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TESTAMENTO OLÓGRAFO: REQUISITOS Y


CADUCIDAD
Testamento ológrafo: requisitos y caducidad. Testamento abiero. Testa-
mento cerrado. Testamentos especiales.

I. EL TESTAMENTO OLÓGRAFO: REQUISITOS Y


CADUCIDAD

1. Concepto
Recordemos que, según el artículo 678 CC, «se llama ológrafo al testamento cuan-
do el testador lo escribe por sí mismo en la forma y con los requisitos que se deter-
minan en el artículo 688».
Del examen de los preceptos citados cabe definir esta clase de testamento como
aquél que escribe íntegramente de su propia mano y firma el testador mayor de edad
con expresión del año, mes y día en que se otorga.
Frente al carácter excepcional con que se configuró el testamento ológrafo en
los ordenamientos precedentes (Derecho Romano, Fuero Juzgo…), el CC, de confor-
midad con el Code de 1.804, lo recogió como una de las formas ordinarias de testar.
Las características esenciales de esta forma de testar son la falta de intervención
de personas ajenas al testador y la autografía total (etimológicamente: olos, entero, y
graphos, escrito).
Las ventajas e inconvenientes de esta forma testamentaria las resumía LACRUZ.
Sus ventajas se centran en:
– Ser rigurosamente secreto.
– Su practicidad, pues se puede otorgar sin ayuda de nadie, y
– No entraña gasto alguno en el momento de su otorgamiento (cuando supone
algún gasto el testador ya no vive).
Los inconvenientes proceden de su falta de formalidades:
– Las mayores posibilidades de presión sobre el testador, de falsificación y de
pérdida.
– La mayor posibilidad de que el testador consigne de forma errónea su voluntad
y que algunas disposiciones puedan incurrir en causas de nulidad.

2. Requisitos
A) Capacidad
El artículo 688 CC impone que «el testamento ológrafo sólo podrá otorgarse por
personas mayores de edad».
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La excepción a la regla general de capacidad de testar a los 14 años se justifica por


la ausencia de control en el momento del otorgamiento, la falta de definición de los
rasgos grafológicos en las personas de corta edad y en que éstas son generalmente
más fáciles de influir que las mayores.
La mayoría de la doctrina se decanta por que los menores emancipados no pue-
den otorgar testamento ológrafo.
Al ser preceptiva la autografía total, no podrán otorgar esta clase de testamento
los que no saben ni pueden escribir de su puño y letra. En cuanto a los ciegos, si
supieren escribir con caracteres caligráficos (no por el método Braille), no existirá
impedimento en que puedan testar de esta forma.
El artículo 688.4 establece que «los extranjeros podrán otorgar testamento ológra-
fo en su propio idioma». De esta previsión expresa cabría deducir que los españoles
no pueden otorgar testamento ológrafo en lengua extranjera. Sin embargo, ello resul-
taría ilógico y la DGRN se ha decantado por la admisión del otorgamiento en lengua
extranjera (RRDGRN. de 30/3/1931 y 11/5/1932).

B) Requisitos formales
a) Autografía
El artículo 688.2 CC exige que el testamento esté escrito todo él de su puño y
letra por el testador. La función de la autografía es permitir la identificación del autor
del testamento. Por ello no es válido el redactado con medios mecánicos, el escrito
al dictado por persona distinta del testador o el formalizado en caracteres distintos
de la escritura habitual del testador (letra de imprenta cuando ésta no es la utilizada
habitualmente, aunque algunos autores, como DÍEZ PICAZO, sostienen que ello sólo
será una cuestión de prueba sobre su autenticidad).

b) Firma
El testamento ha de estar firmado por el testador. La función de la firma es dotar
de mayor fuerza y seriedad al escrito. La firma ha de ser igualmente autógrafa no va-
liendo como tal los signos o la huella digital (STS de 10 de noviembre de 1973). La
firma debe ser la habitual y se ha considerado suficiente firmar únicamente con el
nombre propio (STS de 8 de junio de 1918).

c) Fecha
Exige el artículo 688.2 «la expresión del año, mes y día en que se otorga». Requisi-
to esencial tanto para determinar la capacidad del testador (artículo 666 CC y STS de
10 de febrero de 1994) como para fijar cuál es el último a efectos de revocación de
testamentos anteriores (artículo 739 CC). Se puede expresar con letras, con números
o por referencia al santoral o a efemérides. No se exige la consignación de la hora
(STS de 5 de diciembre de 1950). El año se hará constar necesariamente.
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d) Enmiendas, tachaduras e interlineados


Impone el artículo 688.3 que las palabras tachadas, enmendadas o entre renglo-
nes sean salvadas por el testador bajo su firma. La jurisprudencia considera que si las
palabras no salvadas afectan a elementos principales del testamento y hacen dudoso
el contenido de la disposición procederá declarar la nulidad del testamento, mientras
que si no afectan a elementos esenciales sólo producirá la nulidad de las palabras
afectadas (SSTS de 4 de noviembre de 1961 y 6 de febrero de 1969).

e) Materia o instrumento sobre el que se ha de escribir


Hasta la Ley de 21 de julio de 1904 el testamento ológrafo había de redactarse en
papel sellado correspondiente al año de su otorgamiento. El CC no contiene exigen-
cia alguna sobre este extremo y lo habitual será que se extienda en cualquier clase
de papel y a ello se refiere el artículo 691 CC cuando dispone que el juez «rubricará
con el actuario todas las hojas» aunque puedan utilizarse otras materias. Mientras
la doctrina más restrictiva entiende que se ha de extender en materia susceptible
de incorporarse al protocolo notarial (STS de 5 de enero de 1924 y SANTOS BRIZ:
superficie portátil y susceptible de ser encerrada en un sobre o recipiente), la más
amplia considera que basta con que se cumplan los requisitos legalmente estableci-
dos aunque la materia sea poco habitual (LACRUZ).
Se ha considerado, con alguna excepción discutible, que es admisible el testamento epis-
tolar siempre que conste la voluntad de testar del autor. En este sentido, son todo un clásico a
la hora de abordar este tema las palabras de la esposa causante recogidas en la sentencia de
8 de junio de 1918: «Peñafiel, 24 de octubre de 1915. Pacicos de mi vida: En esta mi primera
carta de novios va mi testamento, todo para ti, todo para que me quieras siempre y no dudes
del cariño de tu Matilde».

f) Idioma
El artículo 688 in fine dispone que «los extranjeros podrán otorgar testamento
en su propio idioma». Ello no implica que el español deba utilizar necesariamente su
propio idioma y se admite que pueda otorgarlo en idioma extranjero (RRDGRN de
22 de noviembre de 1916 y 11 de mayo de 1932).

