Está en la página 1de 49

documentos de barbarie (poesía 2002-2012)

Victoria Guerrero Peirano

Ya nadie incendia el mundo


&
El mar ese oscuro porvenir
—selección—
Documentos de barbarie
(poesía 2002-2012)

Tomo 1

Ya nadie incendia el mundo &


El mar ese oscuro porvenir

© Copyright Victoria Guerrero


victoriaguerrero@hotmail.com

© Copyright Paracaídas Editores


de John Paolo Mejía Guevara, 2013
Mz. T, Lote 24, Urb. Flores de Lima
1ra etapa, Lima 36
paracaidas.editores@gmail.com
www.paracaidas-editores.blogspot.com ya nadie incendia el mundo
t. (51 1) 966 4574 07

Primera edición: julio de 2013

Tiraje: 500 ejemplares

Dirección editorial: Juan Pablo Mejía

Edición al cuidado de: Cristhian Briceño

Concepto gráfico & diagramación: Bicentenaria Soluciones Gráficas

Hecho el Depósito Legal Nº 2013-09895


en la Biblioteca Nacional del Perú
isbn nº 978-612-4192-13-5

Se permite la reproducción de esta


obra siempre y cuando se cite la fuente.

Impreso en Perú | Perú llaqtapi qellqasqa


a mi madre
por el amor y su violencia

a la pequeña lu de hermosas trenzas negras


en tus ojos nace el mundo
y yo en él

a mis amigos gavril, martín, cesare y ker


por la intensidad de cualquier tarde
por el sabotaje
No había con qué cortar el cordón
umbilical; entonces agarrándolo con
toda mi fuerza, lo arranqué como
se arranca una pita.

asunta, mujer de gregorio

oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder más

alejandra pizarnik
lima/año cero

voy porfiando tercamente garabateando


una escritura que no sana el cuerpo
explota revienta en miles de pedacitos
de odio ¿los quieres? recoge uno tras otro
con cuidado para que no te hieran y luego
a la basura sin lágrimas

cargada de esterilidad avanzo incluso más


allá de cualquier escritura me adentro
hoy día estamos solos en mi propia sombra intuyo un vientre
y nuestra soledad es una mañanita oscura más cálido y me acomodo ingreso en él
en que nos damos de bruces contra la vida como en un paraíso de locura día y noche
y la muerte me alimento de su profunda oscuridad
es un bus ardiendo lo hago defecar a mi antojo expulsar el
y unos polis tiempo toda su sucia poesía en una arcada
pateando nuestros sueños luego ha de beberse el día y la noche
tragarse el mundo hasta el hartazgo para
recomenzar

nadie te dijo aquí serás feliz en este paraíso


del hartazgo en esta profunda oscuridad
que pateas hasta hacerla sangrar y luego
bailas alrededor de ese líquido negruzco y
maloliente y lo bebes y chapoteas sobre él
con la alegría de una bestia

13
alguien llama del otro lado y tú eres una voz canturrea y derrama hermoso
menos que una nada un pedazo de líquido blancuzco sobre mis labios moja
carne hambrienta que vaga sobre aguas todo mi esqueleto la sucia piel de una
placenteras mares de coral sobre tu pecho recién nacida succiono por el pecho sano
deforme vomito y defeco sobre mí cierro los ojos
y no escribo nada y me duermo sobre el
en siete meses incubada en mi propio pezón amoratado de mi madre
excremento la risa me obliga a patear
con más fuerza panza que se desenrosca y tu paraíso oh tu hermoso paraíso se ha
conduce al silencio a la ceguera de la luz el perdido
llanto me impide ver la sangre pegoteada
sobre los vellos estoy enferma enferma
enferma y sucia y hambrienta mi sexo es
el vacío la nada me encierro en mi propio
graznido tengo miedo de mi desnudez y
tirito como una condenada

escribo

escribes y recuerdas tu propio anochecer


el crepúsculo de tu cuerpo dando vueltas
y ahora limpia tirada sobre una camilla
idéntica a la siguiente y a la siguiente
marcada para siempre con un número
inexacto tu cuerpo es copia de otro
cuerpo una escritura amarga que se bota
a un tacho de basura

sin lágrimas —he dicho

14 15
pabellón nacional
nacimiento y caída
hospital del empleado
1971

&
madre madre madre
madre madre madre
es el único sonido que puedo pronunciar

ellos me dijeron
lárgate
escóndete
donde no podamos verte
¿por qué?
eres lo inacabado lo que no sirve

madre madre madre


Madre madre madre

balbuceo cada vez más bajito

una sietemesina debe morir


o soportar las garras de una máquina-madre

entubada desde el nacimiento


ahora no tengo miedo
no tengo miedo
¿escucharon?

¿es que no me entienden?

