Está en la página 1de 2

CULTURA

La cultura “designa un sistema de significados compartidos entre los miembros de la


institución que produce acuerdos sobre lo que es un comportamiento correcto y
significativo” (Dávila y Martínez, 1999).

Ésta incluye “el conjunto de las manifestaciones de poder, de características de interacción


y de toma de decisiones y de los valores que surgen al interior de las organizaciones que, a
lo largo del tiempo, se convierten en hábitos y en parte de la personalidad o ‘forma de ser’
de éstas”.

La cultura es, como se señalaba, la personalidad de una institución: si su estructura puede


considerarse como su cuerpo, su personalidad o alma es la manera en que la gente se
relaciona entre sí y los valores y creencias dominantes. Determina las convenciones y reglas
no escritas de la institución, sus normas de cooperación y conflicto, sus canales para ejercer
influencia

La cultura se comienza a formar desde el momento en que la organización se crea, pero a su


vez es un proceso evolutivo que cualitativamente va pasando por procesos continuos de
transformación, acorde con las condiciones que existan y las situaciones que circundan a la
organización.

GÉNERO

El Análisis de Género hace referencia al ejercicio reflexivo sobre un hecho o circunstancia,


profundizando de manera particular en la condición y posición de hombres y mujeres y en
las relaciones que se establecen entre unos y otra.

Se entiende por género la red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos,


valores, conductas y actividades producto de un largo proceso histórico de construcción
social, de desigualdades y jerarquías entre varones y mujeres quienes se encuentran en
relaciones de poder asimétricas (Burin y Meler, 2010).

La dimensión de género no es algo que se busque “adicionar” a la vida de las instituciones.


Éstas siempre están constituidas por factores de género que contribuyen a su configuración
(Cerva, 2009).
Este ordenamiento se expresa en las instituciones en todos los niveles de funcionamiento:
en su cultura, en su estructura, en sus procesos y procedimientos, sistemas, infraestructura,
en las creencias, en las prácticas y comportamientos individuales y colectivos.

Las expresiones del género en las instituciones son múltiples, diversas, a veces obvias, a
veces sutiles, con frecuencia asumidas como “dadas”, como la manera “natural” de hacer las
cosas y por ello no se problematizan ni se interrogan.

El género no es algo que se añade a los procesos organizacionales de forma inocua, sino que
es un componente constitutivo central de dichos procesos, hasta el punto de que ninguna
organización puede ser comprendida correctamente si se pasa por alto el análisis de género
de lo que en ella ocurre.

Dávila, A. y Martínez, N. (1999). Cultura en organizaciones latinas,. México: Siglo XXI editores

Cerva, D. (2009). Cultura organizacional e institucionalización de las políticas de género en México.


Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género. 6. Recuperado de:
http://bvirtual.ucol.mx/descargables/311_cultura_organizacional.pdf

También podría gustarte