3. Adveración y protocolización
El testamento ológrafo, como todos los testamentos no notariales por exigencia
del artículo 704 CC, ha de ser protocolizado para ser elevado a escritura pública y
producir sus efectos. Hasta entonces es un simple documento privado.

A) Presentación
Tras otorgar el testamento éste puede quedar en manos del testador o de un ter-
cero. Una vez fallecido el testador, el artículo 690 del CC obliga a la persona en cuyo
poder se halle depositado a presentarlo en el Juzgado luego que tenga noticias de
su muerte en el plazo de diez días respondiendo por los daños y perjuicios que se
causen por la dilación. También podrá presentarlo cualquiera que tenga interés en
el testamento como heredero, legatario, albacea o en cualquier otro concepto. (Esta
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segunda posibilidad faculta para pedir la presentación en el caso de tener conoci-


miento del otorgamiento y de la persona que lo tiene en su poder, según MANRESA).
El Juzgado ante el que se habrá de presentar es el de Primera Instancia del domi-
cilio del testador o el del lugar en que éste hubiera fallecido, ex artículo 689 CC.

B) Adveración
Tiene por objeto determinar la autoría del testamento y se regula en el artículo
691 del CC que establece: «Presentado el testamento ológrafo, y acreditado el falle-
cimiento del testador, el Juez lo abrirá si estuviere en pliego cerrado, rubricará con
el actuario todas las hojas y comprobará la identidad por medio de tres testigos que
conozcan la letra y firma del testador, y declaren que no albergan duda racional de
hallarse el testamento escrito y firmado de mano propia mano del testador.
A falta de testigos idóneos, o si dudan los examinados, y siempre que el Juez lo
estime conveniente, podrá emplearse con dicho objeto el cotejo pericial de letras».
(El cotejo de letras habrá de hacerse sobre documentos originales, STS de 3 de di-
ciembre de 1985).
Para la práctica de estas diligencias, exige el artículo 692, que serán citados con
la brevedad posible el cónyuge sobreviviente, si lo hubiere, los descendientes y los
ascendientes del testador, y, en defecto de unos y otros, los hermanos. Si estas perso-
nas no residieran dentro del partido, o se ignorare su existencia, o siendo menores o
incapacitados, carecieren de representación legítima, se hará la citación al Ministerio
Fiscal. Los citados podrán presenciar la práctica de dichas diligencias y hacer en el
acto, de palabra, las observaciones oportunas sobre la autenticidad del testamento.

C) Protocolización
A la vista del resultado de las precedentes diligencias de adveración, dispone el ar-
tículo 693 CC: «Si el Juez estima justificada la identidad del testamento, acordará que
se protocolice, con las diligencias practicadas, en los registros del notario correspon-
diente (elegido por común acuerdo de los interesados o, en su defecto, por el Juez ex
artículo 127 del RN), por el cual se darán a los interesados las copias o testimonios
que procedan. En otro caso, denegará la protocolización.
Cualquiera que sea la resolución del Juez, se llevará a efecto, no obstante oposi-
ción, quedando a salvo el derecho de los interesados para ejercitarlo en el juicio que
corresponda».

4. Caducidad
Conforme al artículo 689 del CC, el plazo de presentación del testamento ológrafo
al Juez para su adveración y protocolización es de cinco años contados desde el día
del fallecimiento del testador. Sin este requisito no será válido.
Este plazo, cuya motivación es evitar la inseguridad que generaría la tardanza en
la aparición del testamento, es de caducidad inexorable y corre prescindiendo de
los motivos que hayan impedido la presentación (no haber tenido conocimiento de
la muerte del testador, ignorar la posesión del mismo testamento o cualquier otra,
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SSTS de 29 de septiembre de 1956 y 27 de abril de 1940 así como la RDGRN de 29


de enero de 1986).
No obstante, queda a salvo el derecho de los interesados para hacer valer la au-
tenticidad del testamento en el juicio declarativo correspondiente (artículo 693 CC
y STS de 19 de enero de 1973).

5. El testamento ológrafo del español en el extranjero


Según el artículo 732 pfo.3º CC, los españoles podrán hacer testamento ológrafo,
con arreglo al artículo 688, aun en los países cuyas leyes no admitan dicho testamen-
to.
El agente diplomático o consular en cuyo poder hubiese depositado su testa-
mento ológrafo (o cerrado) un español, lo remitirá al Ministerio de Estado (hoy de
Asuntos Exteriores) cuando fallezca el testador, con el certificado de defunción. Este
Ministerio hará publicar en la Gaceta de Madrid (BOE) la noticia del fallecimiento,
para que los interesados en la herencia puedan recoger el testamento y gestionar su
protocolización en la forma prevenida (artículo 736 CC).