19
estoy encerrada en un vientre frío &
una mano entra y sale
entra y sale vamos hacia arriba
la odio al lugar que nos pertenece
odio su firmeza y su calor sobre mi cuerpo parque media luna
tu aullido me llama
niña idiota
—dijeron ¿es este mi ascenso o mi caída?
aspira más allá de tu cuerpo defectuoso
y lárgate el mar te alcanza
ya no tenemos espacio para ti ni los tuyos el mar podrido repleto de cadáveres
te moja los pies
no les tengo miedo pero yo te quiero
—dije parque media luna
mi máquina-madre me protege te quiero como solo una sobreviviente
me encierra para que viva puede querer
me entuba para que no muera con miedo del mundo
y sin embargo
doy la vuelta qué suave es nuestro ascenso
vuelta vuelta qué frágil tu media luna
contra mí misma iluminando los pasos de mi madre
orino mi propio territorio
y me repliego en una esquina hay que ascender
me preparo para salir otra vez por la espiral del dolor
para entender lo que se pierde
amenazantes se acercan ellos —o lo que nos quitaron —dice ella

—ten a tu hija y vete subo hasta lo alto de tu media luna


ya no hay espacio aquí para ti ni para los tuyos me paro de puntillas

20 21
intento ella muele el maíz
el equi-
librio yo de este lado me precipito
me arrojo sobre ella
san miguel flota entre la neblina tomo la parte que me corresponde
todo es blanco blanco la parte del
blanco y armonioso desarraigo
que le debo
¿es esta nuestra pureza?
el calor de la humita recién cocida
magdalena se derrumba desde siempre evapora nuestros rostros
las casonas se vacían se descascaran mientras ella muele el maíz
la gente huye
el abuelo permanece todavía nos quedan
el cuerpo enfermo
mi padre compra mandarinas dulces los pies
mi padre que vino desde tan lejos las uñas
se pierde en el mercado de magdalena el nombre idéntico
entre excremento de palomas quizá
y una neblina amarga
¿me reconoces?
¿es esta nuestra pureza
o habremos estado manchados desde siempre? ella alza los ojos
empuja la humita al centro
& donde mis manos de recién nacida
no la puedan acariciar
la humita deja salir su dulce aliento
extiende sus hojas abiertas estamos a mano —susurra
entre mi abuela y yo

22 23
De niña la sensación de ser buena dirigía mis actos
de día al sol alargaba una limosna
invitaba de mi sándwich un bocado
después de masturbarme quería llorar de miedo y de vergüenza

carmen ollé
1980-1984 a secas

si digo agua ¿beberé?


si digo pan ¿comeré?

a. pizarnik

no puedo hablar
cada palabra que pronuncio se encabrita
no dice lo que quiero
no quiere lo que digo
¿a qué hora comenzó todo?
¿en qué momento?
¿qué día?

no jodas —dicen
olvídate de tus sueños de tus amigos
de tu infancia

mírate en un espejo no eres tú la que habla la que habla se


esconde bajo tus calzones y balbucea estira la mano y se escabulle
frente a una máquina de escribir flexible siempre dispuesta
a la corrección despréciala borra su estúpida poesía la necia
higiene de sus palabras todas ellas solo conducen a un gran
desbarrancadero sobre el que mi hermana y yo nos deslizamos
día & noche sin importar el presente sabiendo que el futuro no
existe

las imágenes de los cadáveres descompuestos pasan flotando ante

27
—no mueras te amo tanto
conociendo este daño
el amargo corazón de una ortografía purísima ¿es aquí donde nace el poema?
mi padre se desliza ¿en el corazón de una voz diminuta acurrucada en el asiento
se arroja a través de una escritura ciega cuya música es trasero de un auto
aterradora o en el alma de una recién nacida?
súbitamente me despierto y aprendo a hablar me lavo los me lo pregunto para saber quién es la que habla la necia que
dientes y las manos defeco en un wc como las niñas buenas tiembla y no sabe de ortografía y escribe cien veces «el alma
y escupo a través de una ventana: sersenada» «el seno sersenado» y borra y no aprende nada y
pregunta:

pro-hi-bi-do-de-te-ner-se papi
hay-or-den-de-dis-pa-rar ¿a qué hora comenzó todo?
¿en qué momento?
¿qué día?
olvídate de tus sueños de tus amigos de tu infancia
mi padre sigue avanzando
zambúllete en la negra noche con los pies descalzos
mi padre sigue avanzando
húndete bajo tus zapatos acepta el desprecio de ser ajeno
bajo el gris de una ciudadcielo
mi padre sigue avanzando
despéñate en el silencio
mi padre sigue avanzando
sumérgete en el mar en la sucia espuma que baña los
abismos
él sigue avanzando
él sigue avanzando
él sigue avanzando
nuestras narices gélidas como carne muerta desde el nacimiento

