios de centros educativos los portaobjetos se lavan con una disolución de agua y
lejía al 10% a la que se le añade un desengrasante. Posteriormente se dejan secar en gradillas
ataviadas con papel de filtro. Pese al esfuerzo y la dedicación en la reutilización, los
resultados no siempre son óptimos y la grasa hace su aparición cuando se visualiza la
preparación en el microscopio.

Si la muestra de orina procede de una sonda es posible que también veamos este tipo de
artefacto. Las sondas urinarias se colocan haciendo uso de lubricantes cuyos restos se
pueden apreciar cuando visualizamos la preparación al microscopio.

Gránulos de almidón
Los gránulos de almidón se aprecian al microscopio como artefactos redondeados muy
birrefringentes. Se pueden observar en orinas contaminadas con productos aplicados a la
ropa interior que contengan almidón. Cabe tener en cuenta la posibilidad de que esos
gránulos procedan de productos como los guantes de vinilo.

Pelos
Los pelos, vistos al microscopio, tienen aspecto de cilindros de gran longitud y tamaño
variable. Proceden de muestras contaminadas por vello procedente de la zona púbica del
propio paciente. También pueden contaminarse, si no se manipulan adecuadamente, con
vello corporal del técnico que esté manipulando la muestra.

Polvos de talco
Están formados por silicatos, que pueden venir acompañados en algunos casos con gránulos
de almidón. Su aspecto al microscopio no es muy definido, ya que poseen tamaño y forma
variable. Poseen bordes angulosos, son semitransparentes y tienen cierta birrefringencia.

Carlos Alonso, 2019

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