II. TESTAMENTO ABIERO

1. Concepto
El concepto legal de testamento en general viene recogido en el artículo 667 CC
como «el acto por el cual una persona dispone para después de su muerte de todos
sus bienes o de parte de ellos».
El artículo 676 CC contempla las clases de testamentos: «El testamento puede ser
común o especial. El común puede ser ológrafo, abierto o cerrado».
Conforme al artículo 679 del CC, «es abierto el testamento siempre que el testa-
dor manifieste su última voluntad en presencia de las personas que deben autorizar
el acto, quedando enteradas de lo que en él se dispone». Se caracteriza porque el
autorizante, en su caso, y los testigos, en el supuesto de que intervengan, conocen el
contenido de la última voluntad (LACRUZ).
A la vista de esta definición, el testamento abierto puede ser:
A) Ordinario o común (que se otorga ante notario y admite algunas variantes en
atención a las circunstancias que concurran en el testador).
B) Extraordinario (que no se otorga ante notario y que contempla el CC en los
casos de peligro inminente de muerte y en situación de epidemia).
El testamento abierto notarial es la forma más utilizada en la práctica por las ga-
rantías que los requisitos exigidos para su otorgamiento ofrecen.
Su regulación se ha visto sensiblemente reformada por la Ley 30/1991, de 20 de
diciembre, que ha suprimido con carácter general la obligatoriedad de los testigos
instrumentales, atendiendo a las críticas vertidas sobre su dudosa utilidad práctica.
La intervención de testigos ha quedado, tras la reforma, bien como potestativa, bien
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como obligatoria para las modalidades motivadas por las especiales circunstancias
del testador contempladas en el artículo 697 CC.

2. Requisitos
A) Requisitos personales
a) El testador habrá de tener la capacidad general para testar contemplada en
los artículos 662 (no tenerlo expresamente prohibido por la ley) y 663 (ser mayor
de 14 años y estar en su cabal juicio) del CC, es decir, que concurran en el causante
las circunstancias y condiciones que normalmente se estiman como expresivas de la
actitud mental —STS de 27 de noviembre de 1995—.
b) El notario. El artículo 694 CC impone que se ha de otorgar ante notario hábil
para actuar en el lugar del otorgamiento. La competencia del notario viene regulada
en la legislación notarial (artículo 8 LN y artículos 116 y ss. RN). El notario debe re-
dactar y autorizar el testamento, que quedará incorporado a su protocolo, donde se
conservará, expedir copias del mismo; y en particular, dirigir comunicación al Regis-
tro General de Actos de Última Voluntad que se lleva en la DGRN.
Este Registro sólo tiene carácter informativo, proporciona información sobre si
una persona ha otorgado actos de última voluntad, pero no responde de la autentici-
dad y validez de los mismos, ni tampoco si existen o no otros actos registrados. Sólo
podrán expedirse certificaciones, conforme al artículo 5 del Anexo II del Reglamen-
to Notarial:
1º. Cuando lo pidan los Jueces o Tribunales u otras autoridades para asuntos del
servicio, expresando cuál sea.
2º. Cuando lo soliciten los propios otorgantes, acreditando su personalidad, o un
mandatario con poder especial otorgado ante notario.
3º. Cuando se pidan por cualquier persona, si acredita o consta ya acreditado por
documento fehaciente el fallecimiento de quien se desee saber si aparece o no re-
gistrado algún acto de última voluntad, siempre que hayan transcurrido quince días
desde la fecha de la defunción.
c) Los testigos. Tras la reforma del CC operada por la Ley 30/1991, los testigos
instrumentales siguen siendo preceptivos únicamente en situaciones en las que con-
curran en el testador especiales circunstancias que dificultan o impiden el otorga-
miento en la forma ordinaria.
Al tratarse de testigos instrumentales, son receptores de la última voluntad del
testador, por lo que deben entender la lectura del testamento y, si ésta concurre con
la voluntad expresada por el testador, firmar dicho testamento. Sólo será preceptiva
su concurrencia en los casos contemplados en el artículo 697 CC:
1º. Cuando el testador declare que no sabe o no puede firmar el testamento. En
este supuesto, como previene el artículo 695, firmará por él y a su ruego uno de los
testigos.
2º. Cuando el testador, aunque pueda firmarlo, sea ciego o declare que no sabe o
no puede leer por sí el testamento.
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Si el testador que no supiese leer fuera enteramente sordo, los testigos leerán el
testamento en presencia del notario y deberán declarar que coincide con la voluntad
manifestada.
En este caso la intervención de testigos se justifica porque estas personas no pue-
den comprobar que lo leído por el notario se corresponde con el documento que
firman o ni siquiera que lo leído contiene su última voluntad. Como el precepto se
refiere a los enteramente sordos, no cabe incluir en el mismo a quien puede oir ha-
blándole o leyéndole de forma anormalmente alta o mediante audífonos.
3º. Cuando el testador o el notario lo soliciten. Este supuesto no es homogéneo
con los dos anteriores, pues no se trata de una situación en la que objetivamente
concurran dificultades o impedimentos para el otorgamiento en la forma ordinaria,
sino que obedece a la voluntad del testador o el notario.
También podrán intervenir como testigos instrumentales los testigos de conoci-
miento, si los hubiera (artículo 698.1º).
d) Los facultativos que, en su caso, hubieran reconocido al testador incapacitado
(artículo 698.2º). En este sentido, el artículo 665 previene que siempre que el inca-
pacitado por virtud de sentencia que no contenga pronunciamiento acerca de su
capacidad para testar pretenda otorgar testamento, el notario designará dos facultati-
vos que previamente le reconozcan y no lo autorizará sino cuando éstos respondan
de su capacidad.
e) El intérprete que, en su caso, haya traducido la voluntad del testador a la lengua
oficial empleada por el notario (artículo 698.3º).

B) Manifestación de la voluntad testamentaria


En su artículo 695.1 el CC admite dos formas de manifestación de la voluntad
testamentaria pues dispone que el testador expresará oralmente o por escrito su
voluntad al notario.
En la forma oral el testador comunica de palabra sus manifestaciones al notario.
No existe inconveniente para que una tercera persona interpuesta comunique pre-
viamente al notario la voluntad del testador, siempre que con carácter previo a la
redacción del testamento aquél inquiera a éste sobre si las instrucciones recibidas
se ajustan a su verdadera voluntad, sin que baste la mera ratificación por el testador
del testamento ya elaborado leído por el notario (SSTS de 25 de noviembre de 1902
y de 8 de abril de 1965).
En la forma escrita, aunque el artículo 695 previene que sea el testador también
el que comunique su voluntad al notario, se permite en la práctica que sea un terce-
ro quien entregue la minuta al notario sin perjuicio de que, antes de procederse al
otorgamiento, ratifique ante el notario las notas o instrucciones escritas (STS de 30
de noviembre de 1991).

