Está en la página 1de 149

Desafíos del

Pensamiento Crítico

Memorias del Décimo


Congreso Ecuatoriano
de Sociología y Política

Adrián López Andrade


Darío Terán Pazmiño
Francisco Hidalgo Flor
(Editores)
Desafíos del
Pensamiento Crítico en
Ecuador y América Latina

Colección de Memorias
del Décimo Congreso Ecuatoriano de
Sociología, Ciencias Sociales y Políticas.

Número Extraordinario de Aniversario


de la Revista
“Ciencias Sociales”, 40 años
Universidad Central del Ecuador
Desafíos del Pensamiento Crítico

Autoridades:
Dr. Fernando Sempértegui Ontaneda, PhD. Ing. Pablo Vanegas Peralta, PhD.
Rector de la Universidad Central del Ecuador Rector de la Universidad de Cuenca
MSc. Francisco Hidalgo Eco. Rodrigo Mendieta Muñoz, PhD.
Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas Decano de la Facultad de Ciencias
MSc. Rafael Polo Económicas y Administrativas
Subdecano de la Facultad de Sociología y Política Eco. Lucía Domínguez Vásquez, Mgt.
Dr. Patricio Sánchez Subdecana de la Facultad de Ciencias
Decano de la Facultad de Jurisprudencia Económicas y Administrativas
Eco. Delfa Capelo Ayala, Mgt.
Directora de la Carrera de Sociología
Consejo Editorial:
Napoleón Saltos (Director) Rafael Polo (Codirector) Francisco Hidalgo (Codirector)
Adrián López (Editor) Alicia Castellanos - México Eduardo Subirats - España
Beatriz Miranda - Holanda Benjamín Mayer - México Enrique Ayala - Ecuador
Eduarso Grunner - Argentina José Elías Palti - Argentina Luciano Concheiro - México
Francisco Rohn - Ecuador Roberto Follari - Argentina Jairo Estrada - Colombia
Francois Houtart - Bélgica Jorge Acanda - Cuba

Consejo Asesor y Evaluador:


César Carranza David Chávez Omar Bonilla Francisco Hidalgo
Andrés Osorio Jorge Acanda Napoleón Saltos Alexander Amezquita
Adrián López Mónica Mancero Hernán Ibarra Mayra Sichiche
Andrea Aguirre Juan Palacios Ramiro Acosta Ma. Augusta Espín
Mario Unda Gabriela Rosero Rubén Castro Silvia Vega
Katiuska King Andrés Ortiz John Cajas Rafael Polo
Christian Jiménez Philipp Altmann Edgar Isch Mellisa Ramos
Francois Houtart Arturo Campaña Marcela Alvarado
Equipo Editorial:
Rossi Godoy Estévez • Darío Terán Pazmiño • Estefanía Carrera Apolo • Daniela Barreiro Martínez

Revista Ciencias Sociales fundada en 1976


Datos de contacto: fcsh.revista@uce.edu.ec
Diseño y Diagramación: Vanessa Calderón Martínez
Ilustraciones de portada: Departamento de Comunicación y Cultura UCE
Impresión: Universidad de Cuenca
Registros:
ISBN 978-9942-945-55-6
ISSN 0252-8681, revista indexada en Latindex
Las Memorias del Décimo Congreso Ecuatoriano de Sociología, Ciencias Sociales y Políticas se
publican como Anexo al número 38 de la Revista Ciencias Sociales.
ÍNDICE

Introducción al tomo IV
Delfa Capelo..........................................................................................................................11
Transformaciones Urbanas
Aproximación al Derecho a la Ciudad:
Teorías Sociológicas y los Riesgos del Urbanismo Actual,
Ana Cecilia Salazar Vintimilla y Adrienne Falcon
Universidad de Cuenca..........................................................................................................15

Toma Organizada de la Tierra en la Ciudad de Guayaquil,


Henrry Patricio Allán Alegría - Universidad Central del Ecuador.......................................39

Viejas Tradiciones y Nuevos Turismos en Pasto y Buga (Colombia),


Juan Manuel Caicedo y Cristina Fierro - FLACSO.............................................................65

Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio,


Diana Carolina Murillo Martín - FLACSO..........................................................................81

Transformaciones Rurales
Neodesarrollismo y Problemática Agraria en el Ecuador,
Francisco Hidalgo Flor - Universidad Central del Ecuador.................................................99

Modernización Conservadora en el Campo Ecuatoriano,


Esteban Daza, Alejandra Santillana y Stalin Herrera - IEE...............................................115

Dinámicas de Control de la Agroindustria Palmera en Los Ríos,


Danilo Ricardo Rosero Fuentes - Universidad Central del Ecuador...................................133
TOMO IV
Ejes temáticos:
Transformaciones Urbanas
Transformaciones Rurales
INTRODUCCIÓN AL TOMO IV
Transformaciones Urbanas
Transformaciones Rurales
Eco. Delfa Capelo Ayala, Mgt.
Directora de la Carrera de Sociología
Universidad de Cuenca
Transformaciones Urbanas
Transformaciones Rurales

La publicación del Tomo IV de las memorias del Décimo Congreso Ecuatoriano


de Sociología, Ciencias Sociales y Políticas que se desarrolló en la Universidad Cen-
tral de Ecuador en noviembre del año 2015, recoge las ponencias presentadas bajo
el eje denominado Transformaciones Urbanas y Transformaciones Rurales, permi-
tiendo así que un grupo de investigadores y académicos preocupados por los temas
relacionados con los procesos de crecimiento, cambio y transformación de los hábi-
tats del ser humano, tengan la oportunidad de exponer sus análisis, investigaciones,
estudios y preocupaciones sobre este ámbito del conocimiento.
El estudio de la relación espacio-población tiene múltiples abordajes. Probable-
mente una de las miradas que está teniendo mayor difusión es la que se refiere al
análisis espacial de los fenómenos sociales que, con la ayuda de sistemas de infor-
mación geográfica, permiten identificar patrones y relaciones espaciales. Este en-
foque constituye un apoyo importantísimo al análisis del territorio, pero sin duda,
necesita complementarse con el aporte que pueden hacer las ciencias sociales en la
búsqueda de significados, en la determinación de inter-causalidades y en la interpre-
tación de efectos e impactos muchas veces imprevisibles desde la óptica puramente
tecnológica.
Asistimos como sociedad a un momento de tensiones espaciales debido a
problemas como la concentración de la propiedad, la especulación de la tierra, la
baja productividad rural, la escasa regulación urbana o el desarrollo de asentamientos
irregulares. Los aportes de Henrry Allán en el estudio de la toma de la tierra en
Guayaquil, el análisis de las tensiones que se generan en Pasto y Buga (Colombia)
a propósito del desarrollo turístico elaborado por Juan Caicedo y Cristina Fierro, y
el estudio de la presión sobre el uso del suelo en Íntag a propósito de un proyecto
denominado estratégico desarrollado por Diana Murillo, son aportaciones que
evidencian momentos y espacios de conflicto por un uso específico del suelo.
Presenciamos también una suerte de urbanización de los problemas sociales. La
pobreza, el trabajo, la cultura y hasta el uso del tiempo se analiza cada vez más desde
un punto de vista urbano. Las ciencias sociales en el subcontinente latinoamericano
no han sido la excepción, pues vivimos en la zona de más rápida urbanización en el
mundo, el porcentaje de población urbana pasó del 41% en 1950 al 80% en 2010,
según un informe del BID de 20141. Esta concentración de población y actividad
económica ha obligado a replantearse las condiciones de gobernabilidad en las ciu-
dades, como evidencian los aportes sobre Derecho a la Ciudad de Ana Cecilia Sala-

1
Banco Interamericano de Desarrollo (2014). Informe sobre sostenibilidad de 2014. Disponible en: https://pub-
lications.iadb.org/bitstream/handle/11319/6848/Informe%20sobre%20Sostenibilidad%20del%20BID%202014.
pdf?sequence=4
zar y Adrieenne Falcón, y el artículo sobre las comunas periurbanas en el nororiente
del Distrito Metropolitano de Quito responden a estas inquietudes que la realidad
nos plantea y que han sido desarrollados con fuerza a propósito de los eventos que se
desarrollaron en la ciudad de Quito en Octubre de 2016 a propósito de la Conferen-
cia Mundial Hábitat III en nuestro país.
Los hábitats, tanto urbanos como rurales, son sistemas complejos e interdepen-
dientes, de los cuales depende la calidad de vida de millones de personas, siendo
fundamental entender cómo funcionan e interpelarnos si sus modelos de gestión ga-
rantizan mínimas condiciones de dignidad, justicia y equidad para sus habitantes. Si
en la década de los ochenta y noventa se consolidó la investigación de la realidad
rural, descuidando lo que sucedía en las ciudades, ahora asistimos a su opuesto, a
una primacía del análisis urbano sobre los complejos problemas del ámbito rural. Sin
embargo la academia debe evitar este desbalance y esta inútil dicotomía. Sabemos
que los procesos que involucran espacio y población evaden esta división, muchas
veces artificial. Hay una interrelación profunda entre lo urbano y rural, incluso al
hablar del “periurbano” nos estamos refiriendo a una frontera indefinida, una zona
de transición en el que se intersectan procesos urbanos y rurales.
Sin embargo, el abandono y la desatención del campo y la falta de equilibrio
necesario en las relaciones campo-ciudad son temas de profundo interés académico
en lo social y en lo político. Los aportes sobre la problemática agraria de Francisco
Hidalgo, el estudio de la modernización de los procesos socio-productivos en el
campo ecuatoriano desarrollado por Esteban Daza, Alejandra Santillana y Stalin
Herrera, o el análisis de la agroindustria palmera en Los Ríos realizado por Danilo
Rosero son muestras de que los conflictos en el ámbito rural son campos absoluta-
mente pertinentes para el desarrollo de investigación en ciencias sociales y políticas.
Se invita a leer con atención estos análisis de la relación entre el espacio y la
población en nuestra región desde el aporte que dan las ciencias sociales y políticas
sobre los mismos.

Cuenca, enero de 2017

Delfa Capelo
TRANSFORMACIONES
URBANAS

Adrienne Falcon y Ana Salazar - Universidad de Cuenca


Henrry Allán - Universidad Central del Ecuador
Juan Caicedo y Cristina Fierro - FLACSO
Diana Murillo - FLACSO
Transformaciones Urbanas

APROXIMACIÓN AL DERECHO A LA CIUDAD:


TEORÍAS SOCIOLÓGICAS Y LOS RIESGOS
DEL URBANISMO ACTUAL

Ana Cecilia Salazar Vintimilla

Magíster en Investigación Participativa por la Universidad


Complutense de Madrid - España,

Docente de la Carrera de Sociología e Investigadora del grupo ACORDES -


Dpto. de Espacio y Población. Universidad de Cuenca.

Adrienne Falcon

PhD en Sociología Urbana y Director of Academic Civic Engagement Center for


Community and Civic Engagement Lecturer in Sociology Carleton College.

Recibido: 29-05-2016 Aprobado: 08-11-2016

Resumen

En los años 60, Henri Lefebvre desarrolla el concepto de Derecho a la Ciudad;


concepto que últimamente, ha sido recuperado como un llamado a la participación
social en procesos de transformación urbana. Para Lefebvre, este concepto tiene
varias ideas claves, incluido el derecho no solamente a ocupar el espacio público
sino también el derecho a transformar ese espacio público. El presente trabajo es
parte de una investigación más amplia que se está desarrollando en la Universidad
de Cuenca. Como tal, este artículo constituye un primer esfuerzo para desarrollar
un marco teórico a partir de la sociología urbana, tanto de manera histórica como
desde un enfoque más actual. Con este análisis de las teorías críticas de sociología,
podemos identificar los indicadores para un análisis crítico de una ciudad intermedia
en América Latina, como podría ser el caso de Cuenca e incluir unas observaciones
iniciales utilizando estos indicadores. Otros estudios (especialmente el trabajo de
Janoschka, Sequera, y Salinas, 2013) demuestran que la evolución de la teoría
sociológica urbana no ha sido totalmente integrada al desarrollo de investigaciones
en Latina América. Este análisis busca identificar y compartir elementos que se
pudieran replicar en otros estudios en la región.

15
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

Palabras clave: Sociología urbana, derecho a la ciudad, gentrificación, destrucción


creativa, urbanización planetaria, espacios públicos, estructura espacial, partici-
pación ciudadana.

Abstract

In the 1960s, Henri Lefebvre developed the concept of the Right to the City, a
concept which in recent years has been reclaimed as a call to citizen participation in
processes of urban transformations. For Lefebvre this concept invokes several key
ideas, including the right not only to occupy public space, but also to transform this
space. This project is part of a larger research endeavor that is being developed at the
Universidad of Cuenca. As such, this article is a first effort to develop a theoretical
framework based in urban sociology, both historical and current, in order to identify
the elements or indicators of a critical analysis of the development of a mid-size city
in Latin America. With this analysis of the critical theories of urban sociology, we
identify the research elements/components for our project on Cuenca and include
some initial observations using these elements. Other studies (especially the work of
Janoschka, Sequera, and Salinas, 2013) have shown that the evolution of urban so-
ciological theory has not been integrated into the field of sociology in Latin America.
Through our analysis, we aim to identify and share elements that can be used in other
studies in the region.

Keywords: Urban sociology, right to the city, gentrification, creative destruction,


planetary urbanization, public spaces, spatial structure, citizen participation.

16
Transformaciones Urbanas

Introducción

En América del Sur alrededor del 84% del total de la población vive en ciudades,
lo que la convierte en uno de los continentes más poblados del mundo (Inostroza,
Baur, y Csaplovi, 2013). Ecuador en general, y Cuenca en particular, han vivido
grandes cambios causados por el acelerado crecimiento demográfico y urbano. En el
caso de Cuenca, la población urbana de 52,696 en 1950 ha aumentado a 329,928 en
2010 y aproximadamente a medio millón en 2015 (Cuenca, Ecuador, Wikipedia). No
solo se han dado cambios demográficos, sino cambios también en el uso del espacio,
la estructura social y económica, la cultura y los estilos de vida.
En Cuenca, considerada ciudad “intermedia” con ese crecimiento de la población
(una trayectoria de muchas ciudades en América Latina), el uso del espacio público
y privado también ha ido evolucionando. Por supuesto, los planes para la ciudad han
variado enormemente. Algunos proyectos han mejorado la vida de los ciudadanos –
como la protección de los márgenes de los ríos o de los parques– mientras que otras
intervenciones han sido negativas y han generado procesos de segregación socio-
espacial ocasionada por la especulación inmobiliaria.

Al mismo tiempo que los procesos estructurales han cambiado, han surgido mov-
imientos sociales que reivindican el derecho a la ciudad, tanto en América Latina
como en Cuenca. Para muchos de ellos, la meta es ocupar la ciudad, lo que nos
recuerda la teoría de Henri Lefebvre. Pero si hacemos una lectura más profunda, en-
contramos que para él no era suficiente la ocupación, sino también la transformación
de los espacios. David Harvey aclara esta idea de Lefebvre, diciendo que:
Los seres humanos hemos sido quienes hemos creado la ciudad por lo tanto estamos
destinados a vivir en ella (…) al crear la ciudad el hombre se ha creado a sí mismo. Esto
no puede separarse del tipo de personas que queremos ser, el tipo de relaciones sociales
que pretendemos, las relaciones con la naturaleza que apreciamos, el estilo de vida que
deseamos y los valores estéticos que respetamos(…) El derecho a la ciudad (…) es por lo
tanto el derecho de cambiar y reinventar la ciudad de acuerdo con nuestros deseos (2012,
p. 20).

En Ecuador, en años recientes se ha visto no solo una serie de movimientos socia-


les, pero también actividades organizadas por el gobierno del Presidente Correa que
en su nueva constitución ha intentado promover la participación de la ciudadanía en
espacios y proyectos del gobierno y de la sociedad. A través de este compromiso y
esa prioridad gubernamental, se han desarrollado esfuerzos para formar líderes de
organizaciones sociales y barriales. En Cuenca, a nivel de esfuerzos sociales, no solo
se encuentra los movimientos sociales y los esfuerzos de entrenar a líderes comu-
nitarios, si no también se han constituido varios colectivos ciudadanos que buscan
incidir en las decisiones sobre la gestión local. Además, las universidades están
contribuyendo al análisis de las condiciones actuales de vida en la ciudad y en la

17
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

formación de líderes. Por lo tanto, hay una serie de actores sociales que se pueden
considerar en un análisis del desarrollo urbano de las ciudades del Ecuador.
Los procesos de crecimiento, de transformación urbana, y de participación ciu-
dadana no han sido analizados de una manera inter-disciplinaria en el marco de la
teoría sociológica urbana crítica. El trabajo de Janoschka, Sequera, y Salinas (2013)
nos demuestra que hay una falta de estudios en la región que utilicen las teorías
críticas para analizar las transformaciones urbanas. No es que no hayan existido
investigaciones desarrolladas en Ecuador, pero el proyecto motivo de este artículo,
intenta ampliar la reflexión científica, considerando fuentes internacionales que
pueden proveer herramientas útiles para un análisis contemporáneo.
Para precisar, el presente trabajo lo hacemos en un contexto muy particular, que se
nutre de diversos elementos sociales y políticos como son:

● El desarrollo de las teorías de la sociología que se han extendido a mucho más


campos académicos y técnicos que estudian lo urbano.

● La implementación de la ley de participación ciudadana, que fomenta pro-


cesos de capacitación en liderazgo por parte de organismos oficiales en el Ecuador
y supuestamente crean un ambiente de apoyo a la participación cívica activa.

● El incremento de movimientos urbanos demandando el derecho a la ciudad,


incluyendo múltiples colectivos ciudadanos que trabajan a nivel local pero que se
ligan con otros esfuerzos internacionales.

● El ambiente internacional valorando ciertas formas de desarrollo urbano que se


pueden ver en la Conferencia Hábitat III y los eventos alternativos como el Foro de
Resistencia de la Universidad Central del Ecuador.

Empezaremos por referirnos a algunas reflexiones sobre la evolución que han


tenido las teorías de sociología urbana a partir del concepto de derecho a la ciudad de
Henri Lefebvre, y de otros autores clásicos como Park, así como de sociólogos más
recientes que comparten la crítica a la sociología urbana tradicional por no incluir
en sus análisis el tema del poder y del capitalismo en el proceso del crecimiento ur-
bano. Bien sabemos que estos temas no son nuevos, pero se han desarrollado sobre
todo en los Estados Unidos y en Europa, por lo tanto, resulta interesante revisar su
relevancia en contextos de ciudades latinoamericanas que están en pleno proceso de
crecimiento, como el caso de Cuenca.
Es importante reconocer que este trabajo tiene dos roles complejos en el mun-
do académico. Por una parte, buscamos analizar de manera académica el tema del
Derecho a la Ciudad, y por otra parte esperamos contribuir como personas compro-
metidas para mejorar la calidad de la participación ciudadana en la construcción de
los espacios urbanos, para que estos respondan a las necesidades humanas de todos

18
Transformaciones Urbanas

los sectores sociales que coexisten en la ciudad. El artículo reconoce y llama no solo
a un esfuerzo de análisis sino también a un intento de compartir la voluntad para
garantizar este derecho.1
Existe un renovado proceso sociopolítico cristalizando nuevos vectores de lucha
social urbana. Michael Hardt y Antonio Negri (2009) señalaron recientemente que
las ciudades se han convertido en un punto de movilización sociopolítica, con igual
rol que el que desempeñó la fábrica durante la época industrial. Según estos autores,
la ciudad representa ahora el “espacio de lo común” y, por consiguiente, la base
territorial para la acción colectiva bajo las condiciones del capitalismo globaliza-
dor, los estados neo liberalizadores y el imperio reconstituido; y por eso, la noción
del derecho a la ciudad se transformó en un grito de combate para los movimientos
sociales (Harvey 2012). Esta dinámica también está determinando la calidad de la
convivencia en ciudades como Cuenca. Para juntar estos elementos de lo construido
con lo del social, empezamos con una revisión breve de teorías de sociología ur-
bana.

Algunos conceptos de teoría urbana

La sociología urbana empieza con los aportes de Robert Park y Ernest Burgess,
quienes estudiaron la especialización de la ciudad, a partir de los procesos del cre-
cimiento urbano a nivel de su estructura física y morfológica (1984, 1985). Ellos
elaboraron uno de los más famosos mapas de la ecología socio-espacial de una
ciudad, con el cual muestran como la población urbana vive y ocupa la ciudad pero
también como la ciudad influye en su ubicación como personas. El trabajo de Park
y Burgess reconoce que la ciudad influye en el desarrollo de los seres humanos, no
solo por su ubicación urbana sino también por su manera de ser: “Así indirecta-
mente, y sin tener una idea clara de su trabajo, en hacer la ciudad el hombre se rehízo
a sí mismo” (Park, 1967 On Social Control and Collective Behavior p. 3 citado en
Harvey 2008, p. 1).

1 Queremos agradecer los aportes de los otros miembros del equipo de investigación que han colaborado en la dis-
cusión y diseño del proyecto: Mateo Neira, Ana Elisa Astudillo y Sebastián Vanegas.

19
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

El mapa demuestra como elementos naturales pueden influir en el crecimiento


de la ciudad, pero también como los diferentes sectores sociales se concentran en
diferentes áreas, con diferentes relaciones con el centro y con diferentes formas de
alojamiento. Pero ni Park y Burgess, ni sus seguidores, reconocen de manera ade
cuada la influencia del eje de poder y de la globalización capitalista. En realidad sus
análisis se quedaron en la descripción de la ciudad, sin llegar a analizar las causas y
consecuencias generadas por diferencias de clases sociales. Si bien ellos desarrollan
una descripción muy detallada a través de la etnografía para entender los procesos
físicos del crecimiento urbano, no tomaron en cuenta las relaciones de poder. Su
trabajo fue importante, pero podemos considerarlo como el inicio para comprender
el crecimiento de las ciudades y los efectos en la vida de los seres humanos que las
habitan. El peligro es que este tipo de análisis aún mantiene mucho peso, especial-
mente en el trabajo de geógrafos, planificadores y diseñadores urbanos que suelen
pasar por alto los elementos políticos, sociológicos o culturales.
En contraste de lo descriptivo de la ciudad, a fines de los años 1960, vino la obra
de Lefebvre (1968) donde aparece el concepto de derecho a la ciudad basado en el
análisis del eje de poder y de actuación intencional de seres humanos sobre su mun-
do urbano. Este concepto se lo puede entender sencillamente como que los seres hu-
manos no solamente tienen derecho a ocupar la ciudad, sino también a transformarla
a través de sus acciones y según sus necesidades, algo muy relevante para la época.
Para Lefebvre, habitar sirve como el fundamento del ser del hombre que comienza
con la propia construcción y engloba una dimensión primordialmente poética de la
apertura del ser, pues habitar no es alojarse, no es una función accidental del hombre
sino una de sus manifestaciones esenciales (Lefebvre descrito por Ordovás, 1998).
Harvey aclara esta idea bajo lo que él define como el “derecho a la ciudad”, diciendo
que:

Los seres humanos hemos sido quienes hemos creado la ciudad, por lo tanto estamos
destinados a vivir en ella(…) Al crear la ciudad el hombre se ha creado a sí mismo, esto
no puede separarse del tipo de personas que queremos ser, el tipo de relaciones sociales
que pretendemos, las relaciones con la naturaleza que apreciamos, el estilo de vida que
deseamos y los valores estéticos que respetamos (…) El derecho a la ciudad (…) es por lo
tanto el derecho de cambiar y reinventar la ciudad de acuerdo con nuestros deseos (2012,
p.20).

Además del concepto de creación del ser humano en su espacio urbano, cuando
pensamos en transformación –otro elemento central en la obra de Lefebvre y de
Harvey– pensamos de manera inmediata en los movimientos sociales. También hay
que tomar en cuenta las grandes obras que transforman, de manera muy visible y
determinante la vida en la ciudad, como está actualmente sucediendo en Cuenca
con obras como la implementación del tranvía o la regeneración de la Plaza San
Francisco. Así mismo, aunque a escala más privada, son actos de transformación, la

20
Transformaciones Urbanas

construcción de nuevos edificios o viviendas familiares que se desarrollan sin pensar


en las modificaciones urbanas y sus efectos: eliminación de espacios verdes, ocupa-
ción del suelo que antes se utilizaba en actividades agrícolas y que definen nuevas
formas de vivir en la ciudad. Estas transformaciones se hacen poco a poco, sin que
muchas veces la gente se dé cuenta de que está transformando su mundo urbano.
Más recientemente Harvey (2008), que es muy reconocido en el contexto Latino
Americano, conjuntamente con otros autores, reivindica las ideas de Lefebvre para
explicar los procesos de crecimiento urbano y de luchas en las ciudades desde una
perspectiva sociopolítica. Para Harvey, las ciudades se fueron desarrollando sujetas
al proceso capitalista, es decir en función de la lógica de la acumulación del capital y
como espacios ideales para la inversión de sus excedentes “Desde su concepción, las
ciudades se han levantado a través de la concentración geográfica y física del sobre
valor” (2008, p.1).
Antes de Harvey hubo dos sociólogos más que contribuyeron ideas claves para
entender procesos urbanos desde la perspectiva de acumulación capital, teorías ba-
sadas en conceptos marxistas. Nos referimos aquí al trabajo de Logan y Molotch de
los años 1980 que se difundió en los Estados Unidos, un poco menos en Europa, y
aún menos en América Latina. Estas teorías del “growth machine” o máquina de
crecimiento utilizan los conceptos de valor de intercambio y de uso para analizar
el desarrollo de las ciudades, en sí mismo, pero también en comparación con otros.
(Para un resumen breve de sus ideas, consultan Rodgers, 2009) En la obra de Logan
y Molotch, ellos detallaron un nuevo enfoque para analizar y entender el crecimiento
de las ciudades, que permite identificar este fenómeno como un proceso marcado
por el ritmo del capital en los espacios urbanos (1987, 2015). Ellos proponen que el
crecimiento de la ciudad está basado en la competencia entre ciudades, para lograr
innovar y crecer.
Siguiendo su lógica, en el siglo XIX, esta lucha fue por la localización central,
como el caso de Chicago, cuyo alcalde logró hacer de Chicago el centro de trans-
porte para posicionarla para que beneficie del crecimiento de la nación y de la in-
dustrialización. En la teoría de la máquina de crecimiento, son actores humanos que
posicionan su ciudad en la competencia nacional y los autores les dan el nombre de
“boosters” que promueven el reconocimiento y el éxito de las ciudades. Atrás de los
boosters, hay una serie de grupos de actores que forman alianzas aunque pudieran
parecer de opiniones diversas. Este grupo incluye, por ejemplo, industriales locales
junto con artistas, empresas inmobiliarias, medios de comunicación, diseñadores ur-
banos, y obreros que buscan trabajo, que comparten intereses dentro del proceso
de crecimiento de la ciudad en busca de mejores posibilidades económicas. Con la
modernización del mundo y el desarrollo de la tecnología informática de comuni-
cación, como páginas web, el internet etc., este encuentro de intereses y la compe-
tencia ya no se da de una manera tan obvia. Pero los boosters como individuos y
el sistema todavía mantienen una lógica de competencia que llega a juntar actores

21
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

diversos. Nuestro estudio busca identificar los boosters y las alianzas a través de las
cuales Cuenca, como ciudad, compite con otras, no solo en el Ecuador sino a nivel
internacional.
Un elemento central de los cambios en ciertas zonas urbanas en los últimos años,
se llama “creatividad destructiva” o “gentrificacíon.” Smith (2015) y Brenner, Peck
y Theodore (2011) describen este proceso en donde hay cambios importantes de
escala, de sistemas de financiamiento, y de regulaciones o normas, que terminan
cambiando las estructuras urbanas, no solo las morfológicas sino también las for-
mas de vida y las posibilidades dentro de lo cual las ciudades van cambiando. Más
específicamente, gentrificación es el nombre dado a los procesos a través de lo cual
espacios de vivienda de personas con menos recursos son reemplazados por sectores
de mayor capacidad económica. El proceso fue denominado así en 1964 por la geó-
grafa inglesa Ruth Glass. (Observatorio Metropolitano de Madrid, 2015). Más tarde
fue adoptado y reconocido con el trabajo de Roselyn Deutsche y Cara Ryan (1984)
quienes estudiaron la transformación de Nueva York en los 1980. En los Estados
Unidos, artistas y personas con nuevos estilos de vida y sus acompañantes llega-
ron a los sectores más marginados pero con buena posición espacial en la ciudad
(pensando en el mapa de Park), poniendo en marcha cambios que aumentaron el
valor del suelo. Poco a poco, se va convirtiendo el barrio pobre en un barrio atractivo
y turístico, con galerías, almacenes y restaurantes donde los pobres ya no pueden
vivir debido al elevado costo del suelo. Estos procesos se generan, en múltiples
ocasiones, bajo el llamado a proteger los espacios “creativos” de las ciudades, sin
reparar en que estos contribuyen y profundizan la desigualdad. Por eso también, se
ha denominado “creatividad destructiva” al proceso de gentrificación.
Esta dinámica debe ser más reflexionada en América Latina, donde son evidentes
los proceso de gentrificación, como lo plantea Janoschka et al. (2013). Los autores
proponen que la gentrificación debe ser investigada tomando en cuenta la experien-
cia de las ciudades de cada región, y desarrollada por científicos sociales de la misma
región. Este artículo incluye una referencia a la ciudad de Cuenca, presentada en una
conferencia internacional acerca del impacto de la llegada de jubilados extranjeros,
principalmente de los Estados Unidos. La ponencia señala que los extranjeros han
iniciado2 el proceso de gentrificación en esta ciudad. Para nosotras, esta propuesta
queda más como una pregunta de investigación que como afirmación válida.
No solo es importante analizar las teorías de gentrificación en América Latina,
sino hacerlo con el enfoque crítico con los cuales estas teorías se iniciaron. Estos
procesos fueron muy estudiados en los 1980, pero últimamente se ha dado espacio a

2 Steel y Klaufus (2010) afirman tener evidencia que la gentrificacíon en Cuenca fue iniciada por jubilados de los
Estados Unidos que llegaron a vivir en Cuenca. Aunque esto aparece como elemento clave en el desarrollo de
Cuenca en los últimos años (y hay todo un mundo de apoyo a ese proceso incluido un periódico diario en línea,
www.cuencahighlife.com, para nosotras como investigadores, esta afirmación necesita más investigación.

22
Transformaciones Urbanas

nuevos intereses académicos en esas áreas, lamentablemente con un enfoque mucho


menos crítico. Para Tom Smith, que ha estudiado el fenómeno de gentrificación ya
desde varias décadas, “la expulsión de las perspectivas críticas en la investigación
sobre gentrificación” se da por las siguientes causas: “la desaparición del ‘desplaza-
miento’ como un rasgo definitorio del proceso y como una pregunta de inves-
tigación; y la influencia perversa de las políticas urbanas neoliberales de ‘mezcla
social’ en los vecindarios del centro de la ciudad” (2015, p.107).
Para los que quieren promover los espacios culturales y el derecho a la ciudad, es
muy importante analizar el proceso de gentrificación de una manera crítica. Última-
mente a nivel internacional, inclusive han surgido movimientos sociales que se opo-
nen a la gentrificación, muchos de ellos en nombre de derecho a la ciudad, pero no
rechazan el sistema capitalista que aún se mantiene. Eso se pude ver en la experiencia
recién en la ciudad de Quito con el evento en contra de Habitat III organizado por la
Universidad Central y otras universidades en Quito (para más información, consultar
https://observatoriohabitat3.org/2016/10/06/programa-de-habitat-3-alternativo/).
Estas críticas de Hábitat III y otros esfuerzos recientes más críticas parecen tomar
en cuenta las ideas de Lopes de Souza (2010) quien comenta que muchos están tra-
bajando por el derecho a la ciudad, sin entender lo que Lefebvre propone de manera
muy radical, la transformación de la ciudad. Para especificar esto, Lopes de Souza
propone que muchos de los movimientos: 1) niegan al neoliberalismo pero no el
capitalismo; 2) están contra el proteccionismo pero todavía creen que los mer-
cados capitalistas mundiales se pueden domesticar; 3) creen que se puede
desarrollar una protección más eficiente del medio ambiente, sin ver que los
procesos del capitalismo son en su esencia, anti-ecológicos; y, 4) consideran que
la democracia participativa es posible, es decir piensan que si a las democracias se
añade o se suplementa la participación será suficiente, sin cuestionar la situación
actual de las democracias (2010, p.316). Mientras que se mantengan estas tenden-
cias en los movimientos sociales, el derecho a la ciudad, según Lopes de Souza, no
logrará transformar la realidad política urbana.
Aunque todas esas teorías aportan mucho a la comprensión del desarrollo de las
ciudades, aún hace falta entender correctamente todos los elementos de este proceso
y también sus implicaciones. Para ello acudimos a una teorías más que queremos
poner en discusión para analizar la ciudad de Cuenca para localizarla no solo en el
contexto regional o nacional pero también reconociendo que la ciudad está actuando
como parte de un mundo global en procesos de “urbanización planetaria” (Brenner,
2013).
Brenner, uno de los sociólogos claves para las nuevas teorías críticas de sociología
urbana –su obra co-editada en 2012 recompila muchas de estas ideas– cuestiona el
fenómeno de la urbanización que se está llevando en todas partes de mundo. Estas
estrategias del proceso globalizador del capital tienen que ser analizadas para lograr
el derecho a la ciudad tanto como teoría académica, y también como un objetivo

23
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

de los colectivos ciudadanos y movimientos sociales, a partir de conceptos claves


sobre los efectos de la globalización y la gentrificación. El caso de Cuenca que está
reconocida a nivel internacional como una ciudad intermedia con valores “positivos”
para el desarrollo demuestra no solamente posibilidades positivas para procesos de
derecho a la ciudad, si no también representa una urbe que está presentándose bien
dentro de la competencia global del “growth machine.”

En fin, para entender el fenómeno de la urbanización y derecho a la ciudad no solo


deberemos analizar a los actores en sí, lo que es muy importante desde las propuestas
de Logan y Molotch, sino también localizar las transformaciones en y de las fuerzas
más globales; para ello hay que considerar una serie de elementos claves que pro-
pone Brenner (2013):

- Que en cualquier análisis es importante reconocer que en el concepto de ur-


bano se manifiestan ambos sentidos como una categoría de práctica –de lo vivido
a diario– y también como una categoría de análisis.

- Que la categoría de análisis se puede dividir en dos categorías:

Lo urbano como esencia nominal –las propiedades sociales específicas


y/o las morfologías especiales que, según las consideraciones, son compartidas
por todos los fenómenos, condiciones, o escenarios urbanos– y lo urbano como
esencia constitutiva; los diversos procesos: inversión de capital, regulación es-
tatal, consumo colectivo, lucha social, etc.- a través de los cuales se produce lo
urbano, ya sea como fenómeno, condición o escenario (2013, p. 51).

- Que se tiene que dividir lo urbano constitutivo en dos formas de urbanización:


la una que es concentrada, o sea “la concentración de población, inversión de
capital e infraestructura en grandes conglomerados de espacios de asentamiento”;
y la otra que es extendida, o sea “los procesos de transformación socio espacial y
socio ambiental que facilitan el desarrollo urbano en diversos lugares, territorios
y escalas, y derivan de ese mismo desarrollo” (Ibíd.).

Además de estos esquemas hay procesos que han contribuido al desarrollo de la


práctica y del concepto de la planetarización urbana que incluyen:

- Que la competencia entre ciudades ya no es solo a nivel local o regional sino


global;

- Que el hecho de que la lógica del capital y del valor de uso del terreno se está
extendiendo a los sectores rurales; y

24
Transformaciones Urbanas

- Que los mismos sectores pobres que apoyan la gentrificación, son expulsa-
dos de los centros de las ciudades y van a vivir en la periferia, lo que cambia la
estructura morfológico de espacios que antes no eran urbanos.

- También hay que reconocer que estos sectores a veces luchan contra es-
tas transformaciones pero no tienen suficiente voz para combatir la lógica de los
proyectos del desarrollo urbano capitalista.

Sumando todas esas teorías críticas de sociología urbana, llegamos al punto de


hablar de indicadores de análisis para el proyecto multidisciplinario sobre la ciudad
de Cuenca que incluirá elementos de estructura morfológica, basados en ideas de
Park, tanto como procesos socio-espaciales, y en componentes de la teoría de máqui-
na de crecimiento de Logan y Molotch. A nivel de participación social, el lado huma-
no del desarrollo, no solo incluiremos elementos de análisis de movimientos sociales
pero también de esfuerzos organizados de colectivos y proyectos de liderazgo
para el desarrollo de la ciudadanía. Toda esta información será analizada en el
marco de la planetarización urbana y de la complejidad del concepto de lo urbano
en los flujos mundiales de capital. A continuación desarrollaremos algunos de estos
elementos para mostrar áreas en los cuales vamos a avanzar nuestro proyecto sobre
Cuenca, sin tener datos completos ya que estamos nada más lanzando nuestros es-
fuerzos empíricos.

Elementos de análisis sociológicos

En el caso de Cuenca, como en muchos espacios urbanos, la mayoría de los estu-


dios urbanos han trabajado de manera disociada los fenómenos espaciales y sociales,
siendo muy pocos los que ha abierto la mirada socio-espacial decididamente. Para
intentar juntar estas dos entradas, en nuestra investigación en Cuenca hemos plantea-
do una pregunta amplia que recoge los elementos de las teorías críticas: ¿Cuáles son
los procesos políticos y estructuras espaciales que actúan como factores impulsores
y restrictivos del derecho a la ciudad en Cuenca?
Para nuestro proyecto hemos juntado dos centros de investigación de la Univer-
sidad de Cuenca: Acompañamiento Organizacional al Desarrollo (ACORDES) y
Llactalab –Ciudades Sustentables- para poder juntar bases de datos y hacer pre-
guntas que trasladan dos formas de análisis. La misión de ACORDES es de actuar
“como facilitador de los esfuerzos y capacidad de los actores locales, regionales
y nacionales para lograr un desarrollo sustentable, equitativo, solidario y partici-
pativo, mediante la facilitación de procesos socio-organizacionales, socio-políticos,
socio-económicos y socio-ambientales vinculados al desarrollo social del Austro
del país y la región andina” (http://www.ucuenca.edu.ec/la-investigacion/unidades-
de-investigacion/acordes). En contraste al enfoque social de ACORDES, Llactalab
“busca contribuir a la reflexión y al debate sobre un importante reto de investigación

25
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

científica: el análisis multiescalar de la interrelación entre el espacio construido y


la población a través de ejes transversales interdisciplinarios que posibiliten la in-
vestigación de patrones y propiedades emergentes en las ciudades” (http://llactalab.
ucuenca.edu.ec).
Vamos a utilizar bases de datos que se han creado como parte del trabajo de los
dos centros, artículos y textos publicados por los centros (la revista de ACORDES
y la serie Ciudades Sustentables publicado por Llactalab). Al mismo tiempo vamos
a consultar textos históricos como el II Libro de Oro celebrando los 450 años de la
ciudad editado por Libri Mundi y tomar en cuenta documentos del gobierno, como el
plan municipal de ordenamiento territorial (http://www.cuenca.gob.ec/?q=page_pla-
nordenamiento), y por fin documentos creados por el colectivo Cuenca Ciudad Para
Vivir (que se dedica a promover la participación de ciudadanos de una manera am-
plia en el desarrollo de su ciudad, http://www.cccv.ec).

Breve historia de Cuenca

Cuenca como ciudad ha tenido habitantes ya por más de 3.000 años (Idrovo
Urigüen, 2007). La ciudad colonial se desarrolló inicialmente bajo la influencia del
urbanismo europeo especialmente de España y Francia, ambos estilos evidentes en
el diseño y la arquitectura urbana de la ciudad. Por lo tanto podemos decir que desde
el comienzo existió la influencia de cierta forma de globalización. Posteriormente
Cuenca se posiciona frente a mercados internacionales y compite dentro del país,
como el centro de materias primas buscadas en Europa, como la cascarilla a inicios
del siglo XX.
Cuando uno lee descripciones de esta época se ve como de cierta manera que la
municipalidad está aún haciendo el trabajo de “booster” con su presentación históri-
ca de la evolución de la ciudad:

Bien situada entre Quito y Perú, y entre la Costa y la Región Amazónica, la nueva
ciudad facilitaba organizar expediciones hacia el territorio amazónico y la Región
Oriental, así como también vigilar a la población, promover el desarrollo de la región
y controlar el espacio entre Riobamba y Loja. (Cardenas Reyes, 2007, p. 79).

En esta cita, se ve el argumento clásico del growth machine, como su ubicación


geográfico ha influenciado su desarrollo. Pero dado la cantidad de otras ciudades
en esa región, por ejemplo Azogues, Cañar, Paute, se puede analizar como las élites
de Cuenca lograron ganar la competencia de localización al comienzo de la colonia.
A través de los siglos, la acumulación de población en los sectores urbanos ha
transformado las ciudades, convirtiéndolas en espacios fundamentales de generación
de las problemáticas propias de las sociedades modernas, donde los conflictos so-
ciales se hacen presentes cotidianamente. Se puede ver el crecimiento rápido de la
Ciudad de Cuenca:

26
Transformaciones Urbanas

Tabla 1: Examinación Urbana-Ciudad de Cuenca


Año Total Urbana Rural
1950 122. 434 52. 696 69. 738
1962 143. 031 74. 765 68. 266
1974 213. 027 104. 470 108. 557
1982 275. 070 152. 406 122. 664
1990 331. 028 194. 981 136. 047
2000 417. 632 331. 028 86. 604
2010 505. 585 329. 928 173. 697
Fuente: Instituto Nacional de Estadisticas y Censos tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Cuenca_(Ecuador)

En esta tabla vemos la urbanización muy rápida en los últimos 50 años que refleja
tendencias de urbanización que se han dado a nivel regional de América Latina. Al
mismo tiempo, dado el nivel elevado de emigración, estos números a lo mejor ni
capturan el crecimiento poblacional que ha sido parte de los cambios en la ciudad.
Por lo tanto necesitamos analizar no solo las razones por las que la población se ha
acumulado en el espacio urbano si no también cómo para explorar la segregación
socio-espacial como indicador del derecho a la ciudad. Con esa amplificación de
la población, también se ha extendido el sector urbano. Se ve que los cambios más
substantivos en la urbanización de la población urbana en la década de los 90 cuando
la gente se trasladó al sector urbano y encontraron la forma de vivir urbana. También
es significativo la primera década del 2000 cuando una alta cantidad de la población
volvió al sector rural, pero trayendo con ellos, se puede suponer, actitudes y expec-
tativas más urbanos, lo que se puede relacionar con la proposición de Brenner en
donde la lógica del capital urbano se está expandiendo en el mundo rural a nivel
global.
En las siguientes secciones, queremos avanzar con unos elementos que construyen
de manera fundamental una ciudad que son: 1) cómo la gente vive en sus espacios;
2) cómo diseñan y utilizan los espacios públicos o colectivos; y 3) cuáles son sus
formas de participación formales e informales.

