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Una lectura desde Rancière sobre los modos de conocimiento en el cine de Chaplin
1.
En el texto ofrecemos una lectura sobre la obra de Charles Chaplin como un dispositivo
comunicacional singular que, desde una posición crítica de la cultura occidental
capitalista, plasmó en su arte un modo de filosofar que desde la inquietud y la ironía
sacude el dispositivo del lenguaje articulado y desde el lenguaje “mudo” instala la risa, la
crítica y el pensar. En este sentido, asumimos la posición de Jacques Rancière, según la
cual el arte de Chaplin es una discontinuidad de la idea del arte como representación de
reproducción masiva, a la vez que es una ruptura con el teatro del actor sometido al texto
de un habla preestablecida, sino que instala una presentación plástica de las ideas
(Rancière, 2013).
1
Docentes de Filosofía y Comunicación Social, respectivamente. Trabajo realizado desde el proyecto
CYT “Hermenéutica y Subjetividad: dispositivos pedagógico-filosóficos y estético-políticos de
educación, comunicación y diferencias” como también desde el Proyecto extensionista “Los Derechos
Humanos: una experiencia de formación con la historia del presente” y Proyecto de Voluntariado “Ética y
formación ciudadana”. Facultad de Ciencias Humanas, UNSL. Correos: lilianaj.guzman@gmail.com e
hidalgo.analaura@gmail.com
2.
Para este trabajo cine-filosofante, el arte de Chaplin es otro modo de comunicación que
prescinde del lenguaje articulado y que aporta un reflejo crítico de lo real como cultural
de un capitalismo al que combate con nuevas formas del pensamiento: lo mudo, el blanco
y negro, la pantomima. En rigor, podemos caracterizar entonces la obra de Chaplin como
un ejercicio filosofante, que inspira y promueve el filosofar de otro modo, autrement,
diría Foucault.
Caracteriza ese ejercicio del pensamiento estos modos por los cuales la obra de Chaplin
adviene en espacio de imágenes móviles del pensamiento, según estas singularidades:
3.
La obra de Chaplin es clave en los espacios de Cine y Filosofía que desde hace varios
años ofrecemos en la UNSL, pues ofrece al pensamiento lo que señala Rancière: la
discontinuidad y el trabajo plástico de un arte sin lenguaje sonoro, y en esa plasticidad,
ironiza en el pensamiento la vida en tiempos de capitalismo, la estructura social de
alienación y a veces hasta indigencia, la capacidad por construir mejores realidades y
postular el proyecto del ser, del dasein, a otras especies que existen en los entornos
humanos: los animales.
A partir del trabajo sobre films, cada uno con su correspondiente guía de análisis y lectura
de la situación del autor y su obra en el cine, podemos desplegar con los estudiantes un
intenso y placentero trabajo en el pensamiento, pues los interrogantes que emergen entre
el film y el espectador son del mismo valor e intensidad a los de un texto filosófico
tradicional. En el caso de Chaplin, específicamente, es singular su legado para un
pensamiento de una ética capaz de educar para la igualdad, para la emancipación de los
pueblos y la dignidad del hombre en tiempos difíciles como los que nos toca vivir. La
impronta cómica y trágica, muy similar al legado de Shakespeare, que genera la
experiencia estética que producen los filmes de Chaplin hacen pensar la vida, el arte, la
realidad y la filosofía de otra manera. Y quizás Rancière lo expresa mejor que nosotros
cuando dice: “a través de la pantomima chaplinesca, el cine refleja una imagen muy
distinta de sí mismo: la del arte capaz de expresar el nihilismo secreto que acompaña la
gran fe en las máquinas, y devolver el poder demiúrgico de éstas al juego de sombras
sobre las paredes de la caverna, a riesgo, tal vez, de que esas sombras se revelen mas
exactas y lúcidas que los planes de los ingenieros del futuro” (Rancière, 2013).
Bibliografía
Badiou, A. Pensar el cine 1: imagen, ética y filosofía, Buenos Aires, Manantial, 2004
Rancière, J. Aisthesis. Escenas del régimen estético del arte. Buenos Aires, Manantial,
2013.