C) Redacción del testamento


Corresponde al notario la redacción del testamento de conformidad con la volun-
tad del testador expresada oralmente o por escrito. El notario le dará forma, ejercerá
el control sobre su legalidad y consignará las solemnidades observadas.
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Entre estas solemnidades destaca el artículo 696 CC la fe notarial de conocer al


testador o de haberlo identificado debidamente así como que, a su juicio, se halla con
la capacidad legal necesaria para otorgar el testamento.
Igualmente exige el artículo 695 la expresión del lugar, año, mes, día y hora del
otorgamiento, pues el lugar será determinante de la normativa aplicable y la fecha
será un dato esencial para la apreciación de la capacidad del testador y, en su caso, la
idoneidad de los testigos. La falta de mención del lugar, la fecha y la hora determina
la nulidad del testamento.

D) Otorgamiento
El otorgamiento comienza stricto sensu con la lectura del testamento que, con-
forme al artículo 695 CC, realizará el notario en voz alta para que el testador, y los
testigos en su caso, manifieste si la redacción se corresponde con sus disposiciones,
sin perjuicio del derecho a leerlo por sí mismo que asiste al propio testador y del que
le debe advertir el notario.
Hecha la lectura, el testador habrá de dar su conformidad de forma clara e indu-
dable, de la que quedará constancia en el testamento (SSTS de 18 de abril de 1916 y
30 de noviembre de 1991).
Si el testador está conforme, habrá de firmarlo en el acto, si puede hacerlo, con
el notario y, en su caso, por los testigos y demás personas que deban concurrir. Si
el testador no pudiere firmar, el otorgamiento habrá de hacerse con dos testigos ex
artículo 697 del CC.

E) Unidad de acto
El artículo 699 CC dispone que todas las formalidades expresadas en esta Sección
se practicarán en un solo acto que comenzará por la lectura del testamento, sin que
sea lícita ninguna interrupción, salvo la que pueda ser motivada por algún accidente
pasajero. El objeto de esta exigencia es garantizar la trascendencia y seriedad del
otorgamiento, así como la libertad del testador.
Como solemnidad esencial del testamento, su inobservancia dará lugar a la nuli-
dad del mismo, conforme al artículo 687 CC. No obstante, la jurisprudencia ha veni-
do interpretando con flexibilidad esta exigencia y ha considerado que no se rompe
la unidad del acto por interrupciones pasajeras, como las motivadas por una ausen-
cia momentánea del testador o por la necesidad de atención médica (SSTS de 28 de
diciembre de 1918 o 27 de septiembre de 1968).

3. Formas extraordinarias de testamento abierto


Aunque no existe unanimidad entre los autores sobre qué clases de testamen-
tos hay que considerar extraordinarios o excepcionales (ya que algunos consideran
como tales a los testamentos del enteramente sordo, del ciego, del mudo, del sordo-
mudo o del otorgado en lengua extranjera, que pueden considerarse como modalida-
des del testamento ordinario), resulta indudable que sí se puede otorgar el carácter
de extraordinarios o excepcionales por ser su régimen manifiestamente distinto del
ordinario, a los siguientes.
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A) En peligro inminente de muerte


Conforme al artículo 700 CC, si el testador se hallare en peligro inminente de
muerte, puede otorgarse el testamento ante cinco testigos idóneos, sin necesidad de
notario.
No basta la situación de enfermedad grave, sino circunstancias urgentes y extre-
mas de peligro racional e inmediato de perder la vida. Esta inminencia de peligro es
circunstancia «sine qua non» para la validez de esta forma de testamento. No obstan-
te, el testador en peligro inminente de muerte no puede escoger esta forma excep-
cional de testar si le es posible otorgar testamento abierto notarial.Así lo ha recogido
la jurisprudencia, que subordina su validez «a que no pueda acudirse a Notario para
otorgarlo, que es la esencia motivadora de posibilitar efectuarlo en la modalidad que
autoriza el artículo 700» (SSTS de 2 de junio de 1977, 22 de marzo de 1983 y 27 de
julio de 2000), a pesar de que el texto legal no recoge esta exigencia.

B) En tiempo de epidemia
Según el artículo 701, en caso de epidemia puede igualmente otorgarse sin inter-
vención de notario ante tres testigos mayores de 16 años.
CAPILLA RONCERO indica acertadamente que en la actualidad esta forma ha per-
dido gran parte de su utilidad, ya que una epidemia no provoca el estado de caos e
incomunicación que se generaba en tiempos pasados. La doctrina mayoritaria en-
tiende que no es necesaria la declaración oficial de epidemia por la autoridad, pues
el precepto no lo exige; sin perjuicio de que tal declaración facilita la prueba del
presupuesto de hecho habilitante (CASTÁN, DÍEZ PICAZO).

C) Normas comunes a ambos


El artículo 702 dispone que en los casos de los dos artículos anteriores, se es-
cribirá el testamento, siendo posible; no siéndolo, el testamento valdrá aunque los
testigos no sepan escribir. Esta exhortación legal a la escritura tiene por objeto dejar
plasmada de la forma más segura la voluntad del causante. Normalmente será escrito
por uno de los testigos, aunque nada impide que lo escriba el causante y lo lea en el
acto del otorgamiento. Dicho escrito no está sometido a solemnidad alguna (fecha,
lugar, apreciación de la capacidad, etc.) dadas las especiales circunstancias de su
otorgamiento, pero en él deberá constar la voluntad del testador. La jurisprudencia
ha sancionado la nulidad del testamento que, siendo posible su escritura, no se redac-
tase (STS de 2 de julio de 1979).
Por su parte, el artículo 703 determina que estos testamentos quedarán inefica-
ces si pasaren dos meses desde que el testador haya salido del peligro de muerte, o
cesado la epidemia. Es decir, se condiciona su eficacia a la muerte en este plazo del
testador. Ello tiene su justificación tanto en la excepcionalidad de estas modalidades
de otorgamiento como en que, pasado dicho plazo, la situación crítica ya ha cesado
y el testador puede acudir a las formas ordinarias o especiales que tenga por conve-
nientes.
Cuando el testador falleciere en dicho plazo, también quedará ineficaz el testa-
mento si dentro de los tres meses siguientes al fallecimiento no se acude al Tribunal
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competente para que se eleve a escritura pública, ya se haya otorgado por escrito,
ya verbalmente (artículo 703 pfo.2º). Para ello hay que acudir al expediente de juris-
dicción voluntaria regulado en los artículos 1943 a 1955 de la LEC de 1881 (vigente
ex Disposición Derogatoria Única 1. 1ª de la LEC 1/2000) cuya resolución, en caso
de que sea favorable, lo declarará testamento «con la calidad de sin perjuicio de ter-
cero», y mandará protocolizar el expediente. Cuando resultare alguna divergencia en
las declaraciones de los testigos, el juez aprobará como testamento aquello en que
todas estuvieran conformes.