La segregación socio-espacial

Si recordamos los elementos de la gentrificación, podemos reconocer cambios en


Cuenca que nos dan cuenta de que la ciudad está viviendo un nuevo régimen. Por
ejemplo, existe la multiplicación de ciudadelas cerradas, o barrios aislados protegi-
dos por altos muros, delimitando espacios en función de las clases sociales. Estos
modelos son muy difíciles de detener y sus efectos están segregando socialmente
a la población. Harvey sostiene que esto demuestra que la estructura de la ciudad
es producto de la dinámica capitalista, el problema proviene de la acumulación de

27
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

capital en las ciudades, el mismo que necesita rentabilizarse a través de inversiones


en espacios urbanos como la construcción de condominios y de estructuras de gran
escala, que luego, se transforman en la estructura de clases. Construir en la ciudad
puede ser un negocio muy rentable cuando el tipo de construcción está destinado a
los estratos socioeconómicos altos y que hay crecimiento poblacional de este sector.
En Cuenca se pueden encontrar estos modelos urbanísticos en diversas zonas, en las
que existe un gran portón que se abre únicamente para los dueños de las casas que están
dentro, una especie de micro-ciudades privilegiadas. Otra forma de segregación son los
nuevos edificios que se están construyendo para atraer y hospedar los extranjeros lle-
gando a Cuenca para jubilarse, un fenómeno que se concentra en la parroquia urbana de
Ordoñez Lasso. Y por fin, varios sectores en la zona peri-urbana se están desarrollando
con grandes casas, como es el caso de Chaullabamba, San Joaquín o Tarqui, sectores que
ahora están atrayendo una nueva generación buscando irse de la contaminación de la
ciudad para sectores que tienen una apariencia más rural. Estos tres modelos, de micro-
ciudades, de edificios dedicados a extranjeros, y del desarrollo de nuevos sectores
de clase media-alta en los alrededores de la ciudad son pruebas de cómo se asimilan
modelos urbanísticos ajenos a nuestra tradición.
Por otra parte, los barrios segregados, de menores recursos, por ejemplo Sinin-
cay o Totoracocha, tienen problemas sociales donde su población generalmente no
cuenta con los mismos servicios o por lo menos con la misma calidad de estos. Los
habitantes allí no tienen el mismo acceso a colegios, a dispensarios médicos, al ser-
vicio de recolección de basura o de transporte o vías en buen estado. Por lo tanto los
programas de vinculación con la sociedad de la Universidad de Cuenca ofrecen una
serie de apoyos a los habitantes para intentar disminuir la desigualdad de oportuni-
dades y de apoyo. Aunque estos apoyos pueden parecer una forma de derecho a la
ciudad, mientras que se mantiene esa desigualdad institucional podemos observar
procesos de segregación territorial que multiplica las mismas condiciones habita-
cionales para sectores menos favorecidos, donde las oportunidades para surgir son
muy restringidas. Así en una misma ciudad, la vida diaria de los diferentes grupos
de personas es radicalmente distinta, concluye Harvey (2012). Pero también si se
intenta mejorar de una manera simplista la vida y lo urbano en estos sectores menos
privilegiados, se da el riesgo de gentrificación en donde sí se mejora las condiciones
de vida, no pueden quedarse las personas con menos recursos. Todas estas propues-
tas necesitan más datos pra ser comprobados.
Unos datos preliminares indican que en el Índice de Condiciones de Vida (ICV), el
grupo Po (población no carente) representa solo el 15% de las viviendas de la ciudad y el
grupo Pc (población carente) el 85%, y son estos quienes en su mayoría no hacen parte
de los procesos de decisión sobre políticas y proyectos para el incremento de calidad
de vida desde una mirada socio-espacial (Orellana & Osorio, 2014). En este sentido, se
conoce además que solo el 10% de la población ha participado alguna vez en un proceso
de decisión sobre temas urbanos (Salazar, 2014). Se entiende entonces que por una parte

28
Transformaciones Urbanas

los ciudadanos con menores ingresos tienen baja potestad para actuar sobre lo urbano y
por otra parte que a nivel general existe una baja implicación de los habitantes de Cuenca
en los procesos de transformación urbana.
Dentro del contexto de transformaciones globales: la creciente especialización y
segregación del espacio urbano, junto con nuevos modelos de producción y movi-
lidad relacionada, han definido la manera en la que las ciudades cambian de forma
física, social y cultural. Es fundamental, en el momento actual, tomar en cuenta el
contexto social del urbanismo y entender que el diseño urbano tiene el poder de
contribuir a que las sociedades caminen hacia un futuro sostenible (Boone, 2013).

Diseño, Ocupación y Transformación de Espacios Públicos

Aunque Neil Brenner plantea que “el diseño a la ciudad sigue las reglas del capi-
tal, a través de propuestas como los planes de regeneración urbana o de gentrifi-
cación” se puede explorar si en el caso de Cuenca en el régimen de participación
promovido a nivel nacional, hay otras maneras y valores que impulsan la ubicación y
el desarrollo de espacios públicos de una manera que toma más en cuenta el derecho
a la ciudad. Por lo tanto consideramos que el diseño del espacio público puede in-
corporar nuevas perspectivas para reforzar la dimensión pública de la ciudad con-
temporánea, y tiene la capacidad de actuar como elemento impulsor del derecho a la
ciudad. Para lograr ese análisis se tiene que considerar como la población participa
en la definición, diseño y uso de esos espacios comunes.
Volker (2013) asegura que el espacio público es producido por los ciudadanos,
ya que es donde expresan sus actitudes, lo usan para propósitos, demandas y reco-
mendaciones personales, es así que se convierte en un recurso público significativo.
Además, el espacio público es el lugar que ayuda a mitigar muchos de los limitantes
de la actual vida urbana. Uno de los aspectos más importantes del espacio público
es la accesibilidad; varios estudios han utilizado esta accesibilidad como indicador
de equidad. Talen y Anseli (1998) describen la relación entre equidad y accesibili-
dad estableciendo parámetros de variación territorial en la distribución de servicios,
mientras que en Lindsey, Maraj, y Kuan (2001) usan la accesibilidad como una
herramienta para descubrir si la equidad se ha logrado. También ellos argumentan
que hay dos elementos que investigadores tienen que analizar, los usos y las percep-
ciones de la accesibilidad.
Tomando en cuenta la complejidad que implica el planeamiento de la ciudad, de-
bido a la serie de actores sociales, económicos, culturales y escalas de intervención
física, que van de desde el territorio hasta la arquitectura, cada uno con comporta-
mientos específicos, se requiere de herramientas variadas que posibiliten análisis
dinámicos, los cuales pueden proveer pistas y condiciones para el planeamiento y
diseño urbano. Es así que en diálogo con la definición planteada para el derecho a
la ciudad y los aportes de Logan y Molotch, el estudio de la estructura morfológica
del espacio puede aportar también un conjunto de teorías y métodos que permiten la

29
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

interconexión entre el fenómeno espacial y el fenómeno social. Más específicamente


se puede desarrollar en Cuenca mapas de los espacios públicos y/o verdes como
ejemplo de derecho a una ciudad más amplia que su casa, e investigar cuales son
las percepciones de estos espacios. El Colectivo Cuenca Ciudad para Vivir (CCCV)
ya ha empezado este tipo de estudios con sus encuestas con ciudadanos acerca de
las percepciones de la población de Cuenca sobre sus espacios públicos. El CCCV
documentó que 47% de la población considera que hay suficiente espacio público en
su barrio, un aumento de 41% en 2013. Al mismo tiempo aún hay falta de espacios
para recreación que varía de 8-13% dependiendo del barrio, especialmente como
estos espacios son muy utilizados (“el 57% afirma utilizarles más de una vez a la
semana” 2016).
Además de los procesos de habitación o vivienda, el uso de ciertos espacios espe-
cíficos como centros de ciudades o espacios públicos culturalmente relevantes tienen
un rol simbólico no solo para los habitantes sino también en el posicionamiento de
la ciudad en la competencia mundial entre ciudades. Cuenca ha sido reconocida con
diversos premios, desde la declaración de Ciudad Patrimonial, o destino ideal para el
retiro, que la han posicionado turísticamente. Estos reconocimientos son estrategias
de marketing que muchas veces han encarecido la vida para su población. Hoy está
siendo reconocida como ciudad intermedia con una inusitada publicidad, fruto de lo
cual tenemos gran afluencia de extranjeros que han llegado a vivir en ella. Otra manera
de entender este reconocimiento, es analizarlo como parte de la lógica de la competen-
cia internacional y de la urbanización planetaria, en el marco de las teorías de Logan y
Molotch y de Brenner. Estas reflexiones nos llevan a preguntar: ¿Quién está detrás de
los esfuerzos para que Cuenca sea parte de esta competencia internacional? ¿Quiénes
son los boosters de Cuenca y a través de qué factores están compitiendo las ciudades?
Podemos ofrecer algunos ejemplos de la ciudad en donde parece que procesos de
gentrificación están tomando lugar. Aunque el Centro Histórico se ha mantenido como
el centro de la ciudad desde su inicio, ciertos barrios a su alrededor están viviendo
profundos procesos de creatividad destructiva con la llegada de galerías, bares, restau-
rantes. Además las viviendas, a veces de más bajo mantenimiento, se han convertido
en apartsuites. Todavía no se encuentra en el centro histórico marcas globales como
“Starbucks”, “Hard Rock Café” u otras multinacionales, aunque en los últimos años
hay varias firmas extranjeras como McDonald’s, Pizza Hut, Ruta 67, Subway o el
“Chipotle” que son cadenas de comida rápida de los Estados Unidos. Los restaurantes
de “fastfood” se encuentren más bien en los Malles, todos elementos de una cultura
gastronómica ajena a esta ciudad. En general, el propósito turístico no es malo en sí
mismo y se lo debe impulsar, pero sin caer en la destrucción creativa o gentrificación.3

3 Para recordar, estos procesos son impulsados sobre todo por la inversión de los excedentes del capital y en
desmedro de los habitantes de esas zonas, a quienes rara vez se les consulta sobre las cosas que sucederán en su
barrio o que simplemente se los desplaza porque su vida ya no es compatible con su nueva vecindad.

30
Transformaciones Urbanas

Otro ejemplo de transformación urbana que podemos citar en Cuenca es la Plaza


del Otorongo. Esta es una plaza tradicional que se convirtió en una plaza dura.
Ahora está llena de cemento sin ningún elemento natural, donde antes funcionaba
un mercado. Esto hubiera podido ser mejorado para su mismo uso, como un lugar
donde se produce el encuentro y la interacción entre los pobladores de diferentes
parroquias, la llegada de campesinos de los alrededores, un lugar dedicado a la
reproducción de la vida. Ahora se encuentra todo lo contrario: sus usuarios tradi-
cionales fueron desplazados y la plaza quedó vacía. Siguiendo la lógica del diseño
urbano actual, hoy es un espacio “público” que no tiene ni sillas para sentarse a
compartir una conversación y que solo se la usa para eventos de vez en cuando
cuyos vecinos deben tolerar.

Participación Ciudadana, Cultura Política y Derecho a la Ciudad

Frente a las transformaciones urbanas, durante las últimas décadas en las ciu-
dades han surgido nuevos movimientos y organizaciones que intentan ejercer la
participación ciudadana, algunas más formales que otras. En este contexto y en
Cuenca en particular, las ideas de Lefebvre interpretada por David Harvey, han
ganado mucha atención e interés por parte de urbanistas, arquitectos, sociólogos
urbanos y activistas de movimientos urbanos. Nosotros queremos indagar si el
aporte de Lefebvre está recogiendo la esencia política de sus tesis ideológicas
en el caso de Cuenca por parte de las instituciones oficiales, de los colectivos
ciudadanos y de los movimientos sociales.

Para analizar la participación ciudadana, la cultura política, y el Derecho a la Ciu-


dad, partimos de reconocer tres niveles:

1) la cultura de participación ciudadana en las decisiones urbanas en general,

2) la participación ciudadana más orgánica expresada a través de los colectivos


ciudadanos y otros movimientos sociales; y,

3) la participación ciudadana institucionalizada a través de los múltiples pro-


gramas de liderazgo que desarrollan las entidades públicas.

En cada uno de estos niveles, queremos analizar cómo se presentan las ideas de
ocupar y transformar la ciudad; qué es lo que los participantes consideran como sus
derechos, pero también cómo sus responsabilidades; y por fin, cómo construyen su
entendimiento del estatus de derecho a la ciudad en Cuenca.

En la década de los noventa, emergen nuevos actores sociales resultado del debili-
tamiento del movimiento obrero, hasta entonces considerado el único sujeto político

31
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

de la transformación social. Los nuevos actores sociales, expresan demandas de ín-


dole cultural, étnica, de género entre otras; aunque su surgimiento no necesariamente
signifique que se haya superado las contradicciones de clase. Podríamos considerar
este como el momento en el que, diferentes sectores de la sociedad civil asumieron
la identidad de ciudadanos, estableciendo una relación directa con los gobiernos
locales como espacios más cercanos para exigir otra calidad de relaciones entre las
autoridades y la población.
En muchas ciudades del mundo, los movimientos urbanos expresan las pro-
testas de quienes viven en barrios de clases populares y sectores medios; pues
los gobiernos locales, en la mayoría de los casos, priorizan el presupuesto en
obras para el embellecimiento de barrios coloniales, residenciales o comercia-
les. En Cuenca, se ha invertido mucho dinero en el embellecimiento de sectores
que ya cuentan con todos los servicios, como en El Ejido, quedando posterga-
das las soluciones de problemas urgentes de barrios periféricos. La lógica con
que se construyen las ciudades depende de una visión determinada, tal como se
propone una forma de intervención, bien se puede proponer otra; el problema
es que hay privilegios de clase que bloquean esos esfuerzos. Es ahí donde surge
la presencia de los movimientos urbanos que reclaman igualdad en la atención
por parte de los gobiernos locales, pero su lucha se identifica con demandas de
ocupación y dotación de servicios más que con una visión de entender la ciudad
como un bien público que nos pertenece a todos por nuestra dignidad. De ahí
surge la necesidad de entender el derecho a la ciudad, como la posibilidad de un
proceso de transformación, basado en procesos sociales orientados a reconfigu-
rar la vida urbana y cómo estos grupos comunican y entienden sus esfuerzos.
Considerando no un movimiento social si no un proceso de participación más
diario, el estudio de percepciones del CCCV documentó que un gran porcentaje de la
población no participa en decisiones o espacios donde pudiera ser posible contribuir.
En 2015, se vio un aumento de la no participación desde el 49% en 2013 hasta el
56% en 2015 (2016). Esa trayectoria es preocupante para esfuerzos buscando lograr
el derecho a la ciudad especialmente dado el énfasis del gobierno nacional sobre la
participación. Los datos del CCCV demuestran que aún se mantiene una cierta con-
fianza en los procesos gubernamentales, pero sin la participación, uno se pregunta
hasta cuando esto se mantendrá. La información del CCCV son datos preliminares
de encuestas que pudieran ser investigados con más profundidad.
2) En un segundo apartado ubicamos la relativamente reciente emergencia de
colectivos ciudadanos que demandan el involucramiento de la población en la toma
de decisiones sobre la gestión de la ciudad. Como colectivos se sienten no solo con
el derecho de participar, sino también con la responsabilidad de hacerlo y de crear
mecanismos para que más personas puedan participar, ejerciendo sus derechos de
incidir en las decisiones sobre la ciudad. El ejemplo del CCCV ofrece un ejemplo
ideal de una organización dedicada a un compromiso de participación. No solo crean
espacios para que gente pueda participar, sino que también llevan a cabo proyectos de

32
Transformaciones Urbanas

encuestas para documentar las opiniones de la ciudadanía para incidir en decisiones


basados en las opiniones en la ciudad que ellos comparten con los elegidos. Otros
colectivos también promueven los derechos de los ciudadanos en Cuenca incluido la
Fundación Biciñan que trabaja en temas de movilidad alternativa4, y Silueta X que
se focaliza en temas de diversidades de género5, logrando recientemente aprobar una
ordenanza que incluirá este eje en la gestión local.
La lucha por la ciudadanía se presenta como un proyecto para una nueva sociabi-
lidad, nuevas reglas para vivir en la sociedad, pero sobre todo el derecho a participar
en la definición de la sociedad y de su sistema político, el derecho a definir la socie-
dad de la que se quiere ser parte, donde se reconozca los intereses del otro (Salazar
2014). Los colectivos ciudadanos han dado un paso adelante en el concepto de cor-
responsabilidad y toma de decisiones, participando con las ideas, acciones y presión
para exigir transformaciones de fondo que influirán en la vida de la población que
habita Cuenca y no solo en su diseño físico y morfológico.
3) Por otro lado, desde que se aprobó la nueva constitución, incluyendo los elemen-
tos referidos a la conformación del quinto poder o poder ciudadano, y más aún con la
aprobación de la ley orgánica de participación ciudadana, es decir durante los últimos
seis años, vemos como desde las más diversas entidades públicas y privadas –Munici-
palidad, Prefectura, Mies, Secretaria de Pueblos, Consejo de Participación Ciudadana y
Control Social (CPCCS), CAF Development Bank of Latin America, y Organizaciones
No Gubernamentales (ONG)– ha existido un gran despliegue de procesos de formación
en el tema de participación y liderazgo.
Muchos de los programas han reproducido sin cuestionamiento alguno, modelos
tradicionales de dirigencia social. En sus formaciones no han incluido temas como
el concepto de lo público, contraloría social, derecho a la ciudad, etc. Pero otros
sí lo están incluyendo y parece tener un efecto. En un estudio sobre el programa
de liderazgo transformacional hecho por Falcón, de los 10 participantes escogidos
entre un grupo de aproximadamente 35 personas, todos indicaron que sienten el
derecho a la ciudad (aunque algunos no conocían este término exactamente pero
cuando se los explicó en seguida contestaron positivamente y dieron ejemplos de
cómo y por qué sienten este derecho). A través de sus comentarios, se vio un com-
promiso muy fuerte para aumentar una participación más activa de los ciudadanos
en el desarrollo de su ciudad.
Desde la perspectiva de Salazar (2014), cabe anotar además que la ley de par-
ticipación presenta una serie de deficiencias operativas que la han convertido en un

4 Fundacion Biciñan (https://www.facebook.com/BICIÑAN-215219185170281/) El grupo esta descrito en este


artículo que documenta que el grupo busca promover el uso de la bicicleta. Cada fin de semana toman una plaza
en el centro histórico para salir en bicis y compartir sus compromisos con otros en la ciudad (http://www.elmer-
curio.com.ec/288875-bici-warmi-se-toma-el-centro-historico/).
5 Silueta X (https://siluetax.org) una organización creada en 2008 y reconocida legalmente por el gobierno del
Ecuador en 2010 para promover los derechos de personas de todas edades que son gays, lesbianas y en particular
transexuales.

33
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

conjunto de mecanismos oficiales de mero cumplimiento, sin el equilibrio necesario


para involucrar la pluralidad de intereses, sobretodo de los más desfavorecidos. La
participación es cada vez más una concesión y cada vez menos un derecho. Vivimos
una democracia regulada para legitimar las decisiones de las autoridades. La revolu-
ción ciudadana parece padecer justamente de un déficit de ciudadanía.

Conclusiones

Es fundamental entender que el diseño urbano tiene el poder de contribuir a que


las sociedades incorporen nuevas perspectivas que impulsen el derecho a la ciudad.
Estas contribuciones del diseño urbano abren la posibilidad que la ciudad camina
hacia un futuro diferente, evitando el convertirse en nuevos centros comerciales,
turísticos y de entretenimiento de las élites económicas, desarrollando propuestas
urbanas, culturales y sociales que solo ellas pueden pagar. Esta perspectiva, ubica
en el centro del análisis del derecho a la ciudad, los procesos de destrucción creati-
va o gentrificación, con su lógica del capital, haciendo evidentes cada vez más, las
conexiones entre neo liberalización y las transformaciones urbanas. En Cuenca,
como en otras ciudades se está siguiendo los modelos del marketing territorial, con
el que las empresas inmobiliarias hacen millonarios, a través de la construcción de
proyectos de destrucción creativa. Estos proyectos, geográficamente estratégicos,
han ido poco a poco usurpando bienes y espacios a las clases medias y pobres.
Como indica Salazar en una entrevista:
Quienes habitamos en Cuenca, somos testigos de cómo la ciudad ha ido paulatina-
mente transformándose bajo nuevos modelos urbanísticos y habitacionales que han
hecho de esta ciudad, una urbe bonita y acogedora capaz de conseguir un título como
patrimonio mundial – sutil manera de entrar en la máquina del crecimiento. Los cuen-
canos y cuencanas, estamos encantados con ello, sin percibir hacia dónde vamos con
este proceso que nos acerca aceleradamente hacia uno de los ejemplos más evidentes
de destrucción creativa y de gentrificación.

Estamos en un punto de definición trascendental, necesitamos hacer un pacto so-


cial que nos permita acordar qué ciudad queremos: o seguimos creciendo en la lógica
de la mayor parte de urbes latinoamericanas, hacia los modelos donde se destruye
lo esencial para construir lo superfluo o asumimos la decisión de resistirnos a los
modelos dominantes y optamos por un proceso de crecimiento inteligente, armónico
entre las ciudad construida, la naturaleza y los seres humanos que en ella habitamos.
A través de este trabajo, hemos querido presentar la evolución de las teorías de
la sociología urbana crítica, para identificar algunos elementos que nos permitan
analizar la ciudad. Cuenca ha entrado ya en la competencia entre ciudades interna-
cionales. Esto se comprueba aún más, por haber sido escogida como una de las diez
ciudades seleccionadas para los eventos de Pre-Conferencia de Hábitat III, recono-
ciéndola como una ciudad intermedia y dándole una inusitada publicidad como ciu-

34
Transformaciones Urbanas

dad ideal para aplicar estudios prospectivos sobre la gestión urbana inteligente. Esta
competencia puede lograr procesos de derecho a la ciudad tanto como procesos de
gentrificación.
La ciudad de Cuenca enfrenta el riesgo de convertirse en un laboratorio para di-
versos experimentos del marketing territorial con la creación de zonas empresariales,
el impulso a los proceso de gentrificación, el derrumbamiento de sus casas tradicio-
nales para dar paso a los edificios comerciales y residenciales y las nuevas formas de
promoción local que la venden como un producto de la globalización. Cuenca puede
dejarse llevar por la corriente globalizadora donde la identidad local se desnatu-
raliza, la realidad local se banaliza, y el sentido común se relativiza sumándonos al
modelo dominante que nos terminará llevando a ser como la mayoría de ciudades
modernas (Salazar 2013). Es posible que pronto sea una ciudad llena de grandes
edificios que impiden ver las montañas que la rodean, una ciudad donde nadie se
salude, y en donde triunfe la indiferencia y la desconfianza, una ciudad habitada por
urbanitas desconocidos, anónimos, distantes (ídem). Revertir esta lógica implicará
una profunda regulación de la ciudad con medidas destinadas a hacer frente a los
efectos de estas corrientes basadas en una redistribución regresiva del suelo urbano
y el desarrollo de otra lógica urbana de lo que ahora es prevalente.
Necesitamos recurrir a un análisis más detenido de las teorías que nos propone la
sociología urbana crítica, tanto para comprender mejor la situación en Cuenca, como
para ejercer conscientemente el derecho a la ciudad. Esperamos que los resultados
de la investigación nos permitan evaluar la contribución de indicadores e identificar
elementos útiles para aportar en la construcción de una ciudad que reconoce y prac-
tica este derecho en toda su complejidad.

Bibliografía
ACORDES (2015). Sitio web de la organización. Recuperado el 31 de Octubre,
2016: http://www.ucuenca.edu.ec/la-investigacion/unidades-de-investigacion/
acordes
(2001 – 2015). Revistas #1, 2, 3, 4, 5, 6. Cuenca: Universidad de Cuenca.
Alcaldía de Cuenca (2016). Plan de Ordenamiento Territorial. Recuperado el 31 de
Octubre, 2016: http://www.cuenca.gob.ec/?q=page_planordenamiento.
Boone, Christopher (2013). “Social Dynamics and Sustainable Urban Design” en
Resilience in Ecology and Urban Design, Future City, 3: 47-61.
Brenner, Neil (2013). “Tesis Sobre la Urbanización Planetaria,” en Nueva Sociedad,
243: 38-66.
Brenner, Neil, Jamie Peck y Nik Theodore (2011). “Y después de la neo liberal-
ización” Estrategias metodológicas para la investigación de las transformaciones
regulatorias contemporáneas” en Urban, Nueva Serie 01, Revista del Departa-

35
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

mento de Urbanística y Ordenación del Territorio Universidad Politécnica de Ma-


drid: 21-40.
Brenner, Neil, Peter Marcuse, y Margit Meyer (Eds.) (2012). Cities for People, Not
for Profit: Critical Urban Theory and the Right to the City. London: Routledge.
Bustamante, Fernando (2015). La cultura política y ciudadanía en el Ecuador. Re-
cuperado de FLACSO.org el 12 de Julio, 2016: http://www.flacso.org.ec/docs/
antdembustamante.pdf.
Cadenas Reyes, María Cristina (2007). “Fisionomía Histórica de Cuenca Hasta
1950,” en El Libro de Oro de la Municipalidad de Cuenca. Cuenca: Libri Mundi:
78-85.
Colectivo Cuenca Ciudad para Vivir (2016). Sitio web de la organización. Recu-
perado el 31 de Octubre, 2016: http://www.cccv.ec.
----. 2016. “Calidad de Vida en Cuenca 2015: Tercera Encuesta de Percepción Ciu-
dadana”. Recuperado el 31 de Octubre, 2016 en la página web: http://propone.net/
cccv.ec/docs/tercera-encuesta-calidad-vida-cuenca-2015.pdf.
Cuenca, Ecuador. n.d. In Wikipedia. Recuperado el 1 de noviembre de 2016 de
https://es.wikipedia.org/wiki/Cuenca_(Ecuador) que cita datos del INEC, el Insti-
tuto Nacional de Estadística y Censos.
Deutsch, Rosalyn and Cara Ryan (1984). “The Fine Art of Gentrification” en Octo-
ber 3: 91-111.
Hardt, Michael and Antonio Negri (2009). Commonwealth. Boston: Harvard Uni-
versity Press.
Harvey, David (2008). “The Right to the City” en New Left Review, 53. Recuperado
el 2 de October 2015: http://newleftreview.org/II/53/david-harvey-the-right-to-
the-city.
(2012). Ciudades rebelde, del derecho a la ciudad a la revolucion urbana. Madrid:
Akal.
Hermida, Augusta, Christian Calle, y Natasha Cabrera (2015). La Ciudad Empie-
za Aquí: Metodología para la construcción de Barrios Compactos Sustentables
(BACS) en Cuenca. Cuenca: Universidad de Cuenca, Llactalab.
Idrovo Urigüen, Jaime (2007). “Ayllus, Barrios y Parroquias en la Historia Urbana
de Cuenca” en El Libro de Oro de la Municipalidad de Cuenca. Cuenca: Libri
Mundi: 71-77.
Inostroza, Luis, Ralph Baur y Elmar Csaplovi (2013). “Urban sprawl and fragmen-
tation in Latin America: A dynamic quantification and characterization of spatial
patterns” en Journal of Environmental Management, 225: 87-97.
Janoschka, Michael, Jorge Sequera y Luis Salinas (2013). “Gentrification in Spain
and Latin America – a Critical Dialogue” en International Journal of Urban and
Regional Research. Recuperado el 15 de Noviembre, 2015: http://onlinelibrary.
wiley.com/doi/10.1111/1468-2427.12030/abstract.
Lefebvre, Henri (1968). Le Droit à la ville. Paris: Anthropos.

36
Transformaciones Urbanas

Lindsey, Greg, Maltie Maraj, y SonCheong Kuan (2001). Access, Equity, and Urban
Greenways: An Exploratory Investigation en The Professional Geographer: 332-
346.
Llactalab – Ciudades Sustentables (2016). Sitio web de la organización. Recuperado
el 31 de Octubre, 2016: http://llactalab.ucuenca.edu.ec.
Llactalab (2015). Serie Ciudades volumen 1 – 4 (La Ciudad empieza aquí, Ciudad es
decir ciudad, La ciudad es esto, y La Ilusión de la Ciudad). Cuenca: Universidad
de Cuenca.
Logan John and Harvey Molotch (2007). Originalmente 1987. Urban Fortunes: The
Political Economy of Place. Berkeley: University of California Press.
(2015). “La Ciudad Como máquina de crecimiento” in El Mercado Contra la Ciu-
dad: Sobre Globalización, Gentrificación y Políticas Urbana editado por Observa-
torio Metropolitano de Madrid: 157-210.
Lopes de Souza, Marcelo (2010). “Response to Harvey: Which Right to Which
City? In Defense of Political-Strategic Clarity” in Interface: a Journal For and
About Social Movements 2: 315-333.
Municipalidad de Cuenca (2007). II Libro de Oro: Cuenca 450 Años. Editado por
Libri Mundi.
Observatorio Habitat III (2016). “Programa de Habitat III Alternativo”. Recuperado
el 31 de Octubre, 2016: https://observatoriohabitat3.org/2016/10/06/programa-
de-habitat-3-alternativo/.
Observatorio Metropolitano de Madrid (2015). “Introducción” In Observatorio
Metropolitano (eds.) El mercado contra la ciudad: Sobre Globalización, Gentrifi-
cación y Políticas Urbanas. Madrid: Traficantes de Sueno: 17-26.
Ordovás, José González (1998). La cuestión urbana: algunas perspectivas críticas.
Revista de Estudios Politicos: 273-301.
Orellana, Daniel y Pablo Osorio (2014). Segregación socio-espacial urbana en
Cuenca, Ecuador. Analitika, 8.
Park, Robert (1967). On Social Control and Collective Behavior: Selected Papers.
Chicago, University of Chicago Press.
Park, Robert, Ernest Burgess and Roderick McKenzie (1984). The City. Chicago:
University of Chicago Press.
Rodgers, Scott (2009). Urban Geography: Urban Growth Machine in Kitchin, Rob
and Thrift Nigel eds. International Encyclopedia of Human Geography. Oxford,
UK: Elsevier. Downloaded November15, 2015 http://www.elsevier.com/wps/
find/bookdescription.cws_home/722034/description#description.
Sabatini, F. (2003). La segregación social del espacio en las ciudades de América
Latina. Banco Interamericano de Desarrollo, Departamento de Desarrollo Sos-
tenible.
Sabatini, F., & Brain, I. (2008). La segregación, los guetos y la integración social
urbana: mitos y claves. EURE, 34(103).

37
Aproximación al derecho a la ciudad: teorías sociológicas y los riesgos del urbanismo actual

Salazar, A. y otros (2014) El Buen Gobierno desde una perspectiva Iberoamericana:


Un espacial análisis del caso ecuatoriano. U. de Alicante y U. de Cuenca. Cuenca-
Ecuador.
(2013) Sociología de la Ética Social Cuencana, municipalidad de Cuenca. Cuenca-
Ecuador.
Smith, Neil (2015). “Nuevo Globalismo y Nuevo Urbanismo. La Gentrificación
Como Estrategia Urbana Global” en Observatorio Metropolitano (eds.) El Mer-
cado Contra la Ciudad: Sobre Globalización, Gentrificación y Políticas Urbanas.
Madrid: Traficantes de Sueno: 245-273.
Smith, Tom (2015). “La Expulsión de las Perspectivas Críticas en la Investigación
Sobre Gentrificación” en Observatorio Metropolitano (eds.) El Mercado contra la
ciudad: Sobre Globalización, Gentrificación y Políticas Urbanas. Madrid: Trafi-
cantes de Sueño: 107-144.
Steel, Griet y Christien Klaufus (2010). “Displacement by/for development in two
Andean cities.” Paper presented at the 2010 Congress of the Latin American
Studies Association, Toronto,Canada [WWW document]. URL http://lasa.inter-
national.pitt.edu/members/congresspapers/lasa2010/files/1998.pdf(accessed 20
July 2011).
Talen, Emily, y Luc Anselin (1998). “Assessing spatial equity: an evaluation of mea-
sures of accessibility to public playgrounds” en Environment and Planning, 30:
595-613.
Wright, Heather, Rebecca Zarger, y James Mihelcic (2012). “Accessibility and us-
ability: Green space preferences, perceptions, and barriers in a rapidly urbanizing
city in Latin America” en Landscape and Urban Planning: 272-282.

38
Transformaciones Urbanas

TOMA ORGANIZADA DE LA TIERRA


EN LA CIUDAD DE GUAYAQUIL.1
EL CASO DEL FRENTE DE LUCHA POPULAR
EN EL GUASMO NORTE

Henrry Patricio Allán Alegría.


Licenciado en Sociología por la Universidad Central del Ecuador (UCE), Máster en
Ciencia Política por la FLACSO-Sede Ecuador, y candidato a Doctor por la Universi-
dad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Casitas del Guasmo


de caña y manglar
se yerguen risueñas
mirando hacia el mar.2

Recibido: 08-07-2016 Aprobado: 05-10-2016

Resumen

A diferencia de lo que plantea la literatura académica más importante sobre la


toma de tierras por parte de pobladores urbanos pobres de la ciudad de Guayaquil en
los años ‘70, este trabajo sostiene que al menos para el Guasmo Norte dicho proceso
no fue conducido por un “empresariado” de las invasiones. Se trató de un plan
previamente diseñado por moradores urbanos sin vivienda y partidos de izquierda
para que esta población pudiera disponer de un lote de terreno. Este proceso se
denominó “toma organizada de la tierra” y en él jugó un importante papel el Frente
de Lucha Popular (FLP), organización conformada por estudiantes universitarios,
militantes de izquierda y pobladores urbanos sin vivienda.

Palabras clave: Guayaquil, Guasmo Norte, urbanización, invasiones, toma orga-


nizada de la tierra, Frente de Lucha Popular, PCMLE, Movimiento de Izquierda
Revolucionario.

1 Investigación auspiciada por el proyecto Políticas de la Memoria y Descolonización en el Ecuador Bicentenario


(1.809-2.009), coordinado por el Instituto de Estudios Ecuatorianos (IEE) y la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO)- Ecuador.
2 Canción infantil escrita por Fernando Chávez e interpretada por los niños del Taller de Arte Popular Las Palmas,
de El Guasmo Norte. La canción describió las características de las viviendas de la localidad.

39
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

Abstract

In contrast to the most important academic literature on land grabbing by poor


urban settlers in the city of Guayaquil in the 1970s, this paper argues that at least
for the Guasmo Norte, this process was not conducted by “Businessmen” of the
invasions. It was a plan previously designed by urban dwellers without housing and
leftist parties so that this population could have a piece of land. This process was
called “organized land grabbing” and the Popular Struggle Front (PSF), played an
important role. It was an organization made up of university students, leftist militants
and homeless urban settlers.

Keywords: Guayaquil, Guasmo Norte, urbanization, invasions, organized land grab,


Popular Struggle Front, PCMLE, Movimiento de Izquierda Revolucionario.

40
Transformaciones Urbanas

Introducción

La literatura académica más importante – (Peña, 1989), (Estrada, 1973),


(Rodríguez & Villavicencio, 1987) – sobre la toma de tierras por parte de pobladores
urbanos pobres en la ciudad de Guayaquil, a partir de los años ‘60 y ‘70, refiere
que las invasiones funcionaban como una suerte de negocio. Gracias al mismo,
el “empresario” que organizaba el proceso recibía una paga en dinero, lotes de
terreno o incluso votos; mientras que la población que lo acompañaba, “fortalecida
por el aguardiente” (Estrada, 1973, p. 24), accedía a un espacio donde construir su
vivienda.
Sin embargo, esta visión, por lo menos en el caso de El Guasmo Norte, es
equivocada. La indagación inicial realizada en dicho sector de Guayaquil revela
que la toma de la tierra no fue conducida por un “empresariado” de las invasiones;
se trató de un plan previamente diseñado por moradores urbanos sin vivienda y
partidos de izquierda para que esta población pudiera disponer de un lote de terreno.
El papel jugado por la izquierda militante resultó tan significativo porque sus
miembros no solo participaron en el diseño y levantamiento topográfico del lugar,
y en la politización de los ocupantes, sino también en la formación del Frente de
Lucha Popular (FLP), organismo que aglutinaría a los pobladores de El Guasmo
Norte en función de sus demandas.
Mas, a principios de los ‘80 comenzó el declive del FLP, entre otras razones, por
el caudillismo y el clientelismo. Aun así, constituyó una experiencia inédita que
merece ser destacada. De ahí que el presente texto deviene indagación preliminar
acerca del papel de las organizaciones de izquierda y de los propios moradores en
el proceso de toma organizada de la tierra.
Metodológicamente, se trata de un material exploratorio que combina información
bibliográfica respecto al tema con un ejercicio de reconstrucción de la memoria
histórica a través de una serie de entrevistas a antiguos dirigentes y habitantes de la
zona señalada.

Capitalismo y urbanización en la ciudad de Guayaquil


Modernización social y urbanización

Entre las décadas de los ‘60 y ‘70, el Ecuador experimentó cierta modernización
social que se evidencio en el hecho de que el país dejó de ser rural y se convirtió cada
vez más en urbano.
En este contexto, miles de campesinos migraron a ciudades intermedias de la
Costa para posteriormente trasladarse a Guayaquil. Por lo general, los recién llegados
se ubicaron en casas renteras del centro de la ciudad –y allí vivieron en condiciones
deplorables–; ya en un segundo momento, después de varios años, invadieron

41
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

terrenos públicos y privados con el afán de tener un lugar propio donde construir
una vivienda.
A inicios de los ‘70, la creciente concentración de lotes urbanos, así como el
derrocamiento de los conventillos del centro de Guayaquil, provocaron tomas de
tierras, –por parte de pobladores desalojados y sin vivienda– en el Sur de la ciudad.
De acuerdo con Rojas, Villavicencio, Becker, & Chang (1989), las tierras más aptas
para urbanizar –en el Norte– fueron monopolizadas por hacendados, banqueros,
instituciones de beneficencia y el Municipio. La idea del poder local era impulsar un
tipo de crecimiento urbano que privilegiara y protegiera los terrenos del Norte al mismo
tiempo que incentivara la ocupación del Oeste y Suroeste por sectores populares.
De esta manera, la urbanización guayaquileña adquirió características singulares:
formal al Norte de la ciudad, con una clase media y alta en urbanizaciones espaciosas
y buena infraestructura y equipamiento; e informal en el Suroeste, con lotizaciones
clandestinas donde los sectores populares no tenían acceso a ningún tipo de servicios
(Rojas & Villavicencio, 1988) y (Rojas, Villavicencio, Becker, & Chang, 1989).
En los ‘80, con el retorno a la democracia, la demanda de tierra no pudo ser resuelta
y una creciente masa de personas se concentró en zonas marginales de la urbe. Si en
1950 el 12% de la población total vivía en el suburbio, para fines de los ‘70 la cifra se
había incrementado al 50% (Menéndez, 1986).
Dicha situación provocó serias dificultades con la provisión de servicios vitales:
para 1.980 “sólo el 31% del total de las viviendas de la ciudad de Guayaquil tenía
todos los servicios básicos (agua, electricidad y alcantarilla), el 35,4% alguno de los
servicios indicados, y el 33,3 ningún tipo de servicio” (Rojas, Villavicencio, Becker, &
Chang, 1989, p. 13). El 60% de los residentes se abastecía de agua a través de tanqueros
(Menéndez, 1986). La realidad descrita en cifras es un reflejo de la hiperurbanización
guayaquileña.

Los primeros habitantes de El Guasmo Norte

El Guasmo fue una hacienda propiedad de Juan X. Marcos, miembro de la élite


local. El predio resultó expropiado en 1.964, a manos de la Junta Militar, y luego
entregado por lotes a tres instituciones: el Municipio, el Instituto Ecuatoriano de
Seguridad Social (IESS) y el Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV), para que allí
se desarrollaran planes de vivienda (Rojas, Villavicencio, Becker, & Chang, 1989).
A principios de enero de 1.975, cerca de 300 familias provenientes del suburbio
y el centro tugurizado de Guayaquil tomaron la parte norte de la antigua hacienda,
acompañadas por militantes de izquierda. Pronto la noticia de que en El Guasmo
“estaban dando terrenos” se esparció. Cientos de personas se trasladaron a vivir al
lugar a pesar de ser una zona proclive a las inundaciones, no apta para urbanizar,
además de no contar con ningún servicio básico.

42
Transformaciones Urbanas

En 1.978, es decir, tres años después de la primera toma de El Guasmo, habitaban


en el sector aproximadamente 1.600 familias con 8.842 personas (Salomón, 1981).
En el mencionado lapso de tiempo, el número de hogares se multiplicó por cinco.
La mayoría de quienes se instalaron en la zona no eran campesinos; por el contrario,
el 79% tenía experiencia urbana previa3 y se encontraba en el asentamiento por falta
de un lote donde construir su vivienda y no tanto para dedicarse a la especulación
de tierras y la compra-venta de solares (Salomón, 1981), como han señalado
reiteradamente algunos investigadores.
El secundario y El terciario constituyeron los sectores en los que gran parte de
los residentes de El Guasmo Norte se emplearon. Entre sus principales ocupaciones
figuraron la albañilería, guardianía, el servicio doméstico; además se desempeñaron
como operarios de talleres, pequeños y medianos empleados del comercio, conserjes,
mensajeros, ascensoristas, transportistas y artesanos (Salomón, 1981).

El Guasmo: donde el diablo pegó el grito, pero nadie lo escuchó.4

Los primeros años en El Guasmo fueron en extremo difíciles para vivir, pues el
sector no contaba con ningún servicio básico y se encontraba en un lugar de manglar,
o sea, pantanoso. Las viviendas, precarias, se construían sobre una serie de pilotes
para evitar que el agua llegara a su interior; las paredes y el piso eran de caña guadua
y, en menor medida, de madera; los techos, de zinc.
Las mejoras en las casas transcurrieron con lentitud y de manera paulatina debido
a que el mayor esfuerzo de los pobladores giró en torno al relleno de las calles y la
legalización de los terrenos. Una vez cumplidos estos objetivos, las viviendas fueron
sometidas a un permanente proceso de autoconstrucción, para lo cual se utilizaron
todos los ahorros posibles y la mano de obra familiar.
En 1.977, con la apertura y relleno de las calles5, el transporte se hizo más fácil y
las primeras líneas de buses establecieron un recorrido diario. No es difícil imaginar
que en invierno los buses no podían ingresar al sitio, por lo que los moradores debían
caminar un largo trecho, muchas veces empapados y enlodados. La apertura de las

3 Algunas familias llegaron después de los desalojos de dos predios: uno ubicado en la calle Julián Coronel –junto
al Cementerio General–; otro, perteneciente a la Universidad Estatal de Guayaquil –justo en la avenida Juan Tanca
Marengo– (El Universo, 2003).
4 Expresión utilizada por los pobladores de El Guasmo para graficar la difícil situación existente en el asentamiento
durante los primeros años.
5 Al inicio, la apertura de las calles se realizó a “punta de machete y pala”, sin apoyo de maquinaria alguna. Para
su relleno, cada una de las familias debía comprar de manera obligatoria cierta cantidad de volquetas de cascajo,
proceso que fue complementado con permanentes movilizaciones para que las autoridades contribuyeran también
con algo de material (Yulan, 2009).

