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La inmortalidad a través del amor y el

conocimiento en El asno de oro de Apuleyo


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Alejandro Gamero — 26/11/2005

El asno de oro de Apuleyo

Lucio Apuleyo nace en Madura en el año 125 d.C. Pertenecía a una familia acomodada, lo que le permitió
realizar estudios de griego y filosofía. Conoció bien la doctrina platónica, que en cierta medida influirá en su
obra El asno de oro, sobre todo en el cuento tradicional de Cupido y Psique. La mayor parte de su obra literaria
se ha perdido, pero los fragmentos que se conservan son suficientes para delimitar a un autor de amplios
conocimientos y de gran habilidad retórica para expresarlos.

El asno de oro, compuesta por once libros, narra las aventuras de Lucio, que se convierte erróneamente en
asno por arte de magia mediante un ungüento que en principio debía transformarle en ave. Ya convertido en
asno Lucio conoce las penalidades propias de un animal, pasando por distintos tipos de amos, hasta que
finalmente consigue redimirse a través de la diosa Isis, que vuelve a transformarlo en hombre mediante la
ingestión de una rosa. Este argumento sirve a Apuleyo para hacer una crítica de la sociedad de su momento
que bien podría traspasarse sin demasiados cambios a la sociedad de hoy en día, mostrando el doble juego
moral de la sociedad, ya que los personajes delante del burro se comportan tal y como son, de manera inmoral,
y socialmente muestran una máscara.

Esto establece ya un primer juego de correspondencias consistente en que hay momentos en los que el burro
es más hombre que los propios hombres, ya que Lucio nunca pierde la conciencia de ser hombre, aunque no
pueda hablar; y al mismo tiempo, el comportamiento de algunos hombres está por debajo del burro, ya sea a
través de engaños, asesinatos, robos, etc.

El comienzo de la obra se enmarca además en un habiente misterioso y casi onírico, en el que la magia juega
un papel imprescindible. Ocurre por ejemplo en el relato que abre la obra, y después en la obsesión de Lucio
por alcanzar los conocimientos de la magia. A esta atmósfera inquietante contribuye además la broma que
hacen a Lucio en la ciudad de Hipata, poco antes de convertirse en asno. Dentro de esta broma llama
especialmente la atención el juicio, lleno de risas y carcajadas, que se lleva a cabo contra Lucio por el asesinato
de tres hombres, que finalmente resultan ser odres de vino por arte de magia. La tensión se organiza de una
forma magnífica, de manera que el lector poco a poco va comprobando las explicaciones a estos hechos. Los
elementos mágicos son importantes en esta primera parte de la obra, hasta el libro III.

A partir del libro IV toma mayor importancia la crítica social, aunque la primera parte de la obra no está
carente tampoco de ella. Cuando Lucio se transforma en asno es robado por unos ladrones, que lo llevan a una
cueva que les sirve de guarida. Allí una vieja cuenta la famosísima historia de Cupido y Psique, que ocupa
algo del libro IV, y el V y VI enteros. El papel que juega este relato dentro de la obra es primordial, tanto es
así, que incluso puede considerarse casi como una historia aparte, aunque no dejé de guardar una importante
relación con el desarrollo general de la obra, como a continuación se indicará. La historia de Cupido y Psique
puesta en la boca de una vieja se explica como una indicación por parte de Apuleyo de que el relato ha sido
tomado de fuentes tradicionales, que tan importantes son en la obra, y que constituyen más de una historia.

En este relato se cuenta la historia de la joven Psique, enamorada de Cupido. Después de las bodas entre
ambos Psique convive en el palacio de Cupido con su marido, sin poder verlo ni saber que se ha casado con
el dios del Amor, sólo gozando de su compañía en la intimidad de la noche. En una ocasión, vencida por las
dudas y por la tentación de sus hermanas, se decide a contemplar el cuerpo de su marido, ayudada con una
vela. Cuando lleva a cabo su plan y ve el rostro de Cupido, Psique queda conmocionada por la pasión amorosa;
pero en ese momento, un poco de cera cae sobre Cupido y le hiere. Cupido se despierta y huye. Venus,
enfurecida con Psique, la somete a una serie de pruebas imposibles como castigo, entre las que se encuentra
la bajada a los infiernos, en busca de un cofrecito con un poco de belleza de Proserpina. Psique consigue
superar las pruebas, aunque le vuelve a vencer la tentación y la curiosidad y en la última prueba decide abrir
el cofrecito, escapando toda la belleza que había dentro. Cuando parecía que todo estaba perdido para Psique,
Cupido, que sigue enamorado de ella, decide intervenir con la ayuda de Zeus, y Psique es perdonada. Las
bodas se acaban celebrando en el Olimpo y Psique se convierte en una diosa.