28 29
7 años de silencio días de 1992
1985-1991

piedad para nosotros


las imágenes de los cadáveres descompuestos los que hundimos nuestros dedos en las cuencas vacías
pasan gélidas ante nuestras narices de nuestros deseos
como carne muerta
—desde el nacimiento nosotros
los que hoy caemos más allá
las imágenes de los cadáveres en lo más bajo de nosotros mismos
des/compuestos a cuyos pies postrada y pálida se muestra
pasan flotando gélidas ante nuestras narices nuestra negra adolescencia
¿como carne muerta
desde el nacimiento? ahora que un muro de piedra nos separa
de nuestros actos
las imágenes aquí / allá
de los cadáveres descompuestos tal vez sea el mismo lugar
pasan lima/n. york —leo en mi ticket
flotando viene la noche y los días pasan y las noches se hacen interminables
ante nuestras narices g-é-l-i-d-a-s aquí o allá
como carne muerta desde el nacimiento dormir a las 4 de la tarde
(la resignación de la luz)
las imágenes gélidas
de los cadáveres descompuestos ahora que los muertos nos visitan detrás de cualquier muro
pasan flotando ante nuestras narices nos sorprendemos sollozando
como carne muerta desde el nacimiento recordando el éxtasis oscuro de nuestra niñez

las imágenes de los cadáveres des/compuestos pasan flotando

30 31
piedad para nosotros
estos días en que la poesía yace moribunda
despedazada
oculta en el rincón más higiénico de nuestro cuerpo
imposible nombrarlo con una palabra sin que no siga a ello
el vacío el silencio la nada

de todos mis recuerdos conservo la fotografía de mi abuelo


una niña en el patio trasero de una casa en ruinas
jugando semidesnuda
achicharrada por el sol
y la enfermedad que jode
y solo tiene fin en su cuerpo ardiente
de todos estos días grises y mi timidez estúpida Qué año era aquel, amor
rodeada de un festín de cadáveres silenciosos es difícil seguir la pista de los perdidos
extranjera en cualquier ciudad ojos fijos en el recuerdo, mi voz afuera está lejana
sobre
traspasada por un río pedregoso de miserias y niños salvajes la vereda y tengo un pie en el invierno
aspirándose el mundo a manos llenas y el olvido es un desierto triste para atravesar
bombas lacrimógenas en tv para llorar de verdad y no hay forma de evitarlo

tengan piedad de mí y de todos esos días rodrigo quijano

ante nuestras narices muertas como carne gélida desde el nacimiento

32
7 años + de silencio
1993-2000

pabellón 7a
sacrificio

y nadie lloró

34
Llevar el dolor hasta el punto de iluminación otra vez ingresa la policía de los sueños
lisa gerrard con su gorrita y borceguíes
y todos se van salen corriendo
han huido
han huido
han huido
y otra vez me han dejado sola
solita en medio de una campo vacío
habitación
2001-2002-2003

sé que no sanaré.
e. södergran

primero empieza la disección personal:


los pies sangrantes y el músculo amoratado
se muestran sin pudor ante su espejo
pronto soy un ojo
solo un ojo
un aire pestilente que humea un puro párpado
dentro de una habitación en invierno

afuera el viento es feroz


y se une al ritual del aniquilamiento
la sangre inocente chorrea
es un alegre surtidor que baña nuestros rostros

todo inocente ha recorrido las playas


buscando una luz
aquí y ahora no existe el sol
está negado para nosotros

pero para qué tanta luz si solo hay llantos


mejor es perderse en la oscuridad
garabatear una escritura nocturna
balbucear unas primeras palabras dulces
sobre los cuerpos muertos

39
es aquí cuando empieza la segunda disección
tal vez si cambio de rostro la estación del sacrificio y la re-educación:
mi amor vaciar el cuerpo de todo animal ajeno
tal vez si reviento sobre mi propio sueño cargando el olvido entre los brazos
o me quedo ciega de una vez
tal vez me acostumbre a ver mi cuerpo
desde dentro para que ningún mal nos salpique
con su propia luz
a observar cómo bombea
y se retiran
las partes putrefactas
con amor

es un hoyo pequeñísimo por el que un aire


implacable me desuella
y revienta sobre las ventanas de la habitación
hasta sacarles sangre

aquel lastimoso llanto me paraliza

pero puedo entrever por las rendijas


de otra ventana
mi ojo pequeño de la infancia
y los muchachos en las esquinas
sin nada que perder
los cuerpos hundidos en el acantilado
huyendo de toda luz
añorando la niebla que baña la mañana hasta perderlos

40 41
continua escasez de agua en todo el territorio nacional atravesando mi propia oquedad
1980-2004 he crecido sabiendo lo que se pudre
pero he cerrado mis ojos he apagado el fuego entre mis dedos
con mi baba pegajosa
para que doliese menos
a través de una vela observo mi cuerpo
todavía soy demasiado joven bendito carnicero
ignoro si mi cuerpo está completo pero sé que es incapaz mi ombligo no conduce a ningún lugar luminoso y risueño
de expulsar sangre negruzca y maloliente todos los meses sino a un espacio árido inconcluso
a un lugar de fusilamientos
el primer doctor avanza sobre mí sobre el que me doblo algunas noches atrapada
se ha cubierto la mano derecha con un guante de goma por el dolor
lo veo venir hacia mí con su sonrisa despreciable
hunde sus dedos poco a poco y luego toda su mano ¿podré quemarlo todo con esta vela
su gran mano de acero incluso el amor?
ante los ojos de mi madre ¿soplar sus cenizas?