III. TESTAMENTO CERRADO

1. Concepto
De conformidad con el artículo 680 CC, «el testamento es cerrado cuando el tes-
tador, sin revelar su última voluntad, declara que ésta se halla contenida en el pliego
que presenta a las personas que han de autorizar el acto». Su regulación ha sido, al
igual que la del testamento abierto, sustancialmente reformada por la Ley 30/1991,
de 20 de diciembre.
Se configura como un testamento de contenido secreto y otorgamiento público,
ocupando una posición intermedia entre el testamento abierto y el ológrafo.
Esta forma de testar está en práctico desuso en los despachos notariales, debido a
las indudables ventajas que ofrece el testamento abierto ante notario (la ausencia de
formalidades posteriores a su otorgamiento y la posibilidad de una mayor asistencia
técnica del autorizante), lo que ha generado el abandono gradual del testamento
cerrado.
Al ser escrito por el testador sin intervención de notario, se imponen mayores
exigencias en la capacidad para su otorgamiento. Así, el artículo 708 CC prohíbe
otorgarlo a los ciegos y a los que no sepan o no puedan leer, ya que no pueden com-
probar por sí el contenido del escrito en el que se alberga su última voluntad.

2. Requisitos
A) Notario y testigos
Aunque expresamente no lo disponga el CC, como testamento notarial que es, ha
de otorgarse ante notario hábil para actuar en el lugar del otorgamiento.
Si así lo solicitan el testador o el notario, concurrirán al otorgamiento dos testigos
idóneos (artículo 707.7ª).

B) Formalidades legales
Como en el testamento cerrado ni el fedatario ni, en su caso, los testigos conocen
el contenido de la disposición del causante, el CC regula su confección en dos fases,
redacción y otorgamiento, a las que dedica los artículos 706 y 707.
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a) Redacción
Regulada en el artículo 706, que dispone: «El testamento cerrado habrá de ser
escrito.
Si estuviese escrito por cualquier medio mecánico o por otra persona a ruego del
testador, éste pondrá su firma en todas sus hojas y al pie del testamento.
Cuando el testador no sepa o no pueda firmar, lo hará a su ruego al pie y en todas
las hojas otra persona, expresando la causa de la imposibilidad.
En todo caso, antes de la firma se salvarán las palabras enmendadas, tachadas o
escritas entre renglones».
El idioma puede ser cualquiera. No le es de aplicación el artículo 684, que está
pensado para el testamento abierto, y contravendría el carácter secreto consustan-
cial al escrito interior del testamento cerrado.

b) Otorgamiento
Conforme al artículo 707: «En el otorgamiento del testamento cerrado se observa-
rán las solemnidades siguientes:
1ª) El papel que contenga el testamento se pondrá dentro de una cubierta, cerrada
y sellada de suerte que no pueda extraerse aquél sin romper ésta.
2ª) El testador comparecerá con el testamento cerrado y sellado, o lo cerrará y
sellará en el acto, ante el notario que haya de autorizarlo.
3ª) En presencia del notario, manifestará el testador por sí, o por medio del intér-
prete previsto en el artículo 684, que el pliego que presenta contiene su testamento,
expresando si se halla escrito y firmado por él o si está escrito de mano ajena o por
cualquier medio mecánico y firmando al final y en todas sus hojas por él o por otra
persona a su ruego.
4ª) Sobre la cubierta del testamento extenderá el notario la correspondiente acta
de otorgamiento, expresando el número y la marca de los sellos con que está cerra-
do, y dando fe del conocimiento del testador o de haberse identificado su persona
en la forma prevenida en los artículos 685 y 686, y de hallarse, a su juicio, el testador
con la capacidad legal necesaria para otorgar testamento.
5ª) Extendida y leída el acta, la firmará el testador que pueda hacerlo y, en su caso,
las personas que deban concurrir, y la autorizará el notario con su signo y firma.
Si el testador declara que no sabe o no puede firmar, lo hará por él y a su ruego
uno de los testigos que en este caso deben concurrir.
6ª) También se expresará en el acta esta circunstancia, además del lugar, hora, día,
mes y año del otorgamiento.
7ª) Concurrirán (como hemos visto) al acto del otorgamiento dos testigos idó-
neos, si así lo solicitan el testador o el notario».
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c) Entrega y conservación
Al amparo del artículo 710: «Autorizado el testamento cerrado, el notario lo en-
tregará al testador, después de poner en el protocolo corriente copia autorizada del
acta de otorgamiento» (con anterioridad a la Ley 30/1991 su destino era el protocolo
reservado).
No obstante, el artículo 711 establece que el testador podrá conservar en su po-
der el testamento cerrado, o encomendar su guarda a persona de su confianza, o
depositarlo en poder del notario autorizante para que lo guarde en su archivo.
En este último caso, el notario dará recibo al testador y hará constar en su proto-
colo corriente, al margen o a continuación de la copia de otorgamiento, que queda
el testamento en su poder. Si lo retirare después el testador, firmará un recibo a con-
tinuación de dicha nota.