43
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

calles también permitió el ingreso de tanqueros con agua6, y con ello mejoraron las
condiciones de salubridad.
Los mecanismos empleados para el mejoramiento de la infraestructura en El
Guasmo Norte fueron: el aporte de las familias, consistente en trabajo gratuito –
por lo general, a través de mingas–; y la organización de festivales de comida
criolla, bingos y fiestas que permitían recaudar dinero y así financiar las obras de
construcción, viajes a Quito, asistencia a congresos, propagandas, cartelones…
No en vano, en la memoria colectiva de los moradores persiste la idea de que
todos los servicios se consiguieron con esfuerzo propio, gracias a las continuas
movilizaciones. Incluso, asocian los hitos de su lucha con momentos como la
apertura y posterior pavimentación de las calles, la conexión de energía eléctrica7, el
abastecimiento de agua potable, la disposición del alcantarillado, el reconocimiento
legal de la organización y el acceso a las escrituras de los terrenos.
La toma gradual de la antigua hacienda El Guasmo Norte, proceso que empezó en
1975, culminó a mediados de 1978 con la incorporación de El Guasmo Central y Sur.

El Frente de Lucha Popular y la toma organizada de la tierra

La creación del Frente de Lucha Popular (FLP)

La universidad junto al pueblo

Desde la década del ‘70 comenzó a gestarse en el Ecuador un movimiento estudiantil


ligado fuertemente a los partidos de izquierda. Los universitarios demandaban la
aplicación de la Segunda Reforma Universitaria, en particular, la democratización
de la enseñanza, el cogobierno paritario, el libre ingreso, y sobre todo, la vinculación
con los sectores más excluidos a través de la Universidad Popular (Moreano, 1985).
El discurso de los universitarios enfocó como tarea no solo estudiar, sino también
ser partícipes de los cambios sociales. De ahí que se vieron a sí mismos como aliados
naturales de obreros, campesinos y pobladores urbanos pobres. De esta manera, las
organizaciones universitarias se acercaron a los sectores populares.
A mediados de 1974, alumnos y profesores de la Facultad de Arquitectura de
la Universidad Estatal –varios de ellos militantes del Movimiento de Izquierda

6 El servicio de tanqueros funcionaba solamente en verano, cuando las vías eran transitables; durante el invierno, los
vehículos no podían ingresar y los moradores debían recorrer casi dos kilómetros de distancia para aprovisionarse
(Ortiz O., 2009).
7 A lo largo de los primeros meses en el asentamiento, los moradores utilizaron mecheros o candiles para iluminarse,
hasta que a principios de 1975 “tomaron” la energía eléctrica de la red pública que servía a una empresa instalada
en la zona. Las conexiones las realizaron “unos compañeros que trabajaban en la Empresa Eléctrica. Nosotros
poníamos postes… Y tuvimos luz; ¡pero una luz bajísima!” (Chasi, 2009).

44
Transformaciones Urbanas

Revolucionaria (MIR), el Partido Comunista del Ecuador (PCE), el Partido Socialista


(PSE) y del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE)– se
agruparon en el denominado Frente Cultural de Arquitectura. ¿Su objetivo inicial?...
Hacer frente a grupos estudiantiles de derecha, como los Atalas, que por aquella
época se dedicaban a sembrar el terror en la referida casa de estudios.
Más adelante, como parte de su activismo, el Frente estableció una estrategia de
apoyo a los sectores populares urbanos a través de lo que se llamó “toma organizada
de la tierra”, programa mediante el cual intentaron realizar un trabajo político en
áreas citadinas marginales y, al mismo tiempo, satisfacer una de las principales
demandas de la población: un lote de terreno.

La toma organizada de la tierra

A finales de 1974, los miembros del Frente Cultural identificaron en el Sur


de la ciudad terrenos susceptibles de ser invadidos sin tantos inconvenientes. La
convocatoria para posesionarse de la antigua hacienda El Guasmo se dirigió a los
habitantes de zonas urbanas consolidadas como el suburbio y el centro tugurizado,
quienes carecían de vivienda propia y eran conocidos como “sin tierra”. El
día señalado, 5 de enero de 1975, estudiantes y pobladores tomaron la tierra sin
dificultades.
Inmediatamente, el rector de la Universidad Estatal de Guayaquil otorgó el aval
para que de manera oficial la Facultad de Arquitectura colaborase con los moradores
facilitando el uso de sus equipos para el levantamiento topográfico de la zona. Incluso
varios de los universitarios de la Facultad institucionalizaron el acompañamiento a
los habitantes mediante la creación del Taller No. 5, espacio donde los alumnos
realizaban sus tesis de grado y abordaban diversos problemas del asentamiento.
El encuentro entre residentes, profesores y estudiantes del Frente Cultural dio
paso al surgimiento de un proceso hasta ahora poco conocido en la ciudad de
Guayaquil: la “toma organizada de la tierra” fenómeno que implicaba la creación
de un asentamiento urbano en base a un diseño previamente establecido con la
participación tanto de estudiantes como de pobladores; la entrega de lotes de terreno
sin mediaciones clientelares o de patronazgo; la organización de los moradores
para la consecución de servicios básicos, todo esto como parte de un proceso de
acompañamiento y politización de los pobladores sin tierra.
Así, “en 1975, en El Guasmo Norte se estableció el primer asentamiento organizado
en base a un diseño urbano previo realizado por el Taller de Diseño de la Facultad de
Arquitectura de la Universidad de Guayaquil” (Aguirre, 1980, p. 69).
Con la finalidad de consolidar el asentamiento, a mediados de 1975 el Frente
Cultural de Arquitectura también contribuyó a que los pobladores formaran los
denominados Comités de Base y, posteriormente, las pre-cooperativas, tal como se

45
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

aprecia en la figura No 1. De esta manera surgieron “Las Casitas del Guasmo”, “25
de Enero”, “Río Guayas”, “Los Vergeles” y “Centro Cívico”. En total, las cinco pre-
cooperativas agruparon a 1.557 socios (Salomón, 1981).

Figura 1. Estructura organizativa del Frente de Lucha Popular

Elaborado por: Henrry Allán

El trabajo desarrollado por educandos de la Universidad de Guayaquil abrió


la puerta para que otros universitarios estrecharan lazos de cooperación con los
habitantes de El Guasmo8. En palabras de un antiguo morador:

Antes de los años ‘70, los estudiantes universitarios no salían a los


sectores (barrios); solo estaban dentro de la universidad… ¡Aunque en sus
intervenciones decían que eran del pueblo, universidad del pueblo! Entonces
nosotros nos movilizamos a la universidad para que trabajen con el pueblo
(Reynoso, 2009).

Estos hechos desvirtúan las aseveraciones de Menéndez (1986), a cuyo juicio


existe poca evidencia de la participación de partidos políticos como organizadores
de las invasiones. En contraposición a las consideraciones de la autora, consta que
los miembros del Frente Cultural –compuesto por estudiantes militantes del PCE,
PSE y del PCMLE- acompañaron a los pobladores de El Guasmo en sus luchas hasta
los ‘80.

8 En este proceso también participaron estudiantes de la Facultad de Medicina, quienes implementaron un consultorio
médico gratuito. Además, alumnos de la Facultad de Filosofía, los cuales realizaron talleres de pintura, teatro y
música para los niños; así como campañas de alfabetización para los adultos utilizando la metodología de Paulo
Freire, muy en boga por aquella época.

46
Transformaciones Urbanas

La formación del Frente de Lucha Popular

En enero de 1976, las Fuerzas Armadas, que en aquella fecha dirigían el poder del
Estado, dieron un giro conservador: reemplazaron al general Guillermo Rodríguez
Lara, representante del ala militar nacionalista, por un Triunvirato Militar. De modo
que la promoción de la participación típica del período 1972-1975 fue reemplazada
por la contención de los sectores populares, lo cual incrementó la conflictividad
social.
Los nuevos funcionarios públicos, especialmente el ministro de Gobierno, Bolívar
Jarrín Cahueñas, emprendieron una serie de ataques a las organizaciones populares,
acusándolas de subversión. Se tornó recurrente el uso de un lenguaje antiobrero y
anticomunista del “enemigo interno”, de la “injerencia extranjera”, todo ello dentro
del marco de una creciente ola de agitación social entre sectores fabriles en la ciudad
de Guayaquil.
Bajo tales circunstancias, el 13 de febrero de 1976 la Policía Nacional y Municipal,
junto a miembros del Departamento de Obras Públicas Municipales, intentaron
desalojar violentamente a los invasores de El Guasmo, quemando aproximadamente
260 casas, casi la totalidad del asentamiento.
La resistencia resultó de tal magnitud que las autoridades no lograron su objetivo.
Un antiguo morador anotaba que se enfrentó a la policía gritándoles: “de aquí no
me sacas tú, ni tu alcalde. Yo la tierra la necesito. Cuantas veces me quemen la casa,
cuantas veces me posiciono aquí mismo. De aquí no me sacas tú, ni nadie (Reynoso,
2009). Un año más tarde, los habitantes festejaron con un desfile la resistencia al
desalojo.
Frente a estos hechos, a principios de 1977, los miembros de las cinco pre-
cooperativas, también apoyados por los militantes de izquierda –el MIR, el PCE,
PSE y el PCMLE– decidieron unirse y fundar el Frente de Lucha Popular (FLP),
organización que, según ellos, les daría mayor capacidad de participación y defensa de
los predios invadidos (Chasi, 2009) y (Álvarez, 2009). Para los pobladores urbanos,
la pertenencia a esta organización constituyó un mecanismo de supervivencia.
Cada una de las estructuras inherentes al FLP tuvo funciones y actividades
específicas, tal y como se detalla en el siguiente gráfico. Los Comités de Base
sirvieron para organizar y proteger la “toma de la tierra” de probables desalojos; las
pre-cooperativas, la dotación de servicios básicos y la consecución de los títulos de
propiedad; mientras que el FLP asumió objetivos más de carácter político, con vistas
a ser el vocero de los pobladores frente al Estado local y central.

47
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

Figura 2. Esquema organizativo en El Guasmo

Elaborado por: Henrry Allán

En julio de 1978, frente a una nueva oleada de invasiones que llegó a copar la
casi totalidad de la hacienda El Guasmo, el gobierno decidió bloquear militarmente
el sector impidiendo no sólo el aprovisionamiento de materiales de construcción
sino incluso de productos vitales como el agua que llegó a convertir en objeto de
contrabando (Valencia, 1982, p. 235).
El cerco militar de El Guasmo sería una oportunidad para que el FLP organice la
resistencia y logre que el gobierno militar levante el bloqueo. Esta sería una de sus
grandes victorias políticas. Un antiguo dirigente señalaba que:

“Cuando nos cercaron aquí […] no entraba ni agua, ni luz. Nos cercaron
como medio de presión, para que no entremos ningún material, para que no
sigamos construyendo las casas. Tuvimos que viajar a Quito a dialogar con
las autoridades y solicitar el fin del bloqueo (Chasi, 2009).

Finalmente, un punto a destacar radica en que durante la investigación no


se profundizó respecto al papel de la Iglesia Anglicana en la formación del FLP.
Lo cierto es que esta organización facilitó a los moradores de El Guasmo Norte

48
Transformaciones Urbanas

sus instalaciones, ubicadas en el barrio El Centenario, para que allí realizaran


sus asambleas. En agradecimiento a semejante gesto, los pobladores del sector
reservaron un lote de terreno en el asentamiento para la edificación de la iglesia
“Cristo Obrero”.9
En ese sentido, las dos principales obras realizadas por la comunidad –la escuela
y la iglesia– se convirtieron en símbolo de la organización y el esfuerzo de cada
miembro.

La politización del FLP y sus demandas

Una vez conformado el FLP, empezó el trabajo de politización de los moradores.


La organización rápidamente estableció contacto con agrupaciones de izquierda de
Latinoamérica10; además, facilitó el intercambio de experiencias entre los pobladores
de El Guasmo y otros grupos del país11. Este tipo de reuniones coadyuvaron no solo a
la socialización y confraternización, sino que permitieron establecer una plataforma
común frente a temas de carácter nacional sobre los cuales se debatía en aquella
época.
Por citar, el viaje a la ciudad de Riobamba con el objetivo de conocer lo conseguido
en la cooperativa “Santa Faz” –vinculada con Monseñor Leónidas Proaño– fue la
experiencia que mayor impacto causó entre los habitantes de El Guasmo12. La visita
les dejó disímiles aprendizajes: elaboración de un periódico barrial; cooperativismo
y desarrollo de mingas; autoconstrucción y autofinanciamiento, pues allí se
construían bloques y tubos para alcantarillado que después se vendían al Municipio
de Riobamba.
A su retorno a Guayaquil, los moradores de El Guasmo cambiaron su sistema de
mingas; crearon un periódico denominado El Poblador –elaborado por la comisión
de prensa y propaganda del FLP–; e incluso intentaron replicar la experiencia de
construcción de ladrillos, pero el proyecto fracasó porque en la localidad no había
suficiente materia prima.

9 Moradores entrevistados refirieron cierto malestar con la Iglesia Católica. Según ellos, durante una de las
marchas que realizaron hacia el Municipio, la policía arremetió de forma violenta. Frente a esta situación, los
manifestantes se refugiaron en la catedral; pero fueron delatados por el Obispo, quien, al parecer, incluso abrió las
puertas de la iglesia para que la policía se los llevara detenidos.
10 Organizaciones populares extranjeras como los “Montoneros” (Argentina) y “Tupamaros” (Uruguay) llegaron a
Guayaquil a conocer El Guasmo Norte. La experiencia del FLP fue catalogada en su momento como “una toma de
tierras muy organizada que no se había visto en otras partes” (Chasi, 2009).
11 Los moradores de El Guasmo visitaron la experiencia del Comité del Pueblo en Quito. Asistieron al Congreso de
la Federación Provincial de Trabajadores de Loja. También estuvieron en la ciudad de Ambato, en un congreso por
la nacionalización del petróleo.
12 Jaime Chasi, uno de los dirigentes más reconocidos, señaló que después del viaje mejoró hasta su forma de
expresión: “Cuando vinimos de allá, yo recuerdo (de) que en una asamblea tuve más fluidez en la expresión. A mí
me ayudó bastante el viaje a Riobamba”.

49
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

En cuanto a las demandas, el FLP planteó al Estado dos tipos de exigencias: a)


las que tenían que ver con sus necesidades inmediatas, como la venta de los solares
ocupados, la legalización de la tenencia de la tierra y la dotación de servicios básicos;
y b) aquellas mucho más políticas –surgidas en momentos de radicalización de la
protesta social–, como la nacionalización del petróleo.
Con respecto al primer grupo de demandas, el FLP nunca asumió posturas extremas
y antisistema. Por el contrario, su lucha se enmarcó en un ámbito institucional,
solicitando el acceso de los pobladores al lote de terreno a través de un pago (las
peticiones se enfocaron en realidad en el monto por el que se comprarían los terrenos).
Así, gracias a una serie de movilizaciones –conjuntamente con otros movimientos–
lograron que en agosto de 1978 el Gobierno Nacional emitiera el Decreto 2740, a
través del cual el Municipio adjudicó terrenos a las familias asentadas en el sector a
un precio de 10 sucres el m2. Esta fue una de las mayores victorias del FLP.
En relación con el segundo tipo de exigencias, de corte más político, el FLP pidió
“la aplicación del programa de Gobierno”, en referencia a las promesas de cambio
estructural realizadas por el Gobierno Nacionalista y Revolucionario de las Fuerzas
Armadas.
En general, en los años ‘70 las demandas de las organizaciones barriales se
subordinaron a los planteamientos de los obreros, considerados la vanguardia del
proceso de cambio. Incluso de manera simbólica, durante los desfiles por el 1ro.
de Mayo, el Frente de Lucha Popular marchó tras las organizaciones obreras, la
Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) y la Unión Nacional
de Educadores (UNE). Sólo a inicios de los ‘80, los sindicatos hicieron suyas las
propuestas de los pobladores urbanos, como la necesidad de ampliar el Decreto 2740.13
Las tímidas reivindicaciones de los pobladores urbanos que fueron incorporadas
por la izquierda a las demandas obreras, evidenciaron la incapacidad de este sector
para procesar sus necesidades, “no sólo por su lectura clasista de la sociedad, sino por
su recelo a un movimiento que (tenía) sus propias organizaciones y su plataforma de
lucha específica” (Rivadeneira, 1985, p. 78).

La hegemonía del PCMLE

Hasta 1978, los militantes de los diferentes partidos de izquierda que formaban
parte del FLP actuaron de manera conjunta y, hasta cierto punto, subordinados a
los pobladores de El Guasmo. Constituyó una experiencia única de trabajo, pues
el liderazgo de las organizaciones lo llevaron los propios pobladores evitando que
recayera en los intelectuales orgánicos o militantes de los partidos.

13 Las demandas de los pobladores urbanos se incluyeron por primera vez en la Plataforma de Lucha del Frente
Unitario de Trabajadores (FUT), el 1ro. de mayo de 1979. Allí se demandó “atención al problema de la vivienda
popular”. (Dávila, 1995, pp. 214-223).

50
Transformaciones Urbanas

Pero a principios de 1980, el PCMLE-MPD (Movimiento Popular Democrático)14


logró cooptar la dirigencia del FLP gracias a que contaba con más simpatizantes en
la zona15. Ello provocó divisiones y expulsiones de los miembros del Frente afines
al MIR. Una vez consolidada la hegemonía del PCMLE-MPD, el partido comenzó
a desarrollar un trabajo político-organizativo dirigido por varias brigadas –núcleos
del partido en la localidad–, encargadas de las tareas de proselitismo y movilización
de los vecinos.

Dichas brigadas pretendían cumplir:


(…) con los preceptos del MPD: estar permanentemente con el pueblo y
así mostrar que es un partido diferente a los demás, que no se acerca a los
ciudadanos solo en elecciones, que está siempre presente con el pueblo y de
esta manera lograr nuevos militantes (Ortiz O., 2009).
Para ello, el trabajo se dividió en dos frentes: el ámbito cultural y la formación
política e ideológica.
A diferencia del MIR, que no se relacionaba con los pobladores mediante lo
lúdico, el PCMLE-MPD realizó en la zona un intenso trabajo cultural a través del
Taller de Arte Popular “Las Palmas”, perteneciente al Frente de Artistas Populares.
La idea fue politizar a la población a través del arte.
Respecto a la capacitación y al adoctrinamiento, un editorial del periódico Barriada
(1988), órgano oficial del movimiento, señaló la necesidad de organizar el trabajo de
los sectores populares:

(…) a través de la educación política, de la realidad social, para que todos


los moradores barriales vayamos conociendo que esta situación de atraso
y miseria en que vivimos puede ser cambiada con la lucha de nosotros los
pobres (…) Sugerimos a las organizaciones barriales, comités, cooperativas,
clubes, a los dirigentes conscientes y democráticos, (a) que organicen cursos
de Educación barrial, Cooperativismo, Formas de dirección (p. 1).

La hegemonía del PCMLE al interior del Frente de Lucha Popular conduciría a


un manejo centralista y vertical de la organización, lo cual contribuyó, entre otras
muchas causas, a un agotamiento de la organización de los pobladores de El Guasmo.

14 El 17 de marzo de 1978 se fundó el Movimiento Popular Democrático, expresión legal y electoral del PCMLE.
La mayoría de los habitantes, con excepción de los más politizados, no establecieron diferencias entre las dos
organizaciones, por lo que a partir de aquí se hace referencia de manera indistinta al MPD o al PCMLE.
15 Antes de “la toma”, varios de los dirigentes fundadores de El Guasmo Norte ya eran militantes del PCMLE.
Tal es el caso una lideresa de “Casitas del Guasmo”, quién había participado junto a vendedores informales en la
lucha por la legalización del barrio Cuba-Camal.

51
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

Funcionamiento interno del Frente de Lucha Popular

Solidaridad y compañerismo

En situaciones de precariedad estructural, la supervivencia de la mayoría de las


familias suburbanas dependió no solo de las contribuciones individuales a la unidad
familiar, sino de las redes de intercambio entre parientes y amigos. De ahí que uno de
los elementos que ofreció cohesión al FLP –y en lo fundamental, a los moradores–
radicó en los lazos de solidaridad, que se expresaron en la ayuda para la construcción
de las viviendas de los recién llegados, o en la colaboración para la apertura de las
vías y la edificación del inmobiliario urbano –tareas realizadas a través de mingas.
Quizá uno de los mejores ejemplos de solidaridad y compañerismo fue el papel que
asumieron los moradores –con mayor nivel educativo– como profesores voluntarios
en la escuela.

Los mismos compañeros del sector tenían la preparación suficiente para


ser maestros. Teníamos una compañera licenciada que (…) se hizo directora;
y un señor, Gómez Coello, (…) universitario, también colaboró. Durante
dos años y medio los profesores no recibían paga; era un trabajo voluntario
(Chasi, 2009).

También existieron elementos lúdico-festivos que coadyuvaron a mantener la


solidaridad: una vida cultural intensa con la participación de grupos musicales y
de teatro; la organización frecuente de campeonatos deportivos, fiestas –por el Día
de la Madre, el “24 de Julio”, el “13 de Febrero”– y almuerzos comunitarios. Tan
importantes son estos elementos festivos y de solidaridad que aún hoy en día los
moradores de El Guasmo Norte siguen festejando la fundación del asentamiento.

La democracia interna y legitimidad de los dirigentes

El proyecto inicial de las organizaciones de izquierda que trabajaron en El


Guasmo propuso que los pobladores se acogieran a la propuesta organizativa para
no caer en posturas vanguardistas, donde los obreros o los focos guerrilleros fuesen
los protagonistas del cambio social. Se evitaba así que los intelectuales orgánicos de
los partidos se adjudicaran la dirección del asentamiento.
De tal modo, durante los primeros años del asentamiento, el proceso democrático
resultó intenso. La elección de los presidentes de las organizaciones se llevó a cabo
cada dos años y las relaciones fueron transversales. Sin embargo, mientras la “toma”
se consolidaba y se satisfacían algunas demandas –como la compra de la tierra–, el
interés de los pobladores por la participación disminuía.

52
Transformaciones Urbanas

A pesar de ello, los dirigentes de El Guasmo Norte gozaron de una marcada


legitimidad. De acuerdo con los moradores más antiguos, los líderes del asentamiento
siempre mostraron un desinterés por lo material –no se entregaron a sí mismos lotes
de terreno o los vendieron en beneficio personal–, así como una alta dosis de entrega
trabajando largas jornadas en la dirigencia sin recibir nada a cambio más que el
reconocimiento social.

Mujeres “batuta en mano”

En un principio, las mujeres jugaron un rol protagónico en la “toma” y posterior


consolidación de El Guasmo Norte. De manera anecdótica se puede destacar que
los jefes de hogar no quisieron ubicarse en el asentamiento, no solo por las difíciles
condiciones de la zona, sino porque les daba “un poco de vergüenza”. Fueron en
su mayoría las esposas quienes, frente a la renuencia de los hombres, tuvieron la
iniciativa de trasladarse con sus familias al asentamiento.
Si se tiene en cuenta que las mujeres controlaban la economía doméstica y, por
consiguiente, sobre ellas recaía el apremio de gastos como el arriendo, resulta fácil
comprender el porqué de sus presiones para “tomar” un lote de terreno.
Las exigencias laborales de los hombres condicionaron que las féminas, además
de asumir los quehaceres domésticos, representaran la mayoría de la asistencia en
las mingas y las asambleas convocadas por el FLP. A pesar de ello, la dirigencia de
las pre-cooperativas de El Guasmo Norte y del Frente la integraron por lo general
hombres cuya actividad laboral –por cuenta propia– les permitió cierto manejo del
tiempo para dedicarse a las mencionadas actividades.
De manera similar a como ocurrió al interior de otras organizaciones sociales
de los años ‘70, las mujeres de El Guasmo ocuparon un papel secundario en los
puestos directivos. Las únicas dignidades importantes que llegaron a tener fueron la
secretaría y la tesorería, cargos que se subordinaban a los de los hombres. A ello urge
añadir una dosis de paternalismo.
A propósito de lo anterior, un ex dirigente manifestó que a las mujeres, debido a su
gran participación en las mingas y asambleas, se les perdonaban las faltas; mientras
que a ellos no. Incluso se les entregaba el solar: “yo veía que (ellas) se desesperaban,
luchaban; cualquier fallita de ellas se les perdonaba la asistencia. Siempre yo ayudaba
a las mujeres, porque ellas hacían el trabajo de los hombres: iban con los machetes
el domingo” (Chasi, 2009).
El mismo entrevistado, con un tono burlesco sobre el papel de los hombres,
acotó: “cuando ya teníamos las tierras eran los hombres los que decían que habían
luchado. Cuando mucho hablaban (los hombres) les dábamos una responsabilidad y
se retractaban” de solicitar una mayor participación (Chasi, 2009).

53
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

Esto no es una invasión; es una “toma organizada de la tierra”

Con respecto a los procesos de “toma de tierras”, el investigador Peña (1989)


señaló:
(…) la gente de las invasiones no está sola: tampoco inerme. Tienen por
lo general un empresario que escogió el sitio, planificadamente, y contrató
el transporte del material. Luego se encargará de la defensa física y, si cabe,
jurídica de la invasión. Por supuesto, todo trabajo tiene su precio y este
dinero se comparte con quienes garantizan impunidad (…) Después, tendrán
los invasores sus títulos y los empresarios su precio en dinero, especies o
votos (p. 306).

Por su parte, Estrada (1973) anotó:

(…) el empresario, dotado de pequeño capital, a menudo levantado en


anteriores invasiones, se pone de acuerdo con un político, luego obtiene los
servicios de agentes provocadores que reúnen la población necesaria y dan
a conocer el plan de ataque (…) En la noche escogida el empresario hace su
primera y única inversión: aguardiente para fortalecer los ánimos; y se lanza
la invasión (p. 24).

Una descripción ofrecida por el mismo autor detalló:

(…) lugartenientes (y el título es muy apropiado) que reservan solares


para el empresario (…) Los repartidores de solares, armados de una rústica
vara, proceden con toda ceremonia a ‘medir los solares’, colocando estacas
en las cuatro esquinas, y entregándolos con toda formalidad a los felices
ocupantes. Su intervención no fue nunca gratuita: cobraban (Estrada, 1973,
p. 24).

Complementando esta visión, Rodríguez & Villavicencio (1987) señalaron


que las invasiones se efectuaban con rapidez y en la noche, por lo que se hacía
necesaria la contratación de un especialista capaz de levantar una vivienda precaria
en aproximadamente seis horas. El constructor artesanal preparaba de antemano los
materiales, los traía al sitio precortados, y tenía además:

(…) un pequeño equipo que realiza(ba) diversas tareas: el rozador, corta


los manglares; el enlatillador, limpia y delimita el terreno; un carpintero de
ribera, construye la vivienda. Es decir, hinca palos de mangle en el lodo,
coloca un piso de tablas, paredes de caña y un techo de eternit o zinc (p.
257).

54
Transformaciones Urbanas

En conclusión, para estos investigadores – (Peña, 1989), (Estrada, 1973) y


(Rodríguez & Villavicencio, 1987) – cinco aspectos distinguieron los procesos de
“toma de tierras”:

a) el “empresario” de la invasión en asociación con un político y con agitadores


planificaban y ordenaban el lugar de la toma;

b) cada uno de los actores desempeñaba su función: el “empresario” inducía


la invasión, el político la defendía jurídicamente, y los agitadores, en cambio, se
encargaban de la seguridad física;

c) cada uno de los actores obtenía un pago: el empresario recibía dinero y lotes
de terreno, el político se beneficiaba con votos y los agitadores conseguían solares;

d) la población, “fortalecida por el aguardiente”, accedía a un terreno

e) dado que la invasión representaba una empresa, se requirió la contratación de


personal que ayudara en la construcción de viviendas.

Sin negar que sucediera lo antes referido, apremia resaltar que ello tuvo matices
especiales en el caso particular de El Guasmo Norte y del Frente de Lucha Popular
(FLP).
En primer lugar, a inicios de 1976, en El Guasmo Norte no ocurrió la intervención
de estos “empresarios” en el proceso de “toma” de la tierra. Se trató de una acción
de pobladores urbanos –carentes de vivienda– apoyados por un grupo de estudiantes
universitarios de izquierda que “tomaron” de manera organizada la tierra.
De hecho, en los primeros momentos de la “toma” se establecieron sanciones a
los dirigentes que pretendían traficar y hacer negocios con la entrega de terrenos.
Cuando esto sucedió, varios líderes fueron expulsados de la organización y se les
castigó moralmente a través de la colocación de carteles en los postes de alumbrado
público, los cuales rezaban: “que en paz descansen”.
A finales de 1976, los dirigentes del FLP se organizaron para arrebatar 105 lotes
de terreno de la Cooperativa “25 de enero”, que “malos dirigentes” iban a entregar a
cambio de dinero. Tal situación contrasta con las versiones tradicionales acerca del
funcionamiento de las invasiones en Guayaquil (Estrada, 1973) y (Peña, 1989).
En segundo lugar, a diferencia de lo señalado por Estrada (1973), en la zona
estudiada no se cobró por medir y repartir las tierras; al contrario, la entrega de
solares se efectuó de manera gratuita. Los directivos de las diferentes organizaciones
se encargaron de asignar el lote de terreno a cada familia, a partir de algunos
requisitos, entre estos, que los beneficiarios residieran en la zona “tomada” –con lo

55
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

cual se evitaba la especulación de terrenos– o el informe favorable de una comisión


–integrada por los moradores– que verificaba si los aspirantes a un terreno realmente
carecían de él.16
Este trabajo fue realizado por los estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la
Universidad de Guayaquil, quienes, en conjunto con los ocupantes de El Guasmo
Norte, no solo planificaron el sector, sino que realizaron el levantamiento topográfico,
la elaboración de un plano, además del diseño de parques, calles, escuelas, espacios
verdes, sitios de recreación, centros artesanales, estación de bomberos, entre otras
acciones.
Una vez consolidado el asentamiento, el requisito básico para acceder a un lote de
terreno consistió en tener un mínimo de asistencias a las reuniones, mingas, marchas
y movilizaciones convocadas por el FLP.

En palabras de un ex-dirigente:
Los que necesitaban el terreno iban. Yo tenía un libro donde les tomaba
asistencia. No se les ponía multa; pero al final se les calificaba. El que había
asistido a movilizaciones, a la asamblea, a las mingas, ha(bía) colaborado
con algo, ese tenía el solar seguro. Pero uno que se asomaba un día y nunca
más, entonces ese era cómodo; no se le entregaba nada (Chasi, 2009).

En tercer lugar, también en contraposición con lo referido por Rodríguez &


Villavicencio (1987), al menos en un primer momento, los moradores, con ayuda
de familiares y vecinos, construyeron sus propias viviendas. Por tanto, no resultó
necesario contratar a un “rozador”, “enlatillador” y albañil, puesto que el trabajo lo
realizaron los moradores con los estudiantes del Frente Cultural.17

La desmovilización del Frente de Lucha Popular


Diversos elementos confluyeron en la pérdida de radicalidad y la desmovilización
del FLP:
De la participación al centralismo democrático

Como había señalado, en los años setenta existió una intensa participación
democrática al interior del FLP, sin embargo a inicios de los ‘80, cuando ya se

16 La comisión actuaba casi de manera policiaca. Si un morador argumentaba que se le debía entregar un lote de
terreno porque carecía de él y porque además arrendaba una vivienda, los miembros de la comisión se trasladaban al
lugar de residencia del solicitante y entrevistaban a sus vecinos para confirmar la versión. Incluso existían comités
de vigilancia para impedir que ingresaran al asentamiento personas que no habían sido censadas previamente o no
habían sido convocadas en las reuniones de la Asamblea.
17 Es necesario destacar que a medida que el asentamiento se consolidaba, las madres solteras o aquellas cuyos
esposos trabajaban fuera de casa, contrataron a otras personas para la construcción de las viviendas.

56
Transformaciones Urbanas

había formado el FLP y el PCMLE logró supremacía al interior de la organización,


la democracia relativamente participativa fue sustituida por el “centralismo
democrático”, es decir, por relaciones verticales y autoritarias propias de
organizaciones marxistas leninistas. Esta conducción vertical –establecida en parte
gracias a la expulsión de los líderes más críticos con el sistema de conducción–
derivó en que la línea de estrategia política fuese dictada por la cúpula del Partido.
Incluso, a un nivel más bajo de organización, el de las pre-cooperativas, la euforia
inicial por la democracia fue suplantada por el caudillismo. Algunos dirigentes
lideraron la pre-cooperativa “Casitas del Guasmo” por cerca de veinte años. Aun
cuando el PCMLE les solicitó a dos de aquellos líderes realizar elecciones cada dos
años, se negaron. Tal cual resaltaron varios pobladores: “en nuestra organización
hubieron caciques, y no convocaban a elecciones”. Finalmente, esto también
contribuyó al agotamiento del FLP como movimiento social.

Consecución de las escrituras y de los servicios básicos

En su investigación sobre las organizaciones barriales surgidas en los ‘70 en la


ciudad de Quito, García (1985) explicó que estas solían pasar de un ciclo de grandes
acciones colectivas –“tomas”, marchas, mítines, pronunciamientos, movilizaciones,
actos de solidaridad, etcétera– a un estado de apatía, dispersión, individualismo y
despolitización una vez conseguidos los lotes de vivienda.
Un fenómeno similar al anteriormente descrito, equivalente a un ciclo de
movilización en forma de U invertida, se produjo en el caso del FLP. Su declive
empezó a medida que se legalizó la tenencia de la tierra, con lo cual disminuyó la
colaboración de las personas “porque todos tienen sus escrituras y ya no les importa”
(Reynoso, 2009)–; y tras la llegada de los servicios básicos, pues “eso hizo que la
gente baje la guardia” (Ortiz O., 2009).

“Plan Internacional” y la dirigencia paralela

A mediados de los ‘80 comenzó a trabajar en El Guasmo Norte la ONG “Plan


Internacional”, cuya actividad principal se centró en la atención a niños y niñas en
estado de vulnerabilidad18. Designó a un promotor social para coordinar la entrega
de las ayudas a las pre-cooperativas.
Mediante el mecanismo señalado, la citada Organización No Gubernamental devino

18 A través de “Plan Internacional”, los niños escribían cartas a sus “padrinos” –por lo general, norteamericanos–
para que estos les enviaran dinero con el cual comprar materiales (para la casa comunal), enseres del hogar
–camas, colchones–, material didáctico, mobiliario urbano y hasta préstamos no reembolsables con vistas a la
construcción de viviendas. En tanto, la comunidad colaboró con la mano de obra para la construcción (Ortiz O.,
2009).

57
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

paralela al FLP, que no solo le disputó la convocatoria, sino que llegó incluso a
disponer su propia directiva para canalizar los recursos.

Si los dirigentes del FLP convocaban a una reunión, las personas no


acudían porque en la mañana habían asistido a un taller con la promotora
social. La gente iba a las reuniones de “Plan” y no a las de la organización
(Ortiz O., 2009).

Para los integrantes más politizados del FLP, la llegada de la ONG a El Guasmo
resquebrajó la organización. Provocó entre sus miembros una competencia por los
recursos que esta ofertaba. Varios líderes señalaron que resultaba imposible dejar
de trabajar con “Plan”, puesto que financiaba obras. Justo esas figuras legitimaron
su autoridad al extraer beneficios materiales para los moradores, convirtiéndose en
intermediarios claves en el barrio.
Si bien es cierto que “Plan Internacional” articuló una organización paralela,
ello no significó que pasara a ser la responsable directa del fin del FLP, únicamente
contribuyó a la continuación de un proceso que ya venía en marcha: el agotamiento
de la capacidad de convocatoria y movilización del Frente a partir de la consecución
de la tierra y algunos servicios.

Patronazgo, clientelismo y favor en El Guasmo

No obstante los cambios estructurales acaecidos durante las décadas de los ‘60 y ‘70,
que pretendieron modernizar la sociedad ecuatoriana, las figuras del clientelismo y el
“favor” se encuentran todavía presentes en las relaciones sociales.
La formación doctrinaria emprendida por parte de las organizaciones de izquierda
en El Guasmo no consiguió que la población estableciera una lectura de la sociedad
en términos clasistas; de hecho, la idea del favor –propia de una sociedad estamental–
predominó antes que la idea del derecho y de la ciudadanía.
No resulta casual que aun hoy, los moradores de El Guasmo crean que su situación
no se debe a problemas estructurales sino a las “malas autoridades” y que sigan
mirando al funcionario público como a un gran patrón dispensador de dones. La
mayoría habitantes nunca asumieron el acceso a un lote de terreno y a los servicios
básicos como un derecho, sino como un favor que el Estado y/o los dirigentes le hizo
a los moradores.
Bajo dicho contexto se entienden las causas por las cuales los moradores de El
Guasmo Norte experimentaron un profundo agradecimiento sobre todo por el PCMLE
y sus dirigentes, específicamente por Jaime Hurtado, abogado y asesor del FLP. En
igual línea, la relación con los líderes fue casi reverencial. ¿Un ejemplo?... A un alto
dirigente de la cooperativa “Casitas del Guasmo”, los moradores le construyeron
una vivienda a través de una colecta en agradecimiento a su trabajo (Ortiz O., 2009).

58
Transformaciones Urbanas

Finalmente, aunque el tema del clientelismo en El Guasmo Norte no fue objeto de


la presente investigación, se estimó perentorio precisar que no existen evidencias de
la presencia de lógicas clientelares durante el periodo que va desde 1975 hasta 1982,
aproximadamente. Sin embargo, coincidiendo con el ocaso de esa organización y
el reinicio de un régimen constitucional, empezaron a llegar a El Guasmo Norte las
ONG y partidos políticos que intentaron cooptar a los moradores del barrio. Vale
destacar en tal sentido al alcalde Raúl Baca Carbo, quien les proporcionó cascajo
para el relleno de los lotes, algunos materiales de construcción y techos de zinc para
la escuela. Más tarde se sumaron la Concentración de Fuerzas Populares (CFP) y, a
finales de los ’80, el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE).

En consecuencia, como subraya un investigador de aquella época:


(…) la experiencia de trabajo de la izquierda en este nuevo terreno de la
lucha social será tan débil, que a poco tiempo de su emergencia, el movimiento
suburbano se convertirá en base social de los ensayos reformistas del Estado
o en simple masa de votantes para la derecha política y el reformismo
(Rivadeneira, 1985, p. 78).

De la misma manera, con la posterior consolidación del asentamiento, la legitimidad


de un dirigente empezó a depender de su capacidad para conseguir beneficios locales
como el relleno de las calles y el alumbrado público. Esta capacidad para “traer
obras” provocó, entre otras cosas, que la población pasara por alto comportamientos
poco éticos por parte de esos dirigentes “cumplidores”. En tal sentido, pequeños
actos de “pillaje” se olvidaron, perdonaron y aceptaron cual una especie de pago que
hizo la comunidad ante el “sacrificio” de los líderes19, pues estos “necesitaban vivir
de algo”.

Integración a la institucionalidad estatal

Estudiosos enfocados en el tema de las organizaciones barriales – (Torres, 1985),


(Rivadeneira, 1985), (García, 1985), (Valencia, 1982), (Menéndez, 1986) y (Lesser,
1987)– coincidieron en que los moradores de un asentamiento no suelen cuestionar
el sistema urbano y tampoco plantean soluciones radicales a sus demandas. En
coherencia con tal idea, el FLP no asumió posturas antisistema, aunque sí refirió

19 Varios de los moradores entrevistados indicaron que el mejor dirigente fue un carpintero. Sin embargo, de vez en
cuando este personaje “hacía travesuras”, como aquella ocasión en que solicitó al Municipio el envío de cincuenta
volquetas de cascajo y solo llegaron al asentamiento 48. En aquel momento, una parte de los miembros de las pre-
cooperativas quiso destituirlo, pero la mayoría se opuso argumentando que el dirigente había gastado su tiempo y
dinero en todos los trámites para que llegaran las volquetas. A fin de cuentas, “solo eran dos camionadas frente a
tanto tiempo que él ha pasado”. Este dirigente fue presidente de la pre-cooperativa “Casitas del Guasmo” por cerca
de 11 años, desde 1976 hasta 1987 (Chasi, 2009).

59
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

demandas políticas de carácter general –dígase, por mencionar, el fin de la carestía


de la vida y la nacionalización del petróleo.
Pese a que al principio los pobladores adoptaron una posición de enfrentamiento
al orden establecido, una vez conseguida la tierra y cierta infraestructura básica se
incorporaron a la vida institucional por medio de negociaciones con el Estado, lo
cual conllevó a la desmovilización y posterior despolitización del movimiento.
En virtud del contexto se comprende, por ejemplo, el rechazo de los primeros
moradores al intento de un dirigente de colocar explosivos y “tomar” el agua por la
fuerza: “si así no más nos seguían porque estábamos invadiendo la tierra, ahora yendo
a poner una bomba, ¡imagínese! Las cosas se consiguen con lucha, no atropellando
a la gente” (Yulan, 2009). Otro destacado líder expuso que se negaron a realizar
actos violentos porque representaban a la izquierda moderada, y además serían ellos
quienes pagarían con cárcel esos actos “porque era un caso terrorista; (yo) hago una
lucha limpia, moderada, todo sin quitarme la valentía” (Chasi, 2009).
Por otra parte, la política del Estado frente a las invasiones fluctuó entre la
concesión y la represión (Valencia, 1982). Dichas posiciones representaron dos caras
de la misma moneda: una política esquizofrénica. Ante esa realidad, la reacción de
los moradores presentó asimismo una doble lógica: diálogo con el Municipio y,
cuando este se agotaba, se pasaba al enfrentamiento directo.20
Los siguientes elementos igual permiten explicar la pérdida de radicalidad y
el posterior declive del FLP: el retiro y la muerte de algunos dirigentes altamente
ideologizados y comprometidos con el proyecto, lo que evidenció la no generación
de liderazgos alternativos en las organizaciones populares; la división interna de la
organización producto de la lucha intestina entre diferentes facciones de izquierda; la
persecución de la izquierda por parte de León Febres Cordero; entre otros elementos.
A inicios de los ‘80, una vez conseguidas las escrituras, el FLP terminó integrándose
a la vida política partidista, sobre todo al MPD, y fue parte de la transición al orden
constitucional. Trabajó por el “Sí” en la Constitución de 1978 y en la segunda vuelta
electoral apoyó al binomio Roldós-Hurtado.

20 Las relaciones con el Municipio fueron difíciles: “Todo era a la brava (…) El Municipio nos trataba de manera
déspota. Recibíamos palo y gases lacrimógenos; pero terminaban atendiéndonos” (Reynoso, 2009).