¿es este un espacio solo posible para la medicina? los intestinos son dos serpientes tornasoladas
el amor está prohibido por el momento que se enroscan sobre sí mismas
y no saben nada de lo de fuera
el segundo toma un artefacto pequeño entre sus dedos no conocen la crueldad del espejo ni la luz del día
no dolerá no dolerá ni la falta de agua ni la continua explosión callejera
tendida en una camilla entreabro mis piernas pero la mano del carnicero la presienten
algo raspa en un segundo y el cuchillo que levemente se agita al lado para rasgar
la desvergüenza me acompaña lo interior
pero otra vez no hay menstruación
sino solo pestilencia carniceros doctores héroes nuestros
el amor se ha perdido
bendito carnicero heme aquí otra vez y ya no hay tiempo
imaginando el adentro totalmente abatido y ronco —digo

42 43
no hay tiempo nocturno
para refregarse las patas o las manos (primer apagón para mi hermana)
bajo el agua turbia

sin enfermar
si tú supieras
cuantos días he andado desnuda enferma en la soledad de
una camilla
pero esas son puras palabras artificios de la cursilería
—dicen ellos

ahora soy pura materia el abismo que se entrechoca sobre sí


y escupe su propio excremento
ahora soy lo que siempre ellos quisieron
lo corpóreo la enfermedad lo finito

nada me conmueve
ni la oscuridad ni la luz
ni la mujer que persigue a un hombre hasta la náusea
ni la pequeña que solloza extraviada en el centro comercial
ellos están fuera
lejos de mi cuerpo
no los necesito
sus voces se quedaron en una vieja radio a pilas
que suena todas las noches en mi cabeza

si tú supieras
cómo estoy muerta más que cualquier muerto
y las noches son mis días mientras mi cerebro da vueltas
y el sueño no existe sino el vacío la pesadilla el insomnio

44 45
el miedo se lo tragaron mis labios unos labios resecos
que caen como pétalos
sobre mis manos temblorosas

solo queda tu grito inocente


hermana
y mi cuerpo que observo a oscuras
en una noche obligada

hoy las calles están atestadas de niños


con inmensas paletas multicolores
un ómnibus yace suspendido en una esquina
listo para iluminar la noche negra

¿de todas esas puertas?


¿dónde estará la mía?

46
pabellón 7a/sacrificio

una mano blanca se acerca


una mano blanquísima demasiado pura
me inyecta su odio

yo me duermo babeo boto mi espuma


sobre una sábana tan blanca como la garra que me alimenta

ella espera el zarpazo final


mientras observa el goteo de su veneno

no grites no vivas no ames


es su consigna

un balazo me despierta a medianoche


alguien arrastra una pierna por la avenida perú
su hermoso rostro lloroso de rabia alza los ojos hacia mí
me maldice por mi partida
y yo bajo los párpados para no ver

soy este número que cuelga a media tarde en cualquier


habitación vacía
cualquier día del mes de agosto
oculto tras una cortina desgarrada/habitación 701 a-b
un ronquido llena el silencio la blancura
estremecedora de este espacio dividido en dos

49
¿madre estás allí? hasta que mi cuerpo revienta
convertido ya en un alegre surtidor que baña el mundo
la mano se acerca otra vez
me desnuda me jalonea me envuelve entre sábanas sudorosas un fuego esplendoroso me obliga a levantarme
de otros cuerpos alguien incendia su cuerpo en medio de la noche
mi rastro se va perdiendo entre ellas un poeta se agita en llamas de su propia orfandad
aspiro y no siento nada sino el olor de la partida su casa es un gran desaguadero de sueños y sombras
mientras los ojos del amor me dicen pero
quédate y serás feliz
esa es su consigna ya nadie incendia el mundo
ni siquiera tú
y sus ojos quedan entreabiertos tras los barrotes de una celda
nuestros pálidos cuerpos
pero yo corro huyo de una prisión para adentrarme en otra
todos presas ardientes de celadores o incendiarios
todo me conduce hacia un lugar de perfección
celebran su festivo sacrificio juvenil
—eso fue lo que me prometieron
la poesía escupe por todos lados su necia pestilencia
tirada en una habitación pálidamente higiénica
y no queda nada sino tirarla a un tacho de basura
infinitas manos se acercan y exploran una cicatriz
(la maloliente costra del nacimiento o coger la maldita mano blanca y torcerle el cuello
le llaman)
iluminan mi cuerpo con una luz tan pura como sus manos y no quedan sino tus ojos que bañan el mundo
y un cuerpo tras una cortina desgarrada cuyo amor aún desconozco
¿será esta la luz blanca siempre añorada?
¿la luz de la felicidad?
¿el rayo que se disolverá en siete colores de fuego y ahuyentará
el mal?
—o es solo un ejercicio más de toda esta retórica

estiro los brazos y me entrego


me adormezco en medio de una fiesta enceguecedora

50 51
fiesta/2004
(hospital del empleado) veinte días en un cuarto compartido de hospital
el enorme ventanal ilumina el débil brazo derecho y la oscura
Lima se abisma sobre mi cabeza todas las mañanas extranjeras

