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Introducción a la Escritura
Colosenses es una de las cartas que el apóstol Pablo escribió cuando estuvo en la cárcel en
Roma. Pablo recibió un informe de esta iglesia: había fe, amor, esperanza. El evangelio
estaba produciendo fruto. Pero había un peligro, pues algunos herejes enseñaban que Cristo
no era un completo salvador. Afirmaban en su error que Cristo no les daría plenitud de
conocimiento, santidad, poder, gozo y así. Frente a esto Pablo testifica que el evangelio es
la palabra de verdad. Nos llama a no alejarnos de la esperanza del evangelio. Se afirma la
supremacía de Cristo sobre todas las inteligencias creadas y su obra reconciliadora, ya que
en Cristo “están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.
Introducción al sermón
El mundo se debate en conocer cuál de las vacunas será la cura definitiva para el
coronavirus. Otros tienen deseos de conocer la solución a sus problemas concretos. ¿Cuál
es el conocimiento que estás buscando con intensidad? Tenemos una tremenda necesidad
de conocimiento que nos dé paz y gozo. La Escritura nos va a mostrar cuál es ese
conocimiento vital que debes buscar. Pero Pablo no comienza a enseñarnos sino que hace
algo que parece sencillo pero no deja de ser extraordinario: hace una oración a favor del
progreso en la fe de los colosenses. Esto lo hace porque existe el peligro de caer en falsas
enseñanzas que resulten en corazones no consagrados totalmente.
Dios quiere que conozcamos plenamente su voluntad y por lo tanto como iglesia
tenemos que buscar este conocimiento
La oración que hace el apóstol Pablo es muy diferente a las oraciones que comúnmente se
hacen: por protección, tranquilidad y salud. Hubo algo muy poderoso que Pablo supo: esta
iglesia tenía fe y amor los unos por los otros. Esto era fruto del evangelio de Jesucristo.
Pablo no dijo: “bueno ya tiene fe verdadera, vamos a orar por otras necesidades mas
personales” no. Él empezó a orar continuamente, incesantemente por ellos. El contenido de
la oración como vimos es que: “pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad
con toda sabiduría y comprensión espiritual”. Otra traducción dice: “que seáis llenados con
el conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual” porque en
efecto, tú solo puedes ser llenado por el Espíritu Santo de un conocimiento como este que
desborda tu ser.
Ser lleno es una petición específica, concreta y es que hermanos, la fe y el amor deben ser
informados por la sabiduría espiritual. La acción y las emociones deben ser balanceadas por
el discernimiento espiritual. Entonces Pablo entiende que si esta oración es contestada, lo
demás estará bien porque Dios se ocupa de nuestras vidas.
Es correcto orar por sanación, por un buen trabajo, entre otras necesidades que tengamos,
pero no perdamos la orientación cuando oremos: conocer a Dios cada vez más. Resulta
inútil tratar de servir a Dios sino sabemos qué es lo que quiere de nosotros. Y este
conocimiento no es ambiguo, o difícil de saber. Un conocimiento elemental puede ser
adquirido por un cristiano no comprometido, o por un incrédulo. El apóstol no piensa en un
conocimiento oculto. El conocimiento de Dios, hermanos, es una comprensión profunda de
Dios en Cristo Jesús, una revelación maravillosa y redentora, y es un discernimiento que
produce fruto para la vida práctica. Es lo que Pablo dice en los primeros versos que ellos
ya estaban experimentando. Este conocimiento fluye de la comunión con Dios y lleva a una
comunión aun mas profunda hasta el punto de que caminas fielmente con Dios. Por tanto
este conocimiento claro y no secreto, transforma el corazón y renueva la vida.
Este es el mensaje de la Palabra de Verdad. Esto fue lo que enseñó Epafras (vr 7) y así es el
fruto del evangelio: produce “buenas, alegres, gozosas y felices nuevas que al corazón del
hombre hacen alegrar, lo hacen de puro gozo cantar, danzar y saltar” como lo definió
Tyndale (Reformador y traductor de la biblia al inglés). Por tanto, tenemos que orar como
iglesia que cada uno de nosotros sea lleno del conocimiento de ese buen Dios que nos
reveló Jesucristo y que por gracia hemos recibido estas buenas nuevas que tienen el poder
de poner tu corazón asi como lo describe Tyndale. Pero algo estaba sucediendo aquí: los
colosenses estaban siendo confundidos porque se les decía que necesitaban otro
conocimiento ya que Cristo no era suficiente para sus vidas. Pero ¿Dónde buscamos el
conocimiento de la voluntad de Dios? Está en la Biblia, en el evangelio que nos revela a
Cristo. Es allí donde tenemos que sumergirnos. ¿Cómo tu lectura de la biblia? Estudiamos
la biblia para tenerla en nuestro corazón de tal manera que afecte la manera en que vivimos.