60
Transformaciones Urbanas

Conclusión

La monopolización de la tierra urbana por parte de las élites guayaquileñas a


partir de los años ’60 y ’70 dejó como única salida a los pobladores sin vivienda la
ocupación de tierras públicas en el Sur-Oeste de la ciudad. En dicha zona, sobre el
manglar, los “sin tierra” construyeron sus hogares sin acceso a ningún tipo de servicio
básico por lo cual sus condiciones de vida, eran por decir lo menos, precarias.
La mayoría de las ocupaciones de tierras en Guayaquil fueron protagonizadas
por “empresarios de la invasión” asociados con políticos y agitadores, quienes a
cambio de votos o dinero entregaban lotes de terreno a sus “clientes”. Este fenómeno
fue bastante común en la ciudad, sin embargo, la de El Guasmo Norte, tiene una
particularidad pues allí no intervinieron dichos negociantes sino que fueron los
propios habitantes carentes de vivienda -apoyados por estudiantes universitarios que
militaban en diferentes partidos de izquierda- quienes se organizaron para tomar la
hacienda El Guasmo en 1975.
Este proceso fue conocido como toma organizada de la tierra para diferenciarlo
de las invasiones mediadas por relaciones clientelares. De hecho, la articulación
entre pobladores urbanos y militantes de izquierda no implicó el intercambio de
beneficios materiales por votos como lo sostienen la mayoría de las investigaciones,
al contrario se trato de una experiencia inédita de acompañamiento a la lucha de
sectores populares.
Los partidos de izquierda como el MIR, el PCE, el PSE y el PCMLE contribuyeron
no sólo a organizar la ocupación de El Guasmo sino que ayudaron a crear el Frente
de Lucha Popular, organización que representaba a los pobladores “sin techo” ante
las autoridades.
En sus inicios el FLP se caracterizó por relaciones transversales y profundamente
democráticas que incluso llevaron al Frente a subordinarse a las demandas y
necesidades de los pobladores –quienes tenían el liderazgo de la organización- y no
a la de los partidos o de los intelectuales orgánicos como normalmente sucedía en
algunas organizaciones sociales de izquierda.
Elementos claves en la cohesión y funcionamiento del FLP fueron la democracia
interna y la horizontalidad en la toma de decisiones -a diferencia del centralismo
democrático de las tradicionales formaciones marxistas- la solidaridad entre sus
miembros, y el protagonismo de las mujeres, a pesar de estar subordinadas a la
dirigencia masculina.
Los principales logros de la articulación entre pobladores y militantes fueron la
legalización de la tierra ocupada y la paulatina dotación de algunos servicios básicos;
incluso, en ciertos momentos el FLP llegó a realizar demandas de carácter más
político al exigir el cumplimiento del programa de gobierno a las Fuerzas Armadas.

61
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

El papel jugado por las organizaciones de izquierda en el Guasmo Norte fue de


tal magnitud que los militantes no sólo participaron en el diseño y levantamiento
topográfico del lugar, sino también en la politización de los ocupantes, a tal punto
que aún hoy en día los moradores más antiguos de la zona no dejan de llamarse entre
sí, con el apelativo de “compañeros”.
La decadencia del FLP, al igual que la de otras organizaciones de pobladores
urbanos, se debió entre otras razones a: una disminución de la participación a medida
que se legalizaba la tierra y llegaban los servicios básicos, el fin de los procesos
internos de democracia y su conversión por el “centralismo democrático”, la
cooptación de la organización y sus dirigentes por las ONG, partidos populistas; así
como la paulatina incorporación del Frente a la institucionalidad estatal.
Finalmente es necesario anotar, que la de El Guasmo Norte, no es una experiencia
inédita en el ámbito nacional. Un proceso similar ocurrió en Quito con la creación
del Comité del Pueblo fundado en 1974 con el apoyo también de militantes de
izquierda y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central del Ecuador
quienes acompañaron a los pobladores en la toma de la hacienda Eloísa. En este
sentido se hace necesario profundizar en estos procesos de tomas organizadas de
tierra y realizar ejercicios comparativos que nos den cuenta de estas experiencias
sui-generis en el Ecuador.

Bibliografía

Aguirre, M. D. (1980). La acción habitacional del Estado en Guayaquil (1972-1979).


Quito: FLACSO-Sede Ecuador (Tesis inédita de posgrado).
Álvarez, W. (25 de enero de 2009). Perteneciente a la organización “Frente de Lucha
Popular”. (H. P. Allán, Entrevistador)
Barriada. (1988). Informativo de la Federación de Organizaciones Barriales y Popu-
lares (FEDOBAP). Barriada.
Bravo, G. (1980). Movimientos sociales urbanos en Quito: “El Comité del Pueblo”.
Quito: FLACSO-Ecuador (Tesis inédita de posgrado).
Carrión, F. (1992). Evolución del espacio urbano ecuatoriano. En E. Ayala, Nueva
Historia del Ecuador. Ensayos generales (Vol. 12). Quito: Corporación Editora
Nacional / Grijalbo.
Chasi, J. (25 de enero de 2009). Dirigente del “Frente de Lucha Popular”. (H. P. Al-
lán, Entrevistador)
Dávila, J. (1995). EL FUT, trayectoria y perspectivas. Colección Popular (9).
Del Valle, J. (1 de febrero de 2009). Perteneciente a la organización “Confederación
Unitaria de Barrio del Ecuador (CUBE)”. (H. P. Allán, Entrevistador)
El Universo (18 de julio de 2003). El Guasmo cumple 25 años de asentamiento
popular. El Gran Guayaquil. El Universo.

62
Transformaciones Urbanas

El Universo (febrero, abril, mayo, junio, julio, agosto, noviembre de 1977). El Uni-
verso .
El Universo (febrero, mayo, noviembre de 1976). El Universo .
El Universo (febrero de 1979). . El Universo .
Estrada, J. (1973). Desarrollo Histórico del Suburbio Guayaquileño. Revista del Ar-
chivo Histórico del Guayas , 2 (3).
García, J. (1985). Las organizaciones de pobladores en Quito. Ecuador Debate (7).
Garzón, F. (17 de mayo de 2009). Estudiante de Arquitectura en 1974. (H. P. Allán,
Entrevistador)
Gómez, L. (1 de febrero de 2009). Presidente de la “Confederación de Barrios del
Ecuador (CONBADE)”. (H. P. Allán, Entrevistador)
Hoy Digital. (9 de octubre de 1999). Guayaquil paga las cuentas del pasado. Hoy
Digital.
León, J. (1987). Clientelismo y política en sectores urbanos. Ecuador Debate (13).
Lesser, M. (1987). Conflicto y poder en un barrio popular de Quito. Quito: Editorial
El Conejo.
Menéndez, A. (1986). La Conquista del Voto: de Velasco a Roldós. Quito: Corpo-
ración Editora Nacional / FLACSO Sede Ecuador.
Moreano, A. (1985). Universidad, crisis y reforma. Serie de publicaciones de la Es-
cuela de Sociología y Ciencias Políticas. Escuela de Sociología y Ciencias Políti-
cas.
Ortiz C. (25 de enero de 2009). Perteneciente a la organización “Las Casitas del
Guasmo”. (H. P. Allán, Entrevistador)
Ortiz O. (13 de mayo de 2009). Perteneciente a la organización “Casitas del Guas-
mo”. (H. P. Allán, Entrevistador)
Peña, E. (1989). Guayaquil y sus problemas: la crisis institucional en Guayaquil. Re-
alidades y desafíos. Quito: Corporación de Estudios para el Desarrollo (CORDES).
Reynoso, R. (31 de enero de 2009). Entrevistado perteneciente a la organización
“Río Guayas”. (H. P. Allán, Entrevistador)
Rivadeneira, J. C. (1985). Organización barrial: diagnóstico y perspectivas. Ecuador
Debate (7).
Rodríguez, A., & Villavicencio, G. (1987). El problema de la vivienda en América
Latina: El caso de Guayaquil. En F. Carrión , El proceso urbano en Ecuador.
Quito: Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS).
Rojas, M., Villavicencio, G., Becker, A., & Chang, L. (1989). El mercado del suelo
urbano y barrios populares en Guayaquil. Guayaquil: Corporación de Estudios
Regionales-Guayaquil / CIUDAD / IDRC.
Rojas, M., & Villavicencio, G. (1988). El proceso urbano de Guayaquil (1870-1980).
Guayaquil: Corporación de Estudios Regionales-Guayaquil (CER-G) / ILDIS.
Salomón, J. (1981). Estudio socio-económico de Guasmo Norte. Censo del Depar-
tamento de Planeamiento Urbano. Guayaquil: M.I. Municipalidad de Guayaquil

63
Toma organizada de la tierra en la ciudad de Guayaquil.

(1978).

Torres, V. H. (1985). El Municipio: administrador o poder local. Ecuador Debate (7).


Valencia, H. (1982). Invasiones de tierras y desarrollo urbano en la ciudad de Guaya-
quil. Quito: FLACSO-Sede Ecuador (Tesis inédita de posgrado).
Vásconez, M. (1986). Vivienda y autogestión popular: El caso de la Cooperativa
“Santa Faz de Riobamba”. Ecuador Debate (10).
Villavicencio, G. (1990). La permanente debilidad del poder municipal: el caso de
Guayaquil. En H. Godard, Crecimiento de Quito y Guayaquil: estructuración,
segregación y dinámica del espacio urbano. Estudios de Geografía Humana. Co-
legio de Geógrafos del Ecuador (Vol. 3). Quito: Corporación Editora Nacional.
Yulan, D. (25 de enero de 2009). Perteneciente a la organización “Las Casitas del
Guasmo”. (H. P. Allán, Entrevistador)

64
Transformaciones Urbanas

VIEJAS TRADICIONES Y NUEVOS TURISMOS


EN PASTO Y BUGA (COLOMBIA)

Juan Manuel Caicedo Atehortúa

Sociólogo. Universidad del Valle (Cali-Colombia), Maestría de Ciencias Políticas.

FLACSO-Ecuador (en curso)

Cristina Fierro Castro

Socióloga. Universidad del Valle (Cali-Colombia), Maestría de Políticas Públicas.

FLACSO-Ecuador (en curso)

Recibido: 12-05-2016 Aprobado: 28-10-2016

Resumen

Este estudio aborda los casos de las ciudades colombianas de Pasto y Buga como
ejemplo de la influencia del turismo en la reconfiguración de los espacios urbanos.
Planteamos que en estas ciudades se ha dado un proceso de desarrollo turístico,
resultado de la afluencia de visitantes que atrae su patrimonio cultural, el cual ha
cambiado las dinámicas socio-económicas y los usos del espacio. Desde las admi-
nistraciones municipales se invierte en la conservación de bienes de interés cultural,
se construyen o se recuperan espacios públicos, se implementan medidas de acondi-
cionamiento estético y se adecúa la infraestructura vial de la ciudad para que sirva a
los intereses del turismo. Alrededor de las atracciones, prolifera todo un mercado de
bienes y servicios que termina modificando la conducta laboral de la población. En
los centros históricos y sus zonas de influencia, el uso del espacio empieza a cambiar
de residencial a comercial y de servicios. Estos y otros impactos nos llevan a entend-
er al turismo, en palabras de Mauss (1971), como un hecho social total,1 con implica-
ciones a varios niveles (cultural, político, geoespacial, económico, etc.), jugando un
papel clave en la transformación del espacio y la sociedad de estas ciudades.

1 Los hechos sociales totales son aquellos que ponen en juego la totalidad de la sociedad y sus instituciones (Herrero
Pérez, 1985, p. 50).

65
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

Palabras clave: turismo, desarrollo turístico, patrimonio cultural, transforma-


ciones urbanas.

Abstract

This study deals with the cases of the Colombian cities of Pasto and Buga as
examples of the influence of tourism on the reconfiguration of urban spaces. We
consider that these cities have experienced a process of touristic development, result
of the influx of visitors which attracts their cultural patrimony. This process has
reconfigured the territory and the socio-economic dynamics. Municipal administra-
tions invest in conservation of cultural heritage, recovery or construction of public
spaces, aesthetic preparation measures and roads of the cities, such a way it serves
the interests of tourism. Around the attractions, proliferates a market of goods and
services, modifying the labor behavior of the population. In the historical centers
and their areas of influence, the use of space begins to change from residential to
commercial and services. These and other impacts lead us to understand the tourism
in the words of Mauss (1971) as a total social fact2, with implications at various
levels (cultural, political, geospatial, economic, etc.), playing a key role in the trans-
formation of space and society in these cities.

Keywords: tourism, touristic development, cultural heritage, urban transforma-


tions.

2 The total social facts are those that bring into play the whole of society and its institutions (Herrero Pérez, 1985,
p. 50).

66
Transformaciones Urbanas

Introducción y planteamiento del problema de investigación

En este artículo pretendemos abordar la relación entre turismo, patrimonio


cultural y transformaciones urbanas en las ciudades de Pasto y Buga (Colom-
bia), entendiendo transformaciones urbanas como el articulado entre procesos
físico-espaciales y dinámicas sociales. En estos dos casos el turismo se articula
alrededor de atracciones patrimoniales de tipo cultural como son el Carnaval de
Negros y Blancos (CNB), en el caso de Pasto, y la Basílica del Señor de los Mila-
gros (BSM) y las prácticas religiosas, en Buga. Cabe mencionar que este trabajo
es producto de investigaciones precedentes a las que venimos dando continuidad
desde 2013 (ver Caicedo, 2013) y (Fierro, 2014).
Concebimos el turismo como un fenómeno social que consiste en el despla-
zamiento de carácter voluntario y temporal, por parte de individuos o grupos de
individuos que, por diversos motivos como el ocio, el entretenimiento, la cultura,
el descanso o la salud, dejan su lugar de origen para trasladarse a otro donde no
realizan ninguna actividad lucrativa o remunerada, generando en el proceso múl-
tiples interrelaciones de importancia social, económica y cultural (De la Torre,
1980). Algunos autores hacen un paralelo entre las peregrinaciones de los antiguos
a los templos de sus dioses y el turismo actual, pues ambos son un desplazamiento
hacia lo no-ordinario, lo que no es habitual, y en ambos casos se terminan utili-
zando caminos, medios de transporte, posadas, etc. (MacCannell, 1989). A lo largo
de la historia, el viaje ha venido ligado a la aventura militar, la misión religiosa,
el estudio, el vagabundeo, los pueblos nómadas y un sinfín de actividades y moti-
vaciones. Sin embargo, los paquetes turísticos y las agencias de viajes como hoy
las conocemos son un concepto que surgió en el siglo XIX, con los viajes en tren
promovidos en Inglaterra por Thomas Cook. La masificación de este negocio fue
favorecida por el mismo proceso de industrialización que llevó al surgimiento del
autobús y otros medios de transporte masivo, y por los estados de bienestar en
los que se implementaron las vacaciones pagadas y se hicieron más accesibles los
viajes (De la Torre, 1980; MacCannell, 1989).
Con la masificación del turismo surgió la necesidad de nuevos y múltiples es-
pacios destinados al ocio y el entretenimiento. Cada destino trata de hacerse más
atractivo y emprende la búsqueda de “lo turistizable”, es decir, de aquellos recursos
que se pueden ofrecer al turista. A este respecto, algunos destinos cuentan con el
clima y la geografía, otros recurren a la naturaleza y otros a los recursos culturales
o patrimonio-identitarios (Santana Talavera, 2003). Partiendo de la importancia que
toma el turismo a nivel mundial, y de su valor como actividad económica, no es
difícil entrever su relación con el (re)diseño y la transformación de las ciudades. De
allí que parte de los cambios y las dinámicas que se han venido produciendo sobre
los espacios urbanos puedan explicarse desde la modernización y diversificación de

67
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

la propia economía local, pero también desde la necesidad de albergar actividades


ligadas al turismo, vinculadas al ocio o a espectáculos de consumo masivo (Rivera
Borrayo, 2010).
De acuerdo con todo lo anterior y debido a la influencia que ejerce el turismo en la
transformación tanto de los territorios como de las comunidades que los habitan, en
este trabajo nos preguntamos: ¿cuáles han sido las transformaciones urbanas en Pas-
to y Buga, generadas a partir del turismo atraído por el CNB y las prácticas religiosas
respectivamente? La investigación se enfoca en los últimos 20 años, tomando como
hitos inaugurales la promulgación de la Ley General de Turismo en el año de 1996
-que reglamentó esta actividad en el país- y la Ley 706 de 2001 -que declaró el Car-
naval de Negros y Blancos como patrimonio cultural de la nación y empezó a allanar
el camino para la posterior declaratoria de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés)-. Estos
hechos jurídicos son vistos como procesos importantes para el desarrollo turístico
de las ciudades de Buga y Pasto. Si bien no se puede decir que los procesos de re-
glamentación y patrimonialización son el detonante directo del desarrollo turístico,
sabemos desde la bibliografía que estos fenómenos son concomitantes y tienden a
venir de la mano (Coulomb, 2001; Ruiz Ballesteros, 2003).
A continuación, en el acápite 2, describimos la metodología empleada para el
desarrollo de esta investigación. Posteriormente, en la sección 3, presentamos una
breve contextualización sobre Pasto y Buga y sus atracciones turísticas más em-
blemáticas: el CNB y la BSM. En el acápite 4 consideramos las transformaciones
más significativas que han tenido lugar en el espacio público de ambas ciudades.
En el apartado 5 hablamos sobre la diversificación de los usos del espacio privado
y en el 6 comentamos los cambios que el turismo ha provocado en las dinámicas
socioeconómicas de Pasto y Buga en los últimos 20 años. Finalmente, presentamos
los hallazgos de nuestro trabajo y analizamos los efectos del turismo en las ciudades
del siglo XXI, donde Pasto y Buga -aún en su autenticidad- constituyen ejemplos de
procesos característicos de la civilización global.

Metodología

Para este estudio empleamos una perspectiva cualitativa, en donde primaron las
técnicas etnográficas, especialmente la observación participante y la realización de
entrevistas. Para ello fue necesaria una total inmersión en el campo de estudio, lo
que implicó trasladarse e instalarse de tiempo completo en las ciudades de Pasto y
Buga. Durante este tiempo, además de vivir en las zonas y registrar -hasta donde era
posible- todo cuanto ocurría en ellas, participamos en diversos eventos y festividades
carnavalescas y religiosas, relacionándonos con distintos tipos de actores tales como
turistas, residentes, empresarios, transportadores, vendedores ambulantes, emplea-

68
Transformaciones Urbanas

dos y/o administradores de hoteles y restaurantes, funcionarios públicos entre otras


personas que brindaron valiosa información, tanto a través de entrevistas estruc-
turadas como de charlas informales de corta duración, en el marco de los distintos
eventos.
Además de la información obtenida a través de la etnografía, analizamos infor-
mación proveniente de bases de datos de las cámaras de comercio de las ciudades
de Pasto y Buga, que contenían referencias sobre las empresas de estas ciudades.
Esta tarea nos permitió darle un alcance de largo plazo a la investigación, pues a
través de ellas pudimos observar el aumento de hoteles y otros negocios vinculados
al turismo. Complementariamente a estas bases de datos también incluimos, como
fuentes de apoyo, notas de prensa y documentos institucionales que daban cuenta
de aspectos claves para la investigación, como son los planes de diseño de vías
y de implementación de espacios públicos. Dado que los efectos del turismo en
las ciudades observadas son sociales y espaciales y atraviesan distintos aspectos,
los planteamos en el siguiente orden: espacio público (plazas, vías, etc.), espacio
privado (uso residencial, comercial y de servicios) y dinámicas socioeconómicas de
la población (conducta laboral). Este tipo de análisis, tomado de autores como los
cubanos Asanza y Matute (2004) y la argentina Varisco (2008), trata de ser lo más
holístico posible y de facilitar la comparación.

Contextualización

Pasto fue fundada 1539 y Buga en 1573, ambas figuran entre las ciudades más
antiguas de Colombia. Pasto es la capital del departamento de Nariño, colindante
con Ecuador, y tiene una población de aproximadamente 440 mil habitantes. Buga
es una ciudad del departamento del Valle del Cauca, con capital en la ciudad de Cali.
Buga tiene unos 140 mil habitantes, y es una ciudad considerablemente más pequeña
que Pasto. Ambas ciudades pertenecen a la región andina colombiana y su economía
se ha basado principalmente en la agricultura y la agroindustria, con una impor-
tante participación del comercio. Sin embargo, en ambas ciudades hay una economía
emergente, basada en instalaciones y eventos que atraen cada vez mayor número de
visitantes. Pasto atiende especialmente al CNB como pico máximo de la afluencia
turística (primeros días de enero), por lo que su temporada alta gira alrededor del arte
y la cultura como manifestaciones identitarias. Buga, por su parte, se ha orientado
hacia el turismo religioso y se valoran los templos de la ciudad como parte de su cir-
cuito turístico, siendo la BSM el más relevante de todos. Dado este matiz religioso,
la temporada alta de Buga se ubica en Semana Santa, un período de vacaciones que
puede tener lugar en marzo o abril.

69
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

Transformaciones en el espacio público

Las transformaciones más emblemáticas en materia de espacio público en las


ciudades de Pasto y Buga se refieren a la remodelación de sus centros históricos,
que desde 1959 son monumentos nacionales de Colombia. En ambas ciudades este
proceso de renovación física se intensificó en los primeros años del siglo XXI, de
la mano con las políticas de patrimonialización de ciertos espacios, estructuras y
prácticas. Cada obra concreta (teatro, plaza, estación de ferrocarril, etc.) ha llegado
acompañada de una reglamentación formal que establece cómo y cuándo usarla.
Tal como lo menciona Coulomb (2001): los centros históricos patrimonializados se
convierten en fuente de desarrollo económico a través de la industria turística. Esto
ratifica que un bien, por lo general, es patrimonializado no sólo por su potencial de
identidad para la población local sino también por su capacidad de atraer turismo.
Tanto en Pasto como en Buga se han restaurado espacios estratégicos del Centro
Histórico. En el caso de Buga, por ejemplo, se han remodelado edificios y bienes
públicos tales como el teatro municipal y la antigua estación del ferrocarril, estruc-
turas que llegaron a considerarse inútiles según testimonios de habitantes de la ciu-
dad. Después de años de abandono en los que estos edificios literalmente se estaban
desmoronando, a principios del siglo XXI se empezó a resaltar su valor histórico e
identitario y su potencial de atracción turística. En el caso de Pasto, la Ley 706 de
2001 dio como resultado la creación de Corpocarnaval, organización dedicada a la
gestión y realización de la fiesta. Como nos lo contó Mónica Castro,3 funcionaria de
esta institución, uno de los primeros pasos fue la señalización de la Senda del Carna-
val, es decir, la definición de las calles que reciben el mayor impacto de los desfiles
y del evento cultural como tal. Dentro de este recorrido, se ubicaba el barrio Veinte
de Julio. Como se lee en el proyecto de la Alcaldía denominado “Plaza del Carnaval:
Recuperación cultural, física y social del Veinte de Julio. Municipio de Pasto”, lo que
se buscaba era la renovación física y estética del barrio Veinte de Julio, ubicado en
el centro de la ciudad y de manera adyacente a la plaza principal (Alcaldía de Pasto,
2011).
La población habitante del sector, que estaba localizada en inquilinatos o se trata-
ba de personas en trabajos sexuales riesgosos, fue dispersada y reubicada en otras
zonas de la ciudad, según el relato de Ana María Orbes, actual comerciante en una
de las calles adyacentes a la plaza.4 Estos problemas sociales fueron trasladados a
lugares menos visibles y menos “turistizables” de Pasto mientras la Plaza del Carna-
val se abría al público en el año 2003, convirtiendo algunas de las calles más difíciles
para la administración municipal en 20.000 m2 de espacio público vigilado por un

3 Una serie de charlas informales a lo largo de 2013.


4 Entrevista realizada en Pasto, el 10 de mayo de 2013.

70
Transformaciones Urbanas

puesto de Policía. En la actualidad los alrededores de la plaza están ocupados por


restaurantes, hoteles, licorerías, comercios de ropa, entre otros negocios. Si bien
el relato de los funcionarios que trabajaron en el proyecto denota la intención de
convertir el sector en un espacio adecuado para fiestas y desfiles en el centro de
la ciudad, los conflictos persisten y los comerciantes como Ana María se siguen
quejando de robos, intimidaciones y consumo de drogas sobre la calle 19, una
de las vías principales del centro de la ciudad. Quisimos entablar algún contacto
con las trabajadoras sexuales, que todavía hacen acto de presencia en la zona y a
quienes los comerciantes asocian con la inseguridad. Sin embargo, en medio de
la estigmatización esta población prefiere no dar declaraciones. Para una futura
agenda de investigación, esta población podría ser consultada a través de una
organización no gubernamental que nos facilite el acceso, evitando compor-
tamientos que les resulten incómodos y sospechosos.
Ante un fenómeno de afluencia masiva de turistas, las administraciones munici-
pales de las localidades afectadas orientan el desarrollo de la infraestructura vial de
tal forma que favorezca e incremente aún más estos desplazamientos (Arregui, 2001).
Tanto en Pasto como en Buga se han adelantado obras en este sentido tales como la
construcción de avenidas con bulevares y la peatonalización y señalización de calles.
La relación entre el turismo atraído por el patrimonio cultural y estas transforma-
ciones no siempre emerge a simple vista. Sin embargo, si recordamos que el turismo
urbano tiene lugar mayormente en los espacios públicos (Romeo, 2012), veremos
que lo que se expone como planes de regeneración urbana en busca de mejorar las
condiciones de los residentes, son también estrategias de adecuación de las ciudades
para los visitantes e inversionistas. El turista necesita de vías y medios de transporte
adecuados para recorrer la ciudad, de espacios públicos para transitar y atracciones
que visitar, y aunque estas se hayan pensado en función de la calidad de vida de los
residentes, los proyectos de renovación urbana en las ciudades del siglo XXI tam-
bién son pensados para beneficiar directa o indirectamente a la industria turística. Así
nos lo manifestó el exalcalde de Buga John Jairo Bohórquez,5 que defiende su obra
de peatonalizar algunas calles del centro afirmando que esto contribuyó a incremen-
tar el potencial turístico de la ciudad y a dinamizar otras economías y otras fuentes de
obtención de recursos públicos, a pesar que algunos habitantes lo señalan de haber
arruinado la movilidad vehicular.
En el caso de Pasto, otras transformaciones que pueden considerarse como apertu-
ra de espacios públicos -en la medida que están al acceso de un público generalizado
son la creación del Museo del Carnaval y del Centro de Documentación del CNB.
Ambos espacios han sido destinados a preservar de manera institucional la memoria
del Carnaval y han sido requisitos para lograr la declaratoria de patrimonio universal

5 Debate en el marco de la Semana Por el Patrimonio en Buga. 29 de septiembre de 2016.

71
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

de la UNESCO y ajustarse a sus estándares. También se incluyen como transforma-


ciones en el espacio público aquellas referidas a las terminales terrestres de ambas
ciudades y el aeropuerto de Pasto. Estos planes han contemplado la ampliación de
las locaciones para recibir mayor capacidad de personas y su adecuación estética. En
el caso de Buga ni siquiera existía una terminal terrestre como tal, sino paraderos
de buses improvisados alrededor de la antigua estación del ferrocarril, hasta que se
inauguró la actual instalación en el año 2007, ubicada a pocos minutos a pie de la
BSM.
A partir de lo anterior, podemos decir que ambas ciudades han experimentado
transformaciones urbanas en el espacio público asociadas al desarrollo turístico
como parte de un proyecto más amplio de diversificación de la economía, que busca
explotar mercados emergentes asociados a la prestación de servicios. Las leyes de
patrimonialización y de reglamentación del turismo terminan teniendo como efecto
tangible la inauguración o remodelación de plazas, museos, terminales, vías y cen-
tros históricos en su conjunto. Los funcionarios públicos, como nos lo han manifes-
tado, también pensaron estas transformaciones para la población local, en el mar-
co de un proceso de patrimonialización de espacios y prácticas y de recuperación
de la identidad. Sin embargo, de fondo había una intención por dinamizar sectores
económicos y hacer las ciudades agradables a los visitantes. Como afirma De la
Torre (1980), el surgimiento y desarrollo turístico de una localidad depende de y a
la vez favorece el desarrollo de sistemas de transporte público, de vías de comuni-
cación y la implementación de redes de suministros, servicios generales y sistemas
de telecomunicación.

Transformaciones en el espacio privado (diversificación de los usos del suelo)

Los destinos turísticos, como producto global, incluyen todo el conjunto de bienes
y servicios que son ofertados a los visitantes (Varisco, 2008). Los cambios en el uso
del espacio urbano, sugeridos por Asanza y Matute (2004) como impactos del turis-
mo en la configuración de la ciudad, vienen evidenciándose en Pasto y Buga desde
hace ya varios años y cada vez con mayor intensidad. Este desarrollo turístico no se
ha distribuido de forma homogénea en el espacio urbano, sino que ha generado con-
centraciones de la actividad alrededor de la materia prima de la industria turística:
las atracciones.
La Senda del Carnaval de Pasto y los barrios José María Cabal y La Merced de
Buga han experimentado una proliferación de locales de negocios donde anterior-
mente predominaban las residencias. A un ritmo cada vez más acelerado, las casas
de la zona son convertidas en hoteles, restaurantes, tiendas de suvenires, heladerías,
cafeterías y un largo etcétera. Algunas de las viviendas incluso son demolidas (cuan-
do no cuentan como patrimonio arquitectónico) y reemplazadas por estructuras más

72
Transformaciones Urbanas

modernas, más amplias y con más pisos de altura. Este proceso de (re)construcción
de las ciudades lo verificábamos diariamente en el trabajo de campo, conversan-
do con comerciantes como Andrés Quintero, bugueño que convirtió el primer piso
de su casa en un restaurante para aprovechar el dinamismo económico que había
traído la construcción del bulevar del Señor de los Milagros.6 Sin embargo, con el
ánimo de cuantificar la dimensión de este cambio, recurrimos a bases de datos de
las cámaras de comercio de cada ciudad. En estas bases de datos están registradas
todas las empresas con su dirección, ocupación y fecha de matrícula, entre otra
información relevante.
Estos cambios pueden ser leídos como resultado de un proceso de diversifi-
cación de la economía local, que sin abandonar la producción de bienes empieza
a desarrollarse en la prestación de servicios. Sin embargo, no es fortuito que estos
negocios se instalen precisamente en los centros de afluencia turística. Además,
muchas de estas empresas no existirían si dependieran exclusivamente del consu-
mo local y el mejor ejemplo lo constituyen los hoteles. En los centros turísticos de
Pasto y Buga la planta hotelera creció casi un 200% a partir del año 2000. En el
período que va desde 2000 hasta 2013, se abrieron más hoteles que durante todo el
siglo XX. En el caso de Buga, se puede agregar también la proliferación de tiendas
de suvenires y artículos religiosos (camándulas, imágenes y demás), que se han
dedicado a explotar económicamente el matiz religioso del turismo que recibe este
destino (ver tablas 1 y 2). Salvo algunas excepciones, estos locales se instalaron en
solares que tenían un uso residencial antes de 2000.
A la proliferación de hoteles y tiendas de suvenires podríamos sumar la de res-
taurantes, cafeterías, parqueaderos y un amplio abanico de negocios en torno a las
atracciones turísticas. Los proyectos desplegados desde las administraciones mu-
nicipales, en cuanto a readecuación de vías, medidas de acondicionamiento estéti-
co y construcción de plazas, avenidas y bulevares, dinamizan e intensifican este
proceso, al representar nuevas oportunidades de inversión en zonas antiguamente
residenciales. Específicamente, los solares contiguos a los bulevares de la Avenida
de los Estudiantes en Pasto y la Avenida del Señor de los Milagros en Buga han
experimentado una acelerada diversificación de los usos del suelo. En los centros
históricos de Buga y Pasto, la lógica de satisfacer demandas de los turistas ha sido
eje del (re)diseño y la administración de los espacios, influyendo en las inversiones
que realizan tanto la administración pública como los agentes privados.
Si se habla de cambios en los usos del suelo es porque ha habido desplazamiento
de población residencial. Se suele asociar a la actividad turística con procesos de
gentrificación y valorización del suelo, que se hace impagable para la población de
ingresos bajos. Sin embargo, las razones de este desplazamiento en Buga y en Pasto

6 Entrevista realizada en Buga, el 3 de marzo de 2013.

73
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

son más variadas y complejas. La construcción de la Plaza del Carnaval en Pasto


efectivamente formó parte de un proyecto de “recuperación” (valorización vía
comercio y servicios) de una zona del centro habitada por población estigma-
tizada, y dio lugar a la diversificación de usos del suelo a su alrededor. Pero hay
otros espacios, como la Avenida del Señor de los Milagros y la Avenida de los
Estudiantes, donde anteriormente predominaba una población de ingresos altos
que se ha ido marchando hacia viviendas más modernas y alejadas del tráfico, el
ruido y las basuras que produce la interacción turística. Así lo afirmó John Ver-
gara,7 comerciante bugueño que vendió su casa y se desplazó hacia el sur de la
ciudad en busca de mayor tranquilidad, específicamente en los fines de semana.
Igual opinión manifiesta José Duarte,8 pensionado que está pensando vender su
casa en la Avenida de los Estudiantes de Pasto, porque los cambios de usos del
suelo están trayendo negocios dedicados al ocio y la vida nocturna, cuyos clientes
son en muchos casos personas ebrias y ruidosas (“borrachos bullosos”, nos dice).
Así, pudimos observar que los desplazamientos intraurbanos provocados por la
turistización de las ciudades y la diversificación de los usos del suelo pueden
apuntar en múltiples sentidos y algunas veces el traslado es más voluntario que en
otras. Si bien se suele ligar el desarrollo turístico a prácticas de gentrificación por
la elitización de los destinos (Coulomb, 2001), también sucede que la población
acomodada abandona estos espacios considerando que se han degradado.
Finalmente, el fenómeno de las viviendas-negocio comprueba que el turismo no
sólo ha cambiado el uso del espacio a lo largo de los años, sino que lo dinamiza y
lo diversifica en cada temporada alta (Caicedo, 2013). Se trata de estructuras de uso
residencial ubicadas cerca de la BSM en el caso de Buga o de la Senda del Carnaval
en la ciudad de Pasto, es decir, en pleno centro turístico de estos destinos. En Semana
Santa en Buga y durante el carnaval de Pasto hay garajes que se convierten en par-
queaderos, baños que se alquilan y algunas viviendas que se transforman en hostales
improvisados, entre otros negocios temporales orientados a la explotación económi-
ca de los picos turísticos. En definitiva, las interacciones sociales generadas a partir
del turismo tienen la capacidad de configurar el territorio, trasladar poblaciones y
redefinir la manera como la población se distribuye en el espacio, lo compra y lo
vende. En este contexto, no está de más advertir que la proliferación de negocios
vinculados al turismo no necesariamente implica que mejoren las condiciones de
cada empresa en particular. Al respecto, Amparo Silva, propietaria de un restau-
rante, mencionó que sus ganancias se habían reducido casi 60% entre 2011 y 2013.
Amparo señaló: “los turistas son más, pero la competencia también”.9

7 Entrevista realizada en Buga, el 8 de junio de 2013.


8 Una serie de charlas informales desde 2013 hasta la actualidad.
9 Entrevista realizada en Buga, el 30 de abril de 2013.

74
Transformaciones Urbanas

Transformaciones en las dinámicas socioeconómicas de la población local

Uno de los principales impactos de la industria turística enunciados por Jafari


(2005) es la inserción de la población local, sus creencias y sus costumbres dentro
de las dinámicas del mercado, lo que a su vez termina cambiando las intenciones
y prácticas originales. Si bien este efecto es evidente a lo largo del año, tiene su
estallido en las temporadas altas. Al respecto, se podría decir que en Pasto se con-
figura una economía del carnaval mientras que en Buga se da una comercialización
de la religión, procesos que terminan influyendo en la dinámica social, económica
y cultural de ambas ciudades.
La proliferación de empresas dedicadas a ofrecer bienes y servicios a los visi-
tantes conlleva además un incremento en la demanda de mano de obra para el sector
turístico. En el caso de Buga, por tratarse de una ciudad más pequeña y con una ac-
tividad turística mucho más concentrada en el espacio, pudimos observar con mayor
facilidad el incremento en la demanda de mano de obra para el sector turístico, esto
a partir del análisis de la base de datos de empresas matriculadas en la Cámara de
Comercio. Pudimos verificar que los empleos generados por empresas vinculadas
al turismo religioso se han incrementado hasta casi cuadruplicarse en el período
2000-2013 (ver tabla No. 3), considerando que en estos datos sólo cuentan empleos
formales y no cubren la infinidad de trabajos remunerados y negocios que se generan
en el plano de la informalidad y de los cuales también tuvimos registro.
Estos datos demuestran que, ante un fenómeno de afluencia turística masiva, par-
te de la población receptora tiende a ajustar su conducta laboral a las demandas y
necesidades de los visitantes, algunos con una posición más exploratoria y temporal,
y otros comprometiendo todo su tiempo y dinero en esta industria emergente. El au-
mento en la demanda de mano de obra es incluso mayor de lo que se ha dicho si se
tiene en cuenta que durante las temporadas altas estas empresas suelen requerir más
empleados para atender la afluencia de visitantes. Durante Semana Santa en Buga y
el carnaval en Pasto, se contrata personal temporalmente, siendo los más solicitados
los meseros, botones y repartidores. Las grandes afluencias de turismo durante las
temporadas altas también desencadenan movimientos pendulares de comerciantes
informales, uno de los impactos del turismo que genera mayor tensión y disputa
entre grupos de interés (Asanza y Matute, 2004). A pesar de las presiones por parte
del comercio formal de la ciudad destino y de la Policía, en las temporadas altas
siempre se presenta un aumento progresivo del comercio informal. En diálogo con
ellos, muchos de estos vendedores alardean que sus mercancías son más baratas por
estar “libres de impuestos”, lo que suena como una provocación para los empresarios
locales.10 Los comerciantes formales de Buga llevaron esta situación al Concejo Mu-

10 Charlas informales en el marco del CNB en Pasto y Semana Santa en Buga.

75
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

nicipal, esperando que se resolviera a su favor. Sin embargo, como nos lo comentó
una concejala que prefirió reservar su nombre, los informales y ambulantes también
tuvieron su representación en el Concejo, que detuvo el proceso en nombre de los
derechos al trabajo y al libre movimiento.11
Adicionalmente a los cambios en la conducta laboral de parte de la población,
el turismo define también el tipo de bienes que el comercio ofrece. En Pasto, cada
temporada alta da lugar a lo que Fierro (2014) ha denominado “economía del car-
naval”, caracterizada por demandas y ofertas “de temporada” a las que se orienta
todo el comercio, como pistolas de agua, espuma carioca, cosmético, antifaces,
etc. Por su parte, para el caso de Buga, Caicedo (2013) recurre al concepto de
“comercialización de la religión” de Blanco y Cánoves (2011), que se manifiesta
en la proliferación de tiendas de artículos religiosos, en los nombres de los locales
comerciales (Leña Santa, San Miguel, Juan Pablo II, etc.) y en la estrategia de
recurrir a elementos religiosos en la publicidad (se habla de platos con “sabor ce-
lestial” o “promociones como caídas del cielo”, por ejemplo).
Durante las temporadas altas, una buena porción de la población local cambia de
ocupación y convierte sus locales o viviendas en tiendas, parqueaderos y hostales
para los turistas. En Pasto, durante el giro hacia la economía del carnaval, hay flo-
risterías que venden cerveza y espuma carioca. Por su parte, en la Semana Santa
de Buga, cuando la comercialización de la religión se hace más evidente, pueden
verse bares y discotecas vendiendo veladoras e imágenes religiosas. En ambas
ciudades-destino pudimos apreciar que la conducta laboral y las iniciativas de in-
versión de la población local (también de los comerciantes informales foráneos) se
encaminan a la explotación económica de la afluencia turística y de sus más altos
picos, orientando la oferta de bienes y servicios hacia lo que se sabe o se cree que
querrán consumir los visitantes.

Comentarios finales

Con este trabajo pretendemos destacar la importancia del desarrollo de investiga-


ciones con un enfoque socioespacial, que tengan en cuenta tanto el espacio geográ-
fico como las interacciones sociales que tienen lugar en él. Es necesario dejar de
concebir el espacio geográfico y físico como una variable separada de los individuos,
sus prácticas y sus representaciones, pues un espacio adquiere relevancia por los
usos sociales que le da una comunidad, y las interacciones deben ser entendidas y
contextualizadas de acuerdo al espacio en que tienen lugar. Este ejercicio mental es
lo que Harvey (1977: 16) denominó “imaginación geográfica”, pensando en el rol y
los efectos que juega el espacio en los sujetos, sus transacciones y organizaciones.

11 Charla informal en Buga, en septiembre de 2016.

76
Transformaciones Urbanas

De esta forma se logra comprender que los fenómenos sociales como el turismo son
un hecho social total que involucra transformaciones físicas en los paisajes y territo-
rios, así como distintas formas de interacción entre poblaciones humanas.
La proliferación de políticas culturales y de salvaguarda del patrimonio cultural
a partir de la Constitución de 1991 está ligada al ingreso de ciudades como Pasto y
Buga al mercado cultural y turístico mundial. Es evidente que tanto el carnaval como
las prácticas religiosas han sido utilizados como piezas clave para la creación de una
imagen de ciudad: una Pasto cultural y artística y una Buga colonial y católica. Esta
imagen, aunque en realidad sea un reduccionismo de ciudades que son mucho más
diversas, ha influido en toda una serie de inversiones que siguen el ejemplo de otras
urbes. La explotación de una imagen cultural brindada por un carnaval o una fiesta
popular o religiosa ya se ha realizado con éxito en otras partes del mundo. Oruro,
Río de Janeiro y Barranquilla son ejemplos de esta situación en lo que se refiere a los
carnavales; Roma, Jerusalén y La Meca ejemplifican la experiencia de los grandes
flujos de peregrinación y sus efectos sociales y económicos.
En el caso de las ciudades de Pasto y Buga, los procesos de patrimonialización
e institucionalización de sus fiestas y centros históricos han ido de la mano con los
procesos de inserción en el mercado turístico y de regeneración urbana. Es decir,
patrimonialización, institucionalización y turistización de las ciudades han ido a la
par desde hace más de 20 años. Esta producción simbólica de la ciudad recurre a
la seducción de pasados recreados y futuros deseados con el ánimo de dotarla de
sentido, exaltando sus referentes identitarios a la vez que le da una clara orientación
al consumo y la inversión: qué vender y en qué trabajar para explotar la afluencia
turística (Ruiz Ballesteros, 2003). En ambas ciudades, este proceso ha requerido
una cuantiosa inversión en publicidad, relaciones públicas e inclusión en redes y
políticas que las vinculan a otras con atracciones o eventos similares. Ejemplos de
lo anterior son la Red de Pueblos Patrimonio a la que pertenece Buga o la declara-
toria del CNB como patrimonio inmaterial de la humanidad, que si bien no concede
recursos directamente de la UNESCO, es usada por Corpocarnaval y la Alcaldía de
Pasto como capital simbólico para solicitar recursos ante el gobierno central y la
empresa privada.
Con los cambios que se están dando a nivel mundial, las ciudades del siglo XXI
intentan ingresar en un mercado de consumo donde ofertan y solicitan todo tipo de
bienes y servicios entre los cuales se encuentra su propia “piel” (Aznarez, 2008). En
este mercado global, todo es susceptible de ser comercializado y consumido, incluso
los territorios, los paisajes y las costumbres, todo lo cual se rediseña y se adecúa para
la atracción del turismo y la inversión. Lo que hemos querido demostrar es que las
ciudades de Pasto y Buga no están fuera de esta lógica. El CNB y las prácticas reli-
giosas de Buga, además de ser las principales atracciones turísticas de estas ciudades
son su “piel”, su símbolo distintivo ante el mundo globalizado.