d) Presentación
El artículo 712 CC impone al notario o a la persona que tenga en su poder un tes-
tamento cerrado que lo presente al Juez competente (el del lugar del otorgamiento)
luego que sepa el fallecimiento del testador. Si no lo verifica dentro de diez días, será
responsable de los daños y perjuicios que ocasione con su negligencia.
A continuación, el artículo 713 sanciona al que con dolo dejare de presentar el tes-
tamento cerrado que obre en su poder dentro del plazo indicado, además de las res-
ponsabilidades por daños y perjuicios, con la pérdida de todo derecho a la herencia,
si lo tuviere como heredero abintestato o como heredero o legatario por testamento.
En la misma pena incurrirá el que sustrajere dolosamente el testamento cerrado del
domicilio del testador o de la persona que lo tenga en su guarda o depósito, y el que
lo oculte, rompa o inutilice de otro modo, sin perjuicio de la responsabilidad crimi-
nal que proceda.
El artículo 1957 de la LEC de 1881, que continúa vigente ex Disposición Dero-
gatoria Única 1.1ª de la actual LEC 1/2000, contempla que también puede pedir su
presentación el que tuviere conocimiento de haber sido otorgado el testamento y
estar en poder de tercero.
El CC no contempla la caducidad ni ninguna otra forma de ineficacia del testa-
mento cerrado que no se presente dentro del plazo señalado, lo que se ha de poner
en relación con el artículo 743 que dispone que caducarán los testamentos, o serán
ineficaces en todo o en parte las disposiciones testamentarias, sólo en los casos ex-
presamente prevenidos en este Código.

e) Apertura y protocolización
El escrito secreto que contiene la voluntad del causante es un documento pri-
vado, al no haber intervenido en su redacción fedatario público, por lo que, tras la
apertura, se impone su protocolización.
Establece el artículo 714 CC que para la apertura y protocolización del testamen-
to cerrado se observará lo prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Civil (la de 1881
—artículos 1958 y ss.— que disponen el examen de la cubierta, con citación del no-
81 /13 Civil

tario y de los testigos, si los hubiere, la comprobación de la integridad de los sellos, la


apertura y lectura de testamento concluyendo con el auto ordenado la protocoliza-
ción cuando se hayan guardado las solemnidades prevenidas por la Ley).
A diferencia de lo que ocurre con el testamento ológrafo, no se precisa la advera-
ción del testamento, ya que al haber sido cerrado y sellado a presencia notarial y no
aparecer quebrantada la cubierta es suficiente para tener por cierta su autenticidad.

f) Nulidad del testamento cerrado y su conversión en testamento


ológrafo
A tenor del artículo 715 CC, es nulo el testamento cerrado en cuyo otorgamiento
no se hayan observado las formalidades establecidas en esta Sección; y el notario que
lo autorizase será responsable de los daños y perjuicios que sobrevengan, si se pro-
bare que la falta procedió de su malicia o de negligencia o ignorancia inexcusables.
Esta norma es una concreción de la regla general establecida por el artículo 687 CC
sobre la nulidad de los testamentos en cuyo otorgamiento no se hayan observado las
formalidades legales.
El mismo precepto concluye que será válido, sin embargo, como testamento oló-
grafo, si todo él estuviere escrito y firmado por el testador y tuviere las demás con-
diciones propias de este testamento. Recoge el principio de conservación del ne-
gocio, que pretende salvar la voluntad del causante y la consecución de los efectos
perseguidos. La doctrina sostiene que más que una conversión de negocio nulo, se
trata de una recalificación del tipo de testamento adoptado, un cambio de forma
testamentaria. Como testamento ológrafo, queda sometido a los requisitos de éste
(capacidad, autografía, adveración, etc.) y caducará transcurridos cinco años desde
el fallecimiento del otorgante si no se presenta ante el Juez de Primera de Instancia
del mismo domicilio del testador para su protocolización, ex artículo 689.

IV. TESTAMENTOS ESPECIALES

Conforme al artículo 677 del CC, se consideran testamentos especiales el militar,


el marítimo y el hecho en país extranjero.

1. El testamento militar
A) Concepto
Las especiales circunstancias que concurren en la vida militar en tiempo de gue-
rra, en el que no es posible observar las formalidades testamentarias ordinarias, han
motivado la regulación específica de este tipo de testamento.
El artículo 716.1 CC dispone: «En tiempo de guerra, los militares en campaña,
voluntarios, rehenes, prisioneros y demás individuos empleados en el ejército o que
sigan a éste, podrán otorgar su testamento ante un Oficial que tenga por lo menos la
categoría de Capitán.
El testamento ológrafo: requisitos y caducidad 81 /14

Es aplicable esta disposición a los individuos de un ejército que se encuentre en


país extranjero».
No es necesaria la declaración formal y oficial de estado de guerra, basta con que
la situación de hecho sea de conflicto bélico en el que participen tropas españolas.
Sólo las personas a las que se refiere el artículo 716 pueden otorgar este testamen-
to. Entre los individuos que siguen al ejército pueden citarse a los corresponsales de
guerra y a los observadores internacionales.
El hecho de encontrarse en campaña tradicionalmente se ha entendido como es-
tar en la zona donde se desarrollan las operaciones bélicas. En la actualidad tal inter-
pretación resulta manifiestamente desfasada, dado que dichas operaciones bélicas se
pueden fraguar y ejecutar en zonas alejadas, incluso miles de kilómetros, del frente.