desnuda en una camilla de hospital la gente se levanta para trabajar


mi madre se tiende del lado opuesto del seno cercenado yo intento regresar subiendo a un autobús
un anillo de matrimonio es lo único que lleva sobre su cuerpo cuyo paradero desconozco
igual que yo quiero llegar a casa y cerrar los ojos y
hundirme salvajemente bajo el vientre
yo sigo caminando de mi madre
voy hacia el centro del centro hasta perderme
—eso fue lo que me dijeron hasta enterrarme en él
—eso fue lo que quise creer yo me interno en su costra
también me hundo
me hundo
lejos a miles de kilómetros de mi propio centro me hundo
sobre el seno que chorrea leche me pierdo en la enfermedad como en un sueño
blanquísima rasgo su materia negruzca
no queda sino un vacío una cicatriz para acariciar con nostalgia hasta ver mi sangre correr
y los labios de una recién nacida que succionan un pezón sin piedad
tal vez siempre haya estado muerta
una enfermera me despierta entre sueños y me pone una bata observando cuán bella era la noche negra iluminada por el miedo
semi-blanca o cuán dulce era existir a través de un poli exigiéndote papeles
estoy muerta entonces
pero todavía siento el crujido de las hojas del otoño bajo mis zapatos las enfermeras me desnudan
yo voy hacia el paradero de autobuses siguiendo un camino bañan a mi madre sobre una cama sudorosa
de sangre la bata amanece sucia por una infección nocturna
el dolor que nutre la herida abierta de mi madre
es el centro que todavía me alimenta

52 53
yo me despierto y la casa está vacía contradanza
(todos están en el hospital)
y yo estoy cada vez más lejos del centro y del porvenir a mis hermanos gavril, martín y kerwin
—del que me hablaron si lo aceptan

madre
pertenezco a una generación muerta por las puertas de la noche se eleva la luna
que todavía sueña con el festín del el cielo blanco se surca como la panza de una ballena
amanecer atravesando el polvo y el abismo la bruma más alta la prisión
e | más oscura
b me veo corriendo una media tarde hacia un parque extranjero
r ustedes no están allí
i
a conjuro a la muerte este día con una danza de gloria y porvenir
bajo le escupo a la enfermedad la maldigo
tu hermoso pezón ardiente como maldigo a la mosca
que todas las noches canturrea sobre mi cabeza

no seré más tu servil lacaya


—le grito fuerte para que se espante

y ella agacha la cabeza en un rincón de la pared blanquecina


y un punto negro queda quieto inmóvil
listo para ser aplastado
mas su música ha callado en este instante
y la dejo vivir

mis hermanos bailan toda la noche


mis hermanos duermen toda la mañana

54 55
mis hermanos se ocultan detrás de un espejo de los acantilados
mis hermanos suben y bajan las paredes de una ciudad blanca y gris y en el frío de la noche esa imagen me conmueve
gris y blanca o solamente blanca y se sientan a mirar el mundo y escribo:
desde una casa pequeñita la estirpe salvaje permanece
y baila
yo me duermo cierro los ojos y baila
la mosca espera en su esquina y baila
mi lugar está en la trinchera opuesta y llora
desde donde nos presentimos y sabemos el alimento que nos toca y ríe
sus alas son espejo de un cuerpo deleznable y ríe
sus ojos y ríe
la certeza de mi ceguera

yo la tenebrosa
yo la viuda
yo la sin consuelo
maldigo su danza implacable sobre mis sueños
mi áspero silencio que la deja vivir
mi sexo inútil que la alimenta

al atardecer en el gran parque central ajeno a mí


soy una desconocida para los patos urbanos
que comienzan a emigrar
a huir de la monotonía del invierno
hasta las moscas parecen replegarse en esta época
—menos yo
(la monotonía parece ser un estado de gracia)

mis hermanos abren una cajetilla de cigarros


el humo que sale de sus labios me recuerda la neblina

56 57
poética de la alegría mi hermana lava a mi madre
yo la peino y le alcanzo una bata nueva
¿es esta la ternura que de mí esperan?
ella vuelve al único estado posible:
feliz avanzo desnuda a través del polvo de la ciudad la infancia
perdiéndome entre vendedores ambulantes y cuerpos sudorosos su infancia en una casona burguesa de magdalena
el tráfico cruel y el olor a pescado me enceguecen que ahora se derrumba como nuestros sueños

por estos días me ausento de los muertos y gozo los ascensores el pase para familiares (obligado)
o más bien bebo en su nombre la cola para los pisos pares o impares
¡salud! la visita de 4:30 a 6:30
¿y la cama? señorita —¿cuándo?
repito: un cáncer no es un caso de emergencia
mi cuerpo hundido en aguardiente es un tema para la literatura
¿no es acaso el perfil del escritor maldito? y todo el alcohol que los poetas se puedan beber hasta escupirlo

pero yo no soy maldita solo estoy el sudor que producen los ascensores repletos de desconocidos
ligeramente me alegra
mal bendecida sobre todo en invierno
y ahora que encontré una aguja para pinchar el texto
nuestra retórica es más cínica que el agujero negruzco pic pic
que atraviesa nuestro cuerpo hacerlo trizas
sin compasión
pero ante todo avanzo feliz buscando inyectables estos son todos los lugares que he cruzado para encontrar la
agujas salvadoras que no bajan de precio felicidad:
toda la avenida brasil con los ojos cerrados (no hay nada nuevo
mi sudor se pega con un cuerpo desconocido por ver)
¿es este el deseo? la Plaza Bolognesi
¿o la escritura es el deseo? el Paseo Colón
el Óvalo Grau