77
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

Los hallazgos de esta investigación en cuanto a la relación turismo-espacio pú-


blico nos llevan a afirmar que las modificaciones urbanas orientadas a mejorar la
calidad de vida de los habitantes de una ciudad (planes de movilidad, aumento de
espacio público, etc.), también llevan la intención de hacer a las ciudades más atrac-
tivas e incentivar las visitas y la inversión. Esta situación se hace más evidente cuan-
do se tiene en cuenta que el espacio público viene a ser la carta de presentación de
un destino turístico, puesto que los visitantes dedican una gran parte del tiempo a
pasear por bulevares, parques y plazas que las distintas alcaldías han implementado
con este fin. En el caso de Buga, dada su dinámica de comercialización de la religión,
los templos católicos han sido incorporados a este circuito turístico, y tanto las em-
presas privadas como la administración municipal invierten en su conservación y en
la organización de los eventos a su alrededor, sin que esto genere conflicto con los
principios laicos del Estado colombiano.
Las ciudades del siglo XXI, a nuestro parecer, son ciudades en las que se amal-
gaman patrimonio cultural y mercado, costumbres locales y civilización global, vie-
jas tradiciones y nuevos turismos. Esta amalgama parece darse con espontaneidad
pero no está exenta de conflicto, ya que entre la población puede haber infinidad
de formas de concebir el desarrollo turístico. Una ciudad destino contiene desde el
comerciante de licores hasta el pensionado que se siente desplazado por la licorería,
desde el comerciante informal que defiende su derecho al trabajo, hasta el formal
que argumenta que lo están sometiendo a una competencia injusta. Buga y Pasto
tienen antiguas tradiciones que durante años han atraído viajeros, sin embargo, dado
el progresivo aumento de la afluencia turística se ha hecho necesario reglamentar
esta actividad, así como los usos del patrimonio. Los desacuerdos entre los actores
seguramente continuarán y en este sentido serán una gran herramienta los planes
redactados por administraciones municipales pasadas, facilitando la resolución de
conflictos y la planificación a largo plazo.

Tablas

Tabla 1. Crecimiento de la planta hotelera en Pasto

Período Hoteles
Años 70, 80, 90 63
2000 a 2013 117
Total 180
Fuente: elaboración propia a partir de la información brindada por la Cámara de
Comercio de Pasto.

78
Transformaciones Urbanas

Tabla 2. Crecimiento de la planta hotelera y la oferta de suvenires en Buga

Período Hoteles Tiendas de Art. Religiosos


Años 70, 80, 90 14 1
2000 a 2013 24 59
Total 38 60
Fuente: elaboración propia a partir de la información brindada por la
Cámara de Comercio de Buga.

Tabla 3. Empleos generados por el sector turístico en Buga


Total
Período Hoteles Rest. Art. Religiosos Agen. De Viajes Parq. Cafeterías Empleos
Antes de
2000 80 3 1 8 2 2 96
2000-
2009 34 9 15 1 8 23 90
2010-
2013 23 69 62 4 5 27 190

Total 137 81 78 13 15 52 376


Fuente: elaboración propia a partir de la información brindada por la Cámara de
Comercio de Buga.
Bibliografía
Alcaldía Municipal de San Juan de Pasto (2011). Pasto, ciudad sorpresa de Colom-
bia (2da ed.). San Juan de Pasto: Alcaldía Municipal de San Juan de Pasto.
Arregui, J. (2009). El turismo religioso como dinamizador sostenible del territorio:
el caso de Torreciudad. Trabajo presentado en el Segundo Congreso de Turismo
en Montaña. Huesca, España.
Asanza, P. & Matute, M. (2004). Elementos de sociología del turismo. Trabajo de tit-
ulación de pregrado, Departamento de Sociología, Universidad de Oriente, Cuba.
Aznarez, M. (2008, Oct. 12). Me interesa la piel de las ciudades. El País (Esp.). Re-
cuperado de http://elpais.com/diario/2008/10/12/eps/1223792809_850215.html.
Caicedo, J. (2013). Peregrinación y turismo: la configuración de la ciudad de Buga
como destino turístico. Trabajo de titulación de pregrado, Departamento de Cien-
cias Sociales, Universidad del Valle, Colombia.
Coulomb, R. (2001). Modelos de gestión de los centros históricos de América y el
Caribe. En busca de la integralidad, la gobernabilidad democrática y la sostenibi-
lidad. En Carrión, F. (coord.), La ciudad construida (pp. 77-95). Quito: Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
De la Torre, O. (1980). El turismo. Fenómeno social. México: Fondo de Cultura
Económica.

79
Viejas tradiciones y nuevos turismos en Pasto y Buga (Colombia)

Fierro, C. (2014). Carnaval de Negros y Blancos, turismo y transformaciones urba-


nas en la ciudad de San Juan de Pasto. Trabajo de titulación de pregrado, Depar-
tamento de Ciencias Sociales, Universidad del Valle, Colombia.
Harvey, D. (1979). Procesos sociales y forma espacial: los problemas conceptuales
de la planificación urbana. En Urbanismo y desigualdad social (pp. 15-45). Ma-
drid: Siglo XXI Editores.
Jafari, J. (2005). El turismo como disciplina científica. Política y Sociedad, (42)1,
39-56.
MacCannell, D. (1989). The tourist: a new theory of the leisure class. London: Uni-
versity of California Press.
Mauss, M. (1971). Ensayo sobre los dones. Razón y forma del cambio en las socie-
dades primitivas. En Sociología y Antropología (pp. 155-162). Madrid: Tecnos.
Rivera Borrayo, E. (2010). El turismo y la construcción de escenarios e imagen de la
ciudad-metrópoli: Guadalajara los retos y procesos de transformación de sus es-
pacios. Topofilia: Revista de Arquitectura, Urbanismo y Ciencias Sociales Centro
de Estudios de América del Norte, (2)1. Recuperado de http://148.228.173.140/
topofiliaNew/assets/rivera.pdf
Romeo, N. (2012). Turismo y su influencia en el diseño del espacio público y la re-
generación urbana. Tesis de maestría, Maestría en Diseño Urbano: Arte, Ciudad,
Sociedad, Facultad de Bellas Artes, Universidad de Barcelona, España. Recuper-
ado de http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/26303
Ruiz Ballesteros, E. (2003). Ciudad Bahía, entre la entelequia y la pragmática. Peri-
férica: Revista para el análisis de la cultura y el territorio, 4, 98-117.
Santana-Talavera A. (2003). Turismo cultural, culturas turísticas. Horizontes
Antropológicos, 9(20), 31-57. Recuperado de http://www.scielo.br/pdf/ha/v9n20/
v9n20a02.pdf
Varisco, C. (2008). Desarrollo turístico y desarrollo local: la competitividad de los
destinos turísticos de sol y playa. Tesis de maestría, Maestría en Ciencias Socia-
les. Universidad de Mar del Plata, Argentina.

Material audiovisual

Alcaldía Municipal de San Juan de Pasto; FINDETER & Ministerio de Cultura de


Colombia (2004). Plaza del Carnaval. Espacio de vida y cultura. Material audio-
visual facilitado por la Corporación del Carnaval de Negros y Blancos (CORPO-
CARNAVAL).

80
Transformaciones Urbanas

UN PROYECTO ESTRATÉGICO EN ÍNTAG.


TENSIONES TERRITORIALES Y DISEÑO DEL ESPACIO

Diana Carolina Murillo Martín

Socióloga de la Universidad Nacional de Colombia-Bogotá,

Maestría en Desarrollo territorial rural en FLACSO, Ecuador,

Investigadora y consultora independiente y Miembro del Colectivo de


Geografía Crítica del Ecuador.

Recibido: 14-05-2016 Aprobado: 12-10-2016

Resumen

En este artículo describo las tensiones territoriales que ha conllevado la explo-


ración minera por parte de la ENAMI EP y CODELCO en Íntag. Allí encontramos
personas y organizaciones que se oponen a la transformación de su espacio de vida,
por medio de técnicos que lo conciben como un potencial espacio de acumulación
del gran capital, un espacio abstracto en los términos de Lefebvre (1974). Parto del
planteamiento de que la minería a gran escala, incluso en su etapa de exploración,
hace parte de procesos de apertura de espacios de acumulación de capital, que mu-
chas veces vienen acompañados de mecanismos de despojo. Éste no es sólo material,
también es simbólico y cultural y por lo tanto desterritorializa (Haesbaert, 2011).
De esta forma, en este artículo expongo la manera cómo se ha dado ese diseño del
espacio en Íntag, el papel de las instituciones estatales y las territorialidades que se
superponen allí, y el proceso de des-re-territorialización que se viene desarrollando.

Palabras clave: territorialidad, des-re-territorialización, conflicto, ambiente,


minería, extractivismo.

Abstract

In this paper I describe the territorial tensions related with the mining exploration
of ENAMI EP and CODELCO in Intag. There we find people and organizations
that are against the transformation of their everyday life space into a planned space
(from technical terms like a big capital’s accumulation space), an abstract space in
Lefebvre terms (1974). I start from the approach that the large-scale mining, even
in its exploratory phase, is part of the opening process of capital accumulation, of-

81
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

ten accompanied by dispossession mechanisms. That is not just material, it is also


symbolic and cultural, therefore desterritorializes (Haesbaert, 2011). In this way, I
expose in this paper how the design of the space has been happening, the role of the
State institutions and the territorialities that are overlapped, and the des-re-territori-
alization process that has been developing in Intag.

Keywords: territoriality, des-re-territorialization, environment, mining, extrac-


tivism.

82
Transformaciones Urbanas

INTRODUCCIÓN ECUADOR EN EL MARCO DEL AUMENTO


DE LA EXPLORACIÓN MINERA MUNDIAL

El Banco Mundial (2005) indica que la inversión mundial en exploración minera


entre 1990 y 1997 aumentó un 90%, mientras que en América Latina durante el
mismo periodo se cuadruplicó la inversión. Así en 2010 la región se convirtió en
el mayor destinatario de trabajos de exploración minera: en primer lugar para la
búsqueda de oro, en segundo, para la de cobre (Metals Economics Group, 2011). El
incremento del interés minero a nivel global se relaciona con el aumento de los pre-
cios de los metales en el mercado mundial, vinculado con el crecimiento exponencial
de países emergentes como India y China demanda hierro, cobre y aluminio (Sacher
y Acosta, 2012; Altomonte et al., 2013). Estos elementos evidencian la apertura de
nuevos espacios de acumulación de capital (Gordon & Webber, 2008).
El aumento de proyectos de exploración y explotación minera ha sido una
constante en los países latinoamericanos. Ecuador no ha sido la excepción, en
la década de 1990, en el contexto de gobiernos de corte neoliberal, se otorgaron
numerosas concesiones mineras. Desde el 2000 este proceso se acentuó, igual que
los conflictos sociales producidos por la presencia de las empresas mineras en los
territorios. Para el 2008 el 20% del Ecuador estaba concesionado para minería,
incluyendo áreas protegidas, bosques protectores, territorios indígenas, tierras
agrícolas, y las concesiones estaban en pocas manos (Latorre & Herrera, 2013). Así
mismo, tampoco había Estudios de Impacto Ambiental (EIA) ni consultas previas
rigurosas para desarrollar actividades mineras (Sacher y Acosta, 2012).
En un periodo de efervescencia social, la oposición a las actividades mineras
en varias regiones del país se fue articulando. En esta coyuntura es elegido como
presidente Rafael Correa, del movimiento de Alianza País, en el que convergían
demandas de los movimientos sociales, incluidos los anti-mineros. El Presidente
se comprometió a respetar los derechos de la Naturaleza, frenando el desordenado
marco legal de las actividades mineras, además de otras medidas. De este modo se
produce un nuevo contexto legislativo e institucional en el que se da continuidad al
extractivismo pero con programas de redistribución de la renta, en un modelo que en
la academia se ha llamado neoextractivismo (Gudynas, 2012).
Este nuevo modelo buscaba reducir relaciones clientelares empresa-comunidad,
y mejorar la organización de las acciones estatales mediante la coordinación de ins
tituciones y ministerios para el desarrollo de las comunidades (Estratégico, 2015).
Así, el artículo 93 de la Ley de Minería del Ecuador plantea que el 60% de las re-
galías por venta de minerales se destinarían a proyectos productivos y desarrollo
local a través de gobiernos municipales y juntas parroquiales. Igualmente, fue creada
la empresa pública Ecuador Estratégico, que representa al Estado en la distribución
de rubros, priorizando las comunidades donde los proyectos estratégicos tienen in-
fluencia directa. Las regalías podrían ser usadas por gobiernos autónomos descen-

83
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

tralizados si éstos presentan proyectos, evaluados por el Banco del Estado, si no,
serán usadas por el Gobierno central a través de Ecuador Estratégico.

Llurimagua: un proyecto estratégico

La región de Íntag está en el noroccidente del Ecuador, en el cantón de Cotacachi


(Imbabura), es una zona de gran biodiversidad por su ubicación estratégica entre los
Andes tropicales y el corredor Tumbes-Chocó-Magdalena. Está compuesta en gran
parte por bosque nublado, un ecosistema que se caracteriza por una alta inciden-
cia de especies endémicas (Kocian, Batker, & Harrison-Cox, 2011). Actualmente en
esta zona está uno de los proyectos mineros emblemáticos del gobierno, Llurima-
gua, encabezado por la empresa pública ecuatoriana ENAMI EP y la pública chilena
CODELCO. Esta iniciativa está en etapa de exploración avanzada, con el fin de
determinar las características y concentración de cobre en la zona, en una concesión
de 4.839 hectáreas.
No obstante, Íntag ya ha estado en la mira de dos proyectos mineros antes. Desde
1980 se han adelantado trabajos de exploración, pero los más relevantes fueron los de
la compañía japonesa Bishi Metals en 1990, y la Ascendant Cooper Corporation en
2002. La Bishi Metals estuvo con la Japan Internacional Cooperation Agency (JICA)
entre 1990 y 1997 en Íntag. En esta ocasión, la empresa ingresó sin resistencia de
la comunidad ya que, según afirman algunas personas, había un desconocimiento de
los objetivos de la empresa y de la minería (Álvarez, 2000). Sin embargo, cuando
empezó a evidenciarse la contaminación de ríos vitales1 para la comunidad y aumentó
el conocimiento de los efectos de la minería por parte de la comunidad, se exigió un
Estudio de Impacto Ambiental (inexistente hasta el momento). Este informe se elaboró
para la etapa de explotación, no para la exploración, adelantándole a la comunidad
los efectos nocivos que podría implicar una actividad extractiva de esta magnitud.
El Estudio de Impacto Ambiental de la Bishi Metals expuso que una explotación del
cobre en Íntag conllevaría a la deforestación, contaminación del río Íntag, derrumbes,
cambios en la flora y fauna, desertificación, cambio del clima local y desplazamiento
de comunidades (López Oropeza, 2012; Kocian, Batker, & Harrison-Cox, 2011).
Es en este momento se fortalece la resistencia a la minería, pensando estrategias de
alternativas productivas al extractivismo minero apoyada de organizaciones nacionales
e internacionales (Bebbington, 2007).
Así, la defensa del territorio ante la amenaza de la mega-minería ha estado unida
a la búsqueda de iniciativas productivas acordes a las necesidades y posibilidades
locales. Entre estas iniciativas está la producción y comercialización de café orgáni-
co, productos de aseo personal y belleza a base de aloe, el estímulo a la agricultura

1 La contaminación continúa hasta hoy en día. Ver Knee, Karen y Escalada, Andrea. “La calidad del agua en la
zona de Íntag (Imbabura) y su relación con el uso del suelo”. Consultado en http://es.scribd.com/doc/94233843/
Informe-Calidad-de-Agua-Intag-Vf#scribd.

84
Transformaciones Urbanas

de subsistencia desde la diversidad, la elaboración de artesanías de cabuya, el turis-


mo ecológico, proyectos hidroeléctricos, la consolidación de reservas comunitarias
(42.000 hectáreas de bosques), entre otras. Desde estas propuestas se plantea un
modelo territorial que busca ser transparente, participativo, que parta de lo local y
que tenga equidad de género (poblador San José de Magdalena, entrevista, 2015).
A pesar de la resistencia, y de haber logrado sacar a la empresa japonesa en 1997,
en 2002 la concesión fue concedida a un expresidente de la Cámara de Minería, y
en 2004 a la canadiense Ascendant Cooper Corporation, la cual tuvo una presencia
más violenta en la zona. La comunidad denunció que la compañía ejerció presión
en las organizaciones locales y la población. En 2006 se dieron enfrentamientos
violentos entre un grupo armado irregular contratado por la empresa y personas de
la comunidad (Colectivo de Investigación y Acción Psicosocial, 2014). Las denun-
cias de presuntas violaciones a los derechos humanos hicieron que el Ministerio de
Minas y Petróleo exigiera la suspensión de las actividades de la canadiense. A su
vez, las denuncias de la comunidad tuvieron eco en la Bolsa de Valores de Toronto
por perjuicios, amenazas de muerte e intimidación en 2009. Varios accionistas qui-
taron su participación de la compañía, ésta quebró y salió de la Bolsa.
Estos antecedentes marcan un historial de resistencia a la minería en esta zona,
que es vista como ‘conflictiva’ por los que incentivan la minería. En los “Enlaces
ciudadanos”2 se afirma por ejemplo que la población de Íntag hace parte de los
“tirapiedra de siempre”, quienes impiden el desarrollo de la zona (Enlace ciudadano
341 de septiembre de 2014). Incluso dentro del Estudio de Impacto Ambiental
de Cardno para la ENAMI EP y CODELCO, se incluyen “los actos de sabotaje o
terrorismo” como un riesgo moderado dentro de lo social.

Los actos de sabotaje o terrorismo en el proyecto son impredecibles


por la naturaleza furtiva y discontinua de los delincuentes o de individuos
opuestos al desarrollo del proyecto. Cabe explicar que el retener personal
en contra de su voluntad para conseguir un objetivo, si bien puede leerse
como una medida de presión (utilizada muy a menudo en casos de conflictos
socio-ambientales entre comunidades y empresas), también constituye un
acto ilegal, catalogado como secuestro. De ocurrir este tipo de eventos,
sea por delincuencia o por medidas de hecho en situaciones de conflicto,
las consecuencias serían serias. Adicionalmente, es importante mencionar
que la protección de la policía y seguridad privada disminuyen las
probabilidades de que este riesgo suceda, por lo que se ha definido este
riesgo como 3C (MODERADO)(CARDNO 2014, p.217).

2 “El Enlace Ciudadano permite al Primer Mandatario rendir cuentas de su gestión a todos los ecuatorianos, quienes,
por este medio, están al tanto de temas coyunturales, así como de la gestión gubernamental en diversos ámbitos.
Dada su importancia política, este espacio se ha convertido en referente mediático y fundamental para la opinión
pública” (Secretaría Nacional de Comunicación s.f.).

85
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

Transformaciones y tensiones territoriales durante la exploración minera avanzada

El territorio está en permanente transformación. Como afirma Haesbaert: “[…] la


vida es un constante movimiento de desterritorialización y reterritorialización, o sea,
siempre estamos pasando de un territorio a otro, abandonando territorios, fundando
nuevos” (2011, pág. 115), en este sentido, reconocemos que el territorio mantiene
movimientos de des-re-territorialización permanentes. Este concepto es sinónimo
de apropiación y subjetivación, es un conjunto de proyectos y representaciones que
a su vez genera una serie de comportamientos en los tiempos y espacios sociales
(Haesbaert, 2013). Desde esta perspectiva analizaré los movimientos del territorio
y la territorialidad a partir de transformaciones en el espacio que se han dado con la
presencia de la iniciativa minera en Íntag.
El proyecto minero se ha reactivado hace unos años pese a la resistencia que
ha existido en la zona. En este momento está en fase de exploración avanzada,
operado por la ENAMI EP y CODELCO. La exploración es una actividad que
suele considerarse inofensiva, pero, aunque no implique transformaciones sig-
nificativas en el espacio o uso de la tierra como los de la explotación, muchas veces
viene acompañada de procesos violentos (Machado, y otros, 2011) como la entrada
a terrenos sin permiso previo de sus propietarios, cambios en el suelo que oca-
sionan erosión, o contaminación de fuentes de agua con desechos sólidos o líqui-
dos de campamentos abandonados (Duhaime, Bernard, & Comtois, 2005). En este
sentido podemos decir que el extractivismo, incluso en las etapas de exploración,
puede ocasionar procesos de despojo. Estos procesos son constitutivos de la aper-
tura de nuevos espacios de acumulación de capital, que incluyen distintas formas
de desposesión material (tierra como medio de producción), como desposesión en
el sentido simbólico de pertenencia y arraigo con la eventual transformación de
territorialidades concretas en esos lugares, despojando y transformando significa-
dos y relaciones de y entre las poblaciones locales.3
Es importante decir que el ingreso a Íntag de los técnicos y maquinaria para esta
nueva exploración no pasó desapercibida. Un antecedente importante es la detención
en abril de 2014 del presidente de la comunidad de Junín y la persecución de su
hermano bajo los cargos de ‘rebelión’ por una presunta agresión al personal de la
ENAMI EP cuando ésta intentó ingresar por primera vez a la comunidad. Poste-
riormente, en mayo, con la comunidad consternada aún por el apresamiento de su
presidente, ingresa el personal de la empresa acompañado por la Gobernación de
Imbabura y la Policía Nacional con el fin de recoger las muestras requeridas para la
elaboración del EIA.

3 Debo decir, que si bien muchos de los aspectos descritos en este artículo coinciden con elementos de acumulación
por desposesión (Harvey, 2003) o acumulación originaria reiterada (Midnight Notes Collective, 2012), considero
que este análisis requiere un tratamiento más profundo. Por ello me refiero a ‘despojo’ a secas, con la finalidad de
seguir profundizando en el análisis en ocasiones posteriores.

86
Transformaciones Urbanas

Cabe destacar que la presencia de los miembros de la Policía Nacional,


fue con el fin de garantizar la seguridad del personal de la ENAMI, ya que,
en base a experiencias anteriores, se ha tenido conflictos con grupos de
‘ecologistas’, quienes se oponen a la minería (Gobernación de Imbabura,
2014).
La participación de estas dos últimas entidades hace parte de una estrategia inte
rinstitucional de ingreso, expuesta en el Informe de Gestión de la ENAMI EP, con el
objetivo de entrar y desarrollar “buenas relaciones con las comunidades en la zona de
influencia del proyecto” (ENAMI EP, 2014). En esta alianza interinstitucional partici-
pan Ministerios y entidades de representación local del Gobierno: el Ministerio Coor-
dinador de los Sectores Estratégicos, Ministerio de Agricultura Ganadería, Acuacultu-
ra y Pesca (MAGAP), el Ministerio de Recursos Naturales No Renovables, Ecuador
Estratégico, el Ministerio de Salud Pública, la Gobernación de Imbabura.
La zona de Íntag estuvo custodiada por la policía el 8 de mayo de 2014, con mayor
presencia en las parroquias de García Moreno y Peñaherrera. Algunas personas de la
zona denunciaron la limitación de la libertad de circulación, y la intimidación a or-
ganizaciones y personas que son visiblemente opositoras a la minería (Comisión de
organizaciones defensoras de derechos humanos y la naturaleza, 2014). Entre mayo
y junio hubo cerca de trescientos policías en las zonas aledañas a Junín (Colectivo
de Investigación y Acción Psicosocial Ecuador, 2015) Los policías que estaban en
Junín buscaron alojamiento y alimentación en casas de la comunidad, pagándoles a
las familias que los hospedaran. Esta presencia irrumpió la cotidianidad, invadiendo
espacios íntimos de las familias, se fomentó la desconfianza entre las personas de la
comunidad y el temor por las consecuencias de la oposición al proyecto minero con
el antecedente del proceso judicial contra los dos comuneros.
Aunque las restricciones al libre tránsito estuvieron más generalizadas entre mayo
y julio de 2014, no se han eliminado del todo. La presencia policial ha disminuido,
pero persiste, sobretodo en algunos sectores de la Reserva Comunitaria de Junín en
donde hay plataformas de exploración o se están instalando. El paso es restringido
porque se argumenta que es una ‘zona industrial’ (recorrido en la Reserva Comuni-
taria Junín, 2015). Esta limitante ha reducido el turismo ecológico que se hacía en la
Reserva Comunitaria, perjudicando una de las iniciativas productivas de la zona. Así
mismo, debe entenderse como una forma de ejercer control sobre el espacio, contro-
lando caminos y tránsitos, siendo una manera de territorializar el proyecto extractivo
y de desterritorializar las iniciativas opuestas al extractivismo en la medida que se
excluye el ingreso de las personas ajenas a la empresa minera.
A nivel más regional, en la zona de Íntag ha habido otros cambios. El agua y la
energía son fundamentales en un proyecto minero, sobre todo cuando es de cobre,
como sería el caso de Llurimagua. En cuanto energía, hay una nueva fuente energéti-
ca en la zona, la Hidroeléctrica Manduriacu, inaugurada en 2015 por la empresa
pública CELEC EP con una potencia de 65MW. Este proyecto hace parte de uno de

87
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

los Estratégicos del Gobierno y se enmarca en el cambio de matriz productiva4, por


su importancia y por su cercanía con el proyecto minero Llurimagua, se han pavi-
mentado algunas vías cercanas (Fotografía 1) y se han construido puentes, como el
del “Gringo Pepe”

Fotografía 1. Valla publicitaria en una carretera de Íntag

Fuente: fotografía propia, 2015.

El caso del puente del “Gringo Pepe” llama la atención porque es un puente que
según varias personas entrevistadas en Íntag se construyó para facilitar el tránsito
de vehículos hacia el nuevo campamento de la ENAMI EP en la zona. Conecta San
José de Magdalena (García Moreno) y Saguangal (Pichincha), cruzando sobre el río
Guayllabamba (límite natural entre las provincias de Imbabura y Pichincha), pero
según un poblador de San José de Magdalena, hay poca gente que transita entre estas
dos comunidades, así que a su parecer la construcción del puente tiene que ver con
el arriendo de una hectárea de terreno de un terrateniente conocido en la zona como
‘Gringo Pepe’ a la ENAMI EP, para que construya un campamento donde se ana
-lizarían las muestras extraídas en los trabajos de exploración (poblador San José de
Magdalena, entrevista, 2015). Esta obra estaría entonces directamente relacionada
con la satisfacción de necesidades del proyecto extractivo y no las de la comunidad.
Por su parte, la pavimentación de vías se enmarca en el plan de “Incrementar la

4 “La Estrategia Nacional para el Cambio de la Matriz Productiva ha sido planteada con la visión de impulsar la
transición del país de una economía basada en recursos primarios y sobre todo petroleros a una economía post-pe-
trolera basada en el conocimiento. La estrategia es un proceso en construcción, incorporará cadenas productivas
que sustituyan importaciones, promuevan exportaciones, generen empleo, innoven, diversifiquen, y articulen más
actores económicos.” (Vicepresidencia República del Ecuador, 2014).

88
Transformaciones Urbanas

infraestructura en ámbito vial en las localidades asentadas en las áreas de influencia


de los proyectos en los sectores estratégicos” (Ecuador Estratégico, 2015). Aunque
el papel de Ecuador Estratégico es direccionar la inversión de las regalías producidas
por proyectos estratégicos en zonas de influencia directa (prioritarias) para ir avan-
zando en obras para el desarrollo del país, en el caso de Íntag ha habido inversión
‘adelantada’. Se ha adelantado la inversión en relación con el imaginario de conflic-
tividad de la zona: “[…] un poco para darles gobernabilidad a los proyectos, facilitar
su desarrollo, es lo que el gobierno invierte y adelanta el desarrollo social en esos
territorios” (funcionario de Ecuador Estratégico, entrevista, 2015). De este modo, la
inversión busca una mejor aceptación del proyecto en la zona:

Mal podríamos nosotros invertir en la comunidad, pero el gobierno


adelanta, o hace inversión en esas comunidades con la finalidad de dos
cosas: primero, llevar el desarrollo ¿no es cierto? que estas comunidades
están abandonadas, les hace falta todo, agua, energía, comunicación, Salud,
Educación, O sea todo. Y por responsabilidad del Estado, el Estado tiene
que invertir en todo y cubrir todas las necesidades básicas de un país, pero
¡todo no se puede hacer de golpe! Priorizamos eso y empezamos a actuar
de una manera para llevar el desarrollo a esas comunidades, adelantando
lo que está establecido. O sea, si las comunidades ahorita me dijeran a
mí: “dame el 60%” yo le diría ¡no tengo de dónde! Ya cuando extraiga el
material, ahí vendo y este 60% lo puedo usar entre el gobierno central y
los GAD (funcionario de Ecuador Estratégico, entrevista, 2015).
El fragmento anterior es un extracto de una entrevista con un ejecutivo de Ecuador
Estratégico. En él se evidencia que las obras son inversiones condicionadas. Por un
lado se dan buscando la favorabilidad ante los proyectos estratégicos, en este caso,
del proyecto minero. Por otro, se indica que las gestiones estatales para brindar ser-
vicios básicos se dan como compensación a que se permita la extracción deseada.
La inversión se hace de acuerdo a los objetivos estratégicos de la empresa públi-
ca: saneamiento ambiental, servicio eléctrico, salud, servicio educativo, servicios
de información y comunicación, apoyo productivo, infraestructura vial, seguridad
ciudadana, cultura y deportes. Estos objetivos se buscan alcanzar con un paquete de
inversión que suele aplicarse en todos los proyectos estratégicos: la instalación de un
Centro de Salud, una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), una unidad educativa
del Milenio, pavimentación y electrificación. En Íntag la inversión se está haciendo
así:

89
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

Tabla 1

Presu-
Proyecto Localización puesto
Chalguayacu
Bajo, Naranjito,
Agua potable para tres comunidades Villadorita 346.094
Construcción de dos Centros de Salud:
prestarán servicios de atención médica de Cabecera Parro-
prevención, curación, promoción, atención quial de García
odontológica, enfermería, actividades de Moreno y en La 1,08 mil-
participación comunitaria y farmacia. Magdalena lones
Unidad Educativa del Milenio ‘Gabriel
García Moreno’, con educación inicial, edu-
cación general básica, bachillerato general y Cabecera Parro-
laboratorios (de física, química, tecnología quial de García 2,41 mil-
e idiomas) Moreno lones
Electrificación: 14 proyectos de inter- 14 comunidades
vención de expansión y mejoramiento de en Apuela,
la cobertura y calidad del servicio eléctrico García Moreno,
intervención de expansión de la cobertura y Plaza Gutiérrez y 1,24 mil-
calidad del servicio eléctrico. Vacas Galindo lones
Cabecera parro-
quial de García 0,58 mil-
Unidad de Policía Comunitaria Moreno lones
Fuente: Ecuador Estratégico. “Programa de Inversión en el área de influencia del
Proyecto Estratégico Llurimagua”, 2014.

En este momento se han cerrado escuelas en las comunidades aledañas al proyecto


minero y las niñas, niños y jóvenes están asistiendo provisionalmente a una unidad
educativa en García Moreno mientras se construye la “Unidad Educativa del Mile-
nio” que les fue prometida. No es un caso aislado el cierre de escuelas y colegios,
es una reingeniería nacional que se deriva de la idea de que la calidad educativa de
estos pequeños centros educativos no compite con la que se promete ofrecer en las
“Unidades del Milenio”.
La planificación se ha venido haciendo de forma vertical. Se decide y se diseña
cómo debe ser el territorio desde las instituciones estatales. De Íntag se ha decidido
que sea un espacio minero, que cuente con determinado tipo de servicios, según la
perspectiva de lo que para el Gobierno debe ser. Sin embargo, esta propuesta no ha

90
Transformaciones Urbanas

tenido en cuenta las iniciativas de producción y de uso del espacio que ha venido
planificando la comunidad organizada desde hace más de 20 años.
Una de las iniciativas de protección del territorio ha sido la implementación
de Reservas Comunitarias en Íntag, y dentro de éstas se encuentra la Reserva
Comunitaria de Junín. Esta propuesta busca inscribirse dentro de los bosques
protegidos de la cordillera del Toisán, área protegida mediante una ordenanza5
ante el Municipio de Cotacachi en el 2008, con el fin de fortalecer el desarrollo
ambientalmente sustentable, fuentes hídricas, biodiversidad y valores naturales,
arqueológicos y culturales. La extensión de esta área protegida con la cordillera
del Toisán es de 18.009 hectáreas y está localizada entre las parroquias de García
Moreno y Peñaherrera, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Ecológica
Cotacachi-Cayapas. Incluso el Plan de Manejo de la Reserva reconoce la impor-
tancia de acciones que frenen el avance de la frontera agrícola, quemas y presión
por intereses extractivos; ante lo que se plantea “Fortalecer el frente de defensa
de las zonas de amortiguamiento en el valle de Íntag, ante las permanentes pre-
siones para la explotación minera” (Ministerio del Ambiente del Ecuador, 2007,
pág. 175). El Ministerio de Ambiente reconoce que uno de los puntos donde se
implementarían actividades de control y vigilancia sería la Cordillera Toisán por
la sensibilidad ambiental si se da un proyecto minero allí.
La figura de concesión y la de bosque protector son incompatibles, como lo con-
firma el artículo 25 de la Ley de Minería, está prohibida la “actividad extractiva de
recursos no renovables en áreas protegidas” (2009). Por esto la Reserva Comunitaria
de Junín no está reconocida legalmente. A pesar de ello, según algunas personas en-
trevistadas, es palpable el reconocimiento social de la reserva. Para algunos inteños,
ésta reserva les permite “Ser guardianes del bosque y del agua” (J03, grabación,
2015). Las actividades turísticas de la zona tienen que ver con recorrer fincas cafe-
taleras, hacer recorridos por los senderos ecológicos comunitarios construidos para
conocer las cascadas.
La zona de la reserva actualmente se está usando para la exploración minera.
Los trabajos de exploración que se han hecho anteriormente y los que se están
desarrollando actualmente, están produciendo cambios, adecuando el espacio en
función del proyecto extractivo, como proyecto estratégico del gobierno. Se pre-
sentan disputas por el espacio y su apropiación. Así se está dando un proceso
de des-re-territorialización entre una territorialidad emergente que busca la con-
servación e iniciativas sustentables que mejoren las condiciones de vida de la co-
munidad, y la territorialidad del Estado-nación representado por sus instituciones
en el lugar y las empresas mineras que hacen presencia en la zona (fotografía 2).

5 “Ordenanza que reserva y controla el área natural “Toisán” de la zona de Íntag para el desarrollo ambientalmente
sustentable”.

91
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

Fotografía 2. Trabajadores de la exploración en la Reserva comunitaria de


Junín

Fuente: Fotografía propia, 2015

Conclusiones

La apertura de nuevos espacios de acumulación de capital a partir de actividades


como la exploración minera, viene acompañada de mecanismos de desposesión que
cercan comunes como el bosque, el agua, las formas comunales de trabajo. En este
artículo quise exponer que la violencia ha acompañado el ingreso de la empresa
pública minera a Íntag: con la detención de personas visiblemente opositoras de
la minería en la comunidad y con la militarización. Así mismo, se mostró cómo la
propuesta minera se enfrenta a otras formas de producción que no se han tenido en
cuenta, como la producción agrícola o formas comunales de trabajo como la minga
o la mano prestada. Expuse las características de la apropiación de espacios por
parte de las empresas públicas en Íntag, que se da con rasgos coloniales: el uso de
los mismos es definido de forma vertical, ignorando los usos y significados previos,
con la perspectiva de que hay espacios socialmente vaciables y zonas sacrificables
(Svampa & Viale, 2014).
Es importante puntualizar que la presencia policial, los cercamientos de accesos
y la represión ejercida hacia los líderes de la comunidad, si bien no son transforma-
ciones materiales, sí son acciones que facilitan cambios en el espacio: favorecieron

92
Transformaciones Urbanas

el ingreso del personal y maquinaria de las empresas ENAMI EP y CODELCO nece-


sarios para hacer exploración, y el adelanto de obras de infraestructura en compen-
sación ‘adelantada’ para la minería. A través del miedo o la cooptación se obtiene la
licencia social necesaria en la etapa de exploración con la perspectiva de que más
adelante sea más fácil llevar a cabo el proyecto extractivo.
Aunque la des-re-territorialización es un proceso que se da de forma permanente
dentro de los cambios permanentes de los territorios, en Íntag desde la década de
1990 ha estado fuertemente relacionado con proyectos de exploración minera orien-
tados a una posible explotación de cobre. La intención del diseño del espacio hacia
la producción de uno abstracto en función del interés de acumulación, a finales de los
90 se dan las propuestas de las reservas comunitarias, la producción de café orgáni-
co, la agricultura ecológica, el turismo ecológico, los productos de aloe vera, entre
otros, que configuran una propuesta territorial reterritorializadora. Sin embargo, ac-
tualmente la intervención del Estado, representado en agentes como la ENAMI EP y
Ecuador Estratégico, vienen imponiendo su territorialidad: se vienen cercando espa-
cios, controlando caminos e imponiendo proyectos institucionales como las UPC o
“Unidades Educativas del Milenio”.
Íntag y el cantón de Cotacachi en general han estado relacionados con unas pro-
puestas políticas orientada hacia la autonomía desde la década de 1990 con propues-
tas participativas. El camino político en la zona está conectado a esto, a la posibi-
lidad de gestionar el territorio desde lo local, buscando que la gestión no sea una
imposición desde el Estado Nacional. El territorio es central en la búsqueda de au-
tonomía, y un proyecto de participación efectiva que desde la reflexividad construye
sus propias leyes (Castoriadis, 1997), sin embargo, el Estado Nación, como envol-
tura en la cual se mantienen territorialidades heterogéneas es incompatible con ella,
teme a la diversidad (Porto Gonçalves, 2001). Actualmente hay una tensión entre el
gobierno cantonal, que impulsa procesos autónomos, y las posiciones del gobierno
nacional que más bien busca centralizar las decisiones.
En Íntag no podemos partir de una posición idealizada de comunidad vs. minería.
Desde la década del 2000, con las dádivas y presiones de la canadiense Ascendant
Cooper Corporation se empezaron a quebrantar relaciones y fomentar divisiones.
Actualmente hay una polarización muy fuerte dentro de la comunidad, acentuada los
últimos años y que incluye miedo, cooptación y el modelo de vida idealizado. Las
transformaciones territoriales de los últimos años han repercutido en un incremento
de la conflictividad social, intimidación, control de la circulación de las personas y
temor por las consecuencias de la oposición frontal a la minería.
El proyecto Llurimagua desde el discurso oficial busca generar ganancias para
todo el país, empezando por la zona de influencia directa. En este sentido, esta-
mos viendo la imposición de un interés público, ejecutado por el poder del Estado
Nación, sobre los comunes que, siguiendo a Linebaugh (2013), pueden ser tierras
comunales, derechos, colectividades y sentido común. Los comunes son disputados

93
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

desde la privatización y el autoritarismo del Estado, quien impone lo que considera


que es el bienestar, en tanto figura totalizadora. Se desdibuja entonces la premisa de
que el discurso gubernamental del ‘bien para todos’ no tiene en cuenta a todos.
Podemos ver cómo en un territorio donde existen intereses mineros hay una
serie de despojos que generan desterritorialización, pero así mismo, es impor-
tante visualizar las resistencias que se dan desde iniciativas como las productivas
que se dan en Íntag y que manifiestan reterritorializaciones y disputas por el es-
pacio. En este sentido, no hay sólo desterritorialización sino también resistencias
y adaptaciones que se re-apropian de nuevas formas del espacio y que pueden
entrar en pugna con territorialidades hegemónicas.

Bibliografía

Acosta, A., & Sacher, W. (2012). La minería a gran escala en Ecuador. Análisis y
datos estadísticos sobre la minería industrial en el Ecuador. Quito: Abya Yala.
Altomonte, H., Acquatella, J., Jouravlev, A., Arroyo, A., Lardé, J., & Salgado, R.
(2013). Recursos naturales en UNASUR. Situación y tendencias para una agenda
de desarrollo regional. Santiago de Chile: Naciones Unidas.
Álvarez, C. (2000). La comunidad de Junín frente a la Bishi Metals. Ecología Políti-
ca, 137-139.
Banco Mundial. (2005). Wealth and sustainability: The Environmental and social
dimensions of the mining sector in Peru. Banco Mundial- Peru country Manage-
ment Unit. Environmentally and socially sustainable development.
Bebbington, A. (2007). Movimientos sociales, lazos transnacionales y desarrollo ter-
ritorial rural en zonas de infuencia minera: Cajamarca-Perú y Cotacachi-Ecuador.
En A. Bebbington, Minería, movimientos sociales y respuestas campesinas: una
ecología política de transformaciones territoriales (págs. 163-230). Lima: IEP:
CEPES.
Castoriadis, C. (1997). Poder, política, autonomía. En Un mundo fragmentado (págs.
1-19). Buenos Aires: Altamira.
Colectivo de Investigación y Acción Psicosocial. (2014). Íntag: una sociedad que la
violencia no puede minar. Informe psicosocial de las afectaciones en Íntag pro-
vocadas por las empresas mineras y el Estado en el proyecto Llurimagua. Quito.
(2015). Intag: una sociedad que la violencia no puede minar. Informe psicosocial
de las afectaciones en Íntag provocadas por las empresas mineras. Colectivo de
Investigación y Acción Psicosocial Ecuador; Acción Ecológica; Movimiento para
la Salud de los Pueblos. Quito: El Chasqui ediciones.
Comisión de organizaciones defensoras de derechos humanos y la naturaleza.
(2014). Comisión de organizaciones defensoras de derechos humanos y la na-
turaleza, para el monitoreo de la situación de la población de la zona de Intag,
provincia de Imbabura. Resumen ejecutivo. Quito.
Duhaime, G., Bernard, N., & Comtois, R. (2005). An inventory of abandoned min-

94
Transformaciones Urbanas

ing exploration sites in Nunavik, Canada. The Canadian Geographer, 49(3).