B) Formas
a) Testamento militar abierto
Se podrá otorgar ante un Oficial que tenga, por lo menos, la categoría de Capitán.
Si el testador estuviere enfermo o herido, podrá otorgarlo ante Capellán o Faculta-
tivo que le asista. Si estuviere en destacamento, ante el que lo mande, aunque sea
subalterno. En todos los casos de este artículo será siempre necesaria la presencia de
dos testigos idóneos (artículo 716).
Se critica por la doctrina que se exija la idoneidad de los testigos cuando las cir-
cunstancias en que se ha de otorgar difícilmente permitirán que se cumplan las exi-
gencias del artículo 681 CC.También se censura que no contenga el Código normas
sobre cómo ha de otorgarse pues parece absurdo pretender que se cumplan las mis-
mas solemnidades que en el testamento notarial abierto (DÍEZ PICAZO Y GULLÓN).

b) Testamento militar cerrado


El artículo 717 permite otorgar testamento ante un comisario de guerra (en la ac-
tualidad sus funciones las realiza el Interventor Militar como titular de la fe pública
militar), que ejercerá en este caso las funciones de notario, observándose las disposi-
ciones previstas para el testamento cerrado notarial.
Resulta curioso que la reforma de la ley 30/1991 ha eliminado los testigos del tes-
tamento notarial cerrado, por lo que el testamento militar cerrado se otorga sin testi-
gos, mientras que el testamento militar abierto y el cerrado extraordinario requieren
dos testigos (CAPILLA RONCERO).

c) Testamentos militares extraordinarios


En situaciones extraordinarias como una batalla, asalto, combate, y generalmente,
en todo peligro próximo de acción de guerra, cabe otorgar testamento abierto o de
palabra y testamento cerrado.
El abierto, conforme al artículo 720, ha de otorgarse ante dos testigos (no se exige
que sean idóneos) que han de formalizarlo ante el auditor de guerra o funcionario de
81 /15 Civil

justicia que siga al ejército. Testamento que resultará ineficaz si el testador se salva
del peligro en cuya consideración testó.
El cerrado se habrá de otorgar ante el oficial que tenga, al menos, la categoría de
Capitán y dos testigos idóneos debiendo firmar todos ellos el acta de otorgamiento,
como asimismo el testador, si pudiere (artículo 721).

C) Formalidades posteriores
En el artículo 718 CC se establecen las formalidades posteriores al otorgamiento
para que produzcan sus efectos:
«Los testamentos otorgados con arreglo a los dos artículos anteriores deberán ser
remitidos con la posible brevedad al cuartel general, y por éste al Ministerio de la
Guerra (hoy de Defensa).
El ministro, si hubiere fallecido el testador, remitirá el testamento al Juez del últi-
mo domicilio del difunto, y, no siéndole conocido, al decano de los de Madrid, para
que de oficio cite a los herederos y demás interesados en la sucesión. Éstos deberán
solicitar que se eleve a escritura pública y se protocolice en la forma prevenida en la
Ley de Enjuiciamiento Civil.
Cuando sea cerrado el testamento, el Juez procederá de oficio a su apertura en la
forma prevenida en dicha ley, con citación e intervención del Ministerio Fiscal, y des-
pués de abierto lo pondrá en conocimiento de los herederos y demás interesados».

2. Testamento marítimo
A) Concepto
Es el otorgado por «los que durante un viaje marítimo vayan a bordo» (artículo
722 CC). La particularidad de la situación de los que se encuentren efectuando una
travesía marítima justifica esta peculiar forma de testar. No parece que sea aplicable a
la navegación fluvial o aérea. La doctrina considera que el viaje comienza con el em-
barque (aunque no se hayan levado anclas) y concluye al desembarcar en el puerto
de destino (no en las escalas).

B) Formas
El testamento marítimo puede ser ordinario (abierto o cerrado) y extraordinario
(en caso de peligro de naufragio).
El artículo 729 se refiere al testamento ológrafo únicamente para prevenir que si
durante el viaje falleciere el testador, el Comandante o Capitán recogerá el testamen-
to para custodiarlo, haciendo mención de ello en el Diario y lo entregará a la autori-
dad marítima local, en la forma y para los efectos de darle el curso que corresponda
cuando el buque arribe al primer puerto del Reino. No existe un testamento ológrafo
especial marítimo, sino normas sobre su conservación y posteriores trámites.
El testamento ológrafo: requisitos y caducidad 81 /16

a) Formas ordinarias
El artículo 722 CC establece: «Los testamentos, abiertos o cerrados, de los que du-
rante un viaje marítimo vayan a bordo, se otorgarán en la forma siguiente:
Si el buque es de guerra, ante el Contador (en la actualidad el Jefe u Oficial de
Intendencia que desempeñe las funciones del antiguo contador) o el que ejerza sus
funciones, en presencia de dos testigos idóneos, que vean y entiendan al testador. El
Comandante del buque, o el que haga sus veces, pondrá además su Vº. Bº.
En los buques mercantes autorizará el testamento el Capitán o el que haga sus
veces, con asistencia de dos testigos idóneos.
En uno y otro caso, los testigos se elegirán entre los pasajeros, si los hubiere; pero
uno de ellos, por lo menos, ha de poder firmar, el cual lo hará por sí y por el testador,
si éste no sabe o no puede hacerlo.
Si el testamento fuera abierto, se observará además lo prevenido en el artículo 695
y, si fuere cerrado, lo que se ordena en la Sección sexta de este capítulo, con exclu-
sión de lo relativo al número de testigos e intervención del notario».
«El testamento del Contador del buque de guerra y el del Capitán del mercante
serán autorizados por quien deba sustituirlos en el cargo» (artículo 723).
A tenor del artículo 730 CC, los testamentos marítimos caducarán pasados cuatro
meses, contados desde que el testador desembarque en un punto donde pueda testar
en la forma ordinaria. Por desembarco, sostiene DÍEZ PICAZO, no ha de entenderse
una escala pasajera más o menos larga, sino que significa el fin del viaje. Consecuen-
temente, si el testador fallece dentro de estos cuatro meses, valdrá el testamento
marítimo.

b) Forma extraordinaria
Si hubiera peligro de naufragio, el artículo 731 autoriza a las tripulaciones y los
pasajeros de los buques de guerra o mercantes a testar con aplicación de las normas
del testamento abierto militar extraordinario (de palabra y ante dos testigos). No
cabe el testamento cerrado en esta situación.