58 59
el Palacio de Justicia la ciudad del reciclaje
la Plaza San Martín (por estos días)
no llego más allá porque mentiría
—al menos no hoy que avanzo desnuda

hoy estás en el Queirolo sola frente a un vaso de cerveza con el corazón hecho trizas atravieso un puente
y evocas a todos esos héroes y sus penurias de folletín una superficie metálica incapaz de corromperse
¿ellos hacen nuestra historia? abajo
¿y ellas? se asoma un río inmenso
gélido
frente al vaso mi rostro se deforma un hermoso espejo azul que cobija a sus muertos:
ese espejo improvisado es sincero y me lo bebo tres punks
con una media sonrisa un profesor universitario
hasta el final una mujer desconocida (siempre lo somos)
flotan sobre sus aguas
yo los llamo mis ofelias posmodernas en la ciudad del reciclaje
(do not recycling is illegal —dijo la dueña de casa
y enseguida me puse a separar las astillas de mi corazón)

nadie diría que esos cuerpos me atraen


y sin embargo
una parte de mí se inclina hacia ese lado
desde donde se mira el vacío como recuerdo de una infancia feliz
las aguas me esperan
y me acobardo

tiro del otro lado


no menos incierto
por donde las luces de los autos se devoran
unas tras otras

60 61
unas tras otras
y mi cuerpo quedaría engullido tragado por ellas
una desnudez de espanto
—me digo
y otra vez
me acobardo

al otro lado del puente (el principio o el fin poco importa)


un río menos brillante cruza bajo mis pies
el rímac se eleva sobre mi memoria como lo que es:
un lecho oscuro que opaca nuestra miseria
y sin embargo
ese lecho de barro hostil tal vez alguna vez fue bueno
y meció entre sus garras tiernas sola en medio de un campo vacío
a mis abuelos
a mi padre caminé buscando una puerta cualquiera
a mi madre una salida cualquiera
a mi hermana y salí y llegué a casa
a la pequeña luz maría atravesando mi propia oscuridad
o a mí mientras la policía de los sueños
sudaca cuya sombra se refleja en un hermoso río pálido arrastraba
dispuesto a quebrarse a la primera bocanada de luz los últimos muertos
o al chillido de otro cuerpo (el splash de la muerte)
—como todos estos— y nadie lloró
heridos de inocencia
en la ciudad del reciclaje
cuyos puentes jamás se quiebran con esperanza

victoria

62
el mar
ese oscuro porvenir

—selección—
Para crear me he destruido

Bernardo Soares
el leopardo de las nieves

el mar
ese oscuro porvenir
que cruza las orillas y se extravía
como el leopardo de las nieves
en su oculta prisión del zoológico para niños

el humo de un tabaco ilumina sus huellas


tal vez indiquen el principio o el fin de un camino
el otro infinito del que habita su prisión exterior
cuyo corazón está nublado por el humo del cigarrillo
pero la ola que carcome los cuerpos
señala otro camino
y su violencia

un cuerpo torturado se ahoga en las playas


juntamente
y los sueños
para compartir el silencio y la muerte
y todas las arenas
donde las pisadas se han desvanecido
como la llaga del leopardo sobre la nieve

todo lo desaparece el mar


todo lo espanta el tiempo
incluso el invierno
y su inquietante oscuridad

69
y ya nadie recuerda la vieja orina que corrió alguna vez celebración

el joven leopardo huele ese olvido:


una uña quebrada en la pelea
un zarpazo violento sobre el hielo que algún guardián ha borrado hay un cuerpo tendido junto a un árbol
para observar su belleza hay una uña negra que rasga la carne con violencia
detrás de una jaula del zoológico para niños hay un animal que lame una herida
y miles de moscas que zumban alrededor de sus ojos
hay una cabeza de caballo abandonada en una playa desierta
hay una oscura orina que se pierde con dolor
hay madreperlas fuego y corales que caen sobre un vientre estéril
hay un danzante que llora la muerte de su mejor amigo
hay lágrimas de sangre que caen sobre unos labios sedientos
hay lluvia otra vez en el clóset y un tren que pasa una y otra vez
| sobre un sendero derruido
hay una niña sietemesina que nace hoy de la axila de su madre