Ecuador Estratégico. (enero de 2015). k) Planes y programas en ejecución. Recuper-
ado el 30 de julio de 2015, de http://www.ecuadorestrategicoep.gob.ec/images/
leytransparencia/MatricesEnero2015/literal_k_PlanesYProgramaEjecucion_en-
ero2015.pdf
ENAMI EP. (2014). Informe de Gestión Empresa Nacional Minera ENAMI EP. Qui-
to. Recuperado el 28 de julio de 2015, de http://www.enamiep.gob.ec/doc/rendi-
cion-cuentas-2014/Informe%20preliminar%20de%20rendicio%CC%81n%20
de%20cuentas%202014.pdf
funcionario de Ecuador Estratégico. (mayo de 2015). Entrevista a funcionario de
Ecuador Estratégico. (D. Murillo, Entrevistador) Quito.
Gobernación de Imbabura. (2014). Informe de entrada de personal de ENAMI a
Junín en la zona de Íntag. Ibarra.
Gordon, T., & Webber, J. (2008). Imperialism and Resistance: Canadian mining
companies in Latin America. Third World Quarterly, 29(1).
Gudynas, E. (2012). Estado compensador y nuevos extractivismos. Nueva Socie-
dad(237), 128-146.
(2013). Extracciones, extractivismos y extrahecciones. Un marco conceptual sobre
la apropiación de los recursos naturales. Obtenido de http://extractivismo.com/
documentos/GudynasApropiacionExtractivismoExtraheccionesOdeD2013.pdf
Haesbaert, R. (2011). El mito de la desterritorialización. Del “fin de los territorios”
a la multiterritorialidad. México: Siglo XXI.
Haesbaert, R. (2013). Del mito de la desterritorialización a la multiterritorialidad.
Cultura y Representaciones(15), 9-42.
Harvey, D. (2003). El nuevo imperialismo. Madrid: Akal.
Kocian, M., Batker, D., & Harrison-Cox, J. (2011). Estudio ecológico de la región
de Intag, Ecuador. Impactos ambientales y recompensas potenciales de la minería.
Earth Economics, Tacoma, Estados Unidos.
Latorre, S., & Herrera, S. (2013). Gobernar para extraer, dinámica del conflicto en el
gobierno de Rafael Correa. En P. Sánchez, S. Latorre, P. Iturralde, & S. Herrera,
¿A quién le importa los Guayacanoes? Acumulación, Gobierno y conflictos en
el campo (págs. 109-180). Quito: Instituto de Estudios Ecuatorianos- Centro de
Derechos Económicos y Sociales.
Lefebvre, H. (1974). La producción del espacio. Papers: revista de sociología(3),
219-229.
Linebaugh, P. (2013). El Manifiesto de la Carta Magna. Comunes y libertades para
el pueblo. Madrid: Traficantes de Sueños.
Machado, H., Svampa, M., Viale, E., Giraud, M., Wagner, L., & Antonelli, M.
(2011). 15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina. Guía
para desmontar el imaginario prominero. Buenos Aires: Editorial El Colectivo.
Metals Economics Group. (2011). World Exploration Trends. Metals Economics

95
Un Proyecto Estratégico en Íntag. Tensiones Territoriales y Diseño del Espacio

Group.
Midnight Notes Collective. (2012). Los nuevos cercamientos. Theomai, 26.
Ministerio del Ambiente del Ecuador. (2007). Plan de Manejo Reserva Ecológica
Cotacachi-Cayapas. Quito: Proyecto GEF Ecuador: Sistema Nacional de Áreas
Protegidas (SNAP-GEF).
Oslender, U. (2010). La búsqueda de un contra-espacio: ¿hacia territorialidades al-
ternativas o cooptación por el poder dominante? Geopolítica(s), 1(1), 95-114.
poblador San José de Magdalena. (mayo de 2015). Entrevista . (D. Murillo, Entrev-
istador) García Moreno, Cotacachi.
Porto Gonçalves, C. W. (2001). Geo-grafías. Movimientos sociales, nuevas territori-
alidades y sustentabilidad. México: siglo XXI editores.
recorrido en la Reserva en 2015 (2015). recorrido en la Reserva Comunitaria Junín
[Grabado por D. Murillo]. Junín, Cotacachi, Ecuador.
Sacher, W., Báez, M., Bayón, M., Larreáregui, F., & Moreano, M. (2015). EN-
TRETELONES DE LA MEGAMINERÍA EN EL ECUADOR. Quito: Acción
Ecológica; Instituto Superior de Investigación y Posgrado (ISIP)/UCE.
Secretaría Nacional de Comunicación. (s.f.). Secretaría Nacional de Comunicación-
En contacto directo con los mandantes. Recuperado el 10 de octubre de 2015, de
http://www.comunicacion.gob.ec/enlace-ciudadano/
Svampa, M., & Viale, E. (2014). Maldesarrollo. La Argentina del extractivismo y el
despojo. Buenos Aires: Katz Editores.
Vicepresidencia República del Ecuador. (2014). Vicepresidencia de la República.
Recuperado el 11 de mayo de 2016, de Cambio de la Matriz Productiva: Secre-
taría Técnica: http://www.vicepresidencia.gob.ec/secretaria-tecnica-del-comite-
interinstitucional-para-el-cambio-de-la-matriz-productiva/

96
TRANSFORMACIONES
RURALES

Francisco Hidalgo - Universidad Central del Ecuador


Esteban Daza , Alejandra Santillana,
y Stalin Herrera - IEE
Danilo Rosero - Universidad Central del Ecuador
Transformaciones Rurales

NEO-DESARROLLISMO Y PROBLEMÁTICA
AGRARIA EN EL ECUADOR

Francisco Hidalgo Flor

Sociólogo, profesor de las cátedras de Sociología Agraria y Sociología del


Desarrollo. En la actualidad, es el primer Decano de la Facultad de Ciencias
Sociales y Humanas de la Universidad Central del Ecuador.

Recibido: 08 - 08 - 2016 Aprobado: 12 - 10 - 2016

Resumen

El presente artículo trata el tema del neo-desarrollismo y la problemática agrar-


ia en el caso ecuatoriano. Analiza la evolución del discurso sobre desarrollo en
América Latina, en general, y en el Ecuador, en particular, estableciendo una primera
fase a mediados del siglo XX y una segunda fase a inicios del siglo XXI. Se enfoca
en la situación del neo-desarrollismo en el discurso del presidente Rafael Correa. Al
abordar la problemática agraria en este régimen, pone de relieve las contradicciones
entre los conceptos de soberanía alimentaria y modernización vía cambio de la matriz
productiva. Critica los planteamientos de la alianza estado–agro-negocio y la salida por
la vía del extractivismo.

Palabras Clave: desarrollismo, modernización, estado, problemática agraria

Abstract

This article addresses the issue of neo-developmentalism and the agrarian problem
in the Ecuadorian case. It analyzes how the discourse on development has evolved
in Latin America, in general, and in Ecuador, in particular, establishing a first phase
in the mid-twentieth century and a second phase at the beginning of the twenty-first
century. It focuses on the situation of neo-development in the discourse of President
Rafael Correa. When addressing the agrarian problem in this regime, it highlights
the contradictions between the concepts of food sovereignty and modernization via
productive matrix change. It criticizes the approaches of the state–agro-business
alliance and the its bet for extractivism.

Key Words: developmentalism, modernization, state, agrarian problem

99
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

INTRODUCCIÓN

La evolución del modo de producción capitalista se despliega bajo diversas


modalidades. En América Latina del siglo XX y XXI, adopta en unos casos el
modelo liberal (o neoliberal); en otros, adopta el modelo desarrollista (o
neo-desarrollista). Son dos caras distintas pero, esencialmente, la moneda
sigue siendo la misma.
El presente articulo trata de la presencia de modalidades desarrollistas y
neo-desarrollistas, diferenciando en la región Latinoamericana entre una primera
fase desarrollista entre 1940 y 1979, y una segunda fase neo-desarrollista entre 2003
y 2017.
En el caso concreto de Ecuador, la primera fase correspondió a los regímenes
militares nacionalistas entre 1972 – 1979 y el primer gobierno del retorno
constitucional 1979 – 1982, que se cierra con el fallecimiento del presidente Jaime
Roldós. La segunda fase desarrollista corresponde a los regímenes progresistas 2006
– 2017.
Los regímenes políticos de esta segunda etapa se han denominado progresistas,
aunque algunos prefieren llamarlos pos-neoliberales (Sader: 2008)1. En este artículo
adoptamos la denominación de neo-desarrollistas, en especial para analizar el caso
ecuatoriano, que está conformado por los gobiernos de Rafael Correa con la autode-
nominada “Revolución Ciudadana”: 2007 – 2009, 2009 – 2013, y 2013 – 2017.
Esta segunda fase desarrollista, tiene su momento fundante en la cumbre de Mar
del Plata, donde se configuró una estrategia regional para bloquear al Área de Li-
bre Comercio de las América (ALCA) del régimen del Presidente estadounidense
George W. Bush (2005). Este proceso coincidió con la emergencia previa de los
regímenes de Hugo Chávez en Venezuela (1999), Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil
(2003) y Néstor Kirchner en Argentina (2003). En el caso ecuatoriano, es el ascen-
so al gobierno de Rafael Correa (2006). El proceso en torno a la cumbre de Mar
del Plata se caracterizó por movimientos y partidos que encarnaron tendencias de
confrontación al modelo neoliberal, de oposición al Consenso de Washington, de
denuncia y rechazo a los tratados de libre comercio.
El protagonismo real lo tuvieron las clases populares y los nuevos movimientos
sociales, sin embargo, el liderazgo fue evolucionando hacia formatos de caudillismo
político. Es una evolución que parte de procesos sociales y políticos, pero donde los
personajes que los lideran marcan una impronta fuerte que luego condicionan a los
movimientos o partidos dentro de los cuales se generaron.

1 Emir Sader (2008). “Refundar el Estado: posneoliberalismo en América Latina”. Edic. Clacso – Argentina.

100
Transformaciones Rurales

Primer Desarrollismo e Industrializacion NacionaL

El desarrollismo como una estrategia de política económica y social gana


protagonismo en Latinoamérica, en la fase de postguerra de la segunda guerra
mundial2. Esta estrategia fue promovida como una respuesta desde las potencias
occidentales hacia un mundo tensionado por el avance de los movimientos de
liberación, el anticolonialismo y el comunismo. En el escenario mundial resonaban
la revolución en China (1949), las revueltas contra el viejo sistema colonial, la
independencia de la India (1947). En el escenario latinoamericano tuvieron lugar las
conmociones políticas en Bolivia (1952) y en Guatemala (1954).
El discurso respecto de “desarrollo–subdesarrollo” es posterior a la Segunda
Guerra Mundial. Son autores críticos al dependentismo, como Quijano (2000),
quienes llaman la atención respecto de la centralidad del concepto de patrón de
acumulación:

una de las expresiones de la reconfiguración del poder capitalista


mundial. Dicha reconfiguración consistía en una relativa, pero importante,
desconcentración – redistribución del control del poder… resultado de la
lucha mundial por la eliminación de las colonias. La suposición dominante
era que el desarrollo es una cuestión relacionada con países o regiones, no
con un patrón de poder dado.3.
El discurso del desarrollo está articulado a momentos de reconfiguración del
poder capitalista mundial y su particularidad es presentar al desarrollo como una
cuestión relacionada con países o regiones ocultando su incidencia en la evolución
de patrones de poder económicos y sociales dominantes.
La tesis central de la teoría del desarrollo, aquella que fue proclamada por los
Estados Unidos y Europa, nos explica Ruy Mauro Marini (1994), es que “el
desarrollo económico representa un continuum, en el que el subdesarrollo constituye
una etapa inferior al desarrollo pleno. Este representaría, empero, algo accesible
a todos los países que se empeñaran en crear las condiciones adecuadas a ese
efecto”. Esta teoría del desarrollo, impulsada desde los organismos internacionales,
reitera que el desarrollo económico implica la modernización de las condiciones
económicas, sociales, institucionales e ideológicas de un país. La modernización
interpretada como el acercamiento a dichas condiciones constituidas como los
patrones vigentes de los países capitalistas centrales. Este desarrollismo dio paso a la
creación de entidades en las diversas regiones. En el caso latinoamericano, dio lugar

2 Varios estudiosos del desarrollismo ubican como un punto clave de arranque el discurso del presidente estadouni-
dense Harry Truman en enero de 1949 (ver Gudynas: 2011, 22)
3 Aníbal Quijano (2000). “El fantasma del desarrollo en América Latina”. En: El desarrollo en la Globalización.
Edic. Nueva Sociedad – Venezuela

101
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

a la creación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),


la cual reelabora este discurso general para aplicarlo en la región.
La CEPAL, según Marini (1994)4: “logra reelaborar una interpretación de la teoría
del desarrollo dando cuenta de fenómenos específicos que son más notables en la
región, en particular respecto de la relación centro – periferia y la critica a los térmi-
nos de intercambio en el capitalismo”.
El programa planteado por la CEPAL consideraba el desarrollo y el subdesarrollo
como expresiones cuantitativamente diferenciadas del proceso histórico de acumu-
lación de capital; ello “implicaba que, a partir de medidas correctivas aplicadas al
comercio internacional y la implementación de una adecuada política económica, los
países subdesarrollados verían abiertas las puertas de acceso al desarrollo capitalista
pleno, poniendo fin a la situación de dependencia en que se encontraban”.
La exigencia de una política económica centrada en la superación del subdesarrollo
reposaba sobre otro elemento-clave: la concepción del Estado como algo situado
arriba de la sociedad y capaz de dotarse de una racionalidad propia. Para la CEPAL,
si la política económica era el instrumento, el objetivo esencial a que ella debería
aspirar para superar el subdesarrollo era la industrialización en el espacio nacional
y regional.
La industrialización sería, recalca Marini: “capaz de promover una mejor locación
de la fuerza de trabajo entre los sectores productivos; elevaría los salarios, viabili-
zando el mercado interno; e induciría el progreso técnico y el aumento de la pro-
ductividad del trabajo, poniendo fin a las transferencias internacionales de valor”5.
La industrialización se realizaría mediante una política deliberada de sustitución de
importaciones de bienes manufacturados.
De la mano de la industrialización provendría no solo la superación del
subdesarrollo, sino que serviría como palanca para la transformación social. En el
pensamiento de la CEPAL, recalca Marini “la industrialización asumía el papel de
un deus ex machina, suficiente por sí misma para garantizar la corrección de los
desequilibrios y desigualdades sociales”6.

Desarrollismo y Problematica Agraria

En el caso ecuatoriano, la primera fase desarrollista se extendió entre 1972 hasta 1981, en
el inició con el régimen militar “nacionalista y revolucionario” transcurrieron tres gobier-
nos distintos: Guillermo Rodríguez Lara, Triunvirato Militar, Jaime Roldós, y además un
referéndum que aprobó la Constitución de 1978, elaborada por militares y civiles. Esta fase
desarrollista concluye en 1981, con la muerte del presidente constitucional Roldós.

4 Ruy Mauro Marini (1994). “La crisis del desarrollismo”. Consultado en: www.marini-escritos.unam.mx/085_cri-
sis_desarrollismo.html
5 Marini. Ob. Cit.
6 Marini. Ob. Cit.

102
Transformaciones Rurales

Ahora vamos al ámbito específico de la relación entre el proyecto desarrollista


y la problemática agraria. La primera experiencia desarrollista asumió la tarea de
desmontar el viejo sistema hacendatario y modernizar el campo. Este proceso abrió
las puertas a una industrialización en la producción agropecuaria, en respuesta a las
presiones de un movimiento campesino que pugna por profundizar el reparto de
tierras, y en respuesta de la burguesía agraria por ampliar su ámbito de expansión.
Esta fase desarrollista en el Ecuador, heredó y reactivó una política de reforma
agraria. La primera Ley de Reforma Agraria y Expansión de la Colonización fue en
1964 en el “régimen de los coroneles”. Luego, se promulgó la segunda Ley de Refor-
ma Agraria en 1973, dando continuidad a la primera ley, en un proceso de presión y
negociación directa con los grandes propietarios. No obstante, a su vez se consolidó
una presencia estatal en el conjunto del proceso de producción, almacenamiento
(Enac) y comercialización (Emprovit). Incluso se anima a establecer una política
de precios (franja de precios) para la producción de alimentos de consumo masivo.
Esta experiencia desarrollista apuntó a consolidar un mercado interno en con-
sonancia con la expansión de las formas de producción capitalistas por la vía de
la sustitución de importaciones y la terminación de las formas semi-feudales en la
agricultura.

Neo-Desarrollismo: Modernizacion y Manipulacion de Demandas de Cambio

A la segunda fase desarrollista denominamos como neo-desarrollista, pues pre-


senta variaciones sustanciales en los contextos y las salidas que da para la evolución
económica y social del país.
El neo-desarrollismo inicialmente evoluciona oculto dentro de una tendencia
de cambio que surge desde abajo, con la consolidación de movimientos sociales
como el indígena, o de los derechos sociales y ambientales. Estos sujetos levantan
demandas y luchas que ponen en cuestión, no solo problemáticas coyunturales sino
estructurales como la de la nación, la cultura, democracia y soberanía. Es decir
se plantearon horizontes transformadores y de cambio profundo en el modelo de
desarrollo. Estas demandas se plasmaron en la concreción de la exigencia de un
proceso constituyente que dio pasó a la nueva Constitución del Ecuador. En la carta
magna de 2008 se recogieron aspectos fundamentales: la problemática nacional
desde la demanda de plurinacionalidad; la problemática cultural desde la demanda de
la interculturalidad; la problemática de equidad desde la demanda de la producción
social y solidaria; la construcción del poder popular y la perspectiva de desarrollo
desde el buen vivir, asumiendo como referencia transformadora las filosofías de vida
de los pueblos indígenas, sistematizadas como sumak kawsay; y, cuando mira la
problemática agraria lo hace desde la perspectiva de soberanía alimentaria
Este programa de cambio y de vanguardia para la región y el mundo, en la práctica
fue reprocesado y trastocado. He aquí la esencia del neo-desarrollismo. Desde una

103
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

ideología de progreso y modernización, configuró, sobre los aspectos fundamentales


expuestos, un proceso de hegemonía que colocó en centro al estado para impulsar el
extractivismo, mientras que relegó a roles subordinados a los movimientos sociales
que lo habían generado. Esto fue posible desde una delegación de la potencialidad
popular a favor de un caudillismo político tecnocrático, y la afirmación del aparato
estatal como vehículo del proceso de transformación.

La Estrategia del Neo-Desarrollismo

La estrategia del neo-desarrollismo está orientada a la transformación de un pro-


ceso de cambio en uno de reforma pasiva e institucionalidad. La expresión de esta
estrategia va de la mano de la imposición como conductor del caudillo que organiza
a las fuerzas de movimientos sociales y expresiones políticas. Es la preeminencia de
la institucionalidad ejecutiva por encima del protagonismo popular.
Consideramos que donde podemos encontrar con mayor claridad las líneas
generales de esta estrategia es en los discursos de Rafael Correa, en especial en
aquellos que corresponden a los Informe Presidenciales ante la Asamblea Nacional.
Planteamos adoptar como referencia los informes a la nación, destacando los años
2010, 2012, 2013, en los cuales madura esta estrategia alrededor de los siguientes as-
pectos: a) alcances del proyecto social y económico, b) recursos laborales y recursos
naturales, y c) amenazas y peligros a vencer en el proyecto político.
Partimos del informe del 10 de agosto de 20127. El discurso de Rafael Correa se
organiza alrededor de los objetivos del proyecto económico – político y sus estrate-
gias: “la prioridad de prioridades es la lucha contra la pobreza, el mayor imperativo
moral que tiene Ecuador, la Patria Grande, y el planeta entero”, a lo que añade: “ya
que por primera vez en la historia de la humanidad ésta no es fruto de escasez de
recursos o factores naturales, sino de sistemas perversos y excluyentes”.
¿Qué se necesita para enfrentar tamaño desafío? La respuesta de Correa son cuatro
líneas de acción: “i) que los más ricos paguen más impuestos, ii) que ese ingreso sirva
para financiar, a través de un adecuado gasto público, igualdad de oportunidades,
iii) gobernar los mercados en función de los objetivos sociales, y iv) adecuada
distribución del acervo social, tanto público como privado”. A continuación se pasa
a detallar cada una de estas líneas de acción.

7 Informe a la nación 2012, ver:www.presidencia.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2012/10/2012-08-10-In-


forme-a-la-Nacion-2012-Primera-Parte.pdf

104
Transformaciones Rurales

Respecto de la línea impuestos:

la Recaudación efectiva de Rentas Internas ha pasado, tomado año


referencial 2004, fue de 3.386 millones de dólares; el 2011 cerramos
con 9.561 millones de dólares, prácticamente el triple, más de seis mil
millones de dólares anuales que recogemos adicionalmente, no porque
hayan más impuestos, sino por mayor recaudación, porque como ya no
gobiernan los mismos de siempre y sus argollas, ellos saben que con
la Revolución Ciudadana tienen que pagar impuestos. Y esos seis mil
millones adicionales, son esos aeropuertos, esas hidroeléctricas, esas
carreteras.
Respecto de la línea adecuado gasto público e igualdad de oportunidades:

antes, en el 2004 el pago de la deuda era 8.1 por ciento del PIB, mien-
tras que en el sector social se destinaba 4.3 por ciento del PIB. Ahora,
para deuda 4.2 por ciento del PIB, para inversión social casi 11 por ciento
del PIB. El destino de los recursos sociales demuestra las relaciones de
poder al interior de una sociedad.

Añade que:

sin talento humano no podremos desarrollarnos- se invertían 858


millones de dólares, ahora se invierten 5.1 veces más: 4.366 millones
de dólares, esto es otorgar igualdad de oportunidades. En salud antes
se invertían tan solo 371 millones, ahora invertimos anualmente 1.672
millones, es decir 4.5 veces más. Y en desarrollo social, inclusión (aquí
está el Bono de Desarrollo Humano tercera edad, discapacitados) 260
millones se invertían en el 2004, en el 2012 estamos invirtiendo 1.243
millones”. De allí que: “nunca más permitir que hasta la educación,
la salud se conviertan en simples mercancías. Eso es un suicidio social
anticipado, si solo el que tiene dinero para acceder a una buena educación
lo puede hacer.
Respecto de la línea gobernar los mercados hacia los objetivos nacionales dice:

hemos aprendido que haciendo vivir bien a nuestros trabajadores, viven


también bien los empresarios, porque van a tener a quien vender, perpetuar
el proceso de crecimiento, dinamizar la economía”. Y añade: “hemos
buscado resolver la tensión entre capital y trabajo, terminando con esa

105
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

explotación laboral generalizada llamada tercerización. Combinando


ingresos versus precios tenemos la capacidad de compra: cuánto se puede
adquirir de la canasta básica con los salarios: en el 2004 se podía adquirir
apenas 69 por ciento, con la revolución ciudadana en el 2012 se puede
adquirir el 93 por ciento, el nivel más alto de capacidad de compra de la
historia de este país.
Respecto de la línea distribución del acervo social: “Sobre la renta petrolera,
antes de la revolución ciudadana las compañías se llevaban el 85%, ahora el estado
obtiene el 80%, la situación hoy es la inversa”. A continuación presenta el tema
minero: “los nuevos contratos mineros dan al estado al menos 52 por ciento de la
renta minera, esos modelos de contrato están sirviendo para muchos otros países”.

Descritas las líneas de acción y los logros alcanzados, el discurso sube al siguiente
nivel, en el cual se refiere a la estrategia de desarrollo a partir de la relación de los
recursos laborales y recursos naturales

Recursos laborales y recursos naturales

El segundo aspecto de la construcción discursiva: “nuestra estrategia de


desarrollo es muy clara, y tengan la seguridad de que sabemos de lo que hablamos”.
A continuación, Correa traza la afirmación en la estrategia de desarrollo del
extractivismo, a partir de la relación entre recursos laborales y recursos naturales:

Gracias a nuestros recursos naturales, no tenemos que tolerar ninguna


explotación laboral; hace días tuve una reunión con empresarios, que me
decían que la calidad del empleo en Ecuador les restaba competitividad.
Les dije que jamás permitiríamos que nuestra competitividad vuelva
a basarse en la precarización de la fuerza laboral. Pero, además, no lo
necesitamos, ya que gracias a nuestros recursos naturales, bien invertidos,
podemos mejorar competitividad sistémica e individual.
Planteada la “estrategia de desarrollo del extractivismo” en el año 2012, Correa la
presenta de forma más directa en el discurso de posesión del nuevo mandato 2013 –
20178 (24/05/2013): “usar el extractivismo para salir de él”.

8 En: www.presidencia.gob.ec/discursos/ Ver: 2013-05-24-DISCURSO-DE-POSESION-MANDATO-2013-2017-


WEB-1

106
Transformaciones Rurales

El texto completo de la parte pertinente es el siguiente:


Nuestra propuesta en campaña fue clara: utilizar con absoluta responsa-
bilidad social y ambiental, pero en su máximo potencial, nuestros recur-
sos naturales no renovables. Usar el extractivismo para salir de él, e ir
hacia una nueva matriz productiva basada en el único recurso ilimitado:
la mente humana, las ideas, la innovación.
El énfasis en esta “estrategia de desarrollo del extractivismo” es reiterativo:
“nuestra oportunidad para lograr desarrollo en soberanía, sin aguantar explotación,
sin tener que someternos a las transnacionales, esa oportunidad son nuestros recursos
naturales no renovables”.
Amenazas y peligros a vencer en el proyecto político
El obstáculo que debe enfrentar esta estrategia es lo que denomina “infantilismo”.
De no cumplir la orientación, el futuro es de peligro: “buscar superar la economía ex-
tractivista con el infantilismo de no extraer petróleo equivale a superar la economía
agro exportadora dejando de exportar banano. Seguramente lo único que se lograría
sería más miseria”.
Sobre la participación social, especialmente frente a aquella que tiene incidencia
respecto de la explotación de los recursos naturales petróleo y minería, dice: “ciertos
grupos pretenden no la consulta previa, que la cumplimos, sino el consentimiento
previo, que en la práctica lleva de la democracia de las mayorías a la “democracia
restringida”, donde ciertos grupos tienen capacidad de veto, lo cual desarrolla
corrupción, además de hacer a nuestros países ingobernables”.

El Estado es la institucionalización de la sociedad


La estrategia entonces alcanza un tercer nivel: definir la relación estado – sociedad.
El fundamento básico es que el estado representa al conjunto de la sociedad, esta
noción queda claramente expresada, en abril del 2016, en el Foro de la Academia de
Ciencias Sociales del Vaticano, allí Correa sostiene que:

… todo el estado es la representación institucionalizada de la sociedad: somos


nosotros. Nos quieren hacer diferenciar entre estado y sociedad civil… [Frente a
ello, el] mensaje central es la reivindicación del Estado, no con un rol subsidiario
sino con un rol fundamental para el desarrollo, la justicia, la libertad. Entender
ese estado como la representación institucionalizada de la sociedad, y la política
como la forma racional en que la sociedad a través del Estado9.

9 Intervención el foro de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano: “Seminario por los 25 años de Encíclica
Centecimus Annus”; ver Enlace Ciudadano Nro. 472 de 23/04/2016

107
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

Si el estado representa a la sociedad, no tienen cabida las oposiciones, así, los


adversarios se tornan enemigos a vencer, para ello es importante evidenciarlos. Por
un lado, están los capitales financieros y sus intereses en los medios de comuni-
cación privados, las instancias supranacionales de control, la vieja oligarquía y los
exponentes del discurso ortodoxo del libre mercado. Por otro lado, está la izquierda
adversaria del gobierno y de Alianza País, en la que ubica en lugar destacado a los
ecologistas, a los clásicos partidos socialistas y comunistas, a los sindicalistas y a las
organizaciones no gubernamentales (ONG).

Un aspecto que Correa recalca una y otra vez es respecto de cómo valorar y ac-
tuar frente a los pueblos y nacionalidades indígenas y sus movimientos, esa es una
preocupación constante.

El discurso de Correa, también en el Vaticano, plantea estas alertas: “temo que


por infantilismos y fundamentalismos, caemos en el extremo de satanizar cualquier
progreso humano, y pretender una humanidad, un país, pueblos ancestrales, que re-
tornen a su estado de naturaleza originario”.
Neo-Desarrollismo y Pueblos Indigenas
Un tema que crucial es la lectura de las relaciones entre neo-desarrollismo y el rol
de los pueblos y nacionalidades indígenas y también ahí las comprensiones respecto
del Buen Vivir – Sumak Kawsay.
El neo-desarrollismo propone reprocesar la lectura del Buen Vivir. Si en los
momentos iniciales, el proceso constituyente rescató su origen proveniente de los
pueblos y nacionalidades indígenas, y se lo plantea como el horizonte hacia el
cual camina el proceso de cambio, que implica una comprensión del ser humano
como parte de la naturaleza, donde el bienestar proviene de relaciones armónicas
entre los seres humanos y la naturaleza y entre ellos bajo condiciones de equidad y
reproducción de la vida. Más tarde el neo-desarrollismo replantea delimitar el buen
vivir dentro de una estrategia cuyos pilares son combate a la pobreza, fortalecimiento
del estado-nación, cultura de la excelencia, y colocar en un rol subordinado a las
demandas y visiones indígenas. Esto está muy claro en el discurso de Correa en el
segundo mandato presidencial (24/05/2013):
Es indudable que los indígenas han sido víctimas de las peores injus-
ticias, pero eso no les da supremacía moral sobre los no victimizados,
no los exime de responsabilidad sobre su situación actual, ni tampoco
los hace referencia del buen vivir, del Sumak Kawsay… [ir hacia]… la

108
Transformaciones Rurales

cultura de la excelencia, para no temerle a la innovación, por el contrario,


buscarla, pues es la clave del progreso10.
El planteamiento es subsumir en los paradigmas y parámetros del desarrollismo
a la cultura de los pueblos y nacionalidades indígenas, Estos paradigmas son inno-
vación y progreso que juntos son capaces de enfrentar la pobreza. A la par, plantea
al Estado como el conductor del buen vivir y relega a los pueblos indígenas como
referentes del buen vivir – sumak kawsay. Es el estado quien discierne qué es lo que
corresponde o no al buen vivir.

Neo-Desarrollismo y Problematica Agraria

En la problemática agraria se repite el proceso de readecuación y viraje de las


demandas de cambio por un programa de modernización capitalista.
La evolución de la lucha contra el neoliberalismo tuvo como protagonistas de
primera línea a los movimientos indígenas y campesinos. Se posicionaron temas de
reivindicaciones étnicas y por la redistribución de tierra y agua, capaces de modificar
el status quo de la inequidad en el agro y de un modelo alimentario subordinado a las
transnacionales. De allí surgió con fuerza el planteamiento de la soberanía alimenta-
ria, que ganó importantes adhesiones al punto de quedar plasmado con claridad en
la Constitución de 2008, cuyo artículo 281 establece que: “La soberanía alimentaria
constituye un objetivo estratégico y una obligación del Estado para garantizar que
las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades alcancen la autosuficiencia de
alimentos sanos y culturalmente apropiados de forma permanente”.
Es más, luego el Estado aprueba, en 2009, una Ley de Soberanía Alimentaria11 que
define el régimen de la soberanía alimentaria para:

Establecer en forma soberana las políticas públicas agroalimentarias


para fomentar la producción suficiente y la adecuada conservación, inter-
cambio, transformación, comercialización y consumo de alimentos sanos,
nutritivos, preferentemente provenientes de la pequeña y mediana pro-
ducción campesina, de las organizaciones económicas populares y de la
pesca artesanal así como microempresa y artesanía.
Queda claro que el mandato constitucional establece que la estrategia del estado
ecuatoriano es apuntalar la producción de alimentos desde la producción nacional
preferentemente de la agricultura familiar y campesina.

10 Discurso en posesión Presidencial, ver: 2013-05-24-DISCURSO-DE-POSESION-MANDATO-2013-2017-


WEB-1

11 Ley Orgánica del Régimen de la Soberanía Alimentaria - Registro Oficial suplemento 583 del 5 de mayo del 2009

109
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

Pero Correa no lo comprende así. El concepto de soberanía alimentaria es colo-


cado en los márgenes de la construcción de la política pública agraria progresista,
cuando no abiertamente tergiversado. Llamamos la atención ante un acontecimiento
en la fase final del régimen, en febrero de 2016, cuando con ocasión de la aprobación
de la Ley de Tierras, el presidente Correa trata al concepto de soberanía alimentaria
como “extremo” e “ideologizado”, en cuyo nombre se plantean nuevas barreras
frente a la inversión de empresas públicas extranjeras en tierras, esto es debilita-
miento respecto de los riesgos de acaparamiento por parte de empresas privadas
extranjeras. Veamos lo que dice el comunicado presidencial:

“El artículo 20 de la ley aprobada por la Asamblea Nacional dispone


la prohibición a las empresas públicas extranjeras de adquirir, arrendar o
tomar en usufructo tierras rurales en el territorio nacional para proyectos
de producción agraria. Este impedimento tiene como fin aparente garan-
tizar la soberanía alimentaria de las personas, pueblos y comunidades. Sin
embargo, dicha medida pareciera ser extrema en tanto no existe necesaria
correlación entre una cosa y otra. De modo que, si no puede probarse la
correspondencia entre dichas variables, estaríamos frente a una norma
que podría considerarse discriminatoria hacia las empresas públicas ex-
tranjeras”12.
El ejecutivo impone el criterio de que no existe correlación entre garantizar la
soberanía alimentaria y prohibir la extranjerización – acaparamiento de tierras, y
que no se puede discriminar a las empresas públicas extranjeras, por lo tanto estas
empresas quedan autorizadas para establecer contratos de adquisición, alquiler de
tierras o usufructo con la sola autorización del ministerio del ramo, incluso cuando
se hallaren involucradas comunidades campesinas e indígenas.
¿Por qué se da ese viraje entre un planteamiento enérgico a favor de la soberanía
alimentaria y pocos años después su relativización total, al punto de abrir legislación
para compra de tierras a empresas públicas extranjeras y empresas privadas extran-
jeras?
La respuesta está en la evolución del neo-desarrollismo hacia una estrategia de
alianza entre el estado y el agro-negocio nacional y transnacional, como el motor para
el desarrollo de la agricultura y de la economía del país. Se sostiene el marco general
de un patrón de acumulación primario exportador, con una inserción acelerada en
la globalización.

El neo-desarrollismo de Correa ha evadido enfrentar los problemas estructurales


de la inequidad e injusticia en las zonas rurales y campesinas, esto es las problemáti-

12 Oficio No. 7131 – SGJ-16-85 del 5 de febrero del 2016 de la Presidencia de la República dirigido a la Asamblea
Nacional

110
Transformaciones Rurales

cas alrededor de la tierra, el agua y los mercados. Un buen ejemplo de ello es el


proceso y resultado final respecto de la Ley de Tierras.
Retornemos al año 2011, en momentos en que la asamblea ecuatoriana iniciaba
el tratamiento de una propuesta de Ley de Tierras, elaborada por la Conferencia de
Soberanía Alimentaria y apoyada por las organizaciones aglutinadas alrededor de
la Red Agraria. El presidente Correa, en una de las cadenas de radio y televisión
semanales (1/10/2011), expresó que la problemática de la tierra tiene que ser tratada
bajo el paradigma del equilibrio entre justicia y eficiencia productiva; este fue su
pronunciamiento:

La cuestión es el equilibrio entre justicia y eficiencia: si por buscar la


justicia, decimos que tenemos 200 millones de hectáreas en el Ecuador y
dividimos entre 14 millones de habitantes, sale unas 13 por habitante, y
proclamamos “¡qué justicia que hemos logrado¡”; pero con el sacrificio
que la eficiencia va a ser cero. Esto es lo que no entienden algunos com-
pañeros. Por ahí veo proyectos de tierras, incluso del propio consejo de
soberanía alimentaria, donde están queridos amigos, pero que tienen sólo
esa visión de justicia. Todos tenemos esa visión de justicia, pero hay que
saber ayudar: cuidado por buscar la “justicia”, destrozamos la eficiencia y
lo que hacemos es “a todos, igualito”, pero igualmente miserables, igual-
mente pobres13.
La política de Correa es garantizar las condiciones que generan productividad y
rentabilidad en la producción agropecuaria, en consecuencia no adoptar políticas que
puedan leerse como amenaza al statu quo en la propiedad sobre la tierra, en todo caso
si algo se entrega a los campesinos será en aquellas tierras que hoy están en manos
del Estado. Para él repartir tierra es sinónimo de repartir pobreza, o mejor dicho el
combate a la pobreza no implica combatir la concentración de la tierra.
El texto definitivo de la Ley Orgánica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales14
responde claramente a todo lo que hemos venido manifestando a lo largo de este texto.
Es decir que la Ley señala un horizonte con una visión productivista y centralista,
evade enfrentar una política de redistribución de tierras, para no mencionar la
visión reduccionista respecto de los derechos de los pueblos y nacionalidades
indígenas frente a territorios, y, lo peor, termina abriendo las puertas a un proceso de
extranjerización y acaparamiento de tierras.

13 Enlace ciudadano N° 240 del sábado 1 de octubre de 2011 en la población de Puerto Quito, puede ser con-
sultado en: www.elciudadano.gov.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=27733:enlace-ciu-
dadano-nro-240-desde-puerto-quito&catid=43:enlaces-ciudadanos-2011&Itemid=67 /
14 Ley Orgánica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales. Registro Oficial 711 – Suplemento, marzo de 2016.
Gobierno del Ecuador

111
Neodesarrollismo y problemática agraria en el Ecuador

El estado interviene en los territorios rurales bajo un estrecho esquema desarrollista:


dotación de vías de comunicación, construcción de centros de educación y de salud,
dotación de servicios y la provisión de un bono de desarrollo humano. El mejor
ejemplo nuevamente lo encontramos en el discurso de Rafael Correa, en este caso
en el evento al conmemorar los seis años de gobierno (12/01/2013). Este evento se
realizó en la ciudad de Guaranda, capital de una provincia típicamente rural de la
zona andina, como es la provincia de Bolívar; allí dice:
“Guaranda, Bolívar son testigos privilegiados de lo que estamos
diciendo: ¡Cómo eran las carreteras de esta querida provincia, a
cuánto abandono, postergación había sido condenada injustamente,
irracionalmente, ilógicamente! Y hoy los caminos que cruzan esta querida
provincia son de primer orden. Nuestra mejor respuesta: los miles de
kilómetros de caminos de primer orden, el gobierno que más puentes ha
construido en la historia del país, así uniendo a la Patria”15.
La estrategia es el despliegue de la infraestructura, en el caso mencionado la vial,
puede ser también la infraestructura educativa o infraestructura hospitalaria. Ahí está
el desarrollo y también la superación de la pobreza, a lo cual se añaden los impactos
de la dotación de bonos de subsidio. Ese es el horizonte de cambio.

En Conclusión

La evolución del capitalismo en el Ecuador no se puede entender sin la impronta


que marcaron las dos fases desarrollistas, la primera en el periodo 1972 – 1983, con
la estrategia de la industrialización vía sustitución de importaciones, y la segunda
en el periodo 2007 – 2017 con la estrategia de cambio de la matriz productiva por
vía del extractivismo, ambos períodos marcados por la intervención del estado
conduciendo y apoyando la inversión privada.
La modernización capitalista en el campo está íntimamente vinculada a estas
fases desarrollistas, en la primera con el agotamiento del sistema hacendatario como
impacto de las reformas agrarias 1964 – 1973, y en la segunda con la expansión del
agro-negocio y la agricultura bajo contrato que agilita la movilización del capital
hacia los circuitos de mercados nacionales e internacionales.
La segunda fase desarrollista se caracteriza por haber expandido una hegemonía
que coloca tras suyo a un segmento importante de las clases populares tras el discur-
so de modernización y progreso, con la promesa del combate a la pobreza.
Se ha descrito la estrategia del neo-desarrollismo con el objetivo de esclarecer los
sentidos fundamentales del proceso social y político del Ecuador del último decenio.

15 Rafael Correa, discurso enero del 2013, ver: www.presidencia.gob.ec/wp-content/uploads/down-


loads/2013/01/2013-01-12-6RC.pdf

112
Transformaciones Rurales

Esta estrategia neo-desarrollista se caracteriza por hegemonizar las tendencias so-


ciales y políticas tras un liderazgo caudillista autoritario.
El neo-desarrollismo moderniza el aparato estatal para convertirlo en el
dinamizador del crecimiento económico y establece reglas al capital privado, en
una asociación de ganancias mutuas. La obra pública y la expansión del estado son
los generadores del empleo en el país. Se trata de una modernización que amplía y
profundiza un orden económico y social dentro de los parámetros del capitalismo.
En tercer lugar, profundiza la subordinación de la economía nacional dentro de la
globalización de los capitales transnacionales, pero no amplía producciones locales
internas. Los circuitos del mercado nacional que se expanden son aquellos ligados a
los circuitos transnacionales privados y estatales.
Al tratar la problemática agraria, esta estrategia neo-desarrollista reproduce el
patrón: modernización capitalista y apertura a la extranjerización – acaparamiento
de las tierras nacionales.

Bibliografía

Asamblea Nacional (2008). Constitución de la República del Ecuador. Registro


Oficial.
(2009). Ley Orgánica del Régimen de la Soberanía Alimentaria. Registro Oficial
Suplemento No. 583.
(2016). Ley Orgánica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales. Registro Oficial
Suplemento No. 711.
Correa, R. (2010). “Informe a la nación, 2010”. Recuperado el 07 de agosto, 2016
de: www.presidencia.gob.ec/
(2012). “Informe a la nación, 2012”. Recuperado el 07 de agosto, 2016 de: www.
presidencia.gob.ec/
(2013). “Informe a la nación, 2013”. Recuperado el 07 de agosto, 2016 de: www.
presidencia.gob.ec/
Quijano, A. (2000). “El fantasma del desarrollo en América Latina”. En: Alberto
Acosta (Comp.). El desarrollo en la globalización. El reto de América Latina.
Caracas: Nueva Sociedad / FES-ILDIS.
Marini, R.M. (1994). “La crisis del desarrollismo”. Recuperado el 05 de agosto,
2016 de: www.marini-escritos.unam.mx/085_crisis_desarrollismo.html.
(2012). El maestro en rojo y negro. Quito: IAEN.
Sader, E. (2008). Refundar el Estado: posneoliberalismo en América Latina.
Buenos Aires: CLACSO.

113
Transformaciones Rurales

MODERNIZACIÓN CONSERVADORA
EN EL CAMPO ECUATORIANO

Esteban Daza
Sociólogo de la Universidad Central del Ecuador e Investigador del Instituto
de Estudios Ecuatorianos y del Observatorio del Cambio Rural.

Alejandra Santillana
Socióloga feminista de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador,
maestría en Ciencias Sociales con especialización en Sociología en FLACSO.
Directora del Instituto de Estudios Ecuatorianos y coordinadora del
Observatorio del Cambio Rural.

Stalin Herrera
Sociólogo en la Universidad Central del Ecuador, maestría en Estudios
Latinoamericanos en la Universidad Andina Simón Bolívar. Estudios en temas
de desarrollo rural, política agraria, movimientos indígenas campesinos.
Investigador Asociado al Instituto de Estudios Ecuatorianos.

Recibido: 13-05-2016 Aprobado: 21-10-2016

La “modernidad” en el campo, es un gran canto de sirena, ha tomado


el timón de todo lo que hemos construido, en un barco que está preñando,
no solo de ilusiones, sino saberes y riquezas que hemos con las manos
sembrado durante siglos. En este rumbo no son las piedras lo que nos
espera, sino la panza de la agroindustria y la vieja hacienda. Ahí vamos,
embobados por sus promesas.
Jacinto Quevedo, 2009.

Resumen

Durante los años 70, la modernización de la sociedad o la superación del


subdesarrollo se convirtieron en un imperativo moral y político de los estados, en
Ecuador fueron las juntas militares nacionalistas quienes ocuparon el gobierno durante
más de una década. Desde las posiciones más radicales (teorías de la dependencia),
a las más conservadoras (algunos terratenientes y la naciente burguesía de origen
terrateniente) compartieron la necesidad de modernizar / industrializar la economía
y la sociedad, y abandonar las formas “precapitalistas” de producción. El presente
artículo se interroga por las líneas de continuidad que emergen de un proceso histórico
de transformaciones en el campo que apela a prácticas conservadoras, y muestra los
conflictos que el avance del capitalismo genera en los territorios sobre los que se

115
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

expande. El documento está estructurado en cuatro partes: a) argumento general; b)


modernización y reformas agrarias; c) neoliberalismo y desarrollo rural; y finalmente
d) el proceso de la Revolución Ciudadana y su apuesta por la productividad. En las
primeras desarrollamos el contexto y las hipótesis y en la última parte concentramos
nuestro análisis.

Palabras clave: modernización conservadora, capitalismo, Revolución Ciudadana.

Abstract

During the 70s, the modernization of society or the overcoming of under-


development became a moral and political imperative for the states. In Ecuador
it was the military regime that occupied the government more than a decade that
implemented this project of modernization. From the most radical positions
(Theories of Dependence), to the most conservative ones (the rising bourgeoisie –
landowner class established some of these positions) shared the need to modernize/
industrialize the economy and society, by abandoning the pre capitalist forms of
production. This article interrogates the continuity of the lines of a historical process
of transformations in the rural areas that present conservative characteristics and
shows the conflicts that capitalism produces in territories. The paper is divided
in four sections: a) general argument; b) modernization and agrarian reforms; c)
rural neoliberalism and rural development; and finally, d) Citizen Revolution and
productivity as political project.