El relato, aunque cargado de una gran belleza, contiene una profunda simbología, llena de conocimientos.
No es difícil establecer una relación etimológica entre Psique y el Alma humana, y entre Cupido y el Amor (o
Deseo). Sustentándose en esta simbología, el relato describiría cómo el Alma humana no puede conocer el
Amor verdadero (el inmortal) directamente, sino que debe hacerlo pasando a través de una serie de pruebas,
entre las que se encuentra la propia bajada a los infiernos, que es uno de los símbolos más profundos sobre la
adquisición de conocimientos reservados a los más sabios. Finalmente el Alma consigue superar todas estas
pruebas en un rito de carácter iniciático, y alcanza el Amor, convirtiéndose en inmortal. En este relato se puede
observar la importancia de las doctrinas platónicas para Apuleyo, plasmadas con una enorme belleza artística.

No puede decirse que Apuleyo haya introducido este cuento por motivos meramente caprichosos o por
razones estéticas, para embellecer se obra, sino que el relato se puede relacionar también de una forma lógica
y coherente con el argumento general de la obra. Existe un cierto paralelismo entre la historia de Cupido y
Psique y la del propio Lucio. En ambas historias se censura de alguna forma la búsqueda rápida del
conocimiento y la sabiduría, y la curiosidad humana. De la misma forma que Psique no estaba preparada para
ver a Cupido sino después de una serie de pruebas iniciáticas, Lucio tampoco estaba preparado para adquirir
los conocimientos de la magia. Es la curiosidad lo que lleva a Psique a perder a Cupido, del mismo modo que
es la curiosidad la que lleva a Lucio a convertirse en asno. Lucio también debe pasar por una serie de pruebas,
que se identifican con los distintos amos, estando su vida en peligro en más de una ocasión. Pero finalmente,
al igual que Psique, encuentra las consigue superar y encuentra la redención, volviendo a convertirse en un
ser humano.

Lucio encuentra la salvación en la diosa Isis, que como ella misma indica, es un compendio de los dioses de
todas las cultura; por lo que habría que pensar, no en una diosa en concreto, sino en el abstracto concepto de
religión y fe. Se puede decir que fue el camino oscuro del conocimiento, la magia, lo que llevo a Lucio a
convertirse en asno, pero más tarde es el camino de la luz y de la fe lo que puede hacer que se vuelva a
convertir en hombre. Hay que destacar el importante papel de la rosa a lo largo de toda la obra, como símbolo
del conocimiento. Lucio sabe que comiendo una rosa puede volver de nuevo a convertirse en ser humano, y
por eso, intenta comerla en numerosas ocasiones. Pero nunca es posible hasta el final, con la ayuda de la diosa
Isis, porque anteriormente no había estado preparado para comer la rosa y volver a convertirse en humano.

Después de esta transformación, Lucio se entrega por completo al culto de la diosa, en agradecimiento. Se
puede observar una cierta ironía por parte de Apuleyo, que lleva a pensar que lo único que puede salvar
realmente el Alma humana es el Amor.

Mucho se ha discutido sobre el estilo de Apuleyo, agradable para unos y demasiado sobrecargado para otros.
Lo que no cabe la menor duda es que López de Cortegana consigue una traducción muy cercana a la dicción
latina, con la elegancia de la lengua original, pero al mismo tiempo con una naturalidad y una sencillez de
estilo que hacen que sea la traducción más importante que se ha hecho sobre la obra. A este estilo sencillo
contribuye el hecho de que Cortegana elimine en algunas ocasiones las referencias demasiado eruditas,
geográficas o mitológicas propias del original; por lo que no llega a ser una traducción completamente literal,
y tiene el mérito de acercar la obra al lector común, sin necesidad de grandes conocimientos.

También hay que destacar la importancia de El asno de oro en la literatura española de los siglos XVI y
XVII, ya que esta obra supone un precedente para la novela picaresca. No se corresponde exactamente con la
picaresca, pero sigue la estructura del protagonista marginal que va pasando por una serie de amos que lo
maltratan. Y al mismo tiempo cumple la función, tan importante, de crítica social y de la doble moral. El
realismo de El asno de oro es un precedente para todas estas novelas picarescas, y todavía se encuentran
resonancias de la obra incluso en Cervantes.

Bibliografía:

Carlos García Gual (introducción de) y Diego López de Cortegana (traducción de), El asno de oro. Apuleyo,
Madrid, Alianza Editorial, 1994.

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