C) Formalidades posteriores
Según el artículo 724, los testamentos abiertos hechos en alta mar serán custodia-
dos por el comandante o por el capitán, y se hará mención de ellos en el diario de
navegación. La misma mención se hará de los ológrafos y los cerrados.
Si el buque arribase a un puerto extranjero donde haya agente diplomático o con-
sular de España, el comandante del de guerra, o el Capitán del mercante, entregará a
dicho agente copia del testamento abierto o del acta de otorgamiento del cerrado, y
de la nota tomada en el diario.
La copia del testamento o del acta deberá llevar las mismas firmas que el original,
si viven y están a bordo los que lo firmaron; en otro caso será autorizada por el con-
tador o capitán que hubiese recibido el testamento, o el que haga sus veces, firmando
también los que estén a bordo de los que intervinieron en el testamento.
81 /17 Civil

El agente diplomático o consular hará extender por escrito diligencia de la en-


trega, y, cerrada y sellada la copia del testamento o la del acta del otorgamiento si
fuere cerrado, la remitirá con la nota del diario por el conducto correspondiente al
ministro de Marina (hoy, de Defensa), quien mandará que se deposite en el Archivo
del Ministerio.
El comandante o capitán que haga la entrega recogerá del agente diplomático
o consular certificación de haberlo verificado, y tomará nota de ella en el diario de
navegación (artículo 725).
Cuando el buque, sea de guerra o mercante, arribe al primer puerto del Reino, el
comandante o capitán entregará el testamento original, cerrado y sellado, a la autori-
dad marítima local, con copia de la nota tomada en el diario; y, si hubiese fallecido el
testador, certificación que lo acredite.
La entrega se acreditará en la forma prevenida en el artículo anterior, y la autori-
dad marítima lo remitirá todo sin dilación al ministro de Marina (Defensa).
Cuando el testamento haya sido otorgado por un extranjero en buque español, el
artículo 728 previene que el ministro de Marina (Defensa) remitirá el testamento al
de Estado (Asuntos Exteriores), para que por la vía diplomática se le dé el curso que
corresponda.
Si hubiese fallecido el testador y fuere abierto el testamento, el ministro de Marina
(Defensa) practicará lo que se dispone en el artículo 718, es decir, remitirá el testa-
mento al Juez del último domicilio del difunto, y, no siéndole conocido, al Decano
de los de Madrid, para que de oficio cite a los herederos y demás interesados en la
sucesión. Estos deberán solicitar que se eleve a escritura pública y se protocolice en
la forma prevenida en la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Si fuere ológrafo el testamento y durante el viaje falleciera el testador, el coman-
dante o capitán recogerá el testamento para custodiarlo, haciendo mención de ello
en el diario, y lo entregará a la autoridad marítima local, en la forma y para los efectos
prevenidos en el artículo anterior, cuando el buque arribe al primer puerto del Reino.
Lo mismo se practicará cuando sea cerrado el testamento, si lo conservaba en su
poder el testador al tiempo de su muerte (artículo 729).

3. El testamento del español en país extranjero


El CC admite que los españoles puedan otorgar testamento en el extranjero pero
su regulación se ha de acomodar a la contenida en el Convenio de La Haya de 5 de
octubre de 1961 (publicado en el BOE de 17 de agosto de 1988) sobre conflictos de
leyes en materia de forma de las disposiciones testamentarias, cuyo contenido supe-
ra al CC y resulta más permisivo.
A la vista de esta normativa:
El español puede otorgar testamento en el extranjero conforme a la ley del lugar
del otorgamiento, a la ley española, a la del domicilio o residencia habitual del cau-
sante y a la del lugar de ubicación de los inmuebles de que se disponga (artículos 11
y 732 del CC y 1.1º del Convenio).
Los otorgados a bordo de buques o aeronaves durante su navegación, se entende-
rán realizados en el país de su bandera, matrícula o registro, mientras que los navíos
El testamento ológrafo: requisitos y caducidad 81 /18

o aeronaves militares se consideran como parte del territorio del Estado al que per-
tenezcan (artículo 11 del CC).
El artículo 732 regula el testamento otorgado conforme a la ley extranjera cuando
dispone: «Los españoles podrán testar fuera del territorio nacional, sujetándose a las
formas establecidas por las leyes del país en que se hallen.
También podrán testar en alta mar durante su navegación en un buque extranjero,
con sujeción a las leyes de la nación al que el buque pertenezca.
Podrán asimismo hacer testamento ológrafo, con arreglo al artículo 688, aún en
los países cuyas leyes no admitan dicho testamento».
Sanciona el artículo 733 que no será válido en España el testamento mancomu-
nado, prohibido por el artículo 699, que los españoles otorguen en país extranjero,
aunque lo autoricen las leyes de la nación donde se hubiese otorgado. Prohibición
que no afectará a los españoles con vecindad civil en las Comunidades Autónomas
cuya normativa foral admita el testamento mancomunado.
El denominado «testamento consular», previsto en el artículo 734 CC, se otorga
conforme a la ley española y es el que los españoles que se encuentren en país ex-
tranjero pueden otorgar, en forma abierta o cerrada, ante el funcionario diplomático
o consular de España que ejerza funciones notariales en el lugar del otorgamiento
(Anexo III del RN). En estos casos, se observarán respectivamente todas las formali-
dades establecidas para los testamentos ordinarios abiertos o cerrados.
El artículo 735 establece que el Agente diplomático o consular remitirá, autori-
zada con su firma y sello, copia del testamento abierto, o del acta de otorgamiento
del cerrado, al Ministerio de Estado (Asuntos Exteriores) para que se deposite en su
Archivo.
Por su parte, el artículo 736 impone al agente diplomático o consular, en cuyo
poder hubiese depositado su testamento ológrafo o cerrado un español, su remisión
al Ministerio de Estado (Asuntos Exteriores) cuando fallezca el testador, con el certi-
ficado de defunción.
El Ministerio de Asuntos Exteriores hará publicar en la Boletín Oficial del Estado
(que sustituyó a la Gaceta de Madrid, a la que sigue refriendo se el CC) la noticia del
fallecimiento, para que los interesados en la herencia puedan recoger el testamento
y gestionar su protocolización en la forma prevenida.

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