Keywords: conservative modernization, capitalism, Citizen Revolution

116
Transformaciones Rurales

Introducción

En las décadas de los años 70 y 80, en el marco del “nuevo estado” que crecía
resultado de las exportaciones petroleras y un proyecto de industrialización por
sustitución de importaciones, en el Ecuador hubo –como en el resto de América
Latina– un debate en torno a las “vías” del desarrollo capitalista. Los autores del
debate se inspiraron en las tesis leninistas sobre las vías de desarrollo del capitalismo
en Rusia, pero que puso mucho énfasis en la acción o presión de las clases en
disputa, campesinos vs terratenientes.1 Hoy, a 60 años de la primera Reforma Agraria
y la persistencia de una enorme concentración de tierra, parecería que las clases
terratenientes se habrían impuesto; sin embargo, a diferencia del uso que se ha
hecho de las tesis leninistas, preferimos hablar en términos de B. Moore (1973) y su
planteamiento sobre la “modernización conservadora”.2
Para B. Moore (1973), al igual que Lenin, el desarrollo del capitalismo no es
homogéneo, sino que depende de las relaciones de fuerza de los actores que
disputan tal desarrollo, pero a diferencia de Lenin, se concentra en la importancia
de las mediaciones entre los señores y los campesinos; es decir, el rol del estado, la
burocracia, las articulaciones, la dependencia mutua, los intereses compartidos, las
mediaciones simbólicas, etc. En el Ecuador, la categoría fue utilizada tempranamente
por F. Velasco (1979) en sus estudios sobre los campesinos y la reforma agraria. Su
pregunta no enfatiza tanto en la acción de cada uno de los actores, sino en las razones
por las cuales actúan de esa manera y tienen tales privilegios (capacidad de acción a
pesar de la presión social y política). Así, en este artículo, recogemos una parte de la
propuesta de B. Moore y la “modernización conservadora”, se analiza el carácter o
rol de las élites e intentamos explicar los límites de la modernización en el Ecuador.

1 Lenin se centra fundamentalmente en el desarrollo del capitalismo en Rusia y la vía farmer o campesina (Rusia),
pero su estudio es optativo para Europa, por eso habla de la vía junker/terrateniente (Alemania) o las vía
democrática-burguesa (Inglaterra y Francia). Probablemente el debate más acalorado fue el que sostuvo entre una
vía terrateniente de Barsky (1984), para el cual existía una iniciativa de “terratenientes” que tenían un interés por
modernizar/industrializar su producción proponían reformas para democratizar la sociedad, entre estas la Reforma
Agraria; y, por otro lado, una vía campesina sostenida por A. Guerrero (1984) para quien es la iniciativa y presión
de los sectores indígenas y campesinos los que luchan por la tierra.
2 “Las modernizaciones conservadoras en B. Moore (1973: 351-370) hacen referencia a los cambios socioeconómicos
y políticos ocurridos en Alemania y Japón, donde la fortaleza de las élites rurales y la debilidad de la burguesía
industrial permitieron la construcción de alianzas reaccionarias (aristocracias rurales, intereses comerciales
emergentes y burocracia real) a través de las cuales las élites rurales mantuvieron su posición de privilegios y
llevaron adelante los cambios necesarios para “modernizar” la sociedad en la perspectiva de fortalecer el desarrollo
del capitalismo industrial, una revolución organizada desde arriba” (Herrera, 2013).

117
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

El primer impulso

El auge cacaotero de finales del siglo XIX e inicios del XX, consolidó el patrón
primario-exportador como forma de reproducción del capital en el Ecuador3 (Acosta,
2001). Significó la inserción del país en el mercado mundial (Velasco, 1983) y la
acentuación de la división internacional del trabajo, profundizando un modelo
económico dependiente y rentista4 (Ruiz e Iturralde, 2013). Gracias a los nuevos
mercados internacionales y el crecimiento de las ciudades, el viejo régimen de
hacienda y de plantación extendieron las fronteras agrícolas ejerciendo una enorme
presión sobre la tierra y el trabajo, reforzado el antiguo régimen colonial que debía
superarse con el avance de la nueva república desde 1830.
La expansión del modelo primario-exportador se asentó en la renta diferencial
del suelo y en una especialización regional y territorial de la economía nacional:5 la
Costa como un modelo de producción dedicado a la exportación y la Sierra orientada
fundamentalmente a la producción de bienes de consumo interno. Modelo que no
habría sido posible sin el poder ideológico y político de sus clases dominantes (el
estado, los terratenientes-exportadores y la iglesia), que jugarán, hasta finales de la
década de los 40, un papel hegemónico en la conservación de las relaciones productivas
en el campo, en especial, el control de la gran propiedad y la subordinación de
indígenas y campesinos. Un régimen de control que se mantendrá con mucha fuerza
hasta las leyes de reforma agraria de 1964 y 1972 (Guerrero, 1994).
Este primer debilitamiento del régimen de plantación y hacienda, está relacionado
con la crisis internacional de los años 30 (crisis del boom cacaotero) y el creciente
endeudamiento de los sectores dominantes, lo cuales terminaron perdiendo espacio
y control sobre los pequeños productores que habían avanzado en la posesión y
propiedad de la tierra, adquirida bajo regímenes de deuda y pagada gracias a la
demanda de alimentos para el consumo de las nacientes ciudades (Uggen, 1993).
Pero, si bien, entre los años de 1930 y 1948, el Ecuador mantiene su lógica
económica dependiente, las estructuras de producción migran de las exportaciones
de cacao, venidas a menos, hacia otros productos tropicales como el café y el arroz,
aprovechando la coyuntura del mercado internacional y las políticas de devaluación
del sucre. Sin embargo, estos nuevos productos no llegarán a representar los mismos
niveles de ganancia que percibían las clases dominantes con el auge cacaotero, lo que
eleva sus contradicciones por la apropiación de una mayor cuota del excedente (mayor

3 Para Alberto Acosta (2001) el auge de los productos primarios, como el cacao, que experimentó el Ecuador a
inicios del siglo XX, no habría sido posible sin las bases asentadas en la exportación de éste entre los años de 1860
y 1870.
4 El modelo económico del Ecuador hasta la primera mitad del siglo XX estaba compuesto por la extracción de
la renta en trabajo y en especie (acumulación originaria). Con la entrada en el proceso modernizador capitalista,
estas relaciones sociales de producción sufrirán algunas modificaciones a través de políticas de reforma, pero su
dependencia del mercado internacional se mantiene intacta, de hecho, mejora su inserción en el mercado.
5 La cuenca baja del río Guayas juega un papel fundamental en la generación de cultivos con renta diferencial.

118
Transformaciones Rurales

presión sobre la tierra y el trabajo), sin superar la crisis del sector agroproductivo
(Velasco, 1983; López, 2008).
Hacia la década de los 50, gracias al boom bananero, se produce una reinserción
en el mercado mundial y una nueva aceleración de los procesos de acumulación así
como una presión sobre las relaciones sociales de producción, expresados a través
de las modificaciones de sus regímenes de reproducción material y simbólica, y
versan entre la generalización de las relaciones salariales; la expansión de la frontera
agrícola vía colonización; el aumento de la productividad en medianas propiedades;
la limitada ampliación del mercado interno; el aumento de las importaciones
y exportaciones. Tal aceleración del capitalismo, en el campo implicó un nuevo
avance sobre la tierra y el reforzamiento de los mecanismos de subordinación laboral
que se tradujo en la lucha por la tierra –central cuestionamiento al viejo régimen
y estructura de dominación– y el quiebre de las relaciones de dominación social e
ideológica; esta vez, claramente acompañados por el partido comunista que había
nacido también con la crisis de los años 30 (Chiriboga, 2014; Velasco, 1979; H.
Ibarra, 1984).

Modernización: auge bananero y reformas agrarias

La fase depresiva encontrará salida en el enclave bananero hacia finales de


la década de los años cuarenta (Acosta, 2001). Entre 1950 y 1955 se expande la
demanda mundial de banano, se elevan los precios del racimo y las plantaciones
bananeras centroamericanas son afectadas por el “Mal de Panamá” que reduce los
volúmenes de exportación de este enclave y permite que los capitales extranjeros
migren hacia Ecuador. Este proceso de acumulación tendrá su correlato en los
discursos y prácticas de “modernización” de la sociedad que asumirá el gobierno
de Galo Plaza Lasso desde la administración gubernamental.6 Sin embargo, a pesar
de que el Estado promovió la expansión de nuevos cultivos como el banano para
exportación, la agroindustria azucarera y lechera, así como la producción del arroz
para el consumo interno; el proceso no se acompañó de una mayor democratización
de la tierra, sino que reforzó el carácter conservador de la gran propiedad que disputó
el control de las mejores tierras, muchas de ellas aún en manos de los indígenas y
campesinos.
Con el fin del boom bananero (1955 y 1959), los modestos cambios que se
produjeron en las relaciones de producción, no cambiaron el modelo agroexportador,
mientras que las narrativas modernas de desarrollo y progreso acentúan las tesis
del crecimiento económico, la “lucha” en contra de la pobreza y el hambre, y la

6 Galo Plaza Lasso fue presidente del Ecuador entre 1948 y 1952. Sus prácticas de gobierno de corte modernizadoras
y liberales, están relacionadas con pensar un país unido, multiplicar las misiones internacionales de asistencia
técnica, impulsar estudios y diagnósticos sobre la realidad nacional, promover la planificación y fomentar el
aparato productivo.

119
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

necesidad de la transferencia tecnológica.7 Mientras el banano dejaba de ser la


fuente más importante de ingresos para el país, la industrialización y diversificación
económica aparecen como una propuesta de recambio y recuperación para las mismas
élites. Entre 1963 y 1972, se trata del crecimiento exponencial del sector industrial
manufacturero, que crecerá a una tasa promedio del 8,2% anual (Jara, 1984),
asignando al sector productivo agropecuario funciones de proveedor de alimentos,
de materias primas y de mano de obra barata necesarias para la industrialización.
Así, la “modernización” de la sociedad (diversificación económica productiva),
avanzó con apoyo y transferencias del Estado, que desde 1972 disponía de ingentes
recursos como resultado de la explotación de petróleo. El Estado se convirtió en el
promotor central de la modernización e industrialización a través de la construcción
de caminos, ampliación del crédito por medio del Banco Nacional de Fomento,
el desarrollo de tecnología, construcción de los sistemas de almacenamiento y
comercialización; es decir, levantó toda una estructura de atención al campo que
tenía como objetivo, promover la productividad de la gran propiedad, modernizar las
estructuras productivas e integrar a los pequeños productores al mercado nacional
(S. Herrera, 2011).
Las leyes de reforma agraria se producen en medio de una tensión entre tres
actores: a) un núcleo de terratenientes y hacendados que no están dispuestos a ceder
sus tierras, pero que enfrentan a un bloque de élites que, si bien mantienen el control
de la gran propiedad, habían desplazado sus intereses a las finanzas, el comercio y la
naciente industria; b) el Estado ocupado por militares nacionalistas y modernizantes
que articulaban el “consenso social” o aspiraciones de las clases medias por la
modernización e industrialización de la sociedad; y, c) el movimiento campesino
que se consolida en una amplia red de organizaciones campesinas en la Costa y en
la Sierra,8 en alianza con la izquierda y luego con un sector de la iglesia que luchan
por terminar con los regímenes de explotación y dominio de las haciendas y las
plantaciones –desde 1959, la Revolución Cubana o el avance de la izquierda en
América Latina amplifica la capacidad de interpelación de la izquierda–.
Para 1964 se expide la primera Ley de Reforma Agraria, que si bien recoge parte
de las demandas campesinas de redistribución, expresa al mismo tiempo la “alianza”
entre la incipiente burguesía y los sectores terratenientes que dan paso a una ley que
no modifica la estructura agraria. Así, la ley se inscribe “en la propuesta desarrollista

7 Tanto las estrategias agrarias del sector público como las del sector privado desde el año de 1962 se habían
sumado al programa de fertilizantes de la Campaña mundial contra el hambre. La justificación para implementar
los fertilizantes gira en torno a mejorar la productividad, para satisfacer necesidades alimentarias y de salud de las
poblaciones campesinas, además de gestionar el riego que conlleva el crecimiento demográfico, pues la población
crece anualmente al 3,15% mucho más rápido que la producción de alimentos (IERAC, 1965).
8 La lucha por la tierra será el motor de la creciente organización popular en el campo que hacia principios de
los años 80 crearan un extensa red de base territorial y flexible, con capacidad de articulación y representación
provincial y regional, las cuales serán también la del futuro movimiento indígena en los 90 (Chiriboga, 1984;
Ospina y Guerrero 2003; Herrera, 2016).

120
Transformaciones Rurales

que moderniza el campo, induce la racionalidad empresarial a las explotaciones


de baja productividad, incorpora transformaciones a la amplia dotación de tierras
públicas no explotadas y de la asistencia pública, y erradica el trabajo precario”
(Cosse, 1984: 37).
Así, aunque la presión por la tierra y el consenso social empuja su redistribución,
los terratenientes, por un lado, avanzan en la negociación de la tierra con los
huasipungueros o campesinos que luchaban por la tierra; por otro lado, formalizan
las relaciones salariales en las fracciones modernas de sus propias haciendas; pero
sobre todo, boicotean las reformas legales, y “ocupan” las estructuras institucionales
responsables del proceso (ministerio, INRA, etc.) para de esta manera garantizar su
posesión de las mejores tierras, desplazando la entrega de tierras a las políticas de
colonización que promovió el Estado o trasladando los conflictos / demandas por
tierra a un laberinto burocrático e institucional que tenía enormes costos para los
campesinos.9
Para 1970, el Decreto de Abolición del Trabajo Precario en la Agricultura, y el
Decreto 1001 constituyen cuerpos legales complementarios a la reforma agraria que
dan continuidad a las transformaciones capitalistas en el campo. Estas influyen sobre
dos factores importantes: a) las formas de trabajo, y b) la administración de la tierra.
Nueve años después de la promulgación de la primera ley de reforma agraria, en
1973, bajo el gobierno militar del general Guillermo Rodríguez Lara, se decreta una
segunda ley de reforma agraria. Dicha ley tendrá el carácter de integral e intentará
eliminar las propiedades ineficientemente explotadas y las relaciones laborales
precarias.
Establece la creación de “zonas de intervención prioritaria”, que serán espacios
sobre los que se ejercerá la administración de aquellas problemáticas que aquejan a
la población campesina, además de promover los flujos económicos necesarios. Otro
factor importante es la gestión de riesgos de carácter social y biológico; la falta de
educación, las afecciones a la salud y el poco acceso a vivienda “digna”, formarán
parte de las problemáticas que se intenta superar con la integralidad de la ley.
Indudablemente las dos reformas agrarias democratizaron alguna proporción de
la tierra, pero no lograron y no se propuso eliminar la estructura monopólica del
suelo productivo, y ampliar las pequeñas y medianas propiedades que servirán para
sostener el mercado local de alimentos –importante en el proceso de industrialización
por sustitución de importaciones–; sino que, hicieron de la reforma agraria el
factor de contención de la protesta social más importante, ya que mantuvo las
relaciones de extracción de renta y plustrabajo sobre los sectores campesinos, pero

9 La primera reforma agraria para la transformación del agro en el país, tiene otro elemento importante, y es la
presencia de un Estado que planifica y ejecuta políticas de fomento productivo y de mediación de conflictos, como
la ocupación de tierras baldías y del uso de las tierras de asistencia pública, cuyo objetivo era resolver “la presión
demografía en ciertas zonas de la Sierra, y administrar las potencialidades del conflicto social dando respuesta al
movimiento campesino y al mismo tiempo financiar a través del Estado, la parcelación de tierras de terratenientes
que buscaban deshacerse de las mismas” (Barsky, Bonilla, Furche y Mizrahi, 1982, p. 43).

121
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

fundamentalmente fue determinante en el debilitamiento de un proyecto popular de


transformación basado en una alianza obrero-campesino (entrevistas a dirigentes).
Por último, el proceso profundizó la especialización y división territorial y
regional de la producción sin eliminar la gran propiedad. Así, las élites terratenientes
mantuvieron una posición privilegiada en los procesos de cambio y lograron hacer
del Estado una base de modernización, diversificación y acumulación, sorteando la
presión popular por la tierra.10 En la Sierra, la reforma agraria debilitó el poder de la
hacienda, la redistribución de tierra amplió su margen de reproducción económica
de las familias indígenas creando las bases para una creciente “autonomía política”
necesaria para la posterior disputa política territorial, sin que eso cambie su propiedad
sobre las mejores tierras, hoy agroindustrias productoras de leche, brócoli y flores.
En la Costa el efecto sobre la plantación no fue el mismo, las élites regionales se
recuperaron rápidamente ocupando las estructuras de representación política y la
organización económica organizando para sí un régimen represivo para contención
de demandas, y así, en un estrecho margen, “obligaron” a los campesinos a moldear
su estructura productiva para exportación, con lo cual sus intereses se articularon a
las élites perdiendo autonomía necesaria para una disputa política posterior (Herrera,
2013)

Neoliberalismo y desarrollo rural

Si bien las limitaciones de las reformas agrarias de 1964 y 1973 significaron para el
sector campesino-popular cuerpos legales que imponían medidas claras de afectación
de la tierra, permitieron el acceso de capas medias y bajas de campesinos al suelo
productivo; desde finales de los años 70, estas posibilidades quedarán anuladas por
la Ley de Fomento y Desarrollo Agropecuario de 1979, que flexibiliza los criterios
técnicos de eficiencia en materia de producción agropecuaria, de tal manera que los
causales de afectación desaparecen.
Así, entre los años 80 y 90 la propuesta de reforma agraria es remplazada por la
necesidad del desarrollo rural, reflejado en el desplazamiento de la política de acceso
a la tierra de los años anteriores y en su lugar se da mayor prioridad al fomento de
la producción para la exportación tradicional (cacao, café, banano) y no tradicional
(palma, flores, camarón, frutas). Entre 1990 y 2006, varias fueron las leyes
impulsadas por el neoliberalismo en el campo que consolidaron el modelo primario
agroexportador. Las élites presionaron y lograron la elaboración de un nuevo cuerpo
jurídico que cancele cualquier posibilidad de reforma agraria y redistribución, y

10 Un punto importante del proceso es que el impulso del proyecto de Industrialización por Sustitución de
Importaciones liderado por el estado gracias a la enorme cantidad de recursos petroleros, sirvió para la construcción
de toda una red de instituciones para atender el desarrollo productivo (Banco Nacional de Fomento, Empresa
Nacional de Semillas, Empresa Nacional de Almacenamiento, etc.) pero que sirvieron para trasladar una enorme
cantidad de recursos al proyecto de “modernización” de las mismas haciendas. Incluso el proceso de colonización
también sirvió para trasladar tierra a sectores urbanos, clases medias y militares del periodo.

122
Transformaciones Rurales

en su lugar asegure el control de los recursos naturales, flexibilice las relaciones


laborales y garantice la transferencia de recursos o protección desde el estado.
Sin duda el ejemplo más claro del neoliberalismo en el campo será la Ley de
Desarrollo Agrario de 1994.11 Esta ley legitima y formaliza la contrarreforma
agraria al impulsar el mercado de la tierras como la estrategia adoptada por el
modelo neoliberal. La posición privilegiada de los sectores terratenientes moldea
la política agraria a su favor. Entre la promulgación de la Ley de Reforma Agraria
de 1964 y la Ley de Desarrollo Agrario de 1994, las élites no solo mantuvieron el
control de la propiedad y de los recursos productivos, sino que mejoraron su posición
en el control del mercado, la circulación interna de alimentos (supermercados),
exportación e importación; y, además, diversificaron sus intereses en las finanzas y
otros sectores de la industria. Todo gracias a una enorme transferencia de recursos y
protección por parte del Estado, a costa del desplazamiento y subordinación de las
economías campesinas.
La fuerza del modelo primario agroexportador marca líneas de continuidad entre
ambos: el carácter dependiente de la demanda mundial, la extensión de productos o
materias primas, el control monopólico de los recursos productivos, la complicidad
del estado y la restricción de derechos. Con lo cual la movilización y organización
del movimiento indígena y campesino se convierte en el actor central de la
democratización. Si bien los conflictos por tierra que habían crecido durante los 70
y se “apaciguaron” con las reformas agrarias y las políticas de desarrollo rural, en
los 90 la conflictividad se muestra nuevamente. Sin dejar la lucha por la tierra,12 el
movimiento indígena se convierte en el espacio que agrega políticamente la lucha
contra el colonialismo interno expresado en el racismo en el mercado, ciudades y
espacios de comercialización y convivencia entre indígenas y mestizos (Santillana,
2011); las disputas frente a la expansión de la frontera agrícola y la agroindustria;
la lucha contra la presencia de grandes proyectos petroleros y mineros; y los
conflictos en torno a la privatización de la naturaleza –especialmente el agua–. Es
decir, a principios del siglo XXI, la lucha por la tierra se transformó en la lucha
por el territorio y la autonomía, así como un proyecto político anti-neoliberal que,
disputado en las calles, se articuló desde los sectores indígenas y campesinos hacia
el resto de la sociedad; el estado plurinacional, la economía comunitaria, la soberanía
alimentaria, etc.

11 Pero además, se pueden sumar las leyes para la importación y manejo de insumos y fertilizantes, la falta de
impuestos sobre la tierra, las herramientas económicas para la definición de franjas de precios y un amplio número
de leyes menores que aseguran su reproducción. Pero además, la eliminación, reducción y privatización de las
instituciones estatales que promovían algún apoyo a los campesinos, eliminado así a sus competidores locales.
12 Herrera, 2012.

123
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

Revolución ciudadana y su apuesta por la productividad

Hacia el año 2007, con el triunfo de la Revolución Ciudadana se abre un diálogo


con aquellas demandas labradas en las calles. Efectivamente, la Constitución de
2008 recoge el reconocimiento del Estado Plurinacional, el cambio en el modelo de
desarrollo y la orientación de la economía del mercado al ser humano, la proscripción
del latifundio, el reconocimiento del agua como derecho humano y el establecimiento
de un orden de prelación; la soberanía alimentaria como eje obligatorio y estratégico
del Estado, etc. Esto le permite al gobierno levantar una estrategia centrada en la
recuperación del Estado, que se refleja en la modernización de las instituciones y la
recuperación de la inversión social.
Sin embargo, a pocos años, los mandatos constitucionales no se reflejan en la
consolidación del proyecto político del actual gobierno, ni en la reforma institucional
del Estado. Una mirada rápida sobre sus efectos muestra que en un contexto mundial de
financiarización de la agricultura, predominio de la renta tecnológica, acaparamiento
y concentración de la tierra como recurso productivo, además de la renta diferencial
y la crisis ecológica; el campo mantiene los peores índices de pobreza y desigualdad
(Saltos, 2011).13 La propuesta del gobierno en el agro promueve un modelo de
acumulación capitalista que no se propone superar los temas más importantes de
desigualdad en el campo:

a) La concentración de los recursos productivos se mantienen. En 1954


el índice de Gini14 que se ubicó en 0,86, medio siglo más tarde se ubica
en 0,80 para el año 2000.15 Esto demuestra que existen 712.035 familias
–unidades productivas de menos de 5 hectáreas– que acceden apenas a
2´481.019 hectáreas; mientras 3´593.496 hectáreas están controladas apenas
por 6.616 familias –unidades productivas de más de 200 hectáreas– ligadas
a la exportación (Daza, 2014). Para el caso del agua para riego, las unidades
familiares cuyas propiedades de tierra son menores a 10 hectáreas, poseen
apenas el 26% de la superficie con riego; frente a las propiedades de más de
50 hectáreas que concentran el 51% del riego en su propiedad.

13 Según la Secretaría Nacional de Planificación del Estado (Senplades) la evolución de la pobreza por consumo
muestra que para 1995, el 63% de la población que habita el campo es pobre; mientras que en la ciudad son el
23%. Para el año 2006, la pobreza en el campo se ubicó en el 61,5% y el 24,9% en la ciudad. Otro de los escenarios
que hace referencia a estos altos niveles de desigualdad es la relación entre extrema pobreza con la etnicidad,
es la población indígena, el sector de la población más pobre en el Ecuador con el 39,3%; los afroecuatorianos
conforman el 11,6% y los mestizos, el 8,3% (SENPLADES, 2009).
14 Coeficiente que mide la desigualdad en el acceso a la tierra en las poblaciones campesinas. Si la cifra está más
cerca de 0 hay mayores niveles de igualdad; si la cifra es igual o está más cerca de 1 la desigualdad es mayor o
extrema.
15 El año 2000 es la fecha del último Censo Agropecuario, la información tiene carácter oficial y es la única que
tiene respaldo institucional para ser utilizada. En la actualidad el régimen no muestra voluntad política para
realizar otro censo agropecuario.

124
Transformaciones Rurales

b) En el campo se mantiene la flexibilización laboral tanto en asalariados o


jornaleros. El 78,39% de la PEA rural está subempleada; los campesinos que
diversifican sus fuentes de ingreso en zonas de expansión de agroindustria no
logran cubrir la canasta básica familiar. Las precarias condiciones laborales
que presta la agroindustria en las que desempeñan sus tareas diarias provoca
una serie de enfermedades ocupacionales (Harari, 2013).
c) Según la Encuesta de Uso del Tiempo del INEC en el 2007, la carga global de
trabajo,16 presenta datos alarmantes sobre la situación de sobreexplotación
de la mujer en el área rural. Las mujeres en el campo trabajan 82 horas y
58 minutos cada semana, mientras que los hombres, trabajan 60 horas y 11
minutos semanales; y comparada con la mujer de la ciudad, las mujeres en
el campo trabajan 75 horas y 5 minutos. Es decir, la mujer campesina trabaja
22 horas más que los hombres en el campo y, aproximadamente, 8 horas más
que la mujer de la ciudad.
d) La producción de banano, caña de azúcar, maíz duro, cacao y palma africana
son los cultivos que más superficie de suelo cultivable ocupan. Del 2002 al
2011, la superficie cosechada de palma africana en la provincia de Esmeraldas
crece considerablemente: pasó de 44.461hectáreas a 133.878 hectáreas.
En el caso del banano, la superficie cosechada aumenta ligeramente, por
ejemplo, en la provincia de Los Ríos pasa de 52.203 hectáreas en el 2002
a 55.040 hectáreas en 2011 (ESPAC, 2011). Esta lógica productiva hace
que los suelos nacionales empiecen a perder su fertilidad, debido a la
deforestación; además, el cambio en el uso de suelo y la presión demográfica
agotan la frontera agrícola y son la causa de pérdida de nutrientes que
permiten el sostenimiento de la agrobiodiversidad. El 47% de la superficie
productiva en el Ecuador tiene niveles bajos de materia orgánica.
e) Los mercados en los que se concentra la exportación de cultivos tradicionales
y no tradicionales siguen siendo los Estados Unidos. En estos últimos treinta
años, ha crecido también la dependencia de las importaciones de bienes
de capital y tecnología. Por ejemplo, entre los años 2002 y 2011 se duplica
la importación de plaguicidas y la maquinaria agrícola que viene de países
como Italia, Brasil y Estados Unidos (Chérrez, Bravo, & García, 2014).
f) La expansión del capitalismo en el campo ya no solo se concentra en la
expansión de la agroindustria, sino que en el marco del incremento de
precio de los productos primarios hay una expansión creciente de las
fronteras extractivas del petróleo y minería, así como la instalación de
megaproyectos, que atentan la sobrevivencia de los modos de vida indígena
campesino. Presión que en la historia reciente se ha articulado a la agenda
indígena campesina y transformado la conflictividad a un tipo de conflictos

16 Carga global de trabajo mide en tiempo el trabajo remunerado extra-doméstico, y el trabajo no remunerado que
contempla: el trabajo doméstico, el voluntariado en la comunidad y las actividades que permiten el autoconsumo.

125
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

ligados a la defensa del territorio contra la minería, el petróleo y los proyectos


multipropósitos.

Así, a diferencia de los 90, a partir del 2007 un nuevo escenario toma vigencia
en las dinámicas agropecuarias en medio de un contexto global de aumento en
los precios de los alimentos y precios de los commodities, y una lógica local, de
movilización social que presiona por cambiar el uso de la tierra con fines de soberanía
alimentaria, y un sector productivo empresarial que le apuesta a aprovechar los
factores internacionales favorables de economía extractiva rentista.
El gobierno de Rafael Correa, entre los años 2007 y 2014 buscó materializar una
serie de perspectivas innovadoras para el “desarrollo y modernización nacional”,
pero terminaría dándole continuidad a la modernización conservadora. Pues, a pesar
de los avances constitucionales, es evidente que las inversiones sociales, aunque
logran un mayor bienestar de la población, dada la “desigualdad estructural”, es
decir, la desigual dotación de recursos productivos y la posición de privilegios de
las élites terratenientes –hoy son mucho más que haciendas o plantaciones; se han
convertido en complejos agroindustriales que controlan la producción, circulación
y consumo de alimentos, y además han ramificado sus inversiones en la banca, la
exportación e importación de insumos–.
La Constitución del 2008 crea las condiciones para avanzar en una serie de
cambios normativos e institucionales que recogen los puntos centrales de la
plataforma histórica de las organizaciones indígenas y campesinas: redistribución
de la tierra, producción alimentaria, capacitación, crédito, fomento productivo, entre
otras; muchas de estas, elevadas a mandatos constitucionales,17 leyes orgánicas18
y planes de desarrollo nacional.19 Estas formas de expresión de los avances en la
disputa por el modelo para el campo, hacían prever que se configuraba una agenda
agraria que incluía a los sujetos históricamente excluidos; aquellos sujetos que, a
través de la problematización de sus experiencias, formulaban principios de equidad
para la transformación del campo en el Ecuador, lo que fue reflejado en la propuesta
de Soberanía Alimentaria.20

17 Art. 281, numeral 4, es responsabilidad del Estado: “Promover políticas redistributivas que permitan el acceso del
campesinado a la tierra, agua y a otros recursos productivos”; y en el numeral 1, manda a: “Impulsar la producción,
transformación agroalimentaria y pesquera de las pequeñas y medianas unidades de producción, comunitarias, y de
la economía social y solidaria”. y en Art. 282 “El Estado normará el uso y acceso a la tierra, que deberá cumplir la
función social y ambiental… se prohíbe el latifundio y la concentración de la tierra”.
18 LORSA: Ley Orgánica de Régimen de Soberanía Alimentaria 2009
19 PNBV 2009-2013. Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013
20 Vale observar que la Soberanía Alimentaria como proyecto de cambio tiene un contenido de cambio radical:
frente a la monopolización de los recursos productivos, se propone la desprivatización del agua y la reforma
agraria; frente al monopolio de los mercados, nos propone poner los mercados y precios en las manos de los
campesinos; frente a la homogenización agroindustrial, se plantea la recuperación de la tecnologías campesinas
y las semillas; frente al capital como sujeto de acumulación, demanda que sean las comunidades indígenas, los
campesinos y las mujeres del campo los sujetos de la producción y la política publica.

126
Transformaciones Rurales

Si nos detenemos en una reflexión cronológica del período actual, podemos


establecer que este (re)cambio jurídico y normativo a “favor” de las luchas
campesinas, se dio desde 2008 hasta finales del 2012.21 Pero a partir del año 2013,
cuando las organizaciones sociales presionan para que lo escrito en la Constitución y
las leyes se haga efectivo en las economías campesinas, el gobierno nacional definirá
“nuevos” problemas y “nueva” agenda para el campo. La Soberanía Alimentaria
como eje estratégico para el desarrollo del agro será desplazada por la necesidad de
modificar la matriz productiva primaria exportadora que aparece como el problema
fundamental a superar. Los diagnósticos sobre el sector agropecuario nacional
señalarán que el atraso y la falta de productividad de éste se deben a un proceso
“modesto y heterogéneo de modernización”.
De tal forma que entre 2013 y 2014 se muestra el proyecto del Estado modernizador
y las élites de origen terrateniente. Este se basa en dos ejes generales. Por una
lado, el cambio de matriz productiva vía sustitución selectiva de importaciones
que dinamizará el mercado local incentivando la producción nacional de soya,
canola, palma africana, maíz duro y caña de azúcar como los rubros que permitirán
diversificar la producción para el mercado interno, mejorar la balanza comercial y
generar nuevas fuentes de empleo (todos los rubros relacionados con modelos de
gran propiedad y / o integrados a los complejos agroindustriales). El otro eje de
la política agraria es la apertura comercial. Para el caso de los productos agrícolas
tradicionales y no tradicionales con valor agregado,22 el ingreso al mercado europeo
es clave; en este sentido, el gobierno nacional ha firmado un Acuerdo Comercial con
la Unión Europea,23 que como la misma UE sostiene, es la incorporación del Ecuador
a los tratados de libre comercio que ya firmaron Colombia y Perú.
El proyecto modernizador tiene el nombre de “Revolución Agraria” y el gobierno
ecuatoriano lo ha configurado como el pago de la deuda agraria histórica realizable a través
del cambio de matriz productiva y energética y el Acuerdo Comercial con la Unión Europea,
que definirán una agenda legislativa que prioriza la aprobación de la Ley de Recursos
Hídricos, Usos y Aprovechamiento del Agua,24 Ley de Tierras, Código Orgánico Integral
Penal y Código de Relaciones Laborales, como parte de los primeros avances en este proceso.

21 Los cambios normativos que avanzan hacia una propuesta de vía campesina para el desarrollo en el campo, no se
corresponden con la asignación presupuestaria, pues el Presupuesto General del Estado para el sector agropecuario
no permitía generar políticas de redistribución de recursos productivos. El Ministerio de Agricultura, haciendo
caso omiso a los mandatos constitucionales y a la ley de Soberanía Alimentaria, destinaba el 70% de presupuesto
de esta cartera de Estado, para el apoyo de la continuidad de la modernización conservadora, pues se invertían en
grandes obras de infraestructura que beneficiaron al sector agroindustrial.
22 En el caso del banano se negocia un arancel mínimo para su ingreso al mercado europeo, la quinua empieza a
convertirse en un producto de exportación, así mismo las barras de chocolate empiezan a abrirse camino en Italia
y otros mercados europeos.
23 La primera ronda de negociaciones se dio a partir del 13 de enero de 2014. Hay que mencionar que el Ecuador se
sentó a las mesas de negociación luego de dos años de haberse retirado de la negociación en bloque entre la CAN
y la UE, y termina firmando el acuerdo en julio del presente año.
24 Aprobada en julio de 2014.

127
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

Así, lo que se puede advertir es que las narrativas de crecimiento económico y


productividad se unen a las de modernización y justicia social, pues el gobierno
advierte que el cambio de matriz productiva generará las condiciones para sacar
el país del atraso y la pobreza. El proyecto para el campo plantea una serie de
intervenciones sobre los territorios y autonomías de los sectores campesinos; uno
de ellos, el más polémico, consiste en sustituir importaciones de soya y canola por
producción nacional, para lo cual, se necesitan más de 50 mil hectáreas de tierra
y la importación de semillas transgénicas para mejorar la productividad. Además,
se promueve la articulación entre el cambio de matriz productiva y energética
destinada a extensas cantidades de suelo productivo para el cultivo de caña de azúcar
consignada para agrocombustibles.
La normativa expresada en la Ley de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales
aprobada por la Asamblea de mayoría oficialista cierra toda posibilidad de
expropiación y redistribución de tierra25 a favor de los campesinos, pues, los
principios que motivan esta ley son el aumento de la productividad de las tierras.
De tal forma, que los latifundios de producción de monocultivo (bananos, palma
africana y caña de azúcar, entre otros), que concentran grandes extensiones de tierra,
agua para riego y son parte del complejo agroindustrial, cumplen la función social
de productividad, pues sus niveles de producción por hectárea son elevados debido
a sus condiciones de acumulación de recursos productivos (ESPAC, 2011), por lo
tanto, no son predios de expropiación. La única forma de acceder a la tierra que les
queda a campesinos, según el proyecto de ley, es el mercado de tierras regulado por
el Fondo de Tierras, mediante transacciones realizadas a precios comerciales que
no contemplan subsidios o precios sociales debido al principio de recuperación de
valores.
Así, a pesar de demandas indígenas y campesinas, las importantes inversiones
en agricultura y la restructuración institucional, las políticas mantienen líneas de
continuidad con el neoliberalismo: 1) La promesa del crecimiento económico y la
erradicación de la pobreza parecen ser incompatibles con una propuesta de cambio
estructural y redistribución de tierra o agua; 2) la inversión se destina en su mayoría
a programas que fortalecen la reprimarización de la producción agrícola; 3) los
programas y proyectos enfatizan la eficiencia de sus inversiones en los agricultores
medianos con tierra que pueden integrarse a las cadenas de valor para la exportación;
4) los campesinos pobres, los más pequeños y sin tierra son desplazados de la
política productiva hacia una de asistencia social (Carrión y Herrera, 2012); 4) la
ley de tierras refuerza una vieja apuesta de las élites, una contrarreforma agraria,

25 Cabe resaltar que el proyecto de Ley de Tierras, al momento de escribir este artículo, está siendo debatido en
la Asamblea Nacional. Basados en las declaraciones públicas y las formas de participación institucionalizadas
para incidir en la ley establecidas por la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Asamblea, planteamos que
ésta se aprobará sin modificar la estructura principal del cuerpo, y que implica la negación de una política de
redistribución de tierras para los sectores más desfavorecidos del país, que ascienden a 437.000 familias sin tierra
o con muy poca.

128
Transformaciones Rurales

hoy legitimada por los propios campesinos e indígenas afines al gobierno; y, 5) los
intereses de las élites terratenientes (pero modernas) aún ejercen el poder político e
ideológico sobre la reforma política y aseguran que la renta diferencial siga siendo
apropiada por quienes tienen el monopolio de las cadenas productivas (producción,
circulación y consumo) y que son funcionales al mercado mundial.

Conclusiones

Pensar el campo desde las modernizaciones conservadoras de B. Moore, es un


intento de invitarnos a pensar en la enorme contradicción a la que las narrativas de
modernización y progreso nos exponen. Una sociedad en la que sin duda hay enormes
avances, la vida de los campesinos no es lo que fue frente a la vieja hacienda y la
plantación, pero tampoco ha significado la construcción de una sociedad de bienestar.
Al contrario de eso, es visible que los sectores más “modernos” de la economía en
el campo, la agroindustria, no crea condiciones dignas para la reproducción básica
de las familias indígenas y campesinas. El campo mantiene los indicadores de
desigualdad más altos del país.
El resultado de esta contradicción no tiene que ver con la falta de iniciativa o
propuestas indígenas campesinas. Hoy existen mucha investigación y experiencias
palpables que nos muestran que las economías campesinas y comunitarias pueden,
no solo superar los umbrales de sobrevivencia –actualmente lo hacen pues el 60% de
alimentos que se consumen en el país viven de estos sectores–, sino convertirse en
motores de economías nacionales (ver la experiencia de Kerala en la India).
El problema es otro y está relacionado con el punto de B. Moore, el rol de las élites
rurales en la construcción de la sociedad. Son sectores que han hecho de la gran
propiedad y la explotación del trabajo la base de su acumulación y diversificación
económica. Hoy, en tanto, complejos agroindustriales, no solo controlan la tierra, sino
que además controlan los canales de exportación, importación, crédito, desarrollo
tecnológico y circulación o venta de alimentos. Su control sobre el conjunto de las
esferas indispensables para la reproducción campesina, les da un enorme poder
económico y político que les ha servido para mantener las bases del viejo régimen
de acumulación.
En B. Moore, el núcleo de la modernización conservadora está vinculado con la
capacidad de las élites para conservar el “control”, siempre inestable, del conjunto
de cambios sociales y políticos, para lograr mantener sus bases de acumulación
económica, en este caso, la subordinación de la fuerza de trabajo y el control
monopólico de la tierra y el conjunto de recursos productivos.

129
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

Bibliografía

Álvarez, H. S. (Agosto de 2005). Adopción tecnológica y dimensiones ambientales


en un programa de desarrollo rural. Estudio de caso: PRONADER-Guano, Tesis
de maestría. Quito: FLACSO-sede Ecuador.
Acosta, A. (2001). Breve historia económica del Ecuador. Quito: Corporación Edi-
tora Nacional.
(2012). El retorno del Estado. La Tendencia, 152.
Barsky, O. (1984). La reforma agraria ecuatoriana. Quito: Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales / Corporación Editora Nacional.
Barsky, O., Bonilla, E. D., Furche, C., & Mizrahi, R. (1982). Políticas agrarias, colo-
nización y desarrollo rural en Ecuador. Quito-Ecuador: OEA y CEPLAES.
Brassel, F., Herrera, S., & Laforge, M. (2010). ¿Reforma agraria en el Ecuador?:
viejos temas nuevos argumentos. Quito: SIPAE.
(2008). ¿Reforma agraria en el Ecuador?: viejos temas, nuevos argumentos. Quito:
SIPAE.
Castro-Gómez, S. (2010). Historia de la gubernamentalidad. Razón de Estado, liber-
alismo y neoliberalismo en Michel Foucault. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.
(2010). La historia de la gubernamentalidad. Bogotá: Kimpres Ltda.
Carrión, D. (2012). Cartilla para el dabate del modelo de acumulación. La palabra en
nuestra orilla. Quito, Pichincha, Ecuador: OCARU.
Carrion, D., & Herrera, S. (2012). Ecuador rural de siglo XXI: soberania alimenta-
ria, inversión pública y política agraria. Quito: IEE.
Cosse, G. (1984). Estado y agro en el Ecuador 1960-1980. Quito: Corporación Edi-
tora Nacional.
Cueva, A. (2001). El desarrollo del capitalismo en América Latina. México: Siglo
XXI.
Chérrez, C., Bravo, E., & García, M. (2014). Acuerdo Comercial Multipartes Ec-
uador-Unión Europea: ¿Negociación de un TLC? Posibles impactos en el sector
rural. Quito: Heifer.
Chiriboga, M. (2014). La cuestión agraria en el pensamiento de Fernando Velasco.
En C. S. Ortiz, & S. Álvarez, El legado intelectual y político de Fernando Velasco
Abad (pág. 236). Quito: FLACSO Ecuador.
Chiriboga, M. (1986). Crisis económica y movimiento campesino e indígena. En
Luis Verdesoto (edit), Movimientos sociales en el Ecuador. Quito: CLACSO /
ILDIS / IEE / CEDIME / CAAP / CIUDAD.
Daza, E. (2014). Cartilla de elementos para el debate del modelo agrario. Análisis
del proyecto de Ley Orgánica de Tierras Rurales Productivas. Quito, Pichincha,
Ecuador: OCARU.
Daza, E., Ruíz, M., & otros. (2012). Participación, soberanía alimentaria y políticas
públicas. Quito: Instituto de Estudios Ecuatorianos.

130
Transformaciones Rurales

Escobar, A. (2007). La inversión del tercer mundo. Quito: El perro y la rana.


