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A00130896
Ha todos nos cuesta creer que aunque seamos diferentes, merecemos el mismo
trato. Sin embargo no tiene nada de natural, son creencias que adoptamos desde
el momento en que nacemos, y pensamos que es lo correcto.
Los racistas son personas que creen que características biológicas innatas y
heredadas determinan el comportamiento humano. La doctrina del racismo afirma
que la sangre es la marca de la identidad nacional-étnica y sostiene que las
características innatas determinan biológicamente el comportamiento humano.
Juzga el valor de un ser humano no por su individualidad, pero exclusivamente por
su pertenencia en una “nación colectiva de raza”.
Para poder encontrar una solución a este problema que parece interminable hay
que reconocer que el racismo es una realidad mundial. Puede ser para algunos
reconfortante verlo como un problema lejano o que solo afecta a ciertas
poblaciones, pero la realidad es que el racismo está presente en la mayoría de las
civilizaciones modernas. Cabe mencionar que cada contexto regional es diferente,
ya que, aunque las victimas hablen un idioma diferente y tenga otra cultura las
vivencias a de la exclusión que experimentan, la subordinación de la que sufren, la
discriminación y la violencia son muy parecidas en todas las regiones. Así que, si
contamos con plena consciencia que la discriminación es un problema mundial,
podríamos enfocarnos en conjunto para encontrar una solución global.
Declaramos que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y están dotados de la posibilidad de contribuir constructivamente al
desarrollo y al bienestar de sus sociedades. Toda doctrina de superioridad racial
es científicamente falsa, moralmente condenable, socialmente injusta y peligrosa y
debe rechazarse, junto con las teorías que tratan de determinar la existencia de
razas humanas separadas”.