Hoy podemos sufrir ataques cuando nos hacen creer que ya conocemos a Dios y a Cristo y
la esperanza reservada en el cielo pero no es suficiente y nos quieren llenar de otros
conocimientos para enfrentar esta vida y perseverar en ella. Pero leemos en Fil. 1:9-10
donde Pablo nos dice: “9 Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde
cada vez más en conocimiento y en buen juicio, 10 para que disciernan lo que es mejor, y
sean puros e irreprochables para el día de Cristo, 11 llenos del fruto de justicia que se
produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.”
El apóstol ora que los hijos de Dios seamos llenos del conocimiento rico, profundo y
experimental de la voluntad de Dios. Con esto nos muestra ese otro aspecto del evangelio
que lo hace Palabra viva: la redención que tienes en Cristo que te libró de la tristeza,
ignorancia y dolor de la esclavitud del pecado. Todos alguna vez quisimos o queremos
vivir emociones fuertes. Pero todos tenemos que preguntarnos: ¿no es mas emocionante
lanzarnos en la mano de Dios, de su voluntad y confiar en sus promesas? ¿Qué pasará, que
pasaría si confías en su palabra? ¿Perderás todo lo que quieres, o Dios te los dará? ¿Temes
saber cuál es la voluntad de Dios porque puede apartarte de lo que deseas en el fondo de tu
corazón?
O por el contrario ¿ansío saber, ansío que me dé el conocer plenamente su voluntad con
toda sabiduría y comprensión espiritual? Este conocimiento de Dios consiste en toda
sabiduría y comprensión espiritual que te lleva a emplear los mejores medios para alcanzar
la meta mas alta: crecer en vivir para la gloria de Dios, transformados por la obra
santificadora del Espíritu Santo. Para eso reconocemos nuestro pecado y confiamos solo en
Cristo Jesús para nuestra salvación, buscando la voluntad de Dios en cada área de tu vida.
Vemos al apóstol Pablo orando continuamente y al final nos dice: “dedíquense a la oración:
perseveren en ella con agradecimiento”. Y nuestras confesiones hablan de ofrecer
oraciones ardientes y continuas. Es decir que es algo muy importante para nuestras vidas
con la cual nos alimentamos espiritualmente. Puede verse pequeña pero para un cristiano es
algo grande en realidad. Es decir hermanos, que orar, pedir el conocimiento de la voluntad
de Dios no es cuestión de algunos minutos y de vez en cuando.
Hermanos, en Cristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Ese tesoro es dado por gracia, nosotros tenemos que escudriñar, que pedir, que buscar. Esta
oración paulina por la iglesia colosense debería ser nuestra oración por la IRV viviendo el
evangelio al mismo tiempo como una prioridad en nuestras vidas.
El verso “Vivan de manera digna del Señor” funcionaba como una fórmula para neutralizar
otra fórmula pagana que decía “digno de Zeus”. Entonces nosotros mucho mas debemos
rendir vidas obedientes que lleven mucho fruto y al mismo tiempo se incrementará el
progreso en el conocimiento de Dios. “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda
su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría”, nos dice el apóstol y
“Como escogidos, santos y amados, revístanse de afecto entrañable, de modo que se toleren
unos a otros y se perdonen”
El apóstol ora pidiendo que podamos andar en armonía con las responsabilidades que
nuestra nueva relación con Dios nos demanda y en armonía con las bendiciones que esta
nueva relación nos da. Pablo entiende que como creyentes no podremos caminar de una
manera digna del Señor a menos que Dios nos ayude y nos fortalezca para que haya este
resultado específico en nuestras vidas. Tengamos presente que "Señor" implica que Cristo
es nuestro dueño y por tanto le pertenecemos. Entonces la oración es que esta realidad sea
evidente en todo tiempo y lugar. Que cuando nuestros labios confiesan: "Jesús es el Señor",
al mismo tiempo tu vida muestra que Jesús es el Señor.