70 71
porvenir pues sobre mi cuerpo
he dejado hartas huellas
de este inmenso dolor

he viajado toda la noche


hacia un país cuya lengua desconozco
y se han abierto profundas heridas en el seno de mi madre

estoy amargada
contrita rezo en el pabellón de los condenados
mientras el invierno me envuelve

esposo mira
la oscura edad de dios se ha abierto ante mis ojos
he puesto sal en mis párpados
porque la luz del futuro me cegaba

la sangre que ha caído de mis ojos


ha quebrado el invierno
la he saboreado con el filo de mi lengua
y he temblado al sentir mi propio ardor
como en otro tiempo el ardor de la palabra
que se astillaba en nuestros labios

amor mío
hunde tus dedos torcidos en mis ojos de cera
recuesta mi rostro ensangrentado
bajo la lengua de un animal sediento

quiebra tú también el invierno

72 73
a través de una ventana en bay state road se han dado contra la ventana
las he visto caer
una
a
estoy aquí una
viendo a las moscas zumbar tras la ventana pero vuelven otra vez a posarse a través
todavía no sé qué devoran de mis ojos
pero amanecen todas las mañanas como
girando a través de mis ojos atraídas por un llanto
que se quiebra sobre sí mismo
en la calle vacía he intentado estirar los brazos como el primer golpe seco de la mañana
para alcanzar otras ventanas
pero hay un espacio negado
un lugar que no se puede traspasar
una estación cerrada a la que solo cubre la brisa marina

nada sabe herir más que una ventana


entreabierta
donde todo ha sufrido una extraña disección
y la respiración se hace cada vez más densa
y los sueños más salvajes
y los corazones más pesados
y los cuerpos más opacos

el perro ha olido aquello que se pudre muy cerca de nosotros


una lágrima primeriza y la amarga enfermedad
que destruye los cuerpos

las moscas anhelando su inocente presa

74 75
nostalgia he andado he corrido detrás de ti
he mordisqueado el vientre de mi madre he pataleado desde el fondo

alguien que desconozco me ha marcado con un hierro candente


hoy he venido como el viento que sopla las hojas nocturnas | la nuca
he venido para que no te fueras ya no tengo nada que ofrecerte
he cabalgado toda la noche con el hocico ensangrentado estoy vacía
las hojas a mi paso han dejado caer su aliento para que yo no muera el fuego de mi nacimiento se ha perdido en la piel de unas manos
y los sueños oscuros han empezado a surgir como manantiales | extrañas
abro los ojos
toda la noche el mar ha ardido sobre la rompiente de las olas y el mar revienta en cada pupila desolada
he ansiado acallar este silencio llagado por la distancia
este silencio que atrae los abismos pronto me rodeo de sueños

otra vez el gran naufragio se ha acercado a las costas una caravana de naves negras naufraga en la penumbra
y ha abierto las cicatrices de mi cuerpo
todas mis cicatrices tienen una armonía
todas han sido desolladas por la espuma de una ola quemante

ahora todo existe en mi cuerpo como un llanto


diminuto ridículo
como el primer corte pesado del vientre
que se exhibe sin pudor
casi con gracia
pero por dentro una niña va rasgando un himno
cantado mansamente en la infancia para luego perderse en nuestros
| labios
como una gloria polvorienta bajo las huellas de los pies

hoy he venido pequeña muerte que me miras con ojos extraviados

76 77
contemplación electra

El río se lleva dentro


T. S. Eliot
el ojo de una rata me observa
su único ojo rojo me mira
y yo miro la oquedad de su ojo izquierdo una de las cosas que ignoro soy yo misma
por ese hoyo tal vez se pudiesen entrever yo sumergida en este destierro
otros mares de arena otras orillas yo y la exacta curvatura de la ola
como la primera orilla de la que partí:
en el ojo de fuego de mi madre mi lengua es veloz y filuda
entonces todo volvería a arder atrapo fragmentos palabras puntiagudas como óxidos
el agua el ojo el fuego y me tiendo con la panza repleta sobre la yerba espinosa
y mi cuerpo se diluiría en arroyuelos y ríos sin fin
pero esa oquedad no existe mis labios permanecen secos fugitivos
solo mi miedo y el ojo solitario de la rata
que ejerce su dominio sobre mis ojos la sangre empieza a correr
que son dos ojos pequeños y miopes
por los cuales ella me observa: pronto la sangre arderá en toda la casa
ahogar los abrazos en una parada de autobús toda la sangre se deslizará como un río subterráneo
reposar la cabeza sobre el ombligo de mi esposo y cubrirá mi vientre de amargura para aumentar este dolor
y lamer una herida
yo treparé alzaré mis brazos buscando mi nave
ahora el viento es suave gatearé para salir de esta oscuridad de esta extraña pestilencia
y las hojas suben al cielo
desde donde una pequeña ave de rapiña padre
desafía al sol apiádate
y nos contempla
yo también tengo sueños
sueños que atraviesan mi corazón como llamas enormes