ESPAC. (2011). Datos estadísticos agropecuarios. Quito: INEC.
Foucault, M. (1988). El sujeto y el poder. Revista Mexicana de Sociología, pp. 3-20.
Guerrero, A. (1994). Los oligarcas del cacao. Quito: El Conejo.
(1984), Haciendas, capital y lucha de clases andina: disolución de la hacienda ser-
rana y lucha política en los años 1960-64, Quito: Editorial El Conejo.
Harari, R. (2013). Los productos agrícolas no tradicionales de exportación y las
condiciones de trabajo: algunos ejemplos en Ecuador. Quito: FOS.
Herrera, S. (2011). Continuidad y discontinuidad de la política agraria en la Revolu-
ción Ciudadana. Revista Ciencias Sociales de la Escuela de Sociología, 179-198.
(2016). Movimiento Indígena Campesino y Vías de Democratización en el Ecuador:
Los Ríos y Chimborazo. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar–Instituto de
Estudios Ecuatorianos.
Ibarra, H. (1984). La formación del movimiento popular: 1925–1936. Quito: Centro
de Estudios y Difusión Social (CEDIS).
Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización, IERAC. (1965). Solicitud
al Fondo especial de Naciones Unidas. Quito: IERAC.
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura IICA. (1991). Estudio
de Factibilidad del Programa Nacional de Desarrollo Rural, Fase I, edición re-
sumida. Quito: ICCA.
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. IICA. (1995). La par-
ticipación campesina en proyectos de desarrollo rural. Quito: IICA.
Jara, C. (1984). Modelo de modernización y la crisis del agro. En V. autores, Ecua-
dor Agrario: Ensayos de interpretación (pág. 237). Quito: El Conejo.
Ley de Desarrollo Agrario. (1994). Ley de Desarrollo Agrario 1994. Quito: Registro
oficial 461.
Ley de Reforma Agraria y Colonización. (23 de julio de 1964). Registro Oficial N°
297. Quito, Pichincha, Ecuador: Registro Oficial.
López, P. (2008). La normalidad excepcional. En C. d. Torre, & M. S. Editores, Galo
Plaza y su época (pág. 191). Quito: FLACSO Ecuador.
Ministerio Coordinador de la Producción Empleo y Competitividad. (2010). Agenda
para la Transformación Productiva. Quito, Pichincha, Ecuador: MCPEC.
Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca. (01 de 08 de 2013). Pro-
puesta. El sector agropecuario, acuícola y pesquero en el cambio de la matriz
productiva. Quito, Pichincha, Ecuador: MAGAP.
Asamblea Nacional. (2014). Proyecto de Ley Orgánica de Tierras Rurales Produc-
tivas. Quito.
North, L., & Cameron, J. (2008). Desarrollo rural y neoliberalismo. Quito: Corpo-
ración Editora Nacional.
Ospina, P. y Guerrero F. (2003). El Poder de la comunidad. Ajuste estructural y
movimiento indígena en los Andes ecuatorianos. Buenos Aires, Colección Becas

131
Modernización conservadora en el campo ecuatoriano

de Investigación CLACSO–ASDI.
Ministerio Coordinador de la Producción. (2010). Agenda para la Transformación
Productiva. Quito, Pichincha, Ecuador: MCPEC.
Quintero, R., & Silva, E. (2001). Ecuador: una nación en ciernes. Quito: Editorial
Universitaria.
Quishpe, V., & Alvarado, M. (2012). Cotacachi: derecho a la tierra frente a urban-
izaciones y especulación. Quito: SIPAE.
Ruiz, M., & Iturralde, P. (2013). La alquimia de la riqueza. Quito: Centro de Derechos
Económicos y Sociales.
Saltos, N. (2011). Políticas y modelos agrarios en el Ecuador, entre la modernización
y la reforma. Ciencias Sociales N° 33, 225-250.
Santillana, A. (2011) s/p Construyendo actorías en resistencia: mujeres indígenas
de Cotopaxi. Apuntes sobre el proceso hegemónico del movimiento indígena
ecuatoriano. Maestría en Ciencias Sociales con mención en Sociología. Quito:
FLACSO-Sede Ecuador.
SENPLADES. (2009). Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013. Quito: SENP-
LADES
Uggen, J. F. (1993). Tenencia de la tierra y movilizaciones campesinas: zona de
Milagro. Quito: Anden Center for Latin American Studies – ACLAS.
Velasco, F. (1983). Ecuador: subdesarrollo y dependecia. Quito: El Conejo.
(1979). Reforma agraria y movimiento campesino en la Sierra. Quito: El Conejo.

132
Transformaciones Rurales

DINÁMICAS DE CONTROL DE LA
AGROINDUSTRIA PALMERA EN LOS RÍOS

Danilo Ricardo Rosero Fuentes

Sociólogo de la Universidad Central del Ecuador


y Maestrante de sociología en FLACSO

Recibido: 10-05-2016 Aprobado: 12-10-2016

Resumen

Cuestionando las interpretaciones que sostienen que el criterio predominante


que define la lógica agroindustrial está determinado por la modalidad basada en el
control directo de la fase agrícola, convirtiéndola en una “dinámica inherente” de
la agroindustria, este artículo argumenta que la lógica agroindustrial no tiene una
“dinámica inherente”. Su lógica depende de las condiciones específicas que resultan
de la estructura agraria y la configuración territorial de las áreas en las que se de-
sarrolla. Para apoyar esta hipótesis, esta investigación analiza un estudio de caso a
partir del funcionamiento de la agroindustria de palma y su despliegue en Valencia,
provincia de Los Ríos.

Palabras clave: agroindustria palmera, circuito de acumulación, estructura agrar-


ia, configuración territorial, modalidades de control.

Abstract

By questioning the interpretations which sustain that the predominant criteria


that defines that the agro industrial logic is determined by the modality based on the
direct control of the agricultural phase, turning it into an “inherent dynamic” of agro
industry. This article argues that the agro industrial logic does not have an “inherent
dynamic”; its logic is dependent of the specific conditions that are the result of the
agrarian structure and territorial configurations of the areas in which it develops. In
order to support this hypothesis, this investigation analyzes the case of the palm agro
industry and its functioning in Valencia, in the Los Rios province.

Keywords: palm agribusiness, accumulation circuit, agrarian structure, territorial


configuration, control modalities.

133
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

Introducción

En la coyuntura actual, el cuestionamiento a la agroindustria ha cobrado una


enorme relevancia, expresando la disputa existente en torno a los diferentes modelos
de acumulación que se busca consolidar en el agro nacional, enfrentando: posiciones
ligadas al modelo agroindustrial -tradicional y modernizado-, y posiciones ligadas
a modelos que pugnan por la soberanía alimentaria. El cuestionamiento que se ha
erigido desde quienes enfrentan al modelo agroindustrial, ancla en postulados que
denuncian las dinámicas monopólicas bajo las cuales opera la agroindustria y las
consecuencias que esta acarrea. Estos postulados se articulan en torno a un factor
común: coinciden en que el criterio predominante que define la dinámica agroin-
dustrial vendría determinado por su carácter concentrador de tierra y agua, des-
prendiéndose de esto su principal modalidad de control: control directo de la fase
de producción agrícola, subordinándose a esto la generación de encadenamientos
productivos, y definiendo dicho criterio como lógica inherente al funcionamien-
to agroindustrial.
Frente a estas interpretaciones, se plantea que, además de la modalidad de con-
trol directo de la fase agrícola, la agroindustria despliega modalidades de control
indirecto, a través de lo cual, a pesar de no encontrarse eslabonadas hasta la fase
agrícola, logran el control de dicha fase, principalmente a través del control de
la comercialización, funcionalizando la producción agrícola a la lógica agroindus-
trial. Para probar esta hipótesis, se realizó un acercamiento al funcionamiento de
la agroindustria palmera, –por su despliegue histórico1 y la relevancia que ha ad-
quirido a lo largo de las últimas décadas en el país2– en el cantón Valencia, en
Los Ríos,3 dado que, por sus particularidades,4 permite problematizar la modalidad
efectiva mediante la cual controla la producción local de palma y avanzar en el ob-
jetivo de esta investigación. Para esto, se emprenderá en primer lugar un abordaje
teórico-conceptual sobre la agroindustria, en segundo lugar una contextualización
del tema agrario en Ecuador, y tercero, se abordará el caso de la agroindustria pal-
mera en el cantón Valencia. Finalmente, el artículo cierra con breves conclusiones.

1 El funcionamiento histórico de la agroindustria palmera ha hecho que su dinámica productiva sea analizada bajo
la perspectiva de las modalidades de control directo, ligándola de manera inherente a la agroindustria palmera.
2 La producción de palma muestra un vertiginoso incremento. Su superficie presenta un incremento promedio, en el
periodo (2004-2011), de 45,54 % (61.120 ha), respecto al 2003 (ESPAC, 2014).
3 La provincia registra en los últimos años un incremento de la superficie cultivada de palma, la cual pasó de 27.000
ha en el año 2000 a 38.000 ha en el 2012 (ESPAC, 2014) (Landívar, 2011).
4 1) Muestra una expansión del cultivo de palma sin ir de la mano de las grandes agroindustrias; 2) no se extienden
grandes monocultivos de esta planta en el cantón, 3) su dinámica productiva está articulada a las grandes agroin-
dustrias (a través del eje palmero ligado del bloque occidental).

134
Transformaciones Rurales

Capitalismo, agroindustria y modalidades de control

Para brindar un sustento teórico de base a la discusión en torno a la agroindustria


y sus modalidades de control, se realiza en primer lugar un abordaje teórico-con-
ceptual de las categorías «agroindustria» y «modalidades de control», a través del
enfoque de Marx, al respecto del proceso de subsunción del trabajo al capital, de su
expresión en el espacio agrario a partir de las interpretaciones de Blanca Rubio y
Wilfredo Lozano, y de la interpretación de la agroindustria que realiza Zonia Palán.
Subsunción del trabajo al capital en la agricultura

El proceso de producción en el modo de producción capitalista está sometido a


la racionalidad del beneficio capitalista. En esta lógica, el proceso de valorización
domina las condiciones, la organización y la dinámica del proceso productivo, en
otras palabras, subyace un proceso de subsunción del trabajo en el capital (Marx,
2001). Al respecto, Marx (2001) reconoce dos posibles formas de subsunción: for-
mal y real. La formal da cuenta de las condiciones de sometimiento del trabajo al
capital que se despliega sobre la base técnica correspondiente a modos de produc-
ción precapitalistas. La real da cuenta del sometimiento del trabajo al capital que
se despliega en relación a la base técnica que ha desarrollado el capitalismo para
responder a las exigencias de su racionalidad económica. Ambas formas, siguiendo
el planteamiento de Marx, a pesar de que responden a momentos históricos deter-
minados, pueden coexistir en atención a las necesidades de acumulación de capital
(Marx, 2001).
En el caso de la agricultura, siguiendo a Lozano (1985), el avance del capi-
talismo en el agro sobre la base de la dominación de los modos de producción
precapitalistas, hace que la relación de subsunción del trabajo en el capital asu-
ma múltiples y combinadas formas, pudiendo agruparse en torno a dos formas
generales de subsunción: 1) relación de subordinación, la cual supone que es en
los ámbitos de la comercialización, monetario-financiero y tecnológico donde se
expresa la relación de dominación. Esta supone una forma de control indirecto del
capital hacia el trabajo basada en mecanismos ajenos al proceso productivo; o 2)
relación de inclusión, la cual supone la absorción de mano de obra campesina por
el sistema capitalista5 –control directo del proceso productivo, y por ende del pro-
ceso laboral– (Lozano, 1985). Ambas formas de subsunción operan en el ámbito
de la subsunción formal del trabajo al capital.
Tras la revisión del postulado de Marx al respecto del proceso de subsunción del
trabajo al capital, y de Lozano al respecto de las diversas formas bajo las cuales

5 Dado que la relación de subordinación de la economía campesina al capital supone una relación de intercam-
bio desigual, la unidad económica campesina se va descapitalizando, de tal forma que en un momento dado, se
requiere que parte de la fuerza de trabajo campesina se articule al mercado de trabajo para asegurar condiciones de
equilibrio económico y reproducción social (Lozano, 1985).

135
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

opera este proceso en el agro, se dará cuenta de cómo se inscribe en este proceso la
agroindustria a través de los enfoques de Rubio (1987 y 2009) y Palán (1989).

Agroindustria y modalidades de control agroindustrial

Rubio (2009), parte del hecho de que el desarrollo histórico del capitalis-
mo operó subordinando paulatinamente la agricultura a la industria, a través
de vínculos de dominio que se configuraron de diversas formas atendiendo a
las diferentes fases del desarrollo alcanzado por el capitalismo en situaciones
históricas determinadas6 (Rubio, 1987). Sin embargo, la subordinación de la
agricultura a la industria no supone, per se, el desarrollo de las relaciones de
producción capitalistas en el agro, sino la configuración de mecanismos de ex-
plotación y expoliación de la riqueza generada por los productores directos y
del trabajo asalariado integrado a la producción agrícola que pueden mostrarse
como coexistentes. Por lo que el capital se sirve de distintos modos de pro-
ducción, funcionalizándolos a sus necesidades de reproducción (Rubio, 2009).
Es justamente dentro de estas lógicas de subordinación que se inscribe el debate
acerca de la agroindustria, la cual constituye la forma concreta que adopta el proce-
so de subordinación de la agricultura a la industria, a través de la cual se genera un
sometimiento generalizado de los actores que intervienen e interactúan en el espacio
agrario (campesinos, proletarios, y sectores del capital medios y atrasados) al capital
de punta; y la cual despliega diferentes modalidades de subsunción del trabajo al
capital, lo cual denota la heterogeneidad que posee este sector (Rubio, 1987).
Por otro lado, para dar cuenta de cómo opera la agroindustria, se tomará en cuenta
el planteamiento que propone Palán (1989), quien introduce la noción de circuito de
acumulación para dar cuenta de la lógica de funcionamiento que esta articula. Palán
concibe al circuito de acumulación como “un proceso que pone de manifiesto la
existencia de cadenas productivas que incorporan no sólo las actividades productivas
de transformación material (…) sino también la circulación social que subordina el
trabajo al capital” (Palán, 1989, p. 81), lo cual deja entrever que la agroindustria se
configura en el marco de circuitos agroindustriales que se estructuran a partir de las
distintas fases de producción, circulación y transformación de un determinado pro-
ducto agrícola, sin que su vinculación se reduzca al traspaso de un insumo-producto
a través de ellas, sino integrando mecanismos de acumulación de capital, explotación
y subordinación de trabajo tanto a lo largo de la cadena como al interior de cada una
de las fases que la integra. Esta línea de análisis visibiliza a la agroindustria como el
conjunto de agentes, procesos y relaciones integradas y desplegadas a lo largo de la
cadena agroindustrial. A su vez, cada circuito forma parte de un todo, el cual viene
dado por las condiciones que establece la reproducción del capital global a nivel

6 Rubio distingue dos formas determinadas de subordinación: la «vía comercial de dominio» y la «vía productiva de
subordinación» (Rubio, 1987, p.38).

136
Transformaciones Rurales

nacional y que establece sus requerimientos de manera desigual en los territorios, el


que a su vez responde a los procesos sociales y las necesidades de acumulación de
capital global (Palán, 1989).
El análisis de los circuitos de acumulación parte de la premisa de que los procesos
sociales no se repiten de manera igual en todos los territorios, lo cual exige una
comprensión de la particularidad de los fenómenos regionales, tomando en cuenta
que forman parte de una totalidad. Por ello, se debe tomar en cuenta: la situación
histórica; las características particulares de la sociedad; la participación de los agen-
tes sociales; la organización social y territorial de la fuerza de trabajo y el capital;
las relaciones sociales y de producción que se establecen y el carácter local de los
procesos políticos e ideológicos. Esto en el marco de un espacio determinado, del
reconocimiento de la heterogeneidad que caracteriza a las distintas regiones y espa-
cios locales, fruto del desarrollo desigual de las fuerzas productivas y las relaciones
de producción; de la interdependencia entre los diferentes circuitos de acumulación;
y de su relacionamiento con las necesidades de acumulación nacional e internacional
(Palán, 1989).
El planteamiento de Palán (1989) permite entrever que el despliegue efectivo de
los circuitos de acumulación, incide y a su vez se condiciona por la estructura agraria
y por la configuración territorial de una determinada formación social. De esta for-
ma, se deja sentado que el análisis de los diferentes circuitos de acumulación debe
partir de una concepción global del problema agrario regional y nacional, el cual
permite entender la dinámica regional y los procesos de especialización productiva
como el fruto del desarrollo territorial desigual de las fuerzas productivas y de las
relaciones de producción, así como fruto de su vinculación y funcionalización en
torno a las necesidades de acumulación de capital a nivel nacional e internacional
(Palán, 1989).
Es en este marco que se configuran las modalidades de control que actualmente
dirigen la agroindustria, las que no atienden a lo que podría denominarse su «dinámi-
ca interna», ni sólo se fundamentan en modalidades basadas en el control de la tierra
(control directo), sino que articula diversas modalidades en base a la realidad agraria.
Siguiendo a Palán, estas diversas modalidades de control de la agroindustria de las
fases de producción, vienen dadas por modalidades de control horizontal, a través
del control directo de las diferentes fases de producción; y por modalidades de con-
trol vertical, a través de la integración de los actores que participan en cada una de
las fases de producción que conforman una determinada cadena productiva bajo el
dominio agroindustrial (Palán, 1989).

Tierra, agroindustrialización y agroindustria palmera en el Ecuador

La situación de la tierra en el Ecuador hasta mediados del siglo XX, estuvo mar-
cada por la existencia del latifundio en la Sierra y grandes plantaciones con mayor

137
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

diversificación en la Costa. Durante el siglo XX, el país vivió diversas oleadas de


“modernización” e “industrialización” que tuvieron efectos en el agro. Los procesos
de reforma agraria ligados a dichas oleadas configuraron el espacio agrario a través
de: dinámicas de colonización en la Costa, repartición de huasipungos en la Sierra,
procesos de concentración de las mejores tierras y la eliminación de relaciones pre-
capitalistas a nivel nacional. Estos procesos incentivaron el desarrollo de la agroin-
dustria, lo cual incidió en el despliegue de modificaciones en la estructura agraria
nacional y una profunda reconfiguración territorial de las zonas agrícolas del país.
Las modificaciones agrarias en las diferentes zonas del país que acontecieron fruto
de estos procesos, difirieron atendiendo a sus particularidades sociales y territoriales,
así como a su ligazón al eje de acumulación nacional y su participación en el mer-
cado. Destaca en este marco, la heterogeneidad productiva de la estructura agraria
del espacio costeño, fruto de las diversas oleadas de ocupación y dinamización que
la ligaron al marco productivo nacional, de su ligazón principalmente al mercado
internacional, y de su rol como eje del proceso de agroindustrialización del país. Sin
embargo, más allá de la heterogeneidad que caracterizaba al espacio agrario costeño,
desde fines de los años 70 y hasta finales de los 90, se expidieron marcos normativos
que han incidido en la reconcentración de tierras en el Ecuador, que principalmente
ha afectado a la Costa ecuatoriana, incidiendo a su vez en la orientación de la es-
trategia en el agro en dicha región, volcándola principalmente al desarrollo de la
agroindustria y cultivos agroindustriales (claramente palpable en la zona norte de
Los Ríos). Más allá de los procesos de redistribución de tierra dirigidos desde los
años 60 y con mayor fuerza en los 70 y 80, la estructura agraria nacional sigue siendo
profundamente injusta.
En este contexto, surge la palma aceitera hacia los años 50, desplegada bajo la
figura de plantación. Inicialmente este cultivo se ubicó en una zona antes produc-
tora de banano en el eje Sto. Domingo-Quevedo-Quinindé y su despliegue provocó
cambios en la estructura agraria y la configuración territorial de dicha zona. Detrás
del impulso de las actividades palmeras en el país, participaron: 1) el mercado, por
el precio de la fruta en el mercado internacional; 2) el Estado, a través del despliegue
de políticas de industrialización, crédito, desarrollo tecnológico, colonización y ad-
judicación de tierras que incentivaron el despliegue de este cultivo; y, 3) el capital
internacional, cuya injerencia y recursos tecnológicos incidieron en el despliegue de
grandes plantaciones de palma. A través de este impulso, la producción palmera asis-
tió a un vertiginoso incremento desde 1993. Este cultivo se ha desarrollado históri-
camente con una orientación hacia el exterior. Su distribución actual se despliega a
través de cuatro bloques de producción, exhibiéndose una concentración territorial
de este cultivo. Pero no sólo se muestra concentrado geográficamente, sino que su
estructura productiva muestra un carácter concentrador que se monopoliza a medida
que avanzan sus fases de producción (en el eslabón agrícola participan 7.000 produc-
tores que exhiben una gran heterogeneidad productiva en cuanto a su diversificación,

138
Transformaciones Rurales

productividad, fuerza de trabajo que emplean, nivel de tenencia de la tierra, y uso de


insumos productivos, técnicos y tecnológicos. En el eslabón de extracción participan
51 extractoras, que muestran una gran heterogeneidad productiva en cuanto a su ca-
pacidad de producción, tecnología y modalidades de comercialización. Finalmente
el eslabón industrial aglutina a no más de 10 grandes agroindustrias, constituyendo
este un oligopolio).
Una vez que se ha caracterizado el panorama nacional de la agroindustria de pal-
ma, se realiza un acercamiento al proceso de constitución del espacio agrario en la
zona norte de Los Ríos, el avance agroindustrial y la configuración de las actividades
palmeras. La constitución agraria de esta zona exhibe una tardía ocupación ligada
a los procesos de colonización, legalización e incentivo a la ocupación que orien-
taron las reformas agrarias implementadas. Su configuración productiva pasó del
despliegue de monocultivos de banano a una creciente diversificación, con lo cual su
articulación a la economía nacional venía dada a través de productos de exportación,
consumo interno y agroindustriales. Sin embargo, desde los años 70, se desarrolló
un activo mercado de tierras que generó una tendencia hacia la polarización, concen-
tración y desmembramiento de propiedades medianas y pequeñas en la zona. Estos
procesos se asociaron a la mano de grandes agroindustrias, así como a grandes, pe-
queños y medianos productores locales. Este desarrollo de la estructuración agraria
del norte de Los Ríos, muestra una dinámica compleja en la cual coexisten grandes
agroindustrias, grandes y medianos propietarios locales, y pequeños productores.
De la mano de la agroindustria, durante las dos últimas décadas del siglo pasado,
esta zona ha atendido a un proceso de reconfiguración productiva pasando a siste-
mas de monocultivos y exhibiendo un crecimiento de actividades agroindustriales,
entre ellas la palma. Del 2004 hasta el 2012 su superficie productiva se incrementó
en más de 10.000 hectáreas, integraba a 694 productores, muestra la presencia de 6
empresas palmeras, así como de 11 industrias extractoras: 5 Buena Fe; 4 Quevedo;
2 Valencia; y, 1 Ventanas.

La agroindustria palmera como circuito de acumulación y su despliegue en Va-


lencia

Valencia (al norte de Los Ríos) posee una expansión total de 78.269,139 hectáreas.
Consta de su cabecera cantonal, los poblados cercanos La Unión y La Nueva Unión
como potenciales parroquias urbanas, y los recintos El Vergel, Costa Azul, Monte
Nuevo, como potenciales parroquias rurales. El territorio del cantón se muestra prin-
cipalmente como un llano en el centro y en el oeste, atravesado por una red hídrica
que favorece la productividad de los suelos especialmente a las secciones bajas de
las microcuencas junto al pie de las vertientes (PDOT Valencia, 2012).

139
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

Configuración territorial y estructura de tenencia de la tierra en Valencia:


Comparativo 2000-2013

Para el año 2000, 51.767,19 hectáreas de Valencia (66,13% de la superficie can-


tonal), estaban orientadas a actividades agrícolas, mientras el resto de la superficie
(26.501,94 hectáreas, 33,87% de la superficie cantonal), estaba repartida entre ac-
tividades pecuarias, zonas urbanas, tierras improductivas y zonas de protección y
conservación (CLIRSEN, 2000). En cuanto a la superficie ligada a las actividades
agrícolas, la principal superficie de importancia (15.718,46 hectáreas) combina-
ba 70% de arboricultura tropical con 30% de banano. En segundo lugar, 6.882,38
hectáreas combinaban 50% de cultivos de ciclo corto con arboricultura tropical. En
tercer lugar 6.683,18 hectáreas se encontraban destinadas al banano. En cuarto lugar,
5.112,09 hectáreas se encontraban destinadas a cultivos de ciclo corto. Finalmente,
al respecto de la palma, el cantón Valencia disponía para el 2000 de 904.60 hectáreas
productivas de este cultivo. Estos datos demuestran la importancia de dos cultivos
en particular en el año 2000: el banano y los cultivos de ciclo corto, y el hecho de
que la palma no representaba para este año un cultivo importante (CLIRSEN, 2000).
Al respecto de la estructura de tenencia de la tierra, para el año 2000, el 55,32%
de las UPA (1.343 UPA) controlaban el 21,41% (16.757,66 ha) de la superficie
agropecuaria del cantón; el 35,83% de las UPA (870 UPA) controlaban el 30,75%
(24.068,11 ha); y el 8,85% de las UPA (215 UPA) controlaban el 36,56% de la super-
ficie (28.615,61 ha) (CLIRSEN, 2000). Estos datos demuestran, que la predominan-
cia de la tenencia de la tierra venía dada por UPA menores de 10 ha, que a su vez son
quienes menos superficie de tierra controlaban; mientras la superficie controlada por
las UPA que poseían más de 50 ha, y aquella que controlan las unidades productivas
de 10 a 50 ha, son relativamente cercanas. Atendiendo a la información catastral del
cantón Valencia, al 2000 las únicas agroindustrias asentadas en el cantón eran La
Fabril (en decadencia) y el Grupo Wong (en auge). Sin embargo, más allá de estas,
los procesos de concentración de tierras se vinculaban principalmente a medianos y
grandes propietarios locales. De esta forma, serían alrededor de 40 las familias que
en su mayoría habían incrementado su tenencia de la tierra en función de adquisi-
ciones (GAD Valencia, 2014).
Para el año 2013, 45.995,08 hectáreas (58,77% de la superficie cantonal), es-
taban orientadas a actividades agrícolas, mientras el resto de la superficie (32.274,05
hectáreas, el 41,23% de la superficie cantonal), estaba repartida en actividades no
agrícolas (IEE, 2013). Vemos así, que para el 2013 ocurrió un proceso de dismi-
nución de la actividad agrícola en 5.772,11 hectáreas a favor de actividades no
agrícolas. En cuanto a la superficie ligada a las actividades agrícolas, tenemos que el
cultivo que ocupa la mayor superficie es el cacao, con 14.726,06 hectáreas sembra-
das. En segundo lugar el banano, que ocupa una superficie de 13.730,78 hectáreas.
Por su parte, la palma aceitera representa el tercer cultivo de importancia, con una

140
Transformaciones Rurales

superficie total cultivada en edad productiva de 6.354,16 hectáreas. Adicionalmente


un cultivo más que posee gran importancia en el cantón es el maíz, cuya superficie
cultivada es de 5.050,23 hectáreas. Entre los cuatro cultivos, se cubre el 88,64% de
la superficie agrícola y el 52,09% de la superficie cantonal (IEE, 2013), por lo cual
se puede afirmar que en una década, la superficie agrícola del cantón Valencia se
ha modificado, atendiendo a un claro proceso de reconfiguración territorial sobre
la base del avance de estos cultivos. La consolidación de estos 4 productos, refleja
la articulación de la provincia principalmente a través de productos destinados a la
exportación y a la agroindustria.
Al respecto de la estructura de tenencia de la tierra, tenemos que para el año 2013,
se atiende a un proceso de profundización de la tendencia a la concentración y la
polarización. Al 2013, el cantón se encontraba compuesto por 3.695 UPA, de las
cuales el 62% (2.290 UPA) son menores a 10 ha y manejan el 28,68% de la super-
ficie del cantón (22.451,39 ha); el 31% (1.145 UPA) poseen una superficie de 10 a
50 ha y controlan el 16,41% de la superficie del cantón (12.846,92 ha); finalmente
el 7% (260 UPA) poseen una superficie mayor a 50, controlando el 28,68% de la
superficie del cantón (22.451,39 ha) (IEE, 2013). Al respecto de los actores que prin-
cipalmente están asociados al proceso de configuración territorial y concentración
de tierra, podemos tener una idea revisando los registros catastrales que arroja el
GAD del cantón Valencia. En la actualidad la única gran agroindustria asentada en
el cantón es REYBANPAC, la cual, tras el proceso de adquisición de tierras que
inició en los años 90 en el cantón, posee alrededor de 3.000 ha, en las cuales se ex-
tienden principalmente cultivos de banano, aunque desde años recientes incorporan
teca y palma aceitera. Por otro lado, se mantienen las familias que se perfilaban
como élites económicas en el cantón al año 2000, y se han eliminado e incorporado
otras (Manobanda, Coello, Chong Qui, Mendoza, Troya, Andrade, las que poseen
propiedades sobre las 1.000 ha, constituyendo poderosas élites económicas locales)
(GAD Valencia, 2014).

La agroindustria palmera en Valencia: Comparativo 2005–2013

El inicio de las actividades palmeras en Valencia se lo puede rastrear hacia el año


1979, cuando la empresa Río Manso inició las plantaciones de palma en la zona. Antes
de su declive productivo, esta agroindustria llegó a poseer alrededor de 5.000 ha culti-
vadas (ANCUPA, 2013). En cuanto a los cultivos productivos de palma en Valencia,
hasta el año 2000, la frontera agrícola de cultivos 100% de palma cubría una superficie
de 904,6 hectáreas, ligada a productores pequeños y medianos que poseían un cultivo
estable –no así el caso de La Fabril–. Por otro lado, los cultivos 50% palma 50% pastos
cultivados cubría una superficie de 436,8 hectáreas (IEE, 2013), siendo característico de
pequeños agricultores que iniciaban un proceso de reconversión. Las zonas del cantón en
las que se localizaban los cultivos se ubicaban en las zonas orientales de Valencia, por lo
que se alineaban relativamente al eje palmero Esmeraldas-Santo Domingo.

141
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

Al respecto de la estructura productiva de la palma, para el 2005 el cantón contaba


con 64 productores: 22 destinaban una superficie de hasta 10 hectáreas a este cul-
tivo, sumando 176,77 hectáreas; 10 destinaban una superficie de 11 a 20, sumando
260,23 hectáreas; 16 destinaban una superficie de 21 a 50 hectáreas, sumando 673,92
hectáreas; 9 destinaban una superficie de 51 a 100 hectáreas a este cultivo, sumando
1.083,03 hectáreas; 6 destinaban una superficie de 101 a 200 hectáreas a este culti-
vo, sumando 866,14 hectáreas; finalmente, 1 destinaba una superficie mayor a 200
hectáreas a este cultivo, sumando 225,73 hectáreas (ANCUPA, 2013). Se demuestra
así, que la producción palmera en Valencia al 2005 atendía a una estructura producti-
va en la que los productores que destinaban una superficie de hasta 10 ha poseían una
presencia predominante, a pesar de que la superficie que controlaban del cultivo era
marginal. Estos datos permiten entrever que dicha actividad no se ligaba a grandes
agroindustrias sino a pequeños, medianos y en menor medida grandes propietarios.
Actualmente los cultivos de palma representan el tercer cultivo de importancia
cantonal, su superficie cubre 6.354,16 ha y los lugares donde se extiende cubren zo-
nas en la parte occidental de Valencia (concentrándose en el centro y suroccidente),
ligándose a la zona occidental de Los Ríos (donde se registran la mayor cantidad de
cultivos de palma y la presencia de extractoras), lo cual muestra: 1) que se ha opera-
do un desplazamiento de estos cultivos de oriente a occidente, 2) que estos cultivos
se han alineado al eje palmero Esmeraldas-Santo Domingo. Por tanto, se podría
pensar que el desplazamiento en la última década, está ligado a la consolidación de
la presencia agroindustrial en Los Ríos y Santo Domingo.
Por otro lado, la estructura de la palma en Valencia al 2013 se compone de
177 productores. De estos, 97 poseen una actividad productiva consolidada: 27
poseen unidades entre 21 y 50, siendo la tendencia predominante y sumando
una superficie de 988 ha (ANCUPA, 2013). Sin embargo, esto no significa que la
palma la despliegan principalmente pequeños productores que poseen en propie-
dad dicha superficie, sino que de la superficie total que poseen, el hectareaje
destinado al cultivo de palma está en el rango de 20 a 50 ha, por lo que se deduce
que en su mayoría los productores que dedican importantes áreas de cultivo a
la palma son medianos propietarios. Del otro lado, quienes destinan superficies
entre 100 y 200 ha al cultivo de palma suman 22 y poseen en total 3.360,35 ha de
este cultivo (49,13% de la superficie de palma). Estos datos evidencian: 1) que
no existen grandes monocultivos de palma en Valencia; 2) que son medianos y
grandes productores locales quienes despliegan palma, por lo que el control de la
fase agrícola por la agroindustria se relaciona a mecanismos indirectos.

Modalidad de control de la agroindustria palmera en Valencia

El abordaje hasta aquí realizado permite constatar que en la actualidad en Valencia


no se encuentra localizada ninguna agroindustria palmera que controle de manera
directa la fase de producción agrícola, sino que se asiste a una expansión de este

142
Transformaciones Rurales

cultivo de la mano de pequeños y principalmente medianos y grandes propietarios


locales. Sin embargo, esto no quiere decir que la producción palmera en Valencia
opera de manera desarticulada de estas agroindustrias. A continuación se realizará
una caracterización acerca de las modalidades de control que despliegan las grandes
agroindustrias palmeras en relación a la producción palmera local, subordinándola a
su circuito de acumulación. Las modalidades bajo las cuales las grandes agroindus-
trias palmeras logran el control de las materias primas y de los canales de comer-
cialización, y además inciden en las distintas fases de producción de la cadena de
la palma aceitera, se ligan a las distintas fases y subfases de esta cadena productiva
(fase agrícola, extracción y refinación).
En primer lugar, en las subfases de semillero, previvero y vivero (subfases inicial-
es de la fase agrícola de la palma), existe un monopolio de las agroindustrias palm-
eras sobre el abastecimiento de semillas, plántulas y plantas de palma, dadas sus
capacidades financieras, técnicas y tecnológicas. Este monopolio se expresa prin-
cipalmente a través de 3 empresas: REFOREI S.A., Murrin Corporation y Palmar
del Río, quienes principalmente abastecen de insumos para el despliegue de cultivos
de palma en Valencia (ANCUPA, 2014). En cuanto al desarrollo de la plantación,
las prácticas monopólicas de las grandes agroindustrias palmeras se relativiza, per-
mitiendo que propietarios locales se relacionen a esta subfase productiva –por las
condiciones asociadas a la realidad agraria del cantón–, pero que además funcionen
otras agroindustrias ligadas a la producción y venta de insumos agrícolas y medios
de producción, lo cual genera condiciones de dependencia de los productores de
palma respecto de otras agroindustrias relacionadas con la provisión de insumos
agrícolas.
En segundo lugar, al respecto de los procesos de comercialización de la fruta de
la palma proveniente de Valencia y atendiendo a la fase de extracción del aceite de
palma, nuevamente se devela un monopolio de las grandes agroindustrias palmeras a
través de sus empresas extractoras presentes en la zona norte de Los Ríos: EPACEM,
San Carlos y Río Manso, a través de las cuales: 1) se monopoliza la comercialización
de la fruta de la palma proveniente de Valencia, por su capacidad de producción
(controlan la producción proveniente del 70,06% de los productores palmeros en
el cantón Valencia); 2) logran incidir en la fase agrícola mediante la exigencia del
cumplimiento de ciertos parámetros para adquirir el fruto de la palma, perfilándose
como un mecanismo de control indirecto que provoca una afectación diferenciada
según las condiciones de producción específicas de los productores palmeros locales
(ANCUPA, 2014). Este segundo hecho, evidencia la forma oligopólica que asume
la cadena productiva de la palma, mediante la cual la dinámica agroindustrial logra
incidir en las formas y la especialización productiva que asumen los territorios, y los
mecanismos de control de dicho proceso.
La forma como se configuran estas modalidades, da cuenta de que no se debe
restringir el entendimiento de la agroindustria a la fase de transformación industrial,

143
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

sino concebirla como el conjunto de actores, procesos y relaciones, en las que se de-
velan distintas formas de dominación y subordinación. A través de esta concepción,
se pueden comprender las dinámicas y a los distintos actores productivos de la palma
en Valencia, inscritos en circuitos controlados por grandes agroindustrias palmeras.
El control de las fases de comercialización (semillas y plantas) y procesamiento
(fase de extracción) por parte de las grandes empresas agroindustriales, conforman
modalidades indirectas de control del proceso productivo que les permiten mantener
el control del circuito de acumulación e incidir en la fase de producción agrícola.
Sin embargo, también queda claro, que para entender la dinámica agroindustrial,
es necesaria una comprensión de las particularidades territoriales, dado que el
establecimiento diferenciado y heterogéneo de la lógica agroindustrial, se liga
a los procesos de reconfiguración territorial y cambios en la estructura agraria.

Conclusiones

El análisis de la agroindustria en el país se lo debe realizar en el marco del


desarrollo del capitalismo, proceso que pone de manifiesto la subordinación del
trabajo al capital en el agro, a partir del cual se desarrollan mecanismos concre-
tos de: control de la producción agrícola, funcionalización de la producción a
los requerimientos del capital, explotación de campesinos y obreros agrícolas, y
acumulación de capital.
Mencionado esto, una primera conclusión de esta investigación, es que la agroin-
dustria no posee ni dirige una modalidad de funcionamiento que se derive de su
«dinámica interna» o de las características de un producto agroindustrial en particu-
lar, sino que su lógica incide y depende de las condiciones territoriales que resultan
de la estructura agraria y la configuración territorial existente en las áreas en las que
esta se desarrolla. De manera particular, la investigación constata el hecho de que
las agroindustrias palmeras en Valencia despliegan una modalidad de control indi-
recto, en la cual, a pesar de no encontrarse eslabonadas hasta la fase agrícola, logran
el control de dicha fase, basándose en el despliegue de mecanismos de control vía
comercialización y la funcionalización de la producción agrícola a la lógica de acu-
mulación agroindustrial.

144
Transformaciones Rurales

Bibliografía
Acción Ecológica. (2012). La agroindustria en el Ecuador vista desde el metabo-
lismo social y la soberanía alimentaria: Los casos del maíz y la palma aceitera.
Quito, Ecuador: Acción Ecológica.
ANCUPA–SIGAGRO–MAG. (2014). Inventario de plantaciones de palma aceitera
en el Ecuador. Recuperado de http://geoportal.magap.gob.ec/geonetwork/srv/eng/
resources.get?id=5&fname=censo_palmicultor.pdf&access=private.
Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Africana - ANCUPA. (2014). Re-
sumen de aportes mensuales por extractora correspondiente al período 2012. Qui-
to, Ecuador: ANCUPA.
Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Africana – ANCUPA. (2013). Regis-
tro de plantaciones de palma aceitera en el cantón Valencia 2013. Quito, Ecuador:
ANCUPA.
Carrión, D. (2012). La palabra en nuestra orilla: estructura agraria y modelo de acu-
mulación rural en el Ecuador: información para el debate político. Quito, Ecua-
dor: IEE.
Centro de Derechos Económicos y Sociales. (2011). Apuntes metodológicos para
abordar el problema agrario en el Ecuador. Tres claves para el estudio y la trans-
formación de la situación agraria en el Ecuador. Quito, Ecuador: CDES.
Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos.
(2000). Proyecto de Generación de Geoinformación MAG-IICA-CLIRSEN 2000.
Quito, Ecuador: CLIRSEN.
Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua. (2014). Boletín de su-
perficie y producción agropecuaria. Quito, Ecuador: ESPAC.
Fundación de fomento de exportaciones de aceite de palma y sus derivados de ori-
gen nacional – FEDAPAL. (2013). El sector palmicultor Ecuatoriano: una visión
2012-2013. Revista FEDAPAL, N° 6, pp. 4–11.
Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Valencia. (2012). Plan de Desar-
rollo y Ordenamiento Territorial del cantón Valencia. Valencia, Ecuador: GAD de
Valencia.
Harvey, D. (2007). Espacios del capital. Hacia una geografía crítica. Madrid, Es-
paña: Ediciones AKAL.
Herrera E. y Carrión, D. (2011). Ecuador rural del siglo XXI. Soberanía alimentaria,
inversión pública y política agraria. Quito, Ecuador: IEE.
Instituto Espacial Ecuatoriano. (2013). Proyecto de Generación de Geoinformación
para el Territorio Nacional MAGAP-IEE 2013. Quito, Ecuador: IEE
Landívar, N. (2011). La palma africana en la provincia de Los Ríos: negocio agro-
empresarial, prebendas estatales y violaciones de derechos campesinos. Eutopía:
Revista de Desarrollo Económico Territorial, N°2, pp. 101–111.
Lenin, V. (1981). El desarrollo del capitalismo en Rusia. En Obras Completas, Tomo
3. México D.F., México: Fondo de Cultura Económica.

145
Dinámicas de control de la agroindustria palmera en Los Ríos

Lozano, W. (1985). Proletarización y campesinado en el capitalismo agroexportador.


Santo Domingo, República Dominicana: Amigos del Hogar.
Marx, K. (2001). El Capital, Libro I, Capítulo VI (inédito): Resultados del proceso
inmediato de producción. México D.F., México: Siglo XXI.
(1981). El Capital: Crítica de la economía política, Tomo 1. México D.F., México:
Fondo de Cultura Económica.
Palán, Z. (1989). La nueva cara del agro ecuatoriano. Estado, crisis y agroindustria.
Quito, Ecuador: Grupo Ciudad.
Rubio, B. (1987). Resistencia campesina y explotación rural en México. México
D.F., México: Ediciones Era.
(2006). Explotados y excluidos. Los campesinos latinoamericanos en la fase
agroexportadora neoliberal. México D.F., México: Editorial Plaza y Valdés.
Saltos, N. (2011). Políticas y modelos agrarios en el Ecuador. Entre la modernización
y la reforma. Ciencias Sociales. Revista de las Carreras de Sociología y de Política,
Nº 33, pp. 225-250.
SIPAE. (2007). Hacia una agenda para las economías campesinas en el Ecuador.
Quito, Ecuador: SIPAE.

146
300.05
U588d
López Andrade, Adrián, Darío Terán Pazmiño y Francisco Hidalgo Flor (eds.)
Desafíos del pensamiento crítico en Ecuador y América Latina:
transformaciones urbanas y transformaciones rurales. Colección de memorias del
Décimo Congreso Ecuatoriano de Sociología, Ciencias Sociales y Políticas,
noviembre de 2015. Suplemento de la Revista “Ciencias Sociales” de la
Universidad Central del Ecuador / Adrián López Andrade, Darío Terán Pazmiño y
Francisco Hidalgo Flor, eds. – 1 ed. -- Quito: Universidad Central del Ecuador,
2015.
147 p.; 15x21cm. (t.4)

ISBN 978-9942-945-55-6
ISSN 0252-8681- Latindex (obra completa)

1. CIENCIAS SOCIALES 2. CRÍTICA SOCIAL 3. DESARROLLO URBANO


4. ECUADOR 5. COLOMBIA I. López Andrade, Adrián, Darío Terán Pazmiño y
Francisco Hidalgo Flor, eds.

También podría gustarte