No puede haber indiferencia en nuestra forma de vida. Por el contrario, que agrademos a
Dios, que haya conciencia por agradar a Dios en todo. A medida que somos llenos del
conocimiento de su voluntad, podremos glorificarlo con nuestras vidas. Es decir mientras
mas conozcamos a Dios, su buena voluntad para con nosotros, su amor, mas contenido,
mas relación tendremos con Él, mas lo amaremos, y desearemos obedecerlo en
pensamiento, palabra y obra y esto se extenderá a su iglesia.
Asi es como entendemos los primeros versos que en los versos 10-11 se conectan: el
conocimiento de la voluntad de Dios, la fe en Cristo y el amor obran para que vivamos
vidas dignas para el Señor. Esta sabiduría y comprensión es la obra del Espíritu Santo por
medio del evangelio de Cristo.
Dios nos muestra, nos describe la vida digna, la vida de santificación que pide de nosotros:
-Dando fruto en toda buena obra mostrando asi que nuestra vida testifica que el evangelio
es poderoso para dar fruto porque vienen de la gracia de Dios. La descripción de dar fruto
como aparece en la biblia debería llamarnos a examinar nuestra propia vida. Jesús
dijo: “Ningún pámpano puede dar fruto por sí mismo… No puedes dar fruto si no
permaneces en mí".
-Siendo fortalecido con su glorioso poder. La frase “el conocimiento es poder” es una gran
verdad en la vida espiritual, mas que en ninguna otra parte. Y luego Pablo conecta este
poder a la resistencia y la paciencia con la alegría. La perseverancia enfrenta los problemas
que vienen de fuera de la iglesia. La paciencia, en cambio, se necesita dentro de nuestra
iglesia. Tenemos que ser pacientes unos con otros en nuestras debilidades y defectos porque
pueden resultar molestos. Nos conocemos y cuanto más nos conocemos, necesitamos más
paciencia los unos con los otros para soportarnos con alegría. Es algo por lo cual orar
porque tanto la perseverancia como la paciencia son dones a ser practicados con gozo, con
una actitud serena y decidida que procede de vivir en el Señor y así crezcamos juntos en
amor y unidad
Entonces, el apóstol ora para que los colosenses reciban poder de Dios para que puedan
llevar una vida digna del Señor, solo así podrán llevar una vida que manifiesta que
pertenecen a Jesús.
La gran dificultad y peligro y pecado es que podamos entender todo en general, y no
aplicarlo a ti mismo. Sería como un hombre que te dice: “el banco de Venezuela está
dando créditos para comprar una casa equipada y un carro”. Tú dirías: “no lo creo”. Y ya
no pensarías en eso. Pero suponte que te digan —“hermano, tú has salido sorteado en el
banco, tienes que ir mañana a firmar y retirar el premio”. Entonces comienzas a sentir la
emoción e interés; prestas atención, preguntas: — ¿yo?
—Sí, tú has salido beneficiado. —“Entonces voy, tengo que averiguar eso ahorita mismo.”
Del mismo modo, podemos pensar que las buenas nuevas que alegran el corazón, están allí
pero no para mí, porque ya no me gozo como antes. Pero cuando llegas a comprender la
verdad de que puedes acceder al conocimiento de Dios (¡), a Cristo y sus riquezas, a la vida
eterna, am su perdón, entonces es cuando comienzas a sentirte interesado, y quieres vivir
esa vida para Dios y entonces oras porque estás interesado en conocer a Dios y su voluntad,
porque has sido escogido, porque te han dado el regalo de la fe, ¡porque comprendes que
eres hijo de Dios!
¡Tú has recibido la herencia de los creyentes redimidos!, herencia en luz, luz del
conocimiento de la gloria de Dios en Jesucristo. Por tanto los colosenses deberían estar
agradecidos porque el Padre los ha facultado para participar de la herencia de los santos.
Los colosenses ya no estaban en el reino de la oscuridad, y nosotros tampoco por obra de
Dios que nos eligió y nos sacó de las tinieblas y nos trasladó a la luz. Esa es la gracia del
evangelio, ¡y es una gran bendición para estar agradecidos por nuestro Salvador!
Darse cuenta de esto hace que todos estemos agradecidos con Dios. Y si estamos
agradecidos con Dios, eso en sí mismo es caminar de una manera digna de Él.
C.G