78 79
de fuego y de agua ocaso

mas debo permanecer inmóvil rumiando el día

pues todo calladamente ya ha sido escrito este silencio me desboca


galopo infinitamente para poder alcanzarte
destrozo las primeras sombras y desgarro océanos
el plateado mar balbucea su melancolía me confunde
pero conozco su centro: crece y crece
hasta engullirnos

es tan aguda tu voz que no puedo reconocerla


me afierro a ti como una ventosa
sonrojada por la soledad y el silencio

penetro otra vez en la maleza


escarbo su fondo con filudas garras
estéril estéril estéril
solo lagartijas que se escabullen entre la arena
cadáveres marinos que gimen por las noches
y aletean en el alma: amor muerte

la carne ardiente por el dolor quemante de las horas


cuento el tiempo con los dedos de la mano
me sofoca el mar su tediosa melodía

y la cama vacía se oscurece

80 81
festín final

envuelta entre densas nieblas «no he podido olvidar»


el vaho que me refleja tenuemente esto es definitivo
tiene su verdad
con el rabo entre las piernas
yo soy todo esto caminaré hacia atrás
ni más ni menos: morderé mi terrible soledad de insecto infecundo
balbuceante criatura que desaparece con la luz
de lo anterior no quedará nada
frente al espejo simulo mi indiferencia de reptil sino una oscura simiente de mentiras
lista para engullir su festín diario de mentiras un lunar rojizo en la nuca
y la negra baba del rencor tejiendo la trampa
la plateada imagen se quiebra violenta
sus inquietantes filamentos me corroen yo soy así
animal que se ejecuta solo
me dejan otra vez y rapa la ondulada melena de la hembra pudorosa
pálida pelada mugiente
pero no importa no importa
no he podido olvidar

la primera puerta será abierta


en el helado pasadizo del destierro
el zarpazo divino caerá como un mudo carnicero
y anidaré en mi oscura trampa

y esto será definitivo

82 83
dos cartas
una carta

Querido esposo, antes de que vinieras he visto surgir pequeños


animales entre los arbustos. No has visto con qué amor los he
alimentado esperando tu llegada. Por las tardes he tomado el tren
para llegar al lago más cercano. Todos los niños pisoteaban las hojas
secas del bosque al salir de la escuela.

Hay caravanas de niños que esperan hundir sus botas bajo la


nieve del invierno. Yo he viajado todas las tardes solo para oír el
crujido de las hojas bajo sus botines polvorientos. Luego te he
Un no rompido sueño visto caminando allá lejos, por las calles donde una ola espumosa
atraviesa los sueños.
Fray Luis de León

Toda la noche he sentido tu asfixia y la tensión de tu cuerpo


cabalgando sobre las olas. Pronto tu imagen aparecía como
desaparecía. Las aguas arrojaron sal y arena sobre tu orina hirviente.
Yo no sabía cómo asirte. Entonces hice muchas fotos tuyas y mías
para que al abrirte la puerta pudiese reconocerte, pero olvidé que
la imagen es efímera y tiré una piedra al lago y me volví loca al ver
mis otros rostros. Había pasado demasiadas tardes allí. Así que solo
pude reconocerte por la ansiosa asfixia que traes del otro lado.

87
otra carta (al amable carnicero)

El olor de la carne descompuesta me atrajo hacia el mercado.


Caminé bajo el condenado sol que no desaparece nunca. El amable
carnicero permanecía al fondo. Su habitación quemaba como una
antorcha iluminando un cuerpo. Yo lo vi venir desde lo hondo. En
la esquina filosa, brillaba el puñal en lo oscuro. El puñal era guía
entre sus manos sudorosas y ensangrentadas. Cogió un cuerpo y lo
horadó hasta el fondo. Yo permanecí sentada bajo el fuego del sol.
Afuera, todos cuidaban las jugosas frutas de las manos extrañas. De
su boca salía un lenguaje que no podía comprender exactamente.
Hasta que una mañana pude entender lo que decían: no comas ni
bebas de nuestra mercancía.

Entonces añoré la casa del carnicero por su alma sangrante y me


dirigí a ella como se dirige un niño hacia un río de agua pura.
Tomé en mis manos extrañas aquel cuerpo desollado y lo metí
en una bolsa transparente para que todos vieran la presa que iba
dentro. Y la mostré como una prueba de amor.

89
índice

ya nadie incendia el mundo

lima/año cero 13

pabellón nacional
nacimiento y caída

hospital del empleado 1971 19


1980-1984 a secas 27
7 años de silencio 1985-1991 30
días de 1992 31
7 años + de silencio 1993-2000 34

pabellón 7a
sacrificio

habitación 2001-2002-2003 39
continua escasez de agua en todo el territorio nacional 42
1980-2004
nocturno 45
pabellón 7a/sacrificio 49
fiesta/2004 52
contradanza 55
poética de la alegría 58
la ciudad del reciclaje 61
el mar
ese oscuro porvenir
—selección—

el leopardo de las nieves 69


celebración 71
porvenir 72
a través de una ventana en bay state road 74
nostalgia 76
contemplación 78
electra 79
ocaso 81
festín 82
final 83 Ya nadie incendia el mundo
&
dos cartas El mar ese oscuro porvenir
—selección—
una carta 87 de Victoria Guerrero se imprimió por primera vez
otra carta (al amable carnicero) 89
sobre papel Bond avena de 80 gramos. Para su
composición se utilizó la familia Adobe Garamond
Pro de 8, 9, 11 y 13 puntos. La edición de 500
ejemplares cumplió su tránsito por los talleres de
de Litho & Arte, Jr. Iquique 046, Breña, en Lima,
durante los primeros días de julio de 2013, año del
centésimo décimo aniversario del natalicio
de Alfredo Quíspez Asín.